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:¡ 262 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
.·::;
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adquiere un pasado, y en consecuencia una historia, que consiste en ~-::
Capítulo VI
')
la incorporación progresiva de la conducta creativa del hombre, su
trabajo o producción, en el mundo externo. Así como podemos in~ lQUÉ ES UNARELACIÓN SOCIAL?
terpreta.Í" la vida del artista en su obra, o del escritor- en su texto,la
::¡: historia humana está incluida en la naturaleza. El hombre, .afirmaba r-
. ·,
•:. Marx, "se contempla a sí mismo en·un mundo [natural] creado por
···::) él" (1964a, 114). En esta contemplación,, hecha posib•e J;Dediante la 0.:"
·::;
separación de la collciencia con respecto a la condu~ta, radica el
·<:: proceso de nuestra propia creación, En suma, continuamente nos con-
vertimos en sujetos históricos a través de nuestr~ confrontación dia~ .·.:·
"/. ..
·<....·' lécti.ca con la. naturaleza objetiva en el trabajo de producción.
. ,. ~:
. Si abordaramos en esta etapa esas apreciaciones tocaríamos los te-
mas que serán expuestos en los siguientes dos capítulos. En ellos es-
.tudiaremos más a fondo los tipos de conciencia, discw:siva y práctica, .•.
la cuestión de la intencionalidad en los animales y los ~eres humanos,
. -~·
~~-
así como la dicotomía entre acción y comportamiento. También ten-
dremos que volver a hablar acerca de }a diferencia entre cultura y vi-
&. social, en relación con los distintos sentidos de la evol1,1ción, Ja ,··:
.~ :., .
.-¡
histqria, ·el tiempo y la creatividad, sobre l()s. que se ha hecho hinca-
pié en capítulos anteriores. Sin embargo, antes de. abordar estos pro-
blemas,. es necesario considerar un aspecto muy pocas veces tratado Existen tres formas para considerar a un ser humano. Digamos que
por los antropólogos, quizá se pasa por aJ.to porque es demasiado !rJ se trata de un individuo, una c..osa con determinadas caracteríSticás,
centraL para 1~ bases actuales de esa discip\iija. No obstante, yS ~e- \r
como una canica en una bo\sa. S\n embatgo, adiíetencia de \a, Ql\i·
m3$iado impo~;tante tener una respuesta, aunque solamente sea para ca, silenciosa y transparente, es la fuente de una verdadera profus:ón
resolver las constantes diferencias y malll5 interpretaciones _entre de señales que parecen formar una cortina:. de humo en torno a su ser
quienes. se especF.ilizan en la historiél y la biología, y que devez e~ interior. Pongámosto junto a otros individuos de sy especie y tendre-
cuando se han váliQ() en forma exclusiva de la antropología social. In- mos .un incesante murmullo, como sucedería si nos encontráramos
cluir el_élQálisisdé·lo s~ial en el estt1dio clel hombre es suponerno en tma habitación llena de personas, y no entendiéramos ni.úna pála-
sólo _qu;e SOJJ;lOS .i~trínse~ente animales sociales sino qu.e ning(ui bra d~Jo que dijeran. ¿Acaso~ se trata de vida: social?. Hayo quien así
otro arumal (1S SOCial en léi forma en que nosotros lo somos, Empero,. lo supondría; asegurando que?es un proceso compuesto por· muchas
¿qué es entonces una relación social? ... , relaciones ·duales:'.entre emisores• y receptores ·en ·UD. cuarto, clientes
y vendedores·:eneLmercadó, trabajadores en·los talleres!de una fá-
·.;. brica o, en ese sentido, abejas en un panal. Cada interacción, afrrina,
}
... ,.. es üna relación social, que se termina en el momento en que comien-
za. Otros sostendrían que la vida sociales algo más queJa conjun-
ción de interacciones. Un hombre, argumentan, es el titular de un
¡·
puesto, el ejecutante de la, parte que le corresponde. Estas:po~turas,
... sistemáti~ente ordenadas, constituyen otro.tipo de cosa superior,
::_.-.: que.gobienia'y'conti'ola la· conducta humana; A estó se Ie·denoniina
~~~ ·; .. i: . soCiedad, aÜiique·muchas veces se detme romo: cultura, e incluso con
•. 1 • ·.:" ~ .i~: .... mayor Jrecuenciáse conoce como, cultura y l!OCiedad··en -forma alter,.:
-~'!". nativa.. :Al igual -que ··los .individuos. que domina, también se •. supone
._., ....,,.
·•: .. -::··· que tiene -vida 'propia. ,.._es: decir, .vida•social: la :Vida de la sociedad.,.....-

263
 ;-:
:
·i
,.: ~
EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
.¡ 264
·:;
Una relación social, aseguran quienes sostienen dicha idea, no es
más que una quimera, una interacción pasajera, pero una conexión
permanente entre diversas posturas en una estructura sistemática.
< Sin embargo, hay un tercer punto de vista: el ser humano es, después
;>t
:.; de todo, él mismo, un sujeto consciente cuya existencia es una trayec-
·.,
toria tan entrelazada con la de los demás a su alrededor como la de
estos últimos con la suya. ¿Acaso la vida social no se da en ese entre-
cruzamiento? En caso de que la respuesta sea afrrmativa, si la vida.
"::;, social es el proceso mediante el cual nos con5tihiimos oomo perso-
nas entonces las relaciones sociales también deben entenderse como
mo~entos más que como las propiedades constantes o las emana-
ciones momentáneas de las cosas.
Ya hemos introducido ahora los.tres sentidos de lo social-lo recí-
proco, lo normativo y lo constitutivo- sobre los que se centrará
nuestro análisis en el presente capítulo. Más adelante optaremos por
el sentido constitutivo, relacionando el contraste con lo recíproco
hasta llegar a la diferencia entre los vínculos sociales y materiales, y
el oontraste entre lo normativo y la distinción básica entre las rela-
ciones sociales y la cultura. Este razonamiento es bastante amplio e
intrincado;. por tal motivo, se separa en tres secciones más amplias.
La·primera se centra en el concepto de lo superorgánico y su minu-
cioso desarrollo en la obra de algunos de los fundadores de la antro-
pologia Aquí cabria preguntarnos si los seres no humanos ficnen ono
vida sociéil. La segunda parte, basada en gran medida en los escritos
de Marx, es el desarrollo de una idea sobre las relaciones cOnstituti-
vas y de .las distinciones entre lo ·sociaVmaterial. y lo sociaVcultural.
En la tercera, y 6ltima parte, ilustramos los diferentes sentidos de la
sociabilidad en _re~a~ón con el fenómeno ~el ~ter cambio. de regalos,
hacemos una distmctón más entre comumcae1ón y comunión, y nos
referimos a un término importante entodos los análisis sobre·la con-
ducta social· de .los animales y el hombre:· "altruismo". Concluimos
con una palabra acerca de la naturaleza dé la conducta moral..
Lo SUPERORGMJco
;....
Fue Spencer quien acuñó eltérmino "superorgánico".para·referirse
a los elementos 'que constituyen la esencia de la sociología. Desde
entonces, en: 1876, cuando apareció su amplia obra "The principies
of sociology", lo superorgánico ha sido un terreno por el que han. pa-
sado las ftlosofías a.ótro¡>Qlógicas y.,sociológicas más variadas, algu-
nas de las cuales ·se contrapo1;1en:de manera abierta al proyecto
spenceriano. ·ESte hecho en sí pone de manifiesto las diversaS y con"'
¡f~
~~:
-.-.·¡..:·~· ~-::-
lQUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL? 265
tradictorias formas de interpretar dicho término, y aunque su campo
ahora está mucho más reducido -dando paso a vocablos compues-
tos como "sociocultural"- aún existen las ambigüedades inherentes.
Comenzaré (siguiendo un poco a Bidney, 1953, 34-39, 329..:333)·sub-
rayando tres sentidos alternativos de lo superorgánico, asociados
respectivamente con las tradiciones sociológicas que establecieron
Spencer en Inglaterra y Durkheim en Francia, y la tradición estadu-
nidense de la antropología cultural, fundada por Boas. Es· evidente
que estas tradiciones no dejan lugar a ninguna separación absoluta, y
las posiciones adoptadas por destacados exponentes de la antropolo-
gía, a favor de lo superorgánico, como Kroeber y Radcliffe-Brown,
eran decididamente ambivalentes. No obstante, esta ambivalencia
ofrece en sí algunas claves vitales para las cambiantes ideas de lo so-
cial, y aclara el aspecto central sobre la forma en que se debe distin-
guir la sociedad'de la cultura.
Para Spencer, la sociedad era un superorganismo; es decir, se pen~
saba que no sólo poseía las cualidades de la organización en desarro-
llo, como la heterogeneidad y coherencia internas, sino que también
era consubstancial a los elementos -organismos individuales- de
los que estaba formada. Por lo tanto, el prefijo "super" nó denota la
trascendencia de lo orgánico mediante un dominio emergente de
la realidad, sino una extensión de la organización más allá de los~..
mi\~V~ 'il~V\ \ucl\'4\'il-u\), \..~ ~~\~¡¡1~¡¡1 <1~ ~~\\~t ~t~ 'U\\ t~~'U\\~\\\~, \\Q .
emergente, que no contenía nada de lo que estaba ya prefigurado ~n
las propiedades de sus componentes originales.. Por tal motivo esta·
ba bien preparado para incorporar la categoría de entidades 'supe-
rorgánicas las "sociedades" de las hormigas y las. abejas, las aves y
diversas especies de mamíferos (1876, 1, 4-8). Empero, en este mismo
sentido, tuvo que admitir en forma. abierta una diferencia· cárdinal
entre elorganismo individual y el superorganismo. El primero, aun,..
que se reconocía que se trataba de "una nación de unidades" forma-
das poi- la combinación de células, está regido por una es~cie de
mf<(iio central de control con objetos propios. Por lo tanto, dichas
unidades se subordinan a los fines del todo como cuerpo corporati-
vo. Pero si no surge nada·nuevo, en la conjugación estadística no de
las células para formar organismos sino de estos-últimos para inte;.;
grar ·super.organismos, ·no puede haber ningún objetivo social que
trascienda o supere los propósitos separados de los in,dividuos que lo
conforman. .· . · . : . · .. .. . , .
.· ;Porlo tanto, escribe Spencer, "las exigencias de la entidad política
no son nada:eh sí, y solamente se convierten en algo en la:medida en
que· incluyenJas demandas de los individuos que. la ·conforman".
(1876, 1, 480).Aqrií sigue una tradición bien establecida de ftlosofía:
(-·~
\
 266 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
social liberal, según la cual la sociedad está racionalmente constitui,.
da como un accesorio i.Jlstrumental para la satisfacción de fines eJC;:-
trasensoriales y puramente hedonistas; es decir, la búsqueda de la
felicidad y la negación de la miseria. Al observar que la capacidad
para experimentar placer y dolor es algo que todos poseemos en una
for01a aproximadamente equitativa, Spencer concluye que, a diferen-
:~'
cia. del· organismo, "la sociedad existe para beneficio de sus· miem-
bros; no estos últimos para beneficio de la soci~d" (1876, 1, 479).
Así concebida, la esencia de la sociabilidad radica en la asociación,
interacción .:Y .cooperación de numerosos individuos distintos, cada
uno ·con su propio conjunto de objetivos antes de establecer relacio-
J)es y propósitos mutuos que, como consecuencia, deben ser una pro-
piedad de su constitución como elementos orgánicos (y en ese
sentido, de su "naturaleza"). No importa que hablemos de ·insectos,
··:-
aves o seres humanos, la lógica de la cooperación social se encontrará
en las ve1;1tajas netas que ofrece a todos y cada uno de los individuos
contrayentes. Como veremos más adelante, esta teoría spenceriana
incluye gran parte de los análisis etológicos y. sociobiológicos de la
~/
copducta social de los animales y del hombre, En realidad, existen
buenas bases para argumentar que Spencer, y no Darwin, fue el pri-
mer sociobiólogo. ·Por· otra parte; las raíces de la crítica antropológica
moderna en relación con la sociobiología se hallarán en el superor-
ganicir,mQ an\\r,pencetianQ \\~ Dut\\b.eim, "BQa-& ~ KIQt\>tt.
,.. Spencer casi nunca utilizó el término "cultura" (Carneiro, 1967,
XXXIII). ~o obstante, si se. refiere a la "acumulación de productos su-
praorgánicos que por· lo general distinguimos como "artificiales", in-
cluyendo el lenguaje, la ciencia y la tecnología, las costumbres yJas
leyes-, JoS: mitos y Ja religión; y tanto las bellas artes .como las :-Mtes
apli~das. {1876, 1, 14; véase Radcliffe-Brown, 1947, 80). Aunque este.
conJunto· de logros humanos puede identificarse fácilmente con· el
concepto de 'JYlor de la "Cultura o Civilización'', identificación que
~oeber (1952, 56) hace en forma bastante explicita, por su. descrip-
CIÓJ;l .como "productos superorgánicos':, Spencer nunca pretendió
implicar· su clasificación separada en un campo aparte· de ·lo natural
o. biofísic.o. Más Bien, debían entenderse como productos de los su-
peror~anismos sociales (diferentes a los d~ los organismos. individua-
les); mcluyendo -,-segúnJa defmición del propio Spencer~ todo
aquelloenlo que, gracias alas acciones coordinadas de muchos indi-
viduos, los resultados se al~ "superando en grado y complejidad a
los.que ~.logran a través de acciones por separado'' {1816; 1, 4). Así;Ja
categoría:,qe productos superorgánicos· incluiría no sólo lo:que de
otra forma llamaríamos cultura, sino ·también los trabajos oolectivos
deJos animales sociales, incluyendo, por ejemplo, las impt~siorumtes-.
. ~"· . '•7·'
¡..
.:·
.
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL?
obras arquitectónicas de ciertas especies de insectos, construidas
267
con base en planos que se podrían suponer completamente inatos; y
r no-adquiridos a través de la tradición. Por tal motivo, Kroeber se jus-
·,',,
tifica del todo cuando censura a Spencer por no "concebir a la socie-
~)~ dad humana como poseedora de cierto contenido no orgánico" {1952.
'Ó.
38· también consultar Bidney, 1953, 34-35). Por otra parte, Carneito
'
-;:.·
nd señala las críticas de Kroeber cuando sugiere que lo supraorgáni-
co significaba, para Spencer, "algo más allá de lo puramente biológico"
{1967, XXXII); lo. supraindividual no equivale a lo suprabiológico. ·
Detrás de la combinación que hace Spencer entre lo inato y lo ad-
quirido hay un aspecto de fundamental importancia. Esto se debe a
que era un adepto fiel y de toda la vida a la denominada doctrina la-·
marckiana, la cual establece que las cualidades que adquiere un indi~
viduo durante su existencia serán transmitidas en forma automática a
sus descendientes mediante herencia física directa(Freeman; 1974).
Digo "denominada" porque, aunque fue abiertamente formulada
por Lamarck a fmales del siglo XVIII, este pensador no fue quien fun-
dó didía doctrina, y tampoco fue totalmente trascendente para su
teoría evolucionista pues era compartida por muchos de sus oponen~
tes en el siglo XIX ..:.. entre quienes destacaba Charles, cuya ídea de la
"pangénesis" fue especialmente planteada· para explicar.·la ·heren~a
\ de las habilidades adquiridas (Zirkle, 1946). Otra tesis supuestamen-
,,
'·~;-
,,
te \amare\'lana a\a que ~e aunena Spencet, pero que: en tea\ll\alt~o: ·
;J era más sostenida por Lamarck que por DarWiri; es la creencia de
~,.
que los caracteres son pasivamente adquiridos por un organismo a
través de una impresión del medio en donde· se desenvuelve. {Ma}'r, ·
.1'}
: '8: 1982, 356). Algo que Lamarck sí argumentaba era 'que las modifica-
.; ~
. ;': ciones en las condiciones ambientales ·de la' vida de unanimálllevan·
~ a la concepción de nuevas "necesidades", a his que-responde en for-
~;'
:t, ma activa iniciando los cambios conductuales apropiados que condu~
"t cen, a su vez, a las modificaciones de adaptaCión en la: estructura que
se transmiten posteriormente a las siguientes generaciones (Boesi~
ger; 1974, -26; Howard, 1982,356).·Una vez más la teoría·de-Darwin
se refería también a la adaptación y, al igual que Lamái"ck, este eru-
dito creía que la variación era .estimulada por los cambios del medio;
Empero, aunque reconocía que los caracteres podían fortalecerse o
't;
..
disminuirse ·a través de los efectos heredados del._uso y del desuso,
Darwin atribuía al·a.zar el-origen de ·nuevas. caracteljsticas, más que
1
~:
·' ¡-
al ejercicio de la voluntad por parte :de ·aquellos in~viduos que las
\ 1¡'..'
~
í _:_ sufrea Entre-una serie de variaciones de,ninguna manera orientadas
? ~1;:-
a las necesidades corrientes, sólo podrían establecerSe las. modifica~
-~
clones apropiadas a través dda "segúnda etapa'! de la selecci6a Es~­
ta es' la diferencia que por lo general se denota cuandó se comparan
268 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
los mecanismos de adaptación que planteaban Darwin y Lamarck
(en el próximo capítulo hablaremos más sobre esta (,:Omparación,
pues es un elemento clave con respecto a la diferencia entre la adap-
tación orgánica y cultural). Sin embargo, el verdadero quid del para-
digma transformista de Lamar<;k en relación a que sus ideas sobre La
adaptación específica no eran en verdad más que una elaboración
secundaria, era la premisa de que todos los seres vivos están sujetos
a una ley de. complicación creciente o desarrollo progresivo. Asimis-
mo, ésta era la piedra angular de la teoría evolutiva general de Spen-
cer, pero que Darwin rechazaba con firmeza (Gruber, 1974, 193). ·
En el capítulo 1 analizamos con detalle este contraste final La pre-
gunta que nos hacemos ahora es por qué Spencer se apegaba con
tanta obstinación a la doctrina de la herencia de características ad-
quiridas, incluso al grado de ocuparse en sus 61timos años de vida en
el análisis bastante mordaz junto con August Wiesmann, quien fue el
primero en exponer la doctrina. para superar la refutación empírica
(Cai:neiro, 1967, XLVI). Evidentemente, consideraba que se trata-
ba de la piedra angular de la síntesis fil~sófica a la que había de-
dicado el. trabajo de toda su vida, tanto que la caída final de su
JDétodo donde se vino abajo dicha piedra angular, pareció un re-
sultado inevitable. La razón radica en la entrega de Speacer a una
visión .de unidad cósmica según la cual los diversos tipos de evolu-
ción -inorgánica, orgánica y superorgánica- eran· concebidos no
como procesos análogos que sucedían en terrenos distintos de la re-
alidad, sino como etapas diferentes en la integración de una sola re~
alidad.. Nó existen, escribía, muchas evoluciones sino "una sola
evolución que se da en tOdas partes de la misma forma" (1972, 72).
Fue solamente recurriendo a la doctrina de Lamarck como se pudo
entender el resultado de la evolución. cósmica y la civilización hu-
mana como parte del mismo proceso que se mapifiesta de otra
forma en la evolución del organismo humano, y por extensión en.
la evolución progresiva de la vida en general (que a su vez es una
fase posterior en la integración de la materia inorgánica) Como lo
ha señalado Peel, Spencer tuvo que recurrrir allamarckismo "por-
que permitía unJ unidad verosímil que se proclamaría entre l<>S
temas de estudio de ·la sociología y las ciencias naturales" (1972;
XXIII). Sin embargo, no sólo se trataba de eso, ya que también le
permitió lograr la identificación, crucial-para su síntesis, acerca de
la evolución, entre la ontogénesis y la filogénesis. El desarrollo del ·
individuo, que construye basándose en los logros heredados de sus
anceStros y, por otra parte, transmitidos a sus descendientes, po-.
dría concebirse. como. una parte integral de un movimiento evobí.;. ·
cionista total igualmente entendido como un proceso vital-creativo; .
.-·:,···:-·•'"
lQVÉ FS UNA RELACIÓN SOCIAL? 269
En el capítUlo IV expusimos la importancia del principio lamarckia-
no, por lo cual ahora no es necesario detenemos para hablar más al
respecto.
A diferencia del superorganismo de Spencer, para Durkheim la so-
ciedad era algo emergente más que resultante, suprabiológico por
supraindividual (1933 [1893), 349). Ciertamente, los individuos no
son más que organismos cuando se les considera por separado; sin
embargo, "al agregarse, compenetrarse y fundirse, los individu<>s ha-
cen surgir a un ser, físico si se quiere, pero que constituye unanueva
clase de individualidad física. (1982 [1895), 129). El todo, como insis~
te repetidamente Durkheim, es más que la suma de sus partes. La
. sociedad se debe identificar con el elemento emergente que perma-
necería si, en.nuestro pensamiento, sustrajéramos a todos los indivi-
duos. ~--_social denota un campo de la realidad que supera .y
trasciende fo orgánico, de tal forma ue los hechos sociales "tienen
uri sustrato- ¡stmto 1 2 (1895); 40). Sencillamente porqqe Durk-.
heim, ubica lo orgánico y lo social en planos distintos, es capaz de ne-
gar la diferencia que Spencer debe establecer entre el organismo y la
sociedad debido a que los colocó en el mismo nivel. Así, la irreducti..:
bilidad de lo social a lo biológico ofrece a Durkheim bases epistemO-
lógicas para establecer la. analogía entre sociedad y organismp,
dónde el primero supera el resultante de sus elementos orgánicos co-
mo -el 61timo lo hace. con sus elementos inorgánicos (Hirst, -1973, 9-
10). Si, como concordarían Spencer y. Durkheim, en el organismo
~
individual la vida de sus partes promueve la existencia social del to-
~ do, en la teoría de Durkheim la "compenetraci~n" de los individuos
,J:t
permite el surgimiento de una conciencia social, con una individuali-
·-.
dad propia, para la cual la vida de sus elementos es igualmente. útil.
., Durkheim desarrolla sus ideas sobre este punto en oposición bastan-
<·
;,;
''<: te abierta con las de Spencer. Al pasar del organismo al supraorga-
;J¡ nismo, argumenta, no hay inversión de medios y fmes como entre las
'1't partes y eltodo: la sociedad imp~>ne una limitante externa a cada uno
·• i:".
de sus mie~b~os, de_n~gando~ invirtiendo sus intereses· pa_rtic~­
res a un •objetivo ongmal -' oásicamente moral más que psicológi-
co ...... de ninguna forma derivable de las ·.propiedades generales de .la
,·~f'__ naturaleza humana (Durkheim, 1982 [1895), 125-130).
~ ~ Asimismo, la vida social, tema propjo de la sociología, es para
~'1"
;· .l:
Durkheim exclusivamente .humana...Podemos. hablar de sociedades
animales, pero sólo en el sentido spenceriano de una conjugación-de.
u
~ ~i.
in~viduos discretos y autónomos cuya asociación se rige por una
~,
predisposición inata. 'Hatándose de seres· humanos, nós ocupamos
·,·-· ··-·:·~·· ..
270 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
de una clase de fenómenos· totalmente distinta, sin ninguna equiva-
lencia en el mundo animal. Como escribió Durkheim:
La gran diferencia entre las sociedades animales y humanas radi~ en que
en las primeras, la creatura individual se deja llevar exclusivamente por
sus estúnulos internos, por sus instintos[...] Por otra parte, las sociedades
humanas preseQtan un fenómeno de naturaleza especial,basado en la im-
posición de ciertas formas de actuar, o al menos sugeridas desde el exterior y
agregad$ a su propia naturaleza: tal es el carácter de las "instituciones" (so-
: ._ ciale8] (1982 (1917], 24$). · · · ·· · ciedad, constituida sobre dichas bases, podría perdurar a no ser que
De hecho, al· comparar las ·sociedades aniinales y· humanas, Durk-
heim yuxtapone ideas totalmente discrepantes de la sociabilidad~ Si
se hubiera sujetado de manera consistente a su· idea de la sociedad
éO(j · osición .sistemática de- instituciones re ladoras; más
~un mode.!9 eseon eo e asociación.Lsólo habría conclui o que
la: diferencia·· entre ·los· hombres y otros animales radica en que los
¡;=-'meros; _además de disfrutar de mia vida individual y orgánica ta.nl-
bié~ ~on los vehículos para la vida de la sociedad. Parecería que los
seres humanos son individuos sociales; sin embargo, no sucede lo
mismo con los animales, aunque la cooperación vaya en favor de· sus
intereses, individua:Ies.
El-contraste entre estos dos sentidos de la sociabilidad, interactiva
y reguladora, es particularmente clara desde la polémica crítica· de
Dl1rkheim a Spencer en su.obra, The Division of labour in society
-especialmente el~ libro 1, · capítulo 7...:.. ·Spencer argumentaba que
mientras una sociedad progresa más en relación con su hetereogeni-
dad y coherencia interna, los miembros que la constituyen so11 me~
nos necesarios para someterse a la autoridad del grupo, conferida
en sus instituciones" del gobierno central. Al principio, en la~ so-
ciedades primitivas, los intereses del individuo -que más o me-
nos :coincidían ·con los de.sus ·congéneres, y que en ese .sentido
eran "públicos"- simplemente ceden ante· el despotismo de la co-
lectividad, cuyo deseo de autoconservación no es más que el del
individuo- compubto a un nivel más elevado, y cuya organización.
es básic~ente militarista, enf()cada 'hacia la supervivencia y la
conquista en una lucha entre varios grupos -por la existencia
(Spencer, 1882, 11, 568-575)~ La: diferenciación progresiva lleva. a
la disminuc~ón gradual del militarismo .en favor de la coexistencia
pacífica; la consecuente emancipación,del individuo deJa coerción
oolectiva, y el surgimiento de ,una especie de solidaridad a la que
Spencerd~!'l~miila industrial. En un •orden industrial avariiado, todo
hombre: puede -procUJ."ar .mejor:- sus intereses 3hora '~privados'' enta- .
1 lQUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL? 271
blando en forma espontánea acuerdos contractuales con. determina-
dos individuos, cada uno de los cuales, al mismo tiempo, desea bene-
ficiarse en la transacción. "La relación social típica", como lo señala
Durkheirn, parafraseando a Spencer, "sería económica; despojada
de todas las reglas y derivada de la iniciativa totalmente libre de las
partes" (1933 (1893), 203). La sociedad industrial, entonces, consisti-
ría en una compleja red de dichas relaciones (Spencer, 1882, n: 606-
61~. .
Para esto, Ja principal objeción de Durkheim era que ninguna so-
todo .contrato fuera suscrito y regido por un código de conducta que,
como no se deriva del libre consentimiento de las partes involucra-
das, es de naturaleza esencialmente no contractual. Asimismo, con-
forme aumenta el alcance de las relaciones contractuales, junto con
la división del trabajo, sucede lo mismo con el "volumen" de este ele-
mento no contractual. Los contratos más numerosos y extensos re-
quieren instituciones reguladoras más complejas, las cuales a la larga
caen bajo la dirección central de una agencia de mayor nivel a la que
denominamos estado -"el sistema cerebroespinal del organismo
social"- (1933 (1893), 219). A pesar de que Spencer había dedu-
cido una correlación directa entre los poderes del Estado y la divi-.... -
sión del trabajo, Durkheim argumentaba que ambos se desarrollaban"
en forma mutua. Aunque concordaban en que el ámbito de la ac-,
cióri individual se amplia con la diferenciación social, para Durk~.
heim no existía ninguna contradicción entre el surgimiento del
individualismo y el desarrollo de estructuras reguladoras de con.!
trol social (1933 (1893], 193-194). Ahora, es precisamente este úl-
timo aspecto, y no las interacciones cooperativas que reguláo, lo
que Durkheim coloca en el terreno de los hechos sociales. Como
productos no del contacto externo de conciencias individuales inco-
nexas, sino de su interpretación y fusión interna, corresponden al
elemento emergente, no contractual, por el que el todo supera y tras-
ciende a la suma que resulta de sus partes. Eso explica el inimagina-
ble est~do de perfección social al que Spencer pensaba que tendía
toda la evolución superorgánica, un estado en el cual el individuo es-
taría completamente libre de todo control institucional para alcanzar
sus deseos en forma racional, sin obstáculos para los demás, ni de los
demás (Spencer; ¡907; 14); que -traducido en palabras deDurk-
heim- pare~ría. perfectamente asocial, y teóricamente imposible.
;e~~•.
En suma, Dui"kheim pensaba que Spencer proporua un programa pa-
. ra eJ.i.minat la sociedad. Sin embargo, para este último, la esfera de
,["
las .relaciones socia:Ies habría· sido encuadrada por completo ·en lo
l·B que hubiera resúltado..·· ·
~
~·
JI~
 1
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1
272 EVOLUCIÓN .Y VIDA SOCIAL
Pasando ahora de Spencer y Durkheim a Boas, podemos encontrar
una figura bastante diferente tanto en lo que se refiere al fundamento
intelectual como a su planteamiento. La implacable hostilidad de este
pensador hacia el evolucionismo de Spencer se combina con la anti-
patía general por cualquier tipo de especulación filosófica. Sin em-
bargo, por todos los contrastes de método y planteamiento, Boas
llegó a conclusiones que encierran una notable. afmidad con las de
Durkheim. Hatch (1973, 208-213) ha demostrado en forma admira-
ble estas afmidades, que yo simplemente recacapitularé. En primer
término, Durkheim y Boas sostenían que la gente absorbe ciertas for-
mas características de sentir, pensar y actuar del medio social o cul-
tural en que se desarrolla; entonces, las observaciones de Boas sobre
la adaptación del sujeto portador ·de cultura encuentran su contra-
parte en los conceptos de Durkheim respecto de la educación como
un proceso mediante el cual "el ser social se ha adaptado a lo largo
de la historia" (1982 [1895], 54). En segundo lugar, así como Durk-
heim rechazaba la concepción instrumentalista de Spencer acerca de
la ·sociedad, Boas hacía Jo mismo con respecto a la concepción tam-
bién instrumentalista de Tvlor en relación con la cultura. Para uno la
sqciedad, para el otro la c~ltura eran vistas no como un i r nto
de e 1 eración racional, al súvicio de los intereses de toda humani-
dad, sino como algo que, después de conformarse de manera eseon-
tánea, sui eneris, como solfa .decir Durkheim , im oían sus
prop1as fmalidades en la mente e os seres umanos, controlan o su
PEnsam1entoy conduct_.a.En tercer lugar, tanto para Boas como para
Durkhe1m, el sometimiento de la gente a las normas sociales y cultu-
rales es apuntalado por los sentimientos más que por la razón. El
hombre de Durkheim, al igual que el de Boas, es una racionalización,
más no un ser racional. Por último, tanto Durkheim como Boas tenían
sus dudas con respecto a la idea de que las sociedades o culturas-po-
dían adoptar una concepción relativista sobre la diversificación del
modelo dMwi.nista del árbol ramificado. 1
Simplemente, Boas y Durkheim compartíaÍl su rechazo hacia el re-
duccionismo bi,opsicológico y sú consecuente afirmación de la auto-
nomút. de ideas en la determinación de la conducta ·humana. Para
ambos, esta rupiura con el materialismo filosófico era una condición
<:::)
previa para su i:ndulgenciá por las analogías entre lo social o culttir,al
.. ';
y lo biológico. Sin embargo, his afinidades eran formu,ladas de mane-
·) ra un poco distinta en cada caso, yestás diferencias parecen tener
·:·
una importancia crucial. Es muy ·fácil explicarlas: la sociedad; de
Durkheim era una entidad real similar a un organismo individual; la
·cultura de' Boas era_cóneebidacomo una e-ntidad nominal semejante
.
· a una espeeie biológica. Es' cierto que Durkheim también hablaba .
de
~---~- ··.--.. , • . ,._ ;t.:.r.,
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL? 273
"especies sociales", pero los individuos que formaban patte de su es-
pecie no eran seres humanos particulares sino sociedades enteras.
Por otra parte, la idea de Durkheim con respecto a las especies bio-
lógicas· o sociales, era completamente esencialista. Aunque difieren
entre sí, cada una "es la misma en cualquier lugar para cada uno.9e
los individuos que la conforman" (1982 [1895], 109). Como cada so-
ciedad es una combinación estructurada de _partes, y debido a que
és.tas sólo pueden combinarse en un número finito de formas, en teo- .
ría es posible hacer un cuadro de tipos sociales básicos antes de se-
leccionar sus manifestaciones empíricas en forma de sociedades
separadas. Hasta una sola sociedad representativa bastaría para es-
tablecer la existencia del tipo. Concluye Durkheim, "hay especies so-
ciales por la misma razón que existen especies bíológicas. Estas
últimas se deben a que los organismos solamente son combinaciones
variadas de la misma unidad anatómica" (1982 [1895], 116). Aquí.
Durkheim se refiere a la biología no de Darwin ni de Lamarck; sino
de Cuvier, cuya importante influencia hizo mucho por empeñar el
desarrollo del pensamiento evolucionista durante el siglo XIX en
Francia. Como firme creyente en la estabilidad de las especies, Cu-·
vier proponía -según su famoso principio de la "correlación de laS
partes"- que todos y cada uno de los organismos que existí~; en
forma natural representan una parte del conjunto total de posióles
combinaciones de trabajo de los órganos básicos. -La falta de conti-
nuidad entre las especies era explicada a partir de que las formas
intermedias representarían combinaciones funcionalmente .in~he­
rentes o impracticables y, en consecuencia, sería imposible su éxis-
tencia (Steadman, 1979, 37-38). .
La insistencia de Boas en la unicidad de cada cUltura, y sus ideas
con respecto a la desventaja de una generalización mayor; lo llevaron
a la firme oposición ante la empresa taxonómica oomparativa de
Durkheim, aunque el nominalismo inherente a su concepción de la
historia de las culturas .relaciona su proyecto con la biología de Dar-
win más que con la de Cuvier. Ya-hablamos (capítulo 11) sobre la ana-
logía entre las "especies" de Darwin y las "culturas" de Boas; lo qu~
ahora nos interesa son las implicaciones para la di,stinción entre este
último y las "sociedades" de Durkheim, una distiri:cióñ. fundamental
para la discrepancia entre las tradiciones c;le la antropología cultUral
y social; Siguiendo la analogía darwiniana, no existe ;ningún diseño
en la cultura aparte del que establecen las configuraciones únicas de
,,
;· elementos que cada ser humano lleva en la mente; Elt consecuencia,
.'¡'-~
;•.... aunque sliperorgánica en el sentido de que sus eleineiltos (a: diferen- .
~~: cia;de ios,genes) son ideales o extrasomátícds, y puedeilvariai ton
bastante independencia de las restricCiones de la herencia; la cultirra
~- --- ---- -·· . ·-·-~_..,. .~,_-,,-.~.-:~-·-:i:o;~-.;,~~::.-·.:~-.,r~v¡-:=-,....- _w--;; ~.E;;.--.~,-,-; .·e.,.,..-. ,
··:1
·.·,.. :
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·",
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-'<·
.' 274 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
;-:;
0 no ~ocuadra al hombre de un sistema de relaciones de· orden supe-
rior. Al contrario, la cultura en la perspectiva boasiana se incluye o
n contiene a sí misma como una propiedad de. cada uno de sus porta-
dores. Tanto para la cultura como para las especies corresponde una
<·
substancia o "esencia" supraindividual. Es posibl~ concluir que la
trascendencia de lo cultural en relación con lo orgánico no es, de
ninguna manera, análoga a la.de lo orgánico respecto de lo inorgáni~
co.·Aunque esto último implica las propiedades emergentes de un todo
organizado con lo que supera a lo que resulta de sus partes, lo primero
indica una dicotomía de la substancia -entre lo material y lo ideal-. en
la constitución de las partes mismas (individuos). que juntas integran
una sociedad. En otras palabras, a diferencia de la sociedad de
Durkheim, lacultura de Boas no es producto de la fusión de mentes
individuales en una entidad mayor, en donde su funcionamiento es
regido desde el exterior, sino que se instala en forma sep¡,rrada den-
tro de cada-uno antes de su asociación. Por lo tanto, no podemos hablar
de la vida cultural como Durkheim lo hacía con respecto a la vida de
la sociedad, como un modo de ser que supera y trasciende la vida
de los individuos. En resumen, debe de haber un área de realidad
cultural a la que es posible denominar superorgánica, pero no existe
algo similar al superorganismo cultural.
Es indudable que por razones de esta naturaleza Boás mismo er~- \
fe_ría no usar el concepto de lo su~rqrg@i~ Qa{a referirse a los si!-
temas su ror ánicos. Se le de· ó a Kroeber, en su famoso ensa o de
1 , mtr ucrr.e concepto en la cornente de la antropolo 'a cu tu-
~ 1c o ensayo representa a, en gran m .a, la rea-
frrmación polémica de los principios en los que la cienCia .histórica
de la-cultura que Boas había establecido sustentaría sus premisas pa-
ra alcanzar la autonomía. Gran parte del mismo tiene,como finalidad
d~mostrar la independencia de la raza y la cultura, de la herencia y la
tradición. Kro~ber se opone tanto a la derivación "ascendente" de la
cultura a partir de la raza, inspirada por las ideas. de Datwin en El
origen del hombre .como a la derivación "descendente" de la raza ·a
partir qela_culturª con base en una creencia ¡x;pul.<P" en la herencia.
"l~arckiana" respecto d,e las características. adquiridas, creencia
que perduró m!lcho tiempo d,espués de que Weismann la r~futó con
funda,IIJ.entos científicos en la década de 1880. Volvi~ndo a su ensayo,_
aproximada,IIlente 35 años después de su publicación, Kroeber iden~
tifica estos temas. como su verdad principal:. "LP que este ensayo en
ve~:dad::afrrma es la eterna ,discusión enfre ·una 'raza' ambig-Ua y Pila
. . .C1"óo.. ·•a.ntb"1gua' ".· ' ( 1952
civiliza . ~to,
· ,. 22) , Como h.emos • Spencer .Jto
poQía. renu11éiar a la d()(;trinaJamarckiana sin hacer- a unolado s\JS
ideas,Spbte la ur?dad del pr~s9;~voluci~nista Y>: j,o~;~~Uecióll~.-.las~
·:• :-: ···, .
1
¡._
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL? 275
1
inherentes al tema de estudio de la biología y las ciencias sociales.
Por otro lado, Kroeber fue uno de los priméros en reconocer el sentido
total de la refutación dellamarckismo por la separación absoluta de los
fenómenos culturales y orgánicos, perfilándose desde entonces la an-
tropología. cultural y la biología evolucionista p'pr direcciones mutua-
mente independientes (Stocking, 1968, 265-~). Aunque Kroeber
reconoce estar en deuda con Spencer por el títplo de su ensayo "The
superorganic", lo utiliza en un sentido fundame:ntalmente distinto. Su
superorgánico es la "civilización", y aunque esta incluye mucho de
lo que Spencer hubiera ubicado en su categoría de "productos su-'
perorgánicos",· el criterio de inclusión no implica que un producto
deba ser generado mediante la acción coordinada de muchos indivi-
duos, sino que tiene que manifestar un diseño inscrito en su mente
mediante el material de la herencia.2 El organismo humano, afrrma
Kroeber, es un recipiente en el cual es posible verter toda clase de
contenido superorgánico (1952, 32, 37-38, 56).
Todo esto es perfectamente acorde con la postura boasiana. Sin
embargo-, muchos de los más convencidos seguidores de Boas reac-
l
1
~ionaron con cierta preocupación ante el trabajo de Kroebei:, entre
ellos Sapir, quien sugería hacer a un lado el concepto de "lo superor-
gánico" (Sapir, 1917,447). Aunque, de hecho, Kroeber había iriter-:
pretado el concepto más de · lo que Boas habría· permitido; -~
\ realidad, existen \)artes en· SUS ar~entos (\UC abordan el superor-
ganiciSinO de Durkheim. Veamos la siguiente cita:
l
Lo social o cultural (.. ,] en su esencia son no individualeS. La civilizaci<;in,
como tal, sólo empieza donde termina el individuo; nadie que no perCiba
en cierta medida esto (...] podrá encontrar ningún significado en la civili-
. zación; y la historia solamente significará para él una tediosa mezcolanza,
o. una oportunidad para la práctica del arte{1952, 40).
SegúiJ. Kroeber, lo superorgánico no es s6lo suprabiológico, sino
también·. supraindividual. Fuera de la sociedad, el individuo no es
más que un organismo biológico. Aunque la civilización cobra exis-
tencia a través de la combinaCión de individuos, no puede;sei: enten-
dida ·como una resultante -"la suma total d~ las operaciones
psíquicaS de ·dichos individuos"--', sino sólo como llOa entidad, más
allá de ellos; es decir, con10 algo' que surge>Se piensa que esta enti-
dad "superpsíquica" tiene vida propia, análoga a la de un organismo
individual, pero· que se desarrolla en uil plano de ;la realidad ~upe­
rior; Donde el-proceso dela vida orgánica nos da. una biografía, elde
. la existencia supérorgánica neis ofrece culttita e hiStoria (Kroeber,
i95441, 49; 53-54). . ; '
276 EVOLUCIÓN Y VIDA SCX::IAL
Es evidente que esto equivale a elaborar la historia en un sentido
radicalmente distinto de la "historia" boasiana de ·las poblaciones
portadoras de cultura. Encontrar un significado en la historia, para
Kr<>eber, significaba verlo no como una secuencia cronológica sin di-
rección de entidades y sucesos no recurrentes, sino como un proceso
determinado de. desarrollo (Bidney, 1953, 52). Ya analizam<_>s esta di-
ferencia a fondo en el capítulo III, y no necesitamos repetirlo. Sin
embargo, es importante destacar la forma en que Kroeber fue lleva-
do por su concepto de lo superorgánico al postular el dualismo entre
los humanos como jndividuos orgánicos y como _seres culturales en
cÜmpleta armonía con los conceptos de Durkheim en ese sentido.
"El hombre", escribía, "está formado por dos aspectos: es una subs-
tancia orgánica ... y también una tablilla escrita". Empero, la fuente
del mensaje es extrínseca a cada uno de los individuos que la portan,
"externa e impuesta en ellos" (1952, 32). Para Boas, el ser cultural
del hombre era un aspecto de su propia individualidad. Naturalmen-
te, era la indiferencia de Kroeber. ante la cultura del individuo, y la
atribución a esta última de un objetivo que trascendía las disposicio-
nes residualmente inatas de los individuos bajo su control, lo que
más preocupaba a sll5 crilegas boasianos. Como Goldenweiser insis-
tía en su respuesta a Kroeber, la biografía del "individuo concreto"
manifiesta una psiq11e única constituida no sólo por las facultades
que ha recibido a través de la herencia, sino también por la selección
de elementos transmitidos y absorbidos de la herencia cultural de los \
individuos que lo rodean. Por lo tanto, "la corriente de civilización
no ~s solamente portada sino también inexorablemente alimentada
por los seres que forman parte de ella" (Goldenweiser, 1917; 449).
Spn quienes la inscriben y los inscritos. · .
lCómo podía Kroeber sostener al mismo tiempo dos posiciones.
contradictorias, argumentando· (con Boas) que la. cultura está com-
pletamente contenida en la mente de los individuos y, a pesar de ello
(con Dur~eim) que Uega a ellos desde una fuente externa en un ni-
vel trascendental y supraindividual de la realidad? Parece,que la r~s­
P\lesta se sustenta en el hecho de que, al momento de escribir, no
existía ninguna convención clara que regulara el uso de los térmiqos
cl~ve, "social'¡ y "cultural", ni tampoco habían sido diferen9adps.3
Kroeber presenta, e.d forma bastante confusa; sus argumentos en tér-
min()s ·c:le la qj>9sición entre la "individualidad mental" y lo "culti,Jral-
m,ent~. social" (1952, 41). Aquí se ven implícit~ dos dicotomías
totalmente opu~stas: por un lado entre el individuo y la colect_ividad;
pQr el otrp, entre lo inato y lo adquirido. Lógicainente, la vida colec-
tiva;·es una condipón,p(U"a la transmisión de una tr~dici(>D cultural.
entre .generacione~~ esto es, .para transferir el contenido ideaci,o:Oal
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SCX::IAL? 277
de una mente a otra. Entonces, se puede decir que la cultura es "so-
cial" en su forma· de .reproducción. Sin embargo, con la substitución
consistente del término "social'' por "cwtur.al", fue muy sencillo
creer que la tradición es básicamente social en su forma de existencia
-de ahí que su lugar está en una conciencia supraindividual. Esa-es
la razón por la cuaJ Kroeber imaginaba que demostrar la autonomía
de la tradición del control hereditario equivalía, ipso Jacto, a afirmar ·
su· carácter como emergente supraindividual. Años más tarde, se re-
tractaría de muchas de sus ideas sobre las esencias superpsíquicas, lo
que fue significativamente suficiente en el contexto del esclareci-
miento de la diferencia social y cultural (1952, 22-23, 112). Es vital
para nosotros considerar más de cerca la forma en que se estableció
tal distinción.
Inicialmente el· problema surgió al preguntarse si las hormigas son
organismos sociales. Con su tendencia caracteríf.tica por la inconsis-
tencia conceptual, Kroeber había establecido al Jnismo tiempo que la
hormiga es social y antisocial:
Social porque se asocia; pero dista rriucho de ser social en el sentido de
poseer una civilización, de dejarse de llevar por fuerzas no orgánicas, pero
mejor sería afirmar que se trata de un ser antisocial (1952, 31 ).
-.
El primer sentido social aquí concuerda por completo con el uso que
le da Spencer. Entonces, la sociedad de las hormigas es supero~Ráni~_
CO; Supuestamente, lo que les hace falta a las hormigas es una cultura
superorgánica. Bernhard Stern fue uno de los primeros en expresar
con claridad este contraste. "La diferencia entre lo social y lo cultu•
ral";'sostenía "se explica en la distinción que existe entre lo orgánico
y lo superorgánico; lo biológico y lo cultural" {1929, 264). Una socie-
dad esta formada por la agrupación e interacción de organismos in-
dividuales; los animales carentes de cultura pueden disfrutar de una
vida social, pero no al contrario. Como la asociación es una condi-
ción para la reproducción de la cultura mediante la enseñanza y el
aprendizaje; sería imposible que los animales asociales tuvieran una
tradición cultural (véase también Hallowell, 1960b, 329; Bonner,
1980, 76). Con eltiempo; Kroeber aceptaría los argumentos de Stern.
En una autocrítica a sus contrastespreviosentre "la sociedad ctiltu-
ral del hombre y la fálsa: sociedad sin cultura de las hormigas", Kroe~
ber reconoce que "hoy en día séría mejor afirmar que la sociedad de
las hormigas es una sociedad genuina, pero que manifiesta una seu-
docultura" ·(1952, 52, 56).:Más adelante acepta· como "axioma" .que
las dimensiones social y cultural "se ·pueden-distinguir en· principio
porque las sociedades se'<lan entré muchas eSpecies subhumanas:de
"',~.::"'·~-:~·~·-·:-:-< ~"
278 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
animales carentes de una cultura tangible". La existencia de sociedades
complejas entre los insectos demuestra que "en términos de desarrollo
y evolución, la sociedad precede en mucho y, por lo tanto, sustenta a la
cultura" (Krüeber, 1963,122, 176; véase también 1948, 7-10).· ·
.Lo particularmente interesante es que, una vez eliminada la idea
de que la esencia de la cultura es superpsíquica, Kroeber estaba listo
para aceptar una definición totalmente spenceriana de la sociedad.
Sucedía lo mismo con los seguidores de Boas quienes, desde el prin-
cipio, habían insistido en que el origen de la cultura estaba en la
mente individual; actuando como un almacén de elementos rectbidos
de otras mentes y que,. a su vez, seguirían siendo transmitidos (e. g.
Goldenweiser,-1939:59). Si la cultura no surge mediante la interpene- ·
tración de las mentes en un nivel superior, sino que es contenida en
forma separada en cada una, y ,si los contenidos culturales dirigen el
pensamiento y la conducta de aquellos cuyas mentes ocupan, se pue-
de concluir lógicamente que la sociedad no puede ser más que el re-
sultado de sus interacciones. En otras palabras, es el producto·
interno del contacto externo de individuos diferentes, autónomos,
cuya asociación es completamente predecible tomando en cuenta las
propiedades constitutivas de su "naturaleza". La única diferencia en-
tre esta postúra y la actitud ortodoxa de Spencer es que debe enten-
derse que la "naturaleza" no sólo incluye lo transmitido a nivel
genético sino también \os elementos culturalmente adquiri(iios de \a
individualidad; La sociedad se concibe, de cualquier forma, en tér-
minos puramente instrumentales como un elemento accesorio .para
la ejecución de fmes extrasociales inherentes a la.constitución cultu-
ral o genética de los individuos que forman parte de ella. 'En esi:e
sentido;. los argumentos aparentemente opuestos de la antropología
cultural y la sociebiología, volviendo a Bóas y Spencer ·respectiva-
mente, son bastante parecidos: "para· uno, lo social representa el ins-
trumento de la cultura; para el otro, es · el instrumento de •· la
naturaleza (biogenética]" (Ingold, 1983a,·16). La incompatibilidad de·
estas posturas· alternativas· se deriva de su misma semejanZa.: al con~
traponer lo natural con la determinación cultural; no nos dan otra al~
ternativa más qbe elegir entre uno y otro. '• .· .
Apegándose en gran ·medida a la tradición boasiana, Kluckhohn
da· una defmición más suscinta de la dicotomía entre sociedad y la
cultura, que servirá para ejemplifiCar nuestras observaciones; ·, ···· ..·
Puesto que la cu~tura·es una:a~tracción, e5 impartant~ no confundirJa
cultura con la SOCiedad. Esta ultima se refiere a un grupo de personas que
interactúan .más entre sf que con otros individuos -:-quienes coq~ran ert
fo~ C()Djunta ~ra.~lcanz.ar ciertos. übjetiyos. Es posi~le ver y h,asta 1.:9117
' "1
· ..··
f lQUÉ FS UNA RElACIÓN SCX:::IAL? 279
tar a los miembros de una sociedad. La "cultura" se refiere a las formas
caract~rfsticasde vivir de dichogrupo (Kluckhohn, 1949, 24; véase tam-
bién Kroeber y Kluckhobn, 1952, 135-136, donde lo social se coósidera
como lo "interactiVo''). .
,. Para Klu~~ohn, al igual que para ,Spencer, la sociedad es una .red de
interacciones. observadas por. individuos cooperativos,. pero los fmes
que persiguen son culturalmente definidos y, por lo ~an~9. es~cos,
)
para dete~ada tradición .más que para una tradición lJ.D.iversal. Es
revelador comparar el. concepto ,de. Kluckhohn par quien una socie-
dad está formada por determinado número. de individuos, con las
observaciones de Kroeber sobre el mismo tema, escritas en 1917
cuando aún ~staba a favor del suprapsiquismo: . ·
[... ]toda la biologfa tiene necesariamente esta referencia directa al indivi-
duo [...]LaS ideas deDarwin, por supuesto, se refieren ala raza: empero,
· un millar de individuos no forman una sociedad (1952, 40-41 ). ·
Treinta. años· más tarde, Kroeber estaba listo para aceptar, junto con
KluckhóhD, q11e éierto núJ11ero de individuos sí hacen la sódedad, y
que laidea dda cúlturaes uria abstracción, al igual que el concepto
de.raza, · · · ·.· · ·
.
:-,.
,. P~emos ahor~..de Kroeber a Radcliffe.Bro~ su gran Contemporá-
neo y fun~ador de la tradkióJ1 de ~ antropología social. AunHU~ nin-
guno de Jos. 4~~. (;()!J.cebía con ~~masiada. slarida<fla, ~dea ~e la
cultura,. era. indu~able que la preocupación de Rad~liffe~BroW,n (al
igual que ~pe)lcef) se central>!! eri la evolucióll_de soci~dad.(195Í,
4-8), Enr.ealida4 insist!a, en queJos argumentosantievolucionistas d~
.a
Bo~ y S1JS seguidores, puesto q:ue ~.centraban en los f!fnóme¡}o,~
cult~~es, "no Jienen ninguna relación con la teoría de la ~vplución
soci,al':.lJna v~z más, esta teoría era de Spencer (Rad<;liffe~B.roWI,l,
1947, 80). §ucedí~lo mismo co11Ja definición "preliminar de· lo~.f~-
nómenQs.soci~es": . .. ·
.·..:. ·. Nos,debemos encargar de tas rel;,¡~one8 de asocl~ción entre organisrric
L. lndiVidualel¡. 'Eó' un panal c!xiSten reláciones de esta naturaleza e~tréJa
llli re.iná':··las;abejaS ooteras y los zánganas: Sucede lo misQ1ó en tlr) teoatió,
i{~· C:On la' madre y sus cachorros[.:.}; En la aritrópalogfa soCial; oomotadefi~'
no, lo qóe del,emos investigar son las formas de asOciación entre·tos seres
~~~~ ~"humanos (1952, 189). · ·
.
* ,iR'
l@l.·
t§F.
'\ ':;
Dichas fottnas de asociación; sugería Radcliffe, ya no se deberán se-
guir considerando como fenómenos de la ctilttira,.máS oe:lo:que pu-
.. ,;:;/'~;
. ··"" ' .:>"' •;:,<..•.;-,~.-: ·:::

280 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
dieran ser las relaciones de las abejas en el panal, las cuales ofrecen
un ejemplo de· lo superorgánico a lo que se refería Spencer (1947, 79,
nota 1). La compleja red de interacciones que se da ~n un grupo de
seres humanos individuales es lo que Radcliffe-Brown denomina "es-
tructura social". Continúa sugiriendo que, así como el organismo in-
dividual está formado por la combinación de células, y estas últimas
por moléculas, el superorganismo social está forniado por la mezcla
d~ los individuos· que forman parte de él (1952, 190).
En esta fase de su razonamiento, basándose en las ideas de Spen•
cer, Radcliffe-Brown cambia radicalmente a la forma de pensar de
Durkheim. En la sociedad, como en el organismo, la vidáde laspár-
tes se supedita a la existencia corporal del todo; por lo tanto, "los fe-
nómenos sociales que observamos en la sociedad humana no son· el
resultado inmediato de la naturaleza de los seres humanos por sepa-
rado, sino de la estructura social mediante la cual se mantienen uni-
dos" (1952, 190-191). Con esto, la. estructura pronto deja de ser una
red de interacciones y aparece nuevamente como la disposición de
instituciones reguladoras, una propiedad emergente de la fusión
de los individuos én una entidad colectiva. Es cierto que Radcliffe-
Brown es oonsciente de este cambio y S~ esfuerzápor mantener la di-
ferencia entre los dos sentidos de lo social diferenciando la
estructura social de lo que denomina "forma estructural" -esta últi-
ma denota la abstracción derivada de la masa de casos observados a
nivel empírico. Sin embargo, dicha abstracción pronto se convierte
en una realidad concreta y, al hacerlo; la forma estructUta:lse combi-
na con la: idea de la estructura social misma. En realidad, la diferen-
cia entre· estructura y forma ha sido desechada ·por niuchos de los
seguidores de Radcliffe'-Brown quienes; al preferir, buscar la durk-
heimiana más que la spenceñana en las teorías ae:su maestro, sé
conforman con percibir la estructura social como especie de marco
normativo, o como· un sistema-de reglas (Fórtes; 1949, 56). Son pro-
. fundos los efectos de este cambio de énfasis en la concepción de la
sociabilidad, de lo recíproco a lo normativo. Ya mencionamos algu-
nos de ellos en e~ capítulo IV. En lo que se refiere a la realidad como
"una inmensa multitud de acciones e interacciones de seres huma-
nos", la vida sociál •aparece coino un proceso coritinuo; del cual cada
estructura social es un Corte transversal "tomado eii cierto momen-
to~· {Rad~J,iffe-J3ro~·.t952,.4, ·í92). ·:Empero, ~~ vez q~e tá reálidad
se concibe como la "dispos~ción ordenada de partes de lqs compo-
nentes", parece que tratamos con una entidad separada y no con un
proceso, la vida social se convierte en la :vida de la sociedad, y la con-
tinuidad se remplaza pór la dicotomía de la persistencia y el .cam:bío
estructurales-(1952, 9,11); _. ·
r
-~
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL? 281
Al igual que Durkheim, Radcliffe-Brown sostiene que el hombre
es dual: es un individuo y una persona, un organismo y un ser social.
Comenzando con la estructura social como un superorganismo spen-
ceñano, una asociación de individuos, concluye -solamente cinco
páginas después- con la estructura social como un superorganismo
... durkheimiano, un eoiljunto ordenado de personas, que posee una vi-
da propia impuesta en la existencia de los elementos orgánicos que
lo constituyen. En el capítulo m se habló sobre los conceptos de
~adcliffe-Brown acerca de la persona; se refiere a una parte o posi-
ción en un orden normativo. "No podemos estudiar a las personas
más que en términos de estructura social, tampoco podemos .analizar
la estructura social más que en términos de las personas que son las
unidades que la componen" (1952, 194). Pero si es así, lQué debe-
mos hacer con la "sociedad" de las abejas? Es indudable que eada
abeja es un organismo individual, pero también es igualmente seguro
que no se trata de una persona. Si la sociedad está constituida por un
sistema de relaciones entre personas, en los términos de Radcliffe-
Brown, entonces las abejas no pueden ser sociales. En realidad, ten-
dríamos razón al restringir la sociabilidad a los seres capaces de
proyectar y exteriorizar sus expeñencias compartidas subjetivas al ni~
vel de las ideas, de las que se establecen las representaciones coleCti-
vas. Así .son .los seres humanos,. como sostenía Dtrrkheim: aQejas
asociadas como individuos, pero el hombre en sí vive socialmente.
,1 No obstante, si. nos basamos en este razonamiento, la diferenci~ en~
tre cultura y sociedad, sobre la que insistía tanto Radcliffe-Brown,
parece ser muy tenue. !.
Consideremos una vez más su fundamento. La asociación de laS
abejas en el. panal, de los ciervos en la manada, etcétera, como argu-
menta Radcliffe-Brown; "no creo que a los fenómenos sociales se les
puede calificar de culturales" (1952, 189). Si el panal es una socie-
dad, y si se afirma que las abejas carecen de cultUra, se debe consi-
derar lo social y lo cultural como cosas distintas. Era lo que sostenía
también Stem, y Kroeber lo haría más tarde. Pero sohunelite se apli_.
ca cuando la vida social es entendida como el resultado de las .inte'-
racciones. individuales. Cuando se trata· de seres. humanos, quienes
bajo ninguna circunstancia carecen de cultura, el razonamiento im.-
pliea que el origen de la cultura debe estar en' la mente,de los ih.divi-
duos interactuantes. Como hemos visto, JVoeber · originalmente
aparta la. cultura· de lo individual, ubicándola en'oo nivel de _syrgi'-
. inÍento supraindividual de la conciencia. Mientras tant(), Rad~liffe­
BroWn. separando eL organismo de la persona /social, transfería; el
_concepto de la socjedad del campo biológico de las cosas materiales . . ._
al dominio
.
suprabiológico
.
de las ideas. 'Ambos Uegan<a,Ja
·....
esencia
··- .
vi;,·
 .0.---o..-~~~~----- ---··-------

282 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL

¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL? 283
Biológico Suprabiológico

A e
Relación social
Individual
Orgánico Cultural i
~: ~-

o ty
d
D Kroeber

Radcliffe-Brow
Supraindividual
Sodol "SociocuUurnl" Hermano
Hermana

FIGURA 22. Spencer, Durk.heim, Boas y lo superorgánico.

tal; imaginaria que es supraindividual y suprabiológica, una esencia Cultura

que. en nuestros días-(aparentemente basada en Sorokin)·se denomi- -r
na '-'sistema sociocultural". Cuando los términos "sociedad" y "cultu.,
ra'': se emplean de manera indistinta, como casi siempre sucede en la

.
bibliografía contemporánea, se trata de un. signo evidente de que es- ~.

.
tá impücita cierta esencia. Todo lo que debemos decir al respecto es
que la creencia en su existencia es una consecuencia directa- dela fa-
lacia en relación con la idea mal entendida acerca de lo concreto, la -r. - .

11\~/j'
.

materialización de lo que es, en el mejor de los casos; una abstrac-

ción_conveniente.4 , · _ -
Npestr-as
1
ideas se resumen en la figura 22; El cuadro correspon~
diente a 1a letra A pertenece al- organismo, el individuo biológico.
Los otros tres cuadros corresponden a los tres sentidos de-lo super-
orgánico: spenceriano (cuadro .B), boasiano (cuadro e) y durkhei-
miano (cua9ro D). Nos falta demostrar que, si Radcliffe-Brown se
hubiera sujetado en forma .consistente a -la,concepción spenceriana
de;Ja sociedad, y jl la diferenciación entre lo _social y lo cultural, ha-
br$a concluido que las,unidades constitutivas de la sociedad humana
noson,las:personas como,partes en el-orden normativo que proponía
Dur:kheim, sino indivicJ.uos boasianos portadores de cultura. La dife-
rencia 'enqe COncebir -la estructura social como un conjunto de per5o,.,
1 ~X - . ~y
FIGURA 23. La "relación social" cpmo un acuerdo.entre partes en un ordeñ regulativo
(arriba) y como una interacci?r,t entre individuosdotadOs de cúltura_ (abajo). .
- ··-
sonalidad; Aquí la relación ·social es la relación .fraternal genérica
"hermano-hermana", que consiste en una serie de reglas que contro-
lan el comportamiento mutuo de los poseedores y clefmen sus dere~
chos y deberes respectivos---Empero, ld6nde están dichas reglas? ,La
respuesta boasiana es que se encuentran_enla mente de los in.divi-
1' duos. Forman par-te de un sistema cultural que está dentro de cada
:t··
integrante, de la misma forma que el sistema -genético se· encuentra
~{ adentro de cada organismo; Son compartidos porque esos indiViduos

~~o!'k~~d:O!nd::::n~::~:-=:·:J:~~t~~~~~~~~:\:~-
nl!S·Y como la interacción· de individuos, en los ·sentidos ya aducidos,
¡·,
s~muestra en forma;esquemática en la figura23.>En el-diagrama-de
1~<:
la página 283, X y _Y.; son individuos que, en términos de Radcliffe--' esencia común de individualidad superpsíquica. Entonces, romo se
Brown. .parecen ocupar .posiciones institucionalizadas -digamos~
de hermano y--hennana, términos que denotan elementos de_ Ja pei~:
~l aprecia .enla parte inferior de la figura 23; la relación fórmal: de_fra'"
ternidad se. adjudica aJa cultura más que•a :la,SQciedád.y, ·CQmo;Jal;
Jllft;
t: en
está contenida los indivldüos X y Y más· que·con1:enerlos a ellós" Se

~ -·

284 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
trata de la relación entre las partes de un programa que se incorpora
en ambos, aunque la relación social existe de manera directa entre X
y Y como actores. Por lo tanto, la vida social está constituida por la
suma de asociaciones interactivas de tipo X-Y, que se presentan en
forma espontánea en una población de individuos. Sin duda, todo es-
to, nos remite a la interpretación inicial de Radcliffe-Brown respecto
de la estructura social como "una compleja red de relaciones que en
realidad existen [entre] un cierto número de seres humanos indivi-
duales" (1952, 190). Tampoco se altera de ninguna forma el sentido
de lo social si pasamos de los seres humanos a las abejas, quienes su-
puestamente carecen de cultura; X podría ser una abeja reina, y Y
una obrera o un zángano. Aunque la relación "reina-obrera" o "rei-
na-zángano" podría inscribirse en la constitución genética común de
los individuos implícitos, la relación social seguiría siendo la interac-
ción X-Y entre abejas particulares.
Tomando en cuenta las frecuentes alusiones de Radcliffe-Brown a la
vida social de las abejas, y las de Kroeber a la de las hormigas, sería
bueno considerar lo que los estudiosos del comportamiento de los
inseCtos -y en realidad los etologistas y sociobiólogos en general-
eh verdad quieren decir cuando hablan de "sociedades': de animales
no humanos. Lorenznos presenta un caso extremo. Considera que la
forma más "primitiva" de la sociedad, la línea básica de la evoiución
social, es "la congregación anónima"' como el banco de peces, den-
tro del cual "no existe estructura social de ninguna especie... sino !IDa
inmensa colección de elementos similares" (1966, 123). Sin embargo,
gran parte de ·los autores concordáríah con el· centenario precepto
spenceriano en torno a que ''la mera agregación dé individuos en un
grupo iio los (;()nstituye ·en una sociedad". La cooperación, siempre
insistía Spencer; "es automáticamente aquella que no puede existir
sin tina sociedad,, y por la que existe esta última" (1182; 11, 244)~ En-
conúamqs esta idea. expresada en la definición de. un conotado so-:
dóbíól?go: ·· ; · .Spencer (Thompsón, 1958, 298-308). Wdson ofrece una lista más
"süci~ad: grupo de individuos que pertenecen a la misma especie y se or-
ganizan en forma cooperativa. El criterio principal para aplicar el término
,~'sociedad" es la existencia de una comunicación recfproca de naturaleza coo-
;: peratiya que~, más allá de la simple actividad sexual (Wilson, 1978, 222).
Según: Dobzhansky, una vez más, "la sociedad es un compuesto de..
individl,l9S ·unidos por intera~iones cooperativas; qué sir\ren 'para
mantener uná vida común" (1962, ·58)~ Para, Alexander, "la sociabili-:
. . '>"•;.:···
1
1
{ ¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL'? 285
1
'
dad significa vivir en grupo" (1974, 326). Por último, Emerson define
la sociedad como un "grupo que manifiesta una división sistemática
del trabajo entre adultos del mismo sexo". Prosigue para señalar que
los sistemas culturales humanos ·son funcionalmente ·análogos a ·los
1 sistemas genéticos .en los animales carentes de cultura, cuando gene-
·l
'j ran patrones específicos de asociación. ·"Gran parte del· comporta-
!. miento social de ·los insectos está determinado a nivel genético a
través de comunicación simbólica [pero] los símbolos poseen muchas
caraderíSticas funcionales de los genes" (E:merson, 1958, 331).
Estas definiciones hablan,por sí mismas. Es sorprendente su seme-
janza·conla concepción spenceriana original, y su aplicación perma-
nente tiene, en gran medida, la misma base.5 Para que su significado
se aplique tanto a las colonias de insectos como a las comunidades
humanas, ofrecen la perspectiva de una teoría unida de la evolución
(Ingold, .. 1938a, 5). -Las semejanzas se extienden hasta los· diversos
criterios aducidos para determinar la ubicación de cualquier socie-
dad en una escala universal de la sociabilidad en evolución. Estos
·;, son los criterios de Spencer:
Al igual que los grupos en evolución, las sociedades muestran cierta inte-
gración, por el simple incremento de la masa y por la agrupación y reagru-_
pación de las masas. El paso de la homogeneidad a la heterogeneidad está
ilustrado de muchas formas [... ]. Con la heterogeneidap .e integración
progresivas~ dá úna precisió_n cada vez mayor[...]. Siempre se c~mple la
fórmula de la· evolución, como el avanee hacia un· mayor tamafto, cohe-
rencia, variedad de formas y precisión. (1876, I, 617-618) · · ' -
Tho~pson clasifiea cinco formas de sociabilidad comparando ·Jos
grupos sociales de los insectos y los humanos: tamaño y densidad,
coherencia, sintalidad (elgrado en que los miembros del grupo·son
capaces de actuar como una unidad coordinada), estabilidad (la con-
sistencia de las relaciones con el paso del tiempo), y la pei'tneabili-
dad Oa ID.edida en que el grupo permite la_ integraéión de in<f!Vidu,os
ajenos). Dichos criterios, exceptuando el último, son básicamente de
completa de lO "cualidades de la sociabilidad", muchas de las cuales
~ se. ptu~den dériyar ~~nte de la fórmula spenceriana (Wdson,
. rj.
198(), 12~14). La, primera, el tamaño t,lel grupo, no requiere mayores
comentarios. La ~l!h!!f'encia y el nivel y elpatrón de relación so¡;i varie-
d~t<Je!!; dél critei;i~ d~ S~Ócer,res~cto.ije la ~coherencia'\ b~do,en
y
lét, (jjStiridón:mó<lerna entré densjdad y á~ibilidad· en análisis de
la5 redes ·S<>Ciai~ (véáse Mitcheíl, 19§9, :tj-20). La ''perineabilidm.f';
e.
com9Ja defu}é Wtlson,. equivale al con~ptó de, "ágtupación ·de las
¡.:. .
' . -----·· . .-. .----. . - . . . . . . '.
~
!
~
--
;.
~.;-
-.-- -·" ._,_..-~- -..-.-:..,;n--::;··¡-~~~~~;~;;•.-;"""'i"•'·:'-:-·.·-:.-;•.::-;:-,·,-.-.-·.-,·--: •. , -· ., , -- , ..
286 EVOLUCIÓN Y VIDA SOCIAL
masas" de Spencer, pues no tiene que ver con la inserción de indivi-
1 lQUÉ ES UNA RElACIÓN SOCIAL?
duo$ ajenos sino con la fusión de grupos completos. Como tal, se tra-
ta de un aspecto de lo que Spencer denomina"integración", aunque
la cualidad de Wtlson en relación-con la separación en categorías co-
rresponde a la ''precisión" de Spencer. La diferencia de roles y la inte-
gración de ta conducta reflejan, ·claramente, la idea de una división
del trabajo en evolución que Spencer denota mediante el cambio "de
la homogeneidad a la heterogeneidad". Solámente tres de los crite-
rios de Wuson no pueden ajustarse al paradignta spenceriano. Se tra-
ta de la distribución demográfica de los individuos en la sociedad, el
nivel en el flujo de información entre ellos y, por último, la fracción
de. tiempo ·dedicada a la conducta social. Más adelante considerare-
mos el último de estos criterios.
Existe-un ciclo evidente en la premisa sociobiológica la cual, una
vez concebido el orden de la naturaleza en la imagen de la sociedad
civil, afirma que esta última se fundamenta en-bases naturales._(Sah-
lins, 1976a, 101-107; Ingold, 1983a, 5). Parece que, hace más de un si-
glo, Marx y Engels quienes, interpretando muchas de las metáforas
de Darwin -tomadas en forma bastante literal por Spencer y aque-
llos de sus discípulos que se denominaban "darwinistas"- reflejaron
la idea contemporánea de la sociedad· éomo algo- constituido por la
interacción d~ uria 'multitud de intereses distintos y contrapuestos.
"En ·las teorías de -Darwin,, escribió M~ "el· reino _aninial figura
como Un.~ sociedad civil".- Año~·inás tarde, Engels seguiría esta mis-
ma línea en una eruta dirigida aLavr9v: - vida social se deriva de la "naturaleza" extras'ocial de·individu<>s au-
~~s !as teorías darwinistas acerca de la lucha por la vida simplemente
1mp11can el cambio de la sociedad a-la naturaleza viviente de la doctrina
d(! .!Iobbes en cuanto al belhun omnium contra omnes y a la doctrina de la
burguesfa-eeonómica de la_ competencia junto con la doctrina maltusiana
. de_ la po~lación. Cuand9 se ha hecho este :acto de magia (...JlaS mismas
teo¡Ja~ ~ vuelven a transferir de la Ílaturale~ orgánica a la historia y ah o-
- ·~ ~ aseguraquese ha demostrado su valid~z oomoleyes etef:DaS de la
- sociedad (Engels, 1875; véase también Marx; 1862; ambaS citas prOvienen
·de Schmidt, 1971: 16-47~·-' : ,_ - • - · ' - · - ------
Para ser jllstos oonDarWin,' debería recal~se que su empleo de 'ex--
presiones metafóricas núrica.'dejó de'exiStir;~y que tampOcó'Si sentía
muy 5atisfecho. eón ellas." Ca5 "tooría5 darwiriistas" a las que-aludía
Engels en _realidad eran de· ~penéertpu6s ·fue- éfquien, después de
todo~ agregó im gii-9 bobbesiano:·al~'"lu~há'por·-¡á\ii(la'' ál plantearla
como "la ·supei'vivenci.a dtDüs-, JJJ#t~ptcis'~ (Veasé cilPitulb-1)~ 'como
he~os·Visto;'el prototipopára:l~'coiícewón sóciQbiqlógiéa de'la S<}o .
ciedad áhimal también se·hállat:á en ~-t'eüría8 dc{Spericer~-lnás que
il!'
',•'',
en las de Darwin. Por lo tanto, es poco sorprendente que cuando los
sociobiólogos analizan por extensión de los animales a los seres hu-'
1El
manos, llegan a la "solidaridad industrial" spenceriana, reorganizada
en todos sus aspectos fundamentales.
Sin embargo; describir el ciclo como una oscilación "entre la cultu-
ralización de la naturaleza y la naturalización de la cultura", como lo
hace Sahlins (1976a, 105), solamente crea confusiones. Las objecio-
ne¡; reales y auténticas de Sahlins en cuanto a .la sociobiología no di-
fieren substancialmente de las que Kroeber, 60 años antes, había
apQDtado a Spencer, con respecto al "vaivén" entre lo inato y lo ad-
quirido. Ahora ese vaivén sitúa hipotéticamente a los genes adjudi-
cando· disposiciones culturales y procediendo a derivar lo último de lo
primero, remplazando la desacreditada herencia lantarckiana :de
las cualidades adquiridas con un mecanismo de asimilación genética
que simula sus efectos (Lumsden y Wtlson, 1981, 21-22)~_Empero, al
!gual gue 'MarX: v Engels nuestra preociJpación radica en la "n.atuiaJi..;
zación" no de la cultura sino de la sociedad. Es algo que también se
le puede adjudicar a la sociobiología y a la antropología· cultural,
disciplinas con las que concuerda Sah1ins. Esto se debe a que el cambio·
de lo humano a lo animal en la concepción spenceriana de la sociedad
como una serie de interacciones cooperativas, ha sido ·seguidO par fá
transferencia· invertida de las. sociedades de animales baSadaS en lo ·
genético a las sociedades de ·gru~ huinanos es~ fundamenta~
das en lo cultural; sin afectar en lo más mínimo la preriñsa de que la
tónomos.6 El resultado de esta doble transferenci~ como lo ha sefuilildo
Bidney consiste simplemente en substituir un fatalismo (cultural) por el
igualmente objetable fathlismo (genético) al que se opone (Bidney,
1953, 136, véase también Midgley; 1980, 29). ·En realidad, ningUno de
los dos' sentidas de la sociabilidad hasta áhora hallados, ei recíproco y
el normativo, nos permite comprender la vida Social como el proctSó
creativo a través del ctiallos sereS humanos se;relacionan ~Dtre sí ooilio
autores y actores de sus papeles. Por tal motivO, debemos aducir un ter-
cer sentido, completamente distinto de los anterioreS. · ·· · ·
LAcON~aóNDE~P~NM
ConsiderémüS·las alternativas.· Según la concepción de la vida Social
como un proceso recíproco, la cultura se op<)ne a la sociedad C()IDO
proyecto preéOilstitui<Jo a los efectos'agregados de sú ·ej~uc,ión por
parte• de lá Población de individuOs en cuya mente está ooliténi(fo~.
De acuerdo CoD 13 idea de Ía sociedad. cllino lÜ1 Sistema. oolmátiVo
i
/ J.

288 EVOLUCIÓN Y-VIDA SOCIAL
para el. control positivo de la conducta práctica,. la estructura social
se mezcla con la· cultura· como un proyecto por llevarse a cabo, ubi~
cado a mvel superpsíquico. En cualquier caso, el individuo particu-
lar, viviendo en sociedad, aparentemente sólo ~xiste para poner en
práctica un programa en cuya elaboración no participó; en este sen-
tido, no importa si las "relaciones sociales" se conciben para enlazar
partes del programa o a los. individuos que lo ponen en práctica (véa-
se, figura 23). Para lleg;¡tr a. nue5tro ter~r sentido de la vida social,
del que ya hemos hablado en-capítulos anteriores, es.necesario to-
mar algo de las otras alternativas y agregar algo más que no está in-
cluido en ellas; es decir, el concepto del individuo como un agente
consciente y subjetivo. Lo que tomamos de la concep<:ión interactiva
es la.idea de la vida social como un proceso que se da entre indivi-
duoi. particulares. Sin embargo, consideramos este proceso no en
términos estadísticos como Iesultante de una masa de asOCiaciones
entr~ indiViduos at~mi~minos ~o.J?ºl~o.~!_de­
s~ un ~..e2..:~~p.es m~~s en el c:u.al.J¡:¡,s per-
soñas·nomleractúan para. constituirse mutuamente a.luJar.go--deJa
~~fia::~a~:~~-P.iitis>ici~~Oéa-:De§JlUés ·®_todo1 .la ~­
ción, sólo ·se PU.~-~~-!l~Yé~Lª,._<dl..QQ_yJ!t,t~.,.9J?i~tivos a_qua5~l.~s d~cir,
"yii IJ.~<;hQ~,;~y-por lo, Janto tiene que diferenciarse radicalmeñte del
proceso por el cual nosformam0 s CÓID.O sujetos. A ese proceso le lla-
mamos la vida social de las' personas. Del COilsepto de la sociedad .
como, ,\mil. entidad regtiladora tomamos la ide~ de que las intenciones
y los propósitos de las personas no se conceden antes de su ingreso a
l~ relaciones .sociales, sino que en realida,d tienen su origen en el do-
minio social. Por con~igu.iente, rechazamos la .premisa utilitaria res-
pecto a"que el contenido de las relaciones soeiales es exclusivamente
ins~ru.me_n.tal y que proporciona Una serie .de medios para satisfacer
los fines naturales o. culturalmente defmidos de los indiViduos. Por
otiaj):ute,no aceptamoda atribuciÓn. del propósito a una entidad
sup,l'apsíquiC,a s~_parap.a lla,ma4a ,''sqciedad"' con autoridad para ac~ -
tuar g>mo agencia central d~ dirección~ Sustentam~ que el motivo
~el propósito es ll per.sona ~ma, si bien lo pr~ero (lo que el~di­
VIduo se propone) al1gual que lo segundo (qmen es) se constituye
por sus relaciones con los demás;
. Ahora bien, es precisamente este concepto "constitutivo" relatiV,O
a la sociedad lo que da fon:na a los primeros escritos de Marx. La si-
guie~te (;i_ta, to~ada delo~m~~critos de. 1844,.. es. .definitiva:.·_
..
~ . ..
- ...
·~· ·. ..
;'· - . . .
~- .-· . ' -···.' '
-
,_.,~br~.:~odo,de~m~·~t~; ~tuhlr de nue.vo a.ta)·~é$d~; ~m~ ~11~­
\ no son concebidas voluntariamente por sujetos cuya conciencia es de al-
- :a~u-¿tcclóó com·~ra<fu con .~t,lq<iivjpuo~ ELin9ividuo-es .e(~er,. sosia/.· S,u ..:
~~~º,~~·.~un .<::u~"' el() qu~ no~ ·lllailifiest~ en)~ f~~_directa d~ un,(
1
i ¡
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN SOCIAL?
vida comunal en asociación con otros, es por ende una expresión y confir-
289
j mación de la vida social (1964a, 137-138).
1
-~ Por "individuo" Marx se refiere al sujeto particular que, lejos de ser
i un simple medio para la existencia de una "sociedad" hipostatizada,
conforme al concepto durkheimiano, se constituye en un · agente
esencial por su participación en las relaciones sociales. El hombre es
l un ser social como actor, no como parte. Al hablar de la vida· del su-
!
:~ jeto y de la vida social, no estamos interesados en los procesos análo-
gos sino en los procesos idénticos, pues la vida del sujeto es social.
Este pasaje refuta las interpretaciones "estructuralistas" de Marx
que transforman las abstracciones de la estructura social en agentes
históricos activos, y-que llevan a cuestas las personas, concebidas pa-
ra vivir más bien para la sociedad que para vivir en sociedad. Pero
asimismo se opone a las lecturas "tecnicistas" que dan por supuesto
que las relaciones sociales están constituidas por normas de asocia- ·
ción cooperativa apropiadas para el desarrollo de ciertas tecnologías
't bajo determinadas condiciones ambientales. Esto, según las palabras
1 de Avineri, serviría para restituir la-esfera de la sociedad "desprovis--
¡ ta de todo contenido no instrumental" (1968, 88). ComO lo manifies-
¡
\¡ ta Marx, la constitución recíproca de las personas como · seres
l! sociales, sus dotes de identidad y propósito, no tienen directanlénte
(;
¡j nada que ver si se asocian, o hasta que punto lo hacen, en labúsque~
t da adecuada a sus respectivos ideales. Así,el concepto "constituUvo"
de las relaciones sociales debe diferenciarse de los conceptos· ''inte-
ractivo" y del "normativo". . {. ·
1
-~'1
Esta..o;; observaciones nos ayudarán a comprender uno de los mani-
fiestos más debatidos de Marx, en su prefacio de A conrribution to
the critique ofpolitical economy, respecto a que""eri la producCión so-
cial de su existencia, los hombres participan de manera inevitable en
las relaciones definitivas, las cuales son independientes de· su volun-
tad" 7• Marx continúa explicando en- forma clara la diferencia eritre ·
infraestructura económica. y superestructura política legal, ·conclu- ·
yendo con su célebre aforismo: "No es la conciencia de los hombtes·
lo que determina su existencia, sino su existencia social liYque deter-
mina su conciencia". (1970 (1859], 20-21). El'concepto·de Marx, co-
mo ya señalé en otra parte; consistía simplemente en que: · ·
[.~.]las relaciones sociales constituyen al sujeto·conscienteyvoluntariosó, y
gún modo otorgada con anterioridad, como silos individuos tuvieran una
exist'<n~ia independiente y.subjetiva. fuera de, y opu~ta .a, la sociedad -(Jn-
....,
..· gq~(J, 1983a; 9). ~- ·