“IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

EN EL USO Y GESTIÓN DEL AGUA:

RESPUESTAS DE LAS POBLACIONES
RURALES DE AMÉRICA LATINA”

1
2
INDICE

I. Introducción .............................................................. 04
a. Ciclo de Aprendizaje Social: Impactos del cambio
climático en el uso y gestión del agua, respuestas de
las poblaciones rurales de América Latina .................... 04
b. El cambio climático ........................................................ 05
c. Los efectos del cambio climático en el recurso hídrico ... 06
d. Marco conceptual utilizado en este ciclo de aprendizaje 07

II. Impactos del Cambio Climático en los

Subsistemas Agrícola y Pecuario ....................... 08
a. Efectos en América Latina .............................................. 08
b. Las perspectivas para la región ...................................... 09
c. Impactos del cambio climático en los medios de vida .... 10
d. Patrones climáticos comunes identificados en las
comunidades rurales ......................................................... 11

III. Vulnerabilidad de las Comunidades

Rurales de América Latina ante los
Efectos del Cambio Climático .............................. 13

IV. La Respuesta de las Comunidades a los

Nuevos Fenómenos Climáticos ........................... 15
a. Condiciones que propiciaron mejores resultados ............ 15
b. Respuestas de las comunidades rurales ante los
cambios en las precipitaciones ...................................... 16
c. Respuestas de las comunidades rurales ante los
cambios inusuales de temperatura ................................ 19

V. Lecciones Aprendidas .......................................... 20

VI. Conclusiones y Recomendaciones

Generales para la Configuración de
Políticas Públicas ............................................................. 24

3
 I. INTRODUCCIÓN
a. Ciclo de Aprendizaje Social: Impactos del cambio
climático en el uso y gestión del agua, respuestas de las
poblaciones rurales de América Latina
Este documento busca consolidar
un proceso de aprendizaje social
promovido por Rimisp – Centro
Latinoamericano para el Desarrollo
Rural y el Grupo Chorlaví, alrededor
de la pregunta central: ¿Cuáles son
las estrategias emprendidas por las
poblaciones rurales empobrecidas
y tradicionalmente excluidas de
América Latina para la implemen-
tación de medidas de adaptación
ante el cambio climático en el uso
y gestión del agua?
Las mencionadas instituciones promo-
toras, invitaron a organizaciones de la
región a presentar sus propuestas de
sistematización de experiencias de
adaptación al cambio climático que se
han venido desarrollando en América
Latina, en los últimos cinco años. Tras
un proceso de selección, se eligieron
siete proyectos que incluyeron nueve
zonas de estudio:
1. Comunidades rurales del municipio
de Huac-Huas, Ayacucho, Perú.
Coordinador: Marenass - Manejo de
4
Recursos Naturales en la Sierra Sur
del Ministerio de Agricultura.
2. Pampas de Lequezana, Potosí, Bolivia.
Coordinador: Vox Terra.
3. Áreas rurales de las zonas áridas del
norte de Chile.
Coordinador: IEP - Instituto de
Ecología Política.
4. Cuenca del río Huehuetán, Chiapas,
México.
Coordinador: ProMujer – Programa
de Apoyo a la Mujer.
5. Beni en Cordillera, Bolivia.
Coordinador: Intermón Oxfam.
6. Cayambe, Ecuador.
Coordinador: Intermón Oxfam.
7. Chaco Boliviano.
Coordinador: Intermón Oxfam.
8. Valle del Chota, Ecuador.
Coordinador: Ekorural.
9. Comunidad campesina Quelcaya,
provincia de Carabaya, Puno, Perú.
Coordinador: CEPES – Centro Peruano
de Estudios Sociales.
La Fundación Futuro Latinoamericano
(FFLA), organización facilitadora de
este proceso de aprendizaje social,
en coordinación con Rimisp y el Grupo
Chorlaví, propiciaron una serie de
actividades de sistematización, reflexión
crítica, diálogo, comunicación y docu-
mentación, enfocados en el tema de
cómo afecta el cambio climático al uso
y gestión del agua en las comunidades
rurales tradicionalmente excluidas de
la región, llevadas adelante en forma
asociativa por sus miembros.
El proceso incluyó la elaboración inicial
de un documento sobre el estado del
arte que resumió los conocimientos y las
experiencias en el tema del proyecto; la
sistematización de los siete proyectos
(nueve zonas); el análisis comparado
de las experiencias que han sido
sistematizadas; la realización de dos
talleres presenciales (uno al inicio y
uno al finalizar el proceso); dos diálogos
electrónicos a través del Blog del Grupo
Chorlaví y la documentación de todos
los productos generados en el proceso,
incluyendo el presente documento de
síntesis regional.
 Los impactos del cambio climático
ya se están viendo y continuarán
agudizándose en el futuro.

b. El Cambio Climático

En los últimos años, el problema del
cambio climático ha captado un nivel
de atención sin precedentes y consti-
tuye uno de los mayores desafíos de
nuestra época, pues se trata de un
fenómeno global que incluye interac-
ciones muy complejas entre procesos
climatológicos, ambientales, económi-
cos, sociales y político-institucionales
que comprometen los sistemas que
soportan la vida en el planeta.
El cambio climático, según lo define
la Convención Marco de las Nacio-
nes Unidas sobre Cambio Climático
(UNFCCC, 1992), es un cambio del
clima atribuido a actividades huma-
nas que alteran la composición de la
atmósfera, y que vienen a añadirse a
la variabilidad natural del clima (varia-
bilidad climática1) observada durante
periodos comparables. Esta variación
del clima persiste durante un período
prolongado de tiempo, normalmente
decenios o incluso más (PICC, 2001).
Evidencias científicas, reconocidas por
el Panel Intergubernamental de Cambio
Climático (PICC)2, demuestran que la
temperatura promedio del planeta se
ha incrementado cerca de un grado
centígrado (0,740C), en los últimos 100
años, por efecto, fundamentalmente,
del aumento de los Gases de Efecto
Invernadero (GEI) en la atmósfera terres-
tre, provenientes de las actividades
humanas – principalmente del quemado
de combustibles de origen fósil y los
cambios en la utilización de las tierras
y en la cubierta terrestre (PICC, 2007).
Los impactos del cambio climático ya se
están viendo y continuarán agudizán-
dose en el futuro. Estos son variados
pero, según Honty (2011), pueden
resumirse en cinco grandes temas:
• Afectación a la producción agrícola
y la seguridad alimentaria;
• Disminución en la disponibilidad de
agua dulce;
• Aumento del nivel del mar y exposición
a desastres meteorológicos (lluvias
torrenciales, olas de calor, sequías,
huracanes, etc.);
• Impactos negativos en los ecosistemas
y la biodiversidad; y,
• Afectación de la salud humana.
Para efectos del presente estudio, nos
enfocaremos en los efectos del cambio
climático y de la variabilidad climática
en la disponibilidad, uso y gestión del
agua, y sus amenazas, particularmente
a las comunidades tradicionalmente
excluidas de la Región, que se dedican
a la agricultura y la ganadería para su
subsistencia.

1 Variabilidad Climática (VC): Se refiere a las “variaciones en el estado medio y otros datos estadísticos (como las desviaciones típi-
cas, la ocurrencia de fenómenos extremos, etc.) del clima en todas las escalas temporales y espaciales, más allá de fenómenos
meteorológicos determinados. La variabilidad se puede deber a procesos internos naturales dentro del sistema climático (varia-
bilidad interna), o a variaciones en los forzamientos externos antropogénicos (variabilidad externa)”. (PICC, 2001).

2 Creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA).
5
 c. Los Efectos del Cambio Climático en el Recurso Hídrico
Con el cambio y la variabilidad climática
el mundo enfrenta la paradoja de abun-
dancia y escasez de agua en función
de la zona o época de impacto. Así,
provocará lluvias de gran intensidad
en algunos lugares, tales como zonas
costeras o bajas y estribaciones mon-
tañosas; mientras que en otros, como
el callejón interandino y centro de
América del Norte, provocará períodos
de sequías prolongados.
Se pronostica que el incremento de
la temperatura propiciará una mayor
demanda del recurso hídrico para
consumo humano, para riego de las
zonas agrícolas y para otros usos que de-
manda el crecimiento económi-
co mientras, al mismo
tiempo, se reduce la
disponibilidad del
líquido vital en la
mayor parte de
las áreas geo-
gráficas del
continente
americano.
Concreta-
mente, el
impacto
del cambio
climático
para el uso
y gestión del
agua en América
Latina y el Caribe ya
se evidencia en:
• Cambios en el ciclo hidrológi-
co del agua: El calentamiento global
modifica al ciclo hidrológico. “Esto
significa cambios en los regímenes
de precipitación, en su intensidad
y en los extremos, y también en la
humedad en el suelo y en el escu-
rrimiento” (Bates, 2008: 3, citado
por Doornbos, 2009). Este nuevo
comportamiento inusual en el ciclo
hidrológico del agua genera un gran
6
nivel de incertidumbre respecto
de los escenarios de duración, las
épocas en las que podrían esperarse,
los totales anuales, su intensidad y la
magnitud e impacto en los diferentes
ecosistemas. La creciente variabilidad
climática e incertidumbre afectan
los patrones tradicionales que han
venido utilizando sobre todo, los
pequeños agricultores y comunidades
campesinas. Mayor variabilidad e
incertidumbre implican un mayor
riesgo en la actividad agropecuaria
que ya no tiene el referente tendencial
histórico del clima.
• Retroceso de glaciares: Se prevé
una menor disponibilidad del recurso
hídrico frente al retroceso de glacia-
res. Se calcula que entre los años
2015 a 2020, todos los glaciares por
debajo de los 5.000 m.s.n.m. habrán
desaparecido, si es que se man-
tiene la tendencia climática actual.
Observemos que la subregión andina
concentra el 95% de los glaciares
tropicales del mundo. Muchos ríos
que provienen de los glaciares abas-
tecen a las principales ciudades de
esta subregión y a las zonas agrícolas,
afectando la disponibilidad para
consumo humano, riego, industria,
generación de energía, entre otros
usos (Comunidad Andina de Nacio-
nes, Secretaría General, 2007). Sin
embargo, el fenómeno de deglacia-
ción, en general, presenta escenarios
de mayores caudales en los ríos, con
relación al registro histórico, mientras
se va reduciendo la capa glaciar, en un
evento que podría llevar años hasta
ver reducciones en los caudales de
modo permanente.
• Otros impactos:
• Pérdida de suelos productivos por
eventos extremos más intensos y
frecuentes, por ejemplo heladas,
granizadas, inundaciones, desliza-
mientos, y otros.
3 Como ejemplo y de acuerdo a la Secretaría General de la Comunidad Andina (2007),
para el 2025, la pérdida por efecto del CC&VC, varía entre 4,4% del PIB para Perú y
7,3% para Bolivia.
• Destrucción de viviendas e infraes-
tructura pública, disminución de
pesquerías, pérdida de amplias
zonas de playa ocasionadas por la
elevación del nivel del mar, aguajes
más frecuentes e intensos.
• Pérdida de vidas humanas y refugiados
ambientales.
• Pérdidas macroeconómicas que redu-
cen la capacidad gubernamental para
atender a los sectores vulnerables3.
• Incremento de los conflictos relacio-
nados con el uso y acceso al agua por
efecto de una menor disponibilidad
del recurso hídrico (Honty, 2009).
Ante los efectos en la disponibilidad,
uso y gestión del agua, las poblaciones
afectadas se han visto en la necesi-
dad de adaptarse, en una suerte de
adaptación reactiva y autónoma o
espontánea. Las estrategias utilizadas
usualmente combinan varias medidas
que los autores Moench y Stapleton
(2007, citado por Doornbos, 2008),
han sistematizado en tres:
1. Almacenaje, entendido como la
capacidad de amortiguar y atenuar
las fluctuaciones en la disponibilidad
de agua. Ejemplo de esta estrategia
es la construcción de reservorios ya
sea artificiales o aprovechando los
acuíferos naturales.
2. Optimización en el uso, procu-
rando asegurar el abastecimiento
de todos los usuarios en cantidad y
calidad mientras se evita la pérdida/
desperdicio del recurso.
3. Protección ante riesgos climáticos.
Se trata de diferentes medidas para
mantener la infraestructura y los
ecosistemas que se ven afectados
por fenómenos hidrológicos: diseño
de sistemas de alerta temprana,
construcciones, planificación del uso
de la tierra previniendo la amenaza
de eventos.
d. Marco Conceptual Utilizado en el Presente Ciclo de Aprendizaje
Aunque el fenómeno es generalizado
a escala global, estos impactos serán
mayores para las poblaciones más
vulnerables del mundo. El concepto
de vulnerabilidad, para efectos de este
estudio, es entendido como “el nivel
al que un sistema es susceptible a, o
no es capaz de soportar, los efectos
adversos del cambio climático, incluida
la variabilidad climática y los fenóme-
nos extremos. La vulnerabilidad está
en función del carácter, magnitud y
velocidad de la variación climática al
que se encuentra expuesto un sistema,
su sensibilidad, y su capacidad de
adaptación.” (PICC, 2001)
De este concepto se desprende que
la vulnerabilidad depende de cuatro
factores:
• Sensibilidad: Nivel en el que un
sistema resulta afectado, ya sea nega-
tiva o positivamente, por estímulos
relacionados con el clima. El efecto
puede ser directo (por ejemplo, un
cambio en la producción de las cose-
chas en respuesta a la media, gama
o variabilidad de las temperaturas)
o indirecto (los daños causados
por un aumento en la frecuencia
de inundaciones costeras debido
a una elevación del nivel del mar)
(PICC, 2001).
• Capacidad de adaptación: Capacidad
de un sistema para ajustarse al cam-
bio climático (incluida la variabilidad
climática y los cambios extremos) a
fin de moderar los daños potenciales,
aprovechar las consecuencias posi-
tivas, o soportar las consecuencias
negativas. (PICC, 2001).
• Exposición: el tipo y grado en que un
sistema está expuesto a variaciones
climáticas importantes (PICC, 2001).
• Tipo de evento: magnitud, carácter
y velocidad de la variación climática.
Yohe y Tol, 2002 (citados en Adger y
Vincent, 2004), sugieren las siguien-
tes determinantes de la capacidad
adaptativa:
Opciones tecnológicas disponibles,
Disponibilidad de recursos y su
distribución,
Estructura y capacidad de las insti-
tuciones,
Capital social y humano,
Acceso a mecanismos de gestión
de riesgo,
Habilidad de los tomadores de
decisiones para manejar los riesgos
y la información.
La capacidad adaptativa establece el
espacio y el contexto dentro del cual
un proceso de adaptación es posible.
Además reduce la vulnerabilidad y
contribuye al desarrollo sostenible.
La adaptación al cambio climático
se refiere entonces al desarrollo de
capacidades para responder y ajustarse
a los impactos actuales y potenciales
del cambio climático, de manera que
se reduzcan los riesgos y los daños
o se aprovechen las oportunidades
que el cambio climático puede pre-
sentar. El PICC (2001) la define como
“los ajustes en sistemas humanos o
naturales como respuesta a estímulos
climáticos proyectados o reales, o sus
efectos, que pueden moderar el daño o
aprovechar sus aspectos beneficiosos”.
Se pueden distinguir varios tipos de
adaptación, entre ellos, preventiva y
reactiva; pública y privada; autónoma
y planificada.
Las estrategias, políticas y prácticas
de adaptación bien concebidas per-
miten incrementar la resiliencia de los
sistemas al cambio climático; es decir,
“la habilidad de un sistema, comu-
nidad o sociedad expuesta a peligros
para resistir, absorber, acomodarse y
recuperarse de sus efectos, de manera
eficiente y a tiempo, sin cambiar su
estructura básica esencial y sus fun-
ciones” (UNISDR, 2009, citado en IIED,
2009).
7
 II. IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS SUBSISTEMAS
AGRÍCOLA Y PECUARIO

a. Efectos en América Latina

Tipos de adaptación (PICC, 2001)

• Preventiva: Adaptación que se produce antes de que se observen impactos del cambio climático.
• Reactiva: Adaptación que se produce después de haberse observado los impactos del cambio climático.
• Autónoma: Adaptación que no constituye una respuesta consciente a estímulos climáticos, sino que es
provocada por cambios ecológicos en los sistemas naturales y cambios en el mercado o el bienestar en
los sistemas humanos. También se denomina adaptación espontánea.
• Planificada: Adaptación que resulta de una decisión política deliberada, basada en la comprensión de
que las condiciones han cambiado o están por cambiar y de que se requieren medidas para volver a un
estado deseado, mantenerlo o lograrlo.
• Privada: Adaptación iniciada y ejecutada por personas, familias o empresas privadas. La adaptación
privada suele responder a un interés fundado de quienes la realizan.
• Pública: Adaptación iniciada y ejecutada por cualquier nivel de gobierno. La adaptación pública suele
orientarse a necesidades colectivas.

Las observaciones históricas registradas
en la Región, permiten establecer una
tendencia marcada de los fenómenos
climáticos (Samaniego, 2009, citado
en Honty, 2011):
1) Un aumento en los fenómenos
meteorológicos extremos. En los
últimos 40 años se han registrado
episodios inéditos como el fenó-
meno de “El Niño” en los años 1982-
83 y 1997-98 o el huracán Catarina
de 2004. Inundaciones y sequías
se han incrementado 2,4 veces si
se compara el período 1970-1999
con el período 2000-2005.
2) Incremento en la temperatura media.
3) Disminución de las precipitaciones en
algunas regiones (particularmente en
el sur de Chile, sureste de Argentina
y sur de Perú) y aumento en otras
(como el sur de Brasil, Paraguay,
Uruguay, noreste de Argentina,
noreste de Perú y Ecuador)
4) Aumento de enfermedades como el
dengue y la malaria y aumento de los
índices de morbilidad y mortalidad.
5) Elevación del nivel del mar (en el área
sudoriental de América del Sur el
nivel medio del mar se elevó entre
1 y 3 mm por año en los últimos
20 años).
6) Disminución del balance de la masa
glaciar.
7) Aumento del proceso de degradación
del suelo, incremento del porcentaje
de desertificación y reducción de la
capa forestal.
8) Aumento del número de especies
en peligro de extinción.

8
 “cansancio de la Pachamama y su
castigo por el uso abusivo de la tierra”
(Informe Vox Terra, 2010).
b. Las Perspectivas para la Región
Antes de profundizar sobre los efec-
tos e impactos para las comunidades
y zonas analizadas en este ciclo de
aprendizaje, damos a continuación
una visión general respecto de las
perspectivas que enfrentará América
Latina y El Caribe en los próximos años
(Honty, 2011):
1) Los países andinos verán afectada
su provisión de agua como conse-
cuencia de la acelerada reducción
de los glaciares. Esto afectará el
abastecimiento de importantes
ciudades como El Alto, La Paz, Lima
y Quito, provocará una reducción
de la producción agrícola y de la
capacidad de generación de hidro-
electricidad.
2) Las zonas costeras bajas sufrirán los
efectos del aumento del nivel del
mar. Esto provocará el desplaza-
miento de poblaciones y daños
en las infraestructuras afectando la
economía del sector turismo.
3) Los países amazónicos perderán
buena parte de sus selvas. Depen-
diendo de los escenarios previstos
de aumento de temperatura (2ºC a
4ºC) entre un 40% y un 85% de la
Amazonia podría perderse hacia el
año 2100. Esto tendrá consecuencias
en los regímenes pluviométricos de
esos países pero además tendría
consecuencias para el sistema
climático global.
4) Los cambios en los regímenes de
lluvia producirán sequías e inunda-
ciones afectando a las poblaciones
ribereñas, la producción agropecu-
aria y la generación de electricidad
en la mayoría de los países.
5) Los eventos climáticos extremos
afectarán a todos los países, espe-
cialmente aquellos más sensibles
a las variaciones de los fenómenos
de El Niño y La Niña.
9
 c. Impactos del cambio climático en los medios de vida

En el Chaco Boliviano, tanto en la comunidad de Igmiri como en la de Isipotindi, la sequia ha sido el

primer fenómeno climático que ha traído un impacto negativo en sus cultivos, perdiendo entre el 60-70%
de la producción respecto a años anteriores. Los miembros de la comunidad perciben que ha cambiado
la temporada de lluvia. Actualmente las precipitaciones comienzan en diciembre-enero cuando antes
comenzaban en octubre- noviembre. Así mismo, hay años en que llueve bastante y otros en que no hay
lluvia(Informe Intermón Oxfam - 3, 2011).

“Tiempo antes las lluvias eran normales, pero en los últimos años y sobre todo estos
dos últimos (2009 y 2010) las lluvias han disminuido bastante, donde muchos cultivos a
secano(maíz, joko, kumanda) se han perdido”
(Celso Herrera, regante comunidad Igmiri).

A pesar de las diferentes ubicaciones
geográficas de los proyectos que han
sido sistematizados en este ciclo de
aprendizaje, las percepciones de las
comunidades frente a los efectos de
los cambios del clima son bastante
similares en las diversas regiones. En
general, las comunidades perciben
una agudización de la tradicional
variabilidad climática, y la mayoría
también concuerda que los eventos
extremos ocurren desde hace treinta
años aproximadamente.
Es importante destacar que hay otro tipo
de factores, más allá de la variabilidad
climática, que están afectando al uso y
gestión del agua y a los medios de vida
(los subsistemas agrícola y pecuario)
de las comunidades estudiadas, entre
otros, la calidad y cantidad del agua
para riego afectada por la contami-
nación (minería, urbanismo) o por el
desvío hacia otras actividades (tam-
bién minería, cultivos de exportación,
otras); el sobre pastoreo que erosiona
los manantiales; la quema del pajonal
que afecta las fuentes; los cambios en
el uso del suelo que propicia erosión
en las fuentes hídricas. Los nuevos
fenómenos climáticos identificados
agravan la disponibilidad del agua
para las comunidades, la destrucción
de sus plantaciones (en el caso de las
inundaciones, derrumbes, vientos hura-
canados), el empobrecimiento mayor
de los suelos y las afectaciones a los
cultivos y a sus animales de cría (hela-
das, cambios bruscos de temperatura).
Estas comunidades vienen experi-
mentando sequías más prolongadas o
inundaciones severas, dependiendo de
la zona geográfica y de la época del año,
que han afectado sus formas de vida y
que les ha obligado a tomar medidas
para adaptarse a estas variaciones.
Sin embargo, estos cambios no han
sido necesariamente identificados o
percibidos como consecuencia del fenó-
meno del cambio climático. En muchas
ocasiones ni siquiera mencionaron al
cambio climático como un problema
que afecta al planeta. Este hecho tiene
que ver con la falta de información,
aun cuando son precisamente estas
comunidades las que experimentan
directamente los cambios. “No se pue-
de asegurar que el cambio climático
es sentido y reconocido como tal por
las comunidades rurales estudiadas,
aunque la variabilidad y los eventos
extremos del clima sí son temas im-
portantes en la dinámica productiva
de las familias, ya que se presentan año
tras año, y los patrones de actividades
agrícolas han ido cambiando por la
inestabilidad en los patrones climáticos”
(Diálogo Electrónico de este proceso
de aprendizaje, junio 2010).
Cuando se analizaron con las comu-
nidades las causas que ellos conside-
ran determinan esta nueva realidad
climática, fueron mencionadas las
actividades industriales así como la
deforestación, la contaminación, el
sobre pastoreo, las malas prácticas
agrícolas, el cambio de uso de suelos
y el mal manejo de residuos sólidos.
Las comunidades de Cayambe-Ecuador
y Chiapas-México, atribuyen el fenó-
meno a las decisiones de Dios frente a
actitudes humanas como: la contami-
nación, la deforestación y la quema.
De la misma manera, las comunidades
de las Pampas de Lequezana, Bolivia,
asocian la variabilidad climática con
el “cansancio de la Pachamama y su
castigo por el uso abusivo de la tierra”
(Informe Vox Terra, 2010).
Uno de los resultados de este proceso es
que se ha generado mayor conciencia
sobre este fenómeno y sus impactos
a nivel local, así como la necesidad de
desarrollar estrategias de adaptación
en las diferentes comunidades, par-
ticularmente en lo referido al uso y
gestión del agua.
Por otro lado, se evidencian diferencias
de percepciones entre hombres y
mujeres de las comunidades, según
las afectaciones que los eventos del
clima ocasionan en los medios de
vida de unos y otros, así como los
patrones de división del trabajo. Las
mujeres perciben, por ejemplo, la
incertidumbre sobre la disponibilidad
del agua como uno de los problemas
más graves, pues son ellas quienes usan
el agua cotidianamente para múltiples
labores domésticas (cocinar, lavar, etc.).
Mientras tanto, los hombres perciben
los efectos de los cambios del clima en
la actividad agrícola.

10
d. Patrones climáticos comunes
Los eventos climáticos inusuales que
experimentan estas comunidades
están relacionados con cambios en
los patrones de i) precipitación (llu-
vias torrenciales o sequías y, en pocos
casos, granizadas) y, ii) temperatura
(incremento evidente percibido en
determinadas épocas o, en contraste,
heladas y cambios bruscos de la tem-
peratura). Otros fenómenos conexos
como los vientos huracanados fueron
también mencionados por las comuni-
dades del Chota y Cayambe, Ecuador,
Chiapas, México, Huac-Huas, Ayacucho
y Quelcaya, Perú.
Si bien estos fenómenos climáticos
relacionados con la precipitación y la
temperatura tienen también efectos
en la salud y la seguridad humana,
en la infraestructura de vivienda y de
vías de comunicación, en la pérdida
de biodiversidad de los ecosistemas
donde se asientan las comunidades o
en el aumento de plagas, esta sistema-
tización se enfoca en los efectos para
los subsistemas agrícolas y pecuarios
de las 9 zonas de análisis, con énfasis
en el uso y la gestión del agua para
riego y consumo humano, y cómo eso
impacta en la vida de las poblaciones.
Además de los factores estructurales
analizados en el acápite anterior, poten-
ciados y complejizados por el cambio
climático, los principales subsistemas
-agrícola y pecuario- observados en
las nueve zonas de estudio, derivan
su vulnerabilidad ante las amenazas
climáticas de su gran dependencia
del régimen de lluvias, una gran parte
de ellos practicando la agricultura de
secano. Las sequías o inundaciones
han afectado la capacidad produc-
tiva y han provocado la pérdida de
biodiversidad, por ejemplo, de raíces
y tubérculos, como en el caso de
Huac-Huas, Ayacucho-Perú.
El cambio e intensidad de los fenóme-
nos climáticos (sequías, inundaciones)
ha afectado tanto a los ecosistemas
altoandinos (Cayambe, Ecuador;
Lequezana, Bolivia; Coquimbo, Chile;
Valle de El Chota, Ecuador) como a inestabilidad y se ha reducido el período
los llanos (Beni, Bolivia), aunque con en quelas inundaciones extremas se
variaciones dependiendo de la época presentan a 4 años aproximadamente.
del año en que se producen. En todas Entre los efectos que experimentan las
estas comunidades, el impacto final es comunidades en sus cultivos están:
la amenaza a la seguridad alimentaria la destrucción de cultivos perennes,
de miles de familias que viven la pér- pérdida de semillas, cese de los cultivos
dida de sus cultivos y de sus animales, tradicionales y cambio a especies de
la disminución de sus ingresos y el producción rápida, mientras la actividad
incremento de los conflictos entre pecuaria sufre la muerte de los ani-
familias o entre comunidades espe- males de cría. Esta situación generada
cialmente relacionados con el acceso por los nuevos fenómenos climáticos
y uso del agua. Impactos repetidos impacta en la economía de las familias
en buena parte de los casos ha sido el que ya no cuentan con sus productos
abandono de la actividad agropecuaria tradicionales y registran pérdidas en la
y la migración temporal o definitiva actividad pecuaria. Además propician
de la zona. migraciones temporales de jóvenes y
adultos, en busca de oportunidades
Un caso ilustrativo sobre los efectos laborales.
e impactos de la sequía es Pampas
de Lequezana, Potosí, Bolivia. Esta es Diferentes zonas del planeta enfren-
una zona donde tradicionalmente se tan inusuales cambios bruscos de
presentan sequías de septiembre a temperatura, incluso en el mismo día.
enero, que las comunidades han venido Es el caso de Quelcaya, provincia de
enfrentando mediante diferentes es- Carabaya, Puno, Perú.
trategias, especialmente de almacenaje
de agua (ckochas) para destinarla a
riego. En los talleres realizados por Ubicación
los coordinadores de este proyecto de la comunidad
de sistematización se determinó que Quelcaya. Provincia de Carabaya,
las sequías son ahora más intensas y
Puno, Perú.
prolongadas, que han afectado las
reservas y fuentes de agua, y que (Informe CEPES, 2010)
se ha registrado un decremento
de la cobertura vegetal, escasez
de pastos, y pérdida total del
germoplasma de algunas
especies. De hecho, la sequía
más fuerte en la zona que se
registró en los últimos 30
años (en 1982-1984) ocasionó
una migración masiva y un
dramático aumento de los
niveles de pobreza en la zona.
Otras regiones, por ejemplo
Beni, Bolivia, experimentan tanto
sequías como inundaciones a lo
largo del año, con una intensidad no
observada en varias décadas. Si bien las
inundaciones moderadas eran usuales
año con año, inundaciones extremas se
presentaban con una periodicidad de 10
años aproximadamente. Hoy, hay mucha
11
 Aquí, en diferentes talleres, grupos
focales, entrevistas y encuestas realiza-
das a los actores sociales de la zona, se
corrobora la percepción acerca de los
incrementos extremos de la tempera-
tura durante el día, “como en la costa”,
que tiene efectos demostrados en el
retiro del glaciar y la disminución del
caudal de los manantiales, mientras
que la actividad pecuaria es afectada
por el resecamiento de los pastos que
se desprenden con el viento, disminu-
yendo el alimento para el ganado. Por
contraste, las heladas nocturnas en
determinadas épocas acrecientan el
secado de pastos y matan de frío al
ganado. El impacto final es, nueva-
mente, en la seguridad alimentaria y
también, en este caso, la amenaza al
modo de vida pastoril.
Las lluvias torrenciales son una de las
amenazas naturales que más daños
provocan particularmente en las estri-
baciones montañosas donde se ubican
las microcuencas. En el informe de la
zona de Chiapas, México (cuenca del
Río Huehuetán) se menciona que “los
perjuicios se traducen en deslizamientos
y derrumbes de los cerros, el crecimiento
de los arroyos y el desbordamiento de
los ríos, afectando e inundando a las
viviendas, a diversas construcciones
e infraestructura de agua y comuni-
caciones, sobre todo a los caminos
y brechas que quedan bloqueados”.
(Informe Promujer-1, 2011). “Asimismo,
se destruyen los cafetales y las cosechas
se pierden, pues justamente cuando
el café está madurando, las intensas
lluvias de septiembre y octubre provo-
can la caída del grano y el argeño del
cafeto. Los recursos físicos y naturales
sufren los primeros impactos” (Informe
ProMujer–1 , 2011).
La Comisión Nacional del Agua (Cona-
gua) de México corrobora las percepcio-
nes de la comunidad cuando sostiene
que “en la cuenca del río Huehuetán
se presentan precipitaciones de hasta
5,000 mm en las partes altas, lo que
aunado al predominio de arenas en
los suelos y la fisiografía escarpada,
da lugar a un alto nivel de erosividad
de la lluvia. Estas condiciones colocan
a la cuenca entre las zonas de mayor
erosión hídrica del país (Conagua - IMTA,
2007 citado en Informe ProMujer-1,
2011). La pérdida de suelos en las
zonas alta y media de la cuenca llega
a las 500 ton/ha/año en el 32.7% de la
superficie, y a 200 a 500 ton/ha/año
en el 18.1% del área, por lo que más
del 50% del territorio de la cuenca
presenta tasas de erosión extremas y
severas” (Conagua–UACh, 2006 citado
en Informe ProMujer-1, 2011).
Igual que en los casos ilustrativos que
se resumieron antes, en este caso, las
consecuencias de las lluvias extremas
amenazan la seguridad alimentaria de
la población, provocan el abandono
de los cafetales, elevan los niveles de
pobreza y se generan pérdidas en la
economía campesina que incrementan
la migración.

“Las lluvias afectan más que cualquier otra cosa. Comienza a tirar la hoja de café y la quema, tira el
grano, o sea, se argeña el café por mucha humedad. Nos ha afectado que llueva hasta noviembre.
Con el mal tiempo de los huracanes ya nos afectó porque se pudre el grano. Si no ha secado bien el
café nosotros ya estamos perdiendo porque ya agarró mal olor; a la hora que tuestas el café sale el
mal olor y en el mercado ya no lo van a comprar. Ahí es donde también está la pérdida de nosotros”
(Rodolfo, 43 años, Toquian Chiquito).

12
 III. VULNERABILIDAD DE LAS COMUNIDADES RURALES DE
AMÉRICA LATINA ANTE LOS EFECTOS DE CAMBIO CLIMÁTICO.
El desarrollo de los sistemas agropecua-
rios constituye una de las pocas fuentes
de subsistencia para la gran mayoría
de las comunidades campesinas e
indígenas de Latinoamérica. Como se
destacó antes, su vulnerabilidad está
estrechamente relacionada con sus
condiciones de vida e ingresos limitados
y, consecuentemente, con menores
posibilidades tecnológicas para su
adaptación a fenómenos climáticos
inusuales que ya experimentan, por
ejemplo, las 9 zonas que han sido
consideradas en el presente proceso
de aprendizaje social sobre el impacto
del cambio climático en el manejo del
agua en estas comunidades.
La significativa vulnerabilidad de
América Latina fue destacada por el
PICC, en su cuarto Informe de 2007:
“Hasta mediados del siglo, los aumentos
de temperatura y las correspondientes
disminuciones de la humedad del suelo
originarían una sustitución gradual de
los bosques tropicales por las sabanas
en el este de la Amazonia. La vegetación
semiárida iría siendo sustituida por
vegetación de tierras áridas. Podrían
experimentarse pérdidas de diversidad
biológica importantes con la extinción
de especies en muchas áreas de la
América Latina tropical. La productivi-
dad de algunos cultivos importantes
disminuiría, y con ella la productividad
pecuaria, con consecuencias adver-
sas para la seguridad alimentaria.
En las zonas templadas mejoraría el La pobreza y la dependencia
rendimiento de los cultivos de haba de los recursos naturales se
de soja. En conjunto, aumentaría el
número de personas amenazadas por el
unen a la falta de acceso a la
hambre. Los cambios en las pautas de información, a la inexistencia
precipitación y la desaparición de los de servicios públicos (alcan-
glaciares afectarían notablemente a la
disponibilidad de agua para consumo tarillado, servicios sanitarios
humano, agrícola e hidroeléctrico” en general) y a la exclusión
(PICC, 2007).
de los espacios de toma de
Algunos países han hecho esfuerzos decisiones que afectan a su
para lograr una adaptación, específi- capacidad de voz y poder
camente mediante la conservación de
ecosistemas fundamentales, sistemas de
político. Su vulnerabilidad
alerta temprana, gestión de riesgos en se deriva entonces de la
la agricultura, estrategias para la gestión considerable dependencia
de costas, sequías e inundaciones y
sistemas de vigilancia de enferme- de los recursos naturales y
dades. Sin embargo, la efectividad de de su limitada capacidad
estos esfuerzos se ve superada por: la
falta de información básica, sistemas
para enfrentar la variabilidad
de observación y supervisión; falta climática y los fenómenos
de capacidad de construcción y de climáticos extremos
marcos políticos, institucionales y
tecnológicos apropiados; ingresos (Andrade y Larco, 2010).
bajos y asentamientos humanos en
zonas vulnerables, entre otros” (PICC,
2007b, citado en Honty, 2011).
13
 Más allá del fenómeno climático, el
acercamiento a las comunidades selec-
cionadas en este ciclo de aprendizaje
evidencia, una vez más, la presencia
de factores y causas estructurales de
vulnerabilidad. La pobreza y margina-
ción de la economía formal es uno de
ellos. Al 2009, el 33.1% de la población
de América Latina vivía en pobreza, lo
que representa aproximadamente 180
millones de personas, de las cuáles el
13.3% se encontraba en situación de
indigencia. En muchos casos, los niveles
de pobreza en las poblaciones rurales
son mayores que en las áreas urbanas.
Así, el Departamento de Ayacucho por
ejemplo, donde se asienta una de las
comunidades estudiadas (Municipio
de Huac-Huas) ocupa la posición 22
dentro de las 24 regiones del Perú
en función de su Índice de Desarrollo
Humano (IDH) de 0.528, considerado
como poblaciones de extrema pobreza.
Las condiciones de marginación en que
viven estas comunidades las obliga a
vivir en tierras poco productivas, de
pendiente pronunciada, degradadas,
deforestadas, en zonas expuestas a
avalanchas o inundaciones y, por lo
tanto, su exposición a eventos climáticos
extremos es mayor.
Asimismo, América Latina se caracteriza
por la inequidad en la distribución de
los recursos. En particular, las pobla-
ciones rurales tienen limitado acceso
y control sobre los recursos naturales,
de infraestructura y económicos, nece-
sarios para garantizar sus medios de
vida. Factores tales como las políticas,
las instituciones y las estructuras de
poder ejercen influencia en el acceso y
control a tales recursos que les permitiría
mayores posibilidades de mejorar su
capacidad adaptativa a los cambios
en los patrones de precipitación y
temperatura.
La inequidad en la distribución de los
recursos y la pobreza, se unen a un fac-
tor común en la mayoría de las zonas
analizadas: el limitado apoyo estatal
14
o la ausencia misma del Estado. Las
comunidades no tienen acceso a los
servicios del Estado (salud, educación,
servicios básicos). La debilidad en el
apoyo estatal no solo se refleja en los
servicios básicos sino en la ausencia de
políticas públicas de largo plazo que
aseguren procesos sostenibles para
minimizar y enfrentar los efectos del
cambio climático.
Aunque las formas de participación y
articulación de las comunidades con
los gobiernos centrales o locales, son
En Coquimbo, Chile, el
Estado genera discrimi-
nación en el uso del
agua, apoyando mayo-
ritariamente al sector
agrícola exportador,
mientras que la agricul-
tura rural de subsisten-
cia no tiene derechos
de agua o recibe agua
en menor calidad y
cantidad. En este caso
las inversiones estata-
les de infraestructura,
embalses, introducción
del riego tecnificado,
nuevos reservorios, son
solo enfocadas en zonas
de agricultura de expor-
tación y no en la agricul-
tura de subsistencia.
(Informe IEP, 2011)
diferentes en cada país y responden
a las políticas de los gobiernos y a la
capacidad de organización y liderazgo
de las comunidades, en la mayor parte
de los casos analizados es común la
ausencia de instancias y mecanismos
de gestión y participación, promovidos
desde el Estado, para atender las dife-
rentes demandas de las comunidades.
Se vislumbran muy pocos avances en
4 Esta fue una de las conclusiones del Primer Diálogo Electrónico 2010, “Cambio
Climático y Agua: respuestas de las poblaciones rurales”, llevado a cabo del 7 al
14 de junio del 2010, como parte de este proceso de aprendizaje social.
la disminución de las “brechas” entre la
sociedad y el Estado, incluso en países
como Bolivia donde las organizacio-
nes se sienten actualmente parte del
“proceso de cambio” que lleva adelante
el gobierno, y donde la gran mayoría
de autoridades locales son pobladores
genuinamente representativos de sus
bases4. El funcionamiento de estas
instancias de participación, sector
público-comunidades, junto con
principios de buena gobernanza, es
una manera de mejorar la capacidad
adaptativa de las comunidades, como
se verá adelante.
El camino hacia la resiliencia frente
al cambio climático pasa por tener
acceso a la información científica sobre
los escenarios e impactos previstos,
y al conocimiento técnico sobre las
tecnologías más apropiadas de adap-
tación junto con políticas públicas que
propicien el desarrollo integral de las
comunidades. Los sectores rurales
de América Latina y, en concreto, las
comunidades estudiadas en este ciclo,
no disponen de la información suficien-
te. Idealmente, la generación y difusión
de la información en los procesos de
fortalecimiento de capacidades, debería
efectuarse con un enfoque intercultural,
rescatando y complementando los
saberes ancestrales. La información
tiene que contribuir a la solución de
necesidades sentidas de la comunidad,
utilizando un lenguaje práctico que
evite los tecnicismos.
Se tiende a considerar al cambio climáti-
co como un problema ambiental, sin
tomar en cuenta sus múltiples dimen-
siones sociales, económicas y culturales.
Las políticas públicas de adaptación
frente al cambio climático deberán
tener un enfoque integral y promover
un desarrollo rural equitativo, evitando
el riesgo de focalizarse únicamente en
los impactos del cambio climático sin
resolver los históricos problemas de
exclusión, marginalidad, inequidad y
pobreza de las comunidades.
 IV. RESPUESTAS DE LAS COMUNIDADES RURALES A LOS
NUEVOS FENÓMENOS CLIMÁTICOS
Las comunidades se han visto en la
necesidad de tomar medidas frente a
estos cambios del clima y las acciones
que se han venido ejecutando, que
pudiéramos llamar de adaptación, se
han realizado en función de las reali-
dades, capacidades y condiciones de
a. Condiciones que propiciaron mejores resultados
Ante los impactos del cambio climático
en los sistemas de producción agrícola
y pecuario, ocasionados por los cam-
bios de los patrones de precipitación
y temperatura, las comunidades han
adoptado de manera espontánea
una serie de medidas que les permite
ajustarse a las nuevas condiciones.
El liderazgo local, la proactividad de
dirigentes y miembros de la comunidad,
así como la organización comunitaria
fueron factores clave para impulsar
estrategias de adaptación. En Leque-
zana, Bolivia, por ejemplo, gracias al
liderazgo local de las mujeres se logró
un nivel de organización y resultados
efectivos para mitigar los efectos de
las sequías que azotan la zona. De
igual manera en Cayambe, Ecuador, los
cada comunidad. En algunos casos,
estos procesos de adaptación han
aportado para que las comunidades
fortalezcan su organización, revaloricen
los saberes locales en combinación
con nuevas tecnologías agrícolas y
tengan acceso a recursos tecnológicos
dirigentes de la comunidad lograron,
mediante el espacio comunal, iniciar
e implementar importantes medidas
para la protección de las cuencas de
agua. En Huac-Huas, Ayacucho, Perú,
las familias campesinas movilizaron sus
voluntades y energías para desarrollar
estrategias de manejo de los recursos
naturales productivos. En la Amazonía
Boliviana, mediante la conformación
del grupo de beneficiarios del proyecto
y posteriormente la identificación de
líderes en el grupo, se creó la “Asocia-
ción de Camelloneros”, que contaron
con beneficios de acceso a maquinaria
para la implementación de sus medidas
de adaptación ante las inundaciones.
En la región de Coquimbo, Chile, se
conformaron Comités de Agua Potable
Rural. Un ejemplo importante también
y financieros. Sin embargo, existen
todavía comunidades que no han
logrado fortalecer su capacidad de
organización y gestión, que no cuentan
con información apropiada y que no
tienen acceso a innovaciones tecnológi-
cas, como se analizará a continuación.
se evidencia en el Valle de El Chota,
Ecuador donde las comunidades rurales
han estado involucradas en un proceso
intensivo de acción y aprendizaje
(denominado Katalysis) alrededor del
manejo sostenible de aguay cambio
climático. “Katalysis se caracteriza
por ser un proceso esencialmente
endógeno, donde la inspiración por el
cambio nace principalmente de la crea-
tividad y liderazgo de actores locales.
Fomenta la participación de grupos
organizados en el campo, quienes se
juntan por diferentes inspiraciones
y motivaciones, mientras que otros
actores acompañantes promueven
el fortalecimiento de capacidades
organizacionales como estrategia para
lograr efectos más duraderos” (Informe
Ekorural, 2011).
15
 Otro elemento común en una buena
parte de las comunidades donde
se tuvo la oportunidad de conocer
sus experiencias de adaptación, fue
la combinación de innovaciones
tecnológicas con los conocimientos
tradicionales. La memoria colectiva
sobre el cambio climático proporciona
claves acerca de las vulnerabilidades
y de la capacidad para enfrentar las
nuevas condiciones en las comunidades
rurales. En el caso de la Amazonía
Boliviana se encontró que la pérdida
de conocimientos locales debilita las
respuestas de adaptación al cambio
climático. En este caso, la comunidad
ya no tiene memoria de la función de
los camellones5 que fueron dejados por
“Los conocimientos o clima, que les han permitido enfrentar
el fenómeno hasta el momento. El
saberes locales y proyecto en las comunidades de
prácticas culturales de Lequezana, Bolivia, encontró que es
clave “la complementación de los
hombres y mujeres en el saberes ancestrales de la población
uso y gestión del agua con la incorporación de tecnologías
frente al cambio apropiables y accesibles para lograr
resultados eficientes y sostenibles”.
climático son de un Esta sinergia de conocimientos y
valor insuperable”. prácticas ha permitido “fortalecer las
(Informe MARENASS, organizaciones mediante el uso de
conocimientos previamente existentes.
2011) Es importante tomar en cuenta los
sus ancestros. En todos los proyectos saberes tradicionales en el momento de
realizados en diferentes contextos, las crear oportunidades de capacitación a
comunidades son herederas de cono- las generaciones más jóvenes” (Informe
cimientos tradicionales relacionados al Vox Terra, 2010).

b. Respuestas de las comunidades rurales ante los cambios en

las precipitaciones (sequías o inundaciones)

Durante el proceso de sistematización
se hizo el esfuerzo de identificar y sepa-
rar las estrategias y prácticas en uso
para enfrentar la variabilidad climática
normal, con aquellas relativamente
recientes para adaptarse a los cambios
en los patrones climáticos ancestrales.
Se observó entonces que las comuni-
dades ya venían utilizando prácticas
relacionadas con la cosecha de agua
lluvia, construcción de infraestructura
para almacenaje y distribución de
agua, zonificación del territorio para
actividades agrícolas y pecuarias,
diversificación de especies de cultivos,
producción en terrazas, trabajo comuni-
tario y una serie de prácticas derivadas
de saberes tradicionales. Las nuevas
condiciones climáticas han obligado a
las comunidades estudiadas a diseñar
y ejecutar estrategias complementarias
o adicionales de adaptación, que son
las que se analizan a continuación.
Usualmente las comunidades utilizan
una combinación de estas técnicas, y
se destacan abajo aquellas que son
comunes o más frecuentes entre las
nueve experiencias sistematizadas.
• Construcción de infraestructura
La construcción de infraestructura es
una estrategia común para lograr un
manejo más efectivo de captación,
almacenamiento y distribución de
agua. Las comunidades que ya lo
venían haciendo han debido ampliar
o mejorar la infraestructura existente
mientras que otras comunidades han
empezado a construir estructuras como:

5 “…los camellones son plataformas elevadas de tierra que forman parte de todo un
sistema de ingeniería hidráulica, los cuales inicialmente fueron construidos por pue-
blos ancestrales de la región caracterizados por una singularidad sociocultural definida
como cultura amazónica” Informe Final de Sistematización, Intermón Oxfam, 2011.

16
zanjas de infiltración, reservorios rústi-
cos para cosecha de agua, perforación
de pozos, canales para retención de
agua, canales de riego por aspersión
y riego por goteo. En algunos casos los
sistemas de canales y reservorios son
operados y mantenidos de manera
colectiva por asociaciones comunales.
En las comunidades de Lequezana,
Bolivia, por ejemplo, la respuesta está
basada en la construcción de ckochas
(represas de tierra en quechua) para uso
doméstico o de animales. Se construyen
en lugares con menor elevación para
que el agua de lluvia se almacene en
los puntos bajos; sin embargo, a causa
de la falta de potabilización del agua
y su detenimiento hasta por ocho
meses, existen riesgos de enfermedades
gastrointestinales. Esta estrategia no
se limita solo a mejorar la captación y
almacenamiento de agua sino, en algu-
nos casos, a optimizar el uso mediante
técnicas como riego por aspersión o
uso de reservorios nocturnos.
La construcción ha sido una estrategia
para enfrentar también las inundacio-
nes. Un proyecto en particular (Beni,
Bolivia), adoptó como estrategia princi-
pal la innovación de siembra mediante
la implementación de camellones que
permitan continuar con la producción
agrícola, inclusive en épocas de inun-
dación. Esta técnica ancestral también
ofrece una fuente de proteína adicional
en los peces que se cultivan en los
espacios inundados entre camellones.
La organización ejecutora se basó en
el hecho de que esta tecnología fue
utilizada en la región por pueblos
ancestrales como una estrategia de
adaptación a la variabilidad climática
en la cuenca Amazónica. A pesar de los
buenos resultados, el proyecto tuvo
poca acogida en la comunidad, y el
número de familias beneficiadas fue
menor al siete por ciento al momento
del informe. En este proyecto la mayor
limitante fue la ausencia de espacios
efectivos de diálogo y análisis junto
con la comunidad. “Los espacios de
evaluación de la implementación
del proyecto no lograron generar
la confianza necesaria” para que los
participantes puedan “expresar abierta-
mente sus cuestionamientos o dudas”
(Informe Intermón Oxfam - 1, 2011).
Según los responsables del proyecto
“el alto porcentaje de abandono de los
beneficiarios”, más del 50%, se puede
explicar por “una selección natural”
(Informe Intermón Oxfam - 1, 2011).
Para los beneficiaros del proyecto, la
deserción fue a causa de la gran canti-
dad de trabajo necesaria para mantener
los camellones y su baja productividad.
Según ellos, se sobrestimó la produc-
tividad al basar sus proyecciones en
sólo diseños experimentales, aspecto
que está siendo ajustado (Informe
Intermón Oxfam - 1, 2011).
• Diversificación de la producción
La diversificación productiva y, en el
caso del Chaco Boliviano, la recupe-
ración de variedades nativas, ha
“El café robusta fue
introducido en la
década de 1980 en
las comunidades para
abastecer el mercado
de café soluble, pero
en la última década
se ha incrementado
su cultivo a partir de
los impactos de las
amenazas naturales,
puesto que es más
resistente a las
enfermedades y a las
lluvias”
(Informe ProMujer-2,
2011).
contribuido al fortalecimiento de prácticas
que contribuyen a ampliar la oferta
productiva en la región, a tener una
alternativa de respuesta frente a los
efectos del cambio climático, y al
fomento de una mayor seguridad
alimentaria en las comunidades.
En el caso de Chiapas, México, una
de las estrategias adoptadas por los
campesinos es la diversificación de
especies de café: se siembra café arábiga
y robusta. Asimismo, la diversificación
de frutales en las huertas de café es otra
estrategia de respuesta. La mayoría ha
cultivado el plátano, pues se cosecha
en pocos meses y es de alta demanda
en los mercados locales y regionales.
Aún son pocos los que han introducido
rambután, limón, naranja y aguacate,
especies comerciales que pueden
compensar la reducción de ingresos
por las pérdidas de café. Algunos
campesinos empiezan a experimentar
con nuevas variedades de maíz y frijol,
aunque sin mucho éxito por tratarse de
variedades no aptas a las condiciones
climáticas de las cuencas altas. (Informe
Promujer-2, 2011).
• Creación y funcionamiento de
comités de agua
Como una forma de gobernanza, los
comités institucionales locales han sido
una respuesta ante el cambio climático.
En muchas ocasiones estos comités
han sido originalmente formados para
gestionar la distribución del agua en
la comunidad.
En el caso de Coquimbo, Chile, la estrate-
gia de adaptación ante la disminución
de agua comprendió la formación de
comités locales. Los comités de Agua
Potable Rural (APRs) han permitido
mantener y ampliar el abastecimiento
de agua potable en las zonas rurales
asentadas en ecosistemas áridos del
Norte de Chile y “…se han transformado
en un capital social de alta relevancia
para enfrentar la sequía y sus efectos
sobre las poblaciones rurales. Sin
17
 embargo, el marco legal que los ampara
y la ausencia de una adecuada capacita-
ción y apoyo técnico los mantiene en
una situación de precariedad, tanto en
el funcionamiento como en la calidad
de este vital servicio. La red de apoyo
institucional es débil, especialmente
para los sectores más alejados y pobres,
pero se observan importantes inicia-
tivas locales para superar las falencias
técnicas y administrativas que enfrentan
cotidianamente” (Informe IEP, 2011).
En el caso de la cuenca del Río
Huehuetán, en Chiapas, en el proyecto
sistematizado se han constituido,
exclusivamente para este proyecto,
Comités Técnicos de Manejo de Agua y
Preservación de Suelos (Cotemaps) para
facilitar la organización y participación
de la población en las comunidades de
intervención. Mediante los Cotemaps
se llevan a cabo acciones de asesoría
y capacitación a los pequeños
agricultores participantes, para
que ejecuten prácticas y técnicas
de conservación (a cambio de un
estímulo económico) durante
la temporada de lluvias. Si bien,
el proyecto ha presentado
resultados exitosos en cuanto
al control de la erosión hídrica,
no se ha logrado la construcción
de capacidades organizativas de
los miembros de los Cotemaps.
El proyecto no ha planteado una
estrategia de formación de promotores
locales para replicar la experiencia en
otras cuencas; así tampoco ha imple-
mentado acciones de construcción
de liderazgos, ni de sostenibilidad de
recursos humanos y económicos, lo
cual es “relevante ante la ausencia de
organizaciones locales que encabecen
las gestiones y movilizaciones para
construir una buena gobernabilidad
del agua e incidir en el diseño de pro-
gramas de gestión de riesgos” (Informe
ProMujer-2, 2011).
En Lequezana, Bolivia, la falta del
recurso agua fue el elemento articulador
de la organización de la población en
torno a proyectos para el acceso a este
18
recurso vital. Una estrategia importante
fue la organización de Comités de
Aguas conformados esencialmente
por mujeres, donde se determinan los
niveles de acceso, distribución y tarifas
del servicio. Los Comités de Agua han
sido las únicas formas de organización
comunitaria que no han respondido a
acciones políticas y que han resultado
en proyectos y soluciones al acceso del
agua tanto para el consumo familiar
como para el riego en épocas de estiaje.
Es interesante observar que en el
caso de Huac-Huas, Ayacucho, Perú,
la conservación y mantenimiento del
agua se hace cumpliendo un calendario
cultural festivo con participación de
hombres, mujeres y niños.
•Traslado de animales
La actividad pecuaria ha sido también
afectada por los nuevos eventos
climáticos. Lo más común es la mo-
vilización del ganado. Es el caso de la
comunidad de Quelcaya, Perú, donde
las inundaciones obligan a movilizar
el ganado para evitar que duerma en
zonas húmedas. Estas zonas pueden
estar ubicadas a mayor elevación o ser
zonas arenosas con mayor capacidad
de percolación (Informe CEPES, 2011).
• Actividades alternativas como
fuentes económicas
Al limitarse la productividad de las
actividades agrícolas de subsisten-
cia, las comunidades o familias se
ven obligadas a buscar alternativas
económicas. En varios proyectos la
alternativa económica más frecuente-
mente adoptada es la ganadería familiar
y comunal, ya que en muchos casos
al mejorar la gestión del agua se crea
canales de riego para pastos, generando
una fuente de alimento para el ganado.
En ciertos proyectos la adopción de
la ganadería ayuda directamente a
las mujeres al crear una fuente de
ingreso que ellas manejan mediante
la venta de leche. En otros proyectos
como en el caso del ámbito rural de
Trinidad en Beni, Bolivia, durante la
temporada de inundación la comunidad
se dedica a la extracción de recursos
naturales como la pesca y recursos
maderables. En situaciones donde
no existen alternativas económicas
en la localidad, la estrategia más
común es la migración. Los tipos
de migración son variados, en
el caso de Coquimbo, Chile
la migración es a nivel local
para buscar empleo en la
minería o en la agricultura
de exportación. En regiones
como Lequezana, Bolivia, la
migración no solo se limita a
zonas del interior, sino a países
vecinos, Argentina y Brasil y,
eventualmente, a otros continentes
como Europa. En la mayoría de los
casos la migración es más común en
los jóvenes de la comunidad. Pero en
comunidades como las de Ayacucho,
Perú, los desplazamientos se dan a
nivel de familias enteras. La migración
causa procesos de desestructuración
cultural, al debilitar estructuras comu-
nales o familiares.
Las familias campesinas de Chiapas,
México, también usan distintas estrate-
gias de vida para obtener su sustento,
por ejemplo, la migración temporal
o definitiva de varios integrantes de
cada familia, el empleo en actividades
no agrícolas y el aprovechamiento de
los subsidios gubernamentales.
c. Respuestas de las comunidades rurales ante los cambios
inusuales de temperatura

En el caso de Quelcaya, las heladas
se han hecho más frecuentes y pro-
longadas, ocasionando la disminución
de la disponibilidad de pastos y con-
secuentemente el debilitamiento del
ganado, ocasionando enfermedades.
Las medidas adoptadas han sido el
traslado del ganado a zonas con pasto,
la aplicación de medicinas (antibióticos
y vitaminas) y el abrigo a los animales
con mantas o ropa de las familias.
En el Chaco boliviano, heladas intensas
han dañado los cultivos cuando se
encuentran en etapa de floración. Se
ha visto también que el aumento de
temperaturas, produce un descontrol
de las plagas, logrando que sus pobla-
ciones acrecienten considerablemente
durante el invierno en las partes más
altas de la región chaqueña. Ante estos
efectos, las comunidades han identifi-
cado especies resistentes, que permiten
mayor productividad; han ampliado
y mejorado los sistemas de riego e
implementado el riego presurizado6.
En otros casos, los cambios de tempera-
tura han tornado poco viables las nuevas
prácticas introducidas para enfrentar nivel más bajo del agua acumulada y por
el cambio climático. En los llanos del tanto más crítica para las condiciones
Beni, Bolivia, se introdujo el cultivo de de habitabilidad de los mismos peces.
peces aprovechando los canales entre (Informe Intermón Oxfam - 1, 2011).
camellones. Sin embargo, una inusual
baja de temperatura en 2010, que no se
había registrado históricamente, oca-
sionó la mortandad de buena parte de
la fauna ictícola en la región. En el caso
de los camellones, el frío impactó en
la cría de peces, “murieron 1200 peces
a causa del agua fría” (Testimonio de
Herminia Guaji).
La posibilidad de enfrentar riesgos
similares en los próximos años, junto
con otras condiciones poco propicias
para el cultivo de peces, han hecho que
se revise esta estrategia productiva. “La
cría de peces en los canales anula o al
menos limita dos condiciones básicas
para el cultivo en camellones: 1) el
cultivo de taropé [Planta acuática de
la familia de las Ninfeáceas, especie de
nenúfar de hojas grandes – RAE] para el
abonado de la tierra, porque compite
por el oxígeno necesario para los peces
y, 2) la imposibilidad de uso del riego,
porque esta necesidad coincide con el

6 Todos aquellos métodos (goteo, microaspersión, microjet, etc.) que requieren para su
funcionamiento una determinada presión lo que obliga al uso de conductos cerrados
o tuberías para la conducción, distribución y aplicación del agua.

19
 V. LECCIONES APRENDIDAS
A lo largo de este documento se ha
procurado destacar algunos ejemplos
ilustrativos sobre las diferentes es-
trategias y prácticas comunes que han
utilizado las comunidades estudiadas
para enfrentar y adaptarse a las nuevas
condiciones climáticas, específicamente
en el manejo del agua que afecta
los sistemas productivos (agrícola y
pecuario). Se desprende del análisis
que las respuestas más apropiadas
al fenómeno climático mundial no
requieren de “recetas” uniformes, puesto
que los impactos son diferentes depen-
diendo del ecosistema particular y del
contexto social, cultural y económico
donde viven las comunidades rurales
de América Latina.
Las lecciones aprendidas que se desarro-
llan a continuación tienen relación con
las condiciones que han demostrado
propiciar mejores experiencias de adap-
tación, con los principios aplicados y con
las estrategias generales que lograron
resultados efectivos para mantener o
mejorar la capacidad adaptativa de las
comunidades.
Instancias y procesos de diálogo: Para
crear un proceso socialmente sostenible
de adaptación es clave construir desde, y
junto con, la comunidad las estrategias,
evitando una actitud paternalista que
limita la iniciativa y organización local.
Sin la existencia de espacios en los que
20
los beneficiarios se sientan cómodos
para expresar sus dudas y garantizar
un proceso democrático de toma de
decisiones, se minará el éxito a largo
plazo de cualquier proyecto.
Es fundamental comprender las per-
cepciones y los procesos culturales
locales y crear espacios de diálogo
que permitan tomar decisiones que
incluyan la opinión de la comunidad
afectada. Existen varias herramientas
para crear acercamiento como el
utilizado en Pampas de Lequezana,
Bolivia, con el uso de materiales
elaborados en equipo junto con los
beneficiarios del proyecto. Un ejemplo
fue el de los “mapas parlantes” que al
permitir a los beneficiarios mostrar
sus percepciones por medio de imá-
genes, logró un acercamiento a “su
realidad de la manera más directa,
reflexiva y objetiva posible” (Informe Vox
Terra, 2010).De la misma forma, cabe
resaltar el enfoque del sistema de
acción-aprendizaje aplicado en el Valle
de El Chota, Ecuador, que permite
centrar la atención a los miembros de la
comunidad, sus saberes, conocimientos
y experiencias para definir las innova-
ciones que les permiten adaptarse a
los efectos del cambio del clima.
Vinculación interinstitucional: Uno
de los mayores vacíos para crear una
efectiva gobernanza del agua, como
foco principal de este proceso de
aprendizaje social, es la ausencia de
espacios de diálogo entre las entidades
institucionales encargadas del agua y
las organizaciones locales. Se denota
en algunos proyectos (Amazonía boli-
viana) la necesidad de que asociaciones
locales tengan mayor vinculación con
otros sectores sociales, e inclusive
experiencias de intercambio con otras
comunidades que desarrollen proyec-
tos similares. La falta de intercambios
interinstitucionales y comunales limita
la capacidad de planificación y coordi-
nación de los esfuerzos de adaptación
en diferentes escenarios de gestión
del agua.
Organización comunitaria: El nivel
de organización comunitaria es impor-
tante para el éxito de las estrategias de
adaptación. De los proyectos revisados,
aquellos con mayor capacidad organi-
zativa a nivel comunal, lograron mayor
éxito en la adopción de estrategias
efectivas y sostenibles ante el cambio
climático. Por esta razón, existe la
necesidad de fortalecer la organización
comunitaria hacia un enfoque funcio-
nal, adoptando conocimientos que les
ayuden a hacer frente a los efectos del
fenómeno climático.
Gestión y coordinación entre el
Estado y las comunidades: La im-
portancia del Estado en la implemen-
 La falta de conocimiento ha limitado
“una mayor concientización e involu-
cramiento de las comunidades”
tación de estrategias de adaptación
es clave, para garantizar resultados y
sostenibilidad a largo plazo. Todos los
proyectos concuerdan en la ausencia
o debilidad de políticas estatales o
en sus limitadas acciones, y reco-
miendan mayor participación estatal.
Las maneras en las que se gestiona
esta participación estatal varían en
cada proyecto. En Quelcaya, Perú, se
sugiere que el papel de la política estatal
frente al cambio climático sea aplicado
a mayor escala, y que ésta busque el
desarrollo integral de la población
rural mediante “programas y proyec-
tos multisectoriales que promuevan
un desarrollo inclusivo y sostenible”
(Informe CEPES, 2011). Los proyectos
realizados en Huac-Huas, Ayacucho y
en Quelcaya, Perú, concuerdan que el
desarrollo estatal debe darse mediante
la construcción de infraestructura para
almacenar y cosechar agua, manejo de
pastizales, plantaciones forestales y
transferencia de tecnología. En el caso
de la Amazonía boliviana, se prioriza
la innovación del Estado hacia una
administración pública que aprenda
de las experiencias de la sociedad civil
y el sector privado.
Capacidades e información: Para
lograr respuestas más efectivas es
importante tender un puente entre
la comprensión del conocimiento
científico y el tradicional. Para esto,
la comunicación, la capacitación y la
participación pública son claves. La
mayoría de proyectos concuerdan en
su importancia. En proyectos como
el de Lequezana, Bolivia, la falta de
conocimiento ha limitado “una mayor
concientización e involucramiento
de las comunidades” impidiendo
que exijan a sus representantes y a la
autoridad tomar acciones de adaptación
a los efectos del cambio climático. En
el caso del norte de Chile, una de las
recomendaciones a futuro es mejorar
la información sobre la disponibilidad
de agua en comunas mediante varias
estrategias que incluyen: desarrollar
escuelas de agua para generar concien-
cia ciudadana, introducir técnicas de
ahorro de agua en viviendas, desarrollar
capacidades administrativas y geren-
ciales del personal que administra los
Comités de Agua Rural y desarrollar
instrumentos de comunicación y
difusión de la problemática del agua,
usando la radio y otros medios locales.
En el caso de Huac-Huas Ayacucho,
Perú, el material de comunicación es
elaborado por los propios actores de
la comunidad, dando espacio para
la participación y creación de un
producto acorde a las necesidades
locales. Teniendo en cuenta el con-
texto cultural, es necesario analizar
la herramienta más efectiva para la
capacitación, considerando factores
como el nivel de educación formal
de la comunidad, accesibilidad a
herramientas tecnológicas, metodología
local de aprendizaje, entre otras. De
las experiencias de sistematización en
Lequezana, Bolivia, se concluye la im-
portancia de coordinar la capacitación
con técnicos municipales y especialistas
para elaborar estrategias educativas
que sean inclusivas de todos los niveles.
La participación de la mujer en estos
procesos debe partir de la valoración
de su rol y de su propia autoestima,
con acciones dirigidas a romper aso-
ciaciones culturales e ideológicas
entre agricultura-gestión del agua y
masculinidad. Los jóvenes líderes, por
su parte, se convierten en referentes
de sus comunidades y tienen muchas
posibilidades de atraer a otros jóvenes
e involucrarlos. La identificación
temprana de los líderes, el apoyo
y su incorporación en los procesos
de fortalecimiento de capacidades
tienen influencia positiva directa en
la comunidad.
Incentivos económicos: En zonas en
condiciones de pobreza y limitadas por
el acceso a fuentes económicas, los
créditos e incentivos económicos son
herramientas útiles para promoverla
adopción de estrategias de adaptación.
Varias comunidades utilizan esta op-
ción en sus proyectos. En Huac-Huas,
Ayacucho, Perú el uso de incentivos
21
 económicos fue clave en el éxito de
la adopción de la comunidad de las
medidas de adaptación al cambio
climático. Los incentivos fueron reparti-
dos mediante concursos que premiaban
a aquellas familias que demostraban
mayor eficiencia en el manejo de recur-
sos naturales: agua, suelo y cobertura
vegetal. En este proyecto los procesos
participativos permitieron entender
los costos, respuestas y beneficios de
las adaptaciones, logrando que el 75%
de las familias mejoraran su capacidad
adaptativa.
En el caso de Chiapas, México, los
estímulos económicos no se dieron a
base de concursos, sino como un pago
equivalente a los días de trabajo reali-
zado en las prácticas de conservación
de suelos vegetativas para mitigar la
erosión. Los beneficiarios expresaron su
descontento por los retrasos en el pago
del estímulo, mientras que los técnicos
del proyecto tienen la percepción de
22
que los beneficiarios solo realizaban
las prácticas de conservación por el
incentivo económico y no por las ven-
tajas que éstas les proporcionan para
reducir los deslizamientos y la erosión.
Los retrasos en los pagos afectan más a
las mujeres, en especial a las viudas de
edad avanzada y que estaban a cargo de
las labores agrícolas, pues al no contar
con mano de obra familiar masculina,
con sus propios recursos –y no con
el pago del estímulo- contrataban
jornaleros para realizar las prácticas.
En el caso del norte de Chile se reco-
mendó el acceso a bonos por sequía
para re-invertir en semillas y recuperar
cosechas y animales perdidos. En esta
situación donde existe la privatización
del agua se sugirió el subsidio al agua
potable, derecho humano básico.
El uso de créditos o incentivos económi-
cos pueden ser efectivas metodologías
al momento de conseguir mayor
involucramiento de la comunidad
en medidas de adaptación al cambio
climático. Sin embargo, los resultados
de éxito de esta estrategia son mixtos,
en algunos casos logrando que la
mayoría de familias obtuvieran mejores
condiciones para la adaptación y, en
otros, provocando una dependencia de
los incentivos económicos, por parte
de los beneficiarios. Considerando
cuidadosamente las dinámicas sociales
y de género en la comunidad, se debe
analizar la manera y los beneficiarios de
los estímulos económicos, procurando
que los incentivos no sean meramente
asistenciales y cuenten con criterios
que garanticen su sostenibilidad.
Empoderamiento de estrategias
de adaptación: En el proyecto de
Lequezana, Bolivia, el equipo facil-
itador sintió que una de las mayores
dificultades fue “convencer a los po-
tenciales actores del proceso sobre la
importancia, pertinencia y necesidad
de llevar adelante este proceso de
sistematización sobre la gestión del
agua y el cambio climático” (Informe
Vox Terra, 2010). El problema radicaba
en que la comunidad percibía al proceso
como algo abstracto e intangible. Sin
comprender los beneficios y la razón
por la cual se gestionan estrategias
de adaptación al cambio climático
no existe un real involucramiento en
el proyecto. Son varios los factores
que incrementan el empoderamiento,
entre ellos, el fortalecimiento de
capacidades, la organización comunal y
proveer evidencia del problema. Existen
casos como el de las comunidades de
Cayambe, Ecuador, donde un evento
tangible que afectaba directamente a
toda la comunidad (disminución del
agua), junto con una fuerte tradición
de organización comunal y la tenencia
de tierras, permitió a los campesinos
empoderarse de las acciones de adap-
tación en la gestión del agua para
lograr un manejo efectivo y sostenible.
Cuando se analizó con los Coordina-
dores de los diferentes proyectos si
esas medidas han logrado mantener
la capacidad productiva o mejorar el
modo de vida de las comunidades, las
opiniones fuerondiversas; sin embargo,
coincidieron en que estos esfuerzos,
aunque no son suficientes,(puesto que
las causasde la vulnerabilidad de las po-
blaciones son estructurales) hay claras
evidencias de beneficios en cuanto
a fortalecimiento de la organización
local, en mantener la capacidad pro-
ductiva de comunidades pobres para
el autoconsumo y el comercio que, de
no impulsar estas iniciativas, se habría
reducido considerablemente.
Para que los procesos de adaptación
se constituyan en oportunidades de
transformación social es necesario
que las comunidades avancen en su
autonomía organizativa y política; se
apropien de las propuestas tecnológi-
cas y generen innovaciones; pasen de
estrategias de adaptación espontánea
a adaptación planificada y profundicen impactos del cambio climático sin
el conocimiento ancestral. resolver los históricos problemas de
exclusión, marginalidad, inequidad y
En este proceso, los gobiernos juegan pobreza de las comunidades rurales
un rol muy importante. Desde el ám- de América Latina.
bito nacional, se deberían establecer
políticas públicas consistentes en
materia no sólo de mitigación, sino de
adaptación al cambio climático. Además,
se debería generar información sobre
la variabilidad climática y difundirla
oportunamente a las comunidades
para la toma de decisiones, y desti-
nar mayores recursos a las acciones
dirigidas a reducir la vulnerabilidad y
los riesgospara cada contexto social
y ecológico. Desde el ámbito local,
los gobiernos podrían jugar un papel
clave en la generación decondiciones
que reduzcan lavulnerabilidad social
y apoyar los esfuerzos que realizan las
poblaciones para adaptarse al cambio
climático.
Por otro lado, el papel de la cooperación
internacional también es importante,
pues por naturaleza la cooperación está
llamada a brindar asistencia técnica,
pero su rol podría estar también enfo-
cado en construcción de capacidades,
difusión de experiencias exitosas y
lecciones aprendidas, y el estableci-
miento de alianzas regionales.
Finalmente, hay que tomar en cuenta
que cualquier iniciativa externa tiene
que estar basada en la auténtica
participación local de las comuni-
dades, considerando sus diferencias y
singularidades.
Como se mencionó en el capítulo II
sobre vulnerabilidad, se tiende a con-
siderar al cambio climático como un
problema exclusivamente ambiental, sin
tomar en cuenta sus múltiples dimen-
siones sociales, económicas y culturales.
Las políticas públicas de adaptación
frente al cambio climático deberán
tener un enfoque integral y promover
un desarrollo rural equitativo, evitando
el riesgo de focalizar únicamente los
23
 VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES GENERALES PARA
LA CONFIGURACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS
A pesar de sus condiciones de mar-
ginación, las comunidades rurales
excluidas de América Latina no son
sujetos pasivos, al contrario, han venido
desarrollando una serie de iniciativas
de adaptación a las nuevas e inusuales
condiciones climáticas que enfrentan,
en este caso, las nueve zonas de estudio
en la Región. En general, las acciones
provienen de su conocimiento tradicio-
nal, con el apoyo y alianzas con actores
no comunitarios, particularmente
con los gobiernos locales y con las
organizaciones no gubernamentales.
La construcción de política pública para
la adaptación al cambio climático debe
considerar este dinamismo propio de
cada organización, así como el conjunto
de experiencias que ha demostrado
ser efectivo para cada caso.
El diseño de políticas públicas para la
adaptación (o mitigación) al cambio
climático debe nutrirse con el cono-
cimiento surgido de las comunidades
mediante su activa participación en el
proceso. Esta participación es funda-
mental, pero las comunidades están
presas de sus propias limitaciones
(presupuestarias, de información, de
organización comunitaria). Por esto
la necesidad de fomentar una visión
compartida de mediano y largo plazo,
24
construida en interacción con las
comunidades, los aliados y los espe-
cialistas (en este caso en agua y cambio
climático). Esto implica: i) establecer
los mecanismos, los canales y los
espacios más adecuados, conforme el
contexto cultural de las comunidades;
y, ii) propiciar el fortalecimiento de las
capacidades locales tanto en temas de
liderazgo y organización comunitaria
como en tecnologías para la optimi-
zación del uso y la gestión del agua,
complementarias a los saberes locales.
Al respecto, el liderazgo involucra, por
supuesto, a la mujer y a los jóvenes de
las comunidades, pues las experien-
cias sistematizadas evidencian el rol
protagónico de ambos grupos en las
diferentes actividades de adaptación
que han desarrollado las organizaciones,
en los últimos años.
Las alianzas han demostrado ser
claves para el diseño y ejecución de las
respuestas de las comunidades frente
al cambio climático. En particular, los
gobiernos locales, aunque con limita-
ciones (presupuestarias, de recursos,
capacitación), son interlocutores
privilegiados de las comunidades al
vivir de cerca las necesidades de la
población. De hecho, en casi todos
los casos analizados, las comunidades
demandaron una mayor participación
estatal tanto desde los gobiernos
locales como desde los nacionales.
Concretamente las demandas estu-
vieron relacionadas con:
• Construcción de infraestructura para
almacenaje y cosecha de agua;
• Comunicación, información y capaci-
tación sobre cambio climático y su
impacto específico en la comunidad
y conforme el contexto cultural;
• Capacitación en manejo de pastizales,
cultivos, plantaciones forestales y
transferencia de tecnología en general
que complementen el conocimiento
ancestral;
• Desarrollo de programas y proyectos
multisectoriales que promuevan un
desarrollo inclusivo, sostenible e
integral de la población rural;
• Créditos e incentivos económicos
para las actividades de adaptación;
• Fomento de la investigación científica
sobre cambio climático con enfoque
local.
Las experiencias de este proceso de
aprendizaje social en el uso y gestión
del agua, frente al cambio climático,
sistematizadas desde nueve zonas y
comunidades excluidas de América
Latina, registraron las limitaciones
que se han descrito a lo largo de este
documento, pero han brindado un
cúmulo de lecciones aprendidas que
pueden ser capitalizadas por otras co-
munidades que enfrentan condiciones
similares, y por los gobiernos locales o
nacionales para el diseño de políticas
públicas de mitigación y adaptación al
cambio climático, y seguramente serán
enriquecidas con experiencias desde
otros procesos de aprendizaje social.
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26
© Grupo Chorlaví

Primera Edición: Marzo 2012

Autores: Pablo Larco – Mónica Andrade
Diseño: OKIO Karina González
Fotografías:
Portada: Edwin Huffman/World Bank
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Página 4, 16, 18, 19 y 20: Google
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Página 7, 8 y 23: Prisma / El Salvador
Página 9, 12 y 19: Flickr/Neil Palmer (CIAT)
Página 13: Flickr
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