La Iglesia es reflejo o icono del amor del misterio de Dios, es misterio de
comunión. El creyente confiesa su fe trinitaria como pueblo de Dios en comunión (cuerpo de Cristo) y, edificada por el Espíritu, la Iglesia es comunión de fe, esperanza y amor, congregada y unida por el Espíritu de Dios.
A. Pueblo de Dios. (PADRE)
LG habla de la Iglesia como comunidad de creyentes con una misión y
una tarea consecuencia de la donación divina. Para entender que es pueblo de Dios hay que ir al AT, donde Dios ser formó un pueblo, Israel. Un pueblo que recibió lo mejor de Dios: su poder vivificante, liberador, redentor, que experimentó la salvación de Dios, a la vez que se hizo portador de la esperanza de salvación. Un pueblo donde Dios establece una nueva alianza, Cristo, donde brotará un nuevo pueblo, la Iglesia. Liberada de las ataduras del pecado por la libertad y el amor de Dios, que está llamada al servicio y la reconciliación de la humanidad...
B. Dios ---> Nueva Alianza (Cristo) en Israel Iglesia. (HIJO)
Con la muerte y la resurrección de Jesucristo se ha mostrado en la historia el
amor de Dios para con la humanidad, se ha hecho presente su reinado. De ahí nace la comunión de la fe, donde Cristo es la cabeza y los miembros los creyentes. La Iglesia es por tanto una comunión intima con Cristo , porque creemos en él hemos sido bautizados en su nombre y se hace presente en la Eucaristia.
C. Templo del Espíritu.
El es la fuerza y el poder vivificante de Dios, la Iglesia como templo del Espíritu es la comunidad salvífica , escatológica, que desde la apertura, la libertad y los dones recibidos testifica y señala la acción salvadora y el amor de Dios.
Desarrollo eclesiológico del VII
Eclesiología: centro de la revolución eclesial. Pasa de ser secundaria a centro de
interés. El problema es la identidad y la misión.
Llega un momento en que la Iglesia pierde los Estados Pontificios (1870),
ganando en sencillez y humildad. En el VII la pregunta es ¿qué somos? Cardenal ¿Suenens? Pregunta: ¿Iglesia católica, qué eres? La identidad de la Iglesia era tema central, se había llegado al punto en que ni siquiera se cuestionada.
La misión. Pasa de la apologética al diálogo. Juan XXIII aludirá al inicio del
Concilio al uso de la mano dura por parte de la Iglesia, que ahora debe usar la de la misericordia. Pablo VI dirá que hay que ser hermano antes que padre. Se planteó la necesidad de aggiornamiento, adaptación.
El mundo es el lugar donde se va a dar el Reino, el lugar de la misión. Es el
lugar de trabajo. Otro gran espacio de diálogo se enfoca al ecumenismo, diálogo con otras confesiones cristianas y grandes religiones mundiales. Se comienza diciendo que la Iglesia es cristocéntrica. No es Dios.
La evolución “de Ecclesia” hasta la proclamación dogmática LG.
1962 Marcado tradicionalismo con dos corrientes, la innovadora, con la idea
central del pueblo de Dios y la tradicional más centrada en la jerarquía. Se rechaza tal planteamiento en bloques. 1963 La Iglesia como misterio, no militante. La Iglesia es objeto de fe, queda el esquema reducido a cuatro temas. 1964 El esquema de LG es aprobado por la inmensa mayoría. Es el eje a partir del cual se puede estudiar el concilio. Surge una nueva conciencia eclesial, que pasa de:
De lo institucional A la naturaleza sacramental
De la sociedad perfecta A la comunidad de comunidades De depositaria de la fe A la naturaleza misionera De la discriminación por funciones A la correponsabilidad De la jerarquía Al pueblo de Dios De la visión societaria A la mistérico sacramental De lo institucional verticalista A la comunión y participación
La vocación universal a la santidad es el gran aporte de carácter espiritual. Era
entendida hacia la vida religiosa, y no con el resto de los cristianos. La santidad es el camino de búsqueda en la línea del ser, en la profundidad, desde el proyecto de Jesús. Está relacionada con la cotidianeidad. No es tarea de un día, sino acogida, respuesta a la gracia en nosotros.
Relación Iglesia universal – particular y notas de la Iglesia: una, santa,
católica y apostólica.
La eclesialidad local constituye uno de los descubrimientos más importantes
del VII. Retomando las fuentes bíblicas y patrísticas el concilio superó la concepción ultramontana de la Iglesia como sociedad perfecta: las diferentes configuraciones de la Iglesia no son simplemente partes subordinadas o elementos de la Iglesia universal, más bien la Iglesia universal es una comunión de las Iglesia locales.
El VII no presenta una eclesiología sistemática, sino que ha llevado a cabo
algunos desarrollos decisivos, sobre todo respecto del ministerio episcopal y de la Iglesia local del obispo. Por el contrario la comunidad parroquial no se ha tomado en cuenta de forma equiparable como configuración fundamental de la Iglesia. Esto vale especialmente por lo que respecta a la familia y la comunidad personal o de base. El nuevo pueblo se demuestra sobre todo en la Iglesia local y episcopal y en sus relaciones con la Iglesia universal. A. UNIDAD. Unidad del amor, como comunidad de fieles que debe reproducir y testimoniar el amor trinitario de Dios. La Iglesia es una, tiene un sólo Señor, confiesa una sola fe, nace de un solo bautismo, es un sólo cuerpo vivificado por el Espíritu, orientado a una única esperanza y a superar toda división. Comunión en la cual por el Espíritu de Cristo los miembros se definen por su colaboración y servicio mutuo y así llegan a una comunión nueva de fe, esperanza, amor, celebración, sufrimiento y acción.
En esta unidad está llamada a la reconciliación de la humanidad
entera, unidad en la confesión de una fe única, es fraternidad y que celebra como familia de Dios.
B. SANTIDAD.
La Iglesia es santa, Dios es su autor, Cristo es su esposo y se
entregó por ella para santificarla, el Espíritu de santidad la vivifica. Santa gracias a la acción salvífica de Dios, por lo que todos los creyentes están llamados a responder a esa santidad en la práctica cristiana y eclesial. Todos los que dentro de la Iglesia han alcanzado la plenitud de vida son santos. La confesión de la “comunión de los santos” y su veneración constituyen una expresión importante del carácter escatológico y social de la Iglesia, que es asamblea de todos los santos. Al formar un solo cuerpo dentro de la Iglesia el bien se comunica a los otros. Pese al pecado la Iglesia es signo de la gracia divina en el mundo. La vocación universal a la santidad es la gran aportación de carácter espiritual. Antes se relacionaba sólo con la vida religiosa, no con el resto de los cristianos.
La santidad es un camino de búsqueda en la línea de Ser, de la
profundidad, del proyecto de Cristo. Se relaciona con la cotidianeidad, no es tarea de un día sino acogida-respuesta de la gracia en nosotros.
C CATOLICIDAD.
La Iglesia tiene una misión en el tiempo y en el mundo, es
universal, abierta a todos los hombres del mundo. Anuncia la totalidad de la fe, lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación, es enviada a todos los pueblos, por tanto, es misionera. Su catolicidad se expresa en la misión, significa la universalidad del testimonio y del signo eclesiástico del ilimitado amor de Dios. Es necesaria para la salvación: Como signo salvífico del amor de Dios encarnado en Cristo que se ha hecho presente en la historia. Todos estamos llamados desde la libertad y la responsabilidad en la fe, a entrar en esta historia de salvación La salvación viene del seguimiento de Cristo que murió para salvarnos y redimirnos.
C. APOSTOLICIDAD
Edificada sobre sólidos cimientos, “los apóstoles de Cristo”, se
mantiene en la verdad, vinculando a todos los creyentes con ellos, primeros testigos de la revelación de Dios en Cristo. Se garantiza la autenticidad del testimonio transmitido a todos por medio del Espíritu. La apostolicidad está unida a la Sagrada Escritura, a la Tradición y al ministerio episcopal (gobernada por Pedro y los apóstoles en sus sucesores, el Papa y los Obispos).