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DEFINICIÓN

Coccidioidomicosis (también llamada fiebre de San Joaquín o fiebre del Valle)


Es una infección normalmente causada por la inhalación de esporas del hongo
dismórfico Coccidioides (immitis o Coccidioides posadasii). Estas esporas se
encuentran en el suelo de ciertas zonas (llamadas endémicas) e ingresan al aire
cuando se perturba el suelo, puede suceder en zonas donde hay obras en
construcción o mucho viento, donde se practica la jardinería o la agricultura, o
donde las personas andan en bicicleta por caminos de tierra o manejan vehículos
todoterreno. Después de la inhalación, este organismo tiende a causar una
infección de vías superiores benigna, asintomática o moderadamente grave en
individuos inmunocompetentes, pero puede causar también una infección
pulmonar progresiva o una infección más generalizada. La coccidioidomicosis no
se transmite de persona a persona.

Se caracteriza por lesiones granulomatosas en pulmón con posterior diseminación


a tejido óseo, piel o sistema nervioso central, aunque se tienen reportes de
identificación en prácticamente cualquier órgano del cuerpo humano.

ETIOLOGÍA

Solo se han identificado dos especies hasta el momento: Coccidioides


immitis y Coccidioides posadasii.

Taxonomía de Coccidioides.

División Ascomycota

Clase Euascomycetes

Orden Onygenales

Familia Onygenaceae

Género Coccidioides

Los organismos pertenecientes a este género no han sido asociados a ningún


estado teleomorfo.

Especies: C. immitis y C. posadasii.

PATOGENIA

El contagio se produce tras la inhalación de las artrosporas. Son sensibles los


mamíferos.
La inhalación y deposición en el alvéolo pulmonar de las artrosporas es seguida
de su ingestión por los macrófagos, cuya actividad fagocitaria resisten. Una vez en
el seno del tejido pulmonar, la artrospora se hidrata y aumenta isotrópicamente de
tamaño mientras sufre una replicación nuclear masiva hasta formar un cenocito de
unos 60 μm, seguida de endosporulación por segmentación centrípeta. La esférula
gigante madura contiene entre 200-300 endosporas que comienzan a crecer
isotrópicamente y que se liberan al estallar la esférula madre.
Las endosporas pueden formar nuevas esférulas y colonizar otros tejidos por
contigüidad, vía linfohemática, o transportadas por fagocitos, pero muy a menudo
la infección inicial activa los macrófagos y la liberación de las endosporas
desencadena una respuesta inflamatoria intensa y eficaz, que aborta la infección
en este punto, dejando una inmunidad permanente.
Si la inmunidad celular no es eficaz, la evolución es granulomatosa, más
proliferativa en animales y más exudativa en humanos. En algunos casos puede
quedar latente la infección, mientras en otros la enfermedad progresa,
extendiéndose por pulmón y a otros tejidos, especialmente óseo, cutáneo y
subcutáneo, y meníngeo en humanos. Puede haber transmisión transplacentaria
en gestantes. La infección siempre es sensibilizante; las formas progresivas
pueden ser más o menos agudas, pero tienden a ser mortales.

CUADRO CLÍNICO

La infección inicial puede pasar desapercibida o cursar con ligeros síntomas


gripales. Las formas progresivas cursan con tos y disnea persistente, debilidad,
depresión, fiebre intermitente y pérdida de peso. Después se puede producir
osteomielitis con cojeras, abscesos y aborto en hembras gestantes. Cerca del
60% de los casos cursa sin síntomas. Tiene 3 formas de presentación: aguda,
crónica o diseminada.

Coccidioidomicosis pulmonar aguda: Normalmente leve, presenta pocos o


ningún síntoma.

Coccidioidomicosis aguda: es poco común.

Coccidioidomicosis pulmonar crónica: puede desarrollarse unos 20 años o


más después de la infección inicial.

Coccidioidomicosis diseminada: Hay propagación de la infección hasta los


huesos, pulmones, hígado, meninges, cerebro, piel, corazón y pericardio.

Agudas o crónicas, son las formas progresivas no tratadas son mortales.

ASPECTOS ZOONÓSICOS
El hombre es sensible a la coccidiodomicosis, y aunque cualquiera está expuesto
a la infección inhalatoria en las zonas endémicas, dada la frecuencia con que se
encuentra en el polvo.

Estan en riesgo de desarrolar Coccidioidomicosis.

- Personas inmunodeprimidas
- Ancianos
- Emabrazadas
- Agricultores, cavadores, arqueólogos y ganaderos.
- Grupos étnicos o raciales (Afroamericanos)
- Médicos, veterinarios y trabajadores de laboratorio.

TRATAMIENTO

La mayoría de las personas que presentan síntomas no necesitan tratamiento


porque estos son leves y desaparecen. Si los síntomas duran más de seis
semanas, son muy graves o su sistema inmunológico está debilitado se incluirá
tratamiento.

Incluye los siguientes antimicóticos:

fluconazol o itraconazol dosis por vía oral o con anfotericida B por vía parenteral
más fluconazol por un año si se trata de coccidioidomicosis diseminada.

Si se forman cavidades en el pulmón o abscesos en los huesos o articulaciones,


es posible que necesite cirugía.

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