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Miscelánea humanística
Obras escogidas - 0
Título srcinal: Miscelánea humanística
Marco )urelio #enegri, S>
Editor Lucas La!ado
Ilustración Pierre Clayette
Neto1ue de cubierta #h)+A>
Editor digital #h)+A>
ePub base r>.S
Presentación del Fondo Editorial
La lectura es para nosotros una iniciadora cuyas llaves mágicas nos abren en el fondo de nosotros mismos la
puerta de lugares a los cuales no hubiéramos sabido llegar.
=Marcel Proust OSAT sobre la lectura. &s. )s., Libros del %oral, p. AAD
La intención fundamental de quien hace la bibliografía le eige un triple respeto: hacia las personas a quienes se
dirige! hacia los autores citados y hacia sí mismo.
=Paulo Freire O>BBBT La importancia de leer y el proceso de liberación . >UV Ed. M5ico, #. F., "iglo I, p. AHD
Marco )urelio #enegri es un humanista a 1uien debemos mucho los peruanos,
por su encomiable pasión por la lectura, la in!estigación y la di$usión de las ciencias, las
tecnologías y las humanidades, en la ltima mitad del siglo y lo 1ue !a de este siglo.
Por sus puntos de !ista heterodoos, sus críticas sin concesiones a la
mediocridad, sus urticantes opiniones y análisis de cuanta publicación importante
aparece en nuestro medio, se ha ganado no pocos silencios y !anos desdenes, 1ue no
han hecho sino agigantar su presencia y !alía como animador cultural en el Per.
"us in!estigaciones y su !ocación dialógica dieron $orma a "áscinum O>BHS+>BHUT,
re!ista de cultura seual, 1ue con desen$ado y sol!encia acad5mica intentó abrir
nuestras entendederas al $ascinante mundo de la seualidad, con una perspecti!a
contemporánea y menos pro!inciana.
Pero Marco )urelio #enegri es más 1ue la precursora "áscinum y sus libros
publicados. #esde >BHU es !i!a parado-a de la tele!isión nacional, donde brega por la
cultura, entendida no solo como sinónimo de poesía, no!ela y ob-etos de museo Qsin
un ápice de menoscabo a su !alorQ sino tambi5n como apertura al mundo de la ciencia,
la tecnología y las humanidades, con !isión cosmopolita y pleno sentido de
responsabilidad y honestidad intelectual.
En La función de la palabra, su programa tele!isi!o, en el Canal H, no solo di$unde
las publicaciones aparecidas en nuestro medio sino 1ue hace crítica proli-a e imparcial
de ellas. Igual dedicación da a los temas 1ue presenta y a las entre!istas, 1ue realia con
estilo sui géneris, donde las preguntas y opiniones $luyen como resultado de la re$leión
sistemática.
Este libro Miscelánea humanística, de Marco )urelio #enegri, no de-ará indi$erente
a ningn espíritu abierto al conocimiento y a la re$leión. El Fondo Editorial de la
7ni!ersidad Inca Garcilaso de la 3ega lo pone en manos de los lectores como
testimonio de !aloración a un humanista 1ue se dedica a tiempo completo en $a!or del
buen gusto literario y de las propuestas $undadas en el e-ercicio de la raón a la lu del
conocimiento, la ciencia y la cultura.
Lucas La!ado
Fondo Editorial de la 7IG3
Prólogo
Este libro es continuación del 1ue publi1u5 en el S y 1ue se agotó en menos de
seis meses=WD: agotamiento del 1ue no me !anaglorio, por haber sido tan corta la tirada,
apenas mil e-emplares. En e$ecto, y ciX5ndome a Lima, ciudad teniente de unos die
millones de habitantes, comprobar 1ue sólo mil han ad1uirido mi libro no es algo 1ue
me enorgulleca. 2curre, sin embargo, 1ue estamos !i!iendo en plena !ideocracia, o
me-or dicho, la estamos su$riendo, y el hecho de 1ue actualmente mil urbícolas an
compren y lean libros es casi milagroso.
El gobierno de la imagen no !a -untamente con el gobierno de la inteligencia y la
abstracción. La lectura, lectio, 1ue es una $orma de pensar, no se a!iene con la imago o
imagen. El hombre 1ue piensa es unanimal mental, pero el hombre 1ue nicamente mira
es un animal ocular. 9os lo dice "artori y yo concuerdo con 5l. La Era #igital es la del
homo vídens , no la de l homo légens , ni mucho menos la del homo sápiens . La Era #igital
genera al homo ínsipiens, al hombre 1ue no sabe, al ignorante.
La obra 1ue hoy entrego a la consideración de unos cuantos urbícolas es o
pretende ser lecturable. "iempre procuro el logro de este $in en todos mis escritos.
Con!iene distinguir lo legible de lo lecturable . La legibilidad de una publicación
depende de una serie de !ariables $ormales: por e-emplo, tinta e impresión: tamaXo y
cuerpo de letra: interlineados y espaciados: tamaXo de los márgenes: etc5tera. Lo legible
$acilita la lectura, La legibilidad es un $acilitati!o lectural y concierne a la forma de la
publicación. Lo lecturable concierne al contenido. Cuando 5ste es interesante, nutriti!o,
di!erso y no!edoso, y cuando además ha sido bien prosado por el autor, con $luide y
elegancia: cuando la obra tiene las cualidades antedichas, entonces es lecturable. Espero
1ue la presente Miscelánea #umanística sea lecturable. #eclaro sinceramente esta
esperana, aun1ue s5 muy bien 1ue el 1ue !i!e de esperanas muere en ayunas.
Marco Aurelio Denegri
H unio S>
I Introducción a la cinesiología
La ciencia de los mo!imientos Qo el tratado de ellosQ se llama cinesiología, o
cinésica, como dice &irdYhistell, pero de ninguna manera cinesis, como dice la
traductora del libro de Flora #a!is, La $omunicación no %erbal , 1ue además nos endilga
&ine y &inema, y resulta así greciante por ignorancia=WD.
Como el neologismo cinésica no ha tenido acogida ni di$usión, 1ued5monos con
el !ocablo cinesiología' del griego &inesis, o sea cinesis, !ale decir, mo!imiento, y (logia,
esto es, ciencia, tratado O(logia es la $orma su$i-a del griego lógos, palabra, pensamiento,
raónT.
La cinesiología es la ciencia de la epresi!idad humana. Podemos decir 1ue en
general e1ui!ale a lo 1ue antes se llamaba psicología del gesto, es decir, psicología de los
mo!imientos del rostro, de las manos o de otras partes del cuerpo con 1ue se epresan
di!ersos a$ectos del ánimo.
(onas e$resi%as
>TLa ona de la frente.
STLa ona de las ce/as.
UTLa ona del entrece/o.
ATLa ona de los o/os.
;La 0ona de la base de la nari0.
<;La 0ona del labio superior.
=;La 0ona del labio inferior.
>;La 0ona
?;La 0ona de
dellas
con/unto de los
comisuras labios.
labiales.
Protrusión labial
Carlos #omíngue, el conocido $otógra$o, alias 'El Chino(, tiene, entre sus
muchísimas $otogra$ías, una muy buena 1ue le tomó a Pepe 3ás1ue, en la 1ue 5ste
hace una protrusión labial. 3rotrusión es la acción y e$ecto de protruir, o sea empu-ar
hacia adelante, y en este caso, desplaar los labios hacia adelante, proyectarlos,
haciendo 1ue sobresalgan de sus límites normales. O $f. #omíngue, Los 3eruanos, H.T La
protrusión de 3ás1ue es más notoria por la bembonería. Los negros son bembones, o
be0udos, como dice la )cademia: tienen los labios gruesos y pronunciados.
2tro e-emplo Omás !ariadoT de epresi!idad labial lo o$rece la artista colombiana
"o$ía 3ergara, 1ue hace con sus labios lo 1ue 1uiere. Los rebordes eteriores carnosos y
mó!iles de su boca tienen una gran plasticidad. Cf O . 8atopardo, 9o. @U, =S@?D+=S@BD.T
) propósito de los labios, hoy son muchas las mu-eres 1ue se los hacen agrandar
y resultan así bembonas artificiales. 4) 1u5 se debe esta práctica6 4Por 1u5 1uieren las
mu-eres lucir grandes labios, carnosos y pronunciados6
E!identemente, por1ue 1uieren intensificar una seXal seual. "e trata de una
vulvari0ación labial. Los labios de la boca se vulvari0an, es decir, duplican biológicamente
los labios genitales.
05ngase presente, sin embargo, 1ue el seXalamiento seual de los labios de la
boca $emenina, no signi$ica 1ue la mu-er 1ue hace ese seXalamiento sea ardiente y de
una ri-osidad copulatoria desbordante. 9o. 9o hay correspondencia entre lo uno y lo
otro. Incluso puede ocurrir Qy ocurreQ 1ue la bembona arti$icial sea un $iasco en la
cama. En el mundo del seo no con!iene guiarse por las apariencias.
)ibliogra'ía mínima
=>D )MICI", Edmundo de. @deas sobre el 5ostro el Lengua/e . Madrid, )gustín
ubera, Editor, >??B.
=SD #)N<I9, Carlos N=obertoD. La *presión de las *mocion es en el #ombre y en
los 7nimales. 3alencia, F. "empere y Ca., Editores, =s. a. O circa >BTD, S tomos.
=UD #)3I", Flora. La $omunicación no %erbal . "eta edición. Madrid, )liana
Editorial, ". )., >B?S.
=AD EI&L+EI&E"FEL#0, Iren\us. *l #ombre 3reprogramado . Cuarta edición.
Madrid, )liana Editorial, ". )., >B?U. 0ercera parte 'Nituales del !ínculo(,
capítulos > y S, concernientes al saludo.
=@D F)"0, ulius. *l Lengua/e del $uerpo . 7nd5cima edición. &arcelona,
Editorial ]airós, >BBS.
=D I9F)90E #7N)M), Isabel. *l Lengua/e del 5ostro y de los 8estos . Madrid,
Ediciones iberoamericanas R72N7M, ". )., >B?.
=HD M)N)^;9, Gregorio. $rónica y 8esto de la Libertad . &uenos )ires,
Librería /achette, ". )., >BU?. c. S 'Psicología del gesto.(
=?D M2N)G)", erónimo de. La *presividad #umana . &arcelona, Editorial
Labor, ". )., >B@.
=BD 2N0EG) 8 G)""E0, os5. Abras $ompletas. Madrid, Ne!ista de
2ccidente _ )liana Editorial, >BA+>B?U, >S tomos. 3II, S>+=SUSD 'Meditación del
saludo.(
=>D "2NELL, <alter. The tory of the #uman #and . Londres, <eiden$eld and
9icolson, >B?.
=>>D <2LFF, Charlotte. La Mano y su Lengua/e . 0ercera edición. &arcelona,
Editorial Luis Miracle, ". )., >BS.
II Introducción a la teratología
E$ordio
Teratología es !o de origen griego 1ue signi$ica tratado o estudio de los
monstruos: de teras! teratos, monstruo, y logos, tratado.
Par5ceme muy opinable 1ue siga !igente la restricción semántica en cuya !irtud
la teratología concierne nicamente a las anomalías y monstruosidades del organismo
animal o !egetal. 9o se ad!ierte 1ue los monstruos biológicos de la teratología
con!encional son mucho menos importantes 1ue los 1ue ha imaginado, ideado y creado
el hombre desde 1ue era ca!ernícola. #espu5s, cuando aparentemente de-ó de serlo Odigo
aparentemente por1ue el ser humano sigue comportándose, en muchos sentidos, con
a$iedad paleolíticaT: cuando despu5s, repito, el hombre de-ó de ser ca!ernícola Oeso
dicenT, la teratogenia $ue desen!ol!i5ndose con pretensión epansi!a mani$iesta y el
More Tenebrarum a!anó indetenible, hasta hoy: incluidos, claro está, los ltimos
monstruos electrónicos y computariados.
)Bo soy el ,antiasno- ,par ecellence-! y por tanto! un monstruo en la historia universal'
yo soy! dicho en griego! y no sólo en griego! el ,7nticristo-C2
OFriedrich 9ietscheT
ugo, pues, inaceptable 1ue la teratología no se ocupe de los monstruos del
Mare Tenebrarum, todos ellos facticios Ono ficticiosT. Franenstein, por e-emplo, es
producto facticio, es decir, no natural La teratología ha !enido ocupándose solamente de
los monstruos naturales' !erbigracia, una criatura ac5$ala. 4Por 1u5 esta restricción a
todas luces !itanda6 Insisto para mí es inadmisible.
8 bien como eordio, basta.
),*l verdadero problema-! como decía 5imbaud! ,consiste en hacer monstruosa el alma-.
A sea! no horrible! sino prodigiosa.2
O/enry MillerT
*Monstrum+
En latín, monstrum signi$ica prodigio, mara!illa, rarea, cosa singular, portento,
$enómeno, cosa admirable, sorprendente y pasmosa. Monstra narrare es re$erir cosas
prodigiosas: y monstra dícere, decir cosas increíbles.
Monstrum signi$ica tambi5n, y 5sta es la acepción secundaria, calamidad,
desgracia, aote, plaga, cosa $unesta, crimen. Cuando Ruintiliano dice 1ue se han
cometido crímenes contra el Estado, usa el t5rmino monstra, esto es, monstruos, para
re$erirse a esos crímenes.
Pero la signi$icación primaria de monstrum, en latín, y 1ue nuestro idioma
conser!a, es la de prodigio y mara!illa.
an @sidoro decía que monstruo significa )lo que es digno de ser mostrado! lo que merece
ehibirse2. )+e modo que los monstruos (escribe avater( son ,lo espectacular- por
antonomasia: se definen por constituir en sí mismos un espectáculo.2 D"ernando avater!
+iccionario "ilosófico! s. v. )Monstruos2.;
)*l que no tiene la suerte de ser un monstruo en un ámbito cualquiera! incluso el de la
santidad! inspira desprecio y envidia.2
OEmile Michel CioranT
Monstruo
Enumero a continuación las siete acepciones 1ue tiene la palabra monstruo en
castellano.
>TProducción contra el orden regular de la naturalea.
ST"er $antástico 1ue causa espanto.
UTCosa ecesi!amente grande o etraordinaria en cual1uier línea.
ATPersona o cosa muy $ea.
@TPersona muy cruel y per!ersa.
TPersona de etraordinarias cualidades para desempeXar una acti!idad
determinada.
HT3ersos sin sentido 1ue el maestro compositor escribe para indicar al
libretista dónde ha de colocar el acento en los cantables. O35anse, al respecto, las
obser!aciones de )l$onso Neyes en La *periencia Literaria, >H+>HH. Parece 1ue ya
nadie escribe esta clase de !ersos.T
)#acia el monstruo sentimos miedo o repulsión! pero también un etra6o y salva/e
afecto. *l monstruo nos repele! aunque tambi én nos atrae! es decir! ,nos tienta- . Lo monstruoso
Areciación sicológica
Cirlot, en su +iccionario de ímbolos , al tratar de los monstruos, dice 1ue 5stos
aluden a las potencias in$eriores constituyentes de los estratos más pro$undos de la
geología espiritual, )desde donde pueden reactivarse (como el volcán en erupción( y surgir
por la imagen o la acción monstruosa2 . Lo cual ocurre cuando el hombre primiti!o se
apodera del timón del alma.
)*l hombre primitivo (decía te&el( nos acecha todo el día para apoderarse del timón
del alma.2 DJilhelm te&el! Cartas a una Madre! K>F.;
Ese hombre primiti!o=>D es nuestro )hermano tenebroso2, el mister /yde 1ue todos
lle!amos dentro, )la ombra2 1ue ung mienta en sus escritos, tanto más negra y espesa
cuanto menos incorporada en nuestra !ida consciente. Mani$i5stase, por e-emplo, en la
proter!ia y !ilea, en los arran1ues col5ricos y en los arrebatos estrepitosos de la ira, en
la conducta ruin y miserable, en la roXería y me1uindad, en la ignominia y ba-ea.
Neptase a ung por primer aplicante de la !o sombra a la realidad psicológica
reci5n descrita. Ignoro si 5l creyó serlo, pero s5 positi!amente 1ue muchísimos aXos
antes 3íctor /ugo $ue usuario del mismo nombre y con pare-o propósito, segn
mención de )micis en el retrato 1ue nos ha de-ado del incomparable autor de Los
Miserables.
)Tiene (dice( fa0 leonina. $uando abre la boca parece que va a salir de allí un rugido!
y cuando levanta el robusto pu6o parece que no ha de ba/arlo más que para triturar alguna cosa.
*n aquellos momentos se lee en su semblante la historia de todas sus luchas y todos sus dolores!
la tenacidad férrea de su naturale0a! los negros fantasmas de su imaginación! sus for0ados! sus
féretros! sus iras! sus odios' toda ,la sombra-! como diría él! todo ,el lado negro- de sus obras.N
D*dmundo de 7micis! @deas sobre el 5ostro y el Lengua/e! OO<4OO=.;
La "ombra es un hecho psicológico incontro!ertible, y por consiguiente, tambi5n
los monstruos.
Los monstruos no nos son etrínsecos, sino intrínsecos. 3er la monstruosidad en
la casa del !ecino sin !erla primero en la nuestra, o personi$icarla en el $orastero o en el
etraXo a la tribu, es pi$ia considerable de malísimas consecuencias.
Erich 9eumann ha sostenido, $undadamente, 1ue todo ser humano tiene una
$unción de in$erioridad y una "ombra, y 1ue es tarea muy necesaria, aun1ue de notable
arduidad, aceptar la propia imper$ección: lo sólito es inaceptarla, !ale decir,
imposibilitar la conducta integrada y coherente.
) los inaceptantes, 1ue son legión, les puede ocurrir 1ue un buen día, a eso de las
tres de la maXana, un ser de$orme, de mirada $i-a y o$ensi!a, los despierte
!iolentamente y, tomándolos por la garganta, les diga eclamati!o y $iero
)PBo también quiero formar parte de tu vidaQ2
Ese !isitante nocturno es el Monstruo, el in1uilino al 1ue no lo 1ueremos saber
in1uilino y al 1ue no podemos, sin embargo, desahuciar.
)í (declara convencid o 8uillermo +ía043la/a(' el mundo de los monstruos está con
nosotros. 9os persigue' forma! acaso! las raíces más profundas de nuestra civili0ación. Más a1n:
nos es consustancial. 9os atreveríamos a decir que el ,Mare Tenebrarum- lo llevamos todos
dentro del alma. A! a1n más! si queréis: el monstruo somos nosotros mismos.2 D8uillermo +ía04
3la/a! Los Monstruos y Atras Literaturas! R4R<.; KO
8 a mayor abundamiento
)Sier&egaard había oído contar a su padre la historia del bandido generoso. e quedó muy
impresionado. 7l subir a su cuarto se miró al espe/o. Le entró una gran crisis de angustia. Gué
vio Sier&egaard en el espe/oU *l monstruo que todos llevamos dentro! la posibilidad de
convertirse en criminal.2 DEuan Eosé Lópe0 @bor! 5asgos 9euróticos de 9uestro Tiempo! R4'
véanse también las páginas >O! OV>4OV?.;
) 1uienes les pareca ecesi!o o completamente inadmisible reconocerse
monstruos, les recomiendo 1ue lean el siguiente pasa-e de los*nsayos de Montaigne
)Lo que nosotros llamamos "onstruos! no lo son a los o/os de +ios! quien ve en la
inmensidad de su obra! la infinidad de formas que comprendió en ella. *s de presumir que esta
figura que nos sorprende Kel monstruo se relacione con alguna del mismo género! desconocida
para el hombre! y que se fundamente en ella. +e la infinita sabiduría divina no emana nada que
no sea bueno! natural y conforme al orden! pero nosotros no vemos la correspondencia ni la
relación.2 DMontaigne! *nsayos! Libro egundo! c. FV.;
En resumidas cuentas, los monstruos no son monstruosos para #ios.
)h, este Montaigne=UD`
,tem más
El psicópata #a!id /eroYit, alias 'El /i-o de "am(, mató en >BHH, en 9ue!a
8or, a seis mu-eres. Lograron prenderlo, $elimente, y lo recluyeron en el ]ings
Country /ospital neoyor1uino. 0enía a la saón !einticuatro aXos. "e le tildó
inmediatamente de monstruo' sin embargo de lo cual, o me-or dicho, a causa de lo cual,
resultó monstruosamente atracti!o para muchas mu-eres.
En el amor, o lo 1ue $uere, no s5, por1ue ya el amor, concepto amplísimo, o no
signi$ica nada, o signi$ica todo, y por lo tanto desir!e para indicar algo preciso: el amor,
decía, o el prurito erótico del momento, o la compasión $ácil, o el simple atracti!o de lo
inusual, o, en $in, tantas cosas: bueno QprosigoQ, el amor Oy esto ya se ha repetido
hasta el cansancioT, no conoce de barreras ni distingos, atraca con todo, hasta con el /i-o
de "am.
)+iariamente (refiere el asesino( recibo cartas de simpáticas /ovencitas que me
profesan su amor. Hna de las 1ltimas dice así: ),Tengo veinte a6os pero no soy como el resto de
chicas de mi edad. iento que la prensa te está utili0ando como artículo de consumo' para ellos
no eres más que un producto comercial basado en fantasías que no comprenden. Guiero ser tu
amigaC y algo más. 7unque me da vergWen0a decírtelo! creo que te amo.-
)La 1ltima carta que pienso responder es la de una muchacha muy atractiva que se llama
7lice y que me mandó su foto. +ice:
),*n un principio tu caso me pareció muy etra6o. %erdaderamente te tenía miedo.
$uando te apresaron comencé a tenerte lástima y! posteriormente! simpatía. *res un bicho raro y
hasta diría que muy interesante. 3ara que tus días no sean tan grises! te propongo
intercambiarnos dibu/itos. Ternura va! ternura vieneC 7lgunos a6os más! y sales ba/o fian0aC
Hn beso! te quiere mucho! 7lice.-
)Me fascina (confiesa +avid #er&oXit0( tener pendiente a medio mundo de mis
declaraciones.2
En resumidas cuentas, presumo 1ue si hay algo más interesante 1ue un
monstruo, entonces debe de ser otro monstruo, pero más monstruoso.
III Introducción a la ludología
)*staba K3ablo 9eruda centrado en lo l1dico de la eistencia. eguía siendo un ni6o! tenía /uguetes en su
dormitorio' muchas veces lo acompa6é a comprar /uguetes! perdía horas con /uguetes.2
Oorge EdYards, en una con!ersación con )l$redo &arnechea, incluida en el libro de 5ste, 3eregrinos de
la Lengua. $onfesiones de los grandes autores latinoamericanos .T
#onsideraciones e timológico-semánticas
Por /uego se entiende, normalmente, una acti!idad o e-ercicio recreati!o, por lo
general sometido a reglas, en el cual se gana o se pierde. Eugar, dice el #iccionario, es
hacer algo por espíritu de alegría y con el solo $in de entretenerse o di!ertirse.
El !ocablo /uego procede del latín iocus, di!ersión, chana, burla. locari, en latín,
signi$ica chancearse, di!ertirse, burlarse, bromear. Por eso decimos /ocoso de lo 1ue es
di!ertido y gracioso: y al 1ue antiguamente Qpor dineroQ di!ertía al pueblo con sus
cantos, bailes y -uegos, se le llamaba /uglar, y /uglar se decía tambi5n del 1ue, por
estipendio o dádi!as, recitaba poesías tro!adorescas para recreo de reyes y magnates.
Eocoso y /uglar son deri!ados de iocus, broma, chiste, -o!ialidad, $iesta, di!ersión, recreo.
En latín, para signi$icar /uego no se decía iocus, sino ludus' y l1dere Qno iocari(
denotaba /ugar. Cierto 1ue l1dere tenía secundariamente el signi$icado 1ue
primariamente tenía iocari. L1dere !alía -ugar, entregarse a un e-ercicio, hacer o practicar
e-ercicios corporales: !alía tambi5n escribir cosas ligeras, componer, cantar, desempeXar
un papel. )demás, segn di-e, la denotación accesoria de l1dere era distraerse, solaarse,
entretenerse, entregarse a los placeres de los sentidos.
Palmaria relación hay entre lo di!ertido y lo ldico, pero en lo antiguo nombrar
lo ldico no comunicaba a un tiempo OhogaXo es igualT lo di!ertido Ohabía otro !ocablo
para eso, iocariT: por eso Cicerón, cuando 1uiere indicar 1ue está hablando en broma, no
se limita a decir )per ludum2, sino )per ludum et /ocum2 .
) pesar de 1ue l1dere era el !erbo propio para signi$icar /ugar, el 1ue pasó a las
lenguas románicas $ue iocari. 8 así tenemos, en $ranc 5s, /ouer' en italiano, giocare' en
portug5s, /ogar' en rumano, yuca' y lo mismo las !oces correspondientes en catalán y
pro!enal.
El ludus latino está presente en una serie de !oces nuestras: !erbigracia, preludio!
interludio! eludir! coludir! ludibrio' pero ludir, en el sentido recto de /ugar , no consta en el
#iccionario de la )cademia, el cual, por otra parte, solamente en su !ig5sima edición de
>B?A, acogió el ad-eti!o l1dico, deri!ado de ludo, castellaniaron de ludus, y de uso
bastante general entre gente culta. La )cademia 1uería 1ue di-5semos l1dicro, 1ue nadie
dice, y 1ue como seXala Corominas es un latinismo crudo 1ue entró en el leicón o$icial
en >BUB.
El estudio, tratado, discurso, doctrina o ciencia del -uego se llama ludología.
Escase bibliográ'ica
9o obstante ser el -uego tema de gran inter5s y mucha importancia, el material
bibliográ$ico correspondiente es ralo, al menos en espaXol. En !arios aXos de
recolección, he logrado allegar unos cincuenta títulos, los más de ellos, artículos de
enciclopedias y diccionarios, estudios sueltos, ensayos, ensayículos y ensayetes, y
capítulos de libros cuyo asunto principal no es el -uego: pero escasean las obras
dedicadas eclusi!amente a 5ste: habrá cuatro o cinco, de las cuales sólo dos son
!erdaderamente estimables.
En primer lugar, la $amosa obra de ohan /uiinga, publicada en >BU?, #omo
Ludens, es decir, #ombre Ludiente! #ombre Eugante. 8 en segundo lugar, la obra de Noger
Caillois, publicada !einte aXos despu5s de la /uiinga y 1ue se titula Teoría de los
Euegos.
&egunda de'inición
)*l /uego es una acción o una actividad voluntaria! reali0ada dentro de ciertos límites
fi/os de tiempo y lugar! seg1n reglas libremente consentidas! pero absolutamente imperiosas'
acción que tiene su fin en sí misma! acompa6ada de un sentimiento de tensión y /1bilo y de la
conciencia de ser de otro "odo que en la vida real2
En la primera de$inición había dicho /uiinga 1ue el -uego era acción libre: en la
segunda dice 1ue es !oluntaria. 0al !e haya 1uerido signi$icar lo mismo, por1ue
aparentemente se re$iere a la libertad de la !oluntad. )hora bien, en este sentido, la
libertad es la propiedad 1ue tiene la !oluntad de no estar determinada en sus actos, ni
desde dentro ni desde $uera. )l acto libre precede una deliberación en la cual el
entendimiento pesa los moti!os 1ue puedan inclinar a la !oluntad en un sentido o en
otro. En todo acto libre es necesario 1ue la !oluntad se decida sin estar determinada
irresistiblemente por ningn moti!o, por1ue si no el acto no sería libre.
"abido es 1ue los deterministas admiten la in$luencia irresistible de los moti!os y
niegan por eso la libertad, por1ue suponen 1ue la !oluntad obra siempre determinada
por algn moti!o.
/abría 1ue preguntarse, sin embargo, con respecto al -uego in$antil, si los niXos
someten el acto de -ugar a pre!ia deliberación, para a!eriguar si !an a -ugar o no.
ersild, especialista en psicología in$antil, mani$iesta sobre el particular lo siguiente
)*l /uego del ni6o es una ocupación seria. 8ran parte del traba/o de la infancia se hace
por medio del /uego' ésta es una actividad que reali0a el ni6o #or$ue la necesita! porque es
suficiente y remuneradora por sí misma.2
"i el niXo -uega porque necesita /ugar, entonces su acción ldica no es libre, ya 1ue
está determinada por la necesidad, o sea por un impulso irresistible 1ue hace 1ue las
cosas obren in$aliblemente en cierto sentido.
Consciente /uiinga de esta ob-eción, sostiene 1ue el niXo y el animal -uegan
por1ue encuentran gusto en ello, y en esto consiste precisamente su libertad . Con lo cual
hace consistir la libertad en el e$ecto placentero de su acción, desentendi5ndose
sagamente de la determinación o indeterminación de 5sta.
Por otra parte, conocemos el caso de -ugadores 1ue no pueden de-ar de -ugar, 1ue
están en!iciados con el -uego y 1ue son capaces de -ugarse hasta la camisa. El gran
#ostoie!si era un -ugador así. Nen5 F[lop+Miller publicó al respecto un estudio
titulado Dostoie%s&i a" 'oulette D+ostoievs&i en la 5uleta T.
Estos -ugadores, e!identemente, no son libres, por la imperiosa necesidad 1ue los
acicatea a -ugar: el suyo no sería, pues, -uego, ni ellos -ugadores, puesto 1ue lo 1ue
hacen está, no simplemente determinado, sino !iolentamente determinado. Podríamos
tildarlos de neuróticos compulsi!os: pero, desde luego, tanto el patologiarlos cuanto el
trámite epediti!o de eliminarlos del área ldica, se prestan a mucha discusión.
)l no mencionar /uiinga, en su segunda de$inición del -uego, la despro!isión,
atribuida en la primera, de todo inter5s material y de toda utilidad, admite tácitamente
los -uegos de aar y las apuestas.
Por otra parte, 1ue la acti!idad ldica se desen!uel!a dentro de ciertos límites
espacio+temporales y segn reglas, esto !ale naturalmente para muchos -uegos, pero es
inaplicable a otros: por e-emplo, el -uego de la cometa, las palabras cruadas, el
rompecabeas, el sube y ba-a, el tobogán, el hula+hula, el bolero, etc5tera.
1ercera de'inición
)*l /uego es una acción que se desarrolla dentro de ciertos límites de tiempo! espacio y
sentido! en un orden visible! seg1n reglas libremente aceptadas y fuera de la esfera de la utilidad
o de la necesidad material. *l estado de ánimo que corresponde al /uego es el arrebato y
entusiasmo! ya sea de tipo sagrado o puramente festivo! seg1n que el /uego sea! a su ve0! una
consagración o un regoci/o. La acción se acompa6a de sentimiento de elevación y de tensión y
conduce a la alegría y al abandono.2
/uiinga reintroduce, en esta de$inición, la supuesta despro!isión de lo
utilitario, ecluyendo, por consecuencia, los -uegos de aar y las apuestas. 3uel!e a
cometer, pues, el error cometido en la primera de$inición e incometido en la segunda.
Finalmente, es cierto 1ue en algunos -uegos el -ugador se arrebata y entusiasma:
pero en otros no, como el a-edre, 1ue es un -uego 1ue llamaremos cerebral, de
recogimiento y concentración.
El .uego! seg/n #aillois
El ludólogo $ranc5s Noger Caillois de$ine el -uego de la siguiente manera
)*l /uego es una actividad: ; Li(re) a la cual el /ugador no podría obligarse sin que el
/uego pierda en seguida su naturale0a de diversión atractiva y alegre' O; Se#arada) circunscrita
a límites de espacio y tiempo precisos y fi/ados de antemano' F; Incierta) cuyo desarrollo no
podría determinarse! ni conocerse previamente el resultado! pues cierta lentitud en la necesidad
de inventar debe obligatoriamente de/arse a la iniciativa del /ugador' R; I"#roductiva) que no
crea bienes! ni rique0a! ni elemento nuevo de ninguna clase' y! salvo despla0amiento de
propiedad en el seno del círculo de /ugadores! acaba en una situación idéntica a la del comien0o
de la partida' ; 'egla"entada) sometida a convenciones que suspenden las leyes ordinarias y
que instauran una legislación nueva! que es la 1nica que cuenta' <; *icticia) acompa6ada de
una conciencia específica de realidad segunda o de franca irrealidad en relación con la vida
corriente.2 D$aillois! +eor,a de los -uegos! O4OO.;
) -uicio de Caillois, la acti!idad ldica no es reglamentada y $icticia, sino
reglamentada o $icticia. Muchos -uegos no permiten reglas. Para -ugar a las muXecas no
hay reglas $i-as ni rígidas: tampoco para -ugar a los soldaditos, a los ladrones y
celadores, a los bandidos, etc5tera. Estos -uegos suponen libre impro!isación y atraen
sobre todo por la permisión 1ue tiene uno de desen!ol!erse en ellos como si , esto es,
$ingiendo. #ice al respecto Caillois 1ue la $icción, el sentimiento de como si, reemplaa a
la regla y cumple eactamente la misma $unción.
Más ordenado y cuidadoso 1ue /uiinga, a 1uien por lo demás ha criticado con
$undamento, Caillois no tiene ningn incon!eniente en reconocer 1ue su propia
de$inición de -uego es inaplicable a ciertos -uegos, o en todo caso sólo imper$ectamente
aplicable: aludo, entre otros, al acerti-o, el solitario, el tio!i!o, el crucigrama y el
columpio.
Obser%ación 'inal
9ingn ludólogo, ni /uiinga, ni Caillois, nadie ha o$recido hasta ahora una
de$inición absolutamente con!incente del -uego. "e le puede de$inir, poco más o menos,
por la $orma, pero cuando se intenta aprehender el $ondo substancial del -uego, $racasa
el intento. Parece 1ue la esencia del -uego no es de$inible. 9o hay de$inición 1ue pueda
comunicarnos lo más puro, $ino y acendrado del -uego, su íntima naturalea, su
aut5ntica principalía. El -uego es, pues, como la religión, la poesía o la !ida misma
inde$inible.
I3 Erich Fromm " el dogma de #risto
*l +ogma de $risto , publicado por primera !e en )lemania en >BU, es un ensayo
1ue pertenece al período estrictamente $reudiano del autor. Fromm ad!ierte 1ue hoy
son distintas sus opiniones concernientes al asunto, pero 1ue a pesar de ello se ha
resistido a alterar el contenido de su escrito, entre otras cosas por haberle sido imposible
estudiar íntegramente el copioso material histórico publicado en los ltimos treinta
aXos.
"in embargo, el tema es tan interesante y tan sugerente la interpretación, 1ue su
eposición está plenamente -usti$icada. Cuanto más por1ue obras tan estimables como
las de <erner y &randon, le-os de desmentir la interpretación del psicólogo de
Franc$ort, la con$irman parcialmente e indirectamente la apoyan. O)ludo al libro de
M. <erner, The "ormation of $hristian +ogma , y al de ". G. F. &ra ndon, Eesus and the
Iealots.T
Con la eplicitud
autor caracteria 1uemani$estando
la religión suele, y antes1ue
de entrar
es unapropiamente en materia,
satis$acción 1ue nuestro
se obtiene en el
reino de la $antasía: es la más antigua de las satis$acciones $antaseadas colecti!amente.
8 esta $antasía colecti!a tiene tres $unciones
O>T Es un consuelo para toda la humanidad $rente a las pri!aciones de la
eistencia.
OST 7n estímulo 1ue permite a la mayoría de seres humanos hacer más lle!adera
la aceptación emocional de su situación de clase.
OUT 7n ali!io para el sentimiento de culpa 1ue causa a la clase dominante el
su$rimiento de los dominados.
"entimiento de culpa 1ue, como todos saben, no es muy grande. )n más
generalmente no eiste.
)+ios (dice "romm( es siempre el aliado de los dorminadores. $uando estos 1ltimos!
que siempre son personalidades reales! se ven epuestos a la crítica! pueden apoyarse en +ios!
quien! en virtud de su irrealidad! se limita a desde6ar la crítica y con su autoridad confirma la
autoridad de la clase dominante.2
Areciación crítica
#ice 0oynbee 1ue lo distinti!o del proletario es el saberse apartado de su lugar
ancestral en la sociedad. El proletario está en la sociedad pero no es de la sociedad.
)d!ertirlo srcina
sal!a-ismo en 5l un resentimiento
o mani$estarse 1ue areligioso.
en un mo!imiento su !e puede moti!ar una eplosión de
Nepárese en 1ue es 5sta la eplicación histórico+social 1ue Fromm aplica: y no se
piense 1ue se la pidió prestada al historiador ingl5s, por1ue el *studio de la #istoria se
publicó despu5s 1ue *l +ogma de $risto . Pues bien Fromm superpone a dicha
eplicación una interpretación psicoanalítica, cuya premisa es la siguiente la religión es
una $antasía colecti!a en la 1ue se cumplen deseos insatis$echos. )nalicemos esto.
)l considerar 1ue la religión es un substituto de presiones libidinales, Fromm
induce a pensar 1ue la religión es el uso social 1ue se hace de ella. "egn este en$o1ue,
la religión sería una huida de la realidad. )lgunos sociólogos QLipset, por e-emploQ
respaldan en buena cuenta la tesis de nuestro autor cuando a$irman 1ue la religión
me-ora presumiblemente las tensiones del sistema, de estrati$icación, pues des!ía la
atención
)l 1ue se dirige
sugerir 1ue laoreligión
pudieraesdirigirse a talsesistema.
el uso 1ue hace de ella, !a implícita la a$irmación
de 1ue lo 1ue hoy pasa como religión no es lo 1ue debiera. En otras palabras, 1ue lo
espurio ha suplantado a lo aut5ntico. 8 tanto monta decir 1ue los 1ue se proclaman
religiosos, así las autoridades como los $ieles, se han apartado gran trecho y aun
completamente de la doctrina srcinal.
La religión, además, y hablando con mayor propiedad, la Iglesia, es un elemento
obstante Oy de los considerablesT para 1ue el pueblo logre su independencia psí1uica.
Pero a un tiempo 1ue obsta este deseo de libertad interior, con$iere una cierta medida
de satis$acción a las masas para 1ue se resignen más sencillamente a las muchas
$rustraciones 1ue les depara la !ida.
"i hoy echamos un !istao a lo 1ue se llama religión, habremos de con!enir en
1ue eso no es ni puede ser el $ruto saonado del sistema primigenio. "e trata más bien
de una cierta mecla abigarrada, con un gran $ondo popular, donde -unto a las
de!ociones sinceras, pululan y cunden la taumaturgia y la magia, lo cual des!irta la $e
y la !a etinguiendo.
3eamos ahora cómo raona Fromm para eplicar los deseos de los primeros
cristianos.
)nte todo se !e obligado a imaginar !arias transposiciones. Primero es el hi-o
1ue odia al padre: luego el odio se dirige a las autoridades so-ugadoras, y como #ios es
aliado de 5stas, tambi5n #ios es odiado, aun1ue inconscientemente. 0rastrocamiento
posible como ocurrencia indi!idual, pero di$ícilmente concebible como eperiencia
colecti!a.
"e me dirá 1ue el reparo no es pertinente, pues la psicología social estudia las
tendencias del grupo, las características medias 1ue son comunes a todos los
indi!iduos. )demás, lo !inculante del trastrocamiento es su relación con la misma
eperiencia interna. Los distintos cambios no indican propiamente una serie causal, sino
una coneión de episodios entrelaados por un mismo sentimiento.
#e acuerdo: pero no es el proceso lo impugnable: lo incon!incente es
generaliarlo a toda una colecti!idad. Fromm supone 1ue la actitud de los primeros
cristianos era homog5nea, 1ue compartían la misma preocupación por la realidad
eterna: pero tambi5n se !e en la necesidad de suponer 1ue inconscientemente la
primiti!a comunidad $uncionaba de la misma manera, con armonía de con-unto.
La primera proposición es !erosímil, pero la segunda es incierta. 35ase, si no, la
!aguedad de esta a$irmación )Todos debían de odiar a ese +ios =`D.( "in embargo, se
podría arg[ir 1ue si las reacciones conscientes del grupo son iguales, entonces no hay
raón para estimar 1ue las inconscientes no lo sean, sal!o 1ue parece raro 1ue tal hecho
aconteca: pero no hay ley natural 1ue impida 1ue las cosas 1ue parecen etraXas
sucedan.
"ea como $uere, el problema no es sencillo: y la interpretación de Fromm,
e!identemente opinable, es atracti!a.
Comentando el propio autor su traba-o, !eintitr5s aXos despu5s de haberlo
publicado en )lemania, dice seguir creyendo 1ue la $unción social de la religión cumple
el doble propósito de ser un substituto de satis$acciones reales y un medio de control
social. 8 agrega 1ue )hoy destacaría también la opinión Dque ya entonces tenía; que la historia
de la religión refle/a la historia de la evolución espiritual del hombre2 .
3 La elección de are.a
El tema de la pare-a está lleno de lugares comunes, esos )villanos lugares comunes2
a los 1ue se re$ería &lanco+Fombona: $rases hechas, epresiones trilladas, declaraciones
romanticonas o romanticoides y !enta de ilusiones. Es muy corriente 1ue al hablar de la
pare-a se prodiguen tonterías y se re$uercen o se traten de re$orar creencias
delenables.
Puesto 1ue yo no me complaco en repetir inepcias y tampoco soy !endedor de
ilusiones, o como decía Gonále Prada, )mercachifle de felicidad p1blica2 , !oy a
ocuparme de la pare-a seriamente, ob-eti!amente. Necuerdo, a este propósito, uno de los
'Poemas /umanos( de C5sar 3alle-o, a1uel 1ue dice
)$onsiderando en frío! imparcialmente! Y que el hombre es triste! tose y! sin embargo! Y se
complace en su pecho colorado' Y que lo 1nico que hace es componerse Y de días' Y que es lóbrego
mamífero y se peinaC2
Pues bien considerando en $río, imparcialmente, lo 1ue es la pare-a, 41u5 es lo
primero 1ue !emos, lo primero 1ue comprobamos, o 1ue constatamos, como dicen los
amigos de la galiparla6
La rimera comrobación
Lo primero 1ue comprobamos es 1ue la elección de pare-a es generalmente un
error. Los electores se e1ui!ocan casi siempre. Claro 1ue esto al principio no se nota
por1ue eiste el $enómeno del enamoramiento, 1ue como todos saben es una etapa en
1ue la pare-a pierde el seso y tiene un r5gimen atencional anómalo y en 1ue cada uno !e
en el otro solamente per$ecciones, o cree !erlas. #espu5s, cuando amaina el temporal,
aparecen las imper$ecciones y entonces !iene lo bueno.
48 sin enamoramiento6
"e podría pensar 1ue sin enamoramiento no habría e1ui!ocación, o la habría en
menor medida. 8o me permito dudar de esto. En realidad, el enamoramiento no causa
el error, sino 1ue lo agra!a, lo ampli$ica. "in enamoramiento, tambi5n se cometería la
e1ui!ocación, aun1ue naturalmente sería menos llamati!a y espectacular. Con
enamoramiento, suele ser aparatosa, miguelangelesca.
8 conste se trata de una e1ui!ocación, de un desacierto, de un error persistente y
pertina. 8 aun1ue es !erdad 1ue errar es humano, segn rea la antigua sentencia
)*rrare humanum est2. Con!endría en este caso citar la segunda parte de esa sentencia,
1ue nunca se cita, por1ue no con!iene, y 1ue dice )perseverare autem diabolicum2, pero
es diabólico perse!erar en el error. 8 -ustamente en la elección de pare-a se trata de eso,
de la perse!erancia de un error.
allago sensacional
Por otra parte, recientes in!estigaciones del cerebro han demostrado 1ue el
cerebro de la mu/er es anatómicamente diferente del cerebro del hombre .
Los in!estigadores Lacoste+7tamsing y /olloYay descubrieron a principios de la
d5cada de >B?, hace pues muy pocos aXos, como 1uien dice ayer, y casi por casualidad,
1ue la parte posterior del cuerpo calloso es más ancha y más larga en la mu/er . Esto signi$ica
1ue el cerebro femenino está menos laterali0ado y menos rígidamente organi0ado que el cerebro
masculino.
/uelga decir 1ue las repercusiones de este sensacional hallago habrán de ser
considerables tocante a la interacción de los seos, en general, y particularmente tocante
a la elección de pare-a.
#on'esión 'inal
"uponer, como acaba de suponer el dicente, 1ue habrán de ser considerables las
repercusiones del sensacional hallago, es un Xishful thin&ing del tamaXo de una
catedral: es decir, una creencia $undada más en los deseos 1ue en los hechos.
9o' la verdad es que no habrán de ser considerables.
El ser humano, desde tiempo inmemorial, se dedica con asiduidad digna de
me-or causa a ignorar todo lo importante.
3I Prostitución al aire libre
La prostitución al aire libre, $uera de toda habitación y resguardo, es una !ariante
prostitucional de la 1ue por primera !e tu!imos noticia en >BH, cuando el periodista
Manuel ess 2rbegoo in$ormó de ella denunciatoriamente en el diario *l $omercio ,
llamando 'Pampones del oprobio( a los corrales grandeso pampones donde se e-ercía.
Cuatro aXos despu5s hubo otra denuncia, y muy posteriormente, en >BB,
cuando se supo 1ue la putería al aire libre se practicaba a la !ista y paciencia de todo el
mundo en las inmediaciones de nuestro primer aeropuerto, el Canal A le dedicó un
in$orme pintoresco y truculentoide 1ue causó la indignación !oci$erante de los
campeones de la moralina.
&ien: pero me-or !ayamos por partes y cucharadas.
2rbegoo mani$estaba entonces, hace alrededor de cuarenta aXos, entre otras
cosas lo siguiente
)La pampa más conocida es la que queda a espaldas del +epósito de la firma comercial
,ears-! a dos o tres metros sobre el nivel de la carretera a $hosica! y muy contigua al #ospital
an Euan de +ios.2
En la otra denuncia, en la de >BHA, $irmada por orge 2rtega 9egreiros y 1ue se
publicó en = +ías del 3er1 y del Mundo, el denunciante se epresaba así
)*l espectáculo es de todos los días: inmundas covachas! levantadas con adobes y
desperdicios! y las ,Zocas pintadas- que ehiben su ,mercadería- a sus clientes con gestos y
ademanes lascivos.2
#espu5s, el autor determina de modo preciso el sitio del espectáculo
)Lo que narramos se puede ver a diario en las cercanías de la urbani0ación Los auces! en
la margen i0quierda de la 3anamericana ur. 7hí! frent e al 1ltimo paradero de la Línea ! hay
unos matorrales que se etienden sobre terrenos que pertenecieron a la antigua #acienda
%ásque0.2
Imaginarán $ácilmente los lectores 1ue el trámite copulatorio, tanto en co!achas
cuanto al aire libre, era siempre bre!e y rápido, epediti!o.
Las *ama"runas+
)ntecedente mucho más antiguo 1ue los reci5n dichos es el incaico. #e-emos 1ue
Garcilaso nos in$orme debidamente sobre el particular.
)5esta decir de las mu/eres p1blicas! las cuales permitieron los @ncas por evitar mayores
da6os. %ivían en los campos! en unas malas cho0as! cada una de por sí y no /untas. 9o podían
entrar en los pueblos por que Kpara que no comunicasen con las otras mu/eres.
)Llámanlas ,pampayruna-! nombre que significa la morada y el oficio! porque es
compuesto de ,pampa-! que es pla0a o campo llano Dque ambas significaciones contiene;! y de
,runa-! que en singular quiere decir persona! hombre o mu/er! y en plural quiere decir gente.
)Euntas ambas dicciones! si las toman en la significación de campo! ,pampayruna- quiere
decir gente que vive en el campo! esto es! por su mal oficio' y si las toman en la significación de
pla0a! quiere decir persona o mu/er de pla0a! dando a entender que! como la pla0a es p1blica y
está dispuesta para recibir a cuantos quieren ir a ella! así lo están ellas y son p1blicas para todo el
mundo. *n suma! quiere decir mu/er p1blica.2 D Co"entarios! Libro @%! capítulo R.;
uan os5 3ega cuestiona seriamente las ase!eraciones de Garcilaso y dice 1ue
5ste incurrió en con$usión. )Lo más probable Qa$irma 3egaQ es que 8arcilaso confundiera
con prostitutas a las mu/eres liviana s! ligeras o sencillamente libres! que las hubo en el @ncario!
como en el resto del mundo.2 Ouan os5 3ega, 7na con$usión de Garcilaso la prostitución
en el Incario. Tipshe, Ne!ista de la Facultad de /umanidades de la 7ni!ersidad
9acional Federico 3illarreal. Lima, S, >>, >.T
Factores
Considero 1ue hay cinco $actores, o elementos, o causas, de la prostitución al aire
libre: a saber >T la inmediate: ST la desrutiniación de la !ida seual: UT el atracti!o del
peligro: AT el atracti!o de lo ba-o: y @T la baratura.
La inmediate
La !enta-a de la inmediate es una de las principales del 1uehacer ambulatorio,
de la acción al paso. El acceso pronto y rápido, sin trámites ni papeleos, sin colas
interminables, sin puertas 1ue se abren y 1ue se cierran, todo ello constituye el primer
atracti!o de la prostitución al descubierto y se a!iene per$ectamente con el hecho de 1ue
la urgencia seual demanda de una satis$acción inmediata e impostergable.
Nobert Lindner, autor de 5ebelde sin $ausa, y además psicoanalista, ha dicho 1ue
el psicópata
poseída por no puede
eros, esperar.
presenta )hora bien psicopáticas
características la persona dominada por elaun1ue
de conducta, impulsoporseual,
lo
demás se trate de una persona normal. La prostitución al aire libre $acilita esta demanda
premiosa de la libido.
El atracti%o de lo ba.o
/ay un hecho, per$ectamente acreditado por la ciencia y por la historia, y por la
misma eperiencia de tantísima gente, y 1ue consiste en sentirse atraído por la
degradación y la ba-ea, por el encanallamiento de la eistencia: es la $ascinacíon 1ue
e-erce o 1ue puede e-ercer el lodo, el $ango, el abismo y la sima.
8 esto lo han sentido grandes literatos y artistas. 7n no!elista inmenso como
Flaubert se sentía es
0oulosse+Lautrec atraído por lo otro
al respecto ba-o.e-emplo
) -uicioaducible,
de Flaubert,
y unenpoco
lo ba-o
de eiste lo sublime.
lo mismo, o un
mucho, se puede descubrir tambi5n en el gran #ostoie!si.
Lo ba-o de la prostitución al aire libre, su increíble sima, es precisamente un
atracti!o para mucha gente, no un disuasi!o. Gente o acaso gentío 1ue con$orman los
buscadores de lo inusual, 1ue así como sesionan con una puta de pampón, buscan
despu5s el e1ui!alente barrioaltino o ba-opontino de 'Lul, la Pata de Palo(,
mentadísima ramera $rancesa cuyo caso ha re$erido el ilustre -ue del "ena, Marcel
"acotte, y 1ue tiene, en e$ecto, una pata de palo, una prótesis lignaria, una pierna de
madera, y por esto solo es muy solicitada y su pblico es cada !e más considerable.
La baratura
Finalmente, esta $orma de prostitución, a campo raso y a la intemperie, es barata:
el cliente abona a la o$ertante cinco soles, y como dicen los moos de restaurante
)Pale calienteQ2
Cinco soles, empero, no es tan barato. 7no puede comprar con cinco soles, o para
ser eactos, con cinco soles y cuarenta c5ntimos, tres mens completos en un Club de
Madres.
4Ru5 será pre$erible, oh, caros lectores, una !aciadita rapidol en un pampón, o
tres mens bien despachados6
8o pre$eriría esto ltimo, claro está, pero ad!ierto a un tiempo 1ue )de g1stibus et
colóribus non est disputándum2.
3II El E'ecto #olón
[e conocían demasiado para tener esos arrebatos de la posesión que centuplican el goceN
OFlaubert, Madame Zovary, UA>.T
La atracción de la no%edad
La emoción de descubrir tierra incógnita, el deslumbramiento por la tierra nue!a
reci5n descubierta, el inter5s del hallago, la atracción de la no!edad, el acicate de lo
distinto, todo esto, como sabemos, lo !i!ió Colón. El suyo $ue, pues, un estado
emocional de intensa ecitación y -bilo: lo 1ue los psicólogos llaman elación y /obbes
llamaba gloria.
La 'amiliariación
Pero a medida 1ue Colón se $ue $amiliariando con lo 1ue había descubierto, su
entusiasmo inicial $ue paulatinamente decayendo, por1ue uno no se deslumbra ni se
entusiasma ante lo 1ue !e todos los días y a cada rato.
La $amiliaridad y la cotidianidad, lo usual, lo sólito, lo 1ue en Polinesia llaman
noa, hace 1ue nuestro inter5s decreca y apenas es probable 1ue nos mue!a !i!amente
lo 1ue ya conocemos y poseemos, a1uello a lo 1ue estamos acostumbrados.
Necu5rdese, a este propósito, la !irtud redondeante de la costumbre. #ice muy
bien os5 Ferrando, en su libro 3anorama hacia el 7lba , 1ue la costumbre redondea las
cosas, las lubrica y desarista, las pone lisas y pare-itas, sin bordes ni puntas, sin
ele!aciones.
#oda
Montaigne y &alac tenían buenas !oces, por lo sonoras, pero no eran !oces
bellas. La de Montaigne, dice Gide, era )vo0 alta y sonora2 , y el autor de los $amosos
Ensayos )hablaba con facilidad y siempre con vehemencia! agitándose mucho al hablar2 .
O)ndr5
Losada,Gide,
". ).,*l 3ensamiento
>BAA, %ivosegn
>U.T &alac, Gautier,. "egunda
de Montaigne 'poseía unaedición. &uenos
!o llena, )ires,metálica,
sonora, Editorial
de un timbre rico y potente, 1ue sabía moderar y hacer sua!e en caso necesario(.
O0eó$ilo Gautier, Madama de 8irardin y Zal0ac. &uenos )ires, Editorial Glem, >BAU, >S+
>SH.T
La vo0 del héroe Miguel 8rau no se correspondía con sus facciones. +on Manuel
8on0ále0 3rada se refiere a este punto en los términos siguientes: )u cerebro discernía con
lentitud! su palabra fluía con largos intervalos de silencio! i su vo0 de timbre femenino
contrastaba notablemente con sus facciones varoniles i toscas.2
OManuel Gonále Prada, Abras. Prólogos y notas de Luis )lberto "ánche. Lima,
PE0N2PEN, Ediciones Cop5, >B?@+>B?B,>, ?U.T
7na de las acepciones del ad-eti!o sordo es )que suena poco o sin timbre claro2 . Pues
bien la !o de Fiódor O0eodoroT Mi-áilo!ich #ostoie!si, el gran no!elista ruso, era
)levemente sorda2, dice su biógra$o Nicardo &aea, )y un tanto estridente y chillona cuando
se irritaba2. OF. M. #., Las 3obres 8entes Y 3rohartchin . 0raducción de Fernando &. Martos.
9ota Preliminar de Nicardo &aea. &uenos )ires, Emec5 Editores, ". )., >BA@, A.T
Moart tenía !o de tenor y un hablar 1uedo, o sea tran1uilo, sosegado y 1uieto:
1uietud 1ue sólo ocasionalmente se interrumpía cuando los ensayos or1uestales no eran
de su complacencia: entonces pro$ería una eclamación. O $f. )rthur /utchings, Mo0art.
&arcelona, "al!at, >B?, S>.T
9ietsche hablaba tambi5n sua!emente. )u risa era leve Qdice su amiga, Lou
)ndreas "alom5Q, y nunca al hablar elevaba el tono.2 OLou )ndreas "alom5, 9iet0sche.
Cuarta edición. Madrid, Grupo Cultural %ero, >B?, UH.T
)3enetrante y chillona2, dice ]orsi, era la !o de Cl5o de M5rode, $amosa bailarina
de l a Zelle ^poque , ante cuyos encantos sucumbió enamoradísimo Leopoldo II, de
&5lgica. O $f. #emetrio ]orsi, '7na entre!ista con Cl5o de M5rode(. Mundial, >BU>,
>>@@A, =A>D.T
3o aguda era la de )braham 3aldelomar, una !o atiplada, a$lautada. D$f. Luis
)lberto "ánche, %aldelomar o La Zelle ^poque . M5ico, Fondo de Cultura Económica,
>BB, >, ?H.T
3o desapacible $ue tambi5n la de os5 Carlos Mariátegui, y acaso más
desagradable 1ue la de 3aldelomar, por1ue llegaba a ser chillona. O $f. Luis )lberto
"ánche, Testimonio 3ersonal. Memorias de un peruano del siglo __. Lima, Ediciones
3illasán, >BB, I, SB.T
El historiador $ranc5s ules Mancini, en su obra Zolívar et l-*mancipation des
$olonies *spagnoles , dice 1ue el Libertador tenía )vo0 aguda y sonora2. D Cf. N=u$inoD
&lanco+Fombona, Mocedades de Zolívar. *l héroe antes del heroísmo. Lima, Ediciones
'Libertadores de )m5rica(, ". N. Ltda., >B?U, >>>.T
Tiple es la más aguda de las !oces humanas, propia especialmente de mu-eres y
niXos. Enrico Ferri O>?@+>BSBT, criminalista y político italiano, tenía una !o aguda y
sopránica, tiplesca o atiplada y recordatoria de la 1ue caracteriaba a los cantantes
castrados de la Capilla "itina.
)"erri es un orador etraordinario (dice @ngenieros(! es el talento en acción. Tiene un
físico altivo! hermosamente dominador. u vo0 está poblada de infleiones que dan todos los
matices de la pasión! no obstante su timbre atiplado! más propio de $apilla itina que de
asamblea revolucionaria2. DEosé @ngenieros! @talia en la $iencia! en la %ida y en el 7rte. %alencia!
". empere y $ompa6ía! *ditores! Ks. a. Dcirca ?V>;! R<.;
En el retrato unamuniano Qmuy bien hechoQ 1ue nos ha de-ado os5 María
"ala!erría, leemos, inter alia, lo 1ue sigue
)#abla Kdon Miguel de Hnamuno con vo0 bien timbrada! algo aguda' mira de frente y
con un poco de énfasis observador' y se advierte en todo él una voluntad constante de
compostura en el ademán eterno del individuo.2 D$itado por Martín 7lonso! $iencia del
Lengua/e y 7rte del *stilo. Guinta edición. Madrid! 7guilar! . 7. de *diciones! ?<V! 9o. R!
p. =<F.;
IH Muerte " %alentía
#espu5s de treinta aXos he releído el libro de Carrel acerca del ser humano.
El doctor )leis Carrel $ue Premio 9obel de Medicina en >B>S y la obra reci5n
dicha tu!o considerable acogida y enorme di$usión hace medio siglo.
El caso de Mussolini
#ice Carrel, hablando de la talla, 1ue en general los indi!iduos más sensibles,
despiertos y resistentes, no son grandes: y otro tanto ocurre con los hombres de genio
Mussolini era de talla mediana y 9apoleón era pe1ueXo. )sí se epresa Carrel en el
tercer capítulo de su libro: y en el s5ptimo, al re$erirse a )los grandes conductores de
pueblos2, menciona particularmente a tres C5sar, 9apoleón y Mussolini.
El ilustre cientí$ico $ranc5s admiraba a &enito )milcare )ndrea Mussolini, y lo
admiraba tanto, 1ue lo tu!o por genio.
8o he leído dos biogra$ías de Mussolini la de Margherita "ar$atti y la de
Gio!anni de Luna: y además las con!ersaciones entre Mussolini y Emil LudYig.
Mi impresión, en resumidas cuentas, es 1ue Mussolini era talentoso y auda,
pero no genial.
0res $ueron, a -uicio de "ar$atti, las características de su personalidad la ambición,
la grande0a y el desprecio.
La grandea era para Mussolini metro y esencia, aun1ue al $inal no supo ser
grande.
9o habremos de pedir, ciertamente, a todos los -e$es y caudillos de nombradía,
grandea en el acabamiento, pero sí consecuencia, por1ue de lo contrario no sería la
suya terminación digna ni condigna.
) lo 1ue !oy es a esto por haber pro$esado Mussolini el culto de la !irilidad,
debió tener un $inal acorde con esa pro$esión un $inal de macho. Pero no: cuando los
guerrilleros de la Nesistencia lo prendieron, Mussolini se acurrucaba, escondi5ndose, en
el $ondo de un camión de las $ueras armadas alemanas.
Francisco de #ar%a.al
Francisco de Car!a-al, alias 'El #emonio de los )ndes( O>AA+>@A?T, cortaba
pescueos con increíble desparpa-o, y no sólo a hombres de guerra, como aclara don
Nicardo Palma, 1ue al $in en ellos es merma del o$icio morir de mala muerte, sino
inclusi!e a $railes y mu-eres.
/asta 1ue llegó el día, naturalmente, en 1ue le cortaron el pescueo a Car!a-al.
)$uando lo colocaron (dice 3alma( en un cesto arrastrado por dos muías para sacarlo
al suplicio! soltó una carca/ada y se puso a cantar:
/01Qu2 fortuna3 4i5o en cuna6 7 vieo en cuna. 1Qu2 fortuna38
)+urante el trayecto! la muchedumbre quería arrebatar al condenado y hacerle peda0os.
$arva/al! haciendo ostentación de valor y sangre fría! di/o:
/01Ea6 se5ores6 #aso franco3 14o !ay $ue arre"olinarse y deen !acer usticia38
)B en el momento en que el verdugo Euan *nrique0 se preparaba a despachar a la
víctima! ésta le di/o sonriendo:
/90Her"ano -uan6 tr:ta"e co"o de sastre a sastre.8
/90Descuide ;uesa Merced y f,e en "i !a(ilidad6 $ue no !e de darle causa de
$uea#ara cuando nos vea"os en el otro "undo.8< =>al"a6 +radiciones6 II6 ?@B III6 ?6
FGF.J
onalo Piarro
uan Enri1ue $ue tambi5n el 1ue a-ustició a Gonalo Piarro O>@S+>@A?T, y antes
del a-usticiamiento 1uiso ponerle una !enda en los o-os: pero Gonalo le di-o
)(,9o es menester! dé/ala! que estoy acostumbrado a ver la muerte de cerca.-
)(,$ompla0co a %uesa e6oría (le contestó el verdugo(! que yo siempre gusté de la
gente brava.-2
8 cuando Gonalo !io 1ue Enri1ue sacaba el al$an-e para cortarle la cabea, le
di-o
)#a0 bien tu oficio! hermano Euan.2
El !erdugo respondió
)Bo se lo prometo a %uesa e6oría.2
)+iciendo esto (a6ade 8arcilaso(! con la mano i0quierda le al0ó la barba! que la tenía
larga! cerca de un palmo! y redonda! que se usaba entonces traerlas sin quitarles nada' y de un
revés le cortó la cabe0a con tanta facilidad como si fuera una ho/a de lechuga! y se quedó con ella
en la mano! y tardó el cuerpo alg1n espacio en caer al suelo. 7sí acabó este buen caballero.2
D$apítulo RF del Libro Guinto de la egunda 3arte de los $omentarios 5eales.;
Leoncio Prado
Ne$iere Palma 1ue cuando el coronel Leoncio Prado O>?@U+>??UT !io 1ue ya se
presentaban para $usilarlo, pidió una taa de ca$5, y al probarlo di-o
)(,#acía tiempo que no gustaba un café tan equisito.-
)B volviéndose al oficial que mandaba a los tiradores chilenos! preguntó:
),7 qué hora emprenderé el via/e para el otro mundoU-
)(,$uestión de minutos- (contestó el oficial.
)(,3ues bien: pido una gracia! y es que se me permita mandar el fuego-
)(,9o hay inconveniente-
)(,Tienen capellán las fuer0as chilenasU-
)(,9o! se6or-
)(,P3acienciaQ #e hecho lo que he podido por mi patria! y moriré contento-
)*n seguida pidió que! en ve0 de dos tiradores! se colocaran cuatro! y que le apuntasen
dos al cora0ón y dos a la cabe0a. 7cordada esta nueva gracia! di/o:
)(,7l concluir la ta0a de café se me harán los puntos (es decir! se me pondrá en la mira
(! y al dar con la cuchara un golpe en el pocilio se hará fuego-
)B continuó tomando reposadamente su café.
)9inguna idea triste nublaba su rostro. %eía sin 0o0obra agotarse el dulce líquido!
sabiendo que en el 1ltimo sorbo estaba la amargura.
)Zebió tranquilo el 1ltimo trago! tocó con energía la cuchara en el pocilio! y cuatro balas
diestramente dirigidas lo hicieron dormir el sue6o eterno.2 D3alma! Tradiciones! @%! OFR4OF.;
La muerte e.emlar del Mar2u5s obernador
3alentía notable la de Piarro cuando se en$rentó a los 1ue !enían a ultimarlo.
El historiador os5 )ntonio del &usto, uno de los mayores especialistas en
Piarro, si no el mayor, ha recreado inme-orablemente la escena del acabamiento. 35ase
en seguida la recreación correspondiente.
)La lucha se entabló sin ninguna venta/a para los de $hile. *l Marqués! mientras
luchaba! increpaba a sus enemigos duramente: ,Gué desvergWen0a tan grande ha sido éstaU
3or qué me queréis matarU-' los almagristas! sin atinar a responderle! sólo gritaban: ,PTraidorQ-
)*l bravo vie/o se defendía como un león. #asta 8omara nos dice que luchaba
,esgrimiendo la espada con tal destre0a! que ninguno se acercaba! por valiente que fuese-. KC
)KC Tan animoso se mostró! que Euan de #errada entendió que así no lo vencerían
nunca y! recurriendo a un ardid traicionero! tomó a uno de los suyos apellidado 9arváe0 y lo
empu/ó hacia 3i0arro' el Marqués lo recibió con la espada! pero el peso del cuerpo lo hi0o
retroceder! aprovechando entonces los de $hile para traspasar el umbral de la cámara a la carrera
y rodearlo. 3i0arro continuó la lucha' ésta ya no era ofensiva sino defensiva. *ra la contienda del
águila contra los cuervos hambrientos' era el arro/o que se defendía de la cobardía y la traición.
e hi0o un anillo de atacantes en torno del 8obernador: el anillo giró con frenesí de odio! luego se
cerró con intención de muerte. $uando se volvió a abrir para contemplar su obra! el Marqués
estaba lleno de heridas y apoyado en el suelo: la mayor de ellas le había causado una estocada en
el cuello que le había cortado la carótida. KC
)KC *l Marqués! todavía consciente! se desplomó sobre el piso ensangrentado. intiendo
las ansias de la muerte pidió confesión! se llevó la mano i0quierda a la garganta y mo/ando los
dedos en la sangre hi0o la cru0 con ellos! luego balbuceó el nombre de Ees1s y pretendió darle un
beso a la cru0C 9o pudo hacerlo! porque uno de los de $hile decidió ultimarlo y! tomando un
cántaro de barro! se lo quebró en la cara. *l Marqués se desplomó definitivamente y quedó quieto
en el suelo.
)B mientras los asesinos salían gritando: 01;iva el 'ey6 "uerto es el tirano38 y los
re0agados ba/aban fatigados la escalera comentando: 01có"o era valiente K!o"(re el
"ar$u2s38! arriba (con el rostro hundido en su sangre guerrera( yacía el $onquistador del
3er1.2 DEosé 7ntonio del Zusto! 3i0arro. Lima! *diciones $A3^! 3etróleos del 3er1!
+epartamento de 5elaciones 31blicas! OVVV4OVV! @@! R>4R?.;
arcía Már2ue
3ara 8abri el 8arcía Márque0! el sitio ideal para escribir )es la isla desierta por la
ma6ana y la gran ciudad por la noche2.
)*sto corresponde a lo que quiso decir Jilliam "aul&ner cuando declaró que la casa
perfecta para un escritor era un burdel! pues en las horas de la ma6ana hay mucha calma para
escribir! y en cambio todas las noches hay fiesta. *s curioso que esta declaración la publicó ,The
3arís 5evieX- cuando yo vivía en Zarranquilla! y precisamente en un burdel.
)*ra un hotel muy grande con cuartos de tabique de cartón! en los cuales se escuchaban
los secretos de los cuartos vecinos. Bo conocía las voces de muchos se6ores respetables de la
ciudad!
mayoríainclusive de hacer
no iba para algunos funcionarios
el amor sino paradelhablarles
alto gobierno! y me enternecía
de sí mismos comprobar
a sus compa6eras que la
de ocasión.
)$omo yo era periodista! mi horario de vida era el mismo que el de las putas. Todos nos
levantábamos al mediodía y nos reuníamos a desayunar en familia en alguno de los cuartos con
las muchachas y sus chulos! entre ellos una famosa estrella del béisbol del $aribe! que era un tipo
estupendo y un chulo mundial.
)*ntre huevos fritos y cerve0a helada nos intercambiábamos los secretos de la noche
anterior. *s curioso que las muchachas comentaban siempre lo que habían oído en el cuarto
vecino! pero no mencionaban nunca lo que les habían dicho a ellas! como si también en la ética de
su oficio eistiera el secreto de la confesión.2
Alberti
"encillamente mara!illosa $ue la primera eperiencia burdelicia de Na$ael
)lberti, la )revelación del pompeyano lupanar malague6o2, su primera a!entura en el )corral
de esparcimiento nalgatorio2, segn $eli epresión de Eugenio 9oel. 3eamos lo 1ue con
!erbo po5tico nos dice )lberti sobre la )casa mediterránea de %enus2 1ue !isitó una cálida
noche.
)*n el centro de aquel patio4/ardín se derramaba un cenador agobiado de rosas gualdas y
carmines. Za/o él! un guitarrista volcado sobre el hoyo de su guitarra! rasgueaba en sordina para
unos marineros prendidos a los cuellos y torsos de sus elegidas. 3oco a poco nos fuimos
acercando con las nuestras! formando al fin una alegre fiesta de amor! en la que el cante! el
bordoneo! el go0o de las risas y los gritos (más encendidos cada ve0 por la llama del vino(!
subían a entrela0arse con el rumor del mar traído por el aire sobre las ba/as a0oteas.2
#ioran
8 aun1ue el misantrópico y estimulante Cioran no re$iere andanas
prostibularias en ninguna de sus obras, o más precisamente, en ninguna de las 1ue yo
conoco, el gran escritor rumano acostumbraba, cuando -o!en, )irse de putas2 , como
dicen los espaXoles. OEso de )irse de putas2 tiene un carácter cineg5tico 1ue Fernando
#ía+Pla-a analia en Mis 3ecados $apitales.;
)*n cualqu ier caso (escribe $ioran(! mi vida de estudiante se desarrolló ba/o el
encanto de la 3uta! a la sombra de su degradación protectora y calurosa e incluso maternal.2
Fellini
)La prostituta (dice "ellini( es el contrapunto esencial de una madre a la italiana. 9o
se puede concebir la una sin la otra. B así como la madre nos ha nutrido y vestido! así también!
con la misma fatalidad (hablo por lo menos de mi generación(! la puta nos ha iniciado en la
vida seual. Todos les estamos agradecidos! obligados! a esas mu/eres que han reali0ado nuestros
deseos! nuestras esperan0as! nuestras fantasías! y las han transformado en una dirección casi
siempre pobre y me0quina! pero de todas maneras fantástica.2
O9eill
)$on todo el dinero que me he gastado en mis tres esposas (decía el dramaturgo
*ugenio A-9eill(! podía haber montado una cadena de burdeles desde Zoston a an "rancisco!
y hubiera obtenido alg1n beneficio! y sobre todo me hubiera divertido mucho más.2
Flaubert
$onfesaba "laubert gustarle la prostitución #er se. )Gui0á sea una afición perversa (
declara "laubert(! pero me gusta la prostitución por ella misma! independientemente de lo que
hay deba/o. 9unca he podido ver pasar! ba/o los faroles de gas! a una de esas mu/eres escotadas!
ba/o la lluvia! sin un galope del cora0ón' igual que los hábitos de los mon/es! con su cordón de
nudos! me cosquillean el alma en no sé qué rincones ascéticos y profundos.
)*n esta idea de la prostitución eiste un punto de intersección tan comple/o (lu/uria!
amargura! vaciedad de las relaciones humanas! frenesí del m1sculo y tintineo del oro(! que si
miras al fondo te viene el vértigo' Py se aprenden ahí tantas cosasQ 7h! fabricantes de elegías! no
es sobre ruinas donde tenéis que apoyar vuestro codo! sino sobre el pecho de estas mu/eres
alegres.2 D$arta a Louise $olet! de /unio de >F.;
)*l miércoles! por curiosidad! releí 9oviembre. #ace once a6os era! efectivamente! el
mismo individuo de hoy Dal menos con poca diferencia' primero hay que eceptuar una gran
admiración por las putas! que ya no es hoy más que teórica! y que entonces era práctica;.2 D$arta
a Louise $olet! O>4O? de octubre de >F.;
Mora%ia
En >BSA, el -o!encito )lberto Mora!ia, con!aleciente de tuberculosis ósea,
escayolado y con muletas, $ue a un burdel de &olano para iniciarse en el coito. Lo
acompaXaba un amigo de 0rieste, o me-or dicho, lo lle!aba, por1ue el de la iniciati!a
$ue el triestino, el cual iba tambi5n con muletas, por en$ermito.
El burdel un
)$ogimos eracoche
un chal5 burgu5s
de caballos conyun
estaba en vie/o!
cochero las a$ueras
de pelode la ciudad.
blanco. Los dos andábamos
con muletas y debíamos de formar una pare/a pintoresca. *l cochero se negó a esperarnos! pero
en la casa no pusieron dificultad alguna' éramos clientes! como los demás.
)Mi amigo escogió para mí a la chica que le pareció más adecuada: una e4maestra de
escuela! con o/os negros! dos tren0as negras y una camisa de algodón que le llegaba a los pies. Bo!
no sólo tenía muletas' tenía! además! un artefacto de escayola' pero todo transcurrió! a pesar de
todo! con sencille0 y dul0ura. "ue! hay que decirlo! una cosa ,norma- y sana.2
Amado
El c5lebre escritor brasilero orge )mado conser!a de las putas el me-or de los
recuerdos.
)3asé mi infancia y mi adolescencia (refiere 7mado( en casas de mu/eres. Mucha
gente se pregunta por qué hay tantas prostitutas en mis libros. B es por eso. *n la región del
cacao no había mu/eres! mu/eres para casarse' algunas en la ciudad! pero muy pocas. 3ero! en
cambio! había un mundo de prostitutas! por todas partes! en los sitios más perdidos. B yo crecí en
las casas de esas mu/eres! en los prostíbulos. B guardo de ellas un recuerdo sumamente tierno y
fraternal! dulce y puro.2
)mado declara ser, $undamentalmente, el no!elista de los !agabundos y las
putas.
)3ienso que esa humanidad es la que tiene más peso en mis libros! tal ve0 porque es la
más abandonada! la más desprovista de defensas en la sociedad' está desprovista de clases! de
sindicatos. 9o hay una clase de los vagabundos! una clase de las prostitutas. Las prostitutas no
tienen derecho ni a una /ubilación ni a una pensión! no tienen ninguna defensa sindical! han
sido puestas al margen de la sociedad por los regímenes capitalistas! los regímenes socialistas! los
regímenes feudales' son consideradas como una especie de enfermedad social. B los vagabundos
también. Las putas y los vagabundos. on persona/es que me llegan al cora0ón' yo los trato con
cuidado particular en mi traba/o! me siento realmente próimo a ellos.2
3argas Llosa
)é muy bien (dice Mario %argas Llosa( todo lo que hay detrás de la prostitución! en
términos sociales! y no la defiendo! salvo para quienes la e/ercen por libre elección! lo que no era!
sin duda! el caso de la 3ies +orados ni de las otras polillas del /irón #uatica! empu/adas allí por
el hambre! la ignorancia! la falta de traba/o y las malas artes de los cafiches que las eplotaban.
3ero ir al /irón #uatica o! más tarde! a los burdeles de Lima! es algo que no me dio mala
conciencia! tal ve0 porque el pagar a las polillas de alguna manera me proporcionaba una suerte
de coartada moral! disfra0aba la ceremonia con la máscara de un aséptico contrato que! al
cumplirse por ambas partes! liberaba a éstas de responsabilidad ética. B creo que sería desleal
para con mi memoria y mi adolescencia no reconocer! también! que en esos a6os en que fui
de/ando de ser ni6o! mu/eres como la 3ies +orados me ense6aron los placeres del cuerpo y los
sentidos! a no recha0ar el seo como algo inmundo y denigrante! sino a vivirlo como una fuente
de vida y de goce y me hicieron dar los primeros pasos por el misterioso laberinto del deseo.2
&il%a 1uesta
Ma "il!a 0uesta, autor de una no!ela 1ue es sin duda la me-or de la
burdelística=WD, noticia en ella del proyecto en cuya !irtud el /otel "ementerio se
trans$ormaría )en el burdel de más nombradla de cuantos funcionaban en muchos países a la
redonda2.
)La asistenta socia l que se ocupó de mi orfandad (escribe ilva( se esmeraba en decir
que do6a Zasílica había sido mi madre sustituta. *n realidad! se llamaba 5ebeca' pero le sentaba
me/or el sobrenombre! Zasílica! tanto por su corpulencia! como por los innumerables fieles que
fue conquistando durante los a6os de servicios prestados en el burdel más famoso de la ciudad: el
#otel ementerio.
)La primera ve0 que la acompa6é a su centro de traba/o! ayudándola a cargar un bulto de
ropa limpia! do6a Zasílica insinuó que a mi edad ya debía estar ganándome la vida. $omo asentí!
me di/o que esa misma noche pediría a su patrón para que me tomara como ayudante de uno de
los encargados de la limpie0a del hotel.
)(,Gué más quiere s (comentó do6a Zasílica! al volver(! a la primera de bastos
encuentras traba/o. $ómo quisieran otros tener tu suerte.-
)(,$onforme- (fue lo 1nico que atiné a decir! esfor0ándome por mostrarle! en ve0 de
repulsa! un fingido consentimiento.
)$onvertido en una especie de ba/a policía del seo! le di duro y pare/o durante seis a6os.
)*ntre tanto! quedé huérfano nuevamente' murió mi madre sustituta Do 5ebeca
*ncarnación Lópe0 de la %ega! como la nombró! completita! el sacerdote que en su entierro re0ó
un sentidísimo responso;. *se mismo día conocí un cementerio de verdad. Me impresionó como
si se tratara de un hotel sui g2neris. 3or otra parte! los ahorros de do6a Zasílica me permitieron
reiniciar los estudios que de/é truncos al escaparme del orfanato. 5eali0ados con una pertinacia
que de/aba boquiabiertos a tirios y troyanos! dichos estudios no concluyeron sino en la *scuela de
3eriodismo de la Hniversidad de an Marcos.
)3aralelamente! en el #otel ementerio fueron ascendiéndome de encargado de la
limpie0a a portero' luego! a ascensorista' después! a ca/ero. $uando todos pensaban que me
estancaría en ese puesto! me desvelé hasta ocupar la /efatura del +epartamento de 5elaciones
31blicas.
)3or 1ltimo! una sólida situación económica! labrada a costa de sacrificios! me brindó la
oportunidad de de/ar el #otel ementerio y fundar un periódico. in embargo! fueron tan
profundas las raíces echadas en él! que! antes de decidir nada al respecto! preferí proponer a don
Eacinto 5amos! mi /efe! un proyecto que me rondaba desde la época de la universidad:
transformar al #otel ementerio en el burdel de más nombradla de cuantos funcionaban en
muchos países a la redonda.
)Hna noche de cordialísima borrachera en el Caf2 4egro! luego de unos tanteos y otros
regateos! don Eacinto allanó el camino para que yo continuara traba/ando a satisfacción en su
hotel. ellamos el pacto /urando por la memoria de do6a Zasílica que no ce/aríamos en luchar
hasta ver cumplido nuestro proyecto.
)7penas evaporados los humos del facilismo etílico! enfrenté lo más arduo de la
responsabilidad asumida por mí de la noche a la ma6ana. e trataba de encontrar un gerente a la
medida del burdel con el que yo y mi socio comen0amos a so6ar las veinticuatro horas del día.2
&ánche
El ilustre polígra$o Luis )lberto "ánche, sabedor y memorioso, re$iere con
en-undia, en su Testimonio 3ersonal, lo 1ue era la ramería en la Lima de su tiempo.
)Los clubes no ofrecían alicientes para la /uventud. *l $ountry $lub se inauguró sólo en
?O=. *l $lub de Tennis de la *posición era muy celoso y circunscrito. 9o teníamos otro
camino que buscar nuestros propios medios de alegrarnos: ellos fueron la cantina! el prostíbulo y
el cine. +icho así! con sequedad! resulta brutal. +istingamos: la cantina y el prostíbulo de
entonces tenían características mundanas que a menudo y en cierta medida los confundían con
las tertulias y las ,boites-.
)*n las cantinas nadie usaba la barra a la hora de beber! salvo los borrachos profesionales.
+os amigos se sentaban a una mesa! pedían un par de cachos! y mientras se /ugaba largamente
para saber quién pagaría la copa! se conversaba de todo. @gual ocurría con la m1sica y el baile en
el burdel. *ran muchos los que iban sólo a eso y prescindían de la ofrenda a %enus! para lo que
tenían altar casero! fuese propio o de prestado! pero de todos modos en lugar aparte.
)Los lime6os de ?4?FV! repito! teníamos que acudir a los templetes mercenarios a
falta de otros lugares de sola0. 9o los habríamos sabido usar sin ese condimento. $uando hacia
?O> ó O? se abrió ,*l 3avilion 70ul-! especie de ,bo`te- con copetineras de alternativa Do sea de
bar y cama;! no era posible bailar allí sin el riesgo de un altercado alcohólico4amoroso! con su
consiguiente secuela de botella0os! silleta0os y policías. *n cambio! en los prostíbulos se
disfrutaba de una bien ganada pa0. Las ,madrotas- y sus rufianes se encargaban de administrar
sosiego! /usticia y regoci/o. *istían leyendas estimulantes: las de ara Mora! La Mamita! *mily
"o! Mercedes Medrano! La Zoca de $hapa. $ada una tenía su respectiva casa amplia! de varios
salones! y sus correspondientes y numerosas pupilas. )Bo contaba dieciséis a6os cuando
vislumbré por primera ve0 uno de esos paganos templos del amor a tarifa. e hallaba en la calle
de Tipuani! en unos altos. *l salón lucía empapelado de ro/o. Los muebles estaban tapi0ados
también de colorado. 7lgunas de las ni6as vestían! desde luego! de ro/o. La due6a! una gringa!
*mily "o! tenía el pelo a0afranado. onaba el piano! atacando las notas del fo trot de moda:
,miles-! ,Jhispering-! ,#industan-! y Pa bailar se ha dichoQ
)%eníamos de comer en el Ioológico. Mis amigos! el ,$hino- 7lfonso de Madalengoitia!
3epe 9avarro! mayores que yo! sacaron a bailar a dos chicas. Me sentí mal. 9o pensé en el casto
Eosé! pero estuve a punto de imitarlo. Za/é las escaleras a escape. Me sacudieron el asco! el miedo
y la sorpresa. +espués! ya no. $umpliendo el sagrado rito de todo /oven lime6o! rendí tributo a
aquellos templos mercenarios.
)La diversión result aba sana aunque algo cara. Las mu/eres tomaban simpat ía a los más
tiernos! pero se apegaban a los más gastadores. $ada una lucía su apodo. Lima no perdonaba a
las pecadoras' las signaba con caricaturescos motes: La 3antruca! La 3escado con Zigote! La
7guantarrifles! La Mo/ón de Aso! La 3latanito! La "ray $abe0ón! La 3erilla de $atre! Las
#ermanas $atafalco! La Lombri0 $hina! La %einte 76os después! La 3ata de Buca. 7 las
francesas se les daba también remoquetes: La "lorete! La $amión! La 8igolette. *ra un desfile de
motes que evocaban trasgos y caprichos de un 8oya plural con maldad aunque sin ingenio.
)Las chicas bailaban apretándose mucho! contoneando las caderas en rítmico e/ercicio
erótico. Los m1sicos seguían el conocido compás. 7hí actuaba la flor y nata de los tocadores
criollos. Montes y Manrique! el ,$hino- 8amarra! el cholo %illalobos! más tarde "elipe 3inglo!
todos pasaron por las horcas caudinas de ,tocadores- de prostíbulo.
)3or lo general! la orquesta se formaba de un piano! una o dos guitarras y una bandurria!
más el canto. +e ve0 en cuando las pare/as se acercaban a la barra o mostrador. *llas pedían un
oporto! que no era sino agua con chancaca y canela! para no emborracharse' a ellos ,les cargaban-
bebidas intoicantes. +e repente desaparecía una pare/a. $uando volvía! estallaban bromas de
color subido. *llas! fingiendo s1bito arrebato! abra0aban a sus galanes de media hora y
desafiaban a los ,envidiosos-. *llos se de/aban hacer medio avergon0ados. *l hecho es que así se
mataba la noche! la interminable noche de una aldea pugnando por convertirse en ciudad.
)*n ?OR ó O! el italiano $ristini a6adió a su confitería de la calle de Zo0a! un
espectáculo con ,%ariedades- . Las noches se hicieron menos largas. Hno de los me/ores n1meros
donde $ristini! era el de ,Miss *llis-! una /amona! rubianca! de carnes fofas! pero en/albegadas!
que cantaba con vo0 ronca! mirando a los m1sicos! uno de ellos muy /oven: ,Bo quiero una mu/er
desnuda! desnuda quiero una mu/er.- *l p1blico aplaudía y pedía bis. +espués pasaban un
sombrero. Los aplausos eran más numerosos que las monedas.
)7 todos esos ,eventos-! como se dice en la /erga deportiva de hoy! íbamos en pandilla.
@nclusive los deportistas rompíamos nuestro entrenamiento con visitas a aquellos ,cabarets- con
cama y lo demás. Muchas veces! después de una sudorosa sesión de esgrima en la ala $avallero!
comíamos en el restaurante ,%ene0ia- y acudíamos a tomar la 1ltima copa en una de las ,casas-
de la calle de 3atos! el #uevo o La alud.
)Acurría que! además! en pos de debates literarios y! vista la orfandad de mu/eres
letradas! llamábamos a la puerta de Lily Márque0! una brasile6a sabihonda y realmente bonita!
un tanto sofisticada! en cuya casa de Guilca se encontraban los 1ltimos poemas de $endrars! los
inolvidables de Machado de 7ssis y Alave Zilac! y los primeros de Manuel Zandeira.
)Atra mu/er! llamada profesionalmente Lily! nacida en Marsella! rompía su modorra
matinal para conseguir! donde 5osay! los 1ltimos libros de los vanguardistas y surrealistas de la
primera hora: 7pollinaire! Zreton! $endrars! oupault! 5adiguet! $octeau. 9adie habría
supuesto que un grupo de /óvenes entrara de noche en una de esas casas! para sólo beber unos
tragos de menta! cognac o de absintio! y discutir el 1ltimo libro de 3arís. 9aturalmente! con
frecuencia los debates tuvieron desenlaces más gratos. 9o había escapatoria.
)Los toreros! los conferenciantes! los políticos! los poetas! los pintores! los boeadores! los
militares! los civiles! acostumbraban encontrarse en aquellos mentideros de indiscutible mala
fama. Hna noche! @gnacio ánche0 Me/ías asaltó un prostíbulo tratando de demostrar su hombría
y persiguiendo al /oven ,camote- de una hetaira tuneci na! larga! flaca y ya dos veces madre. Hn
edecán del 3residente Leguía ostentaba el ,record- de escándalos burdeleros. Hn conocido político
antileguiísta solía interesarse en la llegada de ,costureras- de "rancia! por el gusto de practicar
su francés y saborear la ilusión de ser amado! aunque con paga y a destiempo.
)$omo todos viví a plenitud ese ambiente! con una desventa/a: que como ya e/ercía el
magisterio escolar! debía estar en mi aula a las ocho de la ma6ana! fresco y optimista! para no
alarmar a mis tudescos patrones. 3orque desde los veinte a6os había yo empe0ado la carrera
docente.2
More
#on Federico More, uno de los periodistas más notables 1ue ha habido en el
Per, pluma brillante e incisi!a, hombre culto, de !erbo $ácil y elegante, abordó cierta
!e, con esa $ran1uea tan suya, el tema de la prostitución. 8 por ser, como era, tan
sonado el asunto, pidió a sus lectores 1ue le permitieran hacer lo 1ue no solía, hablar en
primera persona. Idea $eli, ciertamente, por1ue así, en primera persona, con$esándose,
mani$estando con !erdad sus hechos, ideas y sentimientos, logró plasmar una aut5ntica
piea de antología, a la 1ue puso por título '3amos a tratar acerca del o$icio más
antiguo del mundo(: y entre otras cosas epresaba las 1ue a continuación transcribo.
)*l amor de la prostituta es el más bello! el más puro! el más comprometedor de todos K K].
erá tal ve0 porque me he pasado la vida en las casas de ellas! en las encantadoras ,casas
cerradas- que dicen los franceses. erá que a ellas les debo los me/ores recuerdos de mi /uventud.
ólo ya pasados los cuarenta a6os he conocido el encanto de la mu/er honrada sin ferocidad.
3orque debo confesar que a las mu/eres honradas les tiemblo. 8eneralmente lo son porque no hay
quien les proponga pecar. 5ara ve0 son bellas o graciosas. B siempre se ocupan en martiri0ar con
celos al hombre que tiene la desdicha de caer en sus manos. *s como para decirles: 0Nscate un
a"ante y d2a"e en #a82.
)Mi sue6o dorado fue siempre ser rufián. 3ero los sue6os dorados /amás se reali0an. B he
aquí que hasta mi 1ltimo centavo (los lindos centavos de mi /uventud( se han quedado en las
manos de mis adorables amigas! bellas como el pecado! irresistibles como el deseo. B no porque
ellas me eplotaran. 9o. iempre creí que mi dinero era de ellas. *n resumen! mi dinero ha sido
siempre para mu/eres. 9o he podido ser rufián. 9o me atrevo a decir que sea una lástima.2
Macera
Pablo Macera, 1ue sólo 1uiere guardar con sus paisanos Dcompatriotas le parece
un t5rmino ecesi!oT una relación de mutua prescindencia Oencomiable actitud 1ue
comparto plenamenteT, mani$estó en cierta ocasión 1ue el Per era un burdel, raón por
la cual hubo alharaca y se pro$irieron como siempre maysculas inepcias. El nico 1ue
di-o algo signi$icati!o $ue el psicólogo &aldomero Cáceres. #i-o )Macera se equivoca. Los
burdeles son lugares bien organi0ados.2
8 'El )guilucho( sin duda lo era, humilde prostíbulo tru-illano 1ue durante la
Ne!olución de >BUS se con!irtió pro!isionalmente en tribunal militar. )un1ue usted no
lo crea.
),*l 7guilucho- (dice Thorndi&e( tenía un patio grande! sombreado por guabos. B un
portón grande y sólido y también urinarios de cemento y una pianola y ocho cuartos que olían a
ruda y desinfectantes. *n las noches bailaban allí turbias pare/as! nobles! ruidosas putas! nobles
animales! nobles y peludos seos. *ra un prostíbulo de mala muerte y sus inquilinas habían
huido despavoridas desde el mismo /ueves de la revolución. *n un cuarto se encontró cerve0a!
co6ac de @ca y aguardientes. *l comandante +aniel Matto hi0o funcionar la pianola! rió! pidió
que consiguieran hielo y paseó el burdel con sus ayudantes.
/90ste es el sitio $ue necesita"os8 9dio.
)B el comandante Matto! flamante presidente de la $orte Marcial! dispuso que en el
burdel se instalara la oficina provisional de la /usticia militar. í! era un sitio conveniente.2
Rue haya sido, como $ue, sitio con!eniente 'El )guilucho( para con!ertirse
transitoriamente en tribunal militar, es indicati!o de 1ue no era e-emplo de
desorganiación, sino de orden y concierto. Con lo cual se demuestra cuánta !alide
tiene la obser!ación antes citada del psicólogo &aldomero Cáceres.
#há%e Peralta
)*n los a6os sesenta apenas si eistía la prostitución calle/era y sólo el ,$he0 Maim-s-
ofrecía un ambiente nocturno para bailar con mu/eres también dispuestas a practicar el seo.
3ara estos casos lo normal era los burdeles! calle/ ones flanqueados de cuartos min1sculos donde
las prostitutas alquilaban sus cuerpos por los escasos minutos que dura una cópula. *n Tru/illo
funcionaban tres: ,*l Guinto 3atio-! ,La "lor de la $anela- y ,La Laura-! todos ubicados al final
de la calle Eosé 8álve0! en el etremo sur del barrio $hicago.
)*l de mayor prestigio (y por eso el más concurrido( era ,*l Guinto 3atio- Dnombre
posiblemente inspirado en la letra de un bolero! popular en la década del cincuenta! cantado por
Zienvenido 8randa;. 7 este burdel llegaban semanalmente contingentes de meretrices /óvenes y
atractivas! inclusive etran/eras! a pesar de ser el más estrecho y modesto Dparedes de adobe!
techo de ca6a brava y torta de barro;' en cambio! los otros dos (más amplios y modernos(
lucían generalmente despoblados! porque recepcionaban a las mu/eres con menos demanda en ,*l
Guinto-! las oto6ales y las ,cachaqueras- Dputas baratas para los soldados del cuartel;.
)7brían a partir de las cuatro de la tarde! pero a esa hora sólo atendían las pocas mu/eres
que vivían allí. 9ormalmente empe0aba a funcionar a las siete de la noche! de manera que uno
podía decidir entre ir al cine o visitar $hicago. B! en efecto! todas las noches! cientos de varones
de todas las edades! de diferente nivel social y económico se daban cita en los burdeles de
$hicago: /óvenes! adultos y vie/os' solteros y honorables padres de familia' obreros! empleados!
profesionales! magistrados y autoridades no podían resistir la tentación.
)*l servicio costaba quince soles! pero también había de die0! veinte y veinticuatro soles
Dla del cuarto n1mero uno! en ,*l Guinto 3atio-! era la 1nica que go0aba de ese privilegio;. $omo
en los cines de entonces! había colas y tumultos para ,ocuparse- con las ,nuevas- o algunas
siempre deseadas por sus pericias en el arte amatorio. Hna de las ,estrellas- conocida como ,La
hilica- Dpor ser oriunda de $elendín! supongo;! contaba con una clientela fi/a y selecta. *ra alta!
blanca! de o/os verdes y cuerpo escultural. ólo atendía una o dos horas y! a menudo! sin ning1n
aviso! se encerraba hasta el siguiente día o salía repentinamente del local.
)La versión opuesta era ,La 9egra- +oris! una mulata alta! grácil! de carnes durísimas y
en cuyas entra6as parecía haberse concentrado todo el fuego del universo. 7tendía como ninguna
otra: nunca un gesto de mal humor! nunca un reproche ni una palabra grosera' permitía caricias
y prolongar el coito deliberadamente' además! se entregaba con verdadero frenesí y parecía
disfrutar del orgasmo con la pasión de una amante enamorada! sin importarle quién era su
cliente de turno. 7 diferencia de ,La hilica-! atendía puntualmente! desde las siete hasta las once
de la noche! con la misma /ovialidad y entusiasmo. $reo! sinceramente! que nació para ser puta'
y fiel a su vocación! fue 1nica! ecepcional! etraordinaria.
),La 9egra- +oris alimentó las fantasías libidinosas de toda una generación. *n el
colegio! los adolescentes la convertimos en una leyenda y en un fetiche. +urante los recreos nos
complacíamos en describir (y fantasear( la forma ,especial- como habíamos sido atendidos por
ella. La poderosa feminidad de hembra arquetípica que producía el contacto con el cuerpo de la
+oris! su sonrisa y sus modales! nos creaba la ilusión de que alg1n día podíamos merecer su
preferencia. B así como nosotros! cientos de hombres en Tru/illo vivían perdidamente
enamorados de su irresistible magnetismo y la incandescencia de sus entra6as.
)Hn caso ecepcional fue el de un profesor nuestro. *ra de ba/a estatura! rechoncho y
dotado de una nuca descomunal Dse mandaba confeccionar sus camisas y nunca pudo usar
corbata;' solterón! frisaba aproimadamente la cincuentena y ehibía dos debilidades: la comida y
,La 9egra- +oris. Tenía fama de tragaldabas! pero su pasión por la hetaira de ébano rebasaba
cualquier medida imaginable. Todas las noches (sin faltar una( se le veía en ,*l Guinto 3atio-
esperando su turno en la misma puerta de siempre. 9osotros nos precavíamos de que no nos
viera! porque tenía otra debilidad ocasional: la violencia. Hna ma6ana! a la hora del ,gran recreo-
Dun descanso de treinta minutos;! a un compa6ero de aula se le ocurrió una palomillada. $on
ti0a escribió en el pi0arrón: Doris6 negra ri$u,si"a) todos te a"a"os. La sección 0C8 .
$uando el profesor ingresó al aula y leyó el teto! escrito en grandes letras a lo largo de toda la
pi0arra! su rostro! su calva y su descomunal nuca cambiaron de mil colores! antes de fi/arse en
un cárdeno encendido. 9os miró a todos con un odio infinito! uno por uno! como buscando al
responsable de tama6a afrenta! y como no lo ubicó! empe0ó a repartir sopapos y pesco0ones a
diestra y siniestra! a berrear insultos ininteligibles. 3udo haber reventado de ira! sufrir un
colapso y morir allí! si no hubiese aparecido el auiliar para calmarlo e invitarlo a abandonar el
aula. *sa semana hubo reclusión para todos y el resentimiento del ofendido amante (epresado
en sutiles represalias( duró varios meses.
)*ra vox #o#uli que ,La 9egra- +oris recibía! cada noche! varias propuestas
matrimoniales' la más reiterada y patética! la de nuestro profesor. 9unca lo aceptó y debió
resignarse a vivir solo. *stoy seguro de que al morir su 1ltimo pensamiento fue para la puta más
simpática y eficiente de los burdeles de Tru/illo en la década del sesenta.
)Atra puta memorable (aunque en el etremo inferior( fue ,La Zrasile6a-. u fama
estaba asociada a la beneficencia: ella evitaba la insulse0 del acto masturbatorio a cambio de cinco
soles. *ra una negra gigantesca (una 0ul1( y bastante madura Dsu rostro! siempre adusto! no
registraba el tiempo; y se te6ía el pelo de un color ro/i0o! de tal manera que en la oscuridad de la
noche su aureolada cabe0a era lo 1nico visible. Traba/aba detrás de ,*l Guinto 3atio-! a cielo
descubierto! al borde de una chacra! sobre una estera. "ue una prostituta informal! sin carnet
sanitario! y por eso su clientela la componía n los estudiantes de la secundaria menores de edad!
los soldados del cuartel ,A-+onovan- y los fornicadores menesterosos. 9adie podía garanti0ar su
srcen brasile6o porque nunca hablaba! no tenía amigas ni caficho conocido. +e día desaparecía
misteriosamente y aparecía al anochecer! espectral! siempre con vestidos multicolores o
estampados con flores eóticas. Tampoco se le conocía su verdadero nombre y su apelativo! ,La
$inco oles-! circulaba (así lo recordamos( con una doble rela/ación fonética: ,La hinco
holes-! reproduciendo con eactitud como ella pronunciaba su frase de ,oferta- seual. Tampoco
nadie pudo eplicarse /amás cómo una prostituta que eludía el control ginecológico semanal en el
dispensario y ni siquiera cumplía con el ritual obligatorio de revisar el pene del cliente Dtodas las
prostitutas lo hacían para cerciorarse de una posible gonorrea o de un chancro;! nunca contagió
una enfermedad venérea.
)La atención en los calle/ones concluía a las once de la noche. +esde las die0 y media! el
mismo empleado encargado de llevar agua en baldes a los cuartos y los rollos de papel higiénico!
empe0aba a tocar las puertas y anunciar: 01C!icas6 al salón3 1C!icas6 al salón38 . *l salón en
,*l Guinto 3atio- era muy amplio: en el centro! la pista de baile acordonada con las mesas' en un
rincón! /unto a la puerta! una gigantesca roc&ola-! la batería y dos timbales' las paredes pintadas
con colores chillones y grotescas figuras de cuerpos de mu/eres totalmente desnudas. La fiesta
empe0aba a las doce en punto. +esde las once y media las prostitutas y parroquianos iban
acomodándose con sus pare/as! a veces formando peque6os grupos. $uando el orquestín y la
,roc&ola- anunciaban el baile! las pare/as se lan0aban a la pista. Las mu/eres se vestían como para
ecitar y despertar la lu/uria: vestidos pegadísimos con ra/a al costado! hasta la media pierna'
faldas ,tubo-! ce6idas y brevísimas' 0apatos de taco alto! tipo agu/a. Los boleros se escuchaban
con mucha frecuencia y se bailaban pegados! cara a cara y losbra0os enla0ando las cinturas' los
mambos! merengues y chachachás! separados! despla0ándose por toda la pista y! en cuanto era
posible! la mu/er frotaba sus nalgas contra la pelvis del hombre.
)Los clientes que esperaban la ,hora de salón- para escoger la mu/er de su gusto!
convenían allí el precio y las condiciones del servicio Del doble o triple de la tarifa normal;. +e
cuando en cuando una bronca entre ,faites- y cabrones! o entre parroquianos (siempre por la
preferencia de una prostituta(! le a6adían colorido y rubricaban esas noches pletóricas de
alcohol! humo! m1sica y seo. 9o puedo borrarlo de mi memoria! en el equipo del orquestín! un
espectáculo aparte lo ofrecía el maraquero! un vie/o parsimonioso y /ovial apodado ,$amote-:
cuando sacudía frenéticamente las maracas! go0aba tanto con la emoción de la m1sica y del
ambiente! que entrecerraba los o/os! congelaba una sonrisa y todo él parecía poseído por un
étasis orgásmico.
)*n los a6os sesenta concurr ir a un burdel era tan normal como ir al cine! al circo! a un
concierto o a la retreta. La mayoría de adolescentes de mi generación (salvando la estricta
vigilancia policial( hicimos nuestro ,debut- seual con una prostituta! en un cuarto
impregnado de olor a ruda y ron de quemar! y con el ronroneo del motor como m1sic a de fondo.
B no nos sentimos avergon0ados (no podíamos( de haber eperimentado esa iniciación seual
bastante precaria y casi siempre insatisfactoria! porque la considerábamos preferible frente a la
alternativa de la torturante abstinencia o la frustrante masturbación. @nclusive nos importaba
poco el riesgo de contraer una enfermedad venérea Dla gonorrea era la más frecuente y sufrir una
,quemada- equivalía a un bauti0o en el ámbito de la virilidad; o el tormento insoportable de las
ladillas. $omo en la década del sesenta ni se so6aba con el flagelo del ida! los burdeles nos
ofrecían! no sólo la oportunidad de un aprendi0a/e y entrenamiento seual que después íbamos a
necesitar! sino la emoción y la ilusión del amor que a1n aguardábamos encontrar y conocer. )*l
incipiente crecimiento urbano de Tru/illo! las que/as de los vecinos de $hicago y el terremoto de
?=V determinaron el cierre definitivo de los tres burdeles y su traslado a ,La $umbre-! un arenal
al norte de la ciudad. *n locales modernos y amplios! el entusiasmo de la antigua clientela y la
costumbre de las ruidosas fiestas en el salón! se mantuvo hasta la década del setenta. Hn sábado!
a fines de la década del ochenta! contándole a un amigo cu0que6o cómo habían sido las noches de
burdel en Tru/illo! lo invité a visitar ,La $umbre-. $uál no sería mi sorpresa! a las once de la
noche! ,*l Guinto 3atio- ofrecía apenas media docena de prostitutas gordas! vie/as y feas. Le
pregunté a alguien que me pareció un empleado del local:
/9P las otras "ueresR
/9Sólo tra(aan veinte 9"e res#on dió9. Las otras ya se fueron. Esta"o s
cerrando.
/9PHoy6 s:(adoR P a $u2 !ora funciona el salónR
/9PSalónR (me respondió mirándome de pies a cabe0a como si yo fuera un gringo o un
marciano(. El salón ya no funciona desde !ace varios a5os6 $ui: oc!o o die
)B agregó:
/9Ese tie"#o se aca(ó6 Psa(eR
)abía! pero no estaba muy convencido. *n el tai! mientras atravesábamos los arenales y
a la distancia se veía Tru/illo como un inmenso en/ambre de libélulas! evoqué la ciudad chata!
peque6a y triste de mi adolescencia cuando vivíamos atemori0ados por la guerra nuclear'
escuchábamos a Los Zeatles! a *nrique 8u0mán' bailábamos tXist' íbamos al cine para
derretirnos con la Zardot' $laudia $ardinale y 5ossana 3odestá' admirábamos al ,$he- 8uevara!
a 3elé! a $assius $lay' leíamos a Mar! a Srishnamurti! a Louis 3aXels y Eacques Zergier! a
Shalil 8ibrán' en fin! cuando podíamos disfrutar de una mu/er sin el temor de contagiarnos con
un virus mortal' cuando a1n no era una locura so6ar con un mundo menos violento y más /usto.
Gué había pasadoU 7donde había volado toda la srcinalidad! la novedad! la calidad y la
emoción romántica de esa épocaU Me vi caminando! adolescente! por la ancha y penumbrosa calle
Eosé 8álve0! mientras desde una cantina se escapaba la taladrante y melosa vo0 de Lucho Zarrios
cantando ,Marab1-:
7diós! ya me quedo sin ti
y así para qué más vivir!
sin ti no podré más luchar
sin ti para qué más vivir
)í! ese tiempo se había acabado. B acabado para siempre.2
Fuentes
La cita de Faulner, en Luis de Paola, 'El escritor en su taller(. La *stafeta
Literaria, >BHH, 9. @,A. _ La cita de García Már1ue, en Plinio )puleyo Mendoa,
'Entre!ista con Gabriel García Már1ue(. Libre, 9. U, Maro, )bril, Mayo, >BHS, H+?.
35ase tambi5n Gabriel García Már1ue, *l 7mor en los Tiempos del $ólera . &ogotá,
Editorial La 2!e-a 9egra, >B?@, >?. _ Na$ael )lberti, La 7rboleda 3erdida. Memorias .
&arcelona, Editorial "ei &arral, >BHH, >>B+>S. _ E. M. Cioran, *nsayo sobre el
3ensamiento 5eaccionario y Atros Tetos . &arcelona, Montesinos, >B?@, S>@. _ Fernando
#ía+Pla-a, Mis 3ecados $apitales. &arcelona, Plaa f an5s, >BHH, >@?. _ Federico Fellini,
7puntes. &arcelona, Muchni, >B?H, BA. _ La cita de 29eill, en Gonalo &ra!o
%abalgoitia, 'En$ermedad de Parinson(. ndice, >BH@, UUHU+UHA, A@. _ Gusta!e
Flaubert, $artas a Louise $olet. 0raducción, prólogo y notas de Ignacio Malaeche!erría.
Madrid, Ediciones "iruela, >B?B, S?S, UUH. _ )lberto Mora!ia, Mi %ida. *n conversación
con 7lain *l&ann. Madrid, Espasa+Calpe, >BB>, S?+SB. _ orge )mado, $onversaciones con
7lice 5aillard. &uenos )ires, Emec5, >BBS, SU, S?U. _ Mario 3argas Llosa, *l 3e0 en el
7gua. Memorias. &arcelona, "ei &arral, >BBU, >B+>>. _ Ma "il!a 0uesta, #otel
ementerio. O3ersión de$initi!a.T 0ercera edición. Lima, Editorial Leo, S, AS+AA. _ Luis
)lberto "ánche, Testimonio 3ersonal. Memorias de un peruano del siglo __. Lima,
Ediciones 3illasán, >BB, I, >@+>B. _ El artículo de More se publicó srcinalmente en
$aretas, >B@A, @H, AU, A, A?. #ieciocho aXos despu5s yo lo !ol!í a publicar, muy bien
ilustrado, en el cuarto nmero de mi re!ista "áscinum, republicación prácticamente
coincidente con la 1ue Aiga hio por entonces. _ Pablo Macera, Las "urias y las 3enas .
Lima, Mosca )ul, >B?U, SSB, nota. _ Guillermo 0horndie, *l 76o de la Zarbarie. 3er1
?FO. Lima, Editorial 9ue!a )m5rica, >BB, UH+U?. _ orge Chá!e Peralta, Los
76os <V: una +écada ingular. 9oticias casi olvidadas acerca de la época más espectacular!
revolucionaria y romántica del siglo veinte. 0ru-illo, S, >H>+>HH.
HI ecuerdos huati2ueros
)P7hora los casados van a tener que prestarQ2
El parro1uiano de /uatica se epresó así, eclamati!o, a1uel mediodía del SH de
-ulio de >B@, en la es1uina de /uatica y S? de ulio, donde estábamos unos cuantos
curiosos !iendo la partida de las ltimas putas. 9os hallábamos $rente a una casa 1ue
había sido construida !eintidós aXos antes y 1ue toda!ía eiste. En la parte superior del
$rontispicio de esa casa, 1ue es la de la i1uierda, si uno mira al "ur, se !e la inscripción
siguiente ?FR.
La putería de /uatica terminó, pues, -untamente con el gobierno de 2dría. "e
había establecido en >BS?, pese a la oposición de Luis )lberto "ánche O5l mismo me lo
di-oT, 1ue era por entonces asesor legal de la Municipalidad de La 3ictoria.
El -irón /uatica, 1ue antes se llamaba S de "eptiembre y hoy se llama
Neno!ación, se inicia al terminar la primera mitad de la 1uinta cuadra de la )!enida
Grau, puesto 1ue Neno!ación di!ide en dos la 1uinta de Grau, y se prolonga siete
cuadras, hasta "ebastián &arranca: siete cuadras 1ue parecen ocho, por1ue la primera se
di!ide en dos cuadritas, separadas por la calle Misti=WD.
En la cuarta cuadra, entre S? de ulio y &olí!ar, estaban las putas caras cobraban
die soles por pol!o: las restantes, cinco. O0ari$a de >B@A.T /abía dos o tres !e-estorios
etran-eros de escasísima clientela: posiblemente sobre!i!ientes del grupo muy
solicitado de polacas y $rancesas 1ue hubo en los inicios. En las dos ltimas cuadras no
había muchas putas, 1uiero decir, de las 1ue atendían hasta la una de la maXana, pero a
partir de esa hora y hasta las cinco de la maXana $uncionaba en la s5ptima cuadra el
establecimiento puteril de Lu Góme, sito eactamente en /uatica H@A y cuyo nmero
tele$ónico era el UB@HH. O35ase la 8uía Telefónica de Lima! $allao y Zalnearios , primera
edición, >B@>, primera columna de la página >>. 35ase tambi5n el libro de Noberto
Prieto "ánche, 8uía ecreta. Zarrios 5o/os y $asas de 3rostitución en la #istoria de Lima .
Lima, Centro Cultural de EspaXa y 7ni!ersidad Nicardo Palma, SB, >BA+S>.T
El horario de atención al pblico era, o$icialmente, de siete de la noche a una de
la maXana: pero, en realidad, a partir de las dos de la tarde, poco más o menos, ya había
algunas mu-eres 1ue o$recían sus ser!icios, esmerándose las pobrecitas en pro!ocarnos
intilmente luciendo sus inapetecibles cuerpos decadentes y otoXales.
9unca !i putas en las maXanas todas dormían: todas las 1ue !i!ían allí, 1ue no
eran todas las 1ue traba-aban. Las residentes pagaban al1uiler mensual: las otras,
semanal o diario. En cada casita había dos o tres mu-eres: muy rara !e una sola.
Era de rigor, Jcómo noK, la presencia del mandadero, 1ue in!ariablemente se
llamaba uan o Pedro: iba y !enía de una parte a otra, incansable: era un moo e$iciente
al 1ue las putas solían mandar a gritos
)PEuan! recoge el baldeQ2
)P3edro! estoy esperando el papel higiénico' ap1rate! puesQ2
El hacernos pasar a las casitas y recorrerlas hasta llegar al cuarto de la ocupación,
con!ersando como buenos amigos: y una !e en el cuarto, la relati!a impremura del
ser!icio, el trato $amiliar, el ambiente hogareXo, todo esto era de !eras solaante.
Acupación, di-e, y di-e bien, por1ue en /uatica, e$ecti!amente, todos nos
ocupábamos, nadie brincaba, y hasta las mismas putas, sobre todo cuando escaseaban los
marchantes, nos decían con algn apremio
)Aye! papito! no quieres ocuparteU %en! pues! te voy a hacer de todo! bien rico! yaU2
) mí me gustaba con!ersar con las putas, con!ersación 1ue era cháchara, desde
luego, pero me gustaba con!ersar con ellas, J8 la de cosas 1ue con!ersábamosK
Necuerdo 1ue una pichona negroide me contó cierta !e 1ue tenía un hi-o llamado
"ig$rido, y yo, J1u5 tal co-udoK, tratando de culturiarla, le di-e 1ue 5se era,
precisamente, el nombre de un drama musical de <agner.
La cháchara calle-era era linda, de pre$erencia en las tardes, a eso de las cuatro,
cuando un "ol sua!ecito entibiaba el -irón y el 1ue esto escribe, -unto a la puerta o
arrimado a la !entana, se entretenía con sus amigas intercambiando tri!ialidades de
marca mayor. "í, amigas, por1ue no se trataba de las puta s de /uatica, sino de mis
amigas las putas. 8 con ser esto distinto, era además me-or.
"in embargo, no por1ue lo $ueran podíamos pagarles despu5s de la encamada:
no, tenía 1ue ser antes: de suerte 1ue, pre!io pago, nos des!estíamos
semicompletamente, sólo de la cintura para aba-o, y ella nos acercaba a la lamparita de
la mesa de noche para inspeccionar el miembro. )probado el eamen, !enía la
ocupación propiamente dicha.
Cuando adornábamos el pol!o con platos, pagábamos naturalmente más. Los
platos eran las poses, el uso de la !ía estrecha y !ecina, y lo 1ue popularmente se
llamaba corneteo y t5cnicamente se llama felación. 7n ser!icio completo incluía !arios
etras y podía llegar a costar cincuenta soles.
Escrita con tia en la puerta, $iguraba a !eces la minuta, encabeada por el
nombre de la o$reciente. Por e-emplo
ES+HE'
3latos y servicio completo
QCorneteo
Q#oy el chico
Poses
Q'El perrito(
Q'Filo al catre(
Q'Piernas al hombro(
7tención esmerada
)l cabo de la -ornada, la amiga traía una palangana con agua tibia, 1ue nosotros
sosteníamos
9os secábamosconcon
ambas manos,
papel mientras
higi5nico. ella -abonaba
#espu5s, y la!aba
a !estirse, y hastaallacombatiente
próima. inalti!o.
9unca me ol!idar5 de esos cuartitos donde se tramitaban los pol!os de medio
Lima. Pintados de rosado, carmesí o aXil, y en algunos casos, prácticamente
empapelados con $otos de mu-eres calatas en poses sugerentes. En un rincón, el primus
in$altable. 8 el olor, Jese olorK, 1ue caracteriaba a los cuartitos, olor a hierbas aromáticas
y alcohol. 8 la msica, Jah, la "onora MatanceraK 9o había puta sin radio y todas
sintoniaban la emisora más populachera, Nadio Libertad. JCómo no !oy a recordar 'El
corneta(, por #aniel "antos, o 'Las muchachas(, por Carlos )rgentino, o
'&urundanga(, por Celia CruK
) estas memorias, muy claras y agradables, sumo de paso la siguiente, de
carácter anecdótico
7n buen
Castellano. día,la allá
Fue en porcuadra,
cuarta >B@S, lo
merecuerdo
encontr5per$ectamente.
en /uatica con mi sorprendió
9o me pro$esor de
mucho el encuentro Oal $in y al cabo, 1ui5n no iba a /uaticaT, pero a 5l sí, y la suya $ue
grandísima sorpresa. J2h, si me parece estarlo !iendo, todo descompuesto e incómodoK
)l buen hombre se le había planteado un problema moral. Pues claro, 41u5 e-emplo era
5ste para la -u!entud6
0rató de eplicarme 1ue no había ido epresamente a ese sitio, sino 1ue )pasaba
por allí2. Fingí creerle, pero 5l reparó en mi $ingimiento y siguió eplicándome. 0otal,
nos dirigimos a un restaurantito cercano de S? de ulio y mi pro$e 1uiso in!itarme un
tamal, sólo le acept5 un ca$5: y casi durante un par de horas me endilgó una perorata
acerca de los incon!enientes y peligros de acostarse con putas.
Lo di!ertido es 1ue aXos despu5s !i a este rectorcillo de moralina en uno de los
corralones de la )!enida M5ico, donde se había establecido el nue!o barrio ro-o.
En lugar de reprobar, o atenuar, o disimular, el lance prostibulario, debió este
pro$esorcito QJhubiese sido más pedagógicoKQ compartir con su alumno la eperiencia
y decirle, por e-emplo
)P$aramba! qué gusto de verlo por acáQ BU $ómo está la puteríaU Hsted ya se ocupóU
9oU 7h! entonces venga conmigo! acompá6eme' vamos a dar un vista0o.2
Pero no ocurrió esto: pudo más la moralina y ese a$án de 1uerer dar e-emplo a la
-u!entud. JMaldita la $alta 1ue nos hacen seme-antes e-emplosK
Corría !álida por a1uel tiempo la creencia de haber mucha peligrosidad en el
mentadísimo -irón 3ictoriano.
)9o vayas a #uatica! te pueden asaltar o cortar' hay hampones! no vayas! ten cuidado.2
)sí se ad!ertía a los -ó!enes, así nos ad!ertían los mayores. 8, sin embargo, la
delincuencia reinante en /uatica era supuesta. Lo comprob5 repetidas !eces
recorriendo el -irón a las horas más peligrosas a las dos de la maXana, a las tres, a las
cuatro, o sea cuando no había el menor asomo de !igilancia policial. 9unca me pasó
nada. 9o digo 1ue la gente de por allí $uese celestial. 0al !e había hampones, uno 1ue
otro, tal !e: pero lo 1ue no había erahampa organi0ada. Eso, no=WD.
Por otra parte, las matonadas no pegaban en /uatica. Necuerdo al respecto haber
!isto un día a dos cabos semiebrios 1ue estaban apro!echando su licencia para hacer lo
1ue les !enía en gana. Insultantes, recorrían el -irón $astidiando a las mu-eres y
pateando las puertas de las casitas. El pblico circunstante $ue indignándose a medida
1ue crecían los abusos. 8 he a1uí lo interesante la indignación popular $ue tanta, 1ue la
gente terminó por apedrear a los dos matones !oci$erantes, 1ue por supuesto tu!ieron
1ue salir disparados.
9i morada de delincuentes ni escuela de carteristas y cha!eteros. 9ada de eso
era /uatica. 48 entonces 1u5 era, el Paraíso6 Pues no, tampoco: pero sí un barrio ro-o
pintoresco 1ue tenía cierto aire ed5nico. Por eso el ingenio de nuestro pueblo,
!ali5ndose del título de una de las películas de ames #ean, había $or-ado el siguiente
chiste en tres actos
3rimer acto: )parece la Plaa Manco Cápac.
egundo acto: )l centro de ella se aprecia la estatua de Manco Cápac.
Tercer 7cto: "e !e al Inca seXalando con el brao etendido.
4Cómo se llama la obra6
Al Este del >ara,so.
E$ecti!amente, Manco Cápac está seXalando -ustamente en dirección a /uatica,
seXala al Este, al Este del Paraíso`
1e$tos multiautorales concernientes a uatica
simpatiquísimo negro que se ufanaba de su apelativo ,Guerubín-' el Tato 'uso y María *sther!
una entonada cantante de valses criollos. Los hombres pertenecían a la undécima cuadrilla de
cargadores del e6or de los Milagros! teniendo el privilegio especial de ser ,esquineros-! y las
mu/eres eran sahumadoras.2
ONal "errano Castrillón, o. c., S@+S.T
)*l Tago Ce#ero ! uno de los hi/os de ,7feitaburro-! lo llevaba continuamente Ka \scar
7vilés a la casa de su novia en La %ictoria! en la 1nica cuadra no corrompida del /irón OV de
etiembre! o #uatica! la que hacía esquina con la calle Misti.2
ONal "errano Castrillón, o. c., @S.T
radio. Guien se sintiese en el paraíso de las huríes mahometanas arrullado por una canción de
María %ictoria! volvía a la triste realidad abruptamente con la eplosión de un fo4trot! y tenía
que ale/arse del lugar pagando la tarifa y sin cumplir con su l1brica intención.
)$uando un /oven0uelo terminaba satisfactoriamente la tarea! vencido el trance nervioso!
podía apreciar sólo entonces con tranquilidad el movimiento de la calle y el aspecto de la gente.
*staban los meditabundos! los filosóficos! los montubios! que caminaban con las manos en los
bolsillos! capaces de desarrollar complicadas tesis sobre el amor y el erotismo! parientes cercanos
del lobo estepario. Atros observaban a las mu/eres con codicia! acercándose a ellas! comiéndoselas
con los o/os' se les apodaba ,Mirandas-! /amás rindieron culto a %enus y eran sospechosos de
onanismo.
)Los había negros gritones y revoltosos! de vulgaridad ostensible incluso en aquel lugar
de por sí ordinario. *istían también persona/es acicalados con temos domingueros! bigotito de
cantante de boleros! pantalones tubos y chaquetas hasta la rodilla' los 0apatos eran de dos colores
y el sombrero! adornado con plumita! imitaba la moda del pachuco me/icano representado por el
cómico ,Tintán-. *l futbolista 8ermán $alonge Ko me/or dicho! 8ermán $olunga era el
abanderado de estos ,elegantes-.
)Eóvenes ambulantes de ambos seos ofrecían cigarrillos y preservativos. 0-e(e6 e(e6
e(e8! voceaban los vendedores! pues la palabra condón hubiese sido chocante! incluso en ese
ambiente.
)Los cafichos eran una suerte de administradores de las meretrices! y los más eitosos
tenían a su cargo hasta media docena de mu/eres. %endían protección. También se definían como
,maridos-. e sentían seductores! y posiblemente lo fuesen a esos niveles. e creían valientes!
pues no sentían reparos en enca/arle un par de bofetadas a cualquiera de sus pupilas. u orgullo
radicaba principalmente en su condición de prósperos mantenidos.2
O)lberto Massa Gál!e, $on A/os de $ocodrilo . =LimaD, Ediciones Pá-aro )ul,
>BBH, >H+>HU.T
Elo" áuregui
[*l /irón 5enovación Kantes #uati ca es un ta/o cicatri0ado en el mismo vientre el
distrito de La %ictoria. 9ueve cuadras son suficientes para eponer la filosofía y la polisemia del
barrio. B el barrio (seg1n los fastos de las ciencias sociales( es el espacio controversial de su
cultura! su economía y su leyenda. *l /irón 5enovación tiene la m1sica latina como marco
cultural! e/erce el mercadeo de la pasta básica de cocaína (básicamente desde las seis de la tarde
( como uno de sus e/es económicos y fue Des; habitado por persona/es del hampa! la vida alegre!
los ba/os fondos! la bohemia! el acero criollo y el f1tbol.
[Lima! ?R! se acaba la egunda 8uerra Mundial. *n las primeras cuadras operaba el
lupanario central de la capital. *l /irón se llamó entonces OV de setiembre! pero tiempo después
fue simplemente #uatica! porque el acequión del mismo nombre lo hería a la altura de la sétima
man0ana.
[Las prostitutas ,se vivían- en peque6as casas con lamparines ro/os! con ventanas como
escaparates! donde se mostraban sin refa/os sus encantos corpóreos. Las había etran/eras (las
francesas! las chilenas! las argentinas( y nacionales. Las ofrecían de varias edades! n1biles!
maltoncitas! duras o blanditas.
[Las crónicas de la época cuentan de batidas y crímenes. *l lugar sin límites era refugio
también del lumpena/e capitalino. +elincuentes del bravo y de toda cala6a convivían con cadetes
de Leoncio 3rado (seg1n Mario %argas Llosa(! se6oritos de barrios clasemedieros con
estibadores y catchascanistas! con centros !alfs de equipos de egunda.
=`D
[+esde la avenida 8rau! la calle trasuntaba lu/uria de pobre y esco0or en los rescoldos de
las ingles. *ra la Lima de la pichicata! la butifarra y el chilcano $uatro Zocas.N
OEloy áuregui, Hsted es la $ulpable. $rónicas periodísticas . Lima, Car!a-al, ". ).,
#i!isión de la Editorial 9orma, SA, S@+S.T
9ota 'inal
En la re!ista $aretas del S> de octubre del SA, 9. >?A@, página @, se publicó
una antigua $otogra$ía, muy interesante y tal !e nica, del -irón /uatica, 1uiá de los
primeros aXos de la d5cada de >BU, cuando an se podía !er el río adyacente del
mismo nombre, aun1ue en realidad lo 1ue se aprecia es un simple riachuelo.
HII 3ia.e macro'alosomial
9oticias " comentarios sobre la dimensión genital
masculina magnitud ma"or
)%enta/a! y no peque6a! tengo en mi cara/o: ninguna mu/er puede resultarme demasiado ancha.2
O>ria#eos! >?.T
)Los hombres que tenían un pene peque6o le pedían a 5ucanacoto que se los agrandara. ^ste! por tener un pene
grande' consiguió una ve0 satisfacer plenamente a $haupi6amca.2
OGerald 0aylor, 'itos y +radiciones de Huaroc!ir,! c.>, !!. SS+SU.T
)e6ora! sabed de cierto que podedes bien a osadas medir nueue o die0 pulgadas en mi mango gruesso e yerto'
KC.2
=Cancionero de aena, composición >A, !ersos @H+.T
)an Eorge! ya te lo he dicho! gusta de que la mu/er aguante sin inmutarse ocho pulgadas o die0C2
8ero!i.T OLa )badesa a #oXa In5s, en la primera escena del 1uinto acto de la 3arodia de +on Euan , de Leonidas
)*s el me/or de los buenos quien sabe que en esta vida todo es cuestión de medida un poco más algo menos.2
O)ntonio MachadoT
El macro'alo homicida
7na de las historias de la India milenaria asegura 1ue srcinalmente el $alo era
tan grande, 1ue el hecho de estar la mu-er a cien metros de distancia no impedía el
ayuntamiento.
)demás de ser la suya magnitud $ormidable, sorprendía hasta el pasmo su
$ortalea. Miguelangelesco, pasmaba tambi5n su mo!ilidad.
Cierto día, este respetabilísimo seXor horada la pared de una casa, ingresa en
ella, tumba a la moradora, pen5trala incontenible hasta el recodo de la garganta, dobla,
alcana la boca y, cual boa hematopinta, desemboca ensangrentado y se dirige presto a
la cocina: allí destapa la olla, ambulle la cabeota en ella, y de un tirón, goosamente,
la !acía de la rica sopa. )ntes de retirarse, mata, o más bien, remata, a su !íctima.
Indignadas sobremanera por seme-ante delito, las mu-eres salen en tropel para
castigar al asesino, 1ue por su gigante se las !e negras para esconderse. 9o tardan,
pues, en encontrarlo y en un santiam5n lo acorralan. Nabiosísimas, le pegan un re!olcón
$ren5tico: lo cortan y punan Oiban armadasT, lo abren y traspasan Oarmadas de
cuchillosT, lo tasa-ean de lo lindo Ocuchillos $iludísimosT.
#es$alleciente, culebrea el titán acuchillado, al paso 1ue las $urientes !engadoras
se ceban en 5l.
/ubo por $ortuna un pedao, uno solo, el nico 1ue el hombre logró e!itar 1ue le
cortaran: precisamente el 1ue toda la humanidad tiene ahora.
Por eso, y así termina la historia, hoy el miembro mide solamente un palmo de
etensión. O=>AD, >@.T
8 generalmente, ni eso: pero el de Nosendo mide más, y como el suyo, el de
otros, 1ue sobrepasan largamente los S> centímetros del palmo.
#asuística macro'alosomial
En la casuística macro$alosomial de #icinson se registran dos miembros de once
pulgadas y tres cuartos OCharpy y ]inseyT, uno de trece pulgadas y tres cuartos
OCharpyT, y otro, el príncipe, de catorce pulgadas. O=>>D, $iguras >>S y >>U.T Las
e1ui!alencias centim5tricas de #icinson son 5stas U, U@ y U centímetros,
respecti!amente.
Creo 1ue este pene de >A pulgadas, el más largo de 1ue se tenga registro
$ehaciente, es el mismo 1ue cita 2li!en, suponi5ndolo con raón consecuencia probable
de un trastorno pituitario. O=UD, >?>.T
Magnitud normal
Las longitudes antedichas son atípicas. La longitud promedial del pene humano
erecto es de >A a > centímetros, en medición dorsal desde la super$icie de la piel del
ángulo peneano+pbico hasta la punta del glande. La circun$erencia promedial, tomada
en la mitad del miembro, es de B a >S centímetros.
Ruienes tengan por escasas estas medidas normales, sepan 1ue la magnitud
peneana
el hombredel ser humano
)prefiere atribuiresin/ustamente
mayor 1ue este
la dehonor
cual1uier otro primate.
al vigoroso Como
gorila2 , pero dice Morris,
lo cierto es 1ue
)la especie =humanaD tiene el pene erecto más largo de todos los primates actuales2 . O=SHD, >@,
HU.T
Masters y ohnson, los respetables seólogos del *stablishment, muy admirados y
solicitados por las pare-itas conyugales, se a$anan en con!encer a la !asta grey de
ignorantes y ansiosos de 1ue el tamaXo del miembro no interesa. Por eso no tu!ieron
reparo en cometer la siguiente omisión punible, con$esada por el propio Masters
)$uando publicamos 'es#uesta Sexual Hu"ana (dice Masters(! omitimos
deliberadamente la información relativa al tama6o promedio del miembro. #asta cierto punto
esperábamos neutrali0ar el concepto de que el tama6o del pene es fundamental en la respuesta
seual.2
3etersen! que entrevistaba al d1o de )epertos2! comenta sobre el particular: )in
embargo! ustedes sostienen que los hechos son la 1nica manera de combatir los pre/uicios. *n
este aspecto! no se están portando como científicos.2
7 esto responde Eohnson lo siguiente: )9o publicar los datos es el punto de vista de Zill!
y yo lo entiendo. 3ero creo que lo que usted dice es eacto' no es científico. *stamos más
comprometidos con la prevención que con la ciencia pura de la información. Bo estoy
genuinamente enamorada de la información' quiero saber cualquier cosa! todo lo que me sea
posible. 3ero cuando usted ve la increíble susceptibilidad de la gente respecto a lo que debe hacer
y alo que sucederá si no lo hace! no queda otra cosa que desarrollar un instinto de protección.2
)$reo que si publicáramos el tama6o (se6ala Masters(! el resto de la investigación
sería in1til. Todo el mundo empe0aría a usar una regla. B eso sería el principio del camino a la
impotencia.2 DKFO! >! <V.;
JRu5 tal estupideK 4Pero 1u5 creen Masters y ohnson, 1ue el uso de la regla
depende de lo 1ue ellos digan6 9adie se ha pri!ado de usar la regla esperando la !enia
aprobatoria o -usti$icante de los neopuritanos Masters y ohnson.
Magnitud subnormal
48 el micro$alo6 Pues tenerlo, segn "toes, no debiera deprimir ni acomple-ar,
habida cuenta de 1ue eista amor y comprensión en la pare-a, cordialísima armonía y
mucho a$ecto, con$iana, entendimiento: en $in, todo eso, 1ue no es poco. O=UBD, AS?.T
)m5n de 1ue 1uiera la suerte, agregaría yo, 1ue nunca conoca la mu-er otro pene 1ue
el penecillo de su adán: por1ue si no, en conociendo distinto miembro, comprobaría 1ue
el gusto deparado por la palomita conyugal, es sólo gustillo $rente a otros 1ue causan
!ariedades columbinas impe1ueXas. Las pe1ueXas, además, srcinan ocasionalmente
$ranca desestimación, segn lo epresa esta declarante del In$orme /ite
)Los Kpenes que son cortos y peque6os me inspiran desprecio hacia su propietario. KC
3ara mí es una decepción descubrir que un nuevo amante lo tiene peque6o. *ntonces tengo la
seguridad de que no podrá satisfacerme. KC Me agradan los penes grandes! aunque no
demasiado.2 DKO! ?4?O.;
La more4than4average houseXife del estudio de los ]ronhausen, declara esto
)7lgunos dicen que el tama6o no importa! pero les aseguro que a mí me importa.
iempre han sido hombres bien dotados los compa6eros coitales con los que he sentido más
cercano el orgasmo.2 DKOO! =.;
La pe1ueXe $álica no es indicati!a, necesariamente, de pobrea copulatoria.
"al!o 1ue sea etrema: digamos, ni > centímetros en estado de erección. La seXora
cuyo marido tiene un pene así, declara $rancamente en el In$orme /ite 1ue cuando ella,
por la cercanía del orgasmo, comiena a mo!erse más, el miembrillo Ono con$undir con
membrilloT de su consorte )frecuentemente se sale! y eso echa a perder todo el placer2 . O=S>D,
S?+SB.T
5ufino Zlanco "ombona dividía a los escritores insignificantes en cor#Nsculos y
"icro(ios. )Bo puedo ver (decía(! aun sin quererlo! a un corp1sculo como Linares 5ivas!
pero mis lentes no son microscopios para descubrir microbios Kcomo anchi0.2 DK?! F.;
"e me !iene a las mientes 1ue de un pa-arito de >S centímetros, por e-emplo, se
podría decir 1ue es uncorp1sculo, y de uno menor, un microbio.
)un1ue la grandea no es necesarísima, ni la pe1ueXe, maldita, lo cierto es 1ue
hay atributos de largor pasmante, y cosillas apenas perceptibles, 1ue $uncionalmente
son, los primeros, de primera, y las otras, de$icientísimas o nulas.
Pareciera 1ue en esto es menester no ponerse gracianesco, por1ue está !isto 1ue
lo bueno, si bre!e, no es dos !eces bueno. 7na, si acaso, pero generalmente desir!en las
)quintas esencias2 encomiadas a otro propósito por &altasar: y al contrario, sir!e y hasta
persir!e el )hombre largo2 1ue Gracián desestima.
El 'alo di%ino
Comenó en la India mi luengo !ia-e, y ahora, al cabo de 5l, !uel!o a ella: !uel!o,
por1ue es de la India la historia 1ue he de contaros.
El día primordial de la Creación, in illo tempore , discutían 3ishnu y &rahma
acerca de su origen. "e a$anaban, disputantes, por establecer, y pronto, a 1ui5n
correspondía la precedencia y de 1ui5n era la indiscutible primacía.
Estaban en$rascados en esta contro!ersia, cuando !ieron 1ue a su lado se erguía,
ma-estuoso, un $alo resplandeciente y de dimensiones tan colosales, 1ue uno de sus
etremos se hundía en el !asto oc5ano y el otro, atra!esando las nubes, se perdía en el
cielo in$inito.
#eslumbrados por la magni$icencia del $enómeno, &rahma y 3ishnu cesaron de
discutir y se preguntaron 1u5 signi$icaba la aparición de a1uel $alo luminoso y
aparentemente interminable.
)Lo primero que tenemos que hacer2! di/eron! )es averiguar la verdadera longitud del
impresionante linga"2.
Entonces 3ishnu, con!ertido en boa, se sumergió en el oc5ano para alcanar la
base del portentoso miembro: y para alcanar el otro etremo, &rahma, con!ertido en
cisne, emprendió el !uelo.
0ranscurrieron !arios aXos y 3ishnu seguía buceando, pero sin 1ue $ructi$icara la
diligencia. La base del lingam no era !islumbrable ni por casualidad. Considerando,
pues, intil cual1uier es$uero ulterior, retornó 3ishnu para encontrarse con &rahma y
con$esarle el $racaso de su misión.
La de &rahma, en cambio, había resultado eitosa. )5econo0co2, di-o &rahma, )que
el linga" es muy grande! pero no lo es infinitamente' tiene cima y os confieso que llegué a ella
luego de muchísimo volar2 . #icho esto, 3ishnu no tu!o más remedio 1ue aceptar la
superioridad de &rahma.
Pero he a1uí 1ue aparece en ese momento "hi!a, el mismísimo teniente del $alo
$antástico: y "hi!a eige a &rahma perentoriamente una prueba de haber alcanado el
etremo, de haber llegado, como decía &rahma, a la cumbre o cima del colosal atributo.
&rahma se con$unde, no sabe 1u5 decir, tartamudea. Ello bastaba era el mentís de su
pretensión. Entonces, por $alsario, "hi!a le cercena una de sus cinco cabeas y $elicita
e$usi!amente a 3ishnu por haber sido tan honesto. O=AD, >>U+>>A.T
En el principio, no $ue pues el 3erbo, sino el Lingam, el $alo di!ino, interminable
y eterno.
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#oda
El !iernes S> de enero del S@, en un con!ersatorio sobre prostitución celebrado
en la Municipalidad de Lince, oí decir al doctor )rtidoro Cáceres 3elás1ue 1ue 5l
había medido un pene de U? centímetros, cuyo propietario era un moreno de La
3ictoria, muy solicitado por !arios hombres y mu-eres gustadores y aun amantes de lo
insólito.
Espigo de un libro reci5n publicado de Car!allo lo siguiente
)*l ba6o de profesores estaba ocupado. #e ido al de los alumnos y estaba orinando
cuando entró un peque6o de nueve a6os y se puso a mi lado. @neplicablemente he sentido pudor!
incomodidad. B no sé por qué he recordado el inicio de la autobiografía del escritor y poeta inglés
E. 5. 7c&erley: 0El #ene de "i #adre "ed,a treinta cent,"etros y "edio8 2 D$onstantino
$arvallo 5ey! +iario educar. Tribulaciones de un maestro desarmado. Lima! 7guilar! 8rupo
antillana! OVV! >?.;
HIII 4#uántas horas diarias es soortable un
ser humano6
En relación presencial, cara a cara, uno puede soportar a otro ser humano dos o
tres horas seguidas: y tres o cuatro si 5stas no son seguidas, sino espaciadas. Lo cual
rige para las relaciones normales y cotidianas con $amiliares, amigos y pare-as estables.
9o rige para las relaciones especiales y desorganiantes en 1ue hay pasión,
deslumbramiento, admiración, obstinación, arrebato, obcecación y $renesí: !erbigracia,
el enamoramiento, 1ue implica un r5gimen atencional completamente anómalo.
0ampoco rige la cuantía de horas mencionada en el inicio de este párra$o para los casos
de seres humanos aburridos y pat5ticamente despro!istos de !ida interior 1ue se
renen horas de horas para mitigar su tedio.
El gran poeta italiano Giacomo Leopardi O>HB?+>?UHT di-o la siguiente $rase
c5lebre 1ue a mi -uicio es !erdad aiomática
)9o hay nada más raro en el mundo que una persona habitualmente soportable.2 K]
ean+Paul "artre soportaba muy poco a los hombres y muchísimo a las mu-eres, y
ello me etraXa, sal!o 1ue las tales hayan sido como la &eau!oir, o si no precisamente
como ella, al menos parecidas.
)$on los hombr es (dice artre(! una ve0 que se ha hablado de política o de algo
parecido! gustosamente me callaría. Me parece que la presencia de un hombre durante dos horas
en un día! aunque no vuelva a verle al día siguiente! es más que suficiente. Mientras que con
una mu/er eso puede durar todo el día y además continuar al día siguiente.2
ulio Namón Nibeyro embrutecía si estaba más de tres horas con los seres
humanos.
)é por eperiencia (confiesa 5ibeyro( que no puedo soportar la presencia de una
persona más de tres horas. 3asado este límite! pierdo la lucide0! me embrute0co! las ideas se me
ofuscan y al final! o me irrito o me quedo sumido en un profundo abatimiento.2
)7lg1n día anali0aré con calma los orígenes de mi incapacidad para la vida social. Me
gustaría determinar la época eacta en que comien0o a sentirme incómodo entre mis seme/antes!
a sufrir su presencia como una agresión! a buscar la soledad y el silencio. i me remonto a los
a6os de mi infancia! descubro que mi reserva y mi hermetismo son tan antiguos como mi uso de
ra0ón.2
#oda
En un teto unamuniano 1ue se titula 'Leyendo a Flaubert(, don Miguel se
epresa como sigue
)í' comprendo! más que comprendo! siento! ese sentimiento que en ouvard et
>ecuc!et le hace decir Ka "laubert:
),*ntonces se les desarrolló una lamentable facultad K une facult2 #itoya(le! la de ver
la estupide0 y no poder tolerarla.-
)*n francés tiene más fuer0a la palabra ([tise Knecedad! tontería! estupide0.
)B en >> escribía K"laubert a su amiga "ada"e 5oger des 8enettes: ),#e pasado dos
meses y medio absolutamente solo! como el oso de las cavernas' y! en suma! perfectame nte bien'
verdad es que no viendo a nadie no oía decir tonterías. La insoportabilidad de la tontería humana
ha ll egado a ser en mí una enfer"edad! y aun me parece débil la palabra. $asi todos los
humanos tienen el don de exas#erar"e y no respiro libremente más que en el desierto.-2
)Lo comprendo y aun diré más! aunque se me tome a petulancia: cono0co esa enfermedad.
)KC Me ocurre lo que al pobre "laubert: no puedo resistir la tontería humana! por muy
envuelta en la bondad que apare0ca. +ios me perdone si ello es algo perverso! pero prefiero el
hombre inteligente y malo al tonto y bueno. KC2
)*l trato con seres humanos (escribe 9iet0sch e( es para mí una prueba nada peque6a
de paciencia. Mi humanitarismo no consiste en participar del sentimiento de cómo es el hombre'
sino en so#ortar el que yo participe de ese sentimiento. Mi humanitarismo es una permanente
victoria sobre mí mismo.2
Fuentes
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edición. &arcelona, Editorial Gusta!o Gili, ". )., >B, s. v. '"ociabilidad(, @?Ua. _
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La Tentación del "racaso. +iario personal! ?V4?<V . Lima, aime Campodónico, >BBS, >>S,
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Ediciones, >B@?, II, >UB+>A. _ Friedrich 9ietsche, *cce #omo. $ómo se llega a ser lo que
se es . 0raducción, Introducción y 9otas de )ndr5s "ánche Pascual. Madrid, )liana
Editorial, ". )., >BH>, UU.
HI3 La Iglesia #atólica " la ena de muerte
4De'ensa insólita6
)7unque pare0ca insólito Qdecía el encabeamiento de una noticia publicada en
un diario localQ, obispo defiende la pena de muerte.2
"5ame permitido aclarar 1ue tal de$ensa no es insólita: todo lo contrario, es sólita,
y lo demostrar5 inmediatamente.
"egn la doctrina tradicional de la Iglesia Católica, la pena de muerte no
contradice la ley di!ina, aun1ue tampoco es estrictamente necesaria: su necesidad
depende de las circunstancias. Cuando 5stas la -usti$ican, se aplica.
*El arreglito+
) la pare-a celosa, o bien la toleramos Otolerancia 1ue )dler llamaba )el
arreglito2;, o bien la mandamos al diablo. Lo usual es )el arreglito2, es decir, la relación
contrahecha y dependiente. Nenunciamos, pues, a ser comensales y nos !ol!emos
simbiontes.
En biología, comensal es el organismo 1ue !i!e con otros en el mismo hueco,
concha o aposento, pero independientemente' en cambio, los simbiontes u organismos
simbióticos establecen siempre relación dependiente, o por me-or decir, archidependiente'
!erbigracia, la relación de ciertas bacterias $i-adoras de nitrógeno con plantas
leguminosas: relación 1ue !endría a ser, por su etrema simbioticidad, como la relación
humana sádico+maso1uística.
Cercenati!os e!identísimos de la libertad indi!idual, los celos descansan sobre la
premisa in$antil y primiti!a en cuya !irtud )T1 eres mía y sólo mía2 , o )T1 eres mío y sólo
mío2.
Claro 1ue si la libertad Onuestra propia libertadT no nos interesa, entonces no son
!itandos los celos, sino inme-orable muestra de a$ecto e inclusi!e seXal palmaria de
de!oción.
El predominio de la estupide llamada celos, el pre!alecimiento de este mandero
de in$ortunios, re!ela 1ue continuamos siendo, respecto al seo y el amor, de una
elementalidad impresionante. Cuánta raón tu!o por eso /ooton cuando de$inió al
hombre de la siguiente manera
)Hn ser con el que todo mono que se respete rehusaría la hipótesis de un parentesco
ancestral.2
4&on modi'icables los celos6
Creo 1ue los celos, en perspecti!a antropológico+sociológica, son modi$icables si
se producen mudanas substanciales en el "istema o *stablishment' y hasta eliminables,
si se cambia de plano el "istema.
Pero mientras sigamos con el mismo guión, mientras no sea otro el libreto,
seguiremos celándonos, esto es, suponiendo, como decía el cáustico escritor
norteamericano /enry Louis Mencen, 1ue hay gente 1ue tiene tan mal gusto como
uno.
Creo 1ue cambiar el guión sería, si no arduísimo, imposible. &aste decir, para 1ue
descuelle la imposibilidad, 1ue tendríamos 1ue reba-ar grandemente la importancia
desmesurada 1ue hemos dado a la persona y al amor. 9inguna otra cultura, sólo la
nuestra, otorga tantísima importancia al ser humano ni ensala tanto el amor. Lo uno y
lo otro son importantes, claro está, pero no son etraordinariamente importantes. La
suposición de 1ue lo sean es una ocurrencia occidental 1ue en otras culturas resulta
absolutamente incomprensible.
H3I estos masculinos
La persona en$urecida, 1ue en su $uror cierra las manos y las contrae
$uertemente, es por lo general de seo masculino, por1ue el hombre, cuando pelea, lo
hace, entre otras cosas, con los puXos, y por eso da puXetes y puXetaos.
La mu-er en$urecida, en cambio, araXa, -ala los pelos, abo$etea, pero no suele dar
puXetaos, ya 1ue para eso tendría 1ue $ormar puXo, y el $ormarlo no es gesto
$emenino, sino !iril. 8 si bien es cierto 1ue hay mu-eres 1ue boean, son muy pocas y
desde luego escasamente $emeninas. El boeo las des$eminia, puesto 1ue la
reciedumbre y las trompadas no son propias de la mu-er.
2tro gesto casi eclusi!amente masculino es enseXar los dientes cuando se
produce el en$urecimiento.
La mu-er en$urecida casi nunca los enseXa. Cuenta el $isiólogo ingl5s Charles &ell
1ue el gran actor Cooe sabía epresar el odio más !iolento mirando de soslayo,
oblicuamente, y le!antando de un solo lado el labio superior, de modo 1ue descubría
un diente cortante y puntiagudo. Era la mostración del canino. )lgo muy parecido se
obser!a en el perro 1ue gruXe y 1ue suele alar el labio del lado desde el 1ue mira a su
ad!ersario. O35ase, al respecto, el d5cimo capítulo de la obra de Charles #arYin, La
*presión de las *mociones en el #ombre y en los 7nimales.;
Es interesante notar el hecho de 1ue en la mu-er hay un predominio en el
desarrollo de los incisi!os sobre los caninos. En el hombre, al re!5s. Este mayor
desarrollo de los caninos en el hombre se relaciona, posiblemente, como dice Gregorio
MaraXón, con la disposición especí$ica del seo masculino para la lucha corporal, 1ue
primiti!amente se haría, en parte, a dentelladas.
0ampoco es comn 1ue las mu-eres escupan por el colmillo, sal!o las muy
engalladas, !oci$erantes y despreciati!as, y 1ue casi siempre son mu-eres del pueblo.
Escupir por el colmillo es acción predominantemente masculina. Luis )lberto
"ánche nos ha de-ado sobre el particular una mención interesante al describirnos a don
uan "egura, padre del $amoso comediógra$o. La descripción es como sigue
)Eunto con la decorativa /ineta de su grado! usaba el requintado chacó matonesco y el
respectivo escupir por el colmillo! que tanto contribuyen a dar autoridad visible a quienes no
quisieran resignarse a la Kautoridad efectiva de su investidura.2 DLuis 7lberto ánche0! *l
e6or egura! #ombre de Teatro. %ida y obra! con tetos y documentos srcinales. egunda
edición. Lima! Hniversidad 9acional Mayor de an Marcos! ?=<! F.;
En 'El delegado de los simios(, de Fernando Nomero, un mono de los llamados
gua#os! )escupe por el colmillo2. OCf. os5 )ntonio &ra!o, "undadores de la 9arración en el
3er1! nacidos entre >V4?V . Lima, Fondo Editorial del &anco Central de Neser!a del
Per, >BB?, U@U.T
#ice C5sar 3alle-o lo siguiente, en un artículo de >BS
)La m1sica allí Ken el ballet )Eac&2! de *ri& atie gesticula! hace barra! se muerde el
codo! calla o ,escupe por el colmillo y mea contra el viento-! como diría 3ercy 8ibson.2 D$ésar
%alle/o! Abras $ompletas. 7rtículos y $rónicas D?>4?F?;. 5ecopilación! prólogo! notas y
documentación por Eorge 3uccinelli. Lima! Zanco de $rédito del 3er1! ??=!=V.;
En carta $echada en París el SB de no!iembre de >BS y dirigida a Manuel )ntín,
ulio Cortáar se epresa como sigue
)B bueno! qué le vamos a hacer. #ay baldosas y baldosas. Ba se sabe que algunas no se
de/an pisar sin echarte un chorrito de agua sucia por adentro del pantalón. *se pobre Eorge "raga
hi0o lo que pudo por ser una buena baldosa! pero salió de las que escupen por el colmillo.2 DEulio
$ortá0ar! $artas. *dición a cargo de 7urora Zernárde0. Zuenos 7ires! 7lfaguara! OVVV! @! >.;
#on Pedro Pa "oldán y 7nanue, alias 'uan de )rona(, en un teto de >??U,
titulado '3i!ir Jes de$enderseK(, menciona a unos peones 1ue obser!an ()escupiendo
por el colmillo2( 1ui5n entra y 1ui5n sale de las casas. O Cf. 7ntología de 3edro 3a0 oldán
y Hnanue . Estudio y "elección de Fernán )ltu!e+Febres Lores. =LimaD, Editorial Ruinto
Neino, S@, HB.T
'El 0unante( Gamarra, en su artículo 'El por1u5 de algunas candidaturas(, dice
)el hi/o diputado! el sobrino diputado! todos diputados y escupiendo por el colmillo2. O)belardo
Manuel Gamarra, alias 'El 0unante(, *n la $iudad de 3elagatos. "elección, Prólogo y 9ota
&io+bibliográ$ica de Edmundo Corne-o 7. Lima, Ediciones Peisa, =>BH@D, AU.T
"e me !iene a las mientes la comparación $ácil de ser el sali!ao mani$estación
eyaculatoria. Es otra manera de darla. Es tiro pol!esco, !aciamiento o !aciada. 8 por
supuesto epresión de mache.
En una a!eriguación hecha por el psicólogo )le-andro Ferreyros entre alumnos
uni!ersitarios, 5stos mani$estaron, inter alia, 1ue los hombres suelen escupir en la calle,
pero 1ue las mu-eres rara !e lo hacen.
)"ue consensual la idea (dice "erreryros( de que una mu/er que escupe sería percibida
invariablemente como ,machona- Dno lesbiana; y que sería intimidante y virtualmente
peligrosa.2 D7le/andro "ereyros! )%ivir en cana2. Guehacer! OVVO! setiembre4octubre! 9. F>!
=b.;
)demás, y $inalmente, cuando las mu-eres escupen en la !ía pblica, lo hacen
ba-ando el tronco y la cabea, es decir, se inclinan para escupir: el hombre, no.
H3II Pesante e imesante
)orges " la solide o macice de los antiguos globos
terrá2ueos
orge Luis &orges re$iere 1ue cuando $ue director de la &iblioteca 9acional, lle!ó
a su casa un globo terrá1ueo 1ue había pertenecido a os5 Ingenieros y 1ue la hi-a de
5ste, Celia, había regalado a &orges.
La re$erencia !iene a colación por1ue el tal globo era macio, de madera, lo cual
induce a pensar 1ue, en general, el mundo era antes más sólido. Los uni!ersos 1ue se
$abrican ahora, dice &orges, son de material plástico y se tumban al menor soplo. El
mundo, e$ecti!amente, parece tener hogaXo menos peso 1ue antaXo: es decir, menos
pesante0' peso es pesante, y pesante, gravedad, y 5sta, la cualidad por la 1ue todo
cuerpo propende a dirigirse al centro de la 0ierra, cayendo hacia 5sta siempre 1ue se
remue!e el obstáculo 1ue lo detiene o la causa 1ue lo impide. La $uera con 1ue un
cuerpo es atraído hacia el centro de la 0ierra constituye su peso, el cual, en un
determinado lugar, es proporcional a la masa de a1u5l. &ien dice el 3eque6o Larousse
$ientífico 1ue la noción 1ue nos es $amiliar con el nombre de peso, no es sino la
mani$estación de la atracción 1ue el globo terrestre e-erce sobre los ob-etos.
#oda
O.os luteranos
)3ero lo que más impresionaba del rostro de Lutero no podría haberlo captado nunca la
paleta de un pintor: el brillo de sus o/os oscuros! que unos consideraban demoníaco y otros
angelical.
no se podíaHno de sussucontemporáneos
sostener afirma
mirada-.2 D#anns queLutero.
Lil/e! ,fulguraban y refulgían
Zarcelona! alvat!como unaeca
Zibliot estrella!
alvatyde
8randes Ziografías! ==! ?><! ??.;
O.os balacianos
)*n cuanto a los o/os Kde Zal0ac! nunca han eistido otros seme/antes. Tenían una vida!
una lu0 y un magnetismo inconcebibles. 7 pesar de las vigilias de todas las noches! su esclerótica
era pura! límpida! a0ulada como la de un ni6o o de una virgen! y recuadraban dos diamantes
negros que fulguraban a veces con espléndidos refle/os de oro: eran unos o/os capaces de hacer
ba/ar la vista a las águilas! de leer a través de las paredes y de los pechos! de derribar a una fiera
furiosa! Zuenos
Zal0ac. o/os de7ires!
soberano! de vidente!
*ditorial de domador.2
8lem! ?RF! F>4F?.; DTeófilo 8autier! Madama de 8irardin y
O.os hitlerianos
)Las ra0ones de su facultad Kde la facultad de #itler de influir en los demás Dque es
naturalmente el talento esencial de los demagogos; son m1ltiples.
)+ebemos pensar! ante todo! en lo que ha solido llamarse su "agnetis"o! que seg1n la
mayoría de los observadores estaba en sus o/os. KC #ay cierto n1mero de noticias que muestran
que inclusive las personas predispuestas contra él se convertían s1bitamente cuando #itler las
miraba directamente a los o/os. KK]
)#ay muchos documentos en que se mencionan las propiedades magnéticas de sus o/os.
$omo yo nunca lo vi sino en fotografía! que sólo da una idea muy vaga de esa propiedad especial!
lo 1nico que puedo hacer es especular acerca de dicha propiedad.
)Mi especulación se facilita por una observación que se hace frecuentemente respecto a
las personas muy narcisista s y sobre todo fanáticas! que suelen tener un brillo particul ar en los
o/os! brillo que les da una apariencia de gran intensidad y gravedad! de algo etraterrenal.
)+e hecho! muchas veces es difícil distinguir entre la epresión de los o/os de un hombre
muy serio! casi santo! y la epresión de los o/os de un gran narcisista! incluso medio loco. La
1nica cosa que los distingue es la presencia (o ausencia( de cordialidad y de calor. 7hora bien:
todos los datos concuerda n en que #itler tenía los o/os fríos y toda la epresión de su rostro era
fría' había en él una ausencia total de calor o sentimiento.
)*ste rasgo podría tener un efecto negativo (como lo tuvo en muchos casos( pero a
menudo refuer0a el poder magnético. La crueldad fría y la falta de humanidad en un rostro
produce temor' uno prefiere! antes que admirar! espantarse. La palabra que me/or puede describir
esta me0cla de sentimientos es ,pavor- o ,espanto- D a%e;' es algo terrible! temible! pero también
imponente! que nos infunde un temor reverencial. *n hebreo! la palabra nora! tiene casi el
mismo doble significado que el inglés a%eB se emplea para designar uno de los atributos de +ios
y representa una actitud arcaica en que +ios es simultáneamente horrible y sublime.2 D*rich
"romm! 7natomía de la +estructividad #umana. Méico! iglo %eintiuno *ditores! . 7.!
?=R! RV? y nota O>.;
HIH *La mantida readora+
#ice Eguren lo siguiente, en 'La noche de las alegorías(
)e percibe de hora en hora Y la mantida re0adora.2
9adie, 1ue yo sepa, ha eplicado hasta la $echa lo 1ue signi$ica )la mantida
re0adora2. "er5, pues, el primero en hacer $ácilmente comprensible el !erso de 1ue se
trata.
7na de las noticias, entre las !arias interesantes, 1ue contiene el libro de Nemy de
Gourmont, "ísica del 7mor , se re$iere a la !ora mantis religiosa, 1ue durante el
apareamiento li1uida al macho 1ue la cubre y se lo come.
Gourmont, basándose en Fabre, dice al respecto, y bien, lo $undamental. Fabre,
desde luego, es más noticiante, y en su obra $ostumbres de los @nsectos , dedica a la mantis
tres capítulos. Noger Caillois, por su parte, en su libro *l Mito y el #ombre, publicado en
>BUB, ha reunido todo el material etnológico, religiológico y $olclórico acerca de la
mantis religiosa. "e consultará con pro!echo, además, el artículo de Nicardo Carrasco,
'La mantis religiosa un insecto !ora y enigmático(, publicado en la re!ista 8eoMundo,
>B?H, >>?, >A+=>A@D. 8 por aXadidura s5pase 1ue el !ate os5 <atanabe ha poetiado
diestramente en torno a la mantis. O35ase . <., *l 8uardián del #ielo . "elección de
Piedad &onnett. "anta$5 de &ogotá, Editorial 9orma, ". )., S, SU+SA 'La mantis
religiosa.(T O7na composición de igual título consta en los %ersos 5obados del poeta
chileno ;scar /ahn y es )el dibu/o inicuamente imaginativo Qsegn /oggardQ de la
batalla entre los seos2. )e comen al macho fí/ate Qdice /ahnQ _ e lo comen por el agu/ero
de arriba Y y por el de aba/o.2 Cf. ames /oggard, 'Introducción a tolen verses and other
poems2. En *l 7rte de \scar #ahn . Edición de Pedro Lastra. Lima, Ediciones El "anto
2$icio, SS, HB.T
La mantis es de la $amilia de los mántidos, de la tribu de los mantinos, del orden
de los ortópteros y de la clase de los insectos. #icho sea de paso, ortóptero es el insecto
masticador 1ue tiene un par de 5litros consistentes, esto es, de alas anteriores, y otro de
alas membranosas plegadas longitudinalmente.
Mantis llamaban los griegos al adi!ino, pro$eta o !idente. En Pro!ena dicen 1ue
la mantis es )lou 3rgo +iéu2 , la bestia 1ue rea a #ios, la re0adora, por1ue,
e$ecti!amente, asume actitud de orante, y por eso acertó Linneo al clasi$icarla como
mantis religiosa.
En )ndalucía la llaman santateresa. En la )rgentina, Paraguay y 7ruguay,
mamboretá! y con esta !o guaraní se le nombra en el relato de ulio Cortáar,
'&estiario(.
)*l hombre de campo (dice "abre( no es eigente en materia de analogías: suple
ricamente los vagos datos de las apariencias.
)*n las hierbas quemadas por el ol! vio un insecto de bella prestancia! medio erguido
ma/estuosamente. Abservó sus anchas y finas alas verdes! que se dilatan a manera de largos
velos de lino' le vio sus patas anteriores! bra0os! por decirlo así! que se levantan al cielo en gesto
de invocación.
)Ba tenía bastante' la imaginación popular hi0o lo demás. B he aquí! desde tiempos
antiguos! las male0as pobladas de adivinadoras en e/ercicio de oráculo! de religiosas en oración.2
Eguren, 1ue era culto y gustaba de los libros $ranceses, tu!o 1ue leer y sin duda
leyó a Gourmont y a Fabre. En las dos o tres primeras d5cadas de este siglo, goaron los
tales de no escasa popularidad.
Calpe publicó de Fabre, en >BS, y en cinco tomos, selecciones de los ouvenirs
*ntomologiques. B desde >B dispusieron los hispabohablantes de la !ersión espaXola,
publicada por Maucci, de 3hysique de l-7mour.
8 a propósito de Gourmont era )una de las más ricas y sutiles inteligencias
francesas2, segn Francisco García Calderón, 1ue lo conoció y 1ue se epresa así en su
obra @deologías, de >B>H. Gourmont murió en >B>@, el mismo aXo en 1ue murió Fabre:
sólo 1ue 5ste )saludó al mundo2 , como decían los chinos, a los no!enta y dos, y
Gourmont a los cincuenta y siete.
Creo, pues, 1ue hemos de tener por bien a!eriguado 1ue )la mantida re0adora2 es
la mantis religiosa. Eguren, por eigencia po5tica, para sua!iar la epresión,
desesdru-ulió el t5rmino mántida, diciendo, consiguientemente, mantida! )la mantida
re0adora2, o sea, la readora de la $amilia mántida o de la $amilia de los mántidos.
Maurits Cornelis Escher O>?B?+>BHST, el $amoso artista grá$ico holand5s, tiene un
grabado en madera, de >BU@, titulado '"ueXo(, en 1ue se !e una mantis religiosa encima
de un obispo durmiente.
Escher pregunta, e1ui!ocándose de insecto, si el obispo está soXando con una
)langosta orante2! o si toda la concepción es un sueXo del artista. D)@s the bishop dreaming
about a praying locust! or is the Xhole conception a dream of the artistU2; OM. C. Escher, The
8raphic Jor&. @ntroduced and eplained by the artist. &erlin, &enedit 0aschen 3erlag, >BB,
H.T
M. $. *scher Sue5o
HH 7n h 5 ro e ineserado " algunas
canoniaciones singulares
Están bien acreditadas por la historia las crueldades de #rácula, todas ellas
!erdaderamente estupe$acientes. Gabriel Nonay, entre otros autores, lo demuestra en su
libro +!e +rut! a(out Dracula DLa %erdad acerca de +rácula T.
"in embargo, #rácula no $ue, en el sentir de los rumanos, gobernante criminal,
sino h5roe. 0anto es así, 1ue en mayo de >BHH, al conmemorarse en &ucarest el
centenario de la independencia de Numania, el Presidente 9icolae Ceausescu incluyó
solemnemente a #rácula entre los inmortales del "alón 9acional de la Fama.
Esto me recuerda ciertas canoniaciones singulares. #esde el siglo II, la "anta
"ede se reser!a el derecho de beati$icar y canoniar a determinados persona-es, luego de
un proceso en regla en 1ue es oído el 3romotor de la "e o 7bogado del +iablo. Pero lo
curioso es 1ue este 7dvocatus +iaboli no ha impedido 1ue sean canoniados algunos
in1uisidores detestables y homicidas notorios, como el italiano Pedro Mártir, de 3erona,
muerto en >U@, y el espaXol Pedro de )rbu5s, este ltimo ele!ado a la categoría de
santo en tiempo de Pío I. )rbu5s había despertado por sus crímenes un odio
-usti$icadísimo entre sus enemigos, 1ue lo asesinaron el >A de septiembre de >A?@.
)demás, en la Iglesia Católica se !eneran !arios santos y santas, como "an
Nenato, "anta Neina y "anta Corona, 1ue lamentablemente tienen el gran de$ecto de no
haber eistido -amás. El culto 1ue se tributaba, hasta principios del siglo , a "anta
Filomena Ootra santita ineistenteT,
$ue abolido por la Iglesia en >B@, y Manuel Gonále Prada, comentando esta
abolición, dice )9ada conocemos ni deseamos conocer de "ilomena! y la de/amos entregada a
su mala suerte.2
$f. Flora #a!is, La $omunicación no %erbal . Madrid, )liana Editorial, ". ).,
=bD
)$uando las fuer0as vigilantes y activas de la $ultura! que nunca es logro definitivo!
sino tarea y milicia de cada hora! se amodorran o aflo/an! la prehistoria o sub4historia reaparece y
emerge a la superficie! imponiendo sus modos y estilos que llamamos primitivos y que en
realidad debiéramos llamar #er"anentes! porque no son más que la epresión de los fondos más
permanentes! turbios y opacos de la naturale0a humana.2
O#e un discurso acad5mico pronunciado por os5 María Pemán en >BU?: ápud
Eugenio d2rs y os5 María Pemán,#umanidades, ?@+?.T
En relación con el artista meicano os5 Luis Cue!as, dice Mario 3argas Llosa
=SD
lo siguiente
)%iolencia! compasión! imaginaci ón! cultura: todos esos ríos confluyen caudalosamente
en el mar inquietante que es el arte de $uevas. Guienes se sumergen en esas aguas aprenden o
confirman algo que ning1n artista plástico de 7mérica Latina ha sabido representar más
bellamente =1ue Cue!as, a saberD que todos somos monstruos o! me/or dicho! que nadie es
monstruoso pues lo somos todos.2 O +ercera ienal I(eroa"ericana de Li"a6 del G de a(ril
al de "ayo de ?FF?. Lima, Centro de )rtes 3isuales, Municipalidad Metropolitana de
Lima, SS, >S.T
=UD
"obre Montaigne y los monstruos, !5ase /ans Mayer, #istoria Maldita de la
Literatura. La mu/er! el homoseual! el /udío. Madrid, 0aurus Ediciones, ". )., >B?S, >>+>@
'El monstruo como problema agudo de la /umanidad.(
>or de contado, 1ue signi$ica #or su#uesto6 sin ninguna duda6 natural"ente6
cierta"ente6 claro es6 claro est:6 desde luego6 có"o no ! es la $orma acad5mica, hoy
prácticamente en desuso por haberse di$undido tanto la epresión #or descontado! 1ue
yo nunca digo ni dir5, aun1ue la Neal )cademia EspaXola la haya aprobado e incluido
en su #iccionario.
Comparto en esto, y plenamente, el sentir del maestro Cuer!o, a saber 1ue los
hablistas haríamos mal en renunciar a los buenos usos de lo antiguo por modas e
imposiciones 1ue suelen hoy multiplicarse a impulsos de una ignorancia pro$unda y
deplorable.
=gD
Zurdelística es neologismo de mi creación. #enota la rama o el ramo del saber
humano concerniente al burdel. Comprende, por e-emplo, el lieno de 0oulouse+
Lautrec, 'En el salón de la calle de los Molinos(: y por supuesto el $amoso burdel de
'La &andida, en M5ico: y el libro de Emmett Murphy, #istoria de los 8randes Zurdeles
del Mundo: y tambi5n, claro está, el presente ensayículo.
=hD
El pintor Carlos Ruispe+)sín decía )amo a las rameras de ruin precio con una
ternura tal que me resarce de muchos egoísmos2 .
)sí se epresa Ruispe+)sín O>B+>B?UT en una carta 1ue dirige a su amigo
Clodoaldo Lópe Merino, periodista y poeta y 1ue por aXadidura $ue durante casi
treinta aXos e$e de Nedacción del diario*l $omercio.
)Los celos no son más que una fluctuación del alma nacida de un amor y un odio
simultáneos! acompa6ados por la idea de un tercero a quien se envidia =`D: aquel que se imagina
que otro posee a su amada! no solamente sufre por las trabas puestas a la satisfacción de su amor!
sino porque está for0ado a asociar la imagen de la cosa amada con las imágenes físicas de esa
posesión por otro.2
)B respecto a esto de libertad y tiranía! no hay que decir tanto !o"o !o"ini lu#us! que
el hombre es un lobo para con el hombre! cuanto !o"o !o"ini agnus! el hombre es un cordero
para el hombre. 9o fue el tirano el que hi0o el esclavo! sino a la inversa. "ue uno que se ofreció a
llevar a cuestas a su hermano! y no éste quien le obligó a que le llevase. 3orque la esencia del
hombre es la pere0a! y! con ella! el horror a la responsabilidad.2 OMiguel de 7namuno,
*nsayos. Cuarta edición. Madrid, )guilar, >B@?, I, B@.T
=!D
)#itler fascinaba a las personas mediante sus o/os brillantes! de un a0ul intenso!
siempre ligeramente saltones y que muchos visitantes no podían resistir. #itler se daba cuenta de
este efecto y solía mirar a las personas largo rato a los o/os' luego! cuando ba/aba los párpados! lo
hacía muy lentamente.2 O/enry Picer, #itler! 7natomía de un +ictador. $onversaciones de
sobremesa en el $uartel 8eneral del )"Whrer2! ?R4?RO . "egunda edición. 9ue!a edición
preparada por Percy Ernst "chramm. M5ico #. F. _ &arcelona, Ediciones Gri-albo,
". )., >BHA, UH.T
)Hn día Qre$iere "peerQ mientras estábamos sentados a la gran mesa redonda de la
casa de té! #itler comen0ó a mirarme fi/amente a los o/os. *n lugar de ba/ar la mirada! consideré
que su actitud era una provocación. 9adie sabe qué instintos primitivos están en /uego en
seme/antes confrontaciones visuales. Bo las había tenido con otras personas y generalmente salía
airoso de ellas! pero aquella ve0 tuve que recurrir a una energía casi sobrehumana! al parecer
interminable! para no rendirme al impulso! cada ve0 más fuerte! de volver los o/os a otro lugar.
#asta que #itler! de pronto! cerró los suyos y poco después volteó! dirigiéndose a la mu/er que
tenía a su lado.2 O)lbert "peer, Memorias. #itler y el Tercer 5eich vistos desde dentro .
&arcelona, Plaa f an5s, ". )., Editores, >BHU, >A?+>AB.T
=YD
)7yer anta 5obustiana Qdice 8ero!i, en su poema Rue-as santasQ sufrió un
ligero desmayo Y a causa del mal olor Y que despedía el pescado' Y feli0mente fue cogida Y por San
Ex#edito en bra0os Y pudiendo librarse así Y del consiguiente porra0o.2 OLeonidas 9. 8ero!i,
Abra $ompleta, III, US?b.T