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AUTONOMÍA Y FAMILIA

ÉTICA - GRADOS: 11

1. LA AUTONOMÍA

El concepto de Autonomía, proviene del griego “auto”, que significa "uno mismo", y “nomos”, que significa "norma". Es decir, en
términos generales, la capacidad de tomar decisiones sin ayuda de otros, de manera responsable e independiente en cualquiera de los
ámbitos vitales de la persona.

La autonomía corresponde a un concepto moderno, procedente de la Filosofía y


más recientemente, de la Psicología. En el ámbito Filosófico se integra entre las
disciplinas que estudian la conducta humana, específicamente la Ética, mientras
que en el ámbito de la Psicología cobra especial importancia en el estudio de la
Psicología Evolutiva.

La autonomía, desde el punto de vista de la ética, se ha estudiado


tradicionalmente bajo el binomio libertad-responsabilidad.

Los planteamientos más recientes en el campo de la autonomía se deben a Jean


Piaget y a su discípulo Lawrence Kohlberg.

1.1. LA AUTONOMÍA SEGÚN PIAGET

Piaget estudió el desarrollo cognitivo de los niños analizándolos durante sus juegos y mediante
entrevistas, estableciendo (entre otros principios) que el proceso de maduración moral de los niños
se produce en dos fases; la primera de heteronomía y la segunda de autonomía:

a) Razonamiento heterónomo: Las reglas son objetivas e invariables. Deben cumplirse literalmente,
porque la autoridad lo ordena, y no caben excepciones ni discusiones. La base de la norma es la
autoridad superior (padres, adultos, el Estado), que no ha de dar razón de las normas impuestas ni ha
de cumplirlas en todo caso. Existe una tendencia demostrada a las sanciones expiatorias y a identificar
el error como una falta, así como a la búsqueda indiscriminada de un culpable (pues una falta no
puede quedar sin castigo), de manera que es admisible el castigo del grupo si el culpable no aparece.
Además, las circunstancias pueden llegar a castigar al culpable.

b) Razonamiento autónomo: Las reglas son producto de un acuerdo y, por tanto, son modificables. Se
pueden someter a interpretación y caben excepciones y objeciones. La base de la norma es la propia
aceptación, y su sentido ha de ser explicado. Las sanciones han de ser proporcionales a la falta,
asumiéndose que en ocasiones las ofensas pueden quedar impunes, de manera que el castigo colectivo es inadmisible si no se
encuentra al culpable. Las circunstancias no pueden castigar a un culpable. El tránsito de un razonamiento a otro de produce durante
la pubertad.

1.2. LA AUTONOMÍA SEGÚN KOLHBERG

Kohlberg estableció tres estadios de moralidad, cada uno de ellos subdividido en dos
niveles. Se leen en sentido progresivo, es decir, a mayor nivel, mayor autonomía.
 ESTADIO PRECONVENCIONAL: Las normas se cumplen o no en función de
las consecuencias.

 Nivel 1: Orientación egocéntrica. La norma se cumple para evitar un castigo


(ejemplo: no le pego a mi compañero de pupitre porque si no me castigan).
 Nivel 2: Orientación individualista. La norma se cumple para obtener un premio
 (ejemplo: hago mis tareas escolares porque así mis padres me compran una moto).

 FASE CONVENCIONAL: suele ser la que define el pensamiento de los


adolescentes y de muchos adultos. En ella, se tiene en cuenta la existencia tanto de una serie
de intereses individuales como de una serie de convenciones sociales acerca de lo que es
bueno y lo que es malo que ayuda a crear un "paraguas" ético colectivo.
 Nivel 3: Orientación gregaria. La norma se cumple para satisfacer a los demás (debo ser buen chico para que mis padres se sientan
orgullosos de mí).
 Nivel 4: Orientación comunitarista. La norma se cumple para mantener el orden social (debo cumplir con mi función dentro de
la sociedad).

 ESTADIO POSTCONVENCIONAL: las normas se cumplen en función de la aceptación individual y de los valores que
comportan.
 Nivel 5: Orientación relativista. La norma se cumple en función de un consenso, y no se pueden desobedecer (debo respetar las
normas en beneficio común y en función de un consenso voluntario).
 Nivel 6: Orientación universalista. La norma se cumple cuando respetan valores universales, y si no, se desobedecen (cualquier
acción se basa en el respeto de la dignidad de los demás, o de lo contrario es legítima la desobediencia).

Lawrence Kohlberg afirma que los niños viven en el primer estadio, mientras que apenas un 20% de los adultos llegan al nivel 5, y
solamente un 5% alcanza el nivel 6.

A pesar de las críticas contra el modelo de Kohlberg, hoy en día goza de amplio consenso y reconocimiento.

2. LA AUTONOMÍA EN LA FAMILIA

Al igual que otros valores asociados a la democracia, la posibilidad de elegir


consciente e informadamente entre varias opciones, implica varios
presupuesto aplicables al ámbito de la familia. En primer término, poder
realmente contar con opciones, en segundo lugar tener la posibilidad de
discutir con otros miembros los pros y contras de cada opción y evaluar las
maneras cómo la elección de una determinada alternativa va a impactar el
propio estilo de vida; y en tercer lugar poder expresar abiertamente y sin
represalias la opción elegida. Usualmente, este es un proceso en el que entran
en juego intereses en conflicto que demandan el ejercicio de habilidades de
negociación; las cuáles no se adquieren sino con la práctica constante. Es
decir, la capacidad de desenvolverse con autonomía y aprender a tomar
decisiones, son aspectos que, de ser valorados, deben ejercitarse
cotidianamente desde la familia. Sin embargo, para muchos padres es difícil saber en qué momento deben empezar a generar espacios
de autonomía a sus hijos; además dentro de la infinita diversidad de familias que existen, cada una cree estar haciendo lo correcto,
llegando sin querer a dejar en el libertinaje total a los hijos o a la exagerada sobreprotección. Es importante entonces que los padres
planteen normas claras y que los hijos entiendan que las normas deben existir para aprender a vivir en una comunidad, pues cuando
salgan a enfrentarse a la vida y a la sociedad, allí también encontrarán normas; en el colegio, en el trabajo, en los grupos a los que
pertenezcan o en el país que decidan vivir.

Los jóvenes, a medida que crecen, va ganando progresivas porciones de independencia


con respecto a su familia, pero tal autonomía nunca llega a ser completa como lo harían
presumir algunas de sus actitudes externas. Estas actitudes son las que habitualmente
englobamos conceptualmente en el vocablo rebeldía. Pero será bueno aclarar que el
adolescente es mucho más rebelde en apariencia que en la realidad de sus sentimientos
más profundos. Ello se debe, ante todo, a una de las características definitorias de la
etapa: el adolescente que reclama -a veces con violencia- su libertad, es el mismo que
no puede eludir su dependencia real, a la que se ve irremediablemente sometido por una
cultura progresivamente compleja y de exigencias crecientes. Lo cierto es que en la
medida en que se van escalando etapas de desarrollo moral, atendiendo al modelo
establecido por Kolhberg, cada ser humano debe ir aprendiendo a defender su
autonomía, pero sobre todo a asumirla con la responsabilidad que corresponde; sin
embargo, lo ideal es obtenerla de manera reflexiva y crítica, acudiendo al diálogo para romper las barreras que se puedan presentar entre
padres e hijos, porque tanto los unos como los otros deben entender y asumir los cambios que se dan con los años y el desarrollo de cada
uno.

TALLER

1. Escribe un concepto de autonomía y plantea un ejemplo en el que una persona sea autónoma.
2. Plantea 3 casos en los que un joven no asuma con autonomía sus decisiones.
3. Escribe un ejemplo en el que sientas que te has sentido influenciado para tomar una decisión por la presión de un grupo.
4. Elabora un mapa conceptual a través del que expliques la clasificación que realizó Piaget sobre el desarrollo de la conciencia moral
5. Realiza un mapa de ideas en el que grafiques la clasificación que realizó Kolhberg sobre el desarrollo de la conciencia moral
6. Explica por qué las normas contribuyen al desarrollo de la autonomía de las personas.
7. Plantea a través de ejemplos cómo podrían los padres ayudar a fortalecer la autonomía a un niño de 5 años, a uno de 10 y a uno de
15 años.
8. Argumenta acerca de los problemas que pueden tener los adolescentes de hoy para reclamar la autonomía frente a sus padres y
cómo podrían solucionar esta situación.

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