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I.

INTRODUCCIÓN

El pH del suelo tiene un efecto directo sobre el comportamiento


químico del mismo, y sobre algunos procesos biológicos que se efectúan en él
y es capaz de afectar indirectamente algunas propiedades físicas del mismo
(Zetina et al, 2002).

La reacción del suelo (pH) es una de las determinaciones más


importantes, ya que es un indicador de múltiples propiedades químicas, físicas
y biológicas que influyen fuertemente en su fertilidad. En general, hay cuatro
intervalos de pH (medidos en suelo: agua 1:2), que son particularmente
informativos.

Un pH menor de 4.0 indica la presencia de ácidos libres


comúnmente producto de la oxidación de los sulfuros, un pH debajo de 5.5
sugiere estrechamente la ocurrencia de aluminio intercambiable y/o exceso de
manganeso, pH entre 7.2 a 8.3 señala la muy probable presencia de CaCO3 y
un pH mayor de 8.7 la posible presencia de sodio intercambiable, en cuyos
casos el pH puede llegar hasta 10.

1.1 Objetivo

Determinar el valor del pH del suelo de la muestra que se nos


proporcionó en el laboratorio, mediante un potenciómetro, previamente
calibrado con una sustancia buffer.
II. REVISION DE LITERATURA

2.1 El suelo

Según (BOUL, 1973) define que el suelo constituye el fundamento


más importante de la producción agropecuaria y con esto la alimentación
humana. Pacha-Mama (Madre Tierra), según el concepto que tiene entre los
indígenas, se podría traducir en sentido de tierra grande, directora y
sustentadora de la vida.

La base de toda la vida terrestre es el suelo y, por tanto, soporte de


toda la vida del planeta; está conformado por una parte orgánica, que son los
organismos que habitan en el suelo, residuos vegetales, bacterias, hongos,
plantas, protozoos, lombrices, artrópodos, roedores entre otros y por una parte
inorgánica (minerales, agua, aire). El suelo es la base de la producción animal
y vegetal; y, de su adecuado manejo, depende que los alimentos sean
constantes y crecientes, y que se mejore y conserve su fertilidad (Acuña et al,
2002).

Los seres humanos obtienen del suelo la mayoría de alimentos


como hortalizas, frutas, cereales, además de muchos materiales para su abrigo
y comodidad. Inicialmente las técnicas de cultivo se limitaban a sembrar y
cosechar, pero a medida que aumentó la población se incrementó también el
consumo y esto obligó al agricultor a cultivar una mayor cantidad y variedad de
alimentos, lo cual impulsó el desarrollo de técnicas que aumentarán la
productividad, aunque no siempre las más adecuadas, pues algunas de estas
han ocasionado una degradación acelerada de los suelos que antes fueron
muy fértiles y que, para rehabilitarlos necesitan hoy una enorme inversión de
dinero y mucho tiempo para lograr su recuperación (Acuña et al, 2002).
2.2 El pH del suelo

El pH en el suelo (acidez o alcalinidad) es importante porque


influye en la absorción de nutrientes y en el desarrollo de las plantas, facilitando
la absorción de algunos nutrientes que en grandes cantidades resultan tóxicos
para las plantas de igual forma impide el aprovechamiento de algunos
nutrientes esenciales para el desarrollo de las mismas (Suquilanda, 1996).

La movilización de los elementos en el suelo depende del pH del


medio, en un suelo cuya función sea la producción de biomasa, interesará que
los nutrientes sean fácilmente asimilables para las plantas. Por el contrario, si
el objetivo es bloquear elementos contaminantes aportados al suelo, para que
no sean transferidos a otro compartimiento ambiental, habrá que estar en un
intervalo de pH en el que dichos elementos resulten insolubilizados. Por ello, no
se puede hablar de un pH óptimo, sin referirse a la función que se espera
desempeñe un suelo determinado (Casanellas y López, 2000).

Según Morales (2009) en un suelo puede haber mucho fósforo,


pero si no está soluble a la planta no le sirve para nada ya que no lo puede
tomar, pues el pH influye en la solubilidad del fósforo y de los demás minerales,
en suelos alcalinos, hay una gran parte de fósforo insolubilizado existiendo
mayor riesgo de carencias de este elemento que uno que sea ácido o neutro.

El pH del suelo es importante porque los vegetales sólo pueden


absorber a los minerales disueltos, y la variación del pH modifica el grado de
solubilidad de los minerales. Por ejemplo, el aluminio y el manganeso son más
solubles en el agua edáfica a un pH bajo y al ser absorbidos por las raíces son
tóxicos a ciertas concentraciones. Determinadas sales minerales que son
esenciales para el crecimiento vegetal, como el fosfato de calcio, son menos
solubles a un pH alto, lo que hace que esté menos disponible para las plantas.
En la tabla se puede observar la forma en que el pH facilita o limita la absorción
de nutrientes a través de las raíces (las zonas más gruesas de las bandas
indican mayor absorción).
2.3 Reacción del suelo

La reacción del suelo (pH) es una de las determinaciones más


importantes, ya que es un indicador de múltiples propiedades químicas, físicas
y biológicas que influyen fuertemente en su fertilidad. La reacción del suelos se
expresa a través del pH, el cual se mide mediante un electrodo en una pasta de
suelo en una relación suelo: agua 1:2 ó en la presencia de un electrolito como
el cloruro de calcio 0.01M en relación suelo: solución 1:2. Los factores que
afectan la medición del pH es la relación suelo: agua y el contenido de sales en
la mezcla. Cuando se reporta el pH del suelo, siempre se debe indicar el
procedimiento de determinación y la relación suelo: agua o solución empleada
para interpretar el dato correctamente; la mayor parte del laboratorios en
México se usa relación suelo: agua (Castellanos et al, 2000).

Entre las principales propiedades de los suelos, su reacción es una


de las más importantes, ya que su estudio manifiesta la estrecha relación que
la une con la configuración de sus estructuras, la meteorización, humificación,
movilidad de nutrientes, intercambio iónico, etc., y, en consecuencia, con las
especies vegetales que mejor se desarrollan en cada tipo de suelo. La reacción
del suelo es una propiedad que depende de la actividad de iones hidrógeno
(H+) en la solución en equilibrio con el suelo. El término actividad se refiere a la
concentración realmente activa de una especie química en una solución (en
este caso, el H+) y solo en el caso de soluciones muy diluidas es igual a la
cantidad o concentración total de la misma especie en la solución. La
concentración se expresa en moles por unidad de volumen. Para simplificar, en
la práctica se considera como actividad de iones hidrógeno a su concentración
total.

La concentración de iones hidrógeno usualmente se expresa como


pH, que es la expresión matemática que tiene por finalidad evitar el uso de
exponentes o de cantidades con muchos ceros: pH = -log [H +].
Esto es, pH es el logaritmo negativo de la concentración de iones
hidrógeno. En el agua pura, la concentración de iones hidrogeno es muy
pequeña: 10-7 moles1-1 (0.0000001 moles 1-1 ) y es igual a la de los iones
hidroxilo OH- , ya que la disociación de una molécula de agua genera uno de
cada uno de estos iones. Y por lo tanto, para el agua pura: pH = -log 10-7 = 7.

2.4 Escala química de pH

La escala de pH es una escala arbitraria que va de 0 a 14. En el


Cuadro 1 se puede observar que a medida que disminuye la concentración de
iones hidrógeno aumenta el pH y viceversa. Esto quiere decir que si el pH de
un suelo es bajo, tiene una alta concentración de H+ si tiene un pH alto posee
una baja concentración de iones H+. La reacción del suelo, sea acida o alcalina,
es importante porque influye en sus propiedades químicas, físicas y
microbiológicas.

Se denomina suelo ácido a todo aquel que tiene pH inferior a 7; en


la práctica, sin embargo, se considera ácido a todo aquel que tiene un pH
inferior a 6.8 o 6.5.
Existen diversas clasificaciones de la reacción del suelo en las que
los nombres y los límites de las Clases han sido adoptados de acuerdo a
conveniencias y de manera arbitraria. En el Cuadro 2 se muestra una forma de
clasificar a la reacción del suelo que es útil para la mayoría de los propósitos
prácticos. Además del ion hidrógeno, el ion aluminio (Al3+) es un componente
fundamental de la acidez del suelo, tanto así que frecuentemente se le
considera el primer factor de la acidez del suelo en referencia a la nutrición
vegetal.
2.5 Manejo del pH del suelo

2.5.1 Suelos cercanos la neutralidad

La máxima disponibilidad de la mayoría de los nutrimentos se


obtiene cuando el pH del suelo, medido en suelo:agua, se encuentra cercano a
la neutralidad entre 6.0 y 6.5. En general es conveniente que el pH del suelo no
sea menor que 6.0 pero sin llegar a 5.5 se consideran de moderada a
ligeramente ácidos, pero estos suelos no necesariamente requieren de
encalado. Por otro lado suelos con Ph entre 6.5 y 7.5 no presentan problemas
generales de manejo, a excepción de aquellos que contienen cantidades
apreciables de bicarbonato de sodio en la solución del suelo, en cuyo caso
pueden presentarse problemas de disponibilidad de fierro. A medida que el pH
aumenta se suelen incrementar los problemas de disponibilidad de Zn, Fe, Cu y
Mn.

2.5.2 Origen de los suelos ácidos

La acidificación del suelo es parte de un problema global que


provoca la depredación de suelos por el uso irracional y destructivo que los
productores hacen de este recurso.
Según datos de la SEMANARP (1996), el 80 % de la superficie del
país sufre algún grado de erosión por el uso de prácticas agrícolas
inadecuadas, lo que ha provocado la pérdida de los nueve millones de
hectáreas, o sea un tercio de la superficie actualmente destinada de la
República Mexicana para las actividades agrícolas.

La descripción del termino acidez involucra el concepto de pH, el


cual en términos químicos es usado para definir al medio como ácido si su
valor es menor que 7. Esta condición se presenta en muchos suelos del
mundo, particularmente en climas húmedos sujetos a un proceso de intensa
lixiviación con agua que contiene concentraciones molares de iones H+. Los
trópicos húmedos y las áreas forestales de las zonas templadas son los
ejemplos más obvios de suelos ácidos.
III. MATERIALES Y METODOS

3.1 Lugar de ejecución

La práctica ejecutada se realizó en el laboratorio de suelos de la


especialidad de Cons. Suelos y Agua, que está ubicado en la Universidad
Nacional Agraria de la Selva a a 1.5 Km de la ciudad de Tingo Maria.

3.2 Materiales

 TFSA
 Vaso de precipitación
 Baqueta de vidrio
 Agua destilada
 Potenciómetro
 Balanza de precisión
 Búffer de amortiguamiento PH:7

3.3 Procedimiento

 Pesar 10gr de TFSA, colocar en un vaso de precipitación.


 Pesar 20 gr de TFSA, colocar en un vaso precipitado.
 Agregar 50 ml de agua destilada.
 Agitar durante 15 minutos con una vaqueta de vidrio.
 Dejar en reposo 15 min.
 Hacer la lectura en el potenciómetro (los resultados son directos),
calibrar el instrumento antes de leer.
IV. RESULTADOS

Mesa 1

 Para 20 g de suelo lectura del pH = 5.40 T° =25°


 Para 10 g de suelo lectura del pH = 5.42 T° =25

Mesa 2

 Para 20 g de suelo lectura del pH = 6.17 T° =25°


 Para 10 g de suelo lectura del pH = 6.24 T° =25°

Mesa 3

 Para 20 g de suelo lectura del pH = 5.12 T° =25°


 Para 10 g de suelo lectura del pH = 5.40 T° =25°

NOMBRE VALORES DE PH
10gr. Con AGUA 20gr con AGUA
DESTILADA DESTILADA
MESA1 5,4 5,42
MESA2 6,17 6,24
MESA 3 5,12 5,24
V. CONCLUSIONES

Claramente podemos argumentar que el análisis del pH en los


suelos es un factor primordial en la determinación de vida vegetal, y por ende
animal del medio. Ademas puede denotar u alto o bajo contenido de minerales
los cuales le confieren a nuestros suelo sus propiedades básicas o acidas que
pueden hacer fuerte o infértil determinada área del suelo.

Respecto a la práctica de laboratorio, cumplimos los objetivos


principales puesto que aprendimos a utilizar de forma correcta el
potenciómetro, asi como analizar el pH del perfil del suelo horizonte a
horizonte.

VI. DISCUCIONES

El ph que obtuvimos en las diferentes mesas a 10gr con agua


destilada fue 5.4 , 6.17 , 5.12 y a 20 gr con agua destilada obtuvimos 5.42 ,
6.24 , 5.24 . Estos resultados quiere que los suelos tendrá mayor
disponibilidad de nutrientes, esto de acuerdo al autor que lo define:

El pH ideal de un suelo va de 6.4 a 7.3 pues a este pH existe una


mayor disponibilidad de nutrimentos. Excepción que ocurre en los suelos
andosoles, pues aún a pH de 6 o 6.5 presentan altos niveles de aluminio y baja
disponibilidad nutrimental por el fenómeno de fijación o retención de fósforo
(Castellanos et al., 2000).
VII. RECOMENDACIONES

Introducir cultivos que sean resistentes o al menos tolerantes a los


problemas de acidez o alcalinidad, debido a que a pesar de que cambie el pH
del suelo, no garantiza un mayor rendimiento en el cultivo de interés.

Debido a que este experimento fue realizado en el laboratorio, en el


cual se llevó a cabo se lleva a cabo en condiciones controladas, es conveniente
realizarlo en el campo para comparar ambos comportamientos.

VIII. REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

Zetina, L. R., A.L. Pastrana, M.J. Romero & C.A. Jiménez. 2002. Manejo de
suelos ácidos para la región tropical húmeda de México. INIFAP. CIRGOC.
Campos Experimentales Papaloapan y Huimanguillo. Libro Técnico Núm. 10.
México. pp. 170.

Castellanos, J. Z., J. X. Uvalle-Bueno, & A. S., Aguilar. 2000. Manual de


interpretación de análisis de suelos y aguas. 2a Edición. Instituto de
capacitación para la productividad agrícola. México, D. F.

Boul, W. S., D.F. Hole & R.J. Mcracken. 1973. Génesis y clasificación de
suelos. Ed. Trillas, México edición español 1981.

Aguilar, L. J. 2008. Fertilización y riego. CEDEFRUT. Ver., México. pp 35.

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