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Las ballenas y delfines pertenecen al grupo zoológico de los Cetáceos. A su vez, los
Cetáceos han evolucionado en dos subgrupos con importantes diferencias morfológicas y
ecológicas. Uno de ellos, los Misticetos, no tienen ningún diente y presentan cabezas
voluminosas con numerosas láminas córneas que le cuelgan de la maxila (Fig1.barbas). Las
especies de éste último grupo se conocen como ballenas. El otro, al que pertenecen la
mayoría de las especies, se caracteriza por tener dientes (fig.2) y se conocen como
Odontocetos. Popularmente a los cetáceos con dientes se les llama delfines.
Barbas
Fig1. Misticetos: cetáceos barbados. Fig.2. Odontocetos: cetáceos dentados
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Fig.5. Misticetos: Aventador o espiráculo con dos orificios nasales. Fig.6. Odontocetos: un solo
orificio nasal. Fig.7. barbas de rorcual aliblanco. Fig.8. dientes en delfín común de rostro corto 3
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Una de las primeras modificaciones ambientales a las que tuvieron que enfrentarse
los antepasados de los actuales cetáceos fue al gran aumento en la densidad del medio. El
agua es 800 veces más densa que el aire, por lo que los movimientos se hacen mucho más
costosos. Ante esta situación, la forma del cuerpo fue evolucionando para hacerse más
hidrodinámica y facilitar los desplazamientos. Las patas delanteras se transformaron en
aletas, la columna vertebral se alargó y las extremidades posteriores, innecesarias para la
locomoción, desaparecieron. Todo lo que queda de estas patas en las actuales ballenas y
delfines son unos pequeños huesos vestigiales.
No hay pabellones auditivos externos sino unas diminutas aberturas a ambos lados
de la cabeza que comunican directamente con el oído interno. El pene queda
completamente oculto entre pliegues musculares, y las mamas de la hembra se alojan en
hendiduras a cada lado de la zona genital. Normalmente a mitad de la espalda o más hacia
atrás sobresale una aleta dorsal, que puede faltar en algunas especies. Esta aleta no tiene
soporte esquelético óseo sino un fuerte tejido fibroso en su interior. El pedúnculo caudal esta
formado por un entrelazado de tendones y haces fibrosos que soportan la aleta caudal en
posición horizontal.
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Fig.9. Partes de un delfín. (1) Aleta dorsal. (2) aleta caudal.(3) Aleta pectoral. (4) Rostro o pico.
(5) Ojo. (6) Aventador.
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mamas
ano
pene
vagina ano
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Fig.10. Rostro marcado en delfín moteado del Atlántico. Fig.11. Aleta dorsal. Fig.12. Aleta caudal.
Fig.13. Aleta pectoral. Fig.14. Aberturas genito-urinarias en hembra. Fig.15. Aberturas genito
urinarias en macho. Fig.16. Pene. Fig.17. silueta de rorcual (Misticeto).
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Otro inconveniente del medio acuático para los animales de sangre caliente es
mantener una temperatura corporal estable. No sabemos con exactitud como se produjo la
perdida del pelo y la aparición de sistemas o adaptaciones para compensar la pérdida de
calor. Los cetáceos tienen una temperatura corporal entre 36-37 ºC y la del agua en la que
viven es considerablemente menor. La pérdida continua de calor que sufren por vivir en el
mar se combate de diferentes maneras. Por
un lado es conocido que el aumento del
tamaño corporal disminuye la relación
superficie/volumen y reduce la pérdida de
calor. Quizás este puede ser uno de los
motivos por el que los cetáceos alcanzan
tamaños tan grandes. También, como en
otras especies de mamíferos marinos, un
aislante eficaz lo constituye la capa de grasa
que se encuentra inmediatamente debajo de
la piel. En algunas especies que frecuentan
aguas muy frías la capa de grasa puede llegar
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Fig.19. Pelo vestigial en neonato de delfín mular
3.3. El buceo
Entre las adaptaciones más notables de los mamíferos marinos al medio acuático se
encuentra la capacidad de poder permanecer largos periodos bajo el mar. Pero, ¿Cómo
aguantan tanto tiempo sin respirar?
Los cetáceos no sólo aguantan mucho tiempo sumergidos, sino que además son
capaces de descender a grandes profundidades. No obstante, cuando descienden, se
produce un aplastamiento torácico que hace que aumente la presión del aire almacenado en
el interior del animal. El aumento de presión del aire respirado trae aparejados una serie de
inconvenientes para todos los buceadores. La absorción de nitrógeno (N) por los tejidos,
componente mayoritario del aire atmosférico y que eliminamos casi en la misma proporción
que inspiramos, aumenta considerablemente en estas condiciones. A partir de ciertas
concentraciones de nitrógeno disuelto, durante el ascenso se requiere un proceso de
descompresión para eliminarlo convenientemente. De no ser así, se producen embolias
gaseosas o lo que es lo mismo, la obstrucción mecánica de la circulación sanguínea por
burbujas de nitrógeno liberadas de forma precipitada. Todos los buceadores conocen y
respetan los niveles de descompresión necesarios para evitar la enfermedad
descompresiva.
Las causas que originan la enfermedad descompresiva son las siguientes: el aire
que respiramos esta compuesto principalmente por oxígeno y un porcentaje elevado de
nitrógeno. Durante la respiración consumimos el oxígeno y eliminamos, prácticamente, la
misma cantidad de nitrógeno que tomamos. En las condiciones ambientales terrestres
tenemos unas cantidades disueltas de nitrógeno y oxígeno que se mantienen prácticamente
constantes. El problema surge cuando al descender en el mar aumenta la presión.
Es bien sabido que para que el hombre pueda permanecer durante cierto tiempo
debajo del mar, al no poder extraer el oxígeno directamente del agua, como hacen los peces,
debe proveerse de una reserva adicional de aire. Este problema y el de evitar el aplastamiento
del pecho por la diferencias de presión se ha solucionado, aunque con grandes limitaciones,
con el uso de botellas de aire comprimido (SCUBA) que suministran aire en cantidad suficiente
y a presión ligeramente mayor que la del entorno. Sin embargo, el respirar aire a presión trae
aparejados una serie de inconvenientes. El más conocido es la enfermedad descompresiva
que se puede producir como consecuencia de que a mayor presión del aire respirado, mayor
cantidad de nitrógeno absorbe la sangre y el resto de tejidos. Este nitrógeno que se disolvió al
descender debe volver a eliminarse gradualmente al ascender, evitando la formación de
grandes burbujas, que ocasionan las temibles y dolorosas embolias gaseosas. Se ha
comprobado que se puede llegar a presentar la enfermedad descompresiva aún sin usar aire
comprimido suministrado por las botellas de buceo, solamente realizando cortas inmersiones
(2 minutos) de forma continuada durante algunas horas a profundidades en torno a los 20 m.
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Los cetáceos, animales de origen terrestre que desarrollan toda su vida en el mar,
han tenido que modificar o adquirir nuevas formas de percibir el entorno.
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Fig.21. Ojo de delfín gris. Fig.22. Ojo de calderón tropical.
El sentido del tacto, asociado con el uso de las manos y dedos, es muy importante
para adquirir información sobre la forma, textura y consistencia de los objetos. Los cetáceos,
con unas manos muy modificadas, han desarrollado otro sistema muy eficaz para este fin,
sin embargo utilizan la piel como un sensor de presión. La piel es suave y fácilmente
dañable pero también se cura deprisa. Contiene un complejo sistema de terminaciones
nerviosas, más abundantes en ciertas zonas, que actúan como un sensor de presión. De
esta manera son capaces de detectar zonas del cuerpo donde se producen turbulencias y
modificar la forma del cuerpo para eliminarlas y mantener un flujo laminar de agua que les
permite nadar con suma facilidad.
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En los animales terrestres es sencillo distinguir entre los sentidos del gusto y del
olfato, sin embargo bajo el agua la distinción entre las dos facultades no es tan clara. El
olfato permite detectar sustancias químicas a distancia y el gusto proporciona información
química de las sustancias que se tienen en la boca. En los mamíferos terrestres el sentido
del olfato esta basado en la percepción aérea a través de quimiorreceptores en las fosas
nasales. Los cetáceos han perdido en gran medida el sentido del olfato aéreo pues hay muy
pocos receptores olfativos y no hay constancia de que exista una forma de oler bajo el agua,
tal y como existe en los tiburones. El sentido del gusto debe estar más desarrollado ya que
con algunos delfines en cautividad se ha comprobado que son capaces de detectar ciertos
sabores y además varias especies presentan en la lengua lo que parecen ser papilas
gustativas. La detección de sustancias químicas proporcionaría información sobre el entorno
y sobre cuestiones sociales dentro de un grupo. Por ejemplo, la posibilidad de que existan
feromonas sexuales en el material orgánico de desecho podría servir para dar información
sobre la disposición de las hembras al apareamiento
El espectro sonoro potencialmente audible para los seres humanos abarca desde los
20 Hz y los 20 KHz, pero las frecuencias medias audibles, en los oídos más sensitivos,
están entre 1 KHz y 4 KHz. En cambio, los cetáceos, grupo de mamíferos adaptados a vivir
en el agua, un medio donde la visibilidad es muy reducida, son capaces de captar señales
sonoras en un gran espectro de frecuencias. El sonido es utilizado por los cetáceos para dos
fines principales: para la ecolocalización (sonar) y/o para comunicación. Así utilizan su
sistema acústico para orientarse, situarse, localizar presas, distinguir otros individuos y para
comunicarse entre ellos. Este hecho fundamental indica la fuerte dependencia de la
percepción acústica para la vida de los cetáceos.
En los cetáceos con barbas (Misticetos) el rango de audición abarca desde los
infrasonidos hasta los ultrasonidos, aunque están más preparados para captar los
infrasonidos dado que emiten en esa zona. A la vez que un sonido se propaga a través del
mar su intensidad decrece como resultado de la expansión, absorción y otras pérdidas en la
transmisión. La proporción en la que un sonido es absorbido por el agua está inversamente
relacionado con la frecuencia. Por tanto las bajas frecuencias, que poseen un coeficiente de
absorción muy bajo, tienen un mayor potencial para la propagación a grandes distancias.
Las vocalizaciones de los Misticetos son significativamente menores en frecuencia en
comparación con los Odontocetos, produciendo tonos de sonidos que duran entre 0.5 y 20
segundos o más, en el rango de frecuencias entre 20 y 3.000 Hz, dependiendo de las
especies, y que en rorcuales suelen estar por debajo de los 200 Hz. Estas bajas frecuencias
de sonidos tienen la ventaja de recorrer grandes distancias y se especula que las grandes
ballenas podrían estar en contacto mediante el sonido con otras a distancias de 10 o incluso
centenares de km., particularmente si hacen uso de canales profundos del océano.
4. ALIMENTACIÓN
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Fig.21. Bola de caballa (Scomber sp). Fig.24. Rorcual tropical comiendo en superficie.
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Fig.25. Averío con pardelas y alcatraz y delfines. Fig 26. Delfín mular comiendo trompeteros
5. REPRODUCCIÓN
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Fig.27. Cópula entre delfines moteados. Fig 28. neonato lactante de calderón tropical con papílas
en el borde de la lengua. Fig.29: neonato de calderón tropical Fig.30: neonato de delfín mular con
marcas de pliegues fetales
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Como ocurre con los mamíferos terrestres, gran parte de las especies de ballenas y
delfines son observados formando grupos cuya composición y número suele ser muy
variable. El conocimiento sobre las relaciones que existen entre los distintos miembros de
los grupos viene inferida por algunas investigaciones de campo y sobre todo por
interpretaciones subjetivas de los observadores. Durante las migraciones las grandes
ballenas se ven en grupos reducidos, en parejas o con más frecuencia ejemplares solitarios,
aunque se conocen zonas de reproducción y de alimentación en las que pueden llegan a
reunirse un gran número de ellas.
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7. DISTRIBUCIÓN Y MIGRACIONES
Los cetáceos han colonizado todos los ambientes acuáticos del Planeta, desde los
océanos hasta los ríos y lagos. Algunas especies se encuentran distribuidas por casi todos
los mares y océanos, en tanto otras ocupan áreas geográficas muy restringidas. En el primer
caso, el de las especies cosmopolitas, se ve favorecido el proceso de diferenciación en
ecológicas a veces muy diferentes. En este sentido se conoce la existencia de especies que
presentan una forma oceánica y otra costera que difieren no sólo en la talla sino también en
características como la forma ó el patrón de coloración.
Las ballenas y delfines siempre han sido considerados como los nómadas del
Océano: animales apátridas que realizan grandes desplazamientos por todos los mares. Sin
embargo, el aumento de información sobre el grupo ha puesto de manifiesto que bastantes
especies tienen una distribución geográfica muy restringida y otras forman colonias estables
con movimientos limitados. La distribución y migraciones de los rorcuales, con la excepción
del rorcual tropical que solo aparece en aguas templadas y cálidas, obedecen a unas pautas
comunes a todos ellos. Realizan importantes desplazamientos estacionales por todos los
océanos, desde las aguas cálidas y tropicales (zona de reproducción) hasta las frías o
polares (zona de alimentación). La existencia de rorcuales en ambos hemisferios podría
deberse a que una sola población realizara estos enormes recorridos (desde las aguas
árticas a las antárticas) o bien que existan diferentes poblaciones. Actualmente, con el
marcado y seguimiento de ejemplares, se ha puesto de manifiesto la existencia de
diferentes poblaciones de rorcuales. Los desplazamientos migratorios se realizan de manera
que los del Hemisferio Sur se encuentran en las zonas de reproducción en épocas
diferentes a los del Hemisferio Norte. Entre estas poblaciones separadas hay un grado de
intercambio que garantiza la variabilidad genética.
En el Atlántico Norte parece ser que existen dos poblaciones de yubartas que no
mantienen mucha relación entre ellas, una en la costa americana y otra en las europeas y
africanas. Las yubartas americanas se alimentan en las frías aguas de Terranova y bajan a
reproducirse en invierno hasta las aguas tropicales de la República Dominicana. La
población euroafricana se alimenta en verano en las frías aguas del norte de Europa y se
reproduce en las costas del Archipiélago de Cabo Verde. La ruta migratoria o paso de
yubartas desde la zona de reproducción hasta la de alimentación parece ser que transcurre
próxima a las aguas saharianas.
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