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1 INTRODUCCION

En los últimos 50 años, los suelos agrícolas del mundo fueron


afectadas por algún tipo de degradación. Han perdido completamente
su capacidad productiva y ambiental
La variabilidad del PH, unida a la poca disponibilidad de nutrientes,
es una de las mayores limitaciones de la baja productividad de los
suelos ácidos. Aunque la acidificación es un proceso natural, la
agricultura, la actividades humanas aceleran este proceso.
Por otra parte, es bien conocido que la elección de un cultivo
depende del pH de suelo; de ahí que, con frecuencia, el pH del
suelo/sustrato o el pH de la disolución nutritiva que rodea las raíces
de un cultivo, también juegan un papel fundamental a la hora de
valorar la cosecha que de él se espera; tanto es así que, si el pH del
suelo/sustrato es inadecuado, la cosecha puede disminuir hasta tal
punto que no sea interesante mantener el cultivo.
Por lo expuesto se desprende la importancia que tiene conocer
el pH del, características solubles, métodos de medición de potencial
hidrogeno y como regular para recuperar los suelos acidificados o no
llegar al punto de acidificarlos.
2 REVISION BIBLIOGRAFICA

2.1 PH
El pH indica el grado de acidez de la solución del suelo, pero no la
acidez total del suelo. El pH debido a la influencia que tiene sobre el
desarrollo de las plantas y la fauna del suelo, incide además en la
velocidad y calidad de los procesos de humificación y mineralización así
como en el estado de determinados nutrientes.

En los suelos los hidrogeniones se encuentran tanto en la solución,


como en el complejo de cambio, dando origen a los dos tipos de acidez
conocidas; la activa o real (en solución) y la acidez de cambio o de
reserva (para los adsorbidos). Ambas están en equilibrio dinámico. Si se
eliminan H+ de la solución se liberan otros tantos H+ adsorbidos. Como
consecuencia el suelo muestra una fuerte resistencia a cualquier
modificación de su pH, está fuertemente tamponado.

Influencia del ph en el suelo


El ph de un suelo influye en la mayoría de las reacciones de los suelos.
Entre otras influencias se puede mencionar:

 Incide sobre las propiedades físicas y químicas de los suelos.

 Un pH neutro es el mejor para las propiedades físicas de los


suelos.

 A pH muy ácido se da intensa alteración de minerales y la


estructura se vuelve inestable.

 A pH alcalino, la arcilla se dispersa, destruyéndose la estructura,


dando origen a malas condiciones físicas.
 El pH influye la asimilación de nutrientes del suelo pudiendo
bloquear cuando el pH es ácido o bien cuando es alcalino según
el tipo de nutriente.

 PH entre 6 y 7,5 resulta ser el mejor rango para el buen


desarrollo de las plantas.

Los factores que hacen que el suelo tenga un determinado valor de


pH
Son diversos, fundamentalmente:

 Naturaleza del material original: Según que la roca sea de


reacción ácida o básica.

 Factor biótico: Los residuos de la actividad orgánica son de


naturaleza ácida.

 Precipitaciones: Tienden a acidificar al suelo y desaturarlo al


intercambiar los H+ del agua de lluvia por los Ca++, Mg++, K+,
Na+ de los cambiadores.

 Complejo adsorbente: Según que está saturado con cationes de


reacción básica (Ca++, Mg++...) o de reacción ácida (H+ o
Al+++). También dependiendo de la naturaleza del cambiador
variará la facilidad de liberar los iones absorbidos.

Cuando nos referimos al pH del suelo, solemos hacerlo a la solución de


las aguas del suelo en un momento dado, aunque ya veremos que
existen otros tipos de estimaciones. En consecuencia, estimamos
la fracción activa de iones hidrógeno [H+]. En base a esta
última podemos clasificar los suelos según su grado de acidez en los
siguientes tipos:

 Muy ácido pH. < 5,5

 Ácido 5,6< pH. < 6,5

 Neutro 6,6 > pH < 7,5


 Básico o ligeramente alcalino ?7,6 > pH > 8,5

 Muy alcalino pH > .8,6

Las condiciones de acidez se dan con mayor frecuencia en:

 Las regiones de alta pluviometría

 Cuando las bases son desplazadas por los hidrogeniones o


captadas por las plantas

 Secreción de sustancias ácidas por las raíces de las plantas

 Compuestos ácidos formados en la descomposición de la


materia orgánica

 Suelo jóvenes desarrollados sobre substratos sumamente ácidos

 Contaminación atmosférica que da lugar a las denominadas


lluvias ácidas

 Drenaje de ciertos suelos hídricos o encharcados ricos en pirita


(suelos ácido sulfáticos), como ocurre con los manglares

 Etc.

Factores que afectan al pH. Obviamente nos referimos a todos


aquellos que influyen sobre la concentración de [H+] en el suelo:
 Producción de CO2 que pasa a H2CO3 generando Hidrogeniones
(la atmósfera del suelo suele ser mucho más rica en anhídrido
carbónico que la que se encuentra sobre él)

 Presencia en el suelo de ácidos orgánicos de bajo peso


molecular como acético, cítrico, oxálico, etc… (los residuos de
ciertos tipos de plantas suelen tener mucho que ver)

 Presencia en el suelo de ácidos fuertes como nítrico y sulfúrico


desprendidos por la actividad microbiana

 Humus que contienen grupos funcionales de tipo carboxílicos,


fenólicos, enólicos, etc… (de nuevo la naturaleza de los residuos
vegetales que se aporten al suelo son de suma importancia)

 Abundancia en el suelo de óxidos de Fe y Al, que en medio


ácido pueden modificar considerablemente el pH

 Sales solubles ácidas, básicas o neutras, las cuales se


acumulan en el suelo ya sea por

 Meteorización de los minerales presentes en el medio edáfico

 Mineralización (descomposición) de la materia orgánica que se


incorpora al suelo

 Composición de las aguas de riego (resulta de suma importancia


corregirla cuando no es de buena calidad respecto al tema que
aquí nos ocupa)

 Adición de ciertos tipos de fertilizantes

 Estado de óxido reducción de los tipos de suelo o edafotaxa (es


decir. grado de drenaje-encharcamiento del agua)

Como ya comentamos, en realidad pueden estimarse dos tipos de pH:

 pH actual: Es la derivada de la concentración de [H+] en la


solución del suelo
 pH de cambio o acidez potencial: Considera la concentración y
proporción de los hidrogeniones que se encuentran absorbidos o
retenidos por el complejo de cambio (principalmente en los
agregados del suelo).
El rango óptimo de pH sobre el que crecen vigorosamente la mayor
parte de las plantas cultivadas oscila entre 6.0 a 7.0. Es decir hablamos
de suelos moderadamente ácidos o neutros. Este hecho es debido
a que la mayor parte de las sustancias nutritivas para las plantas,
presentes en la solución del suelo, son fácilmente asimilables o
absorbidas por las raíces en el susodicho intervalo.

Para finalizar por hoy digamos tan solo que, el pH del suelo influye en el
desarrollo de las plantas y viceversa, la acidez también, en parte, el
resultado de los lixiviados y descomposición de los restos vegetales, así
como de la actividad biológica del suelo. A modo de ejemplo, el
intercambio catiónico realizado por las raíces de las plantas disminuye la
estima del pH del suelo, influyendo también la descomposición del
humus, así como la respiración de los organismos del suelo. (Ver
también el enlace: Energía y cambios. pH).

2.2 Acidez del suelo.

La acidez del suelo es un concepto integral que se deriva del


efecto dominante de los iones hidrógeno en la solución del suelo
(ROWELL, 1996). Dada su complejidad se clasifica en tres tipos de
acidez: la acidez activa, la acidez intercambiable y la acidez residual.
La sumatoria de estos tipos de acidez constituye la acidez total de un
suelo.
2.2.1 Acidez activa. La acidez activa es una medida de la actividad
del ion H+ en la solución del suelo. Se evalúa a través de una
medición potenciométrica con respecto a un electrodo (Bohn et al,
1993 citado por AGUIRRE, 2001). Es importante, ya que representa
una medición de la capacidad real del efecto de ión H + en la solución
del suelo, que es el medido en el cual están expuestas las raíces de
las plantas y los microorganismos. La acidez activa es menor que la
acidez intercambiable y la acidez residual (Brady y Weil 1999, citados
por AGUIRRE, 2001).

2.2.2 Acidez intercambiable (reemplazable por una sal). La


acidez intercambiable corresponde a la acidez activa más todos los
iones de hidrogeno que tienen la capacidad de ser intercambiados
por otros cationes desde el complejo de intercambio del suelo.
También algunos autores incluyen a los iones de aluminio
intercambiables que están presentes en grandes cantidades en
suelos ácidos. Estos iones pueden ser liberados hacia la solución del
suelo con una sal no tamponada de KCl (Brady y Weil 1999, citados
por AGUIRRE, 2001).

2.2.3 Acidez residual. Esta corresponde a la acidez activa más la


intercambiable y más la acidez producida por todas aquellas otras
fuentes del suelo que no son intercambiables, tales como
precipitados, reacciones de iones complejos, o adsorciones
especificas de iones de hidroxialuminio o iones de hidrógeno y
aluminio que están retenidos en la materia orgánica y las arcillas
silicatadas en forma no intercambiable. Usualmente es considerada
en la neutralización de la acidez de un suelo realizada a través del
encalado y contribuye al poder tampón de un suelo (Brady y Weil
1999, citado por AGUIRRE, 2001).

2.3 Principales fuentes de la acidez del suelo.

La acidez de un suelo está determinada en su mayor parte por


su composición y por las reacciones de intercambio e hidrólisis
asociadas a varios componentes. A continuación se presentan los
componentes más importantes y el rol que estos desempeñan en la
acidez de los suelos.
2.3.1 Hidróxidos de aluminio. Estos suelen ser las principales
fuentes de acidez de los suelos. Cuando un material que contiene
aluminio se disuelve, el Al+3 liberado se hidroliza formando complejos
mono y plurinucleares de hidroxi- Al. La hidrólisis de este Al+3 lidera
H+ hacia la solución produciendo una disminución del pH, a menos
que exista una fuente de OH- que neutralice el ión hidrógeno liberado
(Bohn et al, 1993, citado por AGUIRRE 2001).

2.3.2 Materia orgánica. El humus contiene grupos carboxílicos y


fenólicos activos que se comportan como ácidos débiles liberando
H+, según la constante de disociación de los ácidos orgánicos
presentes en la materia orgánica del suelo (MARSCHNER, 1995).

2.3.3 Anhídrido carbónico. El CO2 presente en el aire del suelo al


combinarse con el agua de la solución del suelo forma ácido
carbónico, un ácido débil cuya disociación produce HCO3- y H+,
siendo este último otra fuente de acidificación (AGUIRRE, 2001).

2.4 Causas de la acidificación de los suelos

La acidificación, en amplio sentido, puede considerarse como


la sumatoria de los procesos naturales y antropogénicos que
disminuyen el pH de un suelo.

En su revisión bibliográfica citando a varios autores divide las


causas de acidificación en dos grandes grupos, procesos naturales y
procesos antropogénicos, (causados por el hombre) donde destacan
en cada uno de ellos los siguientes factores. AGUIRRE (2001),

Los procesos naturales incluyen factores edáficos, climáticos y


biológicos. El efecto acumulativo de estos sobre la acidificación del
suelo generalmente llega a ser importante luego de un período largo
de tiempo.
Dentro de los procesos antropogénicos destaca el manejo
agrícola que se refiere básicamente al uso de fertilizantes
acidificantes, agricultura extractiva en término de bases de
intercambio, laboreo y cambio de uso del suelo (BRADY y WEIL,
1999).

A continuación se muestra un resumen de las causas de


acidificación de los suelos según la división hecha por (AGUIRRE,
2001).

Procesos naturales:

 Factores edáficos: están determinados por el material parental


que origina al suelo.

 Factores climáticos: se refiere al proceso de lixiviación causado


por las precipitaciones pluviales, que producen el lavado de
bases a través del tiempo.

 Factores biológicos: están determinados por la acción de


microorganismos, que a través de sus procesos vitales generan
un aumento de la concentración de H+.

Procesos antropogénicos:

 Uso de fertilizantes acidificantes: dentro de estos destacan como


los más usados los amoniacales, que afectan tanto el pH del
suelo como la pérdida de cationes básicos.

 Agricultura extractiva: En los ecosistemas naturales no existe


exportación de material vegetal, mientras que en la agricultura
intensiva, existe gran cantidad de exportación de restos
vegetales del sistema, con ello se exporta las bases de
intercambio; en un proceso natural las pérdidas son sólo por
lixiviación.
 Cambio de uso de suelo: El cambio de una condición anaeróbica
del suelo a una condición aeróbica del mismo conlleva a un
proceso de acidificación.

 Laboreo intensivo del suelo: El hecho de dejar el suelo


descubierto aumenta las perdidas por lixiviación, por otro lado la
preparación de suelo provoca un aumento en la tasa de
descomposición de la materia orgánica, la que en su
descomposición genera iones hidrógeno.

 Lluvia ácida: precipitación que tiene un pH de 4,0 y 4,5 aunque


puede llegar a pH 2,0 y se produce en zonas donde se emiten
gases a la atmósfera con contenidos de nitrógeno y azufre por la
combustión de carbón, leña, gasolina y otros combustibles
fósiles usados por el hombre.

Las condiciones de alcalinidad se dan preferentemente en:

 En regiones con escasez de agua (áridas y semiáridas)

 Cuando el complejo de cambio (complejo coloidal) se encuentra


saturado de bases

 Escasa actividad biológica de los suelos (debido generalmente a


déficits prolongados de agua)

 Cuando por determinadas circunstancias la meteorización de


minerales producen cationes que no se lavan o lixivian (por
ejemplo, debido a la susodicha aridez)

 Cuencas endorreicas en donde se acumulan los iones lixiviados


de las aguas que drenan allí

 Suelos poco desarrollados sobre substratos ricos en sales

 Deficiente manejo del agua en los regadíos


2.5 Capacidad tampón de los suelos.

Se define como la capacidad de los suelos para resistir el


cambio de pH cuando se agregan ácidos o bases a la solución del
suelo. La capacidad tampón del suelo se debe a la presencia de
compuestos que reaccionan tanto con los ácidos como las bases
agregadas, manteniendo relativamente constante la concentración de
iones H+ (FASSBENDER, 1987). Así, se indica que el aluminio en su
forma Al(OH)3 es un fuerte amortiguador del pH del suelo, pues tiene
la capacidad tanto de ceder como de captar H+ (MARSCHNER,
1995).
La solución buffer es aquella que se resiste al cambio de pH
cuando se le agrega un ácido o una base. (ROWELL, 1996). La
capacidad reguladora o buffer de un suelo corresponde a la cantidad
de ácido o base requerida para modificar el pH del suelo en una
unidad y corresponde al reciproco de la pendiente de la curva de
titulación del suelo con ácido o base (Heylar y Porter, 1989; Mc Bride,
1994; citados por ALDUNATE, 2000). Mientras mayor sea la
capacidad buffer de un suelo mayor será la necesidad de base o
ácido para producir un cambio en el valor del pH (TAN, 1993).

En general, la capacidad tampón de un suelo está relacionada


a su capacidad de intercambio catiónico (CIC), por lo tanto, está
relacionada a la mineralogía y contenido de arcilla, y a la cantidad de
materia orgánica presente. De esta forma, los suelos arcillosos y
ricos en materia orgánica del suelo, con gran capacidad de
intercambio, tienen un fuerte poder amortiguador, puesto que
necesitan una gran cantidad de Ca+2 para sustituir a todos los
H+. En cambio, los suelos arenosos que tienen poca capacidad de
intercambio, tienen un débil poder amortiguador, y cuando son ácidos
necesitan pequeñas adiciones de Ca+2 para neutralizar su acidez
(FUENTES, 1994).
La acidez potencial y activa que caracteriza al complejo de
intercambio del suelo permanece en equilibrio constante; si se
neutraliza la acidez activa por adición de una base, el complejo de
intercambio liberará iones H+ a la solución suelo restableciendo el
equilibrio y no habrá cambio en el pH hasta agotar la reserva de
iones H+ (TAN, 1993).

Por su parte, Scheffer y Schachtschabel (1982), citados por


FASSBENDER (1987), indican que en los suelos con carga variable
cuya capacidad de intercambio se debe a las cargas generadas en la
materia orgánica, en los óxidos, en los silicatos cristalinos, son
fuertes tamponadores del suelo. De esta forma, los suelos con
valores altos en materia orgánica, sesquióxidos y alofán tienen un
poder tampón fuerte, de una acción rápida y reversible. A su vez,
suelos en que dominan silicatos, óxidos e hidróxidos, la acción
tampón es lenta y básicamente irreversible.
Al estudiar las necesidades de encalado en suelos de Chile, X
Región de Los Lagos, determinó la siguiente frecuencia según el
poder tampón de los suelos característicos de la zona: Ñadis >
Trumaos > Transicionales (Trumaos Transicionales) > Rojos
arcillosos.

El análisis de una curva de titulación revela normalmente dos


aspectos importantes de la acidez del suelo: a) el factor intensidad no
cambia de una manera tan simple con la adición de ácidos bases,
debido a que ocurren tamponamientos diferentes en ciertos rangos
de pH y, b) que una adición rápida de un ácido o base fuerte baja o
sube el pH del suelo más drásticamente que una adición lenta. Este
efecto cinético es debido al hecho de que reacciones buffer
relativamente lentas, pueden consumir más H+ u OH – en adiciones
lentas que en adiciones rápidas (Bremen 1990, citado por PAREDES,
1997).
Los suelos arcillosos y ricos en materia orgánica, con gran
capacidad de intercambio, tienen un fuerte poder amortiguador,
puesto que necesitan una gran cantidad de Ca+2 para sustituir los H+.
En cambio suelos arenosos con poca capacidad de intercambio,
tiene un débil poder tampón o amortiguador, y cuando son ácidos
requieren de poco calcio para neutralizar la acidez (SUAREZ, 1991).

2.6 Cómo medir el pH del suelo


Si piensa plantar un jardín, ten en cuenta que es fundamental
conocer el pH del suelo. Esta es una medida que registra el nivel de
alcalinidad o acidez del suelo, el cual variará de acuerdo a las
necesidades particulares de cada especie de planta. Una vez que
conozcas el pH del suelo, podrás usar esa medida para adaptar tu
jardín y fomentar así un mejor crecimiento de tus plantas. Obtener
esta medición es sencillo y hay varias formas en que puedes hacerlo.

1er METODO:
Excava un agujero pequeño en el suelo. Utiliza una pala para
hacer un agujero de 5 a 10 cm (2 a 4 pulgadas) de profundidad.
Dispersa la tierra en el interior del agujero y saca todas las ramitas o
desechos extraños.
Llena el agujero con agua. Para ello, no utilices agua de manantial,
sino más bien agua destilada, la cual puedes adquirir en la farmacia
de tu localidad. El agua de lluvia es ligeramente ácida, mientras que
el agua embotellada o de grifo suele ser ligeramente alcalina. Llena
el agujero hasta que se forme un charco fangoso en la base.

Introduce la punta de prueba en el lodo. Cerciórate de que esté


limpia y calibrada (esto te permitirá tomar una medida más precisa).
Utiliza un pañuelo o trapo limpio para limpiarla y luego introdúcela en
el lodo.
Espera unos 60 segundos y sácala para ver el
resultado. Generalmente, para medir el pH, se emplea una escala
que va de 1 al 14, aunque existe la posibilidad de que la punta de
prueba no incluya todo este rango.
1. Un pH de 7 indica que el tipo de suelo es neutro.
2. Un pH por encima de 7 indica que el tipo de suelo es
alcalino.
3. Un pH por debajo de 7 indica que el tipo de suelo es ácido.
Toma varias medidas en diferentes lugares del jardín. Una sola
lectura podría ser anómala, de modo que es recomendable que
cuentes con una medida promedio del pH del terreno. Si las medidas
tomadas en todas las áreas del lugar son casi las mismas, saca un
promedio y modifica el suelo con base en esa. No obstante, si un
área es muy diferente del resto, quizás debas modificarla.

2do METODO
Utilizar tiras de papel para medir el pH
Estas tiras e prueba (también conocidas como papel tornasol) te
permitirán medir el pH del suelo de manera rápida y sencilla. Puedes
adquirirlas en Internet o en una tienda local para artículos de
jardinería mezcla un puñado de tierra con agua destilada a
temperatura ambiente. Toma un puñado de la tierra que deseas
analizar y colócala en un recipiente. A continuación, vierte agua
estilada en el recipiente hasta que la mezcla adquiera la consistencia
de un batido. Revuélvela para asegurarte de que el agua se
incorpore por completo.

Introduce la tira de prueba en la mezcla durante 20 a 30


segundos. Sujeta la tira de prueba por el extremo blanco y
sumérgela en la mezcla de tierra durante unos 20 a 30 segundos.
Este tiempo puede variar, así que revisa las instrucciones presentes
en las tiras de pruebas para determinarlo, saca la tira de prueba y
sumérgela brevemente en agua destilada para eliminar los restos de
tierra.
Compara la tira de pH con la cartilla que vino en el kit de
prueba. Utiliza la cartilla que vino incluida en el kit de prueba para
medir el pH del suelo. Por lo general, dicha cartilla tendrá códigos de
color. Compara la tira de prueba con los colores disponibles y elige el
que más se asemeje a los resultados. Una vez que encuentres el
color que coincida, determinarás el nivel de pH del suelo.

3er METODO:
Cambiar el pH del suelo
Disminuye la acidez del suelo. Si el pH del suelo que analizaste es
menor que 7, agrega en él una taza de dolomita o cal viva. Mezcla
bien y vuelve a hacer la prueba. Con este método, podrás cambiar
gradualmente el pH del suelo. No obstante, también puedes agregar
ceniza con moderación. Puedes conseguir estos ingredientes en los
centros locales de jardinería.

Sigue las indicaciones del kit de prueba comercial para determinar la


cantidad de estas sustancias que necesitarás añadir para lograr el pH
deseado. Si necesitas cambiar el pH del suelo en más de un punto,
ponte en contacto con un profesional en jardinería local para que te
ayude a calibrar el suelo a fin de que sea más sencillo modificarlo.

Disminuye la alcalinidad del suelo. Si el pH del suelo que


analizaste es mayor que 7, agrega en él una taza de materia
orgánica (p.ej.: agujas de pino, turba u hojas de árboles
descompuestas). Luego, vuelve a hacer la prueba para determinar el
nuevo nivel de pH. Agrega más tazas y realiza las pruebas
necesarias hasta que alcances el nivel de pH deseado. Ten en
cuenta que el azufre también es efectivo.

Sigue las indicaciones del kit de prueba comercial para determinar la


cantidad de estos aditivos que deberás añadir para lograr el pH
deseado. Si necesitas modificar el pH del suelo en más de un punto,
ponte en contacto con un profesional en jardinería local para que te
ayude a calibrar el suelo a fin de que sea más sencillo modificarlo.

Cambia el pH del suelo para que se ajuste a las plantas


específicas que tendrás. Por ejemplo, puedes agregar azufre en un
área determinada de tu jardín para fomentar la floración de unas
hortensias hermosas, las cuales prefieren los suelos ácidos. No es
necesario que el pH sea el mismo en todo el terreno, así que siéntete
libre de modificar el suelo para fomentar el crecimiento de diferentes
plantas. Consulta guías especializadas para determinar el pH más
adecuado para tu jardín en particular. Ten en cuenta que algunas
plantas prefieren un pH de 7 mientras que algunas frutas requieren
un nivel más bajo.

2.7 CONCLUSION

El pH del suelo aporta una información de suma importancia en


diversos ámbitos de la edafología. Una de la más importante deriva
del hecho de que las plantas tan solo pueden absorber los minerales
disueltos en el agua, mientras que la variación del pH modifica el
grado de solubilidad de los minerales. Por ejemplo, el aluminio y el
manganeso son más solubles en el agua edáfica a un pH bajo, y
cuando tal hecho ocurre, pueden ser absorbidos por las raíces,
siendo tóxicos a ciertas concentraciones. Por el contrario,
determinadas sales minerales que son esenciales para el desarrollo
de las plantas, tal como el fosfato de calcio, son menos solubles a
un pH alto, lo que tiene como resultado que bajo tales condiciones
sean menos disponibles con vistas a ser absorbidos y nutrir las
plantas. Obviamente en la naturaleza, existen especies vegetales
adaptadas a ambientes extremadamente ácidos y básicos. Empero
las producciones agropecuarias suelen basarse en cultivares que
soportan ambientes iónicos de las soluciones del suelo menos
extremos. En la práctica, resulta infrecuente encontrar suelos con pH
inferiores a 3,5 o superiores a 10.
El pH es una medida de la concentración de hidrógeno expresado en
términos logarítmicos. Los valores del pH se reducen a medida que la
concentración de los iones de hidrógeno incrementan, variando entre
un rango de 0 a 14. Los valores por debajo 7.0 son ácidos, valores
superiores a 7.0 son alkalinos y/o básicos, mientras que los que rondan
7.0 son denominados neutrales. Por cada unidad de cambio en pH hay
un cambio 10 veces en magnitud en la acidez o alcalinidad ( por
ejemplo: un pH 6.0 es diez veces más ácido que uno de pH 7.0,
mientras que un pH 5.0 es 100 veces más ácido que el de 7.0).

Dicho de otro modo, La acidez de un suelo depende pues de la


concentración de hidrogeniones [H+] en la solución de las aguas y se
caracteriza por el valor del pH., que se define como el logaritmo
negativo de base 10 de la concentración de H+: pH.= -log10 [H+]. Es
un elemento de diagnóstico de suma importancia, siendo el efecto de
una serie de causas y a su vez causa de muchos problemas
agronómicos.

El pH del suelo es generalmente considerado adecuado en agricultura


si se encuentra entre 6 y 7. En algunos suelos, incluso con un pH
natural de 8, pueden obtenerse buenos rendimientos
agropecuarios. Sin embargo, a partir de tal umbral las producciones de
los cultivos pueden mermarse ostensiblemente. En la mayoría de los
casos, los pH altos son indicadores de la presencia de sales solubles,
por lo que se requeriría acudir al uso de cultivos adaptados a los
ambientes salinos. Del mismo modo, un pH muy ácido, resulta ser
otro factor limitante para el desarrollo de los cultivares, el cual
puede corregirse mediante el uso de enmiendas como la cal. Del
mismo modo, a veces se aplican de compuestos de azufre con vistas
a elevar el pH de los suelos fuertemente ácidos.

El p.H de un suelo es el resultado de múltiples factores, entre los que


cabe destacar:
 Tipo de minerales presentes en un suelo

 Meteorización (de tales minerales y los que contiene la roma


madre)

 Humificación en sentido amplio (descomposición de la materia


orgánica)

 Dinámica de nutrientes entre la solución y los retenidos por los


agregados

 Propiedades de los agregados del suelo y en especial lo que se


denomina intercambio iónico

Cuando nos referimos al pH del suelo, solemos hacerlo a la solución


de las aguas del suelo en un momento dado, aunque ya veremos que
existen otros tipos de estimaciones. En consecuencia, estimamos
la fracción activa de iones hidrógeno [H+]. En base a esta
última podemos clasificar los suelos según su grado de acidez en los
siguientes tipos:

 Muy ácido pH. < 5,5

 Ácido 5,6< pH. < 6,5

 Neutro 6,6 > pH < 7,5

 Básico o ligeramente alcalino ?7,6 > pH > 8,5

 Muy alcalino pH > .8,6


2.8 BIBLIOGRAFIA

ADAMS, F. 1984 Crop reponse to lime in the Southern United States.


Soil acidity and liming. Agronomy 12:161-206 Am. Soc of
Agron., Madisson Wisconsin.

AGUIRRE, J. 2001. Estudio de la adición de aluminio a los suelos de


la Zona Sur de Chile para modificar su contenido de aluminio
intercambiable y aluminio en solución. Tesis Lic. Agr.
Valdivia. Universidad Austral, Facultad de Agronomía. 92 p.

ALDUNATE, M. 2000. Evaluación de métodos para la determinar


requerimientos de encalado en suelos de la Cordillera de la
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Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas. 70
p.

CAMPILLO, R. 1993. Manejo de la acidez de los suelos de la IX


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COLEMAN, N y THOMAS, G. 1964. Buffer curves as affected by the


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FASSBENDER, H. 1987. Química de los suelos con énfasis en


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