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Hernán Ricardo Briceño Ávalos

Hernán Ricardo Briceño Ávalos
ÚLTIMAS PUBLICACIONES
DE LA UNFV

· Historia y compromiso por el Per¨ .


Homenaje a la obra de Javier Tantale‹ n,
de Carlos Contreras, Martín Monsalve,
Cristóbal Aljovín, Germán Peralta, Hugo Hernán Ricardo Briceño Ávalos
Neira, Javier Barreda, Antonio Zapata,
Víctor Andrés Ponce, María del Pilar Es economista, máster of science en políticas
públicas por la Universidad de Maastricht &
Tello, Susana Pinilla, Pablo Macera.
Universidad de Naciones Unidas, Holanda (2012-
· Did‹ ctica general, de Bertha Navarro.
· Metodolog‰
a de la investigaci£n
cuantitativa para las ciencias sociales, de
LA ECONOMÍA LABORAL 2013), y máster of arts en desarrollo internacional,
por la Hankuk University of Foreign Studies, Corea
del Sur (2011-2012).

·
Roberto Ángeles.
Dise¢o de plan de tesis e informe de
investigaci£n en ciencias de la salud, de
Glenn Lozano Zanelly, José Luis la Rosa
INFORMAL Posee estudios de maestría en economía en la
Pontificia Universidad Católica de Chile (2000-
2002). Como bachiller en economía, por la
Universidad Nacional Federico Villarreal, logró el
Botonero, José María Viaña Pérez y
Manuel Antonio Mendoza Segura.
EN EL PERÚ primer puesto de la promoción (1992-1996).

Es profesor de la Unidad de Posgrado de la


· Palabra de negro, de Richard Leonardo.
Políticas públicas para promover el Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de

LA ECONOMÍA LABORAL INFORMAL EN EL PERÚ


empleo formal y la implementación la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad Nacional Federico Villarreal. Fue

PRÓXIMAS PUBLICACIONES del seguro de desempleo profesor de economía laboral y microeconomía de


las universidades San Ignacio de Loyola y San
DE LA UNFV Martín de Porres, en Lima, Perú; y asesor
económico del Ministerio de Trabajo y Promoción
· Esclavos y cimarrones en el Trujillo colonial, de del Empleo.
Bernard Lavallé.
· El feminismo cat£lico en el Per¨ : Zoila Aurora Ponente en «The 15th Korea-Latin American
Business Forum», Seúl - Corea del Sur (noviembre,
C‹ ceres (1872-1958), de María Inés Valdivia
2011); «30ª Reunión de Trabajo del Grupo de la
Acuña. Pequeña y Mediana Empresa», del Foro
· A la luz de la sombra: De bello Gallico, de Económico Asia-Pacífico (APEC), Hong Kong-
Renato Bautista Rojas. China (Junio, 2010); y «Tercera Conferencia de
· Amor en aulas, patios y m‹ sÖ Publicación de Economía Laboral-CEL III», Lima (octubre, 2009).

los ganadores y menciones honrosas del


Ha sido columnista de los diarios “El Comercio”,
Primer Concurso de Cuentos de Amor
“Gestión” y “El Peruano”, y colaborador de los
Universitario 2017. diarios “La República”, “Expreso” y “UNO”.

Publicaciones: “Micro y pequeñas exportaciones


por envíos postales” (2008).
Capítulo 4
Implementación del seguro
de desempleo 1

101

Introducción

De manera acertada, en la última contienda electoral a la Presidencia de la


República se hizo hincapié en que el problema en el Perú son la baja calidad
del empleo, el subempleo, la elevada informalidad del mercado laboral y su
baja productividad. Más del 70 % no está en planilla —dicho de otro modo,
solo uno de cada cuatro trabajadores está en ella—, requiriéndose capacitar
especialmente a los trabajadores menos productivos, como son los empleados
por las microempresas,2 e implementar reformas laborales adecuadas. Sin
embargo, debemos ir más allá e identificar políticas más precisas y concretas;
por ejemplo, promover la reducción de los costos de contratación laboral
y de despido, aunque esto último suene impopular para la fuerza laboral,
trabajadores y sindicatos. En este sentido, es necesaria la implementación
de nuevos instrumentos técnico-económicos que lleven a la reducción de
estos costos laborales, tales como un seguro de desempleo administrado
por el sector privado.3

1 Este capítulo se basa en Briceño (2011).


2 Hoy, las distintas entidades gubernamentales, sobre todo los ministerios, capacitan a los
trabajadores indistintamente, sin importar si proceden de la empresa grande, mediana,
pequeña o micro. Por lo tanto, también es importante desarrollar políticas de focaliza-
ción, pues los recursos del Estado son insuficientes para satisfacer las demandas o nece-
sidades de todos los trabajadores, y se debe priorizar la capacitación a los trabajadores
que proceden de la microempresa, para contribuir a incrementar su productividad.
3 De acuerdo con una publicación del diario Gestión (28-2-2011), esto último también
es compatible con las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), mediante el Convenio 44, ratificado por el Estado peruano en 1962.
102 La economía laboral informal en el Perú

La adopción en nuestro país de un seguro de desempleo, con el objetivo


de reducir los costos de contratación formal de nuevos trabajadores, reducir
la informalidad y que forme parte de la seguridad social, se debió analizar
y discutir en los diversos planes de gobierno, ya que no se está dando un
uso correcto a los aportes a la actual compensación por tiempo de servicio
(CTS), e incluso no se están cumpliendo los objetivos para los que se creó
inicialmente: proteger al trabajador en caso de quedar sin empleo después
de haber estado trabajando un periodo. En este sentido, es mejor que exista
un seguro de desempleo, para que los «ahorros» periódicos contingentes,
destinados a casos fortuitos de desempleo, no se desvíen hacia otros fines
personales o familiares, o a objetivos gubernamentales de corto plazo.
Por ejemplo, el gobierno de García (2006-2011) consideró conveniente
otorgar mayor liquidez (disponibilidad de retiro) a los trabajadores —de
los depósitos de sus CTS—, para reactivar la demanda interna del país
cuando estuvo en peligro de contraerse, ante la crisis financiera interna-
cional desa-tada a fines de 2007, desvirtuándose así la finalidad de este
esquema de protección social.4
Estos seguros de desempleo son cuentas propias de los trabajadores,
financiados por ellos mismos (a través de sus empleadores, a lo largo de su
vida laboral) o por el Estado (con subsidios parciales); de implementarse
en el Perú, estos los pueden administrar instituciones privadas, empresas
aseguradoras o incluso las mismas administradoras de fondos de pensiones
(AFP), bajo la supervisión de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP
(SBS), pagaderos solo en casos fortuitos; es decir, cuando el trabajador
realmente pierda su trabajo o se quede sin empleo durante un periodo
de tiempo, pues la respuesta óptima ante la incertidumbre o el riesgo de
sufrir un siniestro, en este caso, de quedarse sin empleo, es precisamente
adquirir un «seguro de desempleo»;5 y no mantener un ahorro periódico
en una cuenta bancaria, caja, mutual, etc., como sucede actualmente con
la CTS en el Perú. Esto permitiría que el costo del empleo formal en el
país disminuyera, pudiendo las empresas contratar nuevos trabajadores.
Hoy, al momento de evaluar la contratación de un nuevo trabajador, el

4 Esto fue criticado por muchos analistas, pues resultó ser una medida poco técnica que
atenta contra la seguridad misma de los trabajadores. IPE (10-10-2010).
5 La empresa aseguradora pagaría la póliza solo si ocurre el siniestro o el evento adver-
so. Un contrato implementado solo cuando ocurra un estado particular se denomina
«contrato de estado contingente».
Implementación del seguro de desempleo 103

empleador coloca en el lado de los costos de contratación el pago —dos


veces al año— de la compensación por tiempo de servicio (9,72 % de la
planilla anual) y de la indemnización si se trata de un despido injustificado
(9,72 % + 12,50 % de la planilla anual), los mismos que paradójicamente
actúan como una barrera a la entrada o a la contratación formal de nuevos
trabajadores.
Para finalizar esta primera sección, hay que recordar que desde la elimina-
ción de la estabilidad laboral (1996) e implementación del pago por despido
arbitrario (lo cual constituyó una efectiva reducción de los costos de despido)
no se han producido notables reformas al respecto. Asimismo, en ese lustro
de la década de 1990 se introdujo la posibilidad de contratos laborales tem-
porales (Saavedra y Maruyama, 1999); se privatizó parcialmente el servicio
de administración de los fondos de jubilación de los trabajadores (privado
y público), implementándose parcialmente las administradoras privadas
de fondos de pensiones (AFP);6 y se hicieron algunas modificaciones a la
compensación por tiempo de servicio (CTS), sin discutir la posibilidad de
implementar los seguros de desempleo. Estos hechos se dieron de la mano
con la estabilidad del nivel de precios y las cuentas fiscales, el proceso de
apertura comercial, el fomento a las inversiones privadas —nacionales y
extranjeras—, la reinserción en la comunidad financiera internacional, entre
otros avances en materia económica.

Evidencia internacional de los seguros de desempleo

La existencia de un seguro de desempleo es compatible con el objetivo


actual de muchos gobiernos en el mundo, de posicionarse en un punto
intermedio entre la protección social de los trabajadores y la necesaria
flexibilidad del mercado laboral (en donde interactúan la oferta de trabajo,
por parte de las personas en edad de trabajar, y la demanda laboral, por
parte de las empresas). Esos países están desarrollando el concepto «flexi-
curity», combinando una regulación flexible, redes de seguridad social

6 Los resultados hubieran sido mejores si el sistema de pensiones se privatiza en su tota-


lidad, como ha ocurrido en otros países de la región. No es cierto que si se deja que los
trabajadores elijan entre el sistema nacional de pensiones y el privado, se obtendrían
mejores resultados, como bien expresaron algunos políticos. Esto, también, porque
algunos trabajadores tienen aversión al riesgo y preferirían permanecer en el sistema
pensionario de reparto estatal antiguo y recibir una baja pensión.
104 La economía laboral informal en el Perú

(como pensiones de jubilación, seguros «médicos» y de «desempleo») y


políticas sociales activas (de capacitación, apoyo a la búsqueda de empleo,
etc.); estas últimas, con el fin de proteger a los trabajadores de la pérdida de
empleo repentino, y su transición hacia la búsqueda de un nuevo empleo.7
No olvidemos que el seguro de desempleo es también parte del concepto
amplio de la seguridad social, que no solo debería incluir los aspectos de
«salud» y «pensiones de jubilación» hoy existentes en el Perú. Por lo tanto,
se le debió dar más espacio en la reciente discusión pública de los planes de
gobierno propuestos para el quinquenio 2016-2021, más aún ante la falta
de propuestas concretas en materia laboral, desde el punto de vista de la
eficiencia económica.8
En este sentido, en la agenda del nuevo gobierno (quinquenio 2016-2021)
se debe considerar prioritaria la implementación del seguro de desempleo,
por más complicado que parezca, debido a que los beneficios de los seguros
en general se basan en formulaciones matemáticas y estadísticas (como la
«Ley de los grandes números»).9 Esto, también, a la luz de lo implementado
por algunos países socios comerciales, que buscan tener mercados laborales
más competitivos y exportar con mejores costos, como por ejemplo Singapur,
en el sudeste asiático, que en 2009 eliminó los «pagos mínimos por despidos»
y migró hacia el «seguro de desempleo»; o Chile, que lo adoptó a inicios
de la década de 2000 como una medida de seguridad social. En América
Latina, hoy solo seis países cuentan con seguro de desempleo: Argentina,
Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela; algunos de ellos con ingreso
per cápita similar al peruano.
Esto se debería, entre otras causas, a los escasos incentivos para el desa-
rrollo del seguro de desempleo y otras formas socializadas de protección de
los ingresos laborales, dado que las indemnizaciones por despido funcionan
como seguro de ingresos. En la mayoría de los países, las indemnizaciones
por despido injustificado o involuntario son la única medida de protección
ante el desempleo.10 Sin embargo, para el caso peruano también se incluye,
7 World Bank. (2009). Doing Business. Employing Workers. Chapter. pp. 22-26.
8 Sin embargo, en el Plan de Gobierno (2016-2021) del actual Presidente, se le prestó
especial atención al «seguro de desempleo» y se propuso su implementación.
9 La probabilidad de que un evento le ocurra específicamente a una persona, es menor al
hecho de que pueda ocurrirle a alguien. Se relaciona con el promedio de una sucesión
de variables conforme se incrementa el número de ensayos.
10 Secretaría de Trabajo y Fomento del Empleo. Memoria del Programa de Seguro de Des-
empleo. México, 25, mayo 2008, p. 10.
Implementación del seguro de desempleo 105

en teoría, la compensación por tiempo de servicio (CTS), como protección al


ser despedido; asimismo, en el gobierno de García (2006-2011), tras la crisis
financiera internacional, se implementaron políticas activas con programas
de capacitación laboral para mejorar la empleabilidad y reincorporación al
mercado laboral,11 como Revalora Perú, a cargo del Ministerio de Trabajo
y Promoción del Empleo.
En el caso de los países industrializados (Alemania, Austria, Bélgica,
Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Islandia, Luxemburgo, Noruega,
Países Bajos, Portugal, Suecia y Suiza), los sistemas de protección contra
el desempleo se caracterizan por el alto nivel y la larga duración de sus
gastos de prestaciones del seguro de desempleo, una amplia cobertura y
varios estratos legislativos de protección contra el desempleo, que apuntan
a aumentar la seguridad del empleo.12 Este esquema no es recomendable
para el caso peruano, pues el tiempo promedio que una persona puede estar
desempleada es de menos de un año, unos cinco o seis meses; la experiencia
de los países industrializados puede prestarse para intentar defraudar al
sistema (riesgo moral), así que se debe atar las pólizas (o pagos mensuales)
del seguro al hecho que los desempleados se estén capacitando o buscando
empleo activamente, mediante una agencia estatal.
Como bien señala un documento del Banco Interamericano de Desa-
rrollo (BID), la motivación de tales programas de subsidio al desempleo e
ingresos laborales es doble; por un lado, se busca ofrecer un seguro contra
el riesgo de pérdida de empleo por causas ajenas a la voluntad o acción del
trabajador, pues, dado que los trabajadores tienen acceso limitado al mercado
de capitales, estos programas proveen una fuente de ingreso que reduce la
inestabilidad del consumo y mejora el bienestar. Por otro lado, en la medida
en que los seguros promueven la movilidad del factor trabajo, reduciendo
los costos en que incurren los trabajadores ante los cambios en la tecnología
o la demanda de bienes o servicios, estos programas contribuyen a mejorar
la eficiencia en la asignación correcta de recursos productivos (BID, 1997,
II, Cap. 6).

11 Adicionalmente, la escasa cultura económica y de aseguramiento existente, que


lleva al desconocimiento de los beneficios que generan los «seguros» en general,
como la difusión del riesgo y sus costos, tras la aplicación de la «Ley de los grandes
números».
12 Secretaría de Trabajo y Fomento del Empleo. Memoria del Programa de Seguro de Des-
empleo. México, 25, mayo 2008, p. 10.
106 La economía laboral informal en el Perú

Beneficios y fundamentos para su implementación

Sin lugar a dudas, con la presencia en el Perú de un seguro de desempleo, en


vez de una simple compensación por tiempo de servicios (CTS), se lograrían
diversos beneficios en términos privados y sociales, como resultado de la apli-
cación de un «seguro», adicional a la reducción de los costos de contratación
laboral promedio y de despido. De esta forma, y de acuerdo al documento
de trabajo clásico de Ehrlich y Becker (1972), se trata de la adquisición de
un servicio intermedio, no deseado por sí mismo, pero sí como un medio o
instrumento destinado a satisfacer necesidades básicas finales; esto, quizá
como la demanda de factores de producción para la elaboración de un bien
final, de tal forma que el mercado de seguro redistribuye el ingreso y, con-
secuentemente, oportunidades de consumo hacia los estados o momentos
de menor dotación (o poder adquisitivo). (Ehrlich & Becker, 1972.)

Beneficios generales de los seguros

Entre los beneficios para el país, que se obtendrían con la implementación del
seguro de desempleo, estarían el cumplimiento del principio de la «difusión
del costo del riesgo» de quedarse desempleado (de acuerdo a la teoría de los
seguros y la «Ley de los grandes números»).13 Se promovería una cultura
del aseguramiento en el Perú, la misma que es muy reducida en compara-
ción con países desarrollados e incluso con países latinoamericanos como
Chile y Colombia. Si el trabajador gana muy poco o si existe un problema
económico generalizado que prolongue el periodo de desempleo, el Estado
peruano podría intervenir focalizadamente mediante un subsidio parcial,
como sucede en países que ya poseen este esquema de protección social: Esta-
dos Unidos de América, Canadá, Japón, México, entre otros. Actualmente,
con la compensación por tiempo de servicio en el Perú, es imposible que el
Estado intervenga de forma óptima, por ejemplo, con subsidios parciales
ante la prolongación del desempleo involuntario; al contrario, más bien se
ha estimulado la utilización de la CTS, dejando una mayor proporción a
libre disponibilidad del trabajador.
Otro tema a considerar es que el estar desempleado es un «caso fortuito»,
eventual, probabilístico, pues no todos los trabajadores están desempleados

13 http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_los_grandes_n%C3%BAmeros
Implementación del seguro de desempleo 107

en un mismo momento, sino solo algunos; de la misma forma, las personas


se capacitan para obtener un oficio, profesión y trabajar, y no para estar des-
empleadas. En este caso, los que sí están trabajando ayudarían parcialmente a
financiar las pólizas pagadas a los trabajadores que pierden su empleo en algún
momento (de alguna forma se aceptaría el concepto del subsidio cruzado).
Esto es lo que en economía se conoce con el nombre de cumplimiento de la
«Ley de los grandes números», la cual señala que los fenómenos eventuales
se producen —o manifiestan— al examinar continuadamente un mismo
acontecimiento cuya irregularidad decrece hasta generar una constante, a
medida que aumenta el número de veces en que se realiza la observación, o se
extiende la masa de hechos a los que se aplica la observación. En ese sentido,
se deben considerar los beneficios que proporcionan los seguros a la población
asegurada: los trabajadores. «De la misma forma, aquellas personas que sí
se encuentran trabajando y no reciben póliza de seguro, estarían tranquilas
porque sabrían que serían compensadas si tuvieran la mala fortuna de que
les ocurriera lo mismo a ellas, quedándose sin empleo».14
A lo anterior podría sumarse otra forma de diversificar el riesgo que per-
mite este seguro de desempleo, el cual tiene que ver con la creación de un
«fondo de reserva» por las mismas aseguradoras para que los trabajadores
aporten, independientemente de estar o no desempleados; este fondo serviría
precisamente para hacer frente a episodios en que exista una mayor canti-
dad de trabajadores desempleados. Definitivamente, los aportes al mismo
podrían invertirse también para ganar intereses.
Así, si el trabajador adquiere una póliza de seguro15 K, deberá pagar un
OK (el precio de una unidad monetaria de póliza; una fracción de S/ 1), de
modo que si no sufre la situación fortuita, tendrá como ingreso C = m − OK;
pero si se quedara sin empleo, su ingreso sería C = m − SyS − OK + K (m es la
sumatoria de los ingresos que recibe el trabajador por todo concepto, incluido

14 Este ejemplo es un caso de «difusión del riesgo»: suponiendo que los riesgos fueran
independientes, cada demandante del seguro (trabajador) difundiría su riesgo a todos
los demás y, de esa manera, reduciría la cantidad de riesgo en que incurra. (Varian,
2006, p. 233.)
15 Una alternativa de solución al tema del seguro de desempleo, que puede ser más ba-
rata y consistente con el espíritu de esta propuesta, sería crear un sistema mixto, en el
que parte del periodo de desempleo se financie con las indemnizaciones por años de
servicio, y la otra parte con un seguro de desempleo propiamente dicho. Esto podría
desincentivar el despido por parte del empleador, al estar obligado a pagar la indemni-
zación (Coloma, 1995).
108 La economía laboral informal en el Perú

su sueldo o salario SyS). En este último caso, el trabajador también paga la


póliza que compra; sin embargo, si se queda desempleado, obtiene un ingreso
K (equivalente a la póliza de seguro de desempleo), compensando así la pér-
dida de su ingreso, dado que ha sido despedido. Este podría, además, incluir
rentas de alquileres de alguna propiedad inmobiliaria, u otros, de ser el caso.

Costos de despido vs. Seguro de Desempleo


(Publicado en el diario El Comercio 15-02-2011)

La solución a los problemas de subempleo e informalidad laboral no pasa


solo por capacitar a los trabajadores menos productivos. Debemos ir más allá
e identificar políticas laborales precisas, por ejemplo, reducir los «costos de
contratación laboral y de despido». Para ello es necesario implementar ins-
trumentos que efectivamente disminuyan esos costos, como el denominado
seguro de desempleo. Esto considerando además que actualmente no se le da
el uso correcto a la compensación por tiempo de servicio (CTS).
Es mejor que exista un seguro de desempleo explícito para que los ahorros
destinados a casos fortuitos de desempleo no sean desviados hacia otros fines
(como la reactivación de la demanda). Hay que analizar, en ese sentido, lo
implementado por algunos socios comerciales. Singapur, por ejemplo, cambió
los «pagos mínimos por despidos» en el 2009 por seguros de desempleo; y
Chile lo hizo a inicios de los años 2000.
Estos seguros de desempleo son cuentas propias de los trabajadores
financiados por ellos mismos, sus empleadores y/o el Estado (con subsidios
parciales) y administrados por instituciones privadas, aseguradoras o AFP.
Son pagados solo en casos fortuitos en que el trabajador pierda su empleo,
pues la respuesta óptima ante el riesgo de quedarse sin empleo debería ser
precisamente adquirir un seguro de desempleo. Esto hará precisamente
que el costo del empleo formal en el país disminuya, dado que al momento
de evaluar la contratación de un nuevo trabajador, el empleador considera
el pago de la CTS (dos veces al año) y la indemnización de tratarse de un
despido injustificado.
Sin lugar a dudas, con la presencia de un seguro de desempleo, en vez de
una simple CTS, se diversificaría el costo del riesgo de quedarse desempleado,
se promovería el desarrollo de una cultura del aseguramiento en el Perú, la cual
es reducida respecto de países desarrollados, e incluso comparándonos con
Chile y Colombia. En el caso de que el trabajador gane muy poco, o exista un
problema económico en el que se prolongue el periodo de desempleo gene-
Implementación del seguro de desempleo 109

ralizado, el Estado podría intervenir mediante un subsidio parcial como lo


sucedido en países que hoy en día ya poseen este esquema de protección social.
Un trabajador que ha permanecido un año laborando en una empresa
bajo el régimen de la actividad laboral privada, al momento de ser despedido
debería recibir de su empleador: (a) un 9,72 % de planilla anual por compen-
sación por tiempo de servicios, y de ser el caso (b) la indemnización si se trata
de un despido injustificado, de 12,50 % de la planilla anual (equivalente a 1,5
sueldos promedio mensuales). En caso que el trabajador sea separado de su
puesto por finalización del contrato, renuncia, comportamientos antiéticos
y/o desleales en perjuicio del empleador, la indemnización no aplica.
Desde luego que un seguro cubriría todos estos costos permitiendo la
reducción de los costos de despido de aquellos trabajadores contratados for-
malmente, el cual podría ascender solo entre 3 y 5 % de la planilla anual de
una empresa, frente al actual de entre 10-22 %.

Reducción de los costos de contratación y despido16

Un trabajador contratado por un año en una empresa bajo el régimen


laboral de la actividad privada (de acuerdo al Decreto Legislativo N.° 728),
representa un costo adicional de contratación laboral del 45,97 % del costo
anual de la remuneración pactada,17 incluyéndose la compensación por
tiempo de servicio (CTS), las dos gratificaciones anuales (Fiestas Patrias y
Navidad), vacaciones, el pago mensual de la seguridad social de salud; pero
sin incluir pago alguno por despido intempestivo (injustificado), de acuerdo
a las columnas 2 y 3 del Cuadro 4.1. Esto, sin incluir otras aportaciones
o contribuciones sociales a cargo del empleador en actividades laborales
especiales, que varían en función de la actividad económica en que se des-
envuelve la empresa, las labores que realizan los trabajadores y el tiempo de
servicio alcanzado, que tranquilamente pueden representar más del 20 %,
de conformidad con lo presentado en el Cuadro 4.2.
Sin embargo, en caso de tratarse de un despido injustificado, el trabajador
tiene derecho a ser indemnizado, lo que representa 12,50 % de la planilla
anual (equivalente a 1,5 sueldos por año de servicio), hasta un máximo de
16 Parte de esta sección se basa en un comentario periodístico de mi autoría, publicado
en el diario El Comercio, 15-02-2011.
17 Considera la compensación por tiempo de servicio (CTS), equivalente a 9,72 % del
salario anual.
110 La economía laboral informal en el Perú

Cuadro 4.1
Costos de contratación y despido de un trabajador*

En caso de despido justificado En caso de despido injustificado

S/ (anual) % S/ (anual) %
Remuneración mensual S/ 600,00 7 200,00 100% 7 200,00 100%
CTS 700,00 9,72% 700,00 9,72%
Gratificación 1 200,00 16,67% 1 200,00 16,67%
Vacaciones 600,00 8,33% 600,00 8,33%
EsSalud 67,50 11,25% 67,50 11,25%
Indemnización por despido arbitrario** - - 900,00 12,50%
Subtotal anual 9 767,50 145,97% 10 667,50 158,47%
% Costo adicional sobre la planilla 45,97% 58,47%

Obs.- En este ejemplo el trabajador percibe la RMV de S/ 600.


* No incluye la aportación pagada por el mismo trabajador al sistema de pensiones público
o privado (AFP).
** El empleador debe pagar una indemnización equivalente a 1,5 sueldos mensuales por
año laborado, hasta un máximo de 12 sueldos (8 años).
Leyenda:
CTS: Compensación por tiempo de servicio.
EsSalud: Aporte por seguridad social de salud.

doce sueldos; es decir, equivalente a ocho años de servicio. De esta forma,


los costos de contratación y despido laboral, en estas circunstancias, esta-
rían alcanzando hasta el 58,47 % de la remuneración anual pactada (véanse
las dos últimas columnas del Cuadro 4.1), incluyendo todos los aportes o
contribuciones a la seguridad social por parte del empleador, vistos en el
párrafo anterior. Nuevamente, esto no incluye los costos de contratación en
casos de actividades laborales especiales, esbozados en el Cuadro 4.2.
Desde luego que un seguro de desempleo cubriría parte de estos costos,
permitiendo la reducción de los «costos de despido» de los trabajadores
contratados formalmente, lo que podría estar costando solo entre 3 y 5 % de
la planilla de sueldos y salarios anual de una empresa, frente a la actual CTS
y la indemnización por despido arbitrario, que estaría entre 10 y 22 % de la
planilla anual. En el Cuadro 4.1 se explican cuáles son los actuales costos
de contratación laboral y de despido en una empresa de un sector econó-
mico promedio. En el caso de una empresa minera, existe una importante
Implementación del seguro de desempleo 111

Cuadro 4.2
Aportaciones y contribuciones sociales que dependen de otros factores

Otras aportaciones y/o contribuciones % de la remuneración


SCTR* Más de 20%
Seguro de vida 0,53%, 0,71% y 1,41%
Senati** 0,75%
Complemento por trabajo pesado*** 1% y 2%

* SCTR: Seguro complementario de trabajo de riesgo, que varía en función del nivel de
riesgo de la actividad laboral y de las compañías de seguros.
Seguro de vida: 0,53%: empleados
0,71%: obreros
1,41%: para trabajos más riesgosos. En cada caso, se contrata a partir
de cuatro años de servicios y el porcentaje (%) puede variar entre
compañías de seguros.
** Solo para el sector industrial y otros, por trabajadores de mantenimiento y reparación.
*** Construcción (1%) y minería (2%); no incluye el aporte del trabajador; un porcentaje
de igual magnitud.

modificación, pues los aportes o contribuciones por concepto de seguridad


social son superiores18 (Cuadros 4.1 y 4.2).
Veamos a continación un caso práctico en que el empleador paga men-
sualmente una remuneración mínima vital (RMV) equivalente a S/ 600,00;
por ejemplo, en una Mype formal. En este caso se presentan los diversos
rubros que el empleador debe pagar por emplear a un trabajador por con-
cepto de beneficios sociales, seguridad social, aportes y despido. De acuerdo
al Cuadro 4.1, si didácticamente decimos que del total de trabajadores que
perciben esta remuneración, el 75 % es despedido de forma justificada y el
25 % de forma arbitraria, el promedio ponderado (9,72 %) x 0,75 + (9,72 %
+ 12,50 %) x 0,25 = 12,85 % de la planilla anual sería el costo de despido
promedio de los trabajadores que ganan la remuneración mínima vital, que
es bastante considerable frente a un esquema de seguro de desempleo (que
podría costar entre 3 y 5 % de la planilla anual, aunque su determinación
exacta requiere de un estudio de matemática actuarial).
En contraposición, la teoría económica señala que existe un pago o prima
justa por la póliza de seguro adquirida, y se espera que el precio por cada
18 Tenemos el seguro complementario de trabajo de riesgo y aporte complementario por
trabajo pesado.
112 La economía laboral informal en el Perú

unidad monetaria de póliza adquirida (o prima por S/ 1 de seguro adquirido)


sea equivalente a la probabilidad (%) de quedarse desempleados,19 por lo
que se esperaría que cuanto más elevada sea esta probabilidad, el costo de
la póliza también sea mayor, estando —desde luego— el esquema actual de
CTS al margen de lo recomendado por la teoría económica para alcanzar la
eficiencia socioeconómica. Para culminar esta sección, y de forma didáctica,
es preciso señalar que, de acuerdo al marco legal laboral peruano, existen
otros tipos de aportaciones o contribuciones que el empleador paga a diversas
instituciones, esperando recibir una contribución directa sobre los mismos,
como los señalados en el Cuadro 4.2.

Potenciales desventajas: la selección adversa y riesgo moral,


y los deducibles o copagos
En todo mercado de seguros existe el problema de la «información
asimétrica»,20 la cual se entiende como aquella situación en que las compa-
ñías aseguradoras poseen menor información que los potenciales asegurados
acerca de sus productividades laborales y capacidades, posibilidades de gustar-
les estar desempleados, propensión a los accidentes de trabajo, etc. En general,
cuando alguna de las partes que interactúan en el mercado (cualquiera que
sea, como por ejemplo el demandante del seguro de desempleo: «el trabaja-
dor») posee mayor o menor información respecto a la otra parte. Este hecho
ocasionaría que no se conociera exactamente la posibilidad (o probabilidad
estadística) de que un trabajador se quede sin empleo, teniendo la compañía
aseguradora que poner una prima —precio del seguro—promedio, para que
lo puedan adquirir tanto los de «alto riesgo», como los de «bajo riesgo».
Partiendo del hecho de que las compañías aseguradoras cobran el precio
justo a los asegurados (en este caso, los trabajadores que toman un seguro),
se espera que el precio de S/ 1 por póliza de seguro, o la prima, sea igual a
la probabilidad de quedarse desempleado, por lo que el precio sería equiva-
lente a un promedio ponderado: probabilidad de trabajadores de alto riesgo

19 A esto se le conoce también con el nombre de seguro justo, del inglés «insurance fair»,
el cual lleva a que la tasa marginal de sustitución del ingreso, en ambos casos, emplea-
do o desempleado, sea igual.
20 Este problema, así como la existencia de monopolios naturales, bienes públicos y ex-
ternalidades (positivas o negativas), requieren de la presencia o intervención del Esta-
do a través de la regulación económica.
Implementación del seguro de desempleo 113

(PA) multiplicada o ponderada por la fracción de dichos trabajadores, y la


probabilidad de trabajadores de bajo riesgo (PB) multiplicada o ponderada
por la fracción de trabajadores de bajo riesgo. Luego, los perjudicados serían
precisamente los más productivos, que presentan una menor posibilidad de
quedarse sin trabajo, y que deben pagar la misma prima que pagarían los
trabajadores con mayor posibilidad de quedarse sin trabajo (los más riesgosos
serían los menos productivos).
Definitivamente, este potencial problema se reduciría siempre y cuando
pudieran crearse esquemas de seguros diferenciados (pólizas de seguros); por
ejemplo, hasta tres pólizas con tres diferente primas, es decir, una más alta
para los trabajadores que tienen mayor probabilidad de quedarse sin trabajo
y una con menor prima para los que tienen menor probabilidad de quedarse
desempleados;21 este hecho reduciría los subsidios cruzados, que por lo gene-
ral son ineficientes, desde el punto de vista de eficiencia social. Finalmente,
podría suceder que los trabajadores más productivos —con menor posibi-
lidad de perder su trabajo— decidan no demandar ese seguro y por esto el
Estado debe intervenir haciendo que el aseguramiento sea obligatorio para
todos los nuevos trabajadores, y voluntario para los que ya perciben la CTS,
pero desean asegurarse. Todo esto, sin importar el grado de productividad
del trabajador, ni la posibilidad de quedarse desempleado, para que pueda
cumplirse la «Ley de los grandes números» y la difusión del riesgo. Sin duda,
esta intervención ayudaría a la formalización del mercado laboral.
En Estados Unidos de América (EUA) —uno de nuestros principales socios
comerciales y segundo destino de nuestras exportaciones— el financiamiento
del seguro de desempleo se basa en una tasa de impuesto a la planilla, que
varía de acuerdo a la probabilidad de que el empleador origine el uso de los
beneficios, sujeto a un límite inferior y superior. Es decir, se incrementa el
costo del seguro de desempleo para las actividades que crean más desempleo,
ya que un sistema basado en tasas provee un vínculo automático entre la
cantidad de dinero desembolsado y sus ingresos, que además posiblemente
hace del sistema de empleo uno más estable (World Bank, 1995).
Sobre la posibilidad de que exista el «riesgo moral», es decir, que los tra-
bajadores quieran estar desempleados o que la implementación del seguro
de desempleo aumente la probabilidad de que se queden sin empleo, cabe
decir que se puede reducir este riesgo, pues se podría implementar un

21 En caso de crearse otra prima (intermedia), se ganaría en eficiencia socioeconómica.


114 La economía laboral informal en el Perú

Cuadro 4.3
Esquemas de pólizas del seguro de desempleo

Mes Pago mensual A Pago mensual B Pago mensual C

Primero 90 98% 100


Segundo 80 86% 90
Tercero 70 74% 80
Cuarto 60 62% 70
Quinto 50 50% 60
Sexto 40 40% -
Séptimo 30 -.-
Total póliza 420% 410% 400%

Fuente: Elaboración del autor.

deducible o «copago», con el que se puede ir reduciendo la pensión men-


sual, como se presenta didácticamente en el Cuadro 4.3. Por ejemplo, en
todos los esquemas (A, B y C), en el primer mes de estar desempleado el
trabajador recibiría solo una fracción (%) de su último sueldo, reduciéndose
gradualmente hasta llegar a una fracción (%) muy inferior a la percibida
inicialmente, dependiendo del caso.
Didácticamente, podríamos plantear hasta tres esquemas. Sin embargo,
las empresas aseguradoras deberían hacer las estimaciones más rigurosas,
tratando de ofertar diversos esquemas de aseguramiento, dependiendo del
«tipo» (características personales del trabajador), lo cual podría verse como
un «movimiento Pareto superior».
Bajo la premisa de que, en promedio, el trabajador peruano se encuentre
desempleado durante cinco meses, podrían plantearse tres esquemas dis-
tintos. En el primer y segundo esquema el trabajador desempleado recibiría
hasta 4,2 y 4,1 sueldos mensuales, durante siete y seis meses, respectivamente,
de forma decreciente; esto, en el total es mayor, pues el dinero en el tiempo
posee un valor (las empresas aseguradoras podrían aprovecharlo haciendo
algunas aplicaciones productivas: inversiones); lo anterior podría ser si
el trabajador es consciente de que durante su vida laboral se encontraría
desempleado hasta en dos oportunidades (periodos), de tal forma que en
un primer tramo recibiría la póliza en tres o cuatro meses, y en el segundo
tramo el resto de la misma. Estos dos esquemas didácticos podrían ser
planteados para trabajadores con menor productividad, y, por lo tanto, con
Implementación del seguro de desempleo 115

mayor posibilidad de encontrarse desempleados en más de una oportunidad,


por menores periodos de tiempo (por ejemplo, un tramo de cuatro o tres
meses, y el otro de tres meses).
Por otro lado tenemos un tercer esquema que permitiría recibir hasta
cuatro sueldos mensuales, pero en cinco meses, dado que mes a mes se va
reduciendo el pago; este esquema podría ser escogido por los trabajadores
que poseen mayor productividad laboral y que estiman o proyectan que
una sola vez en su vida podrían tener problemas de desempleo, o incluso, si
demoraran menos tiempo buscando y encontrando un trabajo de acuerdo a
sus expectativas y capacidades. Además de este esquema planteado se podría
establecer al interior de cada uno de estos tres esquemas, hasta dos subsiste-
mas (con diferente prima y póliza), de acuerdo a las actividades económicas
en que se desempeñan los trabajadores, pues algunas son más riesgosas que
otras, así que las más riesgosas deberían pagar una mayor prima.
El hecho de demorarse en encontrar un nuevo empleo puede servir para
una mayor ganancia de eficiencia social, ya que el desempleado podría tener
la posibilidad de buscar un empleo que se adapte más a su formación, capaci-
tación, cualidades y destrezas, y, por lo tanto, percibir una mejor retribución.
Asimismo, las compañías que ofrecen el seguro de desempleo requieren que los
beneficiarios (trabajadores desempleados) acepten las ofertas laborales, tomen
cursos de capacitación; por ejemplo, los ofertados a través o por intermedia-
ción de las agencias del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Desde
luego, quienes se conviertan voluntariamente en desempleados no tendrían
derecho a percibir esa póliza de seguro, precisamente para evitar su mal uso.
Otra alternativa distinta al seguro de desempleo, en caso de despido injus-
tificado, sería la que le permitiera al trabajador, al cabo de un mes, recibir la
indemnización de acuerdo al tiempo de servicio, pudiendo el seguro cubrirle
el resto del tiempo que dure su cesantía; en otras palabras, sería aquella parte
de costo de desempleo superior a la indemnización por despido injustificado.
En estas circunstancias, las empresas aseguradoras serían las más preocupadas
por hacer valer el derecho de sus asegurados, los trabajadores despedidos;
reclamarían la agilidad de sus pagos. Así también se reduciría la intervención
del Estado y, en consecuencia, los costos para la administración pública.
En el caso de los trabajadores de las microempresas formales, sería
indispensable la intervención del Estado, para asegurar un subsidio máximo
a los trabajadores que pierdan su empleo. Esto serviría para fomentar la
formalización de este subsector. Por otro lado, su baja productividad hace
116 La economía laboral informal en el Perú

más probable la pérdida de empleos en el mismo, así que este mercado no es


interesante para las empresas aseguradoras. Por un tema de justicia social,
pues se trata del sector laboral paupérrimo, altamente correlacionado con la
población en situación de pobreza, el Estado podría garantizar su viabilidad
a las empresas aseguradoras.

Conclusiones y recomendaciones finales para


la implementación del seguro
Estudiar la implementación del seguro de desempleo estaría a cargo de enti-
dades aseguradoras privadas, en el ámbito de la supervisión y regulación de
la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), para la reducción de
los costos de contratación y el fomento del empleo formal. De ser el caso, la
posibilidad del otorgamiento de un subsidio máximo la evaluaría el Estado,
especialmente para los trabajadores de las microempresas formalizadas, para
que este subsector sea atractivo para las empresas aseguradoras.
Se debe permitir la posibilidad de liberar trabajadores de los sectores
productivos más expuestos a la contracción, o a padecer situaciones adversas
impuestas por la coyuntura internacional, reduciendo los costos de despido,
desapareciendo incluso la indemnización por despido intempestivo, pues no
protege al trabajador del riesgo asociado a la pérdida del empleo, sino que más
bien genera un sobrecosto e inhibe la contratación formal de trabajadores.
La regulación laboral debe buscar la formalización de quienes trabajan
en el sector informal, hoy concentrados básicamente en el segmento de las
microempresas; así como la protección a los trabajadores despedidos, con
mejores incentivos e instrumentos de mercado. Además, se podría incluir el
apoyo estatal a través de los rubros «subsidios» y «capacitación» para lograr
su reinserción al mercado laboral, y difundir los potenciales «beneficios de
la formalización».
Es importante promover el desarrollo de la cultura económica, finan-
ciera y del aseguramiento, para lograr los beneficios que proveen todo tipo
de seguros basados en las teorías matemáticas y estadísticas, «Ley de los
grandes números», evitando dar información errada, al considerar la actual
compensación por tiempo de servicios como un «seguro», como han hecho
algunos medios de comunicación. De igual modo, se debe informar a los
trabajadores sobre los beneficios que proporcionan los seguros en general,
y en especial el de «desempleo».
Implementación del seguro de desempleo 117

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