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REPARTO
O (por orden de aparición)
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MARA GOYANES
Pedro
MARIBEL LARA LUIS HOSTALOT
Hipólito
RODOLFO SANCHO
Rosa Marcelo
CRISTINAJUAN JUAN CALOT
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\/estuario DINAVALDEMORO
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unque en la actualidad el que apuntabaSalinas.Lo que sí resulta
concepto de generacíóndel 98 fue¡a de toda duda es la existenciade
haya quedado en entredicho un grupo homogéneo fornudo por
O parano pocosestudiosos, no cabeduda Baroja,Azoúr.ry Maeztu, el conocido
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de que se trata de una denorninación cono grupo de fus ?i'es, ya que con ese
: que ha tenido mucho éxito desde que pseudónimofirnaron algunosartículos
Azoún acurfaseel término, en unos e i n c l u s o ,e n 1 9 0 1 , p u b l i c a r o nu n
t ) artículospriblicadosen 1913.Se trataría Manifesttt.Y,en busca de esa figura de
de un grupo de esc¡itolesque cumplelr guía que señalábamos¡ntes conlo
¿ en ¡layo¡ o lllenor ¡rredida los común a todos los movinientos
"requisitos generacionales"
que el poeta generacionales, enviaron dicho
Pedro Salinas,en un ensayo de 1935, Man¡liesto a lJnarnuno buscando str
¡ establece para poder hablar de apoyo y serialándole con ese gesto
genelación literalia, entre los que conto a su predecesory maestro.
dest¡c¡n terer ntís o l)euo5 lJ ltisul¡
edad, una foruració¡r intelectr¡al Don Miguel de lJnamuno y Jugo había
semejante,un lenguaje generacional n a c i d oe n B i l b ¡ oe n 1 8 o 4L. ¿ d e f i ¡ r i c i ó n
propio y agrupaxe en torno r una que de sí mismo llos ofrece colno "un
figura que h¡rá l¿rsvecesde guía y a un ho¡lbrc de contradicción y de pelea",
"uno
acontecilniento que les sirva de qtre d¡ce un¡ cos¡ con el cor.rzón
elemento unificador, que avive las y la contlaria con la cabeza,y que hace
relaciones ent¡e los miembros de la de es¡.rluch¡ su vrdr", resultaexJcrísi¡)la
g e r r e r , r c i óyrJr e sr r r u e v r .lr, ¡c e l e b r ¿ c r ó n pJlJ courprcndcrel lortisin¡ocar.ictery
de actoscolectivospropios. la personalidad-tan contradictoria que
a vecesresLrltaincluso paradójica-de un
Azoún ofi-ecía,en los citados artículos, autor cuya obra fue ante todo un
un¡ nómina de esc¡ito¡es tal vez intento de e\presa¡ su concepción del
excesivamente anplia (entre los que hourbre y del mundo, de investigaren la
incluía, pol ejemplo, a Benavente y a esenciay la conciencia del se¡ humano,
R u b é n D ¡ ¡ í o . ¿ u n q u e r o ¡ A r r t o n i o colllplolretido con su pat¡ia y con su
Machado), con autoresque dificil¡rlente ti(rrpo y ¿ten¡o sólo a ser fiel ¡ si
podúa decirse que cunplen los ya lnisn'ro y a sus convicciones mas
"requisitos
señalados genelacionales" íntir¡as.
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S u p r o d u c c i ó n l i t e r l i r c o n ' r p l e n d e de h.qcacmciríar/c/ 98 tenentos que
ensayosde nruy diversr índole,rovel¡s, ilrcluil a L.lnanruno col'l'lo uno de sus
poelnas, artículos peliodísticos de ntásirDportantes contponeDtes.
opinión y de crítica, obüs tearrales,
libros de viajes,v orlls obras de dificil Como hel'l'losvisto, junto al teatro
catalogrción.Caracte¡ísticas conlunes¿ ¡bordó Unarlluno todos los géneros
todr su producción son la houdu¡a litelalios:cien¡osde ensayos y ¡rtículos,
filosófica y el escasoadorno en las una e\telrsa obra poética, cuentos,
nrisnas,y temáticamentepuede dectse novelacortx,novelahistórica,novelade
que todas ellas se ¡efieren en n1¡yor o ideas...Pero ahora nos v:rmosa detcncr
ruenor medida a las dos grandes exclusivanrenteen el ¡nálisis dc su
pleocupacionesdel autor: la búsqueda pr-oducción dlamática, de la que
del sentidode la existenci¡huntaDay el s e ñ , r l . r l c r l o rp r i r rr el o q u c p J r r i c i p , r .
problemade Esparia.Con rodo esro,es conro el ¡esto de la ob¡a unrmunra¡ra,
evidcrrrqe u c r i . r c ( p t J r l o \i . r r s r r r e l c i ¡ en el intento de regenerrrlos géneros
literalios, en este caso el drama; y dieciséis años y que nos ha llegado
segundo,que dentro de la ingente obra inconpleto, El custiónde Calabasa,dos
de lJnamuno, no puede decirse que la pieza nrenores,el saitete la princesar{oña
producción teatral sea en absoluto una L¡nl¡ra y h farsaI-n r/ifritn. y una versrón
actividad malginal. de la Mcd¿¿,de Séneca,escritaen 1933 v
errjurtio dc ere rrris¡rro
tepresettr.rdl ¿ño.
En efecto,con sólo echa¡una ojeadaa la 1o qrtr srr¡rrrso
prr.r Urr.rrrrurroLr úuica
cantidad de títulos dmmá¡icos \, a las vez que lio lepresentadau¡ra obra suyaa
fechasen que fueron escritos(sepuedelr poco de haber sido escrita.
consultar los datos de su obm e¡l el Y es que otra caracte¡ísticadel teatro
cuadro del aparrado de .4tiricl¡clcs unamuniano esIa escasaaceptaciónque
dedicado al Co¡/rc.\¡di¡^¡(jrl¡o,-ro.ial I tuvo en su época,,vcasihav que decir
rriltrrral),nos damos cuenta de que que incluso en la actualidad.El tearro
dedicó a ello mucho tiempo v mucho de lJrtauruno es. sin duda. la parte
esfuerzoa lo largo de toda su vida. Son menoscollocidade su obta:desusouce
en total nueve dlamasescLitosen cuaüo obrasoriginales sólo ocho se estrcnaron
nlomentos cronológicos:1898/ 1899 (L¡l en vida del autor, y de ellas sólo
e5fingey La ucuda),1910 (El pasadoque podríamos habla¡ de una, El otro,conro
welvc y Fedn), 1921/ 1922 (Soladatly de un relativo éúto. Señalamosademás
Raqucl encadenada), 1926 (Sonbns de Ia i¡onía de que ese é\ito teatral que
suetioy EI otto)y 1929 (EI hernanoJuan nuestla autof se afanabaen encontraLv
o el trlundoesteatro).Aestoha)¡que añadir que le era negado lo encontró un
un temprano salnete escrlto col-l drat'uanrgo de poco renor-nbre,Juliode
Ho1'os,al adaptarpa¡a la escenaen 1925
la novela de (Jnanuno Nadú ntulr.;.!
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todoat honbtc,contal fortuna que Ilegó
a ser representadapor la compariia de
Pirandello en ltali¡.
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que letra y n.rásinstinto que idea", una maldición lanzada contra él por su
obÉ truculenta, con una Fedra poseída proplo padre.
por la pasiónde tal modo que es capaz
de asesinara unajoven esclavapol celos Tras esta representaciónpoco exitosa,
de Hipólito.Tal vez Unanruno conocia Sófoclescompuso otra Fcrfra,que no se
la Fcdrc de D'Annunzio, pero no la ha conserv¡dopero que pareceque ya
nenciona nunca,y a su autor lo juzga trataba a la protagonista de modo más
n-luy duran-rente en alguno de sus comedido.Y el propio Eurípides realizó
ensayos, citándole "ese
con-lo la versión más conocida, todavía con el
insoportable con-rediante, vano y título de Hrpóllto,en la que la madrastra
hueco". Por todo esto, y aunque el lucha cont¡a su pasión incestuosay,
esc¡ito¡ italiano conrpuso su Fcdru en aunque Hipólito n.ruere por la
1909, su influencia en la obra de maldición de Teseo, también muere
lJn¿nrunopuede consrderarse nula. Fedra,que se suicida heroicanente para
evitar su infidelidad, y después de
Lo primero que cabe destaca¡ de la confesarsus c¡ímenes.
histo¡ia ¿/eFerfraes que apareceen la
literatura enfatizando más la figura del En todas estastragediasgriegas queda
hijo que la de la mad¡astra.De hecho, bien claro que tan central es la figura de
las primeras ob¡as llevan el títr.¡lo de Fedn conro la de Hipólito, que es
Hipólíto. quien da título a las obras, ya que su
tema es la venganzade Ia diosaAf¡odita
La cútica parece esta¡de acue¡do en la por los desdenes del joven, que
existencia de dos Hípólitosescritos por cons¿gr¿ todossur s¿crificios
a Árrenris.
Eurípides en el siglo V a. de C.: el despreciaa la diosa del amor y se burla
primero no debió de gustar al público, de aquellos que se rinden a sus
q u e l o c o n s i d e r ó u n a v e r s r ó n pasiones.Aunque es nrás que posible
demasiadoatrevida,con una Fedra que que Eurípides u¡iliza¡a a estas diosas
declaraba abie¡tamente su pasión a como símbolos de la razón y de la
Hipólito y que no dudaba en intentar pasión, es Afrodita quien mueve los
cualquier artimaña para lograr sus hilos en el co¡azón de Fed¡ahaciéndola
propósitos, y que acabaría con la enaDro¡arseperdidamenre del hljo de
mue¡te del joven, victima de la su esposo sin tener en cuenta ni el
decoroque se esperade una reinani las n'rito una original perspectivapalaciega
leyes que prohiber.r el incesto.Y sólo y política. Para ulost¡ar r Hipólito mas
para evitar escar¡dalizaren excesoa l¡ hu¡ttanole haráa su vez ena¡lorarsede
sociedadde su tieurpo sitúa al n¡¡ido, Arici.r.co¡¡ lo qrre los crlos .<rán
el rey Teseo,lejos de la colte, e¡t ur1 tanbién un móvil iurportante de la
peligroso viaje que todos temen que actuacióDde Fedr'¡.Y para no Dttnch¡r
hayaacabadocon su vida. nr.i. l.r figrrr¡ de l.r reirr¡.Lr conleriól ¡
Hipólito y la calumnia ante Teseolas
Tlas estasobr¡s comieDzaun ploceso hará efectivrsla nodriza. Pero en h obra
de reivindicación de la figura de Fedra: de Racine, Fedra es una enferlna
la obta de Séneca(sigloI d. de C.) lleva arrebatrda por Ia pasión, capaz de
y¡ por titulo el nombre de la heroíDa,y entender que anr:t contrr la lazón y el
.r lcseoc¡t los I¡lfier¡lor.eD honor', pero incrpaz sin emtrargo de
¡ro\ prercrrt.r
un viaje corr r¡nosfinesprobablemente renuDciara sus plete¡tsiones.Incluso
anlorosos;con esto se cumplen dos cua¡rdoal final del dramareconozcasus
funciones:por un l¡do, h de presentar¡ errorr. y 1.rinf¡¡rri¡ de \L¡s,rctos.rod,rvis
Téseo como un hombr-e nrujeriego y l¡mentará¡ro haber obtenido con ellos
desentendido
de su esposn;ypor otro,la al menoslos favolesde Hipólito.
de alejarlede Fedla y que ésta pued¡
creerle nluelto, con lo que no ! tms algrna que otla adaptacióndel
conteteríael delito de tdulterio. En l¡ tenra en el siglo XIX, productos de ur)
obr¿ latina, el prpel cle la ¡rodriza es Iol-rullticismo tardío y de escasacalidad
mayor (¡le en la de Eurípides,tanto en liremria que llena las obrs de aluoles
lo que se refierea la conlesiónde Fedra itt0arttados y erple.ronesgrur)dilocucr
rtes.
a Hipólito como en l¡ calulnnia que llegarlos a la Fcd¡a de lJnamuno, que
levantanal hijo lrente al padre.Y urayor ¡bandon¡ el escen¡¡ioprhciego de la
t.rr¡rbiée
r rl , r l r e p e r r c i r r r i e D
d et uF e d r ¡ . Glecia clásicapara situal su obra en un
que se suicidr ar-rtelos lestos del hr¡o, lmbiente atenrporal, aunquecelcanoal
tlas habel confesadosu crinren. posible púrblicoo lecto¡. Esre cambio
¡GctarÍr también al nonrble de los
En el casodeJean l{acine (1639-1699), personajes,pero rlás importantesrÍrn
su Fedra se adorn¡ coll nuevos s o r ) l . l \ v J r r , ¡ c r o n ee.r r s u p s i c o l o g i r .
cl(r)rÉrtosre\pecto ¡ lls obr.r. cli.icl. con una protagonist¡ a la vez entregada
de las que deriva, construyendo un a su pasióny luchando por no caer elr
refinado espectáculo en el que da al ella;un Hipólito que resultaante todo
d
un buen hijo, que intenta comprender al argumentoy a la puestaen escena. En
a su madrastra,que se apiadade ella,y p l i n t e rJ u g , rqr .u e H i p ó l i r on o r r r u c r e . l o lJ.
del que no apArecen esos lasgos que \uponc i,¡ innov¡ción rrri,
r-r-risóginosque caracterizaban al importal'¡teint¡oducidapor lJnamuno
protaqonistade Euripides y Séneca;y respecto de las Fcr/¡asprecedentes.;y,
un Pedro nruy distinto del Teseode las por otra parte,lamue¡te de Fedraque,
versionesprccedentes, más parecidoal aunque ocur¡e fuera de la escen:r,
tópico del caballero espariol, buen ocupa todo el tercer acto: los demás
cristiano,buen padre y buen esposo,y personajeshablan con ella fuera de la
muy preocupado por el honor y la visc.rdel ecpecr¡dor.pero rrrortrlrán
honra suya y de su ñr.nilia. a¡tte estesusentociones.
!,1
itu¡clos \':r r'1rl¡ olr clurllitic¡ cle Y¡ he¡ios señ¡l.rrlol¡s lirc¡tcs de las
U lJn¡nru¡o. v eltendicndo por sn clue betre cl irutor, ptles es cl¡ro (ltlr
filosofia,pol sLl ciuicter. e inchlso Urt,rrttLuL, o r r u c i u . r L I c l r . i. .l e l c l . i . i i , ,
por sus vircncias su pleclilecciónpor l;t griego. las obr'¡s más itnportlntes cle
F trageciir (sus re scial¡d¡s c¡isis de fe, l¡ crlill'ltlls lll)tes c¡rreé1 habíln tr¡t¡do el
N
r l r c l t ( \ l c \ u l r i j , ' . c r), . ¡ ¡ 6 L . c s o . t i o q t r c viejo terrrl cle Eur'ípides. especi¡Lnentc'
¡ r.tr .lLrtor \( ]l r) r fij.rrlu<rrl.rúqrrr,r u,igti,r l¡s de Sú'ncc¡v R¿cine:cn I910 escribe
z de Feclm.P¡'inrer<¡. lo hq' quc olvidarlo. el xlitor que h¡ leíclo ¡ Eurípides y
polque lJn¡ruuuo cra c¡teclráticode piensl escribir una li'd¡¡ nroderna;r'
"Vo,v leer l\rcilre': ¡ buen
s griego en h U¡ivelsid:Ldcle Salatnauca,
conocí¡ ¡ l'ondo el rrrundo clásrco.Y
\, .rñacle: ¡ ¡
scguro clue lo hizo. Pero (Jn¡r'l'tuno.l-to
segundo,y sobr,:todo,porcluela figura de poclír sel de otr¡ lllauem,quiere hacer
"DeJ
Fedr¡ encaru¡ por antorlol'11¡si¡la u l r a o b r ¡ o r i g i n a l : d¡arrr¡ de
i¡ñr¡crr¡ns.r l.rrrurjrr-. F r r r i p i , l r r. , l c l d e R . r ,i ¡ r en o r c n ( l r , i s
h¡ch.rJeJJrorrrbrc.dc
contra su clestilo, douúnlda por una que el arllunlento escrleto,todo el
pasiól incontrolab)e que le h:rce desarrollo c"s distinto. La uractastra,
enfie¡ltalsea toclaley hunranao divina. Fedra,que se e¡ranror'¡de srr hijirstro.
ffl
u.,
Hipólito, le solicita, es rechazada,le fornran estos tres personajes,mLlcho
acusa al padle, sr-rlnarido, de qne fue mejor dibujadosque el resto:el ama, la
Hipólito quien la soliciró,enemistaa criada y Marcelo, el médico amigo de
padle e hijo,v acabasuicidíndose". Ped¡c,tienen ¡ua firnción evidentemente
nlenor en el desa¡rollodel conflicto. La
,:Dónde está la oliginalidad de n'rayolparte de lasvecesse utilizan col'l'lo
lJnamuno? Col'no hemos visto, puede la mirima apoyatum dmrnática que se
ésta establecersetanto en aspectos permite el autor p¡ra explicarnos
tel-náticos y arguDrent¡les coDlo ell algunos elenentos cuyo conocinliento
:rspectosfolnales, pero siempre en por parte del lector o espectador
rel¡ciórrcon esl sobried.rdc.lrJcreriitic¡ conside¡a imprescindible; así, Ios
de todo el teatro unanruniano,con eso diálogoscon el ama (que tiene ur papel
que él mismo definía como la a vecesmuy celcano al tópico de la
"desnudez
trágica"de susobras. confidente) o la figura del médico, que
ayuda a entendel no poco las
En cuanto a los aspectostemáticos,la calacteústicas
de la obsesiónde Fedra.
desrudezunar¡¡uniarra
del drarrraexige
Del mismo nlodo que junto al
r.ln t¡atamiento exclusivo del co¡rflicto
dramático,mostrando el tema centlal de tliángulo esencial de la obra (Fedra,
la obra, en este caso la fat¡Iidad de la
Hipólito, Pedro) aparecen otlos
pasiónanorcsa,de uD nlodo descarnado, personajescolaterales, junto al tema
sin adou'lo y sin otros argunlentosque p l i n c i p . r l d e l c o n f l i c r o ( l ¡ p r s i ó n
distraigan la atención del espectador. amorosade Fedrapor Hipólito) asomar.r
Esto se lleva a cabo mediante uux otros colno Ia soledad de Fedra, su
reducción del conflicto al n.rínir.no:el c . l : \ . t n l i c n t oc o n u I ] h o | ] ] b r ( c i ¡ j i
tormento de Fedra,su intento de ganar ¡uciJlro o I¿ uraterlrid¿dfrurtr¡dr. Escos
a Hipólito, su calumnia que sepam a temassecu¡rdarios tiene¡ren la ob¡a la
padre e hijo y el pago que deberáhace¡ mismafunción que la de los personajes
por elJo.pues <ólo su rrllerte volveri J secundarios: apuntan asuntos que
unir a Pedro y a Hipólito. lJnamuno prcfier€ no desarrollar para
no distrael al espectadordel conflicto
Es por esto que la traDralu¡ldane¡ltal ese¡rcialdel drama,pero al fin y al cabo
de la obra se centra en el triár'rguloque su aparición siquiera nrínima resulta
indispensable para entender perfecta- lo que intenta descargarla fuerza del
nrente el tena central de la ob¡a. destino explicando la enajenación de
Fedra por notivos distintos de Ia
Sin embargo, hay dos temas que influencia del hado: nos habla así de los
resultan especialnente interesantes,y ya rrrencionados ten)¿sde l¿ in0uenci¿
que tienen mucho que ver con la genética (y eso explica las oscu¡as
concepción de la tragedíacristíanaque referenciasa la r.r.radrede la protagonista),
pretende escribir Unar-nuno,que es otra
de algún tipo de enfermedad
novedad con respecto a las Fedras . psicosomáticaen ella, de su soledad,
precedentes:nos referimos a la figura casadacon un hombre mucho n-rayor
del destino y a la redención de la y sin hijos...
protagonistaa t¡avésde su mue¡te.
Sin embargo,y con una contradicción
Pa¡a hace¡ un¿ Fed¡a moderna prensa típicamente unanuniana, el tema del
t-Inamuno que esimprescindiblesusntur¡ destino, del hado, de la fatalidad, es
el mundo politeístade los griegosy hacer recurrente en boca de casi todos los
"Fedfi
úna c¡istiana". Este can-rbio es personajes: Fedra es una mujer
evidente en la desapariciónde cualquier enajenada(cuando Eustaquiale llama y
"Es
referenciaa los diosesque aparecíanen la le reprochasu pasión.confiesa: 4le
obra de Euúpides y, en menor medida, no so)tyo, ana, no soy yo") en la que
en la de Séneca;yéstees el sentidoque razón y pasión se en[rentan (" Eustaquia:
tienen en la obra Ios personajes del Peroqué,¿no se te quíta esode la cdbeza,
¿rn¿.la criada y la propia Fedra. de Fedra?Fedru:¿Ay,Eustaquía!si hultíesede
algún rnodo personajes cristienos, ser de la cabezasólo, ya se ne habría
rczailores,aunqte nuchas veces poco r1uitatlo,
pero... Euttaquia: El corazónes
ortodoxos. Pero el c¿rrbio es nrás nás rebelde,lo sl.") con una fuerza tal
complejo a Ia ho¡a de trata¡ el ten.radel que Fedra cree que es su destino ("ifu
destino.consustancial al género crágico Jarnlidad!¡la tatalidadl). Incluso quien
clásico pero dificiln.rente compatible más se negaba a aceptarlo desde una
con la filosofia c¡istiana del homb¡c. visión cristiana de Ia existencia,que era
Eustaquia, el ana, será quien cierre la
En efecto,IJnamuno se en-rpeñaen dar obra con estaspalabras." ¡Tinía razón,es
ese acento cristiano a su tragedia,para el sino!".
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Todo esto hace que la fisura de Fed¡a que dedicamos¡ h estructur¡ de la
.rdqrrieml . rd i ¡ ¡ r e l s ¡ ó dn e l 1 r É r oter . i g i c o obra. y de la que serialamos
por ahola
mezcladacon eseespílitLlcristianoque que puede estlrblecerseen téminos de
qlrcris Un¡rturo p.rr.rsu prot¡go¡¡is¡.r. deseo,culpa, expiación y redención.Y
Bien es verdad que emprria esl esto es lo qr.¡e explica que, ante la
grandezatrágica con el acto ruin que iniposibilidadde recibir el perdón por
supone la mentila sobre Hipóliro, al sus accioDes,va que aLr;tncande una
acusarlede ser él quien la solicita;pero prsión que no se siente capaz de
¡to es meDos cierto que lava su culpa dominar,la muerte de Fedla asuntael
con el saclificiode su propiamuerte:de significado de un s¡crificio en el que la
nuevo la contradicción, porque es protagonista es a l¡ vez víctima y
verdad que no se :r¡repientede su amor' verdugo, ofrenda y oferente.
por Hipólito, del que no se cree
culpable,aunquesí de su suicidio:"O/r, Co¡rect¡do con todo esto! Llno de los
sí, sí, ahora .rcl, íhom sí quc ttct, 1, aspectosmás interesantesde la ob¡a es el
rcrct¡ozco)t cottÍicsa
Di rí¡Ict¡... cl tiltin¡o concepto dc crrlp.r.Desde el pr-irrcipro
soltrcntlo, cl dc ui nwcrtc." cleldüma Eustaquiale rcprocha;"¡Hoülar
rlc.fatnlir{arl.s qüc¡crtcr rcucítld,Fetl¡a!".
Claro que aquí se observauna nuevay Pero esamol quien manda,y ahí r'esideel
r r r ¡ r c ¿ d ¿c o n t r ¡ d i c c i ó ¡ rl:¿ r e d e n c i ó l concepto de lo fatal, pues cuando
pol la muerte estí en el gerlnell del Eustaqtriale drce'."Fcclrc,Fcdm,cstcatttor
cristianismo,peto no hay que olvidar ulpablc.,,", Fedra contesta "¿Culpablc?
que Fedra se suicida,cotnetiendouno ¿Qrrl c-rcsodc aaor alpablt? Si c-r¿r¡¡orlo
de los pecadosconsideradosurásg¡rves ts ,ulpnblc, ¡ :i csulpnl,it... . Ln cu:rlquier-
para los cristianos.Este punto resuha caso,volventos¡ esascontladiccionestan
fundamental parr entender no sólo el unidas a la figura y a l¡ obra de
nrensrje del drama (pol eso la obrt no LJnamu¡lo: estanlos ante el poder del
acabl con l¡ mue¡te de Fedra,sino col-r amor, frente al que el autor diluye
l.t c.rrt.rer Jl quc rrplicr su err¡l,rñoy rerpons.rbilid.rdes
y culp.rbiJidrdes.
casi
que redime su memoria a Ia vez que dentro de la tmdición c¡istiana del "a
trr¡r de rrurvo .l p.ldt-( e hijo; sirro quien mucho ar-r-r:r
rnucho sele perdona"
t¡mbién la estmcturadel misnro,como del erangeüo.v que cou S.rrrAgu'rín
velel'l'rosDrás adel¡nte en el apartado llegaa decir:"Ar.nay haz lo que quieras".
Desdeuna perspectiv:rcristianaortodo\a, que desbordaa la protagonista,se evitan
Fedrapuede ser condenadapor no saber los recursosretóricos y las disgrcsiones,
apartarsede Hipólito, y pol urdil una y los diálogos son vivos y rápidos, con
mentira para conquistarel aDrordel hljo la inclusión de algunos rasgospropios
utüzando inch¡so la coacción u1ásvil. del lenguaje rulal, a vecesalc¡iz¡nte, tan
Pe¡o tal vez seaella a la vez la culpabley del gusto del autor ("cres cn dunsía
la víctim¿r,ella el campo de batalladonde Fctlm",le dice su esposoiy su
cavil<tsa,
ir reuú'iblelrcrrte lib¡an su lucha Ia ¡¡zón h¡o dice que él no se anda con
; "
) l¡ pJslon. C5 OCClr.^tet)CJ y l\ltenus. arnn¡atos), lasotuías").
utüzaDdo el recursomitológico como en
el clásico de Eurípides.Entonces no es Respectoa los demásaspectosfornules,
más culpable de lo que son todos los el propio lJnamuno escribió:"Es una
der-násparticipantes del drama, como obra que no tiene aparato,de una
ellos nlisl'r'rosién confesando:Hipólito, sir.nplicidad adrede exagerada. Seis
por no habersedado cuenta antesde la personajes,en rigol tres, la mislna
pasión de su uladrastray haber buscado deco¡aciónde una casacualquierapara
un rcmedioi y Pedropol su egoís1'no,
por los tres actos,trajesdel día, todo de una
haber pensadoen él núsmo antesque en desnudez extrc¡1a". Claro que esta
ella; Marrelo, como nédico, añadiú la sencillezno es desinteÉspor los vaiores
explicacióD ¡Iás racio¡¡al achacandolaformalesy estéticosde la obla, colno el
enajenaciónde Fedra¡ lrua enfernled¿d prcpio autor señalóen Dlúltiplescartasy
hrredadr.y Eustaquia.
cornohetttosvisto. docur'¡rentosescritos a propósito de su
acabarápor creer que su señom ha sido Fcdru.De hecho, muchos cr-íricoshan
víctim¡ de un destino despiadado e serialadoque precisan-rente
estaobm esla
inamovible. que J6n))Jl.rer.rprde nl¡durezdr¡rrrjticr
de lJn¡r'nuno.Como señrlaJoséPauJino,
L ¡ d e s ¡ r u d e zt r á g i c r q u e p c r s i g r r r seprcduce en el lector o espectador"una
lJnamuno pam su teatro,y que hemos impresión dolrinante de que FcrÍa es un
analizado en sus aspectostemátlcos, texto dramático donde Ljnamuno ha
tiene una cor¡espondenciaevidente en puestos!¡ nuyor voluntad de logro estérico,
Ias formas dramáticas.En cuanto al se ha jugado su concepciónmismadel
lenguaje,se hace sobrio para expresar teaüo,una vez aprendidolo que quena
con rotundidad la fuerza de la pasror-r h¡cer tmslos ¿ntenoreseryerinrentos.'
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También algunos técnicos -técnicos He querido presentarosunas alnlas
en arte teatral,no en dramaturgia-r'ne hulnanasa¡rast¡adaspor el torbellino
han advertido la escuetadesnudezde del ¡¡rro¡ trágico y he arr-ojadode uri
ciertas expresiones.He tratado, en obra todo lo que podía haber
efecto,de poner al desnudo el alma y r n c u b i e ¡ t o l a p o b r e z ad e l ¡ a c c i ó n .s i
el amor de Fedra, pero por creerlo clla es pobre. M¿s si es ¡ica e¡r sí.
urás poético. un amor así, fatídico, d e u t r o d e s i . p o é r r c r r r r e n t¡ei c ¡ . r i c a
sier]lprees herntoso aunque terrible - en intensidadtrágica,y si son ricos en
hernosísimo era Luzbel mismo- y humanidad los personajes,no podrán
debe aparecer desnudo. Desnudez, sino ganar con esaescuetadesnuciez.
que es siempre más casta que el Vosotros lo diréis, que yo ya os he
desvestido. dicho mi ir.rtención.Si bien en arte la
Los oídos más castosdeben y pueden intención no salva.
oír los rugidos de una latídica pasión
irresistible;lo que no deben oír son Decidid,pues."
las picaldigüelas de la sensualidad
h i p ó c r i t a o l o s d c ' a l r o g o sd e l v i c i o . (Texto compuesto por lJnamuno para
Sólo una gazmoñeria farisaicapuede ser leído en el Ateneo de Madrid, antes
f i n g i r r . c a r r d a l i z a r -d
s e l a c ¿ s ¡ í s i l t r ¿de la representaciónque allí tuvo lugar
des¡rudezcon que aquí se os presenta el 25 de marzo de 1918.)
un ah'nadominada por el amor fatal.
"No
sé,pues,si en el arte teatralse ha producido en esteaño,
I¡]
t¡r
"Esta
Fedra mantiene Ia grandezade su o¡iundez clásicay vale,
ante todo, como ejemplo cabal del teatro desnudo,lineal, sin
adornosni peripeciaslateralesque postulabaLjnamuno como su
máximo ideal".
DIARIO A'
DIARIO LA EPOCA
26DE MARZO DE 1918
ESPAAüá "Al
trasladarseal ambiente
conternporáneoy al de la
clase media, es decir, a un
28 DE MARZO DE 1918 ambiente reducido, reglado,
estrecho,la tagedía de Fedra
se corre otro peligro mayor:
"En
esta Fedra que acabamosde oír, el el de que el drama
Destino conserva su podeúo tremendo, ennoblecidopor la grandeza
mueve a los hombres, canbiado en una de Ia fatalidad,de la venganza
fatalidadnatural, que la ciencia conoce y de los inmortales, quede
estudia;pero su ímpetu se ¡ompe contra la reducido a... una historia
inconmovibleve¡dad" suciay torpe de alcoba."
CRITILO ANDRENIO
(ENRreuEDiEZ cANEDo) (EDUARDOGOMEZ DE DAQUERO)
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Conversaciones hace¡lo rcal, casicotidiano,en la persona
de su protagonistay en generalen todo
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con el cllrector el :rrblenre que 1.rrodel.Y c.. ¡ l¡ vez.
inteurporal en su sentido de etelno,
me¡ced al reflejo que nos muestra del
NUESTRA FEDRA alnla hutrr¡n:I, de sus pasiones,de sus
sentimieDtos,del debatepernlanente en
El tema de Fedla, la pasión fuera de que se encuentraentre su ploPio yo y las
control, cont¡¡viniendo todas las cilcunstanciasque lo rcdean.
convenciones sociales,
especialurentelas
existentes en la época en que nuest¡o EL MONTAJE
autor la esclibey sitúa;el amol llevado
hasta sus últilnas consecLrencias, en el Hemos puesto el énfasisen efecf¡ar la
caso de ljnar¡uno la muerte-suicidio- puesta en escenaatendiendo a todas las
sacrificio expiatorio,es, ante todo, Lrn contradicciones que refleja la ob¡a de
e x c e l e n t e a r g u r l e n t o t e ¿ t r a l s i forma realistay a la vez simbólica,actual
entendernos el teatro con-ro reflejo de y a la par sin extraerlade su época.
sentimientos y Pasiones ext¡emas.
Escaprr lo convencion¡ly lo convierre Realistaen la interpretación,en el trabajo
en singular, en extrao¡dinario. Tal vez de los actoles y en todos aquellos
po¡ ello nos hemos sentido elementosr¡tilizadospor ellos,ysimbóüc¡
especiahrente interesados en este en la est¡uctur¡ escénicadel decondo;
cúmulo de contradicciones que emana actual en el conflicto, y situada en la
de la obra de ljnamuno, en esta época en la que se escribió en cuanto a
recreaciónque hace del mito clásico,y los signosexternosdel vestuario.
que creo que le alcanzapelsonalmente
en su birsquedaconstantedel 1,,t. Nos ha parecido qr.representandoante el
espectador est.ls coDtr¡dicciones e\ternas
La Fedru de (Jnallluno es una obr¡ rros .obre h corr¡r¡dicción
:rhorrd.ib¡r
intensa que, sin er-nbalgo, cuida la interna de la obta. Sobrc el debateürterno
presenci¡de lo artístico.Tragediaque no de cada uno de los penor.rajes.Ésta es la
pierde la esenciadel clasicismodel que basede la puestaen escena.Éstay l¡ calid¡d
proviene el rlito, pero que lo ace¡rca
hasta individualy colectiradel equipode tmbajo.
I
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I¡.1
t¡r
Fc¡lrues una obra dificil, un ve¡dadero se alza el telón, a través de la
reto, ri¡lo de esostextos donde el auto¡ esttuctura corpórea del deco¡ado:
a través de los múltiples puntos tres paredes del salón-coclna-
suspensivos que emplea y por la comedor de una casona rural,
constlucción de sus fi'asesdeja en i n a c a b a d a si r r e g u l a r m e n t e e n s u
manos de los intér'pretesmultitud de altura, como si hubie¡a desaparecido
i n t e ¡ r c i o n e sl e. s o b l i g a ¿ u r r a c e n s i ó n ya una pa¡te de ellas,asentadassob¡e
constanteque no permite relajaniento u n s u e l o q u e r e c u e r d a e l b a ¡ ¡ o
alguno, dado que hay n.ruchascosas cocido y que se pierde fuera de los
que ¡ro se dicen textuah'uentepero límites de los n-ruros hasta quedar
que el espectadorha de percibir con rolgddo sob¡e el negro suelo del
nitidez para que las situaciones tablado de la representaciónsrn
alcancen el nivel con que fueron llegar hasta la cámara negra que lo
i r r r a g i n a d apso r \ u a u r o r .T a l v e z é s ¿ enmarca. Ent¡e las paredes y la
sea su nlayo¡ grandeza,la que hace cánara, tanbién un vacío: el del
que se distinga entre las de su época, mundo exte¡ior. Al fondo, un
generalnrenre n r u c h o n r á s ¡ e t ó r i c a s . panoranla que a la par de ayudarnos
Lo que nos ha permitido t¡atarla a c o n l a l u z a d i f e ¡ e n c i a ¡ l o s
nivel interprerativode una lorul¿ nrás momentos y los pasos de tiempo,
n r o d e r n a¿
. h o n d ¿ n d oe n I a p s i c o l o g í ¿ v u e l v e ¿ r e n r a r c a ¡l ¿ s e n s a c i ó nd e
de los pelsonajes. v ¿ c i oe x ¡ e ¡ i o ¡ .d e e s p a c i on o r e a l .
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2. EXPRESION ESCRITA - l¡ rel.rción con Pedro
- la lprensión con que trataa Marcelo
- la inriluidad cou el ama
- el trato con la cri¡da
2.1 Análisis de las críticas.
'El i¡rreIés del autor por ofrecer la
Proponentos conto acrir.idad la plsión de Fedm de un modo desnudo
lecopilación de las diferentes crírrcas h,rc< que lo' person.rjes.e drbujcn
quc sr publiquerrel los dí¡s posreriorc, finrenlc¡lte pcro co¡¡ pocos trazo..de
¡l estrenode Fedra.Pueden analizarse nrodo que e¡tcarnen, además de
los elenrentoscomunesque seobseLven persor)as.tipos. Comentar el posible
en ellas, así como las semeja¡lzaso ralor siurbólico de cada uno de los
dilerercr¡. que oflezcln lespecro¿ la\ personajes.
que aparecieron trassu puestaen escena
en el Ateneo de Madrid, que se recogen
en el apartado "Documentos" del
presenteCuaderno Pedagógico. 2.3. Mitología.
1912
ó
f . Brown, G. G. E/ s(lo XX. Tomo 6 ó,ela Historia¡lela literarwaespariola.
EditorialAriel.
fl 8'edición.Barcelone, 1980.
. DíazTejera,Alberto
.Aycry hoydela tragedia(Manifestaciones
hbtófuo-líteraias
tlelo trágio).
Alfar/Unive¡sidad,38. Se¡ie:Ediciones,textosy documentos.Sevilla,1989.
. Etnpid,es.Hipóliro,Medea.Bacantes.
Ifgeniae¡ l¡rli¡ie. BibliotecaUniversalde Ci¡culo de
Lectores,ColecciónClásicosGriegos,dirigida por CarlosGa¡cíaGual.Ba¡celo¡a,1995.
. Lassode laVega,José
S.De Sófocles
a Brrri¡¡.Editorial Planeta.Ba¡celona,1970.
. Racine,Jean.,4adrónaca.
Fetlru.Edictínde Emilio Náñez.Editorial Cátedra,colección
Let¡asUniversales.
Mad¡id, 1985.
. Séneca.Segundototto de Tragedias
(Fetlra.Erlípo.Aganentóú.
Tíestes.
Hércules
en el Eta.
Ooauia)BrbliotecaClásicaGredos.Madrid, 1988.
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CENTRODRAMATICONACIONAL
fañayoy Baus.4 I Tam¿yo y Baus,4 P l a z ad e L a v a p ¡ és / n
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