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los équidos. Los ancestros silvestres africanos de los burros fueron domesticados por
primera vez a principios del V milenio a. C.,3 prácticamente al mismo tiempo que los
caballos de Eurasia, y desde entonces han sido utilizados por el hombre como animales
de carga y como cabalgadura. La aparición de la maquinaria agrícola ha supuesto un
descenso considerable en sus poblaciones.
Índice
1 Etimología
2 Taxonomía
3 Descripción
4 Historia
5 Mitología y simbología
6 Aprovechamiento económico
7 Situación actual
8 El asno en la literatura y en la cultura popular
9 Hibridación con otros équidos
10 Razas españolas
11 Expresiones relacionadas
12 Referencias
13 Enlaces externos
Etimología
La palabra «asno» procede del término que designa a este animal en latín: asinus, y que
también es la usada en su nombre científico para designar a la subespecie doméstica.
Los términos, también latinos, que designan a su género y especie, Equus africanus,
significan literalmente «caballo africano».
La palabra «burro» o «borrico» son derivados regresivos del latín tardío burricus, que
significaba «caballo pequeño», mientras que caballus era un caballo castrado usado para
tirar o cargar.
Taxonomía
Relieve de unos burros de la Necrópolis de Guiza, tumba de Seshemnefer IV, del
Imperio Antiguo, Museo Egipcio de Berlín.
Los asnos se clasifican dentro del orden de los perisodáctilos, perteneciendo a la familia
de los équidos, a la que también pertenecen el caballo (Equus ferus caballus), el onagro
o el kulán (Equus hemionus), el kiang (Equus hemionus kiang) y las cebras, en la que
todos están estrechamente emparentados al pertenecer todos al único género
superviviente, Equus.
Descripción
Los burros son más longevos que los caballos, llegando a vivir hasta los 40 años.
Alcanzan la madurez sexual entre los 2 y 2,5 años. El apareamiento puede producirse en
cualquier época del año, aunque generalmente se produce durante la primavera. La
gestación dura entre 12 y 14 meses, que producirá normalmente una sola cría, raramente
dos, que será destetada cuando tenga entre 6 y 9 meses.
Los burros se adaptaron para vivir en los márgenes de los desiertos, y como resultado de
ello tienen características únicas entre los équidos. Los asnos salvajes viven separados
unos de otros al contrario que los caballos y cebras, que viven en manadas. Los burros
son capaces de emitir rebuznos a un volumen muy alto que les permite mantenerse en
contacto a distancia, hasta los tres kilómetros. Sus largas orejas le sirven tanto para
percibir mejor los sonidos como para poder disipar mejor su calor corporal. Los burros
tienen un sistema digestivo resistente, menos propenso a los cólicos que el de los
caballos, lo que les permite consumir mayor diversidad de plantas y extraer agua del
alimento de forma muy eficiente. En promedio los burros necesitan menor cantidad de
alimento que los caballos de tamaño y peso equivalente; todo ello les permite vivir en
zonas inaccesibles para sus parientes más exigentes alimenticiamente.
Los burros en la naturaleza se defienden dando fuertes coces con sus patas traseras, cosa
que siguen haciendo los domésticos cuando son importunados, y también pueden
golpear con las patas delanteras y dar mordiscos.
Historia
Los ancestros de los burros domésticos son las subespecies de asnos salvajes africanos
nubia y somalí.56 Los asnos salvajes se domesticaron alrededor del 5000 a. C. Los
burros se convirtieron en importantes animales de carga para las gentes que vivían en
las regiones de Egipto y Nubia, ya que son capaces de acarrear entre el 20 % y el 30 %
de su peso corporal, y también se usaron para arar y para ser ordeñados. Para 1800 a. C.
los burros ya se habían extendido a Oriente Medio, donde la ciudad comercial de
Damasco es denominada la «ciudad de los asnos» en textos cuneiformes.
Kílix griego con un sátiro sobre un burro, datado alrededor del 510 a. C.
Los antiguos griegos asociaron los burros al dios Dioniso. Los romanos también usaron
los burros como animal de carga en todo su imperio y además estaba consagrado a
Príapo, por las dimensiones de su falo, a quien era ofrecido en sacrificio, porque según
la leyenda este dios había matado uno en la expedición de Baco a las Indias por haber
tenido la insolencia de disputarle el premio de la fuerza.
Mitología y simbología
El asno fue un animal consagrado a Príapo y que se le ofrecía en sacrificio desde que
este dios mató a uno en la expedición de Baco a las Indias por haber tenido la audacia
de disputarle el premio de la fuerza. Fue admitido en los misterios de Vesta en
recompensa de haber descubierto a esta diosa con sus rebuznos la violencia que
intentaba hacerle Príapo mientras dormía.
Los egipcios consideraban en el asno un símbolo de Tifón y trazaban su figura sobre las
tortas que ofrecían a este dios del mal. El asno era muy mal tratado en Coptos. Los
habitantes de Busiris, de Abidos y Licópolis tocaban la trompeta imitando el rebuzno
del asno. Entre los egipcios se representaba a la ignorancia con una cabeza de este
animal. Cuando querían designar una obra de poca duración, figuraban un asno a gran
galope a causa de que cuando galopa por fantasía, no es más que por un instante,
volviendo a tomar muy pronto su paso natural.
Los romanos conservaron mucha parte de esta aversión contra el asno y encontrarse con
uno se consideraba como mal presagio. Se ha conservado una fábula singular donde el
asno hace un papel de bastante importancia. Luego de que Júpiter hubo tomado
posesión del imperio del mundo y los mortales concurrieron en tropel a ofrecer incienso
en sus altares, movido el dios de su piedad les prometió atender al deseo que ellos
formasen. Los hombres pidieron el don de una eterna juventud sin pasar jamás al triste
estado de la vejez. Júpiter encargó al asno llevar este don inestimable, pero sintiéndose
fatigado se acercó a una fuente para refrescarse. La serpiente que la guardaba dio a
entender al asno que para beber, era necesario que le cediese antes el tesoro que llevaba.
El estúpido animal no tuvo dificultad en cambiar por algunos sorbos de agua un licor
más precioso que el néctar. Desde entonces tienen las serpientes el privilegio de cambiar
de piel y de volver a tomar toda la frescura y vigor de la juventud, al paso que los
mortales están sujetos como antes a la vejez y la muerte.7
Aprovechamiento económico
Según relación de Galeno, Mecenas fue el primero que puso en uso la carne de este
animal entre los romanos. Los persas han comido esta carne prefiriéndola a la de la
gacela, gusto que era también el de sus antepasados. Oleario dice que en un gran festín
dado en 1656 por Cha-Abbas a los embajadores, se mataron treinta y dos asnos salvajes,
que su carne era exquisita y ordinariamente se reservaba para la mesa del monarca; y
añade también que el rey de Persia se complacía en esta caza y que enviaba los asnos
que había muerto a Isfahán a la cocina de su corte. Hipócrates y Galeno miraban esta
carne como indigesta y aun peligrosa, lo que no impidió que Plinio y otros preconizasen
su eficacia contra la tisis, las enfermedades cutáneas, etc.; al menos parece que es dura e
insípida. Con todo, ha servido con frecuencia en tiempo de carestía y también se dice
que algunas veces ha sustituido a la de ternera en ciertas localidades de Francia; por
último, fue la base de los salchichones de Bolonia, buscados por los golosos; la del
borriquillo, sobre todo salvaje, se asegura que es mucho mejor.
Antiguamente, se usaban en terapéutica la sangre, la hiel, la grasa, el bazo, los riñones,
los testículos, los pelos, los cascos y hasta la orina y los excrementos de asno contra un
sinnúmero de enfermedades, tales como las calenturas, la ictericia, la parálisis y la
epilepsia. En cuanto a las Tablillas de hokiak, que los chinos llaman Ngo-kiaeo o Hoki-
hao, que preparan según se dice, con la piel de asno, no son otra cosa que gelatina muy
aromatizada. Con esta piel se hacen tambores. El ejercicio del asno o aselación ofrece,
con un poco menos de actividad, las mismas ventajas que la equitación.8
Desde comienzos de la historia, los burros han sido utilizados en Europa, Asia y África
para transportar cargas, tirar de carros y trasladar personas. A pesar de no ser tan
rápidos y fuertes como los caballos, su mantenimiento es menos costoso, tienen una
gran resistencia y una larga vida, y son más ágiles en terrenos abruptos e irregulares que
los caballos. Continúan siendo de crucial importancia económica en muchos países en
vías de desarrollo.
Los burros tienen una larga reputación por su terquedad, pero esto se debe a la mala
interpretación de algunas personas de su instinto de conservación altamente desarrollado.
Es difícil forzar a un burro a hacer algo que contradiga sus propios intereses. Son
animales inteligentes, cautelosos, amistosos, juguetones e interesados en aprender. Una
vez que se haya ganado su confianza pueden ser buenos compañeros en trabajo y
recreación; por esta razón ahora son comúnmente conservados como mascotas en
algunos países, en donde su uso como animales de carga ha desaparecido. También son
populares por pasear niños en algunos lugares turísticos y de recreación.
Otra aplicación recuperada del asno es su uso como animal vigía frente a lobos y
cimarrones.10 El burro, capaz de detectar la presencia de depredadores con mayor
facilidad que el ganado, alerta con rebuznos de su presencia sirviendo de aviso tanto a
ganaderos como a los propios animales con los que convive, tal es el caso de las vacas,
las cuales protegerán mejor a sus terneros.
Los burros también son criados para consumir su carne, que forma parte de la
gastronomía de algunas regiones de España y países como China.