4 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Reescribe la prehistoria un científico danés vía ADN
Por CARL ZIMMER
COPENHAGUE — Eske Wi-
llerslev, un genetista danés que
fue uno de los pioneros del estu-
dio del ADN antiguo, continúa
encabezando los esfuerzos por
reconstruir los últimos 50 mil
años de la historia humana.
Sin embargo, la suya es una
empresa que en ocasiones in-
cursiona en terreno cultural-
mente delicado.
Por ejemplo, cuando intentó
publicar en el 2010 sus hallaz-
gos sobre un trozo antiguo de
cabello australiano que había
estudiando con el permiso del
pueblo aborigen actual, Willer-
slev se quedó impactado al ente-
rarse de la historia poco ética de
la investigación étnica realiza-
da en ese País. Los anatomistas
victorianos, por ejemplo, habían
saqueado los emplazamientos
funerarios y se habían llevado
huesos para colocarlos en mu-
seos. Años de explotación de
esta índole habían dejado a mu-
chos aborígenes australianos
recelosos de los científicos.
Hoy, los genetistas que de-
sean estudiar el ADN aborigen
necesitan obtener el consenti-
miento no sólo de los donado-
res, sino de las organizaciones
comunitarias.
La evidencia arqueológica
muestra que los humanos llega-
ron a Australia hace por lo me-
nos 50 mil años. Los científicos
tienen mucho de preguntarse si
los aborígenes en el continente
hoy son descendientes de esos
primeros colonizadores (y no
Supera pico andino al Monte Everest
Por ELI ROSENBERG
Hazte a un lado, Everest.
Los científicos afirman que de
acuerdo con una medición, el
pico más alto del mundo en rea-
lidad es el Monte Chimborazo,
en Ecuador.
La cumbre del Chimborazo,
un volcán inactivo en los Andes,
se eleva unos 6 mil 250 metros
sobre el nivel del mar, mucho
menos que los renombrados
8 mil 848 metros del Everest.
Pero es otra historia cuando
Eske Willerslev, director del Centro de GeoGenética en
la Universidad de Copenhague, lidia con sensibilidades
culturales al investigar la historia genética humana.
de personas que llegaron más
tarde). Los hallazgos de Wi-
llerslev indicaron que lo eran.
Él y sus colegas publicaron el
primer genoma de un aborigen
australiano.
Willerslev dice que en una
ocasión mostró con orgullo una
la medición se realiza desde el
centro de la Tierra: el ápice del
Chimborazo se eleva una ma-
yor distancia, unos 6 mil 400
kilómetros, mientras que el del
Everest ni siquiera figura entre
los primeros 20 en la lista.
Esto se debe a que, aunque la
Tierra no es plana, tampoco es
una esfera perfecta.
El planeta se achata en los
polos y se abulta ligeramente
alrededor de su cintura, vol-
viendo su radio unos 21 kiló-
LAERKE POSSELT PARA THE NEW YORK TIMES
colección de antiguos cráneos
daneses a nativos americanos
que visitaban su laboratorio,
sólo para descubrir que ver
aquello los consternó.
“’¿Cómo puede tratar así a
sus ancestros, tan irrespetuo-
samente?’”, recuerda que le
metros mayor en el ecuador
terrestre. El Chimborazo se
encuentra cerca del ecuador,
pero el Everest yace en latitud
28 grados norte, casi una terce-
ra parte de la distancia al polo.
En un ascenso reciente para
conmemorar el 280 aniversario
de una misión del aventurero
Charles Marie de La Condami-
ne, un equipo encabezado por
el Instituto de Investigación
por el Desarrollo, de Francia,
encontró que el Chimborazo
preguntaron.
Sus invitados le ayudaron a
ver la forma tan diferente en
que él, como europeo, aborda la
historia. Debido a esto y a su ex-
periencia australiana, ha cam-
biado la forma en que investiga
el DNA de personas indígenas.
“He evolucionado”, dijo.
Como director del Centro de
GeoGenética en la Universidad
de Copenhague, Willerslev, de
44 años, ha enriquecido nuestra
comprensión de la prehistoria.
Fue Willerslev quien encabezó
el esfuerzo que llevó a la prime-
ra secuenciación exitosa de un
antiguo genoma humano, el de
un groenlandés prehistórico.
Willerslev y sus colegas ex-
trajeron ADN de un mechón de
cabello de 4 mil años que fue en-
contrado en los 80s, y emplea-
ron nuevos métodos potentes
para reconstruir el genoma del
groenlandés.
El cabello resultó ser de un
varón. Tenía sangre A positivo
y una predisposición a la calvi-
cie. Pero lo más interesante era
que sus genes contenían pistas
sobre la historia de Groenlan-
dia y de los miembros de la et-
nia inuit que hoy viven allí.
“Pudimos ver que estos
hombres no eran los ancestros
directos del pueblo inuit”, dijo
Willerslev. En lugar de ello, el
antiguo groenlandés pertene-
ció a un grupo diferente: los
paleoesquimales.
Analizando el antiguo geno-
ma, Willerslev y sus colegas
concluyeron que los paleoes-
ANDY ISAACSON PARA THE NEW YORK TIMES
era unos 4.5 metros menos alto
que lo que se creía, pero reafir-
mó su estatus como la montaña
más alta medida desde el cen-
tro de la Tierra.
Comprueba ‘segunda piel’ éxito
en el combate contra las arrugas
Por GINA KOLATA
La idea suena como una fan-
tasía: una película invisible
que puede ser aplicada sobre
la piel y le brinda la elastici-
dad de la juventud. Las bolsas
bajo los ojos se esfuman en
segundos y desaparecen las
arrugas.
Los científicos en la Univer-
sidad de Harvard y en el Ins-
tituto Tecnológico de Massa-
chusetts han descubierto que
no es ninguna fantasía. En un
reporte reciente en la revista
Nature Materials, los inves-
tigadores dijeron que una
“segunda piel” compuesta de
químicos comunes y declara-
da libre de peligros por parte
de la Dirección de Alimentos
y Medicamentos de Estados
Unidos (FDA) puede lograr
eso —y en estudios pequeños
realizados nadie ha reportado
irritación o reacciones alérgi-
cas hasta la fecha.
Las bolsas bajo los ojos son
sólo el comienzo. Puede empa-
par la película con filtro solar
y protegerse sin preocuparse
de que se caiga con el sudor
o el agua, dijeron los investi-
gadores. Esperan que pueda
usarse para tratar eczema,
psoriasis y otros padecimien-
tos de la piel al cubrir áreas
secas e irritadas con una pe-
lícula que humedece y alivia.
Los químicos son siloxanos
—su forma básica es un átomo
de oxígeno unido a dos áto-
mos de silicio— que forman
polímeros, cadenas largas de
unidades repetitivas. Los in-
vestigadores idearon un pro-
ceso de dos pasos. Primero, se
aplica un polímero, un líquido
transparente. Sin embargo,
sus cadenas no son muy fuer-
tes, así que el siguiente paso
es aplicar un producto que las
une. Los investigadores pue-
den alterar las propiedades
de la segunda piel, haciéndola
Estudios arrojan que segunda piel químicamente manufacturada no presenta riesgos.
quimales migraron de Sibe-
ria hace unos 5 mil 500 años y
perduraron siglos en Canadá y
Groenlandia antes de desapa-
recer. Los paleoesquimales no
eran los ancestros de los inuits
de hoy: fueron reemplazados
por ellos.
También fue la investigación
de Willerslev la que reveló un
vínculo inesperado entre los
europeos y los nativos ameri-
canos.
Mucha evidencia indica que
los nativos americanos origi-
naron de una población en al-
guna parte de Asia hace más de
15 mil años. En busca de pistas
sobre esa población fundado-
ra, el centro de Willerslev exa-
minó un hueso de 24 mil años
enterrado cerca de un poblado
llamado Mal’ta en la parte este
de Siberia.
Naanasa Raghavan, investi-
gadora en el centro de genética,
descubrió algo de ADN en los
restos. Pero los genes parecían
pertenecer a un europeo del
norte, no a un asiático del este.
“Lo dejé pendiente porque
pensé que estaba completa-
mente contaminado”, dijo Wi-
llerslev de la investigación.
Después de que él y sus co-
legas desarrollaron métodos
más potentes para analizar
ADN, Raghavan y su equipo re-
tomaron el ADN de Mal’ta. No
estaba contaminado: en lugar
de ello, era un genoma comple-
tamente inesperado.
Partes del genoma del chico
se asemejaban mucho al ADN
La cumbre
del Monte
Chimborazo
se ubica
a unos 6
mil 400
kilómetros
del centro
de la Tierra.
Entonces, ¿por qué recibe el
Everest toda la gloria? Todo
tiene que ver con lo que implica
el ascenso.
Escalar el Everest típica-
más o menos permeable. Una
segunda piel más permeable
podría utilizarse para las bol-
sas de los ojos, mientras que
una menos permeable podría
mantener a un medicamento
en su lugar. Se le puede retirar
con una solución que disuelve
el polímero.
La investigación fue finan-
ciada por Living Proof, una
pequeña compañía privada
de biotecnología, y el produc-
to está siendo desarrollado
por otra pequeña compañía
privada, Olivo Laboratories,
propietaria de las patentes.
El reporte describe la pri-
mera prueba del producto con
170 participantes. Los investi-
gadores dicen necesitar más
datos antes de comercializar-
lo.
“Creo que es brillante”, dijo
Película trataría
psoriasis y bolsas
bajo los ojos.
Gordana Vunkaj-Novako-
vic, profesora de ingeniería
biomédica en la Universidad
de Columbia, en Nueva York,
quien no estuvo involucrada
en la investigación. “Lo que
han hecho es diseñar un bio-
material hábil que recapitula
las propiedades de la piel jo-
ven y saludable. Pueden utili-
zarlo como un tipo de apósito
sobre piel vieja y obtener re-
sultados muy significativos”.
La idea de una segunda piel
se originó hace más de una dé-
cada, cuando R. Rox Ander-
son, profesor de dermatología
en la Escuela de Medicina de
Harvard, fue contactado por
Living Proof, que había esta-
OLIVO LABORATORIES; DERECHA, MELANIE GONICK/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES
SÁBADO, MAYO 28, 2016
de antiguos europeos, pero
más se asemejaban al de los
nativos americanos.
“Fue realmente revelador”,
dijo Willerslev. “Este individuo
no tiene nada qué ver con los
asiáticos del este. Tiene algo
que ver con los europeos y con
los nativos americanos”.
Parece ser que el chico de
Mal’ta perteneció a una anti-
gua población diseminada por
Asia hace 24 mil años. Ellos
entraron en contacto con una
población de Asia del este en al-
gún momento, y los miembros
de los dos grupos tuvieron hijos.
Los nativos americanos son los
descendientes de esos hijos.
El pueblo mal’ta no está em-
parentado con los asiáticos que
hoy viven allí. Pero antes de
desaparecer, también pasaron
su ADN a los europeos. Inves-
tigación posterior reveló la ru-
ta que tomaron esos genes de
Asia a Europa.
Willerslev y sus colegas tam-
bién hallaron ADN tipo mal’ta
en nómadas de la era del bron-
ce, llamados yamnaya, que
vivieron hace 4 mil 300 a 5 mil
500 años en lo que hoy es el su-
roeste de Rusia y que hace 5 mil
años se expandieron a Europa.
Willerslev ha renunciado a
su creencia inicial de que los
principales grupos de pueblos
en diferentes partes del mundo
tenían historias genéticas se-
paradas en términos genera-
les. “Estos resultados dejaron
claro que esta imagen simplifi-
cada no es la verdad”, dijo.
mente requiere una caminata
de 10 días hasta el campamen-
to base, seis semanas para acli-
matarse, y un ascenso de 7 a 9
días a la cima. Subir al Chimbo-
razo puede tomar unas dos se-
manas, con un ascenso de uno
o dos días tras aclimatarse, de
acuerdo con Todd Burleson,
presidente de Alpine Ascents
International, una compañía
de alpinismo con sede en Sea-
ttle, Washington.
“No me malinterpreten, yo
no menospreciaría a esa mon-
taña”, dijo. “Es un excelente
campo de entrenamiento para
las montañas grandes”.
do trabajando en un polímero
para usarse como un producto
para el cabello.
¿Por qué no podría haber un
polímero para aplicarse a la
piel?, preguntó Anderson a los
ejecutivos de la compañía. ¿Y
si hubiera una forma de res-
taurar la naturaleza elástica
de la piel?
Anderson enumeró lo que
se requeriría: “Tiene que ser
prácticamente invisible. La
piel tiene que poder respirar
a través del material. Y ne-
cesita ser lo suficientemente
resistente y elástica para real-
mente afectar la retracción de
la piel”.
Robert Langer, ingeniero
biomédico en MIT y funda-
dor de Living Proof, empezó
a buscar algo que funciona-
ra. “Estábamos buscando
adherencia, untabilidad, se-
guridad y la clase correcta
de propiedades mecánicas y
ópticas”.
La “piel” puede durar más
de un día. Una de las prime-
ras aplicaciones, dijo Barba-
ra A. Gilchrest, miembro del
equipo de investigadores, fue
en las bolsas de los ojos, una
condición que aqueja a mu-
chas personas de mediana y
mayor edad. Otro uso es como
tratamiento para eczema y
la piel seca que acompaña al
envejecimiento. “Decimos a
la gente que aplique fomentos
húmedos a la piel y se ponga
humectante fuerte, pero eso
sólo dura poco tiempo”, dijo
Gilchrest.
Mathew Avram, un colega
de Harvard que no está aso-
ciado con la compañía o su
producto, dijo que había hecho
la prueba con la segunda piel,
colocándosela bajo los ojos.
“Sí funciona”, dijo. “Pero fue
un poco deprimente, porque
no estaba consciente de tener
esas bolsas”.