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El sistema nervioso

El sistema nervioso humano controla y regula la mayoría de las funciones del cuerpo, desde la
captación de los estímulos mediante los receptores sensoriales hasta las acciones motoras que se
llevan a cabo para dar una respuesta, pasando por la regulación involuntaria de los órganos
internos.

En los seres humanos esta compuesto de dos partes principales: el sistema nervioso central (SNC)
y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNC consiste en el cerebro y la médula espinal.

Sistema Nervioso Humano.

El SNP esta formado por nervios, que conectan el SNC a cada parte del cuerpo. Los nervios que
transmiten señales del cerebro se llaman nervios motores o eferentes, mientras que los nervios
que transmiten información del cuerpo al SNC se denominan sensitivos o aferentes.

A nivel celular, el sistema nervioso se define por la presencia de un tipo de célula llamada
neurona, también conocida como “célula nerviosa”. Las neuronas tienen estructuras especiales
que les permiten enviar señales de forma rápida y precisa a otras células.

Las conexiones entre las neuronas pueden formar circuitos y redes neuronales que generan la
percepción del mundo y determina su comportamiento. Junto con las neuronas, el sistema
nervioso contiene otras células especializadas llamadas células gliales (o simplemente glia), que
proporcionan soporte estructural y metabólico.

El mal funcionamiento del sistema nervioso puede ocurrir como resultado de defectos genéticos,
daño físico por trauma o toxicidad, infección o simplemente por envejecimiento.

Estructura del sistema nervioso

El sistema nervioso (SN) esta compuesto por dos subsistemas bien diferenciados, por un lado, está
el sistema nervioso central y por otro el sistema nervioso periférico.

El sistema nervioso periférico

A nivel funcional, dentro del sistema nervioso periférico se diferencian el sistema nervioso
autónomo (SNA) y el sistema nervioso somático (SNSo). El SNA está implicado en la regulación
automática de los órganos internos. El SNSo es el encargado de captar la información sensorial y
de permitir movimientos voluntarios, como saludar con la mano o escribir.

El sistema nervioso periférico está compuesto principalmente por las siguientes estructuras: los
ganglios y los nervios craneales.
Sistema nervioso autónomo

El sistema nervioso autónomo (SNA) se divide en sistema simpático y sistema parasimpático. El


SNA está implicado en la regulación automática de los órganos internos.

El sistema nervioso autónomo, junto con el sistema neuroendocrino, se encarga de regular el


equilibrio interno de nuestro organismo, bajando y subiendo los niveles hormonales, la activación
de las vísceras, etc.

Para ello, lleva información desde los órganos internos hasta el SNC a través de las vías aferentes,
y emite información desde el SNC hasta las glándulas y la musculatura.

Incluye la musculatura cardíaca, la lisa de la piel (que inerva los folículos pilosos), la lisa de los ojos
(que regula la contracción y dilatación de la pupila), la lisa de los vasos sanguíneos y la lisa de las
paredes de los órganos internos (aparato gastrointestinal, hígado, páncreas, sistema respiratorio,
órganos reproductivos, vejiga…).

Las fibras eferentes, se organizan formando dos sistemas diferentes, denominados sistema
simpático y parasimpático.

El sistema nervioso simpático principalmente se encarga de prepararnos para actuar cuando


percibimos un estímulo saliente, activando una de las respuestas automáticas, que pueden ser de
huida, congelación o ataque.

El sistema nervioso parasimpático por su parte mantiene la activación del estado interno de forma
óptima. Aumentando o disminuyendo su activación según sea necesario.

Sistema nervioso somático

El sistema nervioso somático es el encargado de captar la información sensorial. Para ello utiliza
los sensores sensoriales repartidos por todo el cuerpo que distribuyen la información hasta el SNC
y así transportar las órdenes del SNC hasta los músculos y órganos.

Por otra parte, es la parte del sistema nervioso periférico asociada con el control voluntario de los
movimientos corporales. Consiste en nervios aferentes o nervios sensoriales, y nervios eferentes o
nervios motores.

Los nervios aferentes son responsables de transmitir la sensación del cuerpo al sistema nervioso
central (SNC). Los nervios eferentes son responsables de enviar órdenes del SNC al cuerpo,
estimulando la contracción muscular.

El sistema nervioso somático consta de dos partes:

Nervios espinales: emergen de la médula espinal y están formados por dos ramas: Una sensitiva
aferente y otra motora eferente, por lo que se trata de nervios mixtos.
Nervios craneales: envían información sensorial procedente del cuello y la cabeza hacia el sistema
nervioso central.

A continuación se explican ambos:

Nervios craneales

Existen 12 pares de nervios craneales que surgen del encéfalo y que se encargan de transportar la
información sensorial, controlar algunos músculos y regular algunas glándulas y órganos internos.

I. Nervio olfativo. Recibe la información sensorial olfativa y la lleva hasta el bulbo olfatorio,
localizado en el cerebro.

II. Nervio óptico. Recibe la información sensorial visual y la trasmite hasta los centros cerebrales
de la visión a través del nervio óptico, pasando por el quiasma.

III. Nervio motor ocular interno. Se encarga de controlar los movimientos oculares y regular la
dilatación y contracción de la pupila.

IV. Nervio troclear. Se encarga de controlar los movimientos oculares.

V. Nervio trigémino. Recibe información somatosensitiva (como el calor, el dolor, las texturas…) de
los receptores sensoriales de la cara y la cabeza y controla los músculos de la masticación.

VI. Nervio motor ocular externo. Controla los movimientos oculares.

VII. Nervio facial. Recibe información gustativa de los receptores de la lengua (de los situados en la
parte media y anterior) e información somatosensorial de las orejas y controla los músculos
necesarios para realizar expresiones faciales.

VIII. Nervio vestibulococlear. Recibe información auditiva y controla el equilibrio.

IX. Nervio glosofaríngeo. Recibe información gustativa de la parte más posterior de la lengua,
información somatosensorial de la lengua, las amígdalas y la faringe y controla los músculos
necesarios para deglutir (tragar).

X. Nervio vago. Recibe información sensitiva de las glándulas, la digestión y la tasa cardiaca y
manda información a los órganos y a los músculos.

XI. Nervio accesorio espinal. Controla los músculos del cuello y la cabeza que se usan para su
movimiento.

XII. Nervio hipogloso. Controla los músculos de la lengua.


Nervios espinales

Los nervios espinales conectan los órganos y músculos con la médula espinal. Los nervios se
encargan de llevar la información de los órganos sensoriales y viscerales hasta la médula, y
transmitir las órdenes de la médula hasta la musculatura esquelética y lisa y las glándulas.

Estas conexiones son las que controlan los actos reflejos, que se realizan de manera tan rápida e
inconsciente porque la información no tiene que ser procesada por el cerebro antes de emitir una
respuesta, ésta es directamente controlada por la médula.

En total existen 31 pares de nervios espinales que salen de manera bilateral de la médula a través
del espacio que hay entre las vértebras, denominados agujeros invertebrales.

Sistema nervioso central

sistema nervioso central, cerebro y médula

Sistema nervioso central: encéfalo y médula espinal.

El sistema nervioso central está compuesto por el encéfalo y la médula espinal.

A nivel neuroanatómico, se pueden distinguir dos tipos de sustancias en el SNC: la blanca y la gris.
La sustancia blanca es la formada por los axones de las neuronas y el material estructural,
mientras que la sustancia gris está formada por los somas neuronales, donde se encuentra el
material genético, y las dendritas.

Esta distinción es una de las bases en las que se apoya el mito de que usamos sólo el 10% de
nuestro cerebro, ya que el cerebro se compone aproximadamente de un 90% de materia blanca y
solo un 10% de materia gris.

Pero, aunque aparentemente la materia gris esté compuesta por material que sólo sirve para
conectar hoy, se sabe que el número y el modo en el que se realizan las conexiones afecta
notablemente las funciones del cerebro, ya que, si las estructuras están en perfectas condiciones,
pero no hay conexiones entre ellas, estas no funcionaran correctamente.

Sistema nervioso central

Encéfalo

El encéfalo se compone a su vez de múltiples estructuras: corteza cerebral, ganglios basales,


sistema límbico, diencéfalo, tronco del encéfalo y cerebelo.

Corteza cerebral

La corteza cerebral puede ser dividida anatómicamente en lóbulos, separados por surcos. Los más
reconocidos son el frontal, el parietal, el temporal y el occipital, aunque algunos autores postulan
que también existe el lóbulo límbico (Redolar, 2014).
La corteza está dividida a su vez en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, de manera que los
lóbulos están presentes de forma simétrica en ambos hemisferios, existiendo un lóbulo frontal
derecho y otro izquierdo, un lóbulo parietal derecho e izquierdo, y así sucesivamente.

Los hemisferios cerebrales están divididos por la cisura interhemisférica, mientras que los lóbulos
están separados por diferentes surcos.

La corteza cerebral también puede categorizarse a partir de funciones en corteza sensorial,


corteza de asociación y lóbulos frontales.

La corteza sensorial recibe información sensorial del tálamo que, recibe la información a través de
los receptores sensoriales, exceptuando la corteza olfativa primaria, que recibe la información
directamente de los receptores sensoriales.

La información somatosensorial llega a la corteza somatosensorial primaria, localizada en el lóbulo


parietal (en la circunvolución postcentral).

Cada información sensorial llega a un punto concreto de la corteza formando un homúnculo


sensorial.

Como se puede observar, las áreas cerebrales correspondientes a los órganos no siguen el mismo
orden con el que se disponen en el cuerpo, ni tienen una relación de tamaño proporcionada.

Las zonas corticales más grandes, en comparación con el tamaño de los órganos, son las manos y
los labios, ya que en esta zona tenemos una alta densidad de receptores sensoriales.

La información visual llega a la corteza visual primaria, localizada en el lóbulo occipital (en la cisura
calcarina), y dicha información tiene una organización retinotópica.

La corteza auditiva primaria se encuentra localizada en el lóbulo temporal (área 41 de Broadman),


siendo la encargada de recibir la información auditiva y establecer una organización tonotópica.

La corteza gustativa primaria se localiza en el opérculo frontal y en la ínsula anterior, mientras que
la corteza olfativa se localiza en la corteza piriforme.

La corteza de asociación incluye la primaria y la secundaria. La corteza de asociación primaria se


encuentra adyacente a la corteza sensorial e integra todas las características de la información
sensorial percibida como el color, la forma, la distancia, el tamaño, etc. de un estímulo visual.

La corteza de asociación secundaria se encuentra en el opérculo parietal y procesa la información


integrada para enviarla a estructuras más “avanzadas” como los lóbulos frontales, y que éstas
estructuras la pongan en contexto, le den un significado y la hagan consciente.

Los lóbulos frontales, como ya hemos mencionado, se encargan de realizar el procesamiento de la


información de alto nivel e integran la información sensorial con los actos motores que se realiza
para actuar de una manera acorde con los estímulos percibidos.
Además, realiza una serie de tareas complejas, típicamente humanas, denominadas funciones
ejecutivas.

Ganglios basales

Los ganglios basales se encuentran en el cuerpo estriado e incluyen principalmente el núcleo


caudado, el putamen y el globo pálido.

Estas estructuras se encuentran conectadas entre sí y, junto con la corteza cerebral motora y de
asociación a través del tálamo, su función principal es controlar los movimientos voluntarios.

Sistema límbico

El sistema límbico está formado tanto por estructuras subcorticales, es decir, que se encuentran
por debajo de la corteza cerebral. Entre las estructuras subcorticales que la integran, destaca la
amígdala y, entre las corticales, el hipocampo.

La amígdala tiene forma de almendra y está formada por una serie de núcleos que emiten y
reciben aferencias y eferencias de diferentes regiones.

Amígdala cerebral

Esta estructura está relacionada con múltiples funciones, como el procesamiento emocional
(sobre todo de las emociones negativas) y su efecto sobre los procesos de aprendizaje y memoria,
la atención y algunos mecanismos perceptivos.

El hipocampo o formación hipocampal, es un área cortical con forma de caballito de mar (de ahí su
nombre hippocampus del griego hipos: caballo y campus: monstruo de mar) y se comunica de
forma bidireccional con el resto de la corteza cerebral y con el hipotálamo.

Hipocampo

Esta estructura es especialmente relevante para el aprendizaje, ya que es la encargada de


consolidar la memoria, es decir, de transformar la memoria a corto plazo o inmediata en memoria
a largo plazo.

Diencéfalo

diencéfalo humano

El diencéfalo se encuentra en la parte central del encéfalo y se componen principalmente de


tálamo e hipotálamo.

El tálamo se compone de varios núcleos con conexiones diferenciadas, siendo muy importante en
el procesamiento de la información sensorial ya que coordina y regula la información que le llega
de la médula espinal, del tronco y del propio diencéfalo.
De manera que toda la información sensorial pasa antes por el tálamo antes de llegar a la corteza
sensorial (exceptuando la información olfativa).

El hipotálamo está formado por varios núcleos que están ampliamente relacionados entre sí.
Además de con otras estructuras tanto del sistema nervioso central como del periférico, como la
corteza, el tronco, la médula espinal, la retina y el sistema endocrino.

Su función principal es integrar la información sensorial con otro tipo de información, por ejemplo,
información emocional, motivacional o experiencias previas vividas.

Tronco del encéfalo

El tronco del encéfalo se encuentra localizado entre el diencéfalo y la médula espinal. Está
compuesto por bulbo raquídeo, protuberancia y mesencéfalo.

Esta estructura recibe la mayoría de la información motora y sensorial periférica y su función


principal es integrar la información sensorial y motora.

Cerebelo

El cerebelo se encuentra en la parte posterior de cráneo, detrás del tronco, y tiene la forma de un
cerebro pequeño, con la corteza en la superficie y la sustancia blanca en su interior.

Recibe e integra información principalmente de la corteza cerebral y del tronco del encéfalo. Sus
funciones principales son la coordinación y adaptación de los movimientos a las situaciones, así
como el mantenimiento del equilibrio.

Médula espinal

Médula espinal y cerebro

Aunque ya se ha hablado de ella anteriormente en es este artículo (nervios espinales), en este


apartado se ampliará un poco la información.

La médula espinal va desde el cerebro hasta la segunda vértebra lumbar. Su función principal es
conectar el SNC con el SNP, por ejemplo, llevando las órdenes motoras del encéfalo hasta los
nervios que inervan los músculos para que estos den una respuesta motora.

Además, puede poner en marcha respuestas automáticas al recibir algún tipo de información
sensorial muy relevante como un pinchazo o una quemazón, sin que dicha información pase por el
encéfalo.
Sistema digestivo

El sistema digestivo es el conjunto de órganos (boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado
e intestino grueso) encargados del proceso de la digestión.

La digestión es el proceso de transformación de los alimentos para que puedan ser absorbidos y
utilizados por las células del organismo.

La función que realiza es la de transporte (alimentos), secreción (jugos digestivos), absorción


(nutrientes) y excreción (mediante el proceso de defecación).

En el proceso de digestión se transforman los glúcidos, lípidos y proteínas en unidades más


sencillas, gracias a las enzimas digestivas, para que puedan ser absorbidas y transportadas por la
sangre.

Órganos fundamentales

Boca

Es una cavidad hueca en la cual se encuentran los dientes, que son los encargados de triturar el
alimento. Los dientes se pueden clasificar en caninos, incisivos, premolares y molares. En la boca
encontramos también la lengua, un músculo con gran cantidad de papilas gustativas, que ayuda en
la masticación y mezcla de los alimentos, facilitando su tránsito hacia el esófago.

En todo lo anterior participan las glándulas salivales, productoras de un líquido llamado saliva, que
actúa como lubricante, destruye las bacterias ingeridas con los alimentos e inicia la digestión
química de los glúcidos, gracias a la acción de la enzima llamada amilasa o ptialina, que rompe el
almidón en maltosa. La saliva se encuentra compuesta por un 95% de agua y un 5% de solutos
tales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, y fosfatos.

El resultado de la masticación es una masa homogénea de alimento llamada bolo, cuyos


componentes ya han comenzado el proceso de fermentación.

Faringe

Es un musculo en forma de tubo que ayuda a respirar y está situado en el cuello y revestido de
membrana mucosa; conecta la nariz y la boca con la tráquea y el esófago respectivamente, y por
ella pasan tanto el aire como los alimentos, por lo que forma parte del aparato digestivo así como
del respiratorio.

Esófago

Es una parte del tubo digestivo de los seres humanos formada por un tubo muscular de unos 30
centímetros, que comunica la faringe con el estómago. A través de este conducto los alimentos
son transportados hasta el estómago para continuar su proceso digestivo.
Estómago

Podría describirse como un reservorio temporal del bolo alimenticio deglutido hasta que se
procede a su tránsito intestinal, una vez bien mezclado en el estómago. Se ubica en la porción
superior de la cavidad abdominal, debajo del hígado. Su superficie externa es lisa, mientras que la
interna presenta numerosos pliegues que favorecen la mezcla de los alimentos con los jugos
digestivos.

Intestino delgado

Es la parte del tubo digestivo que inicia después del estómago y acaba en el ciego del colon. Se
divide en tres porciones: duodeno, yeyuno, e íleon.

a) Duodeno: Es el primer segmento del intestino, mide unos 25 cm de longitud. Ocupa una
posición fija en la cavidad abdominal, sostenido en su lugar por ligamentos que lo aseguran al
hígado y al estómago. Se encarga de la digestión de los alimentos y de la absorción de los
nutrientes. De hecho, es el lugar principal para la absorción de hierro. Varios de los conductos del
páncreas, el hígado y la vesícula biliar, se abren en el duodeno para facilitar sus funciones
principales.

Además de digerir los alimentos, es responsable de regular la velocidad del vaciado gástrico, así
como de la activación de las señales de hambre.

b) Yeyuno: Mide aproximadamente entre 1,5 a 2,5 metros de largo. Se sitúa entre el Duodeno y el
íleon, su función es realizar la absorción de las sustancias de los alimentos. En este trozo de
intestino delgado actúa el jugo intestinal, que degrada al mínimo los hidratos de carbono, las
proteínas y los lípidos.

c) Íleon: El íleon, que es de aproximadamente de unos 7,5 metros de largo, tiene un diámetro
menor que el yeyuno (3 cm el yeyuno, 2 cm el íleon) y tiene una tonalidad más clara. Su principal
función es absorber los nutrientes (vitamina B12) del quimo, o los alimentos digeridos.

Intestino grueso

Es la penúltima porción del tubo digestivo, formada por el ciego, el colon, el recto y el canal anal.

a) Ciego: Es la primera porción del intestino grueso. Denominado así por constituir una especie de
fondo de saco donde implanta el apéndice cecal, y en el cual desemboca el intestino delgado a
través del esfínter ileocecal. Realiza diferentes funciones y aportes al proceso de digestión, ya que
este posee numerosas bacterias que contribuyen a la reducción de algunas sustancias de difícil
absorción por otras estructuras.

b) Colon: Es la parte más grande del intestino grueso y se divide en tres secciones: colon
ascendente, colon transverso y colon descendente.
El colon ascendente, llega hasta el borde del hígado (glándula que produce y secreta la bilis), en
este punto se incurva, formando el colon transverso, que se extiende horizontalmente hasta las
inmediaciones del bazo (órgano linfático muscular). A partir de aquí se incurva nuevamente hacia
abajo, y se denomina colon descendente. Después describe una curva en forma de s, recibiendo el
nombre de colon sigmoide o sigma.

La principal función del colon es convertir en heces el líquido del intestino delgado, llamado
quimo. Junto con esto, interviene en las siguientes acciones:

- Las bacterias que habitan en él producen vitaminas K y B.

- Crea anticuerpos que protegen el sistema contra posibles enfermedades.

c) Recto: Es el tramo final del intestino grueso. Mide entre 15 y 20 centímetros. Recoge los
residuos cuando se ha eliminado la mayor parte del agua que contienen, y los retiene hasta que
son expulsados.

d) Canal anal: De unos 4cm de longitud, revestido de crestas verticales llamadas columnas anales.
En las paredes del canal anal hay dos fuertes capas planas de músculos llamados esfínteres interno
y externo, que actúan como válvulas y que se relajan durante la defecación.

Ano

Situada en el extremo del aparato digestivo, es por dónde se eliminan los gases y las heces. Se
ubica al lado de los genitales, en la zona perineal.

Las glándulas anexas

Las glándulas anexas, son órganos que segregan los líquidos digestivos capaces de transformar los
alimentos más simples para facilitar su digestión. Estos líquidos contienen sustancias llamadas
enzimas, que son los encargados de simplificar los alimentos.

Las enzimas son un tipo de proteínas que aceleran la descomposición de los alimentos en sus
componentes más sencillos, los nutrientes.

Las principales glándulas anexas de la digestión son: Son las glándulas salivales, el páncreas y el
hígado.

Glándulas Salivales

Segregan saliva, la que sirve para humedecer los alimentos dentro de la boca y así facilitar la
digestión. Comprenden tres pares de glándulas cuyos conductos desembocan en el interior de la
boca. Un par está situado debajo de la lengua (glándulas sublinguales), otro debajo de la
mandíbula inferior (glándulas submaxilares) y el tercero delante de las orejas (glándulas
parótidas).
Hígado

El hígado es la glándula más grande del cuerpo y tiene varias funciones importantes:

Elaboración de la bilis (necesaria para la digestión y absorción de las grasas), función


desintoxicante, almacén de vitaminas, etc. Además, es el responsable de eliminar de la sangre las
sustancias tóxicas.

Tiene otro órgano añadido, la vesícula biliar, que es donde se almacena la bilis. La bilis es vertida al
tubo digestivo en el duodeno.

Pesa alrededor de 1,5 kg, es de color rojo oscuro y está situado en la parte superior derecha de la
cavidad abdominal, justo bajo el diafragma.

Páncreas

El páncreas es una glándula con forma de lóbulo grande que tiene la función de secretar la
hormona insulina y un fluido alcalino que ayuda al proceso de digestión. La insulina es importante
en la utilización de azúcar en la sangre y la carencia de esta hormona produce la diabetes mellitus.
El fluido digestivo se secreta directamente al duodeno, justo debajo del estómago en el tracto
digestivo.

Sistema Muscular

FunciónLos músculos son asociados generalmente en las funciones obvias como el movimiento,
pero en realidad son también los que nos permiten impulsar la comida por el sistema digestivo,
respirar y hacer circular a la sangre

Sistema muscular. En anatomía humana, el sistema muscular es el conjunto de los más de 650
músculos del cuerpo, cuya función primordial es generar movimiento, ya sea voluntario o
involuntario -músculos esqueléticos y viscerales, respectivamente. Algunos de los músculos
pueden enhebrarse de ambas formas, por lo que se los suele categorizar como mixtos.

El sistema muscular permite que el esqueleto se mueva, mantenga su estabilidad y la forma del
cuerpo. En los vertebrados se controla a través del sistema nervioso, aunque algunos músculos
(tales como el cardíaco) pueden funcionar en forma autónoma. Aproximadamente el 40% del
cuerpo humano está formado por músculos, vale decir que por cada kg de peso total, 400 g
corresponden a tejido muscular.

El sistema muscular es responsable de:

Locomoción: efectuar el desplazamiento de la sangre y el movimiento de las extremidades.

Actividad motora de los órganos internos: el sistema muscular es el encargado de hacer que todos
nuestros órganos desempeñen sus funciones, ayudando a otros sistemas como por ejemplo al
sistema cardiovascular.
Información del estado fisiológico: por ejemplo, un cólico renal provoca contracciones fuertes del
músculo liso generando un fuerte dolor, signo del propio cólico.

Mímica: el conjunto de las acciones faciales, también conocidas como gestos, que sirven para
expresar lo que sentimos y percibimos.

Estabilidad: los músculos conjuntamente con los huesos permiten al cuerpo mantenerse estable,
mientras permanece en estado de actividad.

Postura: el control de las posiciones que realiza el cuerpo en estado de reposo.

Producción de calor: al producir contracciones musculares se origina energía calórica.

Forma: los músculos y tendones dan el aspecto típico del cuerpo.

Protección: el sistema muscular sirve como protección para el buen funcionamiento del sistema
digestivo como para los órganos vitales.

Componentes

Músculos esqueléticos del brazo, durante una contracción: bíceps braquial -izquierda, a la
izquierda- y tríceps braquial -derecha, a la derecha-. El primero flexiona el brazo, y el segundo lo
extiende. Son músculos antagonistas.

La principal función de los músculos es contraerse, para poder generar movimiento y realizar
funciones vitales. Se distinguen tres grupos de músculos, según su disposición:

El músculo esquelético

El músculo liso

El músculo cardíaco

Tipos

Músculo estriado (esquelético)

El músculo estriado es un tipo de músculo que tiene como unidad fundamental el sarcómero, y
que presenta, al verlo a través de un microscopio, estrías que están formadas por las bandas claras
y oscuras alternadas del sarcómero. Está formado por fibras musculares en forma de huso, con
extremos muy afinados, y más cortas que las del músculo liso. Éstas fibras poseen la propiedad de
la plasticidad, es decir, cambian su longitud cuando son estiradas, y son capaces de volver a
recuperar la forma original. Para mejorar la plasticidad de los músculos, sirven los estiramientos.
Es el encargado del movimiento de los esqueletos axial y apendicular y del mantenimiento de la
postura o posición corporal. Además, el músculo esquelético ocular ejecuta los movimientos más
precisos de los ojos.
El tejido musculoesquelético está formado por haces de células muy largas (hasta 30 cm),
cilíndricas y plurinucleadas,que contienen abundantes filamentos, las miofibrillas. El diámetro de
las fibras musculares estriadas esqueléticas oscila entre 10 y 100 micrómetros. Estas fibras se
originan en el embrión por la fusión de células alargadas denominadas mioblastos. En las fibras
musculares esqueléticas, los numerosos núcleos se localizan en la periferia, cerca del sarcolema.
Esta localización característica ayuda a diferenciar el músculo esquelético del músculo cardíaco
debido a que ambos muestran estriaciones pero en el músculo cardíaco los núcleos son centrales.

Músculo liso

El músculo liso, también conocido como visceral o involuntario, se compone de células en forma
de huso que poseen un núcleo central que asemeja la forma de la célula que lo contiene, carecen
de estrías transversales aunque muestran ligeramente estrías longitudinales. El estímulo para la
contracción de los músculos lisos está mediado por el sistema nervioso vegetativo autónomo. El
músculo liso se localiza en los aparatos reproductor y excretor, en los vasos sanguíneos, en la piel,
y órganos internos.

Existen músculos lisos unitarios, que se contraen rápidamente (no se desencadena inervación), y
músculos lisos multiunitarios, en los cuales las contracciones dependen de la estimulación
nerviosa. Los músculos lisos unitarios son como los del útero, uréter, aparato gastrointestinal, etc.;
y los músculos lisos multiunitarios son los que se encuentran en el iris, membrana nictitante del
ojo, tráquea, etc.

El músculo liso posee además, al igual que el músculo estriado, las proteínas actina y miosina.

Músculo cardíaco

El músculo cardíaco (miocardio) es un tipo de músculo estriado encontrado en el corazón. Su


función es bombear la sangre a través del sistema circulatorio por contracción. El músculo
cardíaco generalmente funciona involuntaria y rítmicamente, sin tener estimulación nerviosa. Es
un músculo miogénico, es decir autoexcitable. Las fibras estriadas y con ramificaciones del
músculo cardíaco forman una red interconectada en la pared del corazón. El músculo cardíaco se
contrae automáticamente a su propio ritmo, unas 100.000 veces al día. No se puede controlar
conscientemente, sin embargo, su ritmo de contracción está regulado por el sistema nervioso
autónomo dependiendo de que el cuerpo esté activo o en reposo.

Clasificación según la forma en que sean controlados

Voluntarios: controlados por el individuo

Involuntarios o viscerales: dirigidos por el sistema nervioso central

Autónomo: su función es contraerse regularmente sin detenerse.

Mixtos: músculos controlados por el individuo y por sistema nervioso, por ejemplo los párpados.
Los músculos están formados por una proteína llamada miosina, la misma se encuentra en todo el
reino animal e incluso en algunos vegetales que poseen la capacidad de moverse. El tejido
muscular se compone de una serie de fibras agrupadas en haces o masas primarias y envueltas por
la aponeurosis una especie de vaina o membrana protectora, que impide el desplazamiento del
músculo. Las fibras musculares poseen abundantes filamentos intraprotoplasmáticos, llamados
miofibrillas, que se ubican paralelamente a lo largo del eje mayor de la célula y ocupan casi toda la
masa celular. Las miofibrillas de las fibras musculares lisas son aparentemente homogéneas, pero
las del músculo estriado presentan zonas de distinta refringencia, lo que se debe a la distribución
de los componentes principales de las miofibrillas, las proteínas de miosina y actina.

La forma de los músculos

Cada músculo posee una determinada estructura, según la función que realicen, entre ellas
encontramos:

Fusiformes músculos con forma de huso. Siendo gruesos en su parte central y delgados en los
extremos.

Planos y anchos, son los que se encuentran en el tórax (abdominales), y protegen los órganos
vitales ubicados en la caja torácica.

Abanicoides o abanico, los músculos pectorales o los temporales de la mandíbula.

Circulares, músculos en forma de aro. Se encuentran en muchos órganos, para abrir y cerrar
conductos. por ejemplo el píloro o el orificio anal.

Orbiculares, músculos semejantes a los fusiformes, pero con un orificio en el centro, sirven para
cerrar y abrir otros órganos. Por ejemplo los labios y los ojos

Funcionamiento

Los músculos son asociados generalmente en las funciones obvias como el movimiento, pero en
realidad son también los que nos permiten impulsar la comida por el sistema digestivo, respirar y
hacer circular a la sangre.

El funcionamiento del sistema muscular se puede dividir en 3 procesos, uno voluntario a cargo de
los músculos esqueléticos el otro involuntario realizado por los músculos viscerales y el último
proceso deber de los músculos cardíacos y de funcionamiento autónomo.

Los músculos esqueléticos permiten caminar, correr, saltar, en fin facultan una multitud de
actividades voluntarias. A excepción de los reflejos que son las repuestas involuntarias generadas
como resultado de un estímulo. En cuanto a los músculos de funcionamiento involuntario, se
puede especificar que se desempeñan de manera independiente a nuestra voluntad pero son
supervisados y controlados por el sistema nervioso, se encarga de generar presión para el traslado
de fluidos y el transporte de sustancias a lo largo del organismo con ayuda de los movimientos
peristálticos (como el alimento, durante el proceso de digestión y excreción).
El proceso autónomo se lleva a cabo en el corazón, órgano hecho con músculos cardíacos. La
función primordial de este tejido muscular es contraerse regularmente, millones de veces,
debiendo soportar la fatiga y el cansancio, o si no, el corazón se detendría.

Sistema Circulatorio

Es el sistema corporal encargado de transportar el oxígeno y los nutrientes a las células y eliminar
sus desechos metabólicos que se han de eliminar después por los riñones, en la orina, y por el aire
exhalado en los pulmones, rico en dióxido de carbono (CO2).

El aparato circulatorio está conformado por el corazón y los vasos sanguíneos, incluyendo las
arterias, las venas y los capilares.

La sangre

La sangre es el fluido que circula por todo el organismo a través del sistema circulatorio. Es un
tejido líquido, compuesto por agua y sustancias orgánicas e inorgánicas (sales minerales) disueltas,
que forman el plasma sanguíneo y tres tipos de elementos formes o células sanguíneas:

- Glóbulos rojos

- Glóbulos blancos

- Plaquetas

Una gota de sangre contiene aproximadamente unos 5 millones de glóbulos rojos, de 5.000 a
10.000 glóbulos blancos y alrededor de 250.000 plaquetas.

Los glóbulos rojos

También denominados eritrocitos o hematíes, se encargan de la distribución del oxígeno


molecular (O2). Tienen forma de disco bicóncavo y son tan pequeños que en cada milímetro
cúbico hay cuatro a cinco millones, midiendo unas siete micras de diámetro. No tienen núcleo, por
lo que se consideran células muertas. Los hematíes tienen un pigmento rojizo llamado
hemoglobina que les sirve para transportar el oxígeno desde los pulmones a las células. Una
insuficiente fabricación de hemoglobina o de glóbulos rojos por parte del organismo, da lugar a
una anemia, de etiología variable, pues puede deberse a un déficit nutricional, a un defecto
genético o a diversas causas más.

Los glóbulos blancos

También denominados leucocitos tienen una destacada función en el Sistema Inmunológico al


efectuar trabajos de limpieza (fagocitos) y defensa (linfocitos). Son mayores que los hematíes,
pero menos numerosos (unos siete mil por milímetro cúbico), son células vivas que se trasladan,
se salen de los capilares y se dedican a destruir los microbios y las células muertas que encuentran
por el organismo. También producen anticuerpos que neutralizan los microbios que producen las
enfermedades infecciosas.

Las plaquetas

Son fragmentos de células muy pequeños, sirven para taponar las heridas y evitar hemorragias.

El corazón

El corazón es el principal órgano del sistema cardiaco y uno de los más importantes del ser
humano. Es un órgano muscular, responsable de recibir y bombear la sangre para que ésta circule
por todo el cuerpo, alrededor de unas 60 a 100 veces por minuto.

El corazón por fuera

El corazón consiste principalmente, en una masa muscular llamada miocardio o músculo cardiaco.
Está cubierto por una capa de endotelio llamada endocardio y lo recubre una membrana de doble
pared llamadas epicardio y pericardio. Además, existe la llamada cavidad pericárdica, ubicada
entre las dos paredes, en la que se encuentra un líquido lubricador, que permite que el corazón
lata sin rozamientos.

El corazón por dentro

En el interior del corazón se encuentran cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Estas
están conectadas entre sí mediante válvulas. La que conecta al ventrículo izquierdo con la aurícula
izquierda se llama válvula mitral o bicúspide, y la que comunica al ventrículo derecho con la
aurícula derecha se llama válvula tricúspide. Las válvulas están formadas por dos y tres
membranas, respectivamente, que se encuentran conectadas a las paredes del corazón.

El corazón está conectado a los vasos sanguíneos, que son los tubos por los que circula la sangre.
Son de tres tipos: arterias, venas y capilares.

Las venas

Las venas son las que llevan la sangre al corazón, desde los órganos del cuerpo. Las que llegan al
corazón son las dos venas cavas y las cuatro pulmonares. Las venas cavas llegan a la aurícula
derecha y las pulmonares, a la aurícula izquierda.

Las venas llevan sangre continuamente al corazón y se abren libremente en sus paredes.

Las venas cavas son dos de las venas mayores del cuerpo. Su característica principal es que cuenta
con una vena cava superior o descendente, y otra inferior o ascendente.

- Vena cava superior: Recibe la sangre de la mitad superior del cuerpo.

- Vena cava inferior: Recibe la sangre de los órganos situados debajo del diafragma.
Las arterias

Las arterias son los vasos que llevan la sangre desde el corazón hacia los órganos. Salen del
corazón la arteria pulmonar y la gran artería aorta, una del ventrículo derecho y la otra, del
ventrículo izquierdo. A diferencia de las venas, estas arterias no trabajan libremente, ya que la
administración de sangre hacia ellas, está regulada por las válvulas sigmoideas, que dejan salir
sangre sólo cuando se ejerce presión en los ventrículos cuando se contraen.

Los capilares

Los capilares son vasos microscópicos de finas paredes que llevan la sangre a todas las células de
los órganos del cuerpo.

Cuida tu corazón, el gran trabajador

El corazón es una bomba que hace circular la sangre mediante una contracción (sístole) y
relajación (diástole) constante y rítmica. A diferencia de los otros músculos sometidos a la
voluntad, el corazón realiza su movimiento de manera automática. Si llegara a parar, significa la
muerte de la persona. El corazón entonces, produce la fuerza necesaria para la circulación
continua de la sangre y está sujeto a las necesidades del organismo, que podrían requerir la
variación de su movimiento. Por ejemplo, ciertas emociones del ser humano, hacen que el corazón
trabaje de manera más rápida.

Ya que es un órgano tan importante, es muy importante llevar una vida saludable para cuidarlo.
Hacer ejercicios regulares, alimentarse sanamente, sin muchas grasas, evitar el tabaco, las drogas
y el alcohol, entre otras, son muy buenas maneras de ayudar al corazón a mantenerse fuerte el
mayor tiempo posible.

La circulación

El proceso circulatorio es un círculo cerrado que se inicia y finaliza en el corazón.

Las cavidades derechas son las que impulsan la sangre que contiene los desechos del organismo
hacia los pulmones, para su eliminación. En los pulmones se recoge el oxígeno captado por el
aparato respiratorio y la sangre oxigenada se introduce en el corazón por la aurícula izquierda,
siendo impulsada hacia el organismo desde el ventrículo izquierdo. Así, la sangre con residuos
llega a la aurícula derecha a través de las venas cavas, mientras que la sangre oxigenada llega al
corazón a través de las venas pulmonares y se reparte por todo el cuerpo a partir de la aorta.

Todo el proceso circulatorio se divide en dos partes que se denominan:

Circulación mayor o general: La circulación de la sangre oxigenada por todo el cuerpo y el retorno
de la sangre venosa de todo el organismo hacia el corazón.

Circulación menor o pulmonar: La circulación que envía la sangre venosa a los pulmones y que
recogiendo el oxígeno de éstos, introduce en el corazón la sangre oxigenada.
El sistema linfático

Además del aparato circulatorio que todos conocemos, existe en nuestro cuerpo otro tipo de
circulación que corresponde al sistema linfático.

Se trata de un sistema de transporte semejante al aparato circulatorio con la diferencia de que no


es un sistema cerrado sino que se inicia en los tejidos corporales, continúa por los vasos linfáticos
y desemboca en la sangre, realizando por tanto un trayecto unidireccional.

Sus funciones son transportar el líquido de los tejidos que rodea a las células, principalmente
sustancias proteicas, a la sangre porque debido a su tamaño no pueden atravesar la pared del vaso
sanguíneo y recoger las moléculas de grasa absorbidas en los capilares linfáticos que se
encuentran en el intestino delgado.

El sistema linfático está compuesto por:

La linfa Los vasos linfáticos Los ganglios linfáticos

La linfa

La linfa es un líquido incoloro compuesto de glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales. Se


transporta desde los tejidos hasta la sangre a través de los vasos linfáticos.

En el sistema linfático no existe una bomba que impulse la linfa, a diferencia de lo que ocurre en el
aparato circulatorio sino que se mueve, aprovechando las contracciones musculares. Ello es
posible porque los vasos linfáticos se sitúan entre el tejido muscular y al realizar el cuerpo
movimientos cotidianos o comunes, es cuando se activa la circulación linfática siendo muchísimo
más lenta que la sanguínea.

Los vasos linfáticos

Los vasos linfáticos son los conductos por donde circula la linfa y son muy similares a las venas ya
que están formados por tejido conjuntivo y unas válvulas en las paredes que evitan el retroceso de
la linfa.

Los vasos linfáticos, según van penetrando en los tejidos corporales, se van haciendo cada vez más
pequeños y más finos hasta convertirse en capilares linfáticos. Aquí es donde se recogen las
sustancias que no pueden ir por la sangre debido a que su tamaño les impide atravesar la pared
del vaso sanguíneo siendo transportadas a través de los vasos linfáticos que se van haciendo cada
vez más grandes según se van acercando al final del trayecto.

Los vasos linfáticos convergen en dos troncos principales:

Conducto linfático derecho que recoge toda la linfa de la parte superior del cuerpo. Conducto
linfático torácico que recoge la linfa del lado izquierdo del cuerpo.
Estos conductos desembocan finalmente en el torrente sanguíneo, concretamente en la vena cava
superior y en la vena subclavia izquierda.

Los ganglios linfáticos

Los ganglios linfáticos son nodulos pequeños en forma de fríjol con un tamaño inferior a un
centímetro que en condiciones normales no se llegan a palpar.

Se encuentran formando racimos en varias zonas del cuerpo como el cuello, las axilas, las ingles, el
tórax y el abdomen.

Las funciones de los ganglios linfáticos son la de filtrar la linfa de sustancias extrañas, como
bacterias y células cancerosas, y destruirlas, así como producir glóbulos blancos, como linfocitos,
monocitos y células plasmáticas, encargados de destruir a las sustancias extrañas.

Cuando hay una infección en el organismo, los ganglios linfáticos aumentan su tamaño debido a la
producción adicional de glóbulos blancos para hacer frente a la misma. Al hacerse más grande es
cuando se pueden llegar a palpar y es un indicador de que nuestro cuerpo está respondiendo.

Si pasado un tiempo el ganglio no vuelve a la normalidad o, incluso aumenta más de tamaño,


habría que acudir al médico para que valorara la situación.

El linfoma es un cáncer del sistema linfático y normalmente se manifiesta por el aumento de


tamaño de los ganglios, llamándose adenopatías, de ahí la importancia de acudir al médico con la
aparición y palpación de un ganglio.

Por último, comentar que el sistema linfático constituye una parte muy importante del sistema
inmunológico, es el encargado de defendernos de las agresiones externas, debido a la función de
los órganos linfoides. Los órganos linfoides pueden ser primarios o secundarios

Órganos linfoides primarios

En los órganos linfoides primarios es donde maduran los linfocitos y son el timo y la médula ósea.

El timo es una glándula formada por dos lóbulos y situada detrás del esternón. Su función es la
maduración de los linfocitos T.

La médula ósea es el tejido donde se fabrican las células de la sangre, glóbulos rojos, glóbulos
blancos y plaquetas. Se encuentra en el interior de los huesos y es donde maduran los linfocitos B.

Órganos linfoides secundarios

En los órganos linfoides secundarios es donde se presentan las sustancias extrañas o antígenos y
se inicia la respuesta inmune específica. Son los ganglios linfáticos, el bazo y el MALT.

Los ganglios linfáticos producen glóbulos blancos ante la presencia de un antígeno.


El bazo esta situado en el lado izquierdo de la cavidad abdominal y formado por la pulpa blanca,
correspondiente al tejido linfoide y la pulpa roja, a los vasos sanguíneos. Su función inmunológica
consiste en la producción de anticuerpos y la destrucción de bacterias.

El MALT que es el tejido linfoide asociado a mucosas, se encuentra en el tracto gastrointestinal,


respiratorio y genitourinario.

El sistema endocrino

El sistema endocrino es un conjunto de órganos y tejidos del organismo encargado de segregar


hormonas. Se distribuye por el organismo de manera similar al sistema nervioso sólo que, en este
caso, lo hacen mediante sustancias y no a través de impulsos nerviosos. A los órganos del sistema
endocrino también se los conoce como glándulas.

Existen dos tipos de glándulas:

Glándulas exocrinas, que trabajan liberando directamente las secreciones sobre el tejido interno o
externo. Por ejemplo las que asisten al estómago y al páncreas.

Glándulas endócrinas, donde las secreciones son liberadas directamente al torrente sanguíneo.
Aquí es donde se alojan las hormonas y luego se distribuyen. Las glándulas endocrinas tienen
como características:

No poseen conductos.

Tienen una elevada irrigación.

Poseen vacuolas intracelulares. Son unas cápsulas cerradas recubiertas por una membrana
plasmática. Contienen agua o enzimas y su función es la de contener y proteger las hormonas.

Hormonas.

Las hormonas son liberadas al torrente sanguíneo ayudando a cumplir diversos efectos:

Estimulantes. Donde fomentan la actividad del tejido.

Inhibitorios. Que contrariamente al punto anterior, disminuyen la actividad del tejido.

Antagonista. Donde ciertas hormonas pueden causar efectos opuestos. Por ejemplo: la insulina y
glucagón.

Trópico. Altera el funcionamiento de otro tejido endócrino. Es decir que su efecto se refleja sobre
otro tejido del sistema endocrino.

Sinergista. Donde el efecto se potencia cuando 2 hormonas se combinan, provocando un efecto


mucho mayor que si se encontraran separadas.

Realizar un balance cuantitativo donde una hormona depende de la acción de otra.


Las funciones del sistema endocrino son:

Regular el estado de ánimo.

Favorecer el crecimiento.

Asistir en las distintas funciones de tejidos y el metabolismo en general.

Trabajar en el organismo como una red de comunicación celular que responde a través de
estímulos y liberan hormonas.

Órganos endócrinos. Funciones principales y hormonas producidas en cada uno.

Sistema nervioso central.

Hipotálamo. Hormonas secretadas:

Hormona liberadora de tirotropina.

Dopamina.

Hormona liberadora de somatropina.

Somatostatina.

Hormona liberadora de gonadotrofina.

Hormona liberadora de cortitropina.

Oxitocina.

Vasopresina.

Glándula pineal. Hormonas secretadas:

Melatonina. Actúa como antioxidante en el organismo. Regula los ciclos del sueño y la iniciación a
la pubertad.

Dimetiltriptamina. Regula el sueño y actúa sobre experiencias de tipo místicas.

Glándula hipófisis y adenohipófisis. Hormonas secretadas:

Hormona del crecimiento que, como su nombre lo indica, regula el crecimiento.

Hormona estimulante de la tiroides. Favorece la absorción de yodo por parte de las glándulas
tiroideas.

Hormona foliculoestimulante. En las mujeres estimula la maduración de los folículos y en los


hombres la espermatogénesis.
Hormona luteinizante. Es la encargada de estimular la ovulación en las mujeres. En los hombres
estimula la síntesis de testosterona.

Prolactina, es la hormona encargada de mediar el orgasmo y de liberar la leche de la glándula


mamaria.

Hipófisis posterior. Hormonas secretadas:

Oxitocina. En las mujeres durante el parto estimula la contracción de los músculos y en los
hombres facilita la eyaculación.

Vasopresina. Actúa favoreciendo la reabsorción de agua en los riñones.

Hipófisis media. Hormonas secretadas:

Hormona estimulante de melatocitos. Regula la liberación o síntesis de la melanina y melanocitos


en el cabello y en la piel.

Glándula tiroides. Hormonas secretadas:

Triyodotironina. Estimula el consumo de oxígeno y de energía.

Tiroxina. Actúa como una pro-hormona de la triyodotironina. También actúa sobre el consumo del
oxígeno y de energía.

Te recomendamos leer este artículo: Sistema sensorial

Calcitonina. Trabaja sobre la construcción de los huesos.

Sistema digestivo:

Estómago. Hormonas secretadas:

Gastrina. Segrega ácidos.

Ghrelina. Estimula el apetito.

Neuropéptido. Desciende la actividad física y aumenta la ingesta de alimentos.

Somatostatina. Regula la liberación de la gastrina entre otras hormonas.

Histamina. Actúan y estimulan sobre la secreción del ácido gástrico.

Endotelina. Contrae el músculo liso estomacal.

Duodeno. Hormonas secretadas:


Secretina. Reduce o suspende la producción del jugo gástrico y segrega bicarbonato.

Colecistoquinina. Libera enzimas digestivas y bilis. También suprime el apetito.

Hígado. Hormonas secretadas:

Somatomedinas o factor de crecimiento insulínico. Regula el crecimiento corporal y celular.

Angiotensina. Provoca estrechamiento de los vasos sanguíneos.

Trombopoyetina. Regula la producción de plaquetas.

Páncreas. Hormonas secretadas:

Insulina. Encargada de trasportar la glucosa al el torrente sanguíneo, el hígado y los músculos.

Glucagón. Aumenta los niveles del azúcar en la sangre.

Somatostatina. Frena la libración de insulina y de glucagón. Suprime la acción secretora del


páncreas.

Polipéptido pancreático. Regula los niveles de glicógeno hepático y la función secretora


pancreática.

Riñón. Hormonas secretadas:

Renina.

Eritropoyetina. Favorece la formación de eritrocitos.

Calcitriol. En el aparato digestivo aumenta la absorción de fosfato y de calcio.

Trombopoyetina.

Glándula suprarrenal. Hormonas secretadas:

Sobre la corteza adrenal:

Glucocorticoides. Inhibe la asimilación de glucosa en los músculos y tejidos. Fomenta la


degradación de ácidos grasos en el tejido adiposo.

Mineralocorticoides. Favorece en la reabsorción de sodio por parte de los riñones.

Andrógenos.

Sobre la médula adrenal:

Adrenalina. Dilata las pupilas. Anula o suspende los procesos digestivos. Aumenta la frecuencia
cardíaca. Regula el suministro de glucosa y oxígeno en los músculos y el cerebro.
Noradrenalina. Aumenta la frecuencia cardíaca. También regula el suministro de glucosa y oxígeno
para los músculos y el cerebro.

Dopamina. Aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

Encefalina. Regula o suprime la respuesta al dolor.

Sistema reproductivo.

Testículos. Hormonas secretadas:

Andrógenos (testosterona). Aumenta la masa muscular y la fuerza.

Estradiol.

Inhibina.

Folículo ovárico. Hormonas secretadas:

Progesterona. Poseen múltiples funciones durante el embarazo. También tiene un efecto


antiinflamatorio.

Androtenidiona. Es la productora de los estrógenos.

Estrógenos. Amplias funciones sobre el embarazo. Aumenta el recuento de plaquetas. Realiza


balances de fluidos. Regula la retención de agua y de sales. Aumenta los niveles de HDL (colesterol
bueno) y disminuye los niveles de colesterol LDL (colesterol malo).

Inhibina.

Placenta. Hormonas secretadas:

Progesterona. Es la hormona encargada de mantener el embarazo.

Estrógenos.

Gonadotropina coriónica humana. Protege el embrión inhibiendo la respuesta inmune.

Lactógeno placentario humano. Aumenta la producción de insulina.

Inhibina.

Útero. Hormonas secretadas:

Prolaxctina. Produce la leche de las glándulas mamarias.

Relaxina.

Otras funciones: Como regulador del calcio. Hormonas secretadas:


Paratiroides.

Hormona paratiroidea.

Piel.

Calcifediol.

Función de las hormonas sobre otros órganos:

Corazón. Hormonas secretadas:

Péptido natriurético auricular. Reduce la presión arterial, el agua, lípidos y sodio.

Péptido natriurético cerebral.

Médula ósea. Hormonas secretadas:

Trombopoyetina. Estimula los megacariocitos que formas las plaquetas.

Tejido adiposo. Hormonas secretadas:

Leptina. Disminuye el apetito.

Estrógenos.

Sistema Respiratorio

El sistema respiratorio es el encargado de proporcionar el oxígeno que el cuerpo necesita y


eliminar el dióxido de carbono o gas carbónico que se produce en todas las células a través del
proceso llamado respiración.

La respiración es un proceso involuntario y automático, en que se extrae el oxígeno del aire


inspirado y se expulsan los gases de desecho con el aire espirado. Los órganos que forman parte
del sistema respiratorio son: nariz, faringe, laringe, tráquea, bronquios, pulmones y diafragma.

Proceso de respiración

Cuando respiramos, lo que estamos buscando es captar oxígeno, un gas que es esencial para que
nuestras células puedan vivir y desarrollarse. El sistema respiratorio permite que el oxígeno entre
en el cuerpo y que luego elimine el dióxido de carbono que es el gas residual que queda después
que las células han usado el oxígeno.

El aire ingresa a nuestro organismo a través de la inspiración y el CO2 (dióxido de carbono) es


eliminado por la espiración.

Cuando el aire que inhalamos llega a los alvéolos, el oxígeno entra a la sangre a través de
pequeños capilares localizados en las paredes de los alvéolos. Ahí es llevado al corazón desde
donde es enviado a todo el resto del cuerpo. En sentido inverso el dióxido de carbono, que sale de
las células del cuerpo, viaja por los capilares de vuelta al corazón que luego mandará esta sangre a
los pulmones y se llevará a cabo el proceso contrario para que el CO2 pueda ser exhalado.

El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Las fosas nasales están conectadas
con los senos paranasales o cavidades sinusales, unos espacios huecos del interior de algunos
huesos de la cabeza que contribuyen a que el aire inspirado se caliente y humedezca.

Después el aire pasa a la faringe, sigue por la laringe y penetra en la tráquea. A la mitad de la
altura del pecho, la tráquea se divide en dos bronquios que se dividen de nuevo, una y otra vez ,
en bronquios secundarios, terciarios y, finalmente, en unos 250.000 bronquiolos.

Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de alvéolos, pequeños sacos de aire, donde se
realiza el intercambio de gases con la sangre.

Órganos del sistema respiratorio

En el proceso de la respiración participan los siguientes órganos:

Nariz

Consiste en dos amplias cavidades cuya función es permitir la entrada del aire, el cual se
humedece, filtra y calienta a una determinada temperatura a través de unas estructuras llamadas
cornetes.

Faringe

Conducto muscular, membranoso que ayuda a que el aire se vierta hacia las vías aéreas inferiores.

Epiglotis

Tapa que impide que los alimentos entren en la laringe y en la tráquea al tragar. También marca el
límite entre la orofaringe y la laringofaringe.

Laringe

Conducto cuya función principal es la filtración del aire inspirado. Además, permite el paso de aire
hacia la tráquea y los pulmones y se cierra para no permitir el paso de comida durante la deglución
si la propia no la ha deseado y tiene la función de órgano fonador, es decir, produce el sonido.

Tráquea

Brinda una vía abierta al aire inhalado y exhalado desde los pulmones.

Bronquio

Conduce el aire que va desde la tráquea hasta los bronquiolos.


Bronquiolo

Conduce el aire que va desde los bronquios pasando por los bronquiolos y terminando en los
alvéolos.

Alvéolo

Hematosis (Permite el intercambio gaseoso, es decir, en su interior la sangre elimina el dióxido de


carbono y recoge oxígeno).

Pulmones

La función de los pulmones es realizar el intercambio gaseoso con la sangre, por ello los alvéolos
están en estrecho contacto con capilares.

Músculos intercostales

La función principal de los músculos respiratorios es la de movilizar un volumen de aire que sirva
para, tras un intercambio gaseoso apropiado, aportar oxígeno a los diferentes tejidos.

Diafragma

Músculo estriado que separa la cavidad torácica (pulmones, mediastino, etc.) de la cavidad
abdominal (intestinos, estómago, hígado, etc.). Interviene en la respiración, descendiendo la
presión dentro de la cavidad torácica y aumentando el volumen durante la inhalación y
aumentando la presión y disminuyendo el volumen durante la exhalación. Este proceso se lleva a
cabo, principalmente, mediante la contracción y relajación del diafragma.

Sistema Óseo

El sistema óseo es una complicada y perfecta estructura que está formada básicamente por 206
huesos. Junto al sistema articular y el sistema muscular forman el aparato locomotor.

Los huesos y otras estructuras rígidas están conectadas por ligamentos y unidas al sistema
muscular a través de tendones. Otro componente del sistema óse son los cartílagos, que
complementan su estructura. En los seres humanos, por ejemplo, la nariz y orejas están
sustentadas por cartílago. Algunos organismos tienen un esqueleto interno compuesto
enteramente de cartílago, sin huesos calcificados, como en el caso de los tiburones.

Funciones del sistema óseo

Los huesos cumplen tres funciones fundamentales: proporcionar sostén al organismo, constituir
los segmentos móviles del sistema de palancas configurado junto a las articulaciones y músculos,
brindar protección a los órganos y tejidos internos:
Soporte

Los huesos proveen un cuadro rígido de soporte para los músculos y tejidos blandos.

Protección

Los huesos forman varias cavidades que protegen los órganos internos de posibles traumatismos.
Por ejemplo, el cráneo protege el cerebro frente a los golpes, y la caja torácica, formada por
costillas y esternón protege los pulmones y el corazón.

Movimiento

Gracias a los músculos que se insertan en los huesos a través de los tendones y su contracción
sincronizada, se produce el movimiento.

Homeostasis mineral

El tejido óseo almacena una serie de minerales, especialmente calcio y fósforo, necesarios para la
contracción muscular y otras muchas funciones. Cuando son necesarios, el hueso libera dichos
minerales en la sangre que los distribuye a otras partes del organismo.

Producción de células sanguíneas

Dentro de cavidades situadas en ciertos huesos, un tejido conectivo denominado médula ósea roja
produce las células sanguíneas rojas o hematíes mediante el proceso denominado hematopoyesis.

Almacén de grasas de reserva

La médula amarilla consiste principalmente en adipocitos con unos pocos hematíes dispersos. Es
una importante reserva de energía química.

Huesos

El hueso es un órgano firme, duro y resistente que forma parte del endoesqueleto de los
vertebrados. Está compuesto principalmente por tejido óseo, un tipo especializado de tejido
conectivo constituido por células, y componentes extracelulares calcificados. Los huesos también
poseen cubiertas de tejido conectivo (periostio) y cartílago (carilla articular), vasos, nervios, y
algunos contienen tejido hematopoyético y adiposo (médula ósea).

Partes del hueso

Cartílago

Los cartílagos (tejido flexible y grueso ubicado en los extremos de los huesos) protegen los huesos
y les sirven de amortiguación cuando se unen y friccionan uno contra otro en las articulaciones.
Hueso esponjoso

Este tipo de hueso está ubicado en el interior del hueso compacto. Se asemeja a una esponja y sus
orificios están llenos de médula.

Hueso compacto

Este tipo de hueso es fuerte, sólido y de color blanquecino. Es el que forma la parte exterior y dura
de los huesos.

Médula ósea blanda

Fabrica la mayor parte de los glóbulos rojos y las plaquetas.

Periostio

Esta membrana delgada y densa está ubicada sobre la superficie de los huesos y cuenta con
nervios y vasos sanguíneos que sirven para nutrir el tejido óseo.

Clasificación

Los huesos poseen formas muy variadas y cumplen varias funciones. Con una estructura interna
compleja pero muy funcional que determina su morfología, los huesos son plásticos y livianos
aunque muy resistentes y duros.

El conjunto total y organizado de las piezas óseas (huesos) conforma el esqueleto o sistema
esquelético. Cada pieza cumple una función en particular y de conjunto en relación con las piezas
próximas a las que está articulada.

La superficie de los huesos presenta prolongaciones, protuberancias y tuberosidades, en las que se


insertan los ligamentos de las articulaciones y los tendones de los músculos, y una gran variedad
de irregularidades como surcos, poros y depresiones por las que discurren y penetran los vasos
sanguíneos y los nervios. Estan formados por tejido óseo, cartílagos, médula ósea y el periostio o
membrana que rodea los huesos.

Los huesos se clasifican según su forma en:

- Huesos largos, son los que tienen forma de tubo alargado. Por ejemplo, el hueso más largo del
cuerpo, el fémur, que se encuentra en la pierna.

- Huesos cortos, son aquellos que también son alargados, pero cuya longitud apenas es de unos
centímetros. Por ejemplo están los huesos de los dedos de la mano.

- Huesos planos, son aquellos que tienen forma plana, por ejemplo el omoplato o los huesos que
forman el cráneo.
- Huesos irregulares, son aquellos cuya forma no permite que se clasifiquen en ninguna de las
categorías anteriores. Por ejemplo los huesos de las vértebras.

Pero también según el tipo de tejido que los componen:

El tejido compacto tiene un aspecto macizo, mientras que el tejido esponjoso o trabeculado se
caracteriza por los espacios abiertos parcialmente rellenos. Cada hueso cumple una función
especial en el sistema. Los huesos no son estructuras lisas, ellos presentan protuberancias y partes
rugosas.

Descripción de los huesos

Para el estudio del esqueleto humano se consideran tres regiones:

- Cabeza (cráneo y cara).

- Tronco (columna vertebral y caja torácica).

- Extremidades superiores (brazos, antebrazos y manos) e inferiores (muslos, piernas y pies).

Huesos de la cabeza

Para estudiar los huesos, que son 22, se pueden considerar dos partes: el cráneo y la cara.

Huesos del cráneo

Los huesos del cráneo desempeñan funciones de protección para el encéfalo son los siguientes: un
frontal que forma la frente y contribuye a formar las órbitas de los ojos; un occipital situado en la
región post-inferior del cráneo; dos temporales localizados uno a cada lado del cráneo a nivel de
los oídos; dos parietales que se encuentran a cada lado de la cabeza hacia la parte superior por
encima de los temporales; un esfenoides que se encuentra formando la base anterior del cráneo y
un etmoides situado entre el frontal y el esfenoides.

Huesos de la cara

La región de la cara comprende 14 huesos que contribuyen a formar cavidades. Todos los huesos
de la cara están soldados al cráneo, excepto el maxilar inferior que se articula al cráneo por una
articulación móvil. Estos huesos son:

- Dos nasales que forman la base de la nariz.

- Dos malares que forman los pómulos de la cara.

- Dos lagrimales o unguis que están situados en las órbitas de los ojos y presentan un canal
lagrimal por donde corren las lagrimas.

- Dos cornetes inferiores que se encuentran en las fosas nasales.


- Dos palatinos que forman el paladar óseo junto con los maxilares superiores y ayudan a formar la
cavidad nasal, la bosa y las órbitas.

- Dos maxilares superiores contribuyen a formar las órbitas, las fosas nasales y la bóveda de la
boca. En su borde inferior presentan alvéolos donde se alojan los dientes.

- El maxilar inferior que forma la mandíbula inferior. Posee alvéolos donde se alojan los dientes y
movimiento.

- Finalmente el vómer que forma parte del tabique nasal.

Huesos del tronco

El tronco está constituido por 58 huesos y para su estudio se consideran las partes siguientes: la
columna vertebral, las costillas y el esternón.

La columna vertebral

La columna vertebral constituye el eje del cuerpo y está situada en la línea media posterior del
cuerpo. Se extiende desde la base del cráneo hasta la región coxígea. Está constituida por 33
vertebras que se unen por discos cartilaginosos invertebrales.la columna vertebral está constituida
por las vertebras cervicales, dorsales, lumbares, sacras y coxígeas.

Las costillas

Son huesos largos arqueados y planos que se articulan por detrás con la columna vertebral y por
delante con el esternón. Son doce pares de los cuales los siete primeros forman las costillas
verdaderas, pues se unen directamente al esternón. Los tres siguientes constituyen las costillas
falsas, ya que no se unen al esternón sino a los cartílagos de las costillas verdaderas. Los dos
últimos pares reciben el nombre de costillas flotantes porque su extremidad anterior queda libre.

El esternón

Es un hueso plano situado por delante en la línea media del cuerpo. En el esternón se apoyan las
dos clavículas y los diez primeros pares de costillas.

Huesos de las extremidades superiores

Las extremidades superiores tienen como función tomar los objetos y servir como defensa. Para
estudiar los huesos de las extremidades superiores se pueden distinguir: el hombro, el brazo, el
antebrazo y la mano.

Huesos del hombro

El hombro está formado por la clavícula y el omóplato. Al conjunto de huesos que forman los
hombres se le conoce con el nombre de cintura escapular.
La clavícula es un hueso en forma de S que está situado en la región antero superior del tórax se
articula con el esternón y el omóplato.

El omóplato es un hueso aplanado situado por detrás de la caja torácica

Hueso del brazo

Esta formado por un solo hueso, el húmero. El húmero es un hueso largo que se articula con el
omóplato y con la cabeza del radio.

Huesos del antebrazo

Consta de dos huesos: el cubito situado hacia adentro y el radio hacia afuera.

El cubito es más largo que el radio y forma el soco. El radio es más corto que el cúbito y algo
curvado. El radio puede girar sobre el cúbito, lo cual permite los movimientos de la mano, es decir,
voltearla hacia abajo y adentro y hacia arriba y afuera.

Huesos de la mano

La mano consta de 27 huesos y está dotada de gran movilidad y agilidad. En la mano podemos
diferenciar 3 regiones:

1) El carpo está formado por ocho huesos pequeños dispuestos en dos filas. La primera se articula
con el antebrazo y esta formada por: escafoides, semilunar, piramidal, pisiforme. La segunda se
articula con los huesos de la palma y esta formado por: trapecio, trapezoide, mayor y ganchudo.

2) El metacarpo corresponde a la palma de la mano y esta formado por cinco huesos


metacarpianos, uno para cada dedo.

3) Los dedos que están formados por tres huesos cada uno: falange, falangina y falangeta, excepto
el pulgar que solo tiene falange y falangeta.

Huesos de la mano

Huesos de las extremidades inferiores

Para estudiar los huesos de las extremidades inferiores se dividen en cuatro regiones: cadera o
cintura pélvica, muslo, pierna y pie.

Huesos de las extremidades inferiores

Huesos de la cadera o cintura pélvica

La cadera sirve de fijación a las extremidades inferiores y está formada por dos huesos grandes, los
ilíacos o coxales que provienen de la soldadura de tres huesos: el íleon, el pubis y el esquión.
Hueso del muslo

Está constituido por un solo hueso, el fémur que va desde la cadera hasta la rodilla, se articula con
la cavidad cotiloidea del ilíaco.

Huesos de la pierna

Está constituida por dos huesos largos: la tibia, hacia el lado interno, y el peroné, hacia el lado
externo; la rotula, que forma parte de la articulación de la rodilla, se halla por tanto entre el muslo
y la pierna e impide que la pierna flexione hacia adelante.

Huesos del pie

Los huesos del pie se distribuyen en tres grupos: tarso, metatarso y dedos.

El tarso constituye el empeine del pie y comprende siete huesos: el astrágalo, que se articula con
la tibia y el peroné; el calcáneo que forma el talón; el cuboides, el escafoides y los tres
cuneiformes.

El metatarso o planta del pie está formado por cinco huesos metatarsianos.

Los dedos están formados por tres falanges cada uno, como en los dedos de la mano.

Huesos del pie

Los huesos del pie se distribuyen en tres grupos: tarso, metatarso y dedos.

El tarso constituye el empeine del pie y comprende siete huesos: el astrágalo, que se articula con
la tibia y el peroné; el calcáneo que forma el talón; el cuboides, el escafoides y los tres
cuneiformes.

El metatarso o planta del pie está formado por cinco huesos metatarsianos.

Los dedos están formados por tres falanges cada uno, como en los dedos de la mano.

Sistema Renal

El sistema renal es el principal sistema de excreción de agua, sales minerales, productos


metabólicos y sustancias químicas extrañas que han ingresado al organismo. Al excretar agua y
diversos solutos. El sistema renal, además, se convierte en un sistema fisiológico clave en la
regulación del equilibrio hidrosalino de nuestro cuerpo.

En los seres humanos, el sistema renal está formado por los riñones y las vías urinarias.

Los riñones son los órganos encargados de la formación de orina, medio a través del cual se
elimina la mayor parte del agua y los productos de desecho.
Las vías urinarias son los conductos que transportan la orina para su excreción. Están constituidas
por:

Sistema Renal

Uréter. Conducto muscular que conecta el riñón con la vejiga. Mediante movimientos peristálticos
impulsa la orina desde la pelvis renal hacia la vejiga.

Vejiga. Es un órgano muscular elástico en el cual se almacena la orina hasta el momento de su


expulsión. Tiene la capacidad de retener un gran volumen de orina, aproximadamente unos 300 a
350 ml. La vejiga está regulada por dos esfínteres, uno de ellos impide la salida de la orina hasta
que la vejiga esté llena y el otro permite que la orina descienda por la uretra para ser eliminada.

Uretra. Es un conducto que permite la micción o evacuación de la orina desde la vejiga hacia el
exterior del cuerpo. La uretra femenina tiene una longitud menor que la masculina y desemboca
en la vulva. La uretra masculina cruza la próstata y el pene, y luego desemboca en el exterior.

Estructura y función del riñón

En el ser humano los riñones son dos órganos de color rojo oscuro y forma de haba, que se ubican
en la parte posterior del abdomen, a ambos lados de la columna vertebral y por debajo de la
cintura.

En un corte longitudinal a través del riñón se distinguen las siguientes estructuras:

Estructura del riñon

Cápsula renal. Membrana fibrosa de color blanquecino que recubre el riñón.

Corteza renal. Es la región más externa del riñón, de textura lisa y color rojizo. Se extiende desde la
cápsula renal hasta las pirámides renales, incluyendo el espacio entre estas.

Médula renal. Es la región interna del riñón, de color marrón rojizo. Está dividida en 10 a 18 zonas
llamadas pirámides renales o de Malpighi.

Pirámide renal. Estructura cónica cuya base está orientada hacia la corteza renal, mientras que su
vértice o papila se orienta hacia el centro del riñón situándose dentro del cáliz renal.

Pelvis rnale. Es la parte del riñón que se comunica con el uréter y donde se agrupan los cálices
renales, que recogen la orina desde cada papila.

Cada riñón recibe irrigación sanguinea por la arteria renal, la cual se ramifica dentro de él, dando
origen a dos sistemas capilares consecutivos, los que luego confluyen en la vena renal, que recoge
la sangre depurada por el riñón.
Las principales funciones del riñón son: regular la concentración de solutos en el líquido
extracelular, regular el volumen de los líquidos corporales; excretar productos de desecho
metabólico y sustancias extrañas; y producir y secretar hormonas, entre las que se encuentran la
eriropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos, y la renina, que participa en la
regulación de la presión arterial.

Estructura del nefrón

El nefrón es la unidad estructural y funcional del riñón, esto quiere decir que cada riñón está
formado por millones de nefrones dentro de los cuales se lleva a cabo la formación de la orina,
proceso que está en estrecha relación con la estructura anatómica del nefrón.

La función básica del nefrón consiste en depurar el plasma sanguíneo, eliminando sustancias que
no son utilizables por el organismo y cuya acumulación podría resultar tóxica, como, por ejemplo:
la urea, la creatinina, los sulfatos, los fenoles y algunos fármacos.

Estructura del nefrón

Irrigación del nefrón. La sangre entra al nefrón por la arteriola aferente, la cual se ramifica
formando la red de capilares glomerulares que luego abandona la cápsula de Bowman a través de
la arteriola eferente. Al avanzar a lo largo del nefrón, la arteriola eferente se ramifica en los
capilares peritubulares que rodean a los túbulos renales, y luego se juntan formando vénulas, que
van convergiendo para finalmente desembocar en la vena renal.

Al observar microscópicamente la estructura del nefrón, se distinguen distintos segmentos.


ubicados en una posición definida dentro de la corteza o de la médula renal. Estos segmentos son
el corpúsculo renal y los túbulos renales.

Corpúsculo renal. Formado por el glomérulo de Malpighi y la cápsula de Bowman. El glomérulo es


una red muy enrollada de capilares sanguineos que derivan de una arteriola aferente y confluyen
en una arteriola eferente. La pared de estos capilares presenta poros, lo cual los hace muy
permeables, al paso de diversas moléculas. La cápsula de Bowman es una estructura de doble
pared que rodea al glomérulo, y a partir de la cual nacen los túbulos renales.

Túbulos renales. Los túbulos renales corresponden al túbulo contorneado próximal, el asa de
Henle, el túbulo contorneado distal y el túbulo colector.

Túbulo contorneado proximal

– Túbulo contorneado proximal. Es el segmento más largo del nefrón, se ubica en la corteza renal.
Posee una pared formada por una sola capa de células epiteliales de forma cúbica con numerosas
microvellosidades que en conjunto forman el “borde en cepillo”. En la membrana plasmática
basolateral de estas células existen abundantes proteínas transportadoras de sodio (bomba
Na+/K+ATPasa) que participan en el proceso de reabsorción.
Rama ascendente del asa de Henle

– Asa de Henle. Segmento con forma similar a una horquilla debido a que está formado por una
rama descendente, conectada con el túbulo contorneado proximal y que ingresa en la médula
renal,y una rama ascendente, que vuelve a la corteza renal y se conecta con el túbulo contorneado
distal. El epitelio del asa de Henle está constituido por células con microvellosidades cortas que no
forman el “borde en cepilllo”.

Túbulo contorneado distal

– Túbulo contorneado distal. Corresponde a un túbulo más corto y más delgado que el túbulo
proximal. Se ubica en la corteza renal comunicándose con el túbulo colector. Su epitelio está
formado por células cúbicas con pocas microvellosidades.

Túbulo colector

– Túbulo colector. Es un tubo donde desembocan los túbulos contorne-ados distales de distintos
nefrones. Su epitelio está formado por célu-las cilfndricas o cúbicas. Varios tú-bulos colectores se
agrupan for-mando una papila renal, las que a su vez forman la pelvis renal.

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