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Compendio de psicología Freudiana – Calvin Hall

Capitulo II: La Organización de la Personalidad


La personalidad total, según Freud esta integrada por tres sistemas
principales: El ello, el yo y el superyó
Donde en una persona normalmente sana estos tres sistemas forman una
organización unificada, armónica y le permiten relacionarse eficientemente con su
ambiente pero cuando es a la inversa se dice que la persona esta inadaptada,
insatisfecha consigo, con el mundo y su eficacia se reduce.

1.- El Ello
Su función es encargarse de la descarga de las cantidades de exitación que
se liberan en el organismo, Freud lo llamó “El principio del placer”, la finalidad de
este es desembarazar a la persona de la tensión ó si es imposible, reducir la
tensión a un nivel bajo.
La tensión se experimenta como dolor o incomodidad mientras que el alivio
de la tensión se experimenta con el placer o satisfacción, es entonces que se
encarga de evitar el dolor y encontrar el placer.
El nuevo desarrollo que tiene lugar en el ello como resultado de la
frustración, se llama proceso primario, que procura descargar la tensión
estableciendo lo que Freud llamó una “Identidad de percepción”, la formación de la
imagen de un objeto que reduce la tensión se llama “Realización de deseos”
Freud creía que todos los sueños eran realizaciones de deseos o trataban
de serlo. “Soñamos con lo que queremos”.
Según Freud, el ello es también la fuente primordial de la energía psíquica y
la sede de los instintos, habla del ello como si fuera la verdadera realidad psíquica,
es la realidad subjetiva primordial en el mundo interior que existe antes del que el
individuo haya tenido experiencia con el mundo exterior, no solo son innatos los
instintos y los reflejos también pueden serlo las imágenes producidas por los
estados de tensión.
Freud reconoce que el ello es la parte oscura e inaccesible de la
personalidad y que lo poco que sabe se ha aprendido de los sueños y los
síntomas neuróticos, sin embargo, podemos ver al ello en acción cada vez que
una persona hace algo impulsivo, por ejemplo, una persona tirando una piedra por
la ventana golpeando a alguien o perpetrando una violación, esta denominada por
el ello, que no piensa, solo desea ó actúa.

2.-El Yo
En la persona bien adaptada el yo es el ejecutivo de la personalidad, que
domina y gobierna al ello y al superyó; mantiene un comercio con el mundo
exterior, cuando el yo cumple sabiamente sus funciones ejecutivas prevalece la
armonía y la adaptación, cuando el yo entrega demasiado de su poder al ello ó al
superyó se producen inadaptaciones y desarmonías.
El yo no esta gobernado por el principio del placer, sino por el principio de la
realidad y este consiste en demorar la descarga de energía hasta que haya sido
descubierto o presentado el objeto real que satisfará tal necesidad, esto significa
que el yo debe ser capaz de tolerar la tensión hasta que esta pueda ser
descargada por una forma apropiada del comportamiento y este principio de
realidad tiene a su servicio lo que Freud llamó “Proceso secundario”, que consiste
en descubrir o producir la realidad mediante un plan de acción que se ha
desarrollado por el pensamiento y la razón, el el resolver o pensar de los
problemas.

3.-El Superyó
Esta es la rama moral o judicial de la personalidad, representa, lo ideal más
bien que lo real y pugna por la perfección antes que por el placer o la realidad, es
el código moral de la persona, se desarrolla desde el yo como consecuencia de
una asimilación por parte del niño, de las normas paternas respecto a lo que es
bueno y virtuoso y lo que es malo y pecaminoso.
Esta compuesto de dos subsistemas, el ideal del yo y la conciencia moral,
el ideal del yo corresponde a los conceptos del niño acerca de lo que sus padres
consideran moralmente bueno en cambio la conciencia moral es todo lo contrario.
Las recompensas y castigos mediante los cuales los padres controlan la
formación del superyó del niño son de dos clases;
Físicas y psicológicas:
La recompensa física consiste en objetos que el niño desea, alimentos,
juguetes, la madre, el padre, las caricias y las golosinas.
Los castigos físicos, son dolorosos ataques al cuerpo del niño, como por
ejemplo las palmadas o la privación de las cosas que desea.
La principal recompensa psicológica es la aprobación paterna expresada,
ya sea en palabras o mediante la expresión facial. La aprobación significa amor y
de la misma manera privar al niño de amor es la forma principal de castigo
psicológico.
Las recompensas y castigos físicos empleados por el superyo son
sentimientos de orgullo, de culpa o inferioridad respectivamente. El yo se llena de
orgullo, cuando se ha comportado de manera virtuosa o ha tenido pensamientos
virtuosos y se siente avergonzado cuando ha caído en la tentación.
La finalidad del superyó es controlar y regular aquellos impulsos cuya
expresión no controlada pondrían en peligro la estabilidad, de la sociedad, el niño
desobediente, rebelde o sexualmente curioso es considerado como malo o
inmoral, el superyó al frenar internamente la ilegalidad y la anarquía le permite a la
persona convertirse en miembro observante de la ley de su sociedad.

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