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MATERIALES EDUCATIVOS

EN EL MARCO DEL MODELO EDUCATIVO SOCIOCOMUNITARIO


PRODUCTIVO

Índice

Presentación

Introducción

Objetivo holístico de la unidad de formación


Criterios de evaluación
Uso de lenguas indígena originarias
Momentos de desarrollo de la unidad de formación
Productos de la unidad de formación

Tema 1

1. Los materiales educativos en el modelo educativo sociocomunitario


productivo

1.1. Visión de los materiales educativos en el Modelo educativo


sociocomunitario productivo

1.2. Funciones de los materiales educativos


1.2.1. Función de analogía
1.2.2. Función de producción de conocimientos
1.2.3. Función de uso para la vida cotidiana

1.3. Los materiales educativos en la formación integral y holística


1.4. Materiales educativos y momentos metodológicos
1.5. Elaboración (produccion) y uso de materiales educativos
1.6. Algunos criterios para la elaboración de materiales educativos

Tema 2

2.1. Elaboración y uso de materiales y medios educativos

2.2. Presentación de ejemplos


1.6.1.
INTRODUCCIÓN
El Programa de Formación Complementaria para Maestras y Maestros en ejercicio
(PROFOCOM) se entiende como un espacio formativo que valora y recupera nuestras
experiencias para la producción de prácticas educativas transformadoras que
permitan concretizar el Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo y de este
modo generar una educación que responda a nuestras realidades y permita la
formación integral y holística de las y los bolivianos.

Las Unidades de Formación desarrolladas hasta el momento nos brindaron los


elementos necesarios en la implementación del Modelo educativo para que
transformemos nuestras prácticas educativas.

La Unidad de Formación N° 7“Materiales Educativos en el marco del Modelo


Educativo Sociocomunitario Productivo” presenta dos temas para permitirnos
desarrollar el uso y/o elaboración de materiales educativos desde una visión
coherente con el Modelo educativo sociocomunitario productivo.

El primer tema (Tema 1) establece la diferencia de lo que entenderemos por ‘medio’


y ‘material’ educativo, así como la visión que tenemos sobre los materiales educativos
desde el Modelo educativo sociocomunitario productivo. Asimismo, señala cuáles son
las funciones de los materiales educativos y cómo se presentan en la formación
integral y holística. Este tema también abarca elementos a considerar sobre los
materiales educativos en los momentos metodológicos (práctica – teoría – valoración
- producción), como también aspectos de su uso y elaboración, sin dejar de lado los
criterios a considerarse para ello.

El segundo tema (Tema 2), contiene una variedad de ejemplos que ilustran cómo se
elaboran y usan los materiales educativos dando énfasis en las funciones que se
deben desarrollar en los procesos educativos articulados a las dimensiones y a los
momentos metodológicos.

Como es característico en las Unidades de Formación del PROFOCOM, la presente


unidad viene acompañada de una lectura complementaria.

Objetivo holístico de la unidad de formación


Transformamos la práctica educativa elaborando y utilizando materiales educativos
en el desarrollo curricular del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo, a través
de la comprensión de todos los elementos que la constituyen, la finalidad y funciones
que tienen, fortaleciendo el trabajo comunitario y cooperativo en su elaboración y uso
para lograr el desarrollo integral de las capacidades y cualidades de las y los
estudiantes en los procesos pedagógicos.

Criterios de evaluación

HACER: Transformamos la práctica educativa elaborando y utilizando materiales educativos


en el desarrollo curricular del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo .
- Elaboración de materiales educativos pertinentes al Modelo Educativo
Sociocomunitario Productivo.
- Aplicación coherente de los materiales educativos en los procesos
pedagógicos.

SABER: A través de la comprensión de todos los elementos que la constituyen, los


tipos existentes, la finalidad y funciones que tienen
- Comprensión del sentido y función de los materiales educativos.
SER: Fortaleciendo el trabajo comunitario y cooperativo en su elaboración y uso
- Práctica de trabajo comunitario e intercambio en los procesos de elaboración y
uso de materiales educativos.
- Práctica de cooperación en la elaboración y uso de los materiales educativos
entre maestras y maestros y estudiantes.
DECIDIR: Para lograr el desarrollo integral de las capacidades y cualidades de las y
los estudiantes en los procesos pedagógicos.
- Implementación de acciones concretas orientadas a la transformación de las
prácticas educativas.

Uso de lenguas indígena originarias


Se tienen registros de experiencias interesantes en el uso de la lengua originaria, de
talleres que se han desarrollado enteramente en estas lenguas, esto constituye un
importante aporte al desarrollo de las lenguas originarias al haberse planteado que
en todas las Unidades de Formación se pretende desarrollar el uso de las lenguas
originarias. Para el fortalecimiento de las mismas, en todos los momentos del proceso
formativo; de este modo se alienta a seguir utilizando en las Unidades de Formación
según pertinencia de la región en la que viven.
El uso frecuente de las lenguas indígenas originarias busca motivar a las maestras y
maestros que todavía no están en la práctica de ninguna lengua originaria,
familiarizarse, aprender paulatinamente una lengua y empezar a utilizarla en los
procesos educativos. Para ello la función del facilitador es importante, debido a que
será él o ella los encargados de motivar y promover la participación de quienes saben
y de quienes no saben y desean aprender, propiciando la ampliación de espacios en
los que maestras y maestros que sí manejan estas lenguas, puedan realizar
conversaciones básicas de modo que las y los otros colegas vayan aprendiendo por
“inmersión”. Por experiencia muchas maestras y maestros conocemos que esta forma
de aprendizaje resulta efectiva; se trata de promover un contexto donde se esté
expuesto al uso de una lengua originaria de forma natural.

Momentos de desarrollo de la unidad de formación


MOMENTO 1: (Sesión presencial de 8 horas)
La sesión presencial será desarrollada a través de los siguientes pasos:
Paso 1: Diálogo y discusión sobre la base de preguntas activadoras. (30
minutos)
Cuadro 1

TEMA Preguntas Preguntas problematizadoras sobre el


activadoras en desarrollo de capacidades y prácticas
lengua originaria educativas

¿Con qué materiales y ¿Cómo y para qué hemos usado materiales


medios hemos educativos en nuestra práctica como
aprendido a hacer las maestros/as?
tareas cotidianas en ¿Qué función educativa han cumplido los
nuestra familia y la materiales que hemos utilizado en nuestra
comunidad? practica como maestros/as?
Materiales
Educativos en el ¿De que manera y con que intencionalidad
Modelo hemos hecho participar a los estudiantes en la
Educativo producción de materiales educativos?
Sociocomunitario ¿Qué materiales educativos y qué forma de
Productivo usarlos han podido desarrollar la creatividad y
los valores de nuestros/as estudiantes?
¿Cuáles crees que son las ventajas y
desventajas de la elaboración individual y
comunitaria de materiales educativos o el
intercambio de los mismos?
La o el facilitador, en plenaria, promueve discusión con base en las preguntas
activadoras. La actividad se desarrollará en lengua indígena originaria; en los casos
que en el grupo de participantes manejen más de una lengua debe darse un espacio
de tiempo para que se trabaje en cada una de estas; si ninguna maestra o maestro
maneja una lengua originaria, la actividad puede trabajarse en lengua castellana.
Esta actividad tiene la pretensión de comprender que existen diferentes maneras o
formas para aprender y que estas cuentan con apoyos o Materiales que permiten
lograr los resultados buscados.

Paso 2: Diálogo y discusión sobre las preguntas problematizadoras. (60


minutos)
Posteriormente, la o el facilitador organizará grupos de trabajo, de no más de seis
integrantes; se les proporcionará las preguntas problematizadoras establecidas en la
Unidad de Formación. Las y los participantes realizarán un diálogo y discusión sobre
estas preguntas identificando los aspectos que se consideran como los más
relevantes de la discusión. En plenaria consensuamos los sentidos nuevos que puede
tener el uso o elaboración de materiales educativos pensados en el marco del modelo
sociocomunitario productivo. La reflexión sobre la base de las preguntas
problematizadoras nos permitirá identificar el carácter tradicional en la función y uso
de los materiales educativos.

Paso 3: Discusión sobre la visión de materiales educativos en el marco del


Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo (90 minutos).
En grupos discutimos sobre la visión de los materiales educativos, con base de las
siguientes preguntas (proporcionar a cada grupo la pregunta en una hoja suelta):
 ¿Qué tipo de materiales educativos conocemos?
 ¿De qué modo seleccionamos un material educativo para el desarrollo
curricular de clase?
 ¿Qué formas de usar los materiales nos pueden permitir desarrollar la
creatividad en los/as estudiantes?
 ¿De qué manera los materiales educativos pueden ayudar a desarrollar una
formación integral en las cuatro dimensiones?
 ¿Cómo podemos articular el uso de los materiales educativos a los cuatro
momentos metodológicos?
En plenaria los grupos exponen los resultados obtenidos del diálogo. Asimismo, el
facilitador fortalecerá los aspectos tratados sobre la base de los resultados que los
grupos expongan a partir de los contenidos relacionados del tema 1 del Cuaderno de
Formación.
Paso 4: Lectura y discusión sobre las criterios y funciones de los materiales
en el marco del Modelo educativo sociocomunitario productivo (90
minutos)
En los grupos conformados hacemos la lectura del subtitulo 1.1 Visión de los
materiales educativos en el Modelo Sociocomunitario productivo y 1.2 Funciones de
los materiales educativos. En los grupos reflexionamos y discutimos sobre los
aspectos más relevantes del texto, anotando los mismos en un paleógrafo para
compartirlos en plenaria.

En plenaria todos los grupos presentamos nuestros aportes y preguntas a la


discusión. Inmediatamente el facilitador desarrolla estos temas aclarando las dudas al
respecto, planteando los lineamientos centrales del Modelo Sociocomunitario respecto
a la producción de materiales.

Paso 5. Desarrollo de ejemplos de primaria y secundaria (180 minutos)


Sobre la base de los grupos establecidos, realizamos el trabajo de elaboración de
materiales educativos a partir de un Plan de Desarrollo Curricular de clase. Para ello
se solicita que se consideren los siguientes puntos:
 Comprensión clara del objetivo holístico.
 Precisión en las orientaciones metodológicas de la forma de trabajo individual
o por grupos en el uso o elaboración de materiales educativos.
 Identificación del material educativo a trabajarse, según las funciones
analizadas (analógico, de producción de conocimiento o de utilidad en la vida).
 Definición y descripción pormenorizada del material a usarse o elaborarse.

En plenaria se exponen los resultados de cada grupo y se reflexiona y aclara los


puntos críticos que no hayan sido comprendidos en el proceso de formación de la
Unidad.

Paso 6: Orientaciones para el desarrollo de las actividades de construcción


crítica y concreción educativa. (30 minutos)
Es fundamental que la o el facilitador organice y brinde información precisa sobre las
actividades a desarrollarse en las sesiones de construcción crítica y de concreción
educativa, desarrolladas el siguiente subtítulo (Momento 2). Para ello, ahora es
obligatorio elaborar un cronograma de actividades, definir responsabilidades y
absolver las dudas que tengan los participantes sobre las actividades a desarrollarse
en estas sesiones.
MOMENTO 2: Sesiones de construcción crítica y concreción educativa
Este segundo momento es fundamental en la estrategia formativa del PROFOCOM,
porque la clave de este programa reside en el involucramiento comunitario de las y
los maestros durante el tiempo en que van a trabajar de modo autónomo cada
unidad de formación. El cuaderno tiene la función de apoyar a las y los maestros, de
modo que pueda servir de consulta permanente y de lectura cotidiana. Cada tema de
la Unidad de Formación puede trabajarse en un determinado tiempo, considerando
tres tipos de actividades: la actividad de formación comunitaria, para lo cual se
requiere realizar reuniones entre maestras, maestros y la comunidad; la actividad de
autoformación, básicamente consistente en lecturas; y la actividad de concreción
educativa, que pretende gradualmente introducir elementos nuevos que transformen
la práctica educativa de las y los maestros. El siguiente cuadro resume estas
actividades:

Actividades para las sesiones de construcción crítica y concreción educativa


por tema
Cuadro 2.

Actividad de Actividad de Actividad de concreción


formación comunitaria autoformación educativa

Definición (y elaboración Lectura crítica del cuaderno Aplicamos los materiales


si es el caso) de Nº 7. educativos elaborados en
materiales de la vida el desarrollo de la clase
Análisis y reflexión sobre la
cotidiana que puedan sobre la base de nuestra
lectura complementaria e
usarse en el proceso planificación de clase.
identificación de los
educativo (Según el tema elementos centrales y Es muy importante
a tratar se puede pedir problemáticos de la desarrollar en conjunto al
colaboración a padres de elaboración de materiales menos un material de tipo
familia dedicados a la educativos. analógico, otro de
carpintería, la mecánica u producción de
otros oficios. También se Investigación de tipos
conocimientos y el uso de
pueden utilizar diversos de materiales
alguna herramienta o
herramientas e educativos e identificación
instrumento de la vida que
instrumentos propios de de sus funciones educativas
nos permita ejecutar
otras labores y de la vida nuestras labores
cotidiana. educativas.
MOMENTO 3: (Sesión presencial de socialización, 4 horas)
En este momento se presenta los resultados obtenidos en el desarrollo del Momento
2, con particular énfasis se presentan los materiales analógicos, de producción de
conocimientos y el uso de materiales de la vida. En la sesión se socializa, reflexiona,
comparte experiencias, intercambia saberes y conocimientos y valora todas las
actividades realizadas durante el desarrollo de la unidad de formación. Para ello se
abre un espacio de valoración comunitaria. La o el facilitador comunitariamente
determinará la estrategia más adecuada para este fin.

Productos de la unidad de formación:


a. Materiales educativos elaborados.
b. Documento de análisis de los resultados obtenidos de la aplicación de los
materiales educativos en el proceso pedagógico, principalmente en los
momentos metodológicos.
 Ambos documentos deben ser revisados y aprobados con el visto bueno de las
direcciones de las unidades educativas.
TEMA 1

1. Los materiales educativos en el Modelo Sociocomunitario Productivo

En todas las corrientes educativas existe algún tipo de posicionamiento y desarrollo


de los materiales educativos. No podemos pretender que los materiales educativos
simplemente haya que utilizarlos, sino hay que ser conscientes como maestros de
para qué utilizamos algunos materiales educativos, por qué no otros y qué otras
cosas podrían trabajarse novedosamente como materiales educativos. Hay que ser
consientes de cuál es la especificidad de la elaboración y uso de materiales
educativos en nuestro modelo. Es decir, aquí como en otros elementos operativos
habremos de desarrollar una visión propia, no algo copiado ni meramente consumido,
sino una producción creativa y crítica en torno a los materiales educativos. Es
evidente también que esta producción no se da a partir de cero, sino que se inspira
en experiencias propias y aportes de otros contextos, como en este caso sucede con
la de Warisata y otros aportes.

Antes de continuar, será importante establecer las similitudes y diferencias de


términos semejantes como medio y material educativo. En términos generales el
medio educativo es el soporte a través del cual se presentan los contenidos
(conocimientos, informaciones, datos); así los medios pueden ser tecnológicos
modernos o de soporte tradicional, en los primeros se puede considerar a las
llamadas TIC (Tecnologías de Información y Conocimiento) y en los de soporte
tradicional, al texto impreso, o la pizarra.

El material educativo es el dispositivo educativo en sí, contiene al contenido que se


pretende desarrollar en la experiencia pedagógica. Es decir, entre el material
educativo y la persona que aprende con ese material no hay un medio propiamente,
ni tecnológico ni tradicional. En ese sentido, el material educativo son todos los
objetos (incluso los simbólicos como un software educativo) que sirven para educar,
no solo para transmitir conocimientos sino también para producirlos.

Sin embargo, es importante reconocer que estas palabras: medio y material, son
utilizados muchas veces de manera indistinta en nuestro trabajo cotidiano y que la
discusión sobre la conceptualización de cada uno, sobre todo, debe tomar en cuenta
que estos elementos del proceso educativo dependen de la concepción metodológica
y de la intencionalidad del proceso educativo.
1.1. Visión de los materiales educativos en el Modelo Sociocomunitario
Productivo

Los materiales educativos han sido una herramienta de singular valor para promover
los aprendizajes en la escuela. La escuela tradicional, por ejemplo, ha utilizado la
pizarra como el material educativo más importante, porque en ella se reflejaba el
conocimiento de la o el maestro. Todos los docentes conocemos el valor de la pizarra
en los procesos de aprendizaje, particularmente cuando ella es utilizada
adecuadamente, porque sirve para darle orden a los contenidos que se presentan,
para graficarlos o ilustrarlos, para establecer la importancia de una palabra o un
concepto, para establecer relaciones entre palabras, conceptos, ideas.

Esas “ayudas” visuales permiten a las y los estudiantes procesar cognitivamente los
conocimientos que se presentan, posibilitando la retención de lo importante no solo a
través de la escucha sino también de otro sentido como la vista. El desarrollo
posterior de los materiales educativos ha ido incluyendo otros sentidos como el tacto
y hasta el olfato, por ejemplo, en la propuesta de los materiales educativos de la
escuela montessoriana.

Sin embargo, es notable que esos materiales educativos tradicionales y algunos


también recientes, generalmente se hayan cerrado a la autoreferencia de la escuela.
En otras palabras, han servido para aprender los contenidos cognitivos sólo dentro de
la escuela y sólo trabajando lo que la escuela proponía.

Vale la pena recordar que en la escuela tradicional el material educativo ha estado


altamente vinculado sólo al desarrollo de los contenidos presentados por el docente.
Por su parte, en la escuela constructivista los materiales educativos han estado
vinculados a la competencia educativa, donde el interés central giraba en torno
suscitar en las y los estudiantes cierto tipo de conocimiento. Sin embargo, en un caso
y en otro los materiales eran preparados por los docentes (para transmitir o para
suscitar conocimiento) pero sobre todo estaban restringidos a la referencia
autoreferencial de la escuela. El material educativo era un medio que permitía
conocimientos que se validaban solo en los espacios acotados de lo estrictamente
escolar.

Aquí se establece una diferencia fundamental en el tratamiento de los materiales


educativos, desde el modelo educativo sociocomunitario productivo. Nuestro modelo
no pretende encerrar a la educación en la escuela sino abrir un continuo de la misma
con los procesos de vida de las diversas comunidades. Esta apertura de la educación
a la vida tiene consecuencias completamente prácticas en cuestiones operativas
como el uso y producción de materiales educativos. Los mismos ya no se pueden
circunscribir sólo al aula, a partir de una virtualidad o simulación o analogía de un
proceso real, sino que deben ser capaces de trabajar con materiales que permitan
articular la utilidad para la vida de esos materiales. Sin embargo, esta nueva
exigencia no significa que los otros materiales educativos conocidos deban dejar de
ser utilizados. Otra vez de lo que se trata más bien es de buscar la
complementariedad, entre eso que se usaba con lo nuevo por producir que nos está
demandando el modelo.

Es fundamental también entender que la novedad no reside tanto en producir


siempre algo nuevo, sino en cómo los maestros pueden usar de un modo distinto,
con otro enfoque, cosas ya conocidas. Es decir, plantear un uso crítico, reflexivo,
resignificador, integral, productivo de los materiales educativos según las nuevas
exigencias del modelo. Incluso con elementos tradicionales se puede trabajar así de
un modo más integral.

Podemos resumir lo mencionado en el siguiente cuadro:

Cuadro 3

Tipo de maestro Rol del Planificación Sentido del Intencionalidad del


maestro Material uso de los
educativo materiales
Maestro tradicional Centro En función del Aprendizaje de Cognitivo
objetivo contenidos
escolares
Maestro Mediador En función a la Aprendizaje de Uso eficientista y
Constructivista competencia. contenidos centrado en los
interrelacionados materiales
escolares
Maestro Transformado En función del Aprendizaje Uso transformador en
Sociocomunitario r en Objetivo Holístico. integral para la función de los valores
comunidad vida. del modelo

Es importante remarcar que en la nueva visión del modelo existe la necesidad de


descentralizar el proceso educativo de la o el maestro, ya que se piensa una nueva
función de los materiales educativos, los que además de ser producidos por él son
producidos por los propios estudiantes e incluso por la comunidad más amplia.

Los materiales educativos son muy diversos, tanto así que cualquier objeto podría
trabajarse como un material educativo. Lo importante por ello es la función que le
damos al usar o elaborar un material educativo cualquiera. Hay varias funciones que
le podemos dar a los materiales, desde una función de analogía, hasta una función
de producción de conocimiento o incluso de utilidad para la vida. Estas son funciones
que cualquier material puede cumplir, no son inherentes a ningún material aunque
hay algunos que tienen un énfasis muy marcado en alguna función. Hay por tanto
formas de usar más acríticas y trasmisivas, y otras más integrales, dialógicas y
transformadoras. De lo que se trata es de potenciar un uso de los materiales o una
elaboración de materiales, cualesquiera sea, que permitan desplegar las propiedades
más integrales y transformadoras.

En este sentido, podemos diferenciar tres tipos de funciones de los materiales


educativos: la función de analogía (cuyo énfasis estaba dado en el contenido a
trabajarse en el aula), la función de producción de conocimientos (que también se
trabajan en el aula pero a partir de problemas) y la función de uso en la vida
cotidiana (que se dan en la articulación de la utilidad para los propios procesos de la
vida).

1.2. Funciones de los materiales educativos

1.2.1. Función de analogía

Entendemos por carácter analógico la capacidad de los materiales educativos para


“ayudar” a los procesos cognitivos a comprender o asimilar un conocimiento
generando una ejemplificación o simulación concreta (visual, auditiva u otra) de
conocimientos complejos. Así, los materiales educativos que sólo trabajaban esta
función, han sido sobre todo analogías de esos conocimientos plasmados de manera
concreta para motivar y atraer la atención de los sentidos, mejorando las relaciones
cognitivas que permiten la comprensión de ese conocimiento. Estos materiales
hechos en función analógica generalmente han sido producidos por los docentes,
para “a propósito” construir una experiencia educativa, cuya base de aprendizaje sea
propiamente el material educativo.

Un ejemplo de este tipo de materiales son los animales de varilla, donde cada
estudiante elabora el animal que más le gusta con papel de colores que coloca en
una varilla. Con los mismos se busca que los niños expresen los sentimientos de los
animales y a partir de ello puedan expresar sus propios sentimientos.

Los materiales educativos que cumplen sobre todo una función analógica no deben
ser desechados. De lo que se trata es de aclarar la función que tienen, para a partir
de ello ser conscientes de las limitaciones y posibilidades que tienen, y de su
pertinencia según la intencionalidad política de transformación de la educación que
perseguimos. Es evidente que este tipo de materiales educativos permite trabajar a
partir de contenidos cognitivos. De hecho, su objetivo es hacer más asequible el
contenido cognitivo, presentándolo a partir de algún soporte visual, sonoro o de otro
tipo. La pregunta es si es suficiente con utilizar estos materiales educativos,
entendiendo el enfoque comunitario, productivo, descolonizador, integral y holístico
del modelo. Si lo que buscamos es una formación integral y holística habría que
considerar cómo desarrollar otro tipo de materiales que cumplan una función más
amplia, más integral.

1.2.2. Función de producción de conocimientos

Existen otra serie de materiales que pueden usarse con relación ya no solamente a
los contenidos educativos sino a la producción de conocimientos, es decir, a
establecer procesos que permitan, a propósito del proceso de aprendizaje, producir
instrumentos que desarrollen conocimientos. Este tipo de materiales educativos
plantea un grado más complejo, en el sentido de que no sólo se trata de generar un
objeto analógico, sino producir algo que permita desarrollar conocimiento al
producirlo.

Por ejemplo, a través del desarrollo de materiales o herramientas tecnológicos o


experimentos que nos permitan hacer descubrimientos. Estos materiales o
herramientas son en sí mismos un proceso de aprendizaje que sirve tanto para
comprender los contenidos educativos como para su uso en la resolución de
problemas de la vida cotidiana. Llamaremos entonces a esta función de algunos
materiales educativos, de producción de conocimientos. No se trata de elaborar un
material como un “apoyo” que cumple una función estrictamente didáctica y no tiene
otra utilidad, sino de elaborar un material para resolver creativamente con las y los
estudiantes algún problema. Es importante destacar que esta función surge sobre
todo en cuanto existe una respuesta a una situación problemática (abierta y no
cerrada) de lo que queremos trabajar.

1.2.3. Función de uso para la vida cotidiana

Finalmente, podemos establecer un tercer tipo de materiales educativos que parten


del cuestionamiento de la autoreferencialidad de la escuela. En la escuela ayllu de
Warisata se daba un fenómeno que puede ayudarnos a pensar los materiales
educativos, sin restringirlos solo al valor de la dinámica escolar. Los materiales
educativos que se empleaban en realidad eran instrumentos creados para satisfacer
las necesidades de reproducción de la vida, así la plomada, la picota, la escuadra,
que eran herramientas en manos de la o el maestro y estudiantes para construir las
aulas de la escuela ayllu, se convertían en el proceso y luego de la faena en
materiales educativos, porque ayudan a establecer los conocimientos propios de la
matemática y la geometría.

Esto nos indica que cualquier instrumento, herramienta o material puede convertirse
en material educativo, solo se trata, en ese sentido, de resignificarlos en términos
pedagógicos. Los objetos personales de las y los estudiantes, las películas que ven, la
música que escuchan pueden ser valiosos materiales educativos, pero para cumplir
esta función deben estar establecidos en una estrategia educativa. Llamaremos a
este tipo materiales de la vida cotidiana, que cumplen una función pedagógica, pero
que no han sido creados con el propósito de cumplir esa función.

Por ejemplo, cuando se siembra, cosecha y empaqueta plantas medicinales que se va


a consumir, las herramientas utilizadas, la tierra, gajos, plantas, sobres, se
constituyen en materiales educativos que adquieren un sentido útil y no están
separados de la vida.

Se trata pues de hacer el esfuerzo de hacer cosas y procesos útiles, como productos
que se hacen en la vida y no solamente para una lección, que en su realización
asumen el carácter de materiales educativos. Aprender haciendo cosas para vivir y no
hacer cosas sólo para aprender.

Esto será una manera de articular la vida misma a la escuela. Por un lado hay un
fuerte sentido pedagógico, porque el “descubrimiento” de estos materiales en su
marco de despliegue social nos provocará la posibilidad de una mayor cercanía con lo
aprendido; por otro lado, y lo más importante, nos podrán servir para establecer un
continuo entre la vida cotidiana y la escuela intentando romper la separación que
hasta ahora las caracteriza.

Para resumir esta parte podemos mencionar un ejemplo de otro tipo. Los niños en los
centros infantiles juegan con juegos educativos, con los cuales pueden aprender los
colores u otras cosas. Eso es lo que consideramos materiales educativos en función
de analogía. También pueden jugar en los propios centros infantiles con cosas de la
vida cotidiana como utensilios para la comida, preparando comida que van a comer
(hacer una ensalada de fruta), y de ese modo también aprenden pero ya a partir de
la producción de conocimiento para resolver un problema. A eso le consideramos
materiales educativos en función de producción de conocimiento. En nuestros
pueblos indígenas, los niños tienen sus propias herramientas y ayudan a sus padres
en tareas apropiadas para su edad en la agricultura, la cocina u otra esfera,
desarrollando este trabajo no como una obligación sino primero como un juego, lo
que es también un proceso educativo. Eso es lo que consideramos como materiales
educativos en función de su uso en la vida.

1.3. Los materiales educativos en la formación integral y holística

Como se ha mencionado los materiales educativos han tenido una función


tradicionalmente auxiliar de la retención en la memoria de los contenidos cognitivos.
Por tanto, se puede decir que los materiales educativos servían para trabajar lo que
nosotros denominamos saber y hacer pero no para trabajar el ser y el decidir. La
pregunta es si se puede trabajar integralmente las cuatro dimensiones a partir de los
materiales educativos conocidos (la enorme mayoría de tipo analógico). Esto es muy
dificultoso, a menos que se convierta al ser en una reflexión de lo positivo o negativo
de determinados conocimientos o prácticas (por ejemplo, si está bien o no tirar pilas
a la basura en un objetivo que busca trabajar el respeto de la naturaleza). Pero esta
es una manera cognitiva de trabajar la dimensión del ser, y no cómo se plantea en el
currículo trabajarlo en la experiencia de los valores, no primero en la reflexión de los
valores.

La dimensión del ser implica los valores orientadores de los conocimientos y


capacidades que se desarrolla como saber y hacer. En todas las prácticas educativas
se trabajan valores de modo implícito. Cuando se aprende cualquier saber, se
aprende también ciertos valores. En la escuela moderna generalmente el valor que se
aprende sin darse cuenta es la competitividad, lo que refuerza el individualismo. Esos
valores se han naturalizado y ni el propio maestro generalmente es consiente que
refuerza esos valores. Los planificadores del constructivismo sí sabían que querían
reforzar el valor capitalista de la competitividad y las herramientas metodológicas que
elaboraron ya tenían incorporado como lógica el reforzamiento de ese valor de un
modo implícito. Los valores no se pueden trabajar explícitamente en el proceso
educativo, porque si así ocurre carecen de todo sentido educativo, al derivar en
simples principios moralizadores que nadie cumple. La efectividad del reforzamiento
de valores se da en cuánto estos se naturalizan y se viven como relaciones que son
así.

Lo que hemos señalado tiene una consecuencia metodológica concreta: cuando


hablamos de trabajar la dimensión del ser no podemos dejarla en la pura reflexión de
los conocimientos y las actividades, sino que debe llevárselo a la vivencia, a la
experiencia de los valores sociocomunitarios antes que a la reflexión, es decir, que de
cierto modo debe naturalizárselos, volverlos implícitos en el desarrollo del saber y el
hacer. Por ejemplo, realizar un experimento a partir de prácticas solidarias que el
maestro ha planificado fortalecer en trabajos grupales, pero sin caer en la reflexión
moralizante de lo que está bien o está mal, sino de un modo completamente
implícito, haciendo vivir experiencias de cooperación y ayuda mutua; haciendo vivir
situaciones en las que las y los estudiantes se dan cuenta, desde la experiencia, de lo
satisfactorio o útil que es trabajar en solidaridad. Esto es completamente distinto de
sólo desarrollar el contenido como saber y hacer, diciendo cada tanto “tienen que ser
solidarios” “tienen que ser responsables”. Eso es sermonear en el peor sentido de la
palabra, pero no educar en valores. El maestro, por tanto, es el encargado de
planificar el modo por el cual va a hacer vivir a las y los estudiantes la práctica de los
valores en el desarrollo del saber y el hacer. Y la realización de esa planificación, al
respecto del ser, debe ser lo más naturalizada, implícita, silenciosa, invisible posible,
para que se viva con autenticidad. Lo más implícito posible es el la práctica honesta
(no la simulación hipócrita) de los valores en la vida cotidiana, por ejemplo, compartir
espontáneamente (sin haberlo premeditado) el material con alguien que no lo tiene.

Cuando hablamos de materiales educativos, no podríamos decir entonces que haya


alguno que trabaja el ser de modo incorporado al material, como un bingo del ser,
porque ello estaría trabajando el ser de modo cognitivo, es decir cómo saber. Sino
que en la planificación debería estar claro cómo se va a hacer vivir a las y los
estudiantes la experiencia de los valores definidos en el objetivo holístico en el uso y
elaboración de tal material educativo (sea cual sea la función que cumpla el
material).

Por tanto, para trabajar las dimensiones del ser y del decidir (no al margen sino
siempre en relación con el saber y el hacer) en relación a la elaboración o uso de
materiales educativos, es preciso precisar en las orientaciones metodológicas las
actividades, como la modalidad de trabajo, individual o grupal, que permitirán
desarrollar un uso con valores, en la práctica, y una reflexión sobre la utilidad del
material para la vida.

Por ejemplo, se puede plantear las siguientes precisiones metodológicas para el caso
de la elaboración con las y los estudiantes de un material educativo como la
modelización de átomos, en el campo Vida tierra territorio:

 El maestro organiza grupos asignando la elaboración del material que presente


diferencias entre los grupos que puedan ser luego motivo de intercambio.
 Organización interna de grupos
 Distribución de tareas para la elaboración del material
 Obtiene de insumos para la elaboración de materiales (respecto al
modo de obtener y luego complementar los insumos para el material se
generará experiencias de cooperación).
 División interna del trabajo para la elaboración del material (se puede
trabajar el valor de la equidad de género)
 Elaboración del material (puede ser dentro y/o fuera del aula
dependiendo del contexto)
 Presentación del material
 Interrelación de los grupos
 Intercambio de materiales educativos (reciprocidad) sin fomentar una
competencia negativa.
 Valoración de la utilidad del material elaborado a partir de su pertinencia para
la vida (DECIDIR).

Del mismo modo se puede pensar precisiones metodológicas que permitan el trabajo
de los valores desde la práctica para otros casos. Lo anterior muestra un ejemplo de
ciencias naturales donde existe, junto a otras áreas, un mayor predominio del saber y
del hacer, y hay que articular el ser y el decidir en esas condiciones. En cambio, en
otros campos, como Cosmos y pensamiento y Comunidad y sociedad, la situación es
inversa, y son predominantes el ser y el decidir, y hay que articular el saber y el
hacer.

1.4. Materiales educativos y momentos metodológicos

Es fundamental articular los materiales educativos a los momentos metodológicos de


la práctica, teoría, valoración y producción.

La articulación de esos momentos se da mediante la estrategia metodológica u


orientaciones metodológicas que nos permitirá producir o usar materiales educativos
de distintos tipos. Es necesario recalcar que los materiales educativos, su producción,
su resignificación y su uso, dependen de la estrategia metodológica que articula los
momentos metodológicos, de allí que es importante articular, bajo una lógica
educativa, los momentos de práctica, teoría, valoración y producción.

En ese sentido, se deberá considerar el tipo de materiales educativos más apropiado


para trabajar los cuatro momentos metodológicos. Hay que ser consciente que el uso
de ciertos materiales educativos puede tener bastantes condicionamientos para
trabajar algunos momentos metodológicos. Por eso, es importante reflexionar sobre
las limitaciones y posibilidades del uso que le podemos dar a algún material en
específico más conveniente en unos momentos metodológicos que en otros. Por
ejemplo, los materiales educativos que cumplen una función fundamentalmente
analógica van a ser muy difíciles de ser usados en el momento de producción.
Cuadro 4

Función predominante Finalidad


Analógica Trasmisión de contenido
Producción de conocimiento Problematización, resignificación y desarrollo de
conocimiento
Materiales de la propia vida Utilidad para la vida

1.5. Elaboración (produccion) y uso de materiales educativos

Hay que diferenciar tres niveles en la elaboración y uso de materiales educativos.


Uno es la elaboración de materiales educativos por parte de los maestros, otro es el
nivel de elaboración de materiales con las y los estudiantes con la guía del maestro,
un tercer nivel es el uso de parte de las y los estudiantes de los materiales
educativos.

El primer nivel es muy importante porque de hecho la mayoría de los maestros no


trabaja con materiales educativos o los pide como si éstos hubieran de dotarse,
cuando de lo que se trata es de elaborar creativamente nuestros propios materiales
educativos. Para ello, habrán de seguirse las propias pautas que se han pensando
para las y los estudiantes, es decir, elaborar los materiales de un modo comunitario,
cooperativo, complementario entre maestros. Se trata no de enfatizar la elaboración
de materiales por parte de los maestros de manera individual, en muchos casos
repitiendo esfuerzos que podrían efectivizarse en un trabajo complementario, sino
más bien trabajar cooperativamente, incluso con la posibilidad de intercambio y/o
préstamo de materiales.

Por otro lado, hay una especificidad muy importante a tomar en cuenta cuando los
materiales educativos son elaborados con la participación de las y los estudiantes. En
este caso, hay que pensar la mejor manera para desarrollar la actividad dando lugar
al trabajo cooperativo u otras formas de trabajo que trabajen valores. En este tipo de
materiales una posibilidad es trabajar a partir de un problema o necesidad que en la
elaboración del material se intenta resolver. Por ejemplo, frente al problema de la
basura y la dificultad de reciclarla cuando está mezclada se puede planificar elaborar
con las y los estudiantes recipientes para desechar la basura según su tipo. Es en
este tipo de materiales donde es más posible trabajar el material en su función de
producción de conocimientos. No hay que olvidar que si bien las y los estudiantes
aquí cumplen un papel protagónico y más creativo ello se da con la guía, y la
planificación previa, del maestro.
Finalmente, hablamos del uso de materiales educativos por parte de las y los
estudiantes. Es este escenario el más recurrente. El maestro trae un material de
algún tipo al aula y los estudiantes lo utilizan. Por ejemplo, una balanza para trabajar
el concepto de peso. Tiene que estar muy claro en las orientaciones metodológicas
cómo las y los estudiantes van a usar esos materiales, individual o grupalmente,
competitiva o cooperativamente, porque es en esas interrelaciones donde se va a
poder practicar los valores que queremos trabajar en el objetivo holístico. De igual
modo, tiene que estar explícito qué actividad se realizará para reflexionar y si es
posible poner en práctica la utilidad del material para la vida concreta de las y los
estudiantes (es decir, el decidir). Hay que hacer notar que aunque se usen materiales
educativos de analogía, siendo ellos los más tradicionales, igualmente es posible
trabajarlos desde una visión integral, en cuanto la formación no se reduce a lo
cognitivo, sino que se despliega articulando la práctica de valores.

1.6. Algunos criterios en la elaboración de materiales educativos

Se puede considerar como orientaciones generales para la elaboración, uso y


producción de materiales educativos los siguientes elementos:

1. Los materiales educativos a elaborarse o usarse deben estar articulados


coherentemente a la estrategia metodológica y los otros componentes del plan de
desarrollo curricular.

2. Se debe seleccionar los materiales educativos o las cosas a usarse que tendrán
carácter de materiales educativos, de acuerdo a su pertinencia con los momentos
metodológicos.

3. La selección de materiales educativos a trabajarse se guiará por aquellas cosas,


herramientas y procesos que tienen una utilidad que se pueda desplegar en la
vida cotidiana o que pueden ayudar a desarrollar conocimientos, y solo en casos
especiales se optará por los que cumplen una función solo de analogía.

4. La elaboración y uso de los materiales educativos se puede realizar de manera


individual y comunitaria. En el modelo se enfatiza la elaboración y uso comunitario
y cooperativo de materiales educativos donde participan la y el maestro, las y los
estudiantes y en algunos caso miembros de la comunidad/barrio/entorno. En la
elaboración de materiales de producción, por ejemplo, se puede pedir la
colaboración de padres o madres de familia cuyos oficios estén relacionados con el
material que quiere producirse como mecánicos, carpinteros, electricistas,
albañiles, y otros, logrando así articular la dinámica laboral del contexto a la
producción de conocimiento en la escuela.

5. Debe aclararse bien cuál es el objetivo, la intencionalidad, el sentido que tenemos


para usar o elaborar determinado material educativo. ¿Qué es lo que los niños/as
o jóvenes aprenderán con ese material?
Lectura complementaria

Materiales “educativos” que no educan, materiales “no educativos” que


educan

Kaplún, Gabriel, Materiales “educativos” que no educan, materiales “no educativos”


que educan, Revista La Piragua, Nº 12-13, CEAAL, Santiago de Chile.

¿Qué es y para qué sirve un material educativo? ¿Quiénes y cómo lo producen? Muy
variadas son las respuestas que hemos dado los educadores populares, los
comunicadores, quienes trabajan en educación a distancia o en educación de adultos
en general. Buena parte de estas respuestas deben leerse en los propios materiales y
en la política de su producción y uso.
A falta de una investigación que abarque representativamente el conjunto ofrecemos
aquí reflexiones a partir de nuestra experiencia y las de otros. Una mirada crítica que
en gran medida debe ser entendida como autocrítica. Algunas propuestas y muchas
dudas, fundamentalmente –pero no exclusivamente- desde y hacia la comunicación y
la educación popular.

¿Qué es un material educativo?


Una cartilla sobre uso de plaguicidas,
Un programa radial de alfabetización,
Un casete de video con registros de actividades de un sindicato,
Un video – clip con una canción de moda,
Un cuento de García Márquez...
¿Son materiales educativos?
¿Todos? ¿Algunos? ¿Cuáles? “Bueno, depende...”
¿Depende de qué? Por ejemplo podría ser que...

La cartilla sobre plaguicidas expone ordenadamente los amplios conocimientos de un


agrónomo, un químico y un médico. Con la cartilla pronto esperaban poder organizar
cursos con trabajadores rurales pero los terratenientes no querían ni oír hablar del
asunto y los pocos trabajadores sindicalizados escuchaban con escepticismo: las
infinitas precauciones a tomar en el manejo de plaguicidas les sonaban más propias
de un astronauta que de un jornalero que trabaja de sol a sol en las condiciones que
puede, y cuando consigue trabajo.
El casete de video era uno más de los tantos que el sindicato solía grabar con sus
actividades. Ya llenaban tres estantes, siempre con la idea de que “Algún día vamos a
hacer una película con nuestra historia”. Ese día nunca llegaba, pero una vez, en un
taller de comunicación volvieron a ver parte de una asamblea y resultó muy útil para
analizar cómo se da la comunicación dentro del sindicato.
- El programa radial alfabetizador estaba casi muerto. como tantas “radios
educativas” en América Latina tenía infinitamente más escuchas en sus espacios “no
educativos” que en sus espacios “educativos”.
- La canción era muy criticada por los grupos feministas por su machismo pero ni
ellas mismas podían escapar de su música pegadiza. Por eso decidieron hacer aquél
videoclip donde simplemente la canción se oía y la imagen mostraba lo que la letra
decía. El que veía aquello empezaba a pensar. En la canción, en el machismo, en las
relaciones entre hombres y mujeres…
- El cuento de García Márquez es uno más de los que Sarah Hirschman, María del
Carmen Feijoó y muchos otros han leído a hispanos de New Jersey o villeros “de
Buenos Aires”, en la fascinante experiencia de “Gente y cuentos” con “la convicción
compartida con otros programas de educación popular de que uno puede apelar a los
conocimientos acumulados por la gente durante la vida e integrar ese pasado con
nuevos materiales y situaciones. Lo que puede parecer más sorprendente es la
afirmación de que las obras literarias tienen una capacidad muy especial para
desarrollar y organizar esos conocimientos” (Feijoó y Hirschman, 1989: 13).
Como se ve, las respuestas no son sencillas. Un primer problema para marcar límites
es que materiales con una intencionalidad explícitamente educativa por parte de sus
autores pueden no generar ningún proceso educativo. Y viceversa, en un contexto
educativo, algunos materiales adquieren “inesperadamente” esa función.
Tal vez los autores de la cartilla no supieron darle a su material una forma
pedagógico-comunicacional que pudiera llegar adecuadamente a sus destinatarios
pero más importante que eso, tal vez no los conocían demasiado, ni meditaron sobre
el proceso educativo que querían generar, ni sobre las condiciones sociales,
económicas y organizativas en que estos procesos deberían desarrollarse.
Por su parte los promotores del programa radial se empezaban a cuestionar un
camino que buena parte de la educación a distancia ya había desandado en América
latina. Revalorizando la importancia de combinar las acciones educativas no
presenciales con las presenciales la importancia de la interacción grupal en todo
proceso de construcción de conocimiento. Comprendiendo además que una radio no
es una escuela, que un medio de audiencia abierta no es un aula.

¿Abrir algunos “espacios educativos” en los medios masivos e intentar abordar el


conjunto de los medios como un “todo educativo”? tal vez un buen radiodrama, un
programa musical o un informativo comunitario tienen una fuerza educativa mucho
más importante que una clase radial, constituyéndose en “prácticas de una educación
no anunciada”. (Kaplún, 1992). Una educación “informal” se dirá, pero tal vez
precisamente es de esa educación de la vida cotidiana que la educación escolarizada
o escolarizante tiene más necesidad de aprender (Calvo, 1993).
Claro que estas posturas pueden venir –aún sin intención- a reforzar el populismo
pedagógico en que parece haber caído parte importante de la educación popular
latinoamericana: una educación que se despreocupa de atender las necesidades
concretas del conocimiento de la gente. Una educación que se niega a educar, en el
sentido de “proceso intencionado” del término (Torres, 1988).
No pretendemos aquí dirimir y profundizar en esta discusión que seguramente tiene
además amplio espacio en otras páginas de este número de “La Piragua”. Partamos
en principio, de la definición de que un material educativo es el ofrecimiento, a través
de un objeto concreto, de una experiencia vicaria, es decir mediada, para el
aprendizaje2. Agreguemos provisoriamente que hay materiales educativos
“propiamente tales” (intencionada y explícitamente educativos), materiales
educativos “no anunciados” (donde esta explicitación no se realiza), y materiales
educativos “inesperados” (donde la intención educativa no está en quien los produjo
sino en quien lo utiliza). Y aunque aquí nos referiremos fundamentalmente al primer
tipo de material, la frontera entre unos y otros son muchas veces difusas.
Pero además, como esperamos se podrá ver en adelante, creemos que quienes
producen materiales “propiamente educativos” deberían aprender mucho de los “no
anunciados” y los “inesperados”, de sus formas de producción, circulación y uso, de
sus características comunicacionales.

2. ¿Para qué hacer materiales?


Empecemos por el sentido más (aparentemente) banal de la pregunta. Es decir:
¿para qué hacer otro material? ¿No hay acaso ya suficientes materiales sobre ese
asunto que nos interesa abordar?
¿Cuánto material ya existente desperdiciamos por nuestra despreocupación en la
búsqueda previa? ¿Cuántas veces volvemos a hacer un material que luego
descubrimos (o que nunca descubrimos) que se parece mucho a otros que ya
existían? Es cierto que muchos tienen una circulación sumamente limitada que hace
difícil encontrarlos, o que de todos modos requiere una reimpresión. El intercambio y
circulación de materiales entre las instituciones que trabajan en educación de adultos
en Latinoamérica (y en el mundo) sigue siendo escaso. La comunicación informática
que prometía venir a solucionar estos problemas aún no ha sido capaz de ello y/o no
hemos sabido utilizarla adecuadamente.
Se podrá decir –con razón- que un buen material educativo suele tener una
contextualización local y temporal precisa. Y que esto hace que muchos materiales ya
existentes no sirvan para otros contextos. Pero vale recordar también que muchas
veces el esfuerzo de contextualización puede ser hecho por los propios participantes
del proceso educativo que queremos generar. Este esfuerzo pude ser además
sumamente enriquecedor, sumamente pedagógico.
Precisamente sobre esto nos advierte la experiencia ya mencionada de “Gente y
cuentos” y de paso nos trae de nuevo la pregunta pero con otra forma: ¿precisamos
realmente un material (intencionadamente) educativo? ¿Algunos de aquellos
“inesperados” no nos servirán tanto o más si sabemos utilizarlos? “Un cuento hecho a
medida apunta hacia una temática y, en general, tiene una moraleja. Por lo tanto, el
autor de tales historias debe haber definido de antemano sobre qué problemas se
dispone a escribir. Por el contrario, a menudo, los temas más ocultos y sentidos se
despliegan en el curso de un diálogo serpenteante. Estos diálogos son justamente los
que generaron los cuentos literarios, poéticos…“(Feijoó y Hirschman, 1989: 23). Claro
que seleccionarlos no fue fácil, los criterios para esta selección se fueron probando y
ajustando. Entre ellos justamente uno fue el de evitar que los cuentos fueran
demasiado “didácticos”. En palabras de Carlos Calvo (1990: 66) “desde hace bastante
tiempo encuentro muchas más sugerencias educacionales en la literatura que en la
literatura técnica”. Lo decía también hace poco la maestra de mi hija menor: “Con el
texto se aburren en seguida y no leen. Por eso prefiero usar libros comunes,
cuentos…”
Elaborar buenos criterios e instrumentos para buscar seleccionar, utilizar o adaptar
materiales ya existentes parece ser tan importante como elaborar buenos criterios
para producir nuevos materiales3.
Un tercer sentido posible en nuestra pregunta sería: ¿necesitamos realmente un
material educativo? La vieja moda de la “tecnología educativa” que hace unas
décadas invadió el continente incumplió sus promesas de democratizar la educación y
nos ha dejado enormes cementerios tecnológicos / educativos. Pero nunca pasó de
moda. Una tecnología que pocas veces resultó “realmente apropiada” y que
subvaloró la importancia de la comunicación más simple (¿o más difícil?). La
comunicación interpersonal4. Utilizada con un mero sentido instrumentalista, como
“ayudas audiovisuales” no pasó de un gesto modernizador más hacia fuera que hacia
adentro de los sistemas educativos, cambiando su fachada pero no los procesos
pedagógicos, “amenizando” pero no deteniendo el deterioro de la relación escolar
(Martín Barbero: 1993).
La situación extrema de quien hace materiales fundamentalmente porque compró los
equipos para hacerlos y necesita (auto) justificar esa compra, lamentablemente no es
poco frecuente. Muchas veces también los materiales quedan por la mitad o menos
(como los incontables registros de videos sin editar) porque no se cuenta con toda la
tecnología necesaria, con el dinero para contratarlo y /o con el tiempo y los Materials
humanos capaces para utilizarlos. En esas condiciones a veces termina saliendo un
material de muy difícil utilización y duda utilidad: tres horas de video charla, por
ejemplo. Materiales que no cumplen con una función clara en un proceso pedagógico.
Materiales que no logran subsanar la carencia de buenos educadores y procesos
educativos de calidad con o sin “materiales”.
Y aquí viene el cuarto sentido posible de la pregunta: ¿para qué necesitamos esos
materiales educativos? ¿Basta con decir que el tema es importante para aquellos a
quienes va dirigido? ¿Cuáles son los procesos educativos en los que se insertarán o
que pretendemos generar a partir del material? ¿Qué requieren y qué podemos
esperar realmente de esos procesos? Por ejemplo: es importante ayudar a los
jóvenes de sectores populares de difícil inserción laboral. Un material sobre el tema
puede ser necesario y útil. ¿Pero podrán utilizarlo realmente? ¿Leerán por ejemplo un
material impreso por si solos? ¿O deberá haber educadores que lo utilicen con ellos?
Y si estas acciones no se acompañan de políticas de empleo juvenil, ¿tendrán alguna
incidencia en el problema central que se pretendía enfrentar?
Claro que estas preguntas pueden conducirnos a una peligrosa parálisis educativa
que también debemos evitar. De hecho, una cierta dosis de voluntarismo y optimismo
educativo será no sólo evitable sino probablemente imprescindible. Pero al menos
debemos asumirlos consientes de sus limitaciones (Tudesco: 1998). Y también de sus
potencialidades.
Formulemos entonces nuevamente nuestra pregunta de otro modo: ¿Será un
instrumento para informar sobre el tema, como para motivar una discusión o una
reflexión, para organizar un proceso de aprendizaje? ¿Será utilizado en contextos
explícitamente educativos o en situaciones educativas abiertas, informales? ¿En
forma grupal o individual? ¿Será autosuficiente o requerirá de la presencia de un
educador?6 Por supuesto que todas las combinaciones son posibles: un material
puede cumplir muchas funciones a la vez y ser suficientemente sensible para ser
utilizado en varios contextos y de varias maneras posibles. Pero imaginarlos y
preverlos ayudará mucho en el momento de producir el material. Sin desconocer que
muchas veces nuestro material también tendrá cursos inesperados, no previstos
inicialmente.
Muchos buenos materiales surgen como respuesta y sobre todo a partir e contextos
educativos muy precisos. Por ejemplo de un grupo de educadores que después de un
tiempo de trabajar con jóvenes y adultos en torno a una temática, se deciden a
“juntar” y dar una nueva forma a un conjunto de pequeños materiales que han sido
probados y han demostrado su utilidad. Pero también es cierto que a veces parecen
olvidar que otros podrían utilizarlos en otros contextos, con otras formas y funciones,
si ellos los hubieran elaborado de un modo un poco más “universal” y flexible. Un
material tan acotado a un contexto y a requerimientos de uso tan precisos, tal vez no
merezca el esfuerzo de edición y difusión más o menos masivo. Es muy bueno poder
producir (o adaptar) los materiales educativos precisos que cada educador necesita
para las situaciones educativas precisas en las que trabaja. Pero también es cierto
que sería bueno que algunos materiales educativos fueran un poco menos
“underground”.
Muchos
6. problemas de los materiales educativos surgen del equipo productor y sobre todo, de su forma
de7.funcionamiento. Muchos especialistas no tienen capacidad educativa ni comunicacional. Muchos
educadores
8. o comunicadores asumen una actitud de “todólogos” y sin conocer verdaderamente a fondo
el tema en cuestión se largan a producir un material que aún sin errores serios conceptuales, caen en
9.
un simplismo abrumador y muy poco educativo.

3. ¿Quién / qué produce?


Nuevamente la pregunta admite más de un sentido. Por un lado está el tema de la
participación de los usuarios en al producción. Es decir: ¿el material va a ser
producido por “técnicos” o por la gente a quien está destinado? ¿O por ambos en qué
tipo de relación, con qué metodología de producción, con qué responsabilidades para
cada quién? (Es decir quién / es y cómo).
Los educadores populares latinoamericanos hemos insistido mucho y con razón en la
importancia de buscar metodologías de producción lo más participativas posible. Ha
sido un camino lleno de incertidumbres, dudas. Por un lado no hay duda sobre el
principio educativo comunicacional que lo respalda: comunicar es conocer. Quien
produce un material no sólo ni tanto transmite un conocimiento sino que lo organiza y
se apropia de él. “Potenciar emisores” (M. Kaplún: 1992) ha sido una dirección
fundamental desde lo comunicacional y desde lo pedagógico. Desde la inspiración en
C. Freinet y la prensa escolar hasta los concursos ecuatorianos sobre la “historia de mi
organización”, pasando por innumerables experiencias que apuntan en direcciones
similares. Pero también es cierto que más de una vez hemos tenido que reconocer
que no basta con abrir el micrófono para que la gente hable: que muchas veces la
gente habla larga y aburridamente al punto tal que ni los propios productores se
interesan por su producto (G. Kaplún: 1993a).
Es que muchas de estas experiencias subrayan el énfasis pedagógico que los
educadores populares latinoamericanos hemos puesto en los procesos educativos,
frente al énfasis en contenidos y productos de otras perspectivas pedagógicas y
comunicacionales. Y es cierto que u proceso de producción puede ser tan educativo
como el producto que surge de él. Pero “tan educativo como” no debería ser, desde
mi punto de vista, “mucho más educativo que” el producto. No parece una cuestión
menor que lo producido finalmente sea de una calidad que los propios destinatarios
no merecen y que contrasta por su pobreza con el ecosistema comunicacional en el
que se encuentran inmersos: un mundo en que los medios, sus lenguajes y sus
códigos forman parte de la vida cotidiana. O peor aún: que el producto nunca llegue
a ver la luz. “Es verdad que el aprendizaje es un proceso (…) Pero un proceso se
torna viable y palpable por sus resultados. Son los productos los que atestiguan los
resultados. (…) Proceso está inexorablemente asociado a producto, sin el cual
tampoco hay proceso (Pillar Grassi 993b: 57).
Frente a estos problemas parece insuficiente la sola incorporación de “lo técnico” en
el sentido de saber instrumental y manejo operativo de los medios, el problema
central sigue siendo educativo- comunicacional. ¿Y esto se resuelve con los técnicos?
El remedio puede ser por que la enfermedad si ellos no hacen un esfuerzo por
“prealimentar” su trabajo con los destinatarios, participen o no estos directamente en
la producción. El tipo de relación y el marco de trabajo común parecen también
claves. Un proyecto participativo puede también desvirtuar su carácter convirtiendo a
los participantes en meros ejecutores de las ideas de os técnicos. También puede
empobrecerse haciendo lo contrario, convirtiendo a los técnicos en meros ejecutores.
Y puede ser profundamente participativo encontrando un marco en el que ambos
puedan aportar lo suyo.
Bien, pero ¿cuáles técnicos? ¿Sólo especialistas “temáticos” (médicos o economistas
si de salud o economía se trata)? ¿Sólo educadores (ya que de educar se trata) en
consulta con los especialistas correspondientes? ¿Sólo comunicadores en consulta
con especialistas y/o educadores? ¿Especialistas en la producción de algún medio,
según de cuál se trate: videístas, diseñadores gráficos, etc.? Sí, tal vez, ¿pero
cómo?
Muchos problemas de los materiales educativos surgen del equipo productor y sobre
todo, de su forma de funcionamiento. Muchos especialistas no tienen capacidad
educativa ni comunicacional. Muchos educadores o comunicadores asumen una
actitud de “todólogos” y sin conocer verdaderamente a fondo el tema en cuestión se
largan a producir un material que aún sin errores serios conceptuales, caen en un
simplismo abrumador y muy poco educativo. Unos y otros frecuentemente no
manejan a fondo los lenguajes y los medios que quieren emplear.

Y aún podríamos preguntarnos ¿Qué es lo que hay en las bibliotecas de nuestras


instituciones? ¿Qué es lo que leemos de esas bibliotecas? ¿Con cuánta buena investigación
estamos en contacto habitualmente? ¿Con qué tipo de investigación? ¿Qué conocemos del
debate educativo actual?
10.
11.
12.
13.

Frecuentemente los intentos de armar equipos de producción que integren tantos


aspectos o los intentos de combinar equipos diversos, terminan en una especie de
burocratismo por yuxtaposición (Gutiérrez y Prieto 1991: 96) o carecen de una
“metodología de encargo adecuada” (Zuller 1980: 86). Unos le encargan a otros
parte de la tarea o cada uno hace su pare con resultados comunicacionales,
educativos, técnicos y temáticos pobres e incoherentes.

Un caso típico es el que vivimos los comunicadores a los que se nos encarga
“convertir” en producto comunicacional un texto elaborado por especialistas, con una
visión absolutamente instrumentalista de la comunicación. O los comunicadores que
encargamos a u dibujante que “ilustre” nuestros materiales “como le parezca” o por
el contrario, con las “ideas” que le pasamos detalladamente y ahogando toda su
creatividad. Es decir, sin trabajar juntos.
Pero trabajar juntos no es fácil. La interdisciplinaridad requiere de una apertura a los
otros difícil de construir. Para empezar de la propia: los educadores populares hemos
reconocido muchas veces nuestras debilidades teóricas, pero no siempre hemos
encarado un trabajo serio para superarlas.
De todos estos encuentros (y desencuentros) profesionales creemos que es central el
que se ha ido produciendo entre educadores y comunicadores, entre educación y
comunicación. Para el avance en ambos terrenos y en particular en la producción de
materiales parece hoy muy necesaria una comunicación educativa y una educación
comunicativa, que supere visiones instrumentalistas de la comunicación y
escolarizantes de la educación. Pero los desencuentros aún son muchos.
Ilustrativos de estos intentos de inter y transdisciplinariedad son las discusiones que
muchas instituciones de educación popular hemos tenido sobre la ubicación de los
comunicadores. ¿Equipos separados de comunicadores y educadores? ¿Equipos
mixtos? ¿Es posible construir una transdisciplinariedad educativo – comunicacional?
¿Y un economista - comunicador - educador? ¿O un médico - educomunicador? Las
respuestas son simples y difíciles, pero lo cierto es que quienes producen materiales
deben tener conciencia que trabajan en un cruce de caminos, en una compleja
interfase.
Pero más aún, deben recordar, y ahora para sí mismos, aquello de que comunicar es
conocer. Producir un material educativo es producir conocimiento sobre el tema y no
simplemente transmitir un conocimiento ya existente. No enseña quien no aprende.
No formulará buenas preguntas quien y sabe –o cree saber- todas las respuestas.
Finalmente el quién produce tiene muchas veces una fuerte relación con qué se
produce. Es cierto que la elección de un medio y un lenguaje determinados debe
partir siempre de una elección cuidadosa. Con razón se ha criticado por ejemplo el
“impreso – centrismo” en la producción de materiales de educación popular, o el uso
inadecuado de la radio para alfabetizar, o los que hacen videos porque es muy
“moderno” o sólo porque es lo que les gusta y saben hacer.
Pero no menos cierto es que si no se cuenta con los materiales y humanos (alguien
que le guste y sepa hacer y/o sea capaz de integrarse a un trabajo conjunto), los
resultados pueden ser desastrosos. Medios gráficos que desconocen el lenguaje
gráfico y yuxtaponen textos e ilustraciones, juegos educativos que no tienen nada de
lúdicos, videos que desconocen su lenguaje… en fin, discursos que no discurren, no
fluyen (Gutiérrez y Prieto, 1991: 61). Es preferible entonces que hagamos lo que
realmente sabemos hacer. Un buen programa educativo radial es antes que nada un
buen programa radial. Si sólo podemos hacer libros, hagámoslos pues. Será mejor un
buen libro que un mal video.
Y para eso no basta “saber apretar el botón de la videocámara, dibujar o escribir”.
“Todos estamos de acuerdo con la afirmación de que no todo sirve, pero al mismo
tiempo producimos de todo. Y cuando no obtenemos el resultado que imaginábamos
nos dan ganas de acusar a la burguesía y sobre todo a la TV de moldar la mentalidad
del pueblo, lo que por otra parte, a muchos de nosotros nos gustaría poder hacer”
(van Tilburg 1989: 78).
Y volvemos quién y cómo produce. Aquel sindicato que amontonaba videos también
producía algunos “materiales formativos”: básicamente charlas de especialistas que
nadie leía. Un día acordaron con un historiador -profesional y apasionadamente
especializado en la historia del movimiento sindical- hacer “algo” con su historia.
Talleres de discusión, entrevistas a “sobrevivientes” y una rigurosa búsqueda de
documental (en el sindicato, en las casas de la gente y también bibliografía y prensa
de la época). El producto: … un libro. No un video…”porque de video él no sabía y la
cosa se complicaba… Tal vez más adelante” un libro en el que todos se sintieron
reconocidos y autores “en cierto modo”, pero escrito por el historiador. Un libro
ávidamente leído por esos trabajadores que “nunca leen”, y por otros de otros
sindicatos.
Un libro además de con el personal “estilo” que todos reconocen a este historiador.
Claro, porque el estilo es casi siempre algo personal. Y quizás Oscar Wilde tenía un
poco de razón cuando decía que “la verdad es cuestión de estilo” reconozcamos que
la producción colectiva es difícil. No imposible, pero requiere condiciones que logren
que ésta sea algo muy diferente a la suma de aportes yuxtapuestos. Reconozcamos
finalmente que muchos de nuestros materiales educativos carecen totalmente de
estilo.
Cuando además el autor colectivo es una organización popular es difícil muchas veces
salir de un oficialismo triunfalista o bien de un intermedio consensual. Tratando de
conformar a todos o a algunos en particular matamos antes de nacer todo debate
posible. No basta saber apretar el botón. ¿Qué más entonces?
TEMA 2

2.1. Elaboración [() PRODUCC y uso de materiales y medios educativos

Como se ha planteado, es importante reflexionar sobre cómo utilizamos y la


función que le damos a los materiales educativos; no se trata de desechar los
materiales convencionales o tradicionales que se utilizan en el proceso de
enseñanza y aprendizaje; desde esta perspectiva en este tema presentamos tres
ejemplos (dos del 1° año de escolaridad de Secundaria Comunitaria Productiva y
uno de Primaria Comunitaria Vocacional), con intención de mostrar la elaboración
y uso de materiales educativos con pertinencia al modelo educativo
sociocomunitario productivo; esta intención se concretiza en relacionar el
material educativo con los elementos de la planificación curricular; es decir, la
elaboración y uso de estos materiales tienen que responder o vincularse al
objetivo holístico de manera que permita trabajar no solo las dimensiones del
Saber y Hacer únicamente sino, en su utilización también se desarrolle la
dimensión del Ser y Decidir en el sentido que se ha descrito en el tema 1 de esta
unidad de formación. Estas dos dimensiones (Ser y Decidir) estarán relacionados
a la metodología fundamentalmente, aunque no exclusivamente y el Saber y
Hacer a la elaboración y uso de los materiales educativos.
En los ejemplos puede advertirse también cómo el material educativo debe estar
articulado a los momentos metodológicos (práctica, teoría, valoración y
producción) a través de una serie de actividades planteadas en las orientaciones
metodológicas.
Es interesante observar el momento de la producción y el producto en el ejemplo
de ciencias naturales, cuando se arriba a la construcción de una tabla periódica
de los elementos de forma gráfica y textual en la que se puede advertir la
aplicación de los elementos químicos en la vida cotidiana. Este producto es
transformador en sentido que tradicionalmente hemos aprendido la tabla
periódica de forma abstracta sin conocer objetivamente el objeto o material al
cual representa cada símbolo de la tabla; sin embargo, a partir de este producto,
la y el estudiante puede identificar por ejemplo qué productos o alimentos
contienen hierro.
Del mismo modo el producto planteado de la elaboración de un mapa de Bolivia
en la que se identifican la presencia de elementos químicos en lugares
específicos; este último, por ejemplo permite que cada estudiante proponga un
elemento químico que conoce en su lugar o comunidad donde vive o de donde
procede; algunos estudiantes señalarán el mineral que existe en su región o su
pueblo y así se irá produciendo este conocimiento a partir de la realidad y
experiencia de las y los estudiantes.
Los tres ejemplos que se presentan a continuación no tienen intención de señalar
un modelo o receta a seguir en la elaboración y uso de materiales educativos,
representa –como se ha indicado- el intento de mostrar que los materiales no
deben limitarse a su función analógica sino orientarse a la producción de
conocimientos y al uso en la vida cotidiana. Esto es posible si comprendemos que
la escuela y la comunidad no son entidades aisladas sino entre éstas existe una
continuidad que permite trabajar a partir de la elaboración y uso de materiales
educativos relacionados con los problemas, necesidades e intereses de las y los
estudiantes como integrantes de la comunidad más amplia.

2.2. Presentación de ejemplos

PLAN DE DESARROLLO CURRICULAR (PLAN DE CLASE)

DATOS REFERENCIALES:
Campo: Cosmovisión y Pensamiento.
Área: Espiritualidad y Religiones.
Año de escolaridad:Primer año.
Nivel: Educación Secundaria Comunitaria Productiva.
Tiempo: 8 periodos.
OBJETIVO HOLÍSTICO:
Desarrollamos actitudes de respeto a las características culturales de la población del
contexto, a través del análisis de manifestaciones de discriminación y enajenación en la vida
cotidiana, indagando hechos y acciones relacionadas a este tipo de situaciones, para promover
la convivencia armónica en la familia y escuela.
Contenido y ejes articuladores:
RESPETO A LAS IDENTIDADES DE LA PLURINACIONALIDAD.
- Inequidad social en las relaciones comunitarias: discriminación cultural, social, racial y de
género.
- Tipo de interrelaciones en la comunidad. (Respeto, autovaloración, otros)
Orientaciones metodológicas Materiales/me Evaluación
dios
PRÁCTICA: Dos fichas de SER
Acopio de materiales: hojas de cartulina, diferente color. Aceptación a las
marcadores, hojas de colores y pegamento, diferencias culturales de
periódicos pasados, especialmente con Tabla de las y los demás.
fotografías que denoten discriminación. competencia.
Invitación a personas del contexto con SABER
experiencia sobre el tema. Fichas de Análisis crítico de
Diálogo sobre las diversas formas de símbolos. situaciones de
discriminación (cultural, género, generacional, intolerancia.
racial y social) Fichas de Proposición de ideas y
Conformación decomunidades de trabajopara racismo y acciones que eviten todo
decodificar las imágenes sobre racismo y enajenación. tipo de discriminación.
enajenación.
Participación en el juego “La no discriminación”. HACER
TEORÍA Recolección de
Análisis crítico de situaciones de inequidad en las información sobre
relaciones comunitarias. diversas formas de
Proposición de actitudes de autovaloración y discriminación.
respeto a las y los demás.
VALORACIÓN DECIDIR
Apreciación sobre la utilidad de estos Proactividad comunitaria
conocimientos para mejorar nuestras en la convivencia
interrelaciones. familiar y escolar.
PRODUCCIÓN
Organizar cuatro comunidades de trabajo para
construir juegos similares a “La no
discriminación”
Compartir el juego con los padres y/o madres de
familia.
Selección de mensajes en favor de la convivencia
armónica apoyado en la Tabla comparativa.
PRODUCTO: Mensajes compilados en favor de la convivencia con equidad en las relaciones
comunitarias.
BIBLIOGRAFÍA:
- SANDY, Virginio, La Chakana y su significado en
http://cienciamilenaria.blogspot.com/2010/05/la-chakana-y-su-significado.html
- ALDANA Millan, Andrés, Las religiones, en monografías.com
- http://www.monografias.com/trabajos28/religiones/religiones.shtml

Presentación del material o medio educativo.

JUGANDO A LA IDENTIDAD
Reglas:
1. Participan tres comunidades de trabajo, dos compiten y una arbitra el juego y registra los
mensajes.
2. Las comunidades de trabajo asignan internamente sus roles.
3. La comunidad de trabajo que arbitra toma las tablas comparativas.
4. Se ubican las fichas en los espacios de salida, una por comunidad de trabajo.
5. Se ubican las fichas de espiritualidades, discriminación y enajenación en los espacios
designados.
6. Se lanza el dado, quien logra el número mayor inicia el juego. Lanzan los dados y avanza
la cantidad del número que indica el dado.
7. Si llega a un espacio vacío, cambia el turno.
8. Si llega al símbolo, recoge una ficha. Si ésta coincide con el símbolo, la gana. Si no
coincide y es otro símbolo, las compara y explica su diferencia para ganar la ficha. Si es
de discriminación y enajenación la describe y comenta para ganar la ficha. Si responde de
manera correcta en ambos casos avanza cuatro espacios.
9. Si se encuentran ambas fichas en el mismo espacio, obliga a retroceder a la otra
comunidad.
10. El juego finaliza cuando una de las comunidades ha sido obligada a retornar al punto de
partida y gana quien haya juntado más fichas.
Piezas:
1. Dos fichas de diferente color.
2. Tabla de competencia.
3. Fichas de símbolos.
4. Fichas de racismo y enajenación.

Tabla del juego:

FICHAS

TABLA
COMPARATIVA
CHAKANA. ESTRELLA DE HINDUISMO CATOLICISMO
ESPIRITUALIDAD ISRAEL. BRAHMÁ, VISNÚ, DIOS
ANDINA
JUDAISMO SHIVÁ O LA BIBLIA
PACHAMAMA.
CHACHA – WARMI
YAHVÉ TRIMURTI CRUZ
LA TORÁ PAPA, OBISPO
PATRIARCAS. SACERDOTE

ISLAMISMO BUDISMO
ALA BUDA
CORÁN
MAHOMA
TABLA COMPARATIVA
PARTICIPANTES DETALLE SOLUCION
Nombre de la o el estudiante Se anota la interpretación Se anota las posibles
de la ficha. soluciones.

Este medio educativo permite reafirmar la identidad a través de la reflexión de algunas


formas de discriminación y enajenación que se da en la práctica diaria.
En su uso se relaciona a los momentos metodológicos de la práctica, teoría, valoración y
producción:
En la práctica, el manejo de las fichas de racismo y enajenación dinamizan y extraen
experiencias sobre racismo y enajenación.
En la teoría, estas fichas junto a la tabla comparativa permiten reflexionar y sistematizar las
proposiciones de soluciones sobre racismo y enajenación.
En la valoración, al reflexionar sobre los mensajes de discriminación y enajenación nos
permite la autoafirmación de nuestra identidad cultural.
En la producción, este medio a través de la actividad del juego de la no discriminación
permite plantear alternativas de solución a los problemas de la discriminación y enajenación.

BIBLIOGRAFÍA:

- Materiales y recursos didácticos en contextos comunitarios, AREA, Manuel, PARCERISA,


Artur, RODRIGUEZ Rodríguez, Jesús, Ed. Grao, Barcelona – España, 2010, 288 pp.
PLAN DE DESARROLLO CURRICULAR (PLAN DE CLASE)

Campo de Saberes y Conocimientos: Vida Tierra Territorio


Nivel: Secundaria Comunitaria Productiva
Año de Escolaridad: Primero
Tiempo: 9 periodos

Objetivo Holístico
Desarrollamos procesos de experimentación con diversos materiales del entorno estudiando las
propiedades físicas y químicas de sus elementos, fortaleciendo actitudes de respeto y cuidado
socioambiental, para promover su manejo sustentable y productivo en beneficio de la comunidad.

Contenido y ejes articuladores


Propiedades de los elementos químicos y su aplicación en la producción sustentable sociocomunitaria.

ORIENTACIONES METODOLÓGICAS MATERIALES/MEDIOS EVALUACIÓN


Práctica  Probeta, balanza, agua SER
y materiales sólidos
Recolecciónde materiales de uso para determinar las Depósito de los residuos tóxicos en
cotidiano: sólidos (sal, azúcar, propiedades generales recipientes especiales.
limón, aguja de tejer, etc.), de la materia. (DE LA Desarrollo cooperativo en la
líquidos (agua, aceite, vinagre, VIDA) búsqueda de materiales a ser
etc.), gel (pasta dental,  Para determinar las utilizados en las experimentaciones
gelatina, etc.) (Eg) propiedades particulares Responsabilidad en el
Clasificación de los materiales y específicas de la cumplimiento de la recolección de
en función de sus estados de materia: (ANALÓGICO Y materiales.
agregación (Eg-M). PARA PRODUCCIÓN) Solidaridad, equidad,
Prácticas de laboratorio para  Pirómetro: dilatación complementariedad y respeto
identificar y describir las de los materiales entre pares en el trabajo grupal.
propiedades de los elementos sólidos.
(EgM)  Balanza, probeta y
diferentes sólidos de
Eg=Estudiantes en grupo
M= Maestra/Maestro
igual volumen:
densidad.
 Vaso electrolítico:
conductividad
Teoría eléctrica. SABER
 Software Laboratorio
Análisis y descripción de las Virtual para Análisis y descripción de las
características de los elementos experimentar con la propiedades física-químicas de los
y sus propiedades. materia. (ANALÓGICO) diversos materiales estudiados.
 Láminas y/o diapositivas Diferenciación de los tipos de
para trabajar los elementos y sus estados de
elementos de la tabla agregación.
Valoración periódica de los HACER
elementos. (PARA
Reflexión en torno al manejo y PRODUCCIÓN) Manejo adecuado de materiales e
uso adecuado de los elementos instrumentos de laboratorio.
químicos en los productos de Desarrollo de secuencias lógicas en
consumo y uso cotidiano. la experimentación.
Producción DECIDIR

Elaboración de informes de Proactividad comunitaria en el


laboratorio cuidado y manejo sustentable de
Investigación de elementos los materiales utilizados.
químicos en el territorio
boliviano
Producto:

 Construcción de una tabla periódica de los elementos gráfica y textual en la que se explican la
aplicación de los elementos químicos en la vida cotidiana.
 Elaboración de un mapa de Bolivia en la que se identifiquen la presencia de elementos químicos
en lugares específicos.
Bibliografía:

 Chang, Raimond. 2012. Química General. 10ª Edición. McGraw Hill. México DF.
 Galarza, José. 2009. Mis Recursos Didácticos Química-Biología. Edit. Martínez. Cochabamba-
Bolivia
 Montoya, Manuel. 2005. Manual de Laboratorio de Física y la Feria de Ciencias. Editorial Kano
SRL. Lima-Perú.
 Sánchez, Ricardo. 2004. Manual de Química Experimental. Tomo 1 Cómo construir un equipo
casero de química. Sucre-Bolivia.
 Tello, Alejandro. 2004. Química Recreativa Productiva. JF Ediciones. Lima-Perú.

Los materiales descritos en el Plan de Desarrollo Curricular fueron seleccionados pensando en


la realización de actividades grupales que permitan el desarrollo de las dimensiones ser,
saber, hacer y decidir.

En el SER se tiene el desarrollo de valores como: Respecto a la naturaleza en el


reconocimiento de un manejo sustentable de los materiales, lo cooperativo en la búsqueda
de materiales y en los procesos de experimentación, investigación y producción.
Responsabilidad en el cumplimiento de las tareas asignadas tanto de manera individual como
grupal así mismo la solidaridad, equidad, complementariedad y respeto entre pares en todo
el desarrollo curricular.

En el SABER, los conocimientos sobre los elementos químicos y sus propiedades. Así mismo
su aplicabilidad en los materiales de uso cotidiano.

En el HACER, el manejo pertinente de los materiales y herramientas que nos permiten la


construcción de conocimientos y el desarrollo de las dimensiones.

En el DECIDIR se desarrollan acciones de cuidado y preservación de los materiales del


contexto, así mismo la creatividad en la elaboración de los productos.
DESCRIPCIÓN DE MATERIALES Y MEDIOS ALTERNATIVOS PARA DESARROLLAR LOS CONTENIDOS

Para experimentar con las propiedades


generales de la materia (Analógico):

 Un cuerpo posee masa y volumen, para


mostrar de manera práctica utilizamos
una balanza y una probeta con agua.
 Dos cuerpos no pueden ocupar el mismo
espacio, para ello utilizamos una probeta
y un cuerpo sólido.
 Resistencia de un cuerpo para cambiar su
estado de reposo o movimiento uniforme,
utilizamos un carrito conectado mediante
una cuerda a una polea y un peso.
 Divisibilidad de la materia, para ello
utilizamos una tiza, un martillo y una lupa
y/o microscopio.

Electroscopio

 Equipo que nos permite experimentar con


la electricidad estática.
 Lo construimos atravesando una pequeña
bolita de plastoformo con un hilo fino con
nudo en el extremo.
 Colgar el hilo con la esfera de plastoformo
en el extremo, de un soporte fijo.
 Aproximar a la esfera el cuerpo que se
quiere verificar si está electrizado.
Ejemplos: peine, varilla de vidrio, otros.
 Observación: Si la esfera es atraída, el
cuerpo está electrizado con carga de signo
contrario. Si la esfera es repelida, el
cuerpo está electrizado con carga del
mismo signo.
Pirómetro

 Permite verificar la dilatación lineal de


una varilla metálica.
 Se construye con una aguja de tejer de
aluminio (30 cm de longitud), un bloque
de jabón, dos velas (se recomienda usar
mecheros), un alfiler, una caja de cartón
como soporte, papel.
 Se monta el dispositivo del dibujo inferior
cuidando que la aguja de tejer descanse
completamente sobre el alfiler que tiene
insertada la tirita de papel que servirá de
índice.

Software interactivo

 Utilizamos animaciones interactivas para


consolidar conocimientos sobre las
propiedades físicas y químicas de los
elementos. La imagen de la izquierda
corresponde a un material digital que
permite evaluar la dimensión del SABER.
Sin embargo existen variedad de
programas ya elaborados que requerirán
de nuestra adecuación para su uso.

 Otros materiales que podemos utilizar en


el desarrollo de este contenidos son:
 Humor gráfico, chistes, poemas,
analogías, etc. Ejemplo:
 Los chistes, son un material que permite
amenizar un curso. Así por ejemplo:
Estadio Electrones ¿Cómo se calcula el volumen de una
vaca?
Ingeniero: “Metemos la vaca dentro de
una gran cuba de agua y la diferencia de
Núcleo
volumen es el de la vaca, con esto y su
peso, podemos calcular el peso
específico”
Campo de juego Matemático: “Parametrizamos la
superficie de la vaca y se calcula el
volumen mediante una integral triple”
Físico: “Supongamos que la vaca es
esférica…”
 Ejemplo de analogía: Utilizar un campo
de fútbol (Estadio de fútbol) para
representar a un átomo, donde el círculo
central del campo representa al núcleo
del átomo y las graderías los niveles de la
envoltura, así los balones de fútbol
representan a los protones y los de
baloncesto a los neutrones y las canicas a
los electrones.
Modelos atómicos y moleculares

 Permiten representar a los átomos de


diferentes elementos químicos y con ellos
construir moléculas.
 Se puede usar plastilina con palitos de
fósforo, también se los puede construir
con esferas de plastoformo y
mondadientes, otra forma innovadora es
recurrir a la papiroflexia
(papiromoléculas), sin embargo un detalle
importante que es que se deban asignar
colores específicos a los grupos de
elementos, incluso determinar el tamaño
de los mismos en relación a los grupos y
periodos.
Modelización Química

 Para graficar, modelizar, átomos, iones y


moléculas químicas existen una gran
cantidad de programas informáticos entre
ellos podemos citar algunos de acceso
libre:
 Chemsketch
 Constructor de átomos e iones,
www.educaplus.org
 Animaciones interactivas gratuitas
http://phet.colorado.edu/es/
 También se pueden elaborar materiales
similares con un programa de
presentación de diapositivas, inclusive se
pueden simular animaciones de acuerdo a
las necesidades y el abordaje de los
contenidos.
Dominó Químico “Quiminó”

 Material lúdico para consolidar el


aprendizaje de símbolos, número y masa
atómica, nomenclatura, etc. Para su
utilización se requiere el conocimiento del
juego llamado dominó
3 8
Li O
no

no
íge

ti
Pla

6,941
Ox

15,999
Bingo Químico

 Es una adaptación del conocido juego de


lota o bingo, se utiliza para motivar y
afirmar conocimientos de los símbolos
químicos, así mismo puede servirnos para
desarrollar cualidades de la dimensión del
SER como la honestidad, el respecto de
normas.
Quimipalabras

 Consiste en la elaboración grupal o


individual de una presentación interactiva
con diapositivas donde se combinan
sonidos (nombres de los elementos
químicos) con fichas (símbolos de los
elementos químicos) para formar frases
que tengan sentido. Este material de
carácter lúdico permite afianzar el
aprendizaje de los elementos químicos de
la tabla periódica…
PLAN DE DESARROLLO CURRICULAR (PLAN DE CLASE)
DATOS REFERENCIALES
Año de escolaridad: 1° de Primaria Comunitaria Vocacional
Nivel: Primario
Tiempo: 2 semanas
Campos de saberes y conocimientos
 Vida Tierra Territorio  Ciencias Naturales

 Comunidad y Sociedad  Comunicación y Lenguajes


 Artes Plásticas y Visuales
 Ciencia Tecnología Producción  Matemática
Objetivo holístico: Clasificamos y analizamos los grupos alimenticios según la función que cumple en el
organismo, a través de la observación, conteo e identificación de nombres, fortaleciendo el respeto y
reciprocidad, para promover el consumo de alimentos que beneficien a la salud integral.
Contenido y ejes articuladores:
 Salud, alimentación y nutrición en el crecimiento de los estudiantes.
 Lenguaje oral y escrito con la correcta fonética y entonación.
 Dibujo de formas imaginarias y naturales
 Cantidad y representación simbólica de números naturales

Orientaciones metodológicas Material/medio Evaluación


Práctica
 Observación del centro de expendio o lugares de producción Fichas con imágenes
de productos alimenticios (mercado, supermercado, feria, de alimentos, Ser
huertas, entre otros) números y palabras
 Recolección de los productos alimenticios por las y los Manifestación
estudiantes (solicitados con anterioridad) del respeto y
 Descripción oral de los productos alimenticios observados reciprocidad en
en lengua castellana y originaria el trabajo
 Descripción de actitudes de respeto y reciprocidad
demostrados en el paseo de observación. Saber
 Representación gráfica de los productos alimenticios.
 Escritura de nombres de los productos alimenticios con  Identificación de
ayuda de las fichas móviles los nombres de
 Organización de grupos de trabajo, en los cuales se realizan los productos
con ayuda de las fichas: alimenticios.
 Selección de alimentos por su función  Clasificación de
 Relación de los dibujos con los nombres de los alimentos por la
alimentos función que
 Conteo de productos alimenticios en forma objetiva y cumplen
con la ayuda de los dibujos  Comprensión de
 Juego en grupos a adivina adivinador la noción de
cantidad en la
Teoría representación
 Identificación y caracterización de los productos alimenticios numérica
según la función que cumplen en el organismo: energéticos,
formadores y reguladores Hacer
 Identificación de los nombres de los productos alimenticios y  Escritura de los
relación con las figuras nombres de los
 Comprensión de la noción de cantidad y la representación productos
simbólica de números alimenticios
 Representación
Valoración gráfica de los
 Reflexión sobre la importancia del consumo de los tres tres grupos de
grupos alimenticios para una buena nutrición y salud. alimentos
 Importancia de la oralidad y la escritura en la comunicación.  Representación
 Uso de los números en la representación de la cantidad de simbólica de los
los objetos de la realidad números
Decidir:
Producción  Consumo de
 Preparación de alimentos para una buena salud y alimentos
crecimiento de los estudiantes nutritivos del
contexto

Productos:

Menú elaborado en base a los tres grupos alimenticios


Bibliografía:
Presentación simbólica de las “Fichas con imágenes de alimentos, números y palabras.”

Alimentos reguladores o protectores (nos protegen de las enfermedades)

Alimentos energéticos (nos dan energía)

Alimentos constructores o formadores (nos ayudan en el crecimiento)

1 3 4 5 6 7 8 9
PERA PEPINO UVA
PEPEPINO PEPEPINO
PAPA ARROZ MAIZ

LECHE HUEVO CARNE

La selección y uso de las fichas con imágenes de alimentos, números y palabras, presenta las
siguientes cualidades, permite:
 Desarrollar los contenidos integrando campos y áreas.
 Facilita la comprensión de la lectura, escritura y las nociones de cantidad de números
naturales.
 Seleccionar los alimentos según sus propiedades nutritivas para una buena nutrición y
salud.
Elaboración o adecuación de este material
Para la adecuación de este material la o el maestro puede utilizar elementos que estén a su
alcance y poder diseñar según su creatividad de acuerdo al contexto, para ello es necesario
tomar en cuenta algunas consideraciones:
 Buscar dibujos según el contenido y el contexto en que se encuentra.
 Pintar los dibujos.
 Cortar cartones o cartulinas de un solo tamaño.
 Pegar los dibujos a los cartones.
 Forrar con cinta adhesiva transparente.
Las fichas con los nombres de los productos alimenticios en relación con las fichas gráficas.
Las fichas móviles pueden ser adecuadas según la necesidad del maestro, en este caso es
usada para la clasificación de los alimentos en el área de Ciencias Naturales, para el
desarrollo y apropiación de la lectura y escritura en el área de Lenguajes y Comunicación,
para representación gráfica en Artes Plásticas y Visuales, de la misma forma para relacionar
la cantidad y el símbolo numérico en el área de Matemática.
Así como se aplica para el cumplimiento del objetivo del plan de clase, también pueden ser
usados, adecuados y reelaborados para el cumplimiento de otros objetivos en el que se
puede clasificar herramientas, materiales de construcción, material escolar, vestimentas,
instrumentos musicales, lo que dependerá de la habilidad creativa de aplicar imágenes y
textos diferentes.
Por ejemplo: para trabajar la secuencia de algunas historias- cuentos- narraciones en el área
de Comunicación y Lenguajes, para ello puede trabajarse con tres o cinco fichas que relaten
la historia en imágenes.

Uso del material o medio


Este material educativo facilita el aprendizaje de la lectura, escritura y las nociones de
cantidad y número de manera colaborativa y complementaria de acuerdo a la siguiente
relación metodológica:
En la práctica, el manejo de las fichas permite relacionar sus experiencias sobre los hábitos
alimenticios.
En la teoría, este material permite la comprensión de las cualidades nutritivas de los tres
grupos alimenticios.
En la valoración, reflexionar sobre la importancia de las propiedades nutritivas de los
alimentos para una buena salud integral.
En la producción, este material nos lleva a plantear la elaboración de un menú de acuerdo
al contexto y a las necesidades nutritivas de las y los estudiantes y sus familias.

OTROS MATERIALES O MEDIOS


Otro material que la maestra o el maestro puede elaborar o diseñar es: la “lotería de
alimentos” que consiste en tener una variedad de cartillas con los dibujos de alimentos y un
conjunto de nombres de los alimentos en una bolsa. El responsable de dirigir el juego podrá
sacar los nombres como en suerte sin blanca y los estudiantes que participan con las cartillas
podrán marcar los alimentos que son mencionados, el grupo ganador será el que tenga
marcado todos los productos alimenticios en la cartilla. Para marcar las cartillas pueden usar
piedras, semillas, papel entre otras.

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