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TRASTORNOS PSISOMATICOS-SOMATIZACIONES-

CONCEPTO

La medicina psicosomática estudia la relación entre cuerpo y mente. Valora la importancia


que el estrés y los factores psicológicos tienen en la aparición, evolución y tratamiento de
ciertas enfermedades físicas.

En el DSM-IV el término psicosomático ha sido reemplazado con la categoría diagnostica


de "factores psicológicos que afectan a problemas médicos", haciendo hincapié en los
factores psicológicos, mientras que en la DSM-III-R se refería a estímulos ambientales.La
DSM-IV destaca la importancia de la cercanía temporal entre los factores psicológicos y la
exacerbación o el retraso de la recuperación del estado general. Dentro de los factores
psicológicos incluye los trastornos mentales, los síntomas psicológicos, los trastornos de
personalidad y las conductas maladaptativas, excluyendo a los trastornos mentales
clásicos cuyos síntomas físicos son parte del trastorno, como los trastornos de
somatización, la hipocondriasis, las quejas físicas asociadas a trastornos mentales y las
quejas físicas asociadas a trastornos asociados con las drogas (1,2).

La CIE-10 no utiliza los términos "psicógeno" ni "psicosomático", definiendo en el código


F54 la categoría de "factores psicológicos o del comportamiento en trastornos o
enfermedades clasificados en otro lugar "y en el código F68.0 la categoría de "elaboración
psicológica de síntomas somáticos" (3).

EVOLUCION HISTORICA

TEORIAS ETIOLOGICAS

Las sociedades primitivas pensaban que la enfermedad estaba causada por espíritus
malignos; posteriormente la enfermedad siempre ha estado muy ligada a las creencias
religiosas. Los griegos y romanos adoptaron un enfoque más científico, pero en general
hasta el Renacimiento predominó el enfoque religioso o mágico. Desde entonces empezó
a surgir el pensamiento científico que alcanzó su autonomía respecto a la religión con la
Ilustración en el siglo XVIII.

Heinroht introdujo en 1818 (4) el termino psicosomático para designar la influencia de


ciertos estados emocionales en la evolución de algunas enfermedades crónicas. Durante
el siglo XIX había un auge de lo orgánico debido a las influencias de Pasteur y Virchow, se
pensaba que todas las enfermedades estaban causadas por alteraciones celulares. Freud
(5) estudio la histeria descubriendo que su origen era un conflicto psicológico y que sus
manifestaciones se producían en los órganos inervados por el sistema nervioso (SN)
sensoriomotor, es decir, que unas alteraciones psíquicas daban lugar a manifestaciones

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fisiológicas. Así en el caso de Dora en 1905 se vio la influencia de los factores psíquicos
inconscientes en la aparición de síntomas de conversión.

En 1910 Ferenczi comenta que la histeria de conversión también puede tener lugar en
órganos inervados por el SN autónomo (4). En los años veinte Cannon (4) explica la
importancia de los efectos de la psique en el SN autónomo mediante el modelo de
afrontamiento-huida, estando relacionado el SN simpático con la lucha y el SN
parasimpático con la inhibición de los movimientos. Posteriormente en los años treinta
Dunbar (6) describe distintos tipos de personalidad que se relacionan con ciertas
enfermedades y defiende que los mecanismos de defensa utilizados eran el factor
etiológico fundamental. Durante los años cincuenta hay muchos estudios en Medicina
psicosomática, aunque no todos defienden las mismas lineas teóricas. Así Garma en 1950
(4) comenta que la úlcera péptica tiene un determinado significado psicológico, es decir,
amplía el concepto de conversión freudiano a un órgano inervado por el SN autónomo.
Alexander (7) en 1950 defiende que un determinado conflicto psicológico crea un estrés
prolongado que actuando a través del SN autónomo produce, en función de la
vulnerabilidad especifica de cada individuo, un trastorno médico específico; así explica la
aparición de la úlcera péptica, la hipertensión arterial esencial, etc. Friedman y Rosenman
(4) a finales de los cincuenta relacionan un tipo de personalidad llamado personalidad tipo
A con la predisposición a padecer patología coronaria.

Más tarde, en los años sesenta, Holmes y Rahe (8), basándose en estudios previos que
relacionaban ciertas variables psicosociales con cambios fisiológicos, elaboran una escala
con 43 sucesos en la vida asociados a cantidades variables de estrés y los cuantifican, de
tal manera que calculan el grado habitual de estrés psicológico que acompañaría a esos
sucesos vitales. Así los individuos con una puntuación superior a 200 en el año
precedente, presentarían más riesgo de desarrollar una enfermedad.

Durante los años sesenta y setenta Selye (9) describe el síndrome de adaptación general,
que consiste en una respuesta al estrés desarrollada en tres fases secuenciales: fase de
alarma, fase de activación sostenida y fase de agotamiento, a la cual se llega si el estrés no
cesa. Se produce porque el estrés induce cambios en el eje córtico-hipotalámico-
suprarrenal, que aumentan, entre otras sustancias, la noradrenalina, responsable de los
efectos autonómicos. En estos mismos años, a partir de los estudios de Miller sobre el
aprendizaje del control de las funciones mediadas por el SN vegetativo, se empieza a
sentir en la psicosomática el influjo de la psicología conductista, sobre todo en los EE.UU.,
que conduciría a la aplicación de los descubrimientos de la psicología del aprendizaje al
campo de la salud.

Sifneos y Neimiah (9) desarrollan el concepto de Alexitimia y describen a las personas


alexitímicas como aquellas que no pueden expresar verbalmente sus estados emocionales
y por ello producen trastornos psicosomáticos cuando están sometidos a estrés, de ahí su
escasa respuesta a psicoterapias de introspección, y su mejor respuesta a terapias de
modificación de conducta y/o de apoyo.

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Interesantes fueron las contribuciones de Engel y col. (10), que realizaron un Modelo
Biopsicosocial en el que se contemplan factores externos (socioculturales y ecológicos)
junto con factores internos (emocionales, genéticos, somáticos, constitucionales, y
biográficos) en la etiología de los trastornos psicosomáticos. Estos factores se han tenido
muy en cuenta en el DSM-IV.

Actualmente se están haciendo estudios en animales sometidos a estrés crónico y se


observa la aparición de enfermedades consideradas psicosomáticas, lo cual corrobora la
importancia de que el estrés, actuando de una manera inespecífica, puede dar lugar a
trastornos psicosomáticos. Con el avance de las técnicas bioquímicas se ha profundizado
en el conocimiento de las bases biológicas de la conducta normal y anormal,
descubriendo, así, que hay distintos mediadores neurofisiológicos y psicoinmunitarios
implicados en la respuesta ante determinados acontecimientos o situaciones vitales o
para relacionar el estrés con cambios moleculares sinápticos.

En España, a parte de Garma, ya citado anteriormente, ha habido grandes personajes que


han estudiado estos temas como Gregorio Marañón, o en los años setenta, Rof Carballo
que inicia una actitud integradora de todas las corrientes (psicodinámica, psicofisiológica,
conductual y psicosocial), que aunque diferentes en sus métodos persiguen el mismo
objetivo (11).

ETIOPATOGENIA
Las teorías para explican los trastornos psicosomáticos se pueden englobarse en tres
lineas:

La que considera que cada enfermedad psicosomática tiene una personalidad especifica.

La que considera que habría unos conflictos inconscientes en las enfermedades


psicosomáticas, pudiéndose establecer, en algunas, una buena correlación entre el tipo de
conflicto y la enfermedad.
Una tercera linea, menos concreta, que propone que situaciones inespecíficas crónicas de
estrés, combinadas con una vulnerabilidad genética, producirían cuadros psicosomáticos.

Todo lo anterior se complica cuando se intentan establecer modelos etiológicos, puesto


que mientras unos modelos postulan que la causa original es psíquica, como el modelo
psicosomático o el modelo de estrés, otros postulan que la causa original es somática,
aunque después lo psicológico revierte en lo somático, como en el modelo
somatopsíquico, en cambio otros no le dan prominencia ni a lo somático ni a lo psíquico,
sino a lo biológico, que puede ser genético o constitucional, como el modelo de efectos

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concomitantes. O bien, le dan importancia a todo por igual, ya que actúan
simultáneamente, según el modelo holístico (12).

En la práctica se pueden establecer unos factores que deberían estar presentes


simultáneamente para que se desarrolle un trastorno psicosomático:

Que el individuo tenga una determinada predisposición biológica ya sea dada por el
ambiente, por su genética o por sus hábitos.

Que tenga una personalidad vulnerable o un grado de estrés que sus mecanismos de
defensa no puedan soportar.

Que esté bajo un importante estrés que actúe en lo vulnerable de su personalidad (9).

En este capítulo se van a tratar los trastornos psicosomáticos más característicos de cada
sistema orgánico realizando un breve repaso de su epidemiología, sintomatología,
etiología, aspectos psicológicos y sus posibles tratamientos.

TRASTORNOS CARDIOVASCULARES
La patología cardiovascular constituye la causa de muerte más frecuente en el mundo
occidental. La ansiedad puede desencadenar taquicardia y otras sensaciones que los
pacientes asocian con su corazón, de manera que hasta un 15% de los enfermos que
consultan al cardiólogo acuden con síntomas relacionados con esta ansiedad.

ENFERMEDAD CORONARIA

La enfermedad coronaria se desarrolla por un desequilibrio entre los requerimientos de


oxígeno por parte del miocardio y la cantidad aportada por las arterias coronarias debido
a la formación de placas de ateroma en las mismas. Constituye una de las causas más
frecuentes de muerte en el mundo occidental.
Se han identificado una serie de factores de riesgo como la hipertensión, la hiperlipemia,
el tabaco, el sedentarismo, la dieta, etc.

No existe un rasgo de personalidad especifico en los pacientes con patología coronaria,


pero se ha definido un patrón de comportamiento característico.

Osler en 1903 destacó que estos pacientes eran ambiciosos, agresivos y sin capacidad para
relajarse. Friedman y Rosenman en 1959 (13) describen el patrón de personalidad tipo A
como un sujeto ambicioso, competitivo, impaciente, hostil, deseoso de éxito y de
reconocimiento por los demás, con necesidad de resolver las cosas con urgencia y una
gran dificultad para relajarse. Se ha demostrado que los sujetos con esta personalidad

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tienen un riesgo dos veces superior al resto de la población de padecer patología
coronaria.
La patología coronaria más grave se ha observado en pacientes que presentaban
puntuaciones elevadas de hostilidad y además tendían a reprimir sus expresiones de ira,
de manera que la combinación de estos dos rasgos parece ser el factor psicológico más
nocivo.
Acontecimientos vitales como cambios en la estructura familiar, pérdidas de un ser
querido, situaciones de sobrecarga de trabajo o desempleo son situaciones
frecuentemente asociadas a patología coronaria.

La aparición de un infarto de miocardio es más frecuente en enfermos con patología


coronaria, y es habitual que cuando se inicia la sintomatología se produzca una reacción
de negación sobre todo en pacientes con rasgos tipo A más intensos, con ello se retrasa la
solicitud de atención médica, lo que tiene gran importancia dado que la mayoría de las
muertes se producen en las primeras horas postinfarto.

El inicio de los síntomas o su ingreso en el hospital suscita una intensa ansiedad que ha de
tenerse en cuenta, pues puede producir la aparición de arritmias o incluso producir la
muerte súbita, posiblemente por la liberación de catecolaminas, por lo que el personal de
la unidad coronaria juega un papel importante ofreciéndoles la comunicación adecuada
que les permita disminuir las manifestaciones ansiosas, aunque en muchas ocasiones esto
no es suficiente y hay que recurrir a los psicofármacos como las benzodiazepinas y el
propanolol.

En el periodo de convalecencia, cuando el paciente vuelve a su domicilio, es frecuente que


aparezca un estado de disforia que hace más difícil el periodo de rehabilitación.
Solo un pequeño porcentaje de estos enfermos desarrolla depresión mayor precisando
antidepresivos.
Los antidepresivos tricíclicos solo se emplearan, si se precisan, a partir de la octava
semana tras el infarto, siempre y cuando no haya una arritmia que desaconseje su uso; se
utilizarán las dosis habituales y serán mantenidos el tiempo suficiente.
También se dispone, hoy en día, de los nuevos antidepresivos que apenas tienen efectos
cardiotóxicos (mianserina, viloxacina, fluoxetina, paroxetina, sertralina, moclobemida,
amineptino, etc.) de tal manera que constituirían los fármacos de elección.

Un abordaje farmacológico, psicológico, educativo, así como modificaciones del régimen


de vida, pueden ayudar a disminuir los riesgos y así mejorar la evolución de estos
pacientes. Las diversas psicoterapias (individual y grupal) pueden ayudar a disminuir el
impacto del estrés y a modificar los rasgos de personalidad tipo A, lo que incidiría
disminuyendo las descompensaciones y aumentando la supervivencia de los pacientes
que han sufrido un infarto.

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HIPERTENSION

Se define como la elevación persistente de la tensión arterial por encima de 140/90


mmHg. Al menos un 15% de la población sufre este problema en algún momento de su
vida. En el 90% de los casos se trata de una hipertensión esencial o idiopática, es decir,
producida por mecanismos etiopatogénicos no bien establecidos.

Los individuos con historia familiar de hipertensión tienden a presentar respuestas


cardiovasculares y emocionales intensas frente a situaciones frustrantes. La cólera
reprimida constituye un factor de riesgo para la hipertensión esencial. Las depresiones
agudas y la tristeza motivan que la tensión arterial sea tan elevada en reposo como lo es
después de hacer ejercicio, interfiriendo en los ajustes cardiovasculares asociados al
ejercicio.

Las sociedades sometidas a un proceso de cambio en sus pautas culturales (urbanización,


industrialización, perdida de tradiciones) han mostrado una mayor prevalencia de
hipertensión arterial (14). También se ven implicados factores psicológicos, como la
hostilidad reprimida, que hace que el individuo se encuentre tenso, en alerta constante y
sienta su entorno como algo amenazante. Se ha visto que pacientes hipertensos, con
elevación de la renina plasmática presentan con frecuencia estados de ira contenida,
susceptibilidad, depresión y ansiedad (15).

Han resultado útiles en el tratamiento de la hipertensión técnicas de relajación, el


biofeedback y técnicas para afrontar el estrés, teniendo en cuenta que en todo caso es
necesario mantener una dieta adecuada y si es preciso un tratamiento farmacológico
especifico. Hay que señalar que con frecuencia los antihipertensivos producen
alteraciones psicopatológicas, fundamentalmente trastornos depresivos.

TRASTORNOS RESPIRATORIOS
El aparato respiratorio va a responder de distinta forma, dependiendo del estado
emocional. Así las personas ansiosas manifiestan una respiración corta y rápida, mientras
que los individuos deprimidos presentan una respiración profunda y fatigosa,
entrecortada por llantos y suspiros.

Distinguimos aquí dos cuadros patológicos en los cuales los factores psicosociales están
involucrados claramente en su patogenia: el asma y la hiperventilación.

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ASMA BRONQUIAL

El asma bronquial es una respuesta de broncoconstricción del árbol respiratorio ante


determinados estímulos, que clínicamente se manifiesta como episodios de disnea
paroxística y broncoespasmo.

Clásicamente se diferencian dos tipos de asma:

Asma extrínseco, cuya patogenia se basa en una reacción inmunitaria desencadenada por
un antígeno que interacciona con una Ig E, dando lugar a la liberación de sustancias
(responsables de la reacción bronquial) liberadas por los mastocitos. Se desarrolla sobre
todo en niños que tienen antecedentes alérgicos (urticaria, rinitis, eczema).

Asma intrínseco o idiosincrásico, no relacionado en su patogenia con las Ig E. Se presenta


sobre todo en personas mayores de 40 años, sin antecedentes alérgicos. Se desencadena
a raíz de una infección viral, ingesta de fármacos (AAS, indometacina) o contaminantes
ambientales.

Aunque clásicamente se creía que el asma era una reacción local del árbol
traqueobronquial, actualmente se sugiere que hay un aumento del tono parasimpático,
debido a un reflejo que se origina a nivel bronquial. Por otra parte, se sabe, que diversos
factores psicosociales favorecen el desarrollo de un ataque asmático, sobre todo en su
modalidad extrínseca.

Los estudios epidemiológicos sobre factores psicosociales implicados en la etiopatogenia


del asma, fueron iniciados por Wess y col. (16). Este aspecto se ha estudiado mucho en
niños, donde se ha demostrado que la aparición de un ataque de asma esta relacionado
con situaciones de estrés emocional. La hospitalización y otras situaciones en las que el
niño sufre el temor por la separación de la madre, el nacimiento de un hermano, frente al
que el niño desarrolla un sentimiento de celos, un ambiente familiar desestructurado o
inestable influyen de tal manera que en esta última situación, por ejemplo, un importante
porcentaje de casos mejoran si son separados del ambiente familiar, resistiéndose sin
embargo al tratamiento farmacológico.

Se ha observado, también, que los niños que viven en ambiente desfavorables, la mejoría
clínica esta asociada con una mayor capacidad de afrontar situaciones conflictivas. Bustos
y Bracamon (17) definen el asma del fin de semana, observándose en niños cuyo padre
está presente en casa solo los fines de semana, favoreciéndose, así, en este periodo las
situaciones conflictivas, que darían lugar a los ataques de disnea.

No se ha definido un perfil psicológico específico de los pacientes asmáticos, pero se


aprecia que un gran número de niños con este problema presentan una necesidad

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exagerada de ser protegidos, desarrollando actitudes de dependencia frente a la madre,
junto a un temor desproporcionado a separarse de la figura materna.

Desde una perspectiva psicoanalítica, la manifestación de ataques de asma se relacionaría


con situaciones reales o inconscientes que tienen un riesgo inminente de pérdida o
separación de la figura materna. Con frecuencia la actitud hace que se den estas
relaciones de dependencia. Es frecuente que estos niños sufran problemas de fracaso
escolar y de adaptación a su entorno, favorecido, en parte, por las hospitalizaciones que
precisan y la sobreprotección por parte de los padres y profesores. Por todo ello es
importante evitar, en estos niños, actitudes inadecuadas que favorezcan este tipo de
relaciones.

No obstante, aunque los factores psicosociales están implicados en la patogenia del asma,
en un 70% de los casos, un bajo porcentaje tienen desencadenantes puramente
emocionales. Recientemente, se ha visto que los pacientes asmáticos que tienen una
psicopatología de base, un entorno familiar conflictivo, o que han sufrido la perdida de
alguna figura familiar representativa, tienen un curso más desfavorable del cuadro (18).

De todo ello se deduce la importancia de la participación de un experto en salud mental,


en el equipo que trata al niño asmático, para evitar que se produzcan alteraciones en su
desarrollo psicológico (19).

SINDROME DE HIPERVENTILACION

La hiperventilación se define como un incremento de la actividad respiratoria para


mantener el nivel de oxígeno y de anhídrido carbónico dentro de límites normales.

Desde el punto de vista fisiopatológico, el cuadro se desarrolla por la disminución de la


PCO2 en los alvéolos y en la circulación arterial, desencadenando una alcalosis
respiratoria, con lo cual disminuye el calcio iónico, modificándose el potencial de
membrana, produciéndose así los síntomas neuromusculares.

Clínicamente se manifiesta con debilidad, sensación de mareo, parestesias, espasmo


carpopedal, sensación de despersonalización y de desrealización, cambios emocionales,
labilidad afectiva, llanto inapropiado, ansiedad, preocupación por síntomas somáticos,
etc.

El síndrome de hiperventilación se desarrolla, con frecuencia, de forma secundaria a


estados de ansiedad, bien sea formando parte de un cuadro psiquiátrico o como una
forma de respuesta ante estímulos estresantes manifiestos o inconscientes. Es muy
importante el diagnóstico diferencial con lesiones del SNC, hipoglucemia, arritmias, IAM,
etc.

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El tratamiento será el de la causa, si es secundario a un cuadro de ansiedad el individuo
debe ser sometido a un ambiente rico en CO2, por ejemplo, respirando en una bolsa de
papel, y si es preciso se utilizaran las benzodiazepinas. Si hay un trastorno psiquiátrico de
base se aconseja su tratamiento.

TRASTORNOS GASTROINTESTINALES
El tracto gastrointestinal (TGI) es una de las localizaciones más frecuentes de los
trastornos psicosomáticos, puesto que es muy rico en terminaciones nerviosas del SN
autónomo.

Psicodinámicamente la importancia del TGI en la primera infancia es vital en las fases oral
y anal. El digerir sustancias, masticarlas, expulsarlas y el control de esfínteres intervienen
en muchos significados y niveles de control (9). Por último en la clínica diaria se puede
observar la comorbilidad de alteraciones gastrointestinales en trastornos depresivos y de
ansiedad.
Además de los cuadros que se exponen a continuación también se han relacionado con
factores psicológicos la aerofagia, la boca seca, la estomatitis, la disfagia, las nauseas, el
mericismo, la acalasia, la hipersalivación, los vómitos, el piloroespasmo, la diarrea
nerviosa, el estreñimiento y la hiperemesis gravídica.

ULCERA PEPTICA

Es una erosión circunscrita que atraviesa la muscularis mucosae y que aparece en el


duodeno, el estómago (sobre todo en antro) y en la zona inferior del esófago. Tiene una
prevalencia aproximada de un 6 a un 15% predominando en el varón. Sin embargo en
autopsias se observa que el 30% de los varones y un 15% de las mujeres tienen úlceras
aunque no han presentado síntomas en su vida.

La sintomatología se caracteriza por la presencia de dolor y malestar epigástrico que suele


empeorar cuando el estomago está vacío o se ingieren comidas picantes, alcohol, cafeína
o tabaco. Presentan también náuseas, vómitos, cambios de apetito, pérdida de peso,
dispepsia e intolerancia a las comidas. Las úlceras pépticas pueden presentar varias
complicaciones entre las que cabe destacar la obstrucción intestinal, la hemorragia, y la
perforación que se acompaña frecuentemente de dolor de espalda, sangrado y
alteraciones sistémicas.

La etiopatogenia está relacionada con un desequilibrio entre los factores protectores de la


mucosa y los factores agresores de la misma, sobre todo el ácido gástrico. La producción
de ClH depende de las células parietales que están en la mucosa gástrica, las cuales, están
estimuladas por la gastrina que procede de las células G, la histamina y la acetilcolina

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liberadas por el sistema parasimpático, que a su vez, sensibiliza a la células G para la
histamina. El alcohol, la cafeína y el tabaco son unos importantes agresores de la mucosa
puestos que alteran la barrera de retrodifusión de iones de hidrógeno. En los últimos años
ha acaparado mucho interés el Helicobacter pylori en la etiología de esta enfermedad
(20).

A lo largo de la historia se ha observado como las emociones influyen en la función


gástrica. En 1947 Wolf y Wolff estudiaron a un paciente con fístula gastroduodenal y
descubrieron que el miedo, la ansiedad extrema y la depresión, tendían a disminuir la
secreción y motilidad gástrica y producían palidez de la mucosa, mientras que la hostilidad
y los sentimientos de ira y resentimiento, se asociaban a un aumento de la secreción y
motilidad así como a una hiperemia de la mucosa. (21) Engel y col. en 1956 estudiaron a
una niña con fístula gastrointestinal viendo como la interacción personal aumenta las
actividades gástricas y el distanciamiento las disminuye (22). Alexander en 1950 pensó
que los pacientes con posibilidades de desarrollar úlceras eran dependientes al menos
inconscientemente, con sentimientos continuos de frustración e insatisfacción, esto daba
lugar a un aumento de actividad del nervio vago que aumentaba la secreción ácida,
produciendo hiperemia de la mucosa, facilitando la aparición de úlceras. Describió tres
tipos de pacientes en función de como organizaban su dependencia: los
pseudoindependientes que negaban su dependencia comportándose, por usar la
formación reactiva, como agresivos, confiados y dominantes; los pasivodependientes que
sobreexpresaban su dependencia, y los que se mostraban demandantes de dependencia
que podían comportarse como antisociales (7). Weiner y col. realizaron estudios en
reclutas de la armada que confirmaron las teorías de Alexander (9). En esta linea Bonfils
(23) propuso cuatro tipos psicosomáticos de pacientes ulcerosos: I.tipo hiperactivo, con
preponderancia de sus tendencias independientes y conductas competitivas; el 25%. II.-
tipo equilibrado, con tendencias dependientes e independientes en equilibrio, con una
conducta poco neurótica; el 50%. III.Tipo inestable, de edad inferior a 30 años,
frecuentemente con alcoholismo y conductas psicopáticas; el 10%. IV.Tipo pasivo,
individuos dependientes con frecuentes manifestaciones depresivas y ansiosas, histerias
de conversión y síntomas esquizoparanoides; el 15%.

No obstante, otros autores, muestran estudios en los que no se relacionan conflictos


inconscientes ni rasgos de personalidad con la tendencia a desarrollar úlcera. (24) Estudios
de perfiles de personalidad en pacientes ulcerosos dio lugar a varios grupos homogéneos
destacando que lo más importante eran el neuroticismo y la ansiedad, sin observar
diferencias significativas en la edad, sexo, duración de la enfermedad y niveles de
pepsinógeno. De ahí concluyen que el estrés y la ansiedad actúan de manera inespecífica
en el organismo y debido a otros factores como la predisposición y/o el ambiente se
desarrolla un trastorno ulceroso.

El tratamiento médico consiste en una dieta que evite la cafeína, la nicotina, el alcohol y
los picantes; fármacos como antiácidos, anticolinérgicos y antihistamínicos tipo antiH2
como la cimetidina y la ranitidina. La cirugía ha quedado relegada al tratamiento de

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complicaciones o al uso de vagotomías selectivas. Desde el punto de vista psiquiátrico se
usan ansiolíticos que pueden disminuir la respuesta al estrés y antidepresivos, sobre todo
aquellos que actúan bloqueando receptores de histamina como la Doxepina y la
Desimipramina. Se ha utilizado el biofeedback y la psicoterapia para tratar defensas
adaptativas y conflictos psicológicos exagerados de dependencia, hostilidad y frustración.
Hay estudios que muestran que pacientes tratados con psicoterapia y tratamiento médico
mostraban resultados equivalentes a los tratados sólo con medicamentos a corto plazo,
pero tenían menos recurrencias a largo plazo (22).

SINDROME DEL COLON IRRITABLE

Es uno de los trastornos más frecuentes del TGI que afecta del 50 al 70% de pacientes con
quejas digestivas. Suele aparecer desde la adolescencia hasta la edad media de la vida y es
más frecuente en los países desarrollados. Su incidencia está en aumento. Es más
frecuente en las mujeres. Los síntomas consisten en la aparición de episodios recurrentes,
vagos e intermitentes de malestar abdominal con diarrea, estreñimiento, con o sin dolor
abdominal. Se diagnostica tras descartar otras patologías. No se encuentra ninguna
alteración histológica en el TGI 9). En los estudios fisiopatológicos, se ha observado que
estos pacientes tienen una frecuencia de ondas lentas intestinales anormalmente elevada,
de 3 ciclos por minuto, y que el estrés las aumentas (20).

Se ha asociado con características de la personalidad anal como la ordenabilidad,


puntualidad, limpieza, rigidez y rasgos obsesivos compulsivos. Alexander y otros pensaban
que el estreñimiento sería visto como una retención propia de un individuo obstinado y la
diarrea sugeriría ansia de desaprobación y agresividad inconsciente (22). Congard y Bonfils
en 1986 distinguen dos tipos de pacientes: unos, el 60%, con una estructura obsesiva o
compulsiva que son meticulosos, describen rigurosamente sus síntomas y tratamientos y
producen una actitud contratransferencial de rechazo; y otros, el 40%, de estructura
histerofóbica que tratan de llamar la atención y que predomina en mujeres (25). Sin
embargo en estudios actuales no se ha identificado ningún tipo de personalidad o rasgos
en pacientes con este síndrome, ni tampoco diferencias biológicas ni psicológicas claras
(22). En la clínica se observa que un 25% de adultos con este síndrome padecen depresión
unipolar, trastornos distímicos, de ansiedad, de personalidad, somatoformes y de
conversión o hipocondriacos, los cuales deben ser investigados para realizar un
tratamiento.

Se han usado diversos fármacos como analgésicos, ansiolíticos y antidepresivos, sobre


todo anticolinérgicos, así como modificaciones de la dieta enriqueciéndola en fibras. Se
han realizado tratamientos psicológicos como la hipnosis, biofeedback, terapia cognitivo-
conductual con resultados variables. Ciertos autores abogan por un tratamiento
psicosocial y se establecen varios puntos en el tratamiento de estos pacientes,
concluyendo que el abordaje debe ser con medicación cuando sea necesaria; una

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educación, poniendo énfasis en que es una enfermedad crónica con recaídas y terapias
conductuales y de relajación (26,27).

ENFERMEDAD DE CROHN

Se conoce también con el nombre de enteritis regional. Puede aparecer en cualquier lugar
del TGI, afectando a todo el grosor de la pared y presenta, en el estudio histológico,
granulomas no caseosos además de necrosis y úlceras. Surge con más frecuencia en íleon
terminal, el intestino delgado y el colon. En España hay una incidencia de la enfermedad
de Crohn (EC) de 0,5 a 0,8 casos por cada 100.000 h. por año. Es más frecuentes en la raza
blanca y sobre todo en judíos. Aparece por igual en ambos sexos. Suele aparecer en la
segunda y tercera década de la vida.

El inicio es insidioso presentando dolor abdominal y retortijones que se acompaña de


diarrea y tenesmo. Puede presentar varias complicaciones como fístulas, infecciones y
abscesos perianales e intestinales. El curso de la enfermedad es crónico con fases
remisión y de exacerbación aguda (20).

La etiopatogenia no está clara aunque se piensa en causas genéticas, inmunológicas,


infecciosas e incluso psicológicas. Hay autores que piensan que no hay rasgos de
personalidad característicos de la EC o bien, que muchos de los rasgos son debidos a
estados ansiosos o depresivos reactivos a la presencia de una enfermedad crónica. Un
dato observado por los clínicos es que a veces el inicio de la enfermedad y de las recaídas
suele coincidir con periodos de estrés emocional adicional (9). Otros autores creen que
hay ciertos rasgos de personalidad en los enfermos de la EC parecidos a los de la
CU aunque quizá menos marcados. Así, en un estudio realizado en 1969 con el MMPI, se
observa un nivel aumentado en las escalas de hipocondriasis, histeria y depresión y se
aprecian rasgos obsesivo compulsivos y conflictos de dependencia no resueltos
semejantes a los de enfermos de CU (22).

El tratamiento principal es médico: dieta, sulfasalazina y corticoides, también se usa


metronidazol (20). A veces hay complicaciones que necesitan de tratamiento quirúrgico,
como proctocolectomía con ileostomía, lo cual influye mucho en el estado psicológico del
paciente ya que se tiene que adaptar a una situación nueva con control de la limpieza, de
la defecación por el orificio abdominal y al cambio de la imagen corporal. El tratamiento
psicoterápico es válido, sobre todo las terapias de apoyo no confrontativas y orientadas
hacia la relación con los demás, ya que se ha demostrado que ayudan a disminuir la
frecuencia de las exacerbaciones. También es importante por los estados ansiosos y
depresivos que surgen en estas enfermedades crónicas, en todo caso hay que trabajar
muy unido al internista (9,22,28).

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COLITIS ULCEROSA

Se caracteriza por la presencia de inflamación y ulceración de la mucosa y submucosa del


intestino grueso, con posible afectación del íleon distal. Tiene una distribución bimodal
con dos picos en las edades de 20 a 40 y de 60 a 80 años (20).
Puede iniciarse de forma aguda o insidiosa. El síntoma más importante es una diarrea
mucosanguinolenta. Tiene periodos de remisión y otros de exacerbación. Se presentan, a
veces, graves complicaciones como perforación intestinal, megacolon tóxico, hemorragias
masivas, pseudopoliposis. Tras 20 años o más suele aparecer cáncer de colon que requiere
de proctocolectomía preventiva y/o curativa (20). Su origen puede ser genético,
inmunitario, infeccioso y se afecta por factores psicológicos.

Alexander, en los años cincuenta, intentó realizar una explicación psicodinámica, y así
pensaba, que los sentimientos orales agresivos de estos pacientes, aumentaban cuando
había una frustración de necesidad de dependencia, por lo cual, solían estar ansiosos y
ello estimulaba al sistema parasimpático y producía colitis. Engels, en 1955, cree que las
relaciones interpersonales son más importantes que los conflictos intrapsíquicos, y que la
base es una insatisfactoria relación madre-hijo y que cuando el niño se siente fracasado,
en el intento de satisfacer a la madre real o sustituta, aparece una reacción de
desesperanza-indefensión que puede desencadenar la CU(9). Otros autores piensan que
hay rasgos de personalidad obsesivo-compulsivos y anales con sensibilidad narcisista en
estos pacientes (29). No obstante, hay estudios con resultados contradictorios, y así hoy
día no se puede asegurar la existencia de personalidades tipo en los pacientes ni en sus
padres (9,22). Todo lo anterior se complica porque es difícil separar lo psicosomático de lo
somatopsíquico una vez a aparecida la CU, pues es cierto que estos enfermos viven en un
estrés continuo que los lleva a padecer trastornos ansiosos y depresivos. También se ha
observado que las psicosis aparecen con más frecuencia en pacientes con CU que en
grupos control, a veces coincidiendo con el primer episodio de CU, habría que tener en
cuenta si son secundarios a trastornos metabólicos o si son consecuencia del uso de
corticoides.

El tratamiento consiste en dieta y empleo de medicaciones como la sulfasalazina, los


corticoides, el metronidazol, etc. y tratamiento quirúrgico si se precisa. Se realizan
psicoterapias para el manejo de las defensas y las necesidades de dependencia y
mantenimiento de la autoestima (30). A lo largo de la historia hay estudios que
demuestran el beneficio de la intervención psicoterapéutica, sobre todo de apoyo.
Actualmente los clínicos creen que la psicoterapia disminuye la frecuencia de recidivas
(22).

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TRASTORNOS ENDOCRINOS

El sistema endocrino y el sistema nervioso central (SNC) tienen mucho en común, algunos
neurotrasmisores son también mensajeros químicos en el sistema endocrino. El
hipotálamo y el diencéfalo parecen ser el primer coordinador de esta integración
endocrino-neuronal.

Los factores ambientales y problemas interpersonales repercuten en este sistema


influyendo a través del cortex sobre el eje hipotálamo hipofisario (31). A pesar de ello, no
existe ningún factor específico en cuanto a conflictos o mecanismos de defensa que
predisponga a padecer un trastorno endocrino. Aún son desconocidos los mecanismos por
los cuales las hormonas actúan sobre el estado de ánimo y las funciones cognitivas,
aunque está claro el efecto de las hormonas en las conductas sexuales, sociales y
agresivas, de manera que muchos disfunciones endocrinas pueden confundirse fácilmente
con trastornos psiquiátricos como pueden ser: psicosis, trastornos de personalidad,
trastornos afectivos, trastornos mentales orgánicos, etc. Dado que el diagnóstico de los
trastornos endocrinos se puede confundir con facilidad con un problema psiquiátrico,
sobre todo en ancianos, es importante diferenciarlos ya que en la mayoría de los casos
son cuadros tratables.

HIPERTIROIDISMO

El hipertiroidismo es un cuadro producido por un exceso de hormonas tiroideas, que


habitualmente cursa con alteraciones psicopatológicas, a veces como única manifestación,
cuyos síntomas pueden ser: inquietud psicomotriz, sensación de tensión interior,
irritabilidad, ansiedad, hiperactividad, aceleración del curso del pensamiento y una
afectividad lábil. En algunos casos, sobre todo en ancianos, puede aparecer
sintomatología depresiva, y en hipertiroidismo severos, excepcionalmente, se han visto
síndromes paranoides. En ocasiones se pueden encontrar déficits cognitivos, con
frecuencia, aparece una atención lábil y deterioro de la memoria de fijación. No está clara
la patogenia de estas alteraciones, aunque autores como Reiser sugieren que podrían ser
secundarias a una alteración de los receptores de las catecolaminas, producido por el
aumento de hormonas tiroideas.

No hay evidencia clara de que exista un patrón de personalidad predisponente para


padecer hipertiroidismo, pero algunos autores (31), relacionan el estrés emocional con el
inicio del hipertiroidismo, e incluso se han descritos algunos rasgos de personalidad más
frecuentes en enfermos con esta patología, tales como asunción prematura de

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responsabilidad, supresión de los deseos y necesidades de dependencia unida a un temor
exagerado a la muerte y el daño.

La sintomatología hipertiroidea puede confundirse con diversos cuadros psiquiátricos,


entre los que habría que destacar el trastorno de ansiedad y los cuadros maniacos.

Además del tratamiento médico con antitiroideos, propanolol, yodo radiactivo, cirugía,
etc., los problemas de personalidad y psicosociales anteriores, o los producidos por la
propia enfermedad y que persisten tras la recuperación médica, deberán ser tratados por
técnicas psicoterapéuticas apropiadas. Deberemos ser cautos a la hora de elegir un
antidepresivo, pues los tricíclicos pueden producir arritmias cardiacas; también hay que
saber que algunas fenotiazinas pueden aumentar la taquicardia y que el haloperidol tiene
una elevada neurotoxicidad en este tipo de pacientes.

HIPOTIROIDISMO

Es producido por un déficit de hormonas tiroideas. La forma congénita no tratada


precozmente conduce al cretinismo. En el adulto tiene un comienzo insidioso, a menos
que sea secundario a la cirugía, y predominan los síntomas psiquiátricos sobre todo en
ancianos; en muchos casos estas alteraciones mentales son la única queja que presentan.
Es frecuente que remede una depresión endógena, en algunos casos, incluso con ideas
suicidas. Otros síntomas comunes son la despersonalización y crisis de llanto. A nivel
cognitivo manifiestan bradipsiquia, déficit de atención y de memoria reciente. Pueden
tener también un síndrome cerebral orgánico que progrese hasta el estupor y el coma. El
mixedema se puede manifestar como un cuadro psicótico caracterizado por suspicacia
paranoide y alucinaciones auditivas.

Los trastornos psicógenos que cursan con fatiga, apatía, anemia, piel seca, estreñimiento y
aumento de peso, se confunden fácilmente con el hipotiroidismo; de ahí la importancia de
hacer un estudio tiroideo en estos pacientes.

El tratamiento consiste en la reposición hormonal. La depresión del paciente hipotiroideo


responde mal a los ADT hasta que han recibido el tratamiento hormonal sustitutivo. En
general las alteraciones mentales son transitorias, aunque en enfermedades de larga
duración puede tener una alteración residual del funcionamiento intelectual. Los
pacientes hipotiroideos tienen una alta sensibilidad a los depresores del SNC, como la
morfina y las fenotiazinas, quizás por una reducción de la degradación metabólica,
apareciendo niveles altos en sangre.

DIABETES MELLITUS

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Se produce por un déficit relativo o absoluto de insulina, que da lugar a una hiperglucemia
y a una alteración en la utilización de lípidos y de proteínas. Origina graves lesiones
vasculares, sobre todo microarteriales, y una ateroesclerosis acelerada.

No se tienen datos para pensar que los factores psicosociales estén implicados en la
etiología de la diabetes, pero si se admite que estados de estrés pueden llevar a la
exacerbación y precipitación de un coma cetoacidótico. Se piensa que esta
descompensación se debe a la movilización de catecolaminas y corticosteroides adrenales
(32), pero no se conoce, como los factores psicosociales inciden en la evolución de la
diabetes.

Desde el punto de vista psicológico, su interés radica en que es una enfermedad crónica,
con afectación multisistémica que va a cambiar los hábitos del enfermo
considerablemente. Tienen que aprender a administrarse el tratamiento, respetar una
dieta, hacer ejercicio físico y responsabilizarse del control de las cifras de glucemia.
La presencia de alteraciones psicopatológicas o algún estrés psicosocial, dificultan el
tratamiento y deben ser valorados por el médico. Por otra parte la enfermedad es vivida
por el enfermo como una amenaza para su supervivencia y desencadena,
frecuentemente, una serie de reacciones emocionales, incluso en pacientes sin alteración
psicopatológica, lo que es más frecuente en la diabetes de inicio juvenil (33). El apoyo
psicológico del paciente diabético, por parte del médico y de su ESM, contribuye a reducir
la repercusión emocional y con ello mejora la eficacia del tratamiento.

HIPOGLUCEMIA

Es un estado fisiopatológico y no una enfermedad en si misma. La sintomatología es


secundaria a la disminución de la glucosa en el SNC y al aumento de la actividad
autonómica. Cuando descienden los valores de glucosa por debajo de 50 mgs/dl, el aporte
que recibe el SNC es insuficiente y empieza a aparece el déficit funcional.

Clínicamente cursa en un principio con síntomas mentales, aparece inquietud, cefalea,


confusión, hambre, irritabilidad, mareos y alteraciones de la visión seguido al poco tiempo
de una descarga de adrenalina que provoca ansiedad y síntomas vegetativos, si no se trata
puede progresar a la desorientación, alteraciones corticales e incluso la muerte. Cuando
los ataques son repetitivos, prolongados y graves, pueden dar lugar a un daño cerebral
irreversible que conduce a un deterioro cognitivo (9).

Cabe hacer el diagnóstico diferencial con trastornos de ansiedad, incluidos los trastornos
de pánico, y depresiones con síntomas atípicos. Cuando en la exploración neurológica
aparece alguna alteración hay que pensar en esta patología y hacer una determinación de
la glucemia.

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El tratamiento del episodio agudo se hace con glucosa que alivia los síntomas en las
primeras fases, para posteriormente buscar la causa subyacente.

SINDROME DE CUSHING

Se produce por un exceso crónico de cortisol. Las alteraciones mentales suelen preceder a
los síntomas físicos. Las dificultades psiquiátricas más frecuentes son: la depresión con
características endógenas y alto riesgo de suicidio; un cuadro maníaco; un síndrome
orgánico con déficit de memoria y problemas de concentración; delirium como
manifestación aguda y un síndrome psicótico orgánico que remeda a una esquizofrenia.

El tratamiento de la causa que origina el exceso de cortisol, produce una mejoría del
estado psicológico. Cuando la psicosis es secundaria al tratamiento corticoideo, la
disminución de las dosis junto con la administración de neurolépticos, puede mejorar el
cuadro psicótico. Los cuadros depresivos son difíciles de tratar, ya que los antidepresivos
en estos pacientes son menos efectivos.

SINDROME DE ADDISON

Es una enfermedad producida por un déficit de glucocorticosteroides por insuficiencia de


la glándula suprarrenal, cuya causa más frecuente es la atrofia idiopática. El inicio es
insidioso y predominan los síntomas psíquicos con cambios significativos de la
personalidad y de la conducta. Se observa apatía, fatigabilidad, falta de iniciativa,
aislamiento, humor depresivo y enlentecimiento. El paciente se suele volver solitario e
irritable, y en estadíos avanzados, el estado de animo depresivo y el retardo psicomotor
pueden ser acusados. En periodos de exacerbación aguda pueden aparecer episodios de
delirium con alucinaciones ocasionales, pudiendo llegar al estupor y coma.

Hay que hacer un diagnóstico diferencial con cuadros psiquiátricos como hipocondría,
depresión y trastorno de ansiedad crónico. Al principio los niveles basales de
corticosteroides son normales y es preciso utilizar un test de estimulación para el
diagnóstico. El tratamiento con corticoides produce generalmente la remisión de la
sintomatología.

TRASTORNOS CUTANEOS
La dermatología se puede beneficiar de una aproximación psicosomática por varias
razones:

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La piel representa la unión entre lo interno y externo del individuo, es el órgano más
visible y sirve de intermediario entre el individuo, sus contactos sociales y el ambiente.

La piel tiene mucha relación con la apariencia, de ahí que cualquier alteración cutánea,
sea temporal, estacional o crónica puede influir en la autoestima y autoimagen.

La piel es muy reactiva a la mayoría de los estados emocionales, tales como la agresividad,
la vergüenza y el miedo (34,35).

La fácil accesibilidad de la piel hace que los pacientes puedan interaccionar con las
lesiones cutáneas tocándolas, rascándolas y así empeorar su evolución (36).

DERMATOSIS DE ORIGEN PSIQUIATRICO

Dermatitis artefacta

Son lesiones cutáneas producidas por los propios pacientes, aunque ellos lo niegan.
Siguen una distribución lineal. Es más frecuente en mujeres (5-10:1) y en todas las edades.
La mayoría de los pacientes sufren trastornos de ansiedad, depresiones mayores y
trastornos de personalidad.

Parasitosis delusional

Los pacientes tienen la creencia de que su piel esta invadida por pequeños insectos que
ellos pueden sentir (37). Es más frecuente en mujeres de edad media o tardía. Es muy
difícil de tratar, aunque se han observado éxitos con el antipsicótico pimozide. (38)

Excoriaciones neuróticas

Son lesiones cutáneas autoproducidas que el paciente no niega. Suelen estar localizados
en brazos y piernas. Aunque a veces se desarrolla dentro de un rito compulsivo, la mayoría
de las veces ocurre cuando el paciente esta desocupado, frecuentemente al final del día.
La edad media de aparición es de 30 a 40 años. Los trastornos psiquiátricos más
relacionados con este cuadro son la ansiedad, la hipocondriasis, la esquizofrenia y los
trastornos de personalidad, como el narcisista y el esquizoide. Un tratamiento claro no se
ha establecido aún, pero se cree que es efectiva una psicoterapia de apoyo (39).

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Tricotilomanía

Se puede definir como el hábito de arrancarse el pelo. Es más frecuente en edades


tempranas y adolescentes de la vida. La literatura sugiere que es más grave en el adulto,
tanto porque puede existir una alteración psicopatológica subyacente, como por la
vergüenza y el malestar social asociado a tener áreas del cuero cabelludo descubiertas. Se
han utilizado numerosos tratamientos como IMAOS, hipnosis, psicoterapias de conducta,
etc., con distintos resultados.

DERMATOSIS DE ORIGEN MIXTO

Prurito

Es uno de los síntomas más frecuentes por el cual los pacientes acuden al dermatólogo
(40). Esta relacionado con muchas enfermedades cutáneas y/o generales, de ahí que es
difícil establecer su epidemiología.
Tanto el prurito generalizado como el prurito anal y vulvar son los más relacionados con
factores psicológicos. El prurito es una experiencia normal, a la que los individuos
responden, según sea su personalidad y al grado de atención que le presten. En algunos
individuos se ha observado que ciertos estados de ánimo como el aburrimiento, la
irritación, y la excitación sexual predisponen al prurito. Exploraciones psicodinámicas en
pacientes con prurito generalizado, sugieren que la agresividad y la ansiedad reprimidas
juegan un papel importante en su génesis y mantenimiento. También se ha observado que
individuos sadomasoquistas encuentran placer en autoinfringirse lesiones en la piel y que
personas ansiosas descargan de esta manera su tensión (40). En el caso del prurito anal se
especula que la causa puede ser una fijación en la fase anal del desarrollo, o conflictos
relacionados con impulsos sádicos o con una homosexualidad latente. En el caso del
prurito persistente del pene o de la vulva podría ser una forma de permitirse la
masturbación para así disminuir la culpa que ella supone.

Urticaria

Es una reacción vascular de la piel caracterizada por la formación de ronchas rosadas y/o
blanquecinas, habitualmente transitorias, que pueden ser pequeñas y discretas o grandes
y confluentes, acompañadas de prurito entre moderado o intenso. A veces se forman
ampollas o púrpuras.

Existe un alto nivel de estrés subjetivo en la vida de los pacientes con urticaria crónica y en
las exacerbaciones agudas. Algunos autores sugieren que representa la agresión o el
masoquismo reprimido, o bien una respuesta a un conflicto en particular. En su

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tratamiento se ha usado mucho la hipnosis aunque con resultados variables. En EE.UU. se
esta usando la Doxepina con resultados esperanzadores (41).

Hiperhidrosis

Se define como una transpiración excesiva que a veces es generalizada y otras, lo más
frecuente, localizada en las palmas, las plantas y las axilas. Aparece por igual en ambos
sexos.

En algunos individuos se ha visto que la ansiedad, el miedo y otros estados emocionales


dan lugar a un aumento de la actividad del SN simpático, que puede llevar a un
incremento de la sudoración. Algunas personas cuando se enfrentan a situaciones fóbicas
o ansiógenas como hablar en publico, asistir a fiestas, etc., presentan hiperhidrosis, esto
hace que el paciente se avergüence y se produce un circulo vicioso. A veces se observan
pacientes con creencias delirantes sobre la sudoración, pensando que es maloliente o
repulsiva, esto puede aparecer en cuadros psicóticos o depresivos requiriendo medicación
(9). Como tratamientos efectivos se han utilizado la psicoterapia convencional, la terapia
de conducta, el biofeedback (42), medicación anticolinérgica y la simpatectomía.

DERMATOSIS CUYO CURSO QUE PUEDE MODIFICARSE POR FACTORES PSICOLOGICOS

Dermatitis atópica

Se conoce también con el nombre de neurodermatitis, eczema atópico o prúrigo de


Besnier. Es una inflamación crónica y pruriginosa de la piel. Se estima que afecta al 0'5%
de la población. Aparece con más frecuencia en familias con historia de asma y rinitis
alérgica. La mayoría de los pacientes tienen un nivel de IgE aumentado. También se ha
encontrado una asociación de la demartitis atópica con una depresión de la inmunidad
celular. Se distinguen dos tipos de dermatitis atópica: la infantil, que tiene tendencia a ser
exudativa y eritematosa, pruriginosa y aparecer en las mejillas, que puede desarrollar
infecciones secundarias al rascado, y la del adulto, que es más seca y liquenificada.

Puede exacerbarse en periodos de estrés emocional (41). Psicodinámicamente se piensa


que puede deberse a una deprivación sensorial en la infancia temprana (35). Algunos
individuos se muestran muy dependientes y sensibles al rechazo, y otros muy
independientes, debido al uso de formaciones reactivas.

El tratamiento incluye psicoterapia, sobre todo de conducta y de expresión de la


hostilidad, y psicofármacos, aunque lo más importante es el uso de corticoides tópicos.

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Psoriasis

Es una dermatosis crónica y recurrente que se manifiesta con placas eritematosas,


lesiones maculopapulosas, circunscritas, discretas y/o confluentes, que a menudo tienen
una apariencia escamosa y plateada. Se suele localizar en codos, rodillas, tronco o cuero
cabelludo. Afecta al 1-2% de la población (40). El estudio histológico muestra una marcada
paraqueratosis. Se acompaña de prurito e irritación de la piel, que a veces si se rascan,
llevan a infecciones secundarias.

No se conoce bien la causa de la psoriasis, aunque se piensa en una tendencia hereditaria.


Diversos factores pueden agravar una psoriasis, tales como infecciones sistémicas,
medicaciones tópicas, cambios de temperatura y el estrés. Las últimas investigaciones
neuroendocrinológicas sugieren la hipótesis de que los pacientes con psoriasis perciben la
situaciones de cambio como más estresantes que los no psoriásicos, observándose que
tienen un incremento de adrenalina en orina y niveles más bajos de cortisol en plasma
que el grupo control (43). Lo cierto es que en estos pacientes, el estrés y los cambios
vitales, empeoran su enfermedad, lo cual no parece relacionarse con ninguna
personalidad específica. No hay muchos estudios que demuestren que las intervenciones
psicológicas o psicofarmacológicas mejoren la psoriasis, aunque se piensa que producen
una mejoría subjetiva en el estado del paciente.

Alopecia Areata

Está relacionada con muchas causas como bacterias, virus, traumas, causas genéticas e
incluso se especula que es una manifestación de una enfermedad autoinmune. Hay
autores que lo relacionan con un trauma psicológico o con una pérdida, en una persona
con rasgos neuróticos previos a la aparición de la alopecia; pero en un estudio de Perini y
col. de 1984 (44) en el que se recogieron los sucesos de estrés en los 6 meses previos a un
ataque de alopecia, no se confirmó esta teoría. Otros autores han asociado el tratamiento
psicoterápico con su remisión, pero esto no esta claro, puesto que la Alopecia
Areata tiene muchas remisiones espontáneas.

ARTRITIS REUMATOIDE

Es una enfermedad inflamatoria crónica de etiología desconocida. Afecta al 1% de la


población, siendo más frecuente en las mujeres (4:1) (45). El hallazgo principal es una
sinovitis inflamatoria persistente que tiende a destruir el cartílago articular, produciendo
deformidades articulares. Clínicamente se manifiesta por dolor y rigidez de múltiples
articulaciones con tendencia a la afectación simétrica, principalmente en las pequeñas
articulaciones de las manos y los pies. Además de esto se produce una afectación
multisistémica que afecta a órganos como: piel, vasos, riñones, pulmones, corazón,
pericardio, SNC, etc. Evoluciona en forma de brotes, siendo su curso impredecible, desde

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un cuadro inflamatorio controlable con antiinflamatorios, hasta producir la invalidez en
pocos años.

Se desconoce el agente que pone en marcha el proceso inflamatorio, pero su


mantenimiento tiene las características de un cuadro mediado por el sistema inmune.

La Artritis Reumatoide (AR) ha sido considerada como un prototipo de enfermedad


psicosomática. Se ha postulado que el estrés psicológico y distintos factores ambientales,
están implicados en el agravamiento de la enfermedad reumatoidea. En la síntesis del
tejido conectivo están implicadas numerosas hormonas (GH, Hormona tiroidea,
andrógenos, estrógenos, corticoides, etc.) en cuya regulación influyen factores
emocionales. Por otro lado, el estrés y las emociones también influyen en el sistema
inmunológico.

Moss, en sus estudios, llega a la conclusión de que el patrón de personalidad de los


enfermos con AR estaría caracterizado por un predominio de rasgos de masoquismo,
perfeccionismo, inhibición, timidez, incapacidad para expresar agresividad y hostilidad
(46). Posteriormente esta hipótesis no ha podido ser corroborada, de manera que no se
ha podido definir una personalidad premórbida específica, ni una mayor incidencia de
circunstancias ambientales estresantes.

No obstante, factores emocionales acompañan siempre a la artritis reumatoide como a


todas las enfermedades crónicas, sin embargo acontecimientos estresantes preceden, con
frecuencia, a los primeros síntomas de AR, de forma que se ha sugerido que actuarían
como precipitantes. En estos pacientes parece ser que los brotes también estarían en
relación con los factores emocionales (47).

Dado el curso crónico de la enfermedad estas personas desarrollan un alto nivel de


neuroticismo. Así mismo debido al dolor y a la limitación que produce, se desarrolla en
ellos un sentimiento de desesperanza, baja autoestima y ciertos mecanismos de ajuste,
que en unos casos permite la adaptación a la enfermedad, y en otros por el contrario,
facilitan la aparición de alteraciones psicopatológicas, como trastornos de ansiedad y
trastornos depresivos.

El tratamiento es fundamentalmente médico y rehabilitador. Desde el punto de vista


psicológico, es importante que el enfermo posea una buena información de su
enfermedad, para que adopte una buena disposición para el tratamiento. El hallazgo y
tratamiento adecuado de los trastornos psicopatológicos acompañantes mejoran el
pronóstico de la enfermedad.

CEFALEA

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Constituye, probablemente, el síntoma más frecuente del ser humano, casi todo el mundo
la padece en algún momento de la vida. Se trata de un síndrome complejo que puede ser
consecuencia de un daño tisular, poner en evidencia un trastorno psicofisiológico, reflejar
una alteración emocional o un trastorno psicopatológico; siendo la mayor parte de las
veces producida por un conjunto de estos factores.

CEFALEAS VASCULARES

Es una cefalea crónica, idiopática. Se manifiesta en forma de crisis que duran unas 4-72
horas; el dolor es pulsátil de intensidad moderada a severa, preferentemente unilateral, a
veces se acompaña de vómitos, náuseas, fotofobia, etc., se agrava con el ejercicio, esta en
relación con el periodo premenstrual, se alivia con el embarazo y suelen existir
antecedentes familiares.

Diversos factores emocionales están presentes en el curso de estas cefaleas,


principalmente en el periodo de aura en el que hay fluctuaciones del estado anímico,
como euforia, irritabilidad y tristeza (48). No está claro que existan rasgos de personalidad
típicos como rigidez, perfeccionismo, etc., ya que hay estudios en ambos sentidos (49).

CEFALEA TENSIONAL

Es una cefalea crónica, episódica, que se caracteriza por un dolor opresivo, de intensidad
leve o moderada, con frecuencia de localización frontooccipital bilateral, no empeora con
el ejercicio y no se acompaña de nauseas, vómitos ni de fotofobia. No suele interrumpir el
sueño y mejora al tomar cantidades moderadas de alcohol. La contractura de los músculos
pericraneales, no se tiene muy claro si es causa o consecuencia de la cefalea.

Aparece en el 80% de la población durante periodos de estrés emocional. También se


observa que la depresión y la ansiedad pueden estar asociadas. La personalidad tipo A es
especialmente propensa.

El enfoque terapéutico se basa en aprender a afrontar mejor las situaciones de tensión,


así como técnicas de relajación.

CEFALEA PSICOGENA

Entendemos por cefalea psicógena aquella que esta ligada a un trastorno mental.
Incluimos aquí las cefaleas de carácter tensional que se asocian a estados de ansiedad, así
como las cefaleas asociadas con depresión, trastornos psicóticos, trastornos
somatoformes y trastornos conversivos.

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Con frecuencia cursa con dolores atípicos, crónicos, que no responden a los analgésicos
habituales. El paciente muchas veces rechaza la posibilidad de padecer un trastorno
mental que justifique está sintomatología.

CEFALEA POSTRAUMATICA

Nos referimos aquí a cuadros de cefalea crónica y recurrente que se asocia a un cortejo de
síntomas (irritabilidad, dificultad de concentración, nerviosismo, insomnio, inestabilidad)
que constituyen el síndrome postraumático.

No siempre hay una relación paralela entre la gravedad del traumatismo y la intensidad de
la cefalea. Es común que este cortejo surja más frecuentemente después de accidentes
laborales y de tráfico, de los que se pueda derivar una indemnización. A pesar de lo
comentado algunos estudios recientes ponen en entredicho la implicación psiconeurótica,
y están más a favor de la posible organicidad del trastorno.

OBESIDAD
Es una alteración caracterizada por la excesiva acumulación de grasa Para considerar a un
individuo como obeso es preciso que su peso corporal exceda un 20% del esperado en
función de su estatura y constitución (50). Existe cierta predisposición genética, que va
unida a factores socioculturales y conductas aprendidas dentro de la familia. Cuando la
obesidad se inicia en la infancia se produce una hiperplasia de los adipocitos, mientras que
en la obesidad del adulto, en la mayoría de las ocasiones, es por hipertrofia de los mismos.
Es más frecuente en el nivel socioeconómico bajo, y en mujeres.

La obesidad puede dar lugar a numerosas complicaciones entre las que cabe destacar:
insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión, intolerancia a los carbohidratos, déficit de
función pulmonar, síndrome de Pickwick, osteoartritis, etc., además de la limitación de la
actividad física.

No existe un patrón de personalidad específico definido en los pacientes obesos, aunque


en algunos se observan ciertos rasgos como optimismo o pesimismo excesivo, avaricia,
dependencia e impaciencia. Psicodinámicamente presentan fijación y regresión oral y
sobrevaloración de la comida. De las distintas alteraciones emocionales a las que están
sometidas las personas obesas sólo tres están específicamente relacionadas con la
obesidad: comer en exceso, el desprecio de la imagen corporal y las complicaciones de la
dieta. En un 5% de los obesos se pueden producir episodios de bulimia, seguidos de un

24
estado de animo deprimido y de ideas de autodesprecio; parece que las dietas juegan un
papel en la producción de estos episodios. En individuos sometidos a estrés se puede dar
el síndrome de la comida nocturna caracterizado por anorexia matutina, hiperfagia
nocturna e insomnio que cede al aliviarse el estrés. Los obesos pueden sentir desprecio
por su imagen corporal, lo que está asociado a un deterioro de sus relaciones sociales;
suele ser más frecuente cuando la obesidad se inicia en la niñez, asociándose a neurosis.
Las dietas pueden dar lugar a complicaciones como ansiedad y depresión leve.

La obesidad es una condición crónica resistente al tratamiento y con tendencia a las


recaídas. La dieta, con disminución de la ingesta calórica, la práctica de un ejercicio leve y
las terapias de apoyo y de modificación de conducta son beneficiosas para el tratamiento
de la obesidad. El psicoanálisis en los últimos años ha perdido el reconocimiento para este
tratamiento. En pacientes con obesidad grave y con fracaso de tratamientos anteriores se
puede utilizar la cirugía (51).

TRASTORNO POR SOMATIZACION

Se refiere al llamado, hasta hace poco tiempo, Síndrome de Briquet. Es un cuadro


polisintomático, que se caracteriza a grandes rasgos por una combinación de síntomas
gastrointestinales, genitourinarios, cardiovasculares, pseudoneurológicos y dolor.

EPIDEMIOLOGIA
Es más frecuente en el sexo femenino y se inicia antes de los 30 años; los pacientes por lo
general pertenecen a un nivel socioeconómico bajo, son de raza blanca y con frecuencia
del medio rural. La prevalencia es del 0,2-20% (52).
Se ha observado este trastorno en un 10-20% de las mujeres emparentadas, en primer
grado, con estos enfermos, y que los varones, parientes de enfermas, tienen mayor
probabilidad que la población general, de padecer el trastorno antisocial de personalidad
y el trastorno por abuso de sustancias psicoactivas.

Algunos autores (53) han observado que mujeres que lo padecen, con frecuencia en su
infancia tuvieron situaciones traumáticas: padres desaparecidos, abuso sexual, padres
perturbados etc. y frecuentemente se casan con sociopatas y tienden a ser malas madres.

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CLINICA
Los individuos con trastorno por somatización, describen sus múltiples quejas somáticas
de forma dramática, vaga o exagerada, formando parte de una historia clínica muy
complicada en la que se han considerado multitud de diagnósticos somáticos. Por lo
general buscan ayuda médica en distintos profesionales, a veces incluso simultáneamente,
cuentan con múltiples hospitalizaciones, intervenciones quirúrgicas y pruebas
diagnósticas, algunas muy peligrosas. Los síntomas de los que se quejan, afectan
simultáneamente a distintos sistemas orgánicos:

Síntomas gastrointestinales: Dolor abdominal, náuseas, sensación de plenitud, mal sabor


de boca, lengua saburral, vómitos y regurgitación de alimentos, quejas de transito
intestinal rápido con diarreas, etc.
Síntomas cardiovasculares: Falta de aliento aún sin haber realizado esfuerzos, dolor
torácico, etc.
Síntomas urogenitales: Disuria o quejas de micción fuerte, sensaciones desagradables en o
alrededor de los genitales, quejas de flujo vaginal excesivo o desacostumbrado, etc.
Dolores diversos en miembros, extremidades o articulaciones, cefalea, dolor de espalda,
recto, dolor en la menstruación y durante las relaciones sexuales, etc.

Es un trastorno crónico, pero fluctuante, que rara vez remite espontáneamente. Las
personas que lo padecen, viven a menudo una vida caótica y complicada como su propia
historia médica. Esta sintomatología comienza antes de los 30 años de edad, se desarrolla
durante mucho tiempo y puede deteriorarlos o incapacitarlos social y laboralmente.
Después de una investigación adecuada de todas sus quejas no se encuentra explicación
para que puedan incluirse en un problema orgánico, o para ser derivados de efectos
propios del abuso de sustancias. En el caso de encontrar un problema orgánico, las quejas
que expresa el paciente son excesivas para lo que cabría esperar según el resultado del
examen físico y de las pruebas de laboratorio.
Para que estos individuos puedan ser catalogados como pacientes con un trastorno por
somatización, la sintomatología no debe producirse en el curso de un trastorno del
humor, una esquizofrenia, ni de un trastorno de pánico; así mismo los síntomas no deben
ser intencionados como ocurre en el trastorno facticio o por simulación.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico de trastorno por somatización, es bastante problemático y requiere casi
siempre investigar historias anteriores (muy voluminosas y repartidas por varios centros),
o en su defecto, pedir información a familiares y facultativos que lo trataron. La
información del paciente es poco valida, con frecuencia narran mal los síntomas
anteriores, no recuerdan ingresos previos y niegan haber tenido sintomatología anterior.

26
En primer lugar es preciso descartar algún trastorno físico que se presenta con síntomas
somáticos múltiples, vagos y confusos, tales como el Hipertiroidis-mo, la Porfiria, la
Esclerosis Múltiple, el Lupus Eritematoso Sistémico, etc. Nos hace pensar que estamos
ante un trastorno por somatización la implicación de múltiples órganos y sistemas, la
ausencia de hallazgos en el laboratorio, las pruebas complementarias y la exploración
física.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

Se diferencia de la Esquizofrenia en que los pacientes esquizofrénicos son más


extravagantes, distinguiéndose bien de las quejas propias del trastorno por somatización;
las alucinaciones que surgen en la Esquizofrenia son fácilmente distinguibles de las que
surgen como síntomas pseudoneurológicos, aunque en ocasiones ambos cuadros pueden
coincidir.

En el ataque de pánico surgen múltiples quejas somáticas que ceden al desaparecer este.

Los enfermos depresivos, comúnmente presentan quejas somáticas, sobre todo cefalea y
síntomas gastrointestinales; pero en ellos los síntomas somáticos se limitan al periodo del
cuadro depresivo, aunque es frecuente que las personas con este trastorno lo padezcan.

En el trastorno facticio, el enfermo tiene el control sobre la producción de los síntomas y


tiene como finalidad desempeñar el rol de enfermo.

TRATAMIENTO
Se recomienda la aplicación de una terapia de apoyo que tiene como objetivo limitar la
utilización inadecuada de recursos médicos, y el uso innecesario de procedimientos
quirúrgicos, así como de técnicas diagnósticas que pueden ser peligrosas. Se pretende no
el tratamiento de los síntomas, sino lograr que el enfermo se enfrente a ellos. La
Terapia de Apoyo se recomienda, puesto que se trata de pacientes que tienen una
estructura del ego relativamente débil con una autoestima frágil, y utilizan los síntomas
físicos como expresión del malestar emocional y como medio para atraer la atención y el
apoyo, de manera que la confrontación de los síntomas la viven como un rechazo y falta
de empatía. Por ello esta terapia será empática, reductora de ansiedad y dirigida al
refuerzo de las defensas del ego. Los síntomas serán tomados con seriedad, pero en las
distintas sesiones se tratará de cambiar la atención hacia otras fuentes de estrés y
preocupación.

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Muchos de estos enfermos tienen fuertes necesidades de dependencia, y buscan una
persona estable en quien apoyarse, para sentirse seguros y protegidos; a la vez que
desarrollan un sentimiento de hostilidad y ambivalencia, mezclada con su dependencia,
que puede poner de manifiesto la repetición de experiencias emocionales frustrantes y
llenas de privación con los padres.

Son beneficiosas además, las terapias individuales y las terapias de familia, pues aunque
es un cuadro crónico, tiende a exacerbarse en periodos de crisis matrimoniales y
familiares. También debe ser tratada toda la patología psiquiátrica concomitante.

Algunos autores (54) incluyen unas recomendaciones para los médicos generales ante los
pacientes con este trastorno. Se aconseja la citación programada cada 4-6 semanas para
un examen físico adecuado en cada visita, con el fin de buscar una enfermedad verdadera.
También se aconseja evitar la hospitalización, así como técnicas diagnósticas, cirugía y
pruebas de laboratorio (a menos que estén rigurosamente indicadas) y evitar comunicar al
paciente que todo ha sido una invención suya y que no existe patología alguna.

TRASTORNO FACTICIO

Se caracteriza por la invención constante y deliberada de enfermedad física o psíquica, sin


ventaja aparente, y a menudo, con grave riesgo para la salud. El único objetivo del
paciente es asumir el rol de enfermo. Hay que diferenciarlo del trastorno por simulación,
donde el enfermo persigue un beneficio fácilmente objetibable (incapacidad, privilegios,
dinero, etc.).

En general, se produce en mujeres menores de 40 años, con profesiones sanitarias. Se han


descrito rasgos de personalidad inmaduros, dependientes, pasivos, masoquistas e
histriónicos; pero es probable que personas con Trastorno Facticio de años de evolución
tengan un trastorno límite de personalidad. Muchos de estos pacientes a pesar de su
aspecto suave y pasivo, revelan hostilidad e intenso odio proyectado hacia si mismos.

SINDROME DE MÜNCHAUSEN

Es la enfermedad facticia más conocida. Este termino fue acuñado por Asher (55) y se
caracteriza por mentiras patológicas (pseudología fantástica) y una conducta errante, de
hospital en hospital, fingiendo una enfermedad física. Los patrones principales según
Asher son el tipo Abdominal agudo, el tipo Hemorrágico (hemoptisis, hematemesis
simulada) y el tipo Neurológico (cefaleas, pérdida de conciencia), aunque también se
implican otros aparatos.

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Podemos describir una serie de características que permiten identificar a estos enfermos:

Tienen una sumisión inusual a las hospitalizaciones, así como a las pruebas diagnósticas.
Es más frecuente en varones (en contraste con otros tipos de trastornos facticios).
Han pasado por múltiples hospitalizaciones.
Explican su historia de forma dramática, son evasivos cuando explican sus
hospitalizaciones y son reacios a que se revisen sus historias.
Son pacientes mentirosos y con frecuencia padecen un trastorno límite de personalidad
(56).

Se ha descrito también un cuadro llamado "Münchausen por poderes" en la que los


padres presentan a su hijo con una enfermedad inventada por ellos; cuando un médico se
encuentra ante este cuadro debe comunicarlo a las autoridades (57). En general las
madres de estos niños padecen ellas mismas el Síndrome de Münchausen o tienen
conocimientos en temas sanitarios. Se sospecha ante:

Madres con antecedentes de Trastorno Facticio.


Múltiples enfermedades recurrentes en niños, que en ausencia de sus padres, no
muestran síntomas ni signos de enfermedad.
Falta de preocupación de la madre.
Pruebas diagnósticas con resultados incongruentes con los síntomas.

Trastorno facticio con síntomas psíquicos


Se trata de un cuadro con síntomas y signos típicos de enfermedades psíquicas producidos
de forma voluntaria. Es frecuente que se manifieste en forma de cuadros psicóticos, en los
que es muy típico las pararrespuestas y delirios fantásticos que se modifican según los
estímulos. También se han descrito cuadros de duelo y trastornos por estrés
postraumático. Son más frecuentes en personas con rasgos de personalidad límite,
alcoholismo y personas que tienen en su familia trastornos afectivos.

TRASTORNOS FACTICIOS DISTINTOS DEL SINDROME


DE MÜNCHAUSEN

A diferencia de los enfermos que padecen el síndrome de Münchausen, estos se


caracterizan por una conducta más social y tienen conocimientos médicos o de
enfermería. Sobre todo se trata de mujeres solteras, relativamente jóvenes, generalmente
relacionadas con profesiones dentro del ámbito sanitario.

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Son múltiples los trastornos descritos: fiebre, vómitos, cálculos renales, dermatitis
facticias, etc. La fiebre facticia es el cuadro mejor estudiado. Son marcadores útiles para
su diagnóstico:
Fiebre sin evidencia de enfermedad activa.
Ausencia de taquicardia, picos febriles y variaciones diurnas.
Discrepancia entre examen físico y temperatura.
Fiebre mayor de 41 grados.
Disminución de la fiebre no acompañada de diaforesis.
Discrepancia entre temperatura oral y rectal.

La inducción se realiza generalmente mediante la manipulación del termómetro o por


inoculación de gérmenes.

Etiología

Partimos de la paradoja de que por un lado el enfermo induce la enfermedad y


simultáneamente busca remedio para ello. Desde el punto de vista psicodinámico, este
trastorno puede estar en relación con situaciones de privación emocional temprana, falta
de cuidados, historia de abusos o abandono en la infancia (58). También se describen con
frecuencia antecedentes de enfermedad y de hospitalización en la niñez. Está en relación
principalmente con las figuras paternas caracterizadas por el abuso, esto les hace
desarrollar tendencias masoquistas, donde el cariño va asociado a la sumisión y al dolor.
Para Naldelson (59) el paciente actúa como víctima y castigador a la vez; quiere captar la
atención del médico, pero a la vez trata de desafiarlo.

Diagnóstico diferencial

Cuando al clínico se le presenta un cuadro cuyos síntomas somáticos no se acompañan de


una anormalidad orgánica causal, debe recopilar detalladamente la historia, exámenes
físicos, pruebas de laboratorio y preguntarse en primer lugar ¿Qué enfermedad orgánica,
no diagnosticada hasta ahora, puede ser la responsable?. A veces es el psiquiatra quien
diagnostica enfermedades orgánicas, ya que en ocasiones los problemas psiquiátricos
distraen la atención del médico general.

El diagnóstico diferencial con los trastornos por somatización, estriba en que en el


trastorno facticio existe intencionalidad en la producción de los síntomas; y con el
trastorno por simulación, en que en este el enfermo busca obtener una compensación y
no simplemente asumir el rol de enfermo.

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Tratamiento

Ante todo hay que trazar un plan de como enfrentarse al paciente con la evidencia u
opinión de que el trastorno es autoinducido. Según algunos autores, independientemente
de los motivos que les lleven a inducirse los síntomas, están buscando cuidado médico, y
al menos al principio, consideran a este como su aliado. Está claro que el enfermo tiene un
grave problema emocional y tiene una larga historia de sufrimiento (60). No es adecuado
insistir al paciente que admita que se ha inducido los síntomas a si mismo, es más
acertado tratar de convencerlo de que es innecesario que prosiga su postura cuando el
médico conoce toda la verdad. Una vez discutido el problema se le debe ofrecer lo más
adecuado para él: un tratamiento psiquiátrico. No es fácil, sin embargo, que el paciente
acepte este tratamiento, sobre todo si el trastorno es grave; lo más habitual es que
muestre indignación y deje el hospital o la consulta. Cualquier actitud de cólera, por parte
del médico, favorece la actitud de rechazo, por parte del enfermo.

La base de esta confrontación está en buscar una ayuda para que el paciente cambie sus
conductas destructivas por otras constructivas. Ante sus descargas de ira se procurará
tranquilizarle, recordándole que lo alentador es no haber encontrado ninguna
enfermedad intratable y la importancia que tiene la ayuda que se le ofrece para abordar el
problema psiquiátrico genuino.

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Contenido
ETIOPATOGENIA .................................................................................................................................. 3
TRASTORNOS CARDIOVASCULARES .................................................................................................... 4
ENFERMEDAD CORONARIA ............................................................................................................. 4
HIPERTENSION ................................................................................................................................ 6
TRASTORNOS RESPIRATORIOS ............................................................................................................ 6
ASMA BRONQUIAL .......................................................................................................................... 7
SINDROME DE HIPERVENTILACION ................................................................................................. 8
TRASTORNOS GASTROINTESTINALES .................................................................................................. 9
ULCERA PEPTICA ............................................................................................................................. 9
SINDROME DEL COLON IRRITABLE ................................................................................................ 11
ENFERMEDAD DE CROHN ............................................................................................................. 12
COLITIS ULCEROSA ........................................................................................................................ 13
TRASTORNOS ENDOCRINOS ............................................................................................................. 14
HIPERTIROIDISMO ......................................................................................................................... 14
HIPOTIROIDISMO .......................................................................................................................... 15
DIABETES MELLITUS ...................................................................................................................... 15
HIPOGLUCEMIA ............................................................................................................................. 16
SINDROME DE CUSHING ............................................................................................................... 17
SINDROME DE ADDISON ............................................................................................................... 17
TRASTORNOS CUTANEOS ................................................................................................................. 17
Dermatitis artefacta ..................................................................................................................... 18
Parasitosis delusional .................................................................................................................... 18
Excoriaciones neuróticas............................................................................................................... 18
Tricotilomanía ............................................................................................................................... 19
Prurito ........................................................................................................................................... 19
Urticaria......................................................................................................................................... 19
Hiperhidrosis ................................................................................................................................. 20
Dermatitis atópica ......................................................................................................................... 20
Psoriasis......................................................................................................................................... 21
Alopecia Areata ............................................................................................................................. 21
ARTRITIS REUMATOIDE ................................................................................................................. 21
CEFALEA ............................................................................................................................................ 22
CEFALEAS VASCULARES ................................................................................................................. 23
CEFALEA TENSIONAL ..................................................................................................................... 23

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CEFALEA PSICOGENA..................................................................................................................... 23
CEFALEA POSTRAUMATICA ........................................................................................................... 24
OBESIDAD ......................................................................................................................................... 24
TRASTORNO POR SOMATIZACION .................................................................................................... 25
EPIDEMIOLOGIA ................................................................................................................................ 25
CLINICA .............................................................................................................................................. 26
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL.............................................................................................................. 26
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL.............................................................................................................. 27
TRATAMIENTO .................................................................................................................................. 27
TRASTORNO FACTICIO....................................................................................................................... 28
SINDROME DE MÜNCHAUSEN ...................................................................................................... 28
Trastorno facticio con síntomas psíquicos ........................................................................................ 29
TRASTORNOS FACTICIOS DISTINTOS DEL SINDROME ................................................................... 29
DE MÜNCHAUSEN ......................................................................................................................... 29
Etiología......................................................................................................................................... 30
Diagnóstico diferencial ................................................................................................................. 30
Tratamiento................................................................................................................................... 31

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