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Las Tres llamados.

A lo largo de los años me di cuenta que los universitarios sufren mucho a la hora de descubrir su llamado. Son muchas
las presiones que tienen que enfrentar. Últimamente me está pasando que gente me escribe, incluso gente que se fue y
está en otras provincias, y me pregunta acerca del camino que tienen que seguir. Tienen dos o tres opciones y no saben
por dónde ir. Es verdad, hay un camino que suele ser escurridizo cuando hay una carrera de por medio que se intenta
entregar a Dios. Por eso hay que saber que existen momentos claves a través de la carrera y tal vez el más
paradigmático es cuando las personas se están por recibir ¿Qué voy a hacer? ¿Qué quiere Dios conmigo?

Este tema me dejó pensando y llegué a varias conclusiones, siendo una de ellas la más importante: muchos
universitarios dejan a la deriva ciertos interrogantes importantes mientras cursan la carrera y no saben unir su
profesión con lo que Dios quiere. O la espiritualizan demasiado y no la trabajan como corresponde (no se forman, no
estudian y no adquieren herramientas) o la idolatran, dejando a Dios de lado, dicen entregarle la vida a Dios, siempre
y cuando El no se meta con sus carreras. Llegado el momento, si estas preguntas no tienen respuesta, las personas
pueden llegar a dejar a Dios, tomando cualquier camino.

Dado que pronto algunos estarán regresando a sus hogares, sentí hablarles algo que puede marcar un antes y un
después. No sólo deseo que los fortalezca durante las vacaciones sino que esto les pueda servir para empezar un año
con la perspectiva correcta. Con el deseo de sembrarse en un propósito dirigido por Dios.

Lo que voy a hablarles a continuación proviene de lo profundo de mi corazón, describen mi camino personal, el cual
me llevó años descubrir. Hoy voy a entregarte mi corazón. Pero necesito que hagamos un pacto, yo te entrego mi
corazón, pero ustedes me entregan vuestra completa atención. Acompáñame:

Desde que me encontré con Dios, sentí la fuerte necesidad de descubrir qué podíamos hacer juntos, quería saber si yo
tenía algo con lo que podía servirle, quería descubrir si había algún talento perdido por allí, ¡seguramente Dios algo
había puesto en mí! Con esa idea en mente siempre intentaba que Dios me hablara, y así viví, entiendo hoy, muchas
experiencias guiadas por Dios, de las buenas y de las malas que acontecían por esas oraciones. Lo que me fue
sucediendo me hacía sentir totalmente confundido, entonces volvía a preguntarle a Dios para que me guiara, tenía la
sensación de que iba a tomar cualquier camino en base al caos mental en el que me encontraba. Esta confusión
provenía de cuestiones exteriores, pero tomaban fuerza porque yo no tenía un interior ordenado.

Pero pude encontrar respuesta. No sucedió de un día para el otro, no fue una epifanía, ni mucho menos, se trató de un
día a día, hasta que pude comprender qué quería hacer Dios conmigo. Ahora puedo decir:

"Soy un hombre de ciencia, me considero un intelectual, me rodeo de ecuaciones y de literatura. Soy un hijo de Dios,
amo a Dios, su presencia lo es todo para mí. Esta aparente paradoja, no es más que una extraña dicotomía, donde dos
ideas que parecen contrapuestas hacen, para mí, un todo."

Para llegar a esta definición, tuve que escarbar de la mano de Dios entre un montón de ideas que me atacaban sin
descanso. A medida que fui aceptando quién era, hubo un montón de personas que quisieron ponerme su "poncho".
Primero en forma de consejo, luego con críticas, y finalmente, cuando nada surtía efecto, se volvieron violentos. Lo
que no me esperaba es que aparecieran por todos lados. Hoy me doy cuenta que tiene que ver con una cuestión
cultural asentada en la sociedad occidental. Los hombres definieron que la ciencia y Dios, no tienen posibilidad de
conexión. Esta caprichosa disyunción no tiene nada que ver con lo que Dios piensa. Este tipo de pensamientos
encapsulados en direcciones opuestas nos impide, por una lado, disfrutar una de las bellezas de la creación de Dios, la
creación se puede describir a través de una ecuación matemática, con la ciencia en general, con una pintura, a través
de una pieza musical, y por otro, hace cuestionar a las personas la existencia de Dios en base de una supuesta ciencia
que otorga esta "verdad". En realidad, esta conclusión no la otorga la ciencia en sí misma, sino que proviene de
conclusiones sacadas de contexto. Existen cientos de hombres inteligentes perdidos en este tipo de discusiones
mientras deberían utilizar sus capacidades para buscar respuesta, mediante las herramientas de la ciencia, a otro tipo
de interrogantes.

Para poder explicar cómo llegué a descubrir qué podía hacer, quién era y que tenía para darle a Dios, necesito contar
algunas de mis experiencias. Por favor, no te quedes perdido en una sola frase, recuerda mi advertencia del comienzo.

Necesito remontarme, en primer lugar, a mis primeros días de iglesia, se sucedieron en una congregación pequeña de
mi querido San Martín de Los Andes. Yo contaba con 18 años cuando asistía por primera vez a la iglesia. Al tiempo
tuve la inquietud de llevar adelante un pequeño grupo de jóvenes. Por aquel entonces, recuerdo vívidamente, como
algunos chicos se acercaran al grupo porque en otras iglesias les recomendaban no estudiar. Para mí era una locura y
no llegaba a entender donde me había metido. Mi relación con el estudio siempre fue sencilla, si querés crecer, tenés
que estudiar. Por ejemplo, nunca me pareció racional que uno se ponga a orar por los estudios; siempre que
empezamos la rueda de oración, todos los muchachos pedían por sus estudios, como si Dios tuviera que sentarse a
estudiar por ellos (claramente ese era el enfoque, no se trataba de pedir fuerzas sino de que mágicamente se solucionen
las dificultades). Este tipo de cuestiones me dejaban descolocado, porque me habían enseñado que todo lo que yo era
antes de llegar a Dios, lo debía abandonar, que ahora tenía una vida nueva. Como yo era nuevito, tomaba todo al pie
de la letra y entonces me preguntaba si estaba haciendo lo correcto al estudiar, al querer ser uno de los mejores en mi
secundaria, tal vez no me estaba preparando lo suficiente para la venida de Cristo, como algunos de los chicos y
pastores de mi pueblo solían decir.

Cuando llegué a la ciudad y a una iglesia más grande, pensé que estas cosas se iban a terminar. Tal vez esa era la
mentalidad de mi pueblo. Pero , en varias ocasiones, me volvió a pasar lo mismo. Ahora entiendo que Dios me estaba
enseñando algunas cosas. Recuerdo un día, por ejemplo, donde estábamos en una reunión especial y Dios decidió
visitarnos de manera maravillosa, no fue un día común, estaba pasando de todo, y cuando digo de todo, es todo... las
personas que venían por primera vez tenían los ojos como plato. En eso yo estaba sirviendo con otro universitario,
íbamos de acá para allá ayudando en medio de aquel santo lío. En eso, esta persona se da vuelta y me dice: "esto no
sale en los libros ¿no?" . Esta persona sabía que yo estaba siempre rodeado de libros y de alguna manera me quería
decir que eso no era espiritual y lo que estaba pasando en la iglesia si lo era. La respuesta que debía darle era: sí sale
en un libro: "en la Biblia" . Pero como estábamos sirviendo no me puse a pelear. No entendí como a un universitario
no le podían gustar los libros o el estudiar su carrera, pero hay varios que sienten y luego actúan como que el hacerlo
es "poco espiritual".

Hace un tiempo leí acerca de la vida de Robert Noyce, es raro que me emocione hasta las lágrimas con la historia de
un inventor. Pero su historia me conmovió y me dejó con una sensación difícil de explicar, todo mi ser quedó como
paralizado, profundamente imbuido en el análisis de su historia. Robert nació en un área de Estados Unidos
extremadamente conservadora, en un pueblo, Burlington-Iowa, extremadamente conservador y en una familia que por
generaciones se había dedicado al pastorado. De muchacho empezó a notar que podía arreglar cualquier cosa y su
curiosidad lo llevó a querer estudiar ingeniería. En su descubrimiento empezó a sufrir un montón de presiones, que no
las supo canalizar en Dios y terminó cruzándose de vereda. Hoy los ateos utilizan una de sus frases como referencia
primordial para tratar de invalidar la influencia de la iglesia y como consecuencia la de Dios: "Lo que más me molesta
de las religiones organizadas es que la gente de la iglesia no piensa". Este hombre brillante fue creador del Chip y
luego creó la empresa Intel (la prestigiosa marca Intel!!), pero lo perdimos en el camino.

¿Qué está sucediendo? ¿Qué podemos hacer para que no nos vuelva a suceder? Si bien la iglesia está entrando en un
cambio. Todavía queda un camino por recorrer, hay una cultura que proviene de generaciones pasadas que no fue del
todo desarraigada. Y esto nuevo que Dios está haciendo, está en las manos de profesionales que tienen que tomar una
responsabilidad en la búsqueda de Dios. Por eso, si bien nos toca analizar qué hacer para no perder a los futuros
Robert Noyce para que luego lo usen los ateos para sus fines, también hay que asumir la responsabilidad de seguir un
camino más allá de lo que pueda aparecer para detenernos.

Por una lado, me pasaban cosas como estas en la iglesia (hay varias que me las voy a guardar), y a la vez me veía
perseguido por algunos de mis colegas. Me encontraba entre la espada y la pared. Por supuesto, en mi ambiente de
trabajo las presiones eran peores. No sabía para donde escapar.

Estoy rodeado de gente muuuy inteligente y muchos de ellos son ateos, por esta misma cuestión cultural, que fueron
fortaleciendo algunos hombres de fe por un lado y los ateos por otro. Cada vez que podían, mis colegas me atacaban
con la misma pregunta ¿porqué con la carrera que elegiste, siendo investigador, profesor universitario de Física y con
todo lo que hacés en el laboratorio, seguís creyendo en Dios? Intentaban de alguna manera manipularme
nombrándome mi CV, una de las formas más violentas de atacar a una persona es manipulándola. Recuerdo, hace un
par de años en un viaje a Mendoza, en una jornada con otros investigadores donde la cosa se puso brava. Me invitaron
a pasar tiempo con ellos (me rogaron tanto que fui), en realidad no quería ir porque de alguna manera sabía en lo que
me iba meter y sinceramente ese día no tenía ganas, pero fui, Dios me hizo entender que Él me quería allí. Entonces...
de nuevo, le pregunta del millón ¿Cómo puede ser [...]?!!! No entendían como un científico podía creer en Dios.
Trataban de buscarme donde había perdido los otros patitos para luego acomodarlos según la fila que ellos creían que
era la mejor. A lo que les respondí:
- vos, -señalando a uno de ellos- ¿estás enamorado de tu novia?
- ¡Sí!, me dijo rápidamente.
- Entonces- seguí con el interrogatorio:- ¿porqué dentro de todas las mujeres la elegiste a ella y no la podés dejar? (la
quiere mucho). Racionalmente podés buscar mil excusas de porqué no seguir, tenés un mercado allí afuera bastante
grande. Pero hay algo dentro tuyo que rompe toda idea y seguís, porque la amás ¿No es cierto? Lo mismo es con Dios,
no lo razonás, va mucho más allá de un concepto y es porque todo tu ser se dirige a él una vez que te encontrás con
su amor. No es una ecuación A+B=C que dirige a otro paso racional, es mucho más complejo, es un amor que lo llena
todo.

Podía salir bien parada la mayoría de la veces, y Dios podía tomar un poco el protagonismo en la vida de mis colegas.
Pero estas luchas me dejaban desgastado, porque sus razonamientos e ideas luego se volvían fuertes cuando yo no
estaba bien. Así quedaba aprisionado, entre una espada y una pared. Ahí aparecía la confusión, las preguntas y las
dudas ¿estoy yendo por un buen camino? ¿a Dios le agrada mi profesión? ¿estoy mucho tiempo en la iglesia? ¿Qué
voy a hacer con mi tiempo? ¿Lo estaré desperdiciando? Cuando empecé a profundizar mi carrera, me llegué a
preguntar si ayudar en la iglesia era una idea inteligente. En una de mis crisis, empecé a pensar: "Dios me quiere usar
afuera, en mi laboratorio". O en un extremo más radical: "me dedico a mis libros ¡y punto! Nada de que Dios me use".
Estos pensamientos me hacían sentir mal y llegaba a la conclusión que mi carrera era algo así como un pecado
("prepárate mejor para la venida de Cristo"). Entonces re-calculaba y me iba al otro extremo: ¡voy a servir más en la
iglesia y me olvido de mi facultad!.

En los momentos de cordura era lo suficientemente sabio como para dejar que sea Dios el sabio y no yo. En la calma,
en oración, Dios me fue respondiendo con paciencia. Pero una de las veces fue determinante, me habló tan claro que
hasta el día de hoy puede sentir la felicidad que me dio ese hermoso descubrimiento.

NO es un llamado, son TRES.

A partir del capítulo 24 de Mateo podemos ver a un Jesús que está dejando sus últimas direcciones antes de ser
crucificado, estos últimos capítulos son muy importantes para todo hijo de Dios. Jesús sabía que tenía poco tiempo y
quería dejar sus enseñanzas esenciales. Estas direcciones las da a través de varias parábolas, muy profundas y llenas
de significado. El habla de 3 parábolas que por mucho tiempo vi como un todo, pensé que hablaban casi de lo mismo,
pero no:

1. La parábola del que sirve en la casa de su señor (la iglesia), Mt 24:45


2. Parábola de las diez vírgenes. Mt25:1
3. Parábola de los talentos. Mt 25:14

En todas existe un factor común: el que está a cargo de todo se va lejos y en un determinado momento, vuelve sin
avisar. Cada uno de los personajes que se va (el dueño de la casa, el novio y el dueño de los talentos) representan a
Dios. Un Dios, "aparentemente" lejano. Lo remarcable, es que a pesar de su supuesta lejanía, cuando vuelve, pide
resultados o espera que cada uno haya llevado bien las cosas que le correspondían. Esta extraña lejanía tiene que ver
con la libertad que Dios nos dio, el no está encima nuestro forzándonos a hacer las cosas como si estuviéramos en un
régimen totalitario como el de la novela "1984" de George Orwell. Esta lejanía tiene que ver con que debemos
buscarlo y a la vez nos deja que lo hagamos con libre albedrío, por amor.
Luego de este concepto de unicidad en las tres parábolas le siguen tres extraordinarias revelaciones, cada una muy
particular, para cada una de las parábolas. Cada una de ellas está enraizada a un llamado, un llamado que todo
profesional debe abrazar para tener una vida plena de acuerdo a la voluntad de Dios:

1. Un llamado a servir en Iglesia.


2. Un llamado a la búsqueda profunda del Espíritu Santo.
3. Un llamado al desarrollo de los talentos personales.

1_ Un servicio en la iglesia

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su
tiempo? Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. De cierto os digo que lo
pondrá sobre todos sus bienes. Pero si aquel siervo es malo, y dice en su corazón: ``Mi señor tardará; y empieza a
golpear a sus consiervos, y come y bebe con los que se emborrachan, Mt 24:45-49

En primer lugar, la Iglesia es del Señor, no de los hombres y por eso la debemos cuidar con determinación, cuando se
la abandona, no se está abandonando a algunos hombre, sino que dejamos desamparada la casa del Señor. La iglesia
está creciendo a pasos agigantados, por esto, no podemos esperar que haya COMIDA para todos, dejando la
responsabilidad solo sobre los pastores y servidores a tiempo completo. Esto no significa que todos van a sumarse full
time, sino que, a consciencia, hay que reservar tiempo para darle comida a los más pequeños. ¡Que haya comida a
tiempo para todos nuestros hermanos!
A medida que fui progresando en mi carrera tuve que reinventar mi posición en la iglesia, hace años que llevo una red
de GC adelante, pero ahora ya no puedo estar tanto tiempo como cuando comencé. Llegó el momento donde supe que
tenía que formar líderes y lo hice. Ahora, actualmente, me estoy dedicando a juntarme uno a uno con los chicos, los
invito a comer algo, a tomar un café y les hago preguntas ¿cómo estás? ¿Cómo está tu familia? ¿estás estudiando?
¿tenés alguna idea? etc. Tal vez ya no puedo juntarme un Martes porque trabajo mucho, pero organizo con semanas de
antelación charlas con los chicos los días Viernes.
Otra cuestión clave de la parábola es "no golpear a tus consiervos". Las personas no se golpean necesariamente a los
puños, aunque a veces parezca que te van a boxear en la puerta cuando estas ayudando como ujier. Ahora se daña a los
hermanos con palabras. Dios deja claro que el que golpea a sus con-siervos no entrará en el reino de los cielos. ¿Cómo
es posible que muchos abandonen la iglesia para juntarse con borrachos por allí?; la metáfora es clara, mucha gente
reemplazó a amistades sanas por personas que no buscan el bien. Eso le pasó a Robert Noyce, si bien vivió momentos
difíciles, se cambió de bando, dañando a los hermanos y lastimando con su frase lapidaria a generaciones enteras.
Muchas veces me pasó de escuchar a otros profesionales hablar mal de los hermanos, poniéndose ellos en un papel de
superioridad intelectual, quedando al descubierto en su corta visión del valor de cada hermano. Que alguien haya
tenido la oportunidad de realizar una carrera o tener una empresa que genere dinero, no lo posiciona, de ninguna
manera, en un peldaño superior.

2_ Una búsqueda profunda del Espíritu Santo.


Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon
todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas
aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro
aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras
y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Mt 25:1-9

Quiero detenerme un poco más en la parábola de las vírgenes. Muchos olvidamos al Espíritu en el camino,
especialmente los que dicen estar muy ocupados con su profesión. Jesús nos dejó su Espíritu luego de irse. NO
estamos solos. A veces Dios parece lejano, como ya les dije, pero nos está formando a buscar un amor superior.
Busquémoslo con pasión y cariño.

¿Por qué las vírgenes son dejadas atrás?

Porque ellas vivieron sus vidas lejos del Espíritu y perdieron dirección. Cuando tuvieron que correr para un lado
específico (bajo presión), se perdieron. El llamado vino a la media noche, estaban en oscuridad completa, sin la luz de
sus lámparas, no podían seguir. No eran malas personas, pero fueron insensatas (carentes de buen juicio, prudencia o
madurez en el decir o en el hacer). ¿Cómo se que no eran malas personas? Porque estaban rodeadas de personas
ungidas. Pero no aprendieron de las ungidas, seguramente las otras ya les habían explicado que tenían que comprar
aceite, pero no PAGARON EL PRECIO de la unción. Creyeron hasta el último momento podían vivir de las
experiencias de las otros. Sabían que esperar por el novio era importante, por eso estaban allí, pero no se prepararon
para él. Usaron su tiempo para otras cosas tal vez, entretenimiento, fiestas, cosas pasajeras, una profesión separada de
Dios (esa que dictamina NO TENGO TIEMPO, nunca).

Para todas fue una espera laaaaarga, todas se durmieron, pero algunas estaban preparadas para los momentos difíciles
y supieron correr detrás del Señor. Porque a veces el Señor nos invita a perseguirlo para que podamos ir un lugar
mejor (a sus bodas)..

3_ Desarrollar nuestras habilidades.


Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A
uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que
había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos,
ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había
recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado
otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco
has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un
talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Mt 25:14-25

A veces los chicos me suelen preguntar cosas como estas:

Mi dilema es, jugarme y presentarme en estas 3, en Fe, con tal de aprobar y poder promocionar; o no, y sólo rendir
una, estudiar muchísimo la otra y la tercera para el año que viene.

Este tipo de comportamientos te alejan de la excelencia. El formar un talento no se hace por fe, sino con trabajo arduo
y continuo.

Hace unos días una chica se acercó y me dijo "Guille me está yendo muy bien en la facultad". Esas frases me ponen
muy contento, porque me gusta todo lo que signifique estudiar o progresar en la carrera. Entonces le pregunté
¿por qué? Y me respondió: "oro y me toman lo que estudié, si estudio tres temas solamente, Dios hace que me tomen
esos temas". Eso fue lo peor que me pueden decir. Le expliqué que no tenía nada que ver el Señor en eso. ESO FUE
SUERTE. Dios nos manda a que dediquemos tiempo a ser excelentes, no a pasar por suerte. Hay que entender que no
se trata de rendir un examen sino de prepararse para que llegado el momento puedas ejercer una profesión con
herramientas adquiridas en el tiempo de estudio. De la misma manera, Dios nos puede abrir las puertas en un trabajo,
pero luego, allí hay que demostrar que estamos aptos para otorgar soluciones. Para dar soluciones, hay que prepararse,
estudiar inglés, hacer cursos específicos, leer el manual, etc.

La parábola contiene dos cuestiones centrales:

1. El desarrollo de los talentos, el hacer crecer lo que uno tiene, es responsabilidad propia y no se puede
delegar, ni siquiera a Dios. Dios le pregunta a cada uno qué hizo con lo que le fue entregado. Por eso no se
trata de decirle a Dios que nos toque con la varita mágica, son horas estudiando, horas en un curso, horas
aprendiendo de otro profesional, inversiones económicas en materiales de aprendizaje, horas pensando cómo
solucionar un problema, horas discutiendo alternativas frente a un equipo de trabajo. El desarrollar un talento
lleva tiempo, requiere sacrificios varios y es una tarea de toda la vida.

Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. v19

2. La persona que No conoce a Dios, que no hizo su parte de buscar su Espíritu, suele tener una imagen
incorrecta de lo que le fue entregado y de quién es Dios, por tanto esconde sus riquezas detrás de muchas
excusas: no tengo nada bueno para dar, Dios es severo y se olvidó de mí, en la iglesia nadie aprecia quién soy,
en el trabajo todos se burlan de mí y me ponen trabas. El que cree en un Dios malo, termina escondiendo y
desperdiciando su vida y sus talentos. Hay que creerle a Dios, y El fue claro, todos tenemos algo para dar,
puede que alguno parezca que tenga más, pero todos tienen algo que los hace únicos. Sino vamos a estar
limitados constantemente por nuestra forma de vernos, le vamos a CREER A CUALQUIERA, a esos que te
dañan con palabras para que te sientas un inútil.

Conclusión:

Hay un punto donde se cruza lo que a Dios le agrada, lo que a vos te apasiona y lo que genera un impacto a tu
alrededor. A eso se le denomina propósito. Y este propósito tiene que estar compuesto de los tres llamados.

Por mucho tiempo algunos que estaban llamados a otras cosas, entendieron que sólo sirviendo en la iglesia, dentro de
la misma, estaban haciendo lo correcto, pero es un llamado incompleto. Se olvidaron incluso de buscar al Espíritu
Santo y por consecuencia no desarrollaron talentos. Ahí fueron apareciendo pensamientos polarizados tales como
"prepararse mejor para la venida de Cristo abandonando el estudio" para justificar que lo que no se estaba haciendo,
en realidad, no se hacía porque era pecado, o como mínimo una pérdida de tiempo. Puede que esto haya producido que
varias generaciones de hijos de Dios pasaran desapercibidas sin que se genere un impacto en la sociedad. Por otro
lado, en la actualidad, con la apertura de nuevas revelaciones, muchos creen que sólo tienen que cumplir con su
profesión, olvidándose de la Iglesia del Señor. Expresan frases como "hay que salir fuera de la Iglesia", tomando el
camino extremo que quita el alimento de la casa. Pero esa tarea es incompleta. Hay que amar a la iglesia, sembrarle
tiempo, dinero, hay que amar a nuestros hermanos, levantar al caído y disfrutar a todo tipo de personas. EL mejor
lugar para construir amistades es la iglesia, no hay que hacer un círculo íntimo con los que se emborrachan con las
cosas que Dios sentenció. El que se va afuera como llanero solitario tarde o temprano deja al Espíritu Santo, porque
uno de los mejores lugares para mejorar la relación con Dios es su casa. El allí se siente a gusto y termina expresando
mucho de lo que él es. Luego la relación se intensifica en la intimidad, pero no se puede dejar la casa vacía.

Ve en búsqueda de tus tres llamados.

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