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La ansiedad es un elemento de alerta en nuestro cuerpo. Es aquella que nos indica que ya tenemos hambre y debemos comer. Es aquella que nos dice que debemos digerir lo comido. Es aquella
que nos dice que debemos dormir y aquella que nos indica que debemos despertar. La ansiedad, es la "alarma", que le indica a nuestro sistema nervioso central que debemos hacer algo. Así sea
huir del depredador, defender nuestro territorio, proteger a los nuestros, etc.
Desde este punto de vista, la ansiedad se considera una señal positiva, de salud, que ayuda en la vida cotidiana, siempre que sea una reacción coherente frente a determinadas situaciones que
tengan su cadena de sucesos de forma correcta. Y hay varias formas en que la ansiedad resulta una "alerta". Puede ser una alerta en rojo que nos dice: "sal corriendo es un incendio". Puede ser
una alerta amarilla que nos dice: "Cuidado no cruces, vienen más coches".
Esas situaciones de "ansiedad", ayudan al organismo a resolver peligros o problemas de la vida cotidiana.
EL TRASTORNO DE ANSIEDAD:
El trastorno de ansiedad está constituido por varios elementos, entre los cuales se incluyen:
- Fobias.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
- Trastorno de Pánico.
- Estrés Post Traumático.
- Ansiedad Generalizada.
- Ansiedad Social.
- Ataques de Pánico.
En todos estos casos y a diferencia de la Ansiedad Normal (Adaptativa), las personas viven permanentemente sensaciones de miedo y deseos de huir.
La persona ya no es capaz de distinguir una amenaza real de una amenaza imaginaria. La persona vive en un estado casi permanente de angustia irracional. Por lo tanto, no es una persona
consciente de su realidad.
Los síntomas que presenta una persona con Trastorno de Ansiedad son:
- Extremada Fatiga o Desánimo.
- Taquicardia.
- Respiración Acelerada.
- Dilatación de las Pupilas
- Sensación de Ahogo.
- Temblores en manos o pies.
- Sensación de Pérdida del Control.
- Sensación de Pérdida del Conocimiento.
- Sudoración Excesiva.
- Náuseas.
- Rigidez Muscular.
- Debilidad Muscular,
- Dificultad para Hablar y Expresarse.
- Pensamientos Negativos y Obsesivos.
Mismos que pueden presentarse solos o mezclarse entre sí. Y para detectarlo es necesario realizar varios análisis, pruebas y estudios médicos en instituciones especializadas en salud mental. No
basta con sentir nervios para decir que uno padece: ANSIEDAD. Así que mucha atención a esto.
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?: Si yo presento Trastorno de Ansiedad, necesariamente soy una persona que siempre se ha sentido débil, minimizada, poco apreciada, víctima de
las circunstancias e incapaz de demostrar mi valor e inteligencia.
Vivo constantemente queriendo llamar la atención de los demás, y poco a poco voy desarrollando miedos irracionales para lograrlo.
Tiendo a pensar siempre en un futuro negativo, siempre tengo prisa, siempre debo alterarme ya, para que me hagan caso.
Si no "me pongo mal", nadie me hace caso.
Disfruto inconscientemente, cuando los demás dicen: "pobre de él" o "pobre de ella".
Tiendo a recordar y platicar de mi pasado, siempre fue mejor, siempre viví mejor, tuve lo mejor, conocí a los mejores, gané mejor, trabajé mejor, etc.
Soy incapaz de disfrutar mi presente, un amanecer, una rica comida, un bello paseo, unas lindas vacaciones, mi trabajo, mi familia, mis hijos, mis amigos, una película, etc. Destruyo mi
presente día tras día con pensamientos negativos, catastróficos, trágicos y de añoranza por un pasado que ya no está. Mi mente sólo piensa en dolor, muerte, abandono, tristeza, accidentes,
tragedias, pobreza, peligro, violencia, hambre, frío, enfermedad....así de mal estoy. Así de pobre es la vida que yo he decidido darme.
Y no hay nada más cierto, que mi estado emocional lo único que provoca son enfermedades, que finalmente me harán cumplir mis vaticinios.
Ansiedad, inquietud profunda que nace de anticipar miedos y peligros potenciales, pero improbables
Realmente, la ansiedad es una señal de alerta, el aviso de un peligro que acecha. Por tanto, permite a la persona prepararse para enfrentar la situación de amenaza. Esto
no tiene nada de extraño; la ansiedad es un estado emocional y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones estresantes. Desde este punto de vista, un
determinado grado de ansiedad es positivo porque nos ayuda a gestionar el día a día de nuestra vida cotidiana ante estímulos reales o potenciales.
Cuando percibimos o imaginamos una situación de peligro potencial, el sistema simpático se dispara y toma el control de nuestro cuerpo para enfrentar ese peligro. Esas
reacciones pueden ser de lucha, huída o parálisis. Sin embargo, todo cambia cuando esa ansiedad rebasa la capacidad adaptativa de la persona, convirtiéndose en
patológica. En las sociedades modernas, la ansiedad patológica se ha convertido en una enfermedad muy frecuente con repercusiones muy desagradables para quienes la
sufren. Los trastornos de ansiedad más comunes son las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés
postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada y el miedo escénico que surge normalmente al tener que hablar en público o por el solo hecho de imaginarlo –
anticiparlo.
Hablamos de ansiedad patológica cuando el estímulo adaptativo supera la capacidad de respuesta del organismo, dando lugar a una respuesta intensa y desproporcionada
que limita y condiciona el funcionamiento cotidiano. La ansiedadpatológica siempre se acompaña de una serie de síntomas físicos y psicológicos.
Físicos:
Vegetativos: sudoración, sequedad bucal, mareos e inestabilidad.
Neuromusculares: temblores, tensión muscular, cefaleas y parestesias.
Cardiovasculares: palpitaciones, taquicardias y dolor precordial.
Respiratorios: disnea.
Digestivos: náuseas, vómitos, dispepsia, diarrea, estreñimiento, aerofagia y meteorismo.
Genitourinarios: micción frecuente y problemas de la esfera sexual.
Piscológicos y conductuales:
Aprensión y preocupación.
Sensación de agobio.
Miedo a perder el control y a volverse loco
Sensación de muerte inminente.
Dificultad de concentración y sensación de pérdida de memoria.
Inquietud, irritabilidad y desasosiego.
Inhibición o bloqueo psicomotor.
Obsesiones o compulsiones.
Las personas que sufren ansiedad patológica sienten angustia y miedo; desean huir a pesar de no poder identificar nítidamente ni el peligro ni los motivos de ese anhelo
de huida. La ansiedad patológica no es tanto la manifestación de diversos problemas a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana como la idealización que de
esos problemas y situaciones hace la persona. El problema se agrava cuando esta reacción que denominamos ansiedad patológica es muy intensa, como en los ataques de
pánico (situaciones en las que la persona no puede controlar su ansiedad) o cuando esa reacción aguda se convierte en hábito, es decir, crónica o muy frecuente.