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BIODESCODIFICACIÓN - ANSIEDAD / TRASTORNO DE ANSIEDAD

22 de enero de 2015 a las 09:46


BIODESCODIFICACIÓN - ANSIEDAD / TRASTORNO DE ANSIEDAD

3ª Etapa (Movimiento, Valoración) y 4ª Etapa (Relación).

La ansiedad es un elemento de alerta en nuestro cuerpo. Es aquella que nos indica que ya tenemos hambre y debemos comer. Es aquella que nos dice que debemos digerir lo comido. Es aquella
que nos dice que debemos dormir y aquella que nos indica que debemos despertar. La ansiedad, es la "alarma", que le indica a nuestro sistema nervioso central que debemos hacer algo. Así sea
huir del depredador, defender nuestro territorio, proteger a los nuestros, etc.

Desde este punto de vista, la ansiedad se considera una señal positiva, de salud, que ayuda en la vida cotidiana, siempre que sea una reacción coherente frente a determinadas situaciones que
tengan su cadena de sucesos de forma correcta. Y hay varias formas en que la ansiedad resulta una "alerta". Puede ser una alerta en rojo que nos dice: "sal corriendo es un incendio". Puede ser
una alerta amarilla que nos dice: "Cuidado no cruces, vienen más coches".

Esas situaciones de "ansiedad", ayudan al organismo a resolver peligros o problemas de la vida cotidiana.

Pero, ¿por qué muchas personas declaran "tener problemas de ansiedad"?


Porque la sociedad moderna, ha confundido la ansiedad con lo que se denomina "trastorno de ansiedad", que es radicalmente otra cosa.
El Trastorno de Ansiedad sí tiene consecuencias negativas para las personas y sobre todo, consecuencias desagradables. La mayoría de la población se diagnostica por medio de "la familia", y
es allí cuando las falsas creencias toman fuerza. Y vamos por la vida etiquetándonos como personas con "PROBLEMAS DE ANSIEDAD", en lugar de tomar conciencia.

EL TRASTORNO DE ANSIEDAD:

El trastorno de ansiedad está constituido por varios elementos, entre los cuales se incluyen:
- Fobias.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
- Trastorno de Pánico.
- Estrés Post Traumático.
- Ansiedad Generalizada.
- Ansiedad Social.
- Ataques de Pánico.

En todos estos casos y a diferencia de la Ansiedad Normal (Adaptativa), las personas viven permanentemente sensaciones de miedo y deseos de huir.
La persona ya no es capaz de distinguir una amenaza real de una amenaza imaginaria. La persona vive en un estado casi permanente de angustia irracional. Por lo tanto, no es una persona
consciente de su realidad.

Los síntomas que presenta una persona con Trastorno de Ansiedad son:
- Extremada Fatiga o Desánimo.
- Taquicardia.
- Respiración Acelerada.
- Dilatación de las Pupilas
- Sensación de Ahogo.
- Temblores en manos o pies.
- Sensación de Pérdida del Control.
- Sensación de Pérdida del Conocimiento.
- Sudoración Excesiva.
- Náuseas.
- Rigidez Muscular.
- Debilidad Muscular,
- Dificultad para Hablar y Expresarse.
- Pensamientos Negativos y Obsesivos.

¿No presentas estos síntomas? No tienes Trastorno de Ansiedad.


Deja de andar por la vida diciendo que tienes "problemas de ansiedad" y toma consciencia en lugar de vivir como víctima. O bien, acude con un Psiquiatra Especialista y realízate todos los
exámente pertinentes.

El Trastorno de Ansiedad se puede manifestar de tres formas diferentes:


Síntomas Físicos.
Síntomas Cognitivos.
Síntomas Conductuales.

Mismos que pueden presentarse solos o mezclarse entre sí. Y para detectarlo es necesario realizar varios análisis, pruebas y estudios médicos en instituciones especializadas en salud mental. No
basta con sentir nervios para decir que uno padece: ANSIEDAD. Así que mucha atención a esto.

¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?: Si yo presento Trastorno de Ansiedad, necesariamente soy una persona que siempre se ha sentido débil, minimizada, poco apreciada, víctima de
las circunstancias e incapaz de demostrar mi valor e inteligencia.
Vivo constantemente queriendo llamar la atención de los demás, y poco a poco voy desarrollando miedos irracionales para lograrlo.
Tiendo a pensar siempre en un futuro negativo, siempre tengo prisa, siempre debo alterarme ya, para que me hagan caso.
Si no "me pongo mal", nadie me hace caso.
Disfruto inconscientemente, cuando los demás dicen: "pobre de él" o "pobre de ella".
Tiendo a recordar y platicar de mi pasado, siempre fue mejor, siempre viví mejor, tuve lo mejor, conocí a los mejores, gané mejor, trabajé mejor, etc.
Soy incapaz de disfrutar mi presente, un amanecer, una rica comida, un bello paseo, unas lindas vacaciones, mi trabajo, mi familia, mis hijos, mis amigos, una película, etc. Destruyo mi
presente día tras día con pensamientos negativos, catastróficos, trágicos y de añoranza por un pasado que ya no está. Mi mente sólo piensa en dolor, muerte, abandono, tristeza, accidentes,
tragedias, pobreza, peligro, violencia, hambre, frío, enfermedad....así de mal estoy. Así de pobre es la vida que yo he decidido darme.

Y no hay nada más cierto, que mi estado emocional lo único que provoca son enfermedades, que finalmente me harán cumplir mis vaticinios.

¿Cuál es la emoción biológica oculta?:


Falta de confianza en el proceso de la vida.
Falta de confianza en mí.
Falta de auto respeto y valoración.
Falta total de consciencia y coherencia.

¿Cómo libero esa emoción biológica?:


Amándome y amando mi vida tal como es.
Dejando de molestar a los demás con mi victimismo.
Confiando en el proceso de la vida.
Impidiendo que mi imaginación guíe mi vida.
Siendo yo mismo y avanzando.
Guiándome por mi intuición.
Confiar más en los demás.

ANSIEDAD: ANTICIPACIÓN DE MIEDOS Y PELIGROS IMPROBABLES


Por Jesús Casla
De pronto, un buen día los ventanales por los que entra la luz a nuestras vidas se cierran, sumiéndonos en la penumbra, en la oscuridad, en la noche; dejándonos a
merced de nuestros miedos, presos de toda clase de temores e incertidumbres que se alimentan de nuestra inseguridad y desconcierto hasta hacernos olvidar cómo era la
vida antes de sentir ese acecho. La ansiedad es precisamente la anticipación involuntaria de temores, daños o desgracias que aún no han tenido lugar y que quizá nunca
sucedan.
La ansiedad, del griego ankho (estrangulo), es la otra cara de la depresión. Ambas son distintas manifestaciones de la misma enfermedad: pensamientos y creencias
negativas que nos llevan a proyectar la mente en el futuro (ansiedad) o en el pasado (depresión), lo que obviamente no nos permite vivir y afrontar adecuadamente el
momento presente.
La ansiedad es una situación emocional que irrumpe en nuestras vidas cuando sentimos un peligro (real o imaginario). Es un sentimiento de inquietud profundo que altera
la normalidad de nuestras capacidades cognitivas. Se trata de un código de supervivencia porque es una adaptación para que podamos reaccionar ante una situación de
emergencia. Sin laansiedad actuaríamos de manera inconsciente ante peligros que pondrían en riesgo nuestra supervivencia.

Ansiedad, inquietud profunda que nace de anticipar miedos y peligros potenciales, pero improbables
Realmente, la ansiedad es una señal de alerta, el aviso de un peligro que acecha. Por tanto, permite a la persona prepararse para enfrentar la situación de amenaza. Esto
no tiene nada de extraño; la ansiedad es un estado emocional y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones estresantes. Desde este punto de vista, un
determinado grado de ansiedad es positivo porque nos ayuda a gestionar el día a día de nuestra vida cotidiana ante estímulos reales o potenciales.
Cuando percibimos o imaginamos una situación de peligro potencial, el sistema simpático se dispara y toma el control de nuestro cuerpo para enfrentar ese peligro. Esas
reacciones pueden ser de lucha, huída o parálisis. Sin embargo, todo cambia cuando esa ansiedad rebasa la capacidad adaptativa de la persona, convirtiéndose en
patológica. En las sociedades modernas, la ansiedad patológica se ha convertido en una enfermedad muy frecuente con repercusiones muy desagradables para quienes la
sufren. Los trastornos de ansiedad más comunes son las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés
postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada y el miedo escénico que surge normalmente al tener que hablar en público o por el solo hecho de imaginarlo –
anticiparlo.
Hablamos de ansiedad patológica cuando el estímulo adaptativo supera la capacidad de respuesta del organismo, dando lugar a una respuesta intensa y desproporcionada
que limita y condiciona el funcionamiento cotidiano. La ansiedadpatológica siempre se acompaña de una serie de síntomas físicos y psicológicos.
Físicos:
Vegetativos: sudoración, sequedad bucal, mareos e inestabilidad.
Neuromusculares: temblores, tensión muscular, cefaleas y parestesias.
Cardiovasculares: palpitaciones, taquicardias y dolor precordial.
Respiratorios: disnea.
Digestivos: náuseas, vómitos, dispepsia, diarrea, estreñimiento, aerofagia y meteorismo.
Genitourinarios: micción frecuente y problemas de la esfera sexual.
Piscológicos y conductuales:
Aprensión y preocupación.
Sensación de agobio.
Miedo a perder el control y a volverse loco
Sensación de muerte inminente.
Dificultad de concentración y sensación de pérdida de memoria.
Inquietud, irritabilidad y desasosiego.
Inhibición o bloqueo psicomotor.
Obsesiones o compulsiones.
Las personas que sufren ansiedad patológica sienten angustia y miedo; desean huir a pesar de no poder identificar nítidamente ni el peligro ni los motivos de ese anhelo
de huida. La ansiedad patológica no es tanto la manifestación de diversos problemas a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana como la idealización que de
esos problemas y situaciones hace la persona. El problema se agrava cuando esta reacción que denominamos ansiedad patológica es muy intensa, como en los ataques de
pánico (situaciones en las que la persona no puede controlar su ansiedad) o cuando esa reacción aguda se convierte en hábito, es decir, crónica o muy frecuente.

“No había casi cielo en mi destino,


solo nubes que parecían de cemento;
como el muro que hubo postrado
ante mi camino
de esparto, hielo y desatino.
Dolió, entonces, la vida”
(Isabel Burguillos, Dolía la vida – La Gran Herencia)
Para que aparezcan los trastornos de ansiedad deben existir diversos factores, principalmente biológicos, ambientales y psico-sociales.
.- Factores biológicos como alteraciones en los sistemas neurobiológicos, anomalías estructurales en el sistema límbico, ciertas alteraciones físicas, cierta predisposición
genética, consumo de alcohol, drogas y sedantes.
.- Factores ambientales como ciertos estresores ambientales y una mayor hipersensibilidad.
.- Factores psicosociales como las situaciones de estrés, ambiente familiar emocionalmente tóxico y preocupaciones excesivos.
En el fondo, la ansiedad manifiesta una falta de confianza hacia la vida, falta de confianza que deviene en temor sin un motivo real que sume a la per sona en la
angustiosa espera de un peligro impreciso e improbable. Esta espera dolorosa bloquea a la persona y la impide vivir, sentir y disfrutar el momento presente,
obsesionándose con lo que pueda ocurrir, imaginando toda clase de potenciales peligros y reveses, observando cualquier circunstancia o señal que pueda confirmar sus
sospechas.
La imaginación entraña peligros. Bien manejada, nos permite generar situaciones y escenarios para afrontar conflictos; pero en una persona con ansiedad la imaginación
suele llevarle a los peores finales posibles. La ansiedad esconde, por tanto, una profunda desvalorización e impotencia que nos lleva a creer que no somos capaces de
afrontar y gestionar con éxito las situaciones.
Resulta crucial tomar conciencia de que cuando hay ansiedad realmente es la imaginación la que toma el control, impidiéndonos disfrutar del presente, dando paso a
miedos y peligros posibles, pero improbables. Hay que aprender a confiar más en nosotros mismos, en nuestras capacidades, en nuestras cualidades, en nuestra intuición,
sin sentir la presión de tener que demostrar y demostrarnos nada. El intento de control sólo produce más descontrol. Si tratamos de controlar los miedos y temores que
provoca la ansiedad sólo lograremos reforzarlos, alimentarlos; provocando, a su vez, miedos y temores más profundos.
La Descodificación Biológica de la ansiedad nos lleva necesariamente a profundizar en las situaciones y circunstancias de las que surge. Habitualmente, los conflictos
emocionales inconscientes que dan lugar a la ansiedad tienen un origen transgeneracional o en la etapa del Proyecto Sentido. Receptores de programas inconscientes
legados por nuestros antepasados o por nuestros padres, nacemos predispuestos o diseñados para repetir lo que ellos sufrieron, sus miedos, sus temores. La exposición,
incluso décadas después, a circunstancias emocionales similares a las que ellos afrontaron hará que probablemente somaticemos dichos conflictos. Por eso, es
determinante tomar conciencia del origen real del programa inconsciente que desata la ansiedad, pues ésta es en realidad el aviso de que albergamos en
nuestro inconsciente un conflicto emocional activo y latente. La ansiedad manifiesta la existencia de una emoción profunda -normalmente heredada- que debemos
localizar para llevarla a la conciencia -hacerla consciente- y aprender a manejarla. Averiguar y comprender las circunstancias en las que se programó el conflicto y las que
lo activan en nosotros resulta esencial para neutralizar la ansiedad y evitar que se convierta en algo más grave. Sólo reviviendo en detalle las circunstancias en las que
nació el conflicto que se esconde tras la ansiedad y la situación y el sentido por el que éste se manifiesta en nosotros será factible descodificarlo de manera efectiva,
encontrar el “para qué”, tomar conciencia y desaprender; es decir, cambiar las creencias asociadas a esos miedos y temores para liberarnos y desactivar el conflicto tanto
en nosotros mismos como en nuestros descendientes.

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