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Alain Castro Alfaro

Sociólogo
Magister Gestión de la Alta Dirección
Docente Investigador CURN
Editor revista científica AGLALA Categoría B Colciencias

MODELO DE REDACCION DEL MARCO TEORICO

FUNDAMENTOS TEÓRICOS SOBRE LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA MEDIACIÓN

DE CONFLICTOS

En este capítulo se desarrollará una caracterización de la convivencia escolar y la

mediación de conflictos, considerando el desarrollo evolutivo de la concepción con que se

han tratado los problemas de convivencia escolar.

1.1 Fundamentos teóricos de la convivencia escolar.

La convivencia es un punto fundamental en todo proceso educativo que tiene en

su seno actitudes y comportamientos respetuosos, positivos y de consenso de todos

los sectores que conforman la comunidad escolar. Su fin es formar para una vida adulta

y mejorar el clima escolar.

Etimológicamente, la palabra convivencia proviene del término en latín

conviviere, lo cual significa vivir en compañía de otro u otros (definición, 2014). El ser

humano vive inexorablemente enmarcado en un contexto de convivencia. La Mesa de

Diálogo y Convivencia Intercultural de Villa de Vallecas (2008), al hablar de

convivencia, se refiere a la vida que comparten personas, familias y grupos en cuanto a

intereses, problemas, inquietudes, en fin, todo aquello que forma parte de la vida en

sociedad. Por lo tanto, la convivencia es estar en el mismo tiempo y lugar que otros,

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con los que tiene interacción de manera activa y creadora, compartiendo aspectos

comunes, se presenta entendimiento y empatía.

Para el Ministerio del Interior y de Justicia de Colombia (2014), la convivencia es

la capacidad de vivir en armonía en base al respeto que forma parte de las normas

básicas. Es una cualidad que tiene las relaciones entre los miembros de una

colectividad en la cotidianidad al haber llegado a un acuerdo de intereses, tanto

individuales como grupales, lo cual permite que los conflictos se desarrollen de manera

constructiva.

Esto trae a colación, que los individuos son seres sociales por naturaleza y se

necesitan entre sí para poder desarrollarse. El vivir con otros no es fácil ya que se está

interrelacionando con personas que piensan y siente diferentes. Debido a ello, la

convivencia es un aprendizaje que se da en el transcurrir de la vida y exige aceptación

de la diversidad.

Por su parte, Sánchez y Ortega-Rivera (2004) lleva a la convivencia más allá de

lo estrictamente normativo y pedagógico, sino, también, desde la perspectiva

psicológica. He aquí donde se puede comprender que la convivencia implica la

formación para tener la comprensión del punto de vista del otro a nivel social, afectivo y

emocional. Empero, el convivir no quiere decir que se deba de estar de acuerdo en

todo, sino que tiene que haber la posibilidad de discrepar, debatir y regular conflictos,

pero sin que se de rupturas, desintegraciones o la pérdida de la cohesión social.

Sobre convivencia escolar, Mena (2006), expresa que ella se presenta no solo

como producto de las relaciones interpersonales, sino que también se enfoca a las

maneras como se dan las interacciones entre los estamentos del sistema educacional.

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En otras palabras, la convivencia se da como consecuencia de diversos elementos

como son los procesos y estilos comunicativos que prevalecen en una institución

educativa, tanto en el interior de ella, como en relación con el entorno; la manera como

se da la distribución del poder, los estilos de liderazgo, las maneras y criterios para la

toma de decisiones, las formas como se manejan los conflictos, la tolerancia, la

aceptación o no de la diversidad, la historia de la escuela, el clima laboral, la cultura e

identidad institucional, etc.

Para la Guía Pedagógica para la Convivencia Escolar del Ministerio de

Educación Nacional de Colombia (2013), la convivencia escolar es el acto vivencial de

estar en compañía de otras personas dentro del contexto escolar y que se pueda dar

de manera pacífica y armónica. Además, es el conjunto de interrelaciones que se

presenta entre los individuos que hacen parte de la comunidad educativa y que

persigue el logro de los objetivos educativos y el desarrollo de manera integral.

De manera similar, Megías (2011) expresa que la convivencia es un proceso que

se da de manera cotidiana a nivel interrelacional entre diferentes miembros de una

comunidad escolar. Esta no se limita meramente a las relaciones personales, sino que

se incluye las diferentes formas interactivas que se dan entre los diferentes estamentos

que al fin y al cabo, conforman una comunidad educativa. Esta interacción se da de

manera permanente y es responsabilidad de todos los actores que forman parte de tal

comunidad. Por lo tanto, siguiendo con Megías:

La convivencia consiste en gran medida en compartir y a compartir se aprende.

A compartir tiempos y espacios, logros y dificultades, proyectos y sueños. El

aprendizaje de valores y habilidades sociales, así como las buenas prácticas de

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convivencia, son la base del futuro ciudadano. Y ese aprendizaje tiene lugar en

gran medida en la experiencia escolar. (p. 41).

En las anteriores definiciones de convivencia, se destaca el carácter pedagógico

del mismo, al aseverar que a compartir se aprende, lo cual hace que la convivencia sea

enseñable. También se asume que en la edad escolar, la práctica de convivencia del

ciudadano transcurre asociada a la experiencia de compartir en la escuela. Ambos

rasgos constituyen fundamentos de la importancia que las instituciones educativas son

responsables de gestionar buenas prácticas de convivencia escolar.

1.2. La mediación de conflictos en el ámbito de la vida escolar

1.2.1. Conceptualización del conflicto

Existen muchas maneras de referirse al término conflicto, al igual que se

puede conocer una gran cantidad de definiciones del mismo. Para Etxeberría,

Esteve y Jordán (2001) expresan que no es correcto la asociación entre

conflicto y violencia, esto porque el conflicto responde a situaciones de la

cotidianidad en la vida social y escolar, en la que se presentan enfrentamiento

de intereses, discusiones y la necesidad de abordar el problema; la violencia,

en cambio, es una de las formas en que se enfrenta a una situación arriba

descrita. Ante esto, se puede decir que existe una relación entre el conflicto y la

violencia, pero que no es bidireccional. Es decir, que la violencia siempre va de

la mano de nuevos conflictos, pero el conflicto no siempre da al nacimiento de

situaciones violentas, esto debido a que las personas disponen de una amplia

gama de comportamientos con los que se puede enfrentar las situaciones de

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confrontación de opiniones e intereses con otros, sin necesidad de llegar a la

violencia.

Para Romero (2011), el conflicto es confrontar ideas, cuando dos

posiciones que tienen diferentes puntos de vista sobre una problemática se

encuentran, lo cual produce tensión por los diferentes intereses que hay, esto

produce la salida de una zona de confort a una de riesgo, pero ofrecen muy

buenas oportunidades para la construcción de nuevos aprendizajes. Los

elementos conflictivos que se presentan entre los grupos humanos son: la poca

tolerancia, la falta de diálogo, la discriminación, las rivalidades, la falta de

respeto, difícil aceptación de la pluralidad, entre otros.

La violencia escolar es para Candas y Lucero (2002), determinadas

conductas con agresión y con violencia que repercute en el clima relacional en

la escuela. Existen agentes que generan los conflictos entre los estudiantes,

entre los cuales se puede resaltar el ambiente familiar, el entorno social

cercano, los medios de comunicación masiva y el ambiente (Jares, 1997). Esto

trae a colación que la violencia en los niños puede ser activada por el rechazo

social o por la falta de afectividad emocional (Bravo, 2012). Por lo tanto, la

violencia no solo se presenta en el entorno societal del individuo, sino que

también está en su interior.

Ahora, la sociedad que es muy competitiva, al estimular desde temprana

edad que las cosas se deben de obtener por medios egoístas, de la mano con

la educación ineficaz y la intolerancia, alimenta tal violencia. De igual manera,

Shawartzmann (1976) manifiesta que la violencia en los niños se da por las

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palabras ganar-perder, los cuales dan nacimiento a relaciones competitivas

que pueden traer agresividad entre los individuos. Asimismo, Jares (1997)

afirma que la escuela al ser propiciadora de relaciones en sí misma es

productora de conflictos se manifiestan a través de diversos matices como son

los culturales, políticos, económicos, entre otros.

Siguiendo esta misma línea, Vinyamata (2003) expresa que los conflictos

se originan en aspectos políticos, sociales, espirituales, filosóficos, biológicos,

psicológicos y de preservación. A su vez determinó que en las organizaciones,

los conflictos se pueden dar por dos causas que son: el carente equilibrio entre

competitividad y capacidad de cooperación y la falta del reconocimiento ante

las labores ejecutadas.

Ante estas conceptualizaciones, se puede inferir que el conflicto, en

primer lugar, es inherente al ser humano, por lo que es de carácter universal,

es más, Lorenz (1966) a través de sus investigaciones, al comparar los

comportamientos del animal y del ser humano, concluye que el instinto

agresivo es genético y forma parte de su supervivencia, sin embargo, a través

del desarrollo de la raza humana se produce el desarrollo intelectual, el cual

busca justamente dejar la fuerza bruta, pero cuyo resultado se expresa en una

violencia psicológica (Freud, 1972) y, en segundo lugar, por ser propio de la

raza humana la individualidad y la diferenciación, es latente que se presenten

incompatibilidades entre individuos y grupos, lo cual tiene su génesis cuando

una de las partes detecta o percibe que la otra u otras le afectan o afectarán de

manera negativa. Cualquier discrepancia en las metas, visión, objetivos o

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intereses que se den entre dos partes se le debe de considerar un conflicto

(Johnson y Johnson, 2006).

1.2.2. La prevención y la mediación de conflictos en el ámbito escolar

Para Bravo (2012), la prevención se contextualiza en lo educativo como

una práctica permanente. Esto va de la mano con lo que dice la UNESCO

(2007), el cual plantea que se debe de promover la educación preventiva,

donde los educandos sean actores activos por medio de compromisos

personales y sociales fortaleciendo la personalidad del educando. Además,

exhorta a las instituciones educativas para que ofrezcan información oportuna y

precisa, esto llevado de la mano con buscar el cambio de malos

comportamientos por buenos.

Esto da a entender que se debe de hacer todo lo posible, de manera

permanente, el evitar los problemas que puedan producir comportamientos

violentos y, si se presentasen, el no permitir que tengan consecuencias

fatídicas. Para que esto se pueda dar, es imperativa una aguda reflexión de la

realidad educativa, a través de la investigación, la planificación, trabajo en

equipo y visión. Esto de la mano con el desarrollo, desde la infancia, de valores

que traigan conciencia a los estudiantes sobre la problemática dicha.

San Martín (2003) plantea que la mediación es un método para prevenir y

resolver conflictos escolares, un camino práctico que armoniza derechos y

deberes, autonomía con interrelación, valores con normas, responsabilidad con

creatividad. Se considera que el desafío más grande tiene que ver con la

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creatividad, ser creativo es una cualidad que debe tener el mediador para

lograr la armonía entre las partes en conflicto de forma tal que se cumpla un

gana-gana.

1.2.3. Estrategias Pedagógicas como formas de prevenir y mediar en los

conflictos

Según De Toro (1968) la palabra estrategia tiene su raíz en el griego

strategia, que quiere decir el arte de dirigir. A su vez, Morales (2007) lo expresa

al decir que la estrategia es un plan de acción de manera ordenada que busca

un fin determinado y también la habilidad para dirigir un asunto. Estos autores

lo expresan así debido a que tal vocablo proviene de la estructura militar, que

debido al avance en los deportes, en el nivel empresarial y político, tal palabra

se ha inclinado a otros aspectos de la vida en sociedad. Además, para que un

proyecto se pueda llevar a cabo, se deben definir qué estrategias se van a

desarrollar, los cuales permitirán alcanzar sus objetivos (Gómez, 2003).

Por otro lado, enfocándose en el ámbito educativo, la estrategia es decidir

conscientemente por una o varias decisiones de tal manera que logren

asentarse de la mejor manera a las condiciones del contexto, para así

conseguir que un objetivo se logre de forma eficiente y repercuta en el

aprendizaje y la enseñanza. (Monereo, 1999). Esto quiere decir que las

conductas son planificadas con el fin de seleccionar y organizar mecanismos

de adquisición de conocimientos, con el propósito de hacer frente a situaciones

problemáticas de aprendizaje. Esto va de la mano con lo que dice Parra (2003),

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al afirmar que las estrategias son actividades de manera intencional que van a

guiar las acciones con el fin de lograr metas de adquisición de conocimientos

por parte del discente, teniendo presente que cada estrategia dará un producto

o resultado cognitivo.

Las estrategias pedagógicas, para Moreno (2008), son las acciones que

realizan los maestros cuyo fin es facilitar la formación y el aprendizaje de las

disciplinas en los discentes. Esta debe de tener su base en un marco teórico

que debe de tener el docente lo cual le permitirá tener un cúmulo de teorías

válidas. Ahora, tales estrategias deben de ser creativas para que se pueda dar

el proceso de enseñanza aprendizaje.

Por su parte, Rodríguez (2011), señala que la estrategia no es rígida, sino

que puede ser modificada, precisada y demarcada de manera constante por

medio de los propios cambios que se vayan presentando en el sujeto que se

está transformando.

A su vez, Addines (s/f), enfatiza que la estrategia pedagógica trae

transformaciones en un sistema educativo para lograr objetivos trazados con

anterioridad, ya que debido a las acciones ejecutadas se obtendrán cambios

organizativos, didácticos, metodológicos, educativos, etc.

Se puede inferir de los anteriores conceptos que las estrategias

pedagógicas, al ser acciones desarrolladas en las instituciones educativas,

buscan el cambio de los sujetos que conforman la población objeto de la

estrategia. Esta dependerá de las características del objetivo que se persigue y

deben de ser flexibles, que permitan hacer ajustes durante el proceso, además

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de estar conformada por etapas o pasos a seguir. Por consiguiente, el diseño

de un manual pedagógico, que es la estrategia que busca esta investigación

para la formación de jóvenes mediadores de conflictos, debe de tener

determinadas actividades y su estructura se amolde a las edades y el contexto

de los discentes.

Por otro lado, es pertinente tomar en cuenta los postulados en

aprendizaje significativo de Ausubel (citado en Moreira, 1997), el cual expresa

que “es el proceso a través del cual una nueva información (un nuevo

conocimiento) se relaciona de manera no arbitraria y sustantiva (no-literal) con

la estructura cognitiva de la persona que aprende”. (p. 2). Es importante acotar

que el proceso del aprendizaje significativo, el material de aprendizaje se

vuelve en significado psicológico para el individuo. Cuando se habla de que no

es arbitraria, quiere decir que el material que es objeto de aprendizaje no se va

a relacionar de manera despótica con el conocimiento que ya está en la

estructura cognitiva del individuo. Al contrario, el conocimiento previamente

asimilado va a servir de puente para la incorporación y comprensión de nuevos

contenidos que permitirán que estos se retengan en el aprendiz. Ahora, el que

sea sustantiva, es cuando lo que se va a incorporar en la persona es la esencia

del nuevo conocimiento, no necesariamente las palabras literales usadas.

Con relación a lo anterior, existen estrategias que buscan mejorar el clima

de convivencia escolar, en este caso, se toma como ejemplo a la Dirección de

Tutoría y Orientación Educativa del Vice-Ministerio de Gestión Pedagógica del

Perú (2009), el cual elaboró una guía que tiene como título: Aprendiendo a

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resolver conflictos en las instituciones educativas. Esta, está enfocada en los

directivos y docentes de primaria y bachillerato y cuyo objetivo principal es dar

herramientas metodológicas para docentes y tutores para que puedan iniciar e

incentivar entre los estudiantes el resolver conflictos de manera pacífica,

democrática y con creatividad tales conflictos estudiantiles.

Por lo tanto, se puede indicar que a través de una cartilla pedagógica

diseñada conforme a las necesidades de los discentes, se puede incentivar y

generar en estos, el deseo por conocer procesos apropiados para la

conducción de sus conflictos y poder aplicarlos en su vida cotidiana.

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