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FUNDAMENTACIÓN:
Cuando un ser humano percibe un estímulo (por ejemplo, cuando el maestro le pide a un
niño que se presente frente al grupo o quiera expresar algo, etc), se genera una emoción,
como por ejemplo la alegría, la tranquilidad y el entusiasmo, o el miedo o la vergüenza. Las
emociones son el modo en que respondemos a estos estímulos y definen en cierta forma
nuestros comportamientos. Hay momentos en que afloran emociones tales como el temor, la
ansiedad, la preocupación y la inseguridad, que si bien son normales, los adultos debemos
estar atentos a detectarlas, porque si persisten y son el único modo de respuesta que
encuentra el niño frente a situaciones que le resultan problemáticas, pueden transformarse en
negativas e influir directamente en sus aprendizajes y en su vida social.
Si bien la escuela tiene como función preparar a los niños para la vida, nuestra tarea como
docentes no sólo se limita a transmitir conceptos y conocimientos, sino que también nos
convoca a formar otras competencias y habilidades, como por ejemplo: la gestión de las
emociones para que puedan aprender de ellas.
Las emociones tienen un lugar fundamental en nuestras vidas. Surgen y van dando forma a
nuestras experiencias; aparecen y nos impulsan, o no, a desarrollar nuestros propios
proyectos. Las emociones pueden ser un trampolín que sirve a impulsarnos o convertirse en
trampas que nos dejan inmóviles frente a la vida. Enseñar en la escuela a conocer las
emociones, y gestionarlas, constituye una valiosísima herramienta que, tenemos la
responsabilidad de brindar.
OBJETIVOS:
EMOCIONES A TRABAJAR:
Se trabajarán las emociones, no necesariamente en ese orden, sino cómo surjan. Se realizará
un juego para comenzar:
-El ovillo o la tela de araña: Un niño/a con un ovillo de lana sostiene una punta y dice cómo se
siente (en la escuela, en la casa o antes de venir a la escuela).Luego de hacer su comentario
lanza un ovillo a otro compañero/a sin soltar la punta.
Ese niño/a que recibe el ovillo realiza lo mismo que su compañero anterior, obviamente
diciendo lo que siente. Cuando termina lanza el ovillo a otro niño/a (sin soltar el hilo), luego
otro hace lo mismo y así sucesivamente.
Lo importante es que no le pasen el ovillo a alguien que está a su lado, sino al que esté más
alejado. De esa manera quedará formada una verdadera tela de araña o una red.
Se desarma la red comenzando por el último niño/a que se presentó y la consigna es:
DECIR ALGO POSITIVO DE LA PERSONA ANTERIOR.
Así van pasando el ovillo a cada uno que se lo entregó antes, hasta llegar al último.
EVALUACIÓN:
Elaborar nuestro propio Emocionario, con todo el material de las fichas de nuestro proyecto
(la ilustración, la definición, los ejemplos de cuándo hemos sentido cada emoción, etc.)
configurará nuestro propio Emocionario de clase. Se llevará a cabo junto con la Docente del
Área de Plástica, la elaboración de una carpeta personalizada.