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El fútbol y las identidades.

Balance preliminar sobre el


estado de la investigación
en América Latina1

Sergio Villena* ración de capital social como para el estableci-


miento de vínculos comunitarios cargados de
El interés de los científicos sociales por estu-
intensidad afectiva. Al contrario, una postura
diar los deportes tiene por objeto conocer las
menos romántica respecto al deporte destaca
funciones sociales que se asignan, en cada
el papel que cumplen las prácticas deportivas
momento y lugar específicos, a las diversas
en la formación y mantenimiento de barreras
prácticas que comprenden ese campo. La
sociales e, incluso, en la generación de violen-
premisa que subyace detrás de estos estudios
cia intergrupal:2 los deportes serían un espacio
radica en que las funciones sociales que el de-
donde concurren grupos rivales entre sí con el
porte puede cumplir desbordan con mucho
fin de competir, mas no sea ritualmente, por
su ampliamente reconocido carácter lúdico
prestigio, honor y, cada vez más, por dinero.
de “entretenimiento” -a veces predilecto y
Asimismo, sobre todo con la profesionali-
usualmente catártico- para las multitudes
zación del deporte, se ha señalado su función
agobiadas por el ritmo de vida contemporá-
de canal de movilidad social ascendente y su
neo. En esta perspectiva, y sin la pretensión
valor pedagógico en el proceso de socializa-
de exhaustividad, se pueden señalar las si-
ción, perspectiva en la cual el deporte se con-
guientes funciones latentes en las prácticas
sidera un canal privilegiado para la transmi-
deportivas que se han logrado identificar en
sión de aquellos valores cívicos que fundamen-
lo que hace a la dimensión social.
tan la convivencia social pacífica y solidaria. La
Los sociólogos han prestado particular
difusión de una ética a través de la elaboración
atención al papel del deporte en los procesos
y difusión de mitologías que tienen a sus hé-
de integración social y de producción de so-
roes ejemplares en deportistas destacados
cialidad, función que se cumpliría a través de
cumplirían, precisamente, ese papel positivo.
la formación de un ámbito comunicativo flui-
Al contrario, se ha destacado también que
do y de acceso relativamente irrestricto en lo
el deporte cumple funciones ideológicas, en
que toca a las barreras sociales diversas (raza,
tanto puede contribuir a la reproducción del
etnia, clase, nación, etc.), el cual tendría la vir-
establishment mediante la socialización de los
tud de operar como arena tanto para la gene-
sectores populares en los valores éticos y esté-
ticos modernos, sobre todo de aquellos pro-
* Coordinador de la Sección General Académica
FLACSO - Costa Rica.
1 Este texto, cuya versión inicial se escribió como prólogo 2 Para algunos autores, la agresión y la violencia son intrín-
a CLACSO (2002), es un producto colateral de la investi- secas a los deportes e, incluso, se consideran –en un conti-
gación “Globalización, identidad nacional y fútbol. El ca- nuo que varía con el tipo de práctica y con el tipo de practi-
so de Costa Rica” que se realiza gracias a una beca Joao cantes–, como positivas en el “carácter” de los y las deportis-
Havelange otorgada por la FIFA. Agradezco a esta institu- tas. Por esa razón, es importante indagar cuáles son los pará-
ción, así como los comentarios de Pablo Alabarces, Luis metros éticos y jurídicos que convierten a determinados ac-
H. Antezana y Andrés Dávila. Desde luego, la responsabi- tos en agresivos y violentos, mientras que valoran a otros co-
lidad por lo expresado es exclusiva del autor. mo “ingredientes necesarios del deporte”. (Ver Finn 1994).

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pios del capitalismo competitivo, aunque, al ra, como la UNESCO, sino también de orga-
mismo tiempo, se promueven ciertos valores nismos internacionales orientados al desarro-
precapitalistas como el honor propio de la éti- llo, como es el caso del Banco Interamericano
ca caballeresca. En esta línea también es posi- de Desarrollo -BID-5. Este proceso está estre-
ble analizar las dimensiones “filantrópica” y chamente relacionado con la conversión de
de “extensión comunitaria” ligadas al deporte, los clubes en sociedades anónimas deportivas,
promovidas por muchas empresas privadas o el desarrollo de los mercados publicitarios y
instituciones estatales. del entretenimiento, así como la constitución
En lo económico, se ha puesto especial én- de un mercado internacional de jugadores de
fasis en señalar la creciente comercialización fútbol, situación esta última que parece ser un
del deporte, se ha destacado a la vez la profe- ejemplo privilegiado de las corrientes diaspó-
sionalización que esta actividad experimenta. ricas que autores como Arjun Appadurai
Desde hace ya varias décadas, analistas del de- (2001) consideran propias de la globalización.
porte con orientación humanista han adverti- Como consecuencia, tal como lo acaban
do constantemente, y al parecer sin éxito, las de evidenciar el escándalo financiero que llevó
consecuencias negativas que tendría la cre- a la cancelación del segundo mundial de clu-
ciente mercantilización del deporte, a la cual bes, así como la controvertida realización de la
habría que sumar su transnacionalización cre- Copa América en Colombia, las noticias de-
ciente, tanto para el cumplimiento de sus portivas se publican cada vez con más frecuen-
funciones de integración y cohesión social, cia en la sección económica de los noticieros y
cuanto para el mismo juego, en su dimensión ya no sólo en las páginas deportivas. Más allá
ética y estética. El deporte estaría dejando de de eso, hoy es fácil constatar que las conversa-
ser una práctica desinteresada y lúdica, para ciones entre aficionados tienen entre sus
asumir el carácter de una pujante rama en la temas principales el costo de los ficha-
industria del entretenimiento, sobre todo me- jes, el valor de los premios en dispu-
diático, con los consecuentes problemas de ta o el costo de los derechos televi-
alienación del trabajo, expropiación del tiem- sivos de su deporte favorito.
po libre, explotación del hincha y aspectos si- En lo político, son por demás co-
milares.3 nocidos los argumentos del “pan y cir-
Es importante notar que la creciente co- co”, de los cuales el semiólogo italiano
mercialización de los deportes, y particular-
mente el fútbol, sobre todo en sus dimensio- 4 En algunos países del sur, particular-
nes de producto de la industria del entreteni- mente Argentina, Brasil y Uruguay, la
miento,4 ha conducido a que éstos pasen a exportación de performing bodies (juga-
formar parte de la agenda ya no sólo de las or- dores y entrenadores) hacia el norte, so-
bre todo hacia los países mediterráneos
ganizaciones destinadas a promover la cultu- de Europa, se ha convertido en un im-
portante negocio. Algunas otras funcio-
3 Se ha destacado, por ejemplo, el elevado grado de disci- nes económicas del fútbol son el desa-
plinamiento corporal en el caso del deporte profesional, rrollo del turismo deportivo, la produc-
con el fin de asegurar su alto rendimiento deportivo y, de ción de programas de entretenimiento y
esa forma, su rentabilidad económica. Por otra parte, la la exportación/importación de señales de
creciente comercialización iría en detrimento de la función televisión en “vivo y directo”, la comer-
de socialidad del deporte, puesto que la presencia del afi- cialización de símbolos y marcas depor-
cionado estaría siendo desplazada desde la participación tivas, así como el desarrollo del mercado
comunitaria hacia el consumismo, ya que el aficionado ya publicitario.
no es interpelado en función de sus pertenencias sociales, 5 Esta entidad ha organizado recientemente dos
sino de su capacidad de consumo. Más aún, como puede seminarios internacionales sobre el tema, “El futu-
observarse en los procesos eliminatorios para los campeo- ro del negocio del fútbol en las Américas” (Was-
natos mundiales, los aficionados son interpelados en fun- hington D.C., el 5 de mayo de 2000) y “El depor-
ción de su pertenencia con el objetivo de inducirlos al con- te, un vehículo para el desarrollo económico y social”
sumo y no a la participación comunitaria. (Santiago de Chile, el 16 de marzo del 2001).
temas
Umberto Eco es un abanderado, que tienen bol”, se han destacado, por ejemplo, las ten-
los deportes en tanto actividad “distractiva” de sas relaciones entre la Unión de Asociaciones
las masas en relación con la discusión de pro- de Fútbol de Europa –UEFA– (por sus siglas
blemas políticos sustantivos y, en general, con en inglés) y la Federación Internacional de
su involucramiento ciudadano en la cosa pú- Fútbol Asociado –FIFA– a partir de 1974.
blica. En este campo, se ha señalado también Hay que recordar que, en ese año, Joao Have-
la recurrente utilización del deporte por parte lange, un brasileño de origen, asume la presi-
de los gobiernos con fines de promoción na- dencia de esta última institución, hasta en-
cionalista y de homogenización cultural mo- tonces controlada por europeos, con el apoyo
dernizante. De igual forma, se ha hecho notar de las federaciones nacionales de países del
el papel del Estado en la generación de políti- hemisferio sur, se destacan los países de Áfri-
cas deportivas inspiradas en ideologías racistas, ca y Asia, los cuales hasta entonces habían te-
higienistas y de control y “domesticación” so- nido una membresía de “segunda clase” (de-
cial. Por otro lado, se ha estudiado el papel de legado de Kuwait en el congreso de FIFA de
esfera de resistencia que puede cumplir el de- 1978, citado en Darby 2002: 97). Como
porte frente a los controles disciplinarios y a la consecuencia de ello, la FIFA implementa un
represión social y política en otros ámbitos de amplio proyecto –apoyado paradójicamente,
la existencia, aspecto muy relacionado con el en lo financiero, por Coca Cola y Adidas- pa-
complejo asunto de la violencia en el deporte. ra desarrollar el fútbol en los países del “tercer
Más aún, la instauración de una comuni- mundo”, sobre todo entre los de África. Una
tas ritual podría interpretarse en una dimen- de las líneas de acción que merece destacarse
sión utópica, en tanto pone en evidencia una es el desarrollo de campeonatos mundiales en
búsqueda de comunidad fraternal, claramen- divisiones menores, los cuales tienen como
te contrapuesta al orden social cada vez más sedes a países “en vías de desarrollo” o, al me-
fracturado. Según los sugerentes textos de Zi- nos, fuera de Europa: por ejemplo, las sedes
zek (1997), podría señalarse aquí que el co- de los campeonatos mundiales “sub 20” han
munitarismo futbolero es un “síntoma” de la sido: Japón 1979, Australia 1981, Chile
fractura social, un espacio donde se produce 1987, Arabia Saudita 1989, Qatar 1995, Ma-
la sutura simbólica entre el imaginario (el de- lasia 1997, Nigeria 1999 y Argentina 2001;
seo) comunitario y su imposibilidad real. Fi- por su parte, los campeonatos “sub 17” se han
nalmente, se ha hecho notar su utilización co- realizado en China 1985, Ecuador 1995,
mo “trampolín” para quienes están interesa- Egipto 1997, Nueva Zelandia 1999 y Trini-
dos en hacer carrera política, aunque esta re- dad y Tobago 2001. Basado en esta situación,
lación parecería estar invirtiéndose debido a Paul Darby (Ibid.) ha señalado que en este
la creciente comercialización del deporte. Ca- periodo el fútbol en África, se ha relacionado
sos como el del controvertido ex presidente estrechamente con el proceso de (des)coloni-
de Ecuador, Abdalá Bucaram, sugieren que la zación, búsqueda de reconocimiento interna-
política puede también ser un trampolín para cional y demanda de equidad global, así co-
llegar a la dirigencia del deporte6. mo con el desarrollo de una política panafri-
El fútbol ha sido también abordado desde cana, sobre la cual se promovió a Sudáfrica
la perspectiva de las relaciones internaciona- como sede para el mundial 2006 (la cual, fi-
les. En lo que el autor francés Pascal Bonifa- nalmente, fue asignada a Alemania en una
ce (1998) ha llamado la “geopolítica del fút- controvertida votación).7

7 Sobre estudios similares realizados sobre el sur de Asia,


6 Una vez que fue elegido presidente, Bucaram utilizó to- ver el número especial “Soccer in South Asia. Empire, Na-
da su influencia para convertirse en presidente del Club tion, Diaspora”, de la Revista Soccer and Society, Vol. 2, Nº
Barcelona de Ecuador, para cumplir así lo que él mismo 2, Summer 2001. Sobre la China, ver Don Jinxia and J.A.
denominó como uno de sus “sueños”. Mangan (2001).

128 ICONOS
Por último, en la dimensión cultural, se ha culados con temas políticos, antes que estric-
destacado la función comunicativa del depor- tamente sociológicos o económicos del de-
te, es decir, su carácter de arena pública en la porte, puede rastrearse desde los pioneros e
que concurren diversos actores sociales con el influyentes estudios que realizaron sobre el
fin de elaborar y hacer manifiesta, usualmen- fútbol los antropólogos Roberto DaMatta,
te bajo formas simbólicas muy elaboradas, su brasileño, y Eduardo Archetti, argentino.
propia concepción sobre la vida y la sociedad. A principios de los años 80, DaMatta bus-
Ahora bien, con la comercialización, hiper- caría comprender cómo el estilo de jugar ca-
mediatización y transnacionalización de los nonizado como propio del Brasil expresaba la
deportes, éstos también adquieren la función forma de ser o la identidad de ese pueblo.
de canal publicitario para productos de diver- Concluía este autor al señalar que los brasile-
so tipo, entre los que se destacan los imple- ños, tanto en el fútbol como en su vida coti-
mentos deportivos, la comida rápida, la cer- diana, mostraban especial predilección por
veza, los equipos electrónicos, etc. Asimismo, “un buen juego de cintura”8. Por su parte,
se ha prestado especial atención al papel del también en la primera mitad de los años 80,
periodismo deportivo como actor fundamen- Archetti inicia una fecunda producción an-
tal en la elaboración y transmisión de imagi- tropológica sobre el fútbol, la cual arranca
narios sociales y, por tanto, en la formación con un análisis del ethos de las hinchadas de
de identidades colectivas diversas. los clubes argentinos, presta especial atención
Otro aspecto que también ha merecido a cómo el comportamiento verbal que éstas
atención es la “subcultura del hincha”, con exhibían en los estadios apuntalaba la cons-
énfasis en el comportamiento simbólico y los trucción de identidades masculinas de cierto
códigos morales de conducta de los aficiona- tipo específico. Sin abandonar su preocupa-
dos y, más recientemente, a su incursión en la ción por las masculinidades —la cual luego
comunicación virtual, con la formación de lo investigaría en otras áreas culturales, como el
que se ha denominado “el hincha virtual”. Un tango y el polo—, este autor ampliaría su
tema menos tratado, pero que merece aten- campo de interés hacia el estudio de la forma-
ción, es la paradójica difusión de patrones es- ción de un imaginario nacionalista argentino
téticos encontrados: mientras el canon clásico en los discursos del periodismo deportivo,
del atleta perfecto (escultural) prevalece como principalmente en la archiconocida revista
elemento central de la épica futbolística (lo “El Gráfico”.9
que ha convertido a los deportistas también Lamentablemente DaMatta y sus asocia-
en sex simbols), la publicidad promueve una dos no continuaron investigando sobre la re-
estética de lo grotesco entre la afición, aunque lación entre fútbol y cultura en el Brasil. Por
paradójicamente esta estética carnavalesca pa- otra parte, si bien Archetti prosigue con sus
rece cumplir, antes que una función de críti- estudios sobre el tema, traslada su residencia
ca, un papel de afirmación del orden. a Noruega y se inserta en un circuito acadé-
Dentro de este amplio espectro temático mico del cual los latinoamericanos están, en
susceptible de ser abordado por las Ciencias general, al margen. Así, pese al auspicioso co-
Sociales, podría señalarse que en América La- mienzo que tuvieron los estudios sobre el fút-
tina, quienes se han interesado por los estu- bol en esta región del mundo, se abrió pron-
dios sociales de los deportes han mostrado to un silencio relativamente prolongado des-
una tendencia general -aunque no exclusiva- de las Ciencias Sociales respecto al deporte en
a privilegiar, como objeto de investigación, general, y al fútbol en particular, el cual se
un problema específico: el proceso de forma-
ción de identidades socioculturales en el mar- 8 Ver principalmente Da Matta et.al (1982)
co de los espectáculos futbolísticos. Esta mar- 9 La producción de este autor se encuentra condensada en
cada inclinación por los temas culturales arti- Archetti (1999-2001)

ICONOS 129
temas
prolongó hasta mediados de la década de los cos, políticos, económicos y culturales sobre
90, momento en el cual emerge un nuevo y los que se estructuran las instituciones y las
renovado interés por esta temática. En esta prácticas en los deportes, y particularmente el
nueva fase, que se mantiene hasta hoy, se pue- llamado “deporte rey”. En esta perspectiva, no
de constatar que, pese a existir una gran dis- parece descabellado plantear la hipótesis de
persión/desarticulación de este subcampo que el amplio interés por los temas relativos a
académico, persiste un fuerte interés por los la construcción de identidades a través del de-
temas relativos a la construcción de identida- porte en América Latina responde también de
des socioculturales de diverso cuño en el mar- alguna forma, a un posible sentimiento de
co de los espectáculos deportivos. pérdida de identidad y comunidad, de insegu-
Algunas publicaciones realizadas en medio ridad ontológica, derivado de las transforma-
de la euforia del proceso clasificatorio hacia el ciones que están sufriendo los deportes, sobre
mundial de Francia 98, hacen evidente ese in- todo el fútbol, ante el embate globalizador.
terés cultural dominante entre quienes se in- En este nuevo contexto, los estudios cul-
teresan desde las Ciencias Sociales por el de- turales sobre el deporte ganan cada vez más
porte en general, y por el fútbol en particu- legitimidad, tanto entre las instituciones co-
lar9. Probablemente, este renovado interés en mo entre la comunidad académica. Talvez el
el deporte, y sobre todo en el fútbol, se deba esfuerzo de mayor importancia, en esta pers-
en mucho, al creciente auge que los estudios pectiva, es la organización de un grupo de tra-
culturales tienen en la región en los años 90, bajo sobre Deporte y Sociedad en el seno de
donde el estudio de la cultura, de las identida- CLACSO, el cual se establece como un mar-
des, los imaginarios y las representaciones, ad- co institucional que está facilitando el esta-
quiere un lugar cada vez más preponderante. blecimiento de vínculos entre investigadores
Otra razón por la que al parecer el estudio que, de manera aislada, realizaban trabajos
del fútbol se convierte en una nueva preocu- puntuales sobre esas temáticas a lo largo y an-
pación académica son las profundas transfor- cho de América Latina. La primera reunión
maciones que el propio deporte atraviesa en internacional de este Grupo de Trabajo, reali-
los últimos 25 años, particularmente durante zada en Cochabamba (Bolivia) en diciembre
la década de los 90, cuando entra en un agu- del año 1999, mostró de manera clara que, si
do proceso de comercialización, transnaciona- bien este encuentro tenía como principal pro-
lización e hipermediatización. Poco a poco, pósito establecer un estado de la cuestión res-
los científicos sociales han tomado nota de los pecto al tema deporte y sociedad en América
cambios que esos procesos, que algunos auto- Latina, sin privilegiar ninguna práctica espe-
res resumen bajo el rótulo de “globalización”, cífica ni temática puntual, era evidente que
están provocando en los parámetros sociológi- las y los participantes en ese primer encuen-
tro tenían, en su gran mayoría, un interés co-
9 A la publicación del número 236 de la Universidad de mún: el estudio de la relación entre fútbol e
Antioquia de Medellín (1994), se suman la compilación identidades socioculturales.
de Panfichi (1997), el número 154 de Nueva Sociedad, de- Con esa constatación, se decidió que el se-
dicado a “los juegos y las identidades” (1998), el número
43 de la revista Ecuador Debate, dedicado a “el fútbol, la gundo encuentro del “Grupo Deporte y So-
política, las identidades” (1998), el Cuaderno de Ciencias ciedad”, el cual se realizó en Quito (Ecuador)
Sociales número 84 de FLACSO Costa Rica, dedicado al en diciembre del 2000, tratara una temática
tema “fútbol e identidad nacional” (1996). También se
publicaron varios libros: Alabarces et al (1998 y 2000), específica: la relación entre deporte e identi-
Antezana (1999). Cabe incluir, también, la realización en dad y, más acotadamente, entre fútbol e iden-
1999 de un seminario en Colombia sobre el tema de fút- tidad. Ese segundo encuentro, a diferencia
bol e identidad nacional, cuyas ponencias han sido publi-
cadas a fines del 2000 en Gaceta Nº 47 bajo el título de
del primero, que tuvo un formato cerrado,
“Identidades en flujo: telenovela, rock, fútbol, carnaval y permitió no sólo la amplia participación tan-
nación”. to de académicos procedentes de más de diez

130 ICONOS
países latinoamericanos, a la cual se dio una generacionales, de clase, etc.), o sean identi-
importante e inusual cobertura periodística, dades de rol (hinchas, jugadores, etc.)12. En es-
sino también dio cabida a un amplio público, ta perspectiva, el fútbol sería una arena públi-
básicamente ecuatoriano.10 Cerraremos este ca donde se elaboran y refuerzan tanto iden-
breve ensayo haciendo referencia a las ponen- tidades “prefutboleras”, como identidades es-
cias presentadas en este encuentro.11 pecíficamente “futboleras”.
Corresponde aquí la siguiente pregunta: En el caso de las identidades de pertenen-
¿cuáles son los principales aportes y perspec- cia, las preguntas pertinentes que habría que
tivas de investigación sobre los procesos de responder serían: ¿Cómo expreso en el fútbol
conformación de identidades en el fútbol que mi identidad como ecuatoriano, como hom-
se han abierto en este periodo? O, para plan- bre o como obrero? ¿Qué significa ser de uno
tearlo de manera distinta, ¿qué hemos apren- u otro club? En lo que corresponde a las
dido sobre los proceso de conformación de identidades de rol, los interrogantes implíci-
identidades e imaginarios al estudiar el fútbol tos son: ¿Qué significa ser un “hincha” de de-
en América Latina? ¿Cuál es el aporte teórico terminado club? ¿Qué significa ser un juga-
de este esfuerzo? ¿Qué enseñanzas metodoló- dor de una selección nacional de fútbol? O
gicas nos deja este proceso? En lo que queda incluso, ¿cómo debo actuar en tanto ciudada-
de este artículo se presentará una respuesta no de un país en ocasión de un partido de
preliminar a estas interrogantes, se hará refe- fútbol de “mi” selección nacional?13. Las po-
rencia a los aportes que han realizado los nencias presentadas por los miembros del
miembros del Grupo de Trabajo sobre De- Grupo de Trabajo sobre Deporte y Sociedad
porte y Sociedad de CLACSO en los dos en- de CLACSO buscan responder a interrogan-
cuentros realizados hasta ahora. tes de este tipo a través del estudio de diver-
En primer término cabe señalar que quie- sos escenarios nacionales: Argentina, Bolivia,
nes se desenvuelven en el campo de los estu- Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecua-
dios socioculturales sobre el fútbol se han in- dor, Uruguay, etc.
teresado en conocer cómo este deporte-espec- Cada uno de estos estudios, los cuales tie-
táculo actúa como arena pública en el proce- nen en su mayoría aún un carácter prelimi-
so de construcción de identidades sociales y nar, puede considerarse una pieza de un rom-
culturales de diverso cuño, sean identidades pecabezas de dos caras: por un lado, contri-
de pertenencia (identidades territoriales -re- buyen a problematizar y conocer el proceso
gionales, locales, (post)nacionales-, genéricas, de formación de identidades e imaginarios en

10 La FLACSO Sede Ecuador, anfitriona de este encuen- 12 Esta distinción entre las identidades de pertenencia a
tro, ha continuado este esfuerzo por introducir esta temá- un grupo o categoría social específica, por un lado, y las
tica en el marco de las Ciencias Sociales de ese país, orga- identidades de rol, por otro, ha sido propuesta, aunque sin
nizando un conjunto de mesas redondas en las que, ade- referencia al fútbol, por Gilberto Giménez (2000).
más de académicos, se cuenta con amplia participación de 13 Un caso interesante de fusión de estas dos identidades,
la “gente de fútbol”: periodistas, dirigentes, técnicos, juga- donde una identidad de pertenencia (nacional) implica
dores y aficionados. La euforia que ha despertado la exito- una identidad de rol (ser hincha de la selección), se expre-
sa campaña de la Selección Ecuatoriana en el proceso cla- sa en la siguiente interpelación: “todo ciudadano digno y
sificatorio hacia Japón-Korea 2000, así como el escándalo amante de su país debe dar su apoyo a la selección” (ver Vi-
suscitado por el atentado perpetrado contra la vida de su llena 2000). Por otra parte, afirmaciones como: “los costa-
director técnico, el colombiano Hernán Dario “El Bolillo” rricenses amamos el fútbol” son portadoras de una autoi-
Gómez, muestran la pertinencia de estos esfuerzos. (Esta magen colectiva donde una identidad de rol constituye un
observación es de Andrés Dávila). componente fundamental de la identidad de pertenencia.
11 Una historia más extensa y completa del campo, así co- En esta perspectiva, uno podría definir a un fanático seña-
mo un balance del grado de articulación de la comunidad lando que su identidad de pertenencia futbolera se impo-
académica latinoamericana sobre el tema deporte y socie- ne con independencia del contexto social en el que actúa,
dad, se encuentra en el texto introductorio a Alabarces et sobre sus otras pertenencias (soy, primero que nada en la
al. (2000). vida, un hincha del Arsenal).

ICONOS 131
temas
cada uno de los países estudiados; por otro, res no han teorizado ni investigado específica-
aportan un conocimiento de base para reali- mente los deportes, sino que se han preocu-
zar estudios comparados sobre el papel del pado sobre todo por los problemas de inte-
fútbol en la formación de identidades en gración y cambio sociocultural de manera
América Latina. Por supuesto, si bien es claro más amplia.14
que el rompecabezas está lejos de completar- Por otro lado, podría señalarse que otros
se en sus dos caras, es también importante autores de orientación sociológica, que han
anotar que las piezas que se han logrado reu- sido muy influyentes en los estudios sobre
nir hasta ahora, dan pautas que permiten rea- identidades y cultura en América Latina, no
lizar interpolaciones y triangulaciones hipoté- han merecido gran atención, pese a su poten-
ticas que sugieren caminos para avanzar en la cial utilidad para el estudio de los deportes,
tarea colectiva de llenar los vacíos. principalmente: Irving Goffman, Thomas
Ahora bien, podríamos volver más com- Luckmann y Peter Berger.15
plejo nuestro rompecabezas, de manera que Por otra parte, puede también indicarse
cada pieza contenga cuatro lados, asignamos que en los estudios latinoamericanos sobre el
uno de las caras vacantes a la dimensión teó- fútbol, las concepciones que se centran en la
rica y otra a los asuntos metodológicos. Bien, dimensión de la dominación, el conflicto y el
¿qué cuadro teórico podríamos armar al reu- control social, son aquellas inspiradas en el
nir las fichas que tenemos a mano? En pri- marxismo, sobre todo en sus vertientes althus-
mer lugar, es preciso anotar que los estudios seriana y gramsciana; fuentes como los traba-
sobre deporte y cultura se han realizado des- jos de Foucault por ejemplo, no han sido am-
de una perspectiva claramente transdiscipli- pliamente utilizadas como referentes teóricos
naria, al incorporar elementos teóricos y me- relevantes. Sin embargo, es importante señalar
todológicos tomados principalmente de la que los estudios sobre deporte e identidad tie-
Antropología, la Sociología y las Ciencias de nen un transfondo crítico con respecto a la
la Comunicación. Por otra parte, más allá de formación de identidades, en tanto las consi-
la multiplicidad de conceptos y autores en los deran no sólo como una forma de integración
que se apoya cada uno de los investigadores simbólica a la comunidad, enmarcada en pa-
para aprehender su objeto de estudio, habría rámetros congnitivos y afectivos, sino también
que destacar, sin embargo, que es posible como una forma de sujeción hegemónica a los
identificar una orientación compartida a an- designios de los grupos dominantes.
clar el barco teórico en un modelo heurístico En términos más amplios, podría señalar-
común, que se caracteriza por considerar al se que las investigaciones en América Latina
fútbol como un espectáculo colectivo con no se han inspirado mayormente en los estu-
gran intensidad dramática y ampliamente dios culturales del deporte que, desde distin-
16
mediatizado. tas vertientes, se han realizado en Europa.
En esta línea de reflexión e indagación, al-
gunos de los autores generosamente citados, y 14 Sin embargo, en varias de sus publicaciones, Víctor
que tienen en común su orientación antropo- Turner destacó la necesidad de abordar el estudio de los es-
lógica, son: Víctor Turner, Clifford Geertz, pectáculos deportivos modernos como formas rituales
Emile Durkheim, Pierre Bourdieu y Benedict contemporáneas.
15 Debo esta observación a Andrés Dávila. Sin duda, tam-
Anderson, quienes con matices distintos,
bién podrían utilizarse a otros autores, menos divulgados
comparten la preocupación por abordar los en América Latina, principalmente aquellos que se sitúan
problemas relativos a la integración y el con- en la perspectiva etnometodológica, con Harold Garfinkel
flicto social, prestan atención a las dimensio- a la cabeza, o a la corriente del interaccionismo simbólico,
iniciada por George Mead.
nes simbólica, emocional y moral sobre las
16 Por ejemplo, en Francia algunos autores como Marc
que se estructura la sociedad. Cabe destacar Augé y Christian Bromberger se han preocupado por la di-
que, salvo en el caso de Bourdieu, estos auto- mensión ritual del fútbol. En Gran Bretaña, si bien ha

132 ICONOS
Esto seguramente tiene que ver, en parte, con dificultades de acceso, otras razones para ex-
la escasa disponibilidad de los materiales en plicar esa escasa recepción, como por ejemplo
idioma español, a lo que se suman las dificul- la diferencia entre los intereses temáticos y las
tades de acceso a los materiales en inglés y tradiciones teóricas en las cuales se sustentan
francés, situación que podría cambiar pronto los estudios en ambas regiones.
con la posibilidad de su adquisición on line. Ahora bien, debido a la escasa institucio-
Sin embargo, esto no parece ser así necesaria- nalización y articulación del campo en Amé-
mente, ya que tampoco han tenido gran in- rica Latina,18 sería exagerado señalar que exis-
fluencia los trabajos de la llamada “Escuela de te una “tradición teórica” en los estudios lati-
Leicester” y la “sociología figuracional”, pese noamericanos sobre deporte. Pese a ello, pue-
a que un texto fundamental como es Deporte de indicarse que, en la región, existe una ten-
y ocio en el proceso de civilización, de Norbert dencia a considerar al fútbol como un ritual
Elias y Eric Dunning ha sido traducido al es- comunitario, como un drama social y/o co-
pañol y es de fácil acceso; lo mismo puede se- mo una arena pública, como un espacio co-
ñalarse con respecto a los trabajos de orienta- municativo denso, en el cual se entrecruzan
ción marxista, como “Sociología política del múltiples discursos verbales, gestuales e ins-
deporte”, de Jean-Marie Brohm, o “El fútbol trumentales (gráficos, sonoros, etc.), a través
como ideología”, de Gerard Vinnai.17 Por este de los cuales los diversos actores participantes
motivo, habría que considerar, además de las en el drama, como son los jugadores, entrena-
dores, dirigentes, periodistas, hinchas y de-
tractores, expresan apasionadamente sus con-
existido una preocupación centrada en temas relativos a la
violencia en el fútbol, particularmente en ese complejo fe- ceptos y valores no sólo sobre el juego, sino
nómeno que es el “hooliganismo”, también existe preocu- sobre su vida, sobre sus anhelos, frustraciones
pación por investigar sobre identidades sociales. Giulia- y esperanzas. Talvez podríamos resumir esta
notti y Finn indagan las identidades de los casuals escoce-
ses; en Stirling, el grupo de Garnt Jarvie trabaja obsesiva-
aproximación al parafrasear a Geertz y señalar
mente sobre deporte y nación en Escocia, mientras R. que los estudios latinoamericanos muestran
Boyle lo hace sobre TV y fútbol; finalmente, en Brighton, una inclinación por abordar el fútbol bajo el
Alan Tomlinson dirige líneas de trabajo sobre identidades modelo de un “juego profundo” que se cons-
y sobre organizaciones (la FIFA, p.e.). Por otro lado, me-
rece destacarse que autores como Richard Giulianotti han tituye en un comentario dramático sobre la
utilizado ampliamente producción latinoamericana, espe- vida, en sus dimensiones emocionales, mora-
cialmente argentina y brasileña, como referencia en sus es- les e intelectuales.
tudios sobre el fútbol en el ámbito mundial. Una excelen-
te síntesis crítica sobre los estudios británicos sobre el fút-
En otros términos, puede señalarse que
bol se encuentra en Giulianotti (1999). Ver también Giu- desde la perspectiva latinoamericana, se tien-
lianotti, Bonney y Hepworth (1999). Agradezco a Pablo de a considerar al espectáculo futbolístico co-
Alabarces por llamar mi atención sobre estos estudios.
mo un escenario privilegiado para preguntar-
17 Salvo esos textos, es poco lo que se ha traducido al es-
pañol, aunque merecen destacarse algunos escritos breves
nos y buscar respuestas a la más fundamental
y no muy accesibles sobre deporte de autores franceses co- de las preguntas: ¿quiénes somos? Existe una
mo Pierre Bourdieu y Marc Augé. Aquí se debe reconocer especie de hipótesis de trabajo, según la cual
el aporte del “Grupo interdisciplinario sobre deporte” de las múltiples narrativas que concurren en un
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Bue-
nos Aires, no sólo por los aportes de investigación de sus espectáculo deportivo vuelven más compleja
miembros, sino también por contribuir a difundir los es-
tudios sobre deporte realizados en Europa y Estados Uni- 18 Una tarea por hacer, en esta perspectiva, es la de estu-
dos, tanto a través de la organización de eventos –realiza- diar los currículum de los estudios socioculturales en Amé-
dos en Buenos Aires– en los cuales se ha invitado a parti- rica Latina. Hasta donde sabemos, los estudios sobre de-
cipar como conferencistas a académicos como Alan Tom- porte están ausentes o son marginales en la mayor parte de
linson, John Sugden, Richard Giulianotti, Christian los casos, lo que ciertamente nos habla de una escasa ins-
Bromberger, Joseph Arbena y el mismo Eduardo Archet- titucionalización del campo. Por otra parte, la reducida in-
ti, sino también por la traducción y publicación de algu- tertextualidad existente entre los propios estudios latinoa-
nos de sus textos y conferencias en la revista virtual “Lec- mericanos puede considerarse un indicador de la baja arti-
turas: Educación física y deportes”. culación del campo.

ICONOS 133
temas
y específica a esta gran pregunta, al introdu- bien en muchos casos no especifican el con-
cir diversos parámetros como los territoriales, cepto de identidad con el cual trabajan, ope-
los funcionales, los genéricos y los generacio- rativamente tienden a considerar al espectácu-
nales. Pero esos discursos también proveen lo futbolero como un escenario privilegiado
una amplitud de respuestas, hacen de los es- para la producción de identidades, en una di-
pectáculos deportivos un campo de disputa námica dialéctica entre reforzamiento y reela-
simbólica donde concurren diversos actores boración de sentidos y lealtades. Consideran a
que buscan, incluso de manera inconsciente, su vez a las identidades como construcciones
definir los sentidos “verdaderos” sobre los que precarias, múltiples y fluidas, que operan con-
se asienta su identidad como individuos y co- textualmente y que, bajo ciertas condiciones,
mo grupo social. En esa medida, el fútbol se- son susceptibles de transformación.
ría también escenario de conflicto entre gru- De esa manera, interesa estudiar cómo el
pos sociales que buscan imponer sus sentidos fútbol, en tanto arena pública, ofrece un esce-
a los otros con los cuales se hallan en compe- nario simbólico privilegiado para el estableci-
tencia y, por lo tanto, un escenario donde se miento de vínculos socioculturales, y para la
disputa la hegemonía. elaboración de imaginarios sociales de tipo
En esta arena pública de enfrentamiento nacional, genérico, generacional, clasista, etc.
simbólico, cada actor despliega y redefine, Así, el fútbol puede considerarse un escenario
conforme se desarrolla el drama, sus propias ritual y secular privilegiado en las sociedades
preguntas y respuestas sobre su identidad, en modernas para la construcción de lo que el
un marco multidimensional que comprende antropólogo Victor Turner llamó la commu-
lo ético, lo estético, lo lúdico, etc. En esta nitas. El fútbol podría considerarse, entonces,
disputa, en la que impera un profundo invo- un escenario ritual que hace posible obviar, en
lucramiento emocional, se busca la afirma- el plano simbólico, las diferencias estructura-
ción propia mediante la elaboración de una les entre los individuos y propicia su inmer-
autoimagen que sea reconocida por los sión en un espacio de communitas, de comu-
“otros”, a los cuales, a la vez, se denigra o se nión entre quienes usualmente se encuentran
aprende a respetar y hasta a temer. Es de esa separados estructuralmente por diferencias de
forma que el espectáculo futbolístico ofrece rol y status. Sin embargo, como es usual en es-
un escenario en el que se construye, represen- tos tiempos postmodernos, esta inmersión en
ta y resignifica la propia identidad, a la vez la comunidad es analizada sin caer en el ro-
que se adquirieren y reelaboran las imágenes manticismo ingenuo, sino más bien con dis-
que los “otros” tienen sobre “nosotros” y ellos tancia y hasta con ironía, en tanto se sospecha
mismos, al interiorizar en ese proceso concep- que el “sentimiento comunitario” puede tam-
tos sobre lo que significa ser un buen o un bién producir un efecto de reforzamiento de
mal ciudadano, sobre cómo ser un buen o un las diferencias estructurales, mediante el con-
mal hombre, sobre lo que es bonito y elegan- juro catártico de las fuerzas disgregantes, a la
te o feo, etc. manera de otras celebraciones festivas, como
Es importante señalar aquí que el concep- los carnavales, por ejemplo.19
to de identidad que entra en escena guarda Por otra parte, es oportuno notar que, por
distancia con respecto a las concepciones su estructura agonística, el fútbol no permite
esencialistas y a las teorías del reflejo. No cabe la construcción de una communitas total, for-
aquí considerar que el fútbol es un “espejo”
donde se reflejan las identidades sociales cons- 19 Sobre los “rituales de rebelión”, estudiados por Gluck-
truidas en otros espacios sociales, culturales o man, es pertinente recordar aquí uno de los postulados bá-
sicos de la Antropología Política, desarrollado por Balan-
políticos, y tampoco considerar a las identida- dier: “El supremo ardid del poder es impugnarse ritual-
des como básicamente inmutables. Por el con- mente para así consolidarse con mayor eficiencia”. Ver Ba-
trario, los estudios sobre deporte y sociedad, si landier (1974, 1991 y 1995).

134 ICONOS
jando una suerte de metaidentidad, sino que ciertas hipótesis y conceptos, así como haber
siempre opone a dos communitas.20 En ese orientado la recolección de información ne-
sentido, puede ser muy útil tomar el concep- cesaria para avanzar en la elaboración de algu-
to de “masa doble” de Canetti, autor según el nas respuestas iniciales.
cual cada “masa” se constituye siempre en En esta última dirección, podemos, para fi-
oposición a otra que le es similar o conmen- nalizar este ejercicio, retomar nuestro modelo
surable. Si admitimos esta características fun- de rompecabezas y preguntarnos cuáles son
damentales del fútbol, extensivas a otros de- los aportes metodológicos de los estudios lati-
portes grupales de “combate”, las preguntas noamericanos sobre el deporte. Si bien las y
que cabe formularse y a las cuales habría que los académicos que conforman esta protoco-
orientar nuestros esfuerzos investigativos son: munidad científica han mostrado una fuerte
¿Cuál es la dimensión o el criterio sobre el tendencia al ensayo y la reflexión teórica, tam-
que se estructura el grupo social en un en- bién debe valorarse su aporte en la dimensión
cuentro de fútbol? ¿Cuál es, y por qué, la ca- empírica. Consecuentemente con la perspecti-
tegoría social o cultural saliente o pivote en va teórica asumida, los abordajes cualitativos o
un encuentro de fútbol?,21 ¿Cómo se genera el interpretativos han sido privilegiados en rela-
vínculo social grupal entre quienes participan ción con los análisis de tipo cuantitativo. Se ha
en un espectáculo deportivo? ¿Cómo se ela- utilizado con cierta frecuencia el análisis del
boran los imaginarios y las identidades grupa- discurso, tanto de los medios de comunica-
les en el marco de los encuentros deportivos? ción como de los protagonistas directos, entre
¿Cómo expresan simbólicamente los miem- los cuales se incluye a la hinchada; también se
bros del grupo su pertenencia a éste?, etc. han aplicado técnicas de carácter etnográfico,
El mérito de los estudios culturales sobre con observaciones participantes en los esta-
deporte en América Latina radica en la for- dios y sus entornos mediáticos, aunque talvez
mulación de este tipo de preguntas y ofrecer de manera insuficiente en lo que se refiere a
los análisis de recepción de estos últimos. Fi-
20 Talvez podría decirse que la metacomunidad la confor- nalmente, algunas investigaciones han busca-
man todos “los aficionados al fútbol”. Podría buscar un ar- do complementar el análisis del discurso y la
gumento contrario, empero, que por su estructura agonal,
de la cual carecen otros escenarios rituales como los carna- aproximación etnográfica mediante el desa-
vales, por ejemplo, el fútbol siempre introduce una línea rrollo de entrevistas en profundidad y la orga-
de quiebre en esta “metacomunidad”. nización de grupos focales.
21 La teoría de la identidad social o teoría del grupo mí- Puede decirse, en resumen, que los estu-
nimo, desarrollada principalmente por Henry Tajfel y
John C. Turner, considera que cada individuo posee múl- dios latinoamericanos sobre deporte tienden a
tiples pertenencias y desempeña múltiples roles sociales, concentrarse en un área temática y problemá-
cada uno de los cuales opera en contextos sociales especí- tica particular: la relación entre el espectáculo
ficos. Estas categorías o pertenencias sociales se jerarquizan
según cual sea el contexto social en el que tiene lugar la in-
futbolístico y la elaboración de identidades
teracción, se torna una de ellas, mediante una “razón de socioculturales. Los estudios realizados hasta
metacontraste”, más saliente que las otras. Un límite de es- ahora muestran una tendencia hacia la con-
ta aproximación radica en que, dado que es de carácter psi- ceptuación del espectáculo futbolístico como
cológico, no se pregunta cómo es que se estructuran y ope-
ran esos contextos sociales específicos. Con algunos ele- una arena pública ritualizada y mediatizada,
mentos de la teoría de los movimientos sociales de Laclau, la cual hay que abordar con el uso de metodo-
podríamos señalar aquí que estos contextos sociales están logías de corte principalmente cualitativo. Los
de una u otra forma políticamente estructurados con el fin
de convertir en permanentemente saliente a una de las
resultados de investigación obtenidos mues-
múltiples posicionalidades que tienen los individuos: el tran la fecundidad potencial de estos estudios
marxismo se centraba en la posición estructural o de clase, para el conocimiento de las culturas y de las
el cristianismo en el ámbito de las creencias religiosas, el
identidades socioculturales en América Lati-
nacionalismo a la pertenencia a un Estado-nación, el ma-
chismo o el feminismo en la “naturaleza genérica”, el in- na. Sin duda, la institucionalización de la pro-
dianismo en la pertenencia étnica, etc. tocomunidad académica de alcance regional,

ICONOS 135
temas
proceso en el cual CLACSO juega un papel Deporte y ocio en el proceso de civilización,
destacado, estimula el desarrollo de investiga- México: Fondo de Cultura Económica.
ciones, a la vez que amplía su difusión y con- Finn, Gerry T., 1994, “Football violence: a
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