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153 reflexiones sobre la oración del

corazón
Tomo I

por ADJL

“y arrastró hasta la playa la red llena de 153 peces grandes Jn 21,11”

La patria de San Nilos fue Konstantinúpolis, su maestro fue el divino Crisóstomo (boca
de oro), periodo de su gran esplendor 442 d, d C.

Carta a un creyente:
Yo admiro y bendigo mucho tu perfecta disposición y el eros-amor que tienes por
aprender sobre la oración. Porque no deseas aprender superficialmente las cosas que
están escritas en papel y tinta, sino aquellas que están escritas en el nus-mente con
agapi-amor y sin resentimiento. Pero como todo es doble lo uno enfrente del otro,
Sabiduría Sirac 42,24, acepta la carta con la letra y ten cuidado en el espíritu de la letra.
Porque antes de cada letra precede el espíritu. Pues, la manera, modo o la forma de
oración también es doble. Uno es práctico y el otro es contemplativo (θεωριτικός-
zeoritikós). Así también como en el número lo improvisado es la cantidad, pero lo
significativo es la calidad.

1. El que quiere hacer incienso perfumado con fragancia, tomará el incienso puro y
transparente, de kasía, stajtí, eneldo y onice, (plantas) y los unirá en cantidades iguales,
de acuerdo con la ley (Ex. 30,34). Estas son el cuadro de las virtudes que si ellas están
totalmente completas e iguales, el νούς (nus) no será traicionado.

2. Mientras estás sanando la ψυχή (psique, alma) con perfecto cumplimiento de los
mandamientos, estabiliza el orden del nus, haciéndolo receptivo de la anhelada oración.

3. La oración es relación del nus con Dios. ¿En qué estado se debe encontrar el nus para
poder, acercarse a su Señor y conversar con Él, sin girar a otro lado y que no intervenga
nadie más?

4. ¿Si Moisés intentando acercarse a la zarza ardiente está impedido hasta que desate la
sandalia de sus pies (Ex. 3,5), cómo tú, que quieres ver a Dios, que está por encima de
cada sentido, sensación y concepto y conversar con Él, no desatarás y no alejarás cada
pensamiento maligno?

5. Primero de todo, ora para recibir el carisma de las lágrimas, para poder así ablandar
la dureza de tu psique, y entre tanto confiesa, a pesar de la contra tuya, tus pecados al
Señor y recibirás de Él la absolución.

6. Utiliza las lágrimas, para conseguir cada petición. Porque el Señor se alegra mucho
cuando oras con lágrimas.

7. Si en tu oración derramas fuentes de lágrimas, no te enorgullezcas como si fueras


superior de muchos. No es obra tuya esto, sino ayuda del Señor, para que puedas
confesar con diligencia tus pecados en Él y aplacarle con tus lágrimas. No transformes,
pues, esta ayuda en pazos contra los pazos, para no enojar más al Señor que te ha dado
esta χάρις (jaris, gracia energía increada).

8. Muchos que lloraban lágrimas por sus pecados, se olvidaron de la finalidad de las
lágrimas, se enorgullecieron y se extraviaron.
9. Permanezca perseverando al esfuerzo, ora con intensidad y persistencia, y aparta las
preocupaciones y pensamientos que te vinieron. Porque te perturban y te alborotan para
paralizar tu fuerza y tu intensidad.

10. Cuando los demonios ven que estás dispuesto a orar de verdad, entonces te traen en
el nus pensamientos de cosas, como si fueran necesarias, y enseguida te hacen olvidar
de la oración y promueven el nus a buscarlas. Y como este no las encuentra, se angustia,
se preocupa y se entristece. Cuando empieza otra vez en la oración, le recuerdan
aquellas cosas que había puesto en su nus y las buscaba, para que gire el nus en estas y
pierda la fructífera oración.

11. Esfuérzate durante la oración, en retener tu nus sordo y mudo, entonces podrás orar.

12. Cuando, por casualidad, viene una tentación o te irrita una contradicción, para que
gires tu ira contra algún hombre o grites con voz fuerte, entonces acuérdate de la
oración y la lástima, pena, que provoca, y enseguida se calmará este desordenado
movimiento en tu interior.

13. Lo que haces en contra del hermano que te ha sido injusto, todo esto te será
impedimento en el tiempo de la oración.

14. Oración es nacimiento de placidez, serenidad y desenfado.

15. Oración es proyección de alegría y efjaristía (agradecimiento).

16. Oración es disuasión de la pena y de la mezquindad.

17. Vende tus riquezas, dáselas a los pobres (Mat.19,21), toma tu cruz reniégate y
olvídate a ti mismo (Mat.16,24), para poder orar sin distracciones.

18. Si quieres orar de modo digno de alabanza, en cada momento olvídate y reniégate
de ti mismo; si sufres muchas desgracias, filosofa, medita la utilidad y beneficio de la
oración.

19. Cualquier dificultad que soportas con paciencia y filosofas su nimiedad o nulidad,
su fruto lo encontrarás en el momento de la oración.

20. Si deseas orar como es debido, no entristezcas ninguna persona. De lo contrario


oras vanamente.

21. Dice el Señor: “Deja tu regalo, delante en el altar y vete a reconciliarte con tu
hermano, Mt 5,24”, entonces sin conflicto, ni perturbación, ven y ora. Porque el
resentimiento empaña la parte lógica del orante y oscurece sus oraciones.
22. Aquellos que acumulan encima de ellos penas, tristezas y resentimientos, parecen
personas que bombean agua y lo ponen dentro en una tinaja agujereada.

23. Si tienes paciencia, orarás con alegría.

24. Si oras como se debe, te ocurrirán tales cosas de modo que te creerás que es justo
hacer uso de la ira. No existe nada que justifique la ira o que es justa contra tu prójimo.
Si piensas bien la cosa, verás que es posible solucionar ordenadamente el asunto. Usa,
pues, cada arte para no enfadarte y enojarte.

25. Ten cuidado, no vaya ser que creyendo que sanas a otro, tú mismo te estás
quedando sin terapia, sanación y provocas impedimento en tu oración.

26. Si haces economía del enojo, la ira o el enfado, encontrarás economía, te harás a ti
mismo sensato y te encontrarás entre los orantes.

27. Si te armas contra la ira, no consentirás nunca una ilusión o deseo. Porque el deseo
o ilusión ofrece las cosas materiales a la ira y ella perturba el ojo espiritual, y pervierte
el estado de oración.

28. No ores con figuras exteriores, sino que incites tu nus y tu mente a co-sentir la
oración espiritual con gran temor.

29. Algunas veces puede repentinamente parar en la oración y orar bien. Otras veces
puede que te esfuerces mucho sin conseguir la finalidad, eso para que lo pidas con más
intensidad y mientras recibas esta hazaña tenerla irreducible.

30. Cuando llegue el Ángel, enseguida todos aquellos mal astutos loyismí y demonios
que nos molestan se alejan, entonces el nus con gran comodidad ora sin ser molestado
ni afectado. Otras veces, cuando estalla la guerra acostumbrada, el nus pelea y no se le
permite levantar cabeza. Porque anteriormente se ha familiarizado con distintos pazos.
Pero si persiste en pedir, encontrará, y si llama, se le abrirá, Mat.7,8.

31. No ores para que se hagan tus voluntades, porque por supuesto no concuerdan con
la voluntad de Dios; más bien, tal como fuiste enseñado, diga en tu oración: “Hágase Tu
voluntad en mi, Lc 22,24”. Y en cada cosa así pedirás de Él, que se haga Su voluntad,
porque Dios quiere lo bondadoso y lo conveniente para tu psique. En cambio tú por
supuesto no pides siempre lo que es conveniente para ti.

32. Muchas veces con oración pedía de Dios, que se haga algo que yo creía bueno y
pedía paradójicamente, violando la voluntad de Dios y no Le dejaba economizar Aquel
que conoce lo conveniente para mí. Pues, mientras recibí lo que pedí, después me
disgustó mucho que no hubiera pedido más bien que se haga su voluntad y no la mía.
Porque la cosa no me ha venido como pensaba.
33. ¿Qué es bondadoso?, sino el Dios. Pues, en Él dejemos todos nuestros asuntos y
todo irá bien. Porque el bondadoso, por supuesto concede también regalos bondadosos.

34. No sufras porque no recibes enseguida aquello que pides de Dios, porque quiere
beneficiarte más con lo de perseverar en la oración. ¿Que existe superior más que te
acerques a Dios y ocuparte en conversar junto con El?

35. Oración cuidadosa es el perfecto entendimiento del funcionamiento del nus.

36. Oración es elevación del nus a Dios.

37. Si tienes anhelo para orar, déjalo todo, para que lo recibas todo.

38. Primero ora para que seas sanado de los pazos, segundo del desconocimiento y el
olvido. Tercero librarte de cada tentación y del abandono de Dios.

39. En la oración, pedir sólo la justicia y la Realeza (estado con la energía increada), Mt
6,33, o sea, el conocimiento (increado) espiritual y el carisma. Todo lo demás se te
añadirá.

40. Es justo que no ores sólo por tu propia catarsis (sanación) de los pazos, sino
también para la catarsis de cada persona, para imitar el modo angelical.

41. Ten cuidado, si realmente durante tu oración asistes adelante de Dios, o te vences
del elogio de las personas y buscas esto, usando como pretexto la función de la oración.

42. Si estás orando solo o con hermanos, lucha por orar con sentido y sentimiento y no
por costumbre.

43. Sentido y sentimiento de oración es una recolección del nus unido con devoción,
recogimiento y con dolor de la psique que acompaña la confesión de los pecados y con
gemidos no exhibicionistas, sino imperceptibles.

44. Si en la hora de oración, tu nus aún se dispersa, todavía no ha conocido orar como
desapegado, liberado o monje, sino como un mundano y adorna el escenario (la cabaña)
exterior.

45. Cuando oras, vigila y retenga fuertemente tu memoria, para que no te ponga delante
de ti tus propias cosas, sino que te promueva a ti mismo a entender delante de quién
estás. Porque el nus, en tiempo de oración, tiene como natural dejarse llevar mucho por
la memoria.

46. En tiempo de oración la memoria te trae fantasías de antiguas cosas o nuevas


preocupaciones o la cara de aquel que te ha entristecido.
47. El diablo envidia mucho la persona que ora y usa toda maquinación para pervertir su
fin. No cesa con la memoria en mover los pensamientos de cosas y con la carne del
cuerpo remueve todos los pazos, para así impedir el trabajo perfecto de la oración y la
elevación del nus a Dios.

48. Al justo, cuando el diablo utilizando muchas maquinaciones, no ha podido


impedirle la oración, entonces se retira un rato y se venga de él después, cuando ha
terminado de orar. O le enciende para hacerle enfadar destruyendo el perfecto estado del
nus que se creó por la oración o mientras le haya excitado en alguna hidoní o placer
descabellado, mancha su nus.

49. Cuando has orado como se debe, espera aquellas cosas que no se puede o debe y
estate valiente, para vigilar el fruto de la oración. Porque desde el principio en esto
hiciste voto, trabajar y vigilar o cuidar, Gén 2,15. Pues, no dejes sin vigilar o cuidar lo
que has hecho trabajando, si lo dejas, no te has beneficiado en nada de tu oración.

50. Toda la guerra entre nosotros y los sucios demonios, no se hace para otra cosa, sino
para la oración espiritual. Porque para ellos la oración es muy enemiga y perturbadora,
en cambio en nosotros es causante de sanación, salvación, gratitud, placer y
satisfacción.

51. ¿Qué energía quieren energizar, activar los demonios en nosotros? La gula, la
avaricia, la lujuria, la ira, los resentimientos, la tristeza y el resto de los pazos, para que
con ellos el nus se hinche y así no podrá orar como es debido. Porque cuando
predominan los pazos insensatos (animales) o instintos animales, no le dejan moverse
lógicamente.

52. Las virtudes las practicamos para aprender los logos (causas) espirituales de las
creaciones y con estos conocer su creador Dios Logos. Y el Logos se acostumbra a
manifestarse, revelarse en el estado de oración.

53. Estado de oración es una costumbre apacible, sin pazos, la cual al nus que persigue
en conseguir la sofía, sabiduría, le agarra con un excesivo amor divino a una gran altura
espiritual,

54. Aquel que realmente quiere orar, no sólo debe ser dueño de la ira, enojo y del
deseo, ilusión, sino alejarse también de cada pensamiento apasionado, maligno.

55. Aquel que ama a Dios conversa siempre con Él, como el hijo con el padre y evita
cada pensamiento apasionado y maligno.

56. El que ha conseguido la apacia (sin pazos), no significa que ya ora de verdad.
Porque puede detenerse en pensamientos e ideas finas (pensamientos sin pazos) de
cosas, distraerse de sus imágenes y encontrarse a distancia de Dios.
57. Cuando el nus no pierde tiempo en conceptos finos (pensamientos sin pazos) de las
cosas, no quiere decir que llegó ya en la oración verdadera. Porque puede quedar en la
“zeoría” (contemplación) de las cosas y hablar minuciosamente de sus logos; los cuales,
aunque son logos (conceptos, palabras) desnudas, dan forma y figura al nus y le
arrastran lejos de Dios.

58. Si el nus no supera el significado de su naturaleza somática (corpórea), aún no está


completamente al lugar de Dios. Porque puede quedarse en la gnosis de los significados
de la imaginaciones y transformarse relativamente con ellos.

59. Si quieres orar, tienes necesidad de Dios que da la oración al orante, (1ªReyes 2,9).
Y que Le invoques diciendo: “Santificado sea Tu nombre, que venga en mi Tu Realeza,
(Mt 6, 9-10)”. O sea, que venga el Espíritu Santo (con la energía increada Jaris) y Su
Hijo Primogénito. Porque así nos enseñó el Señor, diciendo: “Dios es espíritu y los que
le adoran han de hacerlo en espíritu y verdad,” (Jn 4,24).

60. Aquel que ora espiritualmente y de verdad, no honra al Creador teniendo como
motivo Sus creaciones, sino que Le alaba y glorifica, motivándose de Él mismo.

61. Si eres teólogo orarás de verdad. Y si oras de verdad, realmente eres teólogo.

62. Si tu nus, por su gran anhelo a Dios, se retira poco a poco de la carne del cuerpo y
aparta los pensamientos que vienen de los sentidos o de la memoria o del estado del
cuerpo, llenándose de devoción y alegría, entonces puedes creer que te has acercado en
las fronteras de la verdadera oración.

63. El Espíritu Santo, como co-padece con nuestra enfermedad, infunde o se propaga
en nosotros, aunque estemos sucios. Y si encuentra al nus orando honestamente sólo en
Él, le domina y aniquila toda la falange de los mal astutos loyismí y pensamientos que
le rodean y le estimula al eros-amor de la oración espiritual.

64. Todos los demás con el cambio o variación del cuerpo, provocan en el nus loyismí
o teorías, en cambio el Señor energiza y opera al revés; dominando encima del mismo
nus, pone dentro de él, la gnosis de aquellas cosas que quiere. Y mediante el nus,
adormece los movimientos desordenados del cuerpo.

65. Aquel que tiene eros-amor de verdadera oración y se enfada o guarda rencor y
resentimiento es digno de ser acusado. Es semejante aquel que quiere ver claro, pero él
mismo perturba sus ojos.

66. Si tienes anhelo para orar, no hagas nada de lo que es contrario a la oración, para
que se te acerque Dios y camine contigo.
67. Cuando oras, no te imagines ninguna forma para Dios, ni permitas que tu nus sea
formado de acuerdo alguna figura, sino que de modo inmaterial, acércate al Inmaterial y
así entenderás.

68. Que te protejas de las trampas de los demonios. Porque allí, cuando oras limpia e
imperturbablemente en ataraxia (serenidad), ocurre que repentinamente se te presenten
figuras raras y desconocidas, para que te conduzcan al engreimiento, puesto presumirás
y supondrás que allí está lo divino. Quieren convencerte que la forma material que se te
apareció repentinamente, es lo divino, en cambio lo divino es inmaterial y sin figura.

69. Durante la oración, cuando el envidioso demonio no puede remover la memoria,


entonces obliga al mismo cuerpo que provoque en el nus alguna fantasía rara y con ella
dar forma al nus. Y aquel que tiene como costumbre vivir con sus pensamientos y
teorías, fácilmente se dobla y cae. Y mientras acude a recibir gnosis inmaterial y amorfa
(sin formas), se autoengaña y contiene humo en vez de luz.

70. Durante la oración, permanezca bien sobre de tu guardia y vigila los pensamientos y
conceptos de tu nus, para terminar tu petición y así encontrarte en tu calma. Así se
infundirá también en ti, Aquel que co-padece con los que son ignorantes. Entonces
recibirás el glorioso regalo de la oración.

71. No podrás orar claro y limpio, si te lías con cosas materiales que te perturban con
continuas preocupaciones. Oración es rechazo de pensamientos.

72. El atado no puede correr. Ni nus que está esclavizado en algún pazos, podrá ver el
lugar de oración espiritual, porque se arrastra y rodea por allí y por acá por el
apasionado y maligno pensamiento y no puede permanecer imperturbable con ataraxia.

73. Pues, cuando oras claro y limpio, sin pazos, entonces los demonios atacan con
ímpetu contra ti por la izquierda, sino por la derecha. Le presentan y le sugestionan
formas o figuras de Dios y con una imagen de los queridos sentidos, de forma que cree
que acertó el propósito y finalidad de la oración. Esto, dijo uno con gnosis espiritual,
ocurre por el pazos de la vanagloria y del demonio que aborda, toca el lugar del
enkéfalos, cerebro.

74. Creo que este demonio, el que palpa el lugar del enkéfalos-cerebro, transforma la
luz del nus como él quiere. Y así el pazos de la vanagloria se mueve en loyismós que
transforma el nus, de modo que con una superficialidad creer que consiguió la gnosis
(increada) divina y real. Y como él no se molesta por los pazos cárnicos y sucios del
cuerpo, sino que supuestamente se presenta claro, lúcido y limpio en la oración, cree
que ya no se produce en su interior ninguna energía contraria. Por eso este piensa que es
una manifestación divina, aquella que proviene de este demonio, el cual utiliza una
excelente astucia y mediante el enkéfalos-cerebro, mente, transforma la luz que está
unida con el nus y altera al nus, tal como dijimos anteriormente.
75. Cuando venga el Ángel de Dios, sólo con su logos, cesa esta energía demoníaca y
mueve la luz del nus de manera que se energice y opere sin engaño.

76. Lo dicho en el Apocalipsis que: el Ángel trae incienso perfumado, para darlo a las
oraciones de los Santos (Ap 8.3), creo que es esta la jaris (gracia energía increada) que
se energiza por el Ángel. Porque trae la gnosis de la verdadera oración, de modo que en
lo siguiente, el nus quede fuera de perturbación, conflicto, acedía y descuido.

77. Las botellas de inciensos perfumados, son oraciones que trajeron consigo los
veinticuatro presbíteros, (Ap 5,8). Botella debemos de entender la amistad con Dios, o
sea la perfecta agapi-amor (increada) espiritual dentro de la cual se energiza y opera la
oración espiritual y de verdad.

78. Cuando crees que no tienes necesidad de lágrimas en tu oración por tus pecados,
piensa cuanto te has alejado de Dios, puesto que debes encontrarte continuamente cerca
en Él y entonces lagrimearás con más ardor.

79. Realmente, si conoces el miserable estado espiritual que te encuentras, llevarás con
gusto el luto, deplorándote a ti mismo, según el profeta Isaías: que, mientras estás sucio
y entre un pueblo de este tipo o sea pueblo de demonios, te atreves a presentarte delante
al Señor, (Is 6,5).

80. Si oras de verdad, encontrarás gran seguridad, convicción y esperanza. Y Ángeles


vendrán contigo, como a Daniel y te enseñarán los logos (causas) de cada cosa, (Dan
12,19).

81. Debes de conocer que los santos Ángeles, nos incitan en oración y paran junto a
nosotros, se alegran y ellos también oran a nuestro favor, (Tobit 12,12). Si, pues, nos
descuidamos y aceptamos loyismí contrarios, les hacemos enfadar mucho; porque
mientras ellos luchan tanto para nosotros, nosotros ni siquiera para sí mismos queremos
suplicar a Dios, sino que despreciando el servicio de los Ángeles y abandonando al
Señor y Dios de ellos, nos encontramos con los sucios demonios.

82. Ora con placidez, sin conflicto, psalmodea con coherencia y orden, así serás como
un águila jovencito, volando a las alturas.

83. La psalmodía calma los pazos y quieta los desordenados movimientos del cuerpo.
La oración proporciona al nus a energizar u operar aquello que es obra suya, es decir,
estar apegándose a Dios.

84. La oración es la energía correcta sobre la capacidad y valor del nus.

85. La psalmodía es uno de los distintos géneros de la sabiduría. La oración es el


prólogo de la inmaterial y variopinta gnosis espiritual.
86. La gnosis espiritual es una cosa excelente, porque es co-enérgica o colaboradora de
la oración que despierta la fuerza espiritual del nus para la contemplación de la divina
gnosis.

87. Si todavía no has recibido el carisma de la oración o de la psalmodía, pídelo con


persistencia y lo recibirás.

88. El Señor “decía a ellos y también en parábola, que siembre deben orar y no se
desalienten”. Pues, nada de desalentarte, ni desanimarte si no has recibido. Porque
recibirás más tarde. Terminando esta parábola, el Señor dijo: ”Aunque ni a Dios temo,
ni de los hombres me avergüenzo, pero como esta mujer me molesta continuamente, la
daré su merecido. Así también, pronto Dios hará la voluntad de aquellos que Le ruegan
día y noche”, (Lc 18,1-8). Por eso estate alegre y persiste pacientemente en el esfuerzo
por la santa oración.

89. No quieras que tus asuntos se hagan como tú crees, sino como Dios quiere, así en tu
oración serás imperturbable (con ataraxia) lleno de gratitud.

90. Y aunque todavía crees que te encuentras junto con Dios, vigila el demonio de la
lujuria o prostitución, porque es un estafador grandioso y envidioso y quiere ser más
hábil que el movimiento y la nipsis del nus, de manera que aleja al nus, aún hasta de
Dios, cuando está delante de Él con devoción y temor.

91. Si eres cuidadoso en la oración, prepárate de inesperadas cargas de demonios contra


tuyo y resista sus golpes con perseverancia. Porque se lanzarán como bestias salvajes y
fatigarán todo tu cuerpo.

92. Estate siempre preparado, como luchador experimentado, si de repente ves una
fantasía, no te atemorices, si ves cuchillo levantado hacia ti, o vela encendida que se
mueve hacia tu cara, no te atormentes. Todavía más, si ves alguna forma horrible y
pintada con sangre, tu psique que no se afloje ni pierda su dinamis-fuerza. Sino retente
profesando la buena confesión, “1ªTim 6,12” y fácilmente te enfrentarás a tus enemigos.

93. Aquel que tiene paciencia de los sufrimientos y angustias, conseguirá también las
alegres. Y aquel que persevera en las desgracias, no se quedará sin participar en las
agradables.

94. Ten cuidado, que no te engañen los demonios con alguna alucinación, visión, sino
que te concentres en la oración y ruegues a Dios, si el pensamiento proviene de Él y
Dios te iluminará. Pero, si no proviene de Él, expulsa lo más rápido al engañoso
demonio de ti. Ten ánimo, porque los perros no se detendrán, si tú usas como fuego tu
conversación con Dios, pero enseguida, tocados invisiblemente y desapercibidamente
con el látigo de Dios, serán echados lejos.
95. Es justo que este engaño no lo desconozcas: algunas veces los demonios se dividen
y cuando aparezcas pidiendo ayuda, vienen unos cuantos como ángeles y expulsan los
otros, para engañar a tu opinión, como si fueran supuestos ángeles.

96. Preocúpate de tener mucha humildad mental e intelectual y con valor, la imposición
de los demonios no tocará tu psique, ni látigo se acercará en tu cabaña, porque Dios dará
orden a Sus ángeles, para que te protejan, (Sal 90,10-11). Y ellos invisiblemente
expulsarán lejos de ti toda la energía de los demonios.

97. Ruidos, tamboreos, voces y sensaciones, producidas por las malicias de los
demonios, escuchará aquel que se preocupa tener oración pura, limpia. Pero no caerá, ni
traicionará su loyismós, diciendo a Dios: “No me atemorizaré por desgracias, porque Tú
estás siempre conmigo” (Sal 22,4).

98. En tiempo de este tipo de tentaciones, haz la oración breve, intensa y persistente.

99. Si te amenazan los demonios y de repente aparecen en el aire, de forma


sorprendente, para dominar tu nus, no les tengas miedo, ni pienses nada de sus
amenazas. Porque te atemorizan, para ver si te fijas en ellos o les desprecias totalmente.

100. Durante la oración, mientras te encuentras delante del Pantocrátor


(Todopoderoso), Creador y Provisor del todo, ¿por qué te paras tan tontamente, de
modo que olvidas Su temor, que nadie puede sobrepasar y tienes miedo de los
mosquitos y escarabajos? O quizás no has escuchado el mandamiento: “Tendrás temor
al Señor, tu Dios” (Deut 6,13), y “Todo delante la fuerza de Tu presencia tiempla y se
asusta” (Lu. 18,10-14).

101. Tal como el pan es alimento para el cuerpo y la virtud para la ψυχή (psique, alma),
así para el νούς (nus) alimento es la oración.

102. Ora en el sagrado lugar de la oración no farisaicamente, sino como el telonis


(publicano), para que seas agraciado tú también por el Señor.

103. Lucha para que no ores contra nadie durante tu oración, para que no derribes lo
que construyes haciendo oración repugnante.

104. El deudor de los mil tálantos, que sea tu ejemplo. Si no perdonas aquel que te
perjudicó, tampoco tú conseguirás la absolución de tus pecados. Porque dice la escritura
que aquel “le entregó a los verdugos” (Mt 18, 24-35)

105. Durante la oración, descuídate de las necesidades del cuerpo, para que no pierdas
el grandioso beneficio de tu oración por la picadura de la mosca, o de la pulga.
106. Hemos sabido que, un santo mientras estaba orando, el mal astuto trajo tan
resistencia, que en el momento que extendía las manos para orar, el diablo se
transformaba en león y levantaba sus patas delanteras clavándolas en la carne del
luchador, en la parte de los riñones. Y el diablo no se iba antes que el asceta bajara sus
manos. Pero el luchador nunca aflojó las manos, hasta que terminara sus oraciones
acostumbradas.

10. Semejante a este tipo, conocimos al Juan el Pequeño o más bien el gran monje,
quien vivió practicando la hisijía dentro en un hoyo. Él se quedaba inamovible a causa
de su comunión con Dios en la oración, mientras el diablo transformado en terrible
serpiente, se enrolló encima suyo le mordía las carnes y le escupía su rostro.

108. Seguramente habrás leído la vida de los monjes Tabenisiotas, donde se dice lo
siguiente: Mientras el abad Zeódoros hablaba hacia sus hermanos, vinieron dos víboras
bajo sus pies. Él sin perturbarse, abrió en cámara los pies y allí las tenía hasta que
terminó su logos (discurso). Entonces las enseñó a los hermanos y les contó lo ocurrido.

109. Hemos leído también de un hermano espiritual, que mientras oraba, vino una
víbora y le mordió la pierna. El no bajó las manos hasta que no terminó su
acostumbrada oración. Y no le pasó nada, porque amó a Dios más que a sí mismo.

110. Ten inseparable atención en la oración; y mientras nieguas tu cuerpo y tu psique,


vive espiritualmente.

111. En otro santo que practicaba la hisijía en el desierto y oraba con celo, vinieron los
demonios y por dos semanas volaban por encima de él, le sacudían al aire y le recibían
abajo con una alfombra. No pudieron en ningún momento bajar su nus de su ardiente
oración.

112. En otro amante de Dios, mientras caminaba orando en el desierto, vinieron dos
ángeles y teniéndole al medio caminaban junto a él. Pero él no se fijó en los ángeles,
para que no perdiera lo mejor y superior, o sea a Dios, porque se acordó del versículo
apostólico que dice: “Ni ángeles, ni autoridades, ni potestades podrán separarnos del
amor a Χριστός (Jristós, Cristo)” (Rom 8,38-39).

113. El monje con la oración se convierte igual que los Ángeles, con el deseo de ver la
persona, rostro del Padre celeste.

114. No quieras nunca aceptar en tu nus alguna figura o plano, en el momento de la


oración.

115. No desees ver ángeles o potencias o a Cristo corporalmente, no vaya ser que
llegues en tal situación de frenos (nus- y diania- mente intelecto), de modo que recibas
lobo en vez de pastor y reverenciarás a los enemigos demonios.
116. Principio del engaño del nus es la vanagloria, de la cual se promueve el nus e
intenta describir lo divino con figuras y planos.

117. Yo digo algo mío, que lo dije también a más jóvenes. Bienaventurado el nus,
quien en tiempo de oración consiguió falta total de figuras, formas y planos.

118. Bienaventurado el nus que orando sin distracciones, consigue continuamente más
anhelo hacia Dios.

119. Bienaventurado el nus que en el tiempo de oración se hace inmaterial y libre de


todo.

120. Bienaventurado el nus que durante la oración consiguió insensibilidad total para
todas las cosas.

121. Bienaventurado el monje que considera cada persona como Dios después de Dios.

122. Bienaventurado el monje, quien la salvación y la prosperidad la ve con mucha


alegría como suya.

123. Bienaventurado el monje que se ve a sí mismo inferior a todos.

124. Monje es aquel que se ha separado de todos y con todos está unido.

125. Monje es aquel que se cree a si mismo uno con todos, y cree incesantemente que
en cada uno se ve a sí mismo.

126. Oración pragmática, realiza aquel que siembre ofrece su primer pensamiento
entero al altar de Dios, como sacrificio de los primeros frutos.

127. Si eres monje que anhela orar como es debido, evita toda mentira y juramento.
Sino vanamente tendrás el hábito de monje, al cual no te lo mereces.

128. Si quieres orar espiritualmente, que no te absorbe nada de lo que pertenece en la


carne cuerpo y en el momento de oración no tendrás delante de ti ninguna nube que te
nuble.

129. Encarga con confianza a Dios las necesidades del cuerpo y eso manifestará que
has encargado a Él también las necesidades del espíritu.

130. Si has conseguido el cumplimiento de las divinas promesas, te reinarás en la


eternidad. Pues, si tienes fijados tus ojos en ellas, soportarás con agrado y placer tu
pobreza actual.
131. No huyas del sufrimiento, la pobreza y la aflicción, porque constituyen el material
de la oración sin peso.

132. Ocúpate que estén conformes y en armonía las virtudes de tu cuerpo con las
psíquicas; las psíquicas con las espirituales; las espirituales con la plenitud de la
increada gnosis inmaterial y divina

133. Cuando oras contra un mal astuto loyismós y el se retira fácilmente, observa cual
es la causa que ocurrió esto, no vaya ser que seas engañado o caigas en alguna trampa y
seas vencido.

134. Algunas veces los demonios te someten en mal astutos loyismí y te incitan como
si orases contra ellos o contradecirlos y después voluntariamente se retiran. Esto lo
hacen para desengañarte y caer en el orgullo y engreimiento, creyéndote que has
empezado a vencer los mal astutos loyismí y que inspiras miedo a los demonios.

135. Si oras contra un pazos o un demonio que te molesta, acuérdate de lo que dice
David: “perseguiré a mis enemigos y los cogeré y no volveré hasta que no
desaparezcan. Los fundiré y no podrán pararse, caerán debajo de mis pies…” (Sal 17,
38-39″. Estas cosas has de decirlas cuando haga falta, armándote a ti mismo con la
humildad contra los enemigos demonios.

136. No te creas que has adquirido la virtud, sin antes no hayas luchado para ella hasta
derramar tu sangre. Porque según el Apóstol Pablo, debemos oponernos contra el
pecado hasta la muerte (Ef 6,11), de modo combatiente e impecable.

137. Si beneficias alguna persona, te perjudicarás por otra, para que digas algo
impropio por causa de la injusticia que se te hará, así dispersarás de mala manera lo que
has recogido de forma justa y buena. Porque este es el propósito de los mal astutos
demonios. Por eso, vigilemos con prudencia.

138. Espera siempre ataques violentos de los demonios y ten cuidado con qué manera
te largarás de la esclavitud de ellos.

139. Al guía espiritual, los mal astutos demonios por la noche buscan en perturbarle;
pero por el día, mediante las personas, rodeándole con calamidades, calumnias y
peligros.

140. No esquives aquellos que curten telas de pelo. Porque, aunque las pisotean y las
pegan, las arrastran y las pican, de esta manera se hace tu prenda limpia y brillante.

141. Mientras no te has negado los pazos y tu nus se opone a la virtud y la verdad, no
encontrarás en el fondo de tu corazón la fragancia del perfume de la oración.
142. ¿Tienes ansia para orar? Hazte muerto para la tierra, ten siempre como patria el
cielo (Fil 3,20), no con las palabras, sino con comportamiento angelical y gnosis divina
(increada).

143. Si te recuerdas del Juez, solamente cuando estás en desgracia, cuanto terrible,
justo e impersonal es, todavía no has aprendido a servir al Señor con temor y regocijarte
de Él con temor (Sal 2,11). Debes de conocer que durante los descansos espirituales y
alegrías, tienes que alabar más a Dios con devoción y contracción.

144. Hombre con conciencia clara y lúcida es aquel que antes de conseguir la perfecta
metania, no cesa de acordarse con pena sus pecados y su castigo justo por ellos en el
fuego eterno.

145. Aquel que comete pecados y se enfurece, se atreve descaradamente a pretender la


gnosis de las cosas más divinas o se emprende en practicar la oración inmaterial; pues,
que acepte la amonestación apostólica, de que es difícil orar con cabeza desnuda y sin
protección. Porque debe -dice el Apóstol- este tipo de hombre, por respeto a los ángeles
que están invisiblemente presentes, tener protegida la cabeza (1ªCor 11,5-79, o sea, que
la contracción, recogimiento y la sensata humildad en los frenos mente y espíritu. (o
sea, los dos ojos psíquicos, νούς nus, y διάνοια diania, mente, intelecto).

146. Aquel que tiene una enfermedad de los ojos, no se beneficia de nada, si al
mediodía con el intenso calor mira al sol mucho rato sin protección. Así también el nus
que está apasionado, maligno y sucio, no le beneficia en nada la imitación de la
tremenda y admirable oración “en espíritu y verdad”. Al contrario, más bien, subleva a
Dios que se indigne contra él.

147. Si Dios que no tiene necesidad de nada y no es enjuiciable, no aceptó aquel que
vino en el altar con regalo, hasta que no se reconciliara con su prójimo que estaba
afligido con él “Mat. 6.7”, piensa cuanto cuidado y discernimiento debemos de tener
para ofrecer a Dios la oración, como incienso perfumado bien recibido en el altar nus.

148. No ames las palabras, ni la doxa-gloria mundana. Indistintamente, ya no detrás de


tu espalda, sino delante en tu cara traman los pecaminosos demonios (Sal 128,3), y te
harás para ellos objeto de alegría en el tiempo de la oración, mientras te arrastres y te
seduzcas por estos insólitos loyismí.

149. La atención del nus que busca oración, la encontrará. Porque la oración sigue
como ninguna otra cosa la atención. Por eso que nos preocupemos con ganas en adquirir
la atención. (atención y oración hermanas gemelas)

150. Tal como de los sentidos el mejor es la vista, así de las virtudes la mejor de todas
es la oración la más divina y sagrada.
151. Elogio de la oración no es la cantidad sino la calidad. Esto se hace claro con la
parábola del Telonis (publicano) y el Fariseo (Lc 6.7), y por el logos del Señor: “Al
rezar, no os convirtáis como los charlatanes, mucho de forma mecánica… el Padre sabe
lo que necesitáis antes que vosotros se lo pidáis, (Mt. 6,7-8).

152. Puesto que te fijas en la belleza del cuerpo y tu nus se ocupa sólo con las cosas
agradables del mundo, no has visto todavía el lugar de la oración, y aún está lejos de ti
el camino feliz y bienaventurado.

153. Cuando, durante en el tiempo de la oración, has sobrepasado cualquier otra


alegría, entonces realmente has encontrado la verdadera oración. Amín.

SAN NILO EL ASCETA, Filocalía t.1º

Traducido por: xX.jJ

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