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GENERALIDADES DE BIOSEGURIDAD

El Odontólogo como miembro del grupo de profesionales de la salud está en constante riesgo
de adquirir enfermedades virales y bacterianas altamente contagiosas, que en muchos casos
pueden ser mortales.

Hoy día nuestros pacientes están al tanto del peligro que pueden correr cuando son atendidos
con instrumental contaminado y sin las debidas normas de protección y el avance continuo de
información nos obliga y nos exige cuidarnos y cuidarlos a ellos. Se revisarán las medidas
necesarias que debemos seguir para la prevención y control de enfermedades infecto-
contagiosas haciendo énfasis en la adecuada esterilización y desinfección tanto del instrumental
como del ambiente de trabajo.

Las normas de bioseguridad surgieron para controlar y prevenir el contagio de enfermedades


infecto-contagiosas las cuales cobraron mayor importancia con la aparición del virus de
inmunodeficiencia humana, también son todas aquellas normas, procedimientos y cuidados que
se deben tener a la hora de atender pacientes y/o manipular instrumental contaminado para
evitar el riesgo de infectarnos o enfermarnos. Etimológicamente Bioseguridad viene de BIO =
vida y SEGURIDAD = libre o exento de riesgo.

Los profesionales de la Odontología están expuestos a una gran variedad de microorganismos


desde esporas, bacterias, hongos, virus y protozoarios que pueden estar en la sangre y saliva de
los pacientes. Cualquiera de estos microorganismos pudiera causar una enfermedad infecto-
contagiosa, a saber: desde la simple gripe hasta neumonía, hepatitis B, tuberculosis, herpes y
el síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

El uso de normas efectivas de control y prevención, así como las medidas de protección
universal permitirán evitar la contaminación cruzada entre pacientes, el personal auxiliar del
consultorio y hasta de pacientes al profesional de la Odontología o al asistente y viceversa.
(Valle, 2002)

PRINCIPIOS DE LA BIOSEGURIDAD
Universalidad: Las medidas deben involucrar a todas las personas que constituyen el
equipo de salud (pacientes, docentes, alumnos, personal de servicio, auxiliares,
administrativos).Estas personas deben seguir las precauciones rutinariamente expuestas
en este manual para prevenir los riesgos en todas las situaciones.

Uso de barreras: Comprende el concepto de evitar la exposición directa a sangre y


otros fluidos orgánicos potencialmente contaminantes, mediante la utilización de
materiales adecuados que se interpongan al contacto de los mismos. La utilización de
barreras (ej. Guantes, barbijos, antiparras) no evitan los accidentes de exposición a estos
fluidos, pero disminuyen las consecuencias de dicho accidente.

Medios de eliminación de material contaminado: Comprende el conjunto de


dispositivos y procedimientos adecuados a través de los cuales los materiales utilizados
en la atención de pacientes, son depositados y eliminados sin riesgo.
Desinfección y esterilización del instrumental y consultorio: Es el procedimiento
mediante el cual se destruye toda forma de vida microbiana incluyendo esporas,
bacterias, hongos, protozoarios y virus. Los métodos de esterilización más usados son:
Agentes físicos (Autoclave, Horno esterilizador, A gas) y Agentes químicos
(Glutaraldehído al 2%, Solución de peróxido de hidrógeno al 6%, Ortofaldehído).
(epidemiológica, 2003)

NORMAS DE BIOSEGURIDAD EN ODONTOLOGÍA

1. La presentación física de los profesionales y la del personal asistente siempre deberá ser
higiénicamente impecable, como signo de los cuidados sanitarios que se desarrollan en todo
consultorio profesional.
2. La ropa de trabajo de los profesionales y del personal asistente, deberá mantenerse
siempre limpia. El pelo del personal asistente deberá encontrarse recogido, se recomiendan
el uso de gorros.

3. De ninguna manera se permitirá que los residuos empleados en la atención de un


paciente, no hayan sido eliminados, antes de que ingrese un nuevo paciente al consultorio.
Tampoco se permitirá que se observen manchas de sangre sobre las superficies de trabajo y
las escupideras.
4. Por ninguna razón se echarán restos de pastas de impresión, algodones, residuos de
cementos o cualquier otro material u objetos en las escupideras o lavatorios, pues se atorarán
las cañerías e impedirán que el agua corra libremente.
5. Los lavatorios de manos deberán ser igualmente desinfectados y mantenidos en
condiciones impecables, al igual que las superficies sobre las cuales trabaja o deposita el
instrumental y materiales, tanto el profesional como la asistenta dental.
6. Manipular con precaución el material cortopunzante (agujas, hojas de bisturí, cuchillas,
curetas).

7. El instrumental deberá encontrarse adecuadamente ordenado en los cajones de los


armarios, los cuales deberá mantenerse siempre extremadamente limpios, sin ningún tipo
de elemento extraño o innecesario dentro de ellos. El instrumental será ordenado sobre
gavetas o dentro de recipientes herméticamente cerrados, no debiéndose encontrar
desperdigado y sobre todo, deberá encontrarse aislado de superficies que no se encuentren
estériles.

8. Las fresas de alta velocidad y las de micromotor, así como las cubetas para impresiones,
deberán encontrarse perenemente esterilizadas y desinfectadas. Nunca se guardarán en los
llamados freseros y menos sueltas en los cajones de los armarios.
9. Durante la ejecución de nuestros trabajos profesionales, habrá que ser extremadamente
cuidadosos para evitar el pinchazo con las agujas de anestesia. Se recomienda que cuando
se deba volver a inyectar a un paciente, la jeringa debe ser colocada en un recipiente estéril,
antes que desear aislar la aguja con su tapa. Tapar la aguja aumenta el riesgo de accidentes.

10.Cuando se trate a pacientes infectados o potencialmente infectados, se deberá tener


precauciones adicionales con su atención y también con la esterilización del instrumental
empleados en ellos. En primer lugar deberán ser desinfectados y lavados. Luego deberán ser
esterilizados mediante esterilizador de calor húmedo (autoclave) y posteriormente
esterilizados al calor seco.
11. Introducir el material cortopunzante (aguja, bisturí, instrumentos puntiagudos, etc.)
inmediatamente en envases rígidos y resistentes. A los efectos de su descarte, luego de
alcanzada las tres cuartas partes de su capacidad, se obturará la boca del mismo y se
procederá a su eliminación. (Otero, 2002)

BARRERAS PROTECTORAS

PROFESIONAL

Barreras protectoras internas

El odontólogo debe contar con el esquema de vacunación completo y actualizado que incluye
hepatitis B (VHB) o anticuerpos para hepatitis B, influenza, tétano, difteria, tuberculosis, y
triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis). Así mismo, debe llevar un estilo de vida adecuado
(bajo riesgo de contagio), y debe actualizarse periódicamente en las medidas de bioseguridad.
Barreras protectoras externas

Las salpicaduras de productos biológicos contaminados de origen bucal suponen un riesgo de


contagio cuando entran en contacto con la mucosa conjuntival, o bien, el tejido cutáneo que
presente solución de continuidad o procesos inflamatorios que faciliten la penetración de un
posible agente microbiano a la dermis.

El CDC y la ADA recomiendan emplear sistemáticamente diversas barreras biomecánicas


como métodos de prevención. El uso de estas barreras se ha arraigado cada vez más en la
conducta del odontólogo y de su personal auxiliar a través de diversas técnicas que comprenden
la protección de los ojos, las manos, la boca y la nariz (utilización de guantes, tapaboca y
máscara, entre otros). (Bedoya, 2010)

Guantes: La principal vía de transmisión en las infecciones cruzadas son las manos; en
ese sentido, el empleo de los guantes es una de las barreras mecánicas más eficaces. El
personal de limpieza de las salas clínicas debe limpiar y desinfectar el instrumental y
las superficies. Los guantes pueden ser desinfectados y reusados.
Tapaboca: El tapaboca o mascarilla protege principalmente la mucosa nasal y bucal e
impide la penetración en el aparato respiratorio o digestivo de los dentritus, aerosoles
y salpicaduras que se producen durante la limpieza del consultorio dental.
Protección ocular: Los ojos, por su limitada vascularidad y baja capacidad
inmunitaria, son susceptibles de sufrir lesiones microscópicas. Todo el equipo de salud
odontológica debe utilizar protección ocular, ya que es la forma de prevenir traumas o
infecciones a nivel ocular con salpicaduras, aerosoles o microgotas flotantes en el
ambiente.
Gorro: Se recomienda que el odontólogo y su personal auxiliar usen gorro en el lugar
de trabajo, ya que existe clara evidencia de la contaminación del cabello y el cuero
cabelludo con el aerosol o microgotas de saliva producidos durante la práctica dental.
Además, evita la caída de algún cabello en la boca del paciente. El gorro puede ser de
tela o de material desechable, sin embargo, en cualquiera de los casos debe ser
eliminado después de terminadas las labores.
Bata: Su finalidad es evitar la contaminación de la ropa normal durante la limpieza del
consultorio. La bata ideal es aquella elaborada con material impermeable o de algodón
poliéster, de manga larga, con puños elásticos, cuello redondeado y de corte alto, sin
bolsillos, ni pliegues, ni dobleces que permitan la retención de material contaminado;
debe abarcar hasta el tercio medio de la pierna. Las batas deben ser cambiadas
diariamente o cuando se vea sucia o contaminada por fluidos, y no debe utilizarse fuera
del ambiente de trabajo.
Calzado: Debe ser cómodo, cerrado y de corte alto, no debe tener ninguna parte del pie
expuesta al medio ambiente y debe ser de uso único, es decir, sólo para estar dentro de
las instalaciones de la labor odontológica.
Lavado de las manos: La piel intacta y saludable provee la mejor protección contra
los microorganismos. En la piel de los trabajadores de la salud se pueden encontrar
microorganismos residentes y transitorios. La flora residente o saprófita se halla en la
capa superficial de la piel y tiene poca virulencia. En cambio, la flora transitoria es
aquella que se adquiere al entrar en contacto con pacientes con enfermedades
infectocontagiosas. El lavado adecuado de las manos podrá remover o inhibir a ambas
poblaciones de microorganismos, sin embargo, la flora transitoria es removida más
fácilmente por los jabones, y la flora residente es mucho más lábil a los antisépticos.
(Corte, 2009)
PACIENTE

En primer lugar, y como consideración básica, fomentar la “seguridad del paciente” es una
obligación ética de una profesión sanitaria como la odontología. El principio hipocrático
“primun non nocere” nos obliga a no hacer daño al paciente. Y en caso de que nuestro
tratamiento indique algún tipo de daño ineludible al paciente, como nos ocurre con frecuencia,
debemos intentar minimizar estos daños inherentes al tratamiento y evitar en lo posible las
complicaciones.

En segundo lugar, existen importantes motivos económicos. La “seguridad del paciente” está
íntimamente ligada al concepto de “calidad asistencial”. Una asistencia odontológica en la que
se controlen todos los posibles factores de riesgo para el paciente es necesariamente una
asistencia odontológica de mayor calidad. Y la calidad de la asistencia tiene un reflejo evidente
en la fidelización de pacientes antiguos y en la obtención de pacientes nuevos. Por otro lado,
la adopción de medidas efectivas para la “seguridad del paciente” disminuye la aparición de
eventos adversos y por lo tanto también disminuirían las cantidades que se deberían pagar en
concepto de indemnización a los familiares afectados por estos errores asistenciales. Esto a su
vez disminuye, o al menos controla, los costes de los seguros de responsabilidad civil
profesional.
Y en tercer lugar, aumentar la “seguridad del paciente” implica aumentar la “seguridad legal”
de los dentistas. Seguir las pautas y protocolos básicos en “seguridad del paciente” disminuye
la posibilidad de aparición de errores asistenciales, y por tanto de reclamaciones por ellos, y
nos proporciona además mejores registros del tratamiento. Estos registros del tratamiento son
básicos a la hora de planificarla defensa jurídica del profesional demandado.

Pautas básicas que debe evitarse para brindar seguridad al paciente

Errores en documentos clínicos, en la información y en la derivación de pacientes: a su vez,


incluye muchos tipos de errores diferentes:

a. Historias clínicas con falta de datos esenciales (sobre antecedentes clínicos y alérgicos
y sobre datos actualizados de toma de fármacos).
b. Uso de abreviaturas (o mala caligrafía) que llevan a error a otros profesionales del
mismo centro que utilizan la misma historia clínica.
c. Falta de información adecuada al paciente sobre el procedimiento, sus posibles riesgos
o sobre la actitud que deben seguir para evitar complicaciones.
d. Incorrecciones en las derivaciones de pacientes a otros profesionales que, a su vez,
llevan a éstos a cometer errores asistenciales.

Errores en la prescripción de medicamentos: Es una de las áreas donde se detectan mayor


número de problemas clínicos:

a. Errores en la indicación del medicamento (en lo referente al tipo de fármaco, la dosis o


la duración del tratamiento).
b. Reacciones alérgicas por falta de antecedentes adecuados en la historia clínica.
c. Interacciones medicamentosas (por falta de conocimientos farmacológicos del
profesional o por no mantener actualizado el listado de fármacos que toma el paciente).
d. Dosis erróneas de medicamentos (especialmente frecuentes en niños o pacientes con
alteraciones en el metabolismo o la eliminación de fármacos).
e. Duplicación de fármacos (especialmente frecuente con los antiinflamatorios) debido a
la falta de coordinación entre los distintos profesionales que atienden a un mismo
paciente.
Problemas quirúrgicos: La cirugía es una de las áreas que producen más eventos adversos en
“seguridad del paciente”. Por ello ha sido una de las áreas estratégicas de actuación para la
Organización Mundial de la Salud. Algunos de estos problemas son:

a. Errores en la planificación del tratamiento (en ocasiones asociados con falta de registros
clínicos adecuados previos ha dicho tratamiento).
b. Errores en el tipo de procedimiento a realizar (motivados por una incorrecta
identificación del paciente o una historia clínica inadecuada).
c. Errores en la zona a intervenir debidos a “despistes”, o interpretación inadecuada de los
registros, por parte del profesional.
d. Errores con la profilaxis preoperatoria en pacientes médicamente comprometidos.
e. Errores en el seguimiento y control de los pacientes intervenidos (inexistencia de hoja
de instrucciones postoperatorias, o falta de control post quirúrgico).
f. Infecciones postquirúrgicas (detectadas tardíamente o inadecuadamente tratadas por el
profesional).

Accidentes: El listado de posibles accidentes (sucesos aleatorios, imprevistos e inesperados


que producen daño al paciente) es prácticamente infinito. Existen datos de todo tipo de
accidente en todas las áreas y especialidades odontológicas. Los más frecuentemente
documentados son:

a. Caídas de pacientes (debido a mobiliario mal distribuido, barreras arquitectónicas,


pavimentos deslizantes, etc.).
b. Caídas de instrumental punzante o aparataje pesado sobre los pacientes.
c. Cortes y quemaduras accidentales.
d. Ingestión o aspiración de pequeño material odontológico.
e. Daños oculares. (Villa, 2011)

DESCONTAMINACIÓN

INSTRUMENTAL
Instrumental metálico:

a) Sumergir el instrumental en un agente químico de mediano nivel de acción(hipoclorito


al 0,5% de cloro activo durante 30 minutos, glutaraldehído al 2% durante 20 minutos o
soluciones con peróxido de hidrógeno durante 5 minutos en recipientes de plástico
tapados). El lavado del instrumental debe hacerse con guantes nitrilo. Limpieza de
todos los residuos del instrumental con cepillo y jabón líquido. Lavar con abundante
arrastre. Preparar el instrumental para su posterior esterilización (autoclave u horno ),
envolviéndolo en doble papel o colocándolo en bolsas de plástico.

Fresas

Las fresas y fresones contaminados sumergirlos en glutaraldehído al 2% durante 30 minutos,


alcohol 70º durante 15 minutos o soluciones con peróxido de hidrógeno durante 10 minutos.
Cepillarlas y esterilizarlas. No es conveniente el uso de limpiafresas.

Impresiones

Las impresiones de alginato se pueden desinfectar con hipoclorito de sodio o compuestos


yodados, las siliconas con glutaraldehído, compuestos yodados o hipoclorito.

Placas radiográficas
Existen protectores para las placas que se descartan luego de su uso.

Instrumental de endodoncia

Desechar los extirpadores. Las limas y ensanchadores se descontaminan de la misma forma


que el instrumental metálico. El esponjero con su correspondiente esponja debe estar estéril, y
utilizarse uno por paciente, descartando la esponja luego de la atención de cada paciente.

LIMPIEZA DEL CONSULTORIO

Para realizar la limpieza, el personal debe colocarse guantes de goma gruesos.


Siempre se realizará la higiene ambiental de la zona más limpia hacia las zonas más
sucias.
No se utilizarán plumeros, escobas o escobillones.
La limpieza comienza por las superficies verticales, siguiendo por sillones y pisos.
Los estantes abiertos deben limpiarse diariamente.
Pisos y paredes:
Se deben limpiar primero con un balde conteniendo agua y detergente (no mezclar con
hipoclorito).
Fregar las superficies con trapo rejilla, salvo el piso.
Enjuagar utilizando otro trapo rejilla, salvo el piso.
Fregar el piso con trapo de piso y utilizando el primer balde.

PLATINA Y EQUIPO

La platina y equipo se descontaminan con solución de hipoclorito o yodóforos. A las superficies


metálicas que pueden alterarse se les pasará alcohol 70º.Recordar que es conveniente el uso de
cubiertas descartables para la platina.

Existen en plaza turbinas, piezas de mano y contraángulos que pueden ser autoclavados. Una
forma para descontaminarlos es mediante compresas con alcohol 70º durante 15 minutos o con
soluciones germicidas preparadas a base de alcohol isopropílico.

La manija del foco dental, el micromotor y el cabezal se deben forrar con bolsas de polietileno
que se descartan con cada paciente, siendo obligatorio su aplicación en cirugía.

SALIVADERA
La salivadera se debe descontaminar entre paciente y paciente con solución de hipoclorito al
0,5% de cloro activo. La parte externa de los caños de eyectores o suctores deben limpiarse
con hipoclorito al 0,5%. Los eyectores deben ser descartables y las puntas de los suctores deben
ser autoclavadas o esterilizadas con desinfectantes de nivel alto de acción (soluciones con
peróxido de hidrógeno durante 10 minutos o glutaraldehído al 2% durante 20 horas). Hacer
funcionar los eyectores con soluciones de hipoclorito al 0,5% entre paciente y paciente y una
vez finalizada la consulta para descontaminar parte interna de caños. (Papone, 2000)

Bibliografía
Bedoya, A. (2010). Revisión de las normas de bioseguridad en la atención odontológica, con
un enfoque en VIH/SIDA. Colombia. Obtenido de
http://www.redalyc.org/html/2312/231216375006/
Corte, E. l. (2009). Uso de normas de bioseguridad en el consultorio. México. Obtenido de
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=63140&pagina=1
epidemiológica, C. d. (2003). Manual y Normas de bioseguridad. Argentina. Obtenido de
http://odn.unne.edu.ar/manbio.pdf
Otero, J. (2002). Manual de Boseguridad en Odontología. Lima. Obtenido de
http://w.w.w.odontomarketing.com/BIOSEGURIDAD.pdf
Papone, V. (2000). Normas de bioseguridad en la práctica odontológica. Uruguay. Obtenido
de http://files.sld.cu/protesis/files/2011/09/normas-de-bioseguridad-en-la-practica-
odontologica.pdf
Valle, S. C. (2002). NORMAS DE BIOSEGURIDAD EN EL CONSULTORIO
ODONTOLOGICO. Caracas. Obtenido de
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0001-
63652002000200020
Villa, A. (2011). Seguridad del paciente en odontología. Madrid. Obtenido de
https://www.ucm.es/data/cont/docs/107-2016-07-21-
CD%20monogr%C3%A1fico%20SP.pdf

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