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4.

3 Diversidad sexual

P.:¿Su primera pareja fue hombre o mujer?


R.: Por cortesía no se lo pregunté.
(Entrevista con el novelista Gore Vidal)

La respuesta característica de Gore Vidal a una pregunta ligeramente insolente


puede ser divertida y tal vez sacuda un poco porque en nuestra cultura si importa
con quién tenemos relaciones sexuales. El género, la condición social de ser
hombre o mujer, y la sexualidad, la manera cultural de experimentar nuestros
placeres y deseos corporales, ahora están inextricablemente vinculados, de modo
que cruzar la frontera entre el comportamiento masculino o femenino correcto (es
decir, lo que se define culturalmente como apropiado) a veces parece ser la
transgresión más grave.
Todavía no podemos pensar en la sexualidad sin tomar en cuenta el género; o, en
términos más generales, cómo la compleja fachada de la sexualidad en gran parte
se ha construido sobre la suposición de diferencias fundamentales entre hombres
y mujeres, y de la dominación masculina sobre la mujer. Las distinciones genitales
y reproductivas entre hombres biológicos y mujeres biológicas se han interpretado
no sólo como una explicación necesaria, sino también suficiente, de distintos
deseos y necesidades sexuales.1

Diversidad sexual
La diversidad sexual es un concepto que engloba las diferentes posibilidades de
expresión y prácticas de la sexualidad, y que, desde una perspectiva política, es
reivindicatorio de las manifestaciones de la sexualidad no heterosexual y supone
el reconocimiento de que todos los cuerpos, todas las sensaciones y todos los
deseos tienen derecho a existir y a manifestarse, sin más límite que el respeto a
los derechos de las otras personas.2

Identidad y orientación sexual


Además de la unión sexual y emocional entre personas de diferente sexo
(heterosexualidad), existen también las relaciones entre personas del mismo sexo
(homosexualidad), las cuales, a pesar de constituir una larga tradición (ya existían
en la antigua Grecia y en muchas otras culturas), actualmente en algunos sectores

1
Weeks, 1998.
2
Modelo de Atención Integral en Salud Sexual Reproductiva para Adolescentes. Versión Preliminar.
Mexfam- UNFPA
siguen valorándose de manera negativa, conllevando, incluso, discriminación
social.

La identidad sexual es la conciencia propia e inmutable de pertenecer a un sexo u


otro, es decir, hombre o mujer. La definición de la identidad sexual implica una
serie de factores, entre los que destacan los aspectos psicológico, social y
biológico, y dentro de este último, el gonadal, el cromosómico, el genital y el
hormonal.
La identidad sexual es, entonces, distinta a la orientación sexual, pues
independientemente de cuál sea la identidad sexual del individuo, esta última se
basa en el rumbo que toma la atracción constante hacia la otra persona, en los
planos emocional, romántico, sexual y afectivo. 3

Diversidad sexual en México

Conceptos4
Gay u homosexual. Hombre que se siente atraído erótica y/o afectivamente por
otros hombres.
Lesbiana. Mujer que se siente atraída erótica y/o afectivamente por otras mujeres.
Transexual. Persona cuyo sexo (condición biológica) no corresponde a su
identidad de género. Puede o no desear cambios quirúrgicos.
Transgénero. Persona que vive (se expresa cotidianamente) en el papel que en
su sociedad se considera propio del otro género (distinto al de la persona).
Intersexual. Persona que presenta simultáneamente características anatómicas
de ambos sexos. No todas las personas intersexuales presentan ambigüedad en
los genitales. Es diferente al hermafroditismo, que estrictamente se refiere a tener
tejido testicular y tejido ovárico.
Travesti. Persona que gusta de presentar una aspecto (usar prendas y/o
ademanes) considerados socialmente como propios del “otro” género. Él o la
travesti no desea alterar de forma permanente sus caracteres sexuales. El
travestismo no implica ser homosexual (ni el ser homosexual implica ser travesti).
LGBTTTI. Siglas que se emplean para describir a la población lésbica, gay,
bisexual, transgénero, transexual, travesti e intersexual.

La mayoría de los planteamientos feministas sobre la sexualidad parten de la base


de que el sexo es una construcción social que se articula en muchos puntos con
las estructuras económicas, sociales y políticas del mundo material. El sexo no es
simplemente un hecho “natural”. Aunque la sexualidad, como toda actividad

3
Hernández, 2008
4
Conapred, boletín
cultural humana, se base en el cuerpo, la estructura, la fisiología y el
funcionamiento del cuerpo no determinan la configuración o el significado de la
sexualidad de una forma directa ni simple. El papel de la cultura tampoco se limita
a elegir ciertos actos sexuales y rechazar otros, como quien elige en un “buffet”
sexual. La construcción de la sexualidad es mucho más profunda y abarca hasta
la misma forma de conceptuar, definir, nombrar y describir el sexo en distintos
tiempos y en distintas culturas. El cuerpo y sus actos se entienden según los
códigos de significación dominantes.

En este sentido, los estudios sobre diversidad sexual reconocen los avances de
los análisis críticos del feminismo y, en especial, asumen la centralidad del poder
en las múltiples expresiones de la sexualidad de mujeres y hombres; poder que
genera, en el caso de las personas que expresan abiertamente su diversidad
sexual, opresión, silencio, descrédito y estigma, entre otros.5

En el caso de México debemos reconocer que la diversidad sexual no es un


fenómeno nuevo que se circunscriba a las categorías sexuales modernas y
relativamente recientes de “gay, lesbiana”, “bisexual o transgenérico”; por el
contrario, la diversidad sexual siempre ha existido en todos los ámbitos y regiones
de la sociedad mexicana, y de todas las sociedades. Desde la época de la
Conquista, los españoles abominaron del “pecado nefando” de los “sodomitas”
nativos de las culturas mesoamericanas (Lumsden, 1991, en Hernández, 2004).
En México, las categorías “gay”, “lesbiana” y, en mayor medida “bisexual” y
“transgenérico” distan mucho de ser concebidas como “categorías identitarias
tradicionales” de orientación sexual, como ocurre en Estados Unidos; por el
contrario, resultan ser categorías sexuales disidentes que se sitúan en la
marginalidad sexual y ponen en tela de juicio el poder, el heterosexismo y la
homofobia.

Así, la categoría “diversidad sexual” abarca las sexualidades plurales, polimorfas y


placenteras como la homosexualidad, el lesbianismo, la bisexualidad y el
transgénero (travestíes y transexuales), ya sea como identidades esencializadas o
como prácticas sexuales sin carácter identitario. Pero no se quedan ahí; también
incluyen el estudio de la heterosexualidad, pues aunque constituye la expresión de
la sexualidad legitimada por excelencia, no por ello deja de ser otra de las formas
en que la diversidad sexual se manifiesta. Según Weeks (en Hernández, 2004)
hace falta un debate sobre los significados de la heterosexualidad ya que abarca
una diversidad de prácticas sexuales que van desde las relaciones amorosas
hasta la violación, y que, vistas a la luz de una perspectiva normalizadora, impiden

5
Hernández, 2004
tomar en cuenta dimensiones de análisis importantes como las diferencias de
edad, el ejercicio de la violencia, la institucionalización y otras más implicadas en
la práctica.

De tal modo que no sólo hay que reconocer la existencia de una diversidad de
expresiones dentro de las identidades y las prácticas sexuales, sino también la
diversidad sociocultural de las personas que las ejercen. Esto implica que, por
ejemplo, hay gays jóvenes y gays que son adultos mayores; lesbianas obreras y
empresarias; bisexuales católicos y judíos, travestíes heterosexuales y
homosexuales; homosexuales mestizos y homosexuales indígenas.6

Derecho a la salud y a la no discriminación

Conceptos7
Homofobia. Miedo irracional a la homosexualidad o a las personas con
orientación homosexual que se expresa en rechazo, discriminación, ridiculización
y otras formas de violencia.
Lesbofobia. Miedo irracional a la lesbiandad o a las mujeres lesbianas que se
expresa en rechazo, discriminación, ridiculización y otras formas de violencia.
Biofobia. Miedo irracional a la bisexualidad o a las personas con orientación
bisexual que se expresa en rechazo, discriminación, ridiculización y otras formas
de violencia.
Transfobia. Miedo irracional a la transexualidad, transgeneridad, o al travestismo
o a las personas transexuales, transgénero o travestí que se expresa en rechazo,
discriminación, ridiculización y otras formas de violencia.

En México, el derecho a vivir libre de discriminación, consecuencia del derecho a


la igualdad, se encuentra garantizado por la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, así como por diversos tratados internacionales y legislación
secundaria federal.

El Instituto Nacional de Salud Pública realizó un estudio que se denominó Mo


Kexteya8, que exploró las características de estigma y discriminación contra
personas que viven con VIH/SIDA en los servicios de salud.

La investigación se efectuó en tres entidades federativas: Yucatán, Estado de


México y Distrito Federal, y se entrevistó a 373 profesionales de la salud (131

6
ibid
7
Conapred, boletín
8
http://www.policyproject.com/MoKexteya_Final%20Rpt%20Diagnostic%20Phase_1.pdf
hombres y 239 mujeres) que prestan sus servicios en tres sistemas de salud:
IMSS, ISSSTE y SSA. De estos profesionales, el 65% había completado al menos
un grado escolar, 45% eran médicos y 40% enfermeras.

Algunos de los resultados son muy significativos:

 El estigma está relacionado con una relación negativa a la homosexualidad,


promiscuidad y, en algunos casos, a la pobreza.
 Casi una cuarta parte piensa que la homosexualidad es causa de SIDA en
México.
 Casi tres cuartas partes opinaron que las PVVIH eran culpables de su
condición.
 Se pudo observar que en algunos hospitales tenían procedimientos para
distinguir a los y las pacientes VIH positivo mediante marcas visibles como
bandas en la muñeca de algún color y con un código.
 Muchos profesionales de la salud opinaron que era mejor aislar a los
pacientes con VIH. El 74% expresó que el aislamiento era para proteger a
los pacientes de infecciones que pudieran tener otros pacientes; el 46% dijo
que para proteger a otros pacientes de los que tienen VIH o SIDA, y casi el
30% dijo que para proteger al equipo de médicos.
 El 15% de las y los entrevistados mencionó que podían identificar
visualmente a una persona con VIH.
 El 60% comentó que se debería prohibir a las madres con VIH positivo
tener bebés.
 El 36% expresó que no se debería permitir a los cirujanos VIH positivos
realizar cirugías.

La homofobia, así, se vuelve una condicionante para una serie de situaciones que
comprometen la convivencia civilizada, la atención de problemas de salud que
atañen a quienes tienen relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, y
motivan prácticas represivas, intolerantes, discriminatorias y violentas.9

Las conquistas alcanzadas en materia de equidad de género, no han generado


aún cambios en las condiciones de vida de las personas independientemente de
su orientación sexual y/o identidad sexual y de género. Los hombres y las mujeres
no heterosexuales y las personas trans siguen sufriendo la discriminación y la
exclusión social. Basta visibilizar en nuestra cultura actitudes, chistes, lenguajes y
expresiones que muestran el rechazo a aquellas orientaciones sexuales y de
género no hegemónicas o que cuestionan el orden patriarcal y machista existente,
9
Hernández, 2007
incluidas agresiones y homicidios incentivados por un marco cultural apoyado en
la homofobia, lesbofobia y la transfobia.10

La lucha contra la homofobia, lesbofobia y la transfobia como contexto ideológico,


de idiosincrasia para la discriminación, se justifica por sí misma sobre la base de la
igual dignidad de todos y todas (derecho a la igualdad) y en la garantía de la no
discriminación.11

Los actos de discriminación hacia las y los usuarios de los servicios de salud
muestran la urgencia del debate ético en torno a una práctica médica que se
sustente en el reconocimiento de la común dignidad de todos los seres humanos y
en el respeto a la ley.

10
Mesa de Trabajo de Diversidad Sexual en el marco del 2º Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos
entre Mujeres y Varones (PIOD 2007-2010) de la Intendencia Municipal de Montevideo, 2009
11
Hernández, 2007

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