Sie sind auf Seite 1von 3

VARIABLE INDEPENDIENTE

Crecimiento económico a nivel internacional 2016


De acuerdo con el informe del Banco Mundial titulado Perspectivas económicas
mundiales, de junio de 2017, el crecimiento de las economías avanzadas se
acelerará hasta llegar al 1,9 % en 2017, lo que beneficiará también a los socios
comerciales de dichos países. Las condiciones de financiamiento en el ámbito
internacional siguen siendo favorables, y los precios de los productos básicos se
han estabilizado. En este contexto de mejora en el plano internacional, el
crecimiento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo en su
conjunto repuntará hasta situarse en un 4,1 % este año, mientras que en 2016
fue del 3,5 %. Perú y Bolivia encabezarán el crecimiento económico entre los
países de Sudamérica en el 2016, con una proyección de 3.7%, según el último
informe del Panorama Económico Mundial del Fondo Monetario
Internacional (FMI)

Sin embargo, el panorama de la región de América Latina y el Caribe ha


empeorado en el último reporte del FMI, ya que la expectativa de caída del bloq.
En lo que va del presente siglo, la economía peruana ha presentado dos fases
diferenciadas de crecimiento económico. Entre 2002 y 2013, Perú se distinguió
como uno de los países de más alto dinamismo en América Latina, con una tasa
de crecimiento promedio del PIB de 6.1 por ciento anual. La presencia de un
entorno externo favorable, políticas macroeconómicas prudentes y reformas
estructurales en diferentes áreas crearon un escenario de alto crecimiento y baja
inflación. El sólido crecimiento en empleo e ingresos redujo considerablemente
las tasas de pobreza. La pobreza (US$5.5 por día con un PPA del 2011) cayó de
49.9 por ciento en el 2004 a 26.1 por ciento en el 2013. Esto equivale a decir que
5.6 millones de personas salieron de la pobreza durante ese periodo. La pobreza
extrema (US$3.2 por día con un PPA del 2011) disminuyó de 28.4 por ciento a
11.4 por ciento en ese mismo periodo.

El crecimiento económico nacional 2016

Entre 2014 y 2017, la expansión de la economía se desaceleró, principalmente


como consecuencia de la caída del precio internacional de los commodities,
entre ellos el cobre, principal producto de exportación peruano. Esto generó una
contracción de la inversión privada, menores ingresos fiscales y una
desaceleración del consumo. Así, en los últimos cuatro años, el PIB registró un
crecimiento promedio de 3.1 por ciento. Dos factores atenuaron el efecto sobre
el producto de este choque externo, permitiendo que, aunque más lentamente,
el PIB siga aumentando. Primero, la prudencia con la que se habían manejado
en años previos tanto la política fiscal, como la monetaria y cambiaria. Esto
permitió, por un lado, sobrellevar la caída de los ingresos fiscales sin ajustes
drásticos en el gasto, y por el otro, contar con las reservas internacionales para
permitir un ajuste ordenado del tipo de cambio. Segundo, el aumento de la
producción minera, debido a la maduración de los proyectos que se habían
gestado durante los años de auge, lo que impulsó las exportaciones y
contrarrestó la desaceleración de la demanda interna. En este contexto, el déficit
por cuenta corriente disminuyó rápidamente, de 4.8 por ciento del PIB en 2015
a 1.3 por ciento en 2017. Las reservas internacionales netas se mantuvieron en
un nivel estable y, a marzo de 2018, ascienden a 29 por ciento del PIB. La
inflación general promedio se situó en 2.8 por ciento en 2017, dentro del rango
meta del Banco Central.

Como parte del ajuste, en los últimos años el déficit fiscal se ha venido
incrementando y cerró en 3.2 por ciento del PIB en el 2017. El mayor déficit
proviene de una disminución en los ingresos producto de los menores precios de
exportación y la desaceleración económica, y un incremento en los gastos
recurrentes durante años recientes, especialmente en el caso de bienes y
servicios y salarios. A pesar de ello, con 24.7 (9.4) por ciento del PIB, la deuda
pública bruta (neta) del Perú sigue siendo una de las más bajas de la región.
Para el 2018, se espera una aceleración del PIB basada en el aumento de la
inversión privada, principalmente minera, ante la recuperación parcial del precio
de los commodities. También se espera un mayor impulso de la inversión
pública, a través de la ejecución de las obras de reconstrucción de los daños
causados por el Fenómeno del Niño y la vinculada a los Juegos Panamericanos
que el Perú albergará en el 2019, así como con la aceleración de grandes
proyectos de infraestructura. En este contexto, se anticipa que este año el déficit
fiscal alcanzará un pico, para que a partir de 2019 se inicie un proceso de
consolidación fiscal que permitiría una convergencia relativamente rápida hacia
un nivel de 1 por ciento del PIB en el 2021.

Las proyecciones de crecimiento son vulnerables a los impactos externos en


relación con los precios de los commodities que Perú exporta, una mayor
desaceleración del crecimiento de China, la volatilidad de los mercados de
capital y la velocidad del ajuste de la política monetaria en los Estados Unidos.
La economía está además expuesta a riesgos naturales, incluyendo fenómenos
climáticos recurrentes como El Niño. Por otro lado, para incrementar el
crecimiento de largo plazo, se requiere de reformas estructurales y fiscales que
liberen la productividad, reduzcan la informalidad, y mejoren la eficiencia de los
servicios públicos. ue pasó de -0.2% a -0.6% en el presente año.

Crecimiento económico de Ica 2016

De acuerdo con las cifras del banco central de reserva del Perú (BCRP), en el
2011 el departamento de Ica aportó cerca del 3% del Producto Bruto Interno
(PBI) nacional. Según la estructura productiva de este lugar, las principales
actividades económicas son las manufactureras, las agropecuarias, y las de
construcción y comercio. Todas estas representan más del 60% del total. Uno
de los aspectos más relevantes es la orientación exportadora de las dos
primeras. La agricultura, la caza y la silvicultura, en conjunto, alcanzan el 15%
de la producción iqueña. Entre los principales productos agrícolas destacan el
algodón, las menestras (garbanzos, frijoles y pallares) y las uvas, que es la base
de la producción vitivinícola del departamento uno de sus rubros productivos
emblemáticos. A pesar de que Ica está ubicado frente al mar, la pesca solo
representa el 1.2% de la estructura productiva, mientras que la minería solo
registra el 7%. En el corto plazo, estas dos actividades pueden dinamizarse de
manera significativa, para captar inversiones adecuadas mediante proyectos
atractivos.

Las actividades más dinámicas (la manufactura, la construcción y las actividades


agropecuarias) crecen sostenidamente y encabezan el desarrollo del depaEl
total de la superficie agropecuaria de Ica es de 243.453,6 hectáreas, la cual se
divide en superficie agrícola (116.909,7 ha) y no agrícola (126.543,9 ha). La
superficie agrícola bajo riego es de 113.288,5 hectáreas. En este departamento
se usa mayormente el riego tecnificado (por aspersión y por goteo). Los
productos con mayor importancia en el VAB agrícola iqueño son algodón,
espárrago, vid, tomate, maíz amarillo duro, papa, pallar grano seco, cebolla
cabeza amarilla, garbanzo grano seco, maíz choclo, páprika y últimamente
alcachofas, palta y cebolla amarilla dulce. En el subsector pecuario destaca la
producción de pollos y huevos en granjas que cuentan con tecnología moderna.

Das könnte Ihnen auch gefallen