Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
I. INTRODUCCIÓN
En el presente capítulo se abordarán nociones generales del derecho de familia de acuerdo
con una versión actualizada de su contenido, el cual se encuentra en plena revisión y análisis a
partir de la reciente aprobación del nuevo Código Civil y Comercial(1).
Se incluyen desarrollos que no pretenden ser exhaustivos de conceptos troncales de la
disciplina, partiendo siempre de una noción de realidad y actualidad.
Adrede se incluye la palabra familias en el título en tanto se estima, como Herrera, que
"...pasar del singular al plural, de la familia a las familias, constituyó un quiebre ineludible en la
regulación de las relaciones de familia"(2). El Código requiere, entonces, interpretaciones que
no sólo no aparten la mirada de ese plural, sino también que se esfuercen en darle forma y
contornos que no descuiden los principios de igualdad y no discriminación que, como se verá,
imperan en la materia.
Mizrahi sostiene que los diferentes tipos de familias cambian en función de la época, de la
geografía, del desarrollo económico, técnico y social, de la clase social y de la evolución de las
ideas(5).
Como se advertirá, existe coincidencia en torno a que la Revolución Industrial representa un
hito en la configuración de la familia moderna, en tanto es a partir de allí que se plasman
algunas características que perduran hasta nuestros días.
Hasta ese momento, puede hablarse de una familia de corte tradicional, cuya finalidad
principal era asegurar la transmisión del patrimonio. Se sigue en esta sucinta evolución histórica
de la familia a Gil Domínguez, Famá y Herrera, quienes sostienen respecto a esta primera
conformación familiar que "...daba lugar a la constitución de hogares muy numerosos cuyos
integrantes convivían en una misma casa —símbolo de la familia— con un fuerte arraigo a la
tierra de los ascendientes, la que trabajaban a los fines de obtener recursos económicos. El
sistema se veía reforzado por un régimen sucesorio que adjudicaba todos los bienes a un solo
heredero —el hijo mayor varón—, obligando al resto de la familia a convivir en la casa de sus
padres, salvo a las hijas mujeres que contraían matrimonio para formar parte de otra
organización familiar..."(6).
Ahora, la industrialización impone una dinámica organizacional que será determinante hasta
la actualidad en la constitución de la familia moderna: la separación entre la casa y el trabajo(7).
La forma capitalista de producción requiere que se trabaje en un lugar (las fábricas) y se vuelva
a otro (el hogar)(8). La familia nuclear se diferencia de la anterior en la reducción de sus
miembros y en la diferenciación en su seno de los roles de hombres y mujeres(9).
Por último, la familia contemporánea o posmoderna surgió durante la década del setenta del
siglo pasado y se caracteriza porque "...une por un período de extensión relativa a dos
individuos en busca de amor, solidaridad y contención en el marco de una sociedad
postindustrial signada por la inestabilidad permanente, el capitalismo salvaje, el consumo
desenfrenado y el avance —muchas veces despiadado— de las nuevas tecnologías"(10).
Kemelmajer de Carlucci enseña que si bien la familia puede tener origen en un hecho
biológico, los vínculos jurídicos están condicionados por la cultura de cada sociedad: "...aunque
distintas formas familiares han existido y existen en todos los pueblos y en todas las épocas, el
concepto de familia, como el de matrimonio y el de filiación, es una creación 'cultural', no
'natural' o 'esencial' y, por lo tanto, cambiante... Si el concepto de familia no es 'natural' sino
'cultural', se entiende fácilmente que no exista un modelo universal e inmutable sino muy
diversos tipos de familia..."(11).
Por eso se prefiere hablar de las familias. Como se dijo, el plural reafirma la idea de la
diversidad de formas familiares que conforman la realidad actual que enfrenta el derecho de
familia, todas bajo la órbita de la regla de la "protección integral" establecida en el art. 14 bis de
la Constitución Nacional y en numerosos instrumentos internacionales de derechos humanos,
algunos con jerarquía constitucional, que repiten dicho postulado(12).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en recientes pronunciamientos, ha puesto
de manifiesto la diversidad de las familias. Ha dicho que "...en la Convención Americana no se
encuentra determinado un concepto cerrado de familia, ni mucho menos se protege sólo un
modelo 'tradicional' de la misma... el concepto de vida familiar no está reducido únicamente al
matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho donde las partes tienen vida en
común por fuera del matrimonio..."(13), concluyendo que en la situación sobre la que se estaba
fallando se había constituido un núcleo familiar entre la actora y su pareja del mismo sexo y
que, al serlo, estaba protegido por los arts. 11.2 y 17.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica): "...pues existía una convivencia, un
contacto frecuente, y una cercanía personal y afectiva entre la señora A, su pareja, su hijo
mayor y las tres niñas..."(14).
Bidart Campos sostuvo hace casi 20 años que "...la familia no excede una pluralidad de
personas individuales y que, por consecuencia, carece de toda entidad distinta a la suma de sus
integrantes... Por ende los derechos familiares, si realmente son tales, habrán de encontrar
siempre su titularidad en el ser humano en función de cónyuge, hijo, hermano, progenitor,
pariente, conviviente de hecho, etc..."(15). Entender al vínculo familiar "en función de" los roles
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
que se desempeñan en esa pluralidad de personas, permite ver claramente que no sólo existe
familia cuando se parte de la existencia de hijos en una pareja de distinto sexo unida en
matrimonio, abarcando también situaciones que hasta no hace mucho no tuvieron protección
jurídica.
Ello nos confronta a una nueva noción aglutinadora dentro del derecho de familia: el afecto;
generándose entonces un proceso de desencarnación, entendiendo por tal al "...debilitamiento
del elemento carnal o biológico en beneficio del elemento psicológico y afectivo"(16).
Refiriéndose a la socioafectividad, Herrera dice: "...es la conjunción de dos elementos que lo
integran y que hacen que lo fáctico sea lo esencial: lo social y lo afectivo; cómo lo afectivo
adopta un lugar de peso en lo social y cómo lo social se ve interpelado por ciertos y
determinados afectos. A la vez, ambas ideas interactúan entre sí"(17).
En consecuencia, los vínculos jurídicos protegidos tienen sustento actualmente en la función
de cuidado mutuo llevado a cabo por los integrantes del grupo familiar, fundados en la noción
misma de socioafectividad(18). Siguiendo a Cárdenas, el derecho de familia debe colaborar a
cuidar y en lo posible fortificar esta función que la familia ha tenido en todos los tiempos. Afirma:
"...la familia es y será el lugar donde el sexo puede expandirse en condiciones más confiables,
el lugar donde los más débiles son tratados con cariño y con piedad, el lugar donde el ser
humano recibe y da la primera autoestima y el primer reconocimiento y muchos de los
sucesivos, el lugar en suma donde se aprende a crecer solidariamente"(19).
La coincidencia o no de los vínculos jurídicos reglados por las normas con los vínculos
socioafectivos que se dan en el interior de las familias generan permanentes tensiones que el
derecho de familia actual trata de resolver.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
5. Igualdad y no discriminación
Se trata de dos principios constitucionales que están presentes en todo el Código, resultando
de particular importancia para el derecho de familia. Sobre la igualdad, los autores de la reforma
señalan que tradicionalmente se establecen "...los derechos de los ciudadanos sobre la base de
una igualdad abstracta, asumiendo la neutralidad respecto de las asignaciones previas del
mercado. En nuestra posición, se busca la igualdad real, desarrollando una serie de normas
orientadas a plasmar una verdadera ética de los vulnerables..."(36). Este principio se relaciona
íntimamente con la prohibición de discriminar que, en los fundamentos del Anteproyecto de
CCyCN se plasma así: "En la tradición histórica, el sujeto de derechos privados ha sido el
hombre. Hemos cambiado este paradigma para concebirlo en términos igualitarios, sin
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Cuando aquello que se adquiere, modifica o extingue tiene contenido familiar, es decir que se
trata de relaciones jurídicas familiares, se lo denomina acto jurídico familiar.
Zannoni lo define como el "acto humano, voluntario, lícito que tiene por fin inmediato crear,
modificar, ejercer, conservar o extinguir relaciones jurídicas de familia"(44).
De estas definiciones y siguiendo a Belluscio, se pueden escindir los elementos que lo
constituyen: a) debe tratarse de un acto, un hecho realizado por el hombre; b) el acto debe ser
voluntario, es decir, haberse brindado con discernimiento, intención y libertad y carecer de
vicios; c) debe ser lícito, por ello, no prohibido por la ley; d) con un fin jurídico determinado, la
creación, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas(45).
Además, el autor menciona como un quinto elemento la consagración legal de ese fin
jurídico(46), es decir que el ordenamiento jurídico prevea de antemano tanto la posibilidad de
realizarlo como sus efectos propios.
Es que a diferencia de los actos jurídicos en general y tal como ya se expresó, los actos
jurídicos familiares encuentran muchas veces en el orden público una limitación a la voluntad de
las partes, ya sea en cuanto a su adquisición, modificación o extinción como al contenido de la
relación jurídica que se trabe(47).
Si bien se ha destacado la importancia de la socioafectividad en las relaciones familiares
actuales, el ordenamiento jurídico prevé escenarios en los cuales establece determinados
efectos que, en general, son importantes cuando el afecto no está presente. Así, por ejemplo, la
obligación alimentaria para el hijo que se ha reconocido es un efecto jurídico que trae aparejado
ese acto jurídico familiar; independientemente de lo socioafectivo que puede existir o no en ese
vínculo. No es otra cosa que la aplicación del principio de solidaridad familiar.
Por otra parte, debe destacarse que no todo emplazamiento en un determinado estado de
familia deriva de un acto jurídico, como por ejemplo, la determinación legal de la maternidad que
se produce sin que intervenga la voluntad de la madre(48).
Es dable observar que el acto jurídico familiar se encuentra dentro de la categoría de los
actos jurídicos en general(49), distinguiéndolo de ellos el objeto del acto.
Consecuentemente, tratándose de un acto jurídico, pueden aplicarse las mismas
clasificaciones que a los actos en general: a) unilaterales y bilaterales, ya sea que requieran del
consentimiento de una o dos personas; b) personales y patrimoniales, en cuanto a su contenido;
c) formales y no formales, en tanto existan o no requisitos para llevarlo adelante(50).
Además, los actos jurídicos familiares pueden clasificarse según se trate del emplazamiento
o del ejercicio de estado de familia, los primeros crean o constituyen una relación jurídica
familiar y los segundos importan prerrogativas o facultades ya emergentes de un
emplazamiento(51).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Caracteres
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Posesión de estado
La posesión de estado es el "...goce de hecho de determinado estado de familia, con título o
sin él"(67). Un ejemplo de ello son dos personas con trato paterno-filial, que en los hechos
pueden carecer del título que los emplaza(68). Se observa, como refiere Mizrahi, una dicotomía
entre derecho y biología toda vez que entran a jugar elementos socioafectivos a los fines del
emplazamiento(69).
El CCyCN determina que la posesión de estado produzca efectos jurídicos. Dispone el art.
584:
La posesión de estado debidamente acreditada en juicio tiene el mismo valor que el
reconocimiento, siempre que no sea desvirtuada por prueba en contrario sobre el nexo
genético.
Consecuentemente, la posesión de estado podrá constituir un medio de prueba eficaz para
determinar la filiación de una persona. Será concluyente para ello el trato que se la haya
dispensado, es decir, la asunción de los derechos y obligaciones que deriven del rol familiar.
Otro efecto puede encontrarse en el art. 573 que establece una excepción al principio de que
quien reconozca un hijo que ya falleció carece de derechos en su sucesión. Dice la norma:
(...) El reconocimiento del hijo ya fallecido no atribuye derechos en su sucesión a quien
lo formula, ni a los demás ascendientes de su rama, excepto que haya habido posesión de
estado de hijo.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Además, en relación con la acción de negación de filiación presumida por la ley regulada por
el art. 591, se la desestimará si se prueba que hubo posesión de estado de hijo entre quien la
haya iniciado y su descendiente.
En materia de adopción, la posesión de estado de hijo fehacientemente acreditada es una de
las excepciones al principio de que sólo pueden ser adoptadas personas menores de edad (art.
597, CCyCN).
Finalmente, el nuevo cuerpo legal regula un efecto que la posesión de estado genera sobre
los matrimonios en los que el acta de su celebración contiene defectos formales. Como principio
general, regla el art. 423:
(...) La posesión de estado, por sí sola, no es prueba suficiente para establecer el estado
de casados o para reclamar los efectos civiles del matrimonio (...).
Sin perjuicio de lo expuesto, la norma continúa:
(...) Si existe acta de matrimonio y posesión de estado, la inobservancia de las
formalidades prescriptas en el acto de celebración no puede ser alegada contra la
existencia del matrimonio.
1. Caracteres
Los caracteres de las acciones se asimilan a los del estado de familia(73). Sin embargo, el
Código establece en los arts. 712 y 713 algunos caracteres en particular: su imprescriptibilidad,
su caducidad y su inherencia personal.
El art. 712 dispone expresamente:
Las acciones de estado de familia son irrenunciables e imprescriptibles, sin perjuicio de
su extinción en la forma y en los casos que la ley establezca. Los derechos patrimoniales
que son consecuencia del estado de familia están sujetos a prescripción(74).
La imprescriptibilidad de las acciones no estaba explícitamente receptada en el Código
anterior, aunque la doctrina así lo señalaba(75).
Que no prescriban no significa que no estén sujetas a caducidad, la norma específicamente
habla de su extinción. Ésta significa que por el transcurso del tiempo o por la consecución de
determinados hechos se extingue el derecho a ejercer la acción.
Si alguien pretendiera hacer uso de la acción, habiéndose dado los supuestos previstos para
su caducidad, el juez debería decretarla de oficio(76).
La caducidad tiende a resguardar la seguridad jurídica. Tal lo expresado en los fundamentos
del Anteproyecto de CCyCN respecto a los supuestos de caducidad de la acción de nulidad
relativa del matrimonio establecidos en el art. 425:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
2. Clasificación
De acuerdo con su objeto, las acciones se clasifican en constitutivas, modificativas o
extintivas. Las primeras buscarán crear un determinado título de estado, por ejemplo, la acción
de adopción; las segundas tendrán por fin modificar un estado de familia previo, existente, es el
caso del divorcio; las últimas dan por finalizado un estado familiar, tal como sucede con la
nulidad del matrimonio(79).
Belluscio distingue también entre acciones de estado matrimonial y acciones de filiación
según el vínculo familiar al cual se refieren. También entre acciones de emplazamiento y
desplazamiento, de acuerdo con su vinculación con el título de estado de familia(80).
Otra clasificación tiene su base en los efectos que producen las sentencias dictadas en los
procesos en los que se promuevan. Puede tratarse de:
a) Sentencias declarativas, aquellas en las que se decreta la existencia o inexistencia de los
presupuestos que son el fundamento del vínculo jurídico familiar(81). Las acciones tendrán por
fin exponer, manifestar, un estado de familia preexistente, por ejemplo, la acción de reclamación
de estado.
b) Sentencias constitutivas, aquellas cuyo ejercicio es el presupuesto para la constitución,
modificación o extinción de un estado de familia determinado(82). Las acciones darán origen a
un nuevo estado, lo transformarán o lo darán por concluido, por ejemplo, la revocación de la
adopción.
La principal diferencia entre unas y otras es el efecto retroactivo de las primeras. Belluscio
sostiene al respecto que "El efecto propio de la sentencia constitutiva frente a la declarativa está
dado porque, en principio, carece de retroactividad. La sentencia declarativa siempre produce
efectos retroactivos al momento en que comenzó la situación jurídica que ella reconoce o
desconoce"(83).
Famá ejemplifica al respecto: "la sentencia que desplaza un estado de familia tiene efectos
erga omnes porque destruye un título de estado, y no es posible concebir que ese título
continúe valiendo para quienes no fueron parte del juicio..."(86). Lo expuesto se deprende de la
característica de indivisibilidad del estado de familia, pues no es posible ostentar un estado de
familia solamente frente a algunas personas.
4. Procesos de familia
Las particularidades que presenta el derecho de familia, en lo referido a los conflictos que
pueden ser judicializados, requieren ser tenidas en cuenta al momento de regularse las
características de su proceso.
El CCyCN, dentro del Libro Segundo destinado a las relaciones de familia, cuenta con un
título especialmente destinado a regular los procesos de familia(87).
Si bien su abordaje excede el marco del presente capítulo, debe ponerse de resalto que el
art. 706 regula los principios generales de los procesos de familia, exigiendo el respeto de "...los
principios de tutela judicial efectiva, inmediación, buena fe y lealtad procesal, oficiosidad,
oralidad y acceso limitado al expediente".
A su vez, a continuación enuncia tres principios de particular importancia en este tipo de
procesos:
a) Las normas que rigen el procedimiento deben ser aplicadas de modo de facilitar el
acceso a la justicia, especialmente tratándose de personas vulnerables, y la resolución
pacífica de los conflictos.
b) Los jueces ante los cuales tramitan estas causas deben ser especializados y contar
con apoyo multidisciplinario.
c) La decisión que se dicte en un proceso en que están involucrados niños, niñas o
adolescentes, debe tener en cuenta el interés superior de esas personas.
Sólo es dable agregar que la especialización requerida para los jueces intervinientes en los
procesos de familia, en tanto idoneidad técnico-jurídica para el desarrollo de su tarea, debe
entenderse extensiva a todos los operadores del derecho que participen en ellos(88).
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., Juicios de filiación y patria potestad, Hammurabi, Buenos Aires, 2001, p. 97.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 6ª ed., ts. I y II, Depalma, Buenos Aires,
1996.
BIDART CAMPOS, Germán, "El derecho de familia desde el derecho de la constitución", Revista
Entre Abogados, editada por el Foro de Abogados de San Juan, año VI, nro. 2, San Juan,
1998, p. 18.
BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, 6ª ed., Astrea, Buenos
Aires, 2008.
CÁRDENAS, Eduardo J., "La familia en el Proyecto de Código Civil", LL 2012-D-1394.
Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2012.
DE LOS SANTOS, Mabel, "Los procesos de familia en el Proyecto de Código Civil y Comercial",
Revista de Derecho Privado, nro. 6, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación,
Buenos Aires, 2013, ps. 13 a 34.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
que la noción de socioafectividad deriva del derecho brasileño que hace años viene trabajando
en el tema como un elemento central para colocar en crisis el derecho filial clásico centrado en
la biología aunque concluye que dicha noción tiene un potencial que excede con creces el
ámbito de la filiación.
(18)Al respecto, se ha dicho: "...estamos persuadidos de que una familia resulta digna de
protección y promoción por parte del estado cuando es posible verificar la existencia de un
vínculo afectivo perdurable que diseña un proyecto biográfico conjunto en los aspectos
materiales y afectivos" (conf. GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa,
Derecho..., cit., p. 76).
(19)CÁRDENAS, Eduardo J., "La familia en el Proyecto de Código Civil", LL 2012-D-1394.
(20)Para el análisis de la regulación jurídica de la familia en el derecho argentino se
recomienda: ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 22 a 33.
(21)Sobre la familia en el Código originario de Vélez Sarsfield se ha dicho que "...convalidó
jurídicamente el modelo de relaciones familiares del derecho canónico. Así, reconoció por sobre
cualquier otra forma de organización familiar a aquella constituida a través del matrimonio
religioso indisoluble, consagró al varón como jefe indiscutido de la familia y titular exclusivo de la
patria potestad sobre sus hijos menores, impuso fuertes restricciones a los derechos civiles de
la mujer y consolidó las diferencias jurídicas entre hijos matrimoniales y extramatrimoniales..."
(conf. GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho..., cit., ps. 67/68).
(22)BO del 30/12/1954.
(23)BO del 26/10/2005.
(24)Art. 7º, dec. regl. 415/2006 (BO del 18/4/2006).
(25)HERRERA, Marisa, "Panorama...", cit., p. 2. La autora cita las siguientes normas: ley 26.529
de Derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud (BO
del 20/11/2009), ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres (BO del 14/4/2009), ley 26.618 de Matrimonio igualitario (BO del
22/7/2010), ley 26.657 de Salud mental (BO del 3/12/2010), ley 26.742 de Muerte digna (BO del
22/5/2012), ley 26.743 de Identidad de género (BO del 24/5/2012) y ley 26.862 de Cobertura
médica de TRHA (BO del 26/6/2013).
(26)LORENZETTI, Ricardo L., "Presentación del Código Civil y Comercial de la Nación",
Suplemento especial de La Ley, 6/10/2014, p. 1.
(27)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires,
2012, p. 55.
(28)HERRERA, Marisa, "Sobre familias en plural. Reformar para transformar", Revista Jurídica
UCES, nro. 17 (2013), p. 113, disponible online en http://dspace.uces.edu.ar/.
(29)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 55.
(30)GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho..., cit., p. 5.
(31)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., p. 507.
(32)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., p 556.
(33)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída; "La autonomía de la voluntad en las relaciones en el derecho
de familia argentino", en GRAHAM, Marisa - HERRERA, Marisa (dirs.), Derecho de las familias,
infancia y adolescencia. Una mirada crítica y contemporánea, 1ª ed., Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos de la Nación, Buenos Aires, 2014, ps. 5/6.
(34)Al respecto sostiene Herrera: "No se trata de una libertad desmedida, sin límites ni valores;
sino una libertad cuya barrera -infranqueable por cierto- reposa en las nociones de
responsabilidad y solidaridad. En otras palabras, en estos dos elementos reposa la eterna
búsqueda entre autonomía de la voluntad y orden público en el derecho de familia, interrogante
que siempre ha desvelado a la ley, como a la doctrina y jurisprudencia, aquí como afuera"
(HERRERA, Marisa, "Panorama..., cit., p. 12).
(35)La regulación de algunos efectos de las uniones convivenciales con la posibilidad de que
sus integrantes puedan celebrar pactos de convivencia (arts. 509 a 528); la posibilidad de optar,
mediante la celebración de convenciones matrimoniales, entre la comunidad y la separación de
bienes como régimen patrimonial del matrimonio (arts. 446 y ss.); el favorecimiento a la
celebración de convenios reguladores de los efectos del divorcio (art. 439).
(36)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., p. 507.
(37)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., ps. 507/508.
(38)GROSMAN, Cecilia P., "Los adultos mayores en la sociedad y la familia", GRAHAM, Marisa -
HERRERA, Marisa (dirs.), Derecho de las familias, infancia y adolescencia. Una mirada crítica y
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/19
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/19
CAPÍTULO II - EL MATRIMONIO. POR MARTÍN M. CULACIATI
I. ESPONSALES(1)
1. Regímenes anteriores
El Código Civil originario (art. 166) y, posteriormente, la ley 2393 de matrimonio civil
dispusieron que "La ley no reconoce esponsales de futuro. Ningún tribunal admitirá demandas
sobre la materia, ni indemnización de perjuicios que ellos hubieran causado". De este modo,
Vélez siguió en la cuestión lo previsto en el Esboço de Augusto Teixeira de Freitas y en el
proyecto español de 1851. Ambos proyectos fueron más allá del silencio guardado en el Code
francés y explícitamente prohibieron toda acción derivada de la ruptura de la promesa.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Esta postura normativa continuó hasta la sanción de la ley 23.515 que, si bien mantuvo la
falta de valor vinculante de los esponsales, suprimió el párrafo que prohibía expresamente todo
reclamo indemnizatorio (art. 165). Esto llevó a que la doctrina entendiera que la prohibición
expresa había sido derogada y, de esta manera, se abría la puerta a la reparación civil ante la
ruptura de los esponsales. Y si bien algunos autores evaluaron la admisión y extensión del
resarcimiento, su aceptación fue restrictiva. Sucede que la sola existencia de una relación
sentimental frustrada no configura una ruptura configurativa de responsabilidad directa
indemnizable(4).
La incertidumbre culminó con la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación(5)que
continúa en la senda de no reconocer esponsales de futuro, pero desestima explícitamente el
reclamo de los daños y perjuicios por la ruptura intempestiva.
Ahora bien, si la ruptura esponsalicia no constituye un ilícito civil, cómo podría generar la
responsabilidad por los daños y perjuicios. Sucede que la supresión de la ley 23.515 llevó a
distintas interpretaciones en torno a si el legislador había admitido la posibilidad del reclamo
resarcitorio. Borda sostuvo la tesis negativa, entendiendo que "esta acción abre camino al
chantaje"(7); mientras que la tesis positiva, es decir, aquella que admite el resarcimiento de
daños derivados de la forma intempestiva de la ruptura, fue sostenida por Vidal Taquini,
Belluscio, Zannoni, entre otros.
En esta línea de pensamiento, se entendió que no debía buscarse la ilicitud en el
rompimiento, sino en la alteración del deber jurídico de no dañar a los demás, obligación que se
vería vulnerada por el quiebre intempestivo de la relación afectiva(8).
Así, la responsabilidad será de carácter extracontractual, ya que por más que los integrantes
de la pareja se hayan formulado la promesa de casarse, el pacto no es exigible jurídicamente.
Ello significa que para lograr una indemnización se debía demostrar el hecho antijurídico(9), el
factor de atribución, el daño, y la relación de causalidad entre el hecho y el daño.
El factor de atribución, entonces, será el dolo o la culpa, y el daño debe ser producto de una
relación de causalidad adecuada con el hecho generador de la responsabilidad(10).
El daño susceptible de ser reclamado puede ser material(11)y/o moral(12).
Borda advierte que el principio general es la irresponsabilidad por la ruptura de la promesa de
matrimonio pero admite que, en casos extremos, la reparación sería procedente (v. gr., si
habiéndose cursado las invitaciones a la ceremonia del casamiento, el novio no se presenta, no
obstante haber pedido de común acuerdo la fecha de la celebración)(13). Di Lella(14)sólo
admite la acción de daños y perjuicios para el supuesto de dolo o culpa grave y ciñendo la
indemnización a los gastos realizados(15).
4. La restitución de donaciones(19)
El Código continúa la senda de admitir la restitución de las donaciones efectuadas con miras
al futuro matrimonio, tanto entre cónyuges como de terceros hacia ellos.
En doctrina existían distintas posturas para la restitución de bienes, al amparo de la
legislación anterior. Fassi y Borda entendían que se trataba de donaciones condicionales (arts.
1240 y 1248, CCiv. derogado)(20). Guastavino aplicaba en cambio, las normas del contrato de
depósito y expresaba que los bienes entregados en miras al matrimonio, lo eran en calidad de
depósito y en caso de ruptura debían restituirse, por su calidad de depositario (arts. 2182 y
2210, CCiv. derogado)(21). Finalmente, para Llerena, se trataba de un enriquecimiento sin
causa(22).
Cabe recordar algunos precedentes jurisprudenciales(23)que sostuvieron: "(...) con
independencia de los motivos de la ruptura de una promesa de matrimonio, si uno de los
promitentes efectúa a favor del otro una donación consistente en dinero y la revoca
posteriormente por causa de ingratitud, por aplicación del art. 1240 del Cód. Civil debe
restituirse al donante lo recibido, pues la frustración del matrimonio lo convierte en un pago sin
causa (conf. art. 793, CCiv.), sea que la donación se haya efectuado dentro o fuera de la
convención prenupcial".
El CCyCN se enrola en la tesitura doctrinaria que advierte que lo que un novio otorga al otro
en miras a un futuro matrimonio es una donación y no lo hace en carácter de depositario(24).
Dicho de otro modo, si la condición que inspira las donaciones (el matrimonio) no se cumple,
éstas no se perfeccionan.
En suma, el Código dedica una sección específica a las "donaciones por razón de
matrimonio", y allí establece que todas las donaciones realizadas en convenciones
matrimoniales "sólo tienen efecto si el matrimonio se celebra" (cfr. art. 451).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Inclusive, también regula expresamente la hipótesis de las donaciones que los terceros
realizaran en virtud del futuro matrimonio(25).
I. PRELIMINARES
Para la existencia del matrimonio es indispensable el consentimiento de ambos contrayentes
expresado personal y conjuntamente ante la autoridad competente, que normalmente será el
oficial público encargado del Registro Civil.
De ahí que la estructura del acto jurídico matrimonial resulta de ambos actos que le dan
existencia, esto es, del consentimiento de ambos contrayentes y la intervención de la autoridad
competente. La ausencia de algún elemento estructural provoca la inexistencia del matrimonio.
Hasta la sanción de la ley 26.618(26), la diversidad de sexo de los contrayentes era un requisito
de fondo para la celebración del connubio. De esta manera, la igualdad de sexo conllevaba la
inexistencia del acto.
Ahora bien, un matrimonio estará afectado de nulidad cuando, a pesar de contar con los
elementos estructurales o condiciones de existencia, hayan fallado o estén viciadas las
condiciones de validez del acto. Así, la configuración de los impedimentos dirimentes o los
vicios del consentimiento llevan a que el acto sea anulable. Ésta es una sanción de ineficacia
que, reconociendo la existencia estructural del matrimonio, lo priva de sus efectos propios.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Impedimentos dirimentes
El principio general es que toda persona está habilitada para contraer matrimonio a
excepción de aquellas que se encuentren comprendidas en las situaciones o hechos
determinados en la norma que vedan expresamente su celebración. Estos obstáculos legales se
denominan impedimentos dirimentes y constituyen una limitación para la celebración de un
matrimonio válido. No sólo obstan a su licitud, sino también a su validez.
El Código sigue en términos generales los lineamientos de su predecesor —el art. 166, CCiv.
— aunque adecua la terminología utilizada y advierte que los impedimentos enunciados poseen
carácter dirimente. Además, suprime el impedimento de sordomudez cuando el contrayente
afectado no sabía manifestar su voluntad en forma inequívoca por escrito o de otra manera; que
era objetado desde antaño por la doctrina mayoritaria.
Sobre el particular, se presentaban dos supuestos: si el sordomudo podía darse a entender
de cualquier manera, no había impedimento alguno para contraer matrimonio. En cambio, si no
podía darse a entender por ningún medio, tampoco era un impedimento; pues no había
capacidad para expresar el consentimiento. En esta última hipótesis no existe un impedimento
que provoque la nulidad, sino que en rigor, estaríamos ante un supuesto de inexistencia del
matrimonio. En síntesis, si el sordomudo no puede prestar personalmente su consentimiento, no
habría un matrimonio nulo sino un acto inexistente.
1.1. Parentesco
Históricamente, el impedimento de parentesco ha respondido a fundamentos culturales,
naturales, sociales, éticos, eugenésicos e incluso religiosos(27).
El art. 403 prohíbe determinados vínculos parentales que ligan a los pretensos contrayentes
y contempla como impedimentos dirimentes para un matrimonio válido: a) el parentesco en
línea recta en todos los grados, cualquiera que sea el origen del vínculo; b) el parentesco entre
hermanos bilaterales y unilaterales, cualquiera que sea el origen del vínculo, y c) la afinidad en
línea recta en todos los grados.
El inc. a) de la norma incluye a los ascendientes y descendientes sin limitación y sin
distinción en función de su origen; dicho de otro modo, la prohibición alcanza a aquellos
parientes por naturaleza, por métodos de reproducción humana asistida o por la adopción. De
acuerdo con el inc. b) el impedimento alcanza dentro del parentesco a la línea colateral hasta el
segundo grado. Los hermanos son parientes en línea colateral en segundo grado y su vínculo
puede ser unilateral o bilateral según tengan en común uno o ambos progenitores(28).
El inc. c) regula la afinidad en línea recta en todos los grados, es decir, comprende sin
limitación, a los ascendientes y descendientes de uno de los cónyuges respecto del otro(29).
Esta prohibición alcanza únicamente a los parientes afines en línea recta, no quedando
comprendidos los afines en línea colateral (v. gr., cuñados entre sí), respecto de los cuales rige
el principio de libertad para contraer matrimonio.
Una aclaración que corresponde agregar es que el parentesco por afinidad no se extingue
por la disolución del matrimonio, pero sí fenece por la nulidad del vínculo. Justamente, este
impedimento es de carácter permanente, pues aparece tras la disolución del matrimonio que
ocasiona la afinidad, toda vez que antes el vínculo entre afines no sería posible, pero no por el
impedimento de afinidad, sino por el de ligamen.
El TEDH(30)en un caso contra el Reino Unido se ha referido a las limitaciones derivadas del
grado de afinidad, estimando improcedente la denegación de permiso para celebrar el
matrimonio entre suegro y nuera por considerarlo una medida desproporcionada e injustificada,
que no defiende los objetivos legítimos de protección de la integridad de la familia y que no evita
daños a los menores que puedan quedar afectados por el cambio de relaciones entre los
adultos que los rodean. El tribunal resolvió por unanimidad que en el caso mediaba violación del
art. 12 de la CEDH(31).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1.3. Crimen(32)
El inc. e) establece como impedimento matrimonial el "haber sido condenado como autor,
cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de los cónyuges".
El Código contempla la situación desde el punto de vista del tercero con total independencia
de la conducta que pueda haber asumido el cónyuge supérstite de la víctima, es decir, no se
requiere la intervención conjunta en el hecho de quienes pretenden casarse. La norma sanciona
con total amplitud la conducta de quien asesina o participa del asesinato del cónyuge de la
persona con quien pretende contraer matrimonio, como la de aquel que no posee la intención
de unirse maritalmente con el cónyuge supérstite. Dicho de otro modo, la figura legal no está
integrada por el propósito de contraer matrimonio. Es un impedimento relativo, porque veda el
matrimonio entre quien intervino en el homicidio y el cónyuge supérstite de la víctima.
Ahora bien, entre las condiciones de aplicación del impedimento, el inciso refiere que debe
tratarse de un delito consumado, de aquí se desprende que no basta la mera tentativa(33).
Debe ser un delito doloso, o sea, con la intención de privar al otro del bien jurídico vida. El
impedimento no alcanza los supuestos de homicidio culposo o preterintencional. Quedan
excluidos también los casos de inimputabilidad y exceso en la legítima defensa.
Respecto del delincuente, el Código prevé expresamente su intervención como autor,
cómplice o instigador(34). La formulación es taxativa por lo que cualquier otra participación en el
delito queda excluida. Si bien algunas voces objetaban, al amparo de la legislación anterior, la
no inclusión del encubridor, cabe advertir que el encubrimiento es un delito diferente, que no
posee vinculación con la ejecución del delito principal(35).
El Código zanja las discrepancias existentes con relación a la necesidad de una condena
penal; cuando exige expresamente el "haber sido condenado". La norma recepta así la doctrina
mayoritaria que entendía que era necesaria una condena previa, porque sólo así podía quedar
establecida la participación del sujeto en el homicidio.
Resta considerar qué ocurre en la hipótesis de que el sujeto esté cursando el proceso penal
en el que aún no se ha dictado la sentencia. En el régimen anterior, algunos autores sostenían
que mientras dure el proceso penal tendrá que suspenderse la autorización para contraer
matrimonio. Belluscio(36)—siguiendo a Spota— apuntó que si bien la suspensión no está
autorizada, nada obsta para que se deduzca oposición a la celebración del matrimonio, cuya
suerte puede depender del resultado del proceso penal.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El artículo refiere también que el judicante debe evaluar la opinión de los representantes, si la
hubiesen expresado. Sin embargo, las observaciones que hubieran manifestado en la audiencia
no son vinculantes, en consonancia con la derogación de la autorización paterna requerida por
el Código derogado.
2. Impedimentos impedientes
Son aquellos que afectan la regularidad de la celebración del matrimonio, pero no provocan
su invalidez, aunque de celebrarse el matrimonio pueden conllevar sanciones para el oficial
público. Su violación determina la ilicitud del matrimonio, pero no afecta su validez. También se
los llama prohibitivos, porque se agotan en la prohibición y sólo cumplen una función preventiva.
contagio". La ley 12.331 también incluyó, como sistema preventivo, la obligatoriedad del
examen médico prenupcial gratuito para los varones, que fuera extendido a las mujeres
mediante la ley 16.668 de 1965.
Este impedimento es temporario, pues sólo rige mientras dure el período de contagio y en él
quedan comprendidas todas las enfermedades venéreas y paravenéreas provocadas por
contagio sexual.
1. El consentimiento matrimonial
El consentimiento marital es uno de los requisitos esenciales para la existencia del
matrimonio. Se ha repetido desde antaño que el acto jurídico matrimonial descansa en el
consentimiento de los contrayentes que es, estructuralmente, una condición de existencia. Es la
voluntad de cada uno de los contrayentes de unirse al otro con sujeción a las reglas legales a
las que está sometido el vínculo conyugal(47).
El art. 406 prevé que
(...) para la existencia del matrimonio es indispensable el consentimiento de ambos
contrayentes expresado personal y conjuntamente ante la autoridad competente para
celebrarlo (...).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El matrimonio es un acto jurídico familiar bilateral solemne y sus elementos estructurales son:
a) la expresión del consentimiento matrimonial y b) la intervención de la autoridad competente.
La ausencia de alguno de estos requisitos acarrea la inexistencia del vínculo. En síntesis, el
consentimiento marital es la declaración verbal, escrita o por cualquier otro medio inequívoco
mediante el cual los contrayentes expresan su voluntad de celebrar su matrimonio.
Esta norma debemos observarla en conjunto con lo dispuesto en el art. 2623, en tanto
dispone:
Se considera matrimonio a distancia aquel en el cual el contrayente ausente expresa su
consentimiento, personalmente, ante la autoridad competente para autorizar matrimonios
del lugar en que se encuentra.
Así, el Código admite que los contrayentes expresen su consentimiento en lugares distintos.
Intervienen dos funcionarios: el oficial del domicilio de quien no puede concurrir, que deberá
recibir el consentimiento de aquel contrayente y expedir la documentación del acto que pasó
ante él. La documentación que acredite el consentimiento del ausente sólo puede ser ofrecida
dentro de los noventa días de la fecha de su otorgamiento. A su vez, el oficial correspondiente
al domicilio del otro contrayente, deberá verificar que los interesados no están afectados por
impedimentos legales y decidir sobre las causas alegadas para justificar la ausencia.
El matrimonio a distancia se considera celebrado en el lugar donde se preste el
consentimiento que perfecciona el acto. De ahí que esta última norma distingue entre el lugar
donde se encuentra el ausente y aquel de la celebración.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. La violencia
La libertad en el consentimiento es la que les permite a los pretensos contrayentes elegir
entre celebrar su matrimonio o no hacerlo. Este vicio matrimonial permite que, mediante una
coacción externa, se tuerza la voluntad de aquellos en uno u otro sentido. La violencia puede
ser tanto física como moral o intimidación.
La violencia física es la "fuerza irresistible" ejercida sobre uno o ambos contrayentes para
obtener la celebración del acto. En cambio, la violencia moral se da cuando se inspira en el
sujeto el temor racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona o bienes o
en la de sus descendientes o ascendientes. La privación de la libertad causa la nulidad del acto,
en los términos del art. 276(54).
En la práctica es poco usual la configuración de la violencia física en el acto matrimonial,
atento a que éste debe ser llevado a cabo frente a un oficial público, quien realiza el contralor de
la legalidad del acto. De ahí que ella supondría el ejercicio a la vez de violencia sobre el oficial
público o su complicidad.
Sí resulta más frecuente la hipótesis de una intimidación o violencia moral que pueda ejercer
uno de los contrayentes sobre el otro, o un tercero sobre uno o ambas personas, quienes
pueden verse constreñidos a prestar su consentimiento.
La doctrina sistematizó los requisitos de la intimidación: a) existencia de injustas amenazas,
es decir, que no sean legítimas o ajustadas al ejercicio legítimo de un derecho; b) carácter
fundado del temor, lo que se juzgará teniendo en cuenta las circunstancias de cada caso; c)
inminencia y gravedad del mal; d) bienes sobre los que debe recaer(55), y e) relación causal
entre las amenazas y el consentimiento.
2. El dolo(56)
contraer matrimonio.
3. El error
El error es el falso conocimiento de un hecho al que un contrayente llega de manera
espontánea, a diferencia del dolo, donde el error ha sido provocado por maniobras engañosas
del otro contrayente o de un tercero.
En consonancia con la legislación anterior, el art. 409 prevé dos supuestos de error como
vicio del consentimiento marital. El error acerca de la persona del otro contrayente y/o el error
sobre las cualidades personales de aquél. El primer supuesto refiere a la identidad del sujeto, es
decir, el caso de quien, queriendo contraer matrimonio con persona determinada, lo hace con
otra. El error sobre las características del otro contrayente recae sobre circunstancias
personales relativas a éste, preexistentes a la celebración del matrimonio y que, de haber sido
conocidas por quien alega el error, es razonable inferir que lo habrían determinado a no
casarse(58).
A diferencia de la normativa anterior, el art. 409 prevé el error qualitatis en un inciso separado
y de manera abierta y genérica, de modo de posibilitar el judicante la consideración de múltiples
circunstancias que puedan configurar el error y viciar el consentimiento marital. El juez debe
valorar lo esencial del error, considerando las circunstancias personales de quien lo alega. En
suma, el error para ser admitido como vicio debe recaer sobre aspectos esenciales, es decir,
debe ser grave, determinante de la voluntad del contrayente, porque de haber conocido la
realidad, quien lo invoca no habría consentido el matrimonio, y excusable, porque a la víctima le
es exigible una mediana diligencia(59)para no caer en él.
En ese acto, el oponente deberá adjuntar la documentación que posea o denunciar el lugar
en el que ésta se encuentre, como también cualquier información adicional que sirva para
comprobar la existencia del impedimento. Como es lógico, el plazo para decidir la oposición —al
igual que la denuncia— comienza cuando los contrayentes comparecen por primera vez ante el
oficial público hasta la celebración del matrimonio. Con posterioridad, la única vía posible es la
acción de nulidad.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El judicante dará vista al Ministerio Público por el término de ley. Sin perjuicio de señalar que
si la oposición encuentra su apoyatura en los impedimentos previstos en el art. 403, incs. f) y g),
resulta aplicable lo dispuesto en el art. 103; el Código hace una referencia amplia al Ministerio
Público a fin de resguardar la autonomía de las normas provinciales que definan la figura
legitimada y su rol.
La resolución del juez será apelable dentro del quinto día y el tribunal de alzada debe
expedirse sin sustanciación alguna, en el término de diez días.
2. Denuncia de impedimentos
Fuera de los sujetos a quienes se les reconoce un interés legítimo para deducir oposición,
cualquier persona puede denunciar la existencia de los impedimentos establecidos en el art.
403, por ante el Ministerio Público para que deduzca la oposición, si lo considera procedente.
Ahora bien, el denunciante se ciñe a formular la denuncia y no es parte de la oposición que
deducirá, en su caso, el funcionario. Justamente, como el tercero no posee legitimación activa,
requiere la intervención del Ministerio Público que evaluará las circunstancias alegadas.
Si aparece en la denuncia un impedimento dirimente, se constituye en parte en el trámite que
se sustancia conforme a las formalidades y el procedimiento establecido en los arts. 413 y 414.
De lo contrario se archiva sin más trámite la presentación.
A diferencia de la legislación anterior, el Código suprime la posibilidad de que la denuncia sea
incoada ante el oficial público, cuyas funciones se limitan a lo previsto en el art. 414. De este
modo, se pretende evitar que cualquier persona efectúe alegaciones infundadas que sólo
servirían para obstruir la celebración del acto.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 22/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
libretas de familia o cualesquiera otros documentos expedidos por la dirección general y/o sus
dependencias que correspondan a inscripciones registradas en sus libros o en las copias y que
lleven la firma del oficial público y sello de la oficina respectiva, son instrumentos públicos y
crean la presunción legal de la verdad de su contenido en los términos prescritos por el Código
Civil(63).
I. PRELIMINARES
El Código introduce modificaciones sustanciales en materia de derechos-deberes personales
derivados del matrimonio. Al suprimirse el régimen culpable de divorcio se imponía, a fin de
conservar una coherencia interna, reestructurar los deberes maritales, dejando en claro el
carácter jurídico o simplemente moral.
La modificación no es inocua, pues el carácter moral de un deber conyugal implica que su
incumplimiento no genera consecuencias jurídicas. En el marco de un régimen de divorcio sin
expresión de causa, su violación no será alegada para peticionar la ruptura matrimonial, y
además, no podrá requerirse la reparación civil derivada de su transgresión. Sucede que si bien
el Código reconoce el alto valor axiológico del deber de fidelidad, éste queda automáticamente
vacío de contenido legal y subsiste su interés pero ceñido al plano moral. En síntesis, el art. 431
prevé:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. El deber de convivencia
Para comenzar, corresponde distinguir la convivencia de la cohabitación; pues ésta implica
respecto de los cónyuges la obligación de vivir juntos en una misma casa, mientras que aquélla,
en cambio, conlleva la compañía del otro.
La cohabitación permite y fomenta la comunidad de vida(65), y esta comunidad se integra
tanto con la convivencia material, esto es, la habitación en la misma vivienda, como con la
comunidad psicológica que exige una profunda e integral comunicación entre los cónyuges en
todos los niveles del ser. La interrupción de la cohabitación no debe asimilarse a la interrupción
de la convivencia en un mismo domicilio(66).
Esta mirada actual entiende que no existe convivencia si dos personas, aun habitando
material o físicamente la misma vivienda, muestran su voluntad de sustraerse del proyecto
común que significa compartir su plan de vida. Así, la separación de hecho no deberá medirse
por la distancia física entre los cónyuges, sino por la subsistencia o el quiebre del vínculo
matrimonial.
Una derivación del concepto amplio del mentado deber nos permite colegir que no puede
verse limitado a la mera residencia en un mismo domicilio(67).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 25/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3. El deber de asistencia
La doctrina distingue entre el concepto genérico de asistencia y el específico de alimentos.
En la asistencia, en sentido amplio, quedan comprendidos la ayuda mutua, el respeto recíproco,
los cuidados materiales y espirituales que ambos cónyuges deben dispensarse. En síntesis, una
serie de presupuestos éticos que podrían resumirse en el concepto de solidaridad familiar. En
cambio, los alimentos, como prestación, si bien se fundan en el deber de asistencia, se traducen
en valores pecuniarios, de contenido económico, que aseguran la subsistencia material(74).
El Código conserva el derecho-deber jurídico de asistencia, previendo expresamente el deber
alimentario y las pautas para su fijación, en lo que aquí interesa, mientras los cónyuges se
encuentren conviviendo o separados de hecho(75).
Sin embargo, es importante poner de relieve que lo que se conserva como deber jurídico
corresponde a la faz material (alimentos). En cambio, el derecho deber propiamente dicho (la
cooperación o ayuda mutua) sólo subsiste en el ámbito moral.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 26/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
ALDAO, Martín - CLÉRICO, Laura (coords.), Matrimonio igualitario. Perspectivas sociales, políticas y
jurídicas, Eudeba, Buenos Aires, 2010.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, t. I, 6ª ed., Depalma, Buenos Aires, 1996.
BIDART CAMPOS, Germán J. - HERRENDORF, Daniel E., "La enfermedad de SIDA no es impedimento
matrimonial", ED 144-601.
BORDA, Guillermo, Manual de derecho de familia, Perrot, Buenos Aires, 1988.
— "Responsabilidad por la ruptura de la promesa de matrimonio", Revista Scribas, nro. 4,
homenaje al Dr. Guillermo Borda, Arequipa, 1998.
BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, 5ª ed., 2ª reimpr.,
Astrea, Buenos Aires, 2000.
CHECHILE, Ana M., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil argentino,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
CULACIATI, Martín M., "La separación de hecho de los cónyuges. Cuestiones conflictivas y
perspectivas jurisprudenciales", JA 2012-III-3, fasc. 12.
D'ANTONIO, Daniel H., "El impedimento matrimonial de crimen", ED 46-819.
DI LELLA, Pedro, "Derecho de daños vs. Derecho de familia", LL 1992-D-862.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 27/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
FANZOLATO, Eduardo I., en BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil y
normas complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 1B, 1ª ed., 2ª reimpr.,
Hammurabi, 2005.
GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho constitucional de familia,
t. I, Ediar, Buenos Aires, 2006.
GUASTAVINO, Elías P., "Celebración del matrimonio. La Convención de Nueva York de 1962
aprobada por la ley 18.444", JA 1971-II-149.
— "Restitución de bienes entregados por causa de matrimonio, si éste no se celebra", JA
1974-270.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Separación de hecho entre cónyuges, Astrea, Buenos Aires, 1978.
LAGOMARSINO, Carlos A., "La promesa de matrimonio", Monografías jurídicas, nro. 78, Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, 1962.
LAGOMARSINO, Carlos A. R. - URIARTE, Jorge A., "Ley 23.515", en BELLUSCIO, Augusto C. (dir.) -
ZANNONI, Eduardo A. (coord.),Código Civil y leyes complementarias, t. 7, Astrea, Buenos Aires,
1998.
LLORENS, Luis R. - RAJMIL, Alicia B., "La protección de los derechos de las personas con
enfermedades mentales. La nueva ley 26.657", LL online.
LLOVERAS, Nora - FARAONI, Fabián, La mayoría de edad en Argentina, Nuevo Enfoque Jurídico,
Córdoba, 2010.
LLOVERAS, Nora - ORLANDI, Olga - FARAONI, Fabián, Régimen jurídico del matrimonio civil. Ley
26.618, Enfoque Jurídico, Córdoba, 2010.
MARTÍNEZ ALCORTA, Julio A., "Primera aproximación al impacto de la Ley Nacional de Salud Mental
en materia de capacidad civil", Supl. Act., 7/12/2010, p. 1; DJ, 16/2/2011, p. 101.
MEDINA, Graciela, "Responsabilidad por la ruptura de noviazgo", LL 1999-B-941.
MÉNDEZ COSTA, María Josefa - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. I, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 2001.
OPPENHEIM, Ricardo - SZYLOWICKI, Susana, "El riesgo de generalizar la aplicación de
indemnizaciones dinerarias en casos de ruptura de esponsales y divorcio", en GROSMAN, Cecilia
- LLOVERAS, Nora - HERRERA, Marisa (dirs.), Summa de familia, AbeledoPerrot, Buenos Aires,
2012.
ORTIZ, Diego, "Las nuevas parejas LAT (living apart together) en el proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación", Microjuris, 29/11/2012, MJ-DOC-6088-AR, MJD6088.
RIVERA, Julio C. - HOOFT, Irene, "La nueva Ley 26.657 de Salud Mental", SJA, 25/5/2011.
SOLARI, Néstor E., "Restitución de bienes y daños y perjuicios derivados de la ruptura del
noviazgo", en GROSMAN, Cecilia - LLOVERAS, Nora - HERRERA, Marisa (dirs.), Summa de familia,
AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2012.
— "Los esponsales en el proyecto de reforma", DFyP 2013 (octubre), p. 13.
TAMINI, Martín, en BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil y normas
complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 1B, 1ª ed., 2ª reimpr., Hammurabi,
Buenos Aires, 2005.
TAU ANZOÁTEGUI, Víctor, "El impedimento de crimen en el derecho matrimonial", JA 1957-IV-109.
URIARTE, Jorge A., "Responsabilidad por la ruptura de la promesa de matrimonio", JA 1992-II-
843.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, t. 1, 3ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1998.
— "Responsabilidad civil por ruptura de la promesa de matrimonio y del concubinato", en
AA.VV., Responsabilidad en el derecho de familia, Hammurabi, Buenos Aires, 1983.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 28/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 29/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(16)Véase SOLARI, Néstor E., "Los esponsales en el Proyecto de Reforma", DFyP 2013
(octubre), p. 13.
(17)En sentido coincidente, el art. 16, inc. 2º de la Convención sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación Contra la Mujer, aprobada por ley 23.179, enfatiza que "no
tendrán ningún efecto jurídico los esponsales", y de esta manera, la falta de efectos jurídicos
reconocidos impide ejercer acciones encaminadas a exigir el cumplimiento de la promesa
matrimonial.
(18)El CCyCN regula expresamente la figura del enriquecimiento sin causa en los arts. 1794 y
ss.
(19)SOLARI, Néstor E., "Restitución de bienes y daños y perjuicios derivados de la ruptura del
noviazgo", en GROSMAN, Cecilia - LLOVERAS, Nora - HERRERA, Marisa (dirs.), Summa de Familia,
AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2012, p. 407.
(20)Lagomarsino sostenía también que debían restituirse las donaciones, pero su fundamento
radicaba en el art. 1240 del Código anterior, que regulaba las donaciones propter nupcias, las
que consideraba revocadas si el matrimonio no llegaba a celebrarse. LAGOMARSINO, Carlos A., La
promesa de matrimonio, cit., ps. 59 y 60.
(21)GUASTAVINO, Elías, "Restitución de bienes entregados por causa de matrimonio, si éste no
se celebra", JA 1974-270 y ss., secc. Doctrina, nros. II y III.
(22)Salvat distinguía entre verdaderas donaciones y los simples regalos inspirados por un
sentimiento de afecto. Para este autor las donaciones quedaban resueltas en razón de tratarse
de pagos sin causa.
(23)C. Nac. Civ., sala A, 15/12/1994, "C., D. v. B., B. B.", LL 1995-B-485.
(24)"En lo que respecta a las donaciones entre prometidos o a las efectuadas por terceros, ya
la doctrina había formulado distinción entre verdaderas donaciones y simples obsequios
inspirados en sentimientos afectivos considerando que las primeras quedaban resueltas en
caso de ruptura por carecer de causa, en tanto los segundos se consolidaban por aplicación de
las normas que impedían el ejercicio de acciones relacionadas con los esponsales". MÉNDEZ
COSTA, María Josefa - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. I, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
2001, p. 118.
(25)El art. 452 prescribe que "las donaciones hechas por terceros a uno de los novios, o a
ambos, o por uno de los novios al otro, en consideración al futuro matrimonio, llevan implícita la
condición de que se celebre matrimonio válido".
(26)Puede compulsarse ALDAO, Martín - CLÉRICO, Laura (coords.), Matrimonio igualitario.
Perspectivas sociales, políticas y jurídicas, Eudeba, Buenos Aires, 2010, y LLOVERAS, Nora -
ORLANDI, Olga - FARAONI, Fabián, Régimen jurídico del matrimonio civil. Ley 26.618, Enfoque
Jurídico, Córdoba, 2010, entre otros.
(27)Los impedimentos derivados del parentesco poseen carácter permanente y no son
dispensables. El art. 529 define al parentesco como el vínculo jurídico existente entre personas
en razón de la naturaleza, las técnicas de reproducción humana asistida, la adopción y la
afinidad.
(28)El art. 534 se encarga de deslindar ambos supuestos, al señalar que "son hermanos
bilaterales los que tienen los mismos padres. Son hermanos unilaterales los que proceden de
un mismo ascendiente en primer grado, difiriendo en el otro".
(29)El parentesco por afinidad es definido como aquel que existe entre la persona casada y los
parientes de su cónyuge (v. art. 536).
(30)Léase Tribunal Europeo de Derechos Humanos, TEDH, 13/9/2005, "B. y L. v. Reino
Unido", sentencia 20/5/1995.
(31)Léase Convención Europea de Derechos Humanos. El art. 12 acuerda a las personas en
edad núbil el derecho de casarse y fundar una familia conforme a las leyes nacionales que
regulen el ejercicio de ese derecho.
(32)Puede cotejarse D'ANTONIO, Daniel H., "El impedimento matrimonial de crimen", ED 46-819,
y TAU ANZOÁTEGUI, Víctor, "El impedimento de crimen en el derecho matrimonial", JA 1957-IV-109,
entre otros.
(33)Según el art. 42 del CPen. es la situación de aquel que con el fin de cometer un delito
comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su voluntad.
(34)Son aquellos que tomasen parte en la ejecución del hecho o prestasen al autor o autores
un auxilio o cooperación sin los cuales no habría podido cometerse el delito, o los que hubiesen
determinado directamente a otro a cometerlo (cfr. art. 45, CPen.).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 30/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
parte o de un tercero, causan la nulidad del acto. La relevancia de las amenazas debe ser
juzgada teniendo en cuenta la situación del amenazado y las demás circunstancias del caso".
(55)Según el art. 937 del Código derogado, el mal debía recaer "sobre su persona, libertad,
honra o bienes, o de su cónyuge, descendientes o ascendientes".
(56)El dolo como vicio del consentimiento matrimonial fue introducido originalmente por el art.
16 de la ley 2393 y mantenido en la redacción que la ley 23.515 le dio al art. 175 del Código
derogado.
(57)CABANELLAS, Guillermo, Diccionario de derecho usual, t. I, Arayú, Buenos Aires, 1953, p.
742.
(58)BOSSERT, Gustavo - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, cit., ps. 142 y 143.
Véase también C. Nac. Civ., sala C, 22/12/2010, expte. 89.572/08, "A., R. v. C., P. A. s/nulidad
de matrimonio", publicado el 14/3/2011, elDial.com, AA6912.
(59)C. Nac. Civ., sala D, 25/8/2001, "D., M. N. v. R., O. P. s/nulidad de matrimonio", RDF nro.
20, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2002, p. 151.
(60)La diferencia de edad entre contrayentes invocada como causa obstativa del matrimonio
debe ser desestimada. A fortiori, se dijo: "Corresponde rechazar la oposición a la celebración
del matrimonio entre un hombre de 86 años y una mujer 40 años menor que aquél, formulada
por el hijo del novio con fundamento en que su padre sufre de demencia senil pues, el
contrayente no ha sido declarado interdicto ni inhabilitado, el oponente no ha logrado acreditar
que su padre padezca el síndrome mental que denuncia, y la diferencia de edad entre los
contrayentes no puede ser receptada como un obstáculo para la celebración del matrimonio".
Trib. Col. Familia n. 5 Rosario, 19/6/2009, "T., J. L. v. T., S. O.", LL Litoral 2009 (septiembre),
936.
(61)Algo similar ocurre respecto de los curadores, en función de lo dispuesto en el art. 32, párr.
3º, pues el curador designado debe promover la autonomía y favorecer las decisiones que
respondan a las preferencias de la persona protegida. En ambos supuestos (tutores y
curadores) nada impediría que formulen la denuncia del art. 412.
(62)"De la totalidad de los elementos de convicción arrimados a la causa y del testimonio del
médico interviniente no se acreditó el presupuesto básico para la celebración del matrimonio in
extremis, cual es el peligro cierto de muerte de uno de los contrayentes". C. 1ª Civ. y Com.
Córdoba, 12/4/2005, "S., M. J. v. Municipalidad de Córdoba y otros", LLC 2005-653.
(63)Véase arts. 5º y 23 de la ley 26.413.
(64)TAMINI, Martín, en BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil y normas
complementarias. Análisis doctrinal y jurisprudencial, t. 1B, 1ª ed., 2ª reimpr., Hammurabi,
Buenos Aires, 2005, p. 105.
(65)FANZOLATO, Eduardo I., en BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil...,
cit., t. 1B, p. 115.
(66)CULACIATI, Martín M., "La separación de hecho de los cónyuges. Cuestiones conflictivas y
perspectivas jurisprudenciales", JA 2012-III-3, fasc. 12.
(67)Véase, por todos, C. Nac. Civ., sala H, 22/9/2010, "M., B. M. y otro s/divorcio, art. 214, inc.
2º, CCiv.", LL 2011-F-13; Rubinzal online, RC J 11696/11; íd., íd., 12/8/2011, "Primo, Claudio A.
v. Martínez, María C. s/divorcio art. 214, inc. 2º, CCiv.", DFyP 2012 (enero) 132, con nota de
SOUZA VIEIRA, Viviana, DJ, 1/2/2012, p. 90.
(68)Se remite a ORTIZ, Diego, "Las nuevas parejas LAT (living apart together) en el proyecto de
Código Civil y Comercial de la Nación", Microjuris, 29/11/2012, MJ-DOC-6088-AR | MJD6088.
(69)Por lo general, son segundas o terceras uniones cuyos integrantes tienen hijos de parejas
anteriores y por diversas razones eligen -autonomía de la voluntad- no compartir el mismo
techo.
(70)Prestigiosa doctrina ha señalado que el contenido del deber de fidelidad no surge ni
expresa ni implícitamente de nuestra regla de reconocimiento constitucional ni de nuestro
ordenamiento civil. Mucho menos puede deducirse de principios naturales de carácter universal.
Por el contrario, se trata de una creación doctrinaria y jurisprudencial en la cual subyacen
modelos y valores sociales, religiosos y culturales. GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria -
HERRERA, Marisa, Derecho constitucional de familia, t. I, Ediar, Buenos Aires, 2006, p. 258.
(71)FANZOLATO, Eduardo I., en BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.), Código..., cit.,
p. 109.
(72)CHECHILE, Ana M., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil argentino,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006, ps. 67 y 68.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 32/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(73)En los Fundamentos del otrora Anteproyecto se afirma que "Los daños que pueden ser
indemnizados a través del sistema general de la responsabilidad civil son aquellos que no
tienen su causa en el vínculo matrimonial en sí mismo ni en los deberes que de él emanan, sino
en la condición de persona. Se separa, así, lo relativo al vínculo matrimonial del derecho de
daños".
(74)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, cit., p. 202.
(75)La separación de hecho ha sido definida como "el estado jurídico en que se encuentran los
cónyuges, quienes sin previa decisión jurisdiccional definitiva, quiebran el deber de cohabitación
en forma permanente, sin que una necesidad jurídica lo imponga, ya sea por voluntad de uno o
de ambos esposos". KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Separación de hecho entre cónyuges, Astrea,
Buenos Aires, 1978, p. 3.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 33/33
CAPÍTULO III - NULIDAD DEL MATRIMONIO. POR MARÍA DEL CARMEN ALEMÁN, ELVIRA ARANDA, CONSTANZA D'ELÍA Y
CECILIA LOPES
I. APROXIMACIONES GENERALES
El libro segundo del CCyCN legisla sobre las relaciones de familia, comenzando el título I con
matrimonio. El capítulo 6 está destinado a regular las implicancias de su nulidad, en tanto se
trata de un acto jurídico cuya validez requiere que sea celebrado de acuerdo con los requisitos
impuestos legalmente. Si el acto presenta vicios o defectos de legalidad originarios, ellos se
convierten en un obstáculo para la configuración de una relación matrimonial idónea(1).
La normativa contempla, entonces, los supuestos en los que el matrimonio puede ser
anulado así como los efectos que esa invalidez produce, ya sea entre los contrayentes como
con relación a terceros.
Este artículo no fue aprobado en la ley y en su lugar se guardó silencio. Al respecto se ha dicho
que "Al fundamentar las reformas propuestas, el senador Manuel Derqui abogó por la supresión
de ese precepto, explicitando que sería inconveniente y no tendría objeto, ya que en el proyecto
estaban previstas y claramente expresadas todas aquellas causas que, dada la naturaleza y
fines del matrimonio, eran bastantes para servir de fundamento a una acción de nulidad"(5).
Por otra parte, la ley de matrimonio civil derogó el régimen que establecía el Código de Vélez
Sarsfield con relación al matrimonio, por lo tanto quedó sin efecto el art. 228. Éstos y otros
argumentos comienzan a darle forma a la teoría que postula que la nulidad del matrimonio tiene
un régimen jurídico especial y le son inaplicables las normas de los actos jurídicos en
general(6). Esta postura "...se funda en el concepto de favor matrimonii proveniente del Derecho
Canónico y en una interpretación restrictiva respecto la aplicación de las normas referentes a la
nulidad con el fin de proteger al matrimonio"(7).
A partir de aquí, el debate se instaló con fuerza, morigerándose con la sanción de ley
23.515(8). Dicen Bossert y Zannoni: "Durante los cien años de vigencia de la ley 2393, la
doctrina argentina debatió si el régimen de nulidades matrimoniales organizado por aquélla era
especial, o si, en cambio, debían aplicarse subsidiariamente las normas del Código Civil
respecto de los actos jurídicos (art. 1036 y siguientes)"(9).
La ley 23.515 derogó la ley de matrimonio civil pero, sobre el tema, no contaba con una
norma general que resolviera el problema. Sin embargo, reforzó la teoría de la especialidad al
incluir, al final del art. 239 del CCiv., el siguiente precepto: "...Ningún matrimonio será tenido por
nulo sin sentencia que lo anule, dictada en proceso promovido por parte legitimada para
hacerlo". De esta forma, ya no quedaban dudas de que el matrimonio podía ser anulado
solamente en los casos y por las personas expresamente indicados por el Código.
El CCyCN tampoco contiene una norma general que ponga fin definitivamente al conflicto,
aunque mantiene la misma regla del art. 239 del CCiv. en el art. 715:
Ningún matrimonio puede ser tenido por nulo sin sentencia que lo anule, dictada en
proceso promovido por parte legitimada para hacerlo.
Ello permite concluir que si bien pueden continuar suscitándose discusiones, lo cierto es que
las causales de nulidad del matrimonio están taxativamente establecidas así como las personas
a las que se les otorga legitimación para accionar, no siendo aplicables subsidiariamente las
normas que regulan los actos jurídicos en general.
b) El art. 383 del nuevo Código establece que la nulidad de los actos jurídicos, en general,
puede argüirse por vía de acción u oposición como excepción, mientras que la nulidad del
matrimonio en todos los casos debe articularse como acción(14).
c) El Ministerio Público, o cualquier interesado, "excepto por la parte que invoque la propia
torpeza para lograr un provecho" (art. 387, CCyCN) pueden invocar la nulidad absoluta de los
actos jurídicos, cuestión que difiere en el régimen de nulidad del matrimonio, ya que solamente
los legitimados en cada caso pueden invocarla. En algún supuesto, incluso, por quien alega su
propia torpeza (arts. 424 y 715, CCyCN)(15).
d) La acción de nulidad relativa de los actos jurídicos en general es prescriptible y
renunciable, en cambio las acciones de estado de familia, entre las que se encuentran la de
nulidad del matrimonio, son irrenunciables e imprescriptibles, sin perjuicio de su extinción en los
casos y formas previstos en la ley (art. 712, CCyCN)(16).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Por último, en relación con la afinidad (art. 403, inc. c]), rige el impedimento entre uno de los
cónyuges con los descendientes y ascendientes del otro, sin limitación.
Si bien el art. 424 del Código no lo menciona expresamente, también debe ser incluida la
situación contemplada por el art. 575. Sucede que en caso de que los progenitores recurran a
las técnicas de reproducción humana asistida, el nuevo plexo normativo dispone que la
determinación de la filiación se deriva del consentimiento previo, informado y libre, prestado de
conformidad a la ley. Ese vínculo no admite la posibilidad de que prosperen acciones destinadas
a su reclamación y/o impugnación, las cuales se encuentran previstas para la filiación por
naturaleza. El art. 575, segunda parte, establece:
Cuando en el proceso reproductivo se utilicen gametos de terceros, no se genera víncu-
lo jurídico alguno con éstos, excepto a los fines de los impedimentos matrimoniales en los
mismos términos que la adopción plena.
Esta información queda registrada en el legajo base de la persona nacida mediante las
técnicas, el cual se forma precisamente para la inscripción de su nacimiento(22).
1.5. Prueba
Una vez deducida la acción, deberán acreditarse los hechos que constituyen los
impedimentos que provocan la nulidad absoluta del matrimonio.
Para ello, si se trata del impedimento de parentesco se recurrirá a las constancias del
Registro Civil y Capacidad de las Personas: partidas, testimonios, certificados o libretas de
matrimonio, en consonancia con lo prescripto en el art. 23 de la ley 26.413(27).
Conforme al vínculo que se quiera probar, el accionante deberá acompañar todas las partidas
correspondientes. Si se trata de hermanos bilaterales o unilaterales, deberá adjuntar los
certificados de nacimiento de ambos donde conste el progenitor o progenitores en común.
Si lo que pretende demostrarse es el parentesco por afinidad, será necesaria la partida del
matrimonio anterior del contrayente y la de nacimiento que pruebe el vínculo directo entre su
cónyuge anterior como ascendiente o descendiente del otro contrayente. Como sostienen
Fleitas Ortiz de Rozas y Roveda: "Este impedimento dirimente adquiere virtualidad a partir de la
disolución del primer matrimonio, puesto que si el vínculo subsiste, existirá ligamen"(28).
La subsistencia del matrimonio anterior que configura el impedimento también debe ser
probada. Se requieren las partidas, actas, certificados o libretas de matrimonio; ante la
imposibilidad de presentar aquéllas, el enlace puede demostrarse por cualquier medio,
acreditando dicha imposibilidad, conforme surge del art. 423, CCyCN(29). De las constancias
que se agreguen debe resultar que el vínculo se encontraba vigente al momento de la
celebración del segundo connubio; por ejemplo, adjuntando una sentencia que decreta el
divorcio del primer matrimonio con posterioridad al segundo(30).
Si se trata del impedimento regulado por el art. 403, inc. e), se requerirá de la autoridad
judicial que juzgó el homicidio la respectiva sentencia condenatoria en estado firme.
Consecuentemente, no cabrá pronunciamiento del juez que entiende en la nulidad del
matrimonio, hasta que no recaiga sentencia en sede penal y la misma esté firme(31).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
matrimonial se encuentre afectado por alguno de los vicios de la voluntad previstos en el art.
409 del mismo cuerpo legal.
Son supuestos de nulidad relativa porque la ley protege, en estos casos, el interés de los
propios contrayentes. Por esa razón, el matrimonio puede adquirir plena validez si operan las
circunstancias o transcurre el tiempo que, para cada caso, se regula expresamente. Bossert y
Zannoni distinguen entre confirmación voluntaria de las nupcias, cuando la caducidad de la
acción depende de la voluntad de los contrayentes, y confirmación tácita o ipso iure, cuando
depende de circunstancias ajenas a esa voluntad(32), asociadas en el CCyCN a plazos
expresamente establecidos que obstaculizan el ejercicio de la acción una vez ocurrido su
vencimiento.
La legitimación también se encuentra restringida a la persona en cuyo interés se establece la
nulidad relativa del matrimonio, o a personas estrechamente vinculadas con ella. Este tema se
analizará en cada causal.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(...) Si se rechaza, el matrimonio tiene los mismos efectos que si se hubiera celebrado
con la correspondiente dispensa (...).
En el régimen del Código anterior, los supuestos de confirmación que contemplaba el art.
220, inc. 1º, eran los siguientes: a) que uno o ambos cónyuges hubieren llegado a la edad legal
si hubiesen continuado la cohabitación y b) si cualquiera que fuese la edad, si hubieren
concebido. Se evidencia la simplificación por parte del CCyCN para esta causal, plasmándose
claramente al final del art. 425 la siguiente regla:
(...) La petición de nulidad es inadmisible después de que el cónyuge o los cónyuges
hubiesen alcanzado la edad legal.
Se trata de un claro supuesto de confirmación tácita por el no ejercicio de la acción de
nulidad del matrimonio por los sujetos habilitados para hacerlo.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
más de treinta (30) días después de haber conocido el error o de haber cesado la
violencia.
En este caso el único que cuenta con la posibilidad de atacar el matrimonio es el cónyuge
víctima del vicio, no hay otra legitimación prevista; con ello también se evidencia la protección
del sujeto afectado como en cada caso que la ley prevé la sanción de nulidad relativa del
matrimonio. La legitimación se completa con el requisito de que ese contrayente no continúe
con la cohabitación luego de cesado los actos de violencia o de haber conocido el error o la
acción dolosa de la que fuera víctima.
La interrupción de la cohabitación debe efectivizarse dentro de los treinta días, si ello no
sucede en ese tiempo se confirma tácitamente el matrimonio.
Por otra parte, la regulación del supuesto finaliza disponiendo que "El plazo para interponer la
demanda es de un (1) año desde que cesa la cohabitación" momento a partir del cual también
se produce la caducidad de la acción de nulidad del matrimonio.
De lo expuesto se deduce que
a) Hay un solo legitimado y es el cónyuge víctima del error, dolo o violencia.
b) Se habilita la acción de nulidad con la interrupción de la cohabitación dentro de los treinta
días desde el cese del vicio que lo aqueja.
c) La demanda debe interponerse en el plazo de un año desde que finalizó la cohabitación.
Ello encuentra fundamento en la intención del legislador de no mantener el estado de familia en
la incertidumbre de manera indefinida, como ya se ha señalado.
En el CCyCN ha desaparecido como causal de nulidad relativa la impotencia(41). La
supresión se explica en los fundamentos de la reforma de la siguiente manera: "...atenta a la
dignidad de las personas ventilar este tipo de intimidades en un proceso judicial cuya prueba es
invasiva de la intimidad: las causas de la impotencia pueden ser diversas, de carácter objetiva y
subjetivas, es decir, con determinadas personas y no con otras, todo lo cual dificulta la prueba"
(42).
3. Caducidad de la acción de nulidad del matrimonio por la muerte de uno de los cónyuges
Ya se ha mencionado que el nuevo Código establece expresamente que las acciones de
estado de familia son imprescriptibles e irrenunciables. Dice el art. 712:
Las acciones de estado de familia son irrenunciables e imprescriptibles, sin perjuicio de
su extinción en la forma y en los casos que la ley establezca. Los derechos patrimoniales
que son consecuencia del estado de familia están sujetos a prescripción.
En relación con el régimen anterior que no contenía una norma similar, Belluscio decía que la
acción de nulidad del matrimonio no prescribía, aun cuando podía producirse su caducidad por
muerte de los esposos (consolidación) o por confirmación, únicamente para los supuestos de
nulidad relativa(43).
La muerte de uno de uno de los cónyuges consolida un vínculo conyugal que era pasible de
ser anulado, apuntando a la seguridad jurídica.
El art. 714 del CCyCN comienza señalando: "La acción de nulidad del matrimonio no puede
ser intentada después de la muerte de uno de los cónyuges...", regla que resulta aplicable tanto
para los casos de nulidad absoluta y nulidad relativa. Se verá en el acápite siguiente que la
propia norma admite excepciones(44).
Esta disposición, en su última parte, establece también la caducidad de la acción de nulidad
por la muerte de alguno de los contrayentes si se trata de su interposición por parte del
Ministerio Público y, en este caso, no existen excepciones. Finaliza el art. 714: "...La acción de
nulidad de matrimonio deducida por el Ministerio Público sólo puede ser promovida en vida de
ambos esposos".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Principios generales
Como resultado del proceso judicial promovido por parte legitimada, la sentencia de nulidad
del matrimonio deja sin efecto el estado de familia adquirido y los consortes son desplazados
del estado de casados y vuelven al que tenían antes de la celebración del acto matrimonial.
Las acciones de estado de familia se clasifican en constitutivas y declarativas, según el
efecto que producen las sentencias dictadas en los procesos en los que se promuevan.
Belluscio sostiene que "El efecto propio de la sentencia constitutiva frente a la declarativa está
dado porque, en principio, carece de retroactividad. La sentencia declarativa siempre produce
efectos retroactivos al momento en que comenzó la situación jurídica que ella reconoce o
desconoce"(46).
En este marco, la acción de nulidad del matrimonio es una acción declarativa y, en
consecuencia, retroactiva: la sentencia proyectará sus efectos al día de la celebración del
matrimonio(47).
El nuevo Código no contiene una norma general que contemple como principio la
retroactividad de la sentencia. Sin embargo, se infiere de lo establecido en el inc. a) del art. 714,
cuando frente a la interposición de la acción de un cónyuge contra el siguiente matrimonio
contraído por su consorte, esté vivo o haya muerto, "...si se opusiera la nulidad del matrimonio
del cónyuge demandante, se resolverá previamente esta oposición". No tendría sentido la
norma si no se interpretara que la sentencia dictada en un proceso de nulidad es retroactiva, y
esa declaración consolida el matrimonio siguiente ya que no existiría impedimento de ligamen al
momento de su celebración(48).
La nulidad no afecta únicamente el vínculo conyugal, sus consecuencias inciden en todo un
cúmulo de situaciones familiares creadas hasta la sentencia de nulidad(49).
Consecuentemente, la retroactividad no es un principio absoluto, sino que admite
excepciones en relación con los efectos que ese matrimonio pudiera haber surtido entre los
cónyuges como con relación a terceros.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
entre otras, enumera el art. 442(57). v) La acción para reclamar la compensación económica
caduca a los seis meses de haberse dictado la sentencia de nulidad.
c) Sólo excepcionalmente, y con autorización judicial, pueden continuar usando el apellido
del otro cónyuge, en virtud de las previsiones del art. 67 del CCyCN. Dice la norma, en su parte
pertinente, que:
(...) La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo (...).
d) Subsiste la emancipación que deriva de la celebración del matrimonio de una persona
menor de dieciocho años, conforme resulta del art. 27 del Código:
(...) La emancipación es irrevocable. La invalidez del matrimonio no deja sin efecto la
emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe (...).
e) Derecho hereditario: El art. 2437 del CCyCN establece que:
El divorcio, la separación de hecho sin voluntad de unirse y la decisión judicial de
cualquier tipo que implica cese de la convivencia, excluyen el derecho hereditario entre
cónyuges.
Como se especifica en el artículo citado, al referirse "a cualquier decisión judicial" queda
comprendida en el supuesto la sentencia de nulidad y en consecuencia cesa la vocación
hereditaria.
Ahora, si el deceso se produjo antes del dictado de la sentencia que invalida las nupcias, el
cónyuge supérstite mantiene su condición de heredero (art. 2424, CCyCN), a menos que hayan
estado separados de hecho sin voluntad de unirse.
f) Derecho a pensión: Corresponderá el derecho a pensión, si uno de los cónyuges fallece
antes de la sentencia de nulidad (art. 53, ley 24.241)(58).
g) La sentencia firme que anula el matrimonio putativo disuelve el régimen matrimonial
convencional o legal supletorio (art. 475, inc. b],CCyCN). En este último caso, la disolución de la
comunidad se produce con efecto retroactivo al día de la notificación de la demanda (art. 480
del mismo cuerpo legal).
h) Respecto del carácter de la filiación de los hijos, será matrimonial y así se determinará si
se cumplen los requisitos del art. 566 del CCyCN, el cual dispone que salvo prueba en contrario:
(...) se presumen hijos del o la cónyuge los nacidos después de la celebración del
matrimonio y hasta los trescientos días posteriores a la interposición de la demanda de
divorcio o nulidad del matrimonio, de la separación de hecho o de la muerte.
La nulidad del matrimonio no altera los deberes y derechos que la responsabilidad parental
conlleva.
emancipación del cónyuge de mala fe, de acuerdo con el art. 27 del CCyCN, cesa a partir del
día enque la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada.
d) El cónyuge de buena fe puede revocar las donaciones realizadas a su consorte que obró
de mala fe (art. 429, inc. b], CCyCN).
e) El uso del apellido del otro consorte, subsistirá sólo excepcionalmente y con autorización
judicial en cabeza del de buena fe (interpretación finalista del art. 67, CCyCN).
f) Acción de daños y perjuicios: El art. 429, inc. c] del CCyCN habilita expresamente al
cónyuge de buena fe a:
(...) demandar por indemnización de daños y perjuicios al cónyuge de mala fe y a los
terceros que hayan provocado el error, incurrido en dolo, o ejercido la violencia (...).
Esta posibilidad fue contemplada en la ley 2393 —art. 91—, e incorporada al CCiv. anterior
por la ley 23.515 en el art. 225.
Tal como se dispone en el art. 1740 del nuevo cuerpo legal, la reparación debe ser plena,
estableciendo a su turno el art. 1738 que:
La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el
lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de
su obtención y la pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la
violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud
psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en
su proyecto de vida.
En cuanto a la prescripción de la acción, que deberá computarse desde que la sentencia de
nulidad pase en autoridad de cosa juzgada, corre el plazo de tres años (art. 2561, inc. a],
CCyCN).
g) Subsiste derecho hereditario a favor del cónyuge de buena fe cuando la sentencia que
invalida las nupcias se ha dictado después del fallecimiento del de mala fe.
h) Corresponderá el derecho a pensión al cónyuge sobreviviente, si es el de buena fe, y el
fallecimiento del otro se produjo antes de la sentencia de nulidad.
i) Si los esposos estaban sometidos al régimen de comunidad, sin perjuicio de que ésta se
extingue con la sentencia de nulidad (art. 475, inc. b], CCyCN), el de buena fe puede optar por:
i) considerar que el matrimonio estaba regido por el régimen de separación de bienes; ii) liquidar
los bienes con base en el régimen de comunidad, o iii) exigir la demostración de los aportes de
cada cónyuge, a fin de dividir los bienes como si se tratara de una sociedad no constituida
regularmente (última parte del art. 429, CCyCN). La elección de una de las alternativas
dependerá de la conveniencia del cónyuge de buena fe.
Además, en el régimen de comunidad, el art. 504 establece que:
En caso de bigamia y buena fe del segundo cónyuge, el primero tiene derecho a la
mitad de los gananciales hasta la disolución de su matrimonio, y el segundo a la mitad de
la masa ganancial formada por él y el bígamo hasta la notificación de la demanda de
anulación.
j) En relación con los hijos, su filiación será matrimonial si se dan los presupuestos del art.
566, no produciendo efectos la nulidad del matrimonio respecto a la titularidad y ejercicio de la
responsabilidad parental.
El matrimonio anulado, cuando ambos cónyuges son de mala fe, se reputa carente de
efectos, sin perjuicio de los derechos de los terceros que de buena fe hayan contratado con los
cónyuges (art. 426, CCyCN).
La nulidad no afectará tampoco los deberes y derechos en relación con los hijos, aunque su
filiación se determinará de acuerdo con las pautas de la filiación extramatrimonial, aplicándose
el resto de las normas sobre responsabilidad parental.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Derecho aplicable
El art. 2622, en su primera parte, establece que:
La capacidad de las personas para contraer matrimonio, la forma del acto, su existencia
y validez, se rigen por el derecho del lugar de la celebración, aunque los contrayentes
hayan dejado su domicilio para no sujetarse a las normas que en él rigen (...).
La norma sigue el criterio establecido en el Código anterior en cuanto a la ley aplicable a la
validez y existencia del matrimonio(68). Decían Bossert y Zannoni, en palabras que gozan de
perfecta vigencia, que cuando el matrimonio se celebró en el extranjero, el juez argentino
deberá considerar el derecho del lugar de celebración, sin interesar el derecho o la ley del
domicilio de los contrayentes(69).
Siguiendo a Chechile, el derecho internacional privado de familia consiente una hipótesis de
fraude a la ley en beneficio del favor matrimonii pero, como sostiene la autora, este principio
encuentra su límite en el orden público internacional argentino(70).
Es así que el nuevo Código establece en la segunda parte del art. 2622 que:
No se reconoce ningún matrimonio celebrado en un país extranjero si media alguno de
los impedimentos previstos en los artículos 575, segundo párrafo y 403, incisos a), b), c),
d) y e).
Lo expuesto significa que la celebración de un matrimonio en cualquier lugar del mundo con
alguno de los impedimentos de parentesco(71), ligamen y crimen regulados en el art. 403 del
CCyCN, repugna al orden público internacional del país y por ello no se le reconoce ningún
efecto.
Dicho de otra forma, "...la validez de los matrimonios celebrados en el extranjero se rige por
el derecho del lugar de celebración, pero su reconocimiento está condicionado por la
inexistencia de impedimentos enumerados en el art. 2622 segunda parte del CCC"(72).
El Código anterior contenía una norma similar en el art. 160, situación a la que Bossert y
Zannoni calificaban de ineficacia extraterritorial del matrimonio celebrado en el extranjero,
sosteniendo "...Ello no implica juzgar sobre la eventual validez que ese matrimonio puede tener
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 18/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, ts. I y II, 6ª ed., Depalma, Buenos Aires,
1996.
BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, 6ª ed., Astrea, Buenos
Aires, 2008.
CHECHILE, Ana M., "Matrimonio celebrado en el extranjero en fraude a la ley argentina", LL 2000-
F-769/774.
— "Matrimonios in fraudem legis celebrados en país extranjero durante la vigencia de la 2393
¿quedaron convalidados a partir de la sanción de la ley 23.515?", JA 1996-1-627/631.
Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2012.
DIEZ PICASO, Luis - GULLÓN, Antonio, Instituciones de derecho civil, Tecnos, Madrid, 1995.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual de derecho de familia, AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2011.
GALLI FIANT, María Magdalena. "Restricciones a la capacidad y relaciones de familia: Proyecto de
Código Civil", DFyP 2014 (junio), 28/5/2014, online AR/DOC/1313/2014.
IÑIGUEZ, Marcelo D., "Relaciones de familia en el derecho internacional privado", LL 2014-F,
online AR/DOC/4327/2014.
LORENZO DE FERRANDO, María R., "Nulidades matrimoniales", en AA.VV., Derecho de familia,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1982.
MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. I, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 1990.
MERLO, Leandro M., "La impotencia sexual de uno de los cónyuges como causal de nulidad de
matrimonio a partir de la ley 26.618", DFyP 2011, online: AR/DOC/2579/2011.
ORLANDI, Olga E., "Matrimonio: los principales cambios en el derecho sancionado", LL 2014-
F,online: AR/DOC/4264/2014.
RUBAJA, Nieve, "Actualidad en derecho internacional privado de familia", RDF 2014-66-351 y ss.,
AbeledoPerrot, Buenos Aires.
SOLARI, Néstor E., "Edad legal para contraer matrimonio", DFyP 2014 (marzo), 3/3/2014, p. 3.
— "El error en el matrimonio", LL 2011-C-37 y ss.
— "Matrimonio: celebración, impedimento y nulidades", LL 2005-B-1500.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, ts. I y II, 5ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2006.
— Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos, 1ª impr., Astrea, Buenos Aires, 1996, p. 142.
(1)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia", 6ª ed., Astrea,
Buenos Aires, 2008, p. 153. Solari afirma que los planteos de nulidad de matrimonio,
cuantitativamente, resultaban más comunes con anterioridad a la reforma del CCiv. anterior a la
ley 23.515, dado que hasta allí no existía el divorcio vincular: "...la vía de las nulidades
matrimoniales era imprescindible para, eventualmente, disolver el vínculo en vida y readquirir la
aptitud nupcial" (conf. SOLARI, Néstor E., "El error en el matrimonio", LL 2011-C-37).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(2)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, t. I, 6ª ed., Depalma, Buenos Aires,
1996, p. 255. En su obra, el autor desarrolla exhaustivamente los orígenes y fundamentos de
ambas teorías.
(3)Art. 228, CCiv. original: "Las disposiciones de este Código sobre la nulidad de los actos
jurídicos, son extensivas a los matrimonios celebrados sin autorización de la Iglesia Católica".
Los matrimonios celebrados con autorización de la Iglesia Católica quedaban fuera de la
jurisdicción civil, sometidos a la legislación canónica. La tesis que niega la existencia de un
régimen jurídico especial para la nulidad del matrimonio centraba aquí sus argumentos.
Belluscio cita entre quienes la sostenían a Lafaille, Frías, Spota, Mazzinghi, Cordeiro Álvarez,
León y Kaller de Orchchansky y sintetiza su postura: "...las reglas generales sobre nulidad de
los actos jurídicos serían aplicables a la nulidad del matrimonio en tanto no existan
disposiciones especiales que establezcan soluciones diferentes..." (conf. BELLUSCIO, Augusto C.,
Manual..., cit., p. 256).
(4)Ley 2393, sancionada el 2/11/1888.
(5)LORENZO DE FERRANDO, María R., "Nulidades matrimoniales", en AA.VV., Derecho de familia,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1982, p. 495.
(6)Dice Belluscio que "La voluntad de los legisladores fue, pues, inequívoca en el sentido de
establecer un régimen de especial de nulidades matrimoniales tanto con relación a las causas,
como al ejercicio y caducidad de la acción, como a los efectos de la nulidad. Sumóse a esa
voluntad la expresa supresión del texto del proyecto que remitía a las nulidades de los actos
jurídicos..." (conf. BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 262). El autor se enrola en esta
postura y cita entre los sostenedores de la misma a Prayones, Rébora, Fassi, López del Carril,
Lagomarsino, Molinario, Díaz de Guijarro y Zannoni.
(7)MERLO, Leandro M., "La impotencia sexual de uno de los cónyuges como causal de nulidad
de matrimonio a partir de la ley 26.618", DFyP 2011 online: AR/DOC/2579/2011.
(8)BO del 12/6/1987.
(9)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 158.
(10)No es viable la aplicación de la clasificación en casos de nulidad total y parcial, establecida
en el art. 389 del CCyCN, en tanto el matrimonio no es un acto jurídico que tenga disposiciones
que sean separables. Dice Zannoni: "El acto matrimonial es válido in totum o es inválido o
ineficaz, también en forma total; no se concebiría que, como en los actos jurídicos
patrimoniales, pudieran separarse cláusulas o estipulaciones del negocio jurídico, para
atribuirles una validez parcial, no obstante la nulidad de otras partes u otras cláusulas" (conf.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. I, 5ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2006, p. 358).
(11)El art. 2622 dispone el no reconocimiento de ningún matrimonio celebrado en un país
extranjero si media alguno de los impedimentos previstos en los arts. 575, segundo párrafo y
403, incs. a), b), c), d) y e), los cuales, como se verá, coinciden con las situaciones para las que
prevé la nulidad absoluta del acto matrimonial.
(12)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 306.
(13)Esta posibilidad estaba discutida antes de la vigencia de la ley 23.515, pero la redacción
del art. 239 zanjó las discusiones sobre el tema (conf. BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p.
288).
(14)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 286.
(15)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., t. I, p. 366
(16)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual de derecho de familia,
AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2011, p. 103.
(17)Los impedimentos matrimoniales son "...aquellas prohibiciones de la ley que afectan a las
personas para contraer un determinado matrimonio. Se trata de hechos o situaciones jurídicas
preexistentes que afectan a uno o ambos contrayentes" (conf. BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI,
Eduardo A., Manual..., cit., p. 103). Son dirimentes aquellos impedimentos que, precisamente,
generan la posibilidad de solicitar la nulidad, absoluta o relativa, del matrimonio.
(18)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., p. 79.
(19)BO del 29/9/1948. El art. 17 establecía: "No pueden contraer matrimonio: El adoptante con
el adoptado o alguno de sus descendientes; El adoptado con el cónyuge del adoptante ni el
adoptante con el cónyuge del adoptado; Los hijos adoptivos del mismo adoptante entre sí; El
adoptado con un hijo del adoptante".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
durante el trámite parlamentario, ya que no formaba parte del anteproyecto originario redactado
por la Comisión de Reformas designada por dec. 191/2011 (BO 28/2/2011), conformada por el
Dr. Ricardo L. Lorenzetti (presidente) y las Dras. Elena Highton de Nolasco y Aída Kemelmajer
de Carlucci. Solari ha dicho en ese momento que "Se consagraría, en nuestro derecho, por
primera vez, una hipótesis en que alguien que tuviere un impedimento dirimente para contraer
matrimonio no requiera la dispensa judicial", habiendo así sucedido (conf. SOLARI, Néstor E.,
"Edad legal para contraer matrimonio", DFyP 2014 (marzo), 3/3/2014, p. 3). El origen de esta
modificación puede leerse en el predictamen de la Comisión Bicameral para la Reforma,
Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación, elaborado en
noviembre de 2013 y publicado en: http://www.parlamentario.com/noticia-67689.html, en el cual
frente a la inclusión se señala: "Se propone que para los casos de personas menores de 16
años, resulte obligatoria la dispensa judicial para contraer matrimonio; mientras que para el caso
de menores de entre 16 y 17 años sea suficiente la autorización de sus representantes legales
y, sólo en caso de oposición de éstos, se solicite la dispensa judicial. De esta forma, se evita
una judicialización innecesaria con sus consecuentes dilaciones. Ello en consonancia con la ley
actual, su aplicación práctica y el artículo 26, última parte, del proyecto, referido a las facultades
otorgadas al adolescente, considerándolo como adulto a partir de los 16 años para tomar las
decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo". De acuerdo con los fundamentos
expuestos, y en el marco de la interpretación finalista consagrada en los arts. 1º y 2º del CCyCN
con el vocablo representantes legales se alude tanto a los progenitores como a los tutores,
aunque la autorización de estos últimos no será suficiente para contraer él o sus descendientes
matrimonio con su pupilo. Lo expuesto se desprende de la necesaria intervención judicial para
dispensar el impedimento para contraer matrimonio entre el tutor y su pupilo regulado por el art.
129 del CCyCN, sancionando a aquél con la pérdida de su retribución así como por el art. 404,
in fine, que establece que "La dispensa para el matrimonio entre el tutor o sus descendientes
con la persona bajo su tutela sólo puede ser otorgada si, además de los recaudos previstos en
el párrafo anterior, se han aprobado las cuentas de la administración. Si de igual modo se
celebra el matrimonio, el tutor pierde la asignación que le corresponda sobre las rentas del
pupilo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 129 inciso d". De otra forma, se
desvirtuaría la finalidad protectora que la intervención judicial cumple en estos casos (en el
mismo sentido: ORLANDI, Olga E., "Matrimonio: los principales cambios en el derecho
sancionado", LL 2014-F-6, online: AR/DOC/4264/2014).
(34)El art. 639 del CCyCN dispone: "La responsabilidad parental se rige por los siguientes
principios: a) el interés superior del niño; b) la autonomía progresiva del hijo conforme a sus
características psicofísicas, aptitudes y desarrollo. A mayor autonomía, disminuye la
representación de los progenitores en el ejercicio de los derechos de los hijos..." aunque,
específicamente, la regla general de la autonomía progresiva está prevista en el art. 26: más
allá del ejercicio de los derechos de la persona menor de edad por parte de sus representantes,
"...la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le
son permitidos por el ordenamiento jurídico...".
(35)Este impedimento encuentra su antecedente en el inc. 7º del art. 9º de la ley 2393 que
hablaba directamente de "locura". La ley 23.515 sustituyó esa terminología por una nueva
fórmula plasmada en el inc. 8º del art. 166 del CCiv.: privación permanente o transitoria de la
razón.
(36)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 290.
(37)Al respecto cabe tener presente lo dispuesto en el art. 23 de la ley 26.378 que aprueba la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su protocolo facultativo,
aprobada mediante la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 13 de
diciembre de 2006, el mismo dice: "Respecto del Hogar y de la Familia: 1. Los Estados Partes
tomarán medidas efectivas y pertinentes para poner fin a la discriminación contra las personas
con discapacidad en todas las cuestiones relacionadas con el matrimonio, la familia, la
paternidad y las relaciones personales, y lograr que las personas con discapacidad estén en
igualdad de condiciones con las demás, a fin de asegurar que: a) Se reconozca el derecho de
todas las personas con discapacidad en edad de contraer matrimonio, a casarse y fundar una
familia sobre la base del consentimiento libre y pleno de los futuros cónyuges...".
(38)Los autores de la reforma han manifestado: "...Para adaptar el régimen matrimonial al de
salud mental regulado por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
y la ley 26.657, se dispone, como en el régimen vigente, el impedimento dirimente de falta
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 22/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
permanente o transitoria de salud mental, pero se alude expresamente a que ello es así en el
supuesto que esa falta le impida tener discernimiento para el acto matrimonial. En este caso, el
matrimonio se puede celebrar previa dispensa judicial..." (conf.Código Civil y Comercial de la
Nación. Fundamentos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2012, p. 556). Ya algunos autores han
manifestado que es previsible que la normativa tenga su ámbito de aplicación tanto en los
matrimonios de personas con padecimiento mentales cualquiera que sea su edad, como en el
matrimonio de adultos mayores con deterioro de sus facultades mentales en razón de su edad
avanzada (conf. ORLANDI, Olga E., "Matrimonio...", cit., p. 8. GALLI FIANT, María Magdalena,
"Restricciones a la capacidad y relaciones de familia: Proyecto de Código Civil", DFyP 2014
(junio), 28/5/2014, online AR/DOC/1313/2014, p. 3).
(39)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., p. 557.
(40)El art. 409 enuncia los vicios que pueden afectar el consentimiento matrimonial: "...a) La
violencia, el dolo y el error acerca de la persona del otro contrayente; b) El error acerca de las
cualidades personales del otro contrayente, si se prueba que quien lo sufrió no habría
consentido el matrimonio si hubiese conocido ese estado de cosas y apreciado razonablemente
la unión que contraía. El Juez debe valorar la esencialidad del error considerando las
circunstancias personales de quien lo alega".
(41)La impotencia como causal de nulidad relativa estaba prevista en el art. 220, inc. 3º del
Código anterior y su texto era el siguiente: "En caso de impotencia de uno de los cónyuges, o de
ambos, que impida absolutamente las relaciones sexuales entre ellos. La acción corresponde al
cónyuge que alega la impotencia del otro, o la común de ambos". Se sostenía previo a la
reforma, "La impotencia coeundi, en el esquema tradicional, implicó siempre para la mayoría de
la doctrina y jurisprudencia la imposibilidad de 'mantener relaciones sexuales' con el otro
cónyuge, y nunca se refirió a la esterilidad o imposibilidad de procrear. Existen numerosos
precedentes compulsados en los cuales dichas relaciones sexuales no necesariamente deben
manifestarse mediante la cópula o acceso carnal, ya que el análisis probatorio llegó hasta la
determinación de una 'incompatibilidad sexual' o rechazo fundado en causales psicológicas
hacia el encuentro sexual con el otro cónyuge" (conf. MERLO, Leandro M., "La impotencia...", cit.).
Cabe acotar que si bien la impotencia era causal de nulidad relativa, no era un impedimento
matrimonial, por lo que nadie podía oponerse a la celebración del matrimonio alegando su
existencia (conf. ZANNONI, Eduardo A., Derecho Civil..., cit., t. I, p. 378).
(42)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., p. 557.
(43)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 298 y 306.
(44)La misma regla general con idénticas excepciones eran reguladas en el Código anterior en
el art. 239.
(45)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., p. 110.
(46)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 56.
(47)Decía Belluscio, en palabras que también se ajustan al sistema actual: "...mientras la
sentencia no haya sido dictada, el título de estado patrimonial produce efectos erga omnes,
pero la sentencia que anula el matrimonio lo priva de eficacia con efecto retroactivo. La
sentencia es declarativa y, como tal, retrotrae sus consecuencias al día de la celebración del
matrimonio que se anula..." (conf. BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., t. I, p. 311).
(48)Idéntica interpretación se hacía respecto al CCiv. anterior: la retroactividad de la sentencia
de nulidad del matrimonio no se encontraba en forma explícita en el ordenamiento jurídico pero
sí implícitamente en el segundo párrafo del art. 239 (conf. MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO,
Daniel H., Derecho de familia, t. I, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1990, p. 271).
(49)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 186.
(50)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 312. Al respecto se ha dicho: "La seguridad del
tráfico jurídico impone en ocasiones que los actos y los negocios jurídicos puedan realizarse
válidamente confiando en la apariencia de titularidad de aquellas personas que pública y
notoriamente se presentan como titulares, sin necesidad de investigar minuciosamente los
verdaderos títulos de que están investidos, pues tal investigación haría imposible el tráfico. El
ordenamiento protege la publicidad nacida de la apariencia en virtud de estas consideraciones:
la normalidad estadística, según la cual el titular aparente es el verdadero titular; la idea de que
cuando el titular aparente no es el titular real, este último ha permitido, aunque sea por pura
omisión, la creación de la apariencia y, por consiguiente, es responsable de ella; la idea de que
aquel que de buena fe lleva a cabo un acto adquisitivo con el titular aparente merece ser
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 23/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
protegido, en atención precisamente a su buena fe" (conf. DIEZ PICASO, Luis - GULLÓN, Antonio,
Instituciones de derecho civil, Tecnos, Madrid, 1995, p. 295).
(51)REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española, 22ª ed., Buenos Aires, 2006, p.
1870.
(52)En el derecho romano, la nulidad despojaba de todo efecto al enlace, con lo cual se
producían situaciones injustas o no deseadas, tanto en relación con la pareja que lo integraba,
como con los hijos y los terceros. Para morigerar estos efectos, es que desde el derecho
canónico, en el siglo XII aproximadamente, se formula la teoría del matrimonio putativo,
especialmente para mantener los efectos del matrimonio respecto del cónyuge que hubiera
obrado con buena fe. Del derecho canónico, la teoría fue receptada por el Código Civil francés
(art. 201 y 202) y de allí pasó a los códigos latinoamericanos (conf. BELLUSCIO, Augusto C.,
Manual..., cit., p. 313).
(53)El art. 224 del Código anterior, contrariamente al sistema actual, definía la mala fe; la
entendía como el "...conocimiento que hubieren tenido, o debido tener, al día de la celebración
del matrimonio, del impedimento o circunstancia que causare la nulidad. No habrá buena fe por
ignorancia o error de derecho. Tampoco la habrá por ignorancia o error de hecho que no sea
excusable, a menos que el error fuere ocasionado por dolo". Como se ve, el error de derecho
expresamente estaba excluido como fundamento de la buena fe.
(54)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 188. En el mismo sentido
SOLARI, Néstor E., "Matrimonio: celebración, impedimento y nulidades", LL 2005-B-1500.
(55)El art. 221, inc. 1º del Código anterior, expresamente preveía para los supuestos de que el
matrimonio anulado hubiese sido contraído de buena fe por ambos cónyuges la cesación de
todos los derechos y obligaciones que produce el matrimonio, "...con la sola excepción de la
obligación de prestarse alimentos de toda necesidad conforme al artículo 209". Esta
prerrogativa no se encuentra regulada en el nuevo Código. Ello, juntamente con la posibilidad
de que los cónyuges puedan acudir al régimen de las prestaciones compensatorias como forma
de protección frente al desequilibrio económico que le produce la sentencia de nulidad, habilita
la interpretación de que es inviable el reclamo alimentario.
(56)Y continúan: "Estas compensaciones pueden ser abonadas de diferentes modos:
prestación dineraria única; renta por un tiempo determinado o, de manera excepcional, por
plazo indeterminado. Por ejemplo, si al momento de contraer nupcias se optó por llevar adelante
una familia en la cual uno solo de los cónyuges era el proveedor económico y el otro cumplía
sus funciones en el seno del hogar y apoyo a la profesión del otro, no sería justo que al quiebre
de esa elección se deje desamparado a aquel de los cónyuges que invirtió su tiempo en tareas
que no se traducen en réditos económicos; en este caso, se le fijará una compensación
económica que puede asumir distintas modalidades de pago: pensión, cuotas, etc... Al tratarse
de una herramienta destinada a lograr un equilibrio patrimonial, es necesario realizar un análisis
comparativo de la situación patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio del matrimonio y
al momento de producirse el divorcio, esto es, obtener una 'fotografía' del estado patrimonial de
cada uno de ellos, y ante un eventual desequilibrio, proceder a su recomposición" (conf.Código
Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., ps. 559/560).
(57)Las circunstancias enumeradas por el art. 442 del CCyCN son: "...a. el estado patrimonial
de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de la vida matrimonial; b. la dedicación
que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos durante la
convivencia y la que debe prestar con posterioridad al divorcio; c. la edad y el estado de salud
de los cónyuges y de los hijos; d. la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo
del cónyuge que solicita la compensación económica; e. la colaboración prestada a las
actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro cónyuge; f. la atribución de la
vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien propio, o un inmueble arrendado.
En este último caso, quién abona el canon locativo...".
(58)BO del 18/10/1993.
(59)ZANNONI, Eduardo A., "Derecho civil..., cit., t. I, p. 357.
(60)ZANNONI Eduardo A., Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos, 1ª impr., Astrea, Buenos
Aires, 1996, p. 142. La teoría de la inexistencia tuvo su origen en la creación doctrinaria del
derecho francés y según Belluscio, su primer expositor fue Zachareae, que especificaba la
distinción entre la falta de condiciones esenciales del matrimonio y la falta de validez. En el
primer caso, no habría matrimonio; en cambio en el segundo, el mismo sería válido hasta tanto
la nulidad fuera declarada judicialmente (conf. BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 281). Se
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/25
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
ha dicho, además, que la teoría de la inexistencia "...tuvo por finalidad dar solución a aquellos
supuestos en los que el matrimonio no podía anularse, pero que tampoco podía ser declarado
válido... era necesario encontrar una solución a aquellos casos donde el legislador no había
previsto la sanción de nulidad, pero resultada evidente que dicha unión no podía reputarse
como matrimonio" (conf. FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., p. 97).
(61)La ley 26.618 de matrimonio igualitario (BO del 22/7/2010) había modificado la norma
eliminando la diversidad de sexos de los contrayentes como requisito para la existencia del
matrimonio.
(62)La ausencia de consentimiento debe diferenciarse de: a) Consentimiento sujeto a
modalidad. En este caso, el Código impone la obligación de que el consentimiento matrimonial
no sea sometido a modalidad alguna, disponiendo que "...Cualquier plazo, condición o cargo se
tiene por no expresado, sin que ello afecte la validez del matrimonio" (art. 408, CCyCN). b)
Consentimiento afectado por los vicios establecidos en el art. 409 del nuevo cuerpo legal y que,
como se analizó, da lugar al inicio de la acción de nulidad relativa del matrimonio en los
términos del art. 425, inc. c) del Código. Como puede fácilmente observarse, se trata de tres
situaciones distintas que tienen consecuencias jurídicas muy disímiles.
(63)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 281.
(64)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 281.
(65)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., p. 99.
(66)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, cit., p. 705.
(67)RUBAJA, Nieve, "Actualidad en derecho internacional privado de familia", RDF 2014-66-351,
AbeledoPerrot, Buenos Aires.
(68)En los fundamentos del Anteproyecto de CCyCN puede leerse: "El derecho internacional
privado del matrimonio ha seguido los lineamientos generales de la reforma del Código Civil
introducida por la ley 23.515, que ha tenido buena recepción en la doctrina y en la
jurisprudencia. El ensanchamiento de la categoría 'matrimonio' en la legislación de fuente
interna de la República Argentina torna previsible la compatibilidad de nuestro ordenamiento
jurídico con soluciones legislativas extranjeras. Se ha mantenido el 'lugar de celebración' del
matrimonio como punto de conexión para regular la validez/nulidad del acto matrimonial como
así también la prueba de la existencia del matrimonio, puesto que responde a la más arraigada
tradición jurídica del derecho comparado en general. Asimismo, se ha mantenido la tradición
argentina en el tratamiento de ciertos impedimentos dirimentes" (conf.Código Civil y Comercial
de la Nación. Fundamentos, cit., ps. 707 y 708).
(69)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 167.
(70)CHECHILE, Ana M., "Matrimonios in fraudem legis celebrados en país extranjero durante la
vigencia de la 2393, ¿quedaron convalidados a partir de la sanción de la Ley 23.515?", JA 1996-
1-629.
(71)Incluyendo dentro del impedimento de parentesco el vínculo entre la persona nacida por
las técnicas de reproducción humana asistida y el donante de gametos, tal como lo dispone el
art. 575 del CCyCN.
(72)IÑIGUEZ, Marcelo D., "Relaciones de familia en el derecho internacional privado", LL 2014-
F,online AR/DOC/4327/2014, p. 5.
(73)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 166.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 25/25
CAPÍTULO IV - DIVORCIO. POR ANA M. CHECHILE
culpas, debiéndose constatar solamente los presupuestos fácticos que trasuntaban que el
matrimonio no podía sostenerse, a saber:
1. Alteraciones mentales graves de carácter permanente, alcoholismo o adicción a las drogas
de uno de los cónyuges, cuando tales afecciones provocaran trastornos de conducta que
dificultasen la vida en común o con los hijos (art. 203, CCiv. derogado).
2. Separación de hecho sin voluntad de unirse por más de dos años (art. 204, CCiv.
derogado).
3. Presentación conjunta (art. 205, CCiv. derogado).
A su vez, el divorcio admitía cuatro posibilidades. Por las mismas causales subjetivas que la
separación personal (art. 214, inc. 1º, CCiv. derogado); por las objetivas de separación de hecho
sin voluntad de unirse por más de tres años (art. 214, inc. 2º, CCiv. derogado) y por
presentación conjunta (art. 215, CCiv. derogado). Finalmente, se podía llegar a disolver el víncu-
lo por conversión de la sentencia de separación personal (art. 216, CCiv. derogado).
La culpa o falta de ella incidía en las consecuencias jurídicas que regirían a futuro. Si el juicio
se había desarrollado en el terreno contencioso y la sentencia declaraba la culpa de uno de
ellos y la inocencia del otro, este último gozaba de los alimentos amplios a que daba derecho el
art. 207, de la posibilidad de que se le atribuya la vivienda (art. 211), y si se trataba de una
separación personal conservaba la vocación sucesoria siempre que —a posteriori— no se
configuraran algunos de los supuestos de exclusión como lo eran vivir en concubinato o incurrir
en injurias graves contra el otro cónyuge (art. 3574, CCiv. derogado).
Si al decisorio se llegaba por causales objetivas, las consecuencias eran iguales para ambos
esposos, mínimas, tal como el derecho a los alimentos de toda necesidad cuando el solicitante
no tenía recursos propios suficientes ni posibilidad razonable de obtenerlos y el otro exconsorte
tuviera medios económicos (art. 209, CCiv. derogado).
Cada una de estas causales desarrolló perfiles propios que generaron una gran cantidad de
sentencias que fueron abriendo el camino a posibilidades que, tal vez, no habían sido pensadas
por el legislador.
A su vez, la aplicación de este abanico de causales permitió transitar el camino hacia una
nueva reforma. Se observaron los puntos débiles de las causales subjetivas, las ventajas de las
objetivas, sobre todo la de interrupción de la vida en común. En consecuencia, durante el
transcurrir de todos esos años se fue pergeñando la posibilidad de reducir las áreas más
conflictivas acentuando los verdaderos problemas que debe afrontar —en adelante— la pareja
divorciada sobre todo si hay hijos menores o incapaces.
La nueva modalidad se destaca, entre otros ítems, por las siguientes particularidades:
a) Supresión de las causales subjetivas.
b) Supresión de los plazos.
c) Supresión de las audiencias de conciliación que exigía el art. 236 del CCiv. derogado.
d) Innecesariedad de voluntad de ambos esposos.
e) Irrenunciabilidad a la facultad de solicitar el divorcio.
f) Procedimiento. Obligación de presentar una propuesta o un convenio regulador.
matrimonio de uno de los hijos, el cumpleaños de los nietos. Se ha generado a partir del
matrimonio una familia con lazos que se construyeron desde el afecto y deben continuarse, al
menos, desde el respeto. Si la mesura se ha mantenido se construirán otro tipo de vínculos que
permitirán seguir compartiendo los roles parentales. Nada saludable puede seguir a un juicio de
reproche que se ancla en el pasado. El nuevo Código, en cambio, pone el acento en el futuro.
Es allí entonces, en donde la reforma encara la decisión de terminar con la posibilidad de
elegir una vía que, la experiencia ha demostrado, no conduce sino a entorpecer las relaciones
entre estas personas que no han logrado asumir la ruptura en forma madura. El modelo de
divorcio receptado obliga a reflexionar sobre los efectos, sobre el porvenir dejando atrás —en el
pasado incambiable— las causas que cada uno cree que han producido el desafecto.
En el derecho alemán(8), ya en el año 1976 se suprimió la posibilidad de invocar y probar
causales subjetivas bajo el argumento de que las culpas en la ruptura son generalmente
consecuencia y no causa del desquicio matrimonial(9).
En Suecia, al adoptarse, ya hace casi cuatro décadas, un divorcio incausado, se argumentó
que, si bien el matrimonio debe tener un lugar central en el derecho de familia, "la legislación no
tiene que forzar bajo ninguna circunstancia a una persona a continuar la convivencia
matrimonial si no lo desea, garantizándose en ese sentido el divorcio, sin que tenga relevancia
quien ha sido el causante de la desunión, si es que ésta puede imputarse a alguno de los
cónyuges"(10).
Retomando nuestro derecho, se expresa en los fundamentos del Anteproyecto: "el
matrimonio se celebra y se sostiene por la voluntad coincidente de los contrayentes y, por ende,
cuando la voluntad de uno de ellos o de ambos desaparece, el matrimonio no tiene razón de ser
y no puede ser continuado, habilitándose por este simple y elemental fundamento, que uno o
ambos puedan solicitar su divorcio. El respeto por la libertad y autonomía de la persona humana
y su proyecto de vida impone la obligación de evitar forzar a un sujeto a continuar en un
matrimonio que ya no se desea. La protección integral de la familia de tipo matrimonial no
implica desconocer los derechos fundamentales de cada uno de sus integrantes, quienes no
pueden ver conculcados sus derechos a costa o por fuerza del matrimonio".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Se afirma en los fundamentos que "se elimina todo plazo de espera, sea que se contabilice
desde la celebración de las nupcias, o de la separación de hecho para la tramitación del
divorcio. Esta postura legislativa también se funda en la necesidad de evitar intromisiones
estatales irrazonables en el ámbito de intimidad de los cónyuges".
Es de hacer notar que en la regulación de esta forma de acceder el divorcio se siguió, en
mucho, la reforma española del año 2005, parte de cuya exposición de motivos se cita en los
fundamentos y que en uno de sus párrafos, con una claridad que despeja toda duda, expresa:
"La reforma que se acomete pretende que la libertad, como valor superior de nuestro
ordenamiento jurídico, tenga su más adecuado reflejo en el matrimonio. El reconocimiento por la
Constitución de esta institución jurídica posee una innegable trascendencia, en tanto que
contribuye al orden político y la paz social, y es cauce a través del cual los ciudadanos pueden
desarrollar su personalidad. En coherencia con esta razón, el artículo 32 de la Constitución
configura el derecho a contraer matrimonio según los valores y principios constitucionales. De
acuerdo con ellos, esta ley persigue ampliar el ámbito de libertad de los cónyuges en lo relativo
al ejercicio de la facultad de solicitar la disolución de la relación matrimonial. Con este propósito,
se estima que el respeto al libre desarrollo de la personalidad, garantizado por el artículo 10.1
de la Constitución, justifica reconocer mayor trascendencia a la voluntad de la persona cuando
ya no desea seguir vinculado con su cónyuge. Así, el ejercicio de su derecho a no continuar
casado no puede hacerse depender de la demostración de la concurrencia de causa alguna,
pues la causa determinante no es más que el fin de esa voluntad expresada en su solicitud, ni,
desde luego, de una previa e ineludible situación de separación (...) Así pues, basta con que
uno de los esposos no desee la continuación del matrimonio para que pueda demandar el
divorcio, sin que el demandado pueda oponerse a la petición por motivos materiales, y sin que
el Juez pueda rechazar la petición, salvo por motivos personales".
3. Supresión de las audiencias de conciliación que exigía el artículo 236, CCiv. derogado
Se parte de la base de la no injerencia del Estado en materia que atañe exclusivamente a los
involucrados pues la causa del divorcio es la voluntad de uno o de ambos de culminar la
relación matrimonial. En este marco no hay espacio para que deban contarle al juez las razones
que signaron la decisión, pues los motivos quedan en la esfera íntima de quienes los han
padecido. De ahí la supresión de las audiencias que preveía el viejo art. 236 del CCiv. Son
ilustrativas al respecto las medulosas reflexiones de Rondina que en esta temática ha expuesto:
"Ninguna relación legal posee la fuerza necesaria para postergar el hastío o el encuentro,
impedir la renovada elección o el desengaño. Si nadie escapa al albur de que al año de
matrimonio asuma el gobierno conyugal un frío otoñal devastador, cual es la razón que justifica
la existencia de una norma que prorrogue el realismo. ¿De qué mágico poder se creen dotados
a los jueces a fin de hacer mutar las decisiones adultas y libres de los cónyuges?"(12).
Ya hace más de 10 años Mattera se preguntaba si desde una perspectiva constitucional,
"¿Existen razones que justifiquen invadir la esfera de privacidad y autonomía de los cónyuges
exigiéndoles dar explicaciones al juez sobre cuestiones que indudablemente atañen a su vida
íntima, cuando ellos han optado por no ventilarlas judicialmente en un juicio contencioso?", y
contestaba: "La respuesta parece obviamente negativa, por cuanto no se encontrarían en juego
cuestiones que afecten a la moral y al orden público"(13).
Así, se registran algunos fallos en los cuales se declaró la inconstitucionalidad de las
audiencias(14). Se dijo en este último sentido que: "El art. 236 del CCiv. resulta inconstitucional
por vulnerar la libertad de intimidad del matrimonio reconocida por el art. 19 de la CN"(15).
En la misma línea argumental, se ha afirmado: "La obligación establecida en el art. 236 del
CCiv., en cuanto ordena la comparecencia personal de los cónyuges ante el juez a quien deben
dar las explicaciones de las causas graves que hacen imposible la vida en común, y la tarea del
juez de hacerlos reflexionar y convencerlos de continuar el matrimonio resulta una injerencia
injustificada en el ámbito de privacidad de dos. Esta misión encomendada al magistrado, eco
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Sin embargo la problemática, a pesar de parecer superada, sigue vigente, hay autores que
siguen proponiendo reformas de la índole mencionada. Un ejemplo de ello es Barbero, quien
formuló en las XIX Jornadas Nacionales de Derecho Civil, celebradas en el año 2003, que
"Debe modificarse el art. 230 del C.C., suprimiendo la palabra 'divorcio', a fin de eliminar la
prohibición de la opción por parte de los contrayentes, tanto al contraer matrimonio como
después, por la indisolubilidad del vínculo"(24).
Asimismo, hubo un intento de plasmar esta ideología en el Proyecto de 1998 que no
prosperó por no haber sido aceptada la propuesta por la mayoría de sus integrantes(25).
Méndez Costa se pronuncia a favor de esta alternativa y pregunta: "¿Es exacto que la
imposición del matrimonio disoluble no viola el precepto fundamental del art. 19 Const. Nac. al
prohibir un comportamiento que no afecta el orden ni la moral pública ni daña a terceros? ¿Es
exacto que no hiere la libertad de conciencia al obligar a la aceptación de un acto calificado por
una cualidad que se rechaza en virtud de convicciones íntimas, morales, religiosas o no
religiosas? ¿No está dentro de la libertad, la de contraer compromisos irrevocables que gocen
de tutela del ordenamiento jurídico?"(26).
Más recientemente y criticando la reforma al nuevo CCyCN, Rivera expresa: "Porqué si
queremos dar opiniones de vida propias de una sociedad pluralista no pensamos en reales
alternativas. Como por ejemplo que los contrayentes puedan optar por contraer: i. un
matrimonio indisoluble; ii. un matrimonio susceptible de divorcio en razón de ciertas causas y
sólo susceptible de ser promovido por el inocente; o iii. un matrimonio con ciertas obligaciones
personales voluntariamente asumidas por las partes, más extensas que las previstas para el
matrimonio ordinario"(27). Si bien, luego reconoce que "podría cuestionarse la
constitucionalidad de la opción por un matrimonio lisa y llanamente indisoluble no parece que
ello pudiera extenderse a las otras hipótesis"(28).
Considero que la idea de plasmar en un Código del siglo XXI un matrimonio indisoluble no
resiste el análisis. El vínculo es tan indisoluble como los esposos lo deseen. Nadie va a decretar
el divorcio si uno de ellos no lo solicita. Lo que se pretende con este tipo de opción al momento
de celebrar el acto es una garantía vitalicia de que el otro no va a poder arrepentirse y que si lo
hace no tendrá alternativa de culminar con la unión lo cual es a todas luces, patológico. En ese
modelo no se compartiría el día a día con el otro con afecto, con sostén, sino sencillamente
porque alguna vez prometieron no divorciarse, se mantiene el vínculo sólo por deber, quitándole
la dignidad que el matrimonio merece.
equilibrado con el único motivo de trasladar el conflicto a los efectos ya que le ha sido vedado el
litigio por el divorcio.
Una ley no cambia la personalidad más o menos conflictiva que puedan tener los litigantes,
intenta ayudar —en el gran porcentaje de los casos— y tiene una función altamente educativa al
cerrar caminos de litigio. Pero es indudable que habrá supuestos que necesariamente
necesitarán la decisión del juez. Es el propio art. 438 que establece que las cuestiones en las
cuales no se hayan podido acercar las diferencias, éstas tramitarán por la vía que prevea la
legislación local.
El matrimonio, sus deberes y el divorcio planteado, como se lo regula en el nuevo Código
está muy lejos de devaluar la institución como se ha intentado esbozar. Muy por el contrario lo
revaloriza al poner el afecto y la voluntad de proyectar una vida juntos como el pilar sobre el que
se asienta el mismo.
Por otro lado, si se está solicitando el divorcio, es porque el matrimonio —en los hechos— ya
no existe.
El nuevo Código definió que desea una familia fundada y sostenida en el sentimiento, la
cordialidad, la armonía; a partir de ahí se reguló el divorcio. No hay ley que pueda imponer el
afecto y no hay matrimonio que pueda sostenerse saludablemente sin él.
Todo cambio impacta. Tal vez la labor de todos los operadores jurídicos sea ayudar a que los
esposos que están desanudando su vínculo comprendan y acepten que no tienen porqué
transformarse en adversarios.
7. Disposiciones transitorias
El art. 8º de la ley 26.994, dispone como norma complementaria que:
En los supuestos en que al momento de entrada en vigencia de esta ley se hubiese
decretado la separación personal, cualquiera de los que fueron cónyuges puede solicitar la
conversión de la sentencia de separación personal en divorcio vincular.
Si la conversión se solicita de común acuerdo, es competente el juez que intervino en la
separación o el del domicilio de cualquiera de los que peticionan, a su opción; se resuelve,
sin trámite alguno, con la homologación de la petición.
Si se solicita unilateralmente, es competente el juez que intervino en la separación o el
del domicilio del excónyuge que no peticiona la conversión; el juez decide previa vista por
tres (3) días.
La resolución de conversión debe anotarse en el registro que tomó nota de la
separación.
La norma es clara, y ya se ha dicho que el eje del nuevo plexo legal permite acceder a la
disolución del vínculo matrimonial con la petición de sólo uno de los esposos; coherente con esa
línea en la disposición transitoria se regula la posibilidad de convertir la separación personal en
divorcio por solicitud conjunta o unilateral, estableciendo en cada caso quién es el juez
competente.
El trámite es simple, cuando ambos solicitan la conversión, la misma se homologa por el
magistrado sin ningún otro requisito. Cuando sólo uno de los esposos lo pide se da vista por
tres días y luego se resuelve, sin posibilidad de impedir el acceso al divorcio, en consonancia
con lo medular de la reforma. El traslado tiene como objetivo poner en conocimiento del otro
consorte la pretensión de su cónyuge.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. La compensación económica
El nuevo Código introduce el instituto de la compensación económica que se encuentra
regulado en alguna legislación extranjera, como el CCiv. español, el CCiv. francés, el Código de
Familia de El Salvador, la ley 19.947 de Chile, etcétera.
La prestación compensatoria nació en el derecho europeo a fines del siglo XX(29). En un
primer grupo de legislaciones sobre el tópico, se puede observar que la culpa es un dato más a
tener en cuenta que incluso puede servir para negar la compensación al cónyuge culpable (art.
270, CCiv. francés; art. 62, ley 19.947, Chile). En un segundo grupo, se encuentran países como
España que sólo reguló el divorcio incausado (ley 15/2005) y despojó de esta referencia a la
prestación basando su cuantificación en circunstancias puramente objetivas (art. 97, CCiv.
español). El nuevo Código Civil y Comercial sigue de cerca al derecho español.
En los fundamentos del anteproyecto de reforma se expresa que se "recepta una figura que
tiene aceptación en varias legislaciones del derecho comparado, y que es coherente con el
régimen incausado de divorcio; en efecto, con fundamento en el principio de solidaridad familiar
y en que el matrimonio no sea causa fuente de enriquecimiento o empobrecimiento económico
de un cónyuge a costa del otro, se prevé la posibilidad de que, para aminorar un desequilibrio
manifiesto los cónyuges acuerden o el juez establezca compensaciones económicas".
Explica Molina de Juan que "la compensación aparece como un correctivo jurídico que
pretende evitar las injustas desigualdades que el divorcio provoca como consecuencia de las
diferentes capacidades de obtener ingresos que se desarrollaron y consolidaron durante el
matrimonio, cuestión que en la mayoría de las oportunidades el régimen económico matrimonial
resulta incapaz de solucionar"(30).
Dispone la primera parte del art. 441:
El cónyuge a quien el divorcio produce un desequilibrio manifiesto que signifique un
empeoramiento de su situación y que tiene por causa adecuada el vínculo matrimonial y
su ruptura, tiene derecho a una compensación (...).
El giro que le concede la nueva normativa a esta prestación se basa en consideraciones
estrictamente objetivas. A partir de la constitución del matrimonio los cónyuges despliegan una
determinada dinámica, por ejemplo, ambos trabajan similar cantidad de tiempo en tareas
rentadas y comparten, en igualdad de condiciones, las tareas domésticas y la crianza de los
hijos, o bien contratan una mucama, o bien uno de ellos trabaja part time para dedicarle más
espacio a las tareas cotidianas, o simplemente uno de ellos no produce económicamente fuera
del hogar porque invierte su tiempo y energía dentro de él, más todas las variantes que la
realidad de la vida muestra que se pueden dar.
Ahora bien, producida la ruptura, la solución en cada uno de los ejemplos dados no puede
ser la misma, pues si se ha destinado todo el tiempo útil a mantener la organización de la familia
y el otro par se ha dedicado a producir en términos económicos, este último estará en
condiciones, desde lo material, de afrontar todos sus gastos, en cambio, el primero de ellos, no
lo estará. Obviamente, también será un factor importante, la edad.
Volviendo a los ejemplos, si se encuentran atravesando los 20/30 años tienen inmensas
posibilidades de insertarse en el mercado laboral. Si el que no trabajaba fuera de la casa ayudó
en la carrera del otro, el primero tendrá derecho a una compensación para prepararse en una
profesión en similares condiciones. La prestación tendrá en cuenta el tiempo promedio que la
preparación profesional le llevará, más el tiempo necesario para adquirir las habilidades
elementales para acceder a una labor remunerada.
También es un dato relevante el número y edad de los hijos, si es que los hay.
En fin, una multiplicidad de datos objetivos que permiten vislumbrar cómo se desarrolló esa
familia. Ya se ha dicho que uno de los ejes del nuevo plexo normativo es respetar la autonomía
de la voluntad en la construcción de los vínculos, pero generar responsabilidad por aquello que
se asumió y alentó, entonces nacerá la prestación compensatoria para equiparar las
desigualdades que el modelo sostenido pudo haber producido.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1.1. Requisitos
El derecho a la compensación económica exige el cumplimiento de una serie de
requisitos(33)que surgen de los términos del art. 441, a saber:
1. El divorcio debe generar un desequilibrio manifiesto entre los cónyuges que repercuta en
la posición económica en la cual quedan consolidados luego de la sentencia, exteriorizado en
un empeoramiento de la situación económica del cónyuge solicitante.
En esta línea argumental, se ha sostenido que "El desequilibrio o disparidad de que se habla
se manifiesta en que el cónyuge que se dedicó a la familia durante el matrimonio queda en un
plano de desigualdad respecto del otro que desarrolló una actividad remunerada y que de no
mediar la compensación empezará su vida separada un pie más atrás sin poder alcanzar un
estatus económico autónomo adecuado al que tenía durante el matrimonio"(34). "El menoscabo
económico es una pérdida en cuanto a que no se obtuvo el beneficio económico que habría
podido obtenerse si se hubiese trabajado... Se trata más bien de lo que, en la teoría del análisis
económico del derecho, se denomina el costo de oportunidad, es decir, la pérdida de la
oportunidad, o como dice el derecho francés en materia de indemnizaciones, la pérdida de una
'chance', es decir, la atribución de un valor económico a la posibilidad"(35).
2. La causa adecuada de ese empeoramiento se basa en el matrimonio y su posterior
ruptura.
3. Es exigible a partir de la sentencia firme.
Es decir, durante la vida en común se distribuyeron las funciones de manera tal que dicha
asunción de roles no puede perdurar luego de la ruptura perjudicando dicho mecanismo sólo a
uno de ellos. Por ejemplo, el que asumió el rol de proveedor económico no sufre el mismo daño
pues seguirá ejerciendo dicha actividad que le permitía generar ingresos para toda la familia. El
otro, en cambio, no posee tales recursos pues se dedicaba a realizar tareas hogareñas y
parentales(36).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
5. El derecho alimentario se extingue con la muerte del deudor en tanto que la prestación
compensatoria no(41).
6. Los alimentos se pagan periódicamente, la pensión compensatoria puede ser abonada en:
(...) una prestación única, en una renta por tiempo determinado o, excepcionalmente,
por plazo indeterminado. Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados
bienes o de cualquier otro modo que acuerden las partes o decida el juez [art. 441,
CCyCN](42).
7. La compensación económica es "inherente al patrimonio"(43), y por ende "transmisible,
embargable, compensable, cesible, renunciable", los alimentos posdivorcio son inherentes a la
persona: "No se pueden ceder, compensar, transar, embargar, transferir por actos entre vivos.
Son irrenunciables"(44).
El nuevo plexo normativo no ha regulado causales de cese de la prestación compensatoria,
lo que elimina la posible semejanza con los alimentos que se le atribuye en otras regulaciones.
Así, se encuentran países como España, El Salvador que formulan como supuestos de cese de
la prestación, "el cese de la causa que lo motivó, por contraer el acreedor nuevo matrimonio o
por vivir maritalmente con otra persona..." (art. 101, CCiv. español); a estas tres hipótesis el
Código de Familia de El Salvador le agrega dos más, a saber "por haber cometido injuria grave
contra el deudor, o por la muerte del acreedor o del deudor" (art. 113).
Se realza la naturaleza puramente compensatoria de la prestación más allá de la conducta
posterior de los cónyuges, o de hechos ajenos a una realidad que quedó cristalizada al
momento de la sentencia de divorcio. Hay desequilibrio o no lo hay. En el primer caso, a petición
de parte o de común acuerdo, se paga la prestación y ya no depende de ninguna otra
circunstancia. En el segundo caso no hay derecho a la prestación.
El fundamento, es como lo propuso Arianna, "objetivo, basado en el desequilibrio económico
que la ruptura del matrimonio crea en las condiciones de vida de uno de los cónyuges"(45).
2. Atribución de la vivienda
La vivienda es, tal vez, junto con la problemática del régimen de convivencia con los hijos,
uno de los aspectos que más conflicto genera. Y si nos detenemos a pensar en la esencia del
significado del hogar, es razonable. Quedarse sin vivienda produce desazón, inseguridad,
angustia, máxime cuando hay hijos menores o incapaces y el sentimiento suele agravarse ante
la falta de medios económicos.
Acorde con las ideas base de la reforma, la atribución de la vivienda prescinde de toda idea
de culpa y se apoya en pautas objetivas para determinar el beneficiario, a saber:
a) La persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;
b) la persona que está en situación económica más desventajosa para proveerse de una
vivienda por sus propios medios;
c) el estado de salud y edad de los cónyuges;
d) los intereses de otras personas que integran el grupo familiar [art. 443, CCyCN].
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 18/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
c) El estado de salud y edad de los cónyuges. Estos dos caracteres revelan si hay
posibilidades de que la persona que solicita la atribución del hogar se encuentre en condiciones
de procurarse una vivienda.
d) Los intereses de otras personas que integran el grupo familiar. También puede sumar el
hecho de que en el hogar conyugal residan hijos del cónyuge que solicita la atribución,
hermanos discapacitados, ancianos, cuya residencia con la pareja fue consentida. Será
entonces, otro tópico más a tener en cuenta.
3. Alimentos
Los alimentos entre cónyuges posteriores al divorcio fueron previstos en el capítulo 7,
denominado "Derechos y deberes de los cónyuges".
Dispone el art. 434 que:
Las prestaciones alimentarias pueden ser fijadas aun después del divorcio:
a) a favor de quien padece una enfermedad grave preexistente al divorcio que le impide
autosustentarse. Si el alimentante fallece, la obligación se trasmite a sus herederos.
b) a favor de quien no tiene recursos propios suficientes ni posibilidad razonable de
procurárselos. Se tienen en cuenta los incisos b), c) y e) del artículo 433. La obligación no
puede tener una duración superior al número de años que duró el matrimonio y no
procede a favor del que recibe la compensación económica del artículo 441.
En los dos supuestos previstos en este artículo, la obligación cesa si: desaparece la
causa que la motivó, o si la persona beneficiada contrae matrimonio o vive en unión
convivencial, o cuando el alimentado incurre en alguna de las causales de indignidad.
En principio, la obligación alimentaria entre cónyuges desaparece con la sentencia de
divorcio que disuelve el vínculo matrimonial y, en consecuencia, todos los derechos y deberes
que en él se sustentan.
Empero, ya se ha dicho que uno de los ejes básicos en materia de derecho de familia que
instaura el nuevo Código se funda en la solidaridad. De ahí que se mantiene el derecho
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
ALBARRACÍN, Dolores - ALBARRACÍN, Marta, "Divorcio destructivo (Contribución del contexto al
mantenimiento del conflicto)", LL 1992-E-804.
AMBROSIONI, Carlos E. - TABAK, Héctor J., Lecciones de derecho romano, Ábaco, Buenos Aires,
1981.
ARIANNA, Carlos, "Reflexiones sobre las prestaciones post divorcio. Apuntes para una reforma",
RDF 52-2011-33.
BACIGALUPO DE GIRARD, María, "El divorcio sin expresión de causa. La necesidad de su inclusión
en nuestra legislación", en KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída (dir.) - HERRERA, Marisa (coord.), La
familia en el nuevo derecho. Libro homenaje a la profesora Dra. Cecilia P. Grosman, t. I,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2009, p. 409.
BARBERO, Omar U., "Autonomía de la voluntad en las relaciones personales de familia", en el
Libro de Ponencias de las XIX Jornadas Nacionales de Derecho Civil, t. II, Rosario, 2003.
BIBILONI, Juan A., Reforma del Código Civil. Anteproyecto, Kraft, Buenos Aires, 1939.
BÍSCARO, Beatriz R., "Deberes y derechos matrimoniales durante la separación de hecho", LL
1993-E-21/22.
BOSCA, Roberto, "Una oportunidad perdida", ED 176-432.
CHECHILE, Ana M., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil argentino,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
— "Deber de fidelidad y separación de hecho", JA 1997-IV-881.
— "El divorcio en el Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", RDF 57-2012-167.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 22/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
citado por LEPIN MOLINA, Cristián, "Las prestaciones económicas postdivorcio en la legislación
chilena", RDF 56-2012-171.
WEINBERG, Inés M., "Reforma del derecho de familia en la República Federal de Alemania", LL
1981-D-915.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, 5ª ed., t. 1, Astrea, Buenos Aires, 2006.
— "Conversión de la separación personal en divorcio vincular (Cuestiones de orden
constitucional)", LL 1988-B-14.
ZANNONI, Eduardo A. - BÍSCARO, Beatriz R., "Valoración de la conducta de los cónyuges posterior a
la separación de hecho", JA 1995-III-357.
ZARRALUQUI SÁNCHEZ-EZNARRIAGA, Luis, "La pensión compensatoria en la nueva ley de divorcio: su
temporalización y su sustitución", www.nuevodivorcio.com/pension_compensatoria.pdf.
(1)Entre otros: GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho
constitucional de familia, t. I, Ediar, Buenos Aires, 2006, ps. 336 y ss.; FAMÁ, María Victoria,
"Nuevas tendencias jurisprudenciales en materia de divorcio", RDF 44-2009-1; BACIGALUPO DE
GIRARD, María, "El divorcio sin expresión de causa. La necesidad de su inclusión en nuestra
legislación", en KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída (dir.) - HERRERA, Marisa (coord.), La familia en el
nuevo derecho. Libro homenaje a la profesora Dra. Cecilia P. Grosman, t. I, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 2009, p. 409; MIZRAHI, Mauricio L., "Hacia una reforma de la ley de divorcio", RDF 52-
2011-23. Expresa este autor: "Es necesario priorizar, por encima de toda otra consideración
abstracta, los derechos a la intimidad y a la autonomía de las personas; y por aquí circula el
divorcio incausado por voluntad unilateral. Se trata, en definitiva, de garantizar a cada sujeto el
derecho a elegir su plan de vida, con facultades de determinar para sí la ética que regirá su vida
familiar. La idea central es que la heteronomía en este ámbito, se emparenta con el
autoritarismo".
(2)El dec.-ley 4070/1956 declaró en suspenso la disposición del art. 31.
(3)Este punto se ha redactado sobre la base del siguiente artículo, CHECHILE, Ana M., "El
divorcio en el Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", RDF 57-2012-167.
(4)MIZRAHI, Mauricio L., Familia, matrimonio y divorcio, 2ª ed., Astrea, Buenos Aires, 2006, ps.
322 y 324.
(5)C. Nac. Civ., sala M, 12/6/1992, LL 1993-E-15; íd., íd., 2/8/1999, JA 2001-I-539 (ambos
fallos con la disidencia del Dr. Gárgano). Merece destacarse, dentro de esta posición, la
disidencia expuesta por la Dra. Highton en la sentencia de la sala F del 12/10/1994, que
argumentó: "Si los cónyuges decidieron de común acuerdo la separación de hecho,
sustrayéndose voluntariamente del cumplimiento de determinados deberes maritales, como lo
son el de cohabitación y el de débito conyugal, en tales circunstancias, el hecho de la unión del
actor con una mujer, aun durante el transcurso de los tres años que la ley exige de separación
antes de decretada la disolución del vínculo matrimonial, no puede ser reputada como injurias
graves" (...) "La ley debe ser interpretada conforme al sentir de los ciudadanos y conforme al
sentido común, pues es menester tener en cuenta la repercusión social de los fallos. Los
expedientes no son ficciones, no deben contener ficciones ni fomentar la hipocresía, sino estar
acordes al transcurso de la vida en la República", en JA 1995-III-350. También se ubica en esta
postura el voto del Dr. Sansó en el fallo de la C. Nac. Civ., sala B, 6/5/1999, JA 2000-II-441; íd.,
voto en disidencia del Dr. Calatayud en el fallo de la C. Nac. Civ., sala E, 6/9/2002, ED 201-97;
íd., íd., 24/10/2003, JA 2004-I-360; íd., voto en disidencia del Dr. Polak en el fallo de la C. Nac.
Civ., sala L, 15/12/1994, LL 1996-B-43; íd., voto en disidencia del Dr. Kiper en el fallo de la C.
Nac. Civ., sala H, 7/10/1998, ED 182-652; Sup. Corte Just. Mendoza, sala 1ª, 11/7/2003, RDF
2004-I-163; C. Nac. Civ., sala B, 27/11/2007, www.abeledoperrot.com.ar.; C. Civ. y Com.
Mercedes, sala 1ª, 13/2/2007, LLBA 2007-224; Trib. Sup. Just. Córdoba, 1/9/2000,
www.justiciacordoba,gov.ar; Sup. Trib. Just. Entre Ríos, 20/6/2003, " K. C. A. v. P. C. G.
s/divorcio vincular, 3722; C. Civ. y Com. Salta, sala 3ª, "A., J. O. v. A. M. G.", LLNOA 2009-176,
cita online AR/JUR/20554/2008; Sup. Corte Bs. As., 6/6/2012, LLBA 2012-639 y LL diario del
6/8/2012. En doctrina, entre otros, ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª
ed., Astrea, Buenos Aires, 2006, ps. 437 y ss.; ZANNONI, Eduardo A. - BÍSCARO, Beatriz R.,
"Valoración de la conducta de los cónyuges posterior a la separación de hecho", JA 1995-III-
357; HIGHTON, Elena I., "Fidelidad, ¿hasta cuándo?", RDF 16-2000-50; MIZRAHI, Mauricio L.,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 23/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Familia..., cit., ps. 503 y ss.; del mismo autor, "El cese de los deberes matrimoniales tras la
separación de hecho: 'un leading case'", LL 2000-B-360; CHECHILE, Ana M., "Deber de fidelidad y
separación de hecho", JA 1997-IV-881; íd., "Inexistencia del deber de fidelidad entre cónyuges
separados de hecho. La postura de la Sala Primera de la Suprema Corte de Justicia de
Mendoza", RDF 2004-I-175; íd., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil
argentino, LexisNexis, Buenos Aires, 2006, ps. 51 y ss.; BÍSCARO, Beatriz R., "Deberes y
derechos matrimoniales durante la separación de hecho", LL 1993-E-21/22; GIL DOMÍNGUEZ,
Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho..., cit., t. I, ps. 285 y ss.
(6)MIZRAHI, Mauricio L., Familia..., cit., ps. 323/324.
(7)ALBARRACÍN, Dolores - ALBARRACÍN, Marta, "Divorcio destructivo (Contribución del contexto al
mantenimiento del conflicto)", LL 1992-E-804.
(8)Ver MIZRAHI, Mauricio L., "La ley 23.515: un examen crítico y comparado del divorcio
causado", JA 1988-IV-855; WEINBERG, Inés M., "Reforma del derecho de familia en la República
Federal de Alemania", LL 1981-D-915; CHECHILE, Ana M., La separación..., cit., p. 163.
(9)WEINBERG, Inés M., "Reforma del derecho de familia en la República Federal de Alemania",
cit.; MAKIANICH DE BASSET, Lidia N., "Causas de separación personal y divorcio moralmente
neutras", LL 1991-B-690. Sin embargo, el derecho alemán introduce la idea de falta cuando los
esposos tienen menos de un año de separados. Como para esta hipótesis no se verifica para la
ley una ruptura irreversible de la unión, sólo se concede la posibilidad de peticionar el divorcio
"cuando la continuación del matrimonio se hiciese imposible para el peticionante y cuando el
motivo del mismo residiere en circunstancias atinentes al otro cónyuge", MIZRAHI, Mauricio L.,
Familia..., cit., p. 340.Mas, aun en este supuesto, sólo se considera a la falta que se le imputa a
uno de los esposos como un hecho que pondría de relevancia la imposibilidad de la
convivencia, por ello la culpa aludida no se traslada a los efectos, MIZRAHI, Mauricio L., Familia...,
cit., ps. 340/341; CHECHILE, Ana M., La separación..., cit., ps. 163/164.
(10)Conf. MAKIANICH DE BASSET, Lidia N., "La reforma sueca en materia de divorcio", en Revista
Jurídica de San Isidro, nro. 25, San Isidro, Pcia. de Buenos Aires, enero-diciembre de 1989, p.
43.
(11)Trib. Familia n. 5 Rosario, 14/11/2006, RDF 2007-II-151; Trib. Col. Familia n. 7 Rosario,
7/3/2012, "F., M. y L., S. s/divorcio presentación conjunta", Suplemento LL Constitucional, jueves
9 de agosto de 2012, nro. 5, p. 48.
(12)Trib. Familia n. 2 La Plata, 26/8/2010, "O. S. T. v. D.J.E. s/div. vinc. contradictorio".
(13)MATTERA, Marta del R., "El juez frente al divorcio: respeto por la autonomía y privacidad de
los cónyuges", RDF 16-2000-83.
(14)Trib. Familia n. 2 La Plata, 26/8/2010, cit.,Trib. Col. Familia n. 7, Rosario, 7/3/2012, "F., M.
y L., S. s/divorcio presentación conjunta", Suplemento LL Constitucional, 9/8/2012, nro. 5, p. 48.
(15)Trib. Familia n. 2 La Plata, 26/8/2010, cit.
(16)Trib. Col. Familia n. 7 Rosario, 7/3/2012, "F., M. y L., S. s/divorcio presentación conjunta",
Suplemento LL Constitucional, 9/8/2012, nro. 5, p. 48.
(17)Corte Sup., 5/2/1998, LL 1998-C-648.
(18)Votó en disidencia el Dr. Boggiano. Empero, dos de los comentadores al fallo la apoyaron:
MÉNDEZ COSTA, María J., "Constitucionalidad del matrimonio disoluble. ¿Cabe proyectar un doble
esquema matrimonial legal?", LL 1998-C-648; BOSCA, Roberto, "Una oportunidad perdida", ED
176-432.
(19)Del voto en disidencia del Dr. Boggiano en el fallo de la Corte Sup., 5/2/1998, LL 1998-C-
648.
(20)Corte Sup., 5/2/1998, LL 1998-C-648.
(21)Del voto del Dr. Vázquez, en el fallo de la Corte Sup., 5/2/1998, LL 1998-C- 648.
(22)BIBILONI, Juan A., Reforma del Código Civil. Anteproyecto, Kraft, Buenos Aires, 1939, p.
239.
(23)ZANNONI, Eduardo A., "Conversión de la separación personal en divorcio vincular
(Cuestiones de orden constitucional)", LL 1988-B-14.
(24)BARBERO, Omar U., "Autonomía de la voluntad en las relaciones personales de familia", en
el Libro de Ponencias de las XIX Jornadas Nacionales de Derecho Civil, t. II, Rosario, 2003, p.
29
(25)Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el Código de Comercio,
redactado por la comisión designada por decreto 685/1995, e integrada por: Alegria, Alterini,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Atilio y Alterini, Jorge, Méndez Costa, Rivera y Roitman, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, p.
37, nota 77.
(26)MÉNDEZ COSTA, María J., "Constitucionalidad del matrimonio disoluble ¿Cabe proyectar un
doble esquema matrimonial legal?", cit.
(27)RIVERA, Julio C., "La proyectada recodificación del derecho de familia", DFyP, julio 2012,
nro. 6, p. 3.
(28)RIVERA, Julio C., "La proyectada recodificación...", cit., p. 3.
(29)ARIANNA, Carlos, "Reflexiones sobre las prestaciones post divorcio. Apuntes para una
reforma", RDF 52-2011-33.
(30)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Compensaciones económicas en el divorcio. Una herramienta
jurídica con perspectiva de género", RDF 57-2012-187.
(31)VELOSO VALENZUELA, Paulina, "Algunas reflexiones sobre la compensación económica", en
GROSMAN, Cecilia P. (dir.) - HERRERA, Marisa (coord.), Hacia una armonización del derecho de
familia en el Mercosur y países asociados, LexisNexis, Buenos Aires, 2007, p. 167; MOLINA DE
JUAN, Mariel F., "Compensaciones...", cit., p. 193.
(32)VELOSO VALENZUELA, Paulina, "Algunas reflexiones...", cit., p. 167.
(33)Ver MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Compensaciones...", cit., p. 193.
(34)VIDAL OLIVARES, Álvaro, "La compensación por menoscabo económico en La Ley de
Matrimonio Civil", El nuevo derecho chileno del matrimonio, Editorial Jurídica, Santiago, 2006, p.
258, cit. por LEPIN MOLINA, Cristián, "Las prestaciones económicas posdivorcio en la legislación
chilena", RDF 56-2012-171.
(35)DOMÍNGUEZ ÁGUILA, Ramón, "La compensación económica en la nueva legislación de
matrimonio civil", Revista Actualidad Jurídica, año VII, nro. 15, Facultad de Derecho,
Universidad del Desarrollo, Santiago, 2007, p. 87, cit. por LEPIN MOLINA, Cristián, "Las
prestaciones económicas...", cit.
(36)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Compensaciones...", cit., p. 193.
(37)LEPIN MOLINA, Cristián, "Las prestaciones...", cit.
(38)ARIANNA, Carlos, "Reflexiones...", cit., p. 42.
(39)ARIANNA, Carlos, "Reflexiones...", cit., p. 42.
(40)ZARRALUQUI SÁNCHEZ-EZNARRIAGA, Luis, "La pensión compensatoria en la nueva ley de
divorcio: su temporalización y su sustitución",
www.nuevodivorcio.com/pension_compensatoria.pdf.
(41)ARIANNA, Carlos, "Reflexiones...", cit., p. 43.
(42)En similar sentido, ARIANNA, Carlos, "Reflexiones...", cit., p. 43.
(43)MOLINA DE JUAN, Mariel F., Compensaciones...", cit., p. 199, citando a su vez a FANZOLATO,
Eduardo I., "Prestaciones compensatorias y alimentos entre excónyuges", RDPyC, 2001-1-37.
(44)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Compensaciones...", cit., p. 199. Ver la clara distinción que hace
esta autora teniendo en cuenta distintos parámetros tales como procedencia, presupuestos,
caracteres del derecho, finalidad, etcétera.
(45)ARIANNA, Carlos, "Reflexiones...", cit., p. 45.
(46)VIDAL OLIVARES, Álvaro, "La compensación por menoscabo económico en La Ley de
Matrimonio Civil", El nuevo derecho chileno del matrimonio, Editorial Jurídica, Santiago, 2006, p.
258, citado por LEPIN MOLINA, Cristián, "Las prestaciones económicas...", cit.
(47)VELOSO VALENZUELA, Paulina, "Algunas reflexiones...", cit., p. 167.
(48)GOWLAND, Alberto J., "Un caso de pretendido reintegro al hogar conyugal. La atribución del
mismo en la ley 23.515", LL 1990-B-145; KEMELMAJER DE CARLUCCI, Protección jurídica de la
vivienda familiar, Hammurabi, Buenos Aires, 1995, p. 239; DUTTO, Ricardo, Demanda de
exclusión del hogar, Juris, Santa Fe, 1993, p. 111; LEVY, Lea, "La vivienda familiar en el
Anteproyecto de Código Civil", JA 2012-II, fasc. 12, 20/6/2012, p. 38. En este sentido, C. Nac.
Civ., sala E, 23/7/1981, ED 98-230; C. Nac. Civ., sala C, 3/3/1994, LL 1994-D-243. En similar
sentido C. Nac. Civ., sala E, 10/4/1985, LL 1985-D-3; íd., sala C, 1/11/1984, ED 114-115 -LL
1985-D-582, J. Agrup., caso 5512; íd., sala D, 20/8/19984, LL 1985-D-582, nro. 29; C. Nac. Civ.,
sala G, 16/2/1988, LL 1990-B-145.
(49)Ver BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. II, 9ª ed, Perrot, Buenos Aires,
1993, ps. 381 y ss.; BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2009, p. 511. Dice este último autor: "La disposición es desconcertante, ya que
no se ve claro cómo puede ser carga de la sucesión una obligación transmitida del causante a
sus sucesores".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 25/26
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 26/26
CAPÍTULO V - RÉGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO(1). POR ANA M. CHECHILE
I. INTRODUCCIÓN
Como se desprende de su denominación el régimen patrimonial del matrimonio es el
conjunto de normas jurídicas que se encarga de regular las relaciones económicas de los
esposos entre sí y entre éstos y terceros(2).
Se destacan varias alternativas, según que se pueda elegir o no el sistema patrimonial
matrimonial. El primer caso, a su vez, admite distintas posibilidades entre las que se puede
optar y el momento en que se efectiviza la elección. Asimismo, se distingue según quien
administre, quien responde por las deudas, si se distribuyen los bienes a la disolución y en qué
medida.
Como destaca Belluscio, "la existencia de algún régimen matrimonial es una consecuencia
ineludible del matrimonio. Siempre, aun cuando se adopte un régimen de separación de bienes
—que por implicar la independencia patrimonial de los cónyuges parecería equivaler a la
inexistencia de régimen alguno—, el derecho debe solucionar algunas cuestiones que se
presentan en virtud de la vida en común, como la responsabilidad frente a los acreedores por
las obligaciones contraídas para solventar las cargas del hogar, la contribución a éstas y a la
manutención de los hijos, o la propiedad de las cosas muebles existentes en la vivienda común.
Por consiguiente, no es concebible la ausencia de régimen matrimonial; aun ante el total
silencio de la ley, ciertas reglas deberían ser fijadas judicialmente"(3).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
potestad importante del esposo fueron, poco a poco, evolucionando. Así, se fue pasando de un
sistema de transferencia de los bienes de la mujer al marido hasta llegar a los regímenes que
reconocen la igualdad de ambos cónyuges en la adquisición, administración y disposición de los
bienes.
2. Sistemas contemporáneos
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
este sistema está formulado como legal, es decir, el aplicable a falta de convención. Tal es el
caso de Alemania(20)y Panamá (art. 82, Código de la Familia).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Ahora bien, el fundamento que tenían las convenciones matrimoniales en el derecho europeo
del siglo XIX eran diferentes de las razones que las justifican en la sociedad contemporánea.
Explica Zannoni que históricamente fueron admitidos "para permitir la unificación legislativa en
territorios antes dominados por costumbres y legislaciones locales diversas sobre la materia, en
la actualidad se justifican en razón de un importante cambio en las funciones económicas de la
familia misma"(23).
De las opiniones que se alzaron a favor de convenir un régimen distinto a la comunidad de
ganancias se elaboraron proyectos de reformas que se esbozarán seguidamente.
establecer cuáles son esos preceptos que hacen a una esencia que marca a todo el derecho
matrimonial: aquello que no se puede dejar de hacer, lo que no se puede desatender, lo mínimo
para que una familia pueda funcionar como tal y la necesidad de que el derecho lo asegure
cuando la solidaridad —que en general es natural al grupo humano— se encuentra bloqueada.
La ley recuerda entonces ese mínimo exigible y protegido.
¿Quién duda que en toda familia bien constituida los adultos deben contribuir a su propio
sostenimiento, al del hogar y al de los hijos tanto comunes como menores de edad, con
capacidad restringida o discapacidad de uno de ellos, que convivan con el grupo familiar? El
Código lo establece expresamente, agregando que se debe en proporción a los recursos de
cada uno (art. 455, CCyCN) pudiendo ser demandado su cumplimiento judicialmente.
Otra de las grandes reformas: la vivienda. Imposible pensar en un desarrollo sano sin gozar
de uno de los derechos fundamentales del hombre: vivienda digna expresa nuestra Constitución
Nacional (art. 14 bis).
Advertía hace ya veinte años Kemelmajer de Carlucci que "Las disposiciones legales que
tienden a la protección del hábitat de la familia de hecho son escasas. La falta de protección en
esta área es una verdadera paradoja..."(26).
Es indiscutible, a esta altura del siglo XXI, que la vivienda es un derecho humano(27)que
permite al individuo poder desarrollar sus potencialidades(28), insertarse y producir en el
mercado laboral. El acceso a la vivienda está reconocido no sólo por la Constitución Nacional
sino también por varios de los instrumentos internacionales con jerarquía constitucional
incorporados en virtud del art. 75, inc. 22. Así, tenemos, art. 25 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos; art. XXIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre; art. 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; art.
5.e.iii de la Convención Internacional sobre eliminación de todas las formas de discriminación
racial; art. 14, inc. h) de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer; art. 27.3 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Afortunadamente, esta temática fue abarcada por el nuevo Código, receptando la necesidad
de protección del hogar, no sólo cuando se regula el régimen patrimonial matrimonial sino
también en otras instituciones tales como bien de familia (arts. 244 a 256, CCyCN), el derecho
real de habitación del conviviente supérstite (art. 527).
Expresa el art. 456 del CCyCN, retomando el tema que nos convoca:
Actos que requieren asentimiento. Ninguno de los cónyuges puede, sin el asentimiento
del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles
indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella. El que no ha dado su asentimiento
puede demandar la anulación del acto o la restitución de los muebles dentro del plazo de
caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de seis meses de la
extinción del régimen matrimonial. La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas
contraídas después de la celebración del matrimonio, excepto que lo hayan sido por
ambos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del otro.
Los dos artículos siguientes establecen los requisitos que debe reunir el asentimiento y la
autorización judicial supletoria.
Dentro del denominado régimen primario, otro de los grandes cambios se prevé en el art. 461
que dispone la responsabilidad solidaria de los cónyuges por las deudas contraídas por uno de
ellos
(...) para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la
educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el artículo 455.
En este tema se avanza sobre la solución regulada por los arts. 5º y 6º de la derogada ley
11.357, receptando la solución que la doctrina venía propiciando(29).
A título de ejemplo, en el X Congreso Internacional de Derecho de Familia (Mendoza, 1998)
la mayoría, en el tema "Régimen patrimonial y autonomía de la voluntad", formuló la siguiente
recomendación: "Cualquiera sea el régimen de bienes, ambos cónyuges están obligados
solidariamente por las deudas contraídas para el sostenimiento del hogar o la educación de los
hijos"(30).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
derecho a partes desiguales (art. 1520), comunidad de muebles y ganancias (arts. 1498 y ss.),
comunidad universal (art. 1526), convenir la administración conjunta (art. 1503); e incluso que el
supérstite sea autorizado a sacar del capital de la comunidad, antes de toda partición, una cierta
suma de dinero o determinados bienes (art. 1515).
También en el régimen de participación los esposos pueden convenir distintas cláusulas
siempre que no sean contrarias a lo dispuesto por los arts. 1387 a 1389 del CCiv. Pueden
acordar una partición desigual, o que el supérstite tendrá derecho a la totalidad de las
ganancias netas del fallecido, etc. (art. 1581).
Otra característica que posee el Code es la posibilidad de mutar de régimen luego de
transcurridos dos años desde la celebración de las nupcias, cumpliendo con determinados
requisitos (art. 1397).
Asimismo, incluimos en este grupo al sistema español, cuyo art. 1315 dispone: "El régimen
económico del matrimonio será el que los cónyuges estipulen en capitulaciones matrimoniales,
sin otras limitaciones que las establecidas en este Código".
A su vez, el art. 1316 establece que el régimen que los regirá a falta de estipulación o cuando
éstas sean ineficaces será el de la sociedad de gananciales. Por su parte, el art. 1325 expresa:
"En capitulaciones matrimoniales podrán los otorgantes estipular, modificar o sustituir el régimen
económico de su matrimonio o cualesquiera otras disposiciones por razón del mismo".
En este elenco también se podría comprender al art. 81, Código de la Familia de la República
de Panamá, que dispone: "El régimen económico del matrimonio será el que los cónyuges
estipulen en capitulaciones matrimoniales, sin otras limitaciones que las establecidas en este
Código o el señalado por la ley".
En similar extensión se pronuncia la República de El Salvador. Dice el Código de Familia, en
su art 42, que "Los contrayentes, antes de la celebración del matrimonio, podrán optar por
cualquiera de los regímenes patrimoniales mencionados en el artículo anterior o formular otro
distinto que no contraríe las disposiciones del presente Código. Si no lo hicieren, quedarán
sujetos al de comunidad diferida".
A su vez, el art. 41 dispone: "Los regímenes patrimoniales que este Código establece son:
1º) Separación de bienes; 2º) Participación en las ganancias; 3) Comunidad diferida".
Tanto Panamá (arts. 86, 90, 91, Código de Familia) como El Salvador (art. 44, Código de
Familia) admiten la posibilidad de modificar el régimen en cualquier momento.
3. Los intermedios
Denominamos así a aquellas regulaciones que permiten una elección de un régimen de entre
por lo menos dos, determinados en la legislación respectiva. Entre ellas, se puede citar el CCiv.
chileno, cuyo art. 1715 dispone:
Se conocen con el nombre de capitulaciones matrimoniales las convenciones de
carácter patrimonial que celebren los esposos antes de contraer matrimonio o en el acto
de su celebración. En las capitulaciones matrimoniales que se celebren en el acto del
matrimonio, sólo podrá pactarse separación total de bienes o régimen de participación en
los gananciales.
A posteriori, se establece el régimen legal que regirá cuando no se hace uso de la opción,
que es el de sociedad conyugal (art. 1718). A su vez, el art. 1723 faculta a los esposos a mutar
de régimen.
Nuestro país con la sanción del nuevo Código se enmarca en este grupo pues permite optar
entre dos alternativas, la separación de bienes o la comunidad de ganancias, siendo este último
el régimen legal supletorio.
No quedan dudas de que en una sociedad pluralista, en la que se respetan los derechos de
todos, al margen del modelo de familia por el que se haya optado, no puede quedar limitada a
un único régimen patrimonial matrimonial.
En definitiva, quienes creen que la comunidad de bienes es la que mejor comulga con la
comunidad de vida a la que se comprometen los futuros esposos, podrán elegir ese régimen
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
patrimonial.
Obviamente, la posibilidad de escoger no implica dejar al más débil al arbitrio del más fuerte
en lo económico. En primer lugar, debe recordarse que se habla de personas capaces. Esto
significa que si se ha elegido un modelo matrimonial tradicional y aquel que asumirá el rol de
proveedor económico pretende optar por un régimen de separación de bienes, pues —
decididamente— el otro deberá decir que no o distribuir las funciones en torno al sistema
elegido. Lo contrario implica seguir pensando que una de las partes es incapaz de contratar. Es
necesario finalizar con las ideas estereotipadas que se tienen sobre determinados roles. Se
debe educar para decidir, pues es el conocimiento el que da la libertad de elegir. Lo contrario
sería pensar en un modelo proteccionista que fomenta la debilidad generando dependencia,
propio de épocas superadas.
En segundo lugar, el nuevo Código prevé un sistema de protección al grupo familiar fundado
en la solidaridad. Convengamos que el gran porcentaje de los seres humanos alcanzan esta
idea sin necesidad de imposición, pero cuando los mecanismos educativos y afectivos han
fallado, es necesario alguna previsión en la ley que se encargue de reforzar el concepto de que
se vive en una sociedad en la cual la ayuda mutua que debe presidir al grupo familiar es un eje
esencial. Estas regulaciones mínimas es lo que se ha dado en llamar un régimen patrimonial
primario(35).
Todo lo expuesto, obviamente, resguardando los derechos de los terceros, lo que se logra
con la debida publicidad (arts. 448, 449, CCyCN) y la posibilidad de los acreedores que sufran
un perjuicio, ante el cambio de régimen, de pedir que el mismo le sea inoponible, para lo cual
gozan del plazo de un año desde que lo conocieron (art. 449, CCyCN, in fine).
1. Antecedentes
Como su nombre lo indica, se trata de pactos realizados por los futuros consortes antes de la
celebración de las nupcias. Fiel al sistema por el cual se había definido Vélez Sarsfield las
posibilidades que regulaba el Código derogado eran limitadísimas.
El codificador dispuso en el art. 1217 que "Antes de la celebración del matrimonio los
esposos pueden hacer convenciones que tengan únicamente los objetos siguientes: 1. La
designación de los bienes que cada uno lleva al matrimonio; 2. La reserva a la mujer del
derecho de administrar algún bien raíz de los que lleva al matrimonio, o que adquiera después
por título propio; 3. Las donaciones que el esposo hiciere a la esposa; 4. Las donaciones que
los esposos se hagan de los bienes que dejaren por su fallecimiento".
Los incs. 2º y 4º fueron derogados por la ley 17.711. El inc. 3º fue modificado por la ley
26.618 estableciendo "las donaciones que un futuro cónyuge hiciere al otro".
En los supuestos que habían quedado vigentes, las convenciones debían ser hechas por
escritura pública conforme lo estipulaban los arts. 1184, inc. 4º y 1223 del CCiv.
2. Sistema actual
Dispone el art. 446 del CCyCN que:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
iba a citar a los progenitores. El Senado modificó esta solución estableciendo un doble sistema,
que es el que quedó plasmado en el nuevo Código, a saber, menores de 18 años pero mayores
de 16 años necesitan la autorización de sus representantes legales, y sólo si no la obtienen o
cuando se encuentran en la franja etaria de menos de 16 es requisito para la celebración de las
nupcias la dispensa judicial.
Empero, como puede observarse, el art. 450 del Código no fue modificado, manteniéndose el
originariamente proyectado. Sin embargo, aunque tal precepto diga que "las personas
autorizadas judicialmente para casarse no pueden hacer donaciones ni ejercer la opción
prevista en el art. 446 inc. d)", entiendo que una interpretación armónica de todos los preceptos
involucrados supra citados, llevan a la conclusión que tampoco pueden efectivizar estos actos
los menores de edad que han contraído matrimonio con autorización de sus representantes
legales.
2. Sistema actual
En la nueva normativa se sistematizan en tres artículos las donaciones por razón de
matrimonio. En el art. 451 se establece que:
Las donaciones hechas en las convenciones matrimoniales se rigen por las
disposiciones relativas al contrato de donación. Sólo tienen efecto si el matrimonio se
celebra.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
A posteriori, se prevén las donaciones que terceros hagan a uno de los futuros esposos o a
ambos, las que también llevan la condición de que la nupcias se celebren y sean válidas (art.
452). Finalmente, se dispone que
La oferta de donación hecha por terceros a uno de los novios, o a ambos queda sin
efecto si el matrimonio no se contrae en el plazo de un año. Se presume aceptada desde
que el matrimonio se celebra, si antes no ha sido revocada [art. 453].
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes en el matrimonio, Hammurabi, Buenos Aires, 2002.
— "Algunas pautas para la reforma al régimen de bienes en el matrimonio", RDF 52-2011-11.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009.
CARNAVAL DE FAINGUERSCH, Alicia (trad. y com.), "Francia. Reforma al régimen patrimonial del
matrimonio", RDF 38-2007-191.
CHECHILE, Ana M., "La posibilidad de elegir el régimen patrimonial matrimonial en el Proyecto de
Código Civil y Comercial de la Nación", JA 2012-III- 1273.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen de bienes del matrimonio, La Ley,
Buenos Aires, 2001.
FUEYO LANERI, Fernando, "Generalidades sobre la economía del matrimonio (Especial
consideración de las soluciones judiciales subsidiarias y a posteriori)", LL 1988-C-988.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi, Buenos
Aires, 1995, p. 382.
— "Lineamientos generales del régimen patrimonial del matrimonio en el proyecto de reformas
al Código Civil (Decreto n. 468/92)", JA 1993-IV-842.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2006.
MÉNDEZ COSTA, María Josefa, en MÉNDEZ COSTA, María Josefa - FERRER, Francisco A. M. -
D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008.
MIZRAHI, Mauricio L., "Hacia una reforma del régimen patrimonial del matrimonio", en Derecho de
familia. Libro en homenaje a la Dra. María Josefa Méndez Costa, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
1991.
Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el Código de Comercio,
redactado por la comisión designada por decreto 685/1995, integrada por: Alegria, Alterini,
Atilio y Alterini, Jorge, Méndez Costa, Rivera y Roitman, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999.
Reformas al Código Civil. Proyecto y notas de la comisión designada por decreto 468/1992, e
integrada por: Belluscio, Bergel, Kemelmajer de Carlucci, Le Pera, Rivera, Videla Escalada y
Zannoni, Astrea, Buenos Aires, 1993.
SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio, t. 1, La Ley, Buenos Aires, 2007.
SOLARI, Néstor E., "La vivienda y su protección a los hijos su relación con el artículo 1277 del
Código Civil", RDF 29-2004-111.
X Congreso Internacional de Derecho de Familia, "El derecho de familia y los nuevos
paradigmas", Mendoza, 20 al 24 de septiembre de 1998, JA 1999-I-1031.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed., Astrea, Buenos Aires, 2006.
(1)Este capítulo se ha redactado sobre la base del artículo "La posibilidad de elegir el régimen
patrimonial matrimonial en el Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", JA 2012-III-
1273, y CHECHILE, Ana M., "Cuestiones patrimoniales derivadas del matrimonio", en HERRERA,
Marisa - KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - LLOVERAS, Nora (dirs.), Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Máximos precedentes. Derecho de Familia, t. II, La Ley, Buenos Aires, 2014, ps. 854 y
ss.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(2)En este sentido, SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio, t. 1, La Ley,
Buenos Aires, 2007, p. 4; ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed.,
Astrea, Buenos Aires, 2006, p. 454.
(3)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires,
2009, p. 277. En similar sentido AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes en el matrimonio,
Hammurabi, Buenos Aires, 2002, p. 22.
(4)Para consultar las características de estos sistemas que ya no se encuentran vigentes, ver
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, cit., ps. 278 y ss.; ZANNONI, Eduardo A.,
Derecho civil. Derecho de familia, cit., ps. 456 y ss.
(5)Dice al respecto Fueyo Laneri que los bienes gananciales que "conducen al llamado acervo
partible, no tienen por qué ser distribuidos siempre e infaltablemente por mitades. La fijación de
una proporción diferente será necesariamente sobre la base de los resultados producidos".
FUEYO LANERI, Fernando, "Generalidades sobre la economía del matrimonio (Especial
consideración de las soluciones judiciales subsidiarias y a posteriori", LL 1988-C-988. En similar
sentido, MIZRAHI, Mauricio L., "Hacia una reforma del régimen patrimonial del matrimonio", en
Derecho de familia. Libro en homenaje a la Dra. María Josefa Méndez Costa, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 1991, p. 279. El art. 1520 del CCiv. francés es un ejemplo de ello pues permite a los
esposos estipular partes desiguales.
(6)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia..., cit., p. 281.
(7)Art. 1526CCiv. francés: "Los esposos pueden establecer por contrato de matrimonio una
comunidad universal de sus bienes tanto muebles como inmuebles, presentes y futuros. Sin
embargo, salvo estipulación en contrario, los bienes que el art. 1404 declara propios por su
naturaleza no entran en esta comunidad. La comunidad universal soporta definitivamente todas
las deudas de los esposos, presentes y futuras".
(8)Art 1667, CCiv. brasileño dispone: "El régimen de comunidad universal importa la
comunicación de todos los bienes presentes y futuros de los cónyuges así como sus deudas,
con las excepciones del artículo siguiente".
(9)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, cit., p. 459; BELLUSCIO, Augusto C.,
Manual de derecho de familia, cit., p. 282.
(10)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, cit., p. 282.
(11)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, cit., p. 283.
(12)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio..., cit., p. 21. BELLUSCIO,
Augusto C., Manual de derecho de familia..., cit., p. 283.
(13)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia..., cit., p. 283.
(14)Expresa dicho artículo: "Corresponde a ambos cónyuges la administración del patrimonio
social. Sin embargo, cualquiera de ellos puede facultar al otro para que asuma exclusivamente
dicha administración respecto de todos o de algunos de los bienes. En este caso, el cónyuge
administrador indemnizará al otro por los daños y perjuicios que sufra a consecuencia de actos
dolosos o culposos".
(15)El mencionado precepto estipula: "En defecto de pacto en capitulaciones, la gestión y dis-
posiciones de los bienes gananciales corresponde conjuntamente a los cónyuges, sin perjuicio
de lo que se determina en los artículos siguientes".
(16)El art. 163 del Código de Familia de Panamá dice: "En defecto de pacto en capitulaciones,
la gestión y disposiciones de los bienes gananciales corresponde conjuntamente a los
cónyuges, sin perjuicio de lo que se determina en los artículos siguientes".
(17)Dispone la citada norma: "Durante el matrimonio cada uno de los cónyuges tiene la libre
administración y disposición de los bienes propios y comunes".
(18)Expresa el mencionado artículo que "Cada uno de los esposos tiene el poder de
administrar sólo los bienes comunes y de disponer, salvo la responsabilidad por faltas que
cometiera en su gestión. Los actos cumplidos sin fraude por un cónyuge son oponibles al
otro...".
(19)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, cit., p. 461.
(20)Conf. BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia..., cit., p. 285.
(21)Hace ya mucho tiempo que se vienen realizando reuniones científicas que han
recomendado la adopción de algún sistema que permitiera optar a los esposos algún régimen
patrimonial matrimonial. Entre ellas se pueden citar el II Congreso Hispanoamericano de
Profesores de Derecho de Familia (Salta, marzo de 1983); las XI Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, celebradas en Buenos Aires en el año 1987; las Segundas Jornadas Nacionales
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/17
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(31)Expresa el art. 101 del Código de Familia que "El matrimonio constituye entre los
cónyuges, desde el momento de su celebración, una comunidad de gananciales que hace
partibles por igual,
(32)Dispone el art. 29 del Código de Familia cubano que "El régimen económico del
matrimonio será el de la comunidad de bienes que regula este Código".
(33)a tiempo de disolverse, las ganancias o beneficios obtenidos durante su vigencia salvo
separación judicial de bienes en los casos expresamente permitidos (art. 159, Constitución
Política del Estado). La comunidad se constituye aunque uno de los cónyuges tenga más bienes
que el otro o sólo tenga bienes uno de ellos y el otro no". A su vez, el art. siguiente dispone: "La
comunidad de gananciales se regula por la ley, no pudiendo renunciarse ni modificarse por
convenios particulares, bajo pena de nulidad".
FUEYO LANERI, Fernando, "Generalidades sobre la economía del matrimonio...", cit., p. 999.
(34)Conf. CARNAVAL DE FAINGUERSCH, ALICIA (trad. com.), "Francia. Reforma al régimen patrimonial
del matrimonio", RDF 38-2007-191.
(35)Se las ha definido como "un estatuto constitutivo de un conjunto de derechos, facultades,
deberes, prohibiciones y limitaciones que se producen por el solo hecho de contraer matrimonio
y tienen por objetivo posibilitar el cumplimiento y realización efectiva de los fines del matrimonio
en su aspecto patrimonial". KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Lineamientos generales del régimen
patrimonial del matrimonio en el proyecto de reformas al Código Civil (Decreto n. 468/92)", JA
1993-IV-842. Asimismo, se ha dicho que "son normas imperativas que intentan hacer operativo
el requisito de la solidaridad -de particular valía en el derecho de familia- atender a la seguridad
del tráfico, amparar la buena fe y, fundamentalmente, proteger a los terceros, menores e
incapaces involucrados". MIZRAHI, Mauricio L., "Hacia una reforma...", cit., p. 283.
(36)Esta posibilidad ya había sido admitida por la ley 26.618 que modificó el inc. 3º del art.
1217 del CCiv. de Vélez Sarsfield.
(37)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, cit., p. 491; BELLUSCIO, Augusto C.,
Manual de derecho de familia..., cit., p. 32; AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes..., cit., p. 54.
(38)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, cit., ps. 491/492. En similar sentido
SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p. 94.
(39)Ver MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, cit., p. 335, quien si bien llega a
esta conclusión admite coincidir con el pensamiento de Vélez. En contra se manifiesta SAMBRIZZI,
Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p. 94.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/17
CAPÍTULO VI - RÉGIMEN PRIMARIO. POR SILVANA R. BALLARÍN
I. INTRODUCCIÓN
El nuevo Código concede al principio de autonomía de la voluntad una mayor relevancia, permitiendo a los cónyuges pactar el régimen que
ordenará sus relaciones patrimoniales. Sin embargo, ciertas cuestiones esenciales relacionadas con la protección de la familia, y también de los
terceros que contraten con los cónyuges no quedan libradas a su voluntad, sino sujetas a un conjunto de normas inderogables (art. 454, CCyCN)
comunes a ambos regímenes que conforman el llamado régimen primario(1).
De tal manera, configuran un estándar mínimo de solidaridad y protección de la familia y representan una limitación a la autonomía de la
voluntad en aras de un interés social(2).
En el Código argentino, el régimen primario regula la forma en que se solventan las necesidades comunes —o deber de contribución—, la
responsabilidad frente a terceros por deudas contraídas y la protección de la vivienda. También introduce normas relativas al mandato entre
cónyuges y a la administración y disposición de cosas comunes no registrables.
Por ello, su contenido se integrará luego con otras disposiciones propias de cada uno de los regímenes matrimoniales, lo que ha llevado a la
doctrina a calificarlo de estatuto matrimonial mínimo(3)o plataforma jurídica mínima(4).
Así sucede respecto del régimen de comunidad, con la responsabilidad de los cónyuges frente a terceros (art. 467, CCyCN) y con el
asentimiento del cónyuge en la gestión de bienes del otro.
En relación con el régimen de separación de bienes, serán sólo las normas del régimen primario las que pondrán un límite a la mayor
independencia económica de los cónyuges, lo que lleva a Roveda a señalar que, en este caso, tienden a "paliar las eventuales consecuencias
disvaliosas de la aplicación del régimen"(5).
1. Antecedentes
El art. 1300 del Código Civil derogado establecía: "Durante la separación, el marido y la mujer deben contribuir a su propio mantenimiento, y a
los alimentos y educación de los hijos, en proporción a sus respectivos bienes".
La norma aludía al régimen de separación de bienes, de carácter excepcional, que sólo cobraba actualidad ante la cesación del régimen legal
y único de sociedad conyugal o comunidad. Se aplicaba, entonces, en el caso de subsistencia del matrimonio bajo el régimen de separación de
bienes.
La doctrina diferenciaba los supuestos en los que subsistía la convivencia de aquellos otros en los que los cónyuges vivían separados. Sólo
para los primeros cobraba virtualidad en toda su extensión lo dispuesto por el art. 1300, mientras que para los segundos —en su mayoría,
cónyuges con sentencia de separación personal— debería compatibilizarse con las normas relativas al derecho-deber alimentario previstas para
tales casos(6).
Resulta escasa la experiencia judicial relativa a la aplicabilidad de este precepto. Sin perjuicio de ello, fue criticada su redacción, en tanto
establecía un deber de contribución en proporción a los bienes de cada cónyuge, y no, en forma más amplia, en relación con sus respectivos
ingresos, incluyendo en ello a los resultantes del trabajo personal(7).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 2/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Antecedentes
El derecho argentino ha recurrido a diversas figuras jurídicas para proteger la vivienda familiar partiendo del mandato constitucional del art. 14
bis. Una de ellas ha sido la exigencia de asentimiento del cónyuge para que el titular del inmueble sede del hogar realice un acto de disposición
sobre éste, y otra la afectación del inmueble como bien de familia para limitar su ejecutabilidad.
Siendo el régimen legal único el de comunidad de bienes, la protección del hogar a través del asentimiento conyugal estaba prevista en el art.
1277, párr. 2º, del Código derogado: "También será necesario el consentimiento de ambos cónyuges para disponer del inmueble propio de uno
de ellos, en que está radicado el hogar conyugal si hubiere hijos menores o incapaces. Esta disposición se aplica aún después de disuelta la
sociedad conyugal, trátese en este caso de bien propio o ganancial. El juez podrá autorizar la disposición del bien si fuere prescindible y el
interés familiar no resulte comprometido".
Aludía expresamente al hogar radicado en un inmueble propio, en tanto la protección de los derechos en expectativa sobre los inmuebles
gananciales contenida en el primer párrafo, tornaba innecesaria la referencia al hogar conyugal en el caso de estos últimos.
Se requería que en el hogar residieran hijos menores o incapaces. Como tal protección trascendía al régimen patrimonial único de sociedad
conyugal, aún después de disuelto éste la protección de la vivienda permanecía, cualquiera que fuera la calificación del bien —propio o ganancial
—.
También preveía la venia judicial supletoria en caso de negativa a otorgar el asentimiento.
Durante su vigencia, muchas fueron las objeciones que se formularon en torno a su redacción, sirviendo ello de valioso antecedente para la
redacción del nuevo Código: entre ellas, la mención a disponer del inmueble y no de los derechos de la vivienda, circunstancia que limitaba la
protección, dejando fuera tanto a los bienes muebles que conforman su ajuar, como a los supuestos de viviendas rodantes. También resultaba un
requisito la necesidad de que convivieran hijos menores o incapaces, habiéndose discutido, incluso, doctrinaria y jurisprudencialmente, la
viabilidad de la protección en el supuesto del hijo por nacer(14).
Por otra parte, la ley 14.394 protegía a la vivienda familiar de los terceros acreedores del cónyuge titular, a través de la figura del bien de
familia: el inmueble constituido tal, no podía ser ejecutado por deudas posteriores a su afectación, a excepción de aquellas provenientes de
impuestos o tasas que graven el inmueble, las garantías con gravámenes constituidos mediando causa grave o manifiesta utilidad para la familia
y los créditos por construcción o mejoras introducidas en la finca. Gozar de tal protección legal requería que el bien fuera afectado por su titular
registral, efectuándose la inscripción correspondiente en el Registro de la Propiedad.
2. El nuevo Código
En el nuevo Código el régimen primario contiene en el art. 456 dos disposiciones de protección a la vivienda: la necesidad de asentimiento del
cónyuge para disponer de los derechos sobre ésta y su inejecutabilidad por deudas contraídas después de la celebración del matrimonio. Con la
primera, se protege al hogar de los actos de disposición que pudiera celebrar el cónyuge titular, mientras que con la segunda, se lo protege de la
agresión externa de los terceros acreedores. En el primer caso, se trata de la tensión entre el interés del cónyuge titular, que ostenta un derecho
sobre la cosa, y la necesidad del no titular, que invoca un derecho a la vivienda(15). En el segundo, la tensión se produce entre el derecho al
hogar y el del tercero acreedor. En ambos casos prevalece el derecho a la vivienda.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 3/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El asentimiento conyugal ya estaba previsto en el Código Civil anterior, no así la inejecutabilidad del hogar. Hasta ahora, la vivienda estaba
protegida frente a la acción de terceros acreedores solamente si había sido afectada por su titular como bien de familia. El nuevo Código no sólo
sustituye la ley de bien de familia por un nuevo régimen más completo(16), sino que introduce en el art. 456 otra protección que no requiere acto
de afectación alguno: la vivienda familiar no podrá ser ejecutada por deudas contraídas con posterioridad a la celebración del matrimonio.
3.1. Concepto
Según la Real Academia Española, asentir significa "admitir como cierto o conveniente lo que otra persona ha afirmado o propuesto antes"
(17).
Acorde con ello, se entiende que un cónyuge asiente el acto celebrado por el otro cónyuge cuando manifiesta su conformidad para que aquél
lo celebre, pero sin que ello importe integrar el acto en calidad de codisponente. Es decir, el que otorga el acto es el cónyuge que ha adquirido el
bien, el otro sólo presta su conformidad.
Analicemos el supuesto a través de un ejemplo: el del contrato de compra venta. El cónyuge vendedor es el titular del bien y, como tal, no
deberá estar sujeto a inhibiciones al tiempo de la escrituración. Es él quien recibirá el precio establecido en el contrato, que ingresará, de tal
manera, a su administración(18). Su cónyuge participará en el acto al solo efecto de prestar su conformidad: es decir, que no afectará a la
celebración del acto que se encuentre inhibido, ni podrá resultar demandado por eventuales vicios redhibitorios o evicción(19), ni por cualquier
acción relacionada con el cumplimiento del contrato(20).
Si bien el Código derogado aludía al consentimiento del cónyuge, existía consenso en el sentido de interpretar que, en realidad, se trataba de
un tercero que autorizaba el contrato celebrado por el otro(21).
3.4. Protección del hogar formado por los cónyuges, con o sin hijos
La finalidad de la ley es garantizar el derecho constitucional a la vivienda, sin restringir su concepto al caso de los matrimonios con hijos
menores o incapaces. De tal manera, el concepto de vivienda familiar del art. 456 alude al hogar formado por los cónyuges.
La vastedad del concepto coincide con la amplitud reconocida en la afectación de la vivienda al régimen de inejecutabilidad dispuesto en el
nuevo Código (cap. 3º, tít. III del Libro Primero), que reemplaza al antiguo régimen de bien de familia (ley 14.394): también la persona que vive
sola tiene derecho a la protección de su hogar. En el mismo sentido, el art. 522 protege la vivienda familiar en las uniones convivenciales
inscriptas.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 4/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3.5. Requisitos del asentimiento. Inviabilidad del asentimiento general y anticipado
La finalidad de la ley no se cumpliría si resultara suficiente el otorgamiento del asentimiento en forma general y anticipada. Por ello, requiere
que se realice, en particular, para un acto determinado, y que se expliciten además las condiciones en que éste deberá otorgarse(28).
Así lo entendió la doctrina y la jurisprudencia(29)durante la vigencia del Código anterior, aunque no de manera uniforme.
En apoyo de la postura que, finalmente, se impuso en la reforma, señalaba Belluscio hace décadas que un asentimiento de tales
características importaría en la práctica su supresión, frustrándose la protección legal que instrumenta si no se requiere para cada acto particular,
no resultando, a su entender, similar la situación al supuesto de mandato general de disposición, en tanto en este caso existe obligación de rendir
cuentas y entregar al mandante lo obtenido como contraprestación del acto de disposición(30). También Zannoni compartía esta postura,
resaltando, asimismo, el carácter irrenunciable del control de mérito que la ley le confiere al cónyuge(31).
El nuevo Código contiene una norma expresa, el art. 457, que dispone:
En todos los casos en que se requiere el asentimiento del cónyuge para el otorgamiento de un acto jurídico, aquél debe versar sobre el
acto en sí y sus elementos constitutivos.
De tal manera, alude a cada acto en particular, y a sus elementos constitutivos. En consecuencia, deberá hacerse mención de los elementos
esenciales propios del contrato del que se trate: por ejemplo, en una compra venta el precio, la cosa, forma de pago, y las garantías si las
hubiere; en una permuta determinación de las cosas y bonificación (si hubiera diferencia de valor entre éstas), etcétera.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 5/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
IV. RESPONSABILIDAD FRENTE A TERCEROS
Cualquiera que sea el régimen patrimonial vigente, el interés familiar y la seguridad jurídica de quienes contratan con personas casadas
requieren el establecimiento de normas que prevean supuestos en los que un cónyuge pueda responder por la obligación contraída por el otro. El
nuevo Código alude a este aspecto en el art. 461.
Conforme lo dispone el 2º párrafo, ninguno de los cónyuges responde por las deudas contraídas por el otro. De tal manera, los terceros
acreedores de un cónyuge carecen, en principio, de acción contra el cónyuge que no contrajo la deuda, pudiendo afectar la totalidad del
patrimonio del cónyuge deudor, cualquiera que sea el régimen vigente: es decir que, en el supuesto del régimen de comunidad, el carácter
ganancial de los bienes no importa limitación alguna a ello.
El principio general de responsabilidad separada contempla dos excepciones: prevé la responsabilidad con relación a las obligaciones
contraídas por uno de los cónyuges para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos comunes.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 6/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
VI. ADMINISTRACIÓN DE COSAS MUEBLES NO REGISTRABLES
En relación a los actos de administración y disposición otorgados por uno de los cónyuges respecto de cosas muebles no registrables cuya
tenencia ejerza, el nuevo Código incluye en el art. 462 una norma de protección de los derechos de los terceros de buena fe, otorgando validez a
tales actos. Sin embargo, introduce dos limitaciones a tal protección:
La primera, al requerir que se trate de actos a título oneroso: de lo contrario, entre el interés de la familia y el del adquirente a título gratuito,
opta por el primero(52).
Además, exceptúa a los bienes indispensables del hogar y a los objetos destinados al uso personal del otro cónyuge o al ejercicio de su
trabajo: en estos casos, difícilmente el tercero pudiera alegar que ignoraba su destino.
Respecto del ajuar del hogar, la norma importa un complemento a la protección aludida en el art. 456, por lo que no podría el tercero alegar
buena fe, en la medida en que dicho acto requería del asentimiento conyugal(53).
En relación con los bienes de uso personal o profesional de un cónyuge, se trata de bienes que, por su índole, no puede el tercero ignorar que
son de uso. A ello debe sumarse que, en el régimen de comunidad, se trata de bienes de carácter propio conforme al art. 464, inc. m)(54).
La acción de anulación del acto celebrado puede demandarse dentro de idéntico plazo de caducidad al establecido respecto del acto
celebrado sin el asentimiento del cónyuge en el art. 456.
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., "Algunas pautas para la reforma al régimen de bienes en el matrimonio", RDF 2011-52-11, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. 1, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001.
BACIGALUPO DE GIRARD, María - LEVY, Lea M., "La vivienda familiar y su protección en el Anteproyecto de Código Civil", RDF 2012-57-205,
AbeledoPerrot, Buenos Aires.
BASSET, Ursula C, La calificación de bienes en la sociedad conyugal, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2010.
BELLUSCIO, Augusto C., "El régimen patrimonial del matrimonio en el anteproyecto de Código Civil", LL 1999-C-1145.
BELLUSCIO, Augusto C. (dir.) - ZANNONI, Eduardo (coord.),Código Civil y leyes complementarias. Comentado, anotado y concordado, t. 6, Astrea,
Buenos Aires, 1986.
CAFFERATA, José I., Derecho de familia, t. 1, Mediterránea, Córdoba, 2005.
— Proyecto de Reformas al Código Civil, Proyecto y notas de la Comisión designada por decreto 468/92, Astrea, Buenos Aires, 1993.
FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, ts. I y II, Astrea, Buenos Aires, 1978.
GUAGLIANONE, Aquiles H., Régimen patrimonial del matrimonio, Ediar, Buenos Aires, 1968.
HERNÁNDEZ, Lidia B., "El régimen patrimonial del matrimonio. El rol de la autonomía de la voluntad", RDPyC 2008-2-7, Rubinzal-Culzoni, Buenos
Aires.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi, Buenos Aires, 1995.
— "La vivienda en el Proyecto de Código Único de 1998", RDF 2001-18-9, Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
KRASNOW, Adriana, "Las relaciones patrimoniales entre cónyuges en el Proyecto", en Revista de Derecho de Familia y de las Personas, año 4, nro.
6, julio 2012, La Ley, Buenos Aires, p. 104.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, La Ley, Buenos Aires, 2006.
MEDINA, Graciela, "Las diez grandes reformas al derecho de familia", Revista de Derecho de Familia y de las Personas, año 4, nro. 6, julio 2012,
La Ley, Buenos Aires, p. 11.
MÉNDEZ COSTA, María Josefa - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998.
PANDIELLA, Juan Carlos, "La protección de la vivienda en el Proyecto", Revista de Derecho de Familia y de las Personas, año 4, nro. 6, julio 2012,
La Ley, Buenos Aires, p. 180.
PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, t. I, LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 7/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
VIDAL TAQUINI, Carlos H., Régimen de bienes en el matrimonio, 3ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1987.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, t. 1, 2ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1989.
(1)Título II, capítulo I, sección 3ª, "Disposiciones comunes a todos los regímenes", Libro II.
(2)ARIANNA, Carlos A., "La responsabilidad por las deudas de los cónyuges en el proyecto de reforma al Código Civil", RDF 2001-18-114,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
(3)SOLARI, Néstor, "El régimen patrimonial del matrimonio en el Anteproyecto de Código Civil", SJA 20-6-2012, JA-2012-II.
(4)KRASNOW, Adriana, "Las relaciones patrimoniales entre los cónyuges en el proyecto", RDFyP, La Ley, Buenos Aires, julio 2012, p. 109, citando
a Eduardo Fanzolato.
(5)ROVEDA, Eduardo, "El régimen patrimonial del matrimonio", RIVERA, Julio C. (dir.), Comentarios al Proyecto de Código Civil y Comercial de la
Nación, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2012, p. 357.
(6)BELLUSCIO, Augusto C.,Código Civil comentado, t. 6, Astrea, Buenos Aires, 1986, p. 250; FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad
conyugal. Comentario de los artículos 1276 a 1322, Astrea, Buenos Aires, 1978, ps. 338/9; MAZZINGHI , Jorge A., Tratado de derecho de familia, t.
2, La Ley, Buenos Aires, 2006, p. 488, y MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998,
ps. 288/9.
(7)FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal..., cit., p. 339; MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 488, aludía a la fortuna personal
de los cónyuges.
(8)Ver el completo estudio que realiza sobre la temática BELLUSCIO, Claudio, en Prestación alimentaria. Régimen jurídico. Aspectos legales,
jurisprudenciales, doctrinarios y prácticos, Universidad, Buenos Aires, 2006, ps. 286 y ss.
(9)Parágrafo 1, Antecedentes.
(10)DOMENGE AMER, Bartolomé, "El sostenimiento de las cargas familiares en el régimen de separación de bienes", Revista Jurídica de Navarra,
nro. 15, Departamento de Gobierno, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra, Pamplona, 1993, p. 79,
www.navarra.es/home_es/Gobierno+de+Navarra/Organigrama/Los+departamentos/Presidencia+justicia+e+interior/Publicaciones/Revistas/Revista+
Dice el autor, refiriéndose a la legislación foral de Navarra -ley 103-, que contiene similar alusión, que deberán realizarse, al menos teóricamente,
una serie de operaciones: determinar la relación entre las rentas e ingresos de ambos cónyuges, luego fijar el importe de los gastos que puedan
considerarse como cargas familiares, y frente a estas dos series de cifras establecer la proporción.
(11)Dice Eduardo Roveda: "En realidad, se trata de la faz económica del deber de asistencia recíproca previsto en los arts. 431 y 432. La norma
resulta entonces innecesaria debido a que el sostenimiento del hogar y de los hijos comunes se encuentra contenida en la responsabilidad por
los alimentos derivados del matrimonio y la responsabilidad parental. En cuanto a los hijos de cualquiera de ellos que convivan con el grupo
familiar, se aplican las reglas previstas para el progenitor afín (arts. 672 y ss.)" (aut. y ob. cit., p. 358).
(12)Recuerda ello el fundamento de la prestación compensatoria incluida por primera vez en nuestra legislación en el nuevo Código y fijada en
favor de aquel cónyuge, al cual el divorcio le produzca un desequilibrio manifiesto (art. 441, CCiv.).
(13)PEREDA GAMEZ, Francisco J., Las cargas familiares. El régimen económico de las familias en crisis, La Ley, Madrid, 2007, ps. 297/9. Luego
alude al derecho alemán e italiano, para concluir que, también en dichos ordenamientos, son las necesidades de la familia las tenidas en cuenta
al establecer la obligación de contribución, por sobre los intereses individuales de sus miembros (p. 300).
(14)Un completo análisis del tema en KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi, Buenos Aires, 1995,
ps. 189/192.
(15)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica..., cit., p. 179.
(16)"El derecho de acceso a la vivienda es un derecho humano reconocido en diversos tratados internacionales. Esto justifica que se dedique
un capítulo especial para la vivienda" (Fundamentos del nuevo Código Civil). Se trata de la protección del derecho a la vivienda aun, en favor del
titular de dominio sin familia.
(17)REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española, 22ª ed., versión www.rae.es. Única acepción. En cuanto al verbo consentir, si
bien su primera acepción es permitir o condescender, la cuarta acepción alude específicamente al significado jurídico: "Der. Otorgar, obligarse".
(18)ZANNONI, Eduardo, Derecho de familia, t. 1, 2a ed., Astrea, Buenos Aires, 1989, p. 211, nro. 242.
(19)BELLUSCIO, Augusto C.,Código Civil..., cit., p. 173; PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, t. 1, LexisNexis, Buenos Aires, 2006, p. 806.
(20)C. Civ. y Com. San Nicolás, 2/10/2007, "Picovsky, Golde v. Cattaneo, Raúl Omar s/escrituración", www.scba.gov.ar.jubanuevo.
(21)Remitimos al análisis del concepto efectuado en relación al asentimiento para disponer de la vivienda familiar -art. 456-, en el capítulo
relativo al Régimen Primario.
(22)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica..., cit., p. 221.
(23)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica..., cit., p. 436.
(24)La amplitud del concepto no requiere de una referencia expresa a las promesas de los actos, como sí lo hace el art. 470 en relación a los
actos de enajenación y gravamen.
(25)BACIGALUPO DE GIRARD, María - LEVY, Lea, "La vivienda familiar y su protección en el anteproyecto de Código Civil", RDF 2012-57-205/213,
AbeledoPerrot, Buenos Aires.
(26)KEMELMAJER DE CARLUCCI alude al supuesto, y cita la postura de Eduardo Fanzolato, contraria a tal exigencia. Señala asimismo que podría el
cónyuge oponer el derecho real de habitación del supérstite conforme art. 3573 bis del Código entonces vigente (Protección jurídica..., cit., p.
198).
(27)BACIGALUPO DE GIRARD, María - LEVY, Lea, "La vivienda familiar...", cit.
(28)AZPIRI, Jorge, "Algunas pautas para la reforma al régimen de bienes en el matrimonio", RDF 2011-52-11/21, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
(29)C. 2ª Civ. y Com. La Plata, sala 1ª, 25/10/2001, "Zepilli, Ángel Mario v. Tonin, Hugo José y otras s/resolución contractual", ED 176-345.
(30)BELLUSCIO, Augusto C., Código..., cit., ps. 177/8.
(31)ZANNONI, Eduardo A., Derecho..., cit., ps. 549/550. En la misma posición se pronunciaban FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad
conyugal..., cit., ps. 56/7, y MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho..., cit., p. 152.
(32)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., p. 213.
(33)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 310.
(34)BELLUSCIO, Augusto C., Código..., cit., p. 175.
(35)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., p. 212.
(36)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 310/11.
(37)En la provincia de Buenos Aires, resulta viable la intervención del Consejero de Familia conforme a los arts. 832/ 837 del CPCC Bs. As.
(38)BACIGALUPO DE GIRARD, María - LEVY, Lea, La vivienda..., cit., p. 207) critican la redacción del precepto, considerando necesaria su
reformulación: "Con respecto a los dos plazos de caducidad, pareciera que la interpretación correcta sería contar a partir del que se produzca en
último término. Podría suceder que el cónyuge tome conocimiento con posterioridad a la finalización del régimen matrimonial, por ejemplo, a los
tres meses. En tal caso, tendría seis meses más para iniciar la acción de nulidad".
(39)Nota al art. 506 del Anteproyecto de la Comisión designada por dec. 468/1992.
(40)En tal sentido, el art. 249 del CCiv. realiza una enumeración de deudas exceptuadas de la protección que confiere la afectación de la
vivienda al sistema previsto por los arts. 244/256, y que reemplaza a la anterior ley de bien de familia. No obstante, en la mayoría de los
supuestos se trata de deudas relativas a expensas o impuestos que no podrían calificarse como contraídas por uno de los cónyuges y, por lo
tanto, no resultan aplicables al caso del 456. Sí, en cambio, las mencionadas deudas por mejoras introducidas en el inmueble.
(41)Subparágrafo 3.1.
(42)C. Civ. Com. Lab. y Minería Neuquén, sala 1ª, 11/11/2008, "Clínica Pasteur SA v. Bainttein, Miriam Raquel s/embargo preventivo",
http://200.41.231.85/cmoext.nsf/95735d27a3a5c4b5802568a 9004df016/98b13ee73ff5efe203257501005a5e3b?OpenDocument. En esta
sentencia se reafirma el carácter de deuda común de los gastos de atención médica, aunque se rechaza el embargo sobre el bien de la cónyuge
del deudor en virtud de encontrarse limitada su responsabilidad en el anterior régimen -art. 6º, ley 11.357- a los frutos de sus bienes.
(43)C. Concepción del Uruguay, sala Civ. y Com., 20/4/1987, "Consorcio de Propietarios calle Rivadavia y Santa Fe v. E.", JA y otra, DJ 1990-2-
887, en www.laleyonline.com.ar.
(44)PERRINO, Jorge O., Derecho..., cit., p. 781.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 8/9
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(45)MAZZINGHI, Jorge A, Tratado..., cit., p. 210.
(46)Dice Méndez Costa que "tanto los alimentos o vestidos, como el inmueble o el automóvil, constituyen bienes de consumo, si bien los últimos
son de consumo prolongado, prácticamente inagotables" (MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho..., cit., p. 124).
(47)BELLUSCIO, Augusto C., Código..., cit., p. 159.
(48)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., p. 437.
(49)BELLUSCIO, Augusto C., "El régimen patrimonial del matrimonio en el anteproyecto de Código Civil", LL 1999-C-1145, señalaba que "resultaría
inútilmente rebuscado que en lugar del asentimiento anticipado dé mandato al otro cónyuge para que se dé el asentimiento a sí mismo".
(50)Comentando similar norma del proyecto de 1992, señalaba Kemelmajer de Carlucci: "Adviértase que se declara la validez de las
convenciones que lo liberan de rendir cuentas de los actos de administración , pero no de disposición; se sigue, de este modo, la tendencia
predominante en nuestro derecho al interpretar el art. 1276 del Cód. Civil vigente" (KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., p. 438).
Asimismo, en la nota al art. 509 del proyecto de 1992 decían los codificadores "se aclara y perfecciona la disposición actualmente vigente sobre
rendición de cuentas en el mandato de administración".
(51)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., ps. 438/9.
(52)Nota al art. 513 del proyecto de 1992, similar al actual art. 462.
(53)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., p. 440, al comentar similar disposición del Proyecto de 1992.
(54)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección..., cit., p. 440.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 9/9
CAPÍTULO VII - CONTRATOS ENTRE CÓNYUGES. POR MARÍA ALEJANDRA MASSANO
I. INTRODUCCIÓN
En el presente capítulo se analizará si los cónyuges pueden celebrar contratos entre sí,
entendiendo por ello a la posibilidad de entablar relaciones negociales entre los miembros de la
pareja matrimonial, más allá de las denominadas convenciones matrimoniales reguladas en los
arts. 446 a 450 del CCyCN, que fueran analizadas precedentemente.
Las particularidades que atraviesa desde siempre el régimen patrimonial del matrimonio
entran en confrontación con los principios de la autonomía de la voluntad y la libertad de
contratar. Dicha tensión ha ido variando en función de los cambios que la regulación legal ha ido
sufriendo, en particular con los nuevos paradigmas que ha traído la sanción de la ley 26.994(1).
Para estudiar esta temática, debe necesariamente remontarse el análisis al sistema regulado
por el Código Civil anterior, para finalmente detallar los cambios operados en el Código Civil y
Comercial de la Nación recientemente sancionado.
permitido interpretar el sistema con un criterio permisivo general basado en lo dispuesto por el
art. 19 de la Constitución Nacional y los entonces vigentes arts. 1137 y 1197 del CCiv.(3).
Sin embargo, que no existiera un principio general prohibitivo, no significaba que algunas
estipulaciones determinadas sí fueran expresamente vedadas, y que otros tipos de contratos,
por la remisión que sus normas hacían a los pactos expresamente prohibidos, no corrieran la
misma suerte.
1. Contratos prohibidos
En el Código anterior existían prohibiciones específicas para celebrar determinados tipos de
contratos, en virtud de la naturaleza que los mismos revestían, la cual permitiría fácilmente:
• lograr un desplazamiento patrimonial destinado a burlar el régimen imperativo de bienes
propio del matrimonio (fraude a la ley),
• o que dicho desplazamiento tuviera como fin burlar los derechos de los acreedores y el
principio del patrimonio como garantía de su crédito (fraude a los acreedores),
• o generar una situación de subordinación o dependencia incompatible con el estado
matrimonial y con los deberes personales derivados de la unión(4). Incluso en algún momento
se sostuvo como fundamento de las prohibiciones, la desigualdad entre hombre y mujer y el
aprovechamiento que el primero podría realizar respecto de la segunda. Desde que la
capacidad de ambos fue equiparada, claramente dicho argumento ha quedado descartado.
Los contratos específicamente prohibidos eran:
1.2. Compraventa
El art. 1358 del CCiv. prohibía expresamente este contrato, y se ha interpretado que lo era
para evitar que a través de dicho pacto no se hiciere otra cosa que encubrir una donación(6).
1.3. Permuta
La remisión a las normas de la compraventa que hacían los arts. 1490 y 1492 del CCiv.
llevaba a extender la prohibición al contrato de permuta.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
cónyuges fuera socio capitalista. También se encontraba prohibido constituir una sociedad en
comandita por acciones si ambos cónyuges eran socios comanditados(10).
2. Contratos permitidos
Si el contrato a celebrar no contrariaba el régimen patrimonial imperativo, básicamente por no
implicar un desplazamiento patrimonial entre los esposos que podría configurar un fraude a la
ley o a los acreedores, o si no se generaba algún tipo de incompatibilidad con los aspectos
personales derivados del vínculo matrimonial, se entendía que el mismo debía ser permitido.
Entre ellos se podían mencionar a los siguientes:
2.1. Mandato
El art. 1276 del CCiv. expresamente reconocía y regulaba este tipo de contrato entre
cónyuges. Así su párr. 3º, rezaba: "Uno de los cónyuges no podrá administrar los bienes propios
o los gananciales cuya administración le está reservada al otro, sin mandato expreso o tácito
conferido por éste. El mandatario no tendrá la obligación de rendir cuentas"(11).
2.2. Fianza
Se había admitido que los cónyuges pudieran celebrar contrato de fianza entre ellos, ya sea
que uno se constituyera en fiador del otro, o que uno de los cónyuges fuera fiador de las
obligaciones de un tercero a favor del otro cónyuge(12).
2.3. Mutuo
Se había considerado que el contrato de mutuo no violaba las normas del régimen
matrimonial. Incluso se permitía como accesorio una garantía real, ya sea hipoteca, prenda o
anticresis, porque las mismas no implicaban una transferencia de propiedad al acreedor, la cual
sí estaba prohibida entre cónyuges. Los arts. 1259 y 1296 del CCiv., aunque pertenecieran al
régimen legal vigente con anterioridad a la ley 17.711, referenciaban ya la posibilidad de
constituir hipoteca para afianzar las obligaciones del marido como administrador de los bienes
de la mujer(13).
2.5. Depósito
Atento a la inexistencia de desplazamiento patrimonial alguno entre los contratantes, se
había admitido el contrato de depósito(14).
2.6. Comodato
Al igual que el depósito, al no violarse el régimen imperativo patrimonial, el comodato como
préstamo de uso, se consideraba permitido, mas allá de su poca aplicación práctica debido al
uso común de los bienes que conformaban la masa ganancial(15).
3. Casos dudosos
Estos contratos no tenían una prohibición legal expresa en la legislación, pero se dudaba de
su compatibilidad con la relación matrimonial de los esposos, a saber:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3.3. Fideicomiso
III. SISTEMA VIGENTE: CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN SANCIONADO POR LA LEY 26.994
2. Incongruencias normativas
La incorporación del inc. d) al art. 1002, anteriormente referenciado, con la prohibición
expresa y general de contratar para los cónyuges que optaron por el régimen de comunidad,
encuentra su primera incongruencia o inconsistencia cuando se analiza, en sus principios
básicos, el régimen patrimonial vigente luego de la sanción de la ley 26.994.
La posibilidad de que los cónyuges puedan optar, como reza el art. 446, inc. d), por alguno de
los regímenes patrimoniales previstos en este Código (comunidad o separación de bienes), se
ha considerado un avance de la autonomía de la voluntad con relación al sistema del Código
anterior, en consonancia con la tendencia en el derecho comparado (Estados Unidos, Francia,
España, Suiza, Canadá —Quebec—, Panamá, El Salvador, Chile, México)(26).
Sin embargo, la prohibición general de contratar, establecida por el art. 1002, dentro de la
misma línea de razonamiento, en cuanto a la tensión entre orden público y autonomía de la
voluntad, ha significado un retroceso en relación al avance de esta última, y un fortalecimiento
del orden público incluso mayor que el previsto por Vélez Sarsfield en esta temática, tal como se
detallara en el acápite anterior.
El Código derogado no preveía una norma general prohibitiva, sino disposiciones dispersas,
vinculadas a contratos cuya naturaleza implicaba algún desplazamiento o compromiso
patrimonial que podía ser considerado incompatible con el régimen de comunidad previsto con
carácter imperativo por el codificador.
Hoy, los cónyuges pueden elegir el régimen patrimonial que les resulte conveniente, dentro
de las opciones dadas, pero no pueden celebrar ningún acuerdo negocial entre ellos, casi a la
inversa del sistema anterior, en el cual el régimen era impuesto, pero la posibilidad de celebrar
contratos parcialmente admitida.
En este sentido, podría sostenerse que el agregado del inc. d) del art 1002, incorporado con
posterioridad al proyecto de ley original, no guarda coherencia con la reforma general sufrida
por el régimen de bienes del matrimonio.
2.1.1. El mandato
El art. 459 del CCyCN establece que:
Uno de los cónyuges puede dar poder al otro para representarlo en el ejercicio de las
facultades que el régimen matrimonial le atribuye, pero no para darse a sí mismo el
asentimiento en los casos en que se aplica el artículo 456. La facultad de revocar el poder
no puede ser objeto de limitaciones.
Y el art. 474 agrega:
Si uno de los cónyuges administra los bienes del otro sin mandato expreso, se aplican
las normas del mandato o de la gestión de negocios, según sea el caso.
Ambas normas admiten y regulan la posibilidad de que los cónyuges celebren el contrato de
mandato, en consonancia con el art. 1276 del Código derogado.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Los que claramente podrían interpretarse como permitidos serían aquellos contratos en los
cuales no habría elementos que pudieran generar un compromiso patrimonial que afecte la
garantía de los acreedores, tales como: el mandato, por además así preverlo expresamente los
arts. 459 y 474 del CCyCN, la fianza, el mutuo, el depósito, el comodato, la locación de cosas,
obra o servicios, el contrato de trabajo, el fideicomiso (ahora regulado por los arts. 1666 a 1707
del CCyCN) si los cónyuges no revisten el carácter de fiduciante uno y fideicomisario el otro, el
contrato de transporte de personas o cosas, la consignación, el corretaje, la agencia, la
concesión o la franquicia comercial.
Por supuesto que, en caso de duda o ante la falta de una norma expresa permisiva, el
contrato quedaría subsumido en la prohibición general del art. 1002, inc. d), ya que la misma
opera como un principio rector que no existía en el Código derogado.
Más allá de todo lo expuesto, la interpretación finalista o teleológica podría considerarse
excesiva en su aplicación ya que contradice el propio texto de la norma y su carácter prohibitivo
general.
Además, cabría preguntarse si los supuestos de fraude a los acreedores que la norma
pretende evitar, no podrían darse también en el marco de un régimen de separación de bienes,
al cual, la letra del art. 1002, inc. d), no hace extensiva la prohibición de contratar.
El concierto fraudulento entre los esposos con el fin de burlar, no ya un régimen legal que
dejó de ser imperativo, sino el de sus acreedores, a través de contrataciones que modifiquen
sustancialmente el patrimonio del deudor, es perfectamente posible en el régimen de separación
de bienes, sin perjuicio de lo cual, estaría a priori permitido.
Evidentemente la prohibición general del art. 1002, inc. d), ha sido, en función de los
fundamentos que motivaron su inclusión, por demás prohibitiva en el régimen de comunidad y
por demás permisiva en el régimen de separación de bienes, sin contar con la franca
contradicción que presenta su texto con los arts. 459 y 474 del CCyCN y con el art. 27 de la ley
19.550 en su texto reformado. Y ello deberá ser objeto, en todo caso, de una nueva reforma que
precise los términos de la prohibición a los realmente necesarios para la finalidad tenida en
cuenta por el legislador.
O quizás sea más eficaz a los efectos de prevenir el fraude a los acreedores, utilizar las
instituciones específicas creadas al efecto, como es la acción de inoponibilidad (históricamente
denominada como acción pauliana) regulada en los arts. 338 a 342 del CCyCN, y evitar prohi-
biciones generales y, por ese mismo carácter muchas veces inadecuadas, como la del art. 1002,
inc. d) del CCyCN(31).
BIBLIOGRAFÍA
BASSET, Úrsula C., "Modificaciones al régimen económico del matrimonio en el Proyecto",
RDPyC 2012-2, Rubinzal-Culzoni, Proyecto de Código Civil y Comercial I, p. 507.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, t. II, 6ª ed., Depalma, Buenos Aires, 1996.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I., 10ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2008.
CAMPOS, Roberto D., "La regulación de las relaciones patrimoniales entre cónyuges en el Código
proyectado", RDFyP, La Ley, año 4, nro. 10 (nov. 2012), p. 43.
CHECHILE, Ana M., "La posibilidad de elegir el régimen patrimonial matrimonial en el Proyecto de
Código Civil y Comercial de la Nación", JA 2012-III-1273.
Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2012.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen de bienes del matrimonio, 3ª ed.
actual. y ampl., La Ley, Buenos Aires, 2012.
JUANES, Norma, "Alcance de la supresión de la prohibición de los contratos entre cónyuges en el
proyecto de reforma del Código Civil de 2012", RDF 2013-60-99, nro. 60, julio 2013, p. 99.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Lineamientos generales del derecho de familia en el Proyecto de
Código Civil y Comercial unificado", RDPyC 2012-2, Rubinzal-Culzoni, Proyecto de Código
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
responsabilidad limitada (ZANNONI Eduardo A., Derecho de familia, cit., p. 578; MAZZINGHI, Jorge
A., Derecho de familia, cit., p. 464).
(11)Las distintas modalidades del contrato de mandato son exhaustivamente analizadas en
MÉNDEZ COSTA, María J., "Mandato entre cónyuges", JA 1971-311, doctrina.
(12)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen..., cit., p. 44; MÉNDEZ COSTA,
María J.,Código Civil comentado..., cit., p. 30; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 40;
ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, cit., p. 590; Borda consideraba que una persona no
podía ser fiador de un tercero que contrató con su cónyuge (BORDA, Guillermo A., Tratado..., cit.,
p. 353).
(13)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen..., cit., p. 45; MÉNDEZ COSTA,
María J.,Código Civil comentado..., cit., p. 30; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 40;
ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia..., cit., p. 590.
(14)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen..., cit., p. 45; MÉNDEZ COSTA,
María J.,Código Civil comentado..., cit., p. 30; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 41;
ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, cit., p. 591.
(15)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen..., cit., p. 45; MÉNDEZ COSTA,
María J.,Código Civil comentado..., cit., p. 30; ZANNONI Eduardo A., Derecho de familia, cit., p.
591.
(16)Ver nota 10.
(17)BORDA, Guillermo A., Tratado..., cit., p. 347.
(18)MÉNDEZ COSTA, María J.,Código Civil comentado..., cit., p. 23; BELLUSCIO, Augusto C.,
Manual..., cit., p. 38; ZANNONI Eduardo A., Derecho de familia, cit., p. 575; MAZZINGHI, Jorge A.,
Derecho de familia, cit., p. 460.
(19)BORDA, Guillermo A., Tratado..., cit., p. 351.
(20)"...por una parte en la legislación vigente no existe prohibición genérica de contratar entre
cónyuges, ni específica de celebrar contrato de trabajo; por la otra, la independencia de los
patrimonios -aun gananciales- de los cónyuges que estableció en primer término la ley 11.357 y
perfeccionó la ley 17.711 (arts. 1276 y 1277 del Código Civil) permite perfectamente conciliar
sus derechos y deberes en la órbita matrimonial con la relación de dependencia propia del
mencionado contrato, que se limita a las actividades de la empresa" (Corte Sup., 26/11/2002,
Fallos 325:3220).
(21)BO 16/1/1995.
(22)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen..., cit., p. 53; MÉNDEZ COSTA,
María J.,Código Civil comentado..., cit., p. 30; MEDINA, Graciela "Fideicomiso y régimen
patrimonial del matrimonio", JA 1998-III-1076.
(23)A mayor abundamiento compulsar: BASSET, Ursula C., "Modificaciones al régimen
económico del matrimonio en el Proyecto", RDPyC 2012-2, Rubinzal-Culzoni, Proyecto de
Código Civil y Comercial I, p. 507; CAMPOS, Roberto D., "La regulación de las relaciones
patrimoniales entre cónyuges en el Código proyectado", RDFyP, La Ley, año 4, nro. 10 (nov
2012), p. 43; CHECHILE, Ana M., "La posibilidad de elegir el régimen patrimonial matrimonial en el
Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", JA 2012-III-1273; JUANES, Norma, "Alcance
de la supresión de la prohibición de los contratos entre cónyuges en el proyecto de reforma del
Código Civil de 2012", RDF, nro. 60, julio 2013, p. 99; KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída,
"Lineamientos generales del derecho de familia en el Proyecto de Código Civil y Comercial
unificado", RDPyC 2012-2, Rubinzal-Culzoni, Proyecto de Código Civil y Comercial I, p. 295;
MEDINA, Graciela "El régimen patrimonial del matrimonio en la reforma al Código Civil y
Comercial", RDFyP, La Ley, año 4, nro. 10 (nov. 2012), p. 3; ROVEDA, Eduardo G., "El régimen
patrimonial del matrimonio", en RIVERA, Julio C. (dir.) - MEDINA, Graciela (coord.), Comentarios al
Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación 2012, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2012,
cap. XIII; SOLARI, Néstor E., "El régimen patrimonial del matrimonio en el Anteproyecto de Código
Civil", JA 2012-II-1265.
(24)Medina sostenía en oportunidad de presentarse el proyecto de ley originario que "la
limitación en la posibilidad de elegir sólo dos regímenes patrimoniales se ve flexibilizada por la
libertad de contratar entre cónyuges ya que a través de contratos los esposos pueden cambiar
el carácter propio o ganancial de los bienes en el régimen de comunidad y en el de separación
pueden aumentar sus deberes en orden a la contribución de los gastos o a la distribución de los
bienes con lo cual indirectamente se pueden configurar regímenes intermedios" (MEDINA,
Graciela, "El régimen patrimonial...", cit., p. 10).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/15
CAPÍTULO VIII - CALIFICACIÓN DE BIENES. POR ANA M. CHECHILE
I. EL RÉGIMEN DE COMUNIDAD
El régimen de comunidad de ganancias es —ahora— supletorio (art. 463, CCyCN), vale
decir, es aquel al cual van a quedar sometidos los esposos si no optaron por la separación de
bienes. Tal como lo establecía el art. 1261 del Código derogado, comienza con la celebración
del matrimonio excepto lo dispuesto en el art. 449 del CCyCN.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3. La subrogación real
El inc. c) de la norma en análisis expone que son bienes propios:
(...) los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la inversión de dinero
propio, o la reinversión del producto de la venta de bienes propios, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad si hay un saldo soportado por ésta. Sin embargo, si el
saldo es superior al valor del aporte propio, el nuevo bien es ganancial, sin perjuicio de la
recompensa debida al cónyuge propietario.
A su vez, el inc. d) agrega que tienen carácter propio:
(...) los créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de uno de los
cónyuges a otro bien propio.
La subrogación real tiene lugar cuando un bien es reemplazado por otro dentro de un
patrimonio, conservando el mismo carácter. El objetivo, dentro de nuestro esquema de régimen
patrimonial matrimonial, es mantener incólume el patrimonio de cada uno de los cónyuges y que
ni éstos se enriquezcan a costas de la sociedad ni la sociedad a costa de ellos. Aunque el bien
haya sido adquirido con posterioridad a las nupcias, y a título oneroso, mantendrá el carácter de
propio si el bien al cual reemplaza y que ha sido enajenado tenía esa calificación. Lo descripto
pudo haber tenido lugar por permuta, por inversión de dinero propio, por reinversión de un bien
del mismo carácter, la indemnización por los daños sufridos en estos bienes, la que se paga por
la expropiación de un bien propio, etcétera(10).
En líneas generales, las cuestiones se suscitarán en torno a la prueba de que ha operado
una subrogación real. El nuevo Código resuelve expresamente el problema que había generado
la interpretación de los antiguos arts. 1246 y 1247 con relación a si se debía dejar constancia en
el acto de adquisición del carácter del bien con que se realizaba.
Así, expresa el segundo párrafo del art. 466 que:
Para que sea oponible a terceros el carácter propio de los bienes registrables adquiridos
durante la comunidad por inversión o reinversión de bienes propios, es necesario que en
el acto de adquisición se haga constar esa circunstancia, determinándose su origen, con la
conformidad del otro cónyuge. En caso de no podérsela obtener, o de negarla éste, el
adquirente puede requerir una declaración judicial del carácter propio del bien, de la que
se debe tomar nota marginal en el instrumento del cual resulta el título de adquisición. El
adquirente también puede pedir esa declaración judicial en caso de haberse omitido la
constancia en el acto de adquisición.
En principio, la prueba del origen de los bienes oponible a terceros, resulta de la constancia
que se debe dejar en el acto de adquisición, con la conformidad del otro esposo.
Ahora bien, podría suceder que el otro cónyuge no preste esta anuencia, en cuyo caso el
adquirente puede solicitar una declaración judicial del carácter del bien, posibilidad que
mantiene aun en el caso de haber omitido peticionarla al momento de la adquisición.
Empero, como ya se adelantó, este requisito es exigible para oponer la calificación del bien a
terceros, mas no lo es para acreditar este hecho entre los esposos. En consecuencia, se aplican
las distintas pautas, no excluyentes, elaboradas por la jurisprudencia anterior a la reforma, para
tener por acreditado que un bien ha sido sustituido por otro, conservando el mismo carácter.
Así, se ha afirmado que "Para establecer el carácter propio de un bien, resulta relevante la
venta de otro bien propio realizada poco tiempo antes de la nueva adquisición y el monto similar
de las operaciones, aun cuando —conforme la doctrina del reempleo y del empleo de fondos
propios— la proximidad temporal entre ambas operaciones no es un elemento indispensable
para determinar el carácter propio del nuevo bien, como tampoco lo es que los precios sean
matemáticamente iguales (...) Para establecer el carácter propio de un bien, resulta relevante
acreditar que poco tiempo antes de la adquisición del mismo, el cónyuge efectuó la venta de un
bien propio por una cantidad similar a la que le costó el nuevo bien, lo que permitirá presumir
que lo obtenido de la venta anterior fue invertido en la compra, sin perjuicio de que al otro
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
cónyuge le quede la posibilidad de probar que el crédito propio ya fue anteriormente utilizado
por su titular para la adquisición de otro bien propio o el pago de una deuda propia. Dado que lo
concerniente a la calificación de los bienes de la sociedad conyugal es de orden público, los
cónyuges ni los terceros pueden alterarlo"(11).
En similar línea argumental, se ha sostenido: "Dado que el matrimonio había sido celebrado
unos meses antes de la compra, es dable presumir que los ahorros particulares provenientes de
lo que la mujer había ganado en el ejercicio de su profesión, se remontaran a la época anterior
a la celebración del matrimonio, al menos en su mayor parte; de allí el carácter de propio del
dinero y por consiguiente el del inmueble adquirido con ese ahorro, a tenor de lo dispuesto en el
art. 1266, siendo por lo tanto que el dinero que pudo haber juntado la actora después de casada
debió ser el de la menor parte del precio, el bien comprado con mayor porción de dinero propio,
tiene esa calidad sin perjuicio de la recompensa a favor del otro cónyuge"(12).
También es posible que se conserve el carácter propio a pesar del transcurso del tiempo, y
que se tengan en cuenta otras circunstancias. En esta hipótesis se registra algún antecedente
en el cual se afirmó que "Si bien es cierto que la cosa adquirida por la esposa con dinero
obtenido como fruto de su trabajo es ganancial, habiendo consistido dicha actividad remunerada
en el ejercicio de la docencia (de magra retribución) y habiéndose efectuado la compra seis
años después del matrimonio, es justo presumir que la adquirente empleó frutos de tal ejercicio
profesional anterior al matrimonio, debiendo calificarse dichos frutos como bienes propios suyos
y correspondiendo la misma calificación al inmueble comprado"(13).
Méndez Costa, comentando el anterior fallo expresa: "es obvio que el magro sueldo de los
docentes constituye un dato válido para inferir que poco puede ahorrarse de él. Éste es el
indicio para presumir que la mayor parte del precio fue tomada de ingresos anteriores al
matrimonio pero el indicio que permite el razonamiento constructor de una presunción hominis
debe ser suficientemente demostrado en sí mismo"(14).
3.1. Adquisiciones realizadas en parte por subrogación real y abonando la diferencia con
dinero ganancial. El problema de la calificación dual o única
3.1.1. Antecedentes
En la práctica es difícil que el bien que se incorpora por subrogación haya sido adquirido por
una suma exactamente igual al que se obtuvo del bien que se enajenó, lo que dio origen a
diversos cuestionamientos sobre la calificación, según que la cantidad de dinero empleado para
integrar el total fuera superior o inferior al valor del bien que se subroga(15).
Uno de los problemas que se planteaba, con el sistema anterior, era que calificación
prevalecía cuando se había concretado la adquisición de un bien con empleo simultáneo o
sucesivo de fondos propios y gananciales. Esto trajo aparejado el interrogante de si era posible
la calificación dual. Vale decir, calificar al bien como ganancial en la parte que se había abonado
con ese dinero, y propia la porción adquirida con la inversión de bienes de tal carácter, o si
debía imponerse una de las calificaciones. Escoger la última opción equivaldría a decir que el
bien era propio o ganancial en su totalidad, con un derecho a recompensa para el cónyuge o la
sociedad conyugal, según correspondiera.
La mayoría de la doctrina se pronunció a favor de la calificación única(16). En algún fallo se
sostuvo que "(...) si bien el código no estableció una prohibición terminante en punto a la
naturaleza mixta de ciertos bienes de la sociedad conyugal, si adoptó soluciones que tornan
evidente su imposibilidad. Los casos relativos al acrecimiento material (art. 1266), los de
consolidación del usufructo (art. 1270) e incluso la solución dada a las mejoras (...) que genera
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
derecho a la compensación —sin perjuicio de la mala técnica del artículo— dan la pauta de que
el sistema de la ley es de disciplinar la propiedad confiriéndole un carácter u otro —si ganancial,
si propio— con los derechos a compensación o los créditos correspondientes para uno u otro
cónyuge, pero no admitiendo el carácter de 'ganancial-propio' o 'propio-ganancial' con sustento
en un dudoso condominio, o en una situación 'especial' y para más no prevista dentro del
catálogo general de los derechos reales. Debe sumarse a esto, que amén de dicha
incompatibilidad que podríamos calificar de sistemática, a la que obsta (...) la coherencia misma
del régimen legal, se unen las dificultades prácticas a que llevaría la admisión de tal sistema en
punto a la administración de la sociedad conyugal"(17).
Empero, hubo un sector de los juristas como Fassi, Bossert(18), Sambrizzi(19)que defendían
la calificación dual. Es también la solución de algún Código como el español(20). Entre los
principales fundamentos de esta postura, se dijo: "El Código Civil no auspicia la comunidad,
tiende a extinguirla por partición, pero no la repulsa. Los inconvenientes no son tantos ni tan
graves. Le permite a cada cónyuge sumar sus dineros propios con los gananciales, para
afrontar compras que tal vez resultarían imposibles con unos u otros aisladamente. También les
permite a los cónyuges sumar sus caudales propios y gananciales para emprender empresas, o
adquirir vivienda, sin el temor de ver empobrecida su masa propia o ganancial de su
administración, en beneficio de la otra; tal empobrecimiento se produce, si no se admite la idea
del condominio, en perjuicio de la masa que resulte acreedora, en virtud de la constante
desvalorización monetaria y valorización de la propiedad raíz; frente a este problema sólo queda
el paliativo, que no siempre es remedio suficiente, que surge del art. 1316 bis. Además,
oponerse a esta tesis significa admitir el principio de la accesión, considerando que pueden
concurrir masas principales y accesorias, cuando sólo hay cosas principales, cuya definición
está contenida en los arts. 2327 y 2328"(21).
La nueva normativa, conociendo los argumentos de una y otra posición, se inclinó por la
solución esgrimida por la postura mayoritaria.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
compensación a favor del consorte que invirtió dinero propio(22). De esta manera, se evitan
algunas complicaciones tales como el asentimiento que debería prestarse para la disposición
del bien por la parte ganancial si tuviera una calificación dual(23).
a.2) Igual aporte. Para el hipotético supuesto de que el bien hubiera sido adquirido
simultáneamente con dinero propio y ganancial en la misma proporción, no había —en el
sistema que se deroga— conformidad en la doctrina con relación a la calificación que debía
prevalecer. Se delinearon algunas opiniones, a saber:
Belluscio consideraba que lo más razonable era considerarlo propio, teniendo en cuenta que
era mayor el interés del cónyuge propietario lo que aconsejaba excluir el bien de la eventual
partición(24).
Guastavino, por su parte, entendía que en este especial supuesto no cabía otra alternativa
que la calificación dual(25).
Otro sector importante de la doctrina argumentaba que debía calificárselo de ganancial por
aplicación de la presunción que emanaba del art. 1271 del CCiv.(26).
El nuevo Código resuelve al problema pues define que el bien es propio salvo que el monto
ganancial invertido sea superior. Entonces, si el monto fuera igual conserva su carácter de
propio con el respectivo derecho a recompensa. De la misma manera, como se verá más
adelante, se aplica idéntico principio cuando el bien que se subroga es ganancial (art. 465, inc.
f]).
b) Dinero-cosa (permuta). Para el supuesto de que el nuevo bien fuera adquirido por permuta
con un bien propio más dinero ganancial, si el valor del bien propio es superior al dinero
ganancial invertido la calificación será propia. En cambio, si el aporte en dinero es superior, el
bien será ganancial(27). En ambos supuestos habrá derecho a recompensa por la suma
ganancial empleada (la mitad) o el valor del bien propio, respectivamente.
Es de hacer notar, que la solución a la que arriba el art. 464, inc. c), es la misma que regula
el art. 1407, CCiv. francés(28).
3.2. Seguros
El principio en materia de contratos de seguros es que el monto de la indemnización que se
concede se subroga en el bien o valor asegurado(29)(art. 464, inc. d]).
Veamos algunas aplicaciones de la citada regla:
• Las indemnizaciones por daños personales serán propias del asegurado(30).
• La compensación que se recibe por la inactividad temporaria que algunos de los contratos
prevén en beneficio de quien padece la enfermedad o sufrió el accidente, dado que
reemplazaría los frutos del trabajo, serán gananciales(31).
• La indemnización que se otorgue para cubrir daños en las cosas será propia si el objeto
dañado tenía tal calificación, y ganancial si así lo era la cosa asegurada(32).
• El seguro de vida a favor de uno de los cónyuges es propio de éste, sin perjuicio de que
cuando el beneficiario por la muerte de uno de los esposos es el otro, habrá un derecho a
recompensa por las primas que se hayan pagado con dinero ganancial(33). En este sentido,
señala la última parte del art. 465 que: "No son gananciales las indemnizaciones percibidas por
la muerte del otro cónyuge, incluso las provenientes de un contrato de seguro, sin perjuicio, en
este caso, de la recompensa debida a la comunidad por las primas pagadas con dinero de
ésta".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
forman el respectivo plantel o capital pecuario de uno de los cónyuges, pues ellas se colocan en
el lugar y adquieren la calidad de los bienes de capital que subrogan"(43).
La normativa vigente, entonces, define que aquellos animales que reemplazan en el plantel a
los que faltan por cualquier motivo son propios. Sin embargo, si se ha mejorado la raza las crías
se reputarán gananciales y el cónyuge propietario será acreedor de una recompensa por el
valor de los animales aportados.
d) Zannoni consideraba que debía analizarse el artículo en su integridad y que la última parte
del art. 1267 no era superflua. Diferenciaba tres supuestos: a) cuando se había pagado parte
del precio antes de contraer nupcias el bien era propio en su origen y aunque luego se pagase
el saldo con dinero ganancial, este pago "vendría a operar como un acrecentamiento funcional";
b) si con anterioridad a la celebración del matrimonio nada se había abonado, y el pago se
realizaba luego con el empleo simultáneo de fondos propios y gananciales el bien tendrá el
carácter del dinero utilizado en mayor medida; c) si todo el precio se abonaba con dinero
ganancial el bien tendría ese carácter, operando el principio de la subrogación real que eligió el
codificador al apartarse de la fuente(48).
e) La postura mayoritaria, delineada originariamente por Machado(49), consideraba que la
frase adicionada por Vélez Sarsfield a su fuente era superflua, alcanzaba con que la causa o
título fuera anterior para que la cosa fuera calificada como propia, generándose un derecho a
recompensa si el pago se hubiera hecho con dinero ganancial(50). Expresaba Belluscio que
"sea cual fuere el carácter del dinero con el cual se paga el precio, siempre se subroga —en el
patrimonio del cónyuge adquirente— un derecho anterior al matrimonio por una cosa adquirida
después; luego, la cosa es propia como el derecho cuyo lugar ocupa en ese patrimonio. El
aparente requisito de que se pague con dinero propio es superfluo, pues si se pagase con
dinero propio, la cosa sería propia por subrogación real, aun cuando la causa o título de
adquisición no fuesen anteriores al matrimonio"(51).
La jurisprudencia sostuvo, con relación a esta temática, que "En lo atinente al análisis del art.
1267 del Cód. Civil, que la recurrente califica de incompleto, no resulta más acertada su
argumentación toda vez que de las cuatro posiciones que en la doctrina nacional se sostienen
con respecto a la interpretación de la última parte del artículo —'y se ha pagado con bienes de
uno de los cónyuges'— la aceptada por la mayoría de los autores y también por la
jurisprudencia es la que considera dicha frase como superflua, pues basta la causa o título
anterior para que la cosa adquirida sea propia: si el pago se hace con dinero ganancial, surge
un crédito (recompensa) a favor de la sociedad conyugal por el importe pagado"(52).
En la misma línea argumental, se afirmó que correspondía "(...) otorgar carácter propio al
inmueble adquirido durante el matrimonio por uno de los cónyuges si, el boleto de compraventa
fue suscripto con anterioridad a la celebración de aquél, ello por aplicación de lo previsto en el
art. 1267 del Código Civil"(53).
Lo mismo sucede con la hipótesis, prevista en el inc. l). La misma se configura cuando uno
de los esposos tiene la nuda propiedad del bien más no el uso y goce. Durante la vigencia de la
comunidad se extingue el usufructo y se consolida la propiedad que mantiene la calificación
originaria, a saber: propia. El precepto también se encarga de aclarar que conservan el carácter
propio los bienes gravados con otros derechos reales que se extinguen durante la comunidad,
obviamente con la respectiva recompensa si para consolidar el dominio se invirtieron bienes
gananciales.
8. Adquisiciones sucesivas
El inc. k) del dispositivo legal en estudio viene a solucionar una problemática de antigua data
que había originado distintas posturas al respecto(60). Se trata de la hipótesis en que uno de los
esposos es propietario de una parte indivisa de un bien a título propio, y luego adquiere las
restantes porciones con dinero ganancial. Resuelve, el citado inciso, que gozan de la calidad de
propias
(...) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era
propietario de una parte indivisa de un bien al comenzar la comunidad, o que la adquirió
durante ésta en calidad de propia, así como los valores nuevos y otros acrecimientos de
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
8.1. Los valores nuevos y otros acrecimientos de los valores mobiliarios propios
Quedan incluidas en este inciso el mayor valor de las acciones propias(64), así como la
distribución de dividendos en acciones. Esta última alternativa, al no estar expresamente
regulada, había generado distintas posturas en la doctrina. Así, mientras un sector consideraba
—tal como lo recepta el nuevo Código— que eran propias(65), otro grupo de juristas entendía
que eran gananciales, pues no se derivaba que pudieran tener otra calificación de ningún texto
legal, considerando inadmisible que en lugar de distribuir los dividendos se los capitalizara y se
los calificara de distinta manera(66).
También son propias la nueva emisión de acciones capitalizando reserva por quedar
comprendidas en el concepto de mayor valor de acciones propias(67)y las acciones que se
adquieran en ejercicio del derecho de preferencia, sin perjuicio del derecho de recompensa si
para obtenerlas se utilizaron fondos gananciales.
En la línea argumental que se viene esbozando, aun sin texto legal, se había interpretado en
algún fallo que "Los dividendos en acciones de acciones propias son propias a su vez, porque
en realidad han dejado de ser dividendos (...) Las reservas de una sociedad son beneficios no
repartidos y a su vez todo aumento indirecto del capital en circulación participa de tal carácter
(...) Los dividendos en acciones provenientes del revalúo de bienes del activo de una sociedad
recibidas como poseedor de acciones propias en pago de la parte que corresponde a su titular,
tienen carácter de propio"(68).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
recompensa debida a la comunidad por las primas pagadas con dinero de ésta.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1272, y, en general, todo el contexto de este título del código), en principio este bien entra
dentro de la categoría matrimonial de gananciales"(79).
A posteriori, la ley 17.711 resolvió en un sentido distinto al fallo citado, agregando un párrafo
al antiguo art. 1272 del Código Civil que establecía que si bien los derechos intelectuales eran
propios, el producido de éstos durante la vigencia de la sociedad conyugal era ganancial.
Decía Belluscio que con esta incorporación "en lugar de que la primera publicación o
representación durante la sociedad conyugal determine el carácter ganancial —y, como
consecuencia, que todos los beneficios obtenidos de la obra en el futuro correspondan a la
sociedad conyugal—, la ganancialidad se limita ahora a las retribuciones obtenidas durante su
vigencia"(80).
El remedio adoptado por la ley 17.711 fue también criticado por Zannoni, quien decía que la
solución era injusta, pues daba diferente tratamiento a los frutos civiles de cualquier trabajo o
profesión frente al producido económico de los derechos intelectuales. Expresaba: "En el primer
caso, si el trabajo, profesión, etc., devengan honorarios o salarios y fueron realizados durante el
matrimonio, son gananciales aunque se los perciba después de la disolución de la sociedad
conyugal (art. 1272, párr. 5º). En cambio, los derechos pecuniarios que se perciban por la obra,
invención o diseño después de la disolución de la sociedad conyugal, que no se hayan
devengado durante ella, se juzgarán propios del autor"(81).
Retomando la postura adoptada por el nuevo Código Civil y Comercial, éste reconoce como
antecedentes el art. 515, inc. 17 del Proyecto de Reformas al Código Civil (1993) y art. 457, inc.
o) del Proyecto de Código Civil unificado con el Código de Comercio (1998). En el primero de
ellos sus autores expresaron que "Frente a la críticas de la doctrina nacional a la solución de la
ley 17.711 referente a la propiedad intelectual e industrial, se propone volver al criterio de la
jurisprudencia anterior consagrado en la sucesión de Roberto Arlt (...) y propiciada por algunos
autores (Llambías, Guastavino)"(82).
La nueva normativa también soluciona el debate que generaba la cesión del derecho
intelectual, a saber, si era ganancial porque encuadraba dentro del concepto "producido", o si
era propia por entender que en este caso el autor al ceder "su derecho intelectual, lo pierde, lo
enajena y, por ende, el precio obtenido se subroga en el mismo carácter que tenía el derecho
transmitido"(83).
El inc. o) del art. 464 en estudio, precisa que el hecho que marca la calificación es la primera
publicación o interpretación, la conclusión si se trata de una obra artística, el patentamiento o
registración en el caso del invento, marca o diseño industrial; si este hecho se produce vigente
la comunidad, el bien es ganancial.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El art. 233 luego de definir a los frutos como "los objetos que un bien produce, de modo
renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia", determina cada una de sus clases, entre
ellas los frutos naturales precisando que son "las producciones espontáneas de la naturaleza".
Como ya se ha dicho, quedan excluidos de esta calificación los productos, salvo lo dispuesto
en el art. 464, inc. e). Se ha distinguido el supuesto de poda de árboles, asimilándola a frutos
cuando se realiza su reposición, y a productos, y por ende propios, cuando se elimina la
totalidad de la plantación(90).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
8. Crías de ganado
Tal como sucede en la enunciación de los bienes propios, el Código se hizo eco de la
solución de la doctrina(93)en cuanto a la inclusión de las crías de ganado como gananciales
cuando exceden el plantel original del ganado propio. A su vez, dio una redacción completa,
junto con la ya realizada en el inc. f] del art. 464, de los distintos supuestos que pueden darse.
Es dable recordar, que esta alternativa no se encontraba prevista en el Código derogado.
Expresa, el inciso citado, que son gananciales:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(...) las crías de los ganados gananciales que reemplazan en el plantel a los animales
que faltan por cualquier causa y las crías de los ganados propios que excedan el plantel
original [inc. i)].
Este criterio había sido seguido por alguna jurisprudencia, a pesar de la falta de legislación al
respecto, en la cual se sostuvo: "El ganado, cualquiera sea su número, sigue siendo propio del
cónyuge aportante, sin perjuicio de las ganancias que suponen el crecimiento del capital, por el
aumento del volumen de hacienda, deba ser recompensado a la sociedad conyugal. Cabe
concluir entonces, que sólo pueden considerarse gananciales las cabezas que excedan a las
aportadas, lo que tornaría aplicable la solución normativa (...) en torno al art. 1272 del Cód. Civil
sobre los frutos naturales de los bienes propios"(94).
A su vez, como ya se dijo, el art. 464 —que enumera los bienes propios— expresa que si
bien tienen ese carácter las crías de los ganados propios que sustituyan en el plantel a aquellos
que faltan independientemente de la causa; se califican como gananciales si se ha mejorado la
calidad del ganado originario debiéndose recompensa al esposo propietario por el valor del
ganado propio aportado (inc. f]).
En definitiva, de la conjunción de los arts. 464 y 465, CCyCN, se concluye que las crías de
ganado son gananciales en tres supuestos:
a) Las que reemplazan en el plantel a los animales de esa calificación que faltan por
cualquier causa.
b) Las crías de los ganados propios que excedan el plantel original.
c) Aquellas que resultan de haber mejorado la calidad del ganado propio sin perjuicio del
derecho a recompensa descripto supra.
(...) los incorporados por accesión a las cosas gananciales, sin perjuicio de la
recompensa debida al cónyuge por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con sus
bienes propios.
Entonces, si —por ejemplo— sobre un terreno ganancial se realizaron mejoras con la
utilización de dinero propio, el bien conserva el carácter originario.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 22/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Antecedentes
Los arts. 1246(95)y 1247(96)del Código Civil derogado exigían para que el bien que se
adquiría, se calificara como propio de la mujer, se expresara en la escritura pública que el dinero
le pertenecía y la causa del mismo o constancia en el documento de que el nuevo bien se
adquiría en sustitución de otro bien propio, debiéndose expresar el origen de los bienes que
daba a cambio.
Antes de la sanción de las leyes 11.357 y 17.711 la omisión de los requisitos que exigían
generaba como resultado que el inmueble se considerara ganancial y quedaba sometido a la
gestión del marido y a la responsabilidad por las deudas contraídas por el esposo, debido que
no era ni propio ni ganancial de administración reservada a la mujer(97). En consecuencia, para
que el bien se reputara como propio de la esposa era necesario que se dejara constancia de
esto en la escritura, así como los motivos por los cuales el dinero, que se empleaba en la
adquisición, le pertenecía(98).
Luego de la sanción de las leyes mencionadas, se cuestionaba si estos artículos continuaban
vigentes. Y, en caso afirmativo, si se aplicaba sólo a la mujer o, si debido a la igualdad
instaurada, se extendía la posibilidad también al hombre.
Se desarrollaron dos posturas:
I. La mayoritaria considera que los preceptos eran aplicables a ambos cónyuges en razón de
la igualdad consagrada por las leyes citadas(99).
II. La postura minoritaria, fue defendida principalmente por Belluscio, quien entendía que la
expresión, que podía ser falsa, "excluiría las limitaciones legales al ejercicio del derecho de
disponer del bien" y consideraba que la gravedad se acrecentaba si tal posibilidad se extendía
al marido "quien podría preparar de esa manera la defraudación de los derechos de la mujer, la
cual podría ser consumada muy fácilmente cuando tuviese en vista la posible disolución de la
comunidad, enajenando sin control los inmuebles gananciales"(100).
Respecto de terceros, en un plenario anterior a la sanción de la ley 17.711 se entendió que
"Después de la reforma del Código Civil por la ley 11.357, respecto de terceros y para asignar el
carácter de propio a un bien inmueble adquirido por la esposa, es de absoluta necesidad que la
escritura contenga la manifestación que el dinero es de ella, así como la designación de cómo el
dinero pertenece a la mujer"(101).
Luego de la sanción de la ley 17.711, Sambrizzi realizaba la siguiente distinción: "Cuando se
trata de la relación de uno o de ambos cónyuges con los terceros, no todos los medios de
prueba son válidos en cuanto a la acreditación de la calidad de los bienes, al menos, si los
mismos no son corroborados por otras pruebas. Y así, la prueba de confesión es válida entre
los esposos, pero la misma no puede ser invocada contra los terceros (art. 1260), siendo fácil
advertir que aquéllos pueden ponerse de acuerdo en desmedro del derecho de esos terceros"
(102).
En general se entendía que respecto de terceros los requisitos que imponía el art. 1246 eran
de orden público(103).
En este sentido, en un fallo de la sala L de la Cámara Nacional Civil, se afirmó que "Aun
cuando se admitiera que el esposo otorgó autorización para que su esposa adquiriera un
inmueble dejando constancia que lo hacía con dinero propio, dicha autorización sólo implica que
aquél no puede impugnar el origen de los fondos que se hizo constar en la escritura, pero no
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 23/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
impide a sus herederos hacerlo cuando la falsedad ha tenido por objeto perjudicarlos en sus
derechos"(104).
2. El sistema actual
Como es de observar, todos los debates que se desarrollaron en doctrina y jurisprudencia
son receptados por la nueva normativa, como ya antes lo había hecho el proyecto de Código
Civil de 1998 (art. 459).
El principio, al igual que lo era en el Código Civil derogado (art. 1271), es que se presume el
carácter ganancial de los bienes que existan en la comunidad al momento de su disolución,
salvo prueba en contrario.
Entre cónyuges es admisible todo tipo de prueba para acreditar que el bien es propio. Ahora
bien, para que sea oponible a terceros tal calificación, no alcanza la sola prueba confesional.
El art. 466 del CCyCN define que tratándose de bienes registrables que se han adquirido
vigente la comunidad por inversión o reinversión de bienes propios, para que sea oponible a
terceros dicha calidad, es necesario que tal circunstancia se haga constar en el acto de
adquisición, en el cual, además, se debe detallar el origen del bien que se invierte o reinvierte y
contar con la conformidad del otro esposo.
Si el cónyuge que debe prestar su acuerdo se niega a hacerlo, por algún motivo no puede
darlo, o se ha omitido otorgarlo en tiempo oportuno, se puede iniciar una acción declarativa del
carácter propio del bien que, de contar con una decisión favorable, se la anotará marginalmente
en el instrumento del cual surge el título de adquisición.
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes en el matrimonio, Hammurabi, Buenos Aires, 2002.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 9a ed., Perrot, Buenos Aires, 1993.
FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, t. I, Astrea, Buenos Aires, 1977.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen de bienes del matrimonio, La Ley,
Buenos Aires, 2001.
GREGORINI CLUSELLAS, Eduardo L. - GREGORINI, Leonardo R., "El ganado en el régimen patrimonial
del matrimonio", LL 1993-A-967.
GUAGLIANONE, Aquiles H., "El bien que se califica como propio por ser la causa de su adquisición
anterior al matrimonio", JA 1974-29, doctrina.
LLERENA, Baldomero, Concordancias y comentarios del Código Civil argentino, t. 4, La Facultad,
Buenos Aires, 1931.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2006.
MÉNDEZ COSTA, María J., "El cónyuge adquirente y la prueba en contra de la ganancialidad", LL
1992-B-185.
MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER, Francisco A. M. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008.
PINEDO, Enrique, "Carácter propio o ganancial de los dividendos en acciones", LL 144-832.
Reformas al Código Civil. Proyecto y notas de la comisión designada por decreto 468/1992, e
integrada por: Belluscio, Bergel, Kemelmajer de Carlucci, Le Pera, Rivera, Videla Escalada y
Zannoni, Astrea, Buenos Aires, 1993.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio, t. 1, La Ley, Buenos Aires, 2007.
URIARTE, Jorge A., "Causa de adquisición anterior al matrimonio y la calificación de un bien", LL
1978-D-122.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed., Astrea, Buenos Aires, 2006.
comunidad. Sin embargo, si la suma invertida por la comunidad es superior al valor del bien
permutado, el bien adquirido a cambio será ganancial salvo la recompensa debida al cónyuge
permutante.
(29)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 535; AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 89;
BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 328; MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., ps. 128/129.
(30)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 535.
(31)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., ps. 128/129.
(32)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 535; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p.
328.
(33)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 535; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p.
328.
(34)Así, se leía en la nota al art. 2392 que "Frutos son los que la cosa regular y
periódicamente produce sin alteración ni disminución de su substancia: producto de la cosa son
los objetos que se separan o se sacan de ella y que una vez separados, la cosa no los produce,
y que no se pueden separar de ella sin disminuir o alterar su substancia, como las piedras
sacadas de una cantera, o el mineral sacado de las minas".
(35)C. Nac. Civ., sala G, 15/9/1993, ED 157-332, se sostuvo que "El ganado, cualquiera sea
su número, sigue siendo propio del cónyuge aportante, sin perjuicio de las ganancias que
suponen el crecimiento del capital, por el aumento del volumen de hacienda deba ser
recompensado a la sociedad conyugal. Cabe concluir entonces, que sólo pueden considerarse
gananciales las cabezas que excedan a las aportadas, lo que tornaría aplicable la solución
normativa (...) en torno al art. 1272 del Cód. Civil sobre los frutos naturales de los bienes
propios". En similar sentido, Sup. Corte Bs. As., 26/7/1966, "Perticarolli, Rodolfo W., suc.", ED
16-638. Se dijo entonces: "Si bien las crías de los semovientes son frutos naturales y tienen,
aunque provengan de bienes propios, carácter ganancial, debe hacerse una excepción de las
crías que sustituyen a los animales que forman el respectivo plantel o capital pecuario de uno
de los cónyuges, pues ellas se colocan en el lugar y adquieren la calidad de los bienes de
capital que subrogan".
(36)AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 94; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p.
225; BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 9ª ed., Perrot, Buenos Aires,
1993, p. 252.
(37)Ver ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., y sus citas, ps. 562/563.
(38)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p. 225; BORDA, Guillermo A., Tratado... cit.,
p. 252.
(39)GREGORINI CLUSELLAS, Eduardo L. - GREGORINI, Leonardo R., "El ganado en el régimen
patrimonial del matrimonio", LL 1993-A-967; argumentaban estos autores que "este criterio que
establece una especie de privilegio para asegurar la intangibilidad del capital propio, puede
afirmarse de lege ferenda pero no de lege lata no obstante que sus sostenedores lo
fundamentan en la intangibilidad de la universalidad de hecho, que sería el bien propio y no sus
unidades integrantes, y en la aplicación analógica de las reglas del Código Civil sobre usufructo
de ganados (...) Si la voluntad de la ley que expresa el espíritu del sistema patrimonial
matrimonial es calificar de ganancial todo bien no acreditado como propio, volcando su
'intención ganancial' en todo caso que las circunstancias lo permitan o existan dudas, este
privilegio para bienes propios sería contra legem. Ratifica esta interpretación la circunstancia de
que Vélez que reconoció como antecedente el proyecto español de 1851 no receptó el art. 1326
de dicho Proyecto, debemos concluir que no lo hizo por discrepar. A ello se suma el hecho de
que ninguna de las modificaciones posteriores tampoco receptó dicho art. 1326 ni consagró una
sanción expresa sobre el particular, debiendo interpretarse que la intención fue mantener los
principios generales y que las reses propias se pierdan, mueran o desaparezcan para el
cónyuge titular sin compensación alguna".
(40)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 147.
(41)Expresa el mencionado artículo que "Se reputarán gananciales las cabezas de ganado
que al disolverse la sociedad excedan del número aportado por cada uno de los cónyuges con
carácter privativo".
(42)Dice la normativa aludida que "Se reputarán gananciales las cabezas de ganado que, al
disolverse la sociedad, excedan del número aportado por cada uno de los cónyuges con
carácter privativo".
(43)Sup. Corte Bs. As., 26/7/1966, "Perticarolli, Rodolfo W., suc.", ED 16-638.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 26/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(44)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 523; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de
bienes..., cit., ps. 165/166.
(45)LLERENA, Baldomero, Concordancias y comentarios del Código Civil Argentino, t. 4, La
Facultad, Buenos Aires, 1931, ps. 377 y ss. Expresaba el citado catedrático: "La ley,
indudablemente ha tenido en cuenta aquí al poner la condición de que nos ocupamos, que si el
adquirente, en vez de pagar la cosa con sus bienes propios, como era su derecho y su deber
(...) la paga con bienes de la sociedad conyugal, ha querido hacer adquirir la cosa por la
sociedad, y esto es lo que entiende la ley cuando encuentra que una cosa cuyo título de
adquisición, aunque anterior al matrimonio, ha sido pagada, no con bienes del esposo
adquirente, sino con bienes de la sociedad conyugal. Adviértase que aquí hablamos de las
adquisiciones al contado (...)", p. 378. Luego explica la aplicación del dispositivo legal en el
supuesto de venta al fiado, ver ps. 379/380.
(46)GUAGLIANONE, Aquiles H., "El bien que se califica como propio por ser la causa de su
adquisición anterior al matrimonio", JA 1974-29, doctrina.
(47)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 113. Agrega el citado jurista que "cuando la totalidad
del precio o la mayor parte de él se paga con posterioridad a la celebración del matrimonio, con
fondos gananciales, la solución de considerar propio el bien cuyo boleto se firmó antes del
casamiento no deriva con fluidez del texto (...), y, además, no es justa". En esta línea
argumental, en algún fallo, se sostuvo que "Para determinar el carácter propio o ganancial de un
bien adquirido mediante boleto de compraventa 30 días antes del matrimonio, momento en el
que se pagó la seña, pero escriturado durante la vigencia de la sociedad conyugal -faltando el
pago-, a la disolución de ésta de algunas cuotas, ha de considerarse si el precio fue satisfecho
en mayor o menor medida con dinero de origen propio o ganancial", C. Nac. Civ., sala E,
21/2/1978, "M. D. v. M. Z.", LL 1978-D-122.
(48)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 530. En esa postura, algún fallo argumentó
que "la exigencia del art. 1267 no puede comprenderse desvinculada de los antecedentes que
seguramente tuvo a la vista el codificador al redactarla, ni, tampoco, el intérprete o el juez
pueden lisa y llanamente considerarla superflua, sobre todo cuando (...) parece haber sido
deliberada y conscientemente puesta por el legislador (...) A la vista de lo establecido por el art.
1267 del Cód. Civil, es dable concluir que, al contraer matrimonio, M. incorporó el derecho a
obtener la transmisión del dominio del departamento emergente del boleto de compraventa, que
había tenido principio de ejecución mediante el empleo de fondos propios. El pago posterior al
matrimonio importó el cumplimiento de la contraprestación debida en función de un derecho
emergente de un contrato que había tenido principio de ejecución con anterioridad a la
celebración del matrimonio mediante el empleo de fondos propios. Es este empleo, el que
determina la calificación, la que no se altera, después, porque concurran fondos de naturaleza
ganancial (o porque se pague con dinero facilitado en préstamo que es restituido con fondos
gananciales [...]). El pago posterior acrece funcionalmente al anterior, y es este pago anterior el
que importó, para el adquirente del bien, el principio de ejecución del contrato, y el que, por
consiguiente, determina la calificación de ese bien", C. Nac. Civ., sala A, 3/5/1985, "M., J. C. v.
B. de M., E. N.", LL 1985-D-192.
(49)Conf. lo explica Belluscio en BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 326.
(50)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 326; AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 83. En
similar sentido URIARTE, Jorge A., "Causa de adquisición anterior al matrimonio y la calificación
de un bien", LL 1978-D-122.
(51)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 326.
(52)Sup. Corte Bs. As., 7/3/1995, "R. de E., M.A. v. E., O. A. Liquidación de sociedad
conyugal", ED164-399.
(53)C. Nac. Civ., sala C, 15/5/2008, "D., B. S. v. M., E.", LL 2008-C-681.
(54)Para un estudio pormenorizado de los distintos aspectos de este tema se puede consultar:
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 112; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p.
164; MÉNDEZ COSTA, María J., en MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER, Francisco A. M. - D'ANTONIO,
Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008, ps. 82/83; ZANNONI,
Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 531; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 326; FLEITAS
ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen..., cit., p. 56; C. Nac. Civ., sala C,
15/5/2008, "D., B. S. v. M., E.", LL 2008-C-681.
(55)C. Nac. Civ., sala D, 8/2/1984, "C. de S., O. A. v. S., I.", LL 1985-A-494.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 27/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(56)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 525; MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER,
Francisco A. M. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., p. 86; C. Fam. y Suc. Tucumán,
8/9/1981, ED 97-809.
(57)Sin perjuicio del derecho que tendrá en los casos de avulsión el dueño del inmueble del
cual fueron desprendidos los objetos que produjeron el acrecentamiento por la fuerza súbita del
agua, quien tiene posibilidad de reivindicarlos, según lo estipula el art. 2583 del CCiv. Conf.
FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, cit., p. 300.
(58)A esta solución se llegaba con la armonización de la legislación derogada. Ver ZANNONI,
Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 520; Juzg. Familia 1ª nom. Córdoba, 30/7/1998, "M. F., M. E.
v. N., D.", LL 1999-E-924; LLC 1999-745.
(59)C. Nac. Civ., sala B, 30/8/1974, "Gorosito de Nani, Dorotea v. Gaetano, Antonio E. y otros",
ED 57-578.
(60)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 551/554; AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p.
79; MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 175.
(61)C. Nac. Civ. en pleno, 15/7/1992, "Sanz, Gregorio O.", LL 1992-D-260; AP 60000975. En
similar sentido, C. Civ. y Com. Bahía Blanca, sala 1ª, 1/12/1988, "O. de M., M. C. en: 'M., J. A. v.
G., M.C. y otro'", LL 1989-D-141.
(62)Expresa, en su art. 1408, que "La adquisición hecha, a título de licitación o de otro modo,
de la parte de un bien de que uno de los esposos fuera propietario pro-indiviso, no es ganancial,
salvo la recompensa debida a la comunidad por la suma aportada".
(63)Art. 1729, CCiv. de Chile, que dispone: "La propiedad de las cosas que uno de los
cónyuges poseía con otras personas proindiviso, y de que durante el matrimonio se hiciere
dueño por cualquier título oneroso, pertenecerá proindiviso a dicho cónyuge y a la sociedad, a
prorrata del valor de la cuota que pertenecía al primero, y de lo que haya costado la adquisición
del resto".
(64)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 558.
(65)PINEDO, Enrique, "Carácter propio o ganancial de los dividendos en acciones", LL 144-832.
(66)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 560. En similar postura, AZPIRI, Jorge O.,
Régimen..., cit., p. 94.
(67)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 560; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p.
335.
(68)C. Nac. Civ., sala A, 14/8/1980, "S. A., M. C. v. C., R.", LL 1981-A-309.
(69)C. Nac. Civ., sala D, 23/11/1988, LL 1989-C-177.
(70)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 533/534; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit.,
p. 327; AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 88; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit.,
p. 189.
(71)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 327; AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 88;
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 534; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes...,
cit., p. 189.
(72)C. Nac. Civ., sala E, 28/2/2000, "C., M. T. v. P. S., J. F. M.", LL 2000-D-173.
(73)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p. 190.
(74)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 534.
(75)AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 89.
(76)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 328; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes...,
cit., p. 192.
(77)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 535/536; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit.,
p. 328; MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., ps. 131/132.
(78)C. Nac. Civ., sala E, 4/7/1977, "N., A. y otra", LL 1978-A-32.
(79)C. Nac. Civ., sala B, 7/9/1967, "Arlt Cristophersen, Roberto y otra", LL 128-905.
(80)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 330.
(81)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 537.
(82)Reformas al Código Civil. Proyecto y notas de la comisión designada por decreto
468/1992, e integrada por: Belluscio, Bergel, Kemelmajer de Carlucci, Le Pera, Rivera, Videla
Escalada y Zannoni, Astrea, Buenos Aires, 1993, p. 56.
(83)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 538.
(84)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p. 215.
(85)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 331.
(86)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes..., cit., p. 219.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 28/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 29/29
CAPÍTULO IX - GESTIÓN DE LOS BIENES EN EL RÉGIMEN DE COMUNIDAD. POR SILVANA BALLARÍN
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
transformaron y diversificaron los roles de los cónyuges, tanto en el aspecto personal como
patrimonial, requiriendo una evolución legal que, luego de sucesivas reformas parciales, se
completa en la nueva codificación. Vamos entonces a analizar brevemente la evolución legal en
la materia, intentando situarnos en los distintos momentos históricos de su vigencia.
El régimen de administración marital fue el elegido por Vélez Sarsfield al redactar el primer
Código Civil. Era el marido el que administraba no solamente sus bienes propios y la totalidad
de los gananciales sino también los bienes propios de su esposa (art. 1276). Disponía
libremente de sus bienes propios y de la totalidad de los gananciales conforme lo establecía el
art. 1277(2), y requería la conformidad de la cónyuge para disponer de bienes inmuebles
propios de ésta(3).
La mujer sólo asumía la administración de los bienes en casos de excepción y por
imposibilidad del marido: tales los supuestos de incapacidad y consecuente nombramiento de la
cónyuge como curadora (art. 1284), impedimento accidental (art. 1282) y declaración de
ausencia con presunción de fallecimiento cuando optare por la continuidad del régimen de
comunidad (art. 1309). También podía, con licencia de su esposo o juntamente con éste,
disponer de sus bienes inmuebles, rentas y depósitos públicos (art. 1252), así como reservarse
la administración de un inmueble en convención prenupcial (art. 1271, párr. 2º), y administrar
aquel bien que le hubiese sido donado o legado con la condición de no ser administrado por el
marido (art. 1227)(4).
Este sistema resultaba acorde a la concepción decimonónica de desigualdad de género, que
imponía a la mujer casada el estatus de incapaz de hecho(5)para asegurar la unidad económica
familiar. De tal manera, se sacrificaban los derechos de la mujer casada a administrar su
patrimonio, aun cuando tal limitación no obedeciera a una consideración peyorativa respecto de
la aptitud femenina para administrar los bienes(6): en efecto, Vélez Sarsfield no había impuesto
respecto de la mujer soltera o viuda limitación alguna respecto de su capacidad e, incluso, era la
esposa la que ejercería la administración en los supuestos excepcionales en los que el marido
no pudiera hacerlo.
Tampoco quiso el primer codificador, otorgarle al marido facultades omnímodas, surgiendo de
distintas disposiciones su preocupación por evitar abusos: así, sería deudor del valor de todos
los bienes de su esposa que, al tiempo de la disolución del régimen, no se hallaren invertidos en
bienes raíces escriturados para la mujer, rentas nacionales o provinciales o depósitos públicos a
su nombre (art. 1254, CCiv.), pudiendo ser demandado, en caso contrario, por la esposa, quien
gozaba de una acción personal contra aquél (art. 1259).
2. Reformas parciales
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Más allá de haber recibido en su momento fuertes críticas en torno a su defectuosa técnica
legislativa, constituyó un importante paso en favor de la equiparación de derechos en el
contexto histórico en el que se sancionara: año 1926.
Transcurridos más de cuarenta años de vigencia de la ley 11.357, en el año 1968 la ley
17.711 estableció el régimen de gestión separada: cada uno de los cónyuges administraría sus
bienes propios y los gananciales que adquiriera(9).
En el supuesto de que no pudiera determinarse cuál de los cónyuges era el adquirente o su
prueba fuera dudosa, el bien sería administrado por el marido(10). Asimismo, la reforma limitó la
disponibilidad de bienes gananciales registrables y, aun, del inmueble propio en el que se
encontrara emplazado el hogar conyugal, estableciéndose la necesidad del asentimiento del
cónyuge.
Avanzó, de tal manera, en la equiparación de derechos entre mujeres y hombres.
Sin embargo, no lo hizo en el caso de los llamados bienes de origen dudoso: el párr. 2º del
art. 1276 disponía que "si no se puede determinar el origen de los bienes o la prueba fuere
dudosa, la administración y disposición corresponde al marido...".
Tal opción en favor del marido resultaba inconstitucional a la luz de las convenciones
internacionales suscriptas por la Argentina —en especial, la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer(11). Así lo puso de manifiesto la doctrina
cuando la sociedad estuvo madura para advertirlo, varias décadas después(12). Finalmente, la
ley 25.781 dejó de lado en el año 2003 este resabio, al establecer la administración conjunta en
el supuesto.
que, o bien extiende la responsabilidad al cónyuge que no contrajo la deuda, o bien requiere el
asentimiento del cónyuge del adquirente.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
2.2.1. Asentimiento
El Código prevé para aquellos actos de mayor trascendencia económica el asentimiento del
cónyuge del adquirente:
Sin embargo, es necesario el asentimiento del otro para enajenar o gravar: a) los bienes
registrables; b) las acciones nominativas no endosables y las no cartulares, con excepción
de las autorizadas para la oferta pública, sin perjuicio de la aplicación del art. 1824; c) las
participaciones en sociedades no exceptuadas en el inciso anterior; d) los
establecimientos comerciales, industriales o agropecuarios (...).
Si bien el Código derogado aludía al consentimiento del cónyuge, existía consenso en el
sentido de interpretar que, en realidad, se trataba de un tercero que autorizaba el contrato
celebrado por el otro(15). En tal sentido, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires
señalaba que "(...) no deja de ser un tercero por más que se exija su asentimiento. La
ganancialidad es simplemente una calidad de cada bien, que define su destino en caso de
permanecer en el patrimonio de su titular al tiempo de disolverse el régimen; y ocasiona en
ciertas hipótesis una limitación en el poder dispositivo del cónyuge propietario del bien"(16).
La doctrina ha discutido —vigente el Código anterior— acerca de la naturaleza jurídica de
esta limitación al poder dispositivo del cónyuge titular, aludiendo algunos a una incapacidad de
derecho(17). Para Méndez Costa no se trataba de una incapacidad ya que, si bien la prohibición
legal que aparecía en el art. 1277 del Código derogado compartía con las incapacidades de
derecho tal carácter, no era irremediable como lo eran éstas, pues el asentimiento conyugal
podía ser suplido por la autorización judicial(18). También Zannoni(19), Fassi y
Bossert(20)consideraban que se trataba de una limitación de las facultades de administración
del cónyuge, pero no de una incapacidad. Este último ha sido el criterio de la Cámara de
Apelaciones Civil y Comercial de Dolores al señalar que "(...) la necesidad de asentimiento del
otro cónyuge no significa una limitación a la capacidad del primero, cuya declaración de
voluntad es suficiente por sí misma para producir un acto jurídico válido, aunque inidóneo
respecto del cónyuge omitido"(21).
2.2.1.1. Finalidad
Al requerir el régimen de comunidad el asentimiento del cónyuge, el sistema legal limita la
gestión separada ante objetivos que considera de mayor relevancia que la defensa de la
autonomía de la voluntad a ultranza. Por ello, respecto de los bienes propios remite a la
protección del hogar establecida en el régimen primario y, respecto de los bienes gananciales,
apunta a la preservación del activo ganancial frente a la eventual mala fe o imprudencia de un
cónyuge. En este último caso, se pretende evitar que los malos negocios de uno puedan
perjudicar los derechos en expectativa del otro sobre el haber ganancial, buscando, de tal
manera, que el administrador coincida con su cónyuge en la conveniencia de la enajenación o
gravamen(22).
2.2.1.2. Forma y oportunidad del asentimiento
No alude el Código vigente a la forma del asentimiento, como tampoco lo hacía el Código
anterior. Para Belluscio, lo más aconsejable es la escritura pública, aun cuando resultara viable
su otorgamiento a través de instrumento público, privado o, aun verbalmente(23).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Por lo demás, ha optado por la inoponibilidad del acto, a diferencia de la sanción de nulidad
prevista para los actos celebrados sin el asentimiento del otro cónyuge.
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., "Algunas pautas para la reforma al régimen de bienes en el matrimonio", RDF
2011-5211, AbeledoPerrot.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. 1, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001.
BASSET, Ursula C., La calificación de bienes en la sociedad conyugal, AbeledoPerrot, Buenos
Aires, 2010.
BELLUSCIO, Augusto C., "El régimen patrimonial del matrimonio en el anteproyecto de Código
Civil", LL 1999-C-1145.
BELLUSCIO, Augusto C. (dir.) - ZANNONI, Eduardo A. (coord.),Código Civil y leyes complementarias.
Comentado, anotado y concordado, t. 6, Astrea, Buenos Aires, 1986.
CAFFERATA, José I., Derecho de familia, t. 1, Editorial Mediterránea, Córdoba, 2005.
— Proyecto de reformas al Código Civil, Proyecto y notas de la Comisión designada por
decreto 468/1992, Astrea, Buenos Aires, 1993.
CHECHILE, Ana M., "El asentimiento conyugal en la cesión de cuotas sociales de sociedades de
responsabilidad limitada", JA 1998-III-516.
CORBO, Carlos M., "Fraude entre cónyuges en el derecho comparado y en el argentino", Revista
de Derecho de Familia y de las Personas, año IV, nro. 11, diciembre 2012, La Ley, Buenos
Aires, p. 68.
DÍEZ PICAZO, Luis - GULLÓN, Antonio, Sistema de derecho civil, ts. IV y V, 7ª ed., Tecnos, Madrid,
2000, p. 198.
FANZOLATO, Eduardo I. - ROITMAN, Horacio, "Quiebra del cónyuge", RDPyC 1996-12-127, Rubinzal-
Culzoni, Buenos Aires.
FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, ts. I y II, Astrea, Buenos Aires, 1978.
GUAGLIANONE, Aquiles H., Régimen patrimonial del matrimonio, Ediar, Buenos Aires, 1968.
HERNÁNDEZ, Lidia, "Los bienes de los cónyuges y su gestión en el proyecto de Código Civil
unificado con el Código de Comercio", RDF 2001-18-95, Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi, Buenos
Aires, 1995.
KRASNOW, Adriana, "Las relaciones patrimoniales entre cónyuges en el Proyecto", Revista de
Derecho de Familia y de las Personas, año 4, nro. 6, julio 2012, La Ley, Buenos Aires, p. 104.
LEVY, Lea, "Sociedad conyugal. Gestión de los bienes de origen dudoso", RDF 1997-11-101,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, La Ley, Buenos Aires, 2006.
MEDINA, Graciela, "Las diez grandes reformas al derecho de familia", Revista de Derecho de
Familia y de las Personas, año 4, nro. 6, julio 2012, La Ley, Buenos Aires, p. 11.
MÉNDEZ COSTA, María J., "Fraude entre cónyuges", RDPyC 1996-12-241, Rubinzal-Culzoni.
MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 1998.
PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, t. I, LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
ROCA, Eduardo A., "El régimen comunitario del patrimonio conyugal en el Proyecto de Código",
LL 2012-E-1357.
ROVEDA, Eduardo, "El régimen patrimonial del matrimonio", en RIVERA, Julio C. (dir.), Comentarios
al proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2013, p.
362.
VIDAL TAQUINI, Carlos H., Régimen de bienes en el matrimonio, 3ª ed., Astrea, Buenos Aires,
1987.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 2ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1989.
(1)DÍEZ PICAZO, Luis - GULLÓN, Antonio, Sistema de derecho civil, ts. V y IV, 7ª ed., Tecnos,
Madrid, 2000, p. 198.
(2)Art. 1277, CCiv. derogado, redacción original: "Puede enajenar y obligar a título oneroso los
bienes adquiridos durante el matrimonio, salvo los derechos de la mujer, cuando la enajenación
fuere en fraude de ella. Puede también hacer donaciones de los bienes suyos y de los ganados
durante la sociedad, con arreglo a lo dispuesto en el título De las donaciones".
(3)Art. 1253, CCiv. derogado, redacción original. En caso de violar esta norma, podía la mujer
ejercer la acción que como propietaria le correspondiera, sea para reivindicar el bien o para
librarlo de todo gravamen.
(4)En cuyo caso, lo haría con licencia del marido, o del juez, ante la negativa o imposibilidad
de aquél de otorgársela (art. 1227, CCiv. derogado, redacción original).
(5)La mujer casada tenía en el régimen originario del Código de Vélez, junto a los menores
adultos, un estatus de incapacidad de hecho relativa (art. 55, CCiv. derogado, redacción
original).
(6)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed. actual., La Ley, Buenos Aires,
2006.
(7)FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, t. II, Astrea, Buenos Aires, 1978, p.
5. Comentan los autores que la resistencia a la reforma "no sólo surgió en la aplicación de los
particulares, sino también por parte de sus intérpretes en el campo jurídico".
(8)La llamada ley 17.711no fue en realidad una ley, sino una norma emanada del gobierno de
facto del año 1968.
(9)La fórmula legal aludía a los bienes adquiridos con su trabajo personal o por cualquier otro
título legítimo, habiendo provocado discrepancias de interpretación en relación a qué debía
entenderse por título legítimo: tanto Zannoni como Mazzinghi consideraban que, aun cuando
existieran bienes adquiridos ilícitamente, ello no obstaría a la legitimidad del título del adquirente
(ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, Astrea, Buenos Aires, t. I, 2ª ed. 1989, p. 506;
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, ps. 230/1; Fassi y Bossert consideraban que el título era
legítimo "cuando coincide con una ganancia o adquisición efectuada realmente por el cónyuge a
cuyo nombre se extiende" (FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, cit., t. II, p.
16).
(10)Si bien sobre su interpretación ha discrepado la doctrina, una mayoría doctrinaria y
jurisprudencial consideró que el origen dudoso no aludía a los fondos, sino a la persona del
adquirente (ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia..., cit., t. 1, p. 507; MÉNDEZ COSTA, María J. -
D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998, ps. 100/104).
(11)Aprobada por ley nacional 23.179.
(12)LEVY, Lea, "Sociedad conyugal. Gestión de los bienes de origen dudoso", RDF 1997-11-
101, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
(13)Capítulo indicado, subparágrafo III.1.3.
(14)Art. 456 del nuevo Código.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(41)Art. 1º: "...se considerarán como tales Registros Genealógicos los actualmente existentes,
los cuales deberán ajustar su organización y funcionamiento a las condiciones que establezca el
Poder Ejecutivo Nacional, que los controlará a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería
así como a los que, de acuerdo con dichas condiciones, se reconozcan en el futuro". Decía
Vidal Taquini respecto de los caballos pura sangre que "la no distinción de los registros y la
importancia económica de dichos semovientes hace a su no exclusión" (VIDAL TAQUINI, Carlos,
Régimen..., cit., p. 346).
(42)En el Código Civil anterior, el art. 1277 hablaba de cosas muebles cuyo registro han
impuesto las leyes en forma obligatoria.
(43)FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, cit., t. II, ps. 281/2; también en el
sentido de considerarlas incluidas en la necesidad del asentimiento, BELLUSCIO, Augusto C.,
Código..., cit., ps. 193/4.
(44)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, p. 281.
(45)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, p. 313.
(46)BASSET, Ursula C., La calificación de bienes en la sociedad conyugal, AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2010, ps. 669/70.
(47)Para el criterio doctrinal predominante, la duda recaía en la titularidad de los derechos
sobre el bien, no sobre el carácter de los fondos empleados, como señalara María Josefa
Méndez Costa (MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., t. II, ps.
104/5).
(48)En tal sentido, señala Méndez Costa "bienes cuyo registro han impuesto las leyes en
forma obligatoria, pero que por una circunstancia de hecho no han sido registrados (por omisión
o negligencia de su dueño, por mediar alguna cuestión previa, etc." (aut. y ob. cit., p. 102).
(49)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, p. 323.
(50)KRASNOW, Adriana N., "Las relaciones patrimoniales entre cónyuges en el proyecto",
RDFyP, julio 2012, La Ley, Buenos Aires, 2012, p. 104.
(51)MÉNDEZ COSTA, María J., "Fraude entre cónyuges", RDPyC 1998-12-247, Rubinzal-Culzoni,
Buenos Aires.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/15
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
CAPÍTULO X - LAS DEUDAS DE LOS CÓNYUGES: RESPONSABILIDAD FRENTE A TERCEROS Y CARGAS DE LA COMUNIDAD. POR SILVANA
BALLARÍN
I. INTRODUCCIÓN
Cuando abordamos la temática de las deudas de los cónyuges en el régimen de comunidad podemos
referirnos a dos aspectos, conocidos en la doctrina como cuestión de la obligación —o aspecto externo— y
cuestión de la contribución —o aspecto interno—.
El primero se refiere a la situación de los cónyuges ante los terceros acreedores y alude a la relación del
acreedor de uno de los cónyuges con estos últimos: tanto con el que contrajo la deuda como con quien no la
contrajo. Aquí la ley debe determinar quién o quiénes responden frente al tercero y, además, cómo lo harán.
Esta temática excede al régimen mismo de comunidad, razón por la cual el nuevo Código la contempla
también al establecer el régimen primario.
El segundo aspecto alude en forma exclusiva al régimen de comunidad, y se refiere a la forma en que los
cónyuges contribuirán al pago de las deudas al tiempo de liquidarse este régimen patrimonial. Aquí la
atención se desplaza de la relación con el acreedor a la relación interna entre cónyuges: ya no se enfrentan
a terceros sino que son sus propios intereses los que se ven enfrentados al determinarse con qué bienes —
propios o gananciales— soportarán, en definitiva, las deudas, según se atribuya a éstas el carácter de
comunes o personales de los cónyuges.
También difieren ambas cuestiones con relación al aspecto temporal que regulan: mientras las normas
sobre responsabilidad frente a terceros operan desde el inicio del régimen patrimonial(1), la determinación
del pasivo definitivo de la comunidad cobra actualidad al liquidarse el régimen, sea en un proceso de familia,
o bien en el proceso sucesorio del cónyuge, según cuál haya sido la causa de la disolución.
Y así como en el primer aspecto —externo— es el acreedor el interesado en conocer si el cónyuge de su
deudor responderá por la deuda contraída(2), en el segundo —interno— son los propios cónyuges o sus
herederos —en el supuesto de disolución del régimen patrimonial por muerte— los interesados en conocer
la forma en que deberán hacerse cargo de las deudas contraídas al tiempo de la liquidación de la
comunidad, determinando así su pasivo.En el siguiente gráfico comparativo se resume lo dicho hasta ahora:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Caracteres generales
1.1. El tema de la responsabilidad de los cónyuges frente a terceros excede al proceso de familia
El acreedor de una persona casada debe saber si tal estado matrimonial incide en su crédito,
incorporando como codeudor al cónyuge y, además, si ello depende del origen de la deuda reclamada para
poder accionar, cualquiera que sea la materia del proceso (civil, comercial, laboral, etc.). Así, el abogado de
un colegio, de una empresa constructora o de una entidad bancaria deberán conocer tanto la extensión de la
responsabilidad de su deudor —de estado civil casado— como si la naturaleza de la obligación asumida —
gastos escolares, de reparación de una vivienda, de tarjeta de crédito o, aun, sus propios honorarios— le
permitirán extender su exigencia de cobro al cónyuge del deudor.
1.4. El principio general de responsabilidad separada contempla excepciones tanto con relación al
régimen primario como con relación al régimen de comunidad
Así, prevé la responsabilidad solidaria respecto del régimen primario el art. 461 en relación con las
obligaciones contraídas por uno de los cónyuges para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1.6. El sistema de responsabilidad frente a terceros mantiene su vigencia hasta la efectiva partición
de la comunidad
Conforme al art. 502 del nuevo Código, el sistema de responsabilidad frente a terceros mantiene su
vigencia hasta la efectiva partición de la comunidad: a partir de entonces, cada uno responderá con los
bienes propios y la porción de gananciales adjudicados.
2. La responsabilidad separada como principio y las deudas comunes como supuestos de excepción
2.1. Fundamento
Se puede distinguir, entonces, deudas personales de deudas comunes: las primeras son las que afronta
el cónyuge que la contrajo con sus bienes propios y gananciales por él adquiridos, y constituyen el principio
general. La separación de deudas permite dejar a salvo los bienes del cónyuge del accionar del otro, se trate
tanto de deudas generadas en actos jurídicos como en hechos ilícitos(6)o en obligaciones de origen legal:
no podrá agredirse, entonces, el patrimonio del cónyuge por deudas contraídas en el desempeño comercial
del otro, al resultar autor de hechos ilícitos, en el cumplimiento de obligaciones impositivas, etcétera(7).
Las deudas comunes son las que, contraídas por uno de los cónyuges, obligan al otro en forma
conjunta.Tanto el antiguo como el nuevo Código Civil tienen en cuenta que cuando un cónyuge contrae una
obligación para atender a necesidades del grupo familiar, o bien para proteger el capital ganancial, el otro
cónyuge debe resultar también responsable, en tanto la solidaridad familiar es un principio que atraviesa el
derecho de familia y trasciende, incluso, al ámbito patrimonial.
A este fundamento se le suma la necesidad de contribuir a la seguridad jurídica de los terceros que
contraten con los cónyuges y, aun, ampliar las posibilidades crediticias de los esposos, como agudamente
señala Méndez Costa. Es por ello que, en algunos casos, la ley confiere al acreedor la posibilidad de
reclamar su crédito también al cónyuge de su deudor. Es en estos supuestos que hablamos de deudas
comunes. Si bien todas las deudas son personales en tanto la ausencia de personalidad jurídica de la
sociedad conyugal torna imposible considerarla propietaria, administradora o deudora, algunas de ellas
revisten el carácter de comunes en relación con el acreedor(8).
Finalmente, no deben confundirse los supuestos excepcionales de las deudas comunes con las deudas
personales conjuntas(9). Fanzolato y Roitman nos recuerdan que, en algunos casos, ambos esposos
deciden asumir una obligación en forma simplemente mancomunada, solidaria, o uno en calidad de fiador
del otro: el carácter conjunto de la deuda no la transforma en común, en tanto la responsabilidad de ambos
cónyuges no se origina en uno de los supuestos de excepción enumerados por la ley, sino en el vínculo
obligacional asumido por ambos: "cuando un cónyuge se constituye en fiador del otro las responsabilidades
u obligaciones de ambos se rigen por las normas generales y por aquellas que normalizan la clase de
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
garantía otorgada. En estas hipótesis, cada cónyuge responde en los límites y extensión de su
responsabilidad, con todo su patrimonio propio o ganancial"(10).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El nuevo Código continúa así con la separación de responsabilidades vigente en la anterior normativa,
pero innova en relación con la forma en que responde el cónyuge no deudor: antes lo hacía solamente con
los frutos de sus bienes propios y gananciales(12)y ahora con los bienes mismos.
Tanto en el anterior como en el actual régimen el acreedor puede optar por reclamar su deuda de uno u
otro cónyuge, sin que exista subsidiariedad alguna respecto de la obligación del cónyuge que no contrajo la
deuda. Sin embargo, si el acreedor opta por ejecutar al cónyuge de su deudor contractual deberá hacerlo en
el marco procesal que le permita acreditar el supuesto de excepción previsto en la ley, circunstancia que sólo
resultará admisible en un proceso de conocimiento(13).
De tal manera, y en estos supuestos de excepción, existe un deudor contractual(14)y otro legal, pero
ambos responden conjuntamente, cada uno conforme al vínculo obligacional que lo liga al crédito del
tercero.
En consecuencia, los acreedores pueden agredir el patrimonio de los cónyuges de la siguiente manera:
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Los tres casos contemplados por el Código Civil se refieren a obligaciones de origen contractual: en
efecto, tanto el art. 461 como el 467 aluden a obligaciones contraídas por uno de los cónyuges. El
fundamento de la responsabilidad común en uno y otro supuesto —solidaridad familiar en el primero e
integridad del patrimonio ganancial en el segundo— es el que determina la extensión de la responsabilidad
del cónyuge no contratante en cada caso, limitándose en el caso de los gastos conservatorios, a los bienes
gananciales.
Respecto de los supuestos contenidos en el art. 461, remitimos al estudio efectuado en oportunidad de
analizar el régimen primario.
En relación con los actos conservatorios de bienes gananciales, se han entendido incluidos entre ellos los
honorarios judiciales devengados en juicios de carácter conservatorio: acciones posesorias, demandas
entabladas por reparaciones, etcétera(15).
1. Introducción
El aspecto interno o cuestión de la contribución que pasamos a analizar a continuación alude a la forma
en que los cónyuges contribuirán al pago de las obligaciones al tiempo de liquidarse la comunidad: esto es,
con qué bienes —propios o gananciales— soportarán, en definitiva, las deudas, según se atribuya a éstas el
carácter de comunes o personales de los cónyuges.
Podemos, entonces, definir a las cargas de la comunidad como aquellas obligaciones por las cuales
deben contribuir ambos cónyuges al tiempo de la liquidación del régimen, conformando de tal manera su
pasivo(17). Las obligaciones personales son, por el contrario, aquellas que serán soportadas, en definitiva,
por el patrimonio de cada uno de los cónyuges. Así, mientras las cargas se deducirán del activo bruto
conformado por la totalidad de bienes gananciales, las obligaciones personales no podrán imputarse a
aquél.
El nuevo Código enumera tanto las cargas del régimen de comunidad como las deudas personales,
pudiendo de tal manera establecerse un análisis de correspondencia entre pasivo de la comunidad y deudas
propias que facilita el reconocimiento de la dinámica y coherencia del régimen: las cargas serán soportadas
por el haber ganancial, las deudas personales, con los bienes propios de cada cónyuge:
Claro está que tanto una carga pudo haber sido satisfecha con fondos propios del deudor, o bien una
deuda personal con fondos gananciales: en tales supuestos la compensación operará a través del sistema
de recompensas previsto por la ley(18):
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
2. Cargas de la comunidad
El nuevo Código continúa la línea del anterior, pero mejora y aclara los supuestos de cargas previstos,
tomando en cuenta la experiencia y reflexión de más de cien años de trabajo doctrinario y jurisprudencial:
Art. 489. - Cargas de la comunidad. Son a cargo de la comunidad:
a) las obligaciones contraídas durante la comunidad, no previstas en el artículo siguiente(19);
b) el sostenimiento del hogar, de los hijos comunes y de los que cada uno tenga y los alimentos que
cada uno está obligado a dar;
c) las donaciones de bienes gananciales hechas a los hijos comunes, y aun la de bienes propios si
están destinados a su establecimiento o colocación;
d) los gastos de conservación y reparación de los bienes propios y gananciales.
2.1. Inciso a)
El art. 489 principia la enumeración de supuestos con las obligaciones contraídas durante la comunidad
no previstas expresamente —como obligaciones personales— en el artículo siguiente(20).
Son las cargas por excelencia de la comunidad. Así como los bienes adquiridos durante la comunidad a
título oneroso son gananciales (art. 465, inc. a]) las obligaciones contraídas durante la comunidad resultan
cargas de la misma: lo que se adquiere es ganancial y la deuda que se genera para ello es una deuda
común. En la medida en que toda deuda que se contraiga durante la vigencia de la sociedad es común, se
trata del supuesto residual respecto de los contemplados en los restantes incisos.
Se alude a las deudas contraídas: esto es, que tienen un origen contractual, excluyendo, en
consecuencia, aquellas que se originan en ilícitos u obligaciones legales(21).
Respecto del ámbito temporal en el que fueron contraídas, el inciso se refiere claramente a la vigencia del
régimen patrimonial de comunidad. Ello en tanto la comunidad pudo extinguirse con anterioridad al
matrimonio conforme lo dispuesto por el art. 475 del CCiv. Por lo tanto, las deudas que se contrajeran
durante el matrimonio, pero luego de disuelto el régimen de comunidad son deudas personales, de la misma
forma que lo son las contraídas antes del comienzo de la comunidad, como expresamente dispone el inc. a)
del art. 490(22).
2.2. Inciso b)
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El citado inciso distingue tres obligaciones: las generadas para el sostenimiento del hogar, de los hijos y
deudas alimentarias en general.
"(...) sostenimiento del hogar": En relación a la primera, comprende las necesidades del hogar, pudiendo
aplicarse, en mi opinión, similares consideraciones a las hechas oportunamente al analizar el art. 461.
Abarca, en su amplitud, a las obligaciones alimentarias generadas con el grupo familiar conviviente, por lo
que la inclusión de los últimos dos supuestos cobra actualidad en tanto se refieran a hijos que no convivan y
demás parientes incluidos en los arts. 537 y 538 del CCiv.
"(...) de los hijos": Es decir, que la obligación alimentaria a los descendientes en primer grado es siempre
una carga de la comunidad, sean los hijos mayores o menores de edad, convivan o no convivan, sean o no
comunes. El contenido del derecho alimentario entre padres e hijos está regulado en relación a los hijos
menores de edad en los arts. 658 a 670(23)y 676(24), y en relación a los mayores en los arts. 537 a 554. El
art. 489 sólo dispone que tales obligaciones serán consideradas pasivo de la comunidad: que ambos
cónyuges deben contribuir en las deudas generadas por tales obligaciones alimentarias.
Se refiere expresamente el inciso a hijos comunes o no comunes. Es decir, que se trata de una carga la
deuda generada para el sostenimiento del hijo de uno de los cónyuges, sea que la haya contraído su
progenitor(25)o su progenitor afín(26).
Respecto de los hijos afines de otra relación matrimonial(27), la obligación alimentaria queda
comprendida por el tercer supuesto del inciso.
"(...) y los alimentos que cada uno está obligado a dar": El nuevo Código simplifica el tratamiento de las
obligaciones alimentarias, otorgándole en todos los casos el carácter de carga de la sociedad conyugal,
dejando de lado la alusión expresa a un vínculo parental, como lo hacía el inc. lº del art. 1275 del Código
derogado(28). Por lo tanto, no solamente quedan comprendidas las derivadas de un vínculo de parentesco,
sino, aun, los alimentos al excónyuge convenidos o previstos en los supuestos de excepción del art. 434 del
nuevo Código Civil y Comercial(29).
2.3. Inciso c)
Las donaciones hechas a los hijos importan una actuación solidaria y favorable al interés familiar. Es por
ello que, con su inclusión como carga, el legislador premia la generosidad del progenitor donante, en tanto el
valor de lo donado podrá ser imputado al haber ganancial. Alude solamente a las donaciones que benefician
a los hijos comunes. El inciso distingue dos casos: las donaciones de bienes gananciales y la de bienes
propios, pero, en este último caso, solamente para el supuesto de que su destino sea el establecimiento o
colocación del hijo o hija. En ninguno de los dos casos existe limitación respecto de la edad del hijo
donatario.
Por colocación o establecimiento se entiende la instalación de casa de comercio, oficina, estudio,
consultorio o taller profesional(30), así como instrumental técnico necesario en cada caso. Importa,
entonces, una actitud de apoyo o asistencia al hijo para posibilitar su inicio laboral(31)o desempeñar su
oficio o profesión en forma independiente(32).
2.4. Inciso d)
La inclusión de los gastos de conservación y reparación de los bienes propios y gananciales guarda
correspondencia con el carácter ganancial de los frutos naturales, industriales o civiles de los bienes propios
y gananciales que se devenguen durante la vigencia del régimen (inc. c] del art. 465). En efecto, así como la
sociedad se beneficia con estos frutos, debe afrontar sus gastos conservatorios.
Cabe resaltar la amplitud del inciso, dado que ésta es una de las diferencias que existe con los supuestos
excepcionales de responsabilidad solidaria frente a terceros: mientras que los cónyuges sólo responden por
las deudas del otro por los gastos de conservación y reparación de bienes gananciales manteniéndose el
régimen de responsabilidad separada respecto de los gastos de conservación de bienes propios (art. 467,
CCiv.), al tiempo de la imputación definitiva de tales gastos, ambos participan del carácter de cargas de la
comunidad.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3. Deudas personales
El Código Civil anterior no enumeraba las obligaciones o deudas personales. El nuevo Código sí lo hace,
facilitando la comprensión del régimen patrimonial: tanto menciona los supuestos de bienes propios y
gananciales como los de obligaciones personales y cargas.
Art. 490. - Obligaciones personales. Son obligaciones personales de los cónyuges:
a) las contraídas antes del comienzo de la comunidad;
b) las que gravan las herencias, legados o donaciones recibidos por uno de los cónyuges;
c) las contraídas para adquirir o mejorar bienes propios;
d) las resultantes de garantías personales o reales dadas por uno de los cónyuges a un tercero, sin
que de ellas derive beneficio para el patrimonio ganancial;
e) las derivadas de la responsabilidad extracontractual y de sanciones legales.
3.1. Inciso a)
Los codificadores comienzan por reconocer el carácter personal de las obligaciones contraídas con
anterioridad a la iniciación del régimen de comunidad, de la misma forma que reconocen el carácter propio
de los bienes adquiridos con anterioridad al inicio del régimen(37): sólo integran el activo y pasivo de la
comunidad los bienes y deudas —algunos bienes y deudas— adquiridos con posterioridad a su inicio.
Por lo tanto, la distinción entre cargas y deudas personales sólo se establece respecto de las obligaciones
generadas con posterioridad al inicio del régimen.
3.2. Inciso b)
Así como son propios los bienes adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación(38),
son personales las obligaciones que gravan herencias o legados recibidos por uno de los cónyuges, o bien
los cargos impuestos al cónyuge donatario.
3.3. Inciso c)
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
El inciso alude a las obligaciones contraídas tanto para mejorar bienes propios como para su adquisición:
en uno u otro supuesto el incremento favorece a la masa de bienes propios del titular, razón por la cual no
debe incluirse en el supuesto de cargas, como sí lo eran los gastos de conservación del art. 489, inc. d).
3.4. Inciso d)
Durante la vigencia del régimen patrimonial de comunidad, cualquiera de los cónyuges puede decidir
otorgar fianza personal o real en favor de un tercero. La deuda contraída de tal manera no beneficia a la
comunidad y, por ende, no puede imputarse como carga de la misma, salvo que se acreditara que tal
contratación tuvo por finalidad el cumplimiento de una carga de la comunidad: por ejemplo, sería el supuesto
de suscripción en carácter de fiador de un contrato de locación para vivienda de un hijo común, obligación
incluida en el inc. b) del art. 489.
3.5. Inciso e)
Las obligaciones derivadas de hechos ilícitos, así como de sanciones legales son consecuencia de un
comportamiento antijurídico, razón por la cual corresponde que se imputen al patrimonio del cónyuge que la
generó, y no al haber ganancial(39). A continuación, un cuadro que sintetiza lo dicho en relación a las
deudas personales.
BIBLIOGRAFÍA
ARIANNA, Carlos, "La responsabilidad por las deudas de los cónyuges en el proyecto de reformas al Código
Civil", RDF 2001-18-113, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
AZPIRI, Jorge O., "Algunas pautas para la reforma al régimen de bienes en el matrimonio", RDF 2011-52-11,
AbeledoPerrot, Buenos Aires.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. 1, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2001.
BASSET, Ursula C, La calificación de bienes en la sociedad conyugal, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2010.
BELLUSCIO, Augusto C., "El régimen patrimonial del matrimonio en el anteproyecto de Código Civil", LL 1999-
C-1145.
BELLUSCIO, Augusto C. (dir.) - ZANNONI, Eduardo A. (coord.),Código Civil y leyes complementarias. Comentado,
anotado y concordado, t. 6, Astrea, Buenos Aires, 1986.
CAFFERATA, José I., Derecho de familia, t. 1, Editorial Mediterránea, Córdoba, 2005.
— Proyecto de Reformas al Código Civil, Proyecto y notas de la Comisión designada por decreto 468/1992,
Astrea, Buenos Aires, 1993.
FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, ts. I y II, Astrea, Buenos Aires, 1978.
GUAGLIANONE, Aquiles H., Régimen patrimonial del matrimonio, Ediar, Buenos Aires, 1968.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi, Buenos Aires, 1995.
KRASNOW, Adriana, "Las relaciones patrimoniales entre cónyuges en el Proyecto", Revista de Derecho de
Familia y de las Personas, año 4, nro. 6, julio 2012, La Ley, Buenos Aires, p. 104.
LLOVERAS, Nora, "Responsabilidad por deudas de los cónyuges", RDPyC 2008-I-159, Rubinzal-Culzoni,
Buenos Aires.
MEDINA, Graciela, "Las diez grandes reformas al derecho de familia", Revista de Derecho de Familia y de las
Personas, año 4, nro. 6, julio 2012, La Ley, Buenos Aires, p. 11.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, La Ley, Buenos Aires, 2006.
MÉNDEZ COSTA, María J., Las deudas de los cónyuges, Astrea, Buenos Aires, 1979.
MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998.
PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, t. I, LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
ROVEDA, Eduardo, "Los bienes de origen dudoso frente al pasivo provisorio", RDPyC 2008-I-231, Rubinzal-
Culzoni, Buenos Aires.
VIDAL TAQUINI, Carlos H., Régimen de bienes en el matrimonio, 3ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1987.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, t. 1, 2ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1989.
(1)Es decir, desde la celebración del matrimonio respecto de las normas establecidas en el régimen
primario y desde el inicio de la comunidad respecto de las normas específicas de este régimen.
(2)Cuando utilizo la expresión cónyuge del deudor lo hago para diferenciarlo del deudor originario, esto es,
del que contrajo la deuda: claro que recae también en aquél el carácter de deudor, sólo que -a diferencia del
que contrajo la deuda- lo será en virtud de la disposición legal que establece su responsabilidad.
(3)Todos aquellos no enumerados como cargas.
(4)Art. 461.
(5)Se trata de los gastos relativos a los hijos comunes y a los hijos de uno de los cónyuges en las
condiciones establecidas por el art. 455: esto es, los requisitos de convivencia y minoría de edad, capacidad
restringida o discapacidad.
(6)Sup. Corte Bs. As., 10/11/1998, "Sazowski, Teodoro v. Ruiz, Mario Daniel Antonio y otro s/daños y
perjuicios", ac. 64.403, www.scba.gov.ar/jubanuevo/integral.is.
(7)María Josefa Méndez Costa y Daniel Hugo D'Antonio enumeran entre ellas: las resultantes de la
conservación de los bienes propios del contratante, las penas pecuniarias y multas civiles, las deudas de
una sucesión aceptada sin beneficio de inventario o en que éste se ha perdido, las relativas al cargo de una
liberalidad recibida, los accesorios de deudas personales y las originadas en el deber de prestar alimentos
(MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998, p.
118). Perrino, por su parte, señala las contraídas antes de la celebración del matrimonio, las que tienen su
origen con posterioridad al matrimonio, pero sin vinculación con la ganancialidad, por ejemplo, las que tienen
su causa en los bienes propios adquiridos por herencia, legado o donación y las sumas que deban abonarse
en concepto de reparación de los daños y perjuicios por los hechos ilícitos (dolosos o culposos) (PERRINO,
Jorge O., Derecho de familia, t. I, LexisNexis, Buenos Aires, 2006, p. 780).
(8)MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., p. 116.
(9)"Si los esposos contrajeren conjuntamente una obligación, cada uno responderá frente al acreedor con
la totalidad de sus bienes. Igual solución para el caso de que uno de los cónyuges afiance la obligación del
otro, con arreglo a las reglas de la fianza" (FERRER, Francisco, "Esquema de la sociedad conyugal", en Nuevo
régimen legal del matrimonio civil. Ley 26.618, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2010, p. 215).
(10)FANZOLATO, Eduardo I. - ROITMAN, Horacio, "Quiebra del cónyuge", RDPyC 1996-12-130, Rubinzal-
Culzoni, Buenos Aires.
(11)Salvo alguna mayor precisión terminológica, éstos eran los supuestos de excepción que preveía el
régimen anterior conforme art. 6º de la ley 11.357. Al dejar de ser la sociedad conyugal un único régimen
legal inmodificable por voluntad de los cónyuges, es ahora el régimen primario el que consagra los
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
supuestos de excepción para los dos regímenes previstos en el nuevo Código -separación de bienes y
comunidad-, limitándose el articulado de este último a consagrar el tercer supuesto, únicamente aplicable al
régimen comunitario ("conservación de bienes comunes"). A diferencia del actual, el régimen anterior no
hacía alusión expresa en ningún supuesto al carácter solidario de la responsabilidad, como ahora sí lo hace
el régimen primario en los dos supuestos que prevé.
(12)Frutos que, como tales, siempre tenían en carácter de gananciales conforme al art. 1272 del viejo
Código.
(13)BELLUSCIO, Augusto C. (dir.),Código Civil comentado, anotado y concordado, t. 6, Astrea, Buenos Aires,
1986, p. 162.
(14)Sin perjuicio de algunos supuestos excepcionales de responsabilidad no contractual a los que alude
Méndez Costa : "Han sido comprendidos (...) las costas y los honorarios en juicios en que se han ejercido
acciones conservatorias de bienes gananciales, en juicios relativos al cobro de deudas comunes, en
procesos por interdicción o inhabilitación del cónyuge (...) Con ello se reconoce una justa primacía a la
finalidad del gasto sobre la interpretación estrecha de la palabra 'contraída'" (MÉNDEZ COSTA, María J. -
D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., ps. 129/30).
(15)BELLUSCIO, Augusto C. (dir.), Código..., cit., p. 160.
(16)Así denominadas en el art. 490 del CCiv. Zannoni aludía a ellas como deudas propias (ZANNONI,
Eduardo A., Derecho de familia, t. I, 2ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1989, p. 494).
(17)Méndez Costa señala que "son deudas comunes en el aspecto interno a cubrirse definitivamente con
bienes gananciales" (MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., t. 2, p. 234).
(18)Arts. 468 y 491, CCiv.
(19)Obligaciones personales, art. 490.
(20)El Código de Vélez establecía las cargas en los cinco incisos del art. 1275: el inciso tercero aludía a
"todas las deudas y obligaciones contraídas durante el matrimonio por el marido y las que contrajere la mujer
en los casos en que puede legalmente obligarse".
(21)Inc. e) del art. 490, CCiv.
(22)Vigente el régimen anterior, se criticaba la redacción del inc. 3º del art. 1275, en tanto aludía a las
obligaciones contraídas durante el matrimonio. Sin embargo, y aun cuando el código de Vélez no
contemplara la modificación del régimen patrimonial en forma convencional, esta redacción no contemplaba
los supuestos de subsistencia del matrimonio extinguida la sociedad conyugal por sentencia de separación
personal, o bien proceso autónomo de separación de bienes por abandono de hecho de la convivencia,
concurso, mala administración, etcétera.
(23)Alimentos a los hijos menores de edad, cap. 7 del tít. VII: Responsabilidad parental del nuevo Código
Civil.
(24)Alimentos al hijo afín
(25)Sea el vínculo filial natural, adoptivo o en virtud de técnicas de reproducción humana asistida conforme
arts. 529 y ss. del CCiv.
(26)Conf. art. 672, CCiv., "se denomina progenitor afín al cónyuge o conviviente que vive con quien tiene a
su cargo el cuidado personal del niño o adolescente".
(27)Tal el supuesto del art. 676 del CCiv. que prescribe que, si bien el deber alimentario del cónyuge afín
cesa en los casos de disolución del vínculo matrimonial, puede fijarse una cuota asistencial de carácter
transitorio si el cambio de situación pudiere ocasionar al niño/adolescente un grave daño.
(28)"...La manutención de la familia y de los hijos comunes; y también de los hijos legítimos de uno de los
cónyuges; los alimentos que uno de los cónyuges está obligado a dar a sus ascendientes...".
(29)Art. 432, CCiv.: "...con posterioridad al divorcio, la prestación alimentaria sólo se debe en los supuestos
previstos en este Código, o por convención de las partes". De tal manera, los alimentos debidos a nietos o
colaterales quedaban fuera del concepto de carga, circunstancia que modifica el nuevo código, al incluir a
las obligaciones alimentarias en forma genérica.
(30)BELLUSCIO, Augusto C. (dir.), Código..., cit., p. 156 y ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, cit., t. 1, p.
490.
(31)PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, cit., p. 779. Ejemplifica el autor con la compra de mobiliario de
una oficina, o del instrumental para la instalación de un laboratorio.
(32)Refiere Cafferata que el significado que cabe atribuir al vocablo colocación en relación a los hijos es
buscarles un empleo o destino en la vida (CAFFERATA, José I., Derecho de familia, t. 1, Editorial Mediterránea,
Córdoba, 2005, p. 184).
(33)ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, cit., t. 1, p. 156.
(34)Inc. 5º del art. 1275 del Código de Vélez Sarsfield: "lo perdido por hechos fortuitos, como lotería, juego,
apuestas, etcétera".
(35)Código Civil y leyes complementarias comentado, anotado y concordado, dirigido por Augusto C.
Belluscio, autor de los comentarios al artículo citado, p. 156.
(36)MÉNDEZ COSTA, María J. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., p. 237.
(37)Inc. a) del art. 464.
(38)Inc. b) del art. 464. El mismo inciso alude a la recompensa debida a la comunidad por los cargos
soportados por ésta.
(39)ZANNONI, Eduardo A., Derecho de familia, cit., t. 1, p. 491.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/16
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/16
CAPÍTULO XI - EXTINCIÓN DE LA COMUNIDAD(1). POR ANA M. CHECHILE
lugar a varias posturas doctrinarias debido a la compatibilización que se intentaba hacer de los
arts. 1307 a 1311 del CCiv. y la posterior ley 14.394, que no modificó ni derogó los
primeramente mencionados. Veamos —sintéticamente— el debate que se había suscitado.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3. Borda, por su parte, juzgaba que no subsistía el derecho de opción que confería el art.
1307 del CCiv., debido a que según la ley 14.394 "la declaración de muerte presunta convierte a
los herederos en propietarios (...) y no se explicaría que los dueños pudieran ser privados del
derecho a administrar sus propios bienes por un acto de voluntad unilateral del cónyuge
supérstite (...) Dictada la sentencia de fallecimiento presunto, cualquiera de los herederos y
desde luego el propio cónyuge, puede pedir la liquidación de la sociedad"(10).
4. Finalmente, hubo un sector de juristas que razonaba que la sociedad conyugal se disolvía
al día del fallecimiento presunto(11).
La última postura fue la receptada por el nuevo plexo normativo, no sólo en el inc. 1º del art.
475, sino expresamente y al efecto de despejar toda duda en el art. 476, que dispone:
Muerte real y presunta. La comunidad se extingue por muerte de uno de los cónyuges.
En el supuesto de presunción de fallecimiento, los efectos de la extinción se retrotraen al
día presuntivo del fallecimiento.
IV. EL DIVORCIO
Originariamente, el art. 1306 del Código Civil preveía la separación judicial de bienes que
sólo podía ejercer el esposo inocente del divorcio no dirimente, único previsto para esa época.
Es decir, quedaba a su exclusivo arbitrio el provocar o no la disolución de la sociedad conyugal.
Con las modificaciones introducidas por la ley 17.711, la sentencia de divorcio empezó a
producir la disolución de pleno derecho de la sociedad conyugal, con efecto al día de la
notificación de la demanda quedando a salvo los derechos de los terceros de buena fe.
El art. 1306, con la redacción dada por la ley 23.515, definió la disolución de pleno derecho
de la sociedad conyugal, tanto si lo peticionado fue la separación personal como el divorcio
vincular. El precepto referido, en su primer párrafo, disponía: "La sentencia de separación
personal o de divorcio vincular produce la disolución de la sociedad conyugal con efecto al día
de la notificación de la demanda o de la presentación conjunta de los cónyuges, quedando a
salvo los derechos de los terceros de buena fe".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
De todas maneras, las causales no operaban igual, pues mientras el divorcio extinguía todo
régimen patrimonial matrimonial, la separación personal disolvía la sociedad conyugal pasando
a regir entre los cónyuges el régimen de separación de bienes y la posibilidad de reconstituir la
sociedad conyugal si los consortes se reconciliaban (arts. 234 y 1304, CCiv. derogado).
El art. 475 prevé que la comunidad se disuelve con el divorcio, que pone fin al vínculo
matrimonial y, en consecuencia, a todo régimen que de él derive. Como ya se ha desarrollado,
la posibilidad de solicitar la separación personal ha sido suprimida.
La extinción de la comunidad se produce "con efecto retroactivo al día de la notificación de la
demanda o de la petición conjunta de los cónyuges" (art. 480, CCyCN). Al igual que en el
supuesto de anulación, si con anterioridad al divorcio medió entre los consortes una separación
de hecho, los efectos de la sentencia se retrotraen al día de esa separación.
El juez puede modificar la extensión del efecto retroactivo fundándose en la existencia
de fraude o abuso del derecho [art. 480, CCyCN].
Como puede observarse, se ha simplificado notoriamente la incidencia que tenía la
separación de hecho en la liquidación de la sociedad conyugal, tema que había sido abordado
en el art. 1306 del CCiv., reformado por la ley 17.711, y que había agregado al mencionado
dispositivo legal un párrafo que decía: "Producida la separación de hecho de los cónyuges, el
que fuere culpable de ella no tiene derecho a participar en los bienes gananciales que con
posterioridad a la separación aumentaron el patrimonio del no culpable".
Antes de la citada reforma, se había generado una serie de planteos que habían llevado a
construir tanto por parte de la doctrina como de la jurisprudencia, numerosas posturas, hoy
superadas(13), de la cuales una de ellas fue receptada por la ley 17.711 que incorporó la
solución supra descripta y otra fue acogida por la ley 23.515 que introdujo como causal de
separación judicial de bienes al abandono de hecho (art. 1294, CCiv. derogado).
No obstante, la problemática quedó lejos de conformar las inquietudes e injusticias que tal
situación generaba. Desde otro ángulo, el art. 1306 de la anterior normativa comenzó a plantear
nuevos interrogantes a partir de la introducción por la ley 23.515 de causales de separación
personal y divorcio vincular objetivas, que no se traducían en una sentencia de calificación de
conductas y tornaban dudosa la aplicación del art. 1306 a estos supuestos, creando nuevas
hipótesis(14)y consecuentemente, nuevas sentencias(15).
La nueva legislación soluciona esta problemática de manera mucho más sencilla, ya no es un
tema a analizar en el marco de la liquidación de la sociedad conyugal, sino que directamente los
efectos de la sentencia de disolución de la comunidad se retrotraen al día de la interrupción de
la vida en común, con la alternativa de no aplicar tal posibilidad de haber mediado fraude o
abuso de derecho (art. 480, párr. 3º, CCyCN).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
La mala administración puede acreditarse por todos los medios de prueba, incluso la
confesión, habiéndose superado la limitación de que esta última debía acompañarse por otras
pruebas que convencieran al juez de que no había entre los esposos colusión para abandonar
el régimen imperativo(23). Hoy esta precisión se tornaría infundada pues, de desearlo los
esposos, podrían mutar su régimen de comunidad por el de separación de bienes.
La finalidad de esta regulación es que pueda ejercitar la acción el consorte afectado por la
gestión inepta del otro, que puede perjudicar el derecho en expectativa que tiene de participar
sobre los bienes gananciales a la disolución de la sociedad conyugal(24).
1.3. Para que se configure la mala administración, ¿debe ésta recaer sobre bienes
gananciales?
En general, la doctrina ha sido conteste, en que si bien la norma alude a perder el eventual
derecho sobre los bienes gananciales, no es necesario que la administración negligente lo sea
sobre estos bienes ya que una mala gestión sobre los propios también puede llevar a asumir
deudas que pongan en peligro a los bienes gananciales(25).
Esta solución, desarrollada en la hipótesis que regulaba el derogado art. 1294 del CCiv., es
aplicable en la actualidad dada la similitud de redacción.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Una de las preguntas que se formulaban con relación al art. 1294, modificado por la ley
23.515, era si cuando el precepto aludía a "concurso", se refería sólo a la quiebra o si
comprendía también al concurso preventivo.
La mayoría de los autores incluían indistintamente ambos supuestos(29), argumentando que
la letra de la ley no autorizaba a excluir al concurso preventivo.
Empero, había juristas que consideraban dudoso que el precepto comprendiera esta última
posibilidad(30).
2.2. El significado de la frase "peligro de perder su eventual derecho sobre los bienes
gananciales" en la legislación derogada
Si se compara el texto del Código de Vélez Sársfield con el art. 1294, reformado por la ley
23.515, se observa la gran diferencia que existía entre ambos. En el precepto originario se
hablaba del peligro para la mujer de perder sus bienes propios que administraba el marido, en el
posterior se alude al "peligro de perder su eventual derecho sobre los bienes gananciales"(31).
Ahora bien, no se sabe a ciencia cierta qué quiso decir el legislador de la ley 23.515 con la
última frase citada. Se ha dicho que "el peligro de pérdida del eventual derecho sobre los bienes
gananciales se establece como requisito común al concurso y a la mala administración, lo que
ha ocasionado el desconcierto o la perplejidad de la doctrina. En efecto, si normalmente en el
concurso de un cónyuge sus gananciales son absorbidos por sus acreedores, el eventual
derecho del no concursado ya está perdido. Lo lógico, pues, de mantenerse la causal, habría
sido la redacción que siguiese el ordenamiento de la originaria: mala administración del otro
cónyuge que acarree al demandante el peligro de perder su eventual derecho sobre los bienes
gananciales, o concurso de aquél"(32).
Alguna doctrina entendía que dicha expresión se refería sólo al supuesto de mala
administración(33).
Kemelmajer señalaba que "la mala administración que permite la disolución exige estar
acompañada de una circunstancia calificante, cual es el peligro de perder el eventual derecho
sobre los gananciales. El concurso, en cambio, presume esa pérdida eventual. En consecuencia
(...) pese al modo como la ley está redactada, el cónyuge in bonis que solicita la disolución sólo
debe probar la apertura del concurso o la declaración de la quiebra"(34).
Al respecto, la jurisprudencia ha sostenido que resulta "(...) poco comprensible la mención del
artículo citado al peligro de perder su eventual derecho sobre los bienes gananciales (a conjurar
el cual propendería la separación de bienes permitida allí), si el cónyuge in bonis sólo podrá
dividir el saldo resultante después de atendidas las deudas del quebrado. En todo caso, ello es
un reproche para el legislador. Porque la protección fue muy tímida, o porque habiéndola
querido más intensa olvidó reglar las consecuencias concretas de la separación de bienes
postfalencial"(35).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
analizando es necesaria una declaración judicial, ergo, no se requiere ningún otro tipo de
prueba(36).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
4. La designación de curador de uno de los cónyuges a un tercero por incapacidad o excusa del
otro. Antecedentes
Esta causal estaba prevista en el art. 1290 del Código Civil, que si bien aludía sólo a la mujer,
luego se entendió que era aplicable a ambos cónyuges(57), y luego de la sanción de la ley
26.618, independientemente de la orientación sexual (art. 42). Tenía lugar cuando uno de ellos
era declarado interdicto y el otro no deseaba asumir el cargo de curador y, en consecuencia, se
designaba a un tercero.
En los orígenes de la aplicación de la causal, el fundamento residía en la unidad de
administración de los bienes que tenía el marido. Si éste era declarado interdicto y su mujer
aceptaba desempeñar el cargo de curadora, a ella pasaba la administración de todos los
bienes, mas si ella se negaba a esta administración en forma unitaria, se le transfería al tercero
a quien se le discernía la función de curador. De ahí que si la esposa no deseaba que sus
bienes fuesen administrados por el tercero, podía solicitar la separación judicial de bienes.
Como es sabido, luego de la sanción de la ley 17.711, la gestión de los bienes pasó a ser
separada y por ello la interdicción de uno de los consortes no alteraba la administración de los
bienes del sano. En todo caso, si era designado curador tenía, además, la administración de los
bienes del afectado en su salud mental, pero no se formaba una unidad de gestión, y se le
aplicaban a ésta los dispositivos legales de la curatela(58).
En líneas generales, aun luego de la sanción de la ley 17.711, la mayoría de la doctrina
consideró a esta causal vigente(59). Siguiendo, entonces, a este grupo de juristas el nuevo
Código mantiene la causal, disponiendo en el art. 477 que:
(...) la separación judicial de bienes puede ser solicitada por uno de los cónyuges: si por
incapacidad o excusa de uno de los cónyuges, se designa curador del otro a un tercero
[inc. d)].
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
ARIANNA, Carlos A., "Bienes gananciales en el proceso concursal de uno de los cónyuges", RDyC
2008-I-245.
ARIANNA, Carlos A., "Disolución de la sociedad conyugal", en LAGOMARSINO, Carlos A. R. - SALERNO,
Marcelo U. - URIARTE, Jorge A. (coord.), Enciclopedia de derecho de familia, t. I, Universidad,
Buenos Aires, 1992.
— "Separación de hecho. Divorcio sin atribución de culpas y ganancialidad", LL 1996-C-1283.
ARIANNA, Carlos A. - ARECHAGA, Patricia V., "El abandono como causal de separación de bienes
(Una propuesta de lege ferenda)", LL 1990-A-887.
AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes en el matrimonio, Hammurabi, Buenos Aires, 2002.
— "La separación de hecho y su incidencia en la liquidación de la sociedad conyugal", JA
2000-I-567.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009.
— "La separación de bienes sin separación de cuerpos", RDF 4-1990-67.
— "La separación de bienes sin separación de cuerpos. Segunda parte. Separación judicial de
bienes por concurso", RDF 19-2001-9.
BÍSCARO, Beatriz R., "La liquidación de la sociedad conyugal cuando la separación personal y el
divorcio se fundan en la separación de hecho de los cónyuges", JA 2000-I-563.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 9a ed., Perrot, Buenos Aires, 1993.
CAPPARELLI, Julio C., "La acción de separación de bienes del matrimonio en las XII Jornadas
Nacionales de Derecho Civil", Revista del Notariado, nro. 817, Buenos Aires, abril-mayo-junio-
1989, p. 327.
— "La mutación del régimen patrimonial en el art. 1294 del Código Civil", LL 1988-B-909.
CHECHILE, Ana M., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil argentino,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
— "Disolución y liquidación de la sociedad conyugal entre cónyuges separados de hecho", JA
1997-II-753.
— "La extinción de la comunidad de ganancias. Análisis en el sistema vigente y del Proyecto
de Código Civil y Comercial de la Nación", en GRAHAM, Marisa - HERRERA, Marisa (dirs.),
Derechos de las familias, infancia y adolescencia. Una mirada crítica contemporánea,
Infojus, Buenos Aires, 2014, ps. 245/274.
— "La separación de hecho y el régimen de bienes en el matrimonio. Un viejo tema que
continúa mostrando las contradicciones de la legislación vigente", RDPyC, 2008-1-55,
Rubinzal-Culzoni.
CHECHILE, Ana M. - RODRÍGUEZ, Analía S., "El concurso de uno de los cónyuges como causal para
solicitar la separación judicial de bienes", JA 1998-III-893.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
DUTTO, Ricardo J., "La separación judicial de bienes por concurso del cónyuge", JA 1991-IV-48.
FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, t. II, Astrea, Buenos Aires, 1978.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel M., "Incidencia de la separación de hecho en la liquidación de la
sociedad conyugal", LL 1997-C-284.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel M. - ROVEDA, Eduardo G., Régimen de bienes del matrimonio, La Ley,
Buenos Aires, 2001.
GOWLAND, Alberto J., "Sociedad conyugal: Calificación de los bienes adquiridos desde la
separación de hecho hasta la sentencia en las causales objetivas de los arts. 204 y 214, inc.
2º del Código Civil", ED 185-374.
GUASTAVINO, Elías P., "Los gananciales del fallido y el enigma del art. 1294 del Código Civil", ED
160-71.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Primeras aproximaciones al tema insolvencia y régimen de bienes
en el matrimonio, Academia Nacional de Derecho, 2001, p. 385.
LOYARTE, Dolores - ROTONDA, Adriana E., "La separación de hecho y la necesidad del asentimiento
conyugal", LL 1994-D-227.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2006.
— "El concurso como causa de la separación de bienes", ED 131-237.
MÉNDEZ COSTA, María J., "La mala administración y el concurso o quiebra de un cónyuge como
causales de disolución de la sociedad conyugal", Revista del Notariado, nro. 744, nov.-dic.
1975, p. 1911.
MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER, Francisco A. M. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008.
MIZRAHI, Mauricio L., "El divorcio por separación de hecho y la cuestión de los bienes", LL 1996-
A-1380.
Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el Código de Comercio,
redactado por la comisión designada por decreto 685/95 y firmada por Alegria, Héctor; Alterini,
Atilio A.; Alterini, Jorge H.; Méndez Costa, María J.; Rivera, Julio C.; Roitman, Horacio,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999.
Reformas al Código Civil. Proyecto y notas de la comisión designada por decreto 468/92,
integrada por Belluscio, Augusto C.; Bergel, Salvador D.; Kemelmajer de Carlucci, Aída; Le
Pera, Sergio; Rivera, Julio C.; Videla Escalada, Federico N.; y Zannoni, Eduardo A., Astrea,
Buenos Aires, 1993.
ROVEDA, Eduardo G., "El concurso o la quiebra como causal de separación judicial de bienes (art.
1294, CCiv.)", RDF 2008-I-73.
SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio, t. II, La Ley, Buenos Aires, 2007.
— "Sobre la participación de los esposos en los bienes gananciales adquiridos por el otro
después de la separación de hecho", ED 191-567.
SCHERMAN, Ida A., "La separación de hecho y la liquidación de la sociedad conyugal", Derecho de
Familia. Revista interdisciplinaria de doctrina y jurisprudencia, nro. 16, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 2000, p. 198.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed., Astrea, Buenos Aires, 2006.
— "El divorcio —o la separación personal— en razón de la separación de hecho preexistente
de los cónyuges y la liquidación de la sociedad conyugal", RDPyC 1996-12-273, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe.
(1)Este capítulo se ha redactado sobre la base del artículo de mi autoría, "La extinción de la
comunidad de ganancias. Análisis en el sistema vigente y del Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación", publicado en GRAHAM, Marisa - HERRERA, Marisa (dirs.), Derechos de las
familias, infancia y adolescencia. Una mirada crítica contemporánea, Infojus, Buenos Aires,
2014, ps. 245/274.
(2)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed., Astrea, Buenos Aires,
2006, p. 695.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(3)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires,
2009, p. 377.
(4)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 707.
(5)Admitía la posibilidad de aplicar el art. 1306, párr. 3º del CCiv. derogado, ZANNONI, Eduardo
A., Derecho civil..., cit., p. 707.
(6)Ver BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 378.
(7)Ver autores citados por BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 378.
(8)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Régimen de bienes del matrimonio, La
Ley, Buenos Aires, 2001, p. 148; AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes en el matrimonio,
Hammurabi, Buenos Aires, 2002, p. 207; FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad
conyugal, t. II, Astrea, Buenos Aires, 1978, p. 394.
(9)AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 207.
(10)BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 9a ed., Perrot, Buenos Aires,
1993, p. 351.
(11)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2006,
p. 377; ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 606/607; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de
bienes en el matrimonio, t. II, La Ley, Buenos Aires, 2007, p. 120.
(12)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 380.
(13)Las distintas posturas han sido desarrolladas en CHECHILE, Ana M., La separación de hecho
entre cónyuges en el derecho civil argentino, LexisNexis, Buenos Aires, 2006, ps. 181 y ss.
(14)CHECHILE, Ana M., La separación..., cit., ps. 200 y ss. ZANNONI, Eduardo A., "El divorcio -o la
separación personal- en razón de la separación de hecho preexistente de los cónyuges y la
liquidación de la sociedad conyugal", RDPyC 1996-12-273, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe; BÍSCARO,
Beatriz R., "La liquidación de la sociedad conyugal cuando la separación personal y el divorcio
se fundan en la separación de hecho de los cónyuges", JA 2000-I-563; AZPIRI, Jorge O., "La
separación de hecho y su incidencia en la liquidación de la sociedad conyugal", JA 2000-I-567;
GOWLAND, Alberto J., "Sociedad conyugal: Calificación de los bienes adquiridos desde la
separación de hecho hasta la sentencia en las causales objetivas de los arts. 204 y 214, inc. 2º
del Código Civil", ED 185-374; SCHERMAN, Ida A., "La separación de hecho y la liquidación de la
sociedad conyugal", RDF, nro. 16, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2000, p. 198; FLEITAS ORTIZ DE
ROZAS, Abel M., "Incidencia de la separación de he cho en la liquidación de la sociedad
conyugal", LL 1997-C-284; ARIANNA, Carlos A., "Separación de hecho. Divorcio sin atribución de
culpas y ganancialidad", LL 1996-C-1283; MIZRAHI, Mauricio L., "El divorcio por separación de
hecho y la cuestión de los bienes", LL 1996-A-1380; FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA,
Eduardo G., Régimen..., cit., p. 205; SAMBRIZZI, Eduardo A., "Sobre la participación de los
esposos en los bienes gananciales adquiridos por el otro después de la separación de hecho",
ED 191-567 (CHECHILE, Ana M., La separación..., cit., ps. 200 y ss.); íd., "La separación de hecho
y el régimen de bienes en el matrimonio. Un viejo tema que continúa mostrando las
contradicciones de la legislación vigente", RDPyC 2008-1-55, Rubinzal-Culzoni.
(15)C. Nac. Civ., en pleno, 29/9/1999, JA 2000-I-557; ED 185-374; LL 1999-F-3; RDF, nro. 16,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2000, p. 187; Sup. Corte Bs. As., 13/4/2005, LN BA 2006-1123.
(16)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 695.
(17)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 380.
(18)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 698/699.
(19)Ver un exhaustivo desarrollo en BELLUSCIO, Augusto C., "La separación de bienes sin
separación de cuerpos", RDF 4-1990-67.
(20)Conf. ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 698/699.
(21)C. Nac. Civ., sala B, 13/8/1987, "C. de V., R. E. v. V., J.", LL 1988-D-493.
(22)AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p. 202; MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 391.
(23)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 700. En las XII Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, se llegó por unanimidad a la siguiente conclusión: "La mala administración puede
probarse por todos los medios, incluso la confesión. Es suficiente el allanamiento, siempre que
el juez advierta que la acción no es un mero instrumento para alterar el régimen de la sociedad
conyugal, que en nuestro derecho tiene carácter forzoso", cit. por ZANNONI, Eduardo A., Derecho
civil..., cit., p. 700. MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 391. En contra BELLUSCIO, Augusto C.,
Manual..., cit., p. 383, aclaraba este autor que "parecería que el allanamiento y la confesión no
pudiesen ser admitidos sin prueba corroborante, pues lo contrario podría constituir un medio
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
para disolver de común acuerdo la sociedad conyugal, alteración convencional del régimen
matrimonial que no admite la ley vigente".
(24)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 698/699; MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p.
390.
(25)BELLUSCIO, Augusto C., "La separación...", cit., p. 79; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit.,
p. 383; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen..., cit., p. 86.
(26)Este título fue realizado sobre la base del artículo publicado junto con RODRÍGUEZ, Analía S.,
"El concurso de uno de los cónyuges como causal para solicitar la separación judicial de
bienes", JA 1998-III-893, el que ha sido ampliado y actualizado.
(27)ARIANNA, Carlos A., "Disolución de la sociedad conyugal", en LAGOMARSINO, Carlos A. R. -
SALERNO, Marcelo U. - URIARTE, Jorge A. (coord.), Enciclopedia de derecho de familia, t. I,
Universidad, Buenos Aires, 1992, p. 903.
(28)ARIANNA, Carlos A., "Disolución...", cit.; MÉNDEZ COSTA, María J., "La mala administración y el
concurso o quiebra de un cónyuge como causales de disolución de la sociedad conyugal",
Revista del Notariado, nro. 744, nov.-dic. 1975, p. 1911.
(29)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 701/702; AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., p.
201; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen..., cit., p. 68; ROVEDA, Eduardo G., "El concurso o la quiebra
como causal de separación judicial de bienes (art. 1294, CCiv.)", RDF 2008-I-73. En
jurisprudencia: C. Civ. y Com. Azul, sala 2ª, 5/7/2007, "A., M. E. v. B., O. R.", RDF 2008-I-63. Se
dijo en este sentido: "Por ende, el planteo de separación de bienes por parte de la cónyuge in
bonis, deducido y resuelto en la etapa concursal preventiva, aparece en el tiempo dentro de la
facultad otorgada por la citada norma". Del dictamen del fiscal de Cámara en autos "Coelho,
Elbio Eduardo s/quiebra", C. Nac. Com., sala E, 16/3/1993, ED 153-468.
(30)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 383.
(31)MAZZINGHI, Jorge A., "El concurso como causa de la separación de bienes", ED 131-237.
(32)BELLUSCIO, Augusto C., "La separación...", cit.
(33)GUASTAVINO, Elías P., "Los gananciales del fallido y el enigma del art. 1294 del Código Civil",
ED 160-71; ARIANNA, Carlos A., "Bienes gananciales en el proceso concursal de uno de los
cónyuges", RDyC 2008-I-245.
(34)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Primeras aproximaciones al tema insolvencia y régimen de
bienes en el matrimonio, Academia Nacional de Derecho, 2001, p. 385.
(35)C. Civ. y Com. Rosario, sala 1ª, 5/3/1993, ED 153-463.
(36)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen..., cit., p. 69.
(37)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., p. 392; BELLUSCIO, Augusto C., "La separación...", cit., p.
12; íd., Manual..., cit., p. 383; CAPPARELLI, Julio C., "La mutación del régimen patrimonial
matrimonial en el art. 1294 del Código Civil ", LL 1988-B-914; ARIANNA, Carlos A., "Bienes
gananciales...", cit., p. 257.
(38)El art. 82 dice: "A falta de capitulaciones matrimoniales o cuando éstas sean ineficaces, el
régimen económico será el de participación en las ganancias".
(39)Arts. 42 y 44, Código de Familia de El Salvador; arts. 1315, 1317, 1325, 1326 del CCiv.
español; arts. 81, 86, 87 del Código de Familia de Panamá.
(40)C. Civ. Com. y Lab. Venado Tuerto, 6/11/1990, JA 1991-IV-44; C. Civ. y Com. Rosario, sala
1ª, 5/3/1993, "Vicentini de Balcala, Elsa Catalina v. Balcala, Gabriel D. s/concurso preventivo -
hoy quiebra s/separación de bienes", ED 153-463; C. Nac. Com., sala E, 16/3/1993, "Coelho,
Elbio Eduardo s/quiebra", ED 153-468.
(41)C. Civ. y Com. Azul, sala 2ª, 5/7/2007, "A., M. E. v. B., O. R.", RDF 2008-I-63.
(42)Si bien lo expresaron con el sistema que se derogó, es aplicable a la nueva normativa:
MÉNDEZ COSTA, María J., en MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER, Francisco A. M. - D'ANTONIO, Daniel
H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008, p. 267. Con similares
argumentos GUASTAVINO, Elías P., "Los gananciales del fallido y el enigma del art. 1294 del
Código Civil", ED 160-71.
(43)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 383; CAPPARELLI, Julio C., "La mutación del régimen
patrimonial en el art. 1294 del Código Civil", LL 1988-B-909; ARIANNA, Carlos A., "Bienes
gananciales...", cit., ps. 257/258.
(44)Reformas al Código Civil. Proyecto y notas de la comisión designada por decreto 468/92,
integrada por Belluscio, Augusto C.; Bergel, Salvador D.; Kemelmajer de Carlucci, Aída; Le
Pera, Sergio; Rivera, Julio C.; Videla Escalada, Federico N.; Zannoni, Eduardo A., Astrea,
Buenos Aires, 1993, p. 65.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/18
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Civil", LL 1988-B-909 (p. 916); ARIANNA, Carlos A. - ARECHAGA, Patricia V., "El abandono...", cit. En
el supuesto de concurso, Dutto consideraba "razonable la fecha de declaración del concurso
como día en que se produce la disolución de la sociedad conyugal, porque es el dato objetivo
concreto y con fecha cierta que marca la pauta para establecer esta causal" en relación a los
esposos. Empero, con relación a terceros, tal separación les sería oponible desde que se
encuentre firme la respectiva sentencia (DUTTO, Ricardo J., "La separación judicial de bienes por
concurso del cónyuge", JA 1991-IV-48).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 18/18
CAPÍTULO XII - INDIVISIÓN POSTCOMUNITARIA(1) . POR ANA M. CHECHILE
I. INTRODUCCIÓN
Belluscio ha definido a la indivisión poscomunitaria como la "situación en que se halla la
masa de bienes gananciales desde la disolución de la sociedad conyugal hasta la partición"(2).
El Código de Vélez Sarsfield no reguló la posición jurídica de los bienes gananciales en la
etapa en análisis. Sólo el art. 1313 remitía a las normas sobre partición de la herencia cuando la
disolución se producía por la muerte de uno de los esposos. Recuérdese que el codificador no
era partidario de las indivisiones nacidas sin intervención de la voluntad de las partes. Es
ilustrativo, al respecto, lo que Vélez Sarsfield expresara en la nota al art. 3451 "...la comunión en
las cosas es una situación accidental y pasajera que la ley en manera alguna fomenta...".
Mas, al contrario de lo previsto, estas indivisiones, que debieran ser transitorias, muchas
veces se prolongan indefinidamente.
Al decir de Guastavino, promueve tal situación el hecho de la no obligatoriedad de la
liquidación. Observaba el citado jurista que "en muchas ocasiones la prolongación de la
indivisión responde a motivos dignos de respeto. Pero cuando la indivisión proviene de causales
disolutorias que destruyen tales consideraciones (divorcio, etc.) sería conveniente que la ley
consagrara el deber de liquidar la sociedad conyugal disuelta, con lo que obviaría las frecuentes
cuestiones tribunalicias que se producen después de un tiempo de la disolución"(3).
Por otro lado, el derecho español presenta una problemática similar —a la que se tenía en la
Argentina— cuando entre los cónyuges rige el régimen económico de comunidad de ganancias
(arts. 1315/1316 CCiv. español) lo que hace decir a Rivera Fernández que "la creencia del
legislador de que la liquidación va a producirse de forma inmediata hace que sea materia
olvidada en el Código Civil. Sin embargo, la práctica es bien diferente, ya que los bienes, otrora
gananciales, pueden permanecer en estado de indivisión durante largo tiempo, abriéndose un
período confuso, sobre todo en cuanto a administración se refiere"(4).
El nuevo Código ha superado estos obstáculos regulando expresamente una sección
denominada "Indivisión postcomunitaria" (Libro segundo, título segundo, capítulo segundo,
sección 6º).
A modo de síntesis, se reproducirán —por su claridad— los fundamentos elaborados en
ocasión de redactar lo que fuera el Anteproyecto de Código Civil y Comercial, a saber: "Se
regula la indivisión postcomunitaria. Los cónyuges pueden acordar las reglas de administración
y disposición de los bienes indivisos. Se prevé expresamente el deber de informar un cónyuge
al otro la intención de otorgar actos que excedan la administración ordinaria con antelación
razonable, pudiendo el otro cónyuge oponerse judicialmente. Se establecen ciertas reglas
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
relativas al uso y goce de los bienes indivisos, a los frutos y rentas, a la rendición de cuentas y a
la compensación a la masa por el uso y goce exclusivo por parte de uno de los cónyuges desde
que se le solicitó. Se contempla que durante la indivisión postcomunitaria se aplican las normas
de la responsabilidad solidaria y se reconoce a los terceros acreedores el derecho a subrogarse
en los derechos del cónyuge deudor para solicitar la partición de la masa común".
II. ADMINISTRACIÓN
1. Antecedentes
Como se ha anticipado, el Código derogado no regulaba qué normas debían regir la
indivisión poscomunitaria, ergo, se generaban distintas controversias con relación a quién
administraba y cómo se resolvía el pasivo. En cuanto al primer tópico se esbozaron tres
posturas, a saber:
I. Un sector de la doctrina(5)entendía que la administración, en esta etapa, debía ser ejercida
conjuntamente por los esposos, ya sea por la aplicación de las reglas del condominio, ya por la
remisión que hacía el art. 1313 a las normas del Libro IV referente a la división de las herencias,
por lo cual se empleaba analógicamente a la administración de los bienes lo dispuesto en el art.
3451 del Código Civil respecto de la indivisión hereditaria. Es por ello que, en este último caso,
ni los consortes ni sus sucesores universales gozaban de la facultad para administrar los bienes
que se encontraban sujetos al estado de indivisión, las decisiones y actos de la mayoría no
obligaban a quienes no habían prestado su consentimiento y en caso de imposibilidad de
acuerdo era el juez el encargado de dirimir las diferencias surgidas como consecuencia de la
administración(6).
Ésta fue la solución adoptada por la mayoría en las VII Jornadas Nacionales de Derecho Civil
celebradas en Buenos Aires en 1979, con una excepción respecto a la administración conjunta
relativa a los establecimientos comerciales, industriales o agropecuarios de uno de los esposos,
otorgando en estos supuestos la administración a aquel de los consortes que la haya ejercido
exclusivamente en virtud de su titularidad única y de su mayor idoneidad(7).
Fue también la teoría aprobada en la XVII Jornada Notarial Argentina celebrada en Salta en
1980.
Zannoni criticaba esta alternativa preguntándose qué sentido tenían las medidas precautorias
reguladas por los arts. 233 y 1295 del CCiv. derogado y las decisiones judiciales que las
concedían, si los actos debían celebrarse por ambos esposos y el que realizara uno de ellos sin
el consentimiento del otro carecía de validez(8).
Además, adunaba el citado jurista que tanto la doctrina de los jueces como de los autores
coincidía en que cada cónyuge debía rendir cuentas al otro por los actos de administración
celebrados luego de disuelta la sociedad conyugal. Mas tal rendición carecería de sentido si los
actos para ser considerados válidos debían celebrarse por los dos cónyuges. A partir de ello,
deducía que la exigencia de la rendición de cuentas demostraba que los esposos podían actuar
solos(9).
En la jurisprudencia se afirmó, en la línea argumental de esta tesitura: "Durante la indivisión
postcomunitaria, la administración de los bienes gananciales queda regida por lo dispuesto en el
art. 3451 CC., referente a la indivisión hereditaria pero analógicamente aplicable a aquélla.
Ninguno de los cónyuges tiene poder de administrar los bienes indivisos, las decisiones y actos
de la mayoría —imposible de formar, por otra parte, cuando la causa de la disolución es el
divorcio, pues entonces cada uno de los esposos es dueño de la mitad del haber indiviso (art.
1315 CC.)— no obligan a quienes no han prestado su consentimiento, y es el juez quien debe
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
decidir las diferencias entre los copartícipes sobre la administración. Por consiguiente, disuelta
la sociedad conyugal por divorcio, cada uno de los cónyuges pierde la administración de sus
bienes gananciales, los que deben ser administrados de común acuerdo por ambos, y en
defecto de acuerdo por un administrador designado judicialmente"(10).
II. Fassi y Bossert sostenían que la administración estaba a cargo del cónyuge que hasta ese
entonces era el titular de la gestión y ambos debían rendir cuentas(11). Era también la postura
asumida por Sambrizzi(12).
En este contexto, la sala F de la C. Nac. Civ., expresó que "Disuelta la sociedad conyugal, la
administración de la masa ganancial continúa en manos del mismo cónyuge administrador a los
efectos de la liquidación postcomunitaria, aun cuando ésta se superponga con la indivisión
hereditaria que nace por la muerte del otro cónyuge"(13).
III. Zannoni, por su parte, distinguía según cuál había sido la causal por la cual se había
disuelto la sociedad conyugal. Así, en los casos en que la extinción de la comunidad tenía lugar
en vida de los esposos no se modificaba el régimen de gestión separada. En cuanto a los actos
de disposición previstos en el art 1277 del CCiv. (derogado), era necesario el asentimiento del
cónyuge (o excónyuge) no propietario o la venia supletoria del juez sin perjuicio de las medidas
cautelares que cualquiera de los consortes podía solicitar en virtud de los arts. 233 y 1295 del
CCiv. que se sustituye(14).
Distinta era la solución a la que llegaba el mencionado autor cuando la disolución de la
sociedad conyugal acaecía por muerte de uno o ambos esposos y, entonces, la indivisión
poscomunitaria coexistía con la comunidad hereditaria. El régimen de administración era, en
este caso, el impuesto por el art. 3451 del CCiv., por el cual regía el principio del ius prohibendi
y, de surgir controversias que impidieran la gestión conjunta, serían dirimidas por el juez del
sucesorio(15).
2. Sistema actual
En principio, el primer gran avance en este tópico es la regulación expresa de la normativa
aplicable a esta etapa por la que atraviesan los bienes luego de la extinción de la comunidad.
De las tres posturas descriptas en el acápite anterior, el nuevo Código adoptó la tercera. En
este sentido dispone el art. 481 del CCyCN:
Reglas aplicables. Extinguido el régimen por muerte de uno de los cónyuges, o
producido el fallecimiento, mientras subsiste la indivisión postcomunitaria se aplican las
reglas de la indivisión hereditaria.
Si se extingue en vida de ambos cónyuges, la indivisión se rige por los artículos
siguientes de esta Sección.
A continuación, el nuevo orden normativo fija las reglas de administración que se aplican —a
falta de acuerdo— cuando la extinción de la comunidad lo ha sido en vida de los esposos.
Expresa, el art. 482 que:
Si durante la indivisión postcomunitaria los ex cónyuges no acuerdan las reglas de
administración y disposición de los bienes indivisos, subsisten las relativas al régimen de
comunidad, en cuanto no sean modificadas en esta Sección.
Cada uno de los copartícipes tiene la obligación de informar al otro, con antelación
razonable, su intención de otorgar actos que excedan de la administración ordinaria de los
bienes indivisos. El segundo puede formular oposición cuando el acto proyectado vulnera
sus derechos.
Una vez más entra en escena en el nuevo Código la autonomía de la voluntad, pues si la
extinción se produce en vida —único caso en que se puede contar con la voluntad de ambos
esposos— éstos pueden acordar las reglas de administración de los bienes gananciales al que
se someterán durante esta etapa.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Antecedentes
La otra cuestión que suscitaba disidencias tanto doctrinarias como jurisprudenciales estaba
relacionada con el tema del pasivo, puntualmente se debatía si subsistía la limitación de
responsabilidades, con sus excepciones, que regulaban los arts. 5º y 6º de la derogada ley
11.357.
También en este ítem se fundó más de una teoría, a saber:
I. Guaglianone decía que los arts. 5º y 6º de la ley 11.357 fueron pensados para regir durante
la vigencia de la sociedad conyugal. Por lo tanto, su disolución generaba el encogimiento de la
garantía de los acreedores de uno de los esposos, que antes de la extinción se extendía sobre
todos los bienes de éste, mientras que después de ella se limitaba a la mitad, mas, a su vez, se
producía un estiramiento de esa garantía para esos mismos acreedores a la mitad de los bienes
gananciales que administraba el cónyuge no deudor, y recíprocamente(16).
Esta postura fue criticada por Mazzinghi en los siguientes términos: "Concebir una suerte de
juicio universal, como propone Guaglianone, montar todo un mecanismo de privilegios a favor
de los terceros o de los cónyuges, distinguir una infinidad de masas sobre las cuales incidirán
conjuntamente los derechos provenientes de la partición, los créditos contra los copartícipes, los
créditos contra la, así llamada por él, universalidad jurídica, etc., constituye un sistema
complicado que, además, y esto aumenta la complicación, no encuentra sustento legal
adecuado"(17).
II. Mazzinghi consideraba que "sería ilógico que el sistema de separación de deudas que
establece la ley 11.357 se vea transformado en una especie de unificación del pasivo,
precisamente cuando la sociedad conyugal se disuelve". Concluía que con excepción de los
supuestos en que la extinción acaecía por muerte, en los demás casos seguía rigiendo el art. 5º
de la ley 11.357 en el período de indivisión(18).
Sin embargo, el nombrado académico argumentaba que la disolución de la sociedad
conyugal originaba un condominio o copropiedad de ambos esposos sobre cada uno de los
bienes gananciales, lo cual importaba "un cambio en la composición del patrimonio de cada uno
de los cónyuges, consistente en la adquisición de las mitades indivisas sobre todos los bienes
gananciales pertenecientes al otro esposo y el complementario acceso de este último a las
mitades indivisas de los bienes del primero"(19).
Distinguía dos supuestos:
a) que el condominio no hubiera sido inscripto;
b) que sí lo hubiera sido.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
En el primer caso por aplicación del art. 2505, CCiv., el condominio era inoponible a terceros
mientras no se lo inscribiera en el Registro correspondiente.
En el segundo supuesto, salvo que el acreedor hubiere trabado embargo sobre los bienes de
su deudor (uno de los esposos), "la situación del acreedor frente al cónyuge no titular sería la
misma que tendría frente a otro acreedor que ejecutara, antes que él, los bienes del deudor"
(20).
Méndez Costa, por su parte, consideraba que si bien los arts. 5º y 6º de la ley 11.357 eran
aplicables a esta etapa, esto no era impedimento "para que el patrimonio de cada cónyuge se
haya modificado por la disolución, ya que se encuentra formado por sus propios y la mitad
indivisa de los gananciales (...) con respecto a los bienes que caen en condominio o
copropiedad (...) Cada cónyuge responde por sus deudas personales y las comunes que
contrajo, con sus bienes propios y la mitad de los gananciales, y por las deudas comunes que
no contrajo, con los frutos de sus propios y de la mitad de gananciales. El texto de los arts. 5 y
6ley 11.357 queda satisfecho porque puede decirse que esa mitad de gananciales es la que
cada cónyuge 'administra'"(21).
Cabe resaltar que si bien estos dos autores consideraban que seguía vigente el art. 5º de la
ley 11.357 en la etapa de indivisión, no era estrictamente tan así, desde el momento que
pensaban que la composición del patrimonio de cada uno de los consortes había variado, por la
cual cada uno respondía con su patrimonio, mas, éste no estaba formado por los gananciales
que administraba cada esposo durante la comunidad de ganancias, sino con la mitad que les
correspondía por su disolución (con la salvedad de que sólo sería oponible a terceros a
posteriori de la inscripción en los registros pertinentes).
III. Fassi y Bossert estimaban aplicables los preceptos en análisis sin distinguir la causal que
había originado la extinción de la —por entonces denominada— sociedad conyugal. Se
fundaban en que la finalidad de la responsabilidad separada de los esposos era que cada uno
gozara de libertad de contraer deudas, pero si uno de ellos se endeudaba en exceso eran sus
propios acreedores los que debían soportar su torpeza(22).
Por otro lado, fue la solución adoptada por varios fallos. Así, la Corte Suprema de Mendoza
sostuvo: "En principio, la muerte y el concurso no deben producir modificaciones respecto a la
garantía patrimonial que tenían los acreedores cuando el causante vivía (...) Producida la
muerte o la quiebra, el acreedor anterior debe tener frente a sí los mismos bienes que tenía
antes de la existencia del proceso colectivo. Es que el acreedor no contrató con una "sociedad"
sino con una persona casada que le respondía con todos los bienes de su titularidad (propios y
gananciales); la garantía de su crédito debe seguir siendo la misma mientras no exista
publicidad de la real mutación de cada uno de los bienes. El art. 1315 CC. concede al cónyuge
no titular un derecho a los bienes gananciales y no sobre los gananciales consecuentemente, es
necesario, previamente, deducir el pasivo, tal como lo marca el art. 1299 del mismo
ordenamiento. No hay razones para afirmar que estas normas no rigen cuando la comunidad se
disuelve por muerte de uno de los cónyuges"(23).
IV. Zannoni realizaba la misma distinción que en los supuestos de administración, es decir,
consideraba aplicables los arts. 5º y 6º de la ley 11.357 si la disolución acaecía en vida de los
esposos(24). En cambio, si la extinción se producía por muerte, entendía que las deudas del
consorte fallecido debían "satisfacerse con imputación al acervo" y eran "ejecutables sobre la
masa"(25).
Las VII Jornadas Nacionales de Derecho Civil realizadas en el año 1979, se abocaron al
tema redactando la siguiente recomendación: "los arts. 5 y 6ley 11.357 mantienen su vigencia
después de la disolución de la sociedad conyugal, por causa distinta de la muerte de uno de los
cónyuges".
Esta distinción entre la disolución de la sociedad conyugal en vida o por muerte de uno o
ambos cónyuges fue sostenida por la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, que
manifestó: "Cuando la disolución de la sociedad conyugal no se ha producido por muerte de uno
de los cónyuges sino por anterior divorcio, es decir, cuando no se altera la titularidad originaria
respecto de los bienes, la comunidad de derechos que se establece entre los cónyuges a los
efectos de la liquidación, interesa sólo relativamente a ellos, sin ser oponible a terceros (...) Tras
la disolución por divorcio de la sociedad conyugal o separación de bienes, cada masa soporta,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
frente a terceros, su propio pasivo, por la aplicación de los arts. 5 y 6ley 11.357, repartiéndose
luego los esposos por mitades los saldos activos que resulten"(26).
2. El sistema actual
Dispone el art. 486 del CCyCN, con relación al pasivo que:
En las relaciones con terceros acreedores, durante la indivisión postcomunitaria se
aplican las normas de los artículos 461, 462 y 467 sin perjuicio del derecho de éstos de
subrogarse en los derechos de su deudor para solicitar la partición de la masa común.
Como se ha visto, el Código recepta la postura que distingue la causa por la cual se extinguió
la comunidad. Se ha visto también que cuando la disolución se produce por la muerte o la
ausencia con presunción de fallecimiento se aplican las normas de la indivisión hereditaria. En
cambio, para las restantes causales se regula tanto la administración como el pasivo en la
sección 6º (Libro segundo, título segundo, capítulo segundo).
A su vez, el art. 486 reenvía a los arts. 461, 462 y 467 del CCyCN, de lo que se obtiene que
a) En principio la responsabilidad es separada, vale decir que cada esposo responde por las
deudas que contrajo con todos sus bienes propios y gananciales (art. 467, CCyCN).
b) La responsabilidad continúa siendo solidaria por aquellas deudas que se han contraído por
cualquiera de los cónyuges para solventar las necesidades ordinarias del hogar, el
sostenimiento y educación de los hijos comunes y de uno solo de ellos mientras sean menores
de edad, estén afectados con una discapacidad o capacidad restringida y convivan con los
esposos (art. 461).
c) Por los gastos de conservación y reparación de los bienes gananciales responde el
cónyuge que contrajo la deuda con todos sus bienes y el otro sólo con sus bienes gananciales
(art. 467, CCyCN).
Además, el precepto establece expresamente la posibilidad de los acreedores de subrogarse
en los derechos de su deudor y solicitar la partición de la masa de bienes gananciales.
Finalmente, se prevé que:
(...) la disolución del régimen no puede perjudicar los derechos de los acreedores
anteriores sobre la integralidad del patrimonio de su deudor [art. 487, CCyCN].
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
La regla, como todo el eje sobre el que gira el Código Civil y Comercial, es el acuerdo. A falta
del mismo, decide el juez.
Son aplicables aquí todas las conclusiones elaboradas en el sistema anterior, entre otras, "
(...) si el inmueble es ganancial y está probado que uno de los cónyuges lo ocupa
exclusivamente desde la separación de hecho, el otro copartícipe en la indivisión
postcomunitaria tiene derecho a obtener una renta o canon que corresponda a su porción en la
cotitularidad y que constituya una retribución por igual uso del que se ve privado. El ejercicio de
esta facultad no es concesión graciosa del órgano jurisdiccional; el único requisito es el
requerimiento al otro copartícipe ya que mientras no se exteriorice de ese modo, se considera
que la tolerancia en la ocupación exclusiva comporta una tácita admisión del carácter gratuito
(...)"(29).
Asimismo, si por hipótesis, al fijar alimentos se tuvo en cuenta el uso exclusivo del bien
determinándose una cuota menor debido a que la necesidad de vivienda se encontraba
satisfecha, entonces no habrá derecho al canon por el alimentante(30). Se ha dicho que "si
hubiera existido un previo juicio de alimentos donde se tomó en cuenta dicha pauta, ello
obstaría a que el alimentante pueda pretender una compensación por el uso del bien ganancial,
pues éste habría sido incorporado como prestación alimentaria"(31).
Igualmente, puede llegar a estar tramitándose simultáneamente una acción de atribución del
hogar conyugal (arts. 443 y 444, CCyCN) . En estos casos, si bien puede establecerse un
monto a pagar habrá que considerar los ingresos del solicitante, la cantidad de hijos y sus
necesidades, la cuota alimentaria que pasa el excluido del uso, etcétera.
2. Deudas que gravan el inmueble ganancial aprovechado en exclusividad por uno de los
esposos
Para saber quién debe solventar la deudas que gravan el inmueble hay que distinguir si se ha
fijado o no canon locativo y si existen hijos menores o incapaces.
Si el cónyuge que aprovecha con exclusividad el inmueble no abona ningún monto por este
aprovechamiento, deberá pagar las deudas que lo gravan, haya o no hijos menores o
incapaces(35).
Distinto es el supuesto en que el beneficiario exclusivo fue condenado a sufragar una
cantidad por ese uso y habitan en el inmueble hijos menores o incapaces a quienes el esposo
privado de su goce debe alimentos, en cuyo caso los impuestos, servicios y expensas deben
ser asumidos por mitades(36).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
V. FRUTOS Y RENTAS
Respetando el marco que ofrece la nueva legislación de receptar las modificaciones que
durante más de un siglo se fueron proponiendo para mejorar la aplicación y solución de los
conflictos, se regula el ítem correspondiente a la percepción y distribución de los frutos y rentas
que producen los bienes indivisos.
Determina el art. 485 del CCyCN que:
Los frutos y rentas de los bienes indivisos acrecen a la indivisión. El copropietario que
los percibe debe rendición de cuentas, y el que tiene el uso o goce exclusivo de alguno de
los bienes indivisos debe una compensación a la masa desde que el otro la solicita.
Las pautas son claras: atento a que la disolución de la comunidad actualizó el derecho de los
cónyuges a efectivizar el 50% de los bienes gananciales, los frutos y rentas que generan los
bienes indivisos acrecientan a esa masa sujeta a partirse.
Aquel de los esposos que los percibe debe rendir cuentas al otro.
En el supuesto que uno de los cónyuges tuviera el uso y goce exclusivo del bien, debe
compensar a la masa por esta exclusividad de disfrute desde que el otro lo solicite.
BIBLIOGRAFÍA
ARIANNA, Carlos A., "Recompensas y valor locativo", RDF 13-1998-335.
AZPIRI, Jorge O., Régimen de bienes en el matrimonio, Hammurabi, Buenos Aires, 2002.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 9a ed., Perrot, Buenos Aires, 1993.
CHECHILE, Ana M., "Problemas que plantea la indivisión postcomunitaria (Soluciones esgrimidas
por la doctrina y la jurisprudencia)", JA 1998-I-781.
FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, t. II, Astrea, Buenos Aires, 1978.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - PITRAU, Osvaldo F., "La indivisión postcomunitaria en la sociedad
conyugal: problemas e interpretaciones", LL 1987-E-366.
GUAGLIANONE, Aquiles H., Disolución y liquidación de la sociedad conyugal, Ediar, Buenos Aires,
1965.
GUASTAVINO, Elías P., "Los gananciales del fallido y el enigma del art. 1294 del Código Civil", ED
160-71.
— "Sociedades conyugales disueltas y no liquidadas", JA 1957-I-104.
LAROCCA, Ana C., "Responsabilidad por las deudas de un cónyuge después de su fallecimiento",
LL 1997-A-234.
MAZZINGHI, Jorge A., Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2006.
MÉNDEZ COSTA, María J., Las deudas de los cónyuges, Astrea, Buenos Aires, 1979.
MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER, Francisco A. M. - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. II,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008.
RIVERA FERNÁNDEZ, Manuel, La comunidad postganancial, Bosch, Barcelona, 1997.
SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio, t. II, La Ley, Buenos Aires, 2007.
VIDAL TAQUINI, Carlos H., Régimen de bienes en el matrimonio, Astrea, Buenos Aires, 1987.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed., Astrea, Buenos Aires, 2006.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(1)Algunos de los puntos de este capítulo fueron redactados sobre la base del artículo,
"Problemas que plantea la indivisión postcomunitaria (Soluciones esgrimidas por la doctrina y la
jurisprudencia)", JA 1998-I-781.
(2)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 9ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires,
2009, p. 395.
(3)GUASTAVINO, Elías P., "Sociedades conyugales disueltas y no liquidadas", JA 1957-I-104.
(4)Conf. RIVERA FERNÁNDEZ, Manuel, La comunidad postganancial, Bosch, Barcelona, 1997, p.
11.
(5)GUAGLIANONE, Aquiles H., Disolución y liquidación de la sociedad conyugal, Ediar, Buenos
Aires, 1965, ps. 230/231; BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 400; MAZZINGHI, Jorge A.,
Tratado de derecho de familia, t. 2, 4ª ed., La Ley, Buenos Aires, 2006, ps. 419/420, considera
que "producida la disolución de la sociedad conyugal surge, sobre cada uno de los bienes
gananciales, un derecho de condominio del cual son titulares ambos cónyuges o uno de ellos y
los herederos del otro. La administración de tales bienes queda regida, tratándose de cosas, por
las normas propias del condominio, en el primer caso, y por las del régimen sucesorio, en el
segundo"; VIDAL TAQUINI, Carlos H., Régimen de bienes en el matrimonio, Astrea, Buenos Aires,
1987, ps. 404/405; BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 9a ed., Perrot,
Buenos Aires, 1993, p. 400, si bien este último aclara que esta solución lo es para el caso en
que la comunidad se prolongue contra la voluntad de los consortes.
(6)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 400. Agrega este autor que "si alguno de los
cónyuges continúa administrando -sea de hecho, por acuerdo o por designación judicial- ya no
lo hace a título de dueño: carece de facultades para otorgar actos de disposición; y debe rendir
cuentas de los actos de administración realizados", p. 400.
(7)El despacho de la mayoría estableció lo siguiente: "I. La administración de los bienes
gananciales debe realizarse de acuerdo entre los cónyuges. En caso de desacuerdo decidirá la
autoridad judicial. II. Este criterio no se aplica, en principio, a la administración de
establecimientos comerciales, industriales, agrícolas o de cualquier otra especie, cuando ella ha
sido ejercida exclusivamente por uno de los cónyuges en virtud de su titularidad única y de su
mayor idoneidad. ... En cualquier caso, el cónyuge que administre bienes gananciales está
obligado a rendir cuentas al otro de la administración ejercida después de la disolución de la
sociedad conyugal (...) Los actos de disposición de bienes gananciales, con posterioridad a la
disolución de la sociedad conyugal, deberán ser otorgados conjuntamente por ambos
cónyuges". El despacho de la minoría quedó redactado de la siguiente manera: "Producida la
disolución de la sociedad conyugal por divorcio o separación de bienes, cada cónyuge continúa
durante el período de liquidación en la administración de su masa de gananciales, sin perjuicio
de que para los actos de disposición se requiera el concurso de la voluntad de ambos
cónyuges, y sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 2412 del Código Civil", conf. cita de
BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 400/401.
(8)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 5ª ed., Astrea, Buenos Aires,
2006, p. 726.
(9)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 727.
(10)C. Nac. Civ., sala C, 31/3/1975; LL 1975-C-109; íd., sala D, 26/8/1964, LL 115-651, íd., íd.,
5/4/1965, JA 1965-IV-216. Es la solución adoptada por el Código de Familia de la República de
El Salvador, que en su art. 73 dispone: "la disolución del régimen de comunidad diferida surte
los siguientes efectos: inc. 1: se crea la comunidad de bienes y, en consecuencia, la
administración y disposición de los bienes en comunidad corresponde conjuntamente a los
cónyuges".
(11)FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, t. II, Astrea, Buenos Aires,
1978, p. 228.
(12)SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen de bienes en el matrimonio, t. II, La Ley, Buenos Aires,
2007, ps. 167, 169, 176.
(13)C. Nac. Civ., sala F, 16/3/1992, LL 1992-D-146.
(14)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 718.
(15)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 718/719.
(16)GUAGLIANONE, Aquiles H., Disolución..., cit., ps. 303/307, expresaba este autor: "el
encogimiento de una garantía y el estiramiento de otra presuponen un estiramiento y un
encogimiento correlativos. Si los acreedores del ex administrador deben perder garantía en los
bienes que él administraba, la ganarán en los que administraba el otro cónyuge, y viceversa".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
No obstante, el mencionado jurista aclaraba que era "esencial que se reconozca a los
acreedores personales del ex administrador un remedio que los ponga a cubierto de las
contingencias vinculadas con el sistema matrimonial patrimonial de su deudor; en otras
palabras, un remedio por el cual, consultando el hecho de que esos acreedores contrataron
teniendo en cuenta bienes que aparecían como de propiedad exclusiva del deudor, los
acontecimientos y consecuencias suscitados por cambios en la situación familiar de éste tengan
sólo una importancia interna, no afecten en general a los terceros que se habían edificado una
seguridad sobre la situación patrimonial establecida antes de disolverse la sociedad conyugal.
Por tanto, el nacimiento de la indivisión postcomunitaria o cambio en la titularidad del acervo,
así como la confusión de las diversas masas gananciales, no deben producir efectos frente a los
terceros acreedores de fecha anterior a la disolución misma. Vale decir que si los derechos de
los cónyuges se transforman, las relaciones creditorias de orden externo no se vean alteradas ni
en beneficio ni en perjuicio de los terceros contratantes".
(17)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, p. 430.
(18)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, ps. 428/429.
(19)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado..., cit., t. 2, p. 430.
(20)MAZZINGHI, Jorge A., Tratado ..., cit., t. 2, p. 434.
(21)Méndez Costa, María J. en MÉNDEZ COSTA, María J. - FERRER, Francisco A. M. - D'ANTONIO,
Daniel H., Derecho de familia, t. II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008, ps. 299/300, agrega la
citada autora: "Debe tenerse particularmente en cuenta desde cuándo el condominio o la
copropiedad son oponibles a terceros pues mientras no lo sean, el patrimonio del cónyuge
deudor se conserva como estaba a la disolución de la sociedad conyugal, más los bienes que
se le hayan incorporado posteriormente. El acreedor puede trabar embargos que impidan al
cónyuge de su deudor, inscribir o publicitar los condominios o copropiedades". Ver MÉNDEZ
COSTA, María J., Las deudas de los cónyuges, Astrea, Buenos Aires, 1979, ps. 115 y ss.
(22)FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, cit., p. 230. Era también la
postura de Guastavino, quien sostenía que "el concurso o la muerte no afectan la separación de
deudas ni el principio de que el cónyuge sólo tiene derecho a participar del remanente neto de
los gananciales adquiridos por el consorte fallido o premuerto", GUASTAVINO, Elías P., "Los
gananciales del fallido y el enigma del art. 1294 del Código Civil", ED 160-71.
(23)Sup. Corte Just. Mendoza, sala 1ª, 10/11/1992, LL 1993-C-244, ED 160-70. En similar
sentido se había expedido la sala C de la C. Nac. Civ. veinte años antes, 10/9/1976: "El derecho
de los herederos de la cónyuge del concursado a la partición del acervo hereditario está
supeditado a que sea desinteresada la masa del concurso, ya que se trata de gananciales
administrados por el marido y que responden por las deudas contraídas por éste, conforme a lo
dispuesto por el art. 5 de la ley 11.357 ", LL 1976-D-376. En similar sentido C. Nac. Civ., sala F,
8/4/1996, LL 1997-A-235, con nota de LAROCCA, Ana C., "Responsabilidad por las deudas de un
cónyuge después de su fallecimiento". En similar sentido C. Nac. Civ., sala C, 4/11/1999, "Pirato
Mazza, Gabriel v. Rodríguez, Juan C.", JA 2001-I-785; ED 188-195; C. Nac. Com., sala D,
17/7/2001, "Banco del Oeste SA v. Constructora Río Negro SA", JA 2002-II-811.
(24)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 719. Aclara el citado autor que "los acreedores
de uno u otro cónyuge o excónyuge podrán ejecutar sus créditos persiguiendo sólo los bienes
del cónyuge deudor (o sea los propios y gananciales que éste administra de conformidad con lo
dispuesto por el art. 1276, Cód. Civil) aunque se trate de obligaciones contraídas con
posterioridad a la disolución. Pero, en este último caso, si se hubiesen ejecutado bienes
gananciales por deudas que no constituyen cargas de la sociedad conyugal (arg. art. 1275, inc.
3º, a contrario) el cónyuge o excónyuge no deudor conservará el derecho de reputar subsistente
el valor del bien como compensación (cfr. art. 1316 bis, Cód. Civil) (...) la subsistencia de
separación de responsabilidades no afecta a la contribución en las deudas que, conforme al cit.
art. 1275 del Cód. Civil, corresponderá efectuar en las operaciones de liquidación".
(25)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., p. 720.
(26)Sup. Corte Bs. As., 19/9/1989, ED 138-485; LL 1989-E-495. En similar sentido C. Civ. y
Com. San Nicolás, 17/8/1993, ED 156-395; íd., 5/8/1993, ED 156-396. Anteriormente lo había
esgrimido Kemelmajer de Carlucci en un fallo de la Suprema Corte de Mendoza, en el cual
declaró: "Cuando la disolución de la sociedad conyugal opera por divorcio, los bienes de la
administración marital (y lo son los inscriptos a nombre del marido, como sucede en el caso)
siguen respondiendo por las deudas del marido y no responden por las de la esposa (y
viceversa), mientras las operaciones de partición no tengan acceso registral, salvo mala fe del
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/13
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
tercero. Pero cuando la disolución se produce por muerte de uno de los cónyuges, coexistiendo
la indivisión postcomunitaria y la comunidad hereditaria, habiéndose alterado las relaciones de
titularidad originaria, todos los acreedores se sujetan a la situación de herencia que el
fallecimiento crea. En ese caso, mediante la organización del proceso sucesorio se satisfacen
las expectativas de publicidad que el derecho ha juzgado imperativas antes de conferir el pleno
ejercicio de los derechos reales que emergen de la calidad de sucesor" (Corte Sup. Just.
Mendoza, sala 1ª, 17/9/1984, JA 1985-I-496). Sin embargo, la mencionada jurista realiza una
distinción entre este fallo y el que pronunciara en 1992, advirtiendo en este último la diferencia
existente entre ambos, y, aclara que en el que pronunciara en 1992 se analiza "la situación de
los acreedores del causante, o sea, acreedores anteriores a la muerte de uno de ellos",
mientras que en el fallo de 1985, "se trataba de un crédito nacido con posterioridad a la muerte
del cónyuge no titular; o sea, de un acreedor que, al momento del nacimiento de su crédito, ya
tenía, efectivamente 'encogido' el patrimonio de su deudor", en Sup. Corte Just. Mendoza, sala
1ª, 10/11/1992, LL 1993-C-244.
(27)C. Civ. y Com. San Nicolás, sala 1ª, 5/11/1996, "R., L. J. v. B., de R. M.", LLBA 1997-506;
C. Nac. Civ., sala K, 29/10/1999, "S. M., A. O. v. L., A. M.", JA 2000-III-834.
(28)C. Nac. Civ., sala B, 28/12/1988, LL 1990-B-322. Se sostuvo en esta sentencia que "Se
considera que hasta la petición judicial existe una suerte de ocupación tolerada que no origina la
imposición de valor locativo alguno, que sólo procede a partir del momento en que se reclamó
del modo indicado". En este sentido, también AZPIRI, JORGE O., Régimen de bienes en el
matrimonio, Hammurabi, Buenos Aires, 2002, ps. 255/256; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen...,
cit., p. 179; ARIANNA, Carlos A., "Recompensas y valor locativo", RDF 13-1998-335 (p. 339); C.
Nac. Civ., sala L., "L., D. D. v. R., G. s/liquidación de sociedad conyugal", RDF 13-1998-325.
(29)C. Nac. Civ., sala K, 26/10/2007, "M. I., A. J. v. M., G. B.", JA 2008-I-786.
(30)AZPIRI, Jorge O., Régimen..., cit., ps. 255/256; SAMBRIZZI, Eduardo A., Régimen..., cit., p.
183.
(31)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - PITRAU, Osvaldo F., "La indivisión postcomunitaria en la
sociedad conyugal: problemas e interpretaciones", LL 1987-E-366. En contra, C. Nac. Civ., sala
D, 25/3/1987, "K. de F., C. v. F., A.", LL 1987-E-366, en dicha sentencia se dijo: "La indivisión
postcomunitaria de la sociedad conyugal sobre algún bien configura un condominio sobre el
mismo y por ello le son aplicables las disposiciones de los arts. 2680, 2691, 2699 y 2702 del
Cód. Civil, de los que emerge la obligación del comunero, que utilice en su exclusivo beneficio la
cosa común, de pagar a sus condóminos un alquiler. Esa obligación, nada tiene que ver con la
de prestar alimentos y ambas no pueden ser compensadas, porque tal compensación está
expresamente prohibida en el art. 374 del citado cuerpo legal".
(32)C. Nac. Civ., sala D, 25/3/1987, "K. de F., C. v. F., A.", LL 1987-E-366; SAMBRIZZI, Eduardo
A., Régimen..., cit., p. 179; ARIANNA, Carlos A., "Recompensas...", cit., p. 339.
(33)C. Nac. Civ., sala K, 29/10/1999, "S. M., A. O. v. L., A. M.", JA 2000-III-834.
(34)ARIANNA, Carlos A., "Recompensas...", cit., p. 339.
(35)C. Nac. Civ., sala I, 29/10/1996, "P., R. G. v. M., S. G.", LL 1997-D-741.
(36)C. Nac. Civ., sala K, 29/10/1999, "S. M., A. O. v. L., A. M.", JA 2000-III-834, se dijo al
respecto que "En cuanto a los gastos de expensas, impuestos municipales y servicio de agua
corriente, que también integran el reclamo, teniendo en cuenta que el bien también está
habitado por las hijas menores sobre las que subsiste el deber alimentario, el alimentante debe
hacerse cargo de la parte proporcional que a éstas corresponde en virtud de la ocupación que
aquéllas detentan por lo que (...) la accionada sólo deberá afrontar el 50% de dichos gastos
desde la fecha en que se notificara la demanda, ya que dichos rubros no integraron la
intimación postal mencionada ut supra".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/13
CAPÍTULO XIII - LIQUIDACIÓN Y PARTICIÓN DEL RÉGIMEN DE COMUNIDAD. POR ADRIANA ROTONDA
I. GENERALIDADES
Una vez producida la extinción de la comunidad, a partir de las causales señaladas en el
Código Civil y Comercial —muerte comprobada o presunta de uno de los cónyuges, anulación
del matrimonio putativo, divorcio, separación judicial de bienes o modificación del régimen
matrimonial por convenio de los cónyuges (art. 475, CCyCN)— se concreta la expectativa de los
cónyuges o de los herederos respecto de los bienes gananciales formados durante la vigencia
de dicho régimen y existentes a la disolución. En efecto, en el régimen de la comunidad de
ganancias de gestión separada que rige en nuestro sistema, es recién a partir de su finalización
cuando se verifica la existencia de las masas partibles.
Resulta aplicable al período de la liquidación de la comunidad el concepto vertido por
Guaglianone, respecto de la liquidación de la indivisión poscomunitaria en el sistema del Código
anteriormente vigente, cuando señaló que ella: "tiene por objeto concluir los negocios
pendientes, o fijar su valor a los fines de la partición, pagar el pasivo conyugal a favor de
terceros y ajustar las cuentas entre los cónyuges o con sus sucesores, para establecer el saldo
activo de las masas comunes y proveer luego a su distribución entre los copartícipes"(1). Así,
cabe indicar que para arribar a la adjudicación de las porciones gananciales de cada esposo, en
su caso, deviene necesaria la realización de una serie de acciones tendientes a la obtención de
dichas cuotas partibles. A ese conjunto de acciones se las denomina liquidación de la
comunidad. Como dijeran Bossert y Zannoni, "la liquidación comprende los trámites,
operaciones y actos destinados a establecer los saldos líquidos de cada masa de gananciales,
para realizar luego la partición; de manera que abarca los actos relativos al inventario de los
bienes gananciales, a la determinación y pago de las deudas de cada cónyuge ante terceros, a
la dilucidación del carácter ganancial o propio de algunos bienes, a la determinación de las
recompensas que se adeuden entre sí las masas gananciales y las masas propias, y también a
la estimación del valor de los bienes comunes"(2).
Teniendo en cuenta, entonces, que la liquidación tiene por objeto determinar los bienes que
serán distribuidos en la partición, el tipo de operaciones a realizar varía de acuerdo con el haber
comunitario de los cónyuges. Además, en la liquidación se abonará el pasivo conyugal a favor
de terceros, a fin de precisar los saldos líquidos de los activos comunitarios.
Claramente ha explicado Zannoni sobre el período de la liquidación de la comunidad —en los
casos en que la misma no se produce por la muerte de uno de los cónyuges— que "cuando se
alude a la subsistencia de las distintas masas una vez acaecida la disolución de la sociedad
conyugal, debe tenerse en cuenta que ellas mantienen autonomía para determinar el cónyuge
titular de la gestión de los bienes y el régimen de responsabilidad por las deudas frente a
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
terceros en todos los supuestos que la disolución no haya alterado (...) las relaciones de
titularidad originaria respecto de dichos bienes, considerados ut singuli. Sin embargo, ello no
obsta a que, en las operaciones de liquidación entre los cónyuges, y salvado el derecho de los
terceros, la masa a liquidar se repute una universalidad con un activo y un pasivo o cargas que
lo gravan"(3). Esos conceptos son aplicables al nuevo régimen de la comunidad tal como ha
sido legislado, a partir del año 2014.
La jurisprudencia anterior a la reforma afirmaba que para la liquidación del régimen de la
sociedad conyugal —como se denominaba a la comunidad por entonces vigente— resultaban
comprendidos aquellos activos efectivamente existentes al momento de la disolución, ya se
tratara de bienes gananciales determinados que se encontraran en el patrimonio de uno de los
cónyuges y/o créditos ejecutables contra uno de los ellos en razón de la procedencia de
acciones de fraude o simulación(4). Aquellos criterios resultan aplicables en el régimen de
bienes actualmente vigente.
Por otra parte, cabe precisar que la liquidación puede resultar innecesaria, en tanto el haber
esté constituido exclusivamente por dinero efectivo ahorrado en vigencia de la comunidad —sin
que existan deudas, ni recompensas—, caso en el cual la suma se podrá distribuir por partes
iguales —por aplicación del principio de división por mitades de los gananciales (art. 498 del
CCyCN(5))— o como los cónyuges lo acuerden, según el convenio que ellos realicen. Tampoco
será necesaria la liquidación cuando los cónyuges carezcan de bienes al momento de la
disolución.
En el caso de no existir deudas gananciales y si los cónyuges están de acuerdo con la
determinación de los bienes a dividir y con su valor, pueden lograr la liquidación si acuerdan
cómo distribuir los bienes entre ellos. Por otra parte, en caso de existir deudas, deberán
calcularse las que se encuentren pendientes al momento de la extinción de la comunidad y
detraerse del activo ganancial, a fin de determinar cuál es la entidad de los bienes comunes
sujetos a partición.
En algunos casos, la liquidación supone cuestiones mucho más complejas que las
enunciadas en los párrafos anteriores y conflictos muy variados respecto de la composición de
los haberes gananciales, la calificación de los bienes, su valuación y la adjudicación final que
resulte para cada copartícipe.
A modo de síntesis, puede enunciarse que la liquidación de la comunidad conlleva una serie
de operaciones destinadas a:
1) Determinar los bienes existentes en el patrimonio de cada cónyuge y su valor mediante las
operaciones de inventario y avalúo.
2) Señalar el carácter de esos bienes, esto es, cuáles son gananciales y cuáles propios de
cada cónyuge.
3) Procurar los pagos y el reintegro de los bienes, de cada uno de los cónyuges, o sus
herederos.
4) Establecer el régimen de las recompensas.
5) Una vez deducido el pasivo definitivo —deudas de la comunidad—, efectuar la división de
los gananciales.
Finalmente, una vez llevadas adelante todas estas operaciones, es procedente la partición
efectiva de los bienes y su atribución a cada uno de los cónyuges como propietarios exclusivos
de los mismos.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1.1. Características
Las operaciones enunciadas pueden efectuarse en forma privada, ello siempre y cuando las
partes acuerden respecto de las diversas temáticas que abarca la liquidación. Entiendo que
cabe incluir en este sistema los posibles acuerdos de liquidación de la comunidad que puedan
ser objeto de los convenios de modificación del régimen de comunidad, en los cuales más allá
de cambiar el régimen al de separación de bienes los cónyuges pueden llevar a cabo las
operaciones de liquidación del régimen comunitario (art. 449 y concs. del CCyCN).
A partir de dicha liquidación, se podrá arribar, luego, a una partición también de tipo privada
si convienen la forma de adjudicación en el instrumento que acuerden los cónyuges, sea éste
una escritura de partición extrajudicial o el instrumento privado que crean conveniente. Cabe
recordar que el nuevo Código establece en el capítulo dedicado a la partición, la remisión a las
normas destinadas a la partición de la herencia (arts. 500, 2369 y concs., CCyCN) y allí se
legisla que en caso de acuerdo entre los coherederos —presentes y plenamente capaces— la
partición puede hacerse en la forma y por el acto que por unanimidad juzguen conveniente. En
caso de efectuarse adjudicación de bienes inmuebles, el acto de partición deberá realizarse en
escritura pública a tenor de lo normado por el actual art. 1017 del CCyCN que señala que deben
ser otorgados por escritura pública: "a) los contratos que tienen por objeto la adquisición,
modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles", salvo subasta proveniente de
ejecución judicial o administrativa y b) "los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o
litigiosos sobre inmuebles".
Además, cabe recordar que el Código también reconoce la posibilidad de que las partes
pacten su otorgamiento por escritura pública, a tenor de lo normado en el inc. d) del mismo ar-
tículo, de tal forma, los cónyuges podrían en su demanda de divorcio acordar la liquidación y
partición de los bienes de la comunidad por este tipo de instrumento público aunque ella no se
integre con bienes inmuebles.
1.2. Requisitos
El Código permite la liquidación y partición por acto privado en el supuesto de personas
mayores de edad, presentes y plenamente capaces y siempre que no exista oposición de
terceros interesados.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
copropietario que los percibe debe rendición de cuentas, y el que tiene el uso o goce exclusivo
de alguno de los bienes indivisos debe una compensación a la masa desde que el otro la
solicita.
La determinación de las masas a partir, entonces, puede realizarse mediante la confección
de un inventario, instrumento este que contiene la descripción detallada de todos los bienes y
cosas, muebles e inmuebles, con su pasivo. Sin embargo, los cónyuges pueden suplirlo por la
enunciación de bienes formulada de conformidad entre ellos(15). En caso de tratarse de
liquidación judicial, el detalle de bienes podrá ser parte de los acuerdos a realizar en la etapa
previa ya mencionada o bien el resultado de una audiencia conciliatoria celebrada en los
términos del 34 del CPCCN, o art. 34 del CPCCBA. En caso de mantenerse los desacuerdos
respecto de la determinación de los bienes gananciales, el primer recaudo procesal a solicitar
será la designación de escribano para inventariar(16)los bienes, de conformidad con lo
dispuesto en los arts. 690, 691, 716, 717, 718, 719, 720, 721, y 724 del CPCCN, y en los arts.
725, 726, 751, 752, 753, 754, 755 y 756 del CPCCBA(17). Las partes pueden acordar un notario
para el inventario o en caso de desacuerdo podrá ser designado por el juez. Si existieren bienes
fuera de la jurisdicción deberá librar exhorto al juez de la jurisdicción respectiva a fin de sortear
al escribano con competencia territorial para cumplir su cometido, teniendo presente lo
dispuesto en la ley 9020, de ejercicio notarial en la provincia de Buenos Aires, respecto de la
competencia territorial de dichos profesionales.
Es función del perito inventariar los bienes gananciales, aunque si existiere controversia
respecto del carácter de algún bien —considerado por uno de los cónyuges como propio y por
el otro como ganancial— deberá incluirlo también a los fines de la cuestión litigiosa que
posteriormente pueda plantearse. Asimismo, consignará el pasivo que le sea denunciado y los
instrumentos justificativos del mismo que obraren en poder del deudor. Además, enunciará los
pleitos pendientes, la documentación que corresponda a los mismos y el estado procesal en
que ellos se encuentren.
El inventario será presentado a los autos de liquidación y se dará vista a las partes, quienes
podrán formular las observaciones que consideren oportunas, tendientes a la inclusión o
exclusión de bienes. En caso de disconformidad a este respecto, corresponderá la formación de
los incidentes tendientes a obtener el pronunciamiento judicial que decida dichas cuestiones, los
cuales de acuerdo con su índole podrán tramitarse en forma conjunta o deberá dárseles curso
por separado.
También es procedente el inicio de acciones ulteriores sobre la incorporación de otros bienes
o su eliminación del inventario, si con posterioridad a su redacción, surge la pretensión de un
cónyuge o sus herederos, o de un tercero acreedor, que tenga por finalidad la composición del
haber de las masas de gananciales.
Por otra parte, en el proceso judicial el cónyuge accionante o el accionado puede solicitar
medidas preliminares tendientes a individualizar los bienes que componen los patrimonios
gananciales. Así, corresponde el libramiento de oficios a los registros respectivos en caso de
tratarse de bienes registrables. En este sentido, cada cónyuge tendrá derecho a solicitar que el
otro exhiba en el proceso los libros o papeles privados, así como títulos o documentos referidos
a bienes pertenecientes a la comunidad(18).
Finalmente, conviene recordar que podrán ser deducidas otras acciones tendientes a la
incorporación de bienes en las masas a liquidar, así, por ejemplo, las acciones de fraude(19)y
simulación(20)que los cónyuges o sus herederos creyeren oportunas, en su caso. Tales
acciones resultarán conexas a la liquidación y, por ende, deberán tramitar ante el mismo juez.
También podrán ser entabladas ante el juez que entienda en la liquidación las acciones
tendientes a la procedencia de las recompensas que no hubieren sido llevadas a cabo en otro
juicio anterior.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Más allá del inventario procede la tasación de los bienes inventariados a fin de obtener los
valores a los cuales ascienden los bienes gananciales a partir. Para llevar adelante la tarea, los
cónyuges podrán establecer los valores de los bienes de común acuerdo, designar un tasador
—mediante un convenio— o a falta de consenso podrán solicitar la designación de un tasador
judicial (arts. 716, 719 y concs., CPCCN, y arts. 754 y concs., CPCCBA), dicha designación
puede ser resuelta en la misma audiencia en la que se designa el inventariador (arts. 697,
CPCCN y 726 del CPCCBA, Simplificación de los procedimientos). El avalúo —al igual que el
inventario— deberá hacerse judicialmente: a pedido de uno de los cónyuges, cuando lo
solicitaren los acreedores y resultare necesario a criterio del juez (art. 716, CPCCN y art. 751,
CPCCBA).
Cuando en el haber ganancial existan fondos de comercio o participaciones en sociedades o
empresas agrícolas, ganaderas, etc., y los cónyuges mantengan diferencias en cuanto a su
valor, resultará procedente la designación de peritos contables, ingenieros agrarios, licenciados
en administración de empresas, etc., a fin de determinar el valor de las mismas.
Asimismo, una vez puesto del manifiesto en Secretaría el avalúo de los bienes, el mismo
será aprobado por el juez si no existieren oposiciones (art. 724, CPCCN y art. 759, CPCCBA).
Los copartícipes, sus herederos o terceros acreedores, podrán formular reclamaciones sobre el
avalúo, en tal caso se deberá convocar a audiencia a los interesados y al perito para que se
expidan sobre la cuestión promovida, resolviendo el juez lo que correspondiere. En los arts. 725
del CPCCN y en el art. 760 del CPCCBA, se establece que "Si no compareciere quien dedujo la
oposición, se lo tendrá por desistido con costas. En caso de inasistencia del perito, éste perderá
el derecho a cobrar honorarios por los trabajos practicados, cualquiera sea la resolución que se
dicte respecto de las impugnaciones. Si las observaciones formuladas requiriesen, por su
naturaleza, sustanciación más amplia, la cuestión tramitará por juicio sumario o por incidente.
La resolución del juez no será recurrible".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(...) pero hay prescripción adquisitiva larga de los bienes individuales si la indivisión ha
cesado porque alguno de los copartícipes ha intervertido su título poseyéndolos como
único propietario durante el lapso que establece la ley [art. 2368, CCyCN].
Por ende, la solución aplicable sería la de la imprescriptibilidad de la acción referida, salvo el
supuesto de procedencia de la prescripción adquisitiva en caso de darse los recaudos
respectivos, de acuerdo con lo dispuesto en los arts. 1897 ss. y concs.(25)y 2565(26)del
CCyCN.
Como explicaba Zannoni, con la cita de Ripert y Boulanger, "cuando se analiza el pasivo de
la comunidad, se plantea una doble cuestión: a) sobre qué bienes le es posible al acreedor
perseguir el cobro de su crédito, y b) quién debe, finalmente, soportar el peso de la deuda"(27).
Así, son éstas dos cuestiones bien diversas: 1) la cuestión de la obligación —aspecto externo
de la responsabilidad de los cónyuges— y 2) la cuestión de la contribución en la deuda —
aspecto interno de las relaciones entre ambos cónyuges que se deberá dirimir al momento de la
liquidación de la comunidad—. En efecto, la cuestión de la obligación se plantea desde el origen
de la deuda, mientras que la de la contribución se presenta sólo en el momento de la extinción y
partición de la comunidad.
Las cargas gananciales son las deudas que en el régimen anterior se enunciaban en el art.
1275 del CCiv. y de las cuales se indicaba que eran aquellas obligaciones que debían ser
soportadas por el activo de la comunidad, y que si, por el contrario, uno de los cónyuges las
hubiera pagado con recursos propios, ese cónyuge tendría derecho a recibir una recompensa
de la masa ganancial, al momento de la liquidación de la sociedad conyugal.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
las donaciones de bienes gananciales a hijos comunes, y además las de bienes propios cuando
ellas tienen por finalidad colaborar para la autonomía del hijo en su actividad económica, sea
ésta comercial, industrial o profesional. Sólo quedan comprendidos los gastos de esta clase
efectuados a favor de los hijos comunes de ambos cónyuges, no los gastos que se efectúen a
favor de los hijos de uno de ellos, debiendo considerarse, en tal caso, la deuda como personal
del consorte que la realizó. Son éstas, erogaciones derivadas de la solidaridad y generosidad de
los padres hacia los hijos, en tanto ellos no se encuentran obligados a realizar estos aportes,
que exceden el concepto de la obligación alimentaria. De tal forma, se explicita con mayor
detalle el contenido que anteriormente tenía el inc. 4º del art. 1275 del CCiv., en tanto legislaba
que revestían el carácter de gananciales las erogaciones efectuadas para el establecimiento de
los hijos comunes del matrimonio.
3. Deudas personales
3.1. Concepto
Como contrapartida a las cargas gananciales, en el caso de cónyuges que se rijan por el
sistema de la comunidad, el Código ha explicitado cuáles son las deudas que deben ser
consideradas obligaciones personales de los cónyuges. Es decir, aquellas que, en definitiva,
deberán ser imputadas al haber propio del obligado y que, en caso de haber sido sufragadas
con fondos gananciales, generan derecho de recompensa a favor de la masa ganancial.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3.4. Deudas que gravan bienes recibidos por herencia, legado o donación
Quedan comprendidas en este acápite aquellas deudas que gravan las herencias, legados o
donaciones recibidos por uno de los cónyuges: es decir, aquellas que deriven del cumplimiento
de cargos que atañen a legados o a donaciones, así como las obligaciones que afecten las
trasmisiones hereditarias en favor de los cónyuges habidas antes o después de la vigencia de la
comunidad.
3.6. Deudas contraídas por garantías personales en favor de terceros sin beneficio para la
comunidad
También han sido calificadas como propias las obligaciones resultantes de garantías
personales o reales dadas por uno de los cónyuges a un tercero, sin que de ellas derive
beneficio para el patrimonio ganancial. En este caso, se incluyen las deudas asumidas por uno
de los cónyuges en garantía de compromisos económicos de terceros, sean aquellas de índole
personal —fianzas— o real —garantías prendarias o hipotecarias—, cuando de las mismas no
se derivan beneficios a favor del patrimonio ganancial.
La calificación de las obligaciones asumidas en este caso como deudas personales reviste
gran importancia para la protección patrimonial del cónyuge de quien avala contrataciones de
terceros. En este caso, puede quedar comprendido el supuesto de aquel cónyuge que garantiza
empréstitos tomados o asumidos por sociedades comerciales o por terceros, en aquellos
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 18/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Como lo sostuvieran desde la doctrina Fassi y Bossert(34), entre otros, se determina que las
obligaciones derivadas de responsabilidad extracontractual, es decir, aquellas resultantes de
ilícitos y/o de sanciones legales, generan deudas de índole personal del cónyuge responsable
y/o de quien resulte infractor. Corresponde incorporar en este supuesto, aquellas deudas
derivadas de daños en general: accidentes de tránsito, daños ocasionados a terceros, así como
multas por infracciones de carácter municipal, multas tributarias, sanciones procesales —art. 45,
CPCCN y CPCCBA— y sanciones civiles conminatorias —art. 804, CCyCN—. También quedan
comprendidas en este acápite las deudas que son consecuencia del comportamiento
antijurídico de un esposo, que no debe ser trasladado como carga a la comunidad.
Cabe recordar que, más allá de la enunciación legal, en el sistema actual también resulta
aplicable el criterio jurisprudencial anterior a la reforma, según el cual, así como ninguno de los
cónyuges participa de los bienes adquiridos por el otro durante la separación de hecho,
tampoco resulta procedente imponer como cargas gananciales las deudas contraídas durante la
separación de hecho, en especial cuando no se ha acreditado que se haya beneficiado a la
masa ganancial. En consecuencia, las deudas contraídas a partir de la separación de hecho
resultarían ajenas a la ganancialidad(35).
1. Concepto
El nuevo Código, a partir del título "liquidación de la comunidad", desarrolla en su articulado
el concepto de las recompensas. Como dijeran en su oportunidad Fleitas Ortiz de Rozas y
Roveda, las recompensas: "Son créditos que forman parte de la liquidación de la sociedad
conyugal(36), generados por el incremento del patrimonio de uno de los esposos a costa de la
comunidad o por el aumento del haber ganancial en detrimento del patrimonio propio de uno de
los cónyuges. Estrictamente, la recompensa se contabiliza en las relaciones de debe y haber de
la comunidad con cada uno de los esposos, aunque el debate sobre su fundamento y
procedencia se produzca entre los cónyuges o entre uno de estos y los herederos del otro"(37).
Con buena técnica, el Código actual trata el tema de las recompensas en oportunidad de
abordar la liquidación de la comunidad. A este respecto —como señalara Guaglianone en
comentario al régimen económico matrimonial anteriormente vigente—, "la teoría funciona
regularmente en las operaciones de liquidación"(38). A partir de la existencia en la comunidad
de bienes gananciales de uno y otro cónyuge y bienes propios de cada uno de ellos, es posible
que entre ellos se hayan producido relaciones jurídicas por las cuales se hayan transmitido
valores directa o indirectamente de un patrimonio a otro, y, así, se genere un derecho a
compensación a favor del patrimonio empobrecido contra el patrimonio enriquecido".
La teoría de las compensaciones o recompensas —como son más generalmente conocidas
— fue elaborada en el antiguo derecho francés, de allí pasó a las doctrinas interpretativas del
Código Napoleón(39), del Código chileno y del Código uruguayo. Dicha teoría tuvo acogida
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
2. Casos de recompensas
La norma civil actual ha legislado el sistema de las recompensas, se ha dicho a este respecto
que entre los aportes más valiosos de la reforma debe señalarse la regulación de "aspectos
complejos de la recompensa como los casos, su prueba, el monto y la valuación de la misma"
(49).
En su desarrollo, el Código Civil y Comercial comienza por delimitar los presupuestos
genéricos a partir de los cuales se verifica su existencia. Por un lado, los supuestos en que la
comunidad debe recompensa a uno de los cónyuges o a sus herederos: "si se ha beneficiado —
el haber ganancial— en detrimento del patrimonio propio" (art. 491, párr. 1º, CCyCN). Y, por el
otro, los supuestos inversos en los cuales se verifica la existencia de recompensas debidas a
favor de la comunidad. En tal caso, deberá "el cónyuge a la comunidad si se ha beneficiado en
detrimento del haber de la comunidad" (art. 491, párr. 1º, CCyCN).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Antes de la promulgación del nuevo Código Civil y Comercial —en vigencia del Código Civil
—, Pérez Lasala señalaba: "El fondo de comercio aportado por uno de los cónyuges al
matrimonio tiene carácter propio (...) El acrecentamiento del capital, ya por medio de ampliación
de instalaciones, compra de nuevas mercaderías, aumento de la clientela, etc., no cambia la
naturaleza propia del fondo de comercio"(52). Esta conclusión ha sido explicitada en la norma
actual, la calificación inicial del bien predomina y se extiende a las ampliaciones del capital; pero
se genera un derecho de recompensa a favor de la comunidad por las inversiones de sumas
gananciales que han contribuido a aumentar el valor del fondo de comercio. En el caso de que
el fondo de comercio propio sufra acrecentamientos o sufra transformaciones con valores de
origen ganancial, nace derecho a recompensa. De la misma forma, cuando el fondo de
comercio ganancial se ha beneficiado en razón del aporte de sumas propias, se genera un
derecho de recompensa a favor del cónyuge titular del haber propio empleado.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 23/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
los cónyuges a la comunidad y por ésta a aquél" (art. 495, CCyCN) en caso de verificarse la
existencia de saldo a favor de la comunidad, el deudor deberá "colacionarlo a la masa común",
esta colación importará el aporte de bienes de su patrimonio suficientes en compensación de
los valores adeudados. En caso de existir saldo a favor del cónyuge, este importe deberá ser
compensado con fondos gananciales a favor del acreedor el cual "debe ser atribuido a éste
sobre la masa común" (art. 495, CCyCN).
Además, se establece que para el caso de bienes gananciales que no alcancen para
satisfacer el crédito pendiente, "en la partición se atribuye un crédito a un cónyuge contra el otro
(art. 495, último párrafo del CCyCN)".
Como dijera Belluscio: "La admisión del derecho a recompensa no se resuelve, en principio,
en un pago a realizarse entre los esposos sino en su computación en la cuenta de división de la
sociedad conyugal. Así, si la recompensa es de la sociedad conyugal contra uno de los
cónyuges, su valor se adicionará al haber ganancial y se imputará a la porción del cónyuge
deudor. Si la recompensa es de la sociedad conyugal, su valor se debitará del haber ganancial,
y al cónyuge acreedor se le atribuirá, además, la mitad del haber ganancial líquido, el importe
de la recompensa. Sólo habrá lugar a pagos de uno de los esposos al otro cuando el haber
común sea insuficiente para cubrir los derechos del cónyuge no deudor"(65).
Tradicionalmente, se ha sostenido que los créditos y deudas directos entre los cónyuges no
deben ser incluidos en la teoría de las recompensas. Se distinguen de las recompensas en que
éstas sólo pueden hacerse efectivas en la etapa de la liquidación, en cambio los créditos
directos pueden ser pagados antes de la extinción de la comunidad o después de la partición.
Sin embargo, como señala Pérez Lasala(66), no existiría inconveniente en que esos créditos
fueran incorporados en la cuenta de liquidación de la comunidad. El cónyuge acreedor
acreditará en su hijuela el 100% del crédito contra el otro cónyuge en cuya hijuela aparecerá el
monto de la deuda del 100%.
La liquidación es el momento para la determinación de las recompensas que no hayan sido
anteriormente reconocidas y acordadas, en forma privada o judicial. Si ellas son materia de
juicio, el monto de las mismas será objeto de pericia en el mismo proceso, y no de ampliación
de la tasación, si ésta ya ha sido practicada.
Finalmente, cabe recordar que sobre los créditos por recompensas no se devengan
intereses, pues al momento de su origen no había obligación exigible, dicha acreencia recién
existe con la disolución y liquidación de la sociedad conyugal. Sin perjuicio de ello, una vez
determinada la recompensa y su valor, e intimado su pago, correspondería el cálculo de
intereses.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
La norma establece la facultad judicial de conceder plazos a quien se otorga el bien a fin de
abonar el crédito en favor del otro cónyuge, cuando a criterio del mismo juez ofrezca garantías
suficientes.
Por otra parte, teniendo en cuenta la remisión que efectúa el art. 500 del CCyCN a las
normas sobre división de la herencia, corresponde tener en cuenta que dentro del Libro quinto
del Código titulado "Transmisión de derechos por causa de muerte", se han legislado en el
capítulo de los modos de hacer la partición, diversas atribuciones preferenciales.
Así, el art. 2380 estableció la facultad de solicitar la aplicación de este instituto en la partición
de un "establecimiento agrícola, comercial, industrial, artesanal o de servicios que constituye
una unidad económica, en cuya formación participó". El artículo contempla la posibilidad de que
la explotación se realice mediante una sociedad y, en tal caso, admite la posibilidad de entregar
dichos derechos sociales a uno de los herederos en tanto dicha atribución resulte compatible
con las normas legales o estatutarias que contemplen la continuidad de la sociedad con
herederos o cónyuge sobreviviente. En este caso, el Código exige el pago al contado del crédito
en favor de los restantes herederos, exigencia que resulta aplicable al otro cónyuge también en
caso de extinción del régimen en vida de ambos. Sin embargo, en razón de afectarse sólo
intereses privados de las partes, el Código admite la posibilidad de convenio en el que los
interesados pacten otra modalidad de pago.
También se admiten expresamente otras formas especiales de adjudicar bienes: 1) la
propiedad o derecho a la locación del inmueble que habita —en tanto fuera su vivienda al
momento de la extinción del régimen—, con los muebles y el ajuar respectivo; 2) la propiedad o
el derecho a la locación del local de uso profesional donde ejercía su actividad, y de los
muebles existentes en él; 3) el conjunto de cosas muebles destinadas a la explotación de un
bien rural realizada por el causante como arrendatario o aparcero cuando el arrendamiento o
aparcería continúa en provecho del demandante o se contrata un nuevo arrendamiento con éste
(art. 2381, CCyCN).
Si se planteara conflicto por la atribución de alguno o algunos bienes, sin posibilidad de
acuerdo de adjudicación conjunta, el juez deberá evaluar la aptitud de los peticionantes para
continuar la explotación y la participación personal que hubieren tenido en la actividad
productiva en cuestión (art. 2382, CCyCN).
BIBLIOGRAFÍA
ARIANNA, Carlos, "El pasivo de la sociedad conyugal. Siguen las dificultades", RDFyP La Ley, año
2, nro. 4.
BASSET, Ursula C., "Modificaciones al régimen económico del matrimonio en el proyecto", en
RDPyC, Proyecto de Código Civil y Comercial, I, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2012.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, t. II, Astrea, Buenos Aires, 2006.
BELLUSCIO, Augusto C. (dir.) - ZANNONI, Eduardo A. (coord.),Código Civil y leyes complementarias,
comentado, anotado y concordado, Astrea, Buenos Aires, 1986.
BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, 5ª ed., Astrea, Buenos
Aires, 1998.
CAMPUSANO TOMÉ, Herminia, La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación
y divorcio. Especial consideración de sus presupuestos de otorgamiento, 3ª ed., José María
Bosch, Barcelona, 1994.
CORDERO CUTILLAS, Iciar, El convenio regulador en las crisis matrimoniales (Estudio
Jurisprudencial), Thomson, Navarra, 2004.
CORNU, Gerard, Droit civil. La famille, 4e édition, Montchrestien, Paris 1994.
DÍEZ PICAZO, Luis - GULLÓN, Antonio, Instituciones de derecho civil, vol. II, Derecho de Familia,
Tecnos, Madrid, 1995.
DUPRAT, Diego A. J. - MARCOS, Guillermo A., "Participaciones societarias, utilidades y sociedad
conyugal del socio", en RSyC 11-2010-4.
ESCRIBANO, Carlos, Liquidación de la sociedad conyugal por causa de divorcio (procedimiento), 2ª
ed. actual., La Ley, Buenos Aires, 1982.
FANZOLATO, Eduardo I., "El régimen patrimonial primario y la regulación de las capitulaciones
matrimoniales en el Mercosur", en GROSMAN Cecilia P. (dir.) - HERRERA, Marisa (coord.), Hacia
una armonización del derecho de familia en el Mercosur y países asociados, LexisNexis,
Buenos Aires, 2007, ps. 139 a 154.
FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, ts. I y II, Astrea, Buenos Aires,
1977.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 26/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Régimen de bienes del matrimonio, 1ª ed., La
Ley, Buenos Aires, 2001.
GOWLAND, Alberto J., Los acuerdos de liquidación de sociedad conyugal y el artículo 236 de la ley
23.515, La Ley, Buenos Aires, 1988.
GUAGLIANONE, Aquiles H., Disolución y liquidación de la sociedad conyugal, Ediar, Buenos Aires,
1965.
GUASTAVINO, Elías, "El sistema de indemnizaciones o recompensas de la sociedad conyugal",
Revista de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacional del Litoral.
HOLLWECK, Mariana - MEDINA, Graciela, El divorcio por presentación conjunta y los convenios de
disolución de la sociedad conyugal, La Ley, Buenos Aires, 2001.
IGNACIO, Graciela, "De las recompensas y de las mejoras introducidas en un inmueble propio",
RDPyC 2010-I, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
LASARTE, Carlos, Principios de derecho civil, t. VI, 3ª ed., Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y
Sociales, Madrid, 2002.
MAQUEDA, Cecilia, "Mejoras realizadas sobre bienes propios con fondos gananciales", RDPyC
2011-III, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
MAZZINGHI, Jorge A. (h), "Los convenios de liquidación de la sociedad conyugal en los juicios de
divorcio o separación personal por la causal objetiva", ED 182-425.
MEDINA, Graciela, Elección del régimen de bienes en el matrimonio. Límites y proyecto de
reforma del Código Civil, La Ley, Buenos Aires, 1999.
MINYERSKY DE MENASSÉ, Nelly, "Convenios de liquidación de la sociedad conyugal", Enciclopedia
de derecho de familia, t. I, Universidad, Buenos Aires.
PÉREZ LASALA, José L., Liquidación de la sociedad conyugal por muerte y partición hereditaria,
Depalma, Buenos Aires, 1993.
ROCCA, Eduardo A., "Carácter propio o ganancial de las acciones y de sus dividendos", LL 74-
884.
ROVEDA, Eduardo G., La acción de liquidación de bienes gananciales, ¿prescribe?, La Ley,
Buenos Aires, 2003.
— "Liquidación de la sociedad conyugal. Investigación", JA 2012-1.
SOLARI, Néstor E., Recompensas por la compra y las mejoras realizadas en un bien propio, La
Ley, Buenos Aires, 2010.
VIDELA, María Paz, "Bienes no participables: Una tercera categoría de bienes de creación
jurisprudencial", RDPyC 2009-2, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 4ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2000.
conyugal, excluidos los de carácter propio (conf. Sup. Corte Bs. As., ac. 36.522, sent. del
11/11/1986 en AyS 198-IV-11 - DJBA 1987-329)'. Asimismo, al juzgar sobre la aplicación de lo
dispuesto en el art. 1271 del CCiv., en el ámbito de la provincia la Cámara Civil y Comercial de
San Isidro ha señalado: 'El art. 1271 del Cód. Civil establece la presunción iuris tantum de ser
gananciales los bienes adquiridos a partir de... entonces y existentes al momento de disolverse
la sociedad conyugal, salvo la prueba de que ellos pertenecían a uno de los cónyuges con
anterioridad al matrimonio o de que los adquirió posteriormente por herencia, legado o
donación'. En otra oportunidad, la misma Cámara ha dicho: 'El proceso de liquidación de la
sociedad conyugal tiene por objeto determinar el carácter propio o ganancial de los bienes
existentes al momento de la disolución, reconocer o no las recompensas o compensaciones que
pudieron alegar las partes, y, en definitiva, especificar los saldos líquidos gananciales que hayan
de partirse (arts. 1315 y concs. del Cód. Civil) (conf. CC0002 SI, 62.830, sent. del 14/6/1994;
CC0002 SI, 51.388, sent. del 30/4/1991) (en el mismo sentido CC0001 MO, 28.927, sent. del
29/10/1992), (conf. C.C.0001 MO, 33.223, sent. del 28/2/1995) (el resaltado me pertenece).
Finalmente, en la jurisprudencia nacional se reitera el criterio interpretativo. Así, en sentido
análogo, la sala A de la Cámara Nacional Civil ha dicho: 'Para proceder a la liquidación de los
bienes del acervo de la sociedad conyugal, es requisito ineludible que ellos subsistan en cabeza
de los esposos al tiempo de producirse la disolución de dicha sociedad. Si tales bienes han sido
transferidos a un tercero antes de esa fecha, mediando desconocimiento del cónyuge no titular,
la cuestión no puede ser resuelta en ese juicio, sin perjuicio de las acciones que pudieran
corresponder' (C. Nac. Civ., sala A, 17/2/1983, 'D., S. A. v. B., R. L.', citado por Mattera y Lentini,
ob. cit., p. 319). En definitiva, para proceder a la liquidación de los bienes del acervo de la
sociedad conyugal, es requisito ineludible que ellos subsistan en cabeza de los esposos al
tiempo de producirse la disolución de dicha sociedad o que se pruebe la reinversión de los
fondos. En efecto, no es posible calificar como ganancial aquello que no existe en el patrimonio
de alguno de los cónyuges al momento de la disolución" (Trib. Col. Familia n. 2 Mar del Plata,
reg. 277, folio 904/912).
(5)El Código Civil y Comercial finalmente promulgado, ley 26.994, introdujo un agregado al
artículo originario del Anteproyecto. Así, el art. 498 original decía: "División. La masa común se
divide por partes iguales entre los cónyuges, sin consideración al monto de los bienes propios ni
a la contribución de cada uno a la adquisición de los gananciales", en la versión final de la
promulgación se añade el supuesto de posible división por disolución por muerte: "Si se produce
por muerte de uno de los cónyuges, los herederos reciben su parte sobre la mitad de
gananciales que hubiese correspondido al causante. Si todos los interesados son plenamente
capaces, se aplica el convenio libremente acordado".
(6)MEDINA, Graciela, "Elección del régimen de bienes en el matrimonio. Límites y proyecto de
reforma del Código Civil", LL 1999-E-1050.
(7)ESCRIBANO, Carlos, Liquidación de la sociedad conyugal por causa de divorcio
(procedimiento), 2ª ed. actual., La Ley, Buenos Aires, 1982, p. 59.
(8)Entre otros: HOLLWECK, Mariana - MEDINA, Graciela, "El divorcio por presentación conjunta y
los convenios de disolución de la sociedad conyugal" (LLBA 2001-1333, comentario a fallo del
Tribunal de Familia n. 2 de San Isidro, 4/6/2001, "N., O. v. G. M., M").
(9)Los convenios de separación de bienes en los juicios de divorcio por presentación conjunta,
art. 67 bis, ley 2393, formulados con anterioridad a la sentencia de declaración de divorcio y
disolución de la sociedad conyugal son válidos (C. Nac. Civ. en pleno LL 1983-A-483).
(10)Sup. Corte Just. Mendoza, sala 1ª, 21/10/1996 JA, 28 de mayo de 1997, con nota de
María Josefa Méndez Costa. En el mismo sentido: C. Civ. y Com. San Isidro, 19/10/1999, AP
20000176; SCBA, ac. 84.162, 24/9/2003, con voto preopinante del Dr. de Lázzari en
www.scba.juba.gov.ar; C. Civ. y Com. Azul, sala 2ª, 4/12/2008, publicada en RDF 2009-III-57 y
ss. con nota de Carlos Arianna; C. Civ. y Com. Azul, sala 2ª, 2/2/2010, RDFyP, año 2, nro. 5, ps.
91 y ss. y archivos www.scba.juba.gov.ar.
(11)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Régimen de bienes del matrimonio, 1ª ed.,
La Ley, Buenos Aires, 2001, p. 174.
(12)Fleitas Ortiz de Rozas y Roveda se expresaron a favor de la posibilidad de la procedencia
de los acuerdos en los procesos por la causal objetiva de separación de hecho que normaban
los arts. 204 y 214 del CCiv. anterior (FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Régimen...,
cit., p. 174). También Graciela Medina, se pronunciaba a favor de esta posibilidad, entre otros
en el comentario a fallo citado en la nota 7. En esta tesitura también se enrolan Cecilia Grosman
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 28/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
veinte años. No puede invocarse contra el adquirente la falta o nulidad del título o de su
inscripción, ni la mala fe de su posesión. También adquiere el derecho real el que posee durante
diez años una cosa mueble registrable, no hurtada ni perdida, que no inscribe a su nombre pero
la recibe del titular registral o de su cesionario sucesivo, siempre que los elementos
identificatorios que se prevén en el respectivo régimen especial sean coincidentes".
(26)Art. 2565: "Regla general. Los derechos reales principales se pueden adquirir por la
prescripción en los términos de los artículos 1897 y siguientes".
(27)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., t. I, p. 565.
(28)El supuesto se encontraba contemplado en el Código Civil anterior, como deudas
contraídas después de celebrado el matrimonio.
(29)Así la Sup. Corte se pronunció a este respecto en los siguientes términos: "Una obligación
nacida durante la sociedad conyugal y no extinguida antes de su disolución, ocurrida por la
muerte del cónyuge de la tercerista, integra el pasivo definitivo del acervo sucesorio y debe
satisfacerse con imputación a su activo, dentro del que cabe computar los bienes gananciales
embargados" (Sup. Corte Bs. As., L. 60213 S. 15/10/1996, juez Salas (SD), "Salvador de
Berardo, María s/tercería de dominio. En autos: 'Medina Víctor v. Berardo A. y otro
s/indemnización'", DJBA 151-350 y archivos juba en www.scba.gov.ar.
(30)En la aplicación del texto anteriormente vigente del inciso respectivo del art. 1275 del
CCiv., la jurisprudencia señalaba: "Las cargas de la sociedad conyugal están representadas por
los gastos de subsistencia de la familia y de educación y formación de los hijos (C. Nac. Civ.,
sala G, 21/12/1988)", ED 134-616. "Si las deudas por gastos de última enfermedad fueron
pagadas con dinero ganancial, no existe ningún derecho de recompensa al momento de la
liquidación por tratarse de cargas de la sociedad conyugal (C. Nac. Civ., sala C, 20/12/1988)",
LL 1990-C-240).
(31)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Régimen..., cit., p. 133.
(32)Adviértase que en el texto definitivo del art. 455, "Deber de contribución", se agregó al
texto del Anteproyecto original, la mención al trabajo en el hogar: "El cónyuge que no da
cumplimiento a esta obligación puede ser demandado judicialmente por el otro para que lo
haga, debiéndose considerar que el trabajo en el hogar es computable como contribución a las
cargas".
(33)En vigencia del art. 1275 del CCiv. anterior, se resolvió jurisprudencialmente: "Los tributos
que gravan los bienes gananciales, corresponden a la sociedad, aunque uno de los cónyuges
usufructúe los bienes" (C. Concepción del Uruguay, sala Civil y Comercial, 26/5/1995, LL 1996-
D-692).
(34)FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal, t. I, Astrea, Buenos Aires,
1977, p. 426, comentario al art. 1275 del Código Civil anterior.
(35)En el sentido apuntado C. Nac. Civ., sala K, 30/6/2011, voto preopinante de la Dra. Lidia
Hernández, www.abeledoperrot.com.ar.
(36)Recordemos que en el Código anteriormente vigente, Vélez Sarsfield había denominado al
régimen económico del matrimonio "Sociedad conyugal", el cual, con base en el sistema
resultante luego de las reformas introducidas por la ley 11.357 y la ley 17.711, establecía un
sistema análogo al de la comunidad de gananciales de gestión separada actualmente vigente.
Además, debe señalarse que la ley 23.515 no introdujo reformas sustanciales en el régimen
económico del matrimonio.
(37)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Régimen..., cit., p. 177.
(38)GUAGLIANONE, Aquiles H., Disolución..., cit., p. 250, nro. 247.
(39)En el derecho francés, Pothier, propuso una sistematización de la teoría de las
recompensas, a partir de señalar como principio general que a la disolución de la comunidad,
cada esposo es acreedor de todo aquello con lo que se ha enriquecido la comunidad a sus
expensas; realizó una enunciación de supuestos particulares de recompensas. Del autor citado,
Oeuvres, VII, p. 317, citado por FASSI, Santiago C. - BOSSERT, Gustavo A., Sociedad conyugal,
cit., p. 260
(40)Entre otros: FASSI, Santiago - BOSSERT, Gustavo, Sociedad conyugal, t. II, Astrea, Buenos
Aires, 1978; ZANNONI, Eduardo, Derecho de familia, t. I, Astrea, Buenos Aires, 2000; PÉREZ LASALA,
José L., Liquidación de la sociedad conyugal por muerte y partición hereditaria, Depalma,
Buenos Aires, 1993; BELLUSCIO, Augusto C., Derecho de familia, t. II, Buenos Aires, 1986;
GUAGLIANONE, Aquiles H., Disolución y liquidación de la sociedad conyugal, Buenos Aires, 1965.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 30/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 31/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(54)C. Civ. y Com. San Isidro, sala 1ª, 6/5/2010, RDFyP La Ley, año 2, nro. 6, ps. 121 y ss.,
con nota de Veloso Sandra F.
(55)Así lo resolvió la C. Nac. Civ., sala H, 17/11/2010, al decidir que "si las mejoras
introducidas en el inmueble durante la vigencia de la sociedad conyugal, y se trata de un bien
propio de uno de los cónyuges, corresponde establecer una recompensa a favor del excónyuge
no titular del bien, por el mayor valor que la ampliación significó para el inmueble", publicado en
RDF 2011-IV-27, comentado por MAQUEDA, Cecilia, "Mejoras realizadas sobre bienes propios con
fondos gananciales", referenciado en RDPyC 2011-3-421, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe. "El
Tribunal de Familia n. 1 de Quilmes resolvió que cuando se han realizado mejoras en un
inmueble propio de uno de los esposos con fondos de origen ganancial, dichas mejoras siguen
la calificación del bien al que acceden, en virtud de la imposibilidad de separarse de éste sin
perjuicio de la existencia a favor de la comunidad. Además, afirmó que 'para efectuar la
valuación de la recompensa a favor de la sociedad conyugal por aquellas mejoras, se debe
aplicar la regla del artículo 1316 bis del Código Civil, haciendo que ésta sea igual a la
proporción que sobre el valor del bien al tiempo de la disolución de la comunidad, corresponda a
lo invertido por ésta al tiempo de la adquisición'. Asimismo, en el fallo aludido el Magistrado
preopinante señaló en cuanto a la valuación del crédito que 'el valor de esas mejoras integran la
masa particional como un crédito en el activo. Obsérvese que en este caso, hubo una inversión
de origen ganancial que justificaría que las mejoras mismas formaran parte del haber social,
pero la solución es integrarlas a la cosa propia, siguiendo el principio de accesión, porque
forman un mismo cuerpo con la cosa propia, y no pueden separarse sin disminuir su valor o
convertirla en impropia para su destino. Por lo tanto, lo que se reputa ganancial es el valor de la
mejora, dando nacimiento al derecho a una compensación a favor de la sociedad conyugal
contra el cónyuge propietario que obtuvo un provecho exclusivo sustrayendo íntegramente ese
bien propio de la indivisión. Para calcular el costo de las mejoras se tuvo en cuenta la peritación
de su costo actual (considerando el costo de reposición a nuevo, depreciación por antigüedad y
mantenimiento)'" (Trib. Col. Familia n. 1 Quilmes, 23/4/2009, RDFyP La Ley, año 1, nro. 4,
diciembre de 2009, p. 76, comentado por IGNACIO, Graciela, "De las recompensas y de las
mejoras introducidas en un inmueble propio", referenciado por la RDPyC 2010-1-512, Rubinzal-
Culzoni).
(56)Aunque no está contemplado expresamente como supuesto en el cual se genera derecho
a recompensa, un sector de la doctrina -en el sistema del Código anterior- entendía que debía
aplicarse analógicamente el sistema del art. 3573 del CCiv. del legado de gananciales. Quienes
defendían la procedencia del derecho a recompensa en este caso, señalaban que el criterio de
consumo para la comunidad no resultaba aplicable al caso y que -por ende- la donación debía
ser soportada por el patrimonio propio del cónyuge.
(57)La C. Nac. Civ., sala B, se pronunció a este respecto: "las recompensas, previstas
expresamente en el artículo 1316 bis del Código Civil, son los créditos entre los cónyuges y la
sociedad conyugal que surgen con motivo de la gestión patrimonial de los bienes propios y
gananciales, y que deben ser determinados antes de la partición y con el objeto de precisar cuál
ha de ser la masa partible. Por ello, se concluyó, 'debe reconocerse el derecho de recompensa
del esposo cuando se ha comprobado la existencia de una carga de la sociedad conyugal (en el
caso, el gravamen hipotecario) y que dicha deuda fue cancelada por el emplazado durante la
separación de hecho' (C. Nac. Civ., sala B, 14/8/2009, RDF 2009-II-53, comentado por VIDELA,
María de la Paz, 'Bienes no participables: Una tercera categoría de bienes de creación
jurisprudencial')", referenciado en RDPyC 2009-2-461 y ss.
(58)La presunción de consumo a favor de la comunidad aplicable para los gastos en general,
no debe ser aplicada para el caso de la donación, que debería ser soportada por el patrimonio
propio del donante.
(59)Como resolviera por mayoría el Plenario de la C. Nac. Civ., el 15 de julio de 1992, en
autos: "Sanz, Gregorio s/sucesión O.", LL 1992-D-260; DJ 1992-2-501; ED 149-103.
(60)En este sentido: Sup. Corte Bs. As., 7/3/1995, JA 1995-III-638; C. Nac. Civ., sala M,
4/10/2011, LL Online AR/JUR/4028/2011; íd., sala I, 23/11/2006, LL 2007-A-477; íd., sala J,
15/6/2007, ED 225-306, JA 2007-III-820 (BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 166/167;
PÉREZ LASALA, José L., Liquidación..., cit., p. 186).
(61)En este sentido, cabe recordar que antes de la última reforma del Código Civil, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación resolvió: "la muerte del esposo (...) es la fecha a partir de la
cual comenzó a correr el plazo de prescripción decenal del art. 4023 del citado ordenamiento,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 32/33
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
para la acción de recompensas entre los herederos de uno de los cónyuges y los del otro",
sentencia del 29/2/2000, LL 2001-B-19.
(62)Antes de la reforma introducida por la ley 17.711 en el art. 1316 bis del CCiv., la mayor
parte de la doctrina interpretaba que era el mayor valor al tiempo de la disolución de la sociedad
conyugal; así opinaban Machado, Llerena, Borda y Guastavino, y era la solución de la
jurisprudencia. Lafaille y Guaglianone entendían que debía tenerse en cuenta la valoración al
tiempo de la mejora. El anteproyecto de 1936, tal como entendía Díaz de Guijarro, sostenía la
doble limitación al monto de lo invertido y al valor al tiempo de disolverse la sociedad o
enajenarse la cosa, por aplicación del enriquecimiento sin causa. Belluscio en el Código Civil
comentado que dirigiera, sostuvo que la primera opinión era la correcta; así, entendía que los
valores debían referirse al momento de la disolución de la sociedad conyugal, y decía que allí
debía apreciarse el valor total de la cosa mejorada (ver BELLUSCIO, Augusto C., Manual...cit., p.
166).
(63)Comentario del autor citado al art. 1316 bis en BELLUSCIO, Augusto C. (dir.) - ZANNONI,
Eduardo A. (coord.),Código Civil y leyes complementarias, comentado, anotado y concordado, t.
VI, Astrea, Buenos Aires, 1986, ps. 243 y 244.
(64)Como señala Roveda, "El código Civil francés soluciona la cuestión de la diversidad de
valores entre la inversión realizada y el beneficio producido, en principio a favor del más bajo,
aunque dejando a salvo la recompensa no puede ser menor que el gasto efectuado, si hubiera
sido necesario, y que tampoco puede ser menor que el beneficio subsistente, si el valor
aportado ha servido para adquirir, conservar o mejorar un bien que se mantiene en el patrimonio
al momento de la liquidación (art. 1469, con la reforma introducida en 1985)" (ROVEDA, Eduardo
G., "Liquidación de la sociedad conyugal", en JA 2012-II-25, fasc. 1).
(65)Del autor citado, en Código civil..., cit., t. 6, ps. 249 y 250.
(66)PÉREZ LASALA, José L., Liquidación de la sociedad..., cit., p. 191.
(67)Del autor citado, en Código Civil, comentado..., cit., comentario al art. 1314 del Código
Civil, p. 276.
(68)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Régimen..., cit., p. 189.
(69)Debe recordarse que el matrimonio mientras subsiste es impedimento para la celebración
de nuevas nupcias, de acuerdo con lo dispuesto por el art. 403, inc. d), CCyCN. Por ende, el
matrimonio contraído cuando subsiste un vínculo matrimonial anterior, es pasible de nulidad
absoluta según el art. 424. Los efectos de la buena y mala fe de los contrayentes están
previstos en los arts. 428, 429 y 430 del CCyCN.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 33/33
CAPÍTULO XIV - RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES. POR ADRIANA ROTONDA
I. GENERALIDADES
En nuestro medio actual, el sistema jurídico da cabida a la manifestación de la autonomía de
la voluntad en materia de organización de la economía familiar y posibilita la opción de régimen
económico para el matrimonio entre: el régimen de comunidad de bienes y ganancias o el de
separación de bienes. Dicha elección puede efectuarse tanto al momento de la celebración de
las nupcias, como con posterioridad a las mismas después de un año de vigencia del régimen.
La diversidad de organizaciones familiares, los matrimonios de segundas y ulteriores nupcias, la
equiparación de posibilidades de sus contrayentes propiciaron la incorporación de dicha
alternativa en el sistema legal. En efecto, como consecuencia de ello, la reforma de la
unificación del Código Civil y Comercial admitió la existencia de dos regímenes matrimoniales:
la comunidad —que también rige como régimen supletorio— y el de la separación de bienes —
para que puedan escoger los cónyuges el más adecuado a su interés al momento de celebrar el
matrimonio o con posterioridad—.
Durante décadas, en numerosos congresos y jornadas nacionales e internacionales se
debatió sobre la conveniencia de incorporar opciones de regímenes económicos para los
cónyuges(1).
El Proyecto de Reforma del Código Civil Argentino de 1993 estableció como régimen legal el
de comunidad de ganancias, y como convencionales el de separación de bienes y el de
participación. La Reforma propuesta en 1998, establecía el mismo régimen legal supletorio —la
comunidad de bienes y ganancias—, pero limitó los sistemas posibles a la comunidad y el
régimen de separación de bienes(2). En comentario al sistema proyectado en el año 1998,
María Josefa Méndez Costa, señalaba: "Solamente el peso de la indiscutible existencia de
distintos tipos de familia puede inclinar el desplazamiento de la imperatividad de la comunidad
de gananciales en servicio del respeto de las diferencias"(3).
En el régimen instaurado en el CCyCN de 2014, el sistema de separación de bienes es el
régimen que puede ser elegido por los consortes, tanto al inicio del matrimonio, como por
convenio posterior. Como dijera Krasnow, se trata de un sistema convencional no pleno, en el
cual la ley habilita a los futuros cónyuges a optar entre los regímenes previstos y, "ante la falta
de elección, se regula un régimen supletorio al que quedará sujeto el matrimonio que no puso
en ejercicio la autonomía de la voluntad"(4), se siguen los lineamientos de la mayoría de las
legislaciones en las que se establece como supletorio el régimen de comunidad.
La separación de bienes es régimen optativo en España, México, Francia, Brasil(5)y en la
República Oriental del Uruguay(6), entre otros Estados.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
En cuanto a la forma, se requiere que los contrayentes otorguen escritura pública(9)en la cual
opten por el régimen aludido y, además, se deberá dejar constancia de tal acto en el acta de
celebración del matrimonio. Esta opción por el régimen debe ser expresa, y el silencio a su
respecto torna aplicable el régimen de comunidad. En efecto, en el art. 446, inc. d), se prevé la
convención prematrimonial cuyo objeto sea "la opción que hagan de alguno de los regímenes
matrimoniales previstos en este Código". El contrato prenupcial queda sujeto a la condición de
la celebración del matrimonio.
Cabe resaltar que para acceder a la separación de bienes, los cónyuges deben ser mayores,
capaces y se requiere que haya transcurrido un año de vigencia del sistema de comunidad —ya
sea por aplicación supletoria o por convención—. Además, el acuerdo debe ser hecho bajo la
formalidad de la escritura pública (art. 449, CCyCN), la cual deberá ser inscripta marginalmente
en el acta de matrimonio(10).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
III. LA SEPARACIÓN DE BIENES COMO RÉGIMEN ECONÓMICO APLICABLE CON POSTERIORIDAD A LA CELEBRACIÓN DEL
MATRIMONIO
2. La separación de bienes a partir de la sentencia que declara la separación judicial (art. 477,
CCyCN)
La sentencia que declara la procedencia de la separación judicial de bienes, fundada en la
mala administración de un cónyuge que acarree al peticionante el peligro de perder su eventual
derecho sobre los gananciales, en la declaración del concurso preventivo o quiebra del otro
consorte, en la separación de hecho de los cónyuges sin voluntad de volver a unirse, o en la
designación de un tercero como curador de uno de los cónyuges (art. 477, CCyCN), coloca a
éstos en el régimen de separación de bienes. De tal forma, ellos quedan sometidos al régimen
previsto para la separación de bienes, en los arts. 505, 506 y 507 del CCyCN.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
En cuanto al sistema del art. 456, corresponde interpretar que esta protección cede frente a
la ejecución de tasas y contribuciones que gravan el bien, deudas contraídas por reformas o
construcciones en él, e incluso por servicios contratados en el bien que benefician a ambos
esposos, tales como telefonía, servicio de Internet o televisión por cable, etcétera.
Méndez Costa ya enunciaba las dificultades interpretativas que surgían en el caso de la
ejecución por deudas alimentarias. La autora citada, al comentar el similar del Proyecto de
Código de 1998, se preguntaba si por la aplicación de la norma de inejecutabilidad, el hogar
conyugal resultaba inejecutable por las deudas alimentarias del titular. La jurista santafecina
decía: "Si la ejecución perjudica al acreedor, sería ilógico admitirlo, pero si el acreedor está
incluido en el deber alimentario del propietario pero no comparte el hogar conyugal (p. ej. el
ascendiente del marido que vive solo), el conflicto se daría entre dos derechos de base familiar
que, opinamos, se resuelve con la primacía de la norma específica (...) que hace al interés del
cónyuge y de los hijos"(19).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
redactado por la Comisión creada por el dec. 468/1992: "esta respuesta (la no obligatoriedad de
la liquidación sustentada por alguna doctrina española) genera inseguridad jurídica. En efecto,
por un lado, se ha inscripto en el registro un nuevo régimen (por ejemplo, el de separación),
pero, por el otro, las cosas estarían sometidas al régimen de indivisión poscomunitaria"(20). Por
ello, y como señalaran la autora citada y Méndez Costa(21), la pauta de la seguridad jurídica ha
de orientar el enfoque de conflicto particular que pueda presentarse dándole la respuesta que,
en primer término, respete al tercero que obró de buena fe y onerosamente y, después, el
interés comprometido del cónyuge.
El art. 2543 del CCyCN establece, bajo el título Casos especiales: "El curso de la
prescripción se suspende: a) entre cónyuges, durante el matrimonio". La norma no hace
distinción entre los matrimonios que rigen sus cuestiones patrimoniales por el régimen de
comunidad y aquellos que lo hacen por el régimen de separación de bienes. Méndez Costa,
frente a la norma similar que contenía el Proyecto de 1998, se pronunciaba críticamente y
señalaba que la misma resultaba desafortunada e inarmónica con la libertad de contratar entre
sí, de la cual gozan los esposos, e incluso con las normas sobre caducidad y la trascendencia
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
que se otorga al transcurso del tiempo y la inacción del interesado en normas aplicables a los
dos regímenes(25). Aquellas críticas, pueden aplicarse al nuevo CCyCN.
BIBLIOGRAFÍA
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, t. II, Astrea, Buenos Aires, 2006.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(1)En efecto, la doctrina ha defendido las reformas tendientes a permitir la mayor injerencia de
la autonomía de la voluntad de los cónyuges y la celebración de convenciones matrimoniales
que viabilizaran los regímenes alternativos al de la comunidad de gananciales. Así, distintas
realizaciones académicas produjeron conclusiones y recomendaciones similares a las
propuestas en las Jornadas Nacionales de Derecho Civil de 1987 y las del X Congreso
Internacional de Derecho de Familia celebrado en el año 1998 en Mendoza, "el principio de la
autonomía de la voluntad en cuanto principio general que se manifiesta en todo el campo del
derecho, debe ser también admitido dentro del régimen patrimonial del matrimonio y los
cónyuges deben tener cierta libertad para pactar el régimen patrimonial que regirá su
matrimonio" (El derecho de familia y los nuevos paradigmas, vol. 3, en X Congreso Internacional
de Derecho de Familia, Mendoza, 20 al 24 de septiembre de 1998, Universidad Nacional de
Cuyo, Mendoza, 1998, . En este sentido, ver ZANNONI, Eduardo, Derecho de familia, t. I, Astrea,
Buenos Aires, 2000, p. 460).
(2)Ambos proyectos posibilitaban el cambio convencional de un régimen a otro después de
dos años de vigencia del anterior.
(3)MÉNDEZ COSTA, María Josefa, "Los cónyuges separados de bienes en el proyecto de 1998",
LL 2000-E-1001.
(4)KRASNOW, Adriana N., "Las relaciones patrimoniales entre cónyuges en el Proyecto", RDFyP
La Ley, año IV, nro. 6, julio 2012, ps.106-107.
(5)En el título II, Del derecho patrimonial, correspondiente al Libro III, "Del régimen de bienes
entre los cónyuges", el art. 1639 establece que al celebrarse el matrimonio los cónyuges podrán
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
celebrar estipulaciones respecto del régimen económico matrimonial, o luego de celebradas las
nupcias con autorización judicial. Asimismo, el art. 1641 establece la obligatoriedad del sistema
de separación de bienes en los siguientes casos: 1. personas que contraen matrimonio con
inobservancia de causas suspensivas; matrimonio de personas de más de setenta años -de
acuerdo con la reforma establecida por la ley 12.344 de 2010; en todos los casos de personas
que necesitan autorización judicial para contraer matrimonio. En la República Oriental del
Uruguay, se aplica el régimen de separación como opcional, que podrá solicitarse también luego
de celebrado el matrimonio en cualquier tiempo, según el art. 1985 del CCiv. de la República
Oriental del Uruguay. En el Reino de España, las Comunidades de Cataluña, Baleares y
Valencia por defecto de régimen, ordenan la aplicación del sistema de separación.
(6)A partir del título "De la separación judicial de bienes durante el matrimonio", en el art. 1985
del Código Civil se establece la facultad de cualquiera de los cónyuges o ambos de
conformidad, para solicitar sin expresión de causa, la disolución y liquidación de la sociedad
conyugal. Ante la petición, el juez deberá decretarla sin más trámite y ordenará la inscripción de
la sentencia en el correspondiente Registro. Mientras la sentencia no sea inscrita no surtirá
efecto contra terceros y el sistema ha previsto la citación por edictos para que comparezcan
quienes tengan interés dentro del término de sesenta días. Asimismo, el Código establece que
los interesados que no comparecieren dentro del término sólo tendrán acción contra los bienes
del cónyuge deudor. Además, en el art. 1986, el legislador sancionó la prohibición de renuncia
anticipada para solicitar la separación de bienes, en las capitulaciones matrimoniales.
(7)Como señalaba Graciela Medina, en comentario al Proyecto de 1998: "La edad de los
contrayentes es una limitación tenida en cuenta por la mayoría de las legislaciones del derecho
codificado aunque con variantes". La autora explica que en algunas legislaciones se permite
que los menores opten por intermedio de sus representantes y se exige la homologación judicial
del convenio (ver "Autonomía de la voluntad y elección del régimen patrimonial matrimonial
[Forma y límites de la elección frente al proyecto de reforma al Código Civil"], en colaboración
con la Dra. Mariana Kanefsk, JA 1999-III-958. También de la autora, "Elección del régimen de
bienes en el matrimonio, límites y proyecto de reforma del Código Civil", LL 1999-E-1050).
(8)El Código Civil de la República Oriental del Uruguay establece en el art. 1987 que para que
el cónyuge menor de edad pueda pedir la separación de bienes, se requiere que sea autorizado
por un curador especial, sin perjuicio de la intervención que deberá darse al Ministerio Público.
(9)Esta forma es exigida por la mayoría de las legislaciones, entre ellas el Código Civil francés,
el Código Civil español y el Código belga. Asimismo, la forma de la escritura pública es
requerida como forma solemne que otorga validez al acto en sí mismo, tal como lo señalaba
Graciela Medina en el Proyecto de 1998 (ver nota 7).
(10)La inscripción marginal en el acta de matrimonio, al solo efecto de hacerlo oponible a
terceros tiene por finalidad brindar seguridad jurídica. Esta exigencia fue incluida en las XXXVII
Jornadas Notariales Bonaerenses, de 2011, en la cual se recomendara "que se establezca un
medio idóneo de publicidad que permita a los terceros conocer el régimen patrimonial al que se
encuentra sujeto la persona y sus modificaciones posteriores" (Despachos Tema I,
www.jnb.org.ar/despachos). La publicidad en el Registro de las Personas resulta lógica al
pensar que la elección del régimen abarca una universalidad con diversos bienes registrables,
cosas y derechos no registrables, créditos y derechos inmateriales, por lo cual éste aparece
como el único registro capaz de concentrar la información y la publicidad adecuadas.
(11)Sin perjuicio de ello, pese a no haberse registrado la opción del régimen, con la escritura
pública que contiene el convenio y el acta de matrimonio en el que conste la opción del régimen,
el notario podrá calificar el régimen vigente entre los cónyuges en la actuación notarial y dejar
constancia de la misma, obteniendo luego oponibilidad frente a terceros, con relación a un bien
en particular, por la toma de razón en el Registro de la Propiedad Inmueble.
(12)Ídem nota 10.
(13)Cabe recordar alguna de las posiciones doctrinarias contrarias a la mutabilidad del
régimen económico del matrimonio. Así, el Dr. Eduardo Fanzolato, en su trabajo: "Régimen de
bienes. Derecho comparado", sostenía: "El principio de inmutabilidad de los capítulos
matrimoniales buscaría evitar que, durante el matrimonio, uno de los cónyuges -generalmente la
esposa- sufriera presiones psicológicas del otro, quien, de esta manera, podría lograr ventajas
en las convenciones acordadas pendiente vínculo, ventajas que no responderían a la libre
voluntad del consorte que las consentiría coaccionado moralmente". "Muchos iusfamiliaristas
afirman que las facilidades acordadas en algunas legislaciones para modificar
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/14
CAPÍTULO XV - PROTECCIÓN DE LA VIVIENDA. AFECTACIÓN. BIEN DE FAMILIA. POR FERNANDO H. CASTRO
MITAROTONDA
I. INTRODUCCIÓN
"La vivienda tiene para las personas un valor que excede lo patrimonial; se trata de un
espacio de intimidad; de protección; de desarrollo personal; de construcción de proyectos y
afianzamiento de vínculos familiares, de disfrute, trabajo y reflexión"(1).
A tono con dicha importancia el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación destina un
capítulo a la protección de la vivienda (arts. 244 a 256).
1. Relaciones internas
Primeramente en lo que atañe a "las relaciones internas de los miembros de la familia, en los
cuales encontramos el asentimiento del cónyuge o conviviente no titular para disponer del
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
inmueble en el que habita la familia, la atribución del uso de la vivienda luego del divorcio o de
la ruptura de la convivencia; la incidencia de la vivienda familiar como pauta para la fijación de la
cuota alimentaria durante la convivencia y la separación de hecho de la pareja matrimonial"(12).
2. Relaciones externas
"En segundo lugar, las externas. Es decir, las que se refieren a las relaciones con terceros,
tales como la afectación de la vivienda familiar a fin de protegerla frente a la acción de los
acreedores, los casos de continuación de la locación por el cónyuge o conviviente no locatario,
según corresponda, y respecto de los herederos, el derecho real del cónyuge supérstite y los
supuestos de indivisión impuesta por el causante"(13).
Asimismo, y haciéndose eco de las diferentes opiniones doctrinales y jurisprudenciales, el
nuevo Código no distingue, en cuanto a los efectos de la protección de la vivienda, entre la
familia matrimonial y la extramatrimonial, como tampoco caracteriza la familia por el número de
miembros cuando permite la afectación del inmueble destinado a la vivienda(14).
3. La cuestión constitucional
Pueden existir diferentes protecciones sobre un mismo bien. El régimen sancionado no
excluye la tutela por otras disposiciones legales, "como por ejemplo la protección concedida por
el régimen patrimonial del matrimonio o de las uniones convivenciales"(15).
Ahora bien, se planteó durante la vigencia de la ley nacional 14.394 si era posible como de
hecho ocurrió, que las provincias sancionaran normas tuitivas respecto de la vivienda familiar,
cuestión que entendemos no pierde vigencia con el Código sancionado.
Al respecto, la Corte Suprema se ha expedido sobre la competencia del Congreso y la
exclusión de las provincias en esta materia en varios fallos sosteniendo: "Determinar qué bienes
del deudor se hallan sujetos al poder de agresión patrimonial del acreedor —y cuáles, en
cambio, no lo están— es materia de la legislación común y, como tal, prerrogativa única del
Congreso nacional, lo cual impone que no corresponde a las provincias incursionar en tal
ámbito, delegado al sancionarse la Ley Suprema"(16).
Coincidimos en que "lo que ha hecho el Tribunal Federal es mantener el principio de división
de los poderes otorgando al Congreso de la Nación el lugar que en dicha división de poderes le
corresponde"(17).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
de un condominio entre el titular y los beneficiarios, ni agrega ni debilita el ejercicio del derecho
de dominio; al contrario es una manifestación de su ejercicio, que concretando una restricción a
la libre enajenabilidad de los bienes debe ser interpretado con carácter restrictivo(20).
La afectación es optativa, excepcional o única, irrenunciable, insusceptible de transacción e
imprescriptible(21).
Asimismo, debe remarcarse el carácter de orden público una vez efectuada(22).
1. Aspectos generales
Se puede observar que bajo el régimen del bien de familia las definiciones eran múltiples
pero tenían características comunes. La idea de bien de familia se encontraba ineludiblemente
asociada a la protección de la vivienda donde residía la familia, cualquiera que fuere la acepción
más restrictiva o más flexible que de ella se adoptara(23).
Como ha enseñado Alterini(24), "entre habitación y vivienda hay una relación muy estrecha;
son conceptos que tienden a confundirse. En una obra francesa clásica en esta temática, al
menos en los aspectos sociológicos y filosóficos: 'Hábitat y vivienda' de Havel, rescatando
purezas en estos conceptos, se lee que acaso la idea de hábitat apunte más a la protección, a
la seguridad, al refugio adecuado, y en cambio, la vivienda reflejaría en mayor medida la idea de
residencia efectiva".
Lo cierto es que "la referencia a la tutela del hábitat de la persona sola obliga a dejar de lado
una expresión tan arraigada en nuestra cultura jurídica —que, incluso recepta nuestra
Constitución Nacional— y reemplazarla por una denominación más abarcativa que comprenda
la protección de la vivienda en sentido amplio, con independencia de quién o quiénes la habiten"
(25).
La ley hoy menciona a la vivienda, su afectación y la conceptualiza como protección (art. 244,
CCyCN).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
2. Constitución
De acuerdo con el art. 244 del CCyCN:
Puede afectarse al régimen previsto en este Capítulo, un inmueble destinado a vivienda,
por su totalidad o hasta una parte de su valor. Esta protección no excluye la concedida por
otras disposiciones legales.
La afectación se inscribe en el registro de la propiedad inmueble según las formas
previstas en las reglas locales, y la prioridad temporal se rige por las normas contenidas
en la ley nacional del registro inmobiliario.
No puede afectarse más de un inmueble. Si alguien resulta ser propietario único de dos
o más inmuebles afectados, debe optar por la subsistencia de uno solo en ese carácter
dentro del plazo que fije la autoridad de aplicación, bajo apercibimiento de considerarse
afectado el constituido en primer término.
Se extrae de la nueva normativa que puede haber afectaciones parciales. En lo referido a la
protección de un bien mediante este régimen, se puede realizar por una parte del valor del
inmueble destinado sólo a la vivienda. Recordemos que en el art. 34 de la ley 14.394 se refería
al inmueble "cuyo valor no excediera las necesidades de sustento y vivienda de su familia".
"Además, el régimen de prioridades se establece siguiendo las normas registrales, ello
conlleva a que se admita la retroprioridad registral, en tanto se remite a las normas de la ley
registral nacional 17.801, que así lo autorizan"(27).
La inscripción, "que tendrá efecto declarativo y retroactivo a la fecha de escritura si se
inscribe en los plazos estipulados y desde la fecha de rogación si se solicita la afectación en el
Registro de la Propiedad Inmueble"(28).
3. Legitimados
Conforme al art. 245 del CCyCN:
La afectación puede ser solicitada por el titular registral; si el inmueble está en
condominio, deben solicitarla todos los cotitulares conjuntamente. La afectación puede
disponerse por actos de última voluntad; en este caso, el juez debe ordenar la inscripción
a pedido de cualquiera de los beneficiarios, o del Ministerio Público, o de oficio si hay
beneficiarios incapaces o con capacidad restringida.
La afectación también puede ser decidida por el juez, a petición de parte, en la
resolución que atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las
cuestiones relativas a la conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con
capacidad restringida".
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3.1.2. El constituyente
Se amplía con la sanción del nuevo Código el cuadro de legitimados, pues la afectación
puede ser solicitada "por el titular registral; por todos los condóminos, aunque no haya relación
de parentesco entre ellos; por decisión judicial a petición de parte, en la resolución que atribuye
la vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las cuestiones relativas a la conclusión
de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida"(31).
Concordamos en que el art. 245 al no hacer referencia a la familia, ni exigir la acreditación
del vínculo como lo hacían los arts. 36 y 43 de la ley 14.394, autoriza la afectación a este
régimen de propiedad de la vivienda a favor del titular de dominio sin familia, atendiendo así a
una situación, cada vez más frecuente en las grandes ciudades, de las personas que viven
solas sin un grupo familiar(32).
3.1.3. Condóminos
La ley 14.394 hacía mención del condominio en los arts. 43 y 49, inc. c). Es decir, al ocuparse
de la constitución del bien de familia y al tratar su desafectación(33).
Tratándose de condóminos, la ley 14.394 exigía que éstos fueran parientes conforme al art.
43 y que la gestión debían hacerla todos los copropietarios.
"En cuanto al primer requisito se sostuvo que la ley entendía que la admisión de la
constitución del bien de familia entre condóminos, fuera del caso de excepción del art. 36,
instituiría un régimen de condominio diverso al del Código Civil sin que existiera el ingrediente
de la 'protección de la familia' que es el que tuvo en miras el legislador al admitir la constitución
del régimen de la ley 14.394 sobre un inmueble perteneciente a dos o más personas"(34). Se
dijo que "el legislador no encontró razón para alterar el sistema normal del condominio, ni aún
en el caso de que ello sea para proteger la vivienda o la fuente de sustento de los comuneros"
(35).
En opinión contraria se consideró que la exigencia del parentesco entre los condóminos
resultaba injustificada, ya que no se alcanzaba a comprender qué inconveniente se hubiere
planteado si fueran personas físicas no ligadas entre sí por vínculo de parentesco(36).
Respecto del segundo requisito, era de aplicación el art. 2680 del Código Civil derogado.
Con la redacción actual de la norma, si el inmueble está en condominio, deben solicitarla
todos los cotitulares conjuntamente, desapareciendo por ende el recaudo referido al parentesco.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 8/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
V. BENEFICIARIOS
Según lo establece el art. 246 del CCyCN son beneficiarios de la afectación:
a) El propietario constituyente, su cónyuge, su conviviente, sus ascendientes o
descendientes;
b) en defecto de ellos, sus parientes colaterales dentro del tercer grado que convivan
con el constituyente.
1.2. Convivientes
En la normativa del art. 246 se incluye al conviviente como beneficiario. Esta consagración
legal entendemos se adapta al nuevo paradigma constitucional familiar, superando la acertada
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
crítica que se venía sosteniendo respecto de la restricción del art. 36 de la ley 14.394,
derogado. Y ello así, pues la restricción implicaba desconocer la situación de los integrantes de
la familia de hecho, discriminando sin fundamento alguno dichas alianzas, negando la
protección de la vivienda(40).
Es necesario recordar que esa "situación injusta pudo ser superada doctrinariamente con
claridad por los reformadores de 1998, ya que el Proyecto de Código Civil de ese año previó
que la vivienda familiar, y en su caso, la unidad económica familiar pudieran ser afectadas como
bien de familia por los condóminos, cuando entre ellos hubiere unanimidad (arts. 233, 234 y
246). Obviamente eso incluía a quienes en tal carácter fueran, a su vez, miembros de una
pareja conviviente"(41). Pero la protección seguía siendo parcial, pues nada se decía con
respecto a "la posibilidad de nombrar beneficiario a la pareja conviviente del constituyente
cuando aquélla no era condómino, ni aun en el caso de hijos en común con el propietario"(42).
No quedan dudas entonces de que la ley establece la protección para la pareja no
matrimonial.
Se han esbozado sin embargo algunas vacilaciones respecto de la inclusión de la figura del
conviviente. Así se ha planteado el interrogante acerca de si tal figura, contemplada en el art.
246, alcanzaría a supuestos diversos de la "unión de convivencia" o "pacto de convivencia" —
arts. 509 a 528 del CCyCN—. Y en ese caso, sí podría existir convivencia sin inscripción de
pacto o registración de unión convivencial.
Inquietud que se acrecienta por el texto del art. 255 del Código referido a la desafectación y
cancelación de la inscripción, al establecer que procede "a solicitud del constituyente y si está
casado o vive en unión convivencial inscripta con el asentimiento del cónyuge o conviviente".
"Circunstancia que permitiría conjeturar sobre la posibilidad de un conviviente de hecho,
beneficiario de la protección, a quien no se le requeriría asentimiento en caso de que el
constituyente solicite la desafectación o cancelación de la inscripción"(43).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
X. EFECTOS
torne exigible. Se hablaba de deudas potenciales o virtuales para aludir a aquellas en que la
fuente resultaba de fecha anterior a la constitución del bien de familia, pero el incumplimiento
era de data posterior(52).
Así "deudas posteriores son solamente aquellas cuya causa generadora haya tenido lugar
después de la afectación, por ejemplo, las nacidas de un contrato celebrado en fecha ulterior, de
un acto ilícito acontecido más adelante, de documentos suscriptos al cabo de cierto tiempo"(53).
La solución legal es razonable, puesto que los acreedores tuvieron en miras, al contratar con
el deudor del inmueble, que en ese entonces integraba el patrimonio común como eventual
prenda ante el incumplimiento.
"En cambio, los acreedores posteriores, que contrataron con el deudor cuando el bien —ya
afectado al referido régimen— estaba excluido del patrimonio suyo como eventual prenda
común, no tomaron en cuenta, al contratar, la existencia del bien"(54).
Pero la novedad se encuentra entre los créditos por los cuales se puede pedir la ejecución,
ya que se determina la inoponibilidad de la afectación. Concretamente, en los incs. a), b), c), y
d) del art. 249(55).
Se incluyen en el inc. d) las obligaciones alimentarias, un reclamo que ya había sido
expuesto en doctrina(56)y que se materializa con la legislación sancionada.
Se entiende que la flamante normativa abarca el supuesto de alimentos judiciales o
contractuales posteriores a la afectación.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
14.394(63).
e) En caso de expropiación, reivindicación o ejecución autorizada por este Capítulo, con
los límites indicados en el artículo 249.
A diferencia de los supuestos anteriores no se requiere un juicio autónomo para lograr la
desafectación pues en estos casos opera la extinción del dominio, por lo que no confiere
facultades al propietario o a los beneficiarios para oponerse(64).
La desafectación por venta judicial guarda relación con el régimen de inejecutabilidad de la
afectación, debiéndose armonizar con los límites del art. 249.
El art. 107 de la ley 24.522(65)establece que "el fallido es desapoderado de pleno derecho de
los bienes que poseyere al momento de la declaración de quiebra y de los adquiridos hasta su
rehabilitación. Constituye el principal efecto patrimonial de la quiebra. Como regla general,
puede sostenerse que todos los bienes son objeto de desapoderamiento, salvo las excepciones
contenidas en el art. 108"(66).
"El bien de familia encuadraba en principio en las previsiones del art. 108 incs. 2 y 7 que
excluyen del desapoderamiento a los bienes inembargables y los demás bienes excluidos por
otras leyes"(67). Es decir, a partir de la inscripción del inmueble como bien de familia se
patentizaba "el halo protector normativo: la inejecutabilidad del mismo respecto de las deudas
posteriores a su afectación con las salvedades referidas a impuestos o tasas y créditos por
adquisición, construcción o mejoras introducidas en la finca (art. 38, ley 14.394)"(68).
Se podría decir entonces, por un lado, que el deudor no respondía con el inmueble inscripto
como bien de familia, por aquellas deudas cuyo origen era posterior a la inscripción bajo el
régimen especial de que se trataba; y, por el otro, que esa cobertura se protegía por más que el
deudor titular del bien de familia fuera declarado en quiebra. En sentido inverso, si la deuda
tenía un origen anterior a la constitución del inmueble como bien de familia, ello no impedía que
éste pudiera ser embargado y ejecutado por los acreedores(69).
Por lo tanto, si el fallido no poseía deudas de causa anterior a la afectación del inmueble éste
no podía ser objeto de desapoderamiento.
En este sentido, había quienes sostenían que bastaba un solo acreedor que fuere anterior
para que el bien de familia ingresara a la masa, sosteniendo que éste era una cosa sometida a
desapoderamiento(70).
Otros argumentaban que no procedía el desapoderamiento del inmueble afectado(71).
Para Kemelmajer de Carlucci, la especial situación del bien de familia impedía dar reglas
absolutas(72).
La controversia nacía en el ámbito del art. 38 de la ley 14.394, cuando una persona física
cuya vivienda familiar se encontraba afectada al régimen del bien de familia caía en quiebra y
existían en ella acreedores anteriores y posteriores a la afectación del inmueble.
"Al generarse controversias se elaboraron distintas teorías que podrían sintetizarse en las
siguientes: i) El bien de familia no ingresaba a la quiebra, quedando fuera de ella respecto de
todos los acreedores, tanto los anteriores como los posteriores a la afectación. ii) Los
acreedores a los cuales les era inoponible el bien de familia poseían acción individual para
cobrar sus créditos. iii) Existiendo al menos un acreedor al cual le fuera inoponible la afectación
del bien de familia, éste ingresaba al activo de la quiebra para ser distribuido por todos los
acreedores. iv) Sólo podían cobrar los acreedores a los cuales les era inoponible el bien de
familia. A su vez, esta postura admitía una subclasificación: a) Cobraban los acreedores a los
cuales les era inoponible la afectación del bien, y una vez satisfechos sus créditos, el saldo
pasaba al fallido. b) Cobraban los acreedores a los cuales les era inoponible la afectación del
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
bien, y una vez satisfechos sus créditos, el saldo ingresaba a la masa concursal para ser
distribuido a prorrata por la totalidad de los acreedores"(73).
Como puede observarse, "la norma fue objeto de muchas interpretaciones jurisprudenciales
referidas a la situación concursal especialmente en torno a la posibilidad de subrogación real y a
los efectos en los supuestos en los que la afectación resultaba oponible a unos acreedores pero
no a otros"(74).
"Ambos problemas (subrogación real y efectos de la inoponibilidad) están vinculados, desde
que, no aceptándose la subrogación real, si el inmueble se liquida, se afirma que se ha
extinguido el asiento, aun cuando quede un sobrante a favor del propietario; por lo tanto, el
resto de los acreedores puede agredir ese sobrante a través de la actuación del síndico. Por el
contrario, si se admite la subrogación real, no hay impedimento en sostener que la afectación
pasa el monto liquidado"(75).
En cuanto a la subrogación real, es una modificación objetiva cualitativa de la relación
jurídica en cuya virtud, cuando un objeto ocupe en la relación jurídica el lugar que ocupaba otro,
lo hace bajo las mismas condiciones e idéntica afectación.
"Por consecuencia de la subrogación real en la relación jurídica objetiva y cualitativamente
modificada, el bien subrogado recibe el mismo trato que tenía el anterior bien: es objeto sobre el
cual se aplica el privilegio o derecho persecutorio del acreedor, o la ventaja de inembargabilidad
del deudor, o la cualidad de pertenencia a un patrimonio o masa diferenciada, etcétera,
cumpliendo con el fin técnico de impedir la confusión del tráfico jurídico cuya validez no se
detendrá en beneficio de la seguridad jurídica dinámica y asegurando la permanencia de los
destinos especiales de afectación"(76).
La subrogación real ha sido expresamente resuelta en dos normas: "por un lado, el art. 244
admite afectar un inmueble destinado a vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su valor.
Esto significa que, liquidado o subastado el bien, el sobrante queda fuera de la acción de los
acreedores que antes de la liquidación no podían agredir ese bien, o sea, los posteriores a la
afectación no incluidos entre las excepciones; por el otro, el art. 248, bajo el título 'Subrogación
real' dispone: 'La afectación se transmite a la vivienda adquirida en sustitución de la afectada y
a los importes que la sustituyen en concepto de indemnización o precio'"(77).
"Respecto de la inoponibilidad fue aclarada por la Corte Federal al decidir que, por ser un
derecho disponible, compete exclusivamente al acreedor y no puede ser invocada por el
síndico. En efecto, el 10/4/2007, en la causa 'Baumwohlspiner de Pilevski, Nélida s/quiebra', la
máxima autoridad judicial del país decidió que 'la sentencia que confirmó la desafectación de un
inmueble como bien de familia de acuerdo a lo peticionado por el síndico de la quiebra con base
en la existencia de acreedores verificados, de causa o título anterior a la afectación, a pesar de
ser manifiesta su falta de interés en sustentar el pedido, importa una exégesis irrazonable del
art. 38 de la ley 14.394, que lo desvirtúa y lo torna inoperante en el marco de un instituto que
tiene respaldo mediato en el art. 14 de la CN (La Ley, 2007-D-18)'".
"La legitimación del síndico —que la Corte rechaza— es la consecuencia ineludible de la
posición asumida por varias salas de la Cámara Nacional de Comercio que sostiene que,
subastado el inmueble por ser inoponible a cualquier acreedor, el monto se incluye en el
concurso y cobran todos los acreedores por igual (anteriores y posteriores). Esta posición,
aunque fundada en el art. 49 de la ley 14.394 que entre las causas de desafectación menciona
la expropiación, reivindicación o ejecución autorizada, implica confundir la desafectación con la
inoponibilidad. Ambas figuras abren el camino a la ejecución del bien, pero tienen distintos
presupuestos y producen efectos diferentes. Los supuestos del art. 38 de la ley 14.394 son de
inoponibilidad, y en cuanto tales, proceden sólo respecto al acreedor peticionante,
manteniéndose la inscripción del bien de familia respecto a las restantes deudas a las cuales
continúa siendo oponible. En cambio, en los casos de desafectación previstos en el art. 49, el
bien de familia queda extinguido, de modo que la totalidad de los acreedores pueden
embargarlo y ejecutarlo y, por eso, el síndico está legitimado para reclamar, por la vía
correspondiente, la producción de tal efecto"(78).
El Código se inclina por la posición más protectora de la vivienda distinguiendo inoponibilidad
y desafectación (arts. 249 y 255, CCyCN).
"Los supuestos de ejercicio abusivo de protección del bien de familia (por ej., inmueble que
excede notoriamente las necesidades del deudor y su familia) encontraron respuesta adecuada
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
ALTERINI, Jorge H., "Protección constitucional de la vivienda familiar", JA 1992-IV-772.
AREÁN, Beatriz, Bien de familia, Hammurabi, Buenos Aires, 2001.
CARAMELO DÍAZ, Gustavo, "El derecho a una vivienda adecuada según la Corte Suprema
argentina", JA 2012-III-55, suplemento de fasc. 5.
CASTRO MITAROTONDA, Fernando H., "Uniones de hecho y atribución del hogar común", RDCS
2009-1-101/115, http//revista.dcs.jursoc.unlp.edu.ar//index.php.
CHECHILE Ana M., Bien de familia y separación de hecho, RDPyC, 2011-1, 1ª ed., Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 2011.
CHIAVASSA, Eduardo N. - DI TULLIO, José A., "Beneficiarios del bien de familia", RDPyC 2011-I-51,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
Código Civil y Comercial de la Nación, Proyecto del Poder Ejecutivo Nacional redactado por la
Comisión de Reformas designada por decreto presidencial 191/2011. Fundamentos del
Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, AbeledoPerrot, 2012.
FAMÁ, María Victoria, "La protección jurídica de la vivienda unipersonal: 'constitución del bien de
familia a favor del titular de dominio sin familia'", RDPyC 2011-1-63, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe.
FAZIO DE BELLO, Marta - MARTÍNEZ, Nory B., "Protección de la vivienda en el Proyecto de Código",
LL 2013-1-666.
FOLCO, Carlos M., "Los tributos y el bien de familia en el sistema jurídico argentino", RDPyC
2011-1-191, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2011.
GUASTAVINO, Elías P., Derecho de familia patrimonial. Bien de familia, t. II, 3ª ed., La Ley, Buenos
Aires, 2010, p. 17.
HERRERA, Marisa, "Bien de familia y crédito alimentario", RDPyC 2011-I-265, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi, Buenos
Aires, 1995, p. 98.
— "El proyecto de Código Civil y Comercial de 2012 y la ley de concursos", Suplemento
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, 13/12/2012, 1, LL
2012-F-1310.
— "La vivienda en el Proyecto de Código Único de 1998", RDF 2001-18-9 y ss., LexisNexis -
Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
LEVY, Lea M, "La vivienda familiar en el Anteproyecto de Código Civil", SJA 2012/6/20-36; JA-
2012-II.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
LEVY, Lea M. - BACIGALUPO DE GIRARD, María, Protección de la vivienda familiar, 1ª ed., Hammurabi,
Buenos Aires, 2011.
— "Doctrina del día: la vivienda familiar y su protección en el anteproyecto de Código Civil",
http://thomsonreuterslatam.com/articulos-de-opinion/22/11/2012/doctrina-del-dia-la-vivienda-
familiar-y-su-proteccion-en-el-anteproyecto-de-codigo-civil.
LOYARTE, Dolores, "Bien de familia y 'familia de hecho'", RDPyC 2011-I-501, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe.
LLOVERAS, Nora, "El bien de familia y la unión convivencial o de hecho en la Argentina", en
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída (dir.) - HERRERA, Marisa (coord.), La familia en el nuevo derecho, t.
I, 1ª ed., Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2009, p. 251.
MANILI, Pablo L., "El bien de familia desde el punto de vista del derecho constitucional", RDPyC
2011-1-44, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2011.
MEDINA, Graciela, "Protección constitucional de la vivienda familiar con especial referencia a las
modernas constituciones provinciales", RDF 1992-7-35 y ss., LexisNexis - Abeledo-Perrot,
Buenos Aires.
MEDINA, Graciela - PANDIELLA, Juan Carlos, "Bien de familia y subrogación", RDPyC 2011-I-163,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
MIZRAHI, Mauricio L., "El derecho del niño a un desarrollo autónomo y la nueva exégesis del
Código Civil", RDF 2004-26-113 y ss., LexisNexis - Abeledo-Perrot.
MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Desafectación del bien de familia", RDPyC 2011-I-356, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe.
ONU-HABITAT, "Guide to Monitoring Target 11: Improving the lives of 1000 mi SLUM
DWELLER", Nairobi, Kenya, mayo 2003, www.unhchr.ch/housing, citada por SHERMAN, Ida A. -
MENDOZA, Elena, "El derecho humano a la vivienda: ¿una inconstitucionalidad por omisión?,
RDF 2004-29-105 y ss., LexisNexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
PANDIELLA, Juan Carlos, "La protección de la vivienda en el proyecto", DFyP La Ley, julio 2012, p.
180.
PERALTA MARISCAL, Leopoldo L., Régimen del bien de familia, 1ª ed., Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
2005, p. 64.
RAMOS, Christian, "El bien de familia ante la quiebra", JA 2012-II-9, fasc. 8, Buenos Aires.
ROITMAN, Horacio - CHIAVASSA, Eduardo N., "Bien de familia, vivienda única y quiebra", RDPyC
2011-I-132, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
SICOLI, Jorge S., "La protección de la vivienda en el proyecto de Código Civil y Comercial de la
Nación", Revista de Derecho Comercial del consumidor y de la empresa, año III, nro. 5, La
Ley, Buenos Aires, 2012, p. 50.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. I, 1ª ed., Astrea, Buenos Aires, 1978.
(1)CARAMELO DÍAZ, Gustavo, "El derecho a una vivienda adecuada según la Corte Suprema
argentina", JA 2012-III-55, suplemento de fasc. 5.
(2)CASTRO MITAROTONDA, Fernando H., "Uniones de hecho y atribución del hogar común", RDCS
2009.1-101/115, http//revista .dcs.jursoc.unlp.edu.ar//index.php.
(3)ONU-HABITAT, "Guide to Monitoring Target 11: Improving the lives of 1000 mi SLUM
DWELLER", Nairobi, Kenya, mayo 2003, www.unhchr.ch/housing, citada por SHERMAN, Ida A. -
MENDOZA, Elena, "El derecho humano a la vivienda: ¿una inconstitucionalidad por omisión?, RDF
2004-29-105 y ss., LexisNexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
(4)MEDINA, Graciela, "Protección constitucional de la vivienda familiar con especial referencia a
las modernas constituciones provinciales", RDF 1992-7-35 y ss., LexisNexis - Abeledo-Perrot,
Buenos Aires.
(5)SHERMAN, Ida A. - MENDOZA, Elena, "El derecho humano...", cit., p.104.
(6)Art. 7º, inc. a), apart. ii, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
art. 11, párr. 1º, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; art. 25,
párr. 1º, Declaración Universal de Derechos Humanos; art. 25, párr. 1º, Declaración Universal de
Derechos Humanos; art. 14 bis, CN; art. 5º, inc. e), apart. iii, Convenio Internacional sobre la
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 18/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(31)LEVY, Lea M., "La vivienda familiar en el Anteproyecto de Código Civil", SJA 2012/6/20-36;
JA 2012-II, p. 42.
(32)PANDIELLA, Juan Carlos, "La protección...", cit., p. 182.
(33)COSSARI, Nelson G. A., "Condominio y bien de familia", RDPyC 2011-I-475, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe.
(34)COSSARI, Nelson G. A, "Condominio...", cit., p. 480.
(35)COSSARI, Nelson G. A, "Condominio...", cit., p. 480.
(36)CADOCHE DE AZVALINSKY, en MÉNDEZ COSTA, María Josefa - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de
familia, t. III, p. 331, citado por AREÁN, Beatriz, Bien de familia, cit., p. 83.
(37)SICOLI, Jorge S., "La protección de la vivienda en el proyecto de Código Civil y Comercial
de la Nación", Revista de Derecho Comercial del consumidor y de la empresa, año III, nro. 5, La
Ley, Buenos Aires, 2012, p. 50.
(38)CHIAVASSA, Eduardo N. - DI TULLIO, José A., "Beneficiarios del bien de familia", RDPyC 2011-
I-51, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe.
(39)GUASTAVINO, Elías P., Derecho de familia patrimonial..., cit., t. II, p. 183.
(40)LLOVERAS, Nora, "El bien de familia y la unión convivencial o de hecho en la Argentina", en
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída (dir.) - HERRERA, Marisa (coord.), La familia en el nuevo derecho, t. I,
1ª ed., Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2009, p. 251.
(41)LOYARTE, Dolores, "Bien de familia y 'familia de hecho'", RDPyC 2011-I-501, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe.
(42)LOYARTE, Dolores, "Bien de familia...", cit., p. 509.
(43)SICOLI, Jorge S., "La protección...", cit., p. 51.
(44)FAZIO DE BELLO, Marta - MARTÍNEZ, Nory B., "Protección...", cit.
(45)AREÁN, Beatriz, Bien de familia, cit., p. 133.
(46)LEVY, Lea M. - BACIGALUPO DE GIRARD, María, Protección..., cit., p. 135.
(47)GUASTAVINO, Elías P., Derecho de familia patrimonial..., cit., t. II, p. 323.
(48)AREÁN, Beatriz, Bien de familia, cit., p. 263.
(49)AREÁN, Beatriz, Bien de familia, cit., p. 281.
(50)SICOLI, Jorge S., "La protección...", cit., p. 52.
(51)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Protección jurídica de la vivienda familiar, Hammurabi,
Buenos Aires, 1995, p. 98.
(52)AREÁN, Beatriz, Bien de familia, cit., p. 179.
(53)AREÁN, Beatriz, Bien de familia, cit., p. 180.
(54)RAMOS, Christian, "El bien de familia ante la quiebra", JA 2012-II-9, fasc. 8, Buenos Aires.
(55)PANDIELLA, Juan Carlos, "La protección...", cit., p. 182.
(56)HERRERA, Marisa, "Bien de familia y crédito alimentario", RDPyC 2011-I-265, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe.
(57)PERALTA MARISCAL, Leopoldo L., Régimen del bien de familia, 1ª ed., Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2005, p. 64.
(58)SICOLI, Jorge S., "La protección...", cit., p. 56.
(59)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Desafectación del bien de familia", RDPyC 2011-I-356, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe.
(60)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Desafectación...", cit., p. 351.
(61)RAMOS, Christian, "El bien de familia...", cit., p. 10
(62)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Desafectación...", cit., p. 365.
(63)LEVY, Lea M., "La vivienda familiar...", cit.
(64)MOLINA DE JUAN, Mariel F., "Desafectación...", cit., p. 373.
(65)Ley 24.522: BO del 9/8/1995.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/21
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/21
CAPÍTULO XVI - UNIONES CONVIVENCIALES: EL RECONOCIMIENTO JURÍDICO DE DIVERSAS FORMAS FAMILIARES. POR
MARÍA VICTORIA PELLEGRINI
I. PRIMERAS APROXIMACIONES
Una de las novedades incorporadas al ordenamiento jurídico argentino es la regulación
sistematizada de los efectos jurídicos de las convivencias de pareja(1)o, con mayor precisión
terminológica, de las uniones convivenciales.
Esta incorporación ha implicado brindar una regulación propia y específica, general y
uniforme para todo el país, dentro incluso del Código Civil, en indudable reconocimiento del
carácter de familia de los vínculos afectivos y ahora jurídicos que nacen de una unión
convivencial, coexistiendo con el modelo matrimonial familiar, el cual deja de ser la única forma
jurídicamente relevante de desarrollar un proyecto familiar.
El punto de partida de la regulación surge de los Fundamentos que acompañaron el
anteproyecto de reforma(2), que brindan una primera idea general: la incidencia de los diversos
tratados de derechos humanos que comprometen al Estado nacional en la garantía de ciertos
derechos y principios básicos a todos los seres humanos. Ello ha provocado la consecuente
constitucionalización del derecho privado, que obliga a brindar cobertura jurídica a la familia,
independientemente del tipo o modelo de organización familiar de que se trate. Además, resulta
necesario brindar herramientas que favorezcan una igualdad real y no meramente declarativa y
que satisfaga el principio de no discriminación; privilegiando el carácter de sociedad pluralista y
multicultural, asegurando el respeto a diferentes opciones de vida, sin que ello implique
decisiones valorativas respecto a las mismas.
Pero también es necesario tener presente que las personas que deciden optar por un
sistema de organización familiar de tipo no matrimonial se autoexcluyen de la regulación legal
derivada del matrimonio, ejerciendo su derecho a no contraer matrimonio y basando
esencialmente su vínculo familiar en la libertad y autonomía de la voluntad.
El dato fáctico de un sistema familiar no matrimonial se presenta en la realidad
independientemente a aquello que determinen las leyes. Es decir, con o sin regulación legal, lo
cierto es que las personas optan por constituir sus familias a través del matrimonio o sin él. Los
últimos censos de la Argentina dan cuenta del incremento de la formación de familias por fuera
del matrimonio(3).
En tal contexto, las normas incorporadas al Código Civil implican un adecuado equilibrio
entre la elección del plan de vida individual (autonomía de la voluntad) y la protección mínima
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
derivada del reconocimiento y garantía de goce de los derechos humanos de las personas
unidas familiarmente, en razón de la necesaria solidaridad y responsabilidad familiar.
c) El principio de realidad. Pero más allá del impacto del sistema de derechos humanos y de
la constitucionalización del derecho de familia, es posible sumar otro argumento a la justificación
de la necesidad de regulación legal, al que podríamos denominar "realista": las personas forman
familias sin contraer matrimonio(10). Y sea durante o una vez que finaliza el proyecto de vida
familiar no matrimonial (sea tanto en vida o ante la muerte de alguno de los convivientes), se
efectúan diversos planteos judiciales reclamando la extensión o reconocimiento de derechos.
Las soluciones judiciales a los efectos jurídicos de estas relaciones familiares quedan expuestas
a un fuerte grado de imprevisibilidad, lo cual entorpece mínimas garantías de seguridad jurídica
en las relaciones interpersonales (tanto entre los miembros de la convivencia como frente a
terceros).
Por su parte, en la doctrina argentina, hace ya muchos años que se ha instalado el debate
sobre qué actitud debería asumir la legislación respecto a las convivencias de pareja. Algunos
autores argumentaron que debía mantener una posición abstencionista(11), y otros, ante la
presentación del Proyecto y su discusión parlamentaria, han manifestado su oposición por
otorgar efectos jurídicos a quienes pretenden mantenerse al margen de la regulación, al optar
no contraer matrimonio(12). También se han esgrimido otros argumentos de tipo valorativo,
destacando la responsabilidad del Estado en desalentar las uniones de hecho y promover la
formalización matrimonial, mediante medidas que eviten que las personas opten por convivir sin
recurrir al matrimonio(13).
Y por otro lado, numerosas voces se han pronunciado en reiteradas oportunidades, respecto
a la conveniencia y necesidad de brindar una regulación jurídica específica, que precise los
efectos jurídicos de las convivencias de pareja (incluso se ha sostenido la existencia de
consenso doctrinario). La discusión no radicaría en la justificación de la regulación, sino en su
modalidad. Es decir, en cómo regular(14).
III. ESTADO DE SITUACIÓN DEL SISTEMA NORMATIVO PREVIO A LA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL
Siguiendo el criterio imperante en la época de la redacción original del Código Civil(15), Vélez
Sarsfield se abstuvo de reconocer efectos jurídicos a las convivencias no matrimoniales. Sin
perjuicio de ello, en diversos artículos se refiere al "concubinato", sea para gozar o extinguir
derechos(16).
Pero ante el desenvolvimiento de las relaciones familiares a lo largo de los años, esta actitud
legislativa abstencionista resultó insuficiente. Así, se dictaron diversas leyes tanto de contenido
asistencial(17)(en protección de pautas mínimas de solidaridad familiar entre convivientes), y
otras tantas en reconocimiento del carácter de familias merecedoras de protección a aquellas
de tipo no matrimonial, derivadas de las uniones de hecho(18).
Y más allá de esta dispersión legislativa, diversos fallos judiciales debieron resolver planteos
efectuados tanto durante como ante la ruptura de la unión (sea voluntaria o por muerte), y entre
convivientes o frente a terceros(19).
Por lo tanto, de un sistema normativo de tipo abstencionista, se ha transformado en uno con
características de protección, pero en forma dispersa e inconexa(20). De allí la importancia de la
regulación específica y uniforme, ante su incorporación al Código Civil.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
d) y con una duración de dos años: establece un límite temporal que garantiza cierta
estabilidad en el proyecto común. Es decir, el Código Civil evita regular otro tipo de relaciones
que no logran superar el plazo legal impuesto con la manifiesta intención de "resguardar la
seguridad jurídica y evitar la arbitrariedad que puede derivarse de la indeterminación"(24).
2. Registración
Las uniones convivenciales son registrables en forma conjunta por ambos integrantes, pero
al solo efecto probatorio. Es decir, no configura una exigencia constitutiva de las uniones
convivenciales, a diferencia con el matrimonio, que exige la intervención de un oficial público,
mediante el procedimiento impuesto para la celebración de un matrimonio válido, dando lugar
así a un acto jurídico complejo.
La registración de las uniones convivenciales funciona, principalmente, como un elemento de
prueba de su existencia, admitiéndose todo tipo de prueba tanto de su inicio, duración y cese.
Pero su registración genera las consecuencias jurídicas propias de las uniones convivenciales
—incluso aquellas que puedan afectar a terceros, como la atribución del inmueble sede de la
vida familiar— así como de tipo extintivo, pues la registración de una unión convivencial impide
el reconocimiento jurídico de una nueva y posterior unión (conf. inc. d], art. 510, CCyCN).
Veamos con mayor detenimiento: si dos personas han registrado una unión convivencial,
ninguna de ellas podrá inscribir otra unión convivencial, hasta que no se produzca la
cancelación de la prexistente (conf. art. 511, CCyCN). Ahora, si aun registrada una unión,
cualquiera de sus integrantes conforma otra unión convivencial, esta segunda unión no
producirá los efectos legales previstos en el título III del Código Civil y Comercial (conf. art. 510,
párr. 1º, CCyCN), pues carecería de uno de los requisitos impuestos para reconocer efectos
jurídicos a la unión: que no esté registrada otra convivencia en forma simultánea (conf. art. 510,
inc. d], CCyCN).
Sin embargo, es necesario prestar atención a cómo se regula el cese de los efectos de las
uniones convivenciales, pues incide directamente en esta cuestión de la registración.
En efecto, si bien el reconocimiento de efectos jurídicos está condicionado a la inexistencia
de registración de otra convivencia, el art. 523, CCyCN, establece cuáles son las causas de
cese de las uniones convivenciales y, entre ellas (inc. g]), el cese de la convivencia, por causas
voluntarias —es decir, se excluyen las circunstanciales, pero que se mantuvo la voluntad de
convivencia a pesar del alejamiento físico, por ejemplo, por motivos laborales—.
Por otra parte, el art. 511, en su última parte, expresamente dispone la registración sólo a los
fines probatorios, sin dejar margen de duda respecto al carácter no constitutivo de la inscripción
registral de una unión.
Entonces, una interpretación armónica de estos artículos permite sostener que si una unión
convivencial se encuentra registrada y alguno de sus integrantes intentara obtener el
reconocimiento de efectos jurídicos a una segunda unión, sucesiva a la anterior y, por tanto, no
registrada, deberá acreditar que pese a la registración, esa unión convivencial había cesado, y
que la segunda unión reúne los requisitos impuestos por el art. 510 (falta de impedimentos,
duración, etc.). Es decir, que a pesar de la inscripción de una unión —lo cual implicaría incumplir
el art. 510, inc. d), ésta había cesado por falta de convivencia (conf. art. 523, inc. g]) y se
cumplimentan todos los requisitos y elementos de la nueva unión convivencial cuyo
reconocimiento de efectos jurídicos se pretenden. De este modo, la registración mantiene su
carácter probatorio, no constitutivo.
Pero vigente una unión convivencial tanto en su registración como en los hechos —pues no
se presenta ninguno de los supuestos de cese legal— ninguna otra relación de pareja podrá
configurar una unión convivencial, ni producir sus efectos jurídicos propios. Así entonces, aun
en el supuesto de una unión convivencial no registrada, para pretender el reconocimiento
jurídico de una nueva unión convivencial, deberá demostrarse el cese de la anterior unión
(insisto, aunque no hubiera estado registrado), pues de lo contrario la registración se
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
59, CCyCN); destino de las exequias de su conviviente (art. 61, CCyCN); ciertas restricciones
jurídicas, como ser designado tutor dativo al conviviente del juez (art. 108, CCyCN); respecto a
los instrumentos públicos, imponer la invalidez de los actos autorizados por funcionario público
en el cual su conviviente sea personalmente interesado (art. 291, CCyCN), entre otros.
En realidad, estos efectos jurídicos implican diversas equiparaciones con el matrimonio, sea
en función del carácter familiar del acto (por ejemplo, el consentimiento informado o destino del
cadáver del/la conviviente) o por tratarse de una cercanía similar a la existente entre los
cónyuges que impone la necesidad de restringir la "presencia" de los convivientes en aras de la
imparcialidad y seguridad jurídica.
Salvo para la adopción conjunta —pues específicamente el art. 602, CCyCN, exige que se
trate de "integrantes de una unión convivencial"—, para el resto de los supuestos señalados no
es necesario que se trate de una unión convivencial de más de dos años.
Ello, en tanto la exigencia de estabilidad —proveniente de la consolidación de la unión
convivencial por dicho plazo legal— se impone específicamente para el reconocimiento de los
efectos jurídicos propios de las uniones convivenciales, previstos en el título III del Código Civil
y Comercial. Y así expresamente lo disponen los arts. 509, CCyCN ("Las disposiciones de este
Título se aplican a la unión...."); 510, CCyCN ("El reconocimiento de los efectos jurídicos
previstos por este título a las uniones convivenciales requiere que (...) e) mantengan la
convivencia durante un período no inferior a dos (2) años"), y art. 513, CCyCN ("Las
disposiciones de este título son aplicables...").
Por lo tanto, las uniones convivenciales de menos de dos años no son irrelevantes para el
Código Civil y Comercial y se mantiene el mismo criterio del Código Civil anterior a la reforma,
respecto a consecuencias restrictivas o adquisitivas de la condición de conviviente.
Y como cierre a este breve repaso sobre cómo se ha diseñado la regulación respecto a las
uniones convivenciales, corresponde consignar que no se reconoce vocación hereditaria alguna
a los convivientes, manteniéndose el mismo criterio que en el Código Civil que se reformó.
Sin embargo, sí se ha modificado la extensión de la legítima de los herederos legitimarios,
ampliándose la porción disponible, favoreciendo así la autonomía de la voluntad en las
disposiciones de última voluntad. Cuestión que si bien podrá no resultar suficiente para
satisfacer las expectativas de protección legal de quienes opten por esta forma familiar, sin
dudas facilitará la posibilidad de realizar previsiones y, mediante disposición testamentaria,
mejorar la posición de quien resulte conviviente supérstite.
Configuración
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
orientación
sexual
Impedimentos Sí Sí
Fines
Forma Constitutivo
probatorios
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Durante la 1) durante la
Procedencia
convivencia convivencia
2) durante la
separación de
hecho
3)
excepcional
posteriores al
divorcio
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Sostenimiento
de ambos
convivientes,
hogar, hijos
comunes e
hijos menores
Extensión o con Ídem
capacidad
restringida o
incapaces de
uno de ellos
que convivan
con ambos
sus recursos
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Por deudas
provenientes
de
necesidades
Extensión del hogar o Ídem
sostenimiento
y educación
de hijos
comunes
Tipo de
Solidarios Ídem
responsabilidad
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Restricciones a Asentimiento
actos de o autorización Ídem
disposición judicial
Salvo deudas
Inejecutabilidad comunes o Ídem
asentidas
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Procedencia 1) Todo
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Conviviente cónyuge. Se
con hijos establecen
menores o pautas de
con preferencia
capacidad
restringida o
discapacidad
2)
Conviviente
que acredite
extrema
necesidad y
la
imposibilidad
de procurarla
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Legal,
Judicial, sin
Plazo máximo dos
límite legal
años
Obligatorio a
Carácter Pactable todo
matrimonio
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Conviviente
sin vivienda
Procedencia propia o Todo cónyuge
posibilidades
de acceso
Legal,
Plazo máximo dos Vitalicio
años
Nueva unión
convivencial,
Causas de
matrimonio o Ninguna
cese
cese de la
necesidad
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Atribución No Sí
preferencial
de otros
bienes
Obligatorio a
Carácter Pactable todo
matrimonio
Compensación económica
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Renta por
tiempo Renta por tiempo
Modalidad de determinado, determinado,
pago máximo excepcionalmente
duración de la indeterminado
UC
Obligatorio a todo
Carácter Pactable
matrimonio
Régimen patrimonial
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Pacto:
régimen de
Tipo Pacto comunidad o
separación de
bienes
Regulación
Régimen supletorio Ganancialidad
específica
Distribución No En ganancial,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
por partes
iguales
Tal vez resulte necesario efectuar un resumen de las diferencias, de aquello equiparado y de
las similitudes, también gráficamente:
Diferencias
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Todo
Ante
Atribución cónyuge.
necesidad.
vivienda Todo
Pactable
matrimonio
Compensación Todo
Pactable
económica matrimonio
Régimen
ganancial No Sí
supletorio
Vocación
No Sí
hereditaria
Equiparado
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Contribución
Sí Sí
gastos
Responsabilidad
Sí Sí
solidaria
Protección Sí
Sí
vivienda familiar (registradas)
Similitudes
UNIONES MATRIMONIO
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
CONVIVENCIALES
Mayor
Durante
Asistencia/Alimentos amplitud en
convivencia
procedencia
UNIONES
MATRIMONIO
CONVIVENCIALES
Legitimación
Sí Sí
daños
Adopción
Sí Sí
conjunta
Restricciones Sí Sí
jurídico de tipo abstencionista. Los problemas jurídicos se presentan en forma concreta ante el
quiebre de una convivencia, opción de vida familiar de fuerte arraigo en la sociedad argentina
actual. ¿Qué respuesta brindaba el sistema jurídico a tales problemas? Algunas pocas
respuestas provenientes de las previsiones normativas (fundamentalmente de tipo asistencial,
sea a través de la pensión o cobertura de obra social). Y la gran mayoría, provenientes del
sistema judicial, es decir, de los jueces quienes mediante la aplicación de otros institutos ajenos
a esta forma familiar o por aplicación analógica de normas propias del matrimonio, debían
brindar respuestas coherentes y otorgaban la protección familiar que la Constitución Nacional
exige.
Hasta antes de la reforma al Código Civil, la regulación dispersa de los efectos de este tipo
de uniones generó un mito popular: "después de cierta cantidad de años viviendo juntos, se
obtienen los mismos derechos que con el matrimonio". En ese contexto legal, casarse o no
casarse era muy distinto. Con la reforma del Código Civil, casarse o no casarse será todavía
distinto(31), pero se evita depender (tanto) del criterio judicial para definir el alcance de este tipo
de organización familiar y sus consecuencias.
Con su claridad habitual, Aída Kemelmajer sostuvo: "El muestreo de la jurisprudencia
argentina muestra una judicatura abierta a reconocer las consecuencias patrimoniales derivadas
de la convivencia heterosexual fáctica en presencia de prueba clara, concluyente. En cambio,
cuando la prueba no presenta esos caracteres, si se trata de relaciones horizontales, es decir, si
están en juego intereses entre particulares, en general, se advierte en el tribunal una suerte de
temor a la apertura de puertas que no han sido previamente abiertas por el legislador. Es como
si el juez argentino, tan activista en otras materias, estuviese esperando que el legislador hable"
(32).
El legislador ya habló. Ya veremos qué dicen los jueces en su aplicación, pues todas las
instituciones jurídicas se terminan delineando con la interpretación judicial y doctrinaria que el
uso y la realidad le otorgan.
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., Uniones de hecho, 2ª ed., Hammurabi, Buenos Aires, 2010.
BASSET, Ursula C., "Familia, uniones de hecho y reconocimiento de efectos jurídicos", LL 2009-C-
1244.
BELLUSCIO, Augusto C., "El concubinato y el pacto civil de solidaridad en el derecho francés", LL
2000-C-1100.
BOSSERT, Gustavo, Unión extraconyugal y matrimonio homosexual, Astrea, Buenos Aires, 2011.
BRAÑA, María C. - GUTIÉRREZ, Delia M., "Concubinato: inconveniencia e innecesariedad de su
regulación específica", LL 1999-C-961.
CAPPARELLI, Julio C., Uniones de hecho, El Derecho, Buenos Aires, 2010.
DE LA TORRE, Natalia, "Algunas consideraciones en torno a la regulación proyectada en las
uniones convivenciales. El difícil equilibrio entre la autonomía y la solidaridad familiar", en
GRAHAM, Marisa - HERRERA, Marisa (dirs.), Derecho de las familias, infancia y adolescencia. Una
mirada crítica y contemporánea, 1ª ed., Infojus, Buenos Aires, 2014, p. 325.
GALLI FIANT, María M., "Conflicto sobre bienes en las uniones de hecho: la búsqueda del
equilibrio entre la libertad y la equidad", LLL 2011-409.
HERRERA, Marisa, "La noción de socio afectividad como elemento 'rupturista' del derecho de
familia contemporáneo", RDF 2014-66-75 y ss.
— "Nuevas tendencias en el derecho de familia de hoy. Principios, bases y fundamentos",
segunda parte, en MJ-DOC-5596-AR | MJD5596, 8/11/2011.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Decisiones judiciales de la última década concernientes a algunos
efectos patrimoniales entre convivientes de hecho heterosexuales", en KRASNOW, Adriana (dir.)
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 18/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
modelo de la misma (...) Por otra parte, no hay nada que indique que las familias
monoparentales no pueden brindar cuidado, sustento y cariño a los niños. La realidad
demuestra cotidianamente que no en toda familia existe una figura materna o una paterna, sin
que ello obste a que ésta pueda brindar el bienestar necesario para el desarrollo de niños y
niñas (párr. 98)"(CIDH, 27/4/2012, "Fornerón e hija v. Argentina"). En tribunales nacionales, por
ejemplo: "...dentro del marco del art. 14 bis de la Constitución Nacional y de los criterios
legislativos de la seguridad social, dicha protección integral de la familia no se limita sólo a la
surgida del matrimonio, porque a la altura contemporánea del constitucionalismo social sería
inicuo desamparar núcleos familiares no surgidos de dicho vínculo. En este sentido, si el
matrimonio es la base de la organización familiar, no lo es con carácter excluyente, pues las
relaciones de familia se reconocen tanto cuando el grupo tiene como causa legal las nupcias,
como cuando emana de una unión extramatrimonial" (voto Dr. Vázquez)" (Corte Sup.,
"Echegaray, Marta de v. Caja de Retiro, Jubilaciones y Pensiones de la Policía Federal
s/pensión policial", fallado el 5/11/1996, Fallos 319:2610). Y: "En vista a esta construcción
heterogénea de los distintos modelos familiares reconocida en los tratados (art. 75, inc. 22, CN)
y en el art. 14 bis, parte final, CN, el concepto amplio de familia es el que impera en el
ordenamiento jurídico. Vale decir, el principio protectorio de la familia debe receptar este
pluralismo familiar. De lo contrario, en la aceptación de un único arquetipo, el matrimonio, como
paradigma a ser imitado por los restantes modelos familiares, se dejaría sin protección y sin
respuesta a una serie de relaciones afectivas con características que ameritan una regulación
específica" (voto Dr. De Lázzari) (Sup. Corte Bs. As., 21/3/2012, "N., M. D. y otra s/adopción
plena", en LLBA, junio 2012, p. 534).
(9)Desde el Derecho Constitucional de familia se ha sostenido que en virtud del ordenamiento
constitucional una familia resulta digna de protección y promoción por parte del Estado cuando
es posible verificar la existencia de un vínculo afectivo perdurable que diseña un proyecto
biográfico conjunto en los aspectos personales y materiales (GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, "El
concepto constitucional de familia", Derecho de Familia. Revista interdisciplinaria de doctrina y
jurisprudencia, nro. 15, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, ps. 31 y ss.). Para analizar en
profundidad el concepto de socio afectividad como criterio de asignación de efectos jurídicos
ver: HERRERA, Marisa, "La noción de socio afectividad como elemento 'rupturista' del derecho de
familia contemporáneo", RDF 66-75, citar AP/DOC/1066/2014, y también PELLEGRINI, María
Victoria, "Uniones convivenciales, los convivientes y el derecho a la salud", RDP, Rubinzal-
Culzoni (en prensa), 2014.
(10)El último Censo de Población, Hogar y Vivienda realizado en la Argentina (2010),
evidencia cuantitativamente que ha aumentado la cantidad total de personas que viven en
pareja sin haber contraído matrimonio. Del total del país de población casada y en pareja de 14
años y más es de 16.703.000; de las cuales, las personas casadas son un total de 10.222.566
(61,20%) y las personas en pareja, un total de 6.480.434 (38,80%). Es decir, de diez parejas,
algo más de seis contrajeron matrimonio y casi cuatro se encuentran unidas de hecho
(www.censo2010.indec.gov.ar/cuadrosDefinitivos/analisis_cuarta_publicacion.pdf).
(11)Sólo a modo de ejemplo, se ha sostenido: "Las personas capaces tienen plena libertad
para decidir el tipo de vida familiar que desean llevar adelante. Pueden optar por contraer
matrimonio, sometiéndose a los derechos y deberes que, con carácter de orden público
establece la ley, o bien pueden no casarse, organizando su vida privada y familiar según sus
deseos.
"En el contexto actual, consideramos que se restringe la libre elección de las personas al
concederle cada vez mayores beneficios al concubinato. Por este motivo también consideramos
no conveniente legislar concediéndole mayores derechos de los ya existentes o equiparándolo
al matrimonio porque sin duda, esto restringe el derecho a la libre elección de las personas (...)
Una ley que legislara los derechos y deberes entre concubinarios sería 'intrusiva' porque
restringiría la libre elección de las personas, ya que actualmente tenemos el divorcio vincular.
Por otra parte nos preguntamos: Si se sancionara hipotéticamente una ley de esas
características ¿qué alcance tendría? ¿Se equipararían los derechos del concubinato a los del
matrimonio? Porque de ser así, o bien los esposos mantendrían sus incapacidades de derecho
mientras los concubinarios tendrían una situación privilegiada con respecto a ellos, o bien los
concubinarios tendrían las mismas incapacidades de los cónyuges, viendo limitadas sus
libertades. En este último supuesto el concubinato quedaría equiparado al matrimonio siendo de
muy difícil prueba en los negocios jurídicos frente a terceros y además creemos que la
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
institución del matrimonio, por razones de conveniencia, siempre debe ser privilegiada frente a
otros tipos de uniones" (BRAÑA, María Celestina - GUTIÉRREZ Delia M., "Concubinato:
inconveniencia e innecesariedad de su regulación específica", LL 1999-C-961). Y al comentar
los PACS incorporados en Francia en 1999, Belluscio explicaba: "En rigor de verdad, el pacto
civil de solidaridad se presenta como una institución inútil para personas de diferente sexo que,
por serlo, pueden contraer matrimonio. No parece que el reconocimiento de la libertad individual
de una pareja de hombre y mujer necesite más alternativa que la de sujetarse a la ley,
casándose, o excluir los deberes, derechos y responsabilidades derivadas del matrimonio,
viviendo en común sin casarse. La única justificación -fáctica, ya que no axiológica- podría estar
dada por la nueva libertad que otorga a las parejas heterosexuales de constituir una unión
disoluble con mucha mayor facilidad que el matrimonio y que, por lo tanto, reduce de manera
notable sus derechos y obligaciones. En Francia ahora, pues, un hombre y una mujer
dispuestos a convivir tienen tres posibilidades: contraer matrimonio, celebrar el pacto civil de
solidaridad (en lugar de se marier, se pacser, según el neologismo acuñado inmediatamente
después de sancionada la ley), o simplemente unirse de hecho, es decir, en concubinato..."
(BELLUSCIO, Augusto C., "El concubinato y el pacto civil de solidaridad en el derecho francés", LL
2000-C-1100).
(12)Conclusiones a las que es posible arribar del siguiente texto: "Las uniones convivenciales,
que pueden darse entre personas del mismo o de distinto sexo, son legisladas con bastante
detalle en nada menos que en veinte artículos, siendo sus efectos en muchos aspectos muy
parecidos a las disposiciones aplicables al matrimonio, lo que lleva a un 'desperfilamiento' de
éste.
"No es nuestra intención hacer una crítica pormenorizada de las normas proyectadas, pero sí
poner de relieve la incongruencia que resulta del hecho de establecer la obligatoriedad de la
aplicación de esos efectos, sin que resulte necesario que quienes las integran efectúen
manifestación alguna al respecto. Y si bien pueden expresar su negativa a formar parte de una
unión convivencial, ello debe ser hecho mediante un pacto en contrario entre los convivientes,
convenido por escrito, cosa que, en la práctica, es fácil adivinar que ocurrirá en muy pocos
casos. Aunque cabe señalar que aun así continuarán siendo aplicables varias de las
disposiciones establecidas.
"O sea -y de allí la incongruencia apuntada- que quienes sin tener impedimento alguno para
contraer matrimonio entre sí no lo hacen por voluntad de los propios interesados, lo mismo se
les aplican disposiciones muy parecidas a aquellas que quisieron eludir al no contraer
matrimonio" (SAMBRIZZI, Eduardo A., "Apuntes varios sobre el derecho de familia en el
Anteproyecto de Reformas de los Códigos Civil y de Comercio", 24/4/2012, www.microjuris.com,
cita: MJ-DOC-5764-AR | MJD5764).
(13)Entre éstas, por ejemplo, se ha sugerido reforzar el carácter indisoluble del matrimonio (a
través de la posibilidad de celebrar un matrimonio indisoluble o el reconocimiento civil del
matrimonio religioso, sin precisar a qué religión se refiere); fomentar un cambio cultural tanto
respecto a la educación sexual como al rol de la mujer; o incluso beneficios fiscales a quienes
recurran al matrimonio. Ver BASSET, Ursula C., "Familia, uniones de hecho y reconocimiento de
efectos jurídicos", LL 2009-C-1244.
(14)"Desde hace largos años se debate en nuestra Doctrina la conveniencia o no de regular
las uniones de pareja. Es una seria decisión de política legislativa que, a pesar de haberse
plasmado en varios proyectos legales de regulación, no ha llegado a madurar.
"Desde una perspectiva constitucional se ha sostenido que no es correcta una regulación que
imponga a las parejas de convivientes los mismos efectos jurídicos que se regulan para el
matrimonio, porque implicaría someterlas a las consecuencias legales de las que han querido
sustraerse voluntariamente al no celebrar nupcias, pero tampoco es admisible un sistema
jurídico que por desconocerles como piso mínimo los derechos fundamentales que se
garantizan a las uniones matrimoniales -salud, previsión social, vivienda, derecho a fundar una
familia, etc.- termine coaccionando la elección y el libre consentimiento de las partes. Entre los
numerosas aportes de los juristas se propone la sanción de un régimen legal no imperativo, al
que los convivientes puedan someterse mediante el registro de su unión luego de transcurrido
cierto lapso o regulaciones imperativas de mínima intervención para tutelar los derechos de las
partes y de terceros en aspectos patrimoniales puntuales, sin coartar la libertad de aquellos que
han elegido un estilo de vida exento de todo formalismo y de toda obligación entre otras
alternativas. Podemos concluir sin temor a equivocarnos, que existe consenso acerca de la
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/24
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/24
CAPÍTULO XVII - PARENTESCO . POR ELVIRA ARANDA Y MARÍA LUCIANA PIETRA
1. Evolución histórica
En cuanto a la evolución a lo largo del tiempo, podemos mencionar que el Código Civil
originario sólo contemplaba a la familia nuclear, constituida a partir del matrimonio católico,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
monogámico e indisoluble, razón por la cual regulaba el parentesco por naturaleza, refiriéndose
a la consanguinidad, y priorizando el vínculo "legítimo".
Estas disposiciones fueron modificadas en el año 1985, atento a que antes de la sanción de
la ley 23.264(4)la obligación alimentaria entre parientes legítimos era mucho más restringida, ya
que sólo regía entre abuelos y nietos. Asimismo no se hacía referencia a los medio hermanos.
Entre los afines, sólo se debían alimentos los suegros, suegras, yernos y nueras, siempre que
fueran legítimos. No se contemplaba a los padres e hijos afines, como tampoco a las suegras y
suegros ilegítimos(5).
En cuanto a la afinidad, es recién a partir de la incorporación del divorcio vincular al Código
Civil, con el incremento de las familias ensambladas, que se otorga mayor importancia a los
efectos del parentesco que existe no sólo entre suegros, yernos y nueras, sino también entre
padres/madres e hijos/as afines.
En el año 1997 se incluye la adopción en su articulado, pese a que desde 1948 existían leyes
complementarias, y se comienza a hacer referencia a los efectos del parentesco derivados de
este instituto, que sólo se origina en el caso de la adopción plena. En la simple, en cambio, no
se extinguen los vínculos con la familia de origen(6).
Finalmente, a partir de la sanción del Código Unificado, en el año 2014, se incorpora una
nueva clase de parentesco derivada de las técnicas de reproducción humana asistida, ya
contempladas en distintas leyes referidas principalmente a la cobertura social, con los derechos
y deberes que derivan de la misma.
2. Clases de parentesco
El parentesco deriva de cuatro causas fuentes diferentes, a saber: la naturaleza, la
reproducción humana asistida, la adopción, y la afinidad (art. 529, CCyCN).
a) Parentesco por naturaleza: vincula a las personas que descienden unas de otras(7), como
progenitores, hijos/as, nietos/as, o que tienen un antepasado común, como puede ser el caso
de hermanos/as, tíos/as, sobrinos/as.
b) Parentesco por técnicas de reproducción humana asistida: a través de éstas, apelando al
avance tecnológico, la voluntad procreacional(8)se constituye en una causa fuente de vínculos
de parentesco en igualdad de condiciones que la filiación por naturaleza. Los cambios
científicos transformaron la sexualidad en el siglo XX. La "fecundación asistida" es una técnica
médica que permite acceder al nacimiento de una persona sin previa unión sexual natural de
hombre y mujer(9). Así, se ha escindido la sexualidad y la procreación a partir del empleo de
estas técnicas(10).
En este caso, padre y/o madre es quien manifiesta su voluntad procreacional a través del
consentimiento previo, informado y libre, conforme a las disposiciones del Código Unificado
(arts. 560, 561 y 562). Asimismo, no se admite reclamo ni acción filiatoria alguna contra los
dadores de gametos (art. 577). Por lo tanto, no existe vínculo alguno con ellos ni derechos y
deberes jurídicos, sino sólo con sus padres y/o madres, de acuerdo con la determinación legal,
y con los parientes de éstos.
c) Parentesco por adopción: es el que se genera con esta institución y de acuerdo con el
régimen previsto en el art. 619 del Código, puede ser de tres tipos: adopción plena, simple y de
integración.
En el primer caso se confiere al adoptado la condición de hijo y se extinguen los vínculos
jurídicos con la familia de origen, con excepción de la subsistencia de los impedimentos
matrimoniales. El juez tiene la potestad de dejar subsistente el vínculo jurídico con uno o varios
parientes de la familia de origen (art. 621, CCyCN).
En la adopción simple, se otorga también el estado de hijo al adoptado, pero no se establece
nexo jurídico alguno con los parientes ni con el cónyuge del adoptante, excepto los supuestos
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
contemplados expresamente en el Código, como por ejemplo, crear esos vínculos entre uno o
varios parientes del adoptante (art. 621, CCyCN).
Finalmente, la adopción de integración resulta también una causa fuente de parentesco. Si el
adoptado tiene un solo vínculo filial de origen, se inserta en la familia del adoptante con los
efectos de la adopción plena (art. 631, CCyCN). En cambio, si el adoptado tiene doble vínculo
(art. 558, in fine, CCyCN), el juez interviniente tiene facultades de mantener subsistente el
vínculo jurídico con uno o varios parientes de la familia de origen (art. 621, CCyCN).
d) Parentesco por afinidad: está establecido por el vínculo jurídico que une a un consorte con
los parientes del otro cónyuge(11). La afinidad que se origina en el matrimonio, no concluye con
su disolución(12)y no crea vínculo alguno entre los parientes de uno y otro cónyuge.
El art. 529 del CCyCN, en su última parte establece, como regla de interpretación, que toda
vez que en el Código se use la denominación parentesco sin distinción, en ella no queda
incluido el parentesco por afinidad.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
adopción de grupos de hermanos. En el mismo sentido, en el art. 595, inc. d) del CCyCN, se
establece que debe procurarse:
La preservación de los vínculos fraternos, priorizándose la adopción de grupos de
hermanos en la misma familia adoptiva, en su defecto, el mantenimiento de vínculos
jurídicos entre los hermanos, excepto razones debidamente fundadas.
La prohibición de que un hermano adopte a otro se funda también en la preservación de los
vínculos fraternales (art. 634, inc. f] del Código).
Resulta necesario distinguir entre los hermanos bilaterales y unilaterales, ya que en ciertos
casos se les confieren derechos diferentes pese a compartir el mismo grado de parentesco.
Son considerados hermanos bilaterales los que comparten ambos padres y unilaterales los
que tienen uno solo en común. Así los define el art. 534 del Código Civil y Comercial, según el
cual:
(...) son hermanos bilaterales los que tienen los mismos padres. Son hermanos
unilaterales los que proceden de un mismo ascendiente en primer grado, difiriendo en el
otro [art. 534, CCyCN].
Vinculado al derecho sucesorio, la distinción tiene relevancia, ya que en algunos supuestos
de división de las porciones hereditarias deberá atenderse a una u otra categoría. En efecto, si
a una sucesión sólo concurren hermanos, el art. 2440 establece que "En la concurrencia de
hermanos bilaterales y hermanos unilaterales, cada uno de éstos hereda la mitad de lo que
hereda cada uno de aquéllos". La obligación alimentaria derivada del parentesco los alcanza
con los mismos efectos, sólo las distintas condiciones económicas pueden hacer que se prefiera
a uno u otro (art. 537, CCyCN)(20).
Ello ocurre también con el derecho de comunicación previsto en el art. 555 del mismo cuerpo
legal, haciendo mención a ambos en igualdad de condiciones.
La doctrina(21)ha señalado como efectos más relevantes del parentesco, relacionados con
distintas ramas del derecho, los civiles, penales, laborales y previsionales. Estos dos últimos
son agregados por autores como Méndez Costa, Perrino, Fleitas Ortiz de Rozas y Roveda(22).
Ello, en virtud de que el parentesco genera derechos y obligaciones, como se analizará
seguidamente.
1. Efectos civiles
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
De ello se desprende que uno de los efectos jurídicos civiles más importantes es que el
parentesco es una de las causales que impiden la celebración de un matrimonio válido. Y la
violación a dicho precepto permite, a los legitimados para ello, incoar la acción de nulidad
absoluta del matrimonio, conforme lo establece el art. 424 del Código.
Además, se legitima a los parientes para oponerse a la celebración del matrimonio cuando
existan dichos impedimentos (art. 411, inc. b]) como asimismo los habilita a incoar las acciones
de nulidad en algunos casos.
1.3. Alimentos
El parentesco es también una de las fuentes de la obligación alimentaria, cuando se trate de
ascendientes y descendientes, hermanos bilaterales y unilaterales o entre los parientes por
afinidad en primer grado (arts. 537 y 538, CCyCN). Se funda en la solidaridad familiar recíproca
y tiene naturaleza asistencial.
Es necesario aclarar que estas reglas no se aplican a los alimentos debidos por los padres a
sus hijos menores de veintiún años, ya que en estos casos rigen las disposiciones propias de
los derivados de la responsabilidad parental. Estas pautas resultan aplicables también a los
hijos hasta los veinticinco años de edad si estudian y se capacitan (arts. 658 y 663 del Código
Unificado).
CCyCN).
También heredan los parientes colaterales hasta el cuarto grado inclusive (art. 2438,
CCyCN).
1.6. Capacidad
La condición de pariente autoriza a promover la declaración de incapacidad o la capacidad
restringida por razones de salud (art. 31, CCyCN). Entre los legitimados, según el art. 33 del
mismo cuerpo legal están: "los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro
del segundo grado".
En el caso de inhabilidad (art. 48, CCyCN) de quienes, por la prodigalidad en la gestión de
sus bienes, expongan a su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad, o con
discapacidad, a la pérdida del patrimonio, los únicos parientes legitimados para solicitar su
declaración son los ascendientes y descendientes.
1.8. Curatela
Se aplican en este caso los mismos principios que para la tutela, y a falta de previsiones, el
juez puede nombrar curador a los hijos, padres o hermanos de la persona a proteger, según
quien tenga la mayor aptitud (art. 139, CCyCN), además del cónyuge no separado de hecho y el
conviviente, que son mencionados en primer término pero no son parientes.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
el art. 295, inc. d), inhabilita como testigos al cónyuge, al conviviente y a los parientes del oficial
público, dentro del cuarto grado y segundo por afinidad.
2. Efectos penales
En el ámbito del derecho penal, el parentesco puede convertirse en un elemento que agrava
ciertos delitos en algunos casos y en otros exime de responsabilidad(27). Ejemplo de ello es el
delito de homicidio regulado en el art. 80, inc. 1º del CPen., con la reciente modificación que se
realizó por ley 26.791(28). Lo mismo en relación con las lesiones previstas en el art. 92, abuso
de armas en los arts. 104 y 105, delito contra la integridad sexual, contra la libertad individual
(arts. 140 y ss., CPen.).
También puede ser un eximente de responsabilidad. Así opera en los delitos previstos en los
arts. 162 (hurto), 172 (estafas y otras defraudaciones) y 183 (daños), conforme lo establece el
art. 185, incs. 1º y 3º(29), CPen. Ello ocurre también con el delito de encubrimiento (art. 277,
inc. 4º, CPen.), cuando el que incurrió en el delito hubiese obrado a favor de un pariente cuyo
vínculo no excediere el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
En otros casos, el parentesco constituye el elemento integrante de la tipicidad penal, cuando
los padres y otros obligados se sustraen a prestar los medios indispensables para la
subsistencia, hechos previstos en la ley 13.944(30), arts. 1º y 2º, incs. a) y b) (incumplimiento de
deberes de asistencia familiar).
Lo mismo ocurre en el caso de matrimonio ilegal previsto en los arts. 134 y 135 del CPen.,
cuando existe un vínculo de parentesco que impide la celebración de un matrimonio válido (art.
403, incs. a], b] y c], CCyCN).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
3. Efectos procesales
Desde el punto de vista procesal, el parentesco es causal de recusación y excusación de
magistrados (arts. 17, incs. 1º y 2º, CPN y CPBA; art. 14, inc. 2º, CP Mendoza). Además, los
Códigos Procesales impiden declarar como testigos a los parientes en línea recta de algunas de
las partes (art. 427, CPN y 425, CPBA).
Esto último ha sido una cuestión debatida en la doctrina y la jurisprudencia ya que en las
contiendas familiares, son los allegados y parientes los únicos que pueden conocer el
desenvolvimiento y dinámica de un grupo familiar en conflicto. En virtud de ello, existen fallos
que lo admiten(31).
Al respecto Famá sostiene que "Incluso, se ha subrayado que en este tipo de procesos
resulta procedente la declaración de parientes consanguíneos o afines en la línea recta de las
partes, pese a la prohibición genérica sentada en el art. 427, CPCCN"(32).
Estas preocupaciones son receptadas en el Libro segundo, título 8, capítulo 1, que bajo el
título "Procesos de familia", plantea las particularidades de los mismos y los principios rectores
como los de "tutela judicial efectiva, inmediación, buena fe y lealtad procesal, oficiosidad,
oralidad y acceso limitado al expediente". Por lo tanto, los parientes en estos casos podrían
declarar como testigos y ser su declaración tenida en cuenta por el magistrado interviniente al
momento de resolver.
En ese marco, debe resaltarse el art. 711 del CCyCN, que expresamente establece:
Los parientes y allegados a las partes pueden ser ofrecidos como testigos. El juez está
facultado para no admitir la declaración de personas menores de edad, según las
circunstancias del caso.
También con relación a las acciones de filiación, las pruebas previstas en el art. 579 del
mismo cuerpo legal, se pueden realizar con material genético de los parientes por naturaleza
hasta el segundo grado, priorizándose a los de grado más próximo, cuando ello sea imposible
entre las partes del proceso que se lleve adelante, por ejemplo, en caso de ausencia o negativa.
Y para el supuesto de fallecimiento del presunto padre, según el art. 580, la prueba genética se
realizará con los dos progenitores naturales de éste (posibles abuelos paternos).
En materia penal, el Código Procesal Penal de la Nación, prohíbe la declaración como
testigos de los ascendientes, descendientes, hermanos y parientes por afinidad hasta el
segundo grado del acusado (art. 278, CPPN). El art. 234 de la ley 11.922(33)de la provincia de
Buenos Aires, tiene la misma prohibición, salvo el caso de delito contra el declarante o persona
con parentesco más próximo al que lo liga con el imputado.
BIBLIOGRAFÍA
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BELLUSCIO, Augusto C. Manual de derecho de familia, ts. I y II, 10ª ed., Astrea, Buenos Aires,
2004.
BORDA, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Familia, t. I, 2a ed., Perrot, Buenos Aires, 1959.
BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, 5ª ed. actual., Astrea,
Buenos Aires, 1998.
DURAND KAPLAN, Valeria, "Fertilización asistida: una perspectiva psicológica. Las modificaciones
de la sexualidad como producto de la ciencia", RDF 2011-50-154, AbeledoPerrot, Buenos
Aires.
DI LELLA, Pedro, "Filiación y autonomía de la voluntad (a propósito de la ley 26.618), RDF 2011-
50-133, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
DE LORENZI, Mariana, "La voluntad parental. ¿Cuánto vale el 'sí quiero' para ser madre o padre?
La autonomía de la voluntad en la reproducción humana asistida", en LLOVERAS, Nora -
HERRERA, Marisa (dirs.), Derecho de familia en Latinoamérica, Nuevo Enfoque, Córdoba, 2010.
FAMÁ, María Victoria, La filiación. Régimen constitucional, civil y procesal, AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2009.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual de derecho de familia, 3ª ed. actual.,
AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2011.
KEMERLMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Fecundación asistida", RDF 2009-43-402, AbeledoPerrot,
Buenos Aires.
MAZZINGHI, Jorge A., Derecho de familia, t. 4, 3ª ed. actual. y reestr., Ábaco, Buenos Aires, 1999.
MÉNDEZ COSTA, María Josefa - D´ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. III, Rubinzal-Culzoni,
Santa Fe, 1990.
REBORA, Juan C., Instituciones de la familia, t. IV, Guillermo Kraft, Buenos Aires, 1947.
SOLARI, Néstor E., "Comentarios a los artículos 345/364 del Código Civil", en BUERES, Alberto J.
(dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil y normas complementarias. Análisis doctrinario y
jurisprudencial, t. 1B, Hammurabi, Buenos Aires, 2003.
VENTURA, Adrián - STILERMAN, Marta, Alimentos, Librería El Foro, Buenos Aires, 1992.
YUNGANO, Arturo R., Manual teórico práctico de derecho de familia, Ediciones Jurídicas, Buenos
Aires, 1989.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 2, 4ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2002.
(1)Art. 345 del Código Civil: "El parentesco es el vínculo subsistente entre todos los individuos
de los dos sexos, que descienden de un mismo tronco". Esta disposición era criticada por la
doctrina, porque sólo tenía en cuenta el parentesco por naturaleza, y además porque el término
más apropiado debía ser "existente" y no "subsistente".
(2)Código Civil y Comercial. Fundamentos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2012, p. 566.
(3)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual de derecho de familia, 3ª ed.
actual., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2011, p. 29.
(4)BO 23/10/1985.
(5)VENTURA, Adrián - STILERMAN, Marta, Alimentos, Librería El Foro, Buenos Aires, 1992, ps. 111
a 113.
(6)En materia de adopción, se dictó la ley 13.252 en 1948 (BO 29/9/1948), reformada por la
19.134 (BO 29/07/1971) aunque el instituto se incorporó al Código Civil a través de la ley 24.779
en el año 1997 (BO 1/4/1997).
(7)BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, 10ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires,
2011, p. 941.
(8)Di Lella sostiene: "Es que con el tema de la fecundación asistida la 'voluntad procreacional'
se vuelve un aspecto decididamente relevante. En efecto, si algún elemento tenemos para
sostener que cuando a una mujer consiente en que se le implante el embrión fecundado con el
óvulo de otra ella debe ser considerada madre del niño, es la voluntad de la mujer. Y, asimismo,
si algún elemento tenemos para sostener que el marido, pareja o compañero de la madre debe
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
ser considerado padre del niño que se concibe con semen de un tercero, éste no es otro que la
voluntad de quien así lo acepta" (conf. DI LELLA, Pedro. "Filiación y autonomía de la voluntad (a
propósito de la ley 26.618)", RDF 2011-50-133, AbeledoPerrot, Buenos Aires).
(9)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Fecundación asistida", RDF 2009-43-402, AbeledoPerrot,
Buenos Aires.
(10)DE LORENZI, Mariana, "La voluntad parental. ¿Cuánto vale el 'sí quiero' para ser madre o
padre? La autonomía de la voluntad en la reproducción humana asistida", en LLOVERAS, Nora -
HERRERA, Marisa (dirs.), El derecho de familia en Latinoamérica, Nuevo Enfoque, Córdoba, 2010,
p. 708.
(11)OSSORIO, Manuel, Diccionario de ciencias jurídicas y sociales, Heliasta, Buenos Aires, 1982,
p. 542.
(12)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, 5ª ed. actual.,
Astrea, Buenos Aires 1998, p. 45; REBORA, Juan C., Instituciones de la familia, t. IV, Guillermo
Kraft, Buenos Aires, 1947, p. 520; MAZZINGHI, Jorge A., Derecho de familia, t. 4, 3ª ed. actual. y
reestr., Ábaco, Buenos Aires, 1999, p. 595. Sin embargo, autores como Fleitas y Roveda
entendían que algunos efectos como los alimentos derivados del parentesco se extinguían en
caso de contraer nuevo matrimonio, por aplicación analógica del art. 218 del Código Civil
(FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual..., cit., ps. 34/35).
(13)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 400/401.
(14)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 400.
(15)MÉNDEZ COSTA, María Josefa - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, t. III, Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 1992, p. 277.
(16)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual..., cit., p. 30.
(17)Código Civil y Comercial de la Nación. Fundamentos, Rubinzal- Culzoni, Buenos Aires,
2012, p. 566. En igual sentido: "El art. 676 establece la obligación alimentaria del padre o madre
afín. Ya existe, como dijimos, en el art. 368, Código Civil actual, para los afines de primer grado,
es decir, sólo cuando haya matrimonio, mientras que en este caso también se extiende al
conviviente" (conf. ILUNDAIN, Mirta, "La responsabilidad parental", RDF 2012-57-306,
AbeledoPerrot, Buenos Aires).
(18)RODRÍGUEZ, Laura - TABAX, Nicolás, La adopción: fantasías y verdades, Fundación Sur
Argentina. "El Proyecto 1433/2009 presentado por el exdiputado Hugo Rodolfo Acuña establece
que en el caso de grupo de hermanos deben ser adoptados por las mismas personas,
prohibiéndose su separación y ofreciendo algún tipo de subsidio para apoyar esta posibilidad a
la familia adoptante", p. 16, en www.catedras.fsoc.uba.ar/ellas/La_adopción, Nicolás Tabax pdf
(consulta 1/12/2012), este criterio se plasmó parcialmente en el art. 595, inc. d) del CCyCN.
(19)BO del 8/1/2004.
(20)Al respecto, en los Fundamentos del CCyCN se sostiene: "La prestación alimentaria es
siempre motivo de gran preocupación. El anteproyecto mantiene el orden subsidiario de las
personas obligadas a prestar alimentos derivados del parentesco. Dispone de manera expresa
que cuando se trata de hermanos bilaterales y unilaterales, los alimentos son debidos por
quienes están en mejores condiciones de proporcionarlos y si todos lo están, se deben en
partes iguales, pero se faculta al juez a fijar cuotas diferentes según la cuantía de los bienes y
las cargas familiares de cada obligado" (conf. Código Civil y Comercial de la Nación.
Fundamentos, cit., p. 567).
(21)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., ps. 39-40; ZANNONI, Eduardo A.,
Derecho civil. Derecho de familia, t. 1, 4ª ed. actual. y ampl., Astrea, Buenos Aires, 2002, ps.
110/112; PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, t. I, 2ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2011,
p. 150; YUNGANO, Arturo R., Derecho de familia, Ediciones Jurídicas, Buenos Aires, 1989, p. 230;
BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 943/944/945.
(22)MÉNDEZ COSTA, María Josefa - D'ANTONIO, Daniel H., Derecho de familia, cit., t. III, p. 281, cita
como "Otros efectos" los que tienen que ver en la Ley de Concursos, la ley de Sociedades
comerciales, en materia previsional y laboral. PERRINO, Jorge O., Derecho de familia, cit., t. I, p.
150, enumera también los efectos previsionales. FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo
G., Manual..., cit., ps. 30/31.
(23)BO 3/1/1995.
(24)BO 2/11/2001.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/14
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(25)BO 13/3/2006.
(26)BO 27/1/2005.
(27)OSSORIO. Manuel, Diccionario..., cit., p. 543.
(28)BO 14/12/2012. La ley modificó el art. 80 del CPen. agravando las penas en hechos de
violencia de género, matar por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación
sexual, identidad de género o su expresión.
(29)Art. 185, CPen. "Están exentos de responsabilidad criminal, sin perjuicio de la civil, por los
hurtos, defraudaciones o daños que recíprocamente se causaren: 1º Los cónyuges,
ascendientes y afines en la línea recta; 2º El consorte viudo, respecto de las cosas de la
pertenencia de su difunto cónyuge, mientras no hayan pasado a poder de otro; 3º Los hermanos
y cuñados, si viviesen juntos. La excepción establecida en el párrafo anterior, no es aplicable a
los extraños que participen del delito".
(30)BO 3/11/1950.
(31)Sup. Corte Bs. As., 15/8/2007, S., J. v. M., A. s/divorcio vincular", ac. 88.226.
(32)FAMÁ, María Victoria, La filiación. Régimen constitucional, civil y procesal, AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2009, p. 207.
(33)BO 23/1/1997.
(34)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual..., cit., ps. 30/31.
(35)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual..., cit., ps. 30/31.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/14
CAPÍTULO XVIII - EL DEBER ALIMENTARIO ENTRE PARIENTES. POR JAVIER MUÑIZ
I. INTRODUCCIÓN
En otra parte de esta obra será analizado el deber alimentario que tienen los progenitores
respecto de sus hijos en la menor edad, el que, como tal, encuentra su fundamento en la
función parental emergente del derecho de la responsabilidad parental. Por el contrario, y aun
cuando nos topemos con una serie de puntos que identifiquen a uno y otro, en este capítulo nos
dedicaremos a examinar otra fuente alimentaria, cual es la que surge a partir de la solidaridad
imperante entre los integrantes de una familia unidos por el vínculo de parentesco. En efecto, y
sin perjuicio de que no podemos dejar de destacar la relevancia que guarda la solidaridad
familiar en la disciplina que aquí estudiamos, lo que le ha permitido erigirse en uno de sus
principios basales y articuladores —y prácticamente ordenador de la materia—, tampoco
podemos pasar por alto su particular incidencia en lo que concierne a las relaciones que se dan
entre personas de diferentes generaciones dentro del conglomerado familiar.
Todo ello se ve a las claras en el tema sobre el que trabajaremos en el presente: los
alimentos entre parientes constituyen una institución antiquísima, en la que factores socio-
culturales han incidido bordeando sus contornos, definiendo la suerte de los reclamos que se
interponían en su nombre, ya sea respecto a la extensión de lo efectivamente otorgado, o bien
respecto de quién podía demandar, y ante quién dicha solicitud podía ser interpuesta.
El instituto vincula a la ciencia jurídica con las políticas públicas encaradas desde el Estado,
toda vez que, aun cuando pueda resultar de toda obviedad remarcarlo, como presupuesto para
su aplicación es preciso que nos encontremos ante alguien que por un motivo determinado
cuente con una necesidad alimentaria que deba ser atendida. Ahora bien, no resultará cualquier
extraño quien deba cumplir con ella, sino, según sea el caso, habrá un universo de sujetos que
tendrán una obligación de responder ante tal necesidad: como bien podrá suponerse, y en
función de lo ya leído y aprendido, serán aquellos unidos por el vínculo de parentesco quienes
tengan a su cargo el deber legal de satisfacer las necesidades alimenticias del sujeto que así lo
requiere, obviamente, siempre y cuando se vean cumplidas una serie de exigencias estipuladas
en el plano de la ley.
Todo ello encuentra perfecta explicación en razón del rol que ocupa la familia en el tejido
comunitario, como célula primaria de socialización, en la que se aprenden y aprehenden
conductas que luego son replicadas en el plano social, encontrándose enlazados quienes ella
conforman por lazos de sangre y afectivos. Este pensamiento es refrendado por la sociedad, la
que ve con buenos ojos soluciones como las que vamos a considerar en las líneas que siguen,
dando un respaldo a las normas que establecen un cuidado financiero intergeneracional para
atender a las necesidades económicas en que se encuentre algún sujeto del grupo familiar.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
III. LOS ALIMENTOS PARA LOS PARIENTES EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 4/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Breve presentación
Dejando en claro lo recién dicho, lo que sirve como una primera aproximación para la
cuestión estudiada, estamos ahora en condiciones para adentrarnos en el tratamiento que de
ella se realiza en el derecho nacional. El Código Civil anterior efectuaba a nuestro entender un
tratamiento relativamente escaso de la figura, dejando un tendal de cuestiones sin considerar en
forma debidamente acabada, dando espacio para la aparición sintomática de múltiples
interrogantes en doctrina. Así las cosas, la normativa recientemente reemplazada comenzaba
indicando quiénes eran los parientes obligados al cumplimiento del deber alimentario (arts. 367
y 368); apuntaba las condiciones que había de mostrar el alimentado para impetrar un reclamo
de esta índole (art. 370); delimitaba la extensión de la cuota (art. 370); expresaba una serie de
características particulares que presentaba la obligación de prestar alimentos (art. 374); y se
ocupaba de ciertas cuestiones vinculadas al proceso (arts. 375 y 376), obviamente, dentro del
ámbito de actuación que para ello tiene un cuerpo de fondo.
Contrariamente, el Código Civil y Comercial unificado presenta una versión bastante más
remozada del tema en examen, la que toma en consideración el desarrollo jurisprudencial y
doctrinario consolidado con el paso de los años, a más de tratarla con una profundidad que la
antigua legislación prescindía de efectuar. A nuestro entender, este modo de resolver es el que
dota de una notable importancia a la ley recientemente sancionada, y ahuyenta todos los
fantasmas que albergan ciertos sectores de la abogacía nacional, en cuanto a que a partir de su
entrada en vigencia todos los letrados tendrán que salir desesperadamente a estudiar
nuevamente en derecho civil: tan solo se prevén nuevas soluciones ante problemas que han
existido desde siempre, plasmando el texto aprobado las líneas de pensamiento dominantes
adoptadas por los autores y los tribunales.
En función de todo ello, en las líneas que siguen buscaremos presentar las previsiones que
el derecho vigente contiene, sirviéndonos también del dato histórico a través del confronte de
las disposiciones anteriores, para entender cómo es que se ha llegado al presente estadio.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 5/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
pensamiento, si igualara el uno con el otro evidenciaría un grave yerro desde lo conceptual,
pues importaría identificar situaciones que desde su base no son iguales: no es el mismo el
vínculo que conforma una persona con su familia política que con su familia de sangre,
fundamentalmente en cuanto el primero perdura mientras exista el matrimonio, mientras que el
segundo se funda en el dato biológico, el que como tal permanece incólume a lo largo de
nuestra existencia.
El codificador nacional no se mantuvo ajeno a tales consideraciones, dando con un
tratamiento diferencial respecto al deber alimentario entre parientes y afines. Así es que
respecto a este último grupo, el art. 538 del Código unificado señala que la obligación se ciñe
únicamente a aquellos vinculados en línea recta en primer grado. Dicho de otro modo,
responderán por la misma los suegros respecto de sus yernos o nueras, y viceversa, quedando
fuera, por tanto, los cuñados, por ejemplo.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 7/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
legal tan riguroso que haga virtualmente inviable la prosecución de acciones en materia
alimenticia. Es que, tal como ha dicho en su momento la jurisprudencia, no es imprescindible
para la procedencia de una acción como la que venimos examinando que el actor padezca una
imposibilidad absoluta para proveer a sus necesidades, sino que el reclamo deberá valorarse
teniendo en consideración los recursos del demandante cuya percepción se acreditara en el
trámite del proceso(3).
vedada en el orden legal vernáculo, puesto que si admitiésemos lo contrario, podría darse el
supuesto de que la cuota alimentaria acordada a la persona que así lo requiriese se destinase a
la cancelación de una relación de tipo creditoria habida con quien la prestase, no
satisfaciéndose de ese modo las necesidades alimenticias que llevaron a aquel a instar la
acción.
Continúa el artículo anotado por establecer una serie de interdicciones expresas en lo
concerniente al derecho a solicitar o percibir alimentos. En tal orden de ideas, aquél no podrá
ser objeto de transacción, gravamen o embargo alguno. Nuevamente vemos aquí cómo la
norma busca brindar un paraguas de protección a quien se halla en un estado de necesidad tal
que no pueda procurar siquiera los bienes que hacen a su desarrollo personal en el plano
psicofísico y cultural, evitando que su acreencia quede a merced de las normas generales del
derecho obligacional, más propias de una relación de corte comercial que une al acreedor y al
deudor.
Concluye la norma estableciendo el carácter de irrepetible de lo pagado en concepto de
alimentos. De este modo, toma para sí una conclusión ya consolidada en el ámbito de la
doctrina autoral y judicial —no obstante contar con ciertos detractores—, la que igualmente
merece una aclaración que sirve para entender lo que la normativa expresa: aun cuando
parezca borrar todo lo que en este párrafo venimos diciendo, existen supuestos en los que se
hace lugar a la posibilidad de repetir lo efectivamente abonado. El primero de ellos se encuentra
tratado en el art. 549 del Código unificado, el que resalta que en el supuesto en que haya más
de un obligado al pago, quien los haya prestado puede ejercer la mentada acción respecto de
los otros obligados, en proporción a lo que corresponde a cada uno. El restante se colige a
nuestro entender del juego interpretativo de este dispositivo y de la norma analizada en este
acápite, toda vez que entendemos que —aun cuando el dispositivo no lo señale con suma
claridad— nada impide que el pariente en grado de preferencia menor intente la repetición
respecto de los que se encuentran más próximos al requirente, no sólo tal temperamento en
cuanto no se encuentra expresamente vedado, sino en tanto lo que pretende el artículo es evitar
que se dirija el reclamo respecto de quien recibió los alimentos y los consumió.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
habilita el dictado de la medida aquí tratada, y el mismo en sus procedimientos, no exige que
aquélla sea prestada.
Una cuestión que ha intrigado a la doctrina respecto a la aplicación de la figura refiere a la
extensión de la cuota a fijar durante la prosecución del proceso judicial. Al respecto, existe un
cierto consenso en el ámbito tribunalicio en entender que aquélla debe tender a satisfacer las
necesidades impostergables durante el lapso que media hasta el dictado de la sentencia, y por
ello su fijación depende de una valoración provisoria de las constancias hasta ese momento
incorporadas a la causa(5). De tal razonamiento se sigue que la prestación que establecerá el
magistrado tendrá un contenido menor a aquella que pueda resultar del procedimiento,
ciñéndose únicamente a aquellos gastos estrictamente imprescindibles de quien los reclama.
Este razonamiento, si bien puede tener un fuerte basamento en cuanto respecta a la
demanda intentada por una persona mayor de edad, y por ello no objetamos su aplicación en tal
supuesto, no tiene acogida en el caso en que el beneficiario de la medida sea una niña, un niño
o un adolescente, pues contraviene el principio cardinal en materia de derecho de la infancia,
como es el principio del interés superior del niño, expresado en el art. 3.1 de la Convención
sobre los Derechos del Niño. Por tal circunstancia, en ese caso habrá de establecerse la cautela
atendiendo a las necesidades de aquéllos, propendiendo la prestación a satisfacerlas en el
curso del procedimiento judicial hasta su efectiva resolución.
IV. UNA CUESTIÓN COMPLEJA: EL RECLAMO CONTRA LOS ABUELOS A FAVOR DE LA PERSONA MENOR DE EDAD
1. Presentación
El recorrido por el ámbito de la práctica forense nos ha mostrado reiterados casos de
incumplimiento del deber alimentario de los padres respecto de sus hijos, al cual, muy a nuestro
pesar, en ciertas oportunidades se llega a través de la realización de ardides, maniobras y
elucubraciones que repugnan al más mínimo espíritu de solidaridad familiar.
Ahora bien, los alimentos para la persona en la menor edad tienen una importancia vital, toda
vez que permiten el correcto desenvolvimiento del niño en sociedad, pudiendo desarrollar toda
su potencialidad hasta alcanzar la vida adulta, circunstancia por la cual, como será visto en el
capítulo dedicado a los derechos y deberes de los progenitores respecto de su descendencia,
tienen una extensión mayor que aquella que es debida a los parientes. Ante ello, surge una
cuestión que cabe ser atendida, y que ha causado un particular interés en el ámbito de la
literatura jurídica, cual es la referente al deber alimentario que pesa sobre los abuelos respecto
de sus nietos que se hallan en la menor edad, en el supuesto en que sus padres incumplan la
obligación que la ley pone a su cargo. Y remarcamos la minoría de edad de los nietos, puesto
que de faltar ese dato resultarían plenamente aplicables las enseñanzas sobre las que venimos
trabajando en estas líneas.
Varios interrogantes surgen respecto de esta temática: ¿cuál será la extensión de la cuota?
¿Serán de aplicación los principios y caracteres recién estudiados? ¿Cómo se podrá exigir el
cumplimiento de la prestación a los abuelos?
En lo que sigue, abordaremos la problemática, teniendo en cuenta que ella interpela
activamente al derecho internacional de los derechos humanos, en tanto en nuestro sistema
constitucional, y de conformidad con lo normado por el art. 75, inc. 23 de nuestra Carta Magna,
sus beneficiarios son sujetos que merecen una protección especial por parte del derecho.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
2. Caracteres propios
Aun encontrándose comprendida en el campo normativo propio del deber alimentario entre
parientes, la temática cuyo estudio proponemos exhibe una serie de principios y características
propias que la diferencian del régimen general.
Así las cosas, tal como hemos referido precedentemente, uno de los caracteres más
salientes de la obligación alimentaria derivada del parentesco es que ésta es recíproca, lo que
implica que los sujetos mencionados en la norma se deben alimentos en forma mutua. Empero,
esa regla no es aplicable en este ámbito, pues el sujeto beneficiario de la cuota alimentaria es
una persona menor de edad; ante ello, corresponde señalar que la obligación de los abuelos
respecto de sus nietos menores de edad es unilateral, quedando solamente obligados aquéllos
al cumplimiento de la misma, y no pudiendo reclamar la fijación de una cuota de manutención
respecto de estos últimos.
De igual modo, hemos señalado que quien acciona a los efectos de la fijación de una cuota
alimentaria derivada del parentesco se le impone la debida acreditación en autos de la
imposibilidad de procurárselos por sí, a más de la correspondiente situación de necesidad por la
cual requiere los alimentos.
Nuevamente, esa inteligencia no es de aplicación en este campo a partir de la especial
protección dispensada por el orden legal a los niños, por lo que como principio general no
deben ser acreditados en la causa los requisitos antes mencionados. Sin embargo, no es de
olvidar que derivando la presente prestación alimentaria del vínculo de parentesco, la referida
presunción tiene el carácter de juris tantum, admitiendo de tal manera prueba en contrario(6).
3. Extensión de la cuota
Como ya fue visto, el art. 541 del Código Civil y Comercial circunscribe el contenido de la
prestación alimentaria entre parientes a los gastos necesarios para la subsistencia, habitación,
vestuario y asistencia médica de quien lo recibe y, para el caso de que el beneficiario sea una
persona menor de edad, alcanza también las erogaciones educativas. Por su parte, en lo
tocante al contenido del deber que tienen los progenitores respecto de sus hijos, el contenido de
la obligación es mayor, en tanto el art. 659 del mismo cuerpo establece que alcanza la
satisfacción de las necesidades de los hijos de manutención, educación, esparcimiento,
vestimenta, habitación, asistencia, gastos por enfermedad y los gastos necesarios para adquirir
una profesión u oficio.
Como se ve, el deber que incumbe a los progenitores es mayor en cuanto a los rubros que
alcanza, por lo que en un supuesto tan especial como el que venimos trabajando en este punto
cabe preguntarse si es de plena aplicación la normativa pensada para los alimentos entre
parientes, o si, por el contrario, puede echarse mano la concebida en el marco del derecho de la
responsabilidad parental.
Este cuestionamiento no es nuevo, ni nace con el recientemente sancionado código de
fondo, sino más bien viene interesando a la doctrina desde hace largos años. Distintas posturas
se han efectuado al respecto desde sectores que han estudiado el tema. Al respecto, destaca
Bossert que si bien la normativa anterior en su letra indicaba que la cuota fijada debe ceñirse a
atender las necesidades impostergables del alimentista, por lo cual solamente quedan cubiertas
las de índole material, el concepto integral de persona abarca también aspectos espirituales que
resultan imposible escindir de ella, los cuales, de ser desatendidos, conducen a la destrucción
del individuo en su carácter de tal. Ante ello, concluye que la cuota debe atender a las
necesidades de orden moral y cultural del alimentado, debiendo ser observado al momento de
fijarla la posición económica y cultural del alimentado, quedando excluidos, asimismo, los
gastos superfluos o de lujo(7), tesis a la que ha adherido Posse Saguier(8).
Si bien con argumentos diferentes, Grosman y Herrera abonaron también la idea recién
expuesta, al entender que el art. 372, por el que se circunscribían los límites de la prestación
debida entre parientes, aparece en extremo limitado, máxime si se trata de menores de edad, al
omitir la satisfacción de necesidades elementales para el niño como la educación y
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
también la interpretación de la norma de aplicación restrictiva, ya que aquéllos, al igual que los
niños, merecen cuidados especiales(16).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Niño, es aquella que si bien es conteste con el carácter subsidiario de la obligación que incumbe
a los abuelos, a tenor de lo establecido en la referida convención señala que cuando los
beneficiarios son menores de edad, tal subsidiariedad debe estar desprovista de la exigencia de
formalidades que desnaturalicen esa obligación(26).
V. COPARTICIPACIÓN DE LA CUOTA: EL ARTÍCULO 650 DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 16/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Aun con las opiniones que ello nos puede generar, lo cierto es que desde la letra de la ley se
establece un orden sucesivo en el cumplimiento de la obligación alimentaria, hallándose
preferentemente obligados los parientes más cercanos en el grado al reclamante; y ante
igualdad de grado, deberán soportar la cuota los que se encuentren en mejores condiciones de
prestar los alimentos. De esto sigue —aun cuando resulte de toda obviedad decirlo— que tanto
los abuelos por vía materna como paterna pueden ser demandados por tal concepto,
encontrándose esta opción en cabeza del legitimado para intentar la acción.
Ahora bien, en este punto una pregunta surge en forma inevitable: ¿tendrá algún camino el
abuelo que resultase condenado para recuperar la suma erogada en la proporción
correspondiente? Para dar cuenta, debemos transitar el camino que nos propone la normativa
adjetiva: así, el art. 650 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación le brinda la
posibilidad de iniciar incidente de coparticipación, a los fines de que la cuota que fuera
oportunamente fijada sea también soportada por los abuelos que no hubiesen sido condenados
en el juicio de alimentos en que se dispuso, dispositivo que se replica en el art. 647 del código
ritual de la provincia de Buenos Aires. Respecto a ello, ha sido apuntado que, en el sentido
técnico procesal no corresponde hacer referencia al "incidente" de coparticipación de cuota, sino
que en el caso nos encontramos ante un verdadero "juicio incidental", desde que su
admisibilidad no depende de que se encuentre en trámite un proceso principal, a más que,
como sucede en el presente caso, pueden comprender el lugar de la parte demandada a
personas que nunca asumieron tal calidad en el juicio de alimentos(27).
Por otra parte, resulta menester señalar que, toda vez que los alimentos guardan como
carácter su irrepetibilidad —con las salvedades ya formuladas—, no podrá pedir el abuelo
condenado a su pago solicitar el reintegro de las sumas que ya hubiesen sido pagadas por tal
concepto en forma previa a que se dicte la sentencia por la cual se decreta la coparticipación de
la cuota alimentaria.
Finalmente, corresponde destacar que en atención al distinto fundamento de la prestación
alimentaria que recae en cabeza del abuelo respecto de aquella que recae en cabeza de los
padres, ante el incumplimiento del principal obligado al pago de ella, el abuelo no puede ser
condenado sin más a cumplir por lo debido por este último, sino que deberá promoverse un
juicio en el que el abuelo sea demandado, y en él se fijará la cuantía de la prestación
alimentaria a que se encuentra obligada a soportar.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Es justamente en respuestas como éstas en las que radica la principal virtud del cuerpo legal
recientemente sancionado, pues sobre un tema que dejaba un espacio fértil para las dudas, los
interrogantes y las respuestas disímiles por parte de los operadores del servicio judicial, causa
una verdadera revolución, brindando certeza en cuanto a la respuesta que ha de otorgarse.
Asimismo, este modo de resolver resulta manifiestamente adecuado, en cuanto a que
equilibra prudentemente y compone los intereses que se encuentran en pugna en una demanda
de alimentos, porque si bien admite la retroactividad de la cuota al momento en que se reclamó
al condenado por vía fehaciente, ello sólo podrá ocurrir en el caso en que la acción judicial haya
sido interpuesta en el término de seis meses, pues resultaría tan inequitativo no negar la
retroactividad en tal caso, toda vez que en efecto, el pedido formal al pago ya existió, como
permitir que cualquier tipo de reclamo tenga la potencialidad de retrotraer la condena al
momento en que se realizó, lo que colocaría al obligado en un plano de notable desprotección.
En la misma línea es que se inscribe el art. 551 del mencionado cuerpo legal, el que,
inspirado en el modelo de varias legislaciones latinoamericanas, busca atacar cualquier acuerdo
que pueda llegar a existir entre la persona condenada al pago de alimentos y su empleador con
el fin de sustraerse a la observancia de la sentencia judicial ya dictada, diciendo al respecto que
este último será solidariamente responsable al pago de la deuda para el caso de no realizar los
depósitos de las sumas que debió descontar a su dependiente o a cualquier otro acreedor.
Fuera de ello, otro tema que en la práctica ha generado inconvenientes, y que el Código se
encarga de zanjarlas expresamente, es el relativo al cálculo de intereses aplicables para el caso
en que se haga presente un incumplimiento en el plazo previsto para abonar la prestación. En
cuanto a ello, el art. 552 expresamente dice que habrá de aplicarse la tasa más alta que cobran
los bancos a sus clientes, a la que se adiciona la que el juez fije, de acuerdo con las
circunstancias del caso. Recepta así la solución ya adoptada y firmemente consolidada en la
doctrina de los tribunales nacionales, resultante del plenario "Samudio" de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Civil, del año 2009(29).
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ, Osvaldo O., "Obligación alimentaria de los abuelos", ED 171-344/345.
BEDROSSIAN, Gabriel A., "Características y alcances de la obligación alimentaria debida por
parientes de los menores de edad", LLC 2001-985/982.
BELLUSCIO, Claudio A., Alimentos debidos a los menores de edad, García Alonso, Buenos Aires,
2009.
— "Otro fallo que determina acertadamente la obligación alimentaria que les corresponde a los
abuelos", DJ 2009-2-1841/1852.
BÍSCARO, Beatriz R., "Alimentos a cargo de los abuelos. Principio de solidaridad de la obligación",
JA 2006-I-21.
BOSCH MADARIAGA (h), Alejandro F., "El deber alimentario del abuelo para con sus nietos", DJ
2005-3-992.
BOSSERT, Gustavo A., Régimen jurídico de los alimentos: Cónyuges, hijos menores y parientes.
Aspectos sustanciales y procesales, 2ª ed. actual. y ampl., Astrea, Buenos Aires, 2004.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 19/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil, t. I, Hammurabi, Buenos Aires,
1995.
CATALDI, Myriam M., "Obligación alimentaria de los abuelos", RDF 2007-I, 97/104.
CÓRDOBA, Marcos M., en BUERES, Alberto J. (dir.) - HIGHTON, Elena I. (coord.),Código Civil, t. I,
Hammurabi, Buenos Aires, 1995, ps. 1337/1358.
FAMÁ, María V., "Los alimentos derivados del parentesco y los debidos a los hijos mayores de
edad en el Proyecto de Código Civil", RDFyP, abril de 2014, ps. 15/31.
— "Obligación alimentaria de los abuelos", en GROSMAN, Cecilia P. (et. al.), Alimentos a los hijos
y derechos humanos, Universidad, Buenos Aires, 2004, ps. 279/304.
GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho constitucional de familia,
t. I, Ediar, Buenos Aires, 2006.
GROSMAN, Cecilia P. (dir.), Los derechos del niño en la familia. Discurso y realidad, Universidad,
Buenos Aires, 1998.
GROSMAN, Cecilia P., "Alimentos a los hijos y derechos humanos. La responsabilidad del Estado",
en Alimentos a los hijos y derechos humanos, Universidad, Buenos Aires, 2004, pp. 45/90.
GROSMAN, Cecilia P. - HERRERA, Marisa, "Un fallo que actualiza el debate sobre la díada alimentos
a los hijos y derechos humanos", LNC 2007-6-477.
JÁUREGUI, Rodolfo G., "Obligación alimentaria de los abuelos", Revista de Familia y Sucesiones,
vol. I, ps. 153/178.
JELIN, Elizabeth, Pan y afectos. La transformación de las familias, FCE, Buenos Aires, 1998.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída R., "El derecho de familia en la República Argentina en los inicios
del siglo XXI. Su inexorable proceso de constitucionalización y adecuación a los tratados
internacionales de derechos humanos", Revista de Derecho Comparado. Derecho de Familia -
II, nro. 10, ps. 7/70.
KIELMANOVICH, Jorge L., Derecho procesal de familia, 3ª ed., AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2009.
LLAMBÍAS, Jorge J. - POSSE SAGUIER, Fernando,Código Civil anotado, t. I-B, 2ª ed., Abeledo-Perrot,
Buenos Aires, 2002.
MÉNDEZ COSTA, María Josefa, Visión jurisprudencial de los alimentos, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
2000.
MÍGUEZ, Agustín A., "La obligación alimentaria de los abuelos", DJ 1999-1-977/981.
MORELLO, Augusto M. - MORELLO DE RAMÍREZ, María S., "La obligación alimentaria de los abuelos
ante la Convención sobre los Derechos del Niño", JA 1998-IV-1092/1096.
SALAS, Acdeel E. - TRIGO REPRESAS, Félix A. - MESA, Marcelo J.,Código Civil y leyes
complementarias, t. I, Depalma, Buenos Aires, 1999, ps. 171/172.
SOLARI, Néstor E., "Obligación alimentaria de los abuelos", RDF 1998-12-241/247.
SOSA, Toribio E., "Obligación alimentaria de los abuelos en favor del niño (¿Es subsidiaria?)", DJ
2004-1-690/693.
— "Obligación alimentaria de los abuelos: de relativamente subsidiaria a concurrente", RDFyP
2012-2-106/116.
— "Obligación alimentaria de los abuelos: subsidiariedad subjetiva y relativa", LL 2006-A-
605/607.
OTERO, Mariano C., "El parentesco en el Proyecto de Código", LL 2013-C-706/716.
WAGMAISTER, Adriana, "Proyecto del Código Civil Unificado: parentesco, alimentos,
responsabilidad parental", RDFyP 2012-197/205.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, 3ª ed. ampl. y actual., Astrea, Buenos
Aires, 1998.
(1)C. Nac. Civ., sala H, 7/3/1997, "D. de P., G. M. v. P., M. N.", LL 1997-D-110.
(2)C. Nac. Civ., sala E, 24/4/1984, "R., R. C. v. R. de C., B.", LL 1984-C-453 (del fallo de
primera instancia).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/22
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 22/22
CAPÍTULO XIX - DERECHO DE COMUNICACIÓN ENTRE PARIENTES Y OTRAS PERSONAS UNIDAS POR LAZOS AFECTIVOS.
POR ELVIRA ARANDA, NADIA G. GARCÍA Y MARÍA LUCIANA PIETRA
1. Terminología. Antecedentes
La denominación "derecho de visitas" se había instalado en Francia, a partir de una sentencia
de la Corte de Casación de 1857, y se hacía efectivo en el domicilio del "visitado". La misma
denominación del derecho francés se usó también en otros países europeos como España,
Alemania, Italia, Suiza y llegó a la Argentina consolidándose tanto en la doctrina como en la
jurisprudencia(2).
Como sostiene Belluscio, "...Sin norma legal que lo estableciese, la jurisprudencia reconocía
el derecho de visita de los abuelos, sobre la base de la necesidad de mantener la solidaridad
familiar y de proteger los legítimos afectos que derivan de este orden de relaciones. Fue, pues,
un efecto jurídico del parentesco que había sido creado por la jurisprudencia..."(3).
La institución se incorpora al derecho positivo con la ley 21.040(4), que agrega el art. 376
bis(5)al CCiv., bajo la rúbrica "Régimen de Visitas"(6).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 3/8
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
De este modo, el mencionado plexo normativo lo reconocía no sólo a favor de los abuelos,
sino que incorporaba también a otros legitimados activos.
Se ha dicho que "...con el correr del tiempo, las modalidades que fueron admitiéndose
produjeron una inadecuación de la connotación terminológica de la expresión en relación al
contenido del derecho-deber..."(7), por lo que lentamente se empezó a sustituir la terminología
por otra más acorde a la situación que contempla.
Así, en nuestro país, con la sanción de la ley 23.264(8), que modificó el art. 264 en lo que
respecta al ejercicio de la patria potestad(9), se incorporó en el inc. 2º "el derecho del otro de
tener adecuada comunicación", con lo cual se advierte una sustitución de la vetusta
denominación "derecho de visita" por "derecho de comunicación".
Ello se consolida en el CCyCN, que en el Libro segundo, título 4, capítulo 2, sección 2, bajo
la rúbrica "Derecho de comunicación", regula el derecho de una debida comunicación no sólo
con relación al parentesco sino haciendo extensivo el derecho a quienes justifiquen un interés
afectivo.
Asimismo, se trata de un derecho-deber, ya que beneficia tanto a la persona que lo solicita
como a aquella respecto de la cual se admite la comunicación o el debido contacto.
2. Fundamentos
El régimen previsto persigue la protección del núcleo familiar más próximo, basándose en la
solidaridad, el afecto, el contacto personal, espiritual y material que supone debe existir entre
sus miembros, dando lugar a la colaboración de otros familiares. Se tiene en cuenta que el
contacto personal y el afecto resultan imprescindibles para una mejor calidad de vida de las
personas(10).
En lo precedentemente expuesto parece hallarse el verdadero sentido de la nueva
regulación. Ello en razón de que el art. 555 del CCyCN deja de hacer referencia a la obligación
alimentaria por razones de parentesco haciendo concreta la enumeración de las personas a las
que el Código le reconoce el "Derecho de comunicación", con el fin de evitar cualquier tipo de
sujeción de la debida comunicación a la obligación alimentaria(11).
Dicho de otro modo, el art. 376 bis del CCiv. reconocía este derecho a los parientes con
obligación alimentaria, que eran, según los arts. 367 y 368 del mismo cuerpo legal, los
ascendientes y descendientes en línea recta en todos los grados, hermanos unilaterales y
bilaterales, y afines en primer grado. No comprendía entonces a otras personas unidas
afectivamente, como tíos, primos, padrinos, guardadores.
Sin embargo, la jurisprudencia había admitido reclamos en este sentido, fundados en un
interés legítimo(12). Al no existir en este caso un derecho subjetivo consagrado en el CCiv., era
necesario demostrar que el régimen de comunicación solicitado no generaba perjuicio alguno,
que el contacto era conveniente, que quien se oponía estaba actuando abusivamente(13)y si se
requería a favor de una persona menor de edad debía ser acorde a su interés superior.
A partir del año 2014, esta posibilidad se halla prevista expresamente en el Código unificado,
no quedando ya sujeto a la interpretación del juez que deba resolver el reclamo, en pos de la
seguridad jurídica. Por lo tanto, el legislador ha ampliado este derecho a aquellos que justifiquen
un interés afectivo y legítimo, poniéndose en consonancia con la noción de referentes afectivos,
introducida en el art. 7º del dec. 415/2006(14)que reglamentó la ley 26.061(15).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 4/8
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
La norma contempla la obligación de las personas que tengan a su cargo niños, niñas,
adolescentes, personas con capacidad restringida, enfermas o imposibilitadas, de permitir a
otras que, en razón de la existencia de un vínculo de parentesco o afectivo legítimo, desean
tener un contacto personal o comunicación con los primeros.
El art. 555 del CCyCN comienza estableciendo que:
(...) Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores de edad, con capacidad
restringida, o enfermas o imposibilitadas, deben permitir la comunicación de éstos con sus
ascendientes, descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad
en primer grado (...).
Quienes pueden exigir este derecho, entonces, son los ascendientes, descendientes,
hermanos unilaterales o bilaterales y parientes por afinidad en primer grado.
Además, el derecho se extiende a quienes en razón de circunstancias de hecho especiales o
de la dinámica familiar, pueden acreditar la existencia de vínculos afectivos y la conveniencia
del régimen de comunicación, es decir, que el interés de quienes lo soliciten debe coincidir con
el de quienes van a resultar beneficiados.
En relación con estos otros beneficiarios, el art. 556 del Código dispone:
Las disposiciones del artículo 555 se aplican en favor de quienes justifiquen un interés
afectivo legítimo.
1. Legitimación
III. OPOSICIÓN
Quienes tengan el carácter de legitimados pasivos en el proceso de fijación de un régimen de
comunicación, podrán oponerse al progreso de la acción.
La segunda parte del art. 555 del CCyCN establece:
(...) Si se deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de
los interesados, el juez debe resolver lo que corresponda por el procedimiento más breve
que prevea la ley local y establecer, en su caso, el régimen de comunicación más
conveniente de acuerdo a las circunstancias.
La oposición no debe ser arbitraria, sino estar debidamente justificada. Los motivos que
deben alegar y probar están acotados a que la petición pueda resultar perjudicial para los
interesados.
1. Disposiciones generales
El legislador ha establecido pautas para facilitar la resolución judicial del caso.
Teniendo en cuenta los principios generales que se postulan en materia de procedimiento en
el derecho de familia, según lo establecido en el art. 706 del CCyCN, "el proceso de familia
debe respetar los principios de tutela judicial y efectiva, inmediación, buena fe y lealtad
procesal, oficiosidad, oralidad y acceso limitado al expediente"; se advierte la necesidad de
transitarlo de manera que se facilite el acceso a la justicia, en especial las personas más
vulnerables, logrando una pacífica resolución de los conflictos, como también tomar en cuenta
el principio del interés superior del niño.
Asimismo, en los procesos donde intervengan personas con capacidad restringida, niños,
niñas y adolescentes, debe respetarse su derecho a ser oídos y a que sus opiniones sean
tenidas en cuenta, conforme lo estipula el art. 707 del CCyCN.
El pedido de la fijación de un régimen de comunicación deberá tramitarse por el
procedimiento más breve que prevea la ley local (art. 555, último párrafo, CCyCN).
Debe establecerse el régimen de comunicación que sea más beneficioso o conveniente para
los interesados, teniendo en cuenta el interés superior de las personas involucradas en el
proceso (art. 555, CCyCN).
En relación con los interesados que no sean parientes en la línea y grado establecidos en el
art. 555, CCyCN, deberán probar su legitimidad para promover la acción y se evaluará la
conveniencia del régimen de comunicación(16).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 6/8
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, ts. I y II, 7ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2002.
BELLUSCIO, Augusto C. - ZANNONI, Eduardo A.,Código Civil y leyes complementarias comentadas,
anotado y concordado, Astrea, Buenos Aires, 1998.
CHECHILE, Ana M., "El derecho del niño a una adecuada relación con sus abuelos u otros
parientes y/o terceros", Derecho de Familia. Revista interdisciplinaria de doctrina y
jurisprudencia 2005-II-91, LexisNexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
FANZOLATO, Eduardo I., Derecho de familia, t. I, Advocatus, Córdoba, 2007.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo G., Manual de derecho de familia, 1ª ed.,
LexisNexis, Buenos Aires, 2004.
GUASTAVINO, Elías P., "Régimen de visitas en el derecho de familia", art. 376 bis del CC", JA 1976-
I-654.
MAKIANICH DE BASSET, Lidia N., Derecho de visitas, Hammurabi, Buenos Aires, 1997.
NOVELLINO, Norberto J., Tenencia de menores y régimen de visitas producido el desvínculo
matrimonial, 1ª ed., García Alonso, Buenos Aires, 2008.
PORRETTA, Lorena V., "El derecho de otros parientes y de terceros no incluidos en el art. 376 bis
del CC a solicitar un régimen de visitas respecto de menores sujetos a patria potestad",
análisis del fallo de la Cámara Nacional Civil, sala F, 18/5/1993, "L. E. C y otros", publicado en
www.apadeshi.org.ar.
SAMBRIZZI, Eduardo A., "Acerca del derecho de visitas de los primos", ED 185-638.
ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. II, 4ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2002.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f000… 8/8
CAPÍTULO XX - FILIACIÓN. POR YAEL FALÓTICO Y MARÍA LUCIANA PIETRA
I. CONCEPTO
La palabra filiación deriva del latín filius, que significa hijo.
A lo largo del tiempo se ha definido a este instituto de diferentes maneras, contemplando los
distintos supuestos que pueden darle origen. Sin embargo, los constantes y veloces cambios
sociales y médicos tornan difícil brindar una conceptualización acabada del concepto de
filiación, de manera que, cualquier definición que se pueda aportar no será más que una
aproximación a la realidad que impere en el momento(1).
Es así que, por ejemplo, para Belluscio "...la filiación es el vínculo jurídico que une a una
persona (el hijo) con sus progenitores (el padre y la madre)...(2)". Krasnow relata que "...la
filiación puede definirse como el vínculo jurídico existente entre padres e hijos que tiene
normalmente como presupuestos determinantes el vínculo biológico (filiación por naturaleza)
pero también puede encontrar su fuente en la ley misma (filiación por adopción)...(3)".
Tal como puede observarse, estas definiciones comprenden la relación existente entre
filiación y vínculo biológico; empero ninguna de ellas menciona a la "filiación por técnicas de
reproducción humana asistida", de manera que se encuentran debilitadas ante el avance
científico. La incorporación de esta fuente filiatoria es uno de los grandes logros de la reforma.
En la actualidad, puede definirse la filiación como el vínculo jurídico existente entre
padres/madres e hijos, determinado por la procreación natural, por las técnicas de procreación
humana asistida o por la adopción, ello conforme a lo establecido en el art. 558 del Código Civil
y Comercial.
En consecuencia, el concepto de filiación no comprenderá solamente la relación biológica
sino también todos aquellos casos en que el derecho configure el emplazamiento filial, así sea
como resultado de la aplicación de las técnicas de reproducción humana asistida o por la figura
de la adopción.
En definitiva, la filiación "es un acto simbólico que nombra a un niño como hijo de alguien"(4),
es el vínculo jurídico que une a los hijos e hijas con sus padres y/o madres.
El concepto mencionado no surge literalmente del Código Civil y Comercial, aunque sí puede
inferirse de los fundamentos del mismo y de su articulado, dado que una persona puede tener
dos padres, dos madres o una madre y un padre(5), aunque no más de dos vínculos filiales,
conforme lo establece el art. 558 de dicho cuerpo legal.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 3/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
II. FUENTES
La filiación puede surgir de distintas fuentes. Hasta la unificación del Código Civil y
Comercial, tenía su origen en la naturaleza o en la adopción. El nuevo plexo legal incorpora la
filiación por técnicas de reproducción humana asistida.
El art. 558 dispone:
Fuentes de la filiación. Igualdad de efectos. La filiación puede tener lugar por naturaleza,
mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción. La filiación por
adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana asistida,
matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme a las disposiciones
de este Código. Ninguna persona puede tener más de dos (2) vínculos filiales, cualquiera
sea la naturaleza de la filiación.
Las distintas clases, entonces, son las siguientes:
1) Filiación por naturaleza. Es la que se origina en el vínculo biológico, y puede ser
matrimonial, si los hijos nacen dentro del matrimonio, o extramatrimonial si lo hacen fuera de él.
2) Filiación por técnicas de reproducción humana asistida. Es una nueva fuente filiatoria,
también conocida como TRHA, que surge entre las personas que acuden a estos
procedimientos y el niño nacido, pudiendo generar un vínculo biológico (homóloga, es decir, con
gametos de la pareja) o social (heteróloga, con gametos de terceros), debiendo los
intervinientes prestar su consentimiento libre, pleno e informado a la técnica a la que se hayan
sometido. Si los padres están unidos en matrimonio será matrimonial, y si no lo están,
extramatrimonial. Este nuevo vínculo filial ameritaba una regulación especial como la
incorporada en el Código unificado, ya que en la práctica los presupuestos que se presentan
son muy diferentes a los que surgen de la filiación por naturaleza y por adopción. A lo largo del
capítulo se volverá sobre estas ideas.
3) Filiación por adopción. Es la creada por la ley a través del instituto de la adopción, incluida
en el texto del Código Civil a partir del año 1997, sin perjuicio de las leyes complementarias
anteriores(6); puede ser plena o simple, según extinga o no el vínculo con la familia de origen,
respectivamente. Existe además lo que se denomina adopción de integración, que permite
emplazar en este estado, por medio de esta figura, al hijo/a del/la cónyuge o conviviente.
Aclara el mismo art. 558, como se mencionó precedentemente, que ninguna persona puede
tener más de dos vínculos filiales, cualquiera que sea la naturaleza de la filiación; al legislar
sobre matrimonio igualitario y reproducción humana asistida, resulta necesario realizar dicha
salvedad(7). Por lo tanto, si una persona pretende emplazar a otra en un estado del que ya
goza, debe previamente desplazar el anterior.
Resalta el mencionado artículo que no deben existir diferencias basadas en el origen de la
filiación, lo que elimina toda posibilidad de discriminación fundada en el vínculo filial, la cual
sería a todas luces inconstitucional, por vulnerar el art. 16 de nuestra Carta Magna y la
normativa internacional reflejada en los instrumentos de derechos humanos que gozan de su
misma jerarquía (art. 75, inc. 22).
Esta igualdad se reafirma aún más con el art. 559, según el cual el certificado de nacimiento
expedido por el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, no debe aclarar la fuente
de la filiación. Todos los hijos son iguales y gozan de los mismos derechos, independientemente
de la manera en que fueron concebidos y/o emplazados.
Sin embargo, ello no siempre fue así, ya que hasta el año 1985 existían distintas categorías
de "hijos" con diferencias en cuanto a los derechos de los que gozaban.
Otro de los antecedentes a tener en cuenta es la sanción de la ley 26.618(18), que modificó
el derecho matrimonial existente hasta ese momento, al eliminar la diversidad de sexos como
requisito esencial para la existencia del matrimonio, permitiendo de esta manera que dos
personas del mismo sexo puedan acceder a este instituto.
Si bien esta norma sólo se limitó a regular todo lo concerniente al matrimonio, el sistema
filiatorio se vio alterado en la práctica. Como consecuencia de ello, un sinnúmero de tensiones
constitucionales han debido ser subsanadas jurisprudencialmente(19), otorgándoseles de esta
forma, con la sanción del Código unificado, un marco legal más completo a las nuevas formas
de organización familiar que hasta el momento no estaban reconocidas por nuestra legislación
interna(20).
Estas familias homoparentales suelen recurrir a las técnicas de reproducción humana
asistida para satisfacer sus deseos de maternidad y/o paternidad, como también lo hacen las
parejas heterosexuales que padecen de infertilidad y las personas solas. Sin embargo, estas
nuevas formas de concebir no tenían suficiente recepción legislativa hasta la sanción del Código
Civil y Comercial, pese a hallarse reguladas en algunas leyes aisladas cuyo principal objetivo es
brindar cobertura económica a los tratamientos.
Es así que desde la sanción de la ley 26.618, nuestro país ha hecho efectiva la imperiosa
necesidad de vivir en un estado de derecho, multicultural, respetando los principios de igualdad,
no discriminación, así como el de no regresividad, es decir, no retroceder en el reconocimiento
que se ha efectuado con esta la ley, sino por el contrario, ampliar el abanico para un efectivo
resguardo de todas las nuevas familias.
Es en este contexto social y cultural, que en el año 2014 se sanciona el Código Civil y
Comercial, teniendo en cuenta la necesidad de adaptar el derecho a la realidad, y evitar
planteos y declaraciones oficiosas de inconstitucionalidad, adecuando la legislación interna a la
internacional y constitucional, y procurando de esta manera brindar a la sociedad una mayor
seguridad jurídica.
De lo expuesto se deduce que el Código Civil y Comercial ha receptado el proceso de
"democratización" de la familia, dejando el hombre de ser, ya desde hace tiempo, el "jefe
indiscutido del hogar", la mujer una "incapaz de hecho relativa" y los hijos "menores incapaces"
(21).
Sobre esta base, se incorporan nuevas formas familiares con una idea de diversidad,
pluralidad y tolerancia. La igualdad real y la no discriminación, así como también la
constitucionalización del derecho privado, se observan claramente en el título relativo a la
filiación. Asimismo, la interpretación es ahora dinámica (arts. 1º y 2º del Código unificado),
fundada en la realidad y la finalidad de la norma, mirando hacia el futuro, lo cual resulta muy útil
en materia filiatoria, donde surgen nuevos avances de la ciencia que deben ser
contemplados(22).
Claramente los fundamentos de este nuevo Código son una expresión de lo que se
denomina: "Código para una sociedad multicultural".
1. Disposiciones generales
En los umbrales del siglo XXI, las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) han
abierto cauces nuevos de maternidad y paternidad, convulsionando en particular al derecho de
familia en sus más profundos cimientos(23).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 6/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
derecho a la vida privada se relaciona con: i) la autonomía reproductiva; ii) el acceso a los
servicios de salud reproductiva, lo cual involucra el derecho de acceder a la tecnología médica
necesaria para ejercer ese derecho (...)".
Y esgrime: "(...) los derechos a la vida privada y a la integridad personal se hallan directa e
inmediatamente vinculados con la atención de la salud, y la falta de salvaguardas legales para
tomar en consideración la salud reproductiva puede resultar en un menoscabo grave del
derecho a la autonomía y la libertad reproductiva(...)"(33).
Por este motivo, las primeras leyes sobre el tema se referían a la cobertura social, aunque
era necesaria una normativa más completa, como la receptada por el nuevo Código.
Al respecto se ha dicho que "...en la Argentina, conforme la ley 26.862 y el reciente Código
Civil y Comercial, la regulación de estas técnicas se enrola en el criterio amplio; en efecto, esa
regulación no está centrada en la noción de 'infertilidad' y su relación específica con el derecho
a la salud, sino como un modo o vía hábil de respeto al derecho de toda persona a formar una
familia, con total independencia de su orientación sexual y estado civil; es decir, en total
consonancia con los principios de igualdad y no discriminación. En esta línea, las TRHA
permiten que los niños puedan nacer en el marco de parejas de igual o diverso sexo; también
en el marco de un proyecto familiar de personas sin pareja, siendo ésta otra causa fuente de la
familia monoparental, al lado de la adopción unipersonal..."(34).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 9/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
En este sentido, existen numerosos artículos que se refieren al derecho a la vida, tanto a
nivel constitucional (art. 33; art. 75, inc. 22; art. 75, inc. 23) como en el Código Civil y Comercial
o en el Código Penal (arts. 85 a 88). El texto de éstos se encarga de protegerla desde la
concepción, como lo establece la Convención Americana de Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica) —art. 4º, inc 1º y art. 24—, y el párr. 2º, art. 2º de la ley 23.849 ratificatoria
de la Convención sobre los Derechos del Niño (reserva argentina)(47).
La segunda postura, que no considera persona al embrión no implantado, se fundamenta en
el desarrollo biológico, hablando de preembrión hasta la implantación, de embrión hasta los tres
meses de gestación, y de feto hasta el término del embarazo(48). Para los autores que
defienden esta tesitura, el preembrión no sería persona. Asimismo, quienes realizaban una
interpretación gramatical del anterior art. 63, CCiv., entendían que se era persona desde la
concepción en el seno materno.
Sobre el tema, debe tenerse presente lo manifestado por la CIDH en la sentencia ya citada,
"Artavia Murillo y otros v. Costa Rica" respecto del embrión, que coincide con la postura
originaria del Código unificado. En este fallo la Corte ha manifestado que: "El embrión no puede
ser entendido como persona a efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana de
Derechos Humanos dado que la "concepción" tiene lugar desde el momento en que aquel se
implanta en el útero, razón por la cual, antes de este evento no habría lugar a la aplicación de la
norma"(49).
Respecto de la concepción la Corte Interamericana esgrime: "(...) A efectos de la
interpretación del término 'concepción' —art. 4 de la CADH—, la prueba científica concuerda en
diferenciar dos momentos complementarios y esenciales en el desarrollo embrionario: la
fecundación y la implantación y sólo al cumplirse el segundo momento se cierra el ciclo que
permite entender que existe concepción, pues, si bien al ser fecundado el óvulo se da paso a
una célula diferente y con la información genética suficiente para el posible desarrollo de un 'ser
humano', lo cierto es que si el embrión no se implanta en el cuerpo de la mujer sus posibilidades
de desarrollo son nulas, es decir, no recibiría los nutrientes necesarios, ni estaría en un
ambiente adecuado para su desarrollo (...)"(50).
En definitiva, se intentó legislar teniendo en cuenta el estado actual de la reproducción
humana asistida, según el cual no es posible el desarrollo del embrión fuera del seno materno,
conforme a lo dispuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuyas sentencias
son obligatorias para los países que han ratificado el Pacto de San José de Costa Rica, el cual
en la Argentina tiene rango constitucional, por lo que cualquier interpretación contraria a lo allí
dispuesto podría no superar el control de convencionalidad.
Sin perjuicio de lo expuesto, las discusiones doctrinarias y jurisprudenciales sobre el tema no
han cesado, teniendo en cuenta las implicancias éticas e interdisciplinarias que el mismo
conlleva.
4. Voluntad procreacional
4.1. Concepto
La voluntad procreacional es el acto volitivo de querer ser padre o madre, sin perjuicio de la
existencia de componentes genéticos propios(51).
Mizrahi ha dicho que los vínculos filiatorios no deben contar necesariamente con una base
biológica(52). La intención de tener un hijo puede estar disociada de esta última. No es lo
mismo ser padre que progenitor biológico. Quien se comprometió a "donar" su material genético
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 10/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
o a gestar un hijo para otro, no puede luego pretender ser el padre o madre, ya que estaría
yendo contra sus propios actos(53).
En la filiación por naturaleza prima el vínculo biológico, en la adopción el social y en la
procreación asistida el que surge de la voluntad procreacional. Si esta última no existiera, no
habría la seguridad jurídica en el uso de estas técnicas, y por temor al reclamo futuro nadie
recurriría a ellas.
Según Krasnow, en estos casos la voluntad procreacional desplaza a la verdad biológica,
exteriorizándose a través del consentimiento informado(54).
Por lo tanto, quien a través del consentimiento informado manifestó su intención de tener un
hijo debe ser su padre o madre. De lo contrario, la persona que donó el semen o los óvulos
podría iniciar acciones de filiación con resultado favorable como consecuencia de la pericia de
ADN, priorizándose así el nexo biológico a ultranza.
Quienes tuvieron intenciones de tener un hijo, lo criaron, educaron, le brindaron el amor que
necesitaba para crecer y desarrollarse, no pueden ser desplazados por quienes nunca lo
hicieron, por el solo hecho de que estos últimos hayan aportado el material genético.
Ésta es la solución adoptada por los arts. 560, 561 y 562 del Código, a los que se hará
referencia seguidamente.
Por lo expuesto, la filiación en el caso de las TRHA se determina a través de la voluntad
procreacional, siempre que ésta se haya manifestado de acuerdo con el procedimiento
establecido por el Código unificado y por la ley especial a dictarse sobre la materia.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f00… 11/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 12/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 13/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
En nuestro país se han planteado varios casos jurisprudenciales sobre este tema, que
debieron ser resueltos utilizando la normativa vigente(66), pese a no existir una regulación
expresa sore
El Proyecto de Código Civil y Comercial unificado regulaba originariamente la gestación por
sustitución, sobre la base de la buena fe de los intervinientes en la relación(67).
Sin embargo, el Senado derogó el artículo, por lo que no está previsto en la legislación
actual, existiendo un vacío legal sobre el tema.
V. DETERMINACIÓN DE LA FILIACIÓN
1. Concepto
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 14/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Las relaciones que se generan entre padres e hijos están específicamente previstas por el
Código Civil y Comercial a los fines de resguardar derechos y obligaciones que de éstas se
deriven.
La determinación de la filiación implica señalar jurídicamente quién es el padre y/o la madre
de una persona(71).
2. Modos de determinación
La determinación de la filiación puede ser: 1) legal, que es aquella que establece la ley
conforme a determinados supuestos, como son el parto y las presunciones, 2) voluntaria o
negocial cuando proviene del hecho del reconocimiento (expreso o tácito) como acto volitivo, o
de la voluntad procreacional en el caso de las TRHA, o 3) judicial cuando resulta de la sentencia
que la declara como consecuencia de un reclamo efectuado(72).
El Código Civil y Comercial intenta equiparar la filiación matrimonial y extramatrimonial en la
medida de lo posible, como ya lo hacía la ley 23.264. La única diferencia consiste en la
determinación de la paternidad, ya que cuando es matrimonial existe un acta de matrimonio con
fecha cierta para probarla y en la extramatrimonial no, razón por la cual en el primer caso rigen
las presunciones, y en el segundo es necesario el reconocimiento.
Concordantemente con los nuevos derechos que se venían receptando y con el principio de
no regresividad, el Código unificado incorporó las cuestiones de filiación relacionadas con el
matrimonio igualitario, ya que la ley 26.618 nada había manifestado al respecto, así como las
propias de la reproducción humana asistida. En este caso, la filiación se determina a través de
la voluntad procreacional, expresada a través del consentimiento informado.
Por estas razones, hoy se prefiere hablar de determinación de la filiación, y no de la
paternidad y/o maternidad.
En la actualidad, no existen diferencias en cuanto a la determinación de paternidad en víncu-
los formados por personas del mismo o de diferente sexo. Sin embargo, en las uniones
masculinas, cuando se trata de filiación por naturaleza, el reconocimiento de uno de los
miembros de la pareja no podría, en principio, generar la aplicación de la presunción de
paternidad a favor del otro, ya que siempre habría vínculo filiatorio materno, y nuestro Código
unificado se ha fundado en una filiación binaria o biparental.
En estos casos, para que exista vínculo filial con ambos, debería recurrirse a la gestación por
sustitución, que fue suprimida por el Senado como ya lo mencionáramos, o bien a la adopción
de integración, que debe requerirse judicialmente.
1. Concepto. Evolución
La determinación de la maternidad consiste en señalar a alguien, por parte de la ley, como
madre de otra persona.
El derecho comparado muestra dos sistemas para la determinación de la maternidad: 1.
aquellos que presuponen la maternidad por el hecho del parto, y 2. los que hacen prevalecer la
voluntad en la aceptación de ese carácter, pudiendo en consecuencia resguardar la identidad de
la mujer que dio a luz y desconocer al hijo nacido(73).
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 15/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Concepto. Evolución
La determinación de la filiación consiste en señalar jurídicamente a alguien como padre y/o
madre de una persona, y cuando se trate de un matrimonio, se presume que es tal el/la
cónyuge de la madre.
El Código Civil hacía referencia a la determinación de la paternidad. El nuevo plexo
normativo, en cambio, alude a la determinación de la filiación, contemplando también a los
matrimonios y parejas del mismo sexo.
Es por ello que el Código Civil y Comercial deja de lado la presunción de paternidad para
referirse a la presunción de filiación, compatibilizando las distintas formas familiares que en él
se receptan.
La paternidad matrimonial, históricamente, ha estado determinada por presunciones,
fundadas en la idea de matrimonio monogámico, cohabitación, fidelidad, débito conyugal y
presunta paz familiar. Éstas tenían carácter imperativo, y no podían ser modificadas por
voluntad de las partes, sino a través de alguna de las acciones previstas en la normativa(80). Se
presumía que el marido de la madre era el padre de sus hijos.
Por eso, en el Código Civil originario, las presunciones se originaban en la concepción
durante el matrimonio, y no en el nacimiento desde su celebración, suponiendo que los esposos
habían comenzado a mantener relaciones sexuales a partir de que se casaron. Se trataba de un
sistema cerrado donde las presunciones eran iuris et de iure, no admitían prueba en contrario.
Recién a partir de la sanción de la ley 23.264 en el año 1985 comienzan a ser iuris tantum, es
decir, a poder ser desvirtuadas mediante prueba en contrario, surgiendo en consecuencia un
sistema abierto(81).
El fundamento anterior a la reforma mencionada en el párrafo precedente consistía en que no
existían pruebas demasiado certeras para determinar el origen biológico, y se sustentaba,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 17/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
además, en la necesidad de evitar desplazar a los hijos legítimos de esta categoría, en virtud de
la pérdida de derechos que ello implicaba.
Al surgir, con los avances científicos, pruebas de mayor precisión (HLA y luego ADN), y
equipararse las fuentes de filiación con respecto a sus efectos, no existían razones para
sostener un sistema cerrado y arcaico de determinación de la paternidad matrimonial(82).
A partir de la ley 23.264, se "sinceran" las relaciones de familia y se tiene en miras ya no el
vínculo entre los esposos, sino el interés superior del niño(83).
Se ha dicho que la justificación de la norma de presunción está dada más por la fecha cierta
del acto, que por la fidelidad o por razones biológicas(84).
Finalmente, resulta necesario aclarar que las presunciones de filiación matrimonial se aplican
a la/el cónyuge de la persona que da a luz, aunque sólo en los casos de filiación por naturaleza,
y dentro de los plazos expresamente establecidos, conforme se analizará a lo largo del capítulo,
pero nunca cuando se acude a las TRHA.
En este sentido, el Código Civil y Comercial en el art. 569 dispone:
La filiación matrimonial queda determinada legalmente y se prueba:
a) por la inscripción del nacimiento en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas y por la prueba del matrimonio, de conformidad con las disposiciones legales
respectivas;
b) por sentencia firme en juicio de filiación;
c) en los supuestos de técnicas de reproducción humana asistida, por el consentimiento
previo, informado y libre debidamente inscripto en el Registro Civil del Estado y Capacidad
de las Personas.
El último inciso fue incorporado por el Código unificado, los otros reiteran disposiciones ya
vigentes en la normativa anterior.
presunción cumple con el objetivo de que todo niño nacido dentro del matrimonio (heterosexual
u homosexual) tenga doble vínculo filial y esté inmediatamente inscripto con esa doble filiación
en respeto a su derecho a la identidad (arts. 7 y 8 de la Convención sobre los Derechos del
Niño)..."(85).
Resulta adecuado que el artículo distinga entre la fecha de interposición de la demanda y la
separación de hecho, ya que pueden no coincidir, teniendo en cuenta que en numerosas
ocasiones se inicia la acción durante la convivencia, y será difícil demostrar que pese a ello los
cónyuges no hacían vida marital y se hallaban separados de hecho residiendo bajo el mismo
techo(86).
Según Zannoni, haciendo referencia al antiguo Código Civil, si pese al matrimonio de los
padres el hijo es inscripto con el apellido de uno solo de ellos, o con el de un tercero, igualmente
regiría la presunción, salvo que mediara separación de hecho mayor a 300 días(87).
Finalmente, es necesario destacar que también resulta adecuado que el artículo no distinga
actualmente entre el momento de la interposición de la demanda y el de la sentencia, como lo
hacía la legislación anterior, que generaba opiniones contrapuestas y/o dificultades de
interpretación(88), que no reproduciremos por carecer de sentido en la actualidad.
consentimiento previo, informado y libre, así como con los requisitos que la ley especial
establezca.
La doctrina, haciendo referencia al Código Civil anterior que contenía una norma similar,
debate de qué manera debe probarse esa separación, ya que nuestra legislación no permite
que se declare este hecho ante el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, por lo
que debería hacérselo judicialmente, pese a que hay quienes consideran que los hechos no son
susceptibles de acciones declarativas de certeza(91). Afirma Belluscio que cualquier interesado
puede probar la separación de hecho para desvirtuar la presunción(92).
Se discute si el hijo en este caso es matrimonial o extramatrimonial. Según Chechile, será
matrimonial ya que pese a que no existiría presunción, fue concebido y nació durante el
matrimonio(93).
Estas discusiones continúan vigentes por no haberse modificado sustancialmente la
redacción anterior.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 20/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
1. Formas de determinación
El art. 570 del Código Civil y Comercial dispone como principio general:
La filiación extramatrimonial queda determinada por el reconocimiento, por el
consentimiento previo, informado y libre al uso de las técnicas de reproducción humana
asistida, o por la sentencia en juicio de filiación que la declare tal.
La filiación extramatrimonial se determina:
a) por el reconocimiento (sólo paterno);
b) la sentencia firme en juicio de filiación, y
c) el consentimiento pleno, informado y libre en las técnicas de reproducción humana
asistida.
La determinación de ambas clases de filiaciones —matrimonial y extramatrimonial—, de
acuerdo con lo que surge de los arts. 569 y 570, se diferencia en que la extramatrimonial
incorpora el acto jurídico del reconocimiento, no existiendo en este caso matrimonio que pueda
probarse, razón por la cual no se aplica presunción alguna.
Dicho acto puede ser voluntario, si se efectúa ante el Registro de Estado Civil y Capacidad
de las Personas, por instrumento público, privado o testamento, o bien forzado, si es necesario
iniciar una acción judicial para lograr el emplazamiento filial a través de una sentencia.
En las TRHA no rige el reconocimiento, sino la voluntad procreacional como forma de
determinación, tanto en la filiación matrimonial como en la extramatrimonial.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 21/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 22/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 23/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
BIBLIOGRAFÍA
AZPIRI, Jorge O., Juicios de filiación y patria potestad, 2ª ed., Hammurabi, Buenos Aires, 2006.
BELLUSCIO, Augusto C., Manual de derecho de familia, t. II, 9ª ed. actual. y ampl., Astrea, Buenos
Aires, 2009.
BERGER, Sabrina M., "La copaternidad en los casos de maternidad subrogada", Sup. Act.,
30/8/2012, p. 1.
BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual de derecho de familia, Astrea, Buenos Aires,
2000.
CABRERA, Delma B. - CODEGLIA, Luis M., "Responsabilidad por violación del derecho a la
identidad", en ALTERINI, Atilio A. - LÓPEZ CABANA, Roberto M. (dirs.), La responsabilidad.
Homenaje al profesor Isidoro H. Goldenberg, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1995, p. 115.
CHECHILE, Ana M., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil argentino,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006.
FAMÁ, María Victoria, La filiación. Régimen constitucional, civil y procesal, 1ª ed., AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2009.
— "La filiación por naturaleza en el Anteproyecto de Código Civil", SJA 2012/6/20-56; JA
2012-II-1325, AP/DOC/2153/2012.
— "Padres como los demás... Filiación y homoparentalidad en la ley 26.618 de matrimonio
igualitario", RDF 2011-48-56, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos, Derecho a la identidad personal, Astrea, Buenos Aires, 1992.
FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual de derecho de familia, 3ª ed.,
AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2011.
FORTUNA, Sebastián I., "Comentarios a la normativa sobre técnicas en reproducción humana
asistida en el Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", RDF 2012-57-280,
AbeledoPerrot, Buenos Aires.
GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA, Marisa, Derecho constitucional de familia,
t. II, Ediar, Buenos Aires, 2006.
GROSMAN, Cecilia P., "La faz dinámica del derecho a la identidad. La conservación del nombre sin
el sustento del nexo filial", RDF 2011-VI, AbeledoPerrot.
HIDALGO, Soraya N. R., "Los derechos sucesorios del hijo póstumo en la inseminación post
mortem", ED 152- 842.
HOOFT, Pedro F., "La clonación a la luz de los derechos humanos y la bioética", RDF 2001-21-77,
LexisNexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
IÑIGO DE QUIDIELLO, Delia B. - LEVY, Lea M. - WAGMAISTER, Adriana M., "Reproducción humana
asistida", en Enciclopedia de derecho de familia, t. III, Universidad, 1994, ps. 551 y ss..
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Separación de hecho entre los cónyuges, Astrea, Buenos Aires,
1978.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Las nuevas realidades familiares en el Código Civil y Comercial
argentino de 2014", LL 2014-E-1267, cita online: AR/DOC/3592/2014).
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "El embrión no implantado.
Proyecto de Código unificado. Coincidencia de la solución con la de los países de tradición
común", LL online, 10/7/2012, 1 - LL 2012-D-925.
— "Filiación derivada de la reproducción humana asistida. Derecho a conocer los orígenes, a
la información y al vínculo jurídico", LL online, 9/10/2012, 1 - LL 2012-E-1257.
— "Gestación por sustitución en Argentina. Inscripción judicial del niño conforme a la regla de
la voluntad procreacional", Juzg. Nac. Civ. n. 86, 18/6/2013, "N. N. o D. G. M. B. M.
s/inscripción de nacimiento", LL, 11/7/2013, 3 - LL 2013-D-195.
— "Hacia la ley especial de reproducción asistida. Cuando la razón prima", LL 27/11/2014, 1,
cita online: AR/DOC/4369/2014.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 24/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
niño. El derecho debe determinar claramente cuál de ellas es la "madre" desde el punto de vista
jurídico, para establecer los efectos que se producen con respecto a sus hijos en materia de
filiación y responsabilidad parental.
(31)FORTUNA, Sebastián I., "Comentarios a la normativa sobre técnicas en reproducción
humana asistida en el Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación", publicado en
RDF 2012-57-280, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
(32)Ver LUNA, Florencia, Reproducción asistida, género y derechos humanos en América latina,
Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José, 2008, p. 13.
(33)"Artavia Murillo y otros ('Fecundación in vitro') v. Costa Rica", RDFyP 2013-2-179 y ss., La
Ley.
(34)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "Hacia la ley especial de
reproducción asistida. Cuando la razón prima", LL 27/11/2014, 1, cita online:
AR/DOC/4369/2014.
(35)Juzg. Cont. Adm. Trib. Ciudad de Buenos Aires, 20/11/2007, "AMR y otro v. Obra Social de
la Ciudad de Buenos Aires", RDF 2008-II-189/190, LexisNexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
Sup. Trib. Just. Entre Ríos, 26/5/2009, "A., A. A. v. IOSPER s/acción de amparo",
www.eldial.com, 11/9/2009. En el mismo sentido, "P., M. E. y otros v. OSCBA (Obra Social de la
Ciudad de Buenos Aires) s/amparo (art. 14 CCABA)", expte. 35.403/0, www.diariojudicial.com, el
30/11/2009. C. Fed. La Plata, 8/9/2009, "XX v. Instituto de Obra Social del Ejército s/amparo ley
16.986", www.eldial.com, 12/1/2010.
(36)Sin embargo, se dictaron sentencias relativas al tema ajenas a la cobertura social, como el
caso "Rabinovich", en el que se designó a esta persona curador de embriones, aunque luego
renunció por ser imposible el cumplimiento (Juzg. Civ. n. 56, "Rabinovich, Ricardo D.",
confirmado por la sala I de la Cámara Nacional Civil del 3/12/1999, publicado en ED 185-407,
LL 2001-C-824 y JA 2000-III-630).
(37)BO del 4/1/2011. Esta ley se halla derogada.
(38)BO del 23/7/2013.
(39)BO del 19/9/2014.
(40)Art 1º, ley 14.611.
(41)KRASNOW, Adriana N., "Técnicas de reproducción humana asistida. La ley 26.862 y el
Proyecto de Código", LL online, 3/10/2013, p. 1.
(42)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "El embrión no
implantado. Proyecto de Código unificado. Coincidencia de la solución con la de los países de
tradición común", LL online, 10/7/2012, 1 - LL 2012-D-925.
(43)IÑIGO DE QUIDIELLO, Delia B. - LEVY, Lea M. - WAGMAISTER, Adriana M., "Reproducción...", cit.,
p. 554.
(44)PIETRA, María Luciana, "Derechos del niño...", cit., p. 293.
(45)El art. 19 fue uno de los más discutidos del proyecto. A pesar de ello, la comisión
redactora manifestó en las distintas conferencias brindadas que no es la función del Código Civil
y Comercial resolver las discusiones doctrinarias relativas a la naturaleza jurídica del embrión,
sino que ello debería ser efectuado por la legislación específica a dictarse sobre el tema. Es
decir, se debe legislar a futuro, evitando que con cada avance de la ciencia deba realizarse una
nueva reforma. Actualmente, se está trabajando en un proyecto de ley nacional sobre TRHA,
complementaria del CCyCN, que tiene media sanción en la Cámara de Diputados.
(46)ZANNONI, Eduardo A., Inseminación..., cit., ps. 83/84.
(47)MOREA, Adrián, "Consideraciones críticas al Proyecto de Reforma del Código Civil y
Comercial de la Nación del año 2012 en los aspectos relativos al estatuto jurídico del embrión",
DJ28/11/2012, p. 95.
(48)LOYARTE, Dolores - ROTONDA, Adriana, Procreación humana artificial: un desafío bioético,
Depalma, Buenos Aires, 1995, ps. 189-190.
(49)Fallo de la CIDH, "Artavia Murillo y otros v. Costa Rica", cit., ps. 180 - 181.
(50)Fallo de la CIDH, "Artavia Murillo y otros v. Costa Rica", cit., ps. 180 - 181.
(51)RAMOS, Rodolfo, Fecundación asistida y derecho, Juris, Rosario, Santa Fe, 1992, p. 15.
(52)MIZRAHI, Mauricio, "Caracterización de la filiación y autonomía respecto de la procreación
biológica", LL 2002-B-1198, citado por GIL DOMÍNGUEZ, Andrés - FAMÁ, María Victoria - HERRERA,
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 27/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
Marisa, Derecho constitucional de familia, t. II, Ediar, Buenos Aires, 2006, ps. 833-836.
(53)La teoría de los actos propios tiene su origen en un fallo de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en 1976, según el cual "nadie puede ponerse en contradicción con sus propios
actos, ejerciendo una conducta incompatible con una anterior conducta deliberada,
jurídicamente relevante y plenamente eficaz", Corte Sup., 11/3/1976, LL 1976-C-435.
(54)KRASNOW, Adriana N., "Técnicas de reproducción...", cit., p. 2.
(55)FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho a la identidad personal, Astrea, Buenos Aires, 1992,
p. 113.
(56)CABRERA, Delma B. - CODEGLIA, Luis M., "Responsabilidad por violación del derecho a la
identidad", en ALTERINI, Atilio A. - LÓPEZ CABANA, Roberto M. (dirs.), La responsabilidad. Homenaje
al profesor Isidoro H. Goldenberg, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1995, p. 115.
(57)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "Filiación derivada de la
reproducción humana asistida. Derecho a conocer los orígenes, a la información y al vínculo
jurídico", LL online, 9/10/2012, 1 - LL 2012-E-1257.
(58)Estas disposiciones se asemejan a lo dispuesto por los arts. 30 y 31 de la ley 26.862, que
también regulan el acceso a la información en las TRHA de carácter heterólogo.
(59)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "Filiación...", cit., p. 1257.
(60)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de familia, t. 2, 5ª ed. actual. y ampl., Astrea,
Buenos Aires, 2006, ps. 333-334.
(61)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "Filiación...", cit., p. 1257.
(62)Hay quienes hablan de madres sustitutas, portadoras, "termo" o vientres mercenarios.
Estos términos no debieran utilizarse por ser "peyorativos".
(63)PIETRA, María Luciana, "Incidencias de la procreación humana asistida en la filiación.
Denegación de la posibilidad de que un niño tenga, jurídicamente, dos padres", RDF 2012-III-
276, AbeledoPerrot, Buenos Aires.
(64)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual de derecho de familia, 3ª ed.,
AbeledoPerrot, Buenos Aires, 2011, p. 354.
(65)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 59.
(66)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - HERRERA, Marisa - LAMM, Eleonora, "Gestación por sustitución
en Argentina. Inscripción judicial del niño conforme a la regla de la voluntad procreacional",
Juzg. Nac. Civ. n. 86, 18/6/2013, "N. N. o D. G. M. B. M. s/inscripción de nacimiento", LL,
11/7/2013, 3 - LL 2013-D-195. En el mismo sentido, C. Civ. Com. y Lab. Gualeguaychú,
14/4/2010, "Bernardini, Mariel Aurora v. Flores Cárdenas, Cindy Rocío", LL online,
AR/JUR/75333/2010.
(67)El art. 562 del proyecto establecía: "El consentimiento previo, informado y libre de todas
las partes intervinientes en el proceso de gestación por sustitución debe ajustarse a lo previsto
por este Código y la ley especial. La filiación queda establecida entre el niño nacido y el o los
comitentes mediante la prueba del nacimiento, la identidad del o los comitentes y el
consentimiento debidamente homologado por autoridad judicial. El juez debe homologar sólo si,
además de los requisitos que prevea la ley especial, se acredita que: a) se ha tenido en miras el
interés superior del niño que pueda nacer; b) la gestante tiene plena capacidad, buena salud
física y psíquica; c) al menos uno de los comitentes ha aportado sus gametos; d) el o los
comitentes poseen imposibilidad de concebir o de llevar un embarazo a término; e) la gestante
no ha aportado sus gametos; f) la gestante no ha recibido retribución; g) la gestante no se ha
sometido a un proceso de gestación por sustitución más de dos (2) veces; h) la gestante ha
dado a luz, al menos, un (1) hijo propio. Los centros de salud no pueden proceder a la
transferencia embrionaria en la gestante sin la autorización judicial. Si se carece de autorización
judicial previa, la filiación se determina por las reglas de la filiación por naturaleza".
(68)El art. 563 del proyecto se refería a este tipo de filiación, estableciendo que podía existir
siempre que la implantación se realizara antes del fallecimiento del padre o la madre. Asimismo
admitía que se efectuara después del deceso cuando la persona consentía expresamente en el
documento previsto en el art. 560, o en un testamento, que sus gametos o embriones
producidos con sus gametos fueran transferidos en la mujer después de su muerte. También
determinaba la norma que existía vínculo filiatorio cuando la concepción en la mujer o la
implantación del embrión en ella se produjeran dentro del año siguiente al deceso, por una
cuestión de seguridad jurídica.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 28/29
12/12/2017 Thomson Reuters ProView - Derecho de Familia. 2a. Ed.
(69)C. 3ª Civ. Com. Minas y Trib. Mendoza, 7/8/2014, "S., M. C. s/medida autosatisfactiva", RC
J 6303/14.
(70)Una de las autoras que se refieren a este tema es LOYARTE, Dolores, "Adopción prenatal:
reflexiones sobre un proyecto de ley", JA 1998-III-966.
(71)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 31.
(72)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 441.
(73)Conf. FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 31.
(74)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 31.
(75)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 555/556.
(76)Conforme lo establece la ley 24.540, podría probarse, por ejemplo, mediante la
declaración de testigos en caso de que el parto no se haya realizado en un centro de salud, sino
en la vía pública o en el domicilio de la mujer sin la presencia de un profesional o agente de la
salud.
(77)FAMÁ, María Victoria, "La filiación por naturaleza en el Anteproyecto de Código Civil", SJA
2012/6/20-56 ; JA 2012-II-1325, AP/DOC/2153/2012.
(78)BO 22/9/1995.
(79)BO 28/11/1997.
(80)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., p. 324.
(81)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., ps. 323/324.
(82)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., ps. 553, 542/543.
(83)AZPIRI, Jorge O., Juicios de filiación..., cit., p. 69.
(84)FAMÁ, María Victoria, "Padres como los demás...", cit., p. 55.
(85)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, "Las nuevas realidades...", cit., p. 1267.
(86)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 89.
(87)ZANNONI, Eduardo A., Derecho civil..., cit., ps. 344-347.
(88)Ver sobre este tema BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 448.
(89)KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Separación de hecho entre los cónyuges, Astrea, Buenos
Aires, 1978, p. 3.
(90)CHECHILE, Ana M., La separación de hecho entre cónyuges en el derecho civil argentino,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006, p. 5.
(91)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 76.
(92)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 215.
(93)CHECHILE, Ana M., La separación..., cit., ps. 89-90.
(94)Estos artículos ya fueron analizados al principio del capítulo y allí nos remitimos.
(95)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 556.
(96)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., ps. 143 y ss.
(97)BELLUSCIO, Augusto C., Manual..., cit., p. 558.
(98)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 136.
(99)FAMÁ, María Victoria, La filiación..., cit., p. 123.
(100)FLEITAS ORTIZ DE ROZAS, Abel - ROVEDA, Eduardo, Manual..., cit., p. 328.
(101)BOSSERT, Gustavo A. - ZANNONI, Eduardo A., Manual..., cit., p. 451.
(102)KRASNOW, Adriana, "El reconocimiento del hijo por nacer. Un silencio normativo que
habilita su admisión", RDF 2007-36-85, LexisNexis - Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
https://proview.thomsonreuters.com/title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F41908163%2Fv1.0&titleStage=F&titleAcct=ia744803f0… 29/29