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derecho
internacional
Joan David Janer Torrens
Miguel Ángel Martín López
P08/73531/02609
© FUOC • P08/73531/02609 Fuentes del derecho internacional
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Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 6
2. Tratados internacionales................................................................. 10
2.1. Noción ......................................................................................... 10
2.2. Clasificación ................................................................................ 11
2.3. Celebración .................................................................................. 12
2.3.1. Fase inicial: elaboración de los tratados ........................ 12
2.3.2. Fase final: conclusión de los tratados ............................ 13
2.3.3. Plenos poderes ............................................................... 14
2.4. Reservas ....................................................................................... 15
2.4.1. Concepto ........................................................................ 15
2.4.2. Efectos ............................................................................ 16
2.5. Vigencia, observancia y efectos .................................................. 17
2.6. Nulidad, terminación, retirada y suspensión ............................. 18
2.6.1. Nulidad .......................................................................... 18
2.6.2. Terminación ................................................................... 20
2.6.3. Retirada .......................................................................... 21
2.6.4. Suspensión ..................................................................... 22
2.7. Procedimiento de invocación y declaración ............................... 22
2.8. Revisión ....................................................................................... 23
4. La costumbre internacional............................................................ 29
4.1. Noción ......................................................................................... 29
4.2. Elementos .................................................................................... 29
4.2.1. El elemento material u objetivo .................................... 29
4.2.2. Elemento subjetivo o espiritual (opinio iuris sive
necessitatis) ..................................................................... 31
4.3. Clases ........................................................................................... 32
4.4. Funciones ..................................................................................... 32
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7. La equidad........................................................................................... 37
Resumen....................................................................................................... 44
Bibliografía................................................................................................. 45
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Introducción
Este módulo pretende dar respuesta a estas cuestiones con el objetivo de que
el estudiante sea capaz de comprender la complejidad y peculiaridad de los
mecanismos de producción de normas en derecho internacional.
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Objetivos
2. Conocer cuáles son las fuentes formales del derecho internacional y por
qué no hay una jerarquía entre ellas.
4. Diferenciar entre las normas de ius cogens y los efectos erga omnes.
8. Entender por qué los actos unilaterales de los Estados pueden ser fuente
de obligaciones.
"La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las controversias que le
sean sometidas, deberá aplicar: a) las convenciones internacionales, sean generales o par-
ticulares, que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados litigantes. b)
la costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como
derecho c) los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas
d) las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de mayor competencia en las
distintas naciones, como medio auxiliar para la determinación de las reglas de derecho".
Es también una idea ampliamente compartida que la única fuente material del El asunto Lotus
derecho internacional público es la voluntad o consentimiento de los Estados,
En el asunto Lotus (1927) la
como se desprendería del análisis de esta disposición. Así lo afirmó el Tribunal CPJI declaró que "las normas
Permanente de Justicia Internacional (TPJI) en el asunto del Lotus al afirmar jurídicas que obligan a los Esta-
dos proceden, por tanto, de su
que las reglas jurídicas que obligan a los Estados proceden de su voluntad. propia voluntad manifestada en
los convenios o en los usos ge-
Siendo esto así, las fuentes formales de este ordenamiento jurídico serían los neralmente aceptados como
mecanismos o vías a través de las que esta voluntad se manifiesta. Ahora bien, consagradores de principios
jurídicos que han sido estable-
antes de entrar en el análisis de estas fuentes, y por las propias peculiaridades cidos para regir la coexistencia
entre dichas comunidades in-
de este derecho, conviene distinguir entre las fuentes�normativas en sentido dependientes o para conseguir
fines comunes" (Lotus, arrêt n°
propio, de un lado, y las fuentes�creadoras�de�obligaciones, por otro.
9, CPJI, serie A, n° 10).
En todas las fuentes que enunciaremos está presente una voluntad manifiesta del Estado
en obligarse. Pero a veces, incluso sin la existencia de esa voluntad expresa, el propio
comportamiento de los Estados puede generarle obligaciones que otorguen derechos a
otros sujetos de modo tácito o implícito. Este es el caso del estoppel, que es la imposibilidad
para un Estado de volverse atrás sobre sus propios actos si lesionan expectativas creadas
a terceros; o la aquiescencia o inacción en determinadas situaciones, como ha mostrado,
según señala el profesor Cahier, alguna jurisprudencia.
En el primer caso se está haciendo referencia al Derecho con mayúscula, esto Ved también
es, a normas internacionales de carácter abstracto, ámbito general y aplicables,
Recordad que en el módulo
en principio, a todos los Estados de la Comunidad Internacional. Se conoce I ya se indicaba que el dere-
también estas normas con la expresión Derecho�internacional�general. De cho internacional contiene po-
cas normas con alcance plena-
las normas se derivan obligaciones generales. Pero los Estados también pueden mente universal.
crear éstas directamente. En este segundo tipo de fuentes se crean derechos y
obligaciones, pero no Derecho, como defendía el profesor Fitzmaurice. Sería
el derecho�internacional�particular o singular, propio primordialmente de
las relaciones bilaterales o inter�se entre los Estados.
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Gran parte de estas normas tiene carácter de derecho�dispositivo (ius dispo- Normas ius cogens
sitivum). Esto es, los Estados pueden acordar, en sus relaciones particulares,
El derecho internacional no
derogarlas y pactar otras reglas de conducta. Las únicas que no admiten este cuenta con un elenco preci-
acuerdo en contrario y que, en consecuencia, deben ser cumplidas en todo so y definido de normas impe-
rativas. La doctrina suele citar
momento son las llamadas normas de derecho imperativo o de ius cogens. La la prohibición de la tortura, la
amenaza o el uso de la fuerza
Convención de Viena de 1969 sobre el derecho de los tratados en su art. 53 armada, el genocidio...como
afirma su existencia definiéndolas como aquellas aceptadas y reconocidas por ejemplos de normas de ius co-
gens.
la Comunidad Internacional de Estados en su conjunto como norma que no
admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma
ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter. Eviden-
temente, con normas de esta naturaleza se introduce en derecho internacio-
nal una jerarquía�normativa, que implica que estén incursas en nulidad las
normas de menor alcance que las contravengan.
lis derogado legis generalis. Tienen pues una aplicación preferente con respecto
a la regla general, pudiendo considerarse, por tanto, la existencia de una pre-
lación en la aplicación de obligaciones de derecho internacional.
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2. Tratados internacionales
2.1. Noción
Parte I. Introducción.
Parte II. Celebración y entrada en vigor.
Parte III. Observancia, aplicación e interpretación de los tratados.
Parte IV. Enmienda y modificación de los tratados.
Parte V. Nulidad, terminación y suspensión de los tratados.
Parte VI. Disposiciones diversas.
Parte VII. Depositarios, notificaciones, correcciones y registro.
Parte VIII. Disposiciones finales.
2.2. Clasificación
Así, también existe la Convención de Viena de 1986 sobre derecho de los tratados en-
tre Estados y organizaciones internacionales o entre organizaciones internacionales, que
todavía no ha entrado en vigor y que persigue regir los tratados en los que participan
organizaciones internacionales. Muy similar a la Convención de Viena de 1969, aporta
ciertas especificidades vinculadas a la naturaleza específica de las organizaciones inter-
nacionales como sujetos de derecho internacional.
tados�bilaterales, es decir, entre dos Estados. Ahora la importancia de los tra- Como curiosidad cabe señalar
tados multilaterales es creciente. Dentro de esta categoría es necesario hacer que el primer tratado multila-
teral fue el Acta final del Con-
diferencias. greso de Viena de 9 de junio
de 1815.
En primer lugar, y más cercanos a los bilaterales, nos encontramos con los
tratados�multilaterales�restringidos, que son aquellos concluidos por un nú-
mero mínimo de tres Estados, sin aspiraciones de universalidad, y en los que
la participación y voluntad unánime de todos ellos se considera necesaria para
su creación, así como para aceptar la posterior adhesión de nuevos Estados. Su
contenido versa sobre intereses privativos de los Estados participantes. De otro
lado están los tratados�multilaterales�generales, los cuales tienen otra lógica
bien diferente. Pretenden abordar asuntos de interés general para el conjunto
de los Estados de la Comunidad Internacional y crear normas de alcance ge-
neral. Los mismos tienen una vocación universal y están abiertos a la partici-
pación de todos los Estados.
otra parte. Los tratados de derechos humanos o medio ambiente, por ejemplo,
tienen este carácter. En estos tratados, el incumplimiento de un Estado de sus
obligaciones no exime al resto del respeto de las propias.
2.3. Celebración
La fase�inicial se encarga de la elaboración del texto del tratado, a través del Fase intermedia
acercamiento de las voluntades de los Estados participantes mediante la nego-
Los derechos internos suelen
ciación de las cláusulas que habrán de componerlo; el acogimiento del texto establecer requisitos y condi-
del tratado o adopción, en caso de prosperar; y, finalmente, el otorgamiento ciones para la conclusión de
los tratados internacionales
del carácter definitivo e inalterable del texto adoptado o autenticación. Una (por ejemplo, intervención de
los parlamentos, consultas con
vez concluida esta primera fase, el acuerdo de voluntades resultante se somete otros órganos, etc.). Estos pro-
a la�fase�final, consistente en la prestación�del�consentimiento del Estado cedimientos son los conocidos
como fase�intermedia y están
en obligarse por el tratado. regulados por el derecho in-
terno. En el apartado tercero
de este módulo se recoge este
proceso en el derecho español,
2.3.1. Fase inicial: elaboración de los tratados que es el que más nos concier-
ne.
Para la adopción del tratado, según el art. 9 de la Convención, rige la regla Método del consenso
de la unanimidad, que implica que el texto debe contar necesariamente con
Para hacer el tratado multila-
el apoyo de todos los negociadores. Ahora bien, si el tratado se adopta en una teral abierto más aceptable,
conferencia internacional (lo normal en los multilaterales) se aplica una regla se suele acudir al método del
consenso. Se entiende adop-
de mayorías, esto es, la aprobación del tratado por los dos tercios de Estados tado en estos casos el tratado
cuando no hay objeción de
presentes y votantes, salvo que el tratado recoja otra mayoría diferente. En la ningún negociador en el texto
práctica estas reglas implican que para los tratados bilaterales y multilaterales propuesto. Evidentemente, pa-
ra conseguir esto es necesario
restringidos se aplique la unanimidad y para los tratados multilaterales gene- llevar a cabo una negociación
ardua que permita numerosas
rales, la regla mayoritaria. concesiones a las partes.
La firma de los tratados es, así, un acto polivalente. En el esquema más clásico de la
conclusión de tratados, la firma era seguida de la ratificación, siguiendo principios de
derecho privado. Posteriormente, se consideró que la firma podía prestar directamente
el consentimiento. Asimismo, también se estimó que podía servir para autenticar el tra-
tado. Con todo, esta polivalencia, en la práctica, ha quedado reducida a su función de
autenticación, como un acto de contenido más político (como gesto favorable al tratado)
que a su función jurídica más decisiva como acto de manifestación del consentimiento
(aunque lleva consigo la obligación de no realizar desde el momento de su emisión actos
contra el objeto y fin del tratado).
En los demás casos, dicha prestación se deja para un momento posterior. Así Acuerdos informales
nos encontramos con la ratificación (que sigue a una firma previa), la adhe-
Para dar este consentimiento
sión (pensada, en principio, para quien no participó en la negociación) y la a un acuerdo escrito y que sea
aprobación y aceptación (de más reciente aparición y con el propósito de fle- jurídicamente vinculante, no
es necesario que sea dado de
xibilizar más este momento final del proceso de celebración). manera formal, basta con que
quede constatada la voluntad
de asumir obligaciones. En es-
2.3.3. Plenos poderes tos casos se suele hablar, por
ello, de acuerdos informales.
¿Quién puede llevar a cabo estos actos en nombre del Estado? Los arts. 7 y 8
establecen las reglas generales de derecho internacional que regulan esta cues-
tión. Para los actos más importantes de este proceso de celebración (adopción
y prestación del consentimiento al tratado), se requiere que la persona que
vaya a representar al Estado cuente con plenos poderes. Estos han de ser pre-
sentados o deducidos de la práctica u otras circunstancias. Determinadas per-
sonas no necesitan presentarlos, como los jefes de Estado, de Gobierno o los
ministros de Asuntos Exteriores, así como, para la adopción, los jefes de mi-
sión diplomática para los tratados con el país de la misión y los representantes
acreditados ante conferencias y organizaciones internacionales.
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2.4. Reservas
2.4.1. Concepto
En esta definición, como vemos, se establece que las reservas sólo podrán pro- Reservas transversales
yectarse sobre "ciertas disposiciones del tratado". La capacidad para formular
La práctica, sin embargo, co-
reservas queda, así, circunscrita en su alcance. Lo contrario sería admitir que se noce con profusión las llama-
pueden rechazar partes completas de un tratado. El art. 19 de la Convención das reservas�transversales,
que acaban afectando a la to-
advierte también que la reserva no es válida cuando está prohibida expresa o talidad del tratado, aunque la
reserva se haya formulado a
implícitamente por el tratado, o cuando sea incompatible con el objeto y el una disposición concreta del
fin del tratado. mismo.
Un ejemplo de esta discutida regla sobre la compatibilidad de una reserva con el objeto
y fin del tratado señalado por la doctrina es el supuesto de la reserva de Estados Unidos
en su instrumento de ratificación de 8 de junio de 1992 al Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, en la que se permite poder sentenciar a pena de muerte por
crimen a menores de 18 años.
Declaraciones interpretativas
2.4.2. Efectos
Este régimen de aceptación/objeción previsto por la Convención de Viena dis- Estudio y regulación del
torsiona con frecuencia los efectos que se quieren conseguir al establecer la criterio de compatibilidad
nulidad de las reservas que son contrarias al objeto y fin del tratado (art. 19). El estudio y regulación de este
En esencia, la compatibilidad de una reserva con el objeto y fin es un criterio criterio de compatibilidad con
el objeto y fin del tratado es
jurídico, de legalidad y no de oportunidad, que persigue proteger la esencia uno de los retos del trabajo ac-
tual en esta materia de la Co-
de un tratado –lo que es deseable, en especial, en tratados relativos a los de misión de Derecho Internacio-
derechos humanos. Sin embargo, la lógica que se deriva de la dinámica de nal. En la sesión del 2007, la
CDI ha definido con algo más
aceptación/objeción unilateral de las reservas permite ver con frecuencia en la de precisión cuándo una reser-
va es contraria en el objeto y
práctica internacional objeciones de Estados a una reserva en las que invocan fin del tratado. En la directiva
aprobada provisionalmente el
la referida incompatibilidad, excluyendo cualquier relación con el Estado re-
mes de mayo del 2007, la CDI
servante, junto con otros Estados que aceptan las reservas, o no objetan cua- señala que una reserva es in-
compatible si afecta a un ele-
lificadamente las mismas, permitiendo que el resto del tratado rija en sus re- mento esencial del tratado que
"sea necesario en su sentido
laciones mutuas. Así, el relativismo del derecho internacional y la ausencia de general, de tal manera que la
una determinación objetiva de la satisfacción del criterio de la compatibilidad, reserva menoscabe la razón de
ser del tratado".
tiene por consecuencia la limitación de sus efectos reales.
© FUOC • P08/73531/02609 17 Fuentes del derecho internacional
Un tratado comienza a desplegar efectos jurídicos a partir de su entrada�en En los tratados multilaterales
vigor, lo que se produce en la manera y fecha que en el mismo se disponga o abiertos se producen, por tan-
to, varios momentos de entra-
conforme lo hayan acordado los negociadores (art. 24.1). Si nada se establece da en vigor. Existe una entra-
da en vigor objetiva, es decir,
al respecto, se entiende que la entrada en vigor se produce cuando conste el un momento en que entra por
consentimiento de todos los Estados negociadores en obligarse por el tratado primera vez en vigor el trata-
do, recibidos los instrumentos
(art. 24.2). Esto sucede de modo normal en los tratados bilaterales y multilate- de ratificación mínimos exigi-
dos, al que se irán añadiendo
rales restringidos. Los tratados multilaterales suelen recoger expresamente las otras entradas en vigor parti-
culares o subjetivas para cada
condiciones para su entrada en vigor. En estos, lo usual es prever el depósito
Estado que, con posterioridad,
de un número de consentimientos (ratificaciones, firmas, etc.) y el transcurso se vaya añadiendo al tratado.
Los actos, situaciones y hechos anteriores a dicho momento de entrada en Lectura complementaria
vigor no entran dentro de la regulación que crea el tratado. Salvo indicación
Debéis tener en cuenta que
contraria, rige la irretroactividad, y el tratado sólo se aplica a los facta futura antes del momento de entra-
–los actos posteriores a la entrada en vigor del tratado–; y, en todo caso, a los da en vigor los Estados pue-
den haber acordado la aplica-
facta pendentia, es decir, a los hechos y situaciones no agotados ni concluidos ción provisional del tratado.
en el momento de entrada en vigor del tratado (art. 28). Ved al respecto el art. 25 de
la Convención de Viena de
1969.
Ya en vigor, el tratado adquiere su fuerza obligatoria: sus Estados parte quedan
sometidos a la regla pacta sunt servanda. Así lo recoge el art. 26 de la Conven-
ción de Viena, disponiendo que todo tratado en vigor obliga a las partes y debe
ser cumplido por ellas de buena fe. Esta referencia a la buena fe es importante
e implica que los Estados parte están obligados no sólo a cumplir la letra del
mismo, sino también a tener en cuenta su propósito e intención y, como de-
rivación de ella, a no realizar actos que contravengan su objeto y fin, como ha
puesto de manifiesto la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia.
Esta buena fe y el patrón del objeto y fin también tienen que ser tenidos en
cuenta en la interpretación de los tratados. Como dispone la Convención de
Viena, los tratados deberán interpretarse de buena fe conforme al sentido co-
rriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos
y teniendo en cuenta su objeto y fin (art. 31 de la Convención). Ello viene a
constituir la regla general de interpretación que ha de seguirse para conseguir
el correcto alcance y significado de las disposiciones del tratado. Se trata de
una regla compleja que atiende a tres criterios interpretativos de distinta na-
© FUOC • P08/73531/02609 18 Fuentes del derecho internacional
La Convención detalla los elementos que pueden contribuir a perfilar el alcance de esta
regla: texto principal del tratado, preámbulos, anexos, otros acuerdos referentes al trata-
do, instrumentos de algunas partes aceptados, acuerdos ulteriores de interpretación, la
práctica aceptada y el derecho internacional. Otros medios de exégesis, como los traba-
jos preparatorios y las circunstancias de celebración, no pueden servir para separarse de
lo que disponga la regla general, salvo que con ésta haya ambigüedad, oscuridad o un
resultado manifiestamente absurdo e irrazonable (art. 32).
Lógicamente, el tratado solo tiene vigencia para los Estados parte, quedando
los terceros ajenos al mismo. La Convención de Viena quiso dejar bien claro
este principio del efecto relativo de los tratados para los terceros Estados y así
dispuso que un tratado no crea obligaciones, ni siquiera derechos, para un
tercer Estado sin su consentimiento (art. 34).
Si un tratado quiere hacer esto (la llamada stipulatio pour autri), la Convención Excepciones a la regla del
fija cómo ha de manifestarse el consentimiento del tercero para ver aparecer efecto relativo
2.6.1. Nulidad
Asimismo, también hay que tener en cuenta que el derecho a alegar la nulidad
se pierde si, conocidos los hechos por la parte afectada, ha aceptado expresa o
implícitamente que se mantenga en vigor. Ello no puede ocurrir, no obstante,
cuando se da la coacción sobre el representante del Estado, sobre el mismo
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2.6.2. Terminación
a) El acuerdo o consentimiento unánime de todas las partes (art. 54 b)). Aun- Terminación por desuetudo
que pueda el tratado ser adoptado por mayoría de dos tercios, como vimos, su
En esta causa también entra-
terminación acordada tiene que producirse por unanimidad. Se necesita ade- ría la llamada desuetudo, no
más la consulta previa de los Estados aún contratantes, aunque no especifica prevista expresamente en la
Convención de Viena, y que es
cuál sería el alcance de ésta. la terminación de un tratado
por una costumbre desarrolla-
da posteriormente con este fin
b) También si hay unanimidad, un tratado posterior podrá derogar y hacer abrogatorio (consuetudo abro-
gatoria).
terminar a otro anterior. Tienen que estar todas las partes en el tratado que
se persigue derogar y constatarse que esa fue la intención o deducirlo de la
incompatibilidad de las disposiciones, que hace que no puedan aplicarse si-
multáneamente (art. 59).
b) Otras dos últimas causas en esta misma línea son la imposibilidad subsi-
guiente de cumplimiento (art. 61) y el cambio fundamental de circunstancias
–rebus sic stantibus– (art. 62). Ambas son reconocidas de forma muy restrictiva.
En el primer caso ha de resultar de una desaparición o destrucción definitiva
de un objeto indispensable para el cumplimiento del tratado. En el segundo,
el cambio debió ser base esencial del consentimiento y tiene que modificar
radicalmente el alcance de las obligaciones que todavía deben cumplirse en
virtud del tratado.
El art. 44.2 de la Convención, al igual que con la nulidad, establece de forma excepcional
la posibilidad de que la terminación, retiro o suspensión no afecte a todo el tratado y
se circunscriba a ciertas disposiciones del mismo (lo que se conoce como divisibilidad)
cuando: a) dichas cláusulas sean separables del resto del tratado en lo que respecta a
su aplicación b) se desprenda del tratado, o consta de otro modo que la aceptación de
esas cláusulas no ha constituido para la otra parte o las otras partes en el tratado una
base esencial de su consentimiento en obligarse por el tratado en su conjunto y c) la
continuación del cumplimiento del resto del tratado no sea injusta. En el caso de la
denuncia, retiro y suspensión por propia voluntad, no cabe esta divisibilidad, salvo que
el tratado lo disponga o las partes lo convengan.
2.6.3. Retirada
2.6.4. Suspensión
La suspensión también exime del cumplimiento del tratado a sus partes, pe-
ro no de manera definitiva como lo hace la terminación, sino solo durante
un período de tiempo. Tras él, se reanuda el cumplimiento, razón por la que
durante dicho período de suspensión se deben abstener de realizar actos que
pudieran obstaculizarlo.
En todos estos casos señalados se puede producir tanto la suspensión del tra-
tado en su conjunto, como la suspensión singular que afecte en exclusiva a al-
guna de sus partes. En el caso de la suspensión por violación grave de las obli-
gaciones del tratado, la suspensión singular se permite a la parte especialmen-
te perjudicada por el incumplimiento y también a la parte que pueda ver mo-
dificada radicalmente la ejecución del tratado a consecuencia de la violación.
zado una solución entre los Estados implicados por cualquier método de arre-
glo pacífico de controversias que escojan, la iniciación de un procedimiento
de conciliación contenido en el anexo de la Convención de Viena (art. 66 b)).
2.8. Revisión
En este proceso rigen las mismas reglas que para la celebración de los tratados Cláusulas opting out
y, por tanto, la primacía del consentimiento de los Estados, de manera que
Con el fin de que la enmienda
una enmienda puede ser adoptada por la mayoría de dos tercios de Estados se aplique al mayor número de
parte aunque la misma solo va a obligar a los Estados que le prestan su con- partes en el tratado en la ma-
yor brevedad de tiempo, en la
sentimiento (art. 39). Así, por tanto, pueden acabar coexistiendo dos regula- práctica están extendidas las
llamadas cláusulas opting out
ciones de la misma materia con efectos subjetivos limitados: la enmendada, previstas en los tratados y que
que rige entre los Estados que la aceptan, y la no enmendada, que rige entre consideran que las mismas se
aplican al Estado salvo que en
los Estados que no aceptan las enmiendas y entre estos y los que sí las acep- un determinado plazo mani-
fieste lo contrario.
taron (art. 40.5).
© FUOC • P08/73531/02609 24 Fuentes del derecho internacional
3.1. Introducción
MAEC
El Estado tiene total libertad para celebrar tratados internacionales con otros
sujetos de derecho internacional en las materias que considere oportuno. La
negociación de los tratados ha de ser acordada por el Consejo de Ministros
(art. 5.1 (d) de la Ley 50/1997 de funcionamiento del Gobierno) y corresponde
al MAEC solicitar la autorización (art. 9.2 del RD 801/72). Las Cortes Generales
disponen de una cierta facultad de iniciativa en materia de tratados interna-
cionales a través de la presentación de proposiciones no de ley, las cuales son
simples recomendaciones dirigidas al Gobierno que en ningún caso le vincu-
lan. Asimismo, el art. 87.3 de la CE excluye de la iniciativa legislativa popular
la presentación de proposiciones de ley en materias de carácter internacional.
Si bien las CC.AA. no disponen de ius ad tractatum, las reformas de los distintos Proyectos comunes entre
estatutos de autonomía llevadas a cabo en 2006 y 2007 (Cataluña, Comuni- las CC.AA.
dad Valenciana, Andalucía, Islas Baleares o Aragón) prevén dos modos de in- Ciertamente, las CC.AA. no
tervención en el proceso de celebración. De un lado, el Estado estaría obligado pueden celebrar tratados in-
ternacionales con otros países,
a informarles de los tratados que pretende celebrar cuando afecten de forma pero sí llevar a cabo iniciativas
de cooperación con regiones
directa y singular a sus competencias. De otro, las CC.AA. podrán participar en de otros países. En este senti-
las delegaciones españolas cuando se negocien tratados que las afecten directa do, cabe aludir a los proyectos
comunes existentes entre las
y singularmente (con anterioridad a estas reformas, los estatutos de Autono- CC.AA. que comparten fronte-
ra con Portugal o Francia o la
mía prácticamente no hacían ninguna referencia a esta cuestión). Asimismo, creación de la Eurorregión Piri-
neos Mediterráneo.
las CC.AA. podrán solicitar al Estado que celebre tratados internacionales en
las materias que sean de su interés.
Lecturas complementarias
Las recientes reformas de los estatutos de autonomía han incluido títulos y capítulos
relativos a la proyección exterior de las comunidades autónomas, tanto en la vertiente
relativa a las relaciones exteriores como a las relaciones con la Unión Europea. Así, a título
de ejemplo, cabe señalar que el Estatuto de Autonomía de Cataluña (reforma que entra en
vigor en julio del 2006) dedica, en el marco del título V, el capítulo II a las "Relaciones de
la Generalitat con la Unión Europea" (art. 184 a 192) y el capítulo III a "La acción exterior
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Una vez el tratado ha sido autenticado por el representante del Estado, se inicia
la fase interna relativa a la calificación del tratado, previa a la tramitación
parlamentaria y, si se solicita, de posible control de la constitucionalidad del
tratado autenticado. Ambos procesos tienen como objetivo abrir la puerta al
acto final relativo a la manifestación del consentimiento por parte del Estado
a obligarse internacionalmente.
a) En primer lugar, el art. 93 CE hace referencia a los tratados por los cuales Artículo 93 CE
se atribuye a una organización internacional el ejercicio de competencias de-
El artículo 93 CE se ha utiliza-
rivadas de la Constitución. do en relación con la adhe-
sión de España a las Comuni-
dades Europeas (1985) –pos-
El artículo 93 señala que "mediante ley orgánica se podrá autorizar la celebración de tra- teriormente, Unión Europea–
tados por los que se atribuya a una organización o institución internacional el ejercicio y en las distintas modificacio-
de competencias derivadas de la Constitución. Corresponde a las Cortes Generales o al nes de los tratados originarios
Gobierno, según los casos, la garantía del cumplimiento de estos tratados y de las reso- que se han llevado a cabo, así
luciones emanadas de los organismos internacionales o supranacionales titulares de la como para ratificar el Estatuto
cesión". del Tribunal Penal Internacio-
nal, hecho en Roma el 17 de
julio de 1998.
b) En segundo lugar, el art. 94.1 CE enumera las categorías de tratados que
exigen una previa autorización de las Cortes Generales por mayoría simple.
Aunque las categorías enumeradas parecen acotadas, en numerosos casos no
es fácil sentar la calificación del tratado. No existe todavía ni legislación ni
jurisprudencia clara que ayude a interpretar las cinco categorías enumeradas
en este apartado.
El artículo 94.1 hace referencia a "a) tratados de carácter político; b) Tratados o convenios
de carácter militar; c) Tratados o convenios que afecten a la integridad territorial del
Estado o a los derechos y deberes fundamentales establecidos en el título I; d) Tratados
o convenios que supongan modificación o derogación de alguna ley o exijan medidas
legislativas para su ejecución".
c) En tercer lugar, el art. 94.2 CE señala que en los "restantes tratados" será
suficiente que el Gobierno informe inmediatamente a las Cortes Generales
después de su conclusión.
El artículo 94.2 señala que "el Congreso y el Senado serán inmediatamente informados
de la conclusión de los restantes tratados o convenios".
• Formular reservas al tratado que impidan la obligatoriedad para España de La Constitución de 1978 sólo
las cláusulas contrarias a la Constitución. se ha modificado una vez con
motivo de la ratificación del
• No manifestar su consentimiento con el fin de evitar su declaración de TUE, la cual consistió en intro-
ducir las palabras y pasivo en
inconstitucionalidad a posteriori y el subsiguiente incumplimiento de sus el artículo 13.2 relativo al dere-
obligaciones. cho de sufragio activo y pasivo
de los extranjeros en las elec-
ciones municipales.
© FUOC • P08/73531/02609 28 Fuentes del derecho internacional
4. La costumbre internacional
4.1. Noción
El artículo 38.1 (b) del Estatuto del Tribunal Internacional de Justicia, relativo a las nor-
mas que ha de aplicar para la resolución de controversias, hace referencia a la "costumbre
internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como derecho".
4.2. Elementos
Analicemos por separado los requisitos de la práctica que configura una cos-
tumbre internacional:
En el asunto de la plataforma continental del Mar del Norte (1969), el TIJ señaló que
"(...) aunque el hecho de que no haya transcurrido más que un breve período de tiempo
no constituye en sí mismo un impedimento para la formación de una nueva norma de
derecho internacional consuetudinario surgida de una norma de origen puramente con-
vencional, continúa siendo indispensable que, por breve que haya sido dicho período de
tiempo, la práctica de los Estados, incluidos aquellos que están especialmente interesa-
dos, haya sido frecuente y prácticamente uniforme en el sentido de la disposición que se
invoca y que se haya manifestado de forma que permita establecer un reconocimiento
© FUOC • P08/73531/02609 31 Fuentes del derecho internacional
general de que nos hallamos en presencia de una norma y obligaciones jurídicas" (par.
74).
Junto con el elemento material, para que surja una costumbre es necesario
que los Estados tengan la convicción de que aquel predecente de la práctica
les obliga jurídicamente y que, por lo tanto, actúan conforme a una norma
que les vincula jurídicamente.
Probar la opinio iuris sive necessitatis no es una tarea fácil. Raramente, los Es- Asunto Nicaragua (par.
tados declaran en sus leyes internas o en decisiones judiciales que un deter- 184)
minado precepto ha sido adoptado para dar cumplimiento a una costumbre En el asunto Nicaragua (1986),
obligatoria de derecho internacional. Otro factor difícil de establecer es el mo- el TIJ observó que "la Corte de-
be cerciorarse de que la exis-
mento en que nace esa convicción de que la conducta repetida es obligatoria. tencia de la norma en la opi-
nio iuris de los Estados tiene su
confirmación en la práctica de
Asunto de la plataforma continental del Mar del Norte (par. 77) los Estados" (par. 184).
Acreditada la existencia de una costumbre general, ésta pasa a ser vinculante Asunto de las pesquerías
para todos los Estados, independientemente de que hayan contribuido o no (1951)
a su formación. La norma consuetudinaria es oponible a cualquier Estado sin En el asunto de las pesquerías
necesidad de probar su participación individual en el proceso de su formación. de 1951, el TIJ, partiendo de
la alegación del Reino Unido
Ahora bien, cuando un Estado se ha opuesto de forma expresa y desde el prin- de una norma consuetudina-
ria que obligaría a Noruega se-
cipio a la formación de la costumbre, la objeción implicará un derecho de ex- ñaló que "en todo caso, la re-
clusión unilateral de la norma consuetudinaria (regla del objetor persistente). gla de las diez millas se presen-
ta como inoponible a Noruega
En todo caso, la objeción tiene que ser expresa, originaria, persistente, cons- dado que ésta siempre se ha
opuesto a cualquier intento de
tante y uniforme. El Estado que se oponga a que le sea aplicada una costumbre que se aplicara en la costa no-
ruega".
general tendrá que probar que lo ha rechazado en el periodo de formación,
siendo responsabilidad suya probarlo (onus probandi).
4.3. Clases
Costumbres�regionales: son normas consuetudinarias surgidas entre un gru- Asunto Haya de la Torre
po de Estados con características propias. El Estado que alega su vigencia, la
En el asunto Haya de la Torre
tendrá que probar. (CIJ, 1950) la Corte Internacio-
nal de Justicia tuvo que pro-
nunciarse sobre la existencia
Costumbres�locales: son normas consuetudinarias con un ámbito de aplica- o no de una obligación regio-
nal, con origen en la costum-
ción más reducido que los anteriores y que incluso pueden afectar sólo a dos bre, de facilitar a un reclaman-
Estados como señaló el TIJ en el asunto del derecho de paso por territorio in- te de asilo en la misión diplo-
mática de otro estado, la salida
dio de 1960. De nuevo, el Estado que alega su vigencia, la tendrá que probar. del país donde se sentía perse-
guido por razones políticas. La
CIJ rechazó la existencia con
base en la costumbre de esta
4.4. Funciones obligación del país del territo-
rio de facilitar la salida del re-
clamante de asilo (vid. senten-
La costumbre ha tenido una enorme importancia histórica por el hecho de ser cia del TIJ de 20 de noviembre
de 1950 relativa al caso del de-
el único mecanismo –hasta la creación de Naciones Unidas– apto para crear recho de asilo).
normas de alcance general. Todavía hoy en día es la única fuente creadora de
normas universales de Derecho internacional, ya que no hay ningún tratado
Estados miembros
internacional del cual sean parte todos los Estados miembros de la comunidad
internacional. Recordad, que no todos los Es-
tados del mundo son miem-
bros de Naciones Unidas (ac-
Ahora bien, la costumbre ya no es tan relevante como antes y, de hecho, si tualmente está formada por
192 Estados).
mantiene un papel importante es más bien como auxiliar de los tratados mul-
tilaterales de vocación universal. En efecto, muchos Estados que no quieren
ser parte en un convenio multilateral, pueden verse vinculados por el hecho
de que el contenido del tratado es la expresión de normas consuetudinarias.
© FUOC • P08/73531/02609 33 Fuentes del derecho internacional
Después de referirse a los tratados y a la costumbre, el art. 38.1 (c) del ECIJ hace
referencia a los principios generales de derecho reconocidos por las naciones
civilizadas (PGD) como fuente a aplicar para la solución de las controversias
que tenga que resolver el CIJ.
Los PGD pueden ser de dos tipos. De un lado, principios sustantivos que ex-
presan de modo directo los valores subyacentes en las normas convenciona-
les o consuetudinarias. De otro, reglas de lógica jurídica, especialmente en el
campo procesal, que vertebran todo sistema normativo. En ambos casos, cum-
plen, entre otras funciones, la de colmar lagunas del derecho internacional.
Los PGD se pueden deducir de los diferentes sistemas jurídicos de todos los
Estados miembros (susceptibles de aplicación a la esfera internacional como
componente básica de cualquier idea de derecho), así como de las caracterís-
ticas y peculiaridades del ordenamiento jurídico internacional.
Del art. 38.1 del ECIJ se puede deducir que los PGD se configuran como fuente
autónoma del derecho internacional. La CIJ puede acudir a cualquier medio
jurídico que esté a su alcance para resolver una controversia. Dado que no
existe una jerarquía normativa en derecho internacional (salvando el caso de
las normas de derecho imperativo o de ius cogens) se aplicará la norma que
más se adecúe para regular una situación concreta, independientemente del
carácter convencional, consuetudinario o de PGD de la norma en cuestión.
Ahora bien, normalmente se aplican las normas convencionales sobre el resto
y la consuetudinaria sobre un PGD en virtud del ámbito de especialización
y la mayor capacidad de concreción de éstas por aplicación del principio lex
specialis derogat generalis.
En último término, el art. 38.1 (d) del ECIJ hace referencia a las decisiones
judiciales y la doctrina como medios para la determinación de las reglas de
derecho a aplicar el TIJ. Los medios auxiliares de determinación del derecho
son mecanismos coadyuvantes para la correcta identificación e interpretación
del derecho internacional y, por consiguiente, no son fuentes del derecho.
6.1. Jurisprudencia
Tribunales internacionales
c) el Tribunal Internacional del Derecho del Mar con sede en Hamburgo (Alemania);
f) el Tribunal Administrativo de Naciones Unidas con sede en Nueva York (Estados Uni-
dos);
(1)
La jurisprudencia sirve para la identificación de las normas internacionales y Los Estados normalmente alegan
sentencias de órganos judiciales
su interpretación. Por eso en derecho internacional ha adquirido un carácter
para apoyar sus pretensiones y así
fundamental en casos, nada infrecuentes, en los que la disputa jurídica versa dar apoyo a sus posiciones.
6.2. Doctrina
7. La equidad
Además, con relación a los mecanismos que tiene a su alcance la CIJ para
resolver una controversia, el art. 38.2 hace referencia a la posibilidad de que las
partes en un litigio decidan recurrir a la equidad como criterio de resolución.
la aplicación del derecho en vigor por consideraciones de equidad, sino de La delimitación de los espacios
introducir principios equitativos en la aplicación de las normas de manera tal marítimos es un ámbito en el
cual se ha destacado la necesi-
que el juez tiene que apreciar los elementos individualizadores del caso, para dad de aplicar criterios equita-
tivos que tengan en cuenta to-
complementar la aplicación de la norma. das las circunstancias del caso.
© FUOC • P08/73531/02609 38 Fuentes del derecho internacional
Enlace recomendado
El acto unilateral de un Estado con eficacia normativa puede ser defi-
nido, siguiendo a González�Campos, como aquella manifestación del Desde 1996, la Comisión de
Derecho Internacional está
consentimiento hecha con la intención de producir efectos jurídicos trabajando en el proceso de
obligatorios respecto de una situación concreta de hecho o de derecho, codificación de los actos uni-
laterales de los Estados. En el
con independencia de la conducta de otro u otros sujetos con respecto 2006 se presentó una guía de
principios aplicables a los ac-
a esta declaración. tos unilaterales de los Estados
que podían generar obliga-
ciones internacionales. Vid:
Asunto de los ensayos nucleares (par. 43) www.un.org/law/ilc.
En el asunto de los ensayos nucleares de 1974, el TIJ afirmó que "está admitido que de-
claraciones que revistan la forma de actos unilaterales y que se refieran a situaciones de
hecho o de derecho pueden tener por efecto la creación de obligaciones jurídicas. Decla-
raciones de esta naturaleza pueden tener, y a menudo lo tienen, un objeto muy preciso.
Cuando el Estado autor de la declaración tiene intención de vincularse de conformidad
con sus términos, dicha intención confiere a la declaración el carácter de un compromiso
jurídico, quedando, por lo tanto, el Estado interesado jurídicamente obligado a seguir
una línea de conducta ajustada a su declaración. Un compromiso de esta naturaleza, ex-
presado públicamente y con la intención de obligarse, incluso fuera del marco de las ne-
gociaciones internacionales, tiene carácter vinculante. En estas circunstancias no es ne-
cesario que exista un quid pro quo, ni tampoco hace falta la aceptación de la declaración,
ni tan sólo una réplica o reacción de los demás Estados, dado que estos requisitos serían
incompatibles con la naturaleza estrictamente unilateral del acto jurídico en virtud del
cual el Estado se ha pronunciado" (par. 43).
Asunto relativo al
Si bien el acuerdo de voluntades es el elemento esencial en el proceso de Estatuto Jurídico de
Groenlandia Oriental
creación de obligaciones internacionales, los Estados también pueden
asumir compromisos de forma unilateral poniendo aun más de mani- En el asunto relativo al Estatuto
fiesto que aquello que importa es la voluntad del Estado, con indepen- Jurídico de Groenlandia Orien-
tal (1933), el TPJI consideró
dencia de que forme parte de un acuerdo con otras voluntades. que una respuesta del ministro
noruego de Asuntos Exterio-
res generaba obligaciones para
Noruega.
© FUOC • P08/73531/02609 39 Fuentes del derecho internacional
1) La declaración la tiene que expresar una autoridad del Estado con capaci-
dad para obligarlo internacionalmente, es decir, el jefe de Estado, el jefe de
Gobierno o el ministro de Asuntos Exteriores o de cualquier persona a la cual
se haya otorgado capacidad de representación (art. 7.2 CV 1969).
6) El acto unilateral ha de tener un contenido lícito que no viole normas de Asunto de los ensayos
derecho imperativo o de ius cogens. nucleares
Para determinar el valor jurídico de los actos de las OI, es necesario acudir a su
tratado constitutivo y determinar si los Estados han atribuido a la organización
competencias de carácter normativo.
a)�Normativa�interna�y�normativa�externa
1)�La�mayoría�de�actos�jurídicos�de�las�OI�tienen�un�valor�de�recomenda-
ción y los Estados tienen la obligación, sobre la base del principio de buena
fe, de intentar dar énfasis al acto normativo adoptado. Son simples recomen-
daciones que, en caso de incumplimiento, no generan ningún tipo de respon-
sabilidad.
Las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), si bien Las declaraciones de la
son recomendaciones, presentan un valor singular derivado del hecho de que AGNU
son adoptadas por el órgano plenario de UN, donde se integran la práctica Entre las declaraciones y reso-
totalidad de los Estados que conforman la sociedad internacional con compe- luciones más importantes de la
AGNU cabe señalar la Resolu-
tencias generales que se extienden a la práctica totalidad de los sectores de ción 2625 (XXV), de 24 de oc-
tubre de 1970, sobre los prin-
las relaciones internacionales. La AGNU es el órgano más representativo de la cipios de derecho internacio-
sociedad internacional y, por eso, sus resoluciones, bajo determinadas condi- nal relativos a las relaciones de
amistad y a la cooperación en-
ciones, se pueden considerar como expresión colectiva de la opinio iuris inter- tre los Estados de conformidad
con la Carta de Naciones Uni-
nacional. En este sentido, las resoluciones de la AGNU pueden tener un papel das o la Resolución 1514 (XV),
de 14 de diciembre de 1960
primordial en la codificación y desarrollo del derecho internacional.
sobre la concesión de la inde-
pendencia a los países y pue-
blos coloniales.
Asunto Nicaragua (par. 188)
En el asunto Nicaragua de 1986, el TIJ observó que "el efecto producido por el consenti-
miento acerca del texto de tales resoluciones [referidas a la AGNU] no puede ser interpre-
tado como el de simple llamada o una simple especificación del compromiso convencio-
nal adquirido por medio de la Carta. Puede, por el contrario, interpretarse como una ad-
hesión al valor de la regla o de las series de reglas declaradas por la resolución, en sí mis-
mas consideradas... La toma de posición mencionada puede aparecer como la expresión
de una opinio iuris con respecto a la regla (o a la serie de reglas) en cuestión, considerada
en lo sucesivo independientemente de las disposiciones, sobre todo institucionales, a las
cuales está sometido, en el plano convencional de la Carta" (par. 188).
También en el asunto Nicaragua la CIJ señaló que "el Tribunal observa que las resolu-
ciones de la Asamblea General, aunque no son vinculantes, pueden a veces tener valor
normativo. En ciertas circunstancias pueden proporcionar pruebas importantes para de-
terminar la existencia de una norma o la aparición de una opinio iuris. Para saber si una
determinada resolución de la Asamblea General cumple ese recaudo, hay que examinar
su contenido y las condiciones en que se aprobó; también hay que ver si existe una opinio
iuris en cuanto a su carácter normativo. Puede ocurrir, asimismo, que una serie de reso-
© FUOC • P08/73531/02609 43 Fuentes del derecho internacional
2)� Actos� jurídicos� que� tienen� un� contenido� obligacional� de� comporta-
miento por parte de los Estados. El acto en cuestión no obliga a obtener un
resultado sustantivo del destinatario, pero sí comporta la aparición de obliga-
ciones accesorias de comportamiento, con independencia del resultado mate-
rial al que conduzcan. Un ejemplo lo encontraríamos en el art. 4.4 de la Cons-
titución de la Unesco que establece la obligación de los Estados de remitir las
recomendaciones o convenciones aprobadas por la Conferencia General a las
autoridades nacionales competentes en el plazo de un año, a contar desde la
clausura de la sesión en que fueron adoptadas. No se exige, sin embargo, el
cumplimiento efectivo de la recomendación.
alcanzar aquel resultado. La obligación jurídica del Estado se cumple con la El artículo 249 del Tratado de
consecución del resultado establecido en el acto en el momento fijado, dejan- la Comunidad Europea (TCE)
establece que "la directiva obli-
do libertad de medios a los Estados para lograr su realización. gará al Estado miembro desti-
natario en cuanto al resultado
que deba conseguirse, dejan-
4)�Actos�jurídicos�con�contenido�obligatorio�en�todos�sus�elementos para do sin embargo a las autorida-
des nacionales la elección de la
los Estados miembros de la OI, sin que quepa margen de maniobra relevante forma y de los medios".
de los Estados en su cumplimiento.
Resumen
Cada ordenamiento jurídico nacional tiene sus propias reglas que determinan
la participación de los órganos del Estado en la conclusión de tratados inter-
nacionales. En derecho español, la Constitución establece que la capacidad de
concluir tratados internacionales corresponde en exclusiva al Estado central
y es ejercida por el Gobierno. Las Cortes participan en el proceso de celebra-
ción de tratados con la otorgación (o no) al Gobierno de la autorización que
le permita, si lo considera oportuno, manifestar el consentimiento del Estado
a obligarse por un tratado internacional. Esta autorización adquiere forma de
ley orgánica en el supuesto de que se esté transfiriendo a una autoridad supra-
nacional el ejercicio de poderes soberanos.
© FUOC • P08/73531/02609 45 Fuentes del derecho internacional
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