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EJERCICIOS GÉNERO NARRATIVO II

Ejercicio Nº2 (Nivel II, medio)


Sobre los modos o estilos: Marque la alternativa que identifique el modo o estilo.Tambieé n encontraraé otras preguntas sobre el
tema.

14. “Antonio Joseé Bolíévar Proanñ o leíéa novelas de amor, y en cada uno de sus viajes el dentista le proveíéa de lectura.
–¿Son tristes? –preguntaba el viejo.
–Para llorar a mares –aseguraba el dentista.”
Luis Sepué lveda, Un viejo que leíéa novelas de amor (fragmento)

A) Modo directo.
B) Modo indirecto.
C) Modo directo libre.
D) Modo indirecto libre.

15. “El Teniente tocoé la puerta y esperoé y oyoé pasos y una voz ¿quieé n es?”.
Mario Vargas Llosa, Conversacioé n en la catedral (fragmento)
A) Modo directo.
B) Modo indirecto.
C) Modo directo libre.
D) Modo indirecto libre.

16. “Al entrar en el coche, alcanzoé a oíér cuando el locutor anunciaba que las tropas habíéan ocupado la editorial
“Quimantué ”, y habíéan procedido a secuestrar la edicioé n de varias revistas subversivas, tales como “Nosotros los chilenos”,
“Paloma” y “La Quinta Rueda”.
Antonio Skaé rmeta, Ardiente paciencia (fragmento)
A) Modo directo.
B) Modo indirecto.
C) Modo directo libre.
D) Modo indirecto libre.

17. “El oficial sonríée como un autoé mata y la lluvia ha impregnado la habitacioé n de ruidos: los goterones caen como pedradas
sobre la calamina del techo, el viento silba en los resquicios del tabique. ¿Cuaé ndo habíéa tenido el cabo la ué ltima licencia?,
¿el anñ o pasado? Ah, bueno, ese era otro cantar y el rostro del capitaé n se crispa.”
Mario Vargas Llosa, La casa verde (fragmento)
A) Modo directo.
B) Modo indirecto.
C) Modo directo libre.
D) Modo indirecto libre.

18. -“Me voy lejos padre, por eso vengo a darle el aviso.
-¿Y pa oé nde te vas, si se puede saber?
– Me voy pal norte.
-¿ Y allaé pos pa queé ? ¿No tienes aquíé tu negocio? ¿No estaé s metido en la merca de puercos?”
Juan Rulfo, Paso del norte.(oficial 2005)

En el fragmento anterior, el (los) estilo(s) utilizado(s) por el narrador es (son)


I. directo.
II. indirecto.
III. indirecto libre.

A) Soé lo I
B) Soé lo II
C) Soé lo III
D) Soé lo I y II
E) Soé lo II y III
19. “El saé bado tíéo Carlos llegoé a mediodíéa con la maé quina de matar hormigas. El díéa antes habíéa dicho en la mesa que iba
a traerla y mi hermano y yo esperaé bamos la maé quina, imaginando que era enorme y terrible…” Julio Cortaé zar, Los venenos
(fragmento).
¿Cuaé l de los siguientes teé rminos pareados identifican el narrador y el estilo narrativo en el fragmento anterior?

Tipo de narrador Estilo narrativo


1 Personaje A Indirecto
2 Omnisciente B Directo
3 Testigo C Indirecto libre

A) 1-A
B) 1-C
C) 2-A
D) 3-B
E) 3-C

Ejercicio Nº3 (nivel II, medio)


Sobre el tiempo narrativo: ¿Queé disposicioé n se presenta en los siguientes textos?

20. “AÁ lvaro Vives sale temprano todos los domingos para ir a buscar las empanadas a la casa de la Violeta. Le gusta el lento
viaje siempre por las mismas calles hasta el otro extremo de la ciudad, no soé lo por la paz que proporciona lo habitual no
interrumpido, sino tambieé n porque las empanadas de la Violeta son verdaderamente magistrales (...).
Claro, quieé n se va a extranñ ar: todos recuerdan que la mesa de la madre de Alvaro fue en sus tiempos una verdadera maravilla
de guisos criollos, y la Violeta entroé jovencita a su casa como ayudante de cocina. Despueé s, con los anñ os, cuando misiaé Elena
se tuvo que reducir igual que todo el mundo, la Violeta siguioé con ella como cocinera hasta el díéa de su muerte: treinta anñ os de
servicio.”
Joseé Donoso, Este domingo (fragmento)
A) Ab ovo.
B) In medias res.
C) In extremas res

21. “Yo, senñ or, soy de Segovia. Mi padre se llamoé Clemente, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como
todos dicen, de oficio barbero; aunque eran tan altos sus pensamientos, que se corríéa de que le llamasen asíé, diciendo que
eé l era tundidor de mejillas y sastre de barbas.”
Francisco de Quevedo, La vida del buscoé n llamado don Pablos (fragmento)

A) Ab ovo.
B) In medias res.
C) In extremas res.

22. “Y luego que hubo anochecido, se le entreabrieron los ojos. Oh, un poco, muy poco. Era como si quisiera mirar escondida
detraé s de sus largas pestanñ as. A la llama de los altos cirios, cuantos la velaban se inclinaron, entonces, para observar la
limpieza y la transparencia de aquella franja de pupila que la muerte no habíéa logrado empanñ ar. Respetuosamente
maravillados se inclinaban, sin saber que Ella los veíéa. Es eé l, eé l.
Allíé estaba de pie y miraé ndola. Su presencia anula de golpe los largos anñ os baldíéos, las horas, los díéas, que el destino
interpuso entre ellos dos, lento, oscuro, tenaz.
–Te recuerdo, te recuerdo adolescente. Recuerdo tu pupila clara, tu tez de rubio curtida por el sol de la hacienda, tu cuerpo
entonces, afilado y nervioso.”
Maríéa Luisa Bombal, La amortajada (fragmento)
A) Ab ovo.
B) In medias res.
C) In extremas res.

Ejercicio Nº4 (Nivel II, medio)


Sobre la literatura contemporaé nea: ¿Queé teé cnica narrativa aplica el narrador en los siguientes textos?

23. “Todo estaba tranquilo, casi no pasaba nadie con olor a madreselva mezclada con ella Ella me habríéa dicho que no me
dejaba estar allíé sentado en la escalera oyendo su puerta del crepué sculo cerraé ndose de golpe oyendo a Benjy todavíéa llorando
La cena tendríéa que bajar entonces con olor a madreselva mezclada con ella.”
William Faulkner, El sonido y la furia (fragmento)
A) Flash–back.
B) Racconto.
C) Corriente de la conciencia.
D) Flash–forward.
E) Monoé logo interior.

24. “Contraigo los mué sculos de la cara, abro el ojo derecho y lo veo reflejado en las incrustaciones de vidrio de una
bolsa de mujer. Soy esto. Soy esto. Soy este viejo con las facciones partidas por los cuadros desiguales del vidrio. Soy este ojo.
Soy este ojo. Soy este ojo surcado por las raíéces de una coé lera acumulada, vieja, olvidada, siempre actual.”
Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz (fragmento)

A) Corriente de la conciencia.
B) Monoé logo interior.
C) Racconto.
D) Flash–back.
E) Flash–forward.

25. “– Hay que dar de comer a esos hambrientos, Pantoja –lo mira solemne a los ojos el Tigre Collazos–. Ahíé entra usted, ahíé es
donde va a aplicar su cerebro organizador.
-¿Por queé te quedas todo atontado y calladito, Panta? –guarda el pasaje en su cartera y pregunta ¿por doé nde la salida al
avioé n? Pochita–. Tendremos un gran ríéo, podremos banñ arnos, hacer paseos a las tribus. Aníémate, zonzo”.
Mario Vargas Llosa, Pantaleoé n y las visitadoras(fragmento)
A) Monoé logo interior.
B) Corriente de la conciencia.
C) Racconto.
D) Flash–back.
E) Montaje.

Sobre las formas histoé ricas de lo narrativo y el desarrollo histoé rico del geé nero.

26. ¿A queé tipo de forma narrativa corresponde el siguiente texto?


“EÁ ranse un zar y una zarina que teníéan tres hijos: dos inteligentes y el otro tonto. En el palacio habíéa un parque con
multitud de animales diferentes. Pero otro animal muy peligroso, al que llamaban Norka–el–monstruo, habíéa tomado la
costumbre de ir por allíé, causando muchos danñ os, pues cada noche devoraba un animal. El zar lo habíéa intentado todo para
exterminarlo, pero no lo consiguioé . Entonces, recurrioé a sus hijos.
– Al que extermine a Norka–el–monstruo –dijo–, le cedereé la mitad de mi reino.”

A) cuento popular.
B) mito.
C) leyenda.
D) cuento literario.
E) paraé bola.

27. ¿A queé forma narrativa corresponde el siguiente fragmento?

“Doliente estaba, doliente,


ese buen rey don Fernando;
los pies tiene cara oriente
y la candela en la mano.
A la cabecera tiene
Los sus hijos todos cuatro.
Los tres eran de la reina,
Y el uno era bastardo.
Ese que bastardo era
Quedaba mejor librado;
Arzobispo es de Toledo
Y en las Espanñ as prelado…”
A) Epopeya.
B) Faé bula.
C) Leyenda.
D) Romance.
E) Cantar de gesta.

TEXTO 1 (1-13)
1. “Max entroé en relaciones con Fernando la noche de un saé bado del anñ o 1928, en un ateneo de Avellaneda llamado
Amanecer, donde Gonzaé lez Pacheco daba una conferencia sobre el tema “Anarquismo y Violencia”. Por aquel tiempo se
debatíéa aé speramente el problema, sobre todo como consecuencia de los atentados y asaltos de Di Giovanni. Aquellos debates
eran peligrosíésimos, pues una buena parte de los asistentes iban armados y porque el anarquismo estaba dividido en
fracciones que se odiaban a muerte. Porque es un error imaginar, como a menudo suponen los que ven a un movimiento
revolucionario desde lejos o desde fuera, que todos sus integrantes ofrecen un tipo definido de personas; error de
perspectiva semejante al que cometemos cuando adjudicamos atributos bien definidos a lo que podríéa llamarse el
Ingleé s, con mayué scula, poniendo candorosamente en un mismo casillero a personas tan disíémiles como el hermoso
Brummell y un estibador del puerto de Liverpool; o como cuando afirmamos que todos los japoneses son iguales,
ignorando o inadvirtiendo sus diferencias individuales, en virtud de ese mecanismo psicoloé gico que desde afuera nos hace
sobre todo percibir los rasgos comunes (ya que es lo primero y superficialmente salta a la vista), pero que se invierte para
hacer percibir las diferencias cuando se estaé dentro de esa comunidad (ya que lo importante entonces son los rasgos
distintivos).
2. Pero la gama era infinita. Habíéa el tolstoiano que se negaba a comer carne porque era enemigo de toda muerte violenta, y
que muy a menudo era esperantista y teoé sofo; y el partidario de la violencia hasta en sus formas maé s indiscriminadas, ya
porque sostuviera que el Estado soé lo puede combatirse mediante la fuerza, ya porque, como en el caso de Podestaé , daba asíé
salida a sus instintos saé dicos. Habíéa el intelectual o estudiante que llegaba al movimiento a traveé s de Stirmer y Nietzsche,
como Fernando, generalmente individualistas aceé rrimos y asociales, que muchas veces terminaron apoyando al fascismo;
y obreros casi analfabetos que se acercaban al anarquismo en busca de una esperanza instintiva. Habíéa resentidos que
volcaban asíé su odio contra el patroé n o la sociedad, y que a menudo terminaban convirtieé ndose en despiadados patrones
cuando lograban alguna fortuna o en miembros del cuerpo policial; y seres puríésimos llenos de bondad y de grandeza, y
que aun siendo bondadosos y puros eran capaces de llegar al atentado y la muerte, como en el caso de Simoé n
Radovitsky, llevados por un cierto tipo de espíéritu justiciero, al destruir al hombre que juzgaban culpable de la muerte
de mujeres y ninñ os inocentes. Existíéa el vividor que con el cuento del anarquismo la pasaba muy bien, comiendo y durmiendo
gratuitamente en casa de companñ eros, a los que en ocasiones terminaba robaé ndoles algo o quitaé ndoles la mujer, y que cuando
por sus excesos recibíéa alguna tíémida recriminacioé n del duenñ o de casa contestaba con desprecio “pero queé clase de
anarquista es usted, camarada”. Y existíéa el linyera, partidario de la vida libre del paé jaro, del contacto con el sol y el campo, que
salíéa con su bulto al hombro a recorrer paíéses y a predicar la buena nueva, trabajando en alguna cosecha, arreglando algué n
molino o algué n arado, y de noche, en el galpoé n de la peonada, ensenñ ando a leer y a escribir a los analfabetos, o explicaé ndoles en
palabras sencillas pero fervientes el advenimiento de la nueva sociedad donde no habraé ni humillacioé n ni dolor ni
miseria para los pobres, o leyeé ndoles paé ginas de algué n libro que llevaba en su hatillo: paé ginas de Malatesta a los campesinos
italianos, o de Bakunin; mientras sus interlocutores silenciosos, tomando mate en cuclillas o sentados sobre algué n cajoé n
de keroseé n, cansados por la jornada de sol a sol, acaso rememorando alguna remota aldea italiana o polaca, se
entregaban a medias a aquel suenñ o maravilloso, querieé ndolo creer pero (instigados por la dura realidad de todos los díéas)
imaginando su imposibilidad, en forma semejante a los que abrumados de desdicha sin embargo a veces suenñ an con el
paraíéso final; y acaso entre aquellos peones, algué n criollo, que pensaba que Dios habíéa hecho el campo y el cielo con sus
estrellas para todos por igual, esa clase de criollo que anñ oraba la vieja y altiva vida libre de la pampa sin alambrados, ese
paisano individualista y estoico, hacíéa finalmente suya la buena de aquellos remotos apoé stoles de nombres raros y, ya para
siempre, abrazaba con ardor la doctrina de la esperanza.
3. Y cuando aquella noche de 1928 un zapatero tolstoiano sostuvo que nadie teníéa derecho a matar a nadie, y mucho
menos en nombre del anarquismo; y que hasta la vida de los animales era sagrada, motivo por el cual eé l se alimentaba con
verdura, un joven desconocido, de quizaé diecisiete anñ os, alto y moreno, de ojos verdosos y expresioé n iroé nica y dura,
respondioé :
4. -Es probable que comiendo lechuga usted mejore el funcionamiento de sus intestinos, pero me parece muy difíécil que logre
echar abajo la sociedad burguesa.
5. Todos miraron a aquel joven desconocido.
6. Y otro tolstoiano salioé en defensa del zapatero, recordando la leyenda de cuando Buda se dejoé devorar por un tigre para
aplacar su hambre. Pero un partidario de la violencia justa preguntoé queé habríéa hecho Buda si hubiera visto que el tigre no se
precipita sobre eé l sino sobre un ninñ o indefenso. Despueé s de lo cual la discusioé n se hizo tormentosa, sarcaé stica, líérica,
agraviante, tonta, candorosa o brutal segué n los temperamentos, demostrando una vez maé s que una sociedad sin clases y sin
problemas sociales tal vez sea tan violenta e inarmoé nica como eé sta.”
Ernesto Saé bato, Sobre heé roes y tumbas (fragmento).
5. Se deduce del fragmento citado que la idea principal desarrollada es
A) la diversidad de conceptos de violencia que tienen los anarquistas.
B) las distintas fracciones que pugnan al interior del movimiento anarquista.
C) el concepto de Gonzaé lez Pacheco acerca del anarquismo y la violencia.
D) los diversos tipos de personas que integran el movimiento anarquista.
E) los tipos de personas que pueden integrar un movimiento revolucionario.

6. ¿Queé significa la expresioé n del paé rrafo segundo “la violencia hasta en sus formas maé s indiscriminadas”?
A) La violencia que no se percibe como tal.
B) Cualquier tipo de violencia.
C) La violencia saé dica y delictual.
D) La violencia que se percibe como acto de paz.
E) La violencia intelectual y estudiantil.

7. Cuando el narrador dice: Existíéa el vividor (…) que cuando por sus excesos recibíéa alguna tíémida recriminacioé n del
duenñ o de casa contestaba con desprecio “pero queé clase de anarquista es usted, camarada”, reproduce un diaé logo de
personajes, interpelacioé n y respuesta
A) en estilo indirecto y directo, respectivamente.
B) ambas en estilo indirecto libre.
C) en estilo indirecto libre y directo, respectivamente.
D) ambas en estilo directo.
E) en estilo directo con y sin comillas, respectivamente.

8. Cuando el narrador expresa: “Y existíéa el linyera (…) que salíéa con su bulto al hombro a recorrer paíéses y a predicar
la buena nueva, trabajando en alguna cosecha, arreglando algué n molino o algué n arado, y de noche, en el galpoé n de la peonada,
ensenñ ando a leer y a escribir a los analfabetos, o explicaé ndoles en palabras sencillas pero fervientes el advenimiento de la
nueva sociedad donde no habraé ni humillacioé n ni dolor ni miseria para los pobres, o leyeé ndoles paé ginas de algué n libro
que llevaba en su hatillo”, reproduce los dichos del personaje por medio de la teé cnica del (o de la)
A) monoé logo interior.
B) corriente de conciencia.
C) estilo directo.
D) estilo indirecto.
E) estilo indirecto libre.

9. En el final del fragmento se reproducen sucesivamente cuatro interlocuciones, la del zapatero tolstoiano, la respuesta del
joven de ojos verdosos, la defensa del zapatero por parte de otro tolstoiano y, por ué ltimo, la reé plica de un partidario de la
violencia justa, mediante, respectivamente, las teé cnicas reproductivas
A) estilos directo, indirecto, indirecto libre e indirecto.
B) estilos indirecto, directo, indirecto e indirecto.
C) estilos indirecto, directo, indirecto y directo.
D) estilos directo, indirecto, directo e indirecto.
E) estilos indirecto, indirecto, directo e indirecto.

10. El sujeto de la enunciacioé n del texto citado puede caracterizarse como un narrador
A) personaje protagoé nico en primera persona.
B) personaje secundario en tercera persona.
C) testigo (personaje pasivo) en primera y tercera persona.
D) omnisciente personal (que emite opiniones) en tercera persona.
E) omnisciente, que no opina acerca del mundo narrado, en tercera persona.
11. ¿A quieé nes se refiere el narrador, al final del segundo paé rrafo, cuando habla de aquellos remotos apoé stoles de
nombres raros, cuya buena hacíéan suya los peones de la pampa?
A) A los apoé stoles cristianos.
B) A los linyeras que salíéan a predicar la buena nueva.
C) A los anarquistas como Podestaé , Stirmer y Radovitsky.
D) A los tolstoianos, esperantistas y teoé sofos.
E) A Malatesta y Bakunin.

12. El narrador concluye finalmente que la discusioé n entre los asistentes a la conferencia demuestra que una sociedad
sin clases y sin problemas sociales tal vez sea tan violenta e inarmoé nica como eé sta. De ello se deduce que
A) el antagonismo entre los hombres trasciende las diferencias de clases.
B) los hombres son seres individualistas y esencialmente antisociales.
C) una sociedad sin clases es violenta y llena de problemas sociales.
D) no se debe aspirar a la utopíéa de la vida en una sociedad sin clases.
E) es una ilusioé n en el hombre el aspirar a vivir en sociedades justas.

13. La focalizacioé n o perspectiva del narrador en el fragmento se puede definir como focalizacioé n

A) cero.
B) interna fija.
C) interna variable.
D) interna mué ltiple.
E) externa.

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