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Fernando Molina
UPV-EHU*
Alejandro Quiroga
Newcastle University
«¿Hay alguien que tiene dudas de que España, sus regímenes, sus Gobiernos, sus
medios, el mundo intelectual, han intentado no solo humillar a Cataluña sino destruirla
como entidad nacional?», se preguntó, en diciembre de 2013 el historiador Jaume Sobre-
qués, antiguo político del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), en la ceremonia
de clausura del simposio «Espanya contra Catalunya».1 Ante la falta de objeciones del
público, Sobrequés gritó emocionado: «¡Viva la historia rigurosa que nos guía hacia la
independencia!».2 Las palabras de Sobrequés en este evento organizado por el Depar-
tament de Presidència de la Generalitat de Cataluña son un buen ejemplo del discurso
oficial de un catalanismo que en el año 2012 abrazó los postulados independentistas.3
Este discurso concebía a la nación catalana como víctima histórica de España y fomen-
taba una narrativa dicotómica que presentaba a Cataluña como incompatible con España
para justificar la secesión.
El relato de la incompatibilidad entre Cataluña y España alcanzó una posición hege-
mónica desde principios de la década de 2010. Sin embargo, la mayoría de los catalanes
siguieron manifestando identidades duales por las que se vinculaban afectivamente a
Cataluña y a España.4 En Cataluña, las narrativas mono-nacionales convivieron con
*
Este artículo se enmarca en la actividad del Grupo de Investigación IT-708-13 del Gobierno Vasco y
el proyecto MINECO HAR2014–51956-P. Agradecemos a Martín Alonso su amable revisión de este texto.
1
El País 15-12-2013. Jaume Sobrequés fue uno de los redactores del anteproyecto de Estatuto de
Autonomía de Cataluña, el Estatut de Sau, de 1979. Militante del PSC desde 1982, fue diputado en el
Parlamento catalán entre 1988 y 1992. Se dio de baja del PSC en 2010, para apoyar a Artur Mas.
2
El País 15-12-2013.
3
Las actas de dicho congreso fueron publicadas en AAVV, Vàrem mirar ben al lluny del desert.
Actes del simposi: Espanya contra Catalunya: una mirada històrica (1714-2014) (Barcelona: Generalitat
de Catalunya, 2015).
4
Los datos en las encuestas periódicas del Centre d’Estudis Opinió (CEO) en http://www.ceo.gencat.
cat/ceop/AppJava/pages.
52 el proceso separatista en cataluña
formas de identificación plural. En los últimos años, pues, se ha dado una cierta con-
tradicción entre cómo han experimentado los catalanes sus identidades nacionales y la
hegemonía adquirida por el relato catalanista/independentista en el espacio público. El
objetivo de este capítulo es estudiar esta contradicción entre la existencia mayoritaria
de identidades nacionales duales (catalanas y españolas) y el surgimiento de un discurso
independentista hegemónico.
La existencia de identidades duales puede explicarse a través del análisis de los
proyectos de nacionalización contrapuestos que han tenido lugar en Cataluña. Desde
principios de la década de los ochenta del siglo xx, los gobiernos catalanes y españoles
promovieron una serie de narrativas nacionales y políticas nacionalizadoras opues-
tas. Además, se dieron procesos nacionalizadores contrapuestos fuera de los ámbitos
gubernamentales. Familia, amigos, clubes deportivos, asociaciones culturales y algunos
medios de comunicación actuaron como instituciones alternativas a las oficiales en un
proceso de nacionalización «desde abajo». Este trabajo analiza los procesos de nacio-
nalización desde arriba y desde abajo en Cataluña entre 1980 y 2015.
Sustentamos nuestro análisis en dos propuestas teóricas. La primera es la de las
tres esferas de la nacionalización. La esfera pública es aquella en la que actúan las
instituciones oficiales, ya sean estatales o subestatales. Las agencias nacionalizadoras
que operan en ellas son el sistema educativo, el servicio militar y los servicios públi-
cos, como correos, la judicatura y los transportes. La esfera semipública es aquella en
la que actúan instituciones privadas colectivas, como partidos políticos, sindicatos,
asociaciones culturales, religiosas, deportivas, movimientos sociales y organizaciones
no gubernamentales. Por último, la esfera privada abarca las amistades y el entorno
familiar del individuo.5
Una segunda propuesta es estudiar una identidad nacional en tanto que «experiencia
narrativa», como una historia que es contada por todo tipo de actores, individuales y
colectivos, en las esferas citadas, y que vincula al individuo con la nación.6 Esto conlleva,
por último, comprender la naturaleza histórica de los procesos de nacionalización, para
lo que proponemos el concepto de «renacionalización». Una vez logrado un nivel gene-
ralizado de identificación nacional de los individuos todo lo sucedido posteriormente
es un proceso de sucesivas y competitivas renacionalizaciones.
La tesis que sostenemos es que la identidad española disminuyó gradualmente
su presencia en las esferas públicas, semipúblicas y, en menor medida, privadas en
Cataluña en el periodo 1980-2015. Este proceso vino marcado por una conjunción de
factores históricos, desde el paulatino retraimiento político de una parte de la población
5
Quiroga, Alejandro, «La nacionalización en España. Una propuesta teórica», Ayer, núm. 90-2
(2013), pp. 17-38.
6
Archilés, Ferran, «Lenguajes de nación. Las ‘experiencias de nación’ y los procesos de naciona-
lización», Ayer, núm. 90-2 (2013), pp. 91-114.
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 53
de origen inmigrante, al hecho de que el PSC estuviera dirigido por una elite cercana
a postulados catalanistas. A estos factores, hay que sumarles la creciente fortaleza de
la Generalitat y la debilidad nacionalizadora del Estado, que aumentó con la crisis
económica de 2008. En este marco, el movimiento independentista puede interpretarse
como el fruto del éxito de un proceso de nacionalización de masas liderado desde las
instituciones autonómicas. No obstante, este trabajo también aborda los límites de las
nacionalizaciones verticales como procesos de ingeniería social y resalta la importancia
del contexto histórico a la hora de determinar el éxito social de las narrativas nacio-
nalistas. Este capítulo está dividido en dos partes. La primera analiza los procesos de
nacionalización desde la llegada al poder de Jordi Pujol en 1980 hasta el inicio de la
crisis financiera en 2007. La segunda parte investiga los procesos de nacionalización
durante la crisis económica, social y política de 2008 a 2015.
7
Alonso, Martín, «El síndrome de Al-Andalus: relatos de expoliación y violencia política», en
Casquete, J. (ed.), Comunidades de Muerte (Barcelona: Anthropos, 2009), pp. 23-25.
8
Ibidem.
54 el proceso separatista en cataluña
9
Vélez-Pelligrini, Laurentino, El estilo populista. Orígenes, auge y declive del Pujolismo (Bar-
celona: El Viejo Topo, 2003), pp. 144, 147, 164; 167-168, 209, 305-362, 371-373, 405.
10
Miley,Thomas J., Nacionalismo y política lingüística: el caso de Cataluña (Madrid, CEPC,
2006), pp. 359-410.
11
Alonso, Martin, El catalanismo, del éxito al éxtasis. Vol I: la génesis de un problema social
(Barcelona: El Viejo Topo, 2014), pp. 222-225.
12
Lo Cascio, Paola, Nacionalisme i Autogovern. Catalunya, 1980-2003 (Barcelona: Afers, 2008),
pp. 109-127.
13
Núñez Seixas, Xosé Manoel, «What is Spanish nationalism today?», Ethnic and Racial Studies,
núm. 24-5 (2001), pp. 722-724; Sepúlveda, Isidro, «El Estado de las Autonomías y los nacionalismos»,
en Javier Tusell (ed.), La Transición a la democracia y el reinado de Juan Carlos I (Madrid: Espasa, 2005),
pp. 562-563.
14
Núñez Seixas, Xosé Manoel, Patriotas y demócratas. El discurso nacionalista español después
de Franco (Madrid: Libros de la Catarata, 2010), pp. 18-20.
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 55
en la esfera pública. Desde principio de la década de los ochenta, los gobiernos de Jordi
Pujol utilizaron los medios de comunicación como herramienta clave en la transmisión
de estas narrativas. Durante los gobiernos de CiU, la Generalitat creó una red de medios
propios y subvencionados destinada a definir un «espacio catalán de comunicación» que
propagara las narrativas catalanistas. La operación fue un éxito: en la primera década del
siglo xxi, el Gobierno catalán controlaba cuatro canales de televisión y tres emisoras de
radio.15 Además, con el tiempo, la Generalitat pasó a subvencionar a la práctica totalidad
de los periódicos catalanes. En principio las subvenciones se realizaron para asegurar
la edición en lengua catalana, pero los vínculos económicos acabaron por garantizar
unos medios «dóciles y acríticos»16. De esta manera se construyó «un sistema mediático
autorreferencial y centrado en Cataluña que ayudase a disminuir la influencia de los
medios de fuera de Cataluña […] esto se entendió como un elemento clave en el proceso
de construcción nacional de Cataluña».17
La escuela también se convirtió en un campo de batalla en los procesos de naciona-
lización en la esfera pública. En 1983, la Ley de Normalización Lingüística estipuló que
el catalán debía convertirse paulatinamente en el idioma de instrucción, para que todos
los alumnos acabaran siendo competentes en la lengua vernácula. Esta regulación se
complementó con programas de «inmersión lingüística» en barrios castellanoparlantes
y con nuevas leyes de la Generalitat que, en 1992 y, de nuevo en 1998, convirtieron el
catalán en la lengua de instrucción de todos los colegios de primaria y secundaria. El uso
de la lengua vernácula como elemento de construcción nacional vino acompañado de la
creación de un temario de historia para primaria y secundaria con importantes connota-
ciones catalanistas. Los libros de texto que se aprobaron por parte del gobierno de CiU
presentaban una visión idealizada del pasado de los catalanes, a la vez que enfatizaban
15
En la primera década del siglo xxi, el conjunto de los canales públicos catalanes no superaban de
media el 20% de la audiencia total de los telespectadores. No obstante, los informativos de TV3 fueron
líderes destacados en el segmento de la transmisión de la actualidad. Por otro lado, además de Catalunya
Ràdio, Catalunya Informació y Catalunya Música, debe destacarse la creación de Com Ràdio (Diputación
de Barcelona) y de la red de emisoras locales La Xarxa con más de un centenar de integrantes. Al margen
del sector público, en el año 2000 se creó RAC1, emisora de radio que al poco tiempo se convertiría en
la cadena líder en Cataluña. En la segunda década del siglo xxi, esta emisora en catalán del Grupo Godó
tomó una posición mayoritariamente proindependentista ayudando a difundir entre muchos de sus oyentes
castellanohablantes posiciones favorables a la secesión.
16
Jones, Daniel E., «Pujol y la construcción de un espacio catalán de comunicación. Interacciones
entre instituciones políticas y empresas mediáticas (1980-2003)», Ámbitos, 16 (2007), pp. 499-524.
17
La cita de Josep A. Guimerá en http://www.lacalamanda.com/express/2105/josep-angel-guimera-
a-finals-dels-anys-noranta-i-primers-dos-mil-les-informacions-sobre-la-familia-pujol-ja-eren-habituals-a-
la-premsa-catalana [consultado el 29-06-2017). El sistema mediático catalán en Guimerà i Orts, Josep
Àngel, Les polítiques de mitjans de comunicació durant els governs de Jordi Pujol. Premsa, ràdio i televisió
en el procés de reconstrucció nacional de Catalunya (Barcelona: Proa, 2014) y García, César, «Strategic
communication applied to nation building in Spain: The experience of the Catalan Region», Public Rela-
tions Review, 39/5 (2013), pp. 558-562.
56 el proceso separatista en cataluña
18
Rivière, Aurora, «Envejecimiento del presente y dramatización del pasado», en Pérez Garzón,
Juan Sisinio (ed.), La Gestión de la memoria (Barcelona: Crítica, 2000), pp. 213-215.
19
Miley, Nacionalismo y política.
20
Alonso, El catalanismo, vol. I, pp. 167-173.
21
Quiroga, Alejandro, Football and National Identities in Spain (Basingstoke, Palgrave, 2013),
pp. 135-141.
22
Muro, Diego y Quiroga, Alejandro, «Spanish Nationalism: Ethnic or Civic?», Ethnicities, núm.
5-1 (2005), pp. 23-24.
23
Aguilar, Paloma y Humlebaek, Carsten, «Collective Memory and National Identity in the
Spanish Democracy», History & Memory, núm. 14-1/2 (2002), p. 154; Moreno Luzón, Javier y Núñez
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 57
Seixas, Xosé M., Los colores de la patria. Símbolos nacionales en la España contemporánea (Madrid:
Tecnos, 2017), pp. 386-393.
24
Muñoz, Jordi, La construcción política de la identidad española (Madrid: CIS, 2012), pp. 215-217.
25
Archilés, Ferran, «Nacionalismos y culturas políticas en España (c. 1975-2012)», en Manuel
Pérez Ledesma e Ismael Saz (eds.), Historia de las culturas políticas en España y América Latina (Madrid:
Marcial Pons, 2015), pp. 141-153.
26
Peris, Àlvar, «Nación española y ficción televisiva», en Archilés, Ferran y Saz, Ismael (eds.), La
nación de los españoles (Valencia: PUV, 2012), pp. 405-407.
27
Moral, Francisco, Identidad regional y nacionalismo en el Estado de las Autonomías (Madrid:
CIS, 1998); Núñez, Patriotas y demócratas, pp. 134-135.
28
Nussbaum, Martha C. y Walzer, Michael, Los límites del patriotismo. Identidad, pertenencia y
«ciudadanía mundial» (Barcelona: Paidós, 1999), pp. 19-20, 153-155.
58 el proceso separatista en cataluña
29
Hargreaves, John, Freedom for Catalonia? (Cambridge: CUP, 2000), pp. 58-95.
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 59
Los datos del Cuadro 1 nos dan una información valiosa sobre los procesos de nacio-
nalización desde arriba. La gestión de las nuevas competencias educativas transferidas
desde el Estado, la puesta en práctica de las políticas de ‘normalización’ lingüísticas
tuvieron una influencia directa en el aumento de las identidades exclusivas catalanas
entre 1980 y 2007. Pero la pervivencia de las identidades duales de un modo mayori-
tario puede explicarse, en parte, porque un porcentaje significativo de la población no
llegó a asumir de un modo completo los relatos de pérdida y de resistencia que eran
emitidos desde esos instrumentos nacionalizadores de la Generalitat. Las encuestas de
principios de los años noventa mostraban que sólo el 14,8% de los catalanes tenía una
noción correcta del significado histórico del 11 de Septiembre; mientras que sólo el
5,3% sabía quién era Rafael Casanova; y un mero 3% tenía un conocimiento amplio
de la Guerra de los Segadores. A la altura de 2001, menos del 40% de los catalanes
consideraban que Cataluña era una nación.30
La expansión del catalán tampoco significó un cambio radical en las identidades
nacionales. Desde principios de los años ochenta, la lengua vernácula se expandió por
todos los ámbitos de la vida pública, pero en 2008 el castellano todavía era la lengua
habitual del 45,9% de la población, mientras que el catalán lo era del 35,6%.31 En cierto
modo, algunos catalanes reaccionaron ante lo que consideraron un exceso de «ingeniería
social». Los datos de las encuestas muestran un repunte de las identidades españolas
desde mediados de los años ochenta, en lo que ha sido interpretado como una reacción
de los catalanes castellanoparlantes frente a lo que consideraron agresivas políticas
educativas y lingüísticas de la Generalitat.32 Así, los datos del Cuadro 1 muestran los
límites de los procesos de nacionalización desde arriba y refuerzan las investigaciones
que sostienen que la identidad familiar (especialmente la de los padres y las madres)
y el barrio o espacio local en el que se crece son factores fundamentales a la hora de
determinar los vínculos y lealtades nacionales de los individuos. Entre 1980 y 2007, la
esfera privada tuvo un papel nacionalizador importante y moderador de los procesos
de transmisión de identidad nacional en la esfera pública.33
30
González Calleja, Eduardo, «‘Bon cop de falç’. Mitos e imaginarios bélicos en la cultura del
catalanismo», Historia y Política, núm. 14 (2006), p. 159; Martínez-Herrera, Enric y Miley, Thomas
J., «The Constitution and the politics of national identity in Spain», Nations and Nationalism, núm. 16-1
(2010), p. 20.
31
El 11,9 % de los catalanes elegía ambos idiomas como lenguas habituales (Generalitat de Catalunya
2009 Enquesta d’usos lingüístics de la població 2008 (Barcelona: Institut d’Estadística de Catalunya, 44),
http://llengua.gencat.cat/permalink/f08fcd8f-5381-11e4-8f3f-000c29cdf219 [consultado el 05-07-2017].
32
Martínez-Herrera, Enric, «From nation-building to building identification with political com-
munities», European Journal of Political Research, núm. 41 (2002), p. 443.
33
Hierro, María Jesús, «Crafting identities in a multinational context: evidence from Catalonia»,
Nations and Nationalism, núm. 21-3 (2015), p. 479; Aspachs, Oriol, Clots, Irma, Costa, Joan y Maella,
Paolo, «Compulsory language educational policies and identity formation», Journal of the European Eco-
nomic Association, núm. 6-2/3 (2008), pp. 434-444.
60 el proceso separatista en cataluña
Fuente: Baròmetre d’Opinió Política. Centre d’Estudis d’Opinió. Los porcentajes han sido redondeados.
34
Los datos en las encuestas del Centre d’Estudis Opinió en http://www.ceo.gencat.cat/ceop/App-
Java/pages
35
Moreno, Luis, «An increase in those in Catalonia with an exclusive Catalan identity has
strengthened claims for secession from Spain», 13-10-2014, disponible en http://blogs.lse.ac.uk/europ-
pblog/2014/10/13/an-increase-in-those-in-catalonia-with-an-exclusive-catalan-identity-has-strengthened-
claims-for-secession-from-spain/ [consultado el 05-07-2017].
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 61
Fuente: Baròmetre d’Opinió Política. Centre d’Estudis d’Opinió. Los porcentajes han sido redondeados.
Bolaño, Toni, Extremo nordeste. La CUP: los últimos bolcheviques de occidente (Barcelona:
37
una salida cómoda para una elite política catalanista implicada en numerosos casos de
corrupción que había contribuido a exacerbar los efectos la crisis, sino que daba una
explicación sencilla a una situación económica y social muy compleja.38
Así, a la generalización de las figuras del «català emprenyat» [«el catalán enfadado
o cabreado»] y del «maltrato en la redistribución de la renta», que se habían generalizado
antes de la crisis, se vino a sumar la del «robo español» en el discurso público y en la
mentalidad de tantos catalanes de a pie. Esto reflejó la alineación de una parte sustan-
cial de la población en torno al encuadramiento narrativo (framing) del nacionalismo
catalán. El nacionalismo constituye un encuadre discursivo de la realidad política y
social, una forma de interpretar la sociedad, cómo esta se articula (y debe articularse)
políticamente y los acontecimientos que la marcan en el pasado y el presente.39 En
Cataluña, el discurso público de la identidad, tras tres décadas de reproducción institu-
cional, había logrado fijar ciertas percepciones como canónicas. En épocas pasadas la
idea de que España explotaba económicamente Cataluña fue ignorada por la mayoría de
catalanes. Al fin y al cabo, Cataluña era una de las comunidades autónomas más ricas.
La crisis económica, sin embargo, facilitó la conexión entre un sistema fiscal calificado
de injusto y los problemas derivados de la crisis. Una vez que la apuesta por un sistema
fiscal propio fue rechazada por el gobierno de Mariano Rajoy, el apoyo del Presidente
de la Generalitat, Artur Mas, a la secesión coincidió con un crecimiento de hasta diez
puntos de la opción independentista (ver Cuadro 3).
De la narrativa de la desposesión, ya prefigurada por el discurso institucional en
los años pujolistas y estandarizada en el eslogan de «España nos roba», se derivó una
figura que fue progresivamente cogiendo fuerza: la opresión política. En julio de 2010
el Tribunal Constitucional declaró parcialmente inconstitucional el nuevo Estatuto
aprobado por el parlamento catalán e invalidó su consideración de Cataluña como una
nación soberana. La decisión fue seguida de movilizaciones institucionales y de la opi-
nión pública que colocaron en la calle a cientos de miles de ciudadanos bajo el lema
«Somos una nación. Nosotros decidimos». La decisión del Tribunal Constitucional fue
interpretada por buena parte de la clase política y de la sociedad civil como un revés
para sus aspiraciones de autogobierno y como el último episodio de una larga historia
de desposesión de la identidad. Como se ve en el Cuadro 3, este fue precisamente el
momento en que muchos catalanes comenzaron a considerar la independencia como la
única opción política posible.
Resulta, por tanto, lógico que el relato oficial catalanista vinculara el proceso
secesionista a la sanción del texto estatutario en referéndum, en junio de 2006, el
Palgrave, 2005), pp. 28-33; Calhoun, Craig, «Nationalism and Ethnicity», Annual Review of Sociology,
núm. 19 (1993), pp. 214-216.
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 63
40
Alonso, El catalanismo, vol. III, pp. 18-33.
41
Alonso, Martín, El catalanismo: del éxito al éxtasis, vol. 2: La intelectualidad del proceso (Bar-
celona: El Viejo Topo, 2015), p. 325. Alonso se refiere al espectacular colapso de un túnel de metro bajo el
barrio popular del Carmel en Barcelona en enero de 2005, así como, unos días más tarde, por la denuncia
del cobro del 3% por parte de CiU en sesión parlamentaria hecha por Pasqual Maragall. El caso del Palau
de la Música Catalana estalló en 2009. El principal acusado, Félix Millet, reconoció haber facilitado la
financiación ilegal de CDC y afines durante casi dos décadas. El 9N fue el plebiscito civil, no vinculante,
auspiciado por Artur Mas y la Generalitat en noviembre de 2014.
42
Martínez-Herrera, «From Nation Building», pp. 429-30, 448.
64 el proceso separatista en cataluña
43
Martínez-Herrera y Miley, «The Constitution» p. 20.
44
La separación identitaria entre cargos políticos y ciudadanía en Cataluña en Martínez-Herrera,
Enric y Miley, Thomas J., «Identidad nacional y representación política: proyectos nacionales rivales
“desde arriba”», en Xavier Coller, Antonio M. Jaime y Fabiola Mota (eds.), El poder político en España:
parlamentarios y ciudadanía (Madrid: CIS, 2016), pp. 210-218; García, César, «Nationalism and public
opinion in contemporary Spain: The demobilization of the working-class in Catalonia», Global Media
Journal, 10/17 (2010), en http://www.globalmediajournal.com/open-access/nationalism-and-public-opinion-
in-contemporary-spainthe-demobilization-of-the-working-class-in-catalonia.php?aid=35296 [consultado
31-01-2017].
45
Centre d’Estudis Opinió http://www.ceo.gencat.cat/ceop/AppJava/pages
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 65
46
Billig, Michael, Banal Nationalism (Londres: SAGE, 1996).
47
Rodríguez, Emmanuel, Por qué fracasó la democracia en España (Madrid: Traficantes de
Sueños, 2015).
48
Kornetis, Kostis, «Is there a future in this past? Analysing 15M's intricate relation to the Tran-
sición», Journal of Spanish Cultural Studies, núm. 15-1/2 (2014), pp. 86-91; Martínez, Guillem (ed.),
CT o la Cultura de la Transición. Crítica de 35 años de cultura española (Barcelona: Debolsillo, 2012).
49
La narrativa aludida, impulsada por los gobiernos socialistas presididos por Felipe González y
continuada por los gabinetes de Jose María Aznar, en Balfour, Sebastian y Quiroga, Alejandro, España
reinventada. Nación e identidad desde la Transición (Barcelona: Península, 2007), pp. 154-156.
50
Lepsius, M. Rainer, «The nation and nationalism in Germany», Social Research, núm. 71-3
(2004), pp. 481–500; McEwen, Nicola, «State welfare nationalism: the territorial impact of welfare state
development in Scotland», Regional & Federal Studies, núm. 12-1 (2002), pp. 66–90.
66 el proceso separatista en cataluña
de 2008, una adhesión emocional a una nación española imaginada como comunidad
solidaria, con un potente servicio público de sanidad, educación y de pensiones.51. La
política de recortes impulsada primero por el PSOE y luego por el PP supuso un ataque
frontal a esa identidad española generada con el Estado de bienestar.52. De forma algo
paradójica, la imposición de políticas neoliberales para confrontar la crisis económica
terminó erosionando gravemente esa identidad española basada en un concepto de
solidaridad nacional generado por el Estado de bienestar.
La crisis económica incentivó una experiencia de dejación sentimental de España
en las clases populares al afectar gravemente a las narrativas nacionales que les dotaban
de identidad, canalizadas a través del metarrelato de la Transición, de ideógrafos como
«Europa» y «modernidad», y de la percepción de la «comunidad imaginada» a través
de las políticas del Estado de bienestar.
Sin embargo, nos gustaría introducir aquí como hipótesis complementaria la idea de
que el Estado de las Autonomías tuvo problemas propios a la hora de llevar a cabo una
nacionalización efectiva en los años de la crisis. Este, por su propio diseño institucional
y jurídico, de signo descentralizado, hizo más difícil llevar a cabo una estrategia unitaria
e integrada que hiciera posible una homogeneización efectiva. El Estado, al ceder buena
parte de los instrumentos de comunicación social a las comunidades autónomas, tuvo
más difícil la posibilidad de desarrollar una estrategia de acumulación de instrumentos
nacionalizadores, a la par que facilitó que ésta fuera adoptada por las comunidades
autónomas que competían con él, casi siempre por las competencias y en ocasiones en
el proyecto nacionalizador.53
Esto no significa que no haya existido un proceso renacionalizador español. No
cabe duda de que la producción y reproducción de identidades españolas en Cataluña
se dio de un modo claro también durante la crisis económica. Ahora bien, estos fenó-
menos se han producido en terrenos menos institucionales, en las esferas semipública
y privada. Se trató de una nacionalización informal, canalizada por los espacios de
ocio y sociabilidad, así como por el universo mediático instalado en Madrid. Un reflejo
de sus resultados fueron las celebraciones masivas de las victorias de la Selección
Española de Fútbol en el Mundial de 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012. En esos
51
Beramendi, Justo y Rivera, Antonio, «La nacionalización española: cuestiones de teoría y
método», en Félix Luengo y Fernando Molina (eds.), Los caminos de la nación. Factores de nacionalización
en la España contemporánea (Granada: Comares, 2017), pp. 23-24.
52
Ruiz, Antonia M., González-Fernández, Manuel T. y Jiménez, Manuel, «Identifying with
the Nation: Spain’s Left-Wing Citizens in an Age of Crisis», South European Society and Politics núm.
20-4 (2015), pp. 487-508.
53
Molina, Fernando, «El camino de la secesión. Nacionalización de masas e independentismo,
1975-2017», en Sepúlveda, I. (ed.), Nación y nacionalismo en la España de las autonomías (Madrid:
CEPC, 2018) en prensa.
¿una fábrica de independentistas? procesos de nacionalización en cataluña (1980-2015) 67
Conclusiones
Desde principio de los años ochenta se dieron en Cataluña dos procesos de nacio-
nalización contrapuestos que reprodujeron identidades catalanas y españolas en las
esferas publica, semi-pública y privada. Los nacionalistas catalanes promovieron
relatos de pérdida y resistencia, mientras que los españoles impulsaron narrativas de
modernidad y democracia. Estas narrativas patrióticas han variado poco con el tiempo,
pero su impacto ha dependido en gran medida del contexto histórico. Así, la idea de
que España explotaba al pueblo catalán tuvo poco calado antes de la crisis económica,
pero alcanzó un sentido mucho más potente tras el año 2008. Del mismo modo, los
mitos nacionales españoles de la transición ejemplar y la modélica Constitución del
78 se vieron cuestionados debido al cambio de escenario político y social que produjo
la crisis económica.
54
Quiroga, Football and National Identities in Spain, pp. 152-153.
55
Peris, «La nación española», pp. 239-242.
56
Roman, David, «Catalan Network TV Reflects Separatist Fervor», Wall Street Journal, núm. 8-1
(2014).
68 el proceso separatista en cataluña
la nación catalana». 57 Y es que tanto los Gobiernos catalanes como los españoles han
utilizado instituciones clásicas estatales para nacionalizar a la población de Cataluña.
Desde un punto de vista académico, quizás va siendo hora de dejar de considerar a
Cataluña como una nación sin Estado y empezar a analizarla como un territorio en el
que de facto actúan dos Estados con programas nacionalizadores contrapuestos y, desde
el año 2012, con proyectos de futuro antagónicos.
Guibernau, Montserrat, «Images of Catalonia», Nations and Nationalism, núm. 3-1 (1997), p. 94.
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