Ingente es un concepto que procede del vocablo latino ingens. Se trata de
un adjetivo que califica a aquello que es muy grande. Por lo general el término se emplea con referencia a una cantidad abultada. Por ejemplo: “La ingente afluencia de manifestantes no se detuvo en todo el día”, “El club desembolsó una ingente suma de dinero para contratar a la joven promesa del fútbol turco”, “Este software permite analizar un ingente volumen de datos en pocos segundos”. Cuando algo tiene una magnitud descomunal, se lo califica como ingente. Un experto en arte, por citar un caso, puede hacer mención al “ingente valor cultural” que tiene una determinada colección de pinturas. Con esta expresión, el especialista destaca la importancia de dichas obras para la cultura. El presidente de un país, por su parte, puede achacar los problemas macroeconómicos de su nación a la “ingente deuda externa” cuyo origen tiene más de un siglo. El mandatario asegura que, mientras no se renegocie esa deuda y se acuerde una quita con los acreedores, la situación económica nacional seguirá siendo compleja. Luego de un terrible terremoto, una ciudad queda en ruinas. Miles de edificios resultan destruidos y la infraestructura termina seriamente dañada. Ante esta situación, el gobierno local y los habitantes tienen un “ingente trabajo” por delante para lograr la reconstrucción: esto quiere decir que deberán dedicar mucho tiempo y esfuerzo a las tareas de recuperación. Como se puede advertir, lo ingente siempre es gigantesco o inmenso. Como antónimos aparecen términos como pequeño, diminuto o escaso.