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“Ensayo sobre el documental la doctrina del shock”

NAOMI KLEIN

Para empezar es importante determinar quién es Milton Friedman, economista, profesor


de la Universidad de Chicago, Nobel de Economía y defensor del capitalismo puro, Para
los seguidores de las teorías de esta Escuela de Chicago, el libre mercado soluciona
todos los problemas, y si algo falla, es porque hay alguna intromisión que hace que no
sea libre mercado del todo. Algunos ejemplos de esas intromisiones son establecer
salarios mínimos para que no se explote a los trabajadores o fijar precios para que ciertos
productos sean más asequibles. Los de Chicago despreciaban las propuestas de
economías mixtas y las veían como mezclas entre capitalismo para la fabricación,
socialismo en la educación, propiedad del Estado en servicios básicos (como el agua), y
leyes para ordenar los extremos del capitalismo.

La realidad es que el libre mercado es la ley del más fuerte, lo cual genera grandes
beneficios, pero sólo para unos pocos. Sin embargo, los de Chicago declararon la guerra
a todos los que opinaban que en el término medio está la virtud, especialmente a los
keynesianos (de las ideas del inglés John Maynard Keynes, 1883-1946, el cual vio que el
crack del 29 no fue el fin del capitalismo, pero sí el fin de la libertad total del mercado,
pues la gran crisis demostró que lo óptimo es que el Estado intervenga). Las ideas
keynesianas se llamaron socialdemócratas en los países ricos o desarrollistas en los
países más pobres. En particular, en América del Sur, el desarrollismo supuso a
mediados del siglo XX acortar mucho las diferencias entre los ricos y los pobres, creando
una clase media más numerosa.

Friedman, desde su puesto de profesor y bajo el paraguas de una supuesta imparcialidad


científica, podía decir cosas que si las hubiera dicho un empresario hubiera sido acusado
de explotador. Por eso, muchas empresas donaron fondos a la Escuela de Chicago para
que difundiera sus ideas, dando lugar en EE.UU. al movimiento neoconservador.
Friedman proponía eliminar el salario mínimo, bajar los impuestos y que ricos y pobres
pagaran lo mismo, dar libertad a las empresas, y privatizar sanidad, correos, educación,
pensiones, e incluso los parques nacionales.

En el fondo, Friedman decía con lenguaje científico lo que querían las multinacionales:
grandes mercados, sin trabas comerciales para, por ejemplo, extraer recursos públicos sin
pagar ni siquiera a la población local.
El shock lo propicia usualmente un desastre natural, una guerra o un cambio de régimen y
además de las medidas económicas, a veces, también se usa la tortura, “interrogatorios
coercitivos” según los llama la CIA, la cual tiene un completo manual de cómo conseguir
reducir a los detenidos y obligarles a “cooperar”. Así lo emplearon en Guantánamo o en
Kandahar con los detenidos y encarcelados sin juicio, en Chile y también en el Irak bajo el
dominio estadounidense. Las torturas sólo han demostrado ser como bombas: destrozan
sin construir nada.

Por otra parte, las crisis de muchos países africanos y asiáticos han sido la excusa para
que los países ricos les obligaran a privatizar sus recursos naturales.

El libro de Klein repasa algunos de los fracasos más aplastantes de las teorías del
laureado Friedman. Un gran mérito del libro es que enlaza datos históricos bien
conocidos, con opiniones de gente variada, enlazando las causas con las consecuencias
para advertirnos de los peligros de cierto tipo de políticas.

Klein habla del «capitalismo del desastre» a los ataques “contra instituciones y bienes
públicos, siempre después de acontecimientos de carácter catastrófico”. La idea es
aprovechar el shock de un desastre y crear “atractivas oportunidades de mercado” que,
con ciertos cambios económicos, beneficien a unos pocos. Las tres grandes medidas
habituales suelen ser impopulares, pero ante ciertas condiciones de shock, la población
suele aceptarlas sin rechistar. Esas medidas son:

Privatización de empresas y bienes públicos.

Desregulación de ciertos sectores comerciales.

Recortes en el gasto social.

Las teorías de Friedman fueron aplicadas en las dictaduras de chile y argentina las
impusieron a capa y espada, asesinado a toda persona que pensara de manera diferente
siempre amparados en la bandera de la liberta y promulga el capitalismo, pero en realidad
es la nueva forma de esclavismo contemporáneo, el cual solo busca el bienestar de unos
cuantos grupos económicos, trasnacionales y multinacionales, las cuales se aprovechan
de cualquier situación que produzca shock social, económico, o político.

Solo queda resistir y pensar que otro mundo es posible, que otro modelo económico,
social y político permitirá buscar el bienestar de todos los conciudadanos; que los
derechos no se muestren como privilegios…

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