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El burro o asno (Equus africanus asinus)12 es un animal doméstico de la familia de

los équidos. Los ancestros silvestres africanos de los burros fueron domesticados por
primera vez a principios del V milenio a. C.,3 prácticamente al mismo tiempo que los
caballos de Eurasia, y desde entonces han sido utilizados por el hombre como animales
de carga y como cabalgadura. La aparición de la maquinaria agrícola ha supuesto un
descenso considerable en sus poblaciones.

Índice
 1 Etimología
 2 Taxonomía
 3 Descripción
 4 Historia
 5 Mitología y simbología
 6 Aprovechamiento económico
 7 Situación actual
 8 El asno en la literatura y en la cultura popular
 9 Hibridación con otros équidos
 10 Razas españolas
 11 Expresiones relacionadas
 12 Referencias
 13 Enlaces externos

Etimología
La palabra «asno» procede del término que designa a este animal en latín: asinus, y que
también es la usada en su nombre científico para designar a la subespecie doméstica.
Los términos, también latinos, que designan a su género y especie, Equus africanus,
significan literalmente «caballo africano».

La palabra «burro» o «borrico» son derivados regresivos del latín tardío burricus, que
significaba «caballo pequeño», mientras que caballus era un caballo castrado usado para
tirar o cargar.

Taxonomía
Relieve de unos burros de la Necrópolis de Guiza, tumba de Seshemnefer IV, del
Imperio Antiguo, Museo Egipcio de Berlín.

Los burros domésticos proceden de los burros africanos.


En un principio los burros domésticos fueron clasificados como una especie, Equus
asinus, y se mantuvo durante mucho tiempo esta clasificación. Al demostrarse que los
asnos domésticos y los salvajes africanos, Equus africanus, pertenecían a una misma
especie, tenían que tener el mismo nombre científico. Generalmente en casos como este
se aplicaría el principio de prioridad usado en la nomenclatura científica, que establece
que debe permanecer como nombre específico el primero en haber sido registrado,
siendo asinus el más antiguo. Pero la Comisión Internacional de Nomenclatura
Zoológica determinó en 2003 en la Opinión 2027 que los asnos domésticos, al igual que
otras 17 especies domesticadas, debían nombrarse como su variedad salvaje, Equus
africanus, y por lo tanto los burros domésticos debían nombrarse como la subespecie
Equus africanus asinus.2 Esta decisión se tomó para evitar la paradoja de que linajes
anteriores, los silvestres, fueran nombrados como subespecies de sus descendientes.

Los asnos se clasifican dentro del orden de los perisodáctilos, perteneciendo a la familia
de los équidos, a la que también pertenecen el caballo (Equus ferus caballus), el onagro
o el kulán (Equus hemionus), el kiang (Equus hemionus kiang) y las cebras, en la que
todos están estrechamente emparentados al pertenecer todos al único género
superviviente, Equus.

Descripción

Semental de asno de raza andaluza-cordobesa.

Los burros varían considerablemente de tamaño. La mayoría de los burros domésticos


tienen una talla que oscila entre 0,9 y 1,4 m hasta la cruz, aunque hay variedades
mayores como las razas andaluza-cordobesa, y zamorano-leonesa (que puede superar
los 1,6 m), y el burro mamut (cuyo individuo más grande llegó a medir 1,73 m)4 o el
burro catalán (que llega a los 1,65 m). La coloración y longitud de su pelo también es
muy variable. Su color más habitual es el gris en todos sus tonos, llegando hasta el
blanco y el negro, y también son habituales las tonalidades pardas. A menudo tienen el
pelaje de tonos más claros o blanco alrededor del morro, la zona periocular y el vientre,
y con frecuencia presentan dos franjas oscuras en forma de cruz en su espalda. Sus
crines son más cortas que las de los caballos, por lo que permanecen encrespadas en
lugar de caer sobre el cuello.
Pollino de tres semanas.

Los burros son más longevos que los caballos, llegando a vivir hasta los 40 años.
Alcanzan la madurez sexual entre los 2 y 2,5 años. El apareamiento puede producirse en
cualquier época del año, aunque generalmente se produce durante la primavera. La
gestación dura entre 12 y 14 meses, que producirá normalmente una sola cría, raramente
dos, que será destetada cuando tenga entre 6 y 9 meses.

Los burros se adaptaron para vivir en los márgenes de los desiertos, y como resultado de
ello tienen características únicas entre los équidos. Los asnos salvajes viven separados
unos de otros al contrario que los caballos y cebras, que viven en manadas. Los burros
son capaces de emitir rebuznos a un volumen muy alto que les permite mantenerse en
contacto a distancia, hasta los tres kilómetros. Sus largas orejas le sirven tanto para
percibir mejor los sonidos como para poder disipar mejor su calor corporal. Los burros
tienen un sistema digestivo resistente, menos propenso a los cólicos que el de los
caballos, lo que les permite consumir mayor diversidad de plantas y extraer agua del
alimento de forma muy eficiente. En promedio los burros necesitan menor cantidad de
alimento que los caballos de tamaño y peso equivalente; todo ello les permite vivir en
zonas inaccesibles para sus parientes más exigentes alimenticiamente.

Los burros en la naturaleza se defienden dando fuertes coces con sus patas traseras, cosa
que siguen haciendo los domésticos cuando son importunados, y también pueden
golpear con las patas delanteras y dar mordiscos.

Historia

Burro en una pintura egipcia datada entre 1298-1235 a. C.

Los ancestros de los burros domésticos son las subespecies de asnos salvajes africanos
nubia y somalí.56 Los asnos salvajes se domesticaron alrededor del 5000 a. C. Los
burros se convirtieron en importantes animales de carga para las gentes que vivían en
las regiones de Egipto y Nubia, ya que son capaces de acarrear entre el 20 % y el 30 %
de su peso corporal, y también se usaron para arar y para ser ordeñados. Para 1800 a. C.
los burros ya se habían extendido a Oriente Medio, donde la ciudad comercial de
Damasco es denominada la «ciudad de los asnos» en textos cuneiformes.

Kílix griego con un sátiro sobre un burro, datado alrededor del 510 a. C.

Los antiguos griegos asociaron los burros al dios Dioniso. Los romanos también usaron
los burros como animal de carga en todo su imperio y además estaba consagrado a
Príapo, por las dimensiones de su falo, a quien era ofrecido en sacrificio, porque según
la leyenda este dios había matado uno en la expedición de Baco a las Indias por haber
tenido la insolencia de disputarle el premio de la fuerza.

Los équidos se habían extinguido del continente americano al final de la última


glaciación. Los caballos y los burros fueron introducidos en América por los
conquistadores españoles. La primera aparición del burro en el nuevo mundo se produjo
en 1495, cuando Colón llevó en su expedición cuatro machos y dos hembras.
Posteriormente los colonos europeos fueron importando burros de diversas variedades
tanto de España como de Francia, principalmente con el cometido de ser usados para
producir mulas. Además de su uso tradicional en la agricultura y el transporte, los
burros fueron usados a partir del siglo XIX en la minería.

Con la aparición de la maquinaria agrícola y los medios de transporte modernos los


burros empezaron a usarse cada vez menos desde comienzos del siglo XX en los países
ricos, aunque empezaron a usarse para el turismo y como mascotas, y siguen siendo
usados como animales de trabajo en los países en desarrollo. Las variedades miniatura
son las más apreciadas como mascotas en contra de la tendencia del pasado, cuando se
valoraba más a los burros de mayor tamaño que podían ser usados para producir mulas
grandes y fuertes.

Mitología y simbología

Burros en la localidad argentina de Tilcara.

El asno fue un animal consagrado a Príapo y que se le ofrecía en sacrificio desde que
este dios mató a uno en la expedición de Baco a las Indias por haber tenido la audacia
de disputarle el premio de la fuerza. Fue admitido en los misterios de Vesta en
recompensa de haber descubierto a esta diosa con sus rebuznos la violencia que
intentaba hacerle Príapo mientras dormía.

Los egipcios consideraban en el asno un símbolo de Tifón y trazaban su figura sobre las
tortas que ofrecían a este dios del mal. El asno era muy mal tratado en Coptos. Los
habitantes de Busiris, de Abidos y Licópolis tocaban la trompeta imitando el rebuzno
del asno. Entre los egipcios se representaba a la ignorancia con una cabeza de este
animal. Cuando querían designar una obra de poca duración, figuraban un asno a gran
galope a causa de que cuando galopa por fantasía, no es más que por un instante,
volviendo a tomar muy pronto su paso natural.

Los romanos conservaron mucha parte de esta aversión contra el asno y encontrarse con
uno se consideraba como mal presagio. Se ha conservado una fábula singular donde el
asno hace un papel de bastante importancia. Luego de que Júpiter hubo tomado
posesión del imperio del mundo y los mortales concurrieron en tropel a ofrecer incienso
en sus altares, movido el dios de su piedad les prometió atender al deseo que ellos
formasen. Los hombres pidieron el don de una eterna juventud sin pasar jamás al triste
estado de la vejez. Júpiter encargó al asno llevar este don inestimable, pero sintiéndose
fatigado se acercó a una fuente para refrescarse. La serpiente que la guardaba dio a
entender al asno que para beber, era necesario que le cediese antes el tesoro que llevaba.
El estúpido animal no tuvo dificultad en cambiar por algunos sorbos de agua un licor
más precioso que el néctar. Desde entonces tienen las serpientes el privilegio de cambiar
de piel y de volver a tomar toda la frescura y vigor de la juventud, al paso que los
mortales están sujetos como antes a la vejez y la muerte.7

Aprovechamiento económico

Burro usado como animal de tiro.

Según relación de Galeno, Mecenas fue el primero que puso en uso la carne de este
animal entre los romanos. Los persas han comido esta carne prefiriéndola a la de la
gacela, gusto que era también el de sus antepasados. Oleario dice que en un gran festín
dado en 1656 por Cha-Abbas a los embajadores, se mataron treinta y dos asnos salvajes,
que su carne era exquisita y ordinariamente se reservaba para la mesa del monarca; y
añade también que el rey de Persia se complacía en esta caza y que enviaba los asnos
que había muerto a Isfahán a la cocina de su corte. Hipócrates y Galeno miraban esta
carne como indigesta y aun peligrosa, lo que no impidió que Plinio y otros preconizasen
su eficacia contra la tisis, las enfermedades cutáneas, etc.; al menos parece que es dura e
insípida. Con todo, ha servido con frecuencia en tiempo de carestía y también se dice
que algunas veces ha sustituido a la de ternera en ciertas localidades de Francia; por
último, fue la base de los salchichones de Bolonia, buscados por los golosos; la del
borriquillo, sobre todo salvaje, se asegura que es mucho mejor.
Antiguamente, se usaban en terapéutica la sangre, la hiel, la grasa, el bazo, los riñones,
los testículos, los pelos, los cascos y hasta la orina y los excrementos de asno contra un
sinnúmero de enfermedades, tales como las calenturas, la ictericia, la parálisis y la
epilepsia. En cuanto a las Tablillas de hokiak, que los chinos llaman Ngo-kiaeo o Hoki-
hao, que preparan según se dice, con la piel de asno, no son otra cosa que gelatina muy
aromatizada. Con esta piel se hacen tambores. El ejercicio del asno o aselación ofrece,
con un poco menos de actividad, las mismas ventajas que la equitación.8

«Murcia. Del mercado». Por Medina Vera (Blanco y Negro, 1907)

Desde comienzos de la historia, los burros han sido utilizados en Europa, Asia y África
para transportar cargas, tirar de carros y trasladar personas. A pesar de no ser tan
rápidos y fuertes como los caballos, su mantenimiento es menos costoso, tienen una
gran resistencia y una larga vida, y son más ágiles en terrenos abruptos e irregulares que
los caballos. Continúan siendo de crucial importancia económica en muchos países en
vías de desarrollo.

Los burros tienen una larga reputación por su terquedad, pero esto se debe a la mala
interpretación de algunas personas de su instinto de conservación altamente desarrollado.
Es difícil forzar a un burro a hacer algo que contradiga sus propios intereses. Son
animales inteligentes, cautelosos, amistosos, juguetones e interesados en aprender. Una
vez que se haya ganado su confianza pueden ser buenos compañeros en trabajo y
recreación; por esta razón ahora son comúnmente conservados como mascotas en
algunos países, en donde su uso como animales de carga ha desaparecido. También son
populares por pasear niños en algunos lugares turísticos y de recreación.

En países prósperos el bienestar de los burros, tanto en su casa como en el exterior, se


ha vuelto recientemente una preocupación y se han instalado algunos santuarios para
burros veteranos.9

Otra aplicación recuperada del asno es su uso como animal vigía frente a lobos y
cimarrones.10 El burro, capaz de detectar la presencia de depredadores con mayor
facilidad que el ganado, alerta con rebuznos de su presencia sirviendo de aviso tanto a
ganaderos como a los propios animales con los que convive, tal es el caso de las vacas,
las cuales protegerán mejor a sus terneros.
Los burros también son criados para consumir su carne, que forma parte de la
gastronomía de algunas regiones de España y países como China.

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