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Revista VIA IURIS

ISSN: 1909-5759
iuris@libertadores.edu.co
Fundación Universitaria Los Libertadores
Colombia

Cruz Rodríguez, Edwin


Estado plurinacional, interculturalidad y autonomía indígena: Una reflexión sobre los casos de Bolivia
y Ecuador
Revista VIA IURIS, núm. 14, enero-junio, 2013, pp. 55-71
Fundación Universitaria Los Libertadores
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273929754005

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Á RE A S OCIO-JURÍDICA
* E st ad o pl urinacional , int ercul t ural id ad y aut onomía in dí gena:
Una refl exión sobre l os casos d e B ol ivia y Ec uador

Estado plurinacional,
The plurinational state,
interculturalidad y
interculturality and indigenous
autonomía indígena: Una
autonomy: A reflection on
reflexión sobre los casos
cases of Bolivia and Ecuador
de Bolivia y Ecuador*
Fecha de recepción: 19 de noviembre de 2012

Fecha de revisión: 30 de noviembre de 2012

Fecha de aceptación: 1 de diciembre de 2012

Edwin Cruz Rodríguez **

ABSTRACT RESUMEN

This paper examines how institutional arrangements Este trabajo examina hasta qué punto los arreglos ins-
of the plurinational states of Bolivia and Ecuador titucionales de los Estados plurinacionales boliviano y
agree with the intercultural approach, and the cha- ecuatoriano concuerdan con el enfoque intercultural
llenges that can be inferred of such relationship. The así como los retos que de tal relación pueden inferir-
central idea is the tension between plurinationality se. El planteamiento central es que existe una tensión
and multiculturalism, which is expressed particularly entre plurinacionalidad e interculturalidad que se
in the establishment of territorial autonomy, so while expresa particularmente en el establecimiento de las
these institutional arrangements are needed to en- autonomías territoriales, de forma que si bien estos
sure recognition of the plurality, are insufficient for arreglos institucionales son necesarios para conseguir
multiculturalism. First, it examines plurinational state el reconocimiento de la plurinacionalidad, son insufi-
claim by indigenous movements in recent decades. cientes para conseguir la interculturalidad. Primero,
Second, it studies multicultural policies that sought examina la reivindicación del Estado plurinacional por
to answer that demand. Third, it defines the concept parte de los movimientos indígenas en las últimas dé-
of multiculturalism used by indigenous movements in cadas. Luego estudia las políticas multiculturales que
order to articulate their demands. Finally, discusses intentaron responder a esa demanda. En tercer lugar,
the challenges of multinational state, particularly in delimita el concepto de interculturalidad con el que
terms of autonomy. los movimientos indígenas articulan sus demandas.
Finalmente, analiza los retos del Estado plurinacional,
particularmente en cuanto a la autonomía.

* Artículo resultado de investigación del proyecto denominado: Estado


plurinacional, interculturalidad y autonomía indígena: una reflexión sobre
los casos de Bolivia y Ecuador. Desarrollado en el Grupo de Investigación
Teoría Política Contemporánea- Universidad Nacional de Colombia.
Período (2012). Bogotá (Colombia). Palabras clave
** Candidato a Doctor en Estudios Políticos y Relaciones Internacionales
Estado plurinacional, multiculturalismo,
de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Análisis de Pro-
blemas Políticos, Económicos e Internacionales Contemporáneos de interculturalidad, autonomía, Bolivia, Ecuador.
Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo (IAED)- Universidad Exter- Key words
nado de Colombia- Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL)
Plurinational State, multiculturalism,
-Universidad de París III. Especialista en Análisis de Políticas Públicas
de la Universidad Nacional de Colombia. Politólogo de la Universidad interculturality, autonomy, Bolivia, Ecuador.
Nacional de Colombia. Bogotá (Colombia). Correo electrónico de con-
tacto: ecruzr@unal.edu.co

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INTRODUCCIÓN titucionalización del Estado plurinacional en Bolivia


y Ecuador desde las categorías de plurinacionalidad,
El reconocimiento del Estado plurinacional en las interculturalidad y autonomía. El carácter hermenéu-
nuevas constituciones de Bolivia (2009) y Ecuador tico o interpretativo puede entenderse si se tiene en
(2008) obedece a la búsqueda de arreglos institucio- cuenta que la comparación entre ambos casos no
nales que posibiliten la convivencia de distintas cul- tiene como objetivo explicar sino comprender los
turas, pueblos o naciones, en el interior del Estado. desafíos del Estado plurinacional, es decir, no tiene
Tal búsqueda tiene una larga historia, que empezó a por objetivo hallar las causas o variables que expli-
materializarse en los años noventa con las reformas can esos desafíos, sino los distintos sentidos puestos
constitucionales que reconocieron el carácter pluri- en los conceptos antes mencionados y las tensiones
cultural de ambas naciones adoptando el enfoque entre ellos”.
multicultural. Sin embargo, esas reformas no dejaron
satisfechas las demandas de los movimientos indíge- RESULTADOS Y DISCUSIÓN
nas. La crítica que estos formularon al multicultura-
lismo conllevó tanto la demanda del reconocimiento La Génesis del Estado Plurinacional
de distintos pueblos y naciones o nacionalidades in-
dígenas bajo la figura del Estado plurinacional como El problema al que pretende responder el reconoci-
la formulación de un enfoque distinto para la gestión miento del Estado plurinacional en ambos casos se
de la diversidad en el interior del Estado nación: la remonta a la fundación de las repúblicas a comien-
interculturalidad. Por esta razón, en buena parte el zos del siglo XIX y radica en que las élites criollas se
grado en que los arreglos institucionales del Estado empeñaron en integrar al indígena como ciudadano
plurinacional sean eficaces para permitir la conviven- por la vía de la asimilación, lo cual implicó que el
cia de las distintas culturas que los habitan, depende indígena debía dejar de serlo y convertirse en campe-
de la medida en que puedan armonizarse con el en- sino y mestizo como condición para ser integrado a la
foque intercultural. nación1. Esta perspectiva se mantuvo en los intentos
de distintas generaciones de las élites constructoras
Este trabajo examina hasta qué punto los arreglos ins- de nación por integrar al indígena. Después de los
titucionales de los Estados plurinacionales boliviano y criollos vinieron los liberales y positivistas de la segun-
ecuatoriano concuerdan con el enfoque intercultural da mitad del siglo XIX, tras ellos el indigenismo en el
así como los retos que de tal relación pueden inferir- siglo XX, que se institucionalizaría con los programas
se. El planteamiento central es que existe una tensión desarrollistas y populistas de mediados de siglo2. Sólo
entre plurinacionalidad e interculturalidad que se muy tardíamente, durante los años noventa, se reco-
expresa particularmente en el establecimiento de las nocería el carácter pluricultural de estos Estados.
autonomías territoriales, de forma que si bien estos
arreglos institucionales son necesarios para conseguir Para mediados del siglo XX, el imaginario nacional en
el reconocimiento de la plurinacionalidad, son insu- ambos países estaba sólidamente edificado en la idea
ficientes para conseguir la interculturalidad. Primero, de unidad y homogeneidad del mestizaje. En Bolivia,
examina la reivindicación del Estado plurinacional el nacionalismo revolucionario de 1952, en cabeza
por parte de los movimientos indígenas en perspecti-
va histórica. Luego estudia las políticas multiculturales 1 La asimilación implica la pérdida de sus valores, costumbres, len-
gua y otras manifestaciones culturales para asumir y adaptarse a
que intentaron responder a esa demanda. En tercer la cultura dominante, “es un proceso de pérdida y reemplazo
lugar, delimita el concepto de interculturalidad con el cultural”. En contraste, la integración supone una relación entre
que los movimientos indígenas articulan sus deman- grupos culturales distintos en condiciones de respeto e igualdad,
en la cual pueden mantener su identidad, lengua, costumbres y
das. Finalmente, analiza los retos del Estado plurina- valores culturales (Bengoa, 2000, p. 303).
cional, particularmente en cuanto a la autonomía. 2 Por razones de espacio no es posible desarrollar aquí la compleja
relación histórica entre indígenas y Estado en ambos países. Para
un estudio comparativo de larga duración ver Cruz (2012). So-
METODOLOGÍA bre las reformas liberales ver para Bolivia Platt (1982) e Irurozqui
(2000). Para el caso ecuatoriano Palomeque (1991) y Moscoso
La pesquisa que sustenta este texto estuvo basada en (1991). Sobre el discurso y las políticas indigenistas ver en general
Bengoa (2000), para Bolivia Rivera (1986) y para Ecuador Figue-
una metodología hermenéutica que se interroga por roa (2001). Para el ideal de nación mestiza en Bolivia ver Sanjinés
el acontecer histórico en relación con la reciente ins- (2005), para Ecuador ver Chiriboga (1986).

E d win Cruz Rod ríguez


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* E st ad o pl urinacional , int ercul t ural id ad y aut onomía in dí gena:
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del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), incivilizados, para afirmar su cultura (Ibarra, 1999, p.
trató de asimilar los indios como campesinos mestizos 77; Pachano, 1993, p. 174; Rivera, 1986, p. 194).
(Sanjinés, 2005, pp. 17-18). Era un mestizaje inspira- Así también se desmarcaban del concepto de “etnia”
do en el modelo cochabambino: “un campesino par- que a su juicio los coloca en el lugar de las minorías,
celario mestizo, castellanizado, e integrado al merca- mientras el de nación o pueblo ubica su demanda en
do” (Sanjinés, 2005, p. 18). En Ecuador, el período de el centro de la construcción del Estado nación (Ra-
estabilidad política que se inaugura a partir de 1948 y món y Gámez, 1993, pp. 190-191; Chancoso, 1993,
el auge bananero, permitió el planteamiento de una pp. 136-137). Con todo, este lenguaje no implica un
agenda de integración y desarrollo nacional soporta- nacionalismo en el sentido moderno, dado que no
da en una idea de nación mestiza, que tomaría fuerza pretende conseguir la autodeterminación en un Esta-
con el gobierno militar desarrollista en los 70 y la bo- do propio (Gellner, 1988, p. 13; Hobsbawm, 2000,
nanza petrolera (Black, 1999, p. 9; Treverso, 1998). p. 17), sino que reclama la autodeterminación en el
Al igual que en Bolivia, los indígenas fueron asimi- marco de los Estados plurinacionales de acuerdo al
lados como campesinos mestizos (Chiriboga, 1986, derecho internacional, particularmente la Declara-
p. 84). La integración vía desarrollo desconoció las ción de las Naciones Unidas sobre los derechos de
particularidades de la población indígena, los progra- los pueblos indígenas (2007).
mas estatales la asumieron como mestiza. El censo
de 1950 evitó caracterizar la población con criterios El concepto de Estado plurinacional apareció por pri-
raciales y las políticas agrarias construyeron las po- mera vez en Bolivia en la Tesis Política de la Confe-
blaciones indígenas como campesinos. El problema deración Sindical Única de Trabajadores Campesinos
indio se subsumió en el del desarrollo: “el problema de Bolivia (CSUTCB) de 1983 (Rivera, 1986, p.199).
indio yacía en la servidumbre, la concentración de la No implicaba la fragmentación del Estado, sino el re-
tierra, la inadecuada satisfacción de las necesidades conocimiento de la existencia de distintas naciones
básicas y la falta de educación” (Prieto, 2004, p. 219). indígenas y de autogobierno como condición para
En ambos casos la integración del indio a la nación alcanzar la descolonización. Era un cambio radical en
tenía como condición que dejara de serlo y se con- la forma como se había concebido la integración na-
virtiera en mestizo. cional, ya no como la asimilación del indio sino como
el reconocimiento de su identidad y de la diversidad
Los movimientos indígenas surgen, entre los setenta y de la sociedad boliviana. Bajo esta demanda, los mo-
ochenta, como consecuencia de profundos cambios vimientos coincidían en reivindicar aspectos como
estructurales y culturales producidos en la segunda el reconocimiento de sus formas tradicionales de
mitad del siglo XX (Gros, 1999, pp. 5-6). Quizás el gobierno, los derechos colectivos y las autonomías
más importante fue la reforma agraria, que preten- territoriales, entre otros.
día convertir los indios en campesinos mestizos, pero
generó procesos que posibilitaron la emergencia de En Ecuador el movimiento concilió la ambigüedad de
identidades indígenas (Moreano, 1993, pp. 222-224, la categoría “nacionalidad indígena” con el carácter
Pearse, 1986, p. 352). Procesos como la migración a unitario del Estado mediante su concepto de pluri-
la ciudad y el acceso a la educación coadyuvaron al nacionalidad. Para sus críticos siempre se trató de un
fortalecimiento de una élite indígena que opta por intento de desmembrar el Estado (Frank et al, 1992).
la afirmación de su identidad étnica (Bengoa, 2000, No obstante, los dirigentes indígenas explicaron rei-
pp. 82-83, Guerrero y Ospina, 2003, pp. 153). Estos teradamente que la plurinacionalidad no implicaba
actores cuestionan el modelo de nación homogénea fragmentar el Estado o crear Estados dentro del Esta-
y mestiza proponiendo una integración nacional que do, sino una forma de integración nacional distinta de
no pase por la asimilación sino por el reconocimiento la asimilación, que reconozca su diferencia cultural y
de su diferencia. espacios de autonomía y autogobierno, como con-
dición para la descolonización y la construcción de
Tal cuestionamiento empezó por la acuñación de sus relaciones equitativas o de interculturalidad entre las
propias categorías de identificación, pueblos indíge- distintas culturas que habitan el país (Karakras, 1988,
nas, naciones originarias y nacionalidades indígenas, p. 645; Federación de Centros Shuar, 1988, p. 597;
que daban al traste con las imágenes racializadas con Macas, 1993, p. 127; Chancoso, 1993, p. 138). Así,
las que habían sido representados como salvajes o el Estado plurinacional no implica la autodetermina-

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ción en un Estado propio, sino una forma de integra- p. 187-188), y de Bolivia, Jaime Paz Zamora (1989-
ción distinta a la sociedad ecuatoriana (Guerrero y 1993) (Paz, 1992, p. 18), cuando asimilaron la de-
Ospina, 2003, p. 181; Albán, 1993, p. 198; Karakras, manda por el reconocimiento de la plurinacionalidad
1988, p. 636; Chancoso, 1993, p. 144). con el intento de dividir los Estados y las naciones.

En fin, el Estado plurinacional, en ambos casos, se Una segunda limitación se explica porque las políticas
concibe como un arreglo institucional que dota a los multiculturales se articularon con la implementación
distintos grupos culturales, pueblos o naciones indí- del modelo económico neoliberal. Aunque formal-
genas de márgenes de autonomía y autogobierno, mente se reconocieron derechos y se implementaron
así como de formas especiales de representación y acciones para el reconocimiento de la diversidad, su
derechos específicos en función del grupo, con el fin alcance fue limitado dado que con la reducción del
de hacer más igualitarias sus relaciones. No implica, rol del Estado en el terreno social y económico, la ga-
pues, una desmembración del Estado o una fragmen- rantía de derechos ya no depende de él en forma ex-
tación de la nación, sino una forma de integración clusiva (Huerta et al, 2004, pp. 11-12). Para algunos
que reconozca la diferencia indígena y la igualdad (Duarte, 2006, p.101) ello explica el que las reformas
entre culturas. Tal demanda no tuvo eco en las polí- no puedan trascender el reconocimiento cultural y
ticas multiculturales que los dos Estados implementa- político para satisfacer demandas de mayor equidad
ron durante los años noventa. y reducción de la pobreza, que aqueja mayoritaria-
mente a las poblaciones indígenas, o garantizar la au-
Las políticas del multiculturalismo todeterminación.

Las políticas de los Estados boliviano y ecuatoriano En Bolivia el Convenio 169 de la OIT, que recono-
durante los noventa plantean un cambio en la for- ce derechos colectivos a los pueblos indígenas, se
ma de integración de los indígenas a la nación: ya ratificó en 1991. Entre 1994 y 1996 tienen lugar
no se trata de asimilarlos como mestizos, sino de varias reformas que articulan el reconocimiento de
integrarlos reconociendo su identidad, dotando sus tales derechos con la implementación del modelo
poblaciones de autonomía y promoviendo su parti- neoliberal, particularmente las políticas de privatiza-
cipación política. Para este empeño encontraron un ción que entonces de denominaron “capitalización”
enfoque y una serie de instrumentos conceptuales en (Cajías, 1994, p. 6). En cuanto al reconocimiento de
el multiculturalismo. Esta categoría tiene origen en las derechos colectivos a los pueblos indígenas la me-
políticas de los Estados norteamericanos, orientadas dida más importante fue la reforma constitucional.
a gestionar el pluralismo cultural en los años setenta: En abril de 1993 se aprobó la Ley de necesidad de
en Canadá, la coexistencia de varios pueblos o na- Reforma Constitucional, en 37 de sus artículos, y en
ciones en el interior del Estado y, en Estados Unidos, agosto de 1994 se aprobó la Reforma Constitucional.
como respuesta a los movimientos sociales que desa- Las Constituciones de 1961 y 1967 ignoraron lo indí-
fiaron el modelo de integración nacional basado en gena guiadas por una concepción campesina propia
el melting-pot (Tubino, 2004). En los años noventa, el de la Revolución de 1952. En contraste, en el artícu-
filósofo canadiense W. Kymlicka (1996) desarrolló el lo 1 reformado se reconoció a Bolivia como “libre,
trabajo más sistemático que, inspirado en modernas soberana, multiétnica y pluricultural, constituida en
democracias occidentales, trató de conciliar la ciu- República unitaria” (Vadillo, 1996, p. 30). El párrafo 4
dadanía individual con los derechos específicos en del artículo 116, aunque no mencionó el término in-
función de grupo. dígena, reconoció tácitamente las lenguas indígenas3;
el Art. 165 reconoció y garantizó la existencia de las
No obstante, implementadas en América Latina, las comunidades indígenas; el Art. 167 afirmó el fomen-
políticas multiculturales enfrentaron dos limitaciones. to de la educación del campesinado con núcleos es-
Primero, porque pretendían reconocer la diversidad colares indígenas (Vadillo, 1996, p. 31). El Art. 171
de la nación, pero se oponían al reconocimiento del
carácter plurinacional (la existencia de varias nacio- 3 “…la gratuidad, publicidad, celebridad y probidad son condicio-
nes) dentro de sus Estados. Así lo hicieron saber desde nes esenciales de la administración de justicia”. El poder judicial
es responsable de proveer defensa legal gratuita a los indigentes,
el principio los presidentes de Ecuador, Rodrigo Bor- así como traductor cuando su lengua materna no sea el castella-
ja (1988-1992) (León, 1994, p. 32-33; Ojeda, 2005, no” (Vadillo, 1996. p. 31).

E d win Cruz Rod ríguez


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explícitamente reconoció un conjunto de derechos nistrar su patrimonio cultural e histórico, entre otros;
colectivos como el de territorio, a través del concep- el Art. 191 reconoció funciones de justicia a las auto-
to de Tierras Comunitarias de Origen, personalidad ridades indígenas siempre que no fueran contrarios a
jurídica y funciones administrativas, y capacidad de la Constitución y las leyes, y el Art. 224 instituyó las
solución alternativa de conflictos a las comunidades Circunscripciones Territoriales Indígenas y afroecua-
(Vadillo, 1996, p. 25). torianas que serían establecidas por ley (Guerrero y
Ospina, 2003, pp. 184-185).
Del mismo modo, una reforma constitucional, en
enero de 1996, permitió el reconocimiento del Empero, ninguno de los textos constitucionales intro-
Ecuador como un país pluricultural (Beck y Mijeski, dujo la categoría de “plurinacionalidad”, nodo arti-
2000, p. 122), pero muchas de las reformas más im- culador del proyecto de nación de los movimientos
portantes sólo tendrían lugar un tiempo después, en indígenas (Vargas y Córdova, 2004, p. 89; Beck y Mi-
la Constitución de 1998. La Asamblea Constituyente jeski, 2000, p. 122), y su principal correlato que es la
tuvo lugar en una coyuntura de crisis política, luego autonomía. Desde la perspectiva de los movimientos
de la salida de Bucaram del gobierno. De acuerdo indígenas, el reconocimiento de los derechos colec-
con Barrera (2001, pp. 242-243), en la Asamblea se tivos aunque importante fue insuficiente en com-
enfrentaron dos agendas: la de los partidos mayorita- paración con sus demandas. Para algunos autores
rios, que pugnaban por resolver los escollos que im- el reconocimiento de los derechos se hizo bajo una
pedían los procesos de privatización de áreas estraté- perspectiva culturalista, que si bien reconoció retóri-
gicas y fortalecer el presidencialismo eliminando las camente la diversidad de la nación, no implicó en la
elecciones de medio tiempo, y la de las organizacio- práctica el reconocimiento de autonomías a las po-
nes indígenas y otros sectores sociales que luchaban blaciones indígenas (Dávalos, 2005, p. 390; Gómez,
por ampliar los derechos con base en el documento 1998, p. 138).
preparado por la sociedad civil en el marco de la
asamblea alternativa. En el texto de la Constitución En la perspectiva de los movimientos la autonomía
se expresaron ambas tendencias y por eso no supuso implica mayores atribuciones. Las reformas constitu-
la hechura de un verdadero pacto social y consintió cionales demandadas por los movimientos en Bolivia
múltiples paradojas. Principalmente, ensanchó los planteaban ajustes en la composición del legislativo
derechos pero no proporcionó los mecanismos ni los incorporando una “asamblea de nacionalidades” o
recursos para garantizarlos (Barrera, 2001, p. 242). destinando curules especiales en los órganos de re-
presentación y reformas en la división político ad-
Sin embargo, se reconocieron valiosos derechos in- ministrativa y en la administración de justicia (Albó,
dígenas. El Art. 1 declaró el Estado como unitario, 1996, pp. 356-357), que no se tuvieron en cuenta en
pluricultural y pluriétnico, el castellano como el idio- el debate constitucional. En el mismo sentido, el Pro-
ma oficial, el quichua, el shuar y otros idiomas an- yecto Político de la Confederación de Nacionalidades
cestrales de uso oficial para los pueblos indígenas; el Indígenas del Ecuador (CONAIE) (1994) planteó la le-
Art. 62 instauró como tarea del Estado el fomento galización de las entidades territoriales indígenas que
de la interculturalidad, de acuerdo a los principios implicaba cambios en la división político administra-
de equidad e igualdad de las culturas; el Art. 66 afir- tiva y otras reformas que se consideraron amenazas a
mó la educación para impulsar la interculturalidad; la integridad nacional4.
el Art. 68 mencionó el establecimiento de programas
de enseñanza de acuerdo a la diversidad del país; el Tales demandas no fueron tenidas en cuenta. En
Art. 69 responsabilizó al Estado por el sistema de EIB cuanto al reconocimiento del derecho al territorio,
(Puente, 2005, pp. 15-16); el Art. 83 reconoció a los establecido en el Convenio 169 (artículos 13-19),
pueblos indígenas “que se autodefinen como nacio- puede afirmarse que hubo dos lógicas en ambos paí-
nalidades de raíces ancestrales”; el Art. 84 estableció
los derechos de inembargabilidad, inalienabilidad, e 4 En octubre de 1994 la CONAIE presentó al Congreso un pro-
indivisibilidad de la propiedad comunitaria, afirma- yecto de reformas constitucionales en el que “según las notas de
ba que las comunidades pueden participar en el uso prensa planteaba la representación sectorial de los indígenas a ra-
zón del 30% del Congreso y los gobiernos seccionales, propuestas
y administración de recursos naturales renovables y que aparecieron en la ANC de 1997 y 1998” (Guerrero y Ospina,
deben ser consultados sobe su uso, mantener y admi- 2003, p. 183).

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ses. Por una parte, las legislaciones reconocen a las La Constitución de 1998 reconoció en el artículo 224
comunidades indígenas el derecho al territorio y gra- la figura de las Circunscripciones Territoriales Indígenas
dos importantes de autonomía, aunque en la práctica (CTI), las cuales debían establecerse por ley; sin embar-
estos se vean torpedeados por diferentes aspectos. go, nunca se legisló al respecto (Ortiz-T, 2005, p. 257)6.
Por otra, el Estado abandonó las políticas agrarias
centradas en la promoción del desarrollo y la reforma El saneamiento de las TCO en el caso boliviano o el
agraria por la vía de la redistribución de la propiedad reconocimiento de territorios en el ecuatoriano, die-
de la tierra, lo cual ha afectado las poblaciones indí- ron a las comunidades indígenas seguridad sobre sus
genas en la medida que las comunidades ven asedia- tierras pero negaron la posibilidad de administración
das sus propiedades por el libre mercado de tierras. local autónoma, tal como ha sido su demanda (Vadi-
llo, 1997, p. 324). Por eso, las comunidades amazó-
En 1992 el Estado boliviano intervino el Consejo Na- nicas ecuatorianas y del Oriente boliviano han visto
cional de Reforma Agraria y el Instituto Nacional de limitadas sus capacidades para lidiar con las empresas
Colonización. Cuatro años después, el 18 de octubre de explotación de recursos naturales que usufructúan
de 1996, se aprobó la Ley 1715 o Ley del Servicio sus territorios.
Nacional de Reforma Agraria (Ley INRA). La Ley esta-
bleció los procedimientos para la titulación de Tierras En fin, la demanda por el reconocimiento de la plu-
Comunitarias de Origen (TCO) después de las pro- rinacionalidad y de la autonomía se mantendría vi-
testas de los indígenas del Oriente (Albó, 1998, p. gente hasta el ascenso de los gobiernos progresistas
19) e instauró como principios: 1. permitir el acceso de Evo Morales y Rafael Correa en el 2006. Empero,
a la tierra, 2. dar seguridad jurídica al poseedor de para esta época tales demandas se habían cualificado
la tierra, 3. garantizar el uso sostenible de la tierra formando un enfoque distinto para gestionar la diver-
y evitar su continua degradación, 4. reconocer a las sidad en el interior del Estado y articulado alrededor
comunidades indígenas derecho sobre la tierra (Va- de la categoría de interculturalidad.
lenzuela, 2004, p. 29). En este sentido, recoge los
planteamientos del Convenio 169 en cuanto a los El concepto de interculturalidad
derechos sobre el territorio (Antezana, 1997, p. 70),
aunque establece también salvedades con el fin de La categoría de interculturalidad fue articulada por
reservar la propiedad y administración de los recursos los movimientos indígenas en referencia al proble-
naturales no renovables para el Estado5. ma de la educación alrededor de los ochenta. Es un
concepto polisémico7 que se construye en medio de
En Ecuador, luego de la marcha de la Organización una crítica a las políticas multiculturales que se imple-
Pueblos Indígenas del Pastaza (OPIP), en 1992, el Es- mentan desde los noventa en ambos casos y tiene, al
tado le adjudicó a las comunidades amazónicas apro- menos, tres elementos distintivos:
ximadamente 1.000.015 has, reservándose para sí, al
6 García (2010, pp. 10-12) habla de una “brecha de implementa-
igual que en el caso boliviano, la propiedad sobre ción” respecto a la aplicación de las normas constitucionales que
los recursos naturales del subsuelo y adjudicando las tendría como causa principal la poca voluntad gubernamental.
tierras a las comunidades, no a los pueblos o nacio- Durante más de diez años, el Congreso hizo sólo dos leyes para
los indígenas.
nalidades (De la Cruz, 1993, p. 86). 7 Fornet-Betancourt (2002, p. 1) sugiere que el significado de la in-
terculturalidad no tiene ni puede ser universal. Hay culturas que,
5 El ART. 3. Inciso III de la Ley dice: “Se garantizan los derechos de a diferencia de la occidental, no dan prioridad al momento de la
los pueblos y comunidades indígenas y originarios sobre sus tie- definición de los conceptos. Por consiguiente, plantear una defi-
rras comunitarias de origen, tomando en cuenta sus implicacio- nición con pretensiones de universalidad puede conllevar “cierta
nes económicas, sociales y culturales, y el uso y aprovechamiento violencia”, pues la comprensión de lo intercultural haría parte de
sostenible de los recursos naturales renovables, de conformidad un proyecto teórico más amplio que sólo podría ser monocultu-
con lo previsto en el artículo 171 de la Constitución Política del ral. Algunos autores, como Tapia (2010, pp. 64-65) distinguen va-
Estado. La denominación de tierras comunitarias de origen com- rias formas de interculturalidad de acuerdo a su tendencia ideo-
prende el concepto de territorio indígena, de conformidad a la lógica (colonial, de resistencia, neocolonial o neoliberal). En el
definición establecida en la parte II del Convenio 169 de la Orga- mismo sentido, Tubino (2004, pp. 157-158; 2008, p. 175; 2011,
nización Internacional del Trabajo, ratificado mediante Ley 1257 pp. 10-12) ha sugerido la distinción entre una interculturalidad
de 11 de julio de 1991. Los títulos de tierras comunitarias de funcional, que reconoce la diversidad cultural desde arriba a fin
origen otorgan a favor de los pueblos y comunidades indígenas y de hacerla funcional al sistema político y económico vigente, y
originarias la propiedad colectiva sobre sus tierras, reconociéndo- una intercultural crítica, construida desde abajo y que implica
les el derecho a participar del uso y aprovechamiento sostenible no sólo el reconocimiento de la diferencia sino una forma de
de los recursos naturales renovables existentes en ellas” (Vadillo, convivencia que empieza por atacar las causas de la desigualdad
1997, p. 330). entre culturas.

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a) El prefijo “multi” implica la coexistencia de la di- mente implica diálogo y convivencia entre culturas.
versidad en un contexto determinado, pero no ne- En cambio, el concepto de respeto implica que el
cesariamente la convivencia o el intercambio entre intercambio con otras culturas y la convivencia, son
diversos. La interculturalidad apuesta por la construc- un bien en sí mismos y por lo tanto son deseables8.
ción de relaciones equitativas entre culturas y al mis- De acuerdo con Tubino (2005, p.14), el multicultu-
mo tiempo enfatiza la necesidad de los intercambios ralismo trata de producir sociedades paralelas, mien-
y el aprendizaje mutuo. Las relaciones y el aprendi- tras la interculturalidad busca producir sociedades
zaje son inevitables pero generalmente se producen integradas y relaciones simétricas entre culturas: “las
en condiciones de desigualdad. De ahí que una pre- políticas multiculturales evitan los desencuentros. Las
ocupación central sea la desaparición de la desigual- políticas interculturales promueven los encuentros. El
dad entre culturas, planteada como descolonización multiculturalismo promueve la tolerancia, el intercul-
en Bolivia y Ecuador (Walsh, 2009, p. 54; Esterman, turalismo el diálogo”.
2009, p. 52). Esto no supone terminar con los conflic-
tos entre culturas, pues estos también son inevitables c) Finalmente, las políticas multiculturales enfatizan
y se conciben como una fuente de desarrollo cultu- la igualdad formal entre culturas, mediante el reco-
ral. Se trata más bien de hacer posible la relación y nocimiento de distintos tipos de derechos. En cam-
el diálogo intercultural excluyendo la violencia en un bio, el concepto de interculturalidad pone sobre la
marco de mutuo respeto (Walsh, 2009, p. 46). mesa, en primer lugar, la necesidad de identificar las
causas estructurales, económicas y sociales, que im-
De acuerdo con Walsh (2009, p. 14) interculturalidad piden una relación equitativa entre culturas. Como
significa “el contacto e intercambio entre culturas en sostienen Viaña, Claros y Sarzuri (2009, p. 7) la in-
términos equitativos; en condiciones de igualdad”. terculturalidad, el problema de la convivencia entre
Se refiere a la comunicación y el aprendizaje perma- culturas en términos igualitarios, no es un problema
nente entre personas y grupos con distintos saberes, de voluntad subjetiva, como lo pretende muchas
valores, tradiciones y racionalidades, y se orienta a veces el multiculturalismo, sino también de constric-
construir el respeto mutuo y el desarrollo de indivi- ciones estructurales, políticas, económicas y sociales,
duos y colectividades por encima de las diferencias que condicionan tales relaciones. En consecuencia,
culturales. Se trata de romper con las relaciones de la igualdad entre culturas por la que propugna la in-
subordinación entre culturas para garantizar un “con- terculturalidad va más allá de la igualdad formal y el
vivir” en condiciones de respeto mutuo. La intercul- reconocimiento de derechos.
turalidad “no tiene la pretensión de asumir la pers-
pectiva del otro sino de permitir que la diferencia Para Walsh (2006, p. 35; 2009, pp. 43-44) la intercul-
intervenga en uno, abriendo así nuevas perspectivas turalidad implica cambios estructurales. No se reduce
interculturales de vivir ‘con’ o ‘con-vivir’” (Walsh, a tolerar la diferencia dentro de las estructuras de la
2009, p. 15). Es un enriquecimiento mutuo entre cul- colonialidad establecidas, sino involucra profundas
turas que no implica diluir la identidad de los interlo- transformaciones, distribución del poder político y
cutores para formar una síntesis única. socioeconómico, que combatan la desigualdad en-
tre culturas. La interculturalidad requiere cambios
b) Las políticas multiculturales están inspiradas en los estructurales orientados a atacar las causas políticas
principios de la filosofía liberal, principalmente en la y económicas de las desigualdades en las relaciones
salvaguarda de los derechos individuales y la promo- entre culturas, no sólo el reconocimiento de las di-
ción de la tolerancia, basados en el reconocimiento ferencias (Tubino, 2007, pp. 195-196). Implica una
de los derechos diferenciados en función del grupo reinvención del Estado, la democracia y el modelo
(Kymlicka, 1996). En contraste, la categoría de inter- de desarrollo económico (Viaña, 2010, pp. 11-12).
culturalidad propugna por ir más allá de los derechos
diferenciados y del aislamiento entre culturas, la to-
lerancia y la coexistencia, para producir un diálogo y 8 “No basta con un respeto que solo signifique el derecho declara-
un aprendizaje mutuo en condiciones de igualdad. La do a existir. Semejante “respeto” sería muy limitado y con razón
tolerancia multicultural supone soportar lo diferente algunos podrían considerarlo engañoso. Estamos hablando de
un respeto que signifique tomar en serio las diferentes culturas,
y muchas veces se traduce en arreglos institucionales dando la oportunidad a quienes las practican de desarrollarlas en
que separan a las culturas, por lo que no necesaria- interacción con otras culturas” (Ansion, 2007, pp. 44-45).

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En resumen, el multiculturalismo defiende una igual- Al igual que en el caso boliviano, en Ecuador el reco-
dad formal entre culturas, mediante el reconoci- nocimiento del Estado plurinacional estuvo en el cen-
miento de derechos diferenciados, para asegurar que tro de la discusión durante la Asamblea Constituyen-
cada cultura pueda mantener su diferencia si así lo te. El 22 de octubre de 2007 la CONAIE presentó su
desea. El enfoque intercultural apuesta por una igual- propuesta de Constitución a los bloques progresistas
dad sustancial que permita una relación basada en tras una movilización de cerca de diez mil personas
el respeto y el mutuo aprendizaje entre culturas. Por (Simbaña, 2008, p. 104). Planteó “la construcción de
ello, los derechos diferenciados son necesarios pero un Estado plurinacional, que deseche para siempre
no suficientes. Para Walsh (2009, pp. 45, 142) la in- las sombras coloniales y monoculturales que lo han
terculturalidad es un proyecto que se desarrolla en acompañado desde hace casi 200 años” (CONAIE,
forma permanente y requiere cambios estructurales, 2007). Luego de recordar que el “Estado plurina-
no una meta que se alcanza al garantizar derechos cional, unitario, soberano, incluyente, equitativo y
diferenciados. laico” no amenazaba la unidad nacional, trazó un
conjunto de reformas en tres dimensiones: construir
El Estado plurinacional y la interculturalidad; una democratización del Estado,
los desafíos de la interculturalidad que implica una transformación institucional hacia el
reconocimiento de la diversidad de la nación y una
Los conceptos de plurinacionalidad e interculturali- radicalización de la democracia con mecanismos de
dad funcionaron como nodo articulador de las de- democracia directa; y, finalmente, el reconocimiento
mandas de los movimientos indígenas durante los del autogobierno como “gobierno comunitario”, sin
recientes procesos constituyentes. que ello implique dejar de concebir el Estado como
unitario. Planteaba elección de sus autoridades de
En Bolivia, el “Pacto de Unidad” (octubre de 2004), acuerdo a “usos y costumbres” (la “democracia co-
entre organizaciones indígenas y sociales que se arti- munitaria”) en combinación con las elecciones uni-
cularon alrededor del “Estado unitario plurinacional” versales y secretas, que las nacionalidades indígenas
para plantear una propuesta conjunta a la Asamblea y afroecuatorianas tuvieran representación directa en
Constituyente (Orellana, 2005, p. 69), puso la intercul- todas las instancias, y un régimen de autonomías te-
turalidad el centro de la agenda pública. El proyecto de rritoriales, entre otros9.
Estado plurinacional se ha venido desarrollando desde
la asunción del gobierno por Evo Morales, en el 2006, Las transformaciones constitucionales
durante la Asamblea Constituyente, y con el recono-
cimiento formal de la plurinacionalidad en la nueva La declaración de Bolivia y Ecuador como Estados
Constitución, pese a la conflictividad y los desacuerdos unitarios plurinacionales en sus nuevas constituciones
que a su alrededor se han suscitado. En agosto de 2007 políticas constituye uno de los fenómenos políticos
hubo una serie de encuentros entre las organizaciones más relevantes en América Latina contemporánea,
sociales articuladas en el Pacto de Unidad que culminó tanto porque instituye una forma de Estado sin an-
con una asamblea en Sucre, donde se acogió la pro- tecedentes en la región, como porque reconoce la
puesta para la Nueva Constitución Política del Estado principal demanda de los movimientos indígenas. Sin
basada en la construcción de un Estado Plurinacional embargo, los nuevos textos constitucionales dejaron
Unitario. El Estado plurinacional se presentó como al- para resolver por ley problemas centrales, como los
ternativa al Estado liberal y monocultural, y como un de autonomía territorial, que constituyen el núcleo
proyecto descolonizador e intercultural. La propuesta de lo que implicará el Estado plurinacional.
recogió la demanda de autodeterminación como pue-
blos y naciones indígenas según la Declaración de las La nueva Constitución de Bolivia además de declarar
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos su Estado como unitario y plurinacional10, corrobora
Indígenas (2007). Además, contenía representación y establece nuevos derechos indígenas. Reconoce la
directa de los pueblos y naciones indígenas en los po-
deres públicos, elegidos por sus usos y costumbres de 9 Una presentación detallada de la propuesta de la CONAE en
Simbaña (2008).
acuerdo al principio de “democracia comunitaria”, rei- 10 El artículo 1º de la nueva Constitución Política boliviana, rati-
vindicó la justicia originaria consagrada en los tratados ficada en enero de 2009 mediante referéndum popular por el
internacionales de acuerdo a usos y costumbres, y plan- 61.43% de los votos afirma: “Bolivia se constituye en un Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, in-
teó la cogestión de recursos no renovables con partici- dependiente, soberano, democrático, intercultural, descentrali-
pación equitativa en los beneficios de su explotación. zado y con autonomías”.

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existencia de “naciones y pueblos indígenas origina- En este sentido, el 19 de julio de 2010 se adoptó la
rio campesinos” (Art. 2, Art. 30. I); el derecho a prac- Ley Marco de Autonomías y Descentralización (031),
ticar su religión (Art. 4); oficializa sus idiomas junto que en su artículo 44 establece las formas en las que
con el castellano y obliga a usarlos por el gobierno las naciones y pueblos indígena originario campesi-
(Art. 5); asume y promueve los principios eticomo- nos pueden acceder a la autonomía. No obstante,
rales de la sociedad plural y del vivir bien (ama qhi- de acuerdo con Cameron (2011), dicha ley limita las
lla, ama llulla, ama suwa) (Art. 8.I); establece como posibilidades de construir Autonomías Indígena Ori-
fines y funciones del Estado el fomento de la des- ginario Campesinas (AIOC), hasta el punto de que
colonización, la interculturalidad y el plurilinguismo aunque en agosto de 2009, 18 pueblos manifestaron
(Art. 9, Art. 98); garantiza las formas comunitarias de su intención de convertirse en AIOC, sólo 12 cum-
gobierno, con elección de autoridades de pueblos y plieron con los requisitos, en dos direcciones: o bien
naciones de acuerdo con la ley, según sus normas y se trata de la conversión de gobiernos municipales
procedimientos (Art. 11, Art. 26.II), y los habilita para a instituciones de AIOC, o bien la conversión de los
postular candidatos a cargos públicos de elección antiguos Territorios Comunitarios de Origen (TCO),
junto con los partidos y organizaciones ciudadanas renombrados como Territorios Indígenas Comunita-
(Art. 209- 112); garantiza el respeto a la medicina rios de Origen (TIOC) a instituciones AIOC. En con-
tradicional (Art. 42); promueve la Educación Intercul- secuencia, los pueblos indígenas y originarios deben
tural Bilingüe (Art. 78); garantiza y respeta sus funcio- estar constituidos como TIOC o gobiernos municipa-
nes jurisdiccionales mediante sus propias autoridades les para poder constituirse en AIOC, lo cual limita
(Art. 190,191,192); y reconoce sus derechos colecti- enormemente las posibilidades de muchos pueblos.
vos sobre el “territorio indígena originario campesi-
no” (Art. 403). La nueva Constitución ecuatoriana también declara
el Estado como unitario y plurinacional11. La parte
Sin embargo, el texto deja para establecer por ley as- dogmática menciona las nacionalidades indígenas,
pectos relacionados con las demandas de representa- e incorpora otros aspectos de la cosmovisión de los
ción y autonomía. Reconoce “circunscripciones terri- indígenas como el “buen vivir”. El texto oficializa los
toriales indígena originario campesinas” en la Asam- idiomas ancestrales Quichua y Shuar junto con el cas-
blea Legislativa Plurinacional, definidas por el princi- tellano y los demás idiomas de los pueblos indígenas
pio de densidad poblacional en cada departamento, en las zonas donde habitan (Art. 2); declara la promo-
que se establecerán sólo en el área rural y donde los ción de la educación intercultural (Art. 27, 28, 29);
pueblos y naciones indígena originarios constituyan reconoce las nacionalidades como parte del Estado
una minoría poblacional, pero deja al Órgano Electo- ecuatoriano (Art. 56); reconoce derechos colectivos
ral la facultad para determinar esas circunscripciones a comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades
especiales (Art. 146). Adicionalmente, señala que “en tales como mantener propiedad de tierras y territo-
la elección de asambleístas se garantizará la participa- rios ancestrales y obtener su adjudicación gratuita,
ción proporcional de las naciones y pueblos indígena participar en el uso, usufructo, administración y con-
originario campesinos”, pero “la ley determinará las servación de recursos naturales en sus tierras y ser
circunscripciones especiales indígena originario cam- consultados sobre su explotación y comercialización,
pesinas, donde no deberán ser considerados como participar de sus beneficios y ser indemnizados por
criterios condicionales la densidad poblacional, ni la los prejuicios que cause; reconoce su derecho con-
continuidad geográfica” (Art. 147). Respecto a la au- suetudinario; sus conocimientos colectivos; desarro-
tonomía, el texto admite “territorios indígena origina- lla y protege la Educación intercultural bilingüe (Art.
rio campesinos” como parte de la división territorial 57, Art. 343, Art. 347); reconoce el respeto a la justi-
del Estado (Art. 269), y al mismo tiempo establece cia indígena de acuerdo a sus tradiciones ancestrales
que una ley marco de autonomía regulará el procedi- en comunidades, pueblos y nacionalidades mientras
miento para la elaboración de estatutos autonómicos
(Art. 271). Finalmente, instaura una “autonomía indí-
gena originaria campesina”, establecida mediante re- 11 La nueva Constitución Política ecuatoriana, también ratificada me-
ferendo (Art. 289 a 296) y establece las competencias diante referéndum en octubre de 2008 por el 63.86% de votos,
de estas autonomías (Art. 303, 304), pero deja para afirma en su artículo 1º: “El Ecuador es un Estado constitucional
de derechos y justicia, social, democrático, soberano, indepen-
definir por ley cómo se puede compaginar esta auto- diente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en
nomía con la de otras entidades territoriales. forma de república y se gobierna de manera descentralizada”.

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no sean contrarios a la Constitución (Art. 60), y garan- Marlon Santi, presidente de la CONAIE, explicó el “sí
tiza las prácticas de salud ancestral (Art. 363). crítico” porque aunque el texto reconoció las catego-
rías de nacionalidades, su estructura política y admi-
En cuanto a los derechos de territorio y autonomía nistrativa, ello no se expresó en autonomía.
establece que “los pueblos ancestrales, indígenas,
afroecuatorianos y montubios podrán constituir cir- Los problemas que ambos textos constitucionales han
cunscripciones territoriales para la preservación de su dejado para resolver por ley, constituyen el núcleo de
cultura” (Art. 60 ver también Art. 242), pero delega a lo que implicará finalmente el Estado plurinacional y
una ley futura su reglamentación y conformación. Así ello, dependerá de la capacidad de los movimientos
mismo, afirma que el territorio amazónico constitui- indígenas para promover los cambios aprovechando
rá una circunscripción especial que será igualmente las ventajas del nuevo marco constitucional.
establecida por ley (Art. 50). Finalmente, establece el
procedimiento por el cual podrían conformarse cir- Las autonomías indígenas y
cunscripciones territoriales indígenas y ecuatorianas el desafío de la interculturalidad
con competencias de gobierno territorial autónomo:
mediante una consulta en las comunidades, pueblos Uno de los principales retos que enfrentan los Esta-
o nacionalidades aprobada por 2/3 de los votos váli- dos plurinacionales es hacer compatibles las reformas
dos, pero deja a la ley el establecimiento de su fun- institucionales con el diálogo intercultural. Aunque,
cionamiento y competencias (Art. 257). como se ha visto, la interculturalidad abarca distintos
campos en los textos constitucionales y en las con-
En suma, los nuevos textos constitucionales dejan in- cepciones de los movimientos indígenas, la tensión
conclusos los procesos de reconocimiento de autono- entre plurinacionalidad e interculturalidad puede
mía territorial y representación abandonando su defi- ilustrarse con el problema de la autonomía. Como
nición a la sanción de leyes futuras. Así, aunque dan han advertido varios autores (Tapia, 2007, p. 60;
herramientas a los movimientos indígenas para hacer Ramón, 2009, p. 125), el Estado plurinacional, por
cumplir sus derechos de autonomía y representa- la vía de las autonomías indígenas corre el riesgo de
ción, dejan insatisfechas sus propuestas e inconcluso aislar a las distintas culturas más que contribuir a la
el proceso de construcción del Estado plurinacional. construcción de la interculturalidad, entendida como
La Constitución boliviana no recogió la propuesta de una relación equitativa de respeto, intercambio y
parlamento unicameral de las organizaciones indíge- aprendizaje mutuo entre culturas.
nas con representación de pueblos y naciones origina-
rias. Aunque acogió la propuesta de circunscripciones Así, la autonomía12 es necesaria pero no suficiente
especiales indígenas en el parlamento, se desechó la para alcanzar los ideales de interculturalidad. Pri-
propuesta de elección directa con formas propias. mero, sólo es eficaz donde existen poblaciones con
identidades definidas y territorialmente concentra-
En la Carta ecuatoriana la conformación de Circuns-
cripciones Territoriales Indígenas quedó, como en 12 La autonomía alude a una forma de pluralismo jurídico en el
1998, a la espera de una ley que la regule. Además, el ordenamiento territorial del Estado, que con frecuencia se arti-
cula al reconocimiento de los sistemas jurídicos propios de las
criterio de delimitación de los territorios no obedece culturas que quieren protegerse (Jiménez, 2005, p. 111). La
a la integridad cultural de los pueblos indígenas sino autonomía comprende alguna forma de descentralización con
se hace en función de los límites de las parroquias o territorio, auto- gobierno, respeto a los sistemas socioculturales
propios y participación en asuntos nacionales que afecten a los
cantones, pues es de ellos de donde parte la iniciativa grupos étnicos (Díaz, 1992, p. 77). Siguiendo a Sánchez (2010,
de referendo que, de conseguir una votación favora- p. 261), existen varios tipos de autonomía. Sin autogobierno no
ble de 2/3, puede crear este régimen de administra- puede existir autonomía, pero al autonomía no se reduce al au-
togobierno. Además, se pueden reivindicar todos los elementos
ción especial (Kingman, 2008, pp. 28-29). Ello expli- componentes de la autonomía o sólo algunos (autogobierno,
ca el “si crítico” de la CONAIE frente al referéndum jurisdicción territorial, competencias, participación y represen-
que ratificó la Constitución. Para esta organización, tación en instancias de decisión nacional). También varían las
reivindicaciones sobre los ámbitos territoriales para el ejercicio
la Constitución no implicó un cambio significativo en de la autonomía, desde unidades político administrativas hasta
relación con las disposiciones consagradas en 1998. reservas, entre otros.

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das. Segundo, está pensada en la lógica mayorías/ diversidad”, y es aplicable en zonas habitadas por
minorías que desplaza el problema de la desigualdad un solo pueblo, pero no en territorios con diversos
entre culturas hacia lo local, pero no lo resuelve. Ter- pueblos. En cambio, la interculturalidad reconoce la
cero, corre el riesgo de aislar a las culturas en vez de diversidad pero también la necesidad de construir
promover la interacción. unidad y posibilita un tratamiento flexible a distintas
formas de diversidad al aplicarse a territorios donde
La autonomía sólo es eficaz donde los grupos cultu- vive un solo pueblo y territorios compartidos13.
rales tienen identidades plenamente definidas y es-
tán concentrados territorialmente de forma que se De otro lado, existen partidarios del intercultura-
puedan trazar los límites de las entidades territoriales lismo para quienes este concepto no es excluyente
para que la “minoría nacional” forme una mayoría en sino complementario del plurinacionalismo (Walsh,
ellas (Kymlicka, 1996, p. 48). Como sostiene Ramón 2009, p. 96). Puede existir plurinacionalidad sin in-
(2009, p. 152), la idea de construir circunscripciones terculturalidad, pero no al contrario. Los Estados
territoriales es discutible pues sólo es posible donde plurinacionales se pueden formar con o sin el con-
grupos culturales, pueblos o nacionalidades indíge- sentimiento de las naciones o pueblos involucrados
nas, tengan mayoría, pero no en los espacios donde (Kymlicka, 1996, p. 27). Por tanto, el reconocimiento
conviven distintos grupos sin posibilidad de que uno de la plurinacionalidad y la implementación de arre-
se constituya en esa mayoría. Además, aún territoria- glos institucionales no implican necesariamente una
lizados, frecuentemente los grupos culturales son he- relación equitativa entre culturas. Sin embargo, en
terogéneos o sus identidades están en construcción y contextos como el latinoamericano, donde existen
son controversiales. Estados monoculturales que no reconocen el carác-
ter plurinacional y pluricultural de sus sociedades, el
Además, estos arreglos corren el riesgo de desplazar la reconocimiento de la plurinacionalidad es necesario
desigualdad hacia lo local sin resolverla. Este tipo de para lograr una relación de igualdad entre culturas
arreglos únicamente son exitosos para el autogobierno y favorecer su aprendizaje mutuo (Walsh, 2009, p.
si el grupo cultural constituye la mayoría en una de las 154). Más aún, en muchos casos es necesario para la
unidades, pero no cuando es una minoría (Kymlicka, supervivencia del pueblo o nación en cuestión (Sie-
1996, p. 50). Así, estos arreglos reproducen la lógica de rra, 1997, p. 138).
culturas dominantes/subalternas en las unidades terri-
toriales autónomas. Si el grupo cultural que se quiere Desde esta perspectiva, si bien las autonomías pue-
proteger constituye una minoría, la relación de sub- den trasladar el problema de la dominación entre
ordinación se mantiene igual, pero si constituye una culturas hacia lo local o aislarlas, son necesarios para
mayoría, se convierte en grupo dominante. En ambos conseguir la igualdad y posibilitar la interculturalidad.
casos se impide una relación equitativa entre culturas. En muchos casos son necesarios para la supervivencia
de los grupos culturales. Sin embargo, ello no implica
Finalmente, tales arreglos pueden aislar las culturas en- dejar intactos la dominación en el interior de las uni-
tre sí, más que permitir el diálogo y el aprendizaje mu- dades federales o autónomas y el aislamiento. Para
tuo. Ello ha llevado a discutir qué tanto es compatible
13 La crítica de Ramón (2009, p. 152), quien reflexiona sobre el
el “plurinacionalismo”, el reconocimiento de distintas caso ecuatoriano, procede así: “la idea de construir circuns-
naciones en un Estado y arreglos institucionales –como cripciones territoriales es discutible, porque sólo es posible en
la autonomía y el autogobierno- para hacer igualitarias aquellos sitios con mayoritaria presencia indígena o afroecua-
toriana; pero en los espacios compartidos, que son la mayoría
sus relaciones, y la interculturalidad, la relación equita- en Ecuador, es necesario crear espacios interculturales. De otra
tiva y de aprendizaje mutuo entre culturas. parte, como hemos enfatizado, el propio mundo indígena es muy
heterogéneo, él mismo es pluricultural y, en muchos casos, los
procesos de autodefinición de sus identidades están en construc-
Hay simpatizantes del interculturalismo que se opo- ción y son controversiales. También existe un creciente número
nen al plurinacionalismo y las autonomías, porque de indígenas, especialmente urbanos y migrantes internacionales
pueden aislar las culturas. Ramón (2009, pp. 125- que no se identifican con ningún pueblo en particular, sino con
un genérico indígena o kichwa. Pero no sólo ello, la idea de terri-
126) sostiene que la plurinacionalidad “sólo reco- torios étnicos evoca a la separación de la república de blancos y
noce la diversidad, pero no enfatiza la unidad en la de indios, o a la construcción de ghuetos en espacios inviables”.

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combatirlos se pueden implementar otros arreglos y zajes entre culturas en condiciones equitativas, se re-
políticas orientadas a la equidad y la interacción en- quiere un espacio común (Santos, 2009, pp. 37-38).
tre culturas. Como argumenta Tubino (2004, p. 152), se requiere
un espacio público abierto al diálogo para tramitar
Para reducir o eliminar las desigualdades en el inte- los inevitables conflictos entre culturas. En contraste
rior de las unidades territoriales autónomas es nece- con la perspectiva multicultural donde, como antes
saria una “interculturalidad jurídica” sustentada en la se mostró, ese espacio es brindado por la cultura libe-
convergencia, la articulación y la complementariedad ral, la interculturalidad implica que ese espacio debe
de distintas lógicas y prácticas (Walsh, 2012, p. 36). ser neutral y abierto a las distintas culturas y sus ma-
No existe una regla universal para tratar los conflic- nifestaciones: “la primera tarea de las democracias
tos entre los distintos órdenes normativos. Sin em- multiculturales consiste en crear espacios públicos
bargo, existen prácticas que desarrollan el ideal in- interculturales en los que se den cita la diversidad de
tercultural. Por ejemplo, disponer que los tribunales, racionalidades para deliberar en común y llegar a ge-
incluyendo el constitucional, involucren jueces de las nerar respuestas y acciones concertadas ante los pro-
distintas culturas. Así se garantizaría que los delitos blemas propios y ajenos” (Tubino, 2004, p. 152). La
se analicen a partir del contexto cultural y que los apertura de ese espacio público se justifica para que
distintos valores entren en diálogo para decidir. Esta la práctica de la ciudadanía sea igual para todos. De
propuesta está inspirada en los “círculos de justicia” ahí que esa “cultura pública”, para ser legítima, deba
canadienses, donde el proceso de juzgamiento invo- ser producto del diálogo intercultural y del consenso,
lucra autoridades indígenas y jueces del Estado en un más que de la imposición (Tubino, 2008, p. 177).
proceso dialógico que busca consenso (Walsh, 2009,
p. 180). También se podría contar con “traductores Para alcanzar los ideales del interculturalismo los regí-
culturales”, para que no se aplique el derecho ex- menes de autonomía deberían complementarse con
clusivamente desde la perspectiva cultural dominante políticas interculturales. Dado que la desigualdad en-
(Walsh, 2012, p. 37). tre culturas tiene causas estructurales, sociales y eco-
nómicas, la autonomía debe complementarse con
Además, es necesario trabajar en función de arreglos políticas de cambio estructural y políticas redistributi-
interculturales de representación política. Desde la vas que ataquen las causas de la desigualdad entre los
perspectiva multicultural, los grupos culturales con grupos culturales y entre las regiones donde estos se
derechos de autogobierno pueden elegir sus auto- ubican. Se trata, de acuerdo con Fraser (1997, p. 38),
ridades de acuerdo a sus concepciones y prácticas de “acciones transformativas”, que atacan el marco
en sus entidades autónomas o circunscripciones te- que origina la desigualdad entre culturas más que
rritoriales, siempre y cuando no contraríen los valo- “acciones afirmativas, que se limitan a gestionar sus
res liberales u opriman a sus miembros individuales. consecuencias visibles (racismo, discriminación, etc.).
Ello implica tolerar distintas concepciones y prácticas,
pero no necesariamente ponerlas en diálogo y con- Si se acepta que el horizonte normativo a realizar está
vivencia con las de la cultura liberal o mayoritaria. formado por la convivencia, el respeto, el diálogo y el
En cambio, el interculturalismo apuesta porque esos aprendizaje mutuo entre culturas, más que la coexis-
usos y costumbres entren en un diálogo equitativo y tencia y la tolerancia, es necesario complementar la
aprendizaje mutuo con los de la democracia liberal autonomía con políticas que preparen los individuos
(Walsh, 2009, p. 81). Una posibilidad es no restringir de los distintos grupos culturales para la interacción
las prácticas y concepciones de las culturas minorita- con el otro. Hasta ahora, las políticas educativas,
rias o subordinadas a sus entidades territoriales. Por como acciones afirmativas, se han orientado a los
ejemplo, en las instancias donde estén representadas grupos culturales subordinados, en el caso de la edu-
distintas culturas, se podrían combinar sus distintos cación intercultural bilingüe, como si los problemas
procedimientos de elección o toma de decisiones. de la discriminación, la dominación y la desigualdad
entre culturas fueran responsabilidad exclusiva del
Además, desde la perspectiva intercultural el diálogo dominado. Estas políticas terminan por forjar otros
entre culturas no sólo supone transformaciones ins- prejuicios sobre los sujetos a los que se orientan, más
titucionales, sino también culturales y sociales. Para que conseguir una relación justa y equitativa con los
que exista interculturalidad, intercambios y aprendi- otros (Tubino, 2007, p. 195). Por consiguiente, las

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políticas interculturales implementadas tanto a nivel institucionales capaces de asegurar la autodetermi-


nacional como de las entidades autónomas, deberían nación indígena, pero también la convivencia de los
orientarse a preparar para la interacción cultural tan- distintos grupos culturales que los habitan.
to a los miembros de las culturas dominantes como a
los provenientes de culturas subalternas. Durante los años noventa ambos Estados implemen-
taron políticas multiculturales, que dieron al traste
Finalmente, ya que la interacción entre culturas y, por con los proyectos asimilacionistas en que se había
consiguiente, los conflictos entre ellas, son inevita- fundado hasta entonces la integración nacional, en la
bles, es necesario generar mecanismos y políticas que medida en que reconocieron la diversidad cultural de
permitan que esas interacciones se desenvuelvan en sus sociedades. Sin embargo, tales políticas no fueron
un marco de equidad que permita hacer funcionales suficientes para satisfacer las demandas de los movi-
los conflictos para el enriquecimiento de los grupos e mientos, pues no tuvieron en cuenta la reivindicación
individuos de las distintas culturas. de plurinacionalidad e interculturalidad. Esta última
categoría supone una crítica a las políticas multicultu-
CONCLUSIONES rales y a sus límites, y propugna por construir relacio-
nes de igualdad entre los distintos grupos culturales
Este trabajo estudió las relaciones entre plurinacio- en el marco de un respeto y aprendizaje recíproco.
nalidad e interculturalidad y algunos de los retos que
ello plantea a los nacientes Estados plurinacionales de El principal reto que se plantea el Estado plurinacio-
Bolivia y Ecuador. La demanda por el reconocimien- nal es armonizar el reconocimiento de la plurinacio-
to del Estado plurinacional se explica por el intento nalidad y los arreglos institucionales que conlleva,
de los movimientos indígenas de cambiar la forma entre los cuales se ha resaltado la autonomía, con
de concebir la integración nacional. Así, más que el los ideales de la interculturalidad. En este sentido, la
ánimo de conseguir la autodeterminación al margen autonomía es necesaria, en tanto salvaguarda la exis-
de los Estados nación, apuesta por una forma de in- tencia de los grupos, pero insuficiente para alcanzar
tegración que reconozca los indígenas con sus pro- la interculturalidad. Por consiguiente, debe comple-
pias identidades –como pueblos, naciones originarias mentarse con arreglos institucionales y políticas que
o nacionalidades indígenas. Ello se traduce en una contribuyan a conseguir el diálogo entre culturas en
reestructuración del Estado que conduzca a arreglos condiciones de igualdad.

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