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TakaNakuY:

los lÍmitEs dE la cultura Y lo JurÍdico


—MESA REDONDA—

El jueves 20 de junio de 2013 concretó una mesa redonda llevada a cabo en la Univer-
sidad Wiener, que tuvo como tema los aspectos culturales y jurídicos del takanakuy, una
suma de peleas o combates, de puñetazos y patadas entre varones, de carácter marcada-
mente colectivo, dentro de periodos específicos del año en un segmento del sur andino
peruano, evidenciado principalmente en las provincias de Chumbivilcas, en el Cusco, y
Antabamba, en Apurímac.

Se desarrolló la mesa redonda en el auditorio de la Universidad, donde al mismo tiem-


po se exhibía la exposición temporal, del 11 de junio al 4 de julio, “Takanakuy, el ritual
del control de la violencia”, un conjunto de cincuenta y tres fotografías; de Daniel Con-
treras y Sophia Durand, de Micromuseo; Max Cabello, Giancarlo Shibayama y Roberto
Cáceres, de SupayFotos; Lele Saveri, y Nicolas Villaume, a las que se suman fotografías de
registro etnográfico y videos, de Harold Hernández.

Participaron en la mesa redonda el historiador Manuel Burga Díaz, el historiador de


arte y curador Gustavo Buntinx y el abogado Juan Carlos Torres. Los tres, desde perspecti-
vas distintas, pero complementarias, sumaron ideas para poder hacer a esta práctica, ajena
al entendimiento del sentido común, más inteligible.

Antes de la transcripción de los discursos de esta mesa redonda, es pertinente presentar


la naturaleza del takanakuy —de acuerdo a cómo se conceptualizó en la exposición tem-
poral—, pues siendo esta práctica exótica a la perspectiva de la mayoría de la sociedad,
puede caerse en el error de interpretarla caricaturescamente, sea denostándola de modo
inmediato o elogiando una espontánea bizarría por parte de quienes lo practican.

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 101


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

TakaNakuY: El ritual dEl control dE la ViolEncia

i. El TakaNakuY En la sociedad andina predomina una


lógica de dualismo complementario como
Takanakuy, palabra quechua, signifi- recurso intelectivo, que ordena y planifica
ca golpearse mutuamente entre sí. Es el las relaciones sociales, políticas, laborales
nombre de una fiesta cuyo motivo central y económicas. Pues bien, este recurso aún
es una suma extendida de peleas entre va- existe y permite las relaciones de recipro-
rones. Se evidencia principalmente en las cidad en lo económico, lo político, aun
provincias de Chumbivilcas, en el Cusco, lo parental. Esto concreta en que la fiesta
y Antabamba, en Apurímac. sea organizada por dos responsables o car-
guyoq a partir de dos imágenes del Niño
Se agregan canto, baile y comparsas, Jesús, denominados Niño y Belén, que
alrededor del ritmo de huaylía, interpreta- representan a cada grupo que compite.
do por mujeres. Decenas de pueblos cele- Cada autoridad es ayudada por parientes,
bran organizadamente el takanakuy en di- compadres o amigos para organizar todos
versos días, alrededor de la Navidad. Pero los complejos detalles de la fiesta.
es Santo Tomás, capital de Chumbivilcas,
donde todos los 25 de diciembre concre- La huaylía es el género musical que
tan cientos de peleas en el coso de la ciu- acompaña inevitablemente al takanakuy.
dad. La figura del Niño Jesús, Príncipe de Su temática es el amor sentimental, el
la Paz, del cristianismo, pudiera ser visto desarraigo, la confrontación entre adver-
como incompatible con la violencia que se sarios, el honor viril, la violencia. Hay
suscita en el festival. De hecho, su presen-
una polémica letra de huaylía que remi-
cia puede suscitar estupor e indignación.
te a eventuales peleas campales entre los
bandos adversarios que acontecen cuan-
Lo que se descubre en esta práctica
do un contrincante patea a su adversario
son funciones importantes: catarsis, re-
en el suelo; apenas ocurre, los bandos que
solución de conflictos, afianzamiento de
apoyan a los luchadores se baten a trom-
relaciones sociales, diversión. Distinta
padas, patadas, incluso a pedradas:
sensibilidad de tolerancia al dolor físico;
distinto umbral de soporte de violencia
Niño [Jesús], no tengas miedo cuando
física y sufrimiento. Finalmente, identi- empiece a caer granizo de piedra, cuando
dad, de una región que históricamente se empiece a andar río de sangre. Si empieza
ha diferenciado por ausencia del Estado; granizo de piedra, si empieza a andar río
sistema ecológico económico peculiar, y de sangre, dices que están tostando maíz de
por tanto, prácticas sociales que se ajus- maná, dices que es agua de airampo.
tan a estas condiciones, y que generan
sentido de pertenencia. Lo que quizá sea Esta huaylía, tierna y brutal a la vez,
nuclear en esta práctica es cómo se culti- pide complicidad al Niño Jesús: le dice
va la violencia –entiéndase que la violen- que disimule, y haga como que no hay
cia es un tipo de relación social que ha violencia, sino que en verdad esta es posi-
acompañado al ser humano como especie tiva: maíz (alimento) y airampo (medica-
desde el inicio de su existencia–. mento casero).

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El takanakuy es un espacio social y el abigeato que, sumados a la privación de


donde la gente baila, canta y se divier- lo público, generaron una violencia valora-
te. La mayoría lo hace disfrazándose, y da de carácter antiestatal, la cual se extendió
representando personajes. En el presen- del gamonal al campesino. Se produjo así
te se distinguen el negro, el majeño, la una suerte de justicia fronteriza; un perci-
langosta o qara capa, el qarawatana y el birse a sí mismo como rebelde; y al territo-
q’ara gallo. Siguiendo a Víctor Laime1, rio, como “tierra brava”.
el negro representa a los esclavos negros,
pero paradójicamente era asumido por Gustavo Arias Díaz3 analiza las para-
mistis y luego, por los mejores peleado- dójicas facetas sociales y jurídicas de esta
res; el majeño representa, obviamente, a práctica. Recuerda que el artículo 15 del
los comerciantes de Majes, que acudían Código Penal peruano considera lo que
con aguardiente para trocar por produc- este llama “error de comprensión cultu-
tos de Chumbivilcas; el langosta o qara ralmente condicionado” para aplicarlo
capa nace en los años 40 del siglo pasado, al takanakuy y sus eventuales excesos: El
cuando plagas de estos insectos asolaron que por su cultura o costumbres comete un
parte de Chumbivilcas; el qarawatana es hecho punible sin poder comprender el ca-
un personaje que usa la prenda del mismo rácter delictuoso de su acto o determinarse
nombre, suerte de chaparreras o zahones de acuerdo a esa comprensión, será eximido
y un animal disecado en la cabeza; el q’ara de responsabilidad...
gallo supone un disfraz improvisado que
apunta a la extravagancia. El autor, si bien reconoce que en las
sociedades heterogéneas, de pluralismo
ii. PrEtEnsiÓn dE Justicia cultural, se requiere de pluralismo jurídi-
Y dO uT des En un EsPacio co que apunte a ciertas formas de diálogo
dE ausEncia dEl Estado con prácticas consuetudinarias, indica que
esta práctica riñe con el derecho, y que es
El takanakuy es una reciprocidad controla- insostenible el argumento jurídico del ar-
da de violencias previamente asumidas. Es tículo referido. No obstante esto, recono-
un do ut des de puñetes y patadas, cuyo ob- ce que en el takanakuy hay una profunda
jetivo es probarse a sí mismo y a los demás religiosidad y que es un intento de superar
que se es estoico. Se trata de valores funcio- males sociales endémicos, entre ellos “las
nales a condiciones económicas y sociales malas actuaciones de los responsables de la
harto difíciles, escaso desarrollo económico administración de justicia en el país”.
y ecología ardua; se suma a esto la secular e
histórica ausencia del Estado. III. ¿DEPORTE?

Deborah Poole2 halla que Chumbivilcas Norbert Elias4 dice que el proceso civili-
sufrió de modo endémico el gamonalismo zatorio significa acotar las reglas, limitar

1 Víctor Laime Mantilla, Takanakuy. Cuando la sangre hierve. Cusco, 2003.


2 “Paisajes de poder en la cultura abigea del sur andino”. En Debate Agrario 3, jul-set 1988.
3 De 2003, Poder y violencia en los andes: a propósito de la costumbre del takanakuy en la comunidad
campesina de Ccoyo, Cusco. Tesis de Maestría en Ciencias Sociales con especialidad en Derecho y
Sociedad. Ecuador: FLACSO.
4 “Un ensayo sobre el deporte y la violencia”, en Norbert Elias y Eric Dunning (1992). Deporte y Ocio
en el proceso de la civilización. México: FCE.

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Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

la espontaneidad vital del ser humano, y umbral de rechazo a la violencia y en el


que eso se percibe en el deporte. El de- umbral de sensibilidad ante la violencia; a
porte es una actividad de grupo centrada lo que puede sumarse una mayor sensibili-
en la competencia de al menos dos par- dad ante el dolor y el sufrimiento. Esto hace
tes, que exige esfuerzo físico y con reglas que en el espacio urbano moderno se lea el
que definen el límite de la violencia. Así, takanakuy como brutal. En los dos últimos
el deporte es una lucha fingida; no es real milenios ha habido un lento proceso por el
o espontánea. Sobre el deporte de com- que el Estado es quien ha asumido la mo-
bate, específicamente, si este fuera real, nopolización de la violencia y el control de
involucraría a toda la persona y el triunfo los medios de la violencia; esto se ha acele-
se llevaría a extremos: la muerte. Hay mí- rado en el siglo XVIII; y más aún luego de
mesis: se imita una lucha real o total. la Segunda Guerra Mundial, con el novísi-
mo concepto de derechos humanos.
En el takanakuy vemos un deporte in-
cipiente, donde hay mímesis, porque no El pancracio, la lucha libre de las olim-
es solo una pelea; representa una pelea. piadas de la Grecia Clásica, hacia el 650
No evidencia la sofisticación de reglas del a. C., era uno de los agones (de ahí ‘agonía’)
deporte moderno, que acota o limita la más violentos que con frecuencia termina-
violencia a su mínima expresión; pero ba con la muerte de algún contendor, o que
hay límites: los árbitros, el público, los solía tornarlos minusválidos y tullidos por
parientes del adversario que pueden cas- el resto de sus vidas, pero con el galardón
tigar con violencia indiscriminada al que del honor y la gloria. En el otro extremo
burla violentamente las reglas. Es una se encuentra el moderno wrestling, entre
suerte de deporte cultural, pero que no se deporte y artes escénicas, y que produce
limita al juego, sino que funciona como héroes mediáticos. La modernidad ha to-
sancionador o indicador de la posición cado al takanakuy: en los últimos años se
de la persona y su familia en la sociedad. extiende la práctica, no exenta de críticas, a
Ofrece estatus, incluso fama, a quienes mujeres. Luchas tradicionales más o menos
participan y aun triunfan. similares al takanakuy existen extendidas en
todo el orbe: Mesoamérica, Asia Central,
A pesar de haber confrontación, los ad- Sudeste asiático, África. Pero este tiene esta
versarios están unidos por un mismo len- particularidad: puñetes y patadas, y galar-
guaje común –que tiene función conativa, dón que se extiende del individuo a la fami-
en el sentido lingüístico y en el sentido de lia o a pueblo. La sensibilidad a la violencia
pulsión psíquica–. A través de este lengua- y el dolor es atenuada por la vergüenza a
je se comunican los valores, en especial el manifestar precisamente dolor.
estoicismo y el rigor de la vida; las palabras
son golpes y daño físico. Hay reciprocidad. V. oriGEn Y razonEs
Por las QuE sE PElEa
iV. El umbral dE sEnsibilidad
a la ViolEncia Víctor Laime5 rescata tres explicaciones
del origen de esta práctica, ninguna de
A lo largo de la historia humana, según ellas aún comprobadas históricamente:
Norbert Elias, ha habido un avance en el 1. Hacia el siglo XIX, los hacendados
5 Op. cit.

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contaban con esclavos negros; además, Pero, ¿qué empuja anímicamente a


había un intenso comercio con la zona de pelear? Hay un concepto griego que pode-
Majes, en especial por el alcohol de caña. mos rescatar para entenderlo: kidos. René
En un espacio de ausencia de Estado, las Girard6 halla que kidos “[…] es la fascina-
riñas espontáneas eran muy frecuentes; ción que ejerce la violencia. Por todas par-
estas se institucionalizaron con peleas tes donde se muestra seduce y asusta a los
pactadas y apuestas consecuentes, en- hombres […] Siempre posee el kidos aquel
tre negros esclavos y majeños; de ahí los que acaba de asestar el golpe mayor, el ven-
primeros personajes: negros y majeños. 2. cedor del momento […] Los adversarios
Hacia el siglo XVIII había en la zona dos del triunfador deben realizar un esfuerzo
familias muy poderosas: los Oblitas y los extraordinario para escapar al hechizo y
De la Cuba, entre las cuales había polé- recuperar el kidos”. Y agrega, remitiendo a
mica por asuntos económicos; esto trajo un sentido transcultural de esta experien-
bandolerismo extendido. Ambos llevaron cia, que “[…] no hay nadie que no haya
esclavos negros de Lima, quienes disfra- observado los efectos espirituales de la vio-
zados y con el rostro cubierto tenían más lencia triunfante en los conflictos de todo
libertad para ejercer violencia. 3. Los es- tipo, en los deportes, en los juegos de azar”.
pañoles, durante el virreinato, hacia Na-
vidad, organizaban peleas de gallos, que Enardecimiento es lo que vemos en
extendieron como riñas a esclavos negros, los eventuales luchadores. Y no hay ins-
que simulaban pelear como gallos. tinto en el ser humano capaz de aplacar
este impulso de modo automático e inme-
Sobre las razones por las cuales los diato. Por eso, a pesar de la prohibición
chumbivilcanos refieren que pelean, de patear al adversario que cae al suelo, el
Laime sintetiza lo siguiente: por depor- impulso lleno de kidos empuja a rematar
te, por amistad, para ventilar conflictos al oponente; algunos se abstienen; otros
familiares o personales, por razones sen- no. Cuando no, la víctima evidencia no
timentales (disputarse el amor de una estar sola: los parientes reaccionan y se
mujer), para colaborar en la defensa de desarrolla una violencia en cadena, una
un pariente. batalla campal que dura segundos, casi
como reguero de pólvora, que los propios
Vi. El kIdOs llaman waykilla. Antiguamente terminaba
en continuas grescas con lluvia de piedras
Aunque las actitudes de los participantes y consecuente derramamiento de sangre.
parezcan desaforadas, hay un equilibrio Por eso la huaylía "Niño [Jesús], no tengas
en lo que observamos: las peleas empie- miedo cuando empiece a caer granizo de pie-
zan y terminan dentro del foro decidido dra…". Pero los excesos tienen un límite.
consuetudinariamente. Antiguamente, la Todo termina en catarsis.
victoria la sancionaba el triunfo visible
de un ganador. En el presente esto se ha Vii. la miGraciÓn dEl
atenuado, limitándose los minutos de las TakaNakuY
peleas. Siguiendo a Norbert Elias, hay un
progreso en el umbral de rechazo de la El fenómeno social, económico y cultural
violencia y de sensibilidad ante ella. más grande del siglo XX en el Perú ha sido
6 De 1995, La violencia y lo sagrado. Barcelona, Anagrama.

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la masiva migración, del campo a la ciu- tolicismo, notoriamente con Cristo en


dad, a partir de complejos procesos; uno su advocación de Niño Jesús. Estrecharse
de ellos, la creciente industrialización y el las maños y aun abrazarse luego de una
aumento del sector servicios. La migración pelea es un deber ser que signa el sentido
ha reformulado el espacio de las ciudades, de las peleas con la paz: hacer eviden-
de modo que en estas se manifiestan cen- tes las relaciones personales y sociales
tenares de formas en que las regiones o heridas, para cerrarlas ritualmente. La
lugares de origen han leído su presente y pelea pretende ser un pharmakos, vene-
su porvenir. Campo y ciudad no son los no y antídoto. Ponzoña que envenena la
mismos desde este proceso. Así, el taka- sangre con kidos, y que exige violencia;
nakuy de Chumbivilcas tiene matices dis-
pero bálsamo que drena los abscesos y
tintos en Arequipa o Lima Metropolitana,
lenitivo que alivia el dolor de relaciones
a donde ha llegado esta práctica.
dañadas. La violencia purga.
De fiesta comunitaria a negocio de
La figura fundamental del cristianis-
espectáculo, de ritual religioso a cua-
mo torna cómplice para sancionar la legi-
sideporte, de sanción consuetudinaria
para resolver conflictos a entretenimien- timidad del takanakuy: el Niño Jesús usa
to, de tupay o enfrentamiento violento ropa de bayeta, cinto, lazo, sombrero y
comunitario estacional a protowrestling qarawatana. El Niño Dios es chumbivil-
o protocachascán. Si las condiciones eco- cano. Se ha transfigurado. El takanakuy
lógicas, económicas, laborales, organiza- es mesiánico: es sufrimiento y dolor; pero
cionales y parentales varían, es inevitable liberación y triunfo. El takanakuy es un
que en los siguientes años acontezcan ritual del control de la violencia.
variaciones. Ya en Chumbivilcas los más
jóvenes pueden asimilar el takanakuy a
los luchadores de la World Wrestling
Entertainment. El takanakuy de Arequi-
pa o Lima tiende a ser muy distinto del
propio de Chumbivilcas. Las institucio-
nes culturales nunca son permanentes,
anquilosadas, estáticas. Son dinámicas;
hablan de la realidad. Así, pretender
censurarlas no logrará extinguir aquello
de lo que hablan.

Viii. El TakaNakuY: phaRMakOs


mEsiÁnico

El takanakuy es un complejo institu-


cional por el cual toda una sociedad, en
un espacio regional peruano, pretende
verse a sí misma y ver su relación con
“los otros”. Hay un sentido religioso y
ritual en ello. Se integra la fiesta al ca- Fotografía: Max Cabello (SupayFotos).

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Fotografía: Nicolas Villaume.

Fotografía: Nicolas Villaume.

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Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

mEsa rEdonda
TakaNakuY: lOs líMITes de la CulTuRa Y lO juRídICO

Los participantes: Harold Hernández (moderador):

Manuel Burga Díaz, historiador, egre- Buenas noches. Bienvenidos todos a la


sado de la UNMSM, estudió en la École Universidad Norbert Wiener y a esta
Pratique des Hautes Études de París. mesa redonda denominada “Takanakuy:
Doctorado en La Sorbona. Entre otros los límites de la cultura y lo jurídico”,
libros suyos, destacan Nacimiento de una vinculada con la exposición “Takanakuy,
utopía (1988), y La Historia y los histo- el ritual del control de la violencia”.
riadores en el Perú (2005); coescribió
con Alberto Flores Galindo Apogeo y cri- Quienes nos acompañan en la mesa
son personas que creo pueden dar cuen-
sis de la República Aristocrática (1981).
ta, desde sus respectivas perspectivas, de
Fue rector de la UNMSM; es vicerrec-
alguna forma de interpretar o compren-
tor académico de la UARM. Recibió
der lo que se ve en los vídeos, lo que se ve
en 2014 del Estado peruano las Palmas en las fotografías y lo que se puede apre-
Magisteriales en el grado de Amauta. ciar acudiendo a Chumbivilcas y viendo
lo que se experimenta por parte de los
Gustavo Buntinx, historiador de arte y actores sociales. Me acompañan Manuel
egresado de la Universidad de Harvard; Burga Díaz, historiador, exrrector de la
es autor de diversos libros y artículos UNMSM, vicerrector de la Universidad
vinculados a la historia y crítica cultural Antonio Ruiz de Montoya. Quizá algu-
y de arte. Ha sido director del Museo de nos tengan presente de él un libro coes-
Arte Italiano, de Lima, y director gene- crito junto a Alberto Flores Galindo de
ral del Centro Cultural de San Marcos nombre Apogeo y crisis de la República
–la Casona–, de la UNMSM. Destaca Aristocrática; o Nacimiento de una utopía.
su curaduría Lo impuro y lo contaminado Está también Gustavo Buntinx; él es his-
III, en la Trienal de Santiago de Chile. toriador, exdirector del Centro Cultural
Dirige Micromuseo, espacio de musea- de la UNMSM; tiene diversas publica-
lidad mestiza y crítica. ciones; es curador y crítico de arte, entre
otras varias actividades; y es un conoce-
dor de la cultura popular. Juan Carlos
Juan Carlos Torres, abogado; estudió
Torres es un joven abogado que tiene una
en la PUCP. Logró su licenciatura con
tesis que hace escaso tiempo ha sido sus-
la tesis calificada de sobresaliente “Tra- tentada y evaluada como “sobresaliente”,
dición y Derecho en Chumbivilcas: El obviamente en Derecho. El título de su
Takanakuy como mecanismo de resolu- tesis es "Tradición y Derecho en Chumbi-
ción de conflictos jurídicos”. Ha publi- vilcas: el Takanakuy como Mecanismo de
cado, entre otros artículos, “La impor- Resolución de Conflictos Jurídicos".
tancia de una definición internacional
del delito de terrorismo” y “El derecho Solo me imagino que el historiador va
de insurgencia, un arma de índole cons- a referir la profundidad histórica y el senti-
titucional”. do de lo andino y de lo agrario, y de repen-

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Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

te dar algún tipo de explicación vinculada pia, afirmamos Chumbivilcas, afirmamos


posiblemente con Michel Foucault. Quizá a Santo Tomás; y la práctica de ese de-
Gustavo Buntinx hablará de la estética que porte nos vincula con el pasado, con la
involucra estas luchas. Y creo que con toda historia, y nos sirve como instrumento de
seguridad Juan Carlos Torres tratará de un interpretación del pasado y de resolución
tema arduo y polémico, respecto de lo cual de conflictos en el presente.
creo es torpe empezar haciendo juicio de
valor: el famoso artículo 15 del Código El libro lo voy a mencionar varias ve-
Penal peruano, que remite a cómo evaluar ces. En él hay muchas cosas interesantes
consecuencias de actos, consecuencias que que históricamente las dice, pero no las
pueden llevar a la muerte o a daño físico, fundamenta; los historiadores general-
que tiene que ver con esa carga de cultura mente a veces decimos lo mismo y no
que hay en algunos de los actos como, por ponemos un fundamento bibliográfico,
ejemplo, el takanakuy. documental. Por ejemplo, dice que esta
representación o esta escenificación pro-
El tema es harto complicado y creo viene de la época prehispánica; bueno, yo
que todos ellos tienen alguna perspectiva diría que no lo demuestra. En segundo
desde sus disciplinas, pero desde puntos lugar, que probablemente la huaylía se
de vista que se sostienen con algún tipo emparenta con el taki onqoy; no lo de-
de técnica o de noción o de categorías muestra; pero sí insinúa algunas caracte-
históricas o jurídicas; eso es lo importan- rísticas, que podría ser que el taki onqoy
te; y por esa razón creo que tienen bas- sea como un antecedente de lo que es la
tante que decir. huaylía, que acompaña al takanakuy. Y el
tercer libro es el de Gustavo Arias Díaz,
Poder y Violencia en los Andes. No me gus-
Dejo con ustedes al profesor Manuel
ta ese título, porque ese título es de soció-
Burga.
logos y de abogados. ¿Poder y violencia
en los andes para estudiar el takanakuy?
Manuel Burga: Y el subtítulo es “a propósito de la cos-
tumbre del takanakuy en la comunidad
Tengo que decir en primer lugar que campesina de Ccoyo–Cuzco”. Eso es
nuestro anfitrión, antropólogo, nos envió ya más interesante; y lo más interesante
tres publicaciones. Una publicación de él es que este libro es de una maestría en
mismo, que se llama Takanakuy, el anti Flacso, con la mención en Derecho y So-
Eteocles y Polinices, publicado en 2008, ciedad, de 2003, en Quito. Es decir que
donde dice que va a aplicar una mirada el tema se volvió realmente interesante.
girardiana a este ritual, a esta costumbre, Pero aquí, en 2011, Juan Carlos Torres ha
o este ceremonial, o a esta fiesta, que se presentado una tesis calificada con sobre-
llama takanakuy. Luego, me ha hecho leer saliente, que se llama Tradición y derecho
a Víctor Laime Mantilla, que tiene un li- en Chumbivilcas. Me gusta más, porque
bro, Takanakuy, cuando la sangre hierve, es la tradición que puede convertirse en
que fue publicado en el Cusco en 2003. derecho. Y me hizo recordar un ensayo
Y solamente digo que el libro de Victor del año 1918. Un intelectual cusqueño,
Laime Mantilla es como un reclamo por Pastor Ordoñez, escribe una tesis de dere-
la identidad propia. Es decir, practicando cho en la UNSAAC, del Cusco, llamada
el takanakuy afirmamos la identidad pro- El varayoc, el alcalde indio que proviene

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de las raíces del Perú andino, de los incas bién [en el takanakuy] parecen abrazarse
y antes de los incas. Y era falso, porque al final.
el varayoc es un alcalde de indios que fue
impuesto por los españoles para rempla- Me llama la atención el lugar. Es
zar a los curacas. Entonces, de algo sirve Chumbivilcas, con su capital Santo To-
la comprobación histórica. más, que está a una altura de 3660 msnm,
200 metros más que la ciudad del Cusco.
Ahora, yo no sabría decir si el taka- Hay otros lugares más altos, Colquemar-
nakuy es un ritual o si es un rito o es una ca por ejemplo; pero, digamos, es una
fiesta. Pero tengo la sensación, después población de ganaderos, de campesinos
de la lectura de las tres publicaciones in- ganaderos, de alpaqueros y de pastores de
dicadas, que detrás de los movimientos, ovejas. Eso es bien importante. Hay una
de las mascaradas, de los personajes, de estadística sobre Chumbivilcas de los años
los encuentros rituales o reales, hay toda 30; hay un libro de Parker, sobre el manejo
una organización, que se llama el cargo, de los rebaños. Y San Marcos [UNMSM]
en el Cusco, o el carguyoc, para aquel que tiene en la zona de altura, sobre Sicuani
lo posee durante el año. Y el cargo y el y Maranganí, un centro de experimenta-
carguyoc están anclados en las sociedades ción de alpacas; y teníamos muchas difi-
campesinas de esas regiones, del Cusco, cultades con los campesinos de la región
de Huancavelica, de Apurímac, de An- para hacerlos entender, para que nuestros
cash, de Huánuco; porque el cargo tie-
veterinarios se puedan entender con los
ne una connotación muy importante en
campesinos. Bueno, el lugar me parece
la vida de las personas que están en esos
importante, porque es un lugar ganadero,
lugares. Ahora, Laime no entra al cargo
porque es un lugar de comunidades, por-
porque no es antropólogo, probablemen-
que es un lugar donde se guardan muchas
te, porque el cargo es bastante invisible.
organizaciones sociales. Entonces, eso me
Pero el cargo es lo que moviliza a las fa-
llama la atención. No ha habido en nin-
milias, lo que moviliza a las personas para
gún estudio un tratamiento de este tema.
hacer cosas en conjunto y a veces para
enfrentarlas unas contra otras; eso es el
ritual. Les digo que ese ritual de enfren- Los personajes [representados en el
tamiento entre unos y otros lo podemos huaylía y el takanakuy], el negro, el ma-
encontrar en otras regiones del país. Yo jeño, el langosta, el c’ara gallo, son en-
lo he estudiado en el caso de la provincia mascarados y no enmascarados; pero son
de Bolognesi; y en particular, en la po- personajes que surgen de la historia local.
blación de Chiquián, en la población de Yo me imagino que antes habían otros
Aquia, en la población de Cajatambo. Y personajes. No sé la historia del negro
en las representaciones de la muerte del en la zona de Chumbivilcas. La zona de
Inca, en otros lugares. En esta muerte del Chumbivilcas no es zona de grandes ha-
Inca también se enfrentan dos grupos; y ciendas; por más que vivían los Oblitas,
al final terminan ritualizando el grupo y los Álvarez, los De la Cuba, no es zona de
trivializando la enemistad, las raíces de haciendas; la zona de haciendas está en
contradicción que habían antes. En Chi- frente y está abajo, en Canas, Canchis y
quián no muere el Inca, sino que el Inca Quispicanchi, que está al otro lado, don-
se abraza con Pizarro, lo que no sucede de están Lauramarca y donde está Capa-
en Cajamarca, evidentemente. Aquí tam- na, que son las haciendas más grandes del

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departamento en las zonas altoandinas. entre el error de comprensión cultural-


Es decir, Chumbivilcas es una zona cam- mente condicionado y el takanakuy. Para
pesina, y esos personajes, el negro, el ma- ello, mi exposición la voy a dividir en
jeño, y el langosta, surgen de su historia, siete puntos: el primer punto es un ejem-
de la historia local. plo introductorio. El segundo punto es
la mención de las modalidades referidas
Ahí habría que decir más: ¿Qué es el a los delitos y faltas que vulneran la in-
takanakuy? ¿Surge de las entrañas de la tegridad. El tercer punto son los niveles
historia local? ¿Viene del huaylía? ¿Vie- de estructura del delito. El cuarto punto
ne del taki onqoy del siglo XVI? ¿O viene es el concepto de error de comprensión
de la época inca? ¿O viene de la época culturalmente condicionado y su natura-
preinca? Verdaderamente, no lo sé. A mí leza jurídica. El quinto punto se refiere a
me da la impresión de que Laime piensa cuáles serían los requisitos para que opere
que viene de la época prehispánica y que esa institución penal, el error de com-
resucitando, manteniendo vivo este taka- prensión culturalmente condicionado. El
nakuy, estamos manteniendo viva una sexto punto, su aplicación al caso concre-
cultura. Bueno, podría ser. to, takanakuy. Y, para cerrar, unas breves
reflexiones finales.
Sin embargo, Harold Hernández dice
que el takanakuy se puede encontrar en
Cuando tuve la oportunidad de viajar
la Grecia antigua, en este mito de Edi-
a Chumbivilcas, a fines de 2011, no vi, la
po, donde los dos hermanos, Eteocles y
verdad, ningún caso de muerte sobrevi-
Polinices, se disputan el poder, como los
niente ni maltrato de obra. ¿Por qué les
políticos actuales en el Perú. El que toma
menciono estas dos variedades? Porque
el poder, después no quiere salir; enton-
me llamó la atención cuando una auto-
ces se produce una batalla entre ellos para
que salga del poder. No creo que eso sea ridad policial y un secretario de paz me
el takanakuy. Pero, bueno, lo que quiero dijeron que el takanakuy es un delito.
decir es que mientras para Víctor Laime Pero, en realidad, esto tenía que ver con
el takanakuy viene de los fondos de la lo procesal, no con lo penal. Y me hice
historia del Perú y es una especie de resu- la pregunta: ¿Será o no delito? Y tuve
rrección de lo andino, para Hernández es que crear un capítulo especial en la te-
una expresión de una cosa universal que sis, que es un análisis del derecho penal y
aplicando una mirada de René Girard, procesal penal del takanakuy. Entonces,
podría interpretarlo mirando la historia veo imposible que el takanakuy se pueda
griega y en particular al mito de Edipo. adecuar a alguna modalidad que exista en
Dejo el takanakuy y dejo el significado el derecho penal, como pudiera ser lesión
para después abordarlo. ¿Para qué el taka- al concebido; solo pude identificar cuatro
nakuy? ¿Para qué sirve? ¿Por qué hay que modalidades: dos conductas delictivas y
cultivarlo? dos faltas. Las dos conductas delictivas
serían lesión dolosa grave, por un lado;
Juan Carlos Torres: luego, lesión dolosa menos grave. Y en
cuanto a las faltas, podrían ser la falta, en
El tema sobre el que voy a exponer par- el sentido genérico, contra la integridad,
ticularmente es la vinculación existente y el maltrato de obra.

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 111


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

Como tercer punto: hay una pelea en ahí donde opera el error de compresión
Chumbivilcas; uno de los púgiles no lo culturalmente condicionado.
pudo prever, pero como consecuencia de
un puñetazo, el contrincante cae y muere Esto obliga a pasar al cuarto punto:
a consecuencia de un traumatismo encé- ¿qué es el error de compresión cultural-
falo craneano. Entonces, a partir de ese mente condicionado? Este se encuentra
ejemplo concreto pasaremos a lo que ya regulado en el artículo 15 del Código
mencioné, es decir, las modalidades a Penal de 1999: «El que por su cultura o
las cuales se podría adecuar este ejemplo costumbre comete un hecho punible sin
planteado. poder comprender el carácter delictuoso
de su acto o determinarse de acuerdo a
Pero, como repito, para que opere esa comprensión, será eximido de res-
alguna de estas figuras penales descritas ponsabilidad. Cuando por igual razón,
y sancionadas en nuestro código penal, esa posibilidad se halla disminuida, se
tenemos que verificar si efectivamente atenuará la pena».
son conductas delictivas. Y para verificar
y comprobar si son conductas delictivas, Esta institución penal tiene sus an-
tenemos que ver que se adecue a los nive- tecedentes en el Código Penal de 1924;
les de la estructura del delito. ¿Cuáles son particularmente en los dispositivos 44 y
estos niveles de la estructura del delito? 45 del código penal. Ahí se hacía refe-
En primer lugar, tenemos a la tipicidad. rencia a algunas categorías ya felizmente
¿Qué significa tipicidad? Que la conduc- desfasadas, como los semicivilizados, los
ta descrita se adecue a alguna figura pe- salvajes y los civilizados. A esta institu-
nal. En este caso sí podría adecuarse el ción se le considera como una eximente
ejemplo planteado de traumatismo encé- de culpabilidad; por lo tanto, está consi-
falo craneano a la lesión dolosa grave pre- derada en el tercer nivel de la estructura
vista y sancionada por el artículo 121 del del delito, que es culpabilidad. Vendría a
Código Penal, porque tuvo como resulta- ser lo que se conoce como un elemento
do una muerte sobreviniente. Pero ahí no negativo de la culpabilidad. Pero para
queda el análisis. Tenemos que ver que que opere esta eximente, y sea eximido
exista un reproche de antijuridicidad; es de pena, el agente, es decir, el campesi-
decir, que sea una conducta contraria a no chumbivilcano, danzante peleador,
todo el ordenamiento jurídico. que sin querer ocasionó una lesión do-
losa grave con una muerte sobreviniente
Entonces, ahí vamos al segundo ni- a su contrincante, habría que verificar
vel, que es antijuridicidad. Entonces, sí, la concurrencia o simultaneidad de tres
la conducta es antijurídica. Pero para que requisitos. Estos son los siguientes: pri-
sea considerada culpable, y por lo tanto mer requisito, conciencia disidente. ¿Qué
merecedora de alguna sanción penal, te- significa? Que el agente tiene que obrar
nemos que pasar al tercer nivel, que es la con una finalidad y sentido; no tanto a
culpabilidad. Entonces, tenemos hasta el título individual, sino que sea valorado
momento una conducta típica y antijurí- dentro de su propio ámbito, dentro de
dica. Pero todavía no estamos ante un de- su propio grupo social. En otras palabras,
lito; entonces, queremos verificar si existe ¿cuál es la finalidad?, ¿cuál es el sentido
el último nivel, que es culpabilidad. Es para la gente? Entonces, los elementos

112 Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

teleológicos y axiológicos, en el caso que por el Estado. Pero falta el tercer requisi-
nos interesa, son valores como la valentía, to, que es el más importante de todos: la
el honor chumbivilcano u hombría, y la falta de comprensión en el agente. ¿Qué
virilidad. Es decir, quienes participan del significa ello? Que el sujeto tiene que no
takanakuy, sean varones, mujeres o niños solo conocer, sino comprender, lo cual sig-
–o incluso extraños– tienen valores con- nifica el máximo grado de internalización
siderados plausibles. o introyección de que esa conducta es con-
traria al ordenamiento jurídico, no solo
El segundo requisito, que el campe- un dispositivo penal. Entonces, en el caso
sino chumbivilcano, danzante peleador, planteado, los agentes, campesinos chum-
motivado por determinados valores, bivilcanos, danzantes peleadores, intervie-
también pertenezca a un grupo cultural nen en esta pelea ancestral. Sí, saben que,
y que su conducta se adecue a una cos- efectivamente, es una agresión; saben que
tumbre jurídica o con relevancia jurídi- no es de cristianos, que no es una actitud
ca. ¿Qué significa este segundo requisito, piadosa, efectivamente. Pero todo forma
que se desdobla a su vez en dos elemen- parte de una parafernalia, la cual busca no
tos? En primer lugar, el agente, es decir, solamente formar parte de una festividad
patronal, como es la Navidad, sino que
el campesino chumbivilcano, pertenece
también hay una muestra de veneración.
a una comunidad de campesinos, a los
Y aun así, ellos se sienten determinados a
cuales se les aplicaría el dispositivo del
realizar tales comportamientos.
convenio 169-OIT, y de la Constitución
Política del Perú, de 1993. Es decir, co-
Entonces, para redondear y hacer un
munidades campesinas que se adecuan a
breve análisis del caso planteado: efecti-
esa categoría llamada pueblos indígenas,
vamente, estamos ante agresiones físicas;
en todo cuanto los favorezca. Pero no
y estas agresiones podrían adecuarse a
basta eso. La conducta, que son los pu-
estas cuatro conductas en el Código Pe-
ñetazos y patadas intercambiados, tiene
nal, escritas o mencionadas: lesión dolosa
que asimilarse a una costumbre jurídi-
grave, lesión dolosa leve, faltas, maltrato
ca. ¿Cuándo es una costumbre jurídica? de obra. Pero para que se adecue a alguno
Cuando se trata de una conducta huma- de estos delitos, tenemos que verificar los
na de uso generalizado, antigua, y que sea elementos estructurales del delito: tipi-
considerada obligatoria, no coaccionada, cidad, antijuridicidad y culpabilidad. El
que uno mismo decide acatar como parte error de comprensión culturalmente con-
de una colectividad. Pero a su vez, ade- dicionado opera en el último nivel, que es
más de estos requisitos, para considerar culpabilidad. Entonces, aún en el caso en
una costumbre como jurídica, tiene que que estuviésemos ante un injusto, opera-
mantener ciertas características. ¿Cuáles ría el error de comprensión culturalmen-
son esas características? Formación lenta, te condicionado. Para concluir, señalo lo
evolutiva e imprecisa. siguiente: primero, no toda conducta de
agresión o vulneración a un derecho hu-
Entonces, el agente obra de acuerdo a mano, necesariamente constituye un de-
una finalidad y sentido; el agente pertene- lito. Segundo, no debemos siempre pre-
ce a un grupo cultural, cuya conducta se suponer que toda conducta, además de
adecua a una costumbre jurídica a la que ser delictiva, tiene que ser necesariamente
lo único que le hace falta es ser respaldada atentatoria contra algún bien jurídico. En

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 113


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

este caso, no ha quedado demostrado que genes y contextos culturales relaciona-


se ha vulnerado la integridad física. dos al takanakuy. Fue para esa situación
precisa que aceptó el reto de desarrollar
Finalmente, si bien no ha sido el tema una reflexión filosófica, antropológica, de
de esta exposición, quiero señalar cuál es poderosas connotaciones. La publicación
mi apreciación sobre el contenido y efi- de aquel momento ahora se ve de alguna
cacia jurídica de estos puñetazos y pata- manera reforzada y derivada hacia otros
das. Para mí, en realidad, son los medios horizontes en la muestra espléndida que
probatorios, los argumentos fácticos que estamos contemplando, y por eso no solo
se traducen en conductas humanas, las agradezco la oportunidad de estar acá;
cuales requieren ser expuestas mediante felicito también la iniciativa que me va
un conducto; en este caso, el takanakuy permitir hablar, no tanto sobre takanakuy
es un foro público que funge como un en sí –para eso tenemos a los historiado-
mecanismo procesal. Para ser más exac- res, antropólogos, juristas– sino sobre la
tos, es un mecanismo heterocompositivo, operación cultural de fijar la mirada en
extrajudicial, cuasiarbitral, comunal y or- una circunstancia creativa, tan compleja,
dálico. Con lo cual, he concluido. tan problemática, como la que estamos
analizando.
Gustavo Buntinx:
De alguna manera, lo que aquí tene-
¡Heavy metal jurídico! A veces se me im- mos es un esfuerzo más, pero incisivo, en
puta hacer uso hiperbólico del lenguaje; la continua vocación por indagar los orí-
pero me doy cuenta de que en ese terre- genes y expresiones culturales de las múl-
no los historiadores del arte perderíamos tiples violencias peruanas. Y esto es funda-
cualquier takanakuy con los abogados y mental en un país tan atravesado de con-
los juristas. –Nada de esto debería inter- flictos como el nuestro. Pero además, me
pretarse en ánimo peyorativo–. parece que estamos aquí ante un esfuerzo
también significativo por, otra vez de ma-
Me parece muy revelador e interesan- nera propositiva, cuestionar las fronteras
te lo que se nos está planteando en el aná- de lo incorporado al formato exhibible de
lisis preciso de estas acciones desde una lo artístico. Estamos aquí ante un ejercicio
disciplina tan altamente formalizada, por notable de la liberación de la cultura de
razones obvias, como es la del Derecho. los estrechos márgenes que intenta impo-
De igual manera como me parecen suge- ner sobre ella la definición convencional
rentes las insinuaciones desde una disci- de arte. Y esto es de radical importancia
plina mucho más abierta como es la de la en países de tradición multicultural, plu-
reflexión histórica. riétnica, donde todas las tradiciones se
confunden, sin lograr jamás aniquilarse
De veras agradezco la oportunidad de entre sí y operando, entonces, un sistema
estar aquí, en la Universidad. [Con el cu- de incesante intercambio de fluidos.
rador] tenemos un vínculo antiguo que
nos permitió incorporar sus apreciacio- Y es a ese reto al que el trabajo cura-
nes sobre este tema hace ya varios años, torial, el trabajo de reflexión sobre arte y
2008, cuando en Micromuseo realizamos cultura, debe responder en un país como
lo que fue la primera exposición de imá- el Perú. Y para eso, esto es algo que siem-

114 Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

pre hemos sostenido desde Micromuseo, fotografías de Daniel Contreras y Sophia


requerimos con urgencia el concepto de Durand, que son las que nosotros expusi-
una musealidad promiscua, musealidad mos hace varios años; aquí hay un grupo
mestiza, que apueste a la desjerarquiza- representativo de esas imágenes, pero se
ción de cualquier noción mistificada del articulan, además, a otras miradas que,
arte, reintegrándolo sin privilegios a la luego, fotógrafos igualmente interesantes
condición más amplia de cultura mate- han desplegado sobre el takanakuy. Pero
rial, de la que necesariamente forma par- es particularmente en ciertas imágenes
te. En otras palabras, apostemos con el de Contreras y Durand donde encontra-
takanakuy mismo a una alianza y lucha, mos esa atención incisiva en la aparente
también de imágenes. Y de eso es igual- confusión de identidades formuladas por
mente necesario hablar. estos guerreros, estos míticos guerreros
andinos que, sin embargo, pueden yuxta-
En el takanakuy, entre tantas otras poner los más tradicionales atuendos de
cosas –algunas de ellas ya señaladas–, en- la zona, con máscaras de Halloween, con
contramos la sublimación de la fuerza fí- representaciones de Frankenstein o Drá-
sica en hecho estético. Hay un decir, que cula. Y en alguna toma particularmente
se ha repetido muchas veces en el contex- significativa, este despliegue del reperto-
to de esta muestra, que me parece bas- rio híbrido de nuestra cultura múltiple se
tante connotativo: “no hay takanakuy sin ve contrastado por la imagen de un Inca,
huaylía; no hay huaylía sin takanakuy”. pintada como propaganda política en la
tapia de adobe del pueblo de Santo To-
La huaylía, ese ritmo hipnótico que más. Eso es precisamente lo que hace al
hace “hervir la sangre”, es una expresión takanakuy tan real, tan identitario: su fal-
quechua de los chumbivilcanos y que ta de cualquier fijación fundamentalista
posiciona también desde el terreno de lo retórica, ideologizada, a una noción úni-
estético y de lo emotivo a los agentes del ca, congelada, de la identidad.
takanakuy; es decir, el hecho de que este
proceso de conflictos procesados a través Lo que aquí encontramos es una cul-
de la lucha libre, por así decirlo, que en tura andina viva, no porque se mantenga
realidad es harto controlada por todo este intacta, intangible, sino porque precisa-
sistema particular de ritualización de la mente es capaz de incorporar el cambio.
violencia, como señala Juan Carlos; el Incorpora las manifestaciones de lo nue-
hecho, digo, de que eso esté acompañado vo dentro de la estructura de lo antiguo,
necesariamente de una serie de manifes- que de alguna manera sería las delicias de
taciones estéticas, pone en evidencia la la antropología estructural, tal vez.
complejidad del fenómeno. Pero tam-
bién la complejidad de los retos que este Yo quisiera sugerir acá que es pre-
fenómeno impone a nuestras miradas: cisamente ese sistema de mutaciones
danzas, cánticos, gráficas, atuendos; par- evolutivas lo que hace posible la larga
ticularmente, las máscaras, donde encon- duración de las tradiciones culturales;
tramos un repertorio excepcional de hi- contra la prolongación ideológica que
bridaciones y mestizajes desconcertantes. juega todo lo andino a la sola carta de
Esto es algo que le da un rasgo distintivo lo prehispánico. Sobre esto me parecen
–dicho sea de paso– a la muestra, a las particularmente reveladoras las aprecia-

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 115


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

ciones que Manuel Burga hizo respecto Pues yo digo: en el takanakuy encon-
a algunos argumentos que desesperada- tramos eso. Aparentemente es una pelea.
mente y sin evidencias intentan estable- Se golpean, lógicamente; y se hacen daño
cer los orígenes del takanakuy en algún probablemente. Pero los que estudian,
referente prehispánico. Lo andino no es personas locales o del Cusco, el taka-
lo prehispánico; lo andino es la perma- nakuy, siempre se remiten a la historia:
nente alianza y lucha de lo remanente, dicen que la huaylía probablemente es
de lo prehispánico, con oleadas sucesi- el taki onqoy; que ahora se baila, porque
vas de modernidad; la Conquista es solo el taki onqoy se bailaba con un enorme
frenesí y se llamaba “la enfermedad de la
la primera de ellas. Y la dispersión, sin
danza”; y era como en la época de antes
embargo articulada, de manifestaciones
del virrey Toledo, como que se difundió
que todo eso genera.
por todo Ayacucho y Huancavelica esta
suerte de regreso de las wakas, bailando.
Termino, entonces, planteando que El takanakuy como que lleva ese frenesí
en despliegues curatoriales tan agudos de la danza, que es sumamente interesan-
como el que estamos aquí viendo en esta te, y que probablemente provenga de las
exposición, podemos reafirmarnos en la costumbres antiguas.
necesidad de evitar el riesgo de utopizar
situaciones de alta ambivalencia, como Luego, dando un paso siguiente, hay
las que el takanakuy realiza y procesa. dos personajes históricos que aparecen
en sus disfraces, que son el negro y el
Manuel Burga: majeño, probablemente los dos grandes
personajes que se enfrentan. Uno asume
Quería hacer una reflexión a propósito de la figura del negro; otro asume la figura
lo que he leído en todos los documentos del majeño; que en realidad son las dos
sobre el takanakuy, cuando se remiten a partes enfrentadas en la zona de Chum-
hechos históricos, personajes que repre- bivilcas. Pero el negro y el majeño no son
sentan hechos históricos. El takanakuy fortuitos. El negro, que llegó durante la
no es una cosa arbitraria ni fortuita; el Colonia, era un personaje extraño en las
takanakuy está enraizado en las costum- regiones andinas; estaba identificado con
bres de Chumbivilcas, y en particular los trabajos de las plantaciones jesuitas,
las plantaciones azucareras; entonces,
del distrito de Santo Tomás. Pero no so-
muchos lo imitaban, y admiraban su for-
lamente es una costumbre andina, sino
taleza, por su tamaño y características. Y
que es una costumbre que conserva una
el majeño era este comerciante que venía
memoria. Y eso me ha interesado. Pero
del valle de Majes, de la zona de Arequi-
no he podido encontrar realmente la pro- pa, trayendo algo que era muy apreciado
fundidad para poder decir que el taka- por los campesinos, el aguardiente. En-
nakuy es un mecanismo de recordación, tonces, el aguardiente, si bien era aprecia-
un mecanismo de rememoración, como do por los campesinos para la fiesta –de
lo vemos en otros rituales, en otras fies- acuerdo a los que conocen las regiones y
tas andinas, que mezclan lo occidental y a los que han estudiado las regiones para
lo propio para expresarse, para hacer una el periodo colonial– el aguardiente decía,
lectura de su historia, de sus problemas, era un destructor de las poblaciones nati-
de las cosas que ocurren. vas; y en el aguardiente encontraban ellos

116 Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

una forma de liberación de las realidades ruano derrotaba al chileno, haciendo una
que vivían en ese momento. Entonces, el relectura de la historia, así como el negro
negro y el majeño, que se enfrentan, tie- derrotaba al majeño, haciendo también
nen muchas connotaciones históricas. El una relectura.
negro es más fuerte; el que asume el rol
del negro es como que va a triunfar. Y El cuarto paso: En esta trama de he-
el majeño es el que va a ser derrotado; va chos históricos que estoy tratando de en-
a ser derrotado el comerciante que trae hebrar, ellos se remiten en algún momen-
aguardiente. Esto es como derrotar per- to a decir cuándo se juntan la huaylía con
manentemente el negocio del aguardien- el takanakuy; cuándo se junta la música
te, derrotar al majeño; y cuando el ma- con esta pelea. No he escuchado esta mú-
jeño triunfa es algo que llamaba la aten- sica; pero sí he subido al Qoyllur R’iti; y
ción, entonces dicen: «algo va a ocurrir he escuchado la música del Qoyllur R’iti.
en Chumbivilcas». Escuché tres días la música del Qoyllur
R’iti, y se queda en mis oídos creo que
Tercer paso: En algún momento, en el una o dos semanas. Porque era una mú-
libro de Víctor Laime se dice que en esta sica que nunca paraba durante las veinti-
fiesta se enfrentan chilenos y peruanos. No cuatro horas. Y parece que la huaylía es
encontré más datos. No he podido ir a también una música que no para las vein-
otros estudios. Me hubiera gustado ver ticuatro horas. Y la unión de la huaylía
esa colección que se conserva en el Archi- con el takanakuy, dice, en algún mo-
vo Departamental del Cusco, que es de mento el libro, se produce cuando hay
los años cuarenta y cincuenta, donde hay insurrecciones campesinas en la zona de
muchas referencias a los rituales de las Chumbivilcas. Y eso sí es mi campo de
poblaciones. Me hubiera gustado saber si estudio.
allí habían peruanos y chilenos. Peruanos y
chilenos hay en Huarochirí; hay en Canta Se mencionó el libro Apogeo y crisis
y en algunas regiones de Áncash. En los de la República Aristocrática; en el año
rituales de oposición y de confrontación, 78 o 77, cuando trabajábamos en la Bi-
dicen: yo soy chileno y tú eres peruano, y se blioteca Pública de Sicuani, descubri-
enfrentan. Pero aquí, Víctor Laime hace mos que en los años 19 al 23 del siglo
una lectura muy particular: dice que a los XX hubo una gran sublevación en el sur
campesinos de Chumbivilcas, chilenos andino, que iba desde Huancané hasta
y peruanos les da igual. No. A un cam- justamente Chumbivilcas. Es decir, una
pesino de Chumbivilcas no le da igual, recuperación de muchas cosas propias;
porque ellos son peruanos; no puede ser. una identidad con lo que era el país;
una identificación con el gobierno de
Ahora, no sé a qué se está refiriendo. Leguía, que se presentaba como el Wi-
Si a un cusqueño le decimos que es chile- racocha y se produce una serie de recla-
no, no le va a gustar para nada ¿no? Pero mos contra los hacendados que vivían al
lo interesante es que esta confrontación otro lado del río Vilcanota, que eran las
tan dramática para el país, que ocurrió otras provincias. Entonces, no me pare-
entre 1879 y 1883, cuando perdimos una ce raro tratar de establecer una vincula-
guerra, se repitió en algún momento en ción entre la huaylía y el takanakuy en
el takanakuy, donde seguramente el pe- un momento de desorden social, en un

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 117


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

momento de carnavalización de los or- tor Laime es como poner al campesino


denamientos sociales. chumbivilcano fuera del país, y decir,
para mí, peruanos y chilenos son la mis-
Después, el hombre langosta, que alu- ma cosa. Yo le digo no. No es que yo haya
de a una plaga de langostas; bueno, su- trabajado etnográficamente en la región,
pongo que sí. Y no sería raro que esté vin- pero sí conozco las otras provincias y las
culado con el Ciclo de El Niño; el Niño conozco bastante bien; y sé muy bien que
traía muchas plagas de langosta, que ellos para los campesinos de muchas de las
guardaron y lo convirtieron en un per- provincias del Cusco, el 28 de julio es un
sonaje y lo conservaron como parte de día bastante importante, cuando desfilan
la memoria. He mencionado a cinco: por las diferentes plazas de las capitales
taki ongoy, el negro y el majeño, peruanos provinciales.
y chilenos, el huaylilla y el takanakuy, y
el quinto, la langosta. Son hechos histó- Bueno, lo que yo quería es hacer esta
ricos que ellos conservan en sus meca- relación, en diferentes momentos; pienso
nismos de rememoración. Yo les puedo que el takanakuy recordaba estos aconte-
preguntar: ¿qué hecho importante falta? cimientos históricos y los reinterpretaba,
Pues, hay un hecho sumamente impor- ¿no?: el taki onqoy, el negro y el majeño,
tante que conmueve los andes de la zona
chilenos y peruanos, la rebelión en los
del Cusco. Y esa es la Rebelión de Túpac
años de Leguía, y finalmente el tema de
Amaru, en 1780-81. Y la han borrado
la langosta y los cambios climáticos que
de su memoria. ¿Por qué la han borrado
vienen acompañando a la langosta. En
de su memoria? Bueno, tendríamos que
mi intervención anterior dije ¿qué signi-
investigarlo. Pero, en verdad, Chumbi-
fica el takanakuy? Significa un mecanis-
vilcas no fue una región tupamarista pre-
mo de recordación, como muchos de los
cisamente; entonces, Acomayo, que está
al otro lado, camino a Canas y Canchis, mecanismos que tienen las poblaciones.
sí fue una región tupamarista, sí fue una Las poblaciones occidentales, las pobla-
provincia tupamarista, igual que Canas, ciones criollas, limeñas, tienen a los his-
igual que Canchis, igual que Quispican- toriadores para recordar, para poner en
chi; pero no precisamente Chumbivilcas. orden la memoria; y los historiadores ha-
Espinar también fue una rebelión más o cen la historia. En cada época hacen una
menos tupamarista. Entonces, lo que el historia diferente. La historia es, como
takanakuy permite recordar también son decía Benedetto Croce, siempre historia
los periodos de la historia que interesa a contemporánea; siempre responde a las
la gente del lugar. Pero, ¿por qué no re- circunstancias del presente. Los mecanis-
cuerda a Túpac Amaru, y por qué sí re- mos de rememoración están, junto a los
cuerdan la guerra entre peruanos y chile- rituales, impregnados de identificación.
nos? Pueden haber llegado ahí pelotones Ellos se identifican con los personajes
del ejército chileno. que representan. Bueno, ya dije qué es;
es un mecanismo de recordación. ¿Por
Pero realmente la lectura que hace qué no recuerdan a Túpac Amaru? Yo
Víctor Laime me interesa en este mo- les preguntaría a los nuevos campesinos
mento más que las realidades que él chumbivilcanos, ¿por qué no recuerdan a
describe; porque la lectura que hace Víc- Túpac Amaru?

118 Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

Hay un personaje chumbivilcano, el verdad, y la justicia aplicada a través de


qorilazo, que es como una cosa emblemá- la demostración de la verdad. No quie-
tica de Chumbivilcas: el hombre a caba- ro irme más allá; pero yo les recomiendo
llo. Ustedes saben que el caballo es uno ese libro de Foucault. Es uno de los libros
de los símbolos de la cultura occidental. menos leídos.
Y dominar el caballo era un poco servir-
se de las herramientas y los instrumentos ¿Para qué sirve? El takanakuy sirve
que trajeron los españoles. Bueno, esa es para resolver los conflictos. Probable-
probablemente una de las funciones del mente. ¿Y por qué se recurre al taka-
takanakuy. Pero si yo me pregunto para
nakuy como resolución de conflictos? Yo
qué y por qué, voy a entrar en el terreno
verdaderamente no lo sabría decir. Qui-
de Juan Carlos. Decir: el takanakuy sirve
siera quedarme en esto de que es un ri-
para resolver conflictos; y los conflictos
no están penados, porque se resuelven a tual; un ceremonial que está anclado en
través de las reglas tradicionales. Sí. Yo la población, y que les permite resolver
creo que sí. Pero hay muchas cosas más. los problemas. Cualquier otro enfrenta-
miento, así, dual, en Mangas, por ejem-
Harold Hernández dijo, sin ponernos plo, donde hay enfrentamiento entre los
de acuerdo, que yo iba a hacer una in- de arriba y los de abajo; en Chiquián,
terpretación también citando a Foucault, entre el Inca y los españoles, siempre es
que es mi debilidad; pero es una debili- un enfrentamiento; y la gente se va a
dad bastante compleja. Foucault tiene un identificar con uno de los dos. No re-
libro que se llama La verdad y las normas curren, como en el caso de Chumbivil-
jurídicas. Y tiene una parte, los capítulos cas, a la violencia pura y simple. Pero
primeros de ese libro, que me parece ex- sí, por ejemplo, en el caso de Chiquián,
traordinaria. En realidad, son las clases los de arriba representan a los españoles
que dio en la Universidad Católica de y los de abajo al Inca; porque el cargo
Río de Janeiro, en Brasil, en los años se- de español es muy caro; hay que tener
tenta. O sea que Brasil está bien desde los caballos, hay que tener espadas, hay que
años setenta; trajeron a Foucault a que dirigir a la banda de música; y para los
dicte clases en esa universidad. En esa de abajo, los que representan al Inca, es
parte habla de la prueba para dirimir las más barato el cargo; y simplemente hay
cosas. Eso te va a interesar, Juan Carlos,
que bailar con las cuatro ñustas, al ritmo
la prueba para dirimir las cosas. ¿Cómo
de un violín, un arpa, un tambor y nada
saber que alguien tiene la verdad? Ese es
más. Pero a veces, como Luis Pardo, el
el gran tema en el problema de los abo-
bandolero Luis Pardo, que es un bando-
gados. ¿Cuál es la verdad, la prueba de
la verdad? Cuando está sitiada Troya y se lero de Chiquián, se invierten los roles,
tiene que decidir cuáles son los signos de y él se vistió, no de español, sino se vistió
la verdad, el lado verdadero, si los que ve- de Inca, y pusieron al pobre como espa-
nían con Aquiles o los que estaban aden- ñol. Lo que quiero decir es que los pue-
tro, con Príamo y Paris; entonces, hacen blos se expresan a través de sus rituales;
una lectura de los signos que se veían. y claro, los Chumbivilcanos, que son
Pasa un ave y dicen: «la verdad esta con qorilazos, se agarran a golpes; entonces,
Aquiles». Pero luego, en la época medie- solucionan a veces los problemas de esa
val, aparece la prueba, para demostrar la manera. Nada más.

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 119


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

Juan Carlos Torres: España, cuando se realizaron los viajes des-


cubridores, era uno de los pocos países que
Antes que nada quiero felicitar a Víctor conservaba estructuras socioeconómicas,
Laime; aunque no se encuentra presente, políticas y culturales, feudales; y jurídicas
sus aportes han sido muy importantes. también. Una de ellas era, pues, la ordalía.
Luego, recordemos que el takanakuy está Mientras en el resto de la Europa occiden-
emparentado étnica y culturalmente con tal e Inglaterra la ordalía fue reemplazada
las peleas de Tocto y Chiaraje en Canas, o sustituida por la prueba legal, por ese
las peleas del orko fiestas, en Chucuito, sistema jurídico-procesal, en España se
Puno, y el tinkuy, que es de Bolivia. ¿Cuál mantuvo la ordalía.
es el denominador común en estas peleas
y danzas preincas? La huella aymara. Pero, Los conquistadores, luego los enco-
además de estos aportes autóctonos an- menderos, después los hacendados y, fi-
dinos, están los elementos introducidos nalmente, los descendientes, incluyendo
por los españoles. ¿Cuáles fueron estos los mistis, tenían ese pasatiempo para so-
elementos? El elemento religioso; la ima- lucionar sus conflictos. Lo que sucede es
gen del Niño Jesús. Luego, las máscaras y que la ordalía, en la modalidad de batalla
la vestimenta de los danzantes es otra re- judicial o juicio de Dios, se mezcló con
miniscencia española; la presencia de los los duelos, los duelos particulares entre
esclavos afroperuanos; los gallos de pelea. los españoles. Pero llegó un momento en
Los danzantes peleadores, al momento de el que esas tendencias se mezclaron con
ingresar al ruedo, imitan el movimiento de pasatiempos. Uno de los pasatiempos de
los gallos de pelea. Pero hay un elemento los españoles y sus descendientes era ha-
importante más, que tiene que ver con lo cer pelear a los gallos, pero llega un mo-
procesal, que es de lo que les voy a hablar mento en que hacen pelear a sus negros y
a continuación: las ordalías o los juicios esto se extendió a los pongos e indios de
de Dios, el elemento procesal que adelan- la hacienda.
tó el doctor Burga. Hay que decir que el
takanakuy es una suerte de ordalía. Hay Estos fueron viendo y copiando: bue-
otras clases de ordalías, en la Edad Media, no, esto nos puede servir para incluso
por ejemplo, se trataba de dos pruebas: la resolver nuestros propios problemas ¿no?
prueba del agua (se sumergía al acusado de Entonces, viéndolo desde lo estrictamen-
brujería) y la prueba del hierro ardiente. Si te procesal, se dice que al takanakuy se
el acusado no sobrevivía, se ahogaba, era acude por tres clases de motivos: en pri-
inocente; lo mismo, si el acusado presen- mer lugar, por deporte: los danzantes
taba huellas de la quemadura, era inocente peleadores buscan demostrar quién es el
también. Entonces era, pues, enfrentar el más fuerte, más diestro, hábil y resisten-
propio cuerpo. te. En segundo lugar, por procesos afecti-
vos o situaciones sentimentales: se busca
Pero había otra modalidad de ordalía, impresionar a una mujer o cortejarla. El
que era solo entre caballeros, los llamados tercero, por motivos jurídicos: abigeato
juicios de Dios o batallas judiciales. Enton- y usurpación de terrenos. Entonces, es a
ces, ese fue un elemento que introdujeron raíz de esta motivación jurídica cómo el
los españoles, no porque estos hayan queri- takanakuy se convierte en un mecanismo
do inventar el takanakuy tal cual, sino que procesal.

120 Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

Para ser más exactos, mi hipóte- Para concluir: ¿cuáles son las bon-
sis central de la tesis consiste en que el dades jurídico-procesales y jurídicas en
takanakuy es un mecanismo heterocom- general que yo veo en el takanakuy? En
positivo, porque se acude a un tercero; primer lugar, en el takanakuy no se vul-
es extrajudicial, porque se prescinde del nera el núcleo duro de los derechos fun-
proceso común de la jurisdicción ordi- damentales constituidos por la vida, la
naria oficial; es cuasiarbitral, porque se integridad física, la libertad, la igualdad,
acude a un tercer sujeto imparcial, pri- y el debido proceso; la vida y la integri-
vado, en este caso son los ronderos; no dad física, porque son situaciones excep-
se acude a funcionarios públicos, como cionales si se presentase la muerte de al-
antes lo eran los tenientes gobernadores. guien, y lo mismo en integridad; son, di-
Es comunal, el takanakuy, por cuanto se gamos, resultados colaterales; la libertad,
acude a la propia comunidad; la propia porque a nadie se le coacciona; la gente
comunidad es quien nombra y convoca a acude voluntariamente. La igualdad, por-
los ronderos, obviamente con el conoci- que acá no hay discriminación; el trato
miento y consentimiento de quienes van es igualitario; las reglas todos tienen que
a participar en esta pelea; y es ordálica, acatarlas; y el debido proceso, porque hay
porque aquí se acude a esta modalidad un mínimo de previsibilidad en estas pe-
probatoria conocida como la ordalía. Los leas con relevancia jurídica.
puñetazos y patadas son las explicaciones
fácticas, los argumentos de las partes, los Luego, en el takanakuy se alcanza el
medios probatorios corporales que se tra- respeto a los ronderos –y no es digamos
ducen en conductas humanas, los cuales un secreto que acá el ciudadano pro-
requieren ser expuestos en este foro que medio no confía en los magistrados, no
es el takanakuy. Entonces, todos los su- confía en fiscales ni en jueces–. Por úl-
jetos que intervienen en esta paraferna- timo, seguro se puede constatar que por
lia, en esta pelea deportiva ritualizada, se el takanakuy se ha reducido la carga pro-
convierten en sujetos procesales. Así, te- cesal en lo que se refiere a los delitos por
nemos que los danzantes peleadores son abigeato; por lo cual me atrevo a afirmar
las partes materiales en esta relación ju- que ha servido para reducir estos conflic-
rídico-material que también se convierte tos en lo que se refiere a abigeato.
en una relación jurídico-procesal. Lue-
go, los ronderos son los árbitros, son los Gustavo Buntinx:
terceros imparciales que mantienen una
posición equidistante frente a las partes. Fascinante todo lo que hasta aquí se ha
Después, está el resto de sujetos, que si dicho. Y claro, la pregunta queda, levi-
bien es cierto no son partes materiales de tante, en el auditorio: si tuviéramos un
la controversia, sí tienen un interés di- Estado digno de tal nombre, si nuestro
recto en el resultado de las peleas. Estos sistema judicial no fuera el pozo séptico
sujetos, ¿quiénes son? Los dos carguyoqs, que conocemos o que es, ¿sobreviviría el
los bandos, las mujeres, los niños, las takanakuy? Y en ese sentido, ¿podemos
huaylilleras, los extraños –como los que aquí analizar, celebrar incluso, la comple-
tuvimos oportunidad de apreciar estas jidad socio-político-jurídico-cultural de
peleas– y el resto de gente que acuda a un fenómeno como es takanakuy? Pero
las mismas. también debemos pensar en sentido in-

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 121


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

verso, pensar en el lado negativo de esta donde hartos de la guerra interminable,


moneda: la existencia del takanakuy nos intentan resolver el conflicto enfrentando
habla de la inexistencia, como dije an- en duelo a los protagonistas de lo que, al
tes, de un Estado digno de tal nombre; menos en la trama de ese canto, es el ori-
particularmente en lo que se refiere a la gen del problema, es decir el rapto de la
administración de justicia. Y eso lleva a casquivana Helena, de la deseosa Helena,
situaciones calamitosas como las que han que se dejó gozosa raptar por Paris. Y hay
sido tan brillantemente desarrolladas por un duelo entre Paris y el esposo cornúpe-
René Girard. ta de Helena, cuyo resultado debió con-
cluir el conflicto. Pero los dioses interfie-
La crisis sacrificial, así lo denomina él; ren impidiendo una resolución definitiva
me parece un término fabuloso de situa- en ese duelo. Y allí entonces, el juicio di-
ciones cósmicas a situaciones pragmáticas vino más bien lo que hace es exacerbar el
muy concretas. La crisis sacrificial surge conflicto en vez de resolverlo. Y esto nos
en sociedades donde no hay un consen- habla de lo complejas que pueden ser las
so establecido de respeto al proceso ju- manipulaciones religiosas de los procesos
dicial; donde no hay un sistema judicial de violencia y de diferencia terminal en-
tre los seres humanos.
que obtenga el respeto ciudadano o, en
todo caso, de la población en general. La
crisis sacrificial genera reacciones de muy Todo esto es una nota a pie de pági-
na, dicho sea de paso. Y tengo otra nota
diverso tipo, muchas veces catastróficas;
a pie de página, esta vez más hacia lo que
pero también en circunstancias excepcio-
decía Manuel: fascinante esta alusión que
nales puede dar lugar a procesamientos
tú haces a la personificación de la dico-
alternos de los conflictos, como el taka-
tomía, del antagonismo, en un conflicto
nakuy. Y eso es lo que estamos rescatan-
entre chilenos y peruanos. Y tú señalas
do hoy en su profunda ambivalencia. No
con razón que no hay mayor funda-
hay aquí una exaltación acrítica de un fe-
mentación de ese procedimiento; pero
nómeno que más bien está señalando las
te invito a que visites la página web del
dolencias profundas de un país que ado- Micromuseo, en la ruta dedicada al taka-
lece, precisamente, de la más elemental nakuy, la exposición que hicimos. Ade-
estructura de resolución de conflictos y más de mostrar todo lo que allí se expuso,
administración de justicia. incluimos una selección de huaylías; una
de las más impresionantes de ellas lleva
Por eso me parece tan interesante precisamente el título de Chilenoswanpas,
asociar los temas del takanakuy no solo a peruanowanpas. Y es todo el tema de la
raíces prehispánicas, tal vez imaginarias, visión dicotómica que establece el anta-
sino a situaciones documentadas, cul- gonismo de opuestos complementarios
turales e históricamente documentadas que también de alguna manera se plantea
en sociedades tradicionales, sociedades en el takanakuy, desde la Guerra del Pací-
premodernas, como todo el tema ordá- fico. No hemos analizado la complejidad
lico –me encanta la palabra–, que ya ha de esa evidencia, pero allí está. Y habla
sido señalado, o estos juicios de Dios en de cómo esa memoria histórica efectiva-
la literatura griega, aludida por Manuel mente sí se mantiene, incluso en aquellos
Burga. Yo quisiera aquí señalar en esa lí- lugares donde la guerra nunca llegó de
nea que hay otro episodio, en La Ilíada, manera directa; pero cuyas repercusiones

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Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

afectaron la cultura y la afecta incluso –y no puedo entender cómo eso puede lla-
hasta nuestros días. marse de izquierda– asume las posturas de
reivindicación ética para terminar justifi-
Yo hablaba al final de la intervención cando las formas más salvajes del capitalis-
anterior sobre la complejidad y la ambi- mo salvaje en el Perú y particularmente en
valencia de un fenómeno como el taka- provincias; todo el tema del contrabando,
nakuy, obligándonos a reconocer la ne- de la sobrexplotación laboral, etcétera; que
cesidad, pero también los riesgos del re- termina defendiéndose con la necesidad
lativismo cultural; el riesgo de utopizar de no permitir un grado de control estatal
situaciones de alta ambigüedad, como que se identifica con lo limeño, con lo oc-
la que el takanakuy realiza y procesa. Y cidental, con lo imperialista, etc., etc. Bue-
esto es algo que en la sociedad perua- no, igual como en Venezuela se impone la
na debemos enfrentar cotidianamente, satrapía más infame desde el justificativo
incluso en los lugares más impensados. ideológico de un supuesto socialismo del
Durante el rectorado de Manuel Burga siglo XIX, que en realidad no es nada más
me correspondió en la Universidad de que el capitalismo casi premoderno, cau-
San Marcos, enfrentar ante un públi- dillesco, de otras épocas.
co grande, en el auditorio Ella Dunbar
Temple, la posición delirante de que el Y bueno, la única respuesta que este
linchamiento del alcalde de Ilave era de profesor principal, a tiempo completo,
alguna manera la reivindicación de la de San Marcos pudo dar, es que yo estaba
cultura ancestral que se prolonga desde insultando al pueblo aymara; por la sola
tiempos prehispánicos, por encima de actitud de exigir el debido proceso para
cualquier intento de dominación espa- el juzgamiento de los supuestos delitos
ñola occidentalizante. Quien esto plan- de corrupción de este pobre alcalde de
teaba no era un fundamentalista margi- Ilave. Después de todos los hechos trági-
nal o un loquito de la escena estudiantil; cos, la Contraloría, que ya había iniciado
era un profesor principal a tiempo com- una investigación, determinó que no ha-
pleto de la Universidad de San Marcos. bía encontrado evidencias para conside-
Yo me vi obligado a recordarle que en rar que pudiera abrirse un juicio a esta
ese linchamiento se estaba procesando, persona; no creo que le haya servido de
entre muchas cosas, un conflicto entre mucho allá en ultratumba, donde ya se
dos personajes de Ilave, uno de ellos el encontraba.
alcalde, el otro, el opositor máximo, y
que ambos eran profesores universita- Obviamente estoy hablando de una
rios. situación extrema; pero piensen cómo
esa extremidad se generaliza, incluso en
Y eso nos estaba diciendo lo que éra- la propia capital, a través de la práctica
mos como país, o más bien, lo que no lle- habitual del linchamiento de supuestos
gábamos a ser como país. Nos ponía en delincuentes comunes capturados en los
una necesidad imperiosa de terminar con pueblos jóvenes o llamadas barriadas.
el justificativo antropológico de las acti- Piensen en el proceso que tiene Santos,
tudes más radicalmente antihumanistas. el presidente regional de Cajamarca, por
De la misma manera como no podemos haber supuestamente atrapado y fustiga-
aceptar que la retórica disque de izquierda do, es decir, golpeado a latigazos a una

Revista de Investigación de la Universidad Norbert Wiener, 2014, N.° 3 123


Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

mujer, creo que por adúltera, que ha inversión simétrica del orden dado, don-
iniciado un trámite judicial contra él; lo de la violencia y la opresión no terminan,
cual es interesante porque habla de una solamente cambia la identidad de quien
competencia de poderes jurídicos; es ejerce el poder y quien es sojuzgado por
decir, la fuerza de la tradición respetada él; el retorno de Inkarri. Por lo menos en
por el código penal. Esa cita me parece las versiones más celebradas de ese mito
impresionante, la cita que hizo Juan Car- no se habla de una arcadia comunitaria,
los, que entiende y justifica las violencias sino de un ejercicio feroz de la violencia
cuando ellas vienen de prácticas antiguas, para revertir la violencia estructural ante-
de actos y costumbres. Pero lo considera rior. Pero tal vez hay otra utopía andina
como un elemento a tomar en cuenta. posible, que es la de la reconciliación.
Qué pasa cuando nuestra sociedad deja
de estar formada por compartimentos Tú hablabas muy elocuentemente de
estancos y, crecientemente, todos somos cómo en Chiquián la captura del Inca
más contemporáneos de nosotros mis- termina con el abrazo entre Pizarro y el
mos que nunca. Inca; y esto es precisamente, creo yo, si
interpreto de manera correcta la den-
¿Qué pasa cuando una comunera de sidad fascinante de argumentación, lo
Cajamarca es sancionada por un jefe de que podemos entrever como resto de
rondas con toda la aprobación supues- esperanza en los resquicios, que separa
tamente comunal; pero luego ese jefe de unos de otros de los muchos aspectos del
rondas se vuelve presidente regional; se
takanakuy. A diferencia de la derrota uni-
integra al sistema de funcionamiento del
versal implícita en el drama de Eteocles
Estado moderno; y esa mujer accede a un
y Polinices en la tradición griega, donde
abogado que puede iniciar un juicio? Es
ambos combatientes, que eran herma-
una pena que aquí hay una situación polí-
nos, mueren; el takanakuy generaliza el
tica que enturbia la perspectiva sobre eso.
triunfo, incluso para los perdedores, al
Pero sería fascinante hacer un seguimien-
contener y encauzar la violencia entre
to preciso de qué sucede con ese proceso.
paisanos. Un ritual paradójico, entonces,
Fascinante incluso para atisbar, avizorar,
el destino probable del takanakuy. Pero, cuya esperanza sería propiciar, a través
bueno, más allá de estos recaudos para la de la lucha, nuevas alianzas. Y eso, creo
reflexión, nos quedan evidencias impor- yo, es decisivo en un país complejo como
tantes para la comprensión distinta de la el nuestro. ¿Cuándo aprenderemos a no
violencia que el takanakuy nos ofrece; y reprimir, sino más bien productivizar las
sobretodo las miradas complejas y críticas diferencias? Gracias.
del takanakuy, como las que aquí se están
enseñando. Y ese es un tema en el que Harold Hernández:
a los peruanos –no lo olvidemos– se nos
va la vida. Porque la violencia estructural Para cerrar esta mesa redonda, solo dos
y aquella otra violencia que se justifica cosas muy puntuales: uno, creo que con
en la primera, para desatarse también de esto que hemos escuchado se evidencia
un modo desbocado, no están resueltas que las fotografías tienen un valor es-
en nuestro país. Y eso me devuelve a las tético, pero que solo son algo así como
tesis que de alguna manera plantean otro ventanas para mirar una realidad comple-
tipo de utopía andina; no el pachacuti, la tamente distinta de nuestro espacio. Dos,

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Takanakuy: Los límites de la cultura y lo jurídico. Mesa redonda

agradecer la presencia de estos señores, agradecemos a ustedes, al señor rector de


que lo que han hecho es abrir puertas la universidad Norbert Wiener, que está
para entender con más instrumentos una aquí presente, para celebrar este discu-
realidad tan compleja, respecto a la cual rrir de ideas que nos puede ayudar a ser
no se puede hacer un juicio de valor de- menos violentos, contradictoriamente.
masiado sencillo y sin la profundidad del Agradecemos su presencia.
conocimiento que puede brindar el De-
recho, la Historia y la Antropología. Les

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