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UNIDAD 2: La ATMÓSFERA de la VIDA

La atmósfera.
Composición y estructura.
Propiedades físicas.
Balance de la radiación solar
Fución protectora.
Función reguladora.
Circulación general de la atmósfera.
Zonas climáticas .

Contaminación del aire.

Problemas globales.

LECTURA:

James Lovelock participó en el proyecto de la NASA para enviar un instrumento que


diagnosticase la existencia presente, o pretérita, de vida.

El problema que se le planteó a Lovelock fue la elección de los parámetros físicos o


químicos que deberían medirse en Marte para poder asegurar la presencia de vida. Con
muy buen criterio, este científico buscó la respuesta en el único ambiente donde podía
obtenerla, en la propia Tierra. La contestación a la original pregunta sobre cuál sería, en
nuestro planeta, el mejor indicador de que hay vida, fue clara: la composición química
de la atmósfera. Se puso entonces de manifiesto que la atmósfera no está en equilibrio
químico, ya que tiene, simultáneamente, compuestos reductores y oxidantes, y se hace
patente la evolución paralela de atmósfera y biosfera.

Hay que concluir que, sin la presencia de vida, la atmósfera de la Tierra sería
químicamente muy distinta y, con ello, la presión atmosférica tendría un valor unas
sesenta veces el actual y la concentración de gases con efecto invernadero originaría
temperaturas comprendidas entre 240 y 340 oC. Por otra parte, como ya sabemos, sin
gases de efecto invernadero, la temperatura media del planeta sería de sólo -18 oC. Es,
pues, evidente que la capacidad de regular la concentración de los gases de su atmósfera
proporciona a la Tierra un mecanismo de homeóstasis térmica, imprescindible para el
mantenimiento de la vida.

Para Lovelock, esa capacidad de contro biogeoquímico que posee la Tierra va más allá
de los mecanismos puramente biológicos de control, y hace de ela un nuevo tipo de ente
vivo: un planeta vivo, una Gaia.
ATMÓSFERA.
ESTRUCTURA. LAS DISTINTAS CAPAS DE LA ATMÓSFERA

En la atmósfera terrestre se pueden distinguir cuatro capas: troposfera, estratosfera,


mesosfera y termosfera o ionosfera

1. La troposfera presenta un límite superior -tropopausa- situado a 9 Km sobre los


polos y a 18 en el ecuador. En ella existen importantes y activos flujos convectivos
verticales y horizontales (viento). Por estar en contacto con la hidrosfera y la biosfera
presenta cantidades importantes de H2O y CO2 y muy variables de polvo en suspensión,
el cual se concentra principalmente en los 500 m contiguos a la superficie (capa sucia).

En la troposfera la temperatura presenta un descenso paulatino con la altura de


aproximadamente 1o C cada 150 m, alcanzándose los -70o C al nivel de su límite
superior o tropopausa. Sin embargo en la estratosfera la temperatura aumenta hacia
arriba hasta alcanzar los 15o C entre los 50 y los 60 Km de altitud, en cuyo lugar se ha
definido la segunda superficie de separación estratopausa con la capa superior
(mesosfera)

2. La estrastosfera, comprende desde la troppausa hasta una altitud de 50 km, se


caracteriza por la práctica ausencia de circulación vertical, si bien los flujos horizontales
alcanzan, frecuentemente, velocidades de 200 km/hora. El incremento de la temperatura
parece estar relacionado con la absorción del ozono (O3) de parte de la radiación solar.
Este gas, resultante de la fotodisociación del oxígeno, actúa a su vez como pantalla
protectora frente a las radiaciones solares de alta energía y letales para el normal
desarrollo de la vida. Dicha pantalla abarca aproximadamente la mitad superior de la
estratosfera, conociéndose como ozonosfera.

3. La mesosfera, alcanza hasta los 80-90 km de altura En ella la temperatura disminuye


de nuevo hasta -142o C en la mesopausa. En ella hay nubes iridiscentes de hielo y
polvo.

4. La termosfera o ionosfera, recibe debido a la forma iónica, con carga eléctrica, en


que se encuentran las moléculas de los geses, lo que les confiere propiedades reflectivas
para las ondas de radio.

En la troposfera tienen lugar los fenómenos meteorológicos que caracterizan las


distintas zonas climáticas de la Tierra, donde lo más destacable es la formación de
nubes y precipitaciones. En las capas más altas de la estratosfera y de la mesosfera el
fenómeno nuboso es muy raro.

Por último, en la ionosfera son muy característicos los fenómenos luminosos conocidos
como auroras boreales, producidos por las partículas atómicas procedentes del Sol
que, canalizadas por las líneas de fuerza del campo magnético terrestre, son
concentradas en las zonas polares, interacionando con los átomos ionizados de la
termosfera.
El límite superior de la atmósfera no existe como tal, aunque podría corresponder a la
zona de cla influencia y predominio de la atmósfera solar -viento solar- constituida por
diversas partículas subatómicas (protones y electrones) de alta energía que interacionan
con el campo magnético terrestre.
Este campo magnético actúa como un escudo protector frente al viento solar, aunque
alguna de las partículas aludidas son atrapadas por aquél y oscilan indefinidamente a lo
largo de las líneas de fuerza de dicho campo, constituyendo los cinturones o zonas de
Van Allen.

COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LA ATMÓSFERA

La atmósfera está formada por una serie de gases mayoritarios cuya concentración se
expresa en porcentajes, tales como nitrógeno, oxígeno, vapor de agua, argón y dióxido
de carbono; otros cuya concentración se expresa en partes por millón (ppm), como
neón, helio, metano y monóxido de carbono; y los que se dan en partes por billón (ppb),
como óxido nitroso, ozono, dióxido de azufre y monóxido de nitrógeno

Todavía hay una serie de gases cuya concentración se expresa en partes por trillón o por
número de átomos o moléculas por metro cúbico

Si se comparan los porcentajes de composición de bisofera, hidrosfera, atmósfera y


litosfera, se ve que las más simlares son biosfera e hidrosfera, lo que resulta lógico dado
el medio en que apareció la vida. La segunda pareja con mayor semejanza es la de
atmósfera y biosfera. Conviene recordar que el origen de los aniones del agua del mar
es, sobre todo, atmosférico.
Como consecuencia del escape al espacio exterior de los gases más ligeros - H2 y He - y
de las reacciones de equilibrio que se producen en la atmósfera y los otros grandes
sistemas presentes en su superficie - hidrosfera, litosfera y biosfera - la composición
actual de aquella es relativamente sencilla, con un 78 % (en volumen) de nitrógeno,
cerca del 21 % de oxígeno, 0,93 de argón, 0,03 de CO2, correspondiendo el resto a
cantidades variables de otros gases - fundamentalmente H2O - y polvo en suspensión

PRESIÓN ATMOSFÉRICA

Debido a la compresibilidad de los gases, casi la totalidad de la masa de la atmósfera se


encuentra en los primeros kilómetros próximos a la superficie. Esto condiciona que la
presión atmosférica disminuya rápidamente con la altura.

El valor de la presión atmosférica al nivel del mar es de 1.033,6 gr/cm2, valor conocido
también como una atmósfera e igual a 1.013 milibares. Esta última unidad es la
utilizada comunmente en meteorología.

Llamamos presión atmosférica al peso ejercido por la masa de aire atmosférica sobre
la superficie terrestre. Este valor se mide gracias al barómetro (Torricelli, siglo XVII), y
su valor a nivel del mar y en condiciones normales es de 1 atmósfera (760 mm Hg,
1.013 milibares).
Como cualquier gas, el aire es muy comprensible, por lo que la presión disminuye con
la altura en una proporción de unos 11 mb por cada 100 m de ascenso en los primeros
kilómetros; después el descenso es más brusco (ver figura anterior). En los mapas del
tiempo suele representarse la presión mediante isobaras, que son líneas que unen los
puntos de igual presión.

FUNCIÓN PROTECTORA Y REGULADORA DE LA ATMÓSFERA

Todos los cuerpos con una temperatura superior a 0 oK (-273 oC) emiten energía
radiante de cierta intensidad y longitud de onda, y cuanto más alta es la temperatura del
cuerpo, mayor es la cantidad de radiación electromagnética emitida y menor su longitud
de onda. Por ello, tanto el Sol como la Tierra emiten energía radiante, el primero de
onda corta, pues la temperatura en la superficie del Sol es de 6 000 oK, y la segunda, de
onda larga, ya que la temperatura superficial terrestre es de unos 15 oC (288 oK )

La atmósfera como filtro protector de las radiaciones

La radiación solar abarca una amplia gama del espectro electromagnético, aunque la
casi totalidad está comprendida en el rango de 0,1 µm a 4 µm. Dicha radiación es
filtrada a su paso por la atmósfera de manera que no toda ella alcanza la superficie
terrestre.

A nivel de la termosfera (ionosfera) se absorben las radiaciones de longitud de onda


menores de 200 nm (0,2 µm); es decir, los rayos gamma, los rayos X y parte de los
ultravioleta. La radiación menor de 100 nm es absorbida principalmente por el
nitrógeno y la comprendida entre 100 y 200 nm por el oxígeno molecular.

A nivel de la estratosfera se absorbe la radiación incluida entre 200 a 300 nm


(ultravioleta corto), siendo el responsable de dicha absorción el ozono.

Por tanto, al entrar en la troposfera, las radiaciones menores de 300 nm que son las más
perjudiciales para los seres vivos, han desaparecido completamente. El resto de la
radiación hasta 4 µm. llega a la superficie terrestre y se utiliza en la fotosíntesis y la
iluminación terrestre, y sobre todo en el calentamiento de la Tierra . De esta radiación,
la comprendida en el rango de 700 nm-4 µm.(infrarrojo cercano) es amortiguada de
forma muy débil, por fenómenos de dispersión o por la tenue absorción (sólo se absorbe
una pequeña fracción) de otros componentes de la atmósfera, como el CO2 y el vapor
de H2O, lo que contribuye a una parte del calentamiento de la atmósfera. En cambio la
atmósfera es totalmente transparente a las radiaciones comprendidas entre 300 y 700 nm
(el ultravioleta cercano y el visible), que alcanzan la superficie terrestre sin sufrir
modificación alguna.

La acción protectora del ozono

Se calcula que hace unos 2 000 m.a. (millones de años) el O2 atmosférico tendría un
valor del 1% del nivel actual, para alcanzar el 19% del contenido actual Hace unos 700
m.a. y llegar al nivel que hoy conocemos hace unos 350-450 m.a. (recordar actividad 2
de la Unidad 1)
Pero al tiempo que aumentaba el nivel de oxígeno, la radiación solar, por el mismo
proceso que ocurre en la actualidad provocó la formación de ozono. Y así, la presencia
de ambos gases en niveles crecientes comenzaron a actuar para formar una capa
protectora (ozonosfera) frente a la radiación ultravioleta de alta energía, haciendo
posible la evolución biológica.

La formación de ozono se produce por la radiación electromagnética, que es capaz de


romper el enlace O - O del oxígeno molecular para a continuación recombinarse un
átomo de O con el el O2 y formar O3.
O2 + hυ → O + O (1) O2 + O → O3. (2)

Este proceso de formación tiene lugar con más intensidad en las zonas de latitudes
bajas, que están más soleadas. Sin embargo es en la latitudes altas donde se acumula,
debido a la circulación atmosférica que transporta el ozono desde el ecuador a los polos,
y en éstos la fotólisis es menor a causa de la menor radiación solar.

Pero al igual que se forma ozono, rápidamente se destruye de forma catalítica en la


atmósfera natural, por la radiación ultravioleta, formando oxígeno molecular y atómico.
Este último reinicia el proceso de formación de ozono, con lo que hasta ahora se ha
mantenido un equilibrio natural que hace posible la existencia y mantenimiento de la
ozonosfera.

O3 + hυ → O2 + O (3) O + O2 → O3. (4)

Por ello, el proceso 3 no debe considerarse como una pérdida de ozono, pues
inmediatamente se reinicia su formación, sino el mecanismo por el cual el ozono
absorbe totalmente la radiación ultravioleta en el rango 200-300 nm, que son las más
energéticas, evitando así sus efectos nocivos.

La atmósfera como reguladora del clima terrestre

La radiación solar de onda corta que llega a la superficie terrestre se degrada y es


emitida de nuevo desde el suelo y los océano (radiación terrestre) hacia la atmósfera
en forma de radiación infrarroja de longitud de onda larga (casi toda en la banda de 4-50
µm.). Pero sucede que la atmósfera es opaca a la mayor parte de esa radiación, de
manera que es absorbida por los gases atmosféricos, principalmente por el vapor de
agua, el CO2 y el O3, provocando el calentamiento de la misma.

Esta radiación infrarroja absorbida y convertida en calor es reemitida y radiada, una


parte hacia el espacio y otra, la mayoría, hacia la superficie terrestre (contrarradiación)
provocando el llamado efecto invernadero por el que la temperatura media global de la
superficie terrestre es de unos 15 oC, lo que hace evitable la Tierra. De no existir la
atmósfera, la temperatura sería de -18 oC y nuestro planeta un desierto helado.

Sin embargo, la desigual incidencia de los rayos solares sobre los distintos puntos de la
superficie terrestre genera grandes diferencias de temperatura entre los polos y el
ecuador, que provocan un complicado sistema de corrientes circulatorias (atmosféricas
y oceánicas) con el fin de equilibrar esas desigualdades térmicas.
Contribución de los diferentes gases
invernadero al incremento de la
temperatura
Gas oC
Vapor de agua 20,6
Dióxiodo de carbono 7,2
Ozono 2,4
Monóxido de dinitrógeno 1,4
Metano 0,8
Otros 0,6

Total 33

BALANCE DE LA RADIACIÓN SOLAR

De las 100 unidades de radiación solar, sólo 5 son absorbidas por la cobertura nubosa planetaria,
que, por el contrario, tiene una alta capacidad de reflexión, concretada en 19 unidades, que
son, de este modo, devueltas al espacio.

El resto de la atmósfera, es decir, la parte libre de nubes, absorbe 20 unidades, mientras que sus
gases y partículas difunden y reflejan hacia el espacio exterior 6 unidades.

Alcanzan la superficie sólida y líquida terrestre, directamente y de un modo difuso, por la


difusión de las partículas atmosféricas, incluidas las de las nubes, y de los gases del aire, 50
unidades, siendo absorbidas 47 y reflejadas al espacio 3.

Puede, resumiendo establecerse para la radiación de onda corta el siguiente balance o desglose
de la radiación solar incidente.

100 = 5 + 20 + 19 + 6 + 47 + 3

absorción de reflexión y absorción de reflexión de


la atmósfera difusión la superficie la superficie
atmosféricas terrestre terrestre

En consecuencia podemos decir de la radiación solar incidente que:

a) el 28% es reflejado (y difundido) al espacio;


b) sólo una cuarta parte es absorbida por la atmósfera, por lo que ésta es semitransparente a la
radiación corta; y
c) casi la mitad -el 47% es absorbida por la superficie de la Tierra

El 28% de la radiación solar incidente que es devuelto al espacio recibe el nombre de albedo del
planeta

Una vez evaluadas las componentes radiactivas de onda corta, hay que referirse a las de onda
larga.
La superficie de la Tierra emite este tipo de radiación, dada su temperatura, en una cantidad que
supone el 114% de la radiación solar incidente. Este aparentemente alto valor es explicable:
a) porque la atmósfera bloquea en parte la pérdida de radiación de onda larga terrestre,
dando lugar a una temperatura de la superficie superior a la que tendría en ausencia de
atmósfera; y b) porque la emisión de onda larga se produce a través de toda la superficie del
planeta y en todo instante, mientras que la recepción de radiación solar, sólo por el
hemisferio iluminado. Las 114 unidades emitidas por la superficie terrestre son, en gran
medida, concretamente 109 unidades, retendidas por la atmósfera, escapando al espacio sólo
las 5 restantes. A su vez, la atmósfera -en realidad cada una de las capas atmosféricas- en
conjunto emite 163 unidades, de las que 96 se dirigen a la superficie del planeta y 67 al
espacio exterior.

De esta manera, el balance radiactivo neto de la superficie terrestre es:

47 + 96 - 114 = 29
radiación radiación radiación
onda corta onda larga onda larga
absorbida recibida emitida

En consecuencia, tal balance es positivo, luego la superficie terrestre no presenta equilibrio


radiactivo.

Del mismo modo, el balance radiactivo neto de la atmósfera es:

25 + 109 - 163 = - 29
radiación radiación radiación
onda corta onda larga onda larga
abosorbida recibida emitida

En consecuencia, tal balance radiactivo neto de la atmósfera es negativo, luego la atmósfera no


presenta equilibrio radiactivo.

El sistema constituido por la superficie terrestre y su atmósfera sí que existe equilibrio


radiactivo, por ser la ganancia de la superficie equivalente a la pérdida de la atmósfera.
Además, ver que el conjunto del planeta (superficie más atmósfera) está en equilibrio
radiactivo con el espacio, porque:

100 = 28 + 5 + 67

radiación radiación radiación radiación


onda corta onda corta onda larga onda larga
recibida reflejada emitida emitida
por superficie por atmósfera

Por tanto, el planeta tiende a mantener, por ese equilibrio, su temperatura. Sin embargo, el
desequilibrio radiactivo existente tanto en la superficie como en la atmósfera, por separado,
ha de conllevar un calentamiento superficial y un enfriamiento atmosférico, no observados,
por lo que debe haber una transferencia energética de la superficie a la atmósfera por
procedimientos distintos a la radiación, que permita el equilibrio energético. Y, así es, la
convección, muy efectiva en los fluidos, transfiere el exceso de energía de la superficie a la
atmósfera para cubrir su déficit.

DINÁMICA ATMOSFÉRICA

VAPOR DE AGUA Y HUMEDAD

El vapor de agua, es decir, el agua en estado gaseoso, es invisible; el "vapor" que sale de
un recipiente con agua caliente o las nubes, por ejemplo, no son vapor de agua, sino
agua en estado líquido o sólido

La humedad del aire es la concentración de vapor de agua en el aire, es decir, la


cantidad, o el número de moléculas, de vapor de agua por unidad de volumen de aire.

Medidas de la humedad del aire

La humedad absoluta es la densidad de vapor de agua en el aire, es decir, la masa de


vapor de agua contenido en un metro cúbico de aire. Se expresa, en g/m3 (son valores
medios 10 a 12 g/m3, pudiendo llegar hasta 40 g/m3 )

La presión parcial del vapor de agua, ep, es la parte de la presión atmosférica total
ejercida por el vapor de agua contenido en la atmósfera.(se expresa en mb o cm y mm
de mercurio). Cuando el aire está saturado de vapor de agua, la presión parcial del vapor
de agua recibe el nombre de presión de saturación del vapor de agua eps . Esta presión
"máxima" depende de la temperatura del aire de modo que a mayor temperatura, mayor
valor alcanza. Es decir, el aire admite tanto más vapor de agua cuanto más caliente está,
y ello de un modo exponencial.

El punto de rocío es la temperatura a la que ha de enfriarse un volumen determinado


de aire (a una presión atmosférica constante) para que el mismo valor de agua que
contiene lo sature

La humedad relativa HR. Es el cociente, expresado en porcentaje, de la presión


parcial del vapor de agua y la presión de saturación del vapor de agua, para la misma
temperatura y presión atmosférica
ep
HR =  · 100%
eps

Con la definición de humedad relativa se observa, que para una presión parcial del
vapor de agua constante, si la temperatura aumenta, entonces la humedad relativa
disminuye, porque el denominador crece, y lo contrario, si la temperatura disminuye
Ley del equilibrio hidrostático y densidad del aire

El aire está en equilibrio hidrostático entre dos fuerzas: la de la gravedad hacia la superficie
terrestre y la fuerza debida al decrecimiento de la presión con la altura, hacia arriba que es la
fuerza del gradiente de presión, o de la presión, que aparece siempre que se dan diferencias
báricas. Eso se conoce como ley del equilibrio hidrostático (puede formularse así: dp = - ρ · g ·
dz; donde dp es la presión que ejerce una capa atmosférica, ρ, la densidad del aire, g, la
aceleración de la gravedad, y dz el espesor de la capa considerada.

Para una presión determinada, la densidad del aire depende de la temperatura. Este resultado es
consecuencia de la ley de los gases perfectos: ρ = p/(R· T). Luego, a mayor temperatura del aire,
menor es su densidad, y al revés. En conclusión, el aire cálido es ligero y el frío denso y pesado.

Por último, a igualdad de presión y de temperatura, el aire húmedo es algo más liviano que el
seco, ya que el peso molecular del aire húmedo es inferior al seco.

Procesos y gradientes adiabáticos en la atmósfera

Se dice que un proceso físico es adiabático cuando no se produce intercambio calorífico entre el
sistema en el que se realiza y el exterior al sistema. Como consecuencia de la primera ley de la
Termodinámica, toda compresión adiabática da lugar a un calentamiento y toda expansión
adiabática, a un enfriamiento (esto es así, porque, de la citada ley, ∆ Q = ∆U + ∆W, es decir, el
calor suministrado a un gas es igual a la suma de la variación de su energía interna más la
variación de su trabajo; si el proceso es adiabático, ∆ Q = 0, luego al disminuir el trabajo por
compresión ha de aumentar la energía interna, o sea, se incrementa la temperatura).

En la atmósfera, los ascensos y descensos de aire, sea, por ejemplo, una partícula, porción o
burbuja, se producen con la suficiente rapidez como para que, dada la mala conductividad
térmica del aire y la lentitud de las mezclas y otros procesos de transferencia energética, no se
intercambie calor con el aire de los alredededores. Consecuentemente, los ascensos y descensos
de aire pueden considerarse procesos adiabáticos. Apliquemos, entonces, a ellos los resultados
derivados de la primera ley de la Termodinámica antes enunciados. De forma sinóptica:

Adiabático

ascenso→disminución de presión → aumento volumen o expansión → enfriamiento

descenso→ aumento de presión → disminución volumen o compresión → calentamiento



Adiabático

Una burbuja de aire, al ascender, va siendo sometida cada vez a una menor presión, ya que
tiene, progresivamente, menor espesor atmosférico por encima de ella. Al disminuir la presión
sobre la burbuja, aumentará su volumen, esto es, se expansionará. Como el proceso de
expansión puede considerarse adiabático, conlleva, por la primera ley de la Termodinámica, un
enfriamiento. La explicación de la segunda cadena de implicaciones es análoga.
MOVIMIENTOS VERTICALES DE LA ATMÓSFERA

Lamamos gradiente vertical a la variación de temperatura entre dos puntos situados a


una diferencia de altitud de 100 m

Muchos de los movimientos verticales que tienen lugar en la troposfera son debidas a
las notables diferencias de temperatura que presenta con la altura

Según las ley de los gases perfectos: p = ρ ·R·T (p es la presión , ρ es la densidad, R


una constante de cada gas y T es la temperatura). A medida que aumenta la temperatura
del aire (a presión constante), disminuye su densidad y al revés. En conclusión: el aire
cálido es ligero y el frío más pesado. En la troposfera, como ya vimos, la temperatura
normalmente disminuye con la altura, por lo que el aire caliente de las zonas cercanas a
la superficie tiende a subir y el aire frío de las capas más altas tiende a bajar.

A la representación de la variación de la temperatura con la altura se le denomina curva


de estado. El GRADIENTE TÉRMICO VERTICAL medio es de 6,5 oC/Km,
pero varía según el lugar y la época; también puede variar a lo largo del espesor de la
troposfera.

Es frecuente encontrar zonas de la troposfera en las que existen perturbaciones del


gradiente térmico vertical y la temperatura aumenta con la altura. A este hecho se le
denomina
INVERSIÓN TÉRMICA.

Existen diversos tipos de inversión. Uno muy frecuente es el que tiene lugar a ras del
suelo, en momentos de tiempo despejado, especialmente en invierno y en las primeras
horas del día; es debido al enfriamiento de la capa de aire en contacto con el suelo frío a
causa de la fuerte radiación nocturna emitida por este.

En la troposfera, los ascensos y descensos del aire se producen con la suficiente rapidez
como para que, dada la mala conductividad térmica del aire, no se intercambie calor con
los gases de los alrededores. Es decir, que los ascensos y descensos del aire se pueden
considerar como procesos adiabáticos

Al ascender una masa de aire, disminuye la presión a la que está sometido por lo que se
produce un aumento de volumen o expansión, es decir, una disminución de la
temperatura. Y lo contrario: al descender una masa de aire, aumenta la presión a la que
está sometido por lo que se produce una disminución del volumen o compresión, es
decir, un aumento de la temperatura.

Existen dos tipos de ascensos y descensos adiabáticos, según se produzcan o no


cambios de estado en el vapor de agua de la masa de aire que se desplaza. Los cambios
de estado, en el caso de producirse, implican liberación (o absorción) de energía.

1. GRADIENTE ADIABÁTICO SECO (GAS) es la disminución o el aumento de


temperatura que sufre una masa de aire que asciende o desciende, cuando dentro de esa
masa de aire no se producen cambios de estados del vapor de agua. Es un valor fijo 1
oC/100m.
2. GRADIENTE ADIABÁTICO HÚMEDO (GAH) es la disminución o el
aumento de temperatura que sufre una masa de aire que asciende o desciende, cuando
en ella tienen lugar cambios de estado en el vapor de agua. Por ejemplo, si una masa
asciende disminuye su temperatura y si este descenso es suficiente para que se condense
el vapor de agua se libera una energía (calor de vaporización) que ocasiona un
enfriamiento más lento de la masa de aire ascendente; el gradiente adiabático húmedo
dependerá de la cantidad de agua que se condensa, un valor aproximado puede ser 0,5
oC/100 m.

No hay que confundir la variación de la temperatura del aire ambiente, es decir, el que
se encuentra en los diferentes niveles atmosféricos considerados, lo que hemos llamado
gradiente térmico vertical (curvas de estado) con las temperaturas sucesivas de una
misma masa de aire cuando asciende o desciende (su representación son las curvas de
evolución)

Todo esto que acabamos de ver tiene mucha importancia en relación a la estabilidad o
inestabilidad de la atmósfera, como se puede deducir a partir de la curva de estado y la
curva de evolución de la masa de aire que se mueve.

Hay ESTABILIDAD ATMOSFÉRICA O SUBSIDENCIA cuando al separar


verticalmente una partícula (o una masa) de aire del nivel donde se encuentra, tiende a
volver a su posición primitiva: Si al elevarse una masa de aire adquiere una temperatura
inferior a la del aire ambiente vuelve a descender. Si se trata de un movimiento vertical
sin condensación de agua, siendo α el gradiente térmico vertical:

GAS = 1 oC/100m > α

Existe INESTABILIDAD ATMOSFÉRICA O CONVECCIÓN cuando una


partícula (o masa) de aire separada verticalmente tiende a proseguir el movimiento en el
sentido que se ha iniciado, alejándose del nivel de partida: Si al elevarse una masa de
aire adquiere una temperatura superior a la del aire ambiente sigue ascendiendo. En un
movimiento vertical sin condensación de agua:

GAS = 1 oC/100m < α

En la naturaleza existen muchas posibles variaciones sobre el esquema descrito, lo que


da lugar a una gran complejidad de los movimientos verticales: el gradiente térmico
vertical no tiene por qué ser constante a lo largo de todo el espesor de la troposfera y es
frecuente que haya una evolución adiabática seca en una capa y, a partir de un cierto
nivel, una evolución adiabática húmeda.
MOVIMIENTOS HORIZONTALES DE LA ATMÓSFERA.

DISTRIBUCIÓN HORIZONTAL DE LA PRESIÓN


ATMOSFÉRICA. EL VIENTO
La presión atmosférica varía de un modo notable, en un plano horizontal, una vez
reducida a un nivel altitudinal común, sea el del mar. Las variaciones tienen por causa
primera, el desigual calentamiento de las distintas partes de la superficie de la Tierra.

El aire en contacto con estas superficies desigualmente calentadas, se caldea también de


manera desigual, de modo que aparecen sectores o columnas de aire cálidas y otras
frías. Las cálidas son ligeras, poco pesadas, con lo que ejercen una menor presión sobre
la superficie que descansan, que la producida por las frías. Los ascensos crean una
succión de aire hacia arriba, y una menor presión, por tanto, en superficie, y los
descensos, un aumento de la misma

El viento, que es aire en movimiento paralelo al suelo, se origina por las mencionadas
variaciones de la presión atmosférica, con el fin de restablecer el equilibrio bárico.

La representación en un mapa de la distribución de la presión atmosférica sobre la


superficie terrestre, en un momento dado, se realiza mediante isobaras, que son curvas
que unen puntos que tienen la misma presión atmosférica una vez reducida al nivel del
mar. Esta reducción se efectúa porque no interesan las variaciones de la presión en
función de la altitud. La presión normal al nivel del mar es de 1013,2 hPa, o 760 mm de
mercurio, los valores superiores a ellos serán considerados altos y los inferiores bajos.

FUERZA DE CORIOLIS
La Tierra gira de oeste a este (vista desde arriba, en el sentido contrario de las agujas del
reloj); la velocidad de rotación es menor en los polos que en el Ecuador: Un punto de la
superficie cercano a los polos y otro cercano al Ecuador dan una vuelta completa en 24
horas, pero el recorrido del primero será menor que el realizado por el segundo, al ser
menor la trayectoria circular que tiene que realizar. Debido a esto, si en el hemisferio
norte el viento parte desde un punto A hacia el norte tiende a adelentarse a la rotación,
ya que los paralelos que va pasando cada vez son menores, lo que provoca un aumento
de la velocidad en relación con la velocidad de la Tierra (se desvía hacia la derecha o al
este) y si el viento parte del punto A y se dirige hacia el sur se retrasa en la rotación (se
desvía hacia la derecha o al oeste). Lo contrario pasa en el hemisferio sur.

CIRCULACIÓN DEL AIRE EN LOS ANTICICLONES Y EN LAS


BORRASCAS
En el hemisferio norte la trayectoria del viento se desvía hacia la derecha:
En las borrascas se produce una rotación en espiral hacia dentro en sentido contrario a
las agujas del reloj
En los anticiclones se produce una rotación espiral hacia fuera en el sentido de las
agujas del reloj

En el hemisferio sur la trayectoria del viento se desvía hacia la izquierda:


En las borrascas se produce una rotación en espiral hacia dentro en el sentido de las
agujas del reloj.
En los anticiclones se produce una rotación espiral hacia fuera en sentido contrario de
las agujas del reloj.

CÉLULAS DE HADLEY
La energía (fundamentalmente la del espectro luminoso) que alcanza la superficie de la
Tierra, y que se transforma en radiación terrestre (infrarroja) calentando la atmósfera, no
llega en la misma cantidad a todos los lugares del planeta, dado que las zonas
ecuatoriales, por situarse perpendicularmente a la radiación solar, reciben mucha más
energía por unidad de superficie que las zonas polares, donde los rayos inciden muy
oblicuos, o incluso tangencialmente, en relación a la superficie de la atmósfera.

Esta observación ya fue realizada a principios del siglo XVIII por John Hadley,
médico y astrónomo británico, el cual supuso además que al ser la atmósfera un fluido
debería existir una circulación convectiva, distribuyéndose el calor desde el ecuador
hasta los polos. Una célula teórica que cubriese todo un hemisferio estaría construida
por aire caliente y menos denso, ascendente sobre el ecuador, y con desplazamientos
por las capas altas hacia el polo, donde tras su enfriamiento y densificación se
desplomaría fluyendo por la superficie hasta alcanzar de nuevo las zonas ecuatoriales.

Sin embargo, en realidad no corresponde a una sola célula si no, por lo menos a tres
células principales en cada hemisferio, incidiendo también en dicha circulación la fuerza
de Coriolis y la distribución geográfica de continentes, océanos y relieves montañosos
importantes.

De esta forma en las tres células convectivas de cada hemisferio los vientos casi nunca
se desplazan en dirección norte-sur, sino de forma oblícua o incluso perpendicular a los
meridianos.

ESQUEMA GENERAL DE LA CIRCULACIÓN ATMOSFÉRICA

A una escala a planetaria, es posible distinguir unos grandes sistemas de vientos,


persistentes sobre extensas áreas, y unas células de presión que conforman, en
promedio, cinturones latitudinales, vinculados a aquéllos. Quedan, así, dibujados los
rasgos esenciales de la circulación general atmosférica.

Alrededor de unos 30 a 35o de latitud, tanto norte como sur, hay un cinturón de
anticiclones subtropicales, formados por extensas células de alta presión, que, en los
correspondientes veranos de ambos hemisferios son, sólo en las capas más superficiales,
sustituidas por bajas presiones de tipo térmico en los continentes, dado su
calentamiento. Los dos poderosos cinturones anticiclónicos se corresponden con zonas
de muy escasa precipitación, grandes desiertos cálidos o costeros sobre los continentes.
De los cinturones de anticiclones subtropicales parten hacia el ecuador los vientos
alisios, muy persistentes, que son, por la fuerza desviadora de Coriolis, del nordeste al
este en el hemisferio boreal y del sudeste al este en el austral. Los alisios constituyen el
sistema de vientos más constante y que afecta a una mayor superficie planetaria, sólo
claramente interrumpido por el monzón del sudoeste del océano Índico en verano.

Los vientos alisios de cada hemisferio convergen hacia el ecuador, en promedio algo al
norte del mismo, definiendo, así, una zona de convergencia intertropical, o ZCIT, con
vientos flojos -se habla de calmas ecuatoriales, o doldrums-, y presión baja. La
convergencia da lugar a ascendencias de aire y precipitaciones copiosas y frecuentes.

De los cinturones de anticiclones subtropicales parten hacia el norte en el hemisferio


boreal y hacia el sur en el austral vientos que, por causa de la desviación de Coriolis, se
tornan del sudoeste al oeste en el hemisferio norte y del noroeste al oeste en el sur. De
esta manera, hay dos corrientes con componentes oeste en latitudes medias, una en cada
hemisferio: los vientos dominantes del oeste o westerlies, menos ersistentes y continuos
que los alisios.

Los casquetes polares dan lugar, por tratarse de un sustrato muy frío, a altas presiones
de tipo térmico, de las que parten hacia el ecuador flujos, que, desviados por la fuerza
de Coriolis, adquieren una cierta componente del este: son los levantes de altas
latitudes, o easterlies.
Se denomina frente polar al límite entre el aire frío precedente del polo(levantes
superficiales) y el aire cálido; en realidad no se trata de un solo frente, sino de varios
que forman un cinturón; su situación varía a lo largo del año.

Las zonas descritas sufren una migración estacional en latitud de modo que en el verano
del hemisferio boreal se desplazan hacia el norte y en su invierno hacia el sur, con la
consiguiente variación estacional y las repercusiones atmosféricas correspondientes.

En la zona superior de la troposfera aparece un sistema de vientos del oeste desde los
polos hasta las latitudes tropicales y un sistema de vientos del este sobre la zona
ecuatorial. Ambos se encuentran separados por la parte alta de los anticiclones
subtropicales. Parte de los vientos del oeste (los situados entre 35o y 45o de latitud)
circulan a gran velocidad y se denominan corriente en chorro su trayectoria varía a lo
largo del año.

La corriente en chorro en verano alcanza grandes velocidades y trayectorias poco


sinuosas, mientras que en invierno disminuye la velocidad y describe meandros; los
salientes hacia el sur de estos meandros corresponden con borrascas en superficie y las
entradas hacia el norte se corresponden con anticiclones. A veces alguno de los
meandros llega a estrangularse dejando un embolsamiento de aire frío en latitudes más
cálidas; esto da lugar a la formación de grandes borrascas en la superficie, fenómeno
que se denomina gota fría y ocasiona grandes lluvias
EL PRIMER TEOREMA DE BJERKNES Y LAS BRISAS

Las brisas constituyen un sistema de vientos locales, con un flujo superficial desde los
sectores fríos hacia los cálidos, ascendencia del aire sobre éstos y un flujo de retorno, en
sentido contrario al de superficie, a cierta altura, para completarse con el descenso del
aire en los lugares fríos.

Existen dos tipos principales de brisas: las de costa y las de montaña, que se originan
por las diferencias térmicas que se establecen entre el mar y la costa y entre los valles y
la montaña

FRENTES

Las masas de aire se desplazan en conjunto y se "empujan" unas a otras. En cambio,


raramente se mezclan. Esta propiedad es la causante del acentuado dinamismo de la
atmósfera en la llamada superficie frontal, como se denomina a la superficie de contacto
entre dos masas de aire.

Como la atmósfera tiene tres dimensiones, la separación entre las masas de aire es una
superficie llamada superficie frontal, siendo el frente, la línea determinada por la
intersección de la superficie frontal y el suelo.
Este término fue introducido por la Escuela de Bjerkness en Noruega (1918) para
describir una superficie de discontinuidad que separa dos masas de aire de distinta
densidad o temperatura.

Los frentes pueden tener una longitud de 500 a 5000 Km., un ancho de 5 a 50 Km. y
una altura de 3 a 20 Km. La pendiente de la superficie frontal puede variar entre1:100 y
1:500.

EL CLIMA: CONCEPTOS Y PARÁMETROS

La climatología es la ciencia que se ocupa del estudio del clima. Denominamos clima
al conjunto de fenómenos de tipo meteorológico que caracterizan la situación y el
tiempo atmosférico en un lugar determinado de la Tierra. No debemos confundir el
clima con el tiempo meteorológico (temperatura, humedad, nubosidad, precipitación y
viento) de un momento determinado, ya que aquél ha de ser calculado a partir de los
valores medios de éste, recogidos a lo largo de veinte o treinta años.

El clima surge como resultado de una serie de interacciones entre la latitud, la altitud, la
continentalidad y la orientación respecto a la acción de los vientos. Su estudio es de
suma importancia para la humanidad, pues su cambio drástico podría provocar, por
ejemplo, malas cosechas y habría que adoptar nuevas prácticas agrarias.

Diagramas climáticos. Los factores climáticos no influyen sobre los seres vivos
independientemente, lo que interesa es su acción simultánea; en este sentido es muy
interesante la información que proporcionan los diagramas climáticos los cuales indican
las relaciones entre las temperaturas y precipitaciones a lo largo del año.

Con esta finalidad hemos de comprender e interpretar los diagramas climáticos, que
son las gráficas que representan los climas de diferentes zonas de la Tierra, hemos de
conocer conceptos tales como precipitación y frente y una clasificación general de las
zonas climáticas.

Distribución de las zonas climáticas


El modelo general de circulación atmosférica permite predecir la existencia de unas bandas
climáticas alternativamente lluviosas y secas a partir del ecuador, según los flujos de aire sean
ascendentes o descendentes.

EL SISTEMA KÖPEN DE CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA

Delimita regiones climáticas combinando la precipitación, la temperatura y la


distribución de la vegetación.

Este sistema consiste en clasificar varias unidades climáticas y designarlas por


combinación de letras.

Una primera separación de cinco grandes grupos, representados por letras mayúsculas
(A-E), distingue:

- (A) Climas tropicales, con temperatura media en todos los meses mayor de 18 oC, sin
invierno y con una precipitación anual superior a la evaporación.

- (B) Climas secos, con una precipitación anual inferior a la evaporación.

- (C) Climas templados cálidos o mesotérmicos, con una temperatura media del mes
más frío entre 18 y -3 oC.

- (D) Climas de nieve o microtérmicos, con una temperatura media del mes más frío
menor de -3 oC, y del mes más calido mayor de 10 oC, que es el límite para el
crecimiento de los bosques.

- (E) Climas de hielo, con una temperatura media del mes más cálido de menos de 18
o
C.

Cada uno de estos grupos se subdivide en clases designadas con otras letras:

- (S) Clima de estepa semiárido, precipitación anual entre 38 - 76 cm.

- (W) Clima desértico árido, precipitación anual menor de 25 cm.

- (f) Clima húmedo, precipitación regular todo el año.


- (s) Estación seca durante el verano.

- (m) Clima de bosque lluvioso o pluvisilva.

El resultado de combinar estos dos parámetros de letras, son once unidades climáticas
distintas: (Af) Clima tropical, (Aw) Sabana tropical, (BS) Clima de estepa, (BW) Clima
desértico, (Cw) Clima lluvios templado con invierno seco, (Cf) Clima lluvioso templado
húmedo todo el año, (Cs) Clima lluvioso templado con verano seco, (Df) Clima de
bosque frío con nieve y húmedo todo el año, (Dw) Clima de bosque frío con nieve y
seco en el invierno, (ET) Clima de tundra, y (EF) clima de hielo perpetuo.

La evolución del clima

La temperatura media de la Tierra actual es de 15o C. Al estudiar el registro histórico,


se llega a la conclusión de que el clima del planeta ha conocido variaciones extremas,
aunque nunca tanto como para que la mayor parte de su hidrosfera dejase de ser líquida.
Hay sedimentos depositados en agua desde hace 3.800 millones de años, y el hielo
nunca ha cubierto toda la Tierra.

Durante los períodos más fríos, grandes masas de hielo han cubierto los continentes.
Durante los más cálidos, el gradiente térmico entre el Ecuador y los Polos ha
disminuido hasta casi anularse. Desde Louis Agassiz y sus seguidores, estos períodos
fríos se han conocido como glaciaciones, mientras que recientemente algunos
paleoclimatólogos han comenzado a llamar períodos de invernadero a los períodos
cálidos extremos. Si atendemos a su distribución en el tiempo y a su duración, debemos
concluir que el clima normal del planeta es un clima de invernadero, y que las siete
glaciaciones son anomalías a explicar.

┌─────────────────────────┬───┬───────────────┬┬┬┬┬┬──┬┬┬─┬
─┬┐
├─────┬──────┬─────┬──────┼───┴──┬──────┬─────┼┴┴┴┴┴─┬┴┴┴─┴
─┴┤
│ │ │ │ │ │ │ │ │ │
Origen 4000 3000 2000 Hoy de la
Tierra
Tiempo (m.a.)

Distribución de las siete glaciaciones conocidas en la Historia de la Tierra, con duraciones entre 25 y 200
millones de años.

La glaciaciones parecen un fenómeno moderno: todas parecen haber tenido lugar en los
últimos 1.000 millones de años.

¿Podría haber sido la Tierra antigua más cálida que en los últimos 1.000 millones de
años?. Esta alternativa plantea un serio problema teórico, conocido como la Paradoja
del Sol joven frío.
La idea más citada es que la cantidad de CO2 en la atmósfera primitiva era mucho
mayor que la actual. El CO2 tiene la propiedad de ser transparente a la radiación visible
pero opaco a la infrarroja (efecto invernadero). Como la luz que refleja una superficie
planetaria es precisamente infrarroja, un planeta con una atmósfera rica en CO2 tenderá
a calentarse. Ya hemos visto que el CO2 era uno de los gases que se proponen para la
atmósfera primitiva de la Tierra.

El CO2 tiene además una propiedad crítica para el desarrollo de la vida en el planeta: es
un amortiguador térmico, en épocas frías, el CO2 arrojado por los volcanes apenas se
empleará en alterar rocas, y se acumulará en la atmósfera, provocandp un efecto
invernadero que contrarrestará el enfriamiento.

Puesto que el reino vegetal utiliza el CO2 que el reino vegetal utiliza el CO2 en la
fotosíntesis, algunos investigadores del clima terrestre han atribuido a la biosfera la
capacidad de regular el clima del planeta (hipótesis Gaia). Por ejemplo, en el marco de
Gaia, una época fría dará lugar a la acumulación de CO2 en la atmósfera, no porque
descienda la velocidad de las reacciones, sino porque habrá una reducción de superficie
boscosa, con lo que se reducirá el consumo fotosintético de CO2.

Dentro de una glaciación, el clima oscila entre extremos de máximo frío (períodos
glaciales) y otros más benignos (períodos interglaciales). Los períodos glaciales e
interglaciales
suelen durar algo menos de 100.000 años; dentro de ellos,
se distinguen oscilaciones climáticas más cortas, entre
10 y 1.000 años, que suelen denominarse óptimos climáticos y crisis climáticas. Estas
han jugado un papel decisivo en la evolución y el desarrollo reciente de la especie
humana.

¿Cuáles pueden ser las causas de las oscilaciones climáticas? Primeramente hay que
tener en cuenta que dichas oscilaciones equivalen a cambios producidos en el calor
almacenado en la Tierra (A), parámetro que a su vez resulta del balance entre calor o
radiación recibida (G) y la reflejada, emitida o devuelta por la tierra (E), de forma que

A=G-E

El calor recibido (G) dependerá de la radiación total procedente del Sol y conocida
como constante solar Q, menos la reflejada por la Tierra, siendo esta última un efecto
directo del albedo (a):

G = Q(1 - a)

A su vez, el calor emitido dependerá no sólo del albedo sino también del efecto
invernadero o de la capacidad calorífica de las superficies que se calientan.

Una de las hipótesis sugiere la posibilidad de que las glaciaciones pueden estar
relacionadas con el período de rotación del Sol en torno al centro de la Galaxia o con su
oscilación, sincrónica con dicho período, en relación al plano ecuatorial. En este plano
se concentra la mayor parte de la materia, de forma que cada vez que nuestra estrella
pasase a través de dicho plano, la cantidad de radiación procedente de la misma se vería
reducida al tropezar con una mayor cantidad de materia cósmica difusa. Este
movimiento periódico dura unos 250 m.a., valor que se aproxima al intervalo con el que
se han producido glaciaciones en los últimos 600 m.a.

En el año 1941 el geofísico serbio Milutin Milankovitch elaboró una hipótesis para
explicar las fluctuaciones de segundo orden, es decir aquéllas cuya duración ronda los
100.00 años. Puso de manifiesto el hecho de que la órbita terrestre experimenta
fluctuaciones en su excentricidad, con un período de 93.000 años. Dicho período se
ajusta, de forma aproximada, a la duración de las últimas etapas glaciales e
interglaciales. Por otro lado, la inclinación del eje de rotación de la Tierra varía entre 22
y 24o en un período de 41.000 años, y que simultáneamente dicho eje experimenta un
movimiento de cabeceo u oscilación que se completa en 25.800 años. La conjunción de
estos tres factores provocaría oscilaciones climáticas de menor duración dentro de los
periodos anteriores. Por ejemplo , una mayor inclinación del eje de rotación terrestre
lógicamente favorece una estacionalidad más acusada, con veranos en los que llegará a
fundirse una mayor proporción de hielo, con el consiguiente descenso del albedo y, en
definitiva, un calentamiento general del planeta.

Las crisis y óptimos climáticos han sido relacionados con cambios reales en la
constante solar, la cual parece aumentar cuando este astro presenta sus manchas
características, que se producen cada 11 años, desvaneciéndose al cabo de 1 ó 2 años .
La aparición de las manchas solares suele coincidir con años de sequía en las laitudes
medias, las cuales se ven afectadas por una alteración de la circulación atmosférica
general; por ejemplo, en el caso de la Península Ibérica, las borrascas (que durante gran
parte del año suelen atravesar nuestras regiones empujadas por los vientos occidentales)
se desplazan, incluso en invierno, a través de latitudes más altas. Así sucedió durante las
dos últimas sequías, cuyos máximos se alcanzaron en los años 1981 y 1992.

Geología y cambios climáticos.

La influencia de la actividad volcánica ya es un hecho comprobado, de forma directa,


con las grandes erupciones ocurridas duranrte las últimas décadas. Se introducen en la
atmósfera cantidades importantes de gases y polvo que ascienden hasta la estratosfera,
donde las fuertes corrientes horizontales las dispersan por todo el planeta y las
mantienen en suspensión durante largo tiempo, reduciendo la radiación incidente.

Las dos últimas glaciaciones (hace 600 y 300 millones de años) tuvieron lugar en
épocas en que la mayoría de los continentes estaban agrupados. Ello implicaría un clima
más extremado, y por lo tanto podría ser favorable al enfriamiento general; además de
que un supercontinente implica colisiones de otros menores, con formación de
montañas, propicias para un enfriamiento. Una idea reciente (el ciclo del
supercontinente) de que la formación y destrucción de supercontinentes regula la
aparición de glaciaciones además de la diversidad de la biosfera choca con una objeción
fundamental. ¿Acaso no hubo supercontinentes entre 2.300 y 900 millones de años?
Este largo período sin glaciaciones, y en general la irregular distribución de éstas,
constituyen los grandes problemas a resolver por cualquier hipótesis paleoclimática.
Aunque no son los mayores enigmas de la historia del clima terrestre.

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