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HOTEL BOUTIQUE

Un hotel boutique es como el arte: difícil de definir, pero se reconoce cuando se ve.
Construir un hotel boutique del siglo XXI es mucho más complejo que hacer uno de
marca, convencional, que ya tiene estándares bien establecidos para satisfacer a un
amplio espectro de clientes. Un establecimiento boutique debe ofrecer una experiencia de
alojamiento única en su tipo, con una personalidad individual. Antes del lanzamiento de
Holiday Inn en los años 60 de la pasada centuria, virtualmente cada hotel era boutique,
considerando la singularidad de su apariencia y el producto que ofrecía. Con la explosión
de las marcas, los hoteles independientes comenzaron a desaparecer hasta su
resurrección, a inicios de los 80 cuando varios emprendedores inventaron el concepto de
marras.

Desde entonces, los hoteles boutique han florecido y hoy en los Estados Unidos obtienen
mejores resultados que los hoteles de marca y servicio completo en cuanto a niveles de
ocupación (74,5% versus 72,9%), precio promedio diario (198,68 USD vs. 153,59 USD) e
ingresos por habitación disponible (147,02 USD vs. 111,03 USD).

No existe una definición precisa de que es un hotel boutique, pero las siguientes
características son comunes en las versiones actuales de este tipo de establecimiento de
alojamiento:

 El tamaño es determinante. La cantidad de habitaciones de los hoteles boutique


oscila entre 20 y 150. La capacidad de ofrecer el servicio personalizado requerido
por estos establecimientos se hace exponencialmente más difícil con más de 2000
habitaciones.

 Categoría alta o superior. Es casi imposible ofrecer una experiencia boutique por
debajo de las cuatro estrellas.

 La calidad de la comida también es determinante. Los alimentos y bebidas


definen un hotel boutique. La mayoría de los hoteles de marca perciben el
restaurante no como un mal necesario, en tanto ven el hotel como un conjunto de
habitaciones con un restaurante. Por el contrario, los hoteles boutique más exitosos
son precisamente un buen restaurante con habitaciones para alojamiento.

 No para grupos grandes. Los hoteles boutique deben tener un limitado espacio
para eventos. Cuando un establecimiento de este tipo depende del segmento de
eventos en más del 10 o el 15% de su demanda semanal, el hotel comienza a
perder su personalidad única. Tener 100 personas con credenciales sobre su pecho
en el lobby rápidamente desviará a los clientes de otro tipo para los que está
concebido.

 Envejeciendo y mejorando. Los hoteles boutique típicamente se establecen en


estructuras antiguas, únicas, que han sido reconvertidas de otro uso. Es decir, el
edificio no debe haber sido construido expresamente para operar bajo ese
concepto. Estas estructuras contribuyen a que el establecimiento emita una
personalidad única.

 Decoración caprichosa o contemporánea, hecha por un diseñador


reconocido. En este sentido, es importante innovar, no imitar, lograr un diseño
audaz y personalizado lo mismo en las áreas públicas que en las operativas;
mantener la flexibilidad para ajustarse a las necesidades del mercado y del
operador; así como procurar la óptima calidad de los artículos en contacto con el
cliente.

 La ubicación no lo es todo. La ubicación de estos establecimientos no es tan


importante como puede serlo para uno de marca. Hay huéspedes que se desvían
hasta 50 millas para alojarse en un hotel boutique.

 Lobbies increíblemente reducidos. Los lobbies de los hoteles boutique


generalmente son mucho más pequeños que los de los hoteles convencionales. Lo
que hace la experiencia de los huéspedes mucho más íntima.

 Pero ingresos mayores. Los hoteles boutique bien administrados tendrán


menores costos de operación y mayores márgenes de beneficios que los hoteles de
marca. Por demás, la escala de este tipo de alojamiento facilita al propietario el
control de los costos.

Los hoteles boutique crean un punto de referencia para intereses compatibles y


específicos. El punto de referencia es una combinación de diseño y servicio. Cuando el
huésped llega a estos establecimientos se siente inmediatamente en casa y encuentra que
el personal lo aprecia. Crear este punto de referencia es la clave que los diferencia y es
esencial para su éxito.
El hotel debe crear una experiencia personal a la medida de cada cliente y completamente
orientada al servicio. Por ejemplo, todo huésped repitente debe ser llamado por su
nombre en su segunda visita y las subsiguientes. Cada cosa en el hotel debe tener el
propósito de hacer más personalizada la experiencia del cliente.

Para desarrollar un hotel boutique, es necesario contar con un estratega. No se trata de


un arquitecto ni de un diseñador, sino de alguien que entiende perfectamente los aspectos
físicos y de diseño del hotel, y lo que es más importante, tiene una apreciación sofisticada
del teatro de la hospitalidad. Puede identificar al tipo de huésped que se alojara en el
hotel y así lo concibe para atraerlo.

Este especialista se concentra en descubrir los elementos especiales que diferenciaran al


hotel para sus huéspedes, sin conceptuar para el promedio, porque eso solo conduciría a
la mediocridad del producto. Un hotel boutique no puede ser todo para todos, su visión
debe claramente identificar que es y que no es.
Confiar en la buena suerte no es una estrategia para diseñar un hotel multimillonario.
Apoyando al estratega siempre existe una firma que identifica el mercado potencial que
existe para ese segmento. Este tipo de investigación debe ser penetrante. Si Henry Ford le
hubiera preguntado a sus clientes que querían a inicios del siglo pasado, probablemente
hubieran respondido que un caballo más veloz. Los viajeros de hoy tal vez soliciten una
cama mejor, a menos que el investigador penetre varios niveles para determinar lo que
hará la conexión emocional.

Basándose en la investigación el estratega crea lo que sera el guión del hotel . En este
punto, el estratega debe seccionar la compañía de gestión adecuada para colaborar con la
producción final. Juntos, crean un equipo multifacético que convierte el guión en la
producción terminada. Para ajustar el tono, el estratega comienza el primer encuentro
grupal destacando que el equipo debe enfocar el proyecto atendiendo a los resultados de
la investigación, en contraposición con el diseño original.
Cada miembro del equipo incorpora sus talentos especiales. El arquitecto aporta
funcionalidad. El diseñador de interiores crea el set en el que la experiencia del hotel será
vivida. Los consultores en marketing, así como los especialistas en relaciones publicas,
publicidad e internet, añaden valor refinando la visión y sus mensajes. En conjunto, crean
la estructura para una ventaja competitiva sostenible a largo plazo, una ventaja
importante y que actúa como un poderoso imán hacia el mercado meta.
Fuente: Mark van Hartesvelt/”Bulding a better boutique hotel”

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