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MEMORIAS DEL PROCESO
Trabajo Integrador Final: “Bocha, vida y
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militancia del formoseño fusilado en
Margarita Belén”
Florencia María José Zanello
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Legajo 19586/1
Directora: Alcira Martinez
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Diciembre 2016
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MEMORIAS DEL PROCESO
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Trabajo Integrador Final: “Bocha, vida y
militancia del formoseño fusilado en
Margarita Belén”
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Florencia María José Zanello
Legajo: 19586/1
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Directora: Alcira Martinez
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ÍNDICE
El Bocha 4
El desparecido 5
El Montonero 7
La Memoria 10
La política 11
La Revista 13
El libro 14
Los capítulos 18
Los viajes 19
Los lazos 20
Lo que falta 22
Bibliografía 23
3
El Bocha
La primera vez que escuché la historia de Bocha Pereira me sacudió la cabeza. No
sólo por la atrapante historia de su secuestro -se lo llevaron el día anterior a su
casamiento con el traje puesto- sino también por su militancia estudiantil y el poco
conocimiento y reconocimiento de su aporte a la historia formoseña, por parte de la
sociedad y del Estado provincial. Desde ese momento creí que había que hacer
público ese relato.
Los antecedentes del primer acto referido al último golpe cívico-militar en Formosa
por parte del gobierno provincial, dan cuenta de “una jornada de charlas y
testimonios en el centro cultural "Vuelta Formosa", donde se presentará un proyecto
de asistencia psicológica a víctimas y testigos del terrorismo de Estado1”. Fue en
2008, cuatro años después de que el ex presidente Néstor Kirchner descolgó los
cuadros de los ex- genocidas de la Casa de Gobierno.
Tuvieron que pasar dos años más para que se realice el primer homenaje a los
desaparecidos y ex-presos políticos de la provincia, según el Diario local “La
Mañana”. Del mismo participaron funcionarios que estuvieron detenidos en esa
época, militantes de la Juventud Peronista, como la Senadora por el Frente para la
Victoria, Graciela De La Rosa y el ex- Secretario de Derechos Humanos, José
“Pajarito” Saavedra.
Desde ese año, cada 24 de Marzo, el gobierno homenajea a sus desaparecidos y
ex-detenidos, con un acto oficial en las instalaciones públicas. Y si bien, entre ellos
aparece la imagen de Bocha, nunca tuvo ningún reconocimiento oficial por haber
estado en la gesta que promovió la creación de la Universidad Nacional de
Formosa, ni por parte del gobierno ni por parte de la institución. Los homenajes de
este estilo siempre estuvieron a cargo de organismos militantes de derechos
humanos o sus propios familiares.
A diferencia de la provincia vecina de Chaco, donde las primeras conmemoraciones
por la Masacre de Margarita Belén, se realizaron desde el primer año de
recuperación democrática. Entre ellos, también aparecía Bocha Pereira.
Otra cuestión importante a tener en cuenta en materia de políticas de derechos
El desparecido
A partir de la investigación previa que realicé, puedo afirmar que hay dos puntos
relevantes que le sucedieron -y suceden- a los desaparecidos de la última dictadura
cívico-militar, y más precisamente a Bocha: el primero es la negación o el reniego
de su militancia por parte de sus familiares. El segundo, es su condición de
desaparecido.
Por un lado, parafraseando a Emilio Crenzel, las familias de los desaparecidos no
reaccionaron de la misma forma ante la misma situación: “una proporción
significativa ejercitó inicialmente, una “memoria privada” de lo sucedido. En otras, el
ocultamiento, la falsificación o renegación del desaparecido ilustró la eficacia del
discurso dictatorial que responsabilizaba a “la subversión” y a los padres por la
suerte de sus hijos2”. Con esto quiere decir, que había los que reconocían su
condición de militantes, pero se lo guardaban para el ámbito más íntimo; o los que
negaban esa condición, alegando a sus desaparecidos como “inocentes”, en esa
2 Emilio Crenzel, “La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en la Argentina” (2008). Editorial Siglo
XXI. Buenos Aires, Argentina.
5
dicotomía que el propio terrorismo de Estado instauró culpabilizando y
estigmatizando a la militancia social devenida en lucha armada. También estaban
los que ignoraban la militancia política de sus desaparecidos o el compromiso e
intensidad de la misma.
El segundo punto, dice Crenzel, tiene que ver con que el ocultamiento de los
cuerpos, perseguía el intento de borrar el recuerdo sobre el desaparecido. “La
muerte tras la desaparición es más que la muerte privada, es la muerte despojada
de identidad3”.
3 Emilio Crenzel, “La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en la Argentina” (2008). Editorial Siglo
XXI. Buenos Aires, Argentina.
4 Gabriela Cerruti, Sandra Raggio “La memoria del Estado y el estado de la memoria. Comunicación y Memoria. Oficios
Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
6
Respecto a la restitución de cuerpos, en Formosa hubo tres -incluído el de Bocha-.
El primero fue el de Gladys Lucía ”Lucy” Gómez, oriunda de Pirané, Formosa, en
abril de 2011; luego el de Juan Alberto Benítez, desaparecido en La Plata y
restituido en octubre de 2014; el último fue el de Bocha, en noviembre del mismo
año. Todos tuvieron sus respectivos velorios tradicionales y sepelios, en lugares
íntimos y con la presencia de funcionarios provinciales, pero llevados a cabo por los
familiares de cada uno. Sin embargo, el único registro que hay es el de diarios
locales y regionales. El caso de “Lucy” Gomez, lo registró sólo el Portal de la Casa
de la Memoria de Chaco5; los de Bocha y Juan Alberto6, sí fueron informados por
periódicos locales.
De la restitución de los restos de Lucy Gómez, participaron Graciela De La Rosa y
José “Pajarito” Saavedra, entre otros funcionarios de la localidad piranense. En
cambio, el de Juan Alberto y Bocha tuvo la presencia de diputados provinciales y
nacionales, el Secretario de Gobierno y otros administrativos de esa índole.
Al pensar estas diferencias hay que tener en cuenta que pasaron casi cuatro años
entre una restitución y las otras.
El Montonero
El 5 de octubre de 1975, un grupo de Montoneros llegó al Regimiento Monte Nº 29,
con el objetivo de robar armas, pero se encontró con los soldados que hacían la
colimba durmiendo la siesta.
“El comando de ataque arribó a la ciudad después de realizar tareas logísticas, y se
calcula que participaron de la operación unas 300 personas. Las acciones se
desarrollaron con al menos seis meses de anticipación7”
Este hecho, fue determinante en la sociedad formoseña. No sólo porque en el
enfrentamiento que se generó, fallecieron soldados jóvenes que estaban de guardia
-aunque de Montoneros no sobrevivió casi nadie- sino también porque creó un
estigma social sobre la militancia setentista y por supuesto, de la lucha armada.
5 http://comisionporlamemoria.chaco.gov.ar/sitio/?p=52
6 https://issuu.com/diarioformosa/docs/505915102014_miercoles
7 Angela Medina, Sergio Guzmán “Montoneros en Formosa, la participación de la guerrilla local en la década del ‘70”. Tesis de
grado (2013). Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata. Formosa, Argentina.
7
“Veintiocho cuadros montoneros acoplados en seis camionetas F-350 ingresaron a
la Unidad. Con un saldo de ocho muertos en principio y tras un duro combate con la
guardia y los conscriptos que estaban durmiendo la tradicional siesta formoseña, el
comando de asalto escapó en un vehículo, el único utilizable en ese momento, hacia
el aeropuerto “El Pucú”, tomado por sus compañeros. Allí, los esperaban quienes
habían secuestrado un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas, con rehenes, entre los
cuales estaba Juan Carlos Taparelli, interventor de la provincia. El avión partió con
heridos y armamentos capturados, aplicando sueros y transfusiones para descender
al norte de Santa Fe, donde los esperaban autos particulares para ayudarlos a huir,
en medio de una confusión nacional.
El saldo del ataque al cuartel formoseño fue analizado por la Conducción
Nacional de Montoneros: se habían alzado con un botín que consistió en una pistola
9 mm y 18 FAL, una por cada montonero muerto en la operación8”.
Con el correr del tiempo el estigma creció. Desde que era una nena mi abuela me
contaba la historia de “los pobres soldaditos que estaban durmiendo la siesta y los
malos guerrilleros que los entraron a matar, porque sí nomás, porque eran malos y
asesinos. Por eso después los militares tuvieron que hacer lo que hicieron, para que
en el país no se genere una guerra incontrolable”.
Ese discurso fue pasando de boca en boca hasta construir hegemonía en la
sociedad formoseña hasta el día de hoy, complementado con políticas de
reconocimiento a los familiares de soldados caídos y sobrevivientes del hecho, por
parte del gobierno provincial.
“Participaron militantes montoneros que llegaron a la ciudad de Formosa desde
otras provincias. En cambio, los activistas locales de esa organización no tuvieron
intervención alguna en ella. Sin embargo, en el imaginario social, aún en la
actualidad, sigue vigente el discurso que los involucra directamente con el suceso, y
se los identifica con la criminalización de la política, con los jóvenes de la militancia
de la “juventud maravillosa” en vinculación estrecha con los grupos armados9”.
8 Angela Medina, Sergio Guzmán “Montoneros en Formosa, la participación de la guerrilla local en la década del ‘70”. Tesis de
grado (2013). Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata. Formosa, Argentina.
9 Angela Medina, Sergio Guzmán “Montoneros en Formosa, la participación de la guerrilla local en la década del ‘70”. Tesis de
grado (2013). Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata. Formosa, Argentina.
8
El periodista de derecha, Ceferino Reato, escribió un libro que se llama “Operación
Primicia” donde narra el Copamiento al Regimiento y refuerza esta teoría de los dos
demonios, desconociendo el contexto en que se encontraba el país en el ‘75 y
entrevistando sólo a los familiares y sobrevivientes del Regimiento.
En Formosa convive constantemente ésta teoría: los 5 de octubre de cada año el
gobierno provincial homenajea a los soldados caídos y los sobrevivientes del
enfrentamiento. El primero fue en 1980, con la inauguración de un mural “ubicado
en la intersección de la Avenida González Lelong y Marcial Rojas, fue una iniciativa
de Clotilde de Rossi, realizada con la colaboración de Pablina Salinas y Carlos
Hermosa10”. Durante esos actos, en los que están presentes las autoridades
provinciales y las 13 familias afectadas, se refuerza la figura de “héroes formoseños”
construída sobre estos ex conscriptos y reproducida en la mayoría de la sociedad.
Por otro lado, en Agosto de 2015, el gobierno provincial, señalizó como espacio de
memoria el Regimiento Monte Nº 29, principal Centro Clandestino de Detención
(CCD) de la provincia. En esa ocasión, el gobernador Gildo Insfrán, anunció la
creación de un Espacio de la Memoria, en otro CDD conocido como “La Escuelita”
en el barrio San Antonio, de la ciudad capital11.
Este hecho histórico en materia de derechos humanos, sucedió en el mismo predio
en que se realizan los homenajes a los “héroes formoseños” los 5 de octubre de
cada año.
Ante este panorama, aunque el Bocha Pereira haya sido uno de los que estuvo en
la gesta de la manifestación que logró la apertura, primero del Instituto Universitario
y luego de la Universidad Nacional12, nunca se lo reconoció porque “era Montonero”.
Aunque lo más paradójico, es que Bocha Pereira no participó activamente en esa
organización, según los testimonios recogidos a ex-presos políticos de Chaco que
compartieron militancia con él.
Estas diferencias acerca de los prejuicios que existen en Formosa, en relación con
otras provincias, se pueden ver en el cotidiano de los días: mientras en La Plata
9
cantamos “Con el fusil en la mano y Evita en el corazón, Montoneros, Patria o
Muerte”, en Formosa, reivindicar la lucha de los Montoneros, es mala palabra y un
acto de apología a la violencia.
La Memoria
Me interesó la historia de Bocha para reconstruir la memoria colectiva formoseña.
La memoria expresada en una forma narrativa y entendida como la “manera en que
el sujeto construye un sentido del pasado. Una memoria que se expresa en un
relato comunicable, con un mínimo de coherencia13”.
Siguiendo con esta idea, los que deben darle sentido a ese pasado son individuos o
grupos de individuos en interacción con otros que recuerdan, intentan transmitir y
todavía imponer sentidos del pasado. En este sentido, tenemos por un lado pasados
autobiográficos, de experiencias vividas en carne propia que pueden marcar un hito
central en la vida y la memoria del agente activo.
Pero por otro lado, están quienes no tuvieron la experiencia pasada propia: son lxs
otrxs. Para ellos “la memoria es una representación del pasado construida como
conocimiento cultural compartido por generaciones sucesivas y por diversos/as
otros/as14”. Es acá a dónde pretendo llegar con este Trabajo Integrador Final (TIF).
No sólo por una cuestión de temporalidad, sino también porque la memoria, no es el
futuro, sino el presente y porque un Pueblo que no conoce su historia está
condenado a repetirla.
“Las memorias se encadenan unas a otras. Los sujetos pueden elaborar sus
memorias narrativas porque hubo otros que lo han hecho antes y han logrado
transmitirlas y dialogar entre ellas15”.
El TIF intentó encadenar las memorias setentistas de ex-presos políticos, de
familiares, de amigos y vecinos del lugar, no sólo de Formosa sino también de
13 Elizabeth Jelin “Minorías y luchas políticas. Comunicación y Memoria. Oficios Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y
Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
14 Elizabeth Jelin “Minorías y luchas políticas. Comunicación y Memoria. Oficios Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y
Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
15 Elizabeth Jelin “Minorías y luchas políticas. Comunicación y Memoria. Oficios Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y
Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
10
Resistencia, Chaco. Esta provincia vecina tuvo mucho que ver con la formación
militante de Bocha y su posterior secuestro y muerte. Porque él estudió, vivió y
estuvo preso ahí y formó parte del plan sistemático de exterminio en Margarita
Belén, como único formoseño reconocido.
Además, Formosa y Chaco están pegadas, pero la historia de la militancia durante
la última dictadura cívico-militar fue distinta. Si bien ambas provincias tenían
organizaciones militantes del campo, como las Ligas Agrarias, Chaco y Corrientes
tenían algo que Formosa todavía no: Universidad. El lugar donde hizo ebullición la
militancia setentista, junto con las fábricas y el campo.
Partiendo de que la memoria como construcción social narrativa implica una
situación de luchas por las representaciones del pasado, centradas por supuesto en
el poder por la legitimidad y el reconocimiento de esos discursos, es que considero
que este TIF, intenta reconstruir una memoria que narra una parte del contexto
político y social de una de las provincias que más relegó a sus desaparecidos y a
esa época de su historia.
Para desestigmatizar el discurso de la teoría de los dos demonios y empezar a
construir otros discursos posibles, que den cuenta de otras historias que también
son formoseñas.
“Estas luchas implican, por parte de los diversos actores, estrategias para
“oficializar” o “institucionalizar” una (su) narrativa del pasado16”.
La política
Este TIF se enmarca dentro del contexto político y social en que lo imaginé y que
atravesó toda mi adolescencia. Un tiempo histórico que me hizo problematizar y
reflexionar sobre “esos pobres soldaditos y esos malos guerrilleros” que me contó
mi abuela cuando era chica.
Tenía 12 años cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación y 13
cuando lo ví bajar el cuadro de Videla y Bignone.
Ese mismo año, promovió la declaración de la nulidad de las leyes de Obediencia
16 Elizabeth Jelin “Minorías y luchas políticas. Comunicación y Memoria. Oficios Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y
Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
11
Debida y Punto Final por parte del Congreso de la Nación. Aunque recién en el 2005
la Corte Suprema de Justicia de la Nación proclamó la inconstitucionalidad de las
mismas, dando paso a la reapertura de las causas judiciales.
Desde ese hecho histórico, se condenaron más de 600 genocidas, se procesaron
otros 900, se restituyeron más de 120 identidades a hijos de desaparecidos y se
llevaron adelante cientos de juicios por causas de lesa humanidad. Uno de ellos, fue
el juicio oral y público de la Masacre de Margarita Belén, ocurrida el 13 de diciembre
de 1976. Empezó el 3 de junio de 2010, duró once meses y terminó con ocho
genocidas condenados y un policía absuelto por falta de pruebas.
Además, en la política de derechos humanos impulsada por Kirchner y profundizada
por los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, se pusieron en funcionamiento
más de cuarenta Espacios de Memoria, que resignifican ex-Centros Clandestinos de
Detención en lugares de formación, promoción y construcción de una cultura que
promueve el conocimiento y respeto por los derechos humanos. También, en esta
misma gestión, fueron señalizados cientos de lugares que fueron usados para
torturas, en todo el territorio nacional.
Gabriela Cerruti y Sandra Raggio, proponen los conceptos de memoria del Estado y
estado de la memoria para pensar estas cuestiones. Las autoras plantean que ”si el
12
Estado argentino tiene la obligación moral y el deber ético de generar una política
pública de memoria colectiva alrededor del terrorismo de estado es porque muchas
de las condiciones que lo hicieron posible siguen vigentes en el presente 17”. Una de
estas cuestiones podría ser la teoría de los dos demonios que todavía se reproduce
fuerte en Formosa.
En este sentido, el escrito plantea que la dictadura militar se propuso una política de
olvido, no sólo de los crímenes que cometió sino también de aniquilar la memoria de
luchas, resistencias y conquistas sociales transmitidas de generación en
generación. ”Por eso una política de Estado de memoria colectiva tiene que buscar
recrear la voluntad de cambio, dar sentido de pertenencia, de continuidad
histórica18”. Como las políticas que planteó el gobierno kirchnerista durante sus tres
periodos consecutivos: terminar con la impunidad de los militares genocidas, reabrir
las causas judiciales, recuperar los relatos de los ex-presos políticos y familiares de
desaparecidos, resignificar el discurso de las organizaciones revolucionarias y
reconstruir la memoria colectiva para empoderar al Pueblo sobre sus derechos y
sobre la necesidad de un Estado transparente.
La Revista
Este TIF empezó en el 2013 como una revista que apuntaría a reconstruir con cada
número la historia de un desaparecido formoseño. El número 0, sería el de Bocha.
Presenté el Plan de tesis, en ese momento, con esta perspectiva. Luego, en el
proceso de investigación, me di cuenta que la revista no tiene principio y final, y este
material de estudio se reducía a un espacio que podía ser contenido por el libro.
Además, los datos que recogía eran ricos en información y, la mayoría inéditos, para
escribir sólo notas informativas con un recorte tan acotado, como en secciones de
una revista. Por otro lado, pensar en una edición por desaparecido implicaría que en
17 Gabriela Cerruti, Sandra Raggio “La memoria del Estado y el estado de la memoria. Comunicación y Memoria. Oficios
Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
18 Gabriela Cerruti, Sandra Raggio “La memoria del Estado y el estado de la memoria. Comunicación y Memoria. Oficios
Terrestres” (2004). Ediciones de Periodismo y Comunicación (EPC). La Plata, Argentina.
13
algún momento los desaparecidos a tratar escasearan y ahí es donde perdía
coherencia el proyecto.
En el 2014, me vine a vivir a La Plata y me encontré con quien por suerte, aceptó
ser mi nueva directora, Alcira Martínez. Ella me abrió un campo de posibilidades
sobre qué hacer y cómo trabajar tanta información. Alcira me sugirió el soporte libro
porque genera un espacio de distribución, lectura y memoria para los Pueblos, ya
que los podemos encontrar en bibliotecas, escuelas, hacer reimpresiones y
reediciones.
Así nació el libro sobre la vida y militancia de Bocha Pereira.
El libro
Este libro se construye como un Perfil, porque a través de la historia de Bocha, que
no pudo dar testimonio, se reconstruyen otras historias de otras personas, militantes
o no, en ese contexto de terrorismo de Estado de la última dictadura cívico-militar.
Elegí el Periodismo Narrativo en formato crónica, porque es un estilo que abre el
campo de lectores y no se cierra sobre sí misma como sucede con otros textos
quizás más de investigación académica. Y además, el periodismo narrativo te
permite reconstruir esas escenas previamente investigadas, interpelando al lector
más que desde el dato, desde las sensaciones que producen ese dato.
Leonor Arfuch, propone la categoría de “espacio biográfico19“ para pensar a estos
espacios narrativos “no meramente como un reservorio de géneros canónicos“,
como biografías, autobiografías, memorias, diarios íntimos y sus sucesivas
transformaciones, sino como “un horizonte de inteligibilidad para analizar lo que leía
como un síntoma: esa ebullición cultural, mediática y hasta política que caracteriza
nuestro presente y que hace de la persona y su peculiar circunstancia, de sus
emociones y experiencias, de lo que acontece en el devenir de una “vida real“ o en
las diversas invenciones del “yo“, una narrativa privilegiada que a menudo
desdibuja e infringe los límites de los géneros“. Acá es donde quiero llegar con este
19 Leonor Arfuch “Autobiografía, memoria e historia” (2014). Cepsidra. Revista Interdisciplinaria de Estudios sobre Memoria..
Buenos Aires, Argentina.
14
perfil narrativo, ir más allá de la historia individual de Bocha Pereira, para hacerla
colectiva.
“El cruce entre lo biográfico y lo memorial, la manera sutil en que se entraman, en
diversas narrativas, la experiencia individual y la colectiva, en el camino de una
memoria histórica20“.
Arfuch también plantea que “el testimonio fue -y continúa siendo, en la medida en
que se abren nuevos juicios - un género privilegiado en los trabajos de la
memoria21“. En este trabajo, las principales fuentes consultadas son las
testimoniales. No sólo porque el material bibliográfico escasea, sino también porque
interesa la mirada que esas voces que cuentan tienen respecto a ese hecho político,
es decir, cuáles son sus memorias. Y a partir de ahí reconstruir otros relatos
diferentes.
En este sentido, en otro de sus escritos, Arfuch propone pensar a la entrevista como
una narrativa, un relato de historias diversas que refuerzan un orden de la vida, del
pensamiento, posiciones sociales, las pertenencias y pertinencias. Legitima
posiciones de autoridad, diseña identidades, desarrolla temáticas, nos alecciona
tanto sobre la actualidad de lo que ocurre, los descubrimientos de la ciencia o la
vida.
Para María Moreno, la mejor entrevista es aquella donde el entrevistado dice algo
que no sabía que sabía y es el primero en sorprenderse. “El segundo sería el
entrevistador. Porque la mejor pregunta es la que no se sabe de dónde llega y,
recién por lo que provoca, descubrimos que era la pregunta adecuada hecha en el
momento adecuado22“. En este recorrido me pasó, sobre todo con algunos ex-
presos políticos, que si bien declararon en juicios y tienen un discurso bien claro
sobre su historia, pero no sobre la historia de Bocha Pereira y lo que conocieron de
él. En algunos casos fue un ejercicio retrospectivo, en su mayoría espontáneos.
20 Leonor Arfuch “Autobiografía, memoria e historia” (2014). Cepsidra. Revista Interdisciplinaria de Estudios sobre Memoria..
Buenos Aires, Argentina.
21 Leonor Arfuch “Autobiografía, memoria e historia” (2014). Cepsidra. Revista Interdisciplinaria de Estudios sobre Memoria..
Buenos Aires, Argentina.
22 Maria Moreno “Vida de vivos: conversaciones incidentales y retratos sin retocar” (2005). Editorial Sudamericana. Buenos
Aires, Argentina.
15
Parafraseando a Tom Wolfe, en su libro “El Nuevo Periodismo23”, la unidad
fundamental que un periodista descubre cuando se pasa del texto informativo a ésta
forma de periodismo, es la escena. Por ende, “tu problema principal como reportero,
es sencillamente, que consignas permanecer con la persona sobre la que vas a
escribir el tiempo suficiente para que las escenas tengan lugar ante tus propios
ojos24”. Y si la persona no está en lo físico, como es el caso de éste TIF, transitar
por los lugares que él transitó, conocer a las personas que conoció pero también
compartir escenas con esas personas, como la noche que los amigos del
secundario de Bocha me invitaron a comer chupín de pescado y me llenaron el
reporter de anécdotas adolescentes. Porque lo importante, como dijo Leila Guerreiro
en el Seminario “Narrativa y Periodismo25”, no sólo son las cosas que la gente dice
de sí, sino la forma en que las personas actúan en su cotidiano, que dicen mucho
más de sí mismos.
Cuando fui a entrevistar a María del Carmen Almirón y Estela Díaz, a su casa
familiar en el centro de la capital formoseña, charlamos durante casi cuatro horas:
de la infancia de Bocha, de anécdotas familiares, de sus padres, de la historia de su
hermana Bety y la esclerósis múltiple que contrajo después de la desaparición de
Bocha. Pero cuando María del Carmen me invitó a conocer a Bety y la vi postrada
en una habitación acondicionada como hospital, con una cuidadora a su lado,
acostada como un bichito bolita, con los puños apretados con fuerza, los ojos
desorbitados y sin poder cerrar la boca ni decir una palabra con todas las sílabas,
me dijo mucho más que cuando supe que tenía “esclerosis múltiple”. Ese encuentro
me ayudó a registrar las marcas de la enfermedad en su cuerpo y fue mucho más
rica que entrevistar a un médico que me explicara por qué las personas contraen
esclerósis múltiple.
En esa misma visita, también María del Carmen Almirón, me mostró el piano de pie
que Bocha solía tocar en la casa de sus padres. En ese que tocaba el vals “Desde
el alma” a la mamá de su amigo Juan Carlos o con el que tocaba “la marchita”, los
días de lluvia en su casa familiar. También me impactó y me ayudó a reconstruir e
23 Tom Wolfe, “El nuevo Periodismo” (1973). Editorial Anagrama. Barcelona, España.
24 Tom Wolfe, “El nuevo Periodismo” (1973). Editorial Anagrama. Barcelona, España.
25 Leila Guerreiro, “Seminario Narrativa y Periodismo”. (2010). Fundación Santillana, Fundación Universidad Internacional
Menéndez Pelayo e Instituto Tecnológico de Monterrey. Santander, España.
16
imaginar las escenas de Bocha haciendo música con ese instrumento.
Algo parecido dijo Martín Caparrós en el Taller de Periodismo y Literatura de la
Fundación Nuevo Periodismo26, al referirse a la fuerte diferencia de los modelos
periodísticos -ficcional o no- entre decir o poner en escena. Caparrós sostiene que
la crónica elige poner en escena, por eso “necesita más espacios para desarrollar
situaciones, personajes, porque apunta a producir en el lector la sensación y no a
decirle “la sensación es ésta”. Sino lograr que el lector vea con el periodista ciertas
cosas y reaccione en consecuencia, sin decirle por qué debería pensar esas cosas.
En el capítulo 7 del libro, se reconstruye el momento de la masacre de Margarita
Belén. Dice un párrafo: “Dos celdas más adelante, otro agente lo llevó del brazo a
Bocha y lo empujó hacia adentro de la celda. El Bocha cayó de costado y gimió en
el suelo. De los oídos y la boca le brotaba la sangre espesa que manchó el
cemento”. No sería lo mismo, si hubiese escrito “Un agente llevó a Bocha hasta su
celda. El preso estaba adolorido y tenía sangre en el cuerpo por los golpes”. Esa
reconstrucción de sentir en la piel lo que se lee, es lo que permite el periodismo
narrativo.
26 Martín Caparrós, “Taller de Periodismo y Literatura”. (2003). Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Corporación
Andina de Fomento. Cartagena, España.
17
todo periodismo no es objetivo, sino que los discursos que construye el periodista
indefectiblemente van a estar cargados de subjetividad dependiendo de su universo
cultural, sus experiencias y construcciones sociales; pero no es lo mismo construir
un discurso desde ahí, que decir que hubo un personaje donde no lo hubo sólo
porque queda mejor en el relato, porque eso es ficción.
Otra cosa son las decisiones que el periodista tomará al respecto de qué escenas
contar de la información recolectada. Seguro dependerá, obvio de su matriz de
pensamiento, pero también de lo que el periodista imagina que puede interesar al
lector. Por ejemplo, en el capítulo 6 del libro, se reconstruye los inicios de la
militancia de Bocha Pereira contextualizando con el clima político Formoseño; no
sólo porque es clave para entender algunas decisiones que tomó sino también
porque al lector formoseño, sobre todo que vivió esa época, lo puede interpelar
desde varios lugares. Del mismo modo, el capítulo 5, narra El Zapiolazo: la
manifestación estudiantil encabezada por Bocha que dio lugar a la creación de la
Universidad Nacional de Formosa (UNAF). Era un hecho que debía estar, no sólo
porque fue relevante para la militancia de Bocha, sino también para la historia
formoseña, ya que en ningún archivo de la historia de la UNAF, aparece ese hecho
como un antecedente.
Los capítulos
El libro está compuesto por ocho capítulos que se complementan para cubrir todas
las facetas de Bocha Pereira.
El primero, es corto, pero pretende captar la atención del lector con la parte más
impactante de la historia de Bocha: el secuestro el día antes de su casamiento, su
ex-futura mujer yendo a buscarlo al Regimiento y los invitados esperando en la
iglesia.
En el segundo capítulo, “El familiero”, se reconstruye la infancia y adolescencia de
Bocha vista desde la mirada de la única familia que le queda, su prima Estela y su
tía Cami. También acá narra la historia del núcleo cerrado de la familia Pereira-
Almirón: sus padres y su única hermana, su vida antes y después de Bocha y sus
respectivas muertes, para poder contextualizar el seno familiar en que nació y se
18
crió Bocha.
El tercero, también reconstruye su adolescencia y algo de su juventud, pero desde
el punto de vista de su barra de amigos. Todos ellos formoseños, ninguno militante,
aunque sí simpatizantes y la mayoría sin haberse ido a estudiar a otra provincia,
como sí lo hizo Bocha. En ese capítulo se contrasta los imaginarios de sus amigos
que dan cuenta de una ingenuidad o descreimiento de la militancia política de
Bocha. Por ejemplo, cuando me invitaron a comer el chupín de pescado en la casa
de Eduardo Donkin, que compartimos varias horas de charlas, Juan Carlos me
contó que el Bocha practicaba tiro. Que iban a una chacra que tenía su familia y
mientras él manejaba un auto a 40 km/h el Bocha abría la puerta trasera y disparaba
al campo. Esa información a mí me dejó descolocada, pero más en “off side”, me
dejó la inocencia con la que su amigo, después de treinta y ocho años, la contaba,
para rematar diciendo, “pero no tengo certezas de que haya sido Montonero o
militado en la lucha armada”.
En el quinto capítulo, narra la manifestación de “El Zapiolazo” como hecho que
antecede la creación de la Universidad en Formosa. Intenta rescatar las diferentes
versiones recogidas y contar cómo vivió cada personaje esa noche. Además,
contextualizarlo en un determinado momento histórico.
El sexto, narra todo lo que fue el inicio de su vida en la universidad de Resistencia y
en la militancia. Rescata los testimonios de militantes formoseños que compartieron
la vida sólo universitaria y de otros militantes chaqueños que dan testimonio sobre
su lugar de militancia en la política.
En el séptimo, se reconstruye todo lo que fue el posterior secuestro, torturas,
traslados hasta la Masacre de Margarita Belén.
Por último, el octavo, narra lo que fueron los juicios y la restitución de los restos,
tanto de Bocha como de otros desaparecidos de la Masacre.
Estos ocho aspectos de la vida de Bocha pretenden construirlo íntegro para el relato
del libro.
Los viajes
La experiencia de este proyecto me llevó a recorrer en profundidad la ciudad en la
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que nací, me crié y crecí. Pero también me dio la posibilidad de conocer la provincia
vecina de Chaco, no sólo geográficamente, sino también en su política de derechos
humanos.
La primera vez que viajé a Resistencia, Chaco, no conocía a nadie. Me tomé el
primer colectivo del día y llegué a las siete de la mañana, una hora antes de la cita
que había acordado con los responsables de la Casa de la Memoria. Esa vez, la
visita fue sólo de observación e intento de conseguir algunos contactos. Conocí la
Brigada de investigaciones, el ex- centro clandestino donde alguna vez torturaron a
presos políticos. Saqué fotos, tomé notas, anoté algunos números telefónicos.
La segunda vez, fui con una agenda de citas en mano. Me encontré con Ricardo
Ilde y Juan Carlos Goya en la Casa de la Memoria. Tenía una entrevista pactada
con Dito Saliva, pero llegó sobre la hora y en media hora salía mi colectivo. Me
buscó por la Casa de la Memoria y me llevó hasta la terminal, en el camino
charlamos un poco y acordamos otra entrevista.
Volví muchas otra veces, no sólo para otras entrevistas pactadas, sino también para
actos y homenajes a los desaparecidos. La última vez, pasé para ver un mural que
habían inaugurado recientemente sobre Margarita Belén.
En Formosa, la bitácora fue parecida. Si bien, por una cuestión lógica fui a lugares
por los que había pasado o en los que había estado muchas veces antes, también
me tocó recorrer otros lugares por los que no había transitado. Algunos barrios
populosos con formas de laberinto en los que sólo me ubicaba preguntando a los
transeúntes.
Estos recorridos me marcaron y me dieron seguridad, sobre todo teniendo en
cuenta que hacía pocos meses me había venido a vivir a una ciudad completamente
nueva, como La Plata.
Los lazos
En éste camino conocí muchas personas que me ayudaron con sus valiosos
testimonios. Estela y Cami, la familia que le quedó a Bocha, que me abrieron las
puertas de su casa y me dieron la confianza para hacer este trabajo.
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Eduardo Donkin y los demás amigos de Bocha, pero sobre todo Donkin, que no sólo
me recibió en su casa, sino que se juntó conmigo cada vez que lo necesité, me llevó
hasta Margarita Belén cuando homenajearon a Bocha y me contactó con otras
personas que quisieron dar su testimonio. Además, se comunicó conmigo ante cada
hecho: cuando falleció Bety, cuando apareció el cuerpo, cuando iban a
homenajearlo.
“Florencia. Buenas tardes, sólo para avisarte que esta mañana falleció Bety, la
hermana de Bocha. Seguramente en algún rinconcito del cielo se encontraron. ¿Te
podés imaginar ese diálogo?”, decía el mensaje que me llegó el 2 de septiembre de
2014.
Eduardo me confió escritos que hizo sobre Bocha en los momentos más íntimos de
nostalgia, me regaló un libro sobre Rodolfo Walsh y me invitó al canal local de
noticias para que cuente sobre éste trabajo e invite a los que nos estaban mirando a
colaborar con el mismo. Podría decir que Eduardo me tuvo de referencia siempre
que algún hecho tuviera que ver con Bocha y por supuesto, eso ayudó mucho en
ésta investigación.
A Juan Eduardo Lenscak y Luis Zapiola, los primeros entrevistados en esta
investigación, por ser referentes de la militancia de derechos humanos en la
provincia. Ellos me contactaron con otros posibles entrevistados que podrían
conocer a Bocha como por ejemplo Rosa Bresanovich. Sobre todo Luis Zapiola, que
me contactó con Oscar Liébana, un compañero de Resistencia, Chaco. Además
Luis, fue el primero que me habló de Bocha como posible militante Montonero.
Oscar Liébana, fue un compañero que me llamó cada vez que necesité y me pasó
los nombres y números de teléfono de ex presos políticos que compartieron cárcel o
conocieron a Bocha Pereira. Hablamos muchas veces por teléfono y chat, pero
nunca nos conocimos personalmente. Falleció el año pasado producto de un ACV.
Siempre voy a estar agradecida por la enorme mano que me dio en éste trabajo.
En Resistencia conocí a Ricardo “Ñunfi” Ilde, Juan Carlos Goya, Carlos “Ratón”
Aranda y Eduardo Dito Saliva. Con Dito también tuvimos unas conversaciones muy
especiales, porque era la primera vez que hablaba con alguien de Bocha en ese
tono. Eran amigos aunque se frecuentaban poco. Ñunfi Ilde y Juan Carlos, sobre
todo éste último, me aclaró el panorama respecto a la militancia de Bocha, que era
un enigma desde que empecé a investigar.
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Con Dito me pude encontrar dos veces y luego falleció, pero con los otros tres
retomé las conversaciones cada vez que necesité.
A María del Carmen Olmedo, quién hubiera sido la esposa de Bocha, la entrevisté
dos veces. Primero cuando hice un trabajo cuando cursaba Historia Argentina, en el
segundo año de mi carrera y después para este TIF. La segunda vez la fui a buscar
a su negocio de ropas y al principio se resistió. Estaba negada a hablar de Bocha
porque siempre que lo hizo utilizaron sus dichos para fines políticos partidarios. Se
convenció cuando le expliqué de qué iba la mano y pudimos conversar varias horas
en confianza.
Julio y Teresa Cossio, también me recibieron en su lugar de trabajo. El contacto me
lo hizo Alicia, la ahijada de Julio y amiga de mi familia.
Miriam Machuca era amiga de mi abuela y fue vecina de la familia Pereira cuando
Bocha era un nene. También me recibió en su casa y me contó lo que había vivido.
Roberto Greca y Antonio Prieto también hicieron sus aportes.
Luego del homenaje a Bocha cuando apareció su cuerpo, algunos presentes se
acercaron a ofrecer el relato de su historia con Bocha, entre ellos Marta Frutos y
Victor Gimenez.
A todos y cada uno estaré siempre agradecida por abrirme las puertas de sus casas
y trabajos y confiar en mí para registrar su historia.
Lo que falta
Este TIF pretende marcar antecedentes sobre la historia de los desaparecidos en
Formosa. Cuando inicié la investigación no pude encontrar otros trabajos
académicos o periodísticos que den cuenta de esa parte de la historia olvidada.
Hubo que empezar de cero, con los testimonios que fui recogiendo en el camino.
Por eso, apuesto a que este TIF sirva para otras personas que estén interesadas en
trabajar la memoria en Formosa. Si bien los desaparecidos formoseños no son
miles, como en otras ciudades más grandes y politizadas, pero sí son bastantes y
aún así han sido relegados al olvido. Estoy convencida de que si no conocemos
nuestra historia como provincia es muy difícil que entendamos nuestro presente y
proyectemos el futuro, por eso creo que hay que aprovechar este tiempo que nos
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queda para investigar y reconstruir nuestra historia reciente.
Y también para desestigmatizar nuestros desaparecidos y contar que en Formosa
también hubo represión, secuestros, torturas, desapariciones, restituciones y sobre
todo jóvenes que soñaron y lucharon por una Patria más justa, libre y soberana.
Bibliografía
● Emilio Crenzel, “La historia política del Nunca Más. La memoria de las
desapariciones en la Argentina” (2008). Editorial Siglo XXI. Buenos Aires,
Argentina.
● www.comisionporlamemoria.chaco.gov.ar
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BOCHA
Vida y militancia del formoseño fusilado
en la Masacre de Margarita Belén
BOCHA
Vida y militancia del formoseño
fusilado en la Masacre de Margarita Belén
Directora
Alcira Martínez
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¡GRACIAS!
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Oscar Liébana y su memoria, por ponerme en contacto con
otros ex-presos políticos y militantes chaqueños.
Ricardo “Ñunfi” Ilde, Juan Carlos Goya, Carlos “Ratón”
Aranda, Eduardo “Dito” Saliva y su memoria, por recibirme
siempre que fui a Chaco y abrirme las puertas a ese mundo.
Rosita Bresanovich, por recibirme en su hogar y permitirse
emocionarse delante mío contando su historia.
Miriam Machuca, por su aporte. A Mamama, por el contac-
to y el amor, de siempre.
Marta Frutos, por buscarme para que registre su historia de
amor y militancia.
Víctor Gimenez, Roberto “Patón” Greca, José “Pajarito” Sa-
avedra, Antonio Prieto, por recibirme en sus casas y laburos, y
prestarme su tiempo para contar sus historias de vida. A Nata-
lia Greca por el contacto con su papá.
Natalia Borgner por responder mis dudas sobre la historia
de su tío.
A la Casa por la Memoria de Chaco, al Registro Único
por la Verdad y sus militantes, por democratizar la informa-
ción y la lucha.
Al gobierno de la provincia de Formosa y la Facultad de
Periodismo, por el convenio que firmaron creyendo en la de-
mocratización de la educación, que me dio la posibilidad de
estudiar esta carrera que me enamoró desde el primer día.
A Néstor y Cristina, por devolvernos los sueños en los que al-
guna vez militantes como Bocha creyeron y hacerlos una realidad
efectiva. Por hacernos enamorar de la política y creer en ella como
herramienta de transformación de los Pueblos. Por terminar con la
impunidad de la época más nefasta de nuestro país y hacer justicia
por lxs compañerxs que dieron su vida por la Patria.
A todxs lxs que pasaron por mi vida en éste tiempo que fui
tesista, de idas y venidas, de bajones y alegrías, de locura y cal-
ma, pero siempre con amor.
Gracias por bancar.
Florencia
UNO
EL NOVIO
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Florencia María José Zanello
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Trabajo Integrador Final
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En la noche del viernes 3 de septiembre, caía la lluvia sobre
la ciudad de Formosa. Las calles estaban desiertas y repletas
de barro.
A las ocho en punto, bajo una fina garúa, Carmencita volvió
al Regimiento en compañía de un vecino de la familia Pereira,
que era soldado de reserva.
El predio, hasta la actualidad, ocupa casi cuatro manza-
nas y está compuesto por varios edificios: casas de los jefes
del ejército, comedor, lugares de descanso para los soldados,
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dos
EL FAMILIERO
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Una madrugada de domingo, en que Bocha estaba de visita
por Formosa, ocurrió un accidente frente a Casa de gobierno,
que en ese momento se ubicaba por la Av. 25 de mayo esquina
Belgrano. En ese suceso murió una chica, que estuvo en el lugar
por horas, sin que nadie la asistiera.
“Yo me enteré que Bocha la socorrió, por el Lote 4, ahí
murió”, sostiene Cami.
El lote 4, es un barrio aledaño al centro de la ciudad, al cual
se accede por una larga calle, cercana al Río Paraguay y lo que
hoy conforma la Costanera formoseña.
Ese domingo, a las 10 de la mañana, Bocha, Estela y toda la
familia asistieron a la misa del padre Martina.
La iglesia estaba repleta de creyentes. Estela y sus padres pu-
dieron conseguir lugar para sentarse, pero mucha gente, entre
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El 7 de septiembre de 1976, habían pasado cinco días que
Coordinación Federal sacó a Bocha de su domicilio y lo man-
tenía preso e incomunicado. Esa noche, minutos después de las
12, cuatro hombres golpearon con armas largas la puerta de
Cami Almirón.
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En el extremo derecho, fila de arriba, Bocha con el equipo de fútbol infantil (AFPA)
En el medio Bocha, a su derecha su mamá Doris y al otro lado, su hermana Bety (AFPA)
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tres
EL AMIGUERO
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“Lo posicionó a Bocha, por lo menos para mí, como algo que
se venía muy grande, independiente de su capacidad de retener
datos históricos, de encarar, perder cierto temor que uno siempre
tiene de decir ‘noo, cómo le voy a decir al presidente si el Río
Pilcomayo tenía animales o no’ por decirte algo. Él lo hizo”.
***
- Hay anécdotas que no te podemos contar, ¡eh!.
Juan Carlos sonríe. Bebe un sorbo de vino y vuelve a su
plato. Mastica, se limpia la boca y sin titubear, larga:
- Bocha robaba gallinas.
El resto de los comensales sueltan carcajadas al aire. La esce-
na se alborota. Oscar no se contiene y estalla de risa. Al Tape se
le escapan unas lágrimas de alegría mientras se agarra la panza.
- Robábamos gallinas para viajar. Para juntar fondos
De fondo seguían sonando las risas.
- Y después las vendíamos, sí.
- No, los eventos de las gallinas no tenés que mencio-
nar- se pone serio Puppo.
- No, no, que mencione- insiste el Tape.
- No, porque los vecinos nos van a correr.
- Daah, ¡ya prescribió eso!.
En esa época era común que los formoseños criaran gallinas en
los patios de sus casas para consumo de sus huevos. Algunos galli-
neros estaban mejor preparados y otros se improvisaban al paso.
- La cuestión era así: en la semana se hacía el trabajo
de inteligencia, es decir, ‘¿en tu patio qué vecinos tenés?’
‘Y en mi casa hay un gallinero, linda, gordas están las
gallinas esas’- explica Sorucco.
- Una colorada, una blanca, ja ja ja.
- Estaban las distintas técnicas. Una que teníamos era
quemar azufre, entonces le atontaba a la gallina y ahí
nomás le agarrabas y a la bolsa. Otra era que tenías que
ponerle maíz con un anzuelito.
En una ocasión, el objetivo fue la casa de la vecina de Bo-
cha: una colona, como se llamaban popularmente a las inmi-
grantes. En el patio había un gallinero que Bocha conocía a la
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En el año ‘67, el grupo de amigos terminó el secundario.
Algunos se quedaron en Formosa, otros como Oscar y Miguel,
fueron a Corrientes. Juan Carlos, encaró para Buenos Aires. Y
Eduardo y Bocha, decidieron ir a Resistencia.
El Tape, salía hacía unos meses con Dora, su primer novia
de la juventud. Era febrero del ‘68 y los amigos habían viajado
a la capital del Chaco para gestionar su estadía y las inscripcio-
nes a la facultad.
Después de una larga jornada de papelerío, los amigos se
sentaron en una plaza a descansar un rato.
- Che, Bocha, vos sabés que estoy re cagado.
- ¿Qué te pasa, boludo?- preguntó Bocha con el gesto
del montoncito.
- Dora está embarazada y no se qué hacer- la voz le
temblaba- No se qué hacer boludo, ¿qué hago?.
- ¿Y qué vas a hacer?- se sorprendió su amigo.
- Es que yo vine acá a buscar un diploma para mis
viejos, no a darles un nieto.
- Y bueno boludo, pero ¿qué vas a hacer? Vas a ser
papá y Dorita va a ser mamá- sentenció.
“Como que yo buscaba otra respuesta o quería que él me
aliente a otra cuestión como para zafar ¿viste? Pero él planteó
la vida, en la adolescencia, cuando éramos dos pendejos. Como
que descartaba de plano otra posibilidad o alternativa”.
Cuarenta y cinco años después de esa charla, al Tape los ojos
se le llenan de lágrimas y la voz se le entrecorta al recordar.
“Y resulta que esa nena nació y hoy es una doctora. Y para mí,
lo que Bocha me dijo en ese momento trasciende a la vida de él
y convierte a esa criatura en una doctora, que es justamente para
salvar vidas, como él salvó de alguna manera la vida de esa bebé”.
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Trabajo Integrador Final
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vos sos esto, vos sos esto’. Cuando habló de mi dijo ‘vos te sen-
tís que sos el más lindo de todos, que sos ganador y nunca te
preocupaste por lo que te rodea, así que tratá de preocuparte’ te
lo digo con mis palabras”, es la versión de Jorge Puppo.
“A Jorge Oviedo lo trató mal, lo trató como gorila. Se desu-
bicó porque no era el contexto, era para hablar de amigos que
se reencontraban, algunos ya avanzados en su decisión de vida.
Y este chico que era militar, estaba chocho porque él quería pi-
lotear aviones y lo hacía pero bajo un mando militar que tenía
un sistema que ya sabemos todos ¿no?”, reflexiona Miguelo.
Cuando le tocó el turno al novio, Bocha le recriminó que
llevaba una vida superficial, “color de rosas” y que debía ju-
garsela más.
“Es la traducción que yo hago, por ahí me equivoco ¿no?
Pero me dolió. No se si porque era verdad en parte o porque
no me gustó la actitud en un contexto como era esa despedida
de soltero”.
“Yo me acuerdo que me hizo sentir esa noche, porque estaba
con el dedo así, ‘vos comprometete más, dejá de joder las pelo-
tas, no tanta joda’ ¿entendé? Y eso primero me dolió y después
me hizo pensar e hizo que uno esté interesado un poco en la
política”, aporta Jorge.
Después del episodio, Miguel se fue molesto de la fiesta.
Al día siguiente, después de la ceremonia en la iglesia Don
Bosco, fueron todos al brindis en la Sociedad Española. Los no-
vios se presentaron, bailaron el vals y se sacaron fotos. Cuando
le tocó el turno a Bocha, Miguelo se acercó al oído y le dijo
“No me vengas a armar despelote en mi fiesta”. Bocha sonrió,
beso a su mujer y bailó.
“Él estuvo, participó, o sea es como que no se sintió mal por
lo que desencadenó, a mi entender, la noche de mi despedida
de soltero”.
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Carlos.
Después del golpe militar, Juan Carlos los quemó sin dudar.
- Porque como yo era muy amigo dije ‘bueno en cual-
quier momento me van a caer y me van a meter adentro’
¿entendé?.
- ¿Y nunca estuviste preso?
- No, nunca. Ni siquiera me han mencionado como
amigo de él. Todos los días iba a casa pero nunca.
La mirada de Juan Carlos se pierden en un punto fijo.
Eduardo está concentrado en su porción de postre. Jorge
mantiene su mueca sonriente. Oscar interrumpe el silencio.
- Bocha fue un ideólogo. Te hablaba de economía, de po-
lítica.
- Filosofía.
- Él tenía un término: “no hay que ser enciclopedista”
¿viste? Como que todo lo que nos enseñaban en la escue-
la, aceptarlo, pero salir de eso, buscar otra información,
leer otras cosas ¿entendes?- recuerda el Tape.
- Sí, es cierto, eso es una parte de su personalidad que
por ahí uno lo agarraba para la joda ¿viste? “dejate de
joder, no vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro” pero
no, fue un líder.
- El libro de sociología que nos había recomendado,
de uno que todavía vive el tipo, Juan José Sebreli, un
libro que se llama “Buenos Aires vida cotidiana y alinea-
ción”. No se de dónde mierda sacó el libro ese ¿viste?
¡pero lo leía!- acota Eduardo, el Tape.
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Abajo a la izquierda Bocha, con Eduardo Donkin, Oscar Sorucco, Jorge Puppo,
Juan Carlos Arévalo y otros amigos en unas bodegas de vino en Mendoza
(AFPA)
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cuatro
EL AMANTE
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Durante el primer año de noviazgo, Marta compartía un de-
partamento con otras cinco formoseñas que estudiaban en Re-
sistencia. El lugar quedaba a una cuadra y media de la Catedral,
en pleno centro de la ciudad Chaqueña. Corría el año ‘69 y
Juan Carlos Onganía estaba en el auge de su gobierno de facto.
Bocha, solía visitar a Marta diariamente. Salían a tomar café,
al cine, a pasear, y si era domingo, participaban de la misa uni-
versitaria que se realizaba en la Catedral a las ocho de la noche.
“En plena misa él levantaba la mano y daba su posición.
Viste que el obispo da su sermón, él escuchaba y si había algo
con lo que no estaba de acuerdo o quería ampliar, se levantaba
y hablaba. Al principio, llamaba mucho la atención, porque vis-
te que no es costumbre”, recuerda Marta.
En ese tiempo, Bocha transitaba sus primeros pasos militan-
do orgánicamente en la Juventud Universitaria Peronista. Vivía
en el Colegio Mayor Universitario, una especie de pensión para
estudiantes del interior, manejada por la iglesia católica de la
mano del Movimiento de Curas Tercermundistas, que por una
módica suma te garantizaba un lugar para comer, dormir y es-
tudiar. Y los sábados a la noche, realizaban las peñas universi-
tarias, el lugar preferido de la pareja.
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Pasaron casi dos años para que Bocha se vuelva a cruzar con
Marta. Ella rehizo su vida con otra persona y siguió cursando
la carrera de arquitectura.
En una oportunidad, Marta viajó con su grupo de estudios
a la ciudad Capital del país, para perfeccionarse en algunos
conceptos arquitectónicos. En uno de los recesos, el grupo de
estudiantes, visitó un café para distenderse.
“Y lo veo a él ahí, no podíamos creer, porque hacía mucho
tiempo, años que no nos veíamos”, recuerda Marta.
Se acercó a él lentamente, con los ojos abiertos de sorpresa.
Le tocó el hombro y le dijo:
- ¿Qué hacés acá?
Bocha, con el mismo gesto, la abrazó y le explicó que perdió
uno de sus “pupilent” y que la única manera de que el seguro se
los reintegrara, era yendo a buscarlos a Capital Federal.
En ese entonces, los lentes de contacto valían mucha plata,
por eso se acostumbraba a asegurarlos.
“Pero en realidad el motivo era otro, paralelo hacia su mili-
tancia”, asegura Marta sin profundizar en detalles.
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EL ZAPIOLAZO
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Del origen del productor y guionista de cine que le dio el nom-
bre a éste hecho histórico, no hay datos oficiales. Sólo se sabe que
conoció a su futura mujer rodando la polémica película cuando
ella buscaba un papel de extra en el filme. Zapiola creó un perso-
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El gobernador Sosa Laprida rodeado por la prensa, hablando con los estudian-
tes. Frente a él, Bocha con las manos en la cintura (Archivo Registro Único por
la Verdad, Chaco [ARUVC])
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EL MILITANTE
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Del guaraní, significa niño, chico.
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Dieciocho universitarios divididos en seis piezas habitaban
el Colegio Mayor Universitario en el año ‘68.
El primer año Bocha compartió pieza con Julio Cossio que
oficiaba de padrino en la carrera que eligió seguir: lo orientaba
en la vida estudiantil, compartían horas de estudio, le daba una
mano en algunos conceptos.
- En ese año, nuestro ambiente de vida en el Colegio
Mayor era un centro de discusión espantoso- recuerda
Cossio con el ceño fruncido.
Era habitual presenciar debates en los ambientes comparti-
dos de la casa en cualquier horario del día. Una noche, Bocha
y el Tape Donkin participaban de una discusión tomando pos-
tura frente a otros cinco inquilinos. Cossio observaba de lejos.
- No me acuerdo qué carajo era pero frenética la dis-
cusión y yo con mis dos orejas escuchando.
En ese momento llega de la facultad Luis “Mono”, el her-
mano de Julio.
- Y cuando escuchó, se metió también y empezó a
aportar algo en contra de la postura de Bocha.
A Bocha se le llenó la yugular de sangre.
- Pará Mono, pará- le gritó mientras con un brazo
lo excluía del círculo - Vos recién llegas y ya querés opinar
también, carajo. ¡Limítate a escuchar!
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Daniel Gutman en Tacuara: Historia de la primera guerrilla urbana argentina.
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Derivado de estrambótico: extravagante, irregular y sin orden.
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”Historia del PRT”, Felipe Pigna. en el Historiador.
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7
De “Los perros”, film de Adrián Jaime, guión Adrián Jaime y Cecilia Merchán, Argen-
tina 2004
8
Felipe Pigna, en El Historiador.
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EL FUSILADO
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Gildo Insfrán. Gobernador de la Provincia de Formosa durante los periodos 1995-99;
1999-2003;2003-2007;2007-2011;2011-2015;2015-hasta la actualidad.
3
“24 de Marzo del 76: El Golpe - De la dictadura de la impunidad a la justicia democráti-
ca”, Comisión Provincial por la Memoria, Chaco- Segunda Edición. Marzo 2011.
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Página 12, edición impresa. Miércoles 23 de junio de 2010.
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5
“24 de Marzo del 76: El Golpe - De la dictadura de la impunidad a la justicia democráti-
ca”, Comisión Provincial por la Memoria, Chaco- Segunda Edición. Marzo 2011.
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“24 de Marzo del 76: El Golpe - De la dictadura de la impunidad a la justicia democráti-
ca”, Comisión Provincial por la Memoria, Chaco- Segunda Edición. Marzo 2011.
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“24 de Marzo del 76: El Golpe - De la dictadura de la impunidad a la justicia democráti-
ca”, Comisión Provincial por la Memoria, Chaco- Segunda Edición. Marzo 2011.
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8
“24 de Marzo del 76: El Golpe - De la dictadura de la impunidad a la justicia democráti-
ca”, Comisión Provincial por la Memoria, Chaco- Segunda Edición. Marzo 2011.
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“24 de Marzo del 76: El Golpe - De la dictadura de la impunidad a la justicia democráti-
ca”, Comisión Provincial por la Memoria, Chaco- Segunda Edición. Marzo 2011.
10
Jorge Giles, en “Allí va la vida, La masacre de Margarita Belén”; pp.22; Colihue, 2003.
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***
- Acá te vas a quedar un buen tiempo, Sala- dijo el
oficial Casco y lo empujó a Néstor “El Flaco” Sala dentro
de una celda del Pabellón 1 de la Unidad Penitenciaria
Nº 7 de Resistencia.
El Flaco nació en Berazategui, en el seno de una familia pe-
ronista. Perdió a su mamá a los quince años y empezó a traba-
jar para mantener a sus hermanos. Estudió arquitectura en la
Universidad Nacional de La Plata y allí se integró a la agrupa-
ción Peronismo Universitario.
En 1971, conoció a Mirtha Clara y juntos se incorporaron a
las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Dos años más tar-
de, Mirtha quedó embarazada y fueron a vivir juntos. Ambos
tenían militancia territorial y universitaria.
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Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.44-45; Colihue,
2003.
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En 1976, la Alcaldía provincial de Chaco estaba a cargo del
Inspector Mayor Nuñez. El predio ocupaba un amplio baldío
en las afueras de Resistencia que marcaba el inicio de la zona
rural que bordeaba la ciudad.
La edificación, a comparación del terreno, no era muy gran-
de. En el ingreso se ubicaban algunas oficinas. Luego, un salón
a la izquierda y otro a la derecha, acondicionado para las visi-
tas. Por el mismo camino, se extendía un largo pasillo que des-
embocaba en las escaleras para subir al pabellón de las mujeres
y al amplio comedor de los presos. Por una puerta lateral, se
ingresaba al pequeño patio donde se colgaba la ropa. Frente al
comedor, atravesando un portón corredizo de hierro, se encon-
traba el pabellón de hombres, que estaba compuesto por dos
alas de celdas con un pasillo en el medio. El primer cubículo,
era el cuarto donde el guardia de turno se tiraba a mirar tele. Al
lado, estaba el calabozo de castigo. Enfrente, los baños.. Segui-
damente se extendía la docena de celdas colectivas enfrentadas
entre sí en diagonal, a siete metros del comedor.
Cada celda estaba equipada con ocho cuchetas de hormigón
armado embutidas en la pared. Al lado de cada cuarteto de
cuchetas, había un agujero con dos plaquetas de hormigón que
oficiaba de placard. En la pared que quedaba libre había una
mesada y una ventana que nunca se abría.
14
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.118; Colihue, 2003.
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15
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.63; Colihue, 2003.
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Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.65; Colihue, 2003.
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Unos de los últimos días de noviembre del ‘76, los guardias
de la Unidad Penitenciaria Nº 7, les concedieron a los presos
políticos un recreo en el patio externo con precisas instrucciones:
17
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.53; Colihue, 2003.
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18
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.67; Colihue, 2003.
19
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.67; Colihue, 2003.
20
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.68; Colihue, 2003.
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Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.68; Colihue, 2003.
22
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.68; Colihue, 2003.
23
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.70; Colihue, 2003.
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Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.70; Colihue, 2003.
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Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.84; Colihue, 2003.
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- Voy a bajar.
Sala bajó las escaleras y apareció por las rejas del pabellón.
Los presos se emocionaron al grito de “El Flaco no se va, el
Flaco no se va”. Néstor pidió silencio.
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Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.114; Colihue, 2003.
33
Jorge Giles en “Allí va la vida, La Masacre de Margarita Belén”, pp.119; Colihue, 2003.
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“Seguimos con las noticias. Repetimos este comunicado que
ya habíamos dado a conocer más temprano. Resistencia, Chaco.
El comando de la Séptima Brigada de Infantería con asiento en
la ciudad de Corrientes informó que, siendo aproximadamente
las 4.45 del día 13 de diciembre, una columna que transporta-
ba detenidos subversivos hacia Formosa fue atacada por una
banda armada en la ruta nacional número 11, próximo a la lo-
calidad chaqueña de Margarita Belén. Tres delincuentes subver-
sivos fueron abatidos en el enfrentamiento producido, logrando
escapar los restantes aprovechando la confusión y la oscuridad.
Dos integrantes de la custodia resultaron heridos. Fuerzas com-
binadas del Ejército, Gendarmería Nacional y Policía provin-
cial operan intensamente en la zona para lograr la detención de
los prófugos. Se solicita a la población colabore con las fuerzas
del orden, proporcionándole cualquier información que facilite
la localización de los delincuentes subversivos”.
José apagó la radio encanutada en las paredes de la U7 y
lloró en silencio, escondido en su celda.
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: Foto del DNI de Bocha, que luego se reprodujo en los archivos de la CONADEP
[ARUVC]
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ocho
EL REGRESO
***
La mañana del 3 de junio de 2010, el sol pegaba de lleno en
el edificio del Tribunal Oral Federal de la Provincia de Chaco
(TOF), en Yrigoyen al 33, a media cuadra de la Casa de la Me-
moria y frente a la Plaza 25 de mayo. A las siete en punto, dos
hombres y una mujer vestidos de traje ingresaron al edificio.
Quince minutos después, dos uniformados de obreros, coloca-
ron un televisor plasma de bastantes pulgadas en la pared de al
lado de la puerta principal.
A las siete y media, la bandera de H.I.J.O.S. se extendió sobre
el balcón del primer piso del Tribunal. En menos de media hora,
la calle y la plaza se coparon de artistas, militantes y familiares
1
Palabras del ex Presidente Néstor Kirchner en la firma del convenio de la creación del
Museo de la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, 24 de
marzo de 2004.
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2
Presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos en Argen-
tina (AFyAPPA), presos políticos entendidos como las fuerzas de seguridad procesadas
por la justicia democrática por los delitos de lesa humanidad cometidos durante el terro-
rismo de Estado. Es esposa del mayor retirado Pedro Rafael Mercado.
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A principios del ‘83, antes de obtener su libertad, Juan Car-
los Goya y Ricardo “Ñunfi” Ilde, escribieron un hábeas corpus
desde la cárcel y lo presentaron al juez federal de Rawson.
- Porque los milicos se querían autoadministiar- ex-
plica Goya- En el escrito dijimos que no nos íbamos a ir
en libertad bajo el olvido del genocidio cometido por los
milicos, que nos iban a tener que sacar a pedacitos.
El extenso escrito dedicó un capítulo a los derechos huma-
nos, donde los autores justificaron su actitud histórica en la
lucha armada y explicaron los motivos de la misma. Además,
en ese mismo apartado, inscribieron la Masacre de Palomitas
en Salta3, La ley de fuga en la cárcel de La Plata, la Masacre de
3
Se conoció con ese nombre al fusilamiento de once presos políticos en el paraje Las
Palomitas, departamento de General Güemes, a 65 km de la ciudad de Salta. El hecho
ocurrió el 6 de julio de 1976. El juicio de la causa se abrió en el 2002 y recién en el 2010
fueron juzgados tres altos mandos del Ejército.
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4
“24 de Marzo: El Golpe. De la dictadura de la impunidad a la justicia democrática.
Informe final de la Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados del Chacho de 1985.
pp.66-67.
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7
Manifestación que antecedió a la creación de la Universidad en Formosa. Ver Capítulo 5.
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204
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A las cuatro y cuarto de la tarde, la camioneta Hilux gris
dobló por la calle Brandsen hasta la Padre Grotti. Se estacionó
frente al cementerio Virgen del Carmen, el único ubicado en el
corazón de la ciudad.
Detrás, se acomodó el auto blanco de Estela Díaz seguido
por una fila de vehículos de distintos colores y modelos.
Julio Cossio, Oscar Sorucco y Juan Arévalo se apuraron a
bajar la urna. Desde el bolsillo de la camisa amarilla de Cossio,
sobresalía la estampita con la cara de Bocha sonriendo.
María del Carmen Olmedo, se abrió paso entre la multitud
y se acomodó al frente de la caravana que acompañaría la urna.
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Julio Cossio, Juan Carlos Arévalo y Oscar Sorucco llevando la urna de Bocha.
Diciembre 2014, Formosa, Capital[AP]
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Estela Díaz y Cami Almirón dando el último adiós a Bocha. Diciembre 2014,
Formosa Capital [AP]
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Fuentes Consultadas
Entrevistados
215
Bibliografía
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Sitios web consultados
www.robertobaschetti.com.ar
www.elhistoriador.com.ar
www.pagina12.com.ar
www.comisionporlamemoria.chaco.gov.ar
www.chacopordia.com
www.diariolamañana.com.ar
www.memoria.telam.com.ar
219
Declaraciones testimoniales
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INDICE
Prólogo 11
¡Gracias! 13
El Novio 17
El Familiero 25
El Amiguero 49
El Amante 75
El Zapiolazo 93
El Militante 107
El Fusilado 137
El Regreso 187