25 de julio de 2018

Suplemento ESPECIAL

Cartas - Postales - Lugares - Perfiles

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 Contenido
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Historia en dos
ciudades
AMOR
p4 PLATÓ-
Cielo de azul
NICO
p20
intenso
p6 En qué ciudad
Confesión nací
afectuosa p22
p8
1 5 7 7 | 2 0 1 8
Querido
SOY SAL-
Saltillo TILLENSE
Editorial p10 SOY MUY

"
Todas las cartas de amor son ridículas”, dice un poema
Composición MUJER
de Fernando Pessoa. ¿Pero quién no ha escrito recaditos, y color p26
mensajes, tuits o un DM para expresar esas emociones p12
que nos mueven el corazón (y que nos hacen sentir, hay que UNA
decirlo, un poco ridículos)? Viajar CARTA
Si bien el género epistolar ha dejado de formar parte de también DE AMOR
nuestra vida diaria (al menos ese ritual de sacar pluma y significa p28
hojas, llenarnos las manos de tinta, buscar un sobre y llevar el
mensaje a la oficina de correos), lo cierto es que todos los días
VOLVER
p14
mandamos palabras a nuestros familiares y amigos. Nunca se
ha escrito tanto como en el siglo 21. Percepciones
Las cartas que hemos escrito están dirigidas, la mayoría de Saltillo
de las veces, a la gente que queremos y que nos importa. p17
Ahora el destinatario no es una persona, sino una ciudad:
Saltillo. Y quienes le dedican unas líneas son historiadores, VERDE Y
periodistas, viajeros, arquitectos, empresarios, artistas, DISFRU-
escritores, cineastas, fotógrafos y feministas. Hombres y TABLE
mujeres que destacan la belleza de la capital coahuilense, pero p19
que también señalan sus yerros y los temas que requieren
acciones inmediatas: la sustentabilidad, el cuidado del agua, la
planeación urbana, la tolerancia y la educación sexual.

Directorio
FUNDADOR: Francisco Juaristi Septién | PRESIDENTE Y DIRECTOR GENERAL: Francisco Juaristi Santos |
VICEPRESIDENTE: José David Juaristi Santos | DIRECTOR EDITORIAL: Sergio Cisneros | SUBDIRECTOR EDITORIAL:
Alejandro Irigoyen | EDITOR: Sylvia Georgina Estrada | DISEÑO: Alfredo Garza | Coordinador Diseño: Pablo Granados |
FOTOGRAFÍA: Gerardo Ávila, Eliud Reyes, Jesús Velez, Juan Villarreal, Gerson Cardozo, Josué Cepeda, Enrique Alvarez del Castillo |
GERENTE COMERCIAL: Gregorio García | PRODUCCIÓN: Francisco Castillo

Bulevar Venustiano Carranza No. 5280, col. Rancho de Peña

Teléfono: (844) 438 1800
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Historia en dos ciudades

MI QUERIDA
SALTILLO
Javier Villarreal
Lozano

Es historiador, maestro,
periodista. Autor de libros
como Los Ojos Ajenos/
Viajeros en Saltillo,
(1603-1910); Venustiano
Carranza. La Experiencia
Regional; Melchor Múzquiz,
el Insurgente Olvidado y Ay
Saltillo, si tus Calles
Hablaran….
Premio Nacional Vida
y Obra de Venustiano
Carranza, organizado
por el Instituto Nacional
de Estudios Históricos
de las Revoluciones de
México, es miembro del
Colegio Coahuilense
de Investigaciones
Históricas y por 38 años
fue catedrático de la
Universidad Autónoma de
Coahuila.

Actualmente colabora
en el periódico Zócalo y
es director del Centro
Cultural Vito Alessio
Robles.

A 441 años de su
fundación, la capital
de Coahuila repite una
vieja historia de sus
primeros años de vida:
la división entre la villa
supuestamente española
y el pueblo tlaxcalteca de
San Esteban
S
e ha dicho tanto
que se odia y se
ama a la ciudad
donde alguien
vive, que la ex-
presión ha caído
en el aburrido infierno de las
palabras gastadas. No entien-
do esa mezcla de amor y odio
respecto a nuestro lugar de re-
sidencia. Tampoco es posible,
creo, amarlo sin condiciones,
pues en él coexisten aspectos
agradables y facetas desagra-
dables. Pero no se trata aquí,
por la subjetividad e inutili-
dad implícitas de tales juicios,
intentar la elaboración de lis-
tas de unos y otras.
Puesto a escribir una car-
ta a Saltillo, mi lugar de na-
cimiento, a estas alturas del
siglo 21, siento la tentación de
remitirme a la célebre novela
de Charles Dickens, Historia
en Dos Ciudades, porque de
unos años a la fecha creo ver
dos Saltillos diferentes. Uno,
el tradicional, se extiende al
sur de la avenida Presidente
Cárdenas. El otro, el moderno,
se localiza al norte de esta vía,
con enclave muy característi-
co en el imaginario cuadrante
nororiental de la población.
Dos saltillos distintos: el
antiguo –al que fatalmente
pertenezco por cuestiones de
edad– se aferra a las tradicio-
nes y conserva, aunque cada
día más diluido, un aire cam-
pesino. Allí están el mercado
y la plaza Acuña con sus vie-
jecitos, algunos de ellos en-
sombrerados, en las bancas,
viendo pasar el tiempo.
(¿Cuál sería la última vez
que se vio a un señor con som-
brero de palma en ese nuevo
Saltillo con pujos de moder-
nidad, plazas comerciales a
docenas y conglomerados de
restaurantes trepados uno
arriba del otro? Quizá se vean,
de vez en cuando, muchachos
disfrazados con sombrero te-
jano, pero seguramente irán
a una fiesta pretendidamente
vaquera).
El Saltillo norte concentra
lo fashion, como se dice ahora,
los spas, el 90% de los gimna-
sios, los hoteles de cadena, los
colegios de altas colegiaturas,
los comederos de lujo y de
medio lujo, y los antros donde
la juventud dorada avanza ha-
cia la madurez entre parties,
DJ’s, drinks, happy birthdays
y baby showers, falsos pubs,
sospechosos bistrós y reunio-
nes rebautizadas en inglés por
oírse más nice, más cool, you
know.
Tengo la mala impresión
de que cada vez es menos fre-
cuente y fluida la comunica-
ción – y por lo tanto el conoci-
miento – entre ambos saltillos.
Los sureños, lo confieso, nos
sentimos un tanto ajenos cuan-
do vamos a la región norteña,
como dicen se sentían antes los
habitantes de Brooklyn al cru-
zar el puente e ir a Manhattan.
Por su parte, los habitantes de
esa área rara vez, y sólo por
obligación ineludible o alguna
fiesta en el Casino, cruzan la
imaginaria línea divisoria en-
5
SALTILLO 441 JULIO 2018
tre las dos ciudades.
Mi sureñez resulta inocul-
table: nací en la calle Obre-
gón, viví mi primera infan-
cia en una casona de la calle
Salazar con enorme jardín y
huerta – hoy hay 17 viviendas
en el terreno que ocupaba –, y
viví más de 20 años a dos cua-
dras de la catedral.
Mi colegio estaba en Hidal-
go al sur, donde hoy funciona
un Asilo de Ancianos. Comul-
gaba cada primer viernes de
mes en la iglesia de San Juan
Nepomuceno. Cuando joven,
el domingo iba al cine Palacio
y mis paseos eran la calle Vic-
toria y la Alameda. Tomaba
café en el Enno’s y en el Éli-
te – calles de Padre Flores y
Aldama, respectivamente–, y
cuando las campanas repica-
ban gordo comía en el Salón
Rojo del Hotel Arizpe o en
el restaurante San Luis Inn,
ambos desaparecidos hace
muchas décadas. Con tales
antecedentes biográficos no
debe extrañarles que en el
territorio de los norteños me
sienta a ratos como guajolote
en el Periférico.
A tus 441 años, mi queri-
da Saltillo, repites la historia
de la división entre la Villa
supuestamente española y el
pueblo tlaxcalteca de San Es-
teban, separación que perdu-
ró tres siglos. Espero, mi que-
rida ciudad natal, que con el
tiempo logres la unificación,
y que las dos ciudades, hoy
espalda con espalda, como
águilas del escudo alemán, se
unan y rompan las barreras
mentales, sociales y de tradi-
ciones que las separan.
Siento que nada mejor
puedo desearte en este cum-
pleaños. ¡Que alguna vez
haya un solo Saltillo!
Javier Villarreal Lozano
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Los recuerdos
de la niñez, la
memoria y lo
nostalgia se
funden con las
estaciones de la
ciudad

E
sta tarde te vi lu-
minosa desde tus
tierras al ponien-
te. La luz del sol
caía radiante so-
bre el Cerro del
Pueblo y, como en pocas oca-
siones, pude apreciar un verde
tierno sobre el usual manto de
tierra.
Aun con esta capa de sepia
constante, sin el verde tem-

Cielos de azul intenso prano que aprecié hoy, tu Ce-

rro del Pueblo es para mí un

MI QUERIDA
sitio entrañable. Siempre a la
vista desde la calle Allende,
en los primeros años de in-

SALTILLO
fancia. Quizá de ello se derive
mi fascinación por las rocas,
pues la imagen que me he for-
jado en el pensamiento, gra-
cias a tu Cerro del Pueblo, es
la de una roca gigantesca, que
dice mucho de fortaleza y de
seguridad.

La luz que caía esta tarde
sobre tu Cerro me ha acom-
pañado todos los veranos. Luz
brillante que poco a poco va
tornándose en una suavidad
que acaricia todo cuanto se
cruza en su camino. A medio-
día es de un encendido que
encandila. A media tarde, el
sosiego.
Mi amor por ti, Saltillo, tie-
ne mucho de nostálgico. De
los recuerdos de la niñez, de
todas aquellas remembranzas
que me han hecho ser como
soy ahora y descubrirme en ti
a cada paso.
Así como me subyugó el
primer encuentro con tu luz,
que bañaba los patios de la
casa paterna, así me emocio-
nan tus cielos y tus montañas.
Ese de humilde nombre, Cerro
del Pueblo; tus magníficas sie-
rras: la emblemática de Zapa-
linamé y la de calificativo úni-
camente geográfico: Arteaga.
¡Cuánto te vamos a quedar a
deber si seguimos horadando
sus faldas! ¡Y cuánto más si
las seguimos hiriendo, si per-
mitimos su destrucción!
Ah, pero tus azules inten-
sos. Tu luna magnífica. Tu
clima en época de lluvias; tus
inviernos y tus primaveras.
Amo cómo te cubres de flo-
res cuando llega la Primave-
ra. Espléndidas jacarandas;
bellísimos  chainís, hermosas
buganvillas. Todo en ti, de es-
treno, resuelve poemas de es-
peranza. Con el verano, llegan
aromas de troenos que antici-
pan la vacación, la temporada
de fin de cursos en las escue-
las y que señalan el cierre de
un ciclo más. ¡Cuántas inquie-
tudes a la sombra del troeno!
Tus otoños, en cambio, pue-
blan el paisaje de ocres y dora-
dos. El horizonte toma un sen-
tido de premonición de adiós,
que llega definitivo en Invier-
no, y sus blancos reflejos, pe-
netrantes cuando las lluvias,
restallantes cuando la nieve.
Tu Catedral, de Santiago,
es imagen de emblema en mi
corazón. Pienso cuántos de
quienes me antecedieron en
esta tierra cruzaron sus naves
y le oraron al Santísimo espe-
rando no sé cuántos milagros
de vida. El tañer de sus cam-
panas me emociona. Convoca
a una oración que ha perma-
necido aquí siglos y que aún
hoy, en medio de la penumbra,
sigue elevándose desde las
bancas que conocieron mis
padres y mis abuelos.
En la Alameda, mi paseo
inolvidable, la niebla en el In-
vierno y la maravilla de la no-
vedad en la Primavera. Ahí,
la alegría esperanzadora de
los niños; el trajín de los estu-
diantes, y a la par, otro tiempo
dejándose pasar. Los mayores
que la recorren ahora son
ojos distintos a los de aque-
lla juventud. Son ojos ahora
cargados de una tristeza que
entristece.
El sonido del ferrocarril,
a eso de las 10 de la noche,
sigue evocándome, querido
Saltillo, el recuerdo de quien
se va para siempre, como en
una noche clara, en agosto de
1986, cuando una amada alma
partió para no volver.
Son 441 años, querida tie-
rra de Saltillo, por los cuales
han caminado tantos y trans-
currido tanta historia. A
cada paso te reconstruimos,
te seguimos amando. ¡Feliz
aniversario de soles, cielos
azules y luz!
Conchita
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SALTILLO 441 JULIO 2018
Maria Concepcion
Recio Davila
Es egresada de la entonces
Escuela de Ciencias de
la Comunicación de la
Universidad Autónoma
de Coahuila. Autora de
la antología del libro
de leyendas Entre la
Realidad y el Mito, de la
propia Universidad, y de
semblanzas biográficas
en la colección literaria del
Gobierno del Estado. Ha
sido editora y correctora
de estilo de varias
publicaciones.
Es catedrática de la
Facultad de Ciencias de
la Comunicación de la
UAdeC, escribe en un diario
local y colabora como
coordinadora de Operación
en el Centro Cultural Vito
Alessio Robles.
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SALTILLO 441 JULIO 2018
Sergio Castillo
Lara
Es comunicador, periodista,
productor de video,
estratega y creativo en
campañas publicitarias y
políticas; editor, galerista,
promotor cultural y
microempresario. Exasesor
y consejero de artes
visuales en el Instituto
Municipal de Cultura de
Saltillo. Consejero del
Festival Internacional
Saltillo en el área de
contenidos e imagen
2015-2017.
Asesora proyectos
culturales independientes y
es codirector de la taberna,
casa editorial, galería y
espacio cultural
El Cerdo de Babel.
Confesión afec
QUER
Orgullosos,
los saltillenses
presumen su
identidad; el
sarape recobra su
lugar y adquiere
nuevos usos
E
stuve buscan-
do tu perfil en
Facebook para
escribirte en el
muro un saludo
por el aniver-
sario de tu fundación, pero
no encontré la cuenta autén-
tica, así que lo hago a través
de estas líneas: ¡felicidades,
ciudad bonita! por tus prime-
ros… ¿441?... ¿446?... ¿450?...
¿cuántos años cumples?...
ahhh ya recuerdo, no lo sabe-
mos, por más que buscamos
no encontramos el acta fun-
dacional o ¿será que no quie-
res revelarnos la edad?
Está bien, no importa, de-
seo que, como dicen los tex-
tos nahuas traducidos por
León-Portilla sobre México-
Tenochtitlán: en tanto dure
el mundo no acabe, no ter-
mine tu gloria y tu fama.
¡Ay Saltiyork, Little Jump,
Atenas de México, Saltillo de
mi amor! ¿cuántas cosas sa-
bes de mí? ¿cuántos secretos
guardamos nomás tú y yo?
de esos tampoco tenemos la
cuenta.

SALTILLO
ctuosa
RIDO
Estoy frente a la compu
porque desde hace tiempo
quiero hacerte algunas de-
claraciones, que por secos
y cerrados como somos los
saltillenses, no nos atreve-
mos a decirlas de frente. No
te asustes no son reclamos
ni reproches, al contrario,
nomás quiero confesarte
mis afectos.
Empiezo por decirte que
me pareces un lugar bellísi-
mo, que tus cuatro siglos y
medio te sientan muy bien,
a pesar de las mutilaciones
que absurdamente le hemos
propinado a tu casco viejo.
Que estoy enamorado de la
arquitectura y de las cur-
vas de Hidalgo, de Bravo y
de General Cepeda; que no
dejo de admirar la catedral,
el templo de San Juan y tus
casonas de adobe y ladrillo.
Que disfruto correr en la
Alameda. Que me vuelven
loco tus atardeceres, sobre
todo los de otoño, no hay, no
los he visto en otra parte.
Que eres una ciudad muy
sexy.
Déjame hacer una pausa,
aquí: A nombre de tus habi-
tantes debo pedirte perdón
por haber convertido la ca-
lle de Victoria en ese triste
corredor de zapaterías a
crédito y por permitir que
ultrajaran el Cine Palacio,
fuimos testigos apáticos,
nada hicimos. Si quieres,
expúlsanos, arrójanos a los
infiernos de ese mega mall
que conocemos como Mon-
terrey, lo merecemos.
Ya en el pasado te había-
mos agraviado con la des-
trucción del patrimonio y lo
lamento, pero sobre mi ge-
neración recae la culpa de lo
sucedido con este paseo. Será
pretexto para una carta futu-
ra de lamentación, al menos
hacer un recuento inútil de
lo perdido. Por ahora y con
motivo de tu cumple sigamos
hablando de lo bueno.
Me fascina andar por los
senderos del Cañón de San
Lorenzo y contemplar sus
crestas. Lo mismo por la an-
tigua carretera del Diaman-
te que ya don Vito Alessio
Robles calificó hace décadas
como uno de los caminos
más bellos del mundo.
Y ahora que menciono los
atractivos de tu montaña,
debo decirte que también
me gusta de ti esta nueva
conciencia que tenemos tus
moradores: a todos nos dolió
ver cómo se consumió por
el fuego de los incendios
recientes, una buena parte
de Zapalinamé. La gente se
volcó en torno a su cordi-
llera para ayudarla. Ahora
tenemos más cuidado con
tus zonas verdes. Antes no,
acuérdate como los prime-
ros pobladores acabaron
con el bosque para vender
madera y leña: “El valle
de Saltillo” no era un valle,
era un bosque de coníferas,
ahora lo sabemos. Dicen los
historiadores, los serios,
que hoy eres más verde que
hace 200 años. Pero no juz-
guemos a los fundadores,
sin su llegada, ni tú ni yo
estaríamos aquí.
A propósito de quienes
llegan ¿has notado el espí-
ritu de inclusión y herman-
dad de tus nuevas genera-
ciones? Me alegra que ya no
somos tan huraños con los
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SALTILLO 441 JULIO 2018
forasteros como antes. Has-
ta la ONU te confirió el tí-
tulo de Ciudad Refugio para
migrantes. Muy bien ahí, fe-
licitémonos mutuamente.
Quiero decirte, ciudad
cool, que aun cuando segu-
ramente ya lo notaste, he-
mos dejado de sentir pena
por decir que somos de Sal-
tillo. Ahora es motivo de or-
gullo, presumimos nuestra
identidad, el sarape recobra
su lugar y adquiere nuevos
usos. Nos encanta hablar de
nuestros barrios y de nues-
tra comida, hemos vuelto a
los puestos de taquitos rojos
y de flautitas.
Finalmente, te habrás
dado cuenta que ahora el
trabajo de artistas urbanos
te ha invadido, que tienes
una muy digna escena de
hip hop y de jazz, que los me-
jores ilustradores de México
rayan tus muros, que se eri-
gió un importante festival
de música y que poco a poco
te empiezas a convertir en
un faro del noreste.
Celebremos, Saltillo
¡nos sobran los motivos!
Sergio Castillo
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Tropiezos y tesoros

QUERIDO
SALTILLO Ciudad de desarrollo y
emprendimiento, desde hace años
tiene su propia orquesta

A
ún no termi-
naba de en-
tender qué
diablos esta-
ba haciendo a
3 mil kilóme-
tros de distancia de mi casa
cuando ya me habías abraza-
do como a uno de los tuyos.
Desde 1998, que fue el Natanael
año en que llegué, me pude Espinoza
dar cuenta de la cantidad de
oportunidades de desarro- Es director artístico de la
llo y emprendimiento que Orquesta Filarmónica del
tenís para mí y para todo Desierto, de Coahuila de
aquel que tuviera la visión Zaragoza.
de crear, de trabajar en se- Egresado de la Escuela
rio y lograr algo. Superior de Música de la
Ya instalado, tuve innu- Universidad Autónoma de
merables tropiezos, todos Coahuila.
ellos dignos de atesorar y Amante de la cocina y el
recordar con agrado. espresso doble.
Me tropecé con grandes
amigos, me encontré con el
amor de mi vida, mi esposa
Susi, viste nacer los cuatro
tesoros más grandes que
poseo como hombre: Cole,
Liam, Noah y Aria.
Es justo aquí donde pude
no solamente ejercer mi pro-
fesión y vivir de lo que me
apasiona hacer, permitiste
que entre mi compañera y la nobleza y tranquilidad de
entrañables amigos lográra- una ciudad pequeña.
mos regresarte un poco de lo Pienso que en México te-
mucho que nos has dado a to- nemos la suerte de tenerte
dos, dejar un legado hermoso y presumirte en cualquier
llamado Orquesta Filarmó- lugar que pisemos, orgullo-
nica de Saltillo y, después, samente decimos: Soy de
Orquesta Filarmónica del Saltillo.
Desierto. ¡Feliz cumpleaños!
Sigues sorprendiéndome Natanael Espinoza
al ver tu crecimiento y de-
sarrollo de gran ciudad con
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Composición y color

Espacios
íntimos Roy Carrum
Ha expuesto de manera individual en la Ciudad de México,
Saltillo, Bacalar y Salamanca.
Ha sido becario en la categoría de pintura de Jóvenes Creadores
del Fonca, y del Pecda en dos ocasiones. Obtuvo el segundo lugar
en la Primera Bienal Ángel Zárraga de Durango en 2010.
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Las largas caminatas
por el barrio, los amigos,
Flor y Canela, que aún existe.
Allí se inauguró una expo el
día que abrió el Cerdo de Ba-
bel. El Mink estaba también
padre, un lugar minimalista
y al norte de la ciudad. Allí
expuse unas figuras de made-
ra recortadas como en 2005.
Pero el primero que expuso
allí fue Alain Ledezma. Cru-
zando la calle abrieron la Ga-
lería Blanco, expusimos allí
en el primer y único concur-
so de pintura contemporánea
que yo recuerde. Me topaba al
Alain en Arquitectura o en el
Museo de las Culturas, que era
el museo para las propuestas
jóvenes. Siempre soñé con ex-
poner allí, pero lo cerraron.
Me pidieron que escribiera
una carta a Saltillo, pero tam-
bién que buscara pinturas que

los objetos infantiles, la tuvieran relación con la ciu-

música y la pintura se
unen en una propuesta
plástica que muestra los
dad. Total me puse a buscar
en mis archivos, pero como
muchas de mis piezas son bo-
degones me puse a pensar que
relación podrían tener. Supon-
go que podrían tomarse como

interiores de la ciudad pinturas de interiores de la

ciudad. Casi siempre son com-
posiciones que yo armo, pero

J
usto pasé una noche via-
jando en bus, ando des-
empacando en Ciudad
de México. Tengo casi
seis años haciendo eso,
yendo y viniendo y aún
no entiendo bien el sistema de
los taxis seguros de dentro de
la Central del Norte. Estuve
dos meses por allá. Vi montón
de conocidos, basta con irse
un rato a caminar al centro
centro de la ciudad y saludas
gente.
Yo crecí en el Centro, pero
por las orillas, por la iglesia
de San José. Me gustaba ca-
minar montón de adolescente,
más cuando hacia frío y ne-
blina. Así un día me encontré
por la de Xicoténcatl un bar
con pinturas padres en sus
paredes. Era el año 98, yo te-
nía 16 y había pintado ya unos
cinco cuadros. Me aventé a
platicar con los dueños y me
dieron chanza de colgar allí
algunos. El lugar funcionó un
buen rato. El Nana Cachimba
tenía dos cuartos altos sólo
para exposiciones.
El otro lugar donde nos da-
ban chanza de exponer era el
últimamente he pintado cosas
que encuentro, una es de una
peluquería a la que acompañé
a mi hermano, está por la calle
Obregón y para mi sorpresa
era de Rodolfo, el mismo que
me cortaba el pelo de niño.
El cuadro es un pedazo de su
local, decorado con posters,
calendarios y demás objetos.
Ese día Rodolfo me reconoció,
le comenté que a los 19 había
encontrado la manera de cor-
tarme el cabello yo solo y des-
de allí nunca he regresado en
17 años a un peluquero.
Otro cuadro es una comi-
sión que me encargó mi amigo
de la primaria Anexa, el aho-
ra neonatólogo Ben David Val-
dés. Me dio libertad para ha-
cer un par de cuadros para su
consultorio pediátrico, en uno
quise retratar sobre un paisa-
je ficticio de dibujos animados
algunos de los objetos que nos
acompañaron en nuestra ni-
ñez, aparecen por allí libros
que usamos en la escuela, una
pistola de Nintendo, y elemen-
tos de nuestra gran pasión de
los primeros cinco años de
primaria: el beisbol. Éramos
grandes aficionados de los Sa-
raperos, tal vez guiados por pacios íntimos, cuartos sin
Fito, nuestro amigo, nieto del chiste hechos de los 70s para
expelotero saltillense Ramón acá que es donde la mayoría
Mendoza. Dibujábamos en vivimos. Lugares que contie-
nuestros cuadernos los uni- nen objetos que vienen de
formes, logotipos, estadios y muchos lugares; una sandía
demás cosas de los equipos lagunera sobre un ampli bri-
que nos gustaban. Decidí me- tánico, una melódica japone-
ter en el cuadro un sarape, mi sa, una torre de cerillos Fla-
guante, bat y una gorra de mi ma con montón de timbres
equipo de las Ligas Mayores, postales de muchos países.
los Cachorros de Chicago. Roy Carrum
Busqué entre mis archi-
vos algún paisaje saltillense,
y sólo encontré una referen-
cia. El año pasado pinté una
estructura de un cohete de
metal, que forma parte de la
iglesia de Fátima. Siempre he
pensado que es el lugar ideal
para una sesión de fotos de
banda indie rock espacial.
No sé por qué no tengo mu-
chas pinturas de paisajes o
de lugares de Saltillo. Supon-
go que ya hay muchos y muy
buenos pintores que se han
encargado de retratar sus lu-
gares más icónicos.
En cambio, creo que he
retratado algunos de sus es-
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Mirada nueva

Viajar
también
significa
volver

Sofia Guerra

En su trabajo, Sofía busca

ampliar el fundamento
estético y conceptual de
la fotografía, con el fin de
encontrar significados
para la más compleja
interpretación de nuestra
sociedad.
Utiliza la fotografía como
lenguaje, emitiendo a partir
de ella una narrativa para
descubrir nuevas formas
de mirar, de ser mirado, de
experimentar y olvidar lo
cotidiano.

Después del viaje es
tiempo de regresar a
casa, a uno mismo;
reencontrarse con la
persona que se fue y la
que nunca lo hizo
H
e fotografiado
el cielo de Pa-
rís, Madrid,
Budapest,
Barcelona,
Lisboa, Roma.
Y ninguno es tan bonito
como el de Saltillo.
No sirvo para ser un nóma-
da eterno, y eso me gusta, por-
que quiere decir que tengo un
sitio al que puedo volver.
Supongo que hay ciertas
zonas vacías en mi interior
que intento llenar viajando,
porque de otra manera me
volvería completamente loca.
Recuerdo mi infancia
como algo que hacía frente
a los aspectos más obvios de
la realidad. Yo era la niña
que se imaginaba el paso del
verano al otoño como una lu-
cha entre gigantes de fuego
y viento, o me sentaba a la
orilla de la barda de mi casa
preguntándome por qué tenía
que vivir en mi cuerpo y no en
el de cualquier otra persona.
Yo era la niña que se interro-
gaba una y otra vez sobre el
misterio del amor, cómo era
posible que la gente se quisie-
ra, qué había qué hacer, cómo
funcionaba, si era tan sencillo
como inscribirte a clases de
natación o un curso en línea
de computación.
Ahora que soy adulta y re-
cuerdo aquellas tardes infi-
nitas de dilemas infantiles y
ociosa inocencia, me sigo pre-
guntando lo mismo.
Toda mi vida he vivido en
la misma ciudad. Una ciudad
en donde la vida está llena de
color. El sol sale por la maña-
na de color naranja y se mete
por la noche con tonos morados
y rosados. Vivo en un lugar en
el que las calles están llenas
de aire; en el que abundan las
plantas desérticas, pero tam-
bién la sierra rodeada de pinos
piñoneros. En mi ciudad hay
seres humanos con la piel arru-
gada y el cabello gris, gente
que se sienta por horas frente
a la puerta de su casa en una
mecedora a tomar el sol.
Vivo en la ciudad de la eter-
na primavera, de los resbala-
dores gigantes, del hogar de
las mariposas monarcas. Vivo
en Saltillo, ciudad de flores y
de ferias callejeras que, entre
sus montañas y sol, alberga el
grandioso espectáculo de la
vida.
He viajado a más de 10 paí-
ses, más de 30 ciudades. Los
que nos fuimos ya tenemos el
corazón en muchas geogra-
fías, en muchas otras perso-
nas, en muchas otras cultu-
ras y hábitos incomprendidos
para los que se quedan.
Pero no es de irme de lo
que quiero hablar hoy. Es de
volver. De volver a casa. De
la vida después de la vida en
otro lugar.
De todos mis viajes, siem-
pre volví con muchas ganas a
mi ciudad. Volver es como sal-
tar al vacío: una necesidad.
Volver a casa es volver a
uno mismo, es un reencuentro
entre la persona que se fue de
viaje y la que nunca se fue.
Saltillo me ha visto cami-
nar a paso lento por sus calles
buscando preguntas, a veces
sin respuestas.
Una ciudad no necesita ser
15
SALTILLO 441 JULIO 2018
turística ni cosmopolita para
que uno se enamore de ella.
Tampoco ocupa tener mar ni
montañas que la adornen.
En los días en los que me ago-
bias tanto, trato de verte desde
otros ángulos para comprobar
que aún tienes ese algo que me
hace estar aquí. Algunas veces
lo logro y termino caminando a
casa con una sonrisa, como si
estuviera viajando sin viajar,
observando lo cotidiano con
nuevos ojos.
Volver al hogar es contem-
plarlo con nuevos ojos. No es
fácil. Cuesta un poco. Sobre
todo mucha suerte. Es enton-
ces cuando al fin lo compren-
des todo.
¡Feliz cumpleaños, Saltillo!
Y que los años que estén por
venir sean cada vez mejores.
Sofía Guerra
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Barullo y sabor

PERCEPCIONES DE
SALTILLO
La ciudad se distingue
por el color de sus calles,
su gastronomía, su gente,
pero hace falta hablar
de libertad, diversidad,
tolerancia y ecología

M
e gustan sus
espacios
abiertos
con árboles,
sobre todo
las plazas
que conservan los mezquites
milenarios, escuchar el sonido
del follaje con el viento frío o
hirviente. El río de gente en la
calle Pérez Treviño y sus cá-
tedras de moda que abren el
abanico de creatividad perso-
nal con sus ropajes, peinados
y bisutería; puedo demorarme
al verlas avanzar por las ban-
quetas, mientras se escucha el
transporte público. La Alameda
y su biblioteca pública. Los mer-
cados de fines de semana como Claudia Luna Fuentes
el Mercado de la Madre, donde Los poemas y trabajos
hay barullo y música que itine- servido en Il Jardiano. mantenimiento costoso. Huer- visuales de Claudia Luna
ra con hombres y sus guitarras. Le falta un buen desfile del tos públicos que se sumen a los Fuentes se inspiran en la
La Librería Carlos Monsiváis. Día de la Diversidad Sexual, jardines para que comprenda- naturaleza cercana (bosque
Me gusta la gastronomía, desde para que dejemos de vivir des- mos que de la tierra comemos y desierto).
lo más sencillo y nutritivo has- de el ocultamiento, y ganemos y porqué se debe mantener li- En propuestas recientes,
ta lo más elaborado: los puestos en inteligencia y libertad. Más bre de desechos contaminan- aborda la relación del
ambulantes con frutas que dan reconocimiento de la inmigra- tes. Un Mercado Juárez más hombre con el agua, con
colorido y sabor mientras salpi- ción y menos racismo. Le falta cuidado. El uso de agua trata- resultados que dejan ver su
can la arquitectura. Los tacos que regrese Montero Cocina da como una costumbre. Bra- interés en la interacción de
de Los Pioneros que lleno de Rústica con el insuperable pas- zos de los arroyos de la Sierra lo social, ética y espiritual.
salsas diversas y cebolla con tel delgado de chocolate. de Zapalinamé libres de con-
chile habanero. El ceviche del Puede tener una ciclovía creto y limpios.
desierto de Don Artemio con que funcione. Jardines con Claudia Luna
un buen vino tinto. Cualquier plantas regionales para evitar
ensalada y un whisky muy bien consumos de agua excesivos y
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SALTILLO 441 JULIO 2018
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Verde y disfrutable

Saltillo,
¡Felices 441!
La ciudad vive un notable
crecimiento y no se puede aplazar
el tema de sustentabilidad
adaptarte a las nuevas tenden-
cias de desarrollo mundiales,
pero creo que te debes com-
prometer y tomar el asunto
más en serio, porque con tanta
expansión indiscriminada las
problemáticas urbanas pue-
den salirse de control y hay
mucho por corregir de déca-
das anteriores, cuando no ha-
bía ningún tipo de interés por
la sustentabilidad ni por la
ecología de las ciudades.
Fíjate que el otro día llovió
muy bonito un buen rato, des-
pués de muchos meses de se-
quía la lluvia se aprecia, pero
también hubo consecuencias
negativas: se inundaron ca-
lles, se descompusieron co-
ches, accidentes viales, casas
y locales comerciales inunda-
dos… Perdón que te regañe,
arroyos y luego viene el cóle-
ra, salmonela, tifoidea, e.coli.
No es por ser apocalíptica,
pero las cosas se pueden po-
ner feas.
Yo sé que en estos más de
400 años has pasado por mu-
cho: tiempos de bonanza y de
crisis, y que como quiera pase
lo que pase vas a seguir ade-
lante, pero en realidad creo
que no puedes aplazar el ser
más sustentable. Lo puedes ha-
cer para volverte más verde y
disfrutable o por mantener las
Mabel Zertuche
condiciones de tu infraestruc-
Garza
tura o por cuidar la salud de
tu población o para proteger Es arquitecta y urbanista
nuestros mantos acuíferos y de formación.
seguir teniendo agua. La ver- Me interesa todo lo que es
dad es que no queremos aca- diseño, desde pequeños
bar como Roma, racionando objetos hasta proyectos
el agua en 2017, o Cape Town de grandes escalas, pero

D
espués de mu-
cho tiempo sin
convivir tanto,
ahora nos vol-
vemos a reen-
contrar.
Me alegra ver que estás
creciendo, y ya no eres esa
ciudad pueblerina de hace al-
gunos años. Veo que ya eres
más que casitas y placitas
comerciales y que empiezas
a revalorar esos grandes te-
rrenos vacíos en medio de la
ciudad con propuestas más
arriesgadas, con distritos
densos de arquitectura inte-
resante, de renombre y hasta
¡con proyecto de paisajismo!
Me doy cuenta que quieres
hacer las cosas bien y quieres
pero es algo que te tienes que
atender, porque ya no eres un
pueblito y la situación sólo va
a empeorar.
Tienes que asegurarte de
que TODAS las construccio-
nes cumplan con sus áreas
de absorción, que los grandes
estacionamientos estén ado-
quinados sobre tierra y de
una vez por todas que cada
construcción tenga al menos
un árbol en la calle por cada
100 metros cuadrados de te-
rreno y no solo a futuro sino
a pasado, hacerlo retroactivo.
Con captación de lluvia, ca-
mellones y parquecitos inun-
dables y con calles limpias es
como puedes manejar el agua
de lluvia, porque si no vamos
a seguir con alcantarillas bo-
tadas, el drenaje por calles y
este año con la cuenta regre-
siva al Day Zero, cuando el
agua ya no salió de las llaves
de casas y negocios.
Saltillo, creo que debes
aprovechar lo bueno que tie-
nes y sacarle partido, espe-
cialmente a tu clima. ¿Cuán-
tas otras ciudades vecinas
te tienen envidia? Torreón,
Monclova, Monterrey, esas
ciudades son súper calientes,
donde sin aire acondicionado,
no sobrevives. Yo si fuera tú
haría que todo sucediera en
terrazas bajo la sombra de los
árboles, donde en noches de
verano ¡hasta suéter tienes
que llevar! También inverti-
ría más en el Centro, tan boni-
to y desaprovechado, y hasta
transformaría los Molinos del
Fénix en parque y centro cul-
sobre todo creo en la
arquitectura y el urbanismo
como activismo social para
mejorar nuestro entorno.
tural ¡antes de que se caiga
por completo!
Saltillo, en tu nombre lle-
vas agua, espero llegues a los
442 recordándolo y hacién-
dole honor a tus orígenes,
cuando la naturaleza y tú
coexistían con mayor equili-
brio y respeto.
Saludos desde Landín,
Mabel Zertuche Garza
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Ciudad eterna

AMOR
PLATÓNICO
D
e antemano te
pido una dis-
culpa por no
haber escrito
antes, pero he
A través del de admitir que
esa bonita costumbre es por
tiempo y la desgracia, ajena a mí.

distancia, la Mi mente prefiere el fo-

tograma. Retrato con ella
tierra natal se cada instante. Incesantes,
se refugian en un repertorio
transforma que conservo con la espe-
ranza casi perdida de algún
en memoria y día plasmarlo en un inmenso

espejismo lienzo que cobije eternamen-

te solitudes y diásporas.
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SALTILLO 441 JULIO 2018

De índole efímero, inútil-
mente procuro organizarlo.
Fluorescentes imágenes desti-
lan agudizando mi añoro. La-
berinto. Luz incandescente.
Busco de ti, encuentro.
Cierro los ojos y te veo con
una claridad confusa, en una
sinergia tal que me cuesta
distinguir si lo nuestro es
tuyo o mío, o nuestro.
Innumerables veces preci-
so describirte y, confieso, que
una bipolaridad insufrible me
aqueja al intentarlo. Y es que
te extraño tanto… que me ate- Daniela Hinojosa
rra que se vuelva un espejis- Sepulveda
mo tu memoria.
Tu desierto lo llevo siem- Es licenciada en Diseño
pre conmigo. Terregal de ale- por la UANE Saltillo. Vive
gría, lluvia escasa que abun- en Viena, Austria, desde
da, granizo colosal. Abrazo tu hace más de 10 años,
niebla e inundas mi sequía. desde entonces trabaja
Miro al horizonte. Monta- como Consultora para
ña. Que de humo negro vis- la Organización de las
tes los calores, desnudando Naciones Unidas. Colabora
los bosques de manzana. Me en distintos proyectos
dueles. de desarrollo para países
Ciudad eterna, te habito. en Asia Central, África y
Bajo mis pies yace un uni- América Latina.
verso darwiniano de innume- Actualmente es miembro
rables sorpresas. Visito tus electo del Consejo de
templos y admiro la poesía United Nations Women's
que el hombre ha moldeado Guild donde se desempeña
con sus manos. como presidenta de
Me gusta escucharte. His- Publicidad.
torias impalpables retratan el
vaivén de las horas. Mi sombra
te recorre y enraíza suculenta.
Bajar/Subir. Tu Centro.
Llegar a él. Caminar tus ban-
quetas desafortunadas. Escu-
char tu silencio. Y de pronto…
romperlo.
Un parloteo de cotorras al
caer la tarde sobre tu alame- Hoy te celebro. Universos
da. Voltear hacia arriba, muy de emociones me acompañan.
arriba y vislumbrar el ver- Cantemos y bailemos al uní-
de de sus alas. Te recuerdo sono. Deseo para ti un equi-
siempre. librio inmarchitable, que tu
Hacia el norte, hacia el cielo sea siempre intenso y tu
sur, viajar tus caminos y dis- gente tenaz y afable.
tinguir a lo lejos el rosa inten- Conserva eternamente la
so de tu flor de biznaga; como sabiduría de arropar lo inme-
una alfombra tejida con péta- morial, que tu esencia per-
los y espinas. Me pierdo entre dure y el progreso no suelte
tus hilos. Tejo tu nombre con nunca tu mano.
sueños irisados. Salí de ti pronto. Pero en-
Anhelo respirar tus en- traste en mí para quedarte
tornos. Disolverlos en café y siempre.
platicarlos por las tardes. Re- Escríbeme
cibir visita inesperada. Tras- Daniela Hinojosa
nocharla. Vivir cada día como
si fuera el ultimo. Festejar la
vida. Y después de la vida.
Lo que tú me diste no me lo
quita nadie.
22
SALTILLO 441 JULIO 2018

Ariel
Gutierrez

Nació en Saltillo, Coahuila,

en 1989. Cursó la
carrera de dirección en el
Centro de Capacitación
Cinematográfica donde
se recibió con honores. Ha
participado como crítico de
Territorio indescifrable

EN QUÉ
cine en numerosos medios,
entre los que destacan el
periódico Milenio, la revista
A veces novia celosa impresa El Fanzine, y el
blog digital Butaca Ancha.

CIUDAD
y caprichosa, otras Fue finalista en el Tercer
Concurso de Crítica
madre consentidora y Cinematográfica organizado
tierna, Saltillo es capaz por la Cineteca Nacional,

NACÍ
y actualmente colabora
de ofrecer su amor de como panelista en el
programa Mi Cine, tu Cine,
muchas formas del Canal Once. Su último
cortometraje, Los Tiempos
de Héctor, participó en el
71º Festival Internacional de
Cine de Cannes.

N
o sé bien cómo
comenzar esta
carta porque
cada vez sien-
to que te co-
nozco menos.
No sé bien en qué tono dirigir-
me hacia ti ni cómo llamarte.
La culpable de esto, desde lue-
go, tiene nombre y apellido: es
una chica linda y divertida a la
que conocí en el más mundano
de los miércoles. Su nombre
es M –la apodaré así porque
esa es la primera letra de su
nombre y en cierta medida la
letra le sienta bien–.
Hace tres años la conocí, bí-
blicamente, como a ella le gusta
decir. Desde ese momento, sa-
bía que no sería fácil verte. ¿Te
acuerdas? M y yo discutimos y
yo fui a llorarte. Tomé un gé-
lido camión de Futura y
tú me apapachaste. Y nos
emborrachamos. Pero me
tenía que regresar. ¿Sa-
bes cuánto me duelen las
despedidas?
No sabías que ya es-
taba enamorado de otra,
que había cambiado, que
ya no volvería. Sí, siem-
pre he creído que perte-
neces a un orden femeni-
no; a veces, hasta actúas como
una novia celosa y caprichosa.
¿Ya se te olvidó cómo te pusiste
cuando me fui a vivir a Monte-
rrey? A veces, también, como
una madre consentidora y tier-
na. ¡Los paseos de domingo por
la Alameda! La obsesión que
muchos hemos padecido por ti
–esa multicitada "saltillitis"–,
solamente puede obsequiarla
una amante fogosa.
Lo acepto: es casi imposi-
ble dejarte, aunque nunca he
entendido muy bien el por-
qué. No eres la más culta, ni
más la rica, ni siquiera la más
hermosa. Encima de todo, no
pudiste encontrar peor lugar
para morar: entre la belicosi-
dad lagunera y la pedantería
regiomontana.
Por esto, muchos de tus hi-
jos hemos nacido cabizbajos,
acaso algo acomplejados. No
se nos olvidan las burlas re-
gionales ni las deportivas: las
palabras hirientes de Edward
Hopper, la final perdida de
los Tigrillos y hasta aquella
infamia en los 70 contra los
charros de Jalisco. Tus hijos
hemos aprendido a cohabitar
con la mofa y a aceptar la dis-
creción como emblema.
Cuando viajo suelen pregun-
tarme en qué ciudad nací. Siem-
pre que contesto con tu nombre
se desata una confusión babe-
liana: ¿SAL-TELLO? ¿SALTÍO?
¿SAL…TINO? La mayoría de
las veces —dependiendo de mi
sentido del humor— termino
por contestarles que en reali-
dad soy de Monterrey. Me sien-
to, debo aceptarlo, casi siempre
culpable y suelo rectificar rápi-
damente mi error.
No los culpo, ni siquiera yo
recuerdo tu fecha de cumplea-
ños —¿hace 400? ¿500 años?—.
También olvidé el significado
de tu nombre –o creí olviarlo
por un momento–. ¿Y cuando
me preguntan sobre tu coci-
na? Suelo decir, no con poca
vergüenza, que la carne asada
es de tu creación. Tú y yo sa-
bemos, mejor que nadie, que
arrojar un trozo de carne a un
asador no requiere de la más
mínima ciencia y que eso hasta
las culturas más insípidas sa-
ben hacerlo bien. ¿Y los famo-
sos dulces de la calle Salazar?
Son ricos, pero en una olim-
piada gastronómica quedarían
fuera en la primera ronda.
No, tampoco eres la mejor
cocinera, pero hay cosas que
sabes hacer bien: muchos de
tus hijos cambiarían todo el
helado del mundo por el últi-
mo bocado de un pan Mena o
por una cucharada de arroz
(huérfano).
Sí, te he injuriado a ti y a
muchos de mis hermanos:
odio su moral victoriana, la
23
SALTILLO 441 JULIO 2018
miopía política y a sus vacas
sagradas. Odio el culto a tu
historia y hasta la suavidad de
tu acento.
Algo tienes de indescifra-
ble, lo sabes. ¿Cómo explicar
que a pesar de haber sido
tentado por los siete mares,
siempre regreso a ti? ¿Cómo
explicar, entonces, que me
despierte a mitad de la noche
escuchando el sonido de tus
trenes? ¿Cómo explicar que
tus atardeceres contaminen
el trajín de mis sueños?
No sé bien qué significa
esta carta. No es ni una re-
conciliación ni una disculpa.
Mucho menos una felicitación.
Es, supongo, una expresión de
mi más sincero amor.
Sí, he coqueteado con otras
–la chulería regiomontana, la
hechicería chilanga y la
excentricidad balcáni-
ca–, pero sabes que no
te cambiaría jamás. M lo
sabe y me mira con re-
celo a veces. Sabe que te
extraño y que te pienso.
Tú lo sabes: cada vez
que te visito y volteo hacia
tus ojos, ambos nos senti-
mos tranquilos, suspira-
mos y nos dormimos. Tú
lo sabes cada vez que visito esa
taberna del Centro que tanto
me gusta. O ese modesto local
de hamburguesas sobre Emilio
Carranza. O cuando paso por
la Doctores y todavía me lle-
ga el tufo de paella que hacía
mi abuela. O cuando veo a mi
abuelo, con su clásico semblan-
te cabreado, mirando a la raquí-
tica figura de Manuel Acuña. O
el queso color Chernóbil de las
conchitas de Victoria que me
transportan a otro tiempo. O la
meriendas de mis tías. O las pe-
das de vaqueros.
Sí, sabes que te amo aun-
que no haya sido ¿el hijo?, ¿el
amante? más fiel. Te consta mi
galanteo, pero estate segura de
que te adoro. No importa con
quién me haya metido, sabes
que cuando estoy contigo me
siento en paz. Sabes, tú más
que ninguna, cuánto te amo.
Ariel Gutiérrez
26
SALTILLO 441 JULIO 2018

poco mejor de dónde vengo. bíamos realmente pero era la

Y casi siempre empiezo así:
soy saltillense, mujer. Creo
que ahí hay una pista: mi ser
mujer no puede entenderse
sin ti, porque mi identidad de
género se construyó - al me-
nos durante los primeros 22
años de mi vida - a través de
una complicada relación con
lo que en Saltillo quiere decir
ser mujer, con lo que se espe-
ra de una mujer saltillense, y
con los numerosos discursos
que recibí de manera formal o
informal sobre mi género, mi
cuerpo y mi sexualidad.
Me acuerdo, por ejemplo, de
cuando estaba en la secunda-
ria Federico Berrueto Ramón
y las profesoras -particular-
mente quienes dirigían el ta-
ller de mecanografía y debían
idea general).
Varias conclusiones se des-
prendían de ese video educativo
y de la posterior conversación
entre profesoras y alumnas:
primero, que los hombres
siempre estaban interesados
en tener sexo, después: que las
mujeres que accedían a ello se
exponían a una vida de triste-
zas y tribulaciones. En ningún
momento hablamos del deseo
femenino (al parecer, las ganas
de tener relaciones sexuales en
la adolescencia eran sólo a ini-
ciativa de los hombres), de la
posibilidad de decir que sí y no
tener un embarazo siempre y
cuando se usaran anticoncepti-
vos, ni de la responsabilidad de
los varones en los procesos de
reproducción.

Soy saltillense, soy mujer

QUERIDO
SALTILLO enfrentarse a 80 adolescentes,
todas mujeres– decidieron
que era parte de su deber pro-
fesional hablar con nosotras
sobre sexo. En esa improvisa-
¿Qué significa ser da clase de educación sexual
discutimos una película, “Si
mujer en esta ciudad me Quieres, Demúestralo” o

del norte de México? algo así, que era una oda a la

Es necesario escuchar
a las saltillenses sobre
temas como educación y
educación a través del miedo.
Me impactó tanto que aún re-
cuerdo la historia: una chica
joven, soñadora, como cual-
quiera de quienes entonces
estábamos en esa clase, se

sexualidad enamoraba de un adolescente

S
de su edad. Él insistía en tener
sexo. Ella tenía miedo. Él de-
oy saltillense, mu- cía que si no accedía a tener
jer, los últimos 10 relaciones sexuales con él, iba
años de mi vida a terminar la relación. Ella
he sido migran- daba el sí. Como lógica con-
te, así que ahora secuencia, ella quedaba em-
que tengo 33 de barazada. Él huía y la dejaba
repente me dan muchísimas sola. Ella debía abandonar sus
ganas de contarme mi histo- estudios y sufrir por el resto
ria a ver si así logro saber un de su vida (bueno, eso no lo sa-
 27

SALTILLO 441 JULIO 2018

Esto es sólo un ejemplo,
pero recibí ese discurso tam-
bién a través de otras clases,
conversaciones, lecciones de
supuesta orientación vocacio-
nal. Me costó muchos años,
muchos kilómetros y muchas
experiencias entender que esa
educación sexual basada en
el miedo era algo que atenta-
ba contra mi autonomía, que
negaba mi humanidad, y que
restringía mis posibilidades
de goce y placer (¡la culpa es
un potente antiafrodisiaco!).
Cuando entré a la univer-
sidad, también aquí entre tus
calles saltillenses, recibí otra
lección importante sobre edu-
cación sexual, aunque esta
vez de manera informal y con
un enfoque distinto. Una de
nosotras estaba embarazada y
no quería tener al bebé. Otra
de nosotras dijo que había que
hablar con alguna otra de no-
sotras de alguna otra facultad.
Unas de nosotras nos habla-
ron de la posibilidad de abor-
tar usando misoprostol: era
seguro, era fácil, aunque era
considerado un crimen. Mu-
chas de nosotras sopesamos
las posibilidades, los pesos y
contrapesos, muchas de no-
sotras decidimos: muchas de
nosotras usamos misoprostol,
muchas de nosotras nos acom-
pañamos, muchas de nosotras
dimos información, abrimos
nuestras casas, compartimos
nuestras experiencias.
Era una radiopasillo muy
confusa en la que circulaba
información no siempre con-
fiable, mezclada con otra de
mejores fuentes: cuál era la
dosis adecuada, dónde con-
seguir las pastillas, quién ya
las había usado, etcétera. No
fue la mejor educación sexual
del mundo, pero fue una expe-
riencia importante dentro del
proceso de reapropiarnos, no
sin poco miedo, de un cuerpo
que nos pertenecía.
Yo sé, Saltillo, que este
es un tema polémico y hasta
peligroso entre tus habitan-
tes. Pero no creas que con
esta carta quiero convencer
a nadie de nada: yo sólo es-
toy contando mi experiencia
como saltillense, como mu-
jer. Es una lástima que estas
historias, que estoy segura
siguen ocurriendo en la ciu-
dad, tengan que contarse así:
con miedo, con vergüenza,
con anonimatos y silencios.
¿No estaría bien, quizás,
escuchar a tus habitantes?
¿escuchar qué quieren las
mujeres, cómo están siendo
educadas las adolescentes y
jóvenes, si las ideas que cir-
culan sobre la sexualidad y
la reproducción son respe-
tuosas de los derechos de tus
ciudadanas o si, por el con-
trario, son sólo un elemento
de control y disciplina? Oja-
lá pronto haya espacio para
este ejercicio de escucha, y
para que las saltillenses sean
mujeres que descubran otras
formas de ser humanas y li-
bres, otras formas de ser.

Natalia Flores
Es licenciada en economía por la UAdeC y maestra en Ciencias
sociales por FLACSO México. Experta en cuestiones de género,
ha trabajado en instituciones como El Colegio de México, la
UNAM, el Instituto Nacional de las Mujeres, Unicef, entre otras.
Actualmente realiza su doctorado en Sociología en la Universidad
de Pretoria.
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Lazo inquebrantable

UNA CARTA DE
AMOR
Caminatas, teatro,
escuelas, fiestas amigos,
libros; el afecto se forma
con buenos momentos,
pero también con el
aprendizaje que ofrece
la adversidad

D
esde el primer
momento que
te vi quedé im-
pactada por
tu belleza. No
hubo uno solo
de tus rasgos que no me pare-
cieran perfectos: tu historia,
cultura, las posibilidades de
un futuro a tu lado. Apenas
tenía 12 años y no puedo decir
a ciencia cierta si aquello que
sentí en esa mañana de invier-
no fue amor; pero sí sé que al
verte resplandecer en medio
del crepúsculo naranjoso, con
la brisa fría del invierno, tuve
la certeza de que necesitaba
verte al despertar cada ma-
ñana del resto de mi vida.
Estaba convencida de que
quería estar contigo, sin  im-
portar lo difícil que fuera o lo
mucho que tuviera que espe-
rar. Seis años después, conse-
guí vivir a tu lado. Y de veras
que entonces fui la mujer más
feliz del mundo. Atesoro cada
momento de aquellos prime-
ros días y, hasta la fecha, mi
corazón sigue vibrando cada
vez que te pienso.
Todo me hace feliz contigo:
visitar el teatro, una exposi-
ción. Caminar largas jorna-
das. Ir al teatro o a un baile.
Tomar un helado o una cerve-
za. Visitar una librería. Per-
noctar en alguna fiesta. Reír
a reventar. Cada momento,
sin importar que tan pequeño,
realmente es hermoso.  ta, todo lo cree, todo lo espera.
Pero no todo es siempre
alegría. Porque el amor es
una lucha. Es entrega. Es pa-
sión. Uno debe estar dispuesto
a ciertos sacrificios: un carác-
ter complicado, actitudes hos-
tiles de vez en cuando. Saber
cuándo iniciar una reyerta y
cuándo abogar por la paz.
Hay un momento en la vida
de todo enamorado que el en-
canto se rompe y la realidad
nos golpea con la crudeza
del verdadero significado de
estar juntos para siempre.
Implica los buenos y los ma-
los días. El entusiasmo de un
nuevo proyecto y el mal sabor
de un fracaso.  La desbordan-
te alegría y el caos inminente
donde todo parece ir a deriva.
Pero el amor todo lo sopor-
De nada sirve amar cuando
las cosas marchan bien. El
verdadero amor consiste en
afrontar cada adversidad y
mantenerse juntos para con-
quistar un sueño. El amor es
crecer juntos, tal como lo he-
mos hecho todos estos años.
Gracias por todo lo que me
diste. Por cada momento de
felicidad que vivimos y por
cada aprendizaje, aunque fue-
ra doloroso. 
Espero ser recíproca y que
lo mucho o poco que haga por
ti te ayude a crecer, a ser más
fuerte y a que otros puedan
ver lo maravilloso que eres.
No tengo con que pagarte todo
lo que has hecho por mí, sólo
con mi profunda admiración y
mi amor eterno.
Ahora sé, que aunque en
algún momento debamos se-
pararnos, mi corazón siem-
pre estará atado a ti.
Te amo para siempre, mi
Saltillo.
Siempre tuya: Aida.
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SALTILLO 441 JULIO 2018

Aida
Sifuentes

Es originaria de Sabinas,
Coahuila. Egresó de la
Facultad de Ciencias de
la Comunicación de la
Universidad Autónoma de
Coahuila y actualmente
estudia Ingeniería Civil
en la misma universidad.
Colaboró en el Centro
Cultural Vito Alessio Robles
como correctora de estilo, y
se ha desempeñado como
periodista cultural. Es
ajedrecista profesional y
lectora por vocación.