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Cfr. SGRECCIA, E. Manual de bioética, Ed. Diana, México 1996, p. 458.
2
Cfr. Ìbid, op., cit., p. 459.
2
En este sentido, Consumers International indica que sin el control de las acciones
poco éticas de promoción de los medicamentos, probablemente habrá un incremento del
comportamiento irracional relativo a la prescripción, y un mal uso de los medicamentos por
parte de los consumidores.
En materia de riesgo, no se puede aceptar bajo ningún pretexto que un medicamento siga
siendo comercializado si los resultados de los estudios demuestran que dicho medicamento
tiene efectos nocivos graves para la salud.
3
Cfr. LUCAS LUCAS RAMÓN, Bioética para todos, Ed. Trillas, México 2014, p. 5.
3
4
Cfr. SGRECCIA, E. Manual de bioética, Ed. Diana, México 1996, p. 460.
4
2. La farmacología clínica
5
Cfr. LUCAS LUCAS RAMÓN, Op. cit., p. 10.
5
No obstante, para que el «nuevo fármaco» cumpla eficientemente con las normas
regulatorias de investigación preclínica y obtenga la aplicación IND, la presentación de
reacciones adversas en la primera fase de investigación clínica desafortunadamente no se
pueden prevenir, porque manifestaciones clínicas como somnolencia, tinnitus o confusión
mental, entre muchas otras, no son fácilmente reconocidas en los estudios preclínicos con
animales7.
6
Cfr. VALDÉS Luis Fernando, Bioética y opinión pública, Ed. Minos, México 2014, p. 123.
7
Cfr. ESCOBAR ARREDONDO, Albarrán, Bioética y valores, Ed. Patria, México 2009, p. 26.
6
Aun considerando que tanto el tiempo como el costo, puedan estar conscientemente
sobreestimados por las compañías farmacéuticas para encarecer el precio del medicamento,
ambos factores no dejan de ser determinantes para que una empresa decida investigar un
mayor número de nuevos fármacos.
Con este nombre se designa a los fármacos que se investigan para aplicarlos en el
tratamiento de enfermedades poco frecuentes. La complejidad de la enfermedad tratada, y
el limitado potencial de consumo que tendrá el fármaco huérfano, hacen difícil la
investigación, el desarrollo y la venta de estos productos. Por tales motivos la FDA,
mantiene una oficina que brinda especial asistencia y da concesiones a científicos
interesados en desarrollar y obtener la aplicación de un nuevo fármaco huérfano10.
No obstante que ha mejorado la tecnología para valorar nuevos fármacos, y a pesar de los
costos escalonados, el número de nuevos fármacos con aplicación NDA año con año ha
declinado. Las causas de este hecho no han sido establecidas, y las especulaciones
publicadas involucran a la industria farmacéutica y a las agencias regulatorias. Un punto de
vista optimista, señala que los pocos fármacos aprobados para la venta, son mejores debido
a que su desarrollo se apega estrictamente a las normas éticas, científicas y regulatorias que
rigen los ensayos clínicos11.
10
Cfr. LUNA Florencia, Revista de Bioética y Derecho, Num. 36, Barcelona 2016, p. 14.
11
Íbid, op., cit., p. 15.
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se financian todas las novedades. Por ejemplo, hay seis medicamentos anti-neoplásicos que
Gran Bretaña ha rechazado financiar y que aquí se financian.
Cuando un medicamento sale al mercado, es tan poco conocido, porque se ha estudiado tan
poco, que no estamos seguros de que no pueda tener efectos indeseados graves.
En España las personas se auto medican con varios tipos de medicamentos a la vez.
Hace 15 años se daban entre 12 y 13 recetas por persona y año. Ahora, casi 20. Por lo
menos la mitad de los medicamentos que tomamos son innecesarios. Hay gente que durante
toda su vida toma medicación para dormir, sin embargo al cabo de tres o cuatro semanas el
cuerpo ya lo ha asimilado y es tan eficaz como el placebo12.
Los laboratorios no dan acceso público a los ensayos clínicos. Tampoco se lo dan al
sistema de salud. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios aprueba
medicamentos sin ver los datos de cada uno de los pacientes que han participado en los
ensayos.
El tiempo que se tarda en retirar un medicamento porque produce efectos
indeseados graves ha pasado de seis o siete años en 2004, a 12 o 14 años hoy en día. Cuesta
mucho más retirarlos, y esto es por la creciente influencia de la industria sobre los sistemas
de salud, tal como ha denunciado el Consejo de Europa.
12
Cfr. LUNA Florencia, Revista de Bioética y Derecho, Num. 36, Barcelona 2016, p. 16.