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Contenido

......--­ En cada número ­ - -- - -- - - -- ­

it En perspectiva
J Vlalimu Polanco

Lt Editorial
Israel Leno

3° Desde mis lecturas


Pablo Perla

Artículos - - - - - - - - - - - - ­

6 Las siete trompetas


de Apocalipsis:
Aspectos relacionados
con su interpretación
~gel~. Rodnguez

12 El historicismo
y las siete trompetas
Jon Pouhen

18 La primera
y segunda trompeta:
Una interpretaci ón
Ronald Rojas

22 La tercera trompeta
AlelO AgUllOI Gómez

2it Las trompetas sexta y séptima


Reunar Veme -
Patriarcas Profetas Mente, carácter Mente, carácter Mensajes para Hijas de Dios
yreyes

-
y profetas y personalidad y personalidad los jóvenes
tomo I tomo II

Consejos sobre El Deseado Fe y obras Eventos Los hechos La educación


la obra de la de todas de los de los
Escuela Sabática las gentes últimos días apóstoles

Todos con el texto corregido


y actualizado, y letra más legible
Conducción Servicio cristiano
del niño

G
APIA
",ocillciún Pll hliclldnr-.l IlItl'ranwricanll

21)0 5 N ' tl7 \ t l)or.d Flun J ;¡.I t 2 EE.lI l!.

lel. I JO." J 5W oo.n ¡¡IX (J 1I51 5lJ:! :N9lJ

@Iadpa TTUli ll" ;aupa .tlrg \ "WIV j¡¡dp¡¡.lIrg


- -- -----

TROMPETAS DE ApOCALIPSIS, ¿QU E SIGNIFICAN?

L
AS 51fT[

Mientras preparaba esta edición de MINISIffiIOrealicé una bús­


quedaexhaustiva en los archivos de las publicaciones denomi­
nacionales mas importantes. Me sorprendió mucho descubrir que
se ha esafto poco sobre este tema. La única revista, hasta donde in­
vesti~ué, que ha publicado una serie de artículos sobre las siete
trompetas fue la Rewiew and Herald, que entre julio y a~osto de 1935
sacó ala luzseis artículos escritos por T. M. French.
Así que pensé que si queríamos un número de MINISTBlIO ADV nsrA
que analizara las siete trompetas, tendríamos que buscar artículos
inéditos. Nuestro desafío era conse~uir ~ente que ofreciera una ex­
plicación bien fundamentada sobre el tema en cuestión. Hicimos
contactos con más de una docena profesores de Teolo~ía, tanto de
Norteamérica como de Interamérica. Estas fueron al~unas de las
respuestas que recibimos:No puedo;no ten~o tiempo; de eso no sé.
Por suerte, hubo un srupo de valientes que aceptaron el desafío:
Ronald Rojas, estudiante dodoral en la LJniversidad Andrews, Rei­
mar Vetne, profesor de Nuevo Testamento del Seminario Teoló~ico
de la Universidad de Montemorelos yAlejo A~uilar, profesor de Teo­
logía de la Universidad de Novojoa. Ellos compartieron con noso­
tros sus investi~aciones sobre la primera y segunda, tercera ysexta y
séptima trompeta.
No hubo espacio para abordar dos trompetas muy singulares: la Israel Leito
cuarta y la quinta. Quizá usted pueda animarse y enviamos su inter­
pretación sobre estas trompetas a fin de que sea publicada en un
futuro número de MINI~TERlO ADVENTISTA.

Editor asociado
de MINISTERIO ADVENTISTA
-------------------- ----

4 -, • AÑO 70 N° 1
I

Israel Leito, !xBSidtlll'" de la [);visiL~i Il1ttil(lmeflCéIIld' l
Enlt1e '1.1 ,¡pIIlI(>(1 SOtlr6 """e :1111r.ulo a. mllli,,[, lQ@,adpa r.u

«¡Tocad Lr()l11pela m SieJIl, IJloc!clI1wc! ayun(), Wl1vocacl il.\ulllhlcu, rcwwl ullJtlc­


blo, santi(¡cacl la 1't'1.IIIicín, JW1Lwl ulos ullciwlOS, con,~/l'?,ud el los ni/los, Clun Cllos e/ue
l/lem1Cln, y sCl /ga de su u/(()!Ju dno\'io y de su lecho ,wpciullu /lOviu/ Ell tre la ('n/ru­
da y el (/ IlClr 1'Iorcn los ,au:/(Io/ '5 l11inistms deJe.ho\'{¡, y digCIIL "Perdona,.!ehov¿í, u
tu pUeblo, y no cn/rcgucs (/1 oprobio Lu hercclud p U/(l que no 1(/ dO/llinen las /lUÓ O­
nes. ¿Por que hall de decir enl re los pueblos' 'Dónde cSle1511 Dios 'i"» (jocl 2: .L5-1 7) .

hombre, te he pues to por centinela

OS VECCS en este c\pi­

D
de la casa de Israel: tú oirás la palabra de

túlo el pwlt.'ta declara


mi boca y los aI110neSl;1r;lS el e mi parl e »

de. manera iJn pe ra,ti\'a


(Eze l3 : n Nuest ra tro mpeta sc halla hien alim­
q ue h ay que toca r la
d a cuando lo que sale de ella son las palabras que Dios ha

trompeta (vers [ y 15)


puesto en nosotros. Por taI1l0, es nuestro sagradu compromi­

¿Quiénes son los responsables ele lOcarla


' so anunciar al pueblo un I11CI1..'iaje que se base no en fábulas

Dios le ordenó a Moisés fabrica r «dos trom­

ni en especulaciones, sino en un «así d ice Je hovéÍ )). ¿Será po­

petas de plata» ( úm. 10 2). Estas trompetas de­

sible que como pastores no estemos dedic m clo Liempo SUll­

büm ser tocadas de forma exclusiva por los «hijos d e

ciente a escuchar la voz de. Dios y luego transmitir ese. men­

Amon)); es decir, «los sacerdo tes )) (vers. 8), Com o Lo­

saje a nuesLra grey) Pastores de lntcramérica: Nos Loca asumir

dos sabemos Eleazar, el sace rdote, iba a la guerra «con las

col1 valor y den uedo l1ue-stro papel y de e nünelas de Cristo.

trompetas en sus manos para Locar)) (Núm. 3 1: 6 ; c{. 1 Cró n .

16 : 6 ; 2 Crón. 7 6) Las trompetas c\esempeñabaI~ un papel La sierva de Dios nos acon sej a:
relevante en la vida del sacerdo Le (2 Crón. 29 : 26), puesto "El ministro ~a nliJi ca d o no dcbe. twe.r enga no en su boca.
que él era el responsable de dar a la trompeta un Loyue Debe ser ahierLo como el día , lib re. de toda mancha de
mal. Un ministen o y una [Xensa sant ilicados ser:'i n un po­
preciso y certero .
der para h.Jce r brillar 1,1 luz ele la verdad en esta genera­
Como adve.ntisLas creemos en el sacerdocio d e Lodos los
ción adversa . Luz. hennanos, necesilamos mas luz. Tocad
creyentes (2 Pedo 2: 9); sin embargo, los pasLures hemos de
Lrompeta en SiDn; dad ala rma en el mOnLe sanLo. Reun id
estar bien conscientes que es nueSLra responsab ilidad Lener
a la hueste dd Seilor., con corazones sanl ihcad05, para
la trompeta 'n la mano y tocarl a ante nuestro pueblo. Joe.l que escuche.n lo que el Señor Liene que decir a su pue.blo;
menciona claramente a "los sacerdotes y ministros » en el porqut' él tiene más luz para lodos los C[U f' qu ieran 0 11'»
citado pasaje. Nosotros no solo somos responsables de to­ (Ti:.sli rn onios p ClI d los mil1istros, p 410).
car la trompeLa, sino que LambiE"n hemos de ser los prime­
He mos cledicado eSLe núm ero de MI Nls rERIO A OVEI'mSl A
ros en invoca r el perdón di vinu. Somos centin elas, y es
al estudio d e las trompetas d e Apocalipsis. Como v remos
nuestra responsabilidad toca r la Lrompeta y dar el sonido
la iglesia no tiene una posición d ell nitiva al respecto. En lo
alerta a n uestro pueblo (Eze . 33 : 4). De hecho, en caso de
c¡ue sí tod os estamos de acuerdo es que tenemos C¡UL' tocar
que seamos negligentes en cumplir esta solemne labor, re­
la trompeLa d e salvació n a los oídos dclmundo. En ('SO no
cibiremos un terri ble castigo (Eze . 33 6)
hay di coLO m ía entre n osotros .
¿Cómo sabemos que estamos dándole un toque certero a
la tromp La El profeta Ez quid dcc:lara «A li, pues, hijo de MaraIlata
'
MAR-ABR· M NISlEPIO AlJV[Nn~ 5
ARTíCULO

:H~ BIImts 00 fa A..~ Gff!O'B!.


I Ángel M. Rodríguez, el.,:ireclar del hst fiN. (jp iMlStlgar••
EJ1vie Sl l opln' n ~ este anrcul~ a: mlnlStario@lacjp.'! or

te SI
mpetas

cali 15

ionados con su interpret,ación

Ángel M. Rodríguez

A EcaON DE L\S ~1E1T: mOMI'ElAS de Apoca­ de edificar la iglesia En segundo lugar, debem os ponemos
Ji psis 8-11 es una de las secuencias pro G'­ dc acuerdo sohre L'l1ll1O abordar eSLa profecía apocaliptica:
tic3S más d ifíc iles de interp reta r. El len­ es decir, cu,\1 seria la herm néutica con ecta
guaje y [as m tMora son cClmpleJos, y u
Principios básicos
aplieaci n a detemlinados acomecimien­
[ o tengo nada nuevo q ue ofrecer, pero voy a subrayar
tos históricos ha generado una vmiedad
de puntos de vi La. ESLa ince rtidumbre la I1C esiclad de penna necer lírm mente comprometidos
...__.r interpretativa p odría generar corrfusión con nuestros inn egociable prinCIpios de interprelación
a poc3liptica . numeraré algunos de ellos en el contexto elel
en los miembros de la iglc.sia y en los Inte resados en en­
contrar en esta profecía apocaU pLica una im rprelación clara 6 tudio de las trompetas.
y definitiva. En la act uali dad no existe una inte rpretación l . En la interpretació n de las LrompeLas, 105 te6 1ogos ad ­
concluyente al re pecto. Quizás la pregunta que debemos abor­ ve ntistas h an empleado casi siempre el método hist ori­
dares: ¿Qué se puede hace r para evitar translórmar CSLa diver­ cista de intc rpre Lacion proféLi a, p ues dicho méwdo se
sidad de opin iones en una confrontación teológica inLerna 7 basa en las n.l ismas Es Tiluras . 1 ángel Í11 térprelf pro­
Permítan me suge ri r dos cosas. En primer luga r, de hemos porcionó este método a los visionarios apocali pticos y
pedir al Señor que fortalezca nuestra volunLad de trab,~ ar ha demostrado ser u n enfoque va lido pa ra int erp retar
Juntos , con un espí ritu de ..amor y humildad cnstianos a lin la pro fecía apocalíp ti ca , puesto que fue el método usa­
6 • AÑO 70 - N° 2

l. __

do por Jesús , los apósloles y 10$ intér­


pret.es a lo h rgo de la historia cristia­
na. Aunq uE: e n estE: artículu yo no
voy a propor-cionar llKla lzt evielcncizt
neeesalia pztrzt apoyztr los clemCl1tos
más signillcalivos del m{lodo histo­
ricista de imerp retaci ón,l sí creo
que los siguientes son inelispenszt­
hles zt Cm de obtener una interpre­
tación adecuada ele las trumpetas:
a. La pro fec ía apocalíptica abarca
LOdo el curso de la hisLUria des­
de elliempo del prufeta hztsta el
mismo fin de la hi storia (ver
Da mel 7) Cun el fin de se r fie­
les a eSla metoclo lugfa, es ne­
ee~lIio aplicarlo al ciclo visionari o
apocaliplico de las siete trom petas.
Al examinar eSla profecía elesde nuestro
momento histó rico, debernos darnos cuen­
ta de que algunos elemen tos ele b proleeízt ya
se. han cumplido ITlientras que otros están en el proceso
de cumplim ien Lo o pmnlo se cumplirán
b. l cu mpli miento de la profecía apoca.li ptica ocurre en el
curso de la histllrizt en su conjunto. [n consecuencia, como unzt cztrztcttTística fundamental de la profccízt apo­
nu puede y nu de he ser interpretado en el senti do del calípticzt rOl' ejemplo, Daniel le dice al rey de Babilul1i~1:
prcterismo o dellúturislllo, ni ap licado a bs abstraccio­
«Tú eres aquella cabeza de uro» (2: 38): de mZll1era simi­
nes conceptuales desconectacbs ele acol1teci micl1LUS
1m, en el capítulo tl el angel Cabriel identifica al carnero
hist líl-icos concretos (idealismo).
y al macho cabrío eumo «los reyes ele Iv[cdia y Persizt» y
c. La recapitulación es fundamental en las pro fe cías apo­ al «rey de Grecia» respectivamente (8: 20,21).
cal ípticas (Dan 2; 7; 8; 11) Las trompe tas recztp irulan
-" L;lS trDlllpetztS no son los últimos juicios escatológicus ele
la historia descle. ulJa perspectiva pa rLicular y en cjc rLa
Dios sobre los pecadores impenitentes, sino juicios que
medida, son ztnalogJs a otros séptup les ciclos proft~ lJ­
OCUlTen en el curso de la historia. Por lo lanLO, debemus
cos que se encuentran en Apocalips is. 2 Cada paralelo
analizzt el penodo hi stórico desde ángulos difere ntes y, distinguir claramente enLre el propósit o de las lrom[Jetas
sin emba rgo , complementztrios. y el de las siele plagas (Apoe. 16) Las pbgas se produc i­
2. La naturaleza apocalípLica ele b visión apunta a un cum­ rán en un momenLO histórico específico justo antcs ele la
plimiento en un ztconteci miento o proceso histórtcO con­ segunda venida
creto. En Olras palabras, los cumplimientos múlLiples de 4. La mcnClón ele los períodos de tit'mpo dentro de bs Lrol11­
b s trompetas deben se r excluidos de la discusión. ; EsLO pctzts elcben ser cuidadosamente c.sludiztdus zt (in de deter­
ha SIdo conSIderado por nosolros y pUl' el esc ri LO r bíbltco minar si se trata de pcríoelos proféticos o algo más. Si la
MAR-ABR· :,';,
refe rencia es a perí odos profélicos, d ebemos WHar de [os princi pios exp ueslos antelionneme. Por ejemplo, pod ría
encontrar eJ cumplimienlo histó rico ap licando el ptinc i­ ser que el lenguaje y las meláforél5 ulilizados en la descrip­
pio de d ía por arlo a dichos períodos. ción d e una lTornpcLa en panicular puedan ser aplicados por
5. Debemos estudi ar cllldadosameme los antccec!cnl c5 hí­ difere nt , iméqJTe tes a dife renles acom ecimien tos hislÓricos.
blicos clellengua je y las metáforas usadas para d esc lihir [SLO cs lolerahle , siempre y cuando esté a la vista un cumpli­
caela trompeta antes de inlentar idenuu c:ar su cul1lplimie n­ micmo histl'lficu concreto )' el lexlo bíblico h aya sido cuida­
LO hisló ri co. Este elCmCJ11 0 meLod ológico se basa en el c!usameme analizado a rlLl. d e .J ustifIcar dicha interpreLación.
p ri ncipIo hemlenéulico de que la Esc litura se inlCrpreLa [ SLO sugiere que, con res pecto a una interpretación co mpleta
a sí misma. 11 apltcación excl uye e l uso d e nueSlra ima­ o definiLiva de las trompelas, nueslro camino no ha Ilegaclo
ginación para dete rminar su si gn ificado idem ificar su aún a su desLino final.
cumplimienLn.
Utilizar eSlll s principi os !l O garanti za la unanimidad ele Diversidad de opiniones
imcrp retación, pero eSLablecerá algunos parámelros im por­ U sigu icn te gráfico ilustra cómo la ap licació n d e estos
lanLes a la hora ele propone r un significado a las trompelas. plincipills dc inlerpretación POclriD d ar lugar a una dive rsidad
Au nque las elilercncias de o pinióll llO pucdcn dcsC<lt1a rsc por dc opin iones C11 cuamo al cumplimiento hist ' rico ele las trom­
comp lc to, C0 1l10 intérprctcs JCkenli sLas debemos mantcner pelas. Est cmdro no es delallado, sino a manera de ejemplo.;

Puntos de vista sobre las trompetas


J. Paulienl H.
Trompeta U.Smith E.Thiele R. Naden C. M. Maxwell W.Shea LaRondellel R.
Stefanovic
Ataque de los I El juicio de Dios El Ju icio de Dios El juic io de Dios Roma pa gana El juicio de Dios
visigodos contra sob re Jerusa lén sobre Jerusa lén. sobre Jerusalé n. persigue a los sobre Jerusalen
Primera Roma bajo Crist ianos.
Alarico.
Los vándalos Juicios de Dios Juicios de Dios Juicios de Dios La caí da de Caída deJ imperio
Segunda atacan Roma . sobre la Roma sob re la Roma sob re la Roma Roma pagana. Romano.
pag ana. pagana. pagana .
Ataq ue de los El juicio de Días El juicio de Dios El juicio de Dios Apostas ia de la Apostasia de la
hunos con tra contra la cont ra la profes a contra la pro fesa Ig lesia cris tian a. iglesia cristiana.
Tercera Roma profesa iglesia iglesia cristiana I igles ia cristiana
cristiana
Caida de Roma La osc uridad de La oscu ridad de la La oscu ridad de la La oscuridad de Surgimienlo del
Cuarta occiden tal. la Edad Media. Edad Media. Edad Med ia. la Edad Media . ateismo secu lar
(Apoc. 11: 7)
El surgimi ento El surg imiento y Ataque de Satanás El surgimiento y Cruzadas Re ino del ateísmo
del Islarn. prog reso del contra la Reforma prcgreso del Islam. duran te la Edad secular (5 meses
(Período de 5 Islam. (Periodo por la Contrarreforma. (5 meses = 150 anos: Media (5 meses = Juicios de Dios
meses: 1299 + de 5 meses: (5 meses = 150 elesde el primer = 150 anos: son completos
Quinta 150 = 1449) 1299 + 150 = anos: 1535-1 685 ) ataque musulmán 1099- 1249: pero limi tados: cf
1449) sobre Constantinopla desde la captura Gén . 7 24 ; 8: 3).
en 674 hasta el ultimo 1 de Jerusalén al

en 823 [Salo 149 inicio de la ultima


I años]). cruzada) I
I Imperio Imper io Tiempo de la cr isis Imper io Otomano Impe¡'i o Surge la Babilmia
Otomano. Otomano. (391 final : desde el siglo (391 años: 1453, Otomano . (39 1 del tiempo del fin.
(1 día, 1 rnes, anos: 1449­ XV III hasta el c ierre ca ída del imperio anos: 1453- La crisis fina!
1 ailo = 391 1840) de la graC ia. biza ntino hasta 1844 , cuando descrita en Apoc. 7:
Sexta años: 1449­ 1844) I el edicto de 1 ·3: 13-16. (1 tl(Jffi,
1840). to leranc ia fue 1 dia, 1 rnes , se
pub licado) . refiere a un tiempo
I divino determinado)

El misterio de El misterio de Consumac ión. El misterio de Dios El misterio de Pone en marcha


Dios es Dios es es consumado. Dios es los eve ntos
consumado. consumad o. consumado. finales (Resumen
Séptima

I
de eventos
descritos el1
Apoc . 12 22).
El cuadro revela una serie de puntos imp0rl antes. En pri ­ patible; note que llU estoy di iendo que eSLa es o no es la
mer lugar, es evide.nte q ue la interpretación tradicional entre inter pretación correcta de estas t rom petas. La razón p rinci ­
los adventistas, representada por U rías Smith, ya no es apo ­ pa l ele mi opinion es que ni es un enfoque prete rista , o fu­
yada plen:1Jnem e po r muc hos intérpretes. Sin embargo, el turista, ni idea list:1 de las trompeLJs. El proble ma apJrente
hecho de que un erud ito, Albe rto Trciyer, ha proporcionado es que esta vis ió n identihca los poderes le s 'riLOs e n las
rec ienteme nte u na valiosa exposició n y defensa de las trom­ tro mpetas con movi.mi ntos fi losó cos y spiritual S antes
petas que armon iza con la de SmiLh , indica q ue esLJ interpre­ que con imperios o naciones particu lares. Pe ro aquÍ d ebe­
tJción no se debe pJsada por alto . mos ser ca ute losos. Po r eje mplo, en el Nuevo TeSLamenlO,
En segundo lugar, ninguno de los otros inLérpreLes sigue. Israel no es solamente un pode r geo politico. A u"avés de la
a Smit h en su interpretación de las primeras cuan'o trompe­ ven ida del ;Y[esías la fe de Israel se ha universalizado, y aho­
tas. De hecho . si esta muestra el e expositores es de algún va­ ra el Isracl de re d el Antiguo Testamento incorpo ra a la gen­
lor, uno PQdlía concluir l'ácilmenLt' q ue parece esta r surgien­ te de toda lengua, tri bu y pueb lo H ay vari os otros e jemplos
du un nuevo consenso en la interpretacilín de las primeras del mis mo libro del Apocaltpsi.s, pero el mejor es probable­
cuatro trompetas que difiere radicalmente de las opiniones mente Bahilonia. Ya no es m á u na ciudad de. esopotamia.
dc Smi Lh . sino un sí mbolo de apostasía global y rebe lión contra Dios .
n terce r luga r, exiSLen algunas d iferencias sign ihca tivas Este movimiento in rerpr tativo de una zo na g ográfica
de interpretación con respecto a la quinta y se.'(La trompe­ concreta a un fenómeno uni versal, tambi én es apoyado po r
tas. Dos intérpretes se pusieron d e parte d e U rías Smilh en Elena G. de W hite cn el contexto ele las profecías apocaLípti­
su i.lllerpreLación de In q uinLa tro mpcta (Thiele y Maxwell) C1S. Ella ace pta la referenc.ia apoca lí p tica a [cripto como un
y tres en la sexta trompeta (Th iel • ilax 11 y Shea). P ro símbolo elel espíritu de la Revolución Francesa, que ya había
e ncontrarnos entre ellos va riaciones en algunos dctalles. alcanzado una dimensión global a través del ateísmo. 6 Por lo
Esto sugiere que la interp retación d e Smith no ha sido com­ tamo, esta nueva interpretación de la quinta y la sexta trom­
pletamente sepultada petas no socava el historicismo Identi fica una mane ra global
En cuarto lug:1r, el d esarro ll o m,b importan te en la in ­ de pensar que s origi n6 en una nación concreta y considera
Lcrpretación de la quinta y sexta trompetas encuentra en que es el CUll1 pli.mlento histórico de la quinta y la sexta trom­
ellos el auge del secular; mo y el ateísmu en e l l11undl) occi­ petas. Este lluevo planteamiento se mantiene denLro ele los
dental y la obra de la Babilonia clurante el tie mpo del [in límites dd historicismo . Probablemente el reto más impor­
(Paulien, LaRondclle y Stefanovic), Debido a que este es Lante que este punto de vista confroma es proporcionar una
un cambio importante res pecto al planteamiento tradicio­ interpretación vá lida para las refe rencias temporal ' tn n io­
nal, es necesario hacer algu nos come ntarios al respecto. La nadas en las dos trompetJs. Por otra parle , los que si):,'l.len a
pregunta es s i esta interp retación sigue siendo cpmpatible ellas Smith o están muy cc rca de sus p u ntos de vi sta , no solo
con el enroque histori cista. En mi opin ión , parece se r cam - tienen q ue ponerse de acuerdo so bre las fechas concretas

VERDADES
Útil para hacer sermones
y explicar de manera
QUE NUNCA CAMBIAN
clara las doctrinas adventistas

La recopilación de toda una vida dedicada a la docencia


Excelente
de uno de los mejores autores adventistas.

El pastor Knight en este libro comenta cada una

herramienta
de nuestras creencias de una manera sencilla..
de referencia
G
APIA

MAR-ABR· MmF< AlMI 9


Los puntos de vista resumidos en este artículos
son compatibles con el método historicista
de interpretación profética Mientras esta
metodología particular no se menoscabe,
la iglesia debe perm itir la diversidad
de interpretaciones,

para el cumpli­

mien to de los pe­

rí odo s profé ti co s ,

sino quc tienen que en­

contrar tambié.t1 una mejor

explicación de la nwnci lln del

sello de Dios en b lluima trompeta

(Apoc 9 4)

En quinto lugar, otro elemento que ti ndc


a complicar el J ebate de los periodos profeLieos y que
pu so así bajo la tu tela de las naciones cristianas. El aconte­
ha inl1 ULdo en algunos de los expositores, es que Elena G.
cimiento cumplió exactamente la predicción [... l . Cuando
de White pare ·c apoyar la intcrpretaGón del pred icador mi­
esto se llegó J saber, multit udcs se con vencieron de que los
lhiLa josías Litch. Esto es lo que ella dice «En 1840 otro
notable cumplimiento de la p rofecia des pertó inter e,s gene­ principios de interp retación profética adoptados [mr ~Il illcr
ral. Dos afias ant s, josías U tch, uno de los princi¡xües mi ­ y sus compañeros e ran currectos, cun lo que recibió un im ­
nistros que pred icaba n el segundo adve nimienlCl, publicó pulso mara villoso el mo vimicnto adventista . Homhres de
una explicación dd capítu lo 9 de Apocali psis , que prcdeda sabe r y de posición social se adhirieron a Miller pa ra divul­
la caída del imperio oto mano. Según sus c~llclllos esa poten­ gar sus ideas, y de 1840 a 1844 la obra se extendió r~ip id a ­
cia seria de.rribada "en agosto de 1840". Poc s días antes elc mente ».'
su cumplimiento escribió : "Admitiendo que el primer perío­ El cunt 'to ind ica que ella está desc ribiendo la ex perien­
do de 150 años se haya cumplido exactamente <lotes de que cia de :\'lillcr y sus seguidores en la década de 1840. Dado
Deacozes subiera al trono con penniso de los turcos, y que los que, en ese momento , ella era una mil lcrita, muy probable­
391 años y 15 días comenzaran al termi nar e.l primer perio­ mente aceptaha la interpretación de Lileh de la profecía . Su
do, emonees te rmina rán el 11 d e agosto de 1840, día e n idea principal en esta decla ración es que el cumplimiento de
que puede élntici pélrsc que el pocler otomano en Constanti­ su predicción añadi6 un nue\'o impulso a la interpretación
nopla ser:í quebrélntado. Y esto es lo que creo que ,·a a con­ profética de los 2,300 dí~lS pl<lllteada por Mille r S ha su"e­
(ir
firm arse" Qosías Li teh , en Signs o( lhe Tim s, (//)([ b:posilor rido que lo que pa rece quc tenemos aquí es un recuento de
Propltecy, 1 eLe agusto de 1840). En la fecha misma que habia la experiencia de los millcritas, incluyendo la de ella, sin ne­
sido especificada, Turquía aceptó, por medio de sus embaja­ cesidad de proporcionar una iot crp re tJción cl efin itiva elel
dores, la protección de las potencias aliadas de Europa, y se pe ríodo pro fético. Si este es o no el caso , seguir:í s iendo un

10 " TE NN N" ~ • AÑO 70 N° 2 _ _ _ __ _ __ __ _ __ _ __ _ _ _ _ _ _ _ __ __ _ __ _ __ _----!


ARTíCULO 1

( a,h\~lIc ,
T : Soulh ~ ITI Pu111bhrng I\>SOU;\ U 11. 19-14)· Ranko Slefanl1­
Rndurtcm ofJes", GIIISI ColllmellWry nn ¡/ir Book cJI Rcvdution (Bc­
\·ie. -¡ he
rnen pring. MI: Andrews Uní"" ily Pre.ss, 20 2) : Ed ",in R. Thie.le. OUt/I­
n StuJIt'> In R<',dallull (Angwin, CA Cluss :.yllabu5, Padfic Un lon oll e­
gel, lbeno Treiyer, Thc Scals and Ihe o ·umpeL>, Brbllcal ond I/Í!iwru;al StuJ¡" ,
(selr-publishcd, 2 05), Pld" disculpas a los JUlOre", 51 PQr el{lllv ;1Clón
lergivelS<: SlI5 punlOs de \~541 .
5,Jacque, Doukh 11 la niliu~n
apOrJ e-te punto de vista panicular (5ecrcws del
Arv, ,,Upm IDoral, fl: APIA 20081. 80-90), El ve en los primeras l:illJl rtl
lrompetas la historia de IJ iglesia desde los Icm p de:.pues de los ,11'65101,
hasta In grnn aposla5ta, :.en1CpnLe hasta cieno punl<l con los sellos
Cada interpretación propuesta
6. El b <!5cnbió' .La "8 10111 dud,. d·' t'n cuy"'J5 calles ;;on asesinados los testigos y
debe debatirse en términos de la validez donde yacen 5LIS cuerpo5 muenos, "se fuma simbólicamenle I::g¡ pto . Dc
del análisis del texto brblico y su presunto 1 dilS las nnc.iones mencionadas en la hislona de In Biblia, fue 1:g¡pto 1.1 ""
cumplimiento histórico. con mllS (lsadia nego In exislen03 dd DIOS \'1YO y 5<: Opu;;Q a su, nurn&.rmien
LOS, ingun mona rca TC515l\O con lanto dc>caro a la JUl ulldad del Clelo, m'TIO
el rey de Eglrl" . Cuando se p",sentó MO\s~<¡ an le el p<lm comUnI rle ti
m e.n 'IJe dd _ 'nor.el [amón conleSlu con arrogancia: "¿Quién Jchova, para
que yo (liga , u voz y J eje ir a Is racJ7 Yo no conozco aJ ehová. ni tam poco
dejar(> ir a Israel" tE.,odo 5: 2) EsI " es aleísmo: y la nncllj¡¡ represem"da Pl r
Lema de debate B Pero el hecho de que ella Gunca más
Egi plO ibn a oponerse de un modo pDr~c ld (l J la \'olun tad del DIO, dvo , ya
men ' OTUl 1 40 como un afio en que la profecia bíblica se dar prueb:\5 del llI,-,mo e5pmIU de inr r duild,lu ~ tl esc::o l1 fi"nza , LI "gran
cumplLlJ debe hacernos caulOS a la hora ele interp retar el clllcl "d" e¡; tambl(' n compamd., • Im hólkarnenle" con Sodorna. Ur orrup"
pas~e , ~{js bien esle asunt lebe ser reexaminado nueva­ rlf~ n de Sodoma al quebr:1 nLaI la ley de Di fue puesla de rnnnllleslo es¡><:­

menle talllo a la luz de l tcxlo bíblico como de las fu entes o almemc en la \'lela clH)IIIIJ . Y l'Sl· pecado iba J ser tlIl11bil'.n 1'lIS"0 Clr:1C1C­
históricas, En eSle caso , este pa rece ser un buen procedi­ rl~lI()O eJe la naci(>I\ que cUll1pli r1a lo que eSlaba predIcho en c~le p;l,5dje. (B

miento, cOIlnicw úe los S~li'S IColombia : APlA, 20071 , ca p. 16. p. 272 ), En Olm luga r,
despues Je desc nblr la corrupCIón moral ele! mundo. 11" pregul'll ,r • Qut
Conclusión ha de ImpedIr que d mundo se l' ndcna <:n 1ll1 J scS'Indn Sodolna" ( U¡
Lo::, puntos de vista resu midos en eSle arl íc ulos son educad"'l IColomllla: AP IA, 2009] , p, 20'5), Entonces ~"ade : «Al miSmo
compalibles con el llll'LOdo hisloricisLa de inlc.rpretación liempo la :rnmquia Iral a de hacer d= pare 'a loda ley, ''0 sólo divirul sino
hun lall:r I a L"onccntradón de la li4uez<I yel poder. las Vll.5I.aS combmaaones
prof>tica, Mientras es la m ewdologla r anicL1lar no se me­
hechas pam cl cnriqu cimiemo ele unos pocos J expensas (Ié '" mayoria; b
noscabe, la igle ia el be permitir la d ivc rsida 1 de interp re­ lUlión ele las cI~ mas pobres para orgal11zar la .Jek",," eJ~ , us rn Lert" y
taciones ," Reconocer esto d ebe descarLar Las inl rpr ' lac io­ derechos; el esplnlu de ill4lllCllld, de,ord '" y derr.¡mnmlemo de : ngre · L1
nes dobmáLicas y las discusiones acalo mdas que fácilmen­ propagación mundial de 1115 mismas ns '"anzas quc produJCIon la Rcvolu·
te podrían sac rificar la humildad y el amor o· Lianas, el')11 Fr;1nc , llene/en a en voh'C.r al mundo eme ro en UnJ. lucha simIlar a la
Cada il1lerpretación pro p~l es l a debc debalirse en lérm inos que COlwlt!stonó a FrnncL.1' (lbld , p. 20ó, "nfasi añadido), Ola pa ree ' coll.si­
tlnar n n.1 mentalleJad tOmo la que ahora prevalece en el mundo t:Illero: «El
de la validez del análisis del texlO bíblico y su p res unlo
alililllo y In incredulidad prevalecen en lodos los ¡Mises. Bla>femos .u",,,ido,
cum plimiento hislórico,
se b.mll1n en la I lerra, la casa que Di o mismo echntó, )' megan lo exislcndil
del Creador, '! dC5:.1fian al los del d elo a lIue "'5 pa,u eull un rayo si ellos
eslán eqlllvoc;ldos. le nlemple.n la formación de 11Is sociedade; de incrédu­
P(lr ejempl , ver William Johnsson , «ApocalipLica blhIiGI», en Teolog¡a: los en todas panes con rJ fin de idear mc.dios para espa rcir SllS \'cnenos 111·
Fundamrntos brbhcos de nucsrrafe (0 01<11 PL APIA, 200R), 8:41-98. hT¡;tles (Re"ic\\ 3nd Hernl l, 4 de m.lyO ele 1886), Es eVld,'nle qu<' pal':l
"
2. Sobre el lema..te l,¡ recapil ,,1 dón )' las IrompeLaS, ver E.kkehard r Muel le r, El nJ G de \,Vhilt los nombr' de las cl,,(lade<> aha r.1 r presentan mO\'lIl11cn­
• Recapilulalloll in Rc\'elallon 4-1 1. I Ree. Pllul'ld ün .:n Arocnlll sis 4-111. lOS mundiales que se ii1lo 3rnn en Fran i3 dur<lllle la RevoluuM F..m<:=.
Joumal afilie Ad\"i'l1l1~t flrrnl(¡giW! Sociel} 9, no, 1(1998): 260-277 , Esta manera de '" I '·u mrlirnicntll pTO ~ lim arocallpl ita 1 0da\~J cae den­
3 Ver ¡on I'Julien «Sellos y lrompetas: dcnale:. ¡¡nuales> , m Slmpaslo ,ovrl' AI"'­ Ln ti I que Ilunrn mo, el met!)d" hISloriC151;¡ de il1lcrpreludOn prorWcn ,
wbpsi> , lOlnn 1, cd. I'r:mk S, I-Iolbrook (D,' rnl , FL I\I'L'\, 2010) , 217-237 7. ElenlG. de \Mute ElWnJlJC'fOÚJ: JasSiglas( lami. FL:APIA,2(07)cap 19,p 3-1
4. La infonnJciOn pJr.:I el cuadro fue lomada de la, slgulcnlt!S fuemes Hans 8. Ver Rohen W Oloon, 1011""i'.'1I ,1 CUerea del sanrlUlrio V EknG G. de WIII1l:
laRonddle. I.ns I'wfedus ¡llbl!cili Buenos Aire;: 1\ 's , 1997); c. MC lv)'n (Colomhia: APIA, 19 8). pregunta ")2
M,l,,·wcll, Dios r(vda d f~lUrn : El mensaje tlr tll'l)<illl¡r'lS, \ 01. 1 (C"lombl":
APIA , III<I}); Ro)' ( '"den, T/¡c U¡ Il tb AI'lImg tlle B~llsts (HagcrslOwn, MD: 9. EsIO sv: dllSlT'Ü por la llIaner::t que el ComentarIo blblico adVenl L:,la del
Revie" :1nd Herald, 1996) , Jon I'aulum . • lruerpreung lhe Seven Tlllm· sépti mo di" InllO las siele trompelas In vez qu ratlrica el punto dc \'Í~la
pe15, , dxu memo inédllo preparndo pam c.I (omlte de Dan iel ) I"'c,,hp­ lmchclOnal n:p r 'scmndo par :'mu h, recono e 01ras prnahol.clades y ""ilit el
515 de la ,\>, I cu)n G< IIcl1ll, 1<)86: WIII I:lln Sh a . • Re",,!al iofÚ; Trutn pets • • dogmatismo (ver F. D. NI · '.01, , d., Comerl/wio olbhco núw'llrs1Ll tic! ,epclmu
documrnlo inediLO , 199R: Unah Smlth. U¡S projcctus de Danrd y Af'oralJpm dra IBueno;; Ain::s: PlIhllcad oncs 1m r:tn1e ri.c.:nna, 19 01. 7· 7114-8 11),

MAR-ABR • ~. TI};It I AL:lVEW 11


- - - ARTíCULO

10n Paulien.

1 (7,

Jon Paulien

S ARl , I ~ I ENTO A FAVOR de una


int er pretació n e c<:1l01ógic a
del conjunto de l e S tro mpetas
(ll.. p oe. 8- J 1) son u n tanto
ma s im presionantes que las
ofrecidas para el conj unto de
los sellos. Se de fien de que la
l1li. . . . . precipitació n a tie rra del in­
censario (Apoc . 1) 5) representa el fin del tiem po
de gracia Así , la seri e de trompetas que se da a
continuación (8: 7 55. ) tiene que encontrar CUIl1 -
phmienLo después del fin del tiempo ele gracia
Puede \cu: evidencia adicional favorable a un
cumphmiclllo po::.t ' n or al fm dcltiernpo de gra­
cia en el hedto de que los objetos destruidos por
f os pnmcr s trompetas - la tierra , el mar y
los árboles- no han de se r daiiados ant es de que
se Cl1l11plete el sellamienlll del capítulo sine (Apoc.
7: 1-3) La tercera prueha en pro de una inLerp re­

12
tación de q ue las tromperas son posterio res al raria clel libro, pero cada ca rta se ret rotrae a las
fin dellielllpo de :'racia es el hecho de que a caracte ríst icas de Cri to enu me radas en esa
la pla a de langostas! scorpiones de la quinta introducción . Dado que las canas eslán escri­
trompeLa no se It: permlt que afecte a los se­ tJS en prosa nonnal, no presenta n una indIca­
llados, ugiriéndose así un contexto posterior cIón cJara ele la stnut¡;,ria literaria del auto r.
al fin del tiem po de gracia (A.poe. 9 4) Cada uno ele los siete sellos se brt' duran­
G

Natu ralmen te, eslos argumcmos desafían te la aCtl Vldad con tinuada del Cordero en la
d irectamente las pruebas anteliures de que en sala del Lrono celestia l (Apoe. 5-6) Esa esce­
la primera sección ele! ApocallpsisJu,m ccntrJ na, qu comienza con la inau guración elel
su aten ción sobre la era cris LÍanJ en su con­ santumio celesrial , prosigue dura nte l:J ruptu­
junto y que se centraba ele fonna especifica en ra de los sellos ha ta la segunda venida y has­
I 'iempo del fin ún icamente en la segunda ta el momento en que toda la creació n alaba a
sección delli ro. Sin embargo, cuando se exa­ Dios (Apoe. 5 : 13)
minan más de cerca, se hace evielente l[ue los La escena introductoria de las iele co pas
a rgumentos en pro de un contexto posterior (A poe. 15 5-8) presenta un tabe rnáculo c ­
al fm del tlempo de gracia para las trompctas lestial vacío . esde luego, esta circunstancia
se bas::m más en suposiciones que en la evi­ es adecuada para todo el período que sigue
dencia real del texto blhlico. al (in eleltiempu d gracia.
Así, CJdJ visión introductoria pro porcio­
Escena de introducción del santuario:
na el marco de la ac ti vidad sulr icrui ente )' se
Apocalipsis 8: 2-6
man tiene ac ti va e n segundo plano has La la
La premi s8 fundamenLJ I que subyace 81
conclusión de la visión . Dado que ello es cla­
primer argum ento es que la escenJ introduc­
ramente así para tres de las cuatro visiones
toria dd santuario que repr.:senta simbólicJ­
s · ptuples, la carga de la prueba recae en quien
mcnte el ministerio sacerdoLal de intercesió n
d ee defender que Apocalipsis 8: 2-6 es una
de Cristu concluye antes de que comiencen
exc pción . Es más probable que Juan se pro­
las tro¡np ' ta . Así, la precipitación a ti ITa del
pusieT8 que e.l lecLOr vie ra que la inle rcesión
incen_ario (el fin del tiempo ele gracia para la
estaba disponible ante el aLtar de oro b8SIJ el
hum:micbd) p recede a los acontecimientos
instante en que su ene la séptima Lro mpeta,
que se suceden en 1capítulo. En consec uen­
que lleva a la fll1aliza ció n el 1 «mi te rio de
cia, se entie nde qu e las siete trompetas sue­
Dios » (Apoe. 10 7), e.s decir, el [in de la pre­
nan después del fin del úernpo de gracia.
dicación del evangelio (Rom 16 25 -27; Efe
La presupoisieión de que la e cena intro­
3 2-7; 6: 19).
ductoria concluye antes de que las trompcLaS
emp iecen a sonar pu ele someterse a ve rirrcJ­ Otras pruebas de la vigencia
Es más probable que Juan ció n de dos maneras. 11 pIimer lugar, ¿con­ del tiempo de gracia
se propusiera que elledor cluyen las otra escen.1S introductorias (la ¡ue Lo af1teIior está apoyado por pruebas ahun­
viera que la Intercesión preccden a lasiete i lesias. los siete sellos )' dantes ele que el tiempo de gracia pCl'lllanéCl'
estaba disponible ante el altar las siete copas) ames de que dé inicio el sepLe­ vig .nle duran te la sex ta lro mpe La . La sexta
de oro hasta el instante to? ¿O perduran corno trasfondo de toda la lTom pe ta es equiparada con el se<Tundo ay y,
en que suene la séptima secuen cia \i ~ i onar i a? En segundo lugar, si las COIll O tal, está claro que discurre de Apoca­

trompeta, que lleva trompetas tienen lugar en gran medida du­ lips is 9 12 a 11: 14. n Apocalipsis 9 13
a la finalización ran te el tiempo de "racia, ¿qué \ri.dencia hay hay «una voz ele ent re los cuatro cuernos del
del "misterio de Dios» en la serie q ue in dique que el tiempo de grJ­ altar de oro que estaba delante de Dios» , cla­
cia sigue al alcance de la humanidad? ra r ferenci:l al altar de o ro de A po("al ips i~ 8
Cuando exam inamos las ~ cenas intro­ 3, 4 . sto sugiere que la inte rcesió n sigue en
ductorias de las visiones séptuplcs del Apoca­ marcha en el momento en que suena la seXla
lipsis, clescubIimos que no solo preceden a las trompeta .
escen.as ubsiguiem es , sino que permanecen En Apocali psis 9 20,21, quienes expe­
vigentes en el transcurso de las mism as. Por rimentJIl la p laga de la se xta trompelJ no se
eJcmplo, en las si.e te iglesias la visión inLrod uc­ arre piente n . lo cua l puede indicar que el
Loria pr cede a las canas cn la estructura lite­ arrepenümie nto seguía sie nelo Ulla opción.

~--------------------------------------------------------------------~MAR-ABR· 13
- - - ARTíCULO

En ,\pocalipsis 10 II el profeta descub r que debe prole­ va lente histórico exac to ele poca Li psis 7: 1-8 . Es la última
tizar nucvamente , algo que tendl-ía poco .entido d esp ués o portunidad de salvación inmediatamente antf' del iLn.
del 11n del Liempo de gracia. Por lo Lanto, las siete tro mpelas no sigu 'n a los a nLeci­
Sm mbargo, lo más significativo es que unas personas, m ientos de pocalipsis 7 en orden cronológico Antes b ien ,
a las que Apocalipsis 11: 13 describe como «los d emás» o Ins trompeta reciben su entrada y dJt1 inioo con la ú sión
<dos supervi \rieme5» (gr 110i (oipoi) , la misma palab ra aplica­ introuuctoria de pocalipsls 8: 2-6. I tema principal de e..<;a
da al remanente de Apocalipsis 12: l7), I «s aterrorizaron y visión es la intercesión ame el , Itar del incienso. Se trara de
die ron glo ria al Dios del cielo». Independientemente elel una conLÍ nuación apropiada a la inaugurJción el I santuario
momento de la historia que pensemos que esto tiene lugar, celestial , tal como es d so-ita en Apocalipsis 5.
está claro que es una respue ta apropiada al evanaelio pro­ EI!il ro de Apocalipsis pasa de forma natu ral, tal como se
clamado por el primer ángel de Apocalipsis 14 6, 7: «Te­ ha mosrrado anteriormente, de una vis i.ón de la CnlZ ,3 pasan­
med a Dios y ebdle gloria ».l do por una visión de b inau guración dellTlll1ls terio ele Cristo
Por e.lIo , resulta evidente que el tiempo de gracia sigue a la luz elc la CnlZ (Apoc. 5) a un r U-ato del mi nisterio int er­
vigente, y que la intercesión de Apocalipsis 8: 3, 4 I rosigue cesor resultantc (Apoc. 8: 3, 4) y, en ú lLimo t rmino, al juicio
hasta ellinal de la sexta trom peta. Está claro que no se pre­ que antecede el fin (A poc . 11 l8, 19) Este orden de acon te­
tende q ue las siete trompetas en conjunto suenen después cimientos es caracteristico de todo el T
del fi n del tiempo de gracia. El sello de Dios IApoc. 9: ltl
El último argumento importante en pro de una imerpre­
¿Son las trompetas posteriores al sellamiento IApoc. 71?
tación escatolócrica el las trompetas SP apoya en la 01s [va­
n argumento adicional en pro ele una interpretación es·
ción d que b quinta trompeta no afecte a lo~ sellados (Apoe.
catológ¡Cl1 para las siete trompetas señala la similitud de len­
9: 4). Se defiende que si e! sellam ienlo es el último aco nteci­
guaje entre Apocalipsis 7: 1-3 y Apocali psis 8: 7-9. Según Apo­
m iento antes de! fin del tiempo d gracia, los acontecirnien­
calipsis 7, la tienll el mar y los árboles no hDn de s r dañados
tos de la quinta tTom peta Llenen qu cunir des pués del ¡in
hasta que se complete la tarea del sellamicnto. Dado que esos
d ltie mpo de gracia. Sin embargo, este argul11em o da por
son los objetos específicos afectados por las trompetas primera
sentadas varias cosas que es preciso demostrar. Da por nw­
y segunda , se sugiere que esas tro mpetas deben darse , crono­
do qu e el "sellamiento" signi fica exactame nte lo mismo en
16gicamente, después del scllal1licnto y por ende, ocurrir en
ambos contextos_ Da po r sentad o que el "sella miento" está
tiempos posteriores al fi n de! tiempo de aracia.
limitado al riempo del fi n Da por sentado que las vislOnes de
Sin embargo, debería observarse que Apoca lipsi s 8 2 in­
Elena G. de \Vhite sobre el seilamiento ele Apocalipsis 7 1-3
troduce una nueva secuencia: por ellu, es neces31io demos­
se aplican también a Apocalipsis 9 : 4.
trar que la s ·uencia de las u-ompetas sucede cronológiccll11cl1­
Si nos accrcamos a Apocalipsi - 9: 4 de n tro del contexto
te a la sección literaria que la precede. Ciertamente, los capí­
ud T en su co njunto, estas suposiciones son difíc ile de
tulos 4 y 12 se ret rotraen a un pumo anterior de la historia.
sustener. Las palabras grieg<ls pa ra decir "sellamiento'- C4rcI ­
¿Por qué no también t'I capítulo 8 7
gis, sfms,r iz) tienen significado múltiple_ Por ejemplo, cuando
Au nque es ve rdad que los objetos destruidos en las pri­ se pone un sell en un documento , un mensaje o una tumba ,
meras dos trompeLas Son protegidos en Apocali psis 7: 1-3, su propósito puede se r ocultar o co n ftna L ~ Un s ign ificado
también lo están en la quinta tro mpeta CApoe 9 : 4) Este alternativo es ce rtificar que alguien o algo son fiables .' Sin
hecho suscita selios inte rrogantes en c uanto a si la secuen­ embargo, cuan do se refiere al pueblo de Dios, el significado
cia de las trompetas ha de considcrarsc como una secuela predominante de sellar es la pertenencia a Dios y la acepl<1­
inmediata de la visú')Il del ap ítulo 7. ción po r pa rte de est «,Conoce el Señor a los que son su­
Con todo , es aún más deCIsivo el hecho de que el parale­ yOS»). En este se ntido, era una realidad preselllc ya en la
lo más firm e entre la primera parte de /\pocalipsis 7 y las l' poca de Abraha m (Rom 4 11)
siete tro mpe tas se enc uentra n i\pllealipsi - 9 : l4 , l6. [n Si en un pasaj dado el COnLe.,xto indica q ue estamos anles
ambas secciones , las acciones de aLar y dcsatar están referidas del fin del tiemp o de gracia, el concepto da un pueblo sellado
a cuatro ángeles. En ambas secciones, hay personas que est:m debe enLenderse en el sentido general ue los q ue pertenecen
siendo contadas: en Apoca lipsis 7 , el pueb lo de D ios; en a Di o n cualquier época. Así, no debería suponerse que el
Apocalipsis 9, su reflejo demorliaco. Y constituyen los únicos scllamicnLo el Apocalipsis 7: l-3 sea ne e5ariamente idénti­
dos luga lid Apocalipsis que contienen las crípticas pala­ co al de Apocalipsis 9 4.
bras: «Oí su núme ro (lwlIsa Ion mi/hmoll»>. Si el licmpo (](: Tampoco debiera da r e por sentado que el sellamiento de
gracia sigue vigente dmante la -exta trompeta y luego llega a i\poealipsis 7: l·.) esté limitado al Liempo eld fin. Apocalipsis
su fin con el toque de la séptima, la sexta trompeta es el equi­ 7: 1-3 no limita e:-'TJ]¡citamente el sellamjento al Liempo del fin;

14 • AÑO 70 N°2
,
ARTíCULO --~.'
I

meramente se centra en la signiúcación de la labor de sella­


-----_.
miento en el tiempo del nn . En relación con eSLo, puede obser­
varse que, con in d pendencia de lo que Elena G. de White
interpretarse sobre Apocalipsi 7: 1-3, nunca cita Apocalipsis
9: 4 en un contexto escaLLllcígico, por lo que rc~ulta poco pru­
demc dar por sentado lo que ella misma nunca afil111ó. los sermones de Elena White es una experiencia
r
• •
01 I I
Resumen
Por lo tanto, esta cbro que los argumcnLos que muchos
han utilizado para situar las trompetas en un contexto esca­ I
toló2'ico no tienen el peso necesario para echar abaJO la pe ­
Por supuesto que no existen grabaciones

peclJva general esbozada en la primera parte de este capítulo


de las predicaciones de Elena G. de White;

en Isentido de que las tTompetas abarcan toda la era cristiana. pero sí hubo quienes las transcribieron,

y hoy, con un poco de esfuerzo

Conclusiones
de la imaginación, podemos oír la cálida,

En este breve artículo hemos combinado varias observa­ potente e impactante voz de aquella

ciones textuales para demOSLnl' que el profetaJm\l1 tenfa pre­ gran mujer de Dios, que en sus setenta años

sentes dos grandes perspecLivas cuando redactó sus visiones. de ministerio profético predicó más

En la primera sección deJ libro se c lllró en la era cristiana en de diez m il sermones.


su conJLlnLo, pasando de su época al tiempo del nn. En la
segunda sección del libro delineó fundamemalmente los
acomecimientos del fin.
Esta percepción pone en paralelo el patrón ele los otros
dos grandes pasajes "apocalípticos" del 1 T Mateo 24 (y sus
paralelos: Lucas 21 y Marcos 13) y 2 Tesalonicense_ 2. Cada
uno de e os pasajes cOllliene una primera sección que se
centra en la era cristiana en su conJulllO 7 Estas secclones
son seguidas inmediaLamellle por una atención especial a la
culminación en el tiempo del finB Así, debidamente enten­
dido, el libro de Apocalipsis estú en perfecta arm01ll3 con la
teología y las prjeticas literarias del \ JT, aunquc su lenguaje
sea del [Odo cxcepcional.
El peso de la evidencia prescmaela en estc capítulo recono­
ce que el COll..'ienso de los pioneros advenListas del séptimo día
sobre los sellos y las trompetas, aunque empaflado por algunas
ine.,-.;actitudes históricas y un discernimiento exegético limita­
do, fue, no obstante, preciso en su percepción de que Juan , por
inspiración , se propuso que los sellos y las trompetas abarca­
ran toda la era cristiana y no solo el fin ele esa era.

1. Tmnble.n en conlmste clchberaclo con losllDl lolpot ImpenilenteS de Apoc 9: 20.


2. En contTIlpoolCión directa con l'lS personas ele Apoc. 16: 4, que. prehaen n:h u·
sar 3~penlirsc y blasre.mar cOlltm Dios en vez d' darle gloria. Obsl',Yc:5e que
la impenilencia ha avanzado en l b: 9 . tI mas allá de la t~lSt: de '-1: 20 , 21 .
3. Apoe. 1: 5. 17, 18; eJ. 5: 6. , 12.
4. Mal 27: 06; Apoc. 5: t, 2.5 , 9; : 1, 3.5. 7. Y. 12: 8: 1.: 10: 4 : 20: : 22: 10.
S.Juan 3: 33; 6: 27 ; Rom. 15: 2 ; 1 .,'r. 9: 2.
O. 2 TIm. 2: 19, .f 2 Coro1: 22 , E t . 1: 1 -t, 30.
7. 1 tat, 24: - 14y 21i 2 3-7.
8.2 Tes. 2: 8-12: Mm. 2]· 5 1. cspclialmcme los verso 27-31. Debiera nOl3rse
~ iad "l'I l'u hH..u luru I n 'rr.lnTfrl ~ fI.1
que esta dob!c perspewl'a ~ PMlIlubrmeme claro en LLlc.:\S. ro cuyo E,'ru1­ 2·I05~ W ¡;r '~t· I na) rh'f!(ll :n' '''2 Ii{
Id ( iU~ ) 'VI',! 1'1.f1- f.j' (' Hj"q j Cfl ~ I)IJY
geho los <tiempos de los genlll ' " forman UIl puente mln: lo descri¡x:iull del
111 ul o.,j'clf 1 1'1 \\ 1'. l · ¡ If l. l.\ f1l
afio 70 eI .e y de Ins rua hdades generales acaecidas d Uffillle la era cnsllana
(Luc. 21: 7-23) 1" c1esc n pdóll d Illompo del fi n (LUL. 21: 255,.) .

MAR-ABR· ' .' ¡tsrFAIi AlMNT 15


En las huellas/
djeSLJ5
Además del formato básico de preguntas y respuestas para el estudio de la
Biblia, cada lección incluye las siguientes secciones:
• Jesús aquí y ahora, presenta testimonios personales que aparecerán en la parte
del domingo . Aunque se utilizan seudónimos, todos los relatos que pueden apa­
recer en esta sección, al igual que en el resto die la lección, son reales.
• Conozcamos un poco más, aporta breves comentarios adicionales sobre
un tema bíblico determinado.
• Vocabulario adventista, intenta familiarizar a los nuevos miembros con ex­
presiones peculiares de la cultura adventista que tienen un significado espe­
cial para nosotros.
• Autoevaluación, afianza el proceso de aprendizaje al utilizar preguntas, cues­
tionarios u otras actividades, con el fin de relacionar el tema de la lección
con nuestra experiencia personal.
• Para saber más, presenta información, por lo general, del campo de las
ciencias sociales, de documentos históricos o de otras fuentes vinculadas
al tema de la semana.

Con estos folletos el nuevo creyente:


• Reforzará algunos aspectos doctrinales básicos.
• Conocerá el funcionamiento organizacional de la iglesia.
• Se irá dando cuenta de cuál debe ser su papel en la iglesia.
• Irá conociendo la terminología del lenguaje denominacional.
• Aprenderá a estudiar la Biblia de modo sistemático.
• Se familiarizará con los escritos de E. G. White.
• Se irá integrando de forma gradual y sin sobresaltos a la Escuela Sabática
y todos los ámbitos y programas de la iglesia; de modo que ese proceso de
adaptación le resulta agradable.

Este material ha sido creado por la Asociación General,

para los nuevos miembros de la iglesia, y debidamente adaptado

por AP IA para la División Interamericana.

ca

APIA

Asociación Publicadora Intcramericana

2905 NW R7 Ave. Doral. Florida 33 172 EE.U U.

tel. (305) 5990037 r,,, (JOS) 592 8999

mai I (o: iadpa .org-w\'.'\\".iaupa .org

en b Unlveroidad AI1drews

Una interpretación

Ronald Rojas

OMO BI LO 11 EXPRESADO el De Ángel Antes de sumergirnos en el texto es necesario tomar en


M. Rodríguez, entre los adventistas cuenta ciertos parámetros que nos servirán parJ delimitar
no existe una interpretación definiti­ la interpretación. Muchos abordan el texto con premisas
va de las siete trompetas de Apoca­ desconocidas para nosotros y hasándose en ellas obtiencn
lipsis. De ahí que toda propuesta res­ conclusiones y aplicaciones históricas. Como resultado, se
pecto al tema no es más que otro hace decir al tcxto lo que no necesariamente está dicien­
punto de vista en medio del debate. do , y se determinan los cumplimientos históricos hasado
Sin embargo, el hecho de que no ten­ en la hi.storia que es conocida y relevante para el intérpre­
gamos una interpretación absoluta de las trompetas, no de­ te. Para evitar caer en esta tendencia, es necesario tomar
hería ser un argumento en conLro de que analicemos el tex­ en cuenta los siguientes criterios.
to. y al hacerlo hemos de reCOllocer que nuestra interpreta­
1 .. Propósito de las trompetas
ción no es categórica, aunque arroje alguna luz al actual Aunque en otrJS partes del Nuevo Testamento las
debate. Por 10 tanto, es necesario examinar el texto bíblico trompetas suelen aparecer en conexión con la venida de
con la esperanza de que el dialogo algun día pueda ayudar­ Cristo (Mat 24: 30; 1 COL l5 52; 1 Tes . 4 l6), en Apo­
nos a entender mejor ~ ta enigmática seCClón de Apocalipsis. calipsis nunca es así (Apoe. ll0; 4 l; 8: 2,6,13; 9: l4)1

18 J\OVH, T • AÑO 70 .. N° 2
Al lee r la escena introductoria, se pe rcibe que las [rompe­ (primero , egundo , tercero, etc) Los card inales se refie­
t;L r ponden las ora 'iones de los sanLOS (': 2-5) < Po r ren a a nti dad ; los o rdinales , a s -cue n ' ia. Est ecuencia
ejem p lo, en el quinto sello los creyemes clam an por ven ­ se evidencia en Apocalip si 8: 13 , donde e afIrma q ue cua­
ganza (6 10), la cual e ejecutada por las trompetas (8 13; tro trompetas h an s ido LOcadas y tres van a er tocad as. A
11 L8) Se puede decir, entonces, q ue las trompetas respon­ estas últimas tres s les llama «ay» , y van aU lll ma ndo de
den a 105 se llos como la venganza r spond a la opresió n ma nera pro Q"r iva. «El p rimer ay pasó; he aquí, vienen
(cI 16 5-6) En ot ras palabras, las trompetas proclaman el aún dos ayes des puéS de sto » (9: 1; ver 11 : 14)
luicio contra \a opresión de tos ell os . j Po r tanto, las trom­ Un segundo detalle q ue indica progresió n e n las trom­
pet, s re vdzm la activa particip:lción de Dios al Juzgar la pe tas es quc la prime ra trompet.a d ai'la s ol o la te rcera p art e
oposició n dd mundo hacia d • de los árboles y de la hierba (8 : 7). Sin embargo, la qu ima
trom pe ta prohíbe hacerlo (9 4). Aunque los objetos des­
2. Receptores de las plagas
truidos po r las p ri me ras tfes trom peta. (tierra, mar > á r­
Si e1 p ro pósito el la trompeLas es hace r! justicia a
boles) parecen suge ri r que las tro mpetas so n poste riores al
los clistianos, entonc las plagas de bs t ro mpetas son
se llamiento , por[ue tales ele me mos no podía n se r des­
castigos para los inc rédulos. 1::n 6 10 1 s creyentes piden
truidos has ta de p uéS de sell a r a los fltdes (7 : ] -3 , d h ­
que se les haga j usticia de <d os que m oran en la tierra»
cho de q ue en la quinta trompeta los mismo obje tos sean
Esta justici a se ve esp ecia lmente en las tres últim as trom­
protegidos indica que dicha t rompeta tien e su cum p li­
petas, cuyas plagas cae n sobre este mis mo grupo: <dos c..¡uc
miento antes del selbrnie nto predich o. ;
moran en b tie rra » (8 : 13).
Tiempo de gracia. Las siete trompetas s n tocadas mien­
En la qu inta tro mpeta se nos dice claramente q ue úni­
tras todavía hay gracia Según Apocalipsis 10 7 el «mis terio
camente los incrédulos serán he rid os (l) 4 cI
lo: 2) Asi­ d Dios», que es el plan de sal va ' ión (~¡: Rom 16 27; Ef 3 :
m ism o el hec ho de que los que reciben las p lagas de la 1-10), e cons uma (gr. le/¿) en la séptima trompeta. El verbo
sexta trom pe ta no se a rrepienten de sus malas obras (9 griego Lclé , «consumar», se usa pa ra indicar c..¡ue algo llegó a
18, 20), demuest ra que sus recipientes so n pecadores. su fmal. Además, en el paréntesis que está entTe b sexta y la
Además , resulta mu y signili cati vo que el ve rbo «ve n­ séptima trompet a, un ánael dice que «e necesario que pro­
gan>(gr cJuliké ) q ue aparece en 6 : 10 solo se repite en 19 fe tices otra vez sobre m uc hos pueblos, naciones, lenguas y
2, donde los creyen tes son vengados al juzgar a la ram era reyes» (Apoc 10 11) El otro luga r do ncle se proclama un
que se o pone y pe rsigue a los cristianos. De hec ho, en mensa¡e so bre pueblos, naciones, 1 nguas y reyes es en Apo­
Apocali psis las plagas (gr. pi g) siemp re caen 501)re impíos calipsis 14 6 , donde el tema es el evangelio . De manera que
(1 '5 : 1, 16 9; 18 8-10; 22 1m durante el toque de las trompet,ls todavía hay oportunidad
de arrepentimiento. De hecho, en la sexta lIompeta un rema­
3. Las trompetas y el éxodo
llent > parece ar repe ntirse (ll13 e! 16: 9) 0
n simple \isLazo a las trompetas nos lleva a sugerir que
Es to tam b ién se di sciern en la introducció n él las siete
ellas debe n ser elllendiuas LOma ndo en cuenta el trasla ml o
trom petas (8 2-5). En Apocali psis cada conj unto ele siete (si ­
de las diez plaga, ele Egi pto La prime ra Lrc l(tpeta (8: 7)
te iglcsias, siete sellos , siete trom petas, iete plagas) es in­
alude a la plaga de granizo (Éxo. 9: 22-25); la se unda y
trod ucido por una esce na e n el sa ntuario lApoe. 1: 10- 12 ;
tere ra tToml>eta (8: 8-11 ). a la plaga de convert ir los mares
4 -') ; 8 2-5 ; 15: 5-8) que a punta a algún aspecto del sn vi­
J' ríos n sangre CExo 7: 20-25); y b euana trompe ta (8: 12),
ciu israelita. En d caso de las trompetas s ñala al se rvi. io
a b p laga de la osc uridad (Éxo 10 21-23)
diario . [Jorque el sacerd oLe ofrec[a incienso en favo r de los
Las pl agas de E ripto revelan almenv, tres det::lllc s que
adoradores (Éxo. 30: 8 ; Luc. 1 8-10) Por tanto, ello su­
son dignos de conSId erar en el contexto de las trom pet,ls:
giere que la gracia no ha tcrnlinado cuando se lllcan b s
1) cada plaga I'ue resultado de la desobediencia ; 2) fu eron
trompetas.
suce.sivas y J) caye ro n sobre el poder o p reso r Est.os tres
La ira de Dios. n la sé.ptima trompeta se hace ref ­
detalles se ponen ele manifiesto e n las tro mpeLas también
rellcia a la ira de Dios (ll 18), la cual ya fue mencionada
4. Marco temporal Cll el sexto sello (6 : 17) esto indica que la séptima trom ­
Sewellcia. Hay va ri os detalle que sugieren q ue he­ pe ta tien su c um p ltmiemo durante el sexto sello y tod, s
mos ele conside rar las tro m petas co mo una serie de eve n­ las d emás , consecuentem ente , se cu mplie ron antes de este
tos . Prime r • el número ordinal que califica a cada ángel tie mpo.
indica q ue estas sigue n un orden progresivo (8 7, 8, 10 , Le/S UlaCi0l1l'S de Ius santos. Si las trom petas responden
12; 9 1, 13; ll: 15) NOta qu el t xt.o no usa números las oraciones de los santos, la pregunta l' ~ , ¿cuale s uraciu­
cardinale · (uno, d os , tres , eLc .), sino números ordinales nes' Aunque hay un vi nculo tc xtual con las oraciones de

MAR-ABR·
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- - ARTíCULO

los santos ljue aparecen debajo d 1al tar (6 10) , fíj ese que Analisis de Apocalipsis 8: 7-9
las trompetas no so lo dan respuesLa a las oraciones de ese En csta tromp ta el apósLo ljuan rememora los juicios
grupo de crisUa nos, sino también a «las oraciones de todos de Dios sobre Egiplo ( -xo 9 23-26 , 10 L5), Asiria (Isa,
los sa ntos» (8: 3)7 De manera que, las trompet::\s deben 10» 16-20) Gog (Eze 38 22) YJerusalén (Eze 5 l-4) En
verse como juicios que s e 'tienden d e de el inicio de la el Antiguo Testam n to «granizo» y «fuego» fu ero n e le­
era cristiana h::\sta el fin , mentos utilizados para manifes tar los juicios di vinos, Tal
asociación es retomada n Apocalipsis donde los juici os
Las trompetas y las plagas
de Dios se manifIestan por medio del «granIZo» y de.!
La similitud entre las trompetas y las plagas es incucs­
duc ao » sobre sus enemigos (16: 21; 20 10,14-5) Y los
tion::\ble. Ambas d escriben juicios que caen so brc los mis­
enemigos de su pueblo (8: 5; ll: 5) 10
mos elemenLos y en el mis mo orden: las pbgas hieren 1)
n cuanto a la «hierb::\» 'l a los «árbo les» , en Apocali psis
la tierra, 2) el m::\r, ) los río, 4) el 501,5) a los malvados
están asociados con el pueblo de Di.os (7: 1, "3 ; 9 4), De he­
con oscuridad , 6) al río Éufrates 7) y al ll1undn con un JuiCIO
cho, I?,\ :ceptuado a 8: 7, cada vez que se m encIOnan e para
rmal ( im~lgl'n cs de relámpagos, voces , truenos, un terre­
moto y grande granizo) H destacar que ellos están prol gidos de los Juici os de DIOS. Así
que es bien I?,\:traño e ines perado que en la primera trompeta
Deb ido a esto, se puecle concluir erróneamente que am­
una tercera parte de los «árboles» y de la «hi >rha» sean reci­
bas describen los mismos e entos,9 Por eso es neccsano dife­
picnl s de estosjuicios, Ante tal contrariedacl, lo más faZ na­
renciarlas:
ble es suponer que los árbole.s y la hierba en este caso repre­
L. El adjetivo «postrems», «últim::\s» (15: 1; 21: 9; gr. (-,( hu· senten al puchlo de Dios en apostasía, Tal interpretación es
tos) d i.stingu las siete plagas de las siete 1rompetas, ljue posible porq ue en el An tiguo Teslamento los <<árboles» no
también son llamadas plagas (9: 18 , 20). Son las ultimas solo simbolizaban a los fieles aclaradores de Dios (SaL 1 3;
«porque en cllas se consuma (gr. (dé) la ira de Dios» (J 5: 52 8; 92 12-13; 1sa . 61 3), sino l::\mbién a los infieles israe­
1). Esto revela que las lromperas son el preludio o el anti­ litas (Isa . 5: 1-7: Eze, J5: 6-7; 17 24) En el Nuevo Testa­
cipo de las ti/timas siete pla<7as. mento la il11ag n de «á rho l» es usada para refelirse a los ju­
2. Además, su parecido se debe al hecho dc que ambas dios in fieles (Mal 3 10) Ysu derribamiento es vinculado con
tie nen ::\1 exodo como trasfondo , la destrucción de Je.rusakn (Ma t 3: 12; Luc. 23: 28,31). Así
3. La intensidad de las p lagas varía. Las plagas de las trom­ que es muy rlausihle que la rro fec ía aluda al desLino de la
petas hIeren so lo la tercera parte ; mas no ::\sí las pl::\g::\s l1::\ción judía que rechazó aJcsús como Mesías."
de Apocalipsis 15 y 16. Por ejemplo , en la segunda No hemos de pasar por alto qu la seguncb trompeta
trompeta mueren la terce.ra parte ele los animales acuá­ no de. cribe el lanzamiento de una gr::\n montana, El ad­
ticos (8: LJ); mientras que en la plaga de la seguncla co pa verbio «como» sugie re entender b «montaI1a» como Ull
l1lunen todos (16: 3), símil para denotar semejanza. No es un a !l1ontMia la que

HISTORIA ESCATOLOGíA

7 Sellos 7 trompetas 7 v isiones 7 copas


I
Plagas (9 18,20) Plagas (15 1,6, 8; 16 9, 21)

Muerte de cristianos (6 11) Muerte de impíos (8: 11: 9: 18, 20) Muerte de cristlallos (13: 15) afliCCión de impíos (16: 9, 11)
,

Crislianos descansan (6: 11) Tormento de impíos (9 5) Cristianos descansan (14: 13) Tormento de impíos (14: 10)

Impíos blasfeman (9: ) Impios blasfeman (16 9,11,21)

Consuman el misterio de Dios la ira de Satanás (12 12: 14


la ira de Satanás (6 8) Consuman la ira de Dios (15 1)
(10: 7) 8: 18 3)

"El primer ángeltocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados
sobre laJierra; y la tercera parte de los árbo les se quemó, y se quemó toda la hierba verde»

M.' ' T ' . AÑO 70 - N° 2


«El se~undo án~el tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego
fue predprtada en el mar; y la tercera parte del marse convirtió en sangre. Ymurió la tercera parte
de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida».

es lanzada, sino algo que parece una montaña. Esto puede tcrcer ~e llo tienen como opresor al mismo poder (Roma
signilicar que lo que cae parece una gran montaña pero en pagana), sugie re que Lt·;cguncla tnllnpela cuhrl' c~LOS uos
e ncia no lo es. Tampoco es algo que sale ele una monta­ períuuos. Dc ahl que la inv:1sión de Roma por bs t rih us
ña como si Cuera un o lcán en erupció n Ames bien, eS u n B:trbaras (476 d . C) es un posihle c\c11l0 para el cumpli­
obJeLo lanzad o por un agenLe , posibl emente un ángel mienLu dc esta trompeta .
A direr ncia de la seO'un la pla a , la segunda trumpela no
Conclusión
solo pelj udica la vida acuát ica, SUlO que también desLruye a
Al reflexionar en las trompetas podemos notar uos cosas:
los bar os. En Apocali psis los «1 arcos» son mencionados en
Plimero, Dios siem pre oye nuestras oraciones . :vJ.ucbos sien­
relación con el poder económico de Babi lonia (18: 19) En
ten, al igual que las <lImas debajo d el altar del quinto sello (6
este tenor es interesante destacar que Babil nia será lanzada
10), que Dios no los escucha, y a veces hasta claman: «¿ Dón ­
como W1a piedra de molino en el mar 08: 21) Aunque la ima­
de está el Dios de justicia»> (¡vial. 2: 17) Las sieLe trom petas
gen d la «rnontal'ia» no es usada aquí, el concepLo de lanzar
revelan que aunque el cri stiano piense as[ , la re alidad~ :i oll·a.
algo g , nde haci;) el mar cs reminiscente de la segunda trom­
«Porque los ojos del Señor cSlán sobre los justos, Y sus oidos
peta. . obstante, en la segunda trompeLa solo se habla de
atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor eSLá contra
u na destrucción parcial (tercera parte).
Jqucllos que bacen el ma¡" O Ped o 3 12).
Considerando que Babilonia fue gencrztlmeme asociada
Se"undo, el hecho de que Dios Ie..s haga Justicia a los cris­
con el lmp rio Romano en los uías del após Luljuan (eJ 1 Pcd
tianos indica que la maldad humana no pasa inadve rtida anté
5 13), es posible que la segunda trompeta describa la caíd a
de Roma en el 476 d. e, donde tres de diez reinos (¿te rcera sus ojoS .ll A su tiempo Dios b .Juzgará, y como cri Lianos
parte) cayeron baJO el dominio de las Lribu;, bcirbaras podremos disce mir <da diferencia entre el justo y el malo,
entre el que sirve a D ios y el que no le sirve» (M'll. 3: 18).
Cumplimiento histórico
En la sección de preliminares. destaqué algunos deLa­ 1. [ O\1d E. Aune. R~vcl"LhJfI 6-16. WIlC - 28 (Dal ias. TX \Vord , 1998) lo 2,
lIes antes de extraer co nclusioncs en su aplicación históri­ P 5 10.
ca. En el último punto subraye que las trompet.as imcian 2. SIt'ra novic Rcvrlll1/on ofJC5I OlríSt: CommcnLorv on ,he BooI, 01 Rcvctauon ,
con la era crisLiana. sto indica que para sa ber a qué ticm­ 21lel cel . (Bemen Springs, MI; Anelrews UruversHy Press. 20(9), p. 281.
3. JalClue5 B. Doukhan . Sw~Los tle !,ocalipsis (Do ral, FI APlt\, 2007\ P 79.
po aluuen las prime ras dos trompetas e" necesario encon­
4 . Slephc.1I -. malle)'. TI" Revdulian 10 jolm: A Commcnwry (lfI me Cree), T"x/
trar el primer y segundo juicio de Di os en la historia con­
nf lile Apomly!'S<' (Downe r5 Grove , IL ImaVar'iily I'r"S!.. 200'», p. 21 8.
tra los opresore.s d e los cristianos. Sin emhargo , para ha­
5. Paulien , .Sellos )' lrompeLaS; Debate> .)ctunles- en SimpoSiO SC1br '\I'ocal.il'­
cerlo, es b{ISico identificar quienes fueron los que opri ­ ,1> 1 (DClr:lI , FI PtA.201O) pp 217 , 23 3.
mieron a lus cristlanos o Roben L. Thomus, I¡ ~ "dutfon 8-22 An bcgeu cal Cwnmrolm v (Chicaga:
Según Hechos , el primer grupo que man iJestó su oposi­ tvloacly I'ublishcr:; , 1Q(5), p. 99.

ción en contra de los clisLianos fucron los .iudíos. Ellos ma­ 7. unque ¡\Ibe riO Treiyer nOt J este detalle , '1 ubica las primeras cuatro rom ­
peUlS como JUiCIO a la Roma pJ!\dlla a pamr del ~lgILl I . .'\1 Ilacer ' ''10. I
taron a Esteban e iniciaron una gran persecución contra los Ign ora OlroS pOSibles juicios como la erupCión \'olcáll irn del MMl e Vosu­
seguidores de J esú5 (Hch. 8 : 1) Esto sugiere que los Judíos 110 t'n t i 79 d C. El enigma di! leh Idlo,'y la:; (,~mrC(a:; a la luz de la vis,on del
deben ser Los primeros en sufrir un juicio de parte d e Dios. 'mno v d~ la '~COn1rC a final (ArgenW1l1: Proyecc,ones Flibhcas, l YLJO). pp.
y esto ocurrió en el afio 70 d. e cuando Jerusalén fu e des­ 253- 3. l63-b7 .
tl. Para mas dewlles \er a C. \ Ierv'ln M.1Xwcl l. DIO~ re\rlu dJutum 2 (Colom­
tru ida por los romanos. Que esta d estrucCl n fue un Juicio
bia APIA. 1Q(1) , p. 58.
divino eS (on61111<1(lo po r El ' na G. de vVhiLe: «Dios envió a
9. A,( G. K. Beale nlt· /loo/: or
l<el'<,lall,m : II ÚJI11rr1enl<lrv on me Grceh TCXL
sus ánge les para hacer la obra de el sLrucció n , de modo que (Grand Rapids , MI: Eetdmans, 1999) , pp. 80tl· IL
no quedó pi 'dra sohre piedra. Todo fue denibado» (Co­ JO Jon Paul¡." , Da C)úÍ11 I<cl'dutlOn's Trwnpc'5. Andrews Umver:;I!)' ~cmm ary
menturiobíblico aclventista, t. , p. 1074). OoclOml 0 1sserta.!I0n Senes. \ '01. Il (Bemen Srrln~, \41; t\ ndrew Un¡­
v~rsit y PrQ,. ¡ 9Sil), p. 36<) .
En cuanto a la segunda trompeta su cumplimiento
ll . Joo Pau,""n, ' nlnp" '/lIIg lhf S vm Trumrcls (tn:1Il11scr!!o no publicado.
puede ser la respuesta a la persecución de la iglcsi:1 de
1986), p. 20.
Es mirna y el segundo sello, cuyo cump limiento se halla
12 Leon Morris, Thc Re\'r1<lIIOIl vf S1. jolul. A,1 InLroducIJoll mili Commw /ary,
durante los siglos [ y II d e nuestra era. Pero siendo que he lyndale New TeSUlment c.:ommmtanes, \'01 20 (Granel Rl1p,d;. 'vi I:
tanto la iglesia de Es mirna y Pérgamo como el segundo y Eerdmans, t 969 ), p. 11 9.

--------_________________________________________________________________ MAR-ABRo , T ~O

21
- - ARTíCULO

I Alejo Aguilar Gómez, J,rrJleSCI ele T"'Jloql3 <lC Ifl Un""rsoad d I'I.wo¡oa NleXlrD
En-Jl,. su .j)lnlnn ';,;1 '(J "ti> 1it.'UO '1: morllslono@ia<:I. ,01'9

Alejo Aguilar Gómez

por la lercera trompela


• • • • L ¡UIG O REPRESE.."''L\DO mo» (Apoe. 9: 1), lu ar que scrá la morada de Satanás espe­
gira en lomo a los efeClos que una estrella lla­ c¡('icamente d1.1ranLe el milenio (Apoc 20 1-3),
macla «AJ enJo» provoca sobre el agua y sobre Considerando eSlOS indino , la caída de la eSlrella de
las per onas que la beben (Apoe. 8 10, 11) pocal ipsis 8: 10 pareciera entonces tencr una cormotacion
Considerando las e icIen cias que el mismo li­ neg:1liva, a 1 como una relación eSlrecha con ::tquella «caída »
bro de Apocalipsis y otras porciClnes de la Bi­ que, siglos alrás , dio inicio al gran conflicto en tre el bie n y el
blia nos proporcionan, in\! 'tiguemos bre e­ mal: <<¡ Cómo caisle del cielo, Lucero, hiJOele la mañana l [.]
• • • • ment el signineado de eSL<1 trompl::ta. Mas tú d ' rribado eres hasta el seol, a 10 profundo de la r 53 »
([sa 14 12-1 5 ~ (J Luc. 10 18 )' Apoc J 2: 3- 9) Y aunque
Una estrella que parecla antorcha
esto no signi !ica que la lerce r::t trom pela dt'-"'C.ri be el mismo
Comencemos notando que b eSLrella de Apo alipsis 8:
evenLO aludi do en ell o$, nc lar la importante relación que
10 es comp::trada por el apósrolju::tl1 con una «anlorcha»
teXiSLe elllrc estos pasajes nl15 permite comenzar a identi fi., r,
C." L IGlIl1plis), palab ra que so lo se usa en otra oca lon en el
en su dehidu conlexlO, el sign ilicado de la e.sU'eHa que cae en
libro de Apocalipsis: «Delante dellrono ardían siele lámpa­
la terce ra trompeta . Idcnll{icamin que se rá posible al analizar
ras [lampds ] de fu 'go, que son los SiC l!;' espilHus de Dios»
el nombre y la acciones de Lan peculiar simbolo.
(Apoe 4: 5 ~ la cursiva es nuestra) .
Por lo Wnlo, ;:¡[ ser asociado on t.'S lc símbolo del Espírilu Una estrella llamada «Ajenjo»
Santo, uno podría pensar que el signi ficado de esla esu-eUa len­ La palabra eSLre lla aparece catorce veces en cllibro de
dJia una connota ión posiLi\ra Algo que, además, conconLlría Apocali psis. Us<:í ndo la para referlrse él Crisll' mis mo (22: 16),
con otra secciones de la Biblia en [as que una «lumbrera» repre­ a los astros en el hrmamenLo (6: L3). pero tambi é.n a aquellos
senta dln:cción y guía espiritual (Sal 119 lOS; ['rm: 6: 23) que componen la iglesia ( l: 20), las opciones para IdenLi fica r
Sin embargo, al informarnos de 13 «caída » de dlCha es­ el signdicado de nuestra eSLr !la so n variadas. No ~)bsLan t e,
trella, el ¡¡póslol Juan nos conduce evidenlemente en OLra esto cambia al concentramos en el 110mb l'C de la eSln:lla en
dirección. Siendo que en Apocalipsis «caCD> pued rep re­ cuestión: «AjenJO» (8: 11) I
sentm algo p SiLi vo (Apoe. s: 8, 14), pero tam.bién algo ne­ Debido a que el ajenjo es una hierba conocida por su a­
gativo (Apoe. 2 5; 14 8; 182), nuest ra búsqueda po r defi­ bo r particularme.nle amargo y al hecho ele que en la Biblia
nir el significado ele eSLa eSlrella debiera tomar en cuenla e La rep res lta la aposlasía del pueblo de Dios y sus conse­
primera menle el co nLexto inl11tdiato ele nuestro pasaje. Al cuencias (Deut 29 17, 18; Jer. 9: 15: 23: 1 5 ~ Lam 3 15),
hacerlo, vemos que el toque de la quinta trompeta Lamhién relacionar la estrella de Ap cali psis 8: 11 co n Cristo no sería
desencadena [a caíd~~ de una estrella, solo qu en eSla oca­ apropiado . Sin em! argo , asociarla con quiene.s componen la
sión los erectos de dIcha est rella son vinculados con el «abis- iglesia. especialmenle con el liderazgo de la misma, no so lo
22 I ~
-AÑ070 N°2 .------------____________________________________________________________ ~·


ARTíCULO - - .'

parece una opClón viable, sino también congruente con las blicas al mezclar la verdad con el «veneno» del error en ellas
ensenanzas d(llibro de Apocalipsis y elel Nuevo Testamen­ (Apoe 8: lO), e incluso aparentando llevar a cabo una obra
to (ver Apoe. 1: 20; .12 : 1; Judas 4-13)2 semejante a la del Espíritu Santo (ver Juan 7: 38, 39), esta
Por lo tanto, siendo que en el Nuevo Testamento se anun­ estrella lograria que muchos se apartaran del evangelio así
cia prccisametlle que algunos illlroducilí:m errores en la iglesia como de la auténtica «fuente cle agua viva» Uuan 4: JO)
y qlle, debielo a ello, vanos apostatarían (2 Tes. 2: 3; Hec h. 20: Tal flle el cuadro de apostas(a que se dio paulatinament e
29-30; 2 Tim. 4: 2-4; 1 Tim. 4: 1,2; Apoc. 2 4; 6 2,5) , el (a l igual que en la tercera iglesia y en el terce r sello) a partI r
«aJcnjo» tiene ljLle ver CO I1 el éxito que Satanás tendría al «en­ del siglo V d. c., durante el periodo de la supremacía papal.
venenar» , medi;mte agentes humanos, la experiencia espilitual Cuadro profético que además de identificar alliclerazgo ecle­
de muchos miembros del pueblo ele Dios. «Envenenamiento» siástico que , insLigado por Satanás, contaminó la pureza del
que lamentablemente no solo dafíaría la fe de estos, sino que evangelio en aquel entonces, también reve la el destino de
tamhién resultaría, como veremos a cOtllinuación, en una co­ aquellos que., al no haber recibido «e l amor de la ve rdad " en
rrupción parcial de la verdad del evangelio. su corazón, prefirieron creer en la mentira (2 Tes. 2: 10, 1 J).
¡Si tan solo hubieran entendido clllamado c1ivú1o al arrepen­
Una estrella que produce muerte
timiento inmerso en el toque de esta y las demás trompetas l
Mientras que la caída de esta estrella y su nombre deno­
(Apoe. 9: 20, 2l )
tan su carácter apóstata y la naturaleza de sus acc iones , la
Por cuanto el enemigo seguirá intentando «envenenar"
contaminación ele las «fuentes de las aguas» que esta provoca
nos habla de los resultados y los medios que dicha estrella la verdad, procuremos que la sed de nuestra vi da espiritual
sea sac iada so lo en Cristo, la ürüca y auténtica fuente el e
habría de usar para alcanzar sus objetivos.
Por es ,siendo que los lÍos y las fuentes de-aaua en Apo­ «agua viva».
calipsis y en el Antiguo Testam nto se comparan a menudo
l. La patabra ¡''Tit:ga lraducidJ corno ""lenlo> (apsllllhos) solo se ulll= en
con una fuente de vida y sustento e. pi ritual (Apoc. 7: 17; 21: I\pocalipsis
6; Deut. 8: 7,8; Sal. 13; Ezeq. 47 l-l2) , al decimos que la 2. Atgo que p"recif:ra lener mucho más senudo qu Icknul;Q1r" esla estrella LQn
estrella identificada con el ajenjo envenenó la tercera parle. de Alil.J, hclerde los Hunos 'lOO dC), idenLtficaciuII populariZ>lda en rlUcsun lill.t­
sia por tias -mil h ,JI publicor su comenlano sobre Apocahpsb \!l1 1865 .
los 1; 051 y las fuentes de las aguas, el apóslol Juan nos infor­
3. L1 exp resIón «le.rcera r em e» , además de estar asoclUcb e n Ap GlhpSI Sl~I11 -
ma ele sus aparentemente exitosas acciones.
tm: con el reino d~ Salanás, ramblen nos habla del atcanc páred del jwdo
Dado qu al atacar las «fuentes de agua» la estrella llama­ rcpresel1l.ado flo r la Lercera LrompeLa.
da «Ajenjo» logra que estas se conviertan en un veneno mor­ 4. Para una descnpci6n d 'e!>l,t hierba y de susdeclo de in[ '"ClUOn , sobo' todo
tal para quienes [as beben (Apoc. 8 ll; cj: Jer. 9: 15 ; 23: l5 ; a nivel det lSlema ller.1 so ccmeat, ver Clullon 1:. Amotd (d. Zondnvon II/us­
Prov. 25: 26) ,' es claro que su intención no es eliminar dichas Irat,,1 B/vl, l3aú'glVllnds Commmta')' (Zonclc.nmJl : Granel R"Pids, Michigan.
2002), l. 4 , P ,(13. Para ahondar sob", la relación entre la loxlcrclad del "JentO
fuentes, sino solo contaminarlas . )' la muerte espiritual. vcr la explicad n sobre Apoc.l lipsl.'> R: 1 1 de D:wlu E.
«Contaminando» espiritualmente las «fuentes » de vida y Aune en " ¡¡,-ti Biblllal CommtnWJ) I, INw,,,, .'i2b: Re':rli11ian 6- 1G(Dollns, rexas:
sustento espirirual, es decir, tergiversando las enseií.::mzas bí­ Word Book_, Puhhsher, 1998.

¿Está usted

En esta obra el pastor Randy Roberts


nos muestra cómo vivir preparados listo para leer
para encontrarnos con el Salvador
ahora y siempre. este libro?
ca
APIA

T 23
~ Teslm l6I1to ,. ~ ¡la ~tm1(J9it).~ Má'«:C
I
Reimar Vetne, dCOor Eln TF.!IJIoga e:; rr
Env1r ~IJ oplnlOl1 solJ(a
,l!S(lT de

estE' ar1K:luo ¡¡ lll.rI<S1erio@lacoa .org


la Un"

Reimar Vetne
dU­
SI, rRIMAVER¡\ lCllio bíblico adv /lUsta y el comentario
Un vistazo

runle mi clase de ele Mervyn 1axwel l, Dios n;v 'la elfl/ tu ­


Apocalipsis en ra. El /l'lC/15(ljC ele Apocalipsis.
la Un iversidad Sin embargo, la mayoría de lo es­ Un I¡hro uul par,} prt.."¿i
r~ -1m!;.)
Mon temorelos úlr seJ1 110ncs podcmS()\.
crilores adventistas du ran Le los últ i­ 111'" J\'t:j. lo; impolr1lr conf¡-'T('na.iu, de.
eSLudiamos el Li­ mos veinte años han rechazad 1 la in­ (c"\~.t.ngel lla t" Mln Iml' ctJo­
~ y podel tCílll¡mlllr el
bro comp leto terp retación mu uLmana, incluyendo a me05.Jil~ dc' fonn-;) ror'm.O.l
sc.odlla, d.lr.1 y
versículo por ver­ Hans LaRondeLle. Jon Paulien . Ranko
aflll.'J1d1
dlret..J..1
slcul o. exce p­ Slefanovic yJacques Douk.han "
Luando la sección ti las LrompcLaS Es y alÉ,'1lnas publicaciones han evita­ I1 \1 M

innega ble que dicha s ceión de Apo­ do Lomar una posición. Las obras Sim­ H.M.5 . Richards le revdd lu> secretos el los má
cal ipsis e hall a cmrc las profecías bí­ posio sobre Apocalipsis LOmo 1 y 2, reco­ grJnd . pred iccldorc5 el todns IU5 tie.mpos. Son
bl ica. más diffcil ,y los acl vent isLas nueve d""l's magi<l rales, nucv ~ seml0nes modé­
gen las investigaciones realizadas por el lico> ~ u c se leen de un liró", y se releen w n guslo
no tenemos una posición unán ime so­ Daniel G1nd Rt::velatíoll CommitLe [ComiLé P. interés un,J y otra v~ pues on una minJ de
bre cómo inLerpretarla , especialmente inform ación )' deleite. un cofre IlenD de Ie!>o ros
ele Dani el y Apocali psis] hac vein te pdra ludu el qu ~ dc><ca ser un buen predicador.
la qu ima y s Ata LrompeLa. años, tan solo contienen una declara­ Si usted es un predicador adventista, no importa
que sea paslor, aspirante al ministerio, an(iano
Asi que, ames de escribir eSLe articu­ ción general en la que se plica 4ue las o laico, usted tiene que leer, estudiar, analizar...
lo Lu e que pasar I11 U ' ho tiempo Leyen ­ trompetas describen acontecimientos iinleriorizar! este libro.
do y examinando deLc niclamenLc eS13 consecutivos que ocunilían en la histo­
p rción apocalíptica. Creo que mi con­ ria antes elel fi n de la gra :ia. ' La Bihlia
clusión está ediocada en un t freno re­ de estudio de la Universidad de An­ - -- - - - --- _ ._ ­
lati\'amente sólido y armoniza con la drcws [AndJ'ClI'SSiLldy Bible] ca rece de
mayoría de los intérprel . hisLoricistas deLallcs y parece esta r abie rta tanto a Entre
ad\'cnListas de la aCLualidad. Pero quiero
que sep:ll1 desde el principio, que tanto
la interpretación musulmana c mo a la
opuest::!o líneas
yo como todos los que escribimos res­
la interpretación musulmana
pecto a las trompetas hemos de hacer­
de la conquista
lo con humildad . recono ciendo que ¡Cuáles ,on 1.15 creen­

no te nemos la ú ltim a palabra sobre Mervyn Maxwell da la mejor expli­ cias que tenemos en

r.~jrrt;:1" co mún con otros cris·

el L ma . cación que conozco sob re la qui nta y


se-'X La [mml etas identificándolas como
",1 red -tnn..'l ti ano" y en qué as ­

p tos difieren? ¿Qué

La historia de la interpretación dcscripcione5 de las conquisLas milita­ creemo los ildventis­

historicista tas sobre la Deid' el y

res árabes. A conLÍnuación presento un


la prl:-oe.\ ist '~lcia de Dios?

El principal d"haLe entre lu::; erudi­ resumen de sus puntos de vi SLa.


tos hi storicisLas adve.nlisLas ha estado «La estrell a caída » d e la q uinta
entre los que creen que aquí se descri­ trompeta (A.poc. 9: 1) repr- e..nta tanto Est · segurJdo libro de la seri e láskos del
ben las campM\aS mUitares islámicas a atan:is como a los lideres islámicos Adve ntismo es una clara respuesta bnJl ic;¡
de la Edad 1edia y los que no lo creen. qu e.ste utilizó en la Edad Media para a las illterrouall tes má- clesJfia ntcs qu se
han lanzado colllrd el cuerpo doctrinal de
La interprewljón islámica se remon­ ejccutar sus propósitos. «El pozo del la Iglesia Adventi sta. las mejores y más auto­
ta hasta Bearus, un monje . pañol del ab ismo» (ver. 2) 's Arabia, las <<lan­ rizadas respuestas a las principales dudas y
siglo VlIl , que creía que las lang stas gosta » volacloras (vers 3-11) son los objeciones a las creencias distintivas de los
adventistas.
d la quinta trompeta y los.l in L- ele la eJercitos islámicos, y «Apoli ClTI» el rey
sexta represenla an a los jrahes mu­
sulmanes que conquistaron el Med io
Oli nte, el norte de África y el sur de
de las langostas (vers. 11) es el profeta
Mahoma.
Para Max\,vel l la sex ta tro mpeta
G

APIA
España. 1 Isaac ewton y Lutero sostu­ conLÍnúa describiendo las conlJ uistas A¡o,fk;..il1ció.. Puhlicadora 1ntenml'nC:llUI
19M¡ W 87 A\ c 1.l.1r.1J, f-101'K1" JJ lll E 1 !J,
vieron el mismo punto de vista , al igual mil itar musulmanas. Los «cuatro dn­ ,el t"'5)S')l)OOJ7[.,,(3<L~SQ28Q99
mWl lodp¡a.org-w w'v. I;)(Í¡M 11f&
que obras adventistas como el ComCI1­ gcl~.s» (ve rs. l4-1 5) son o los líder s

MAR-ABR· 25
- - - -- ----
--~- - - ---­ -----

- - ARTíCULO

islám icos o demonios , 1 «Éufrates» (vers. 14) es el río li­ Emonces, interprelar «el abismo » de la quinta trompera
teral de Meso potanüa (el actual [raq), los dosc ientos mi ­ de Apocalipsis 9: 11 como re flriénclos a la región literal de
llones de «j inetes» (ve rs. 16) son los soldados islámicos, Arabia saía incoherente .
especialmente los turcos otomanos, y el «fuego, humo y Un tercer ejemplo es el «fuego, humo y azufre» que \ 'ene
azufre » (vers. 17) son las armas ele pólvora usadas por los de los Jineles de la sexta Lrompeta (Apoc. 9: 18) Como
turcos otomanos. 4 Maxwe.l1 sugiere que la sexta trompeta representa las cOill[uis­
n argumento significativo a favor de Maxwc ll es que tas de los turcos otomanos, él percibe esto elementos como
el Is la m ha sid o un movimiento tan grande, que sería ex­ una dcsClipción literal de las annas de pólvora usadas cn la
trano que b profecía bíblica no predijera su surgim iento hatalla militar. Sin embargo , en el re to ele Apocali psis ( poc
«El Islam ha desempeñad o e n frecuencia un rape! deci­ 14: 10-11; 20: 10) e incluso en las Escrituras en aeneral (Gén
sivo en los asunto' mundiales durante los últimos mil 19 24 , 28; Sal 11 6; [sao 34 9-10; Eze. 38: 22; Luc. 17 29),
tre cientos años. El Islam t i namente merece un lugar en el «fuego, humo y azufre» -t<1n siernpr relacionados d irecta­
b profecía bíblica».' mente con los n >migos religiosos d Dios y con el juicio que
recibirán de parte de él
e tro argumento es que la extensión geogr{lfica habitaua
por la la ngosta elel desierto coincide exactamente con las En resumen, interpretar la quinta y sexta trom p tJ como
Meas conquistadas por los musulmanes alrededor del 750 el surgimiento y avance militar del Islam parece lemasiado
d . e, es decir el t-/!cdio O riente , el norte ele Á1rica y el sur literal e incohe rente.
de Espai'la . Predicción acerca
del ateísmo militante
Debilidad

de la interpretación musulmana
Así que, si la quinta y la sexta trompetas no describe.n al
Islam militante , entonces ¿qué describen? Para LaRond e.lle ,
Aunque fascinante en muchos aspectos , esta interpreta­
PJulien, StcfJnovic. Doukhan)' 0\ ros interpretes, ent re los cua­
ción no ha logrado convenc r a mucho eruditos adventistas.
Jes nl(' encuentro, el «ahismo» al principio de la quinta tro m­
Ello se deb en gran parle a la obra de Hans K. LaRondelle,
peta (Apoc. 9 1-2) consLituye la pista desde donde e originan
lue abogó de manera persuasiva por la naturaleza funda­
las entidades de estas trompetas.
mentalmente pi ritual e ideológica (en vez de literal y mili­
El poder que surge del pozo d el ahismo se explica más
tar) del gran conflicto en la profecía bíblica. G
detalladamente en el interludio entre la scxt,¡ y la s(' ptil1la
L1 «batalla de Armagedón », parLe de la sexta plaga que es
trompetas (Apoe. 11 . 3-8) Yparece ser el fenómeno del ateís­
derramada en el «ri o Éu['rates » (Apoe. 16), no se rá una bata­
mo , comunismo, hedonismo y secularización
lb lileral pur petró!co en el ¡vtedio Oriente , sino una batalla
Tome en cuenta cómo Apocalipsis 11: 7-8 no solo des­
entre Dios y Satanás. «Babilonia» no es Uila rderencia J ¡raq
crihe la naturaleza violent,1 el la besti a el 1 abismo, <dos
o a los ~li'abe5, sino a la iglesla cristiana apóstata que abusa J"l
vencerá y los matará», como en la Revoluci ón Francesa y el
poder eclesiástico. Mervyn t-,'taA'v,;cil lo vio claramente. Por
comunismo que s desarrolló d ella , sino que la com parJ
tanto, convertir de bUenas a primeras el <,Éufrares» en la sex­
a «Soeloma» , la inmoralidad, y a gipLO. el ateiSmo , repre­
ta trompeta (Apoe. 9: 14) en Uila referencia al río literal en el
sentado en faraón quie.n negó la existencia de Dios (&0. 5:
Medio O li ente es un poco incoherente..
2) Este movimiento ya hahia sido d escri to antes en la pro­
La incoherencia de la interpretación musulmana puede fecía bíblica, en Daniel 11, como el rey d el sur (Egipto).
verse en la interpretación el 1 «abismo». Para Maxwcll y la
Jacques Doukhan explica:
mayoria de los adw mistas la «bestia elel abismo» en Apoca­
lipsis 11: 7, que asciende al poder luego de los 1,260 años de «El Apocalipsis con finna la visió n e1el proC ta Da­
la opr ión eclesiástica religiosa (538-1798) y que ataca las niel En el capítulo 11 de su libro él predijo un con ­
Escrituras (los dos testigos) eS el ate smo militante de la Re­ nieto entre los mismos d os poden: . Uno se orig ll1a
volución Francesa. El «abismo» es un eco del mundo defor­ en el norte (Babilonia) y personiJlca 1 poder usur­
me que e..,-'islía antes de la creación en Cl' l1esis 1: 2, Y la mo­ pador de la iglesia, mientras que el otro viene del sur
rada de los demonios según Lucas 8: 26-31. (Egipto) y represen la las ideolog!as seculares y at 'as
Muchos de nosotros (incluyendo a Doukhan) creemos que han caracterizado el pen amient o occidental
modern o.
que este ateísmo militante de la bestia Jel abismo continuó
desde la década de 1790 en Francia hasta el movimiento »El Apocalipsis hace eco entonces de la profecía de
mundial de secularismo (como filosofía y estilo de vida), Daniel, y alude tanto a Babtlonia como a Egipto. La
marxismo y comun ismo (en su as pecto político) estrella ta íJa (en la quinta trompeta) y la mención

26 ' • nF AOVfJ • AÑO 70 N° 2


del rio Éu[rales (en la sexta trompeta) aluden a Ba­ En la interpreldción musulmana eSla rrase (la hora, día,
bilonia. Las lan ¡ostas, escorpiones, serpientes, y la mes y af'1o) rue vista C01110 un período de tiempo, que con el
oscuridad nos recuerda las plagas que le aconlecie­ principio de día por año .se convien e en 39 1 aii.os. Ma:-cwell
ron a Egi pto, a causa de su obstinado rcchazo al sugiere que este ~ probahlcmente el pelio o que aba rca de '­
Dios de Israel ( ' / 0. 5: 2) También los carros y de el 6nal del imp ri ) Tlizamino en 1453 dL hasta 1844,12
caballos, caraclensticos de su arsenal miliLJr, nos Sin embargo, la mayoría de los historic' -Las de la aCluali­
seflalan a EgiplO».T dad argumentan que., como se ulilizan todas las unidades de
En Olras palabras, en vez de describir una baLJlla militar tiempo, y en ecucncia, es más probable c¡uc la frase haga
literal en el Me lio Orieme, como sostiene la interpretación rckrencia a un «momentu concrelo di\rinamente sflialado en
musulmana, las úllimas trompctas describen la batalla espiri­ el liempo »l3 En otras palabras, es le versículo afirma que
tual pur nu estra. mentes en 's[Os últimos doscientos años. Des­ «ahora ha venido cllicmpo» cuando se desatará el mal.
pués de ulacen ¡(Ife ,Jc/wi /w dc..) le adentra de lu iglesiu crisLiana Vc:rs. 16: «y ellllunero de los eje rcitas de los jinetes era de
du rante la clac! Media, Satanás ha sumado a SLI arsenal un dascú!nlos millones. Yo oí SIL númeru».
poderoso movimiento de ateísmo y scwlanzación durante los Literalmente el número del eJércilo es dos veces miríada
úllimos dusci entus años, H (mil) multiplicado por miríada (mil) Miríada es una pala­
Según Ra nko Stefa novic «todo esto sugiere que el con­ bra gliega que también significa diez m¡]. Todo Junto suma
Oicto fi nal entre las luel'zas de la luz y las tinieblas no será 200 millones de soldados. eStu sobrepasa por mucho el
l'nL)¡tar, ino espirilual. El carácter de ese conOicLO ~na ver­ número de sl.ldados ulilizados en cualquier guerra en la his­
bal e ideológico , una batalla por la mente usando mcdios de tori,l, incluyendo [Uulquíer fuerza árabe o lurca enviada al
persu sión n lugar de la [uerza física».~ combate. Así c¡uc no hemo, de enteneler eSlO como un ejér­
cÍloliteral (musulmán o dislinto) , sino como un símbolo ele
la sexta trompeta
la gucrra cspirilual sin cuanel que Satanás libra para con­
versículo por versiculo
quistar el mundo.
Apocalipsis 9: 13.' «El sexIo ángel tocó la trompeta, y oi ww
voz de el1tre los cuatro cuernos del alta" de oro C{LI • estilba delan­ Ve rso 17-19: «Así vi en vision los whallos y i llS jincte's, que
te de Dio$», U>nían curazo. de Jliego, ZGfiro y azuJn: Las cabt:zus de los [CI­
bailas erCLl1 como CClbezas de leones; y de sus bocas salia Ju ego,
La sexta trompeta inicia con una voz que \'iene del altar
hUl110 y aZI~rrc, Por (,Lm tres plugas fUe muerta la Lucera parte
del incienso en el lugar santo del antuario celestial (Apoe
de los hombres.' por el Juego, el hWJlO y el ~ufrc que salio de sus
8 3; Exo . 30 6) El hecho de que el altar todavía funciona
bUCClS, pues el poder de los cctballos estaba en sus bocas y en ~ IIS
sugiere quc la gracia no se ha ccrrado aún.
colas; porqu e sus colas, emeJantes a serpientes, 1>Ilían cubezas,
En el quinto sello se menciunan las almas dcba¡u del alLar
y con ellas clClli an».
c¡ue claman a Dios [lar justicia contra sus pcrscguidores
La descripción de los jinetes de la seJ'\ta trompeta es muy
(Apoe 6: 9) Las oraciuncs de! pueblo de Dios no son olvida­
parecida a las caracterísLicas de las bn(TOSlaS s mejantes a los
das y la sexta tromp La «repre ema un anticipo de la respuC$­
caballos mencionados en la quinta. P ro hay algunos detalles
ta Ji vina a las oraciones del pueblo oprimido de Dios».:;'
que sugieren que la lucha s ha inLensiJicado.
Verso 14: «Lo cual decia al sexta dn,{;d qw: tcníu la trompe­ Los guerreros de la quinta trompela leman diemes de
la:"¡Desata a los cuatro ángeles c¡ue eSlán ataclos junto al leones (vers. 8); ahora todas las cahezas son como leones
grun 1'10 Éujratrs l "», (vers 17) Las corazas dc hierro (vcrs. 9) se han convertido
Debemos recordar que en el interlud io enlre los sellos, ahora en fucgo cncendido (vcrs. 17). Los guerreros de la
los cualro ángeles delenían )Qs cuatro vientos de la tierra quinta trompeta utilizalxJ.l1 la cola (ve rs. 10); ahora usan
(Apoe 7 n Es probable que eso sea una rclcrencia a los tanto la cola como la boca (\'crs 19). A las emidades de la
anae les que sujel n los Juicios y castigus de Dios. Los cuatro quinta trompeta se les pcrmilía :;0 10 atormentar y no matar
ángeles el la SE'.'.\la lrom pela son diferentes. Nu c::itán parados (vers. 5); ahora se les permite malar a la tercera parte de la
en l:b cuatro esquinas de la lierra sino en la frontera el1lrc humanidad (vers 18) 1-1
Uabilon ia e Israel el río Éu[r:.lles (Gén , 15: 18; Isa. 8: 7-8) El rudus estos paralelos sugieren que la quinta y la sexta
ángel con la sexLa lrompeta eSlá desatando a los cuatro cínge­ trompetas describen el mismu poder O movimiento, pero e!
le elel Éulrates, I y el malllcna la tierra. tiempo ha avanzado y la guerra espirilual se ha intensificado
Vers, 1'): « Y¡ueron desalados los cuatro áng,clcs que esta­ l lllalelial de sus anna, es interesante. le ejército eSla
ban preparadus pun¡ la hara, día , mes y uflO, a jin de /Jlular la equipado con anllas clellago ele fuego: fuego, humo yazu [re.
lr'rctTa parte de los hombres». Si la frase «un ejército del infierno» [uera al un:l vez adccmd:l.
- --- ---------- --------

- - ARTíCULO

elllonces es aqu í. Esws fu erzas


son la 'lite de los s oldados de Hemos de tener en cuenta
Satanás. y en cantidades masi­ que el poder de los fi netes
vas. i el pueblo de Dios ha se encuentra en sus «bocas"­
eJe sobrevivir a eslo, necesi­
tará del sello y la prOlección
especial de Dio , que aJortu­
nadam e n te obtien e (ver
Apoe 9 4)
Doukban escribe: «Las
ideologías que surgen de
la Revoluci.ón Francesa . el m:lr­
xismo , mate riali smo, evolucionismo . y el
racionalismo, pemlean nueslras vidas imclecluak,S. Las
corrientes seculares y ateas p neLra n incluso las vieJas re­
Ligiosas)) .15
I-Temos de tener en CLlema que el pode r ele los Jine­
tes se encuentra en sus «bocas» . La «boca)) en el Apo­
calipsis es un arma espiri tual tanLO para Dios (Apoe. 1:
1 ; 2: L6; 19: 15 , 2J) como para el enemigo de Dios
(Apoc 12: 1c; 13: 5- ; l6 13-]4) Una vez más vtmos
que la hatall e entre las fu erzas d el bien y del mal es
verbal e ideológica más que física o mililar.
V, rs. 20-21 «Lo ' demás hombres, los que no fueron
muerios con estus plagas, ni aun a.<;/ se arrepíntieron dr lus
obra5 de SU5 mww ni dejamn de adorar el los demonios y
a la imágenes de oro, pla/a, bronce, píce/m y madera, las
CHales 71 0 pueden ver ni oír ni aneJar o Se arrepinlieron
de sus homicidios, ni de SL' h chic nas, ni de suIomicacióll,
ní de sus robo ».
La adoración de íclolos de metal, madera y piedra
evoca los aconteclmientos re istraclos en Daniel S, cuan­
do los babilonj o~ confi aron en su propia religión poco
antes del s amiento del Éufrales y la caída de Babilonia.
La batalla espiritual ha endurecido a las personas. LDs que
decid ieron estar en el lado equivocado no quieren .:m epen­
lirse ni volverse a DIOS.
La [Taseologia d el arrepcmimiento sugie re , sin embar­
go, que la puerta de la gracia es tá aún ahicna, que el arre­
penti mienlo todavía es p osible. Pero la humanidad decide
cada vez más rechazar a Dios y endurecer sus corazones.

La séptima trompeta
Apoe. 11: 15-18. «El stplimo ángellOcó la trompeta, y hubo
grandes voces n el cdo, que decían: ~Los reinos del Inundo han
venido Q ser de nuestro S 'nor y de su Clisto; y el rtinm-á pur los
siglos d lo~ siglos". Los veinticuatro anciallos que es taban sen­
tados en sus tronos delante de D iu.~ , se postraron sobre sus ros­
tros y adoraron a Dios, dí 'enrio: "Te damos gracias, Senor Dios
ToeJopori roso, el que.. eres, que eras y que has de venir, purque

28 M1~1 iIQ.ADI NTlSl • AÑO 70 N°2 - - - - - - - -_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _" ......,......._ _---;

ARTíCULO

«El sépti mo ángel tocó la trompetsa,


y hubo grandes voces en el cielo, quedecían
"Los reinos del mundo hall ven ido aser
de nuestro Señor y de su Cristo; yél reinará
¿Quiere se
por los siglos de los siglos". Los vein ticuatro
ancianos que estaban sentados en
un I'der exitoso?
sus tronos delante de Dios, se postraron o • superación.
~~1.g
sobre sus rostros y adoraron a Dios" .0 oe;
has Lomado tu gran poder y has reinado. Los nacion es se airan n
y tu i re¡ ha vCll ielo: el Liempo de jllZgU r a los muertos, de dar el
galardón a tus siervos los profetas, a los santos el los que tcm '11
tll l1ombre, (/ los pcqlleiios ya ¡os grandes, y dc clesU'uir a los qw:
des trllyen la tierra"».
Por último . el sepümo {mgeJ toca su trompela y la secuen­
cia d 'iele lrom petas llega a su lin.
ESla 1rornpeta es paralela al sexto s 110 (A poe . 6: 12-17)
DI s está en pie y LOmando medidas. Es elmomenlo de la ira
y lo juicios de Dios. La paciencia de Dios con el mal se ha
terminado. Los impíos que han dest11.lido la Lierra serán juzga­
dos. y los siervos fieles de: Dios ser{¡1l reCOI11IXIlSados.

Frnncl D. NlChol, ~ cl . Cilmr.nllHin blbllco "ciVr'lItlst" lIlucn05 Aires; Pub llca­

2. Hans " LnR(llldc llc. No\\' 111 Ulld.ü\ I" /lrI tll< r:1It! nl11': J'r0l'heClrs qJlhe ¡¡iI¡/(
(l O()71. Jun Pauhen, D","ding Red,alan, Ti'umprls (19tl7) ) "1h,, Blbk
Explore n, scne de audioc"",elle sobre. pocah pslS (l 99b); Ran ko ~ le ;1no·
v i , 1<, I'dlllIOII l!lJaU SClH1 'i: Cotn lfi t'lllW)' 11 Ir..' Bl h ''./ Rn'daill1l1 ( I.,l eu
2002: 2nd ed . 20(8): .Jacq lles 11. D,'uk han, c, rr/ os d I Apocalipsis (DoroL
FL /\PIA . 2007). ¿Cuál es la dif erencia entre
3. fr.mk ll . Holb.ouk, ed . Srmp,'slo \0/"" Al'owlip>r\ 1(Doro!, ' AriA, 2(10).
un líder secular y uno espiritual?
1 0· 181
4 . Merv)'ll C. M;.,,"" el l. Di,., It vela dJÚLU I'O 2 (Cúlo mb", : ,\ 1' 11\, 1993) , 25C1 . JOSUÉ: VALENTíA, LIDERAZGO, SUPERACIÓN
3. ¡hld. 246 .
es un llamamiento de Dios a todo cristiano
D. 1-1'1115 K. L.¡Zon delle. r IJo: b ,ad <Jf Cod 111 Prorlll'cy: PnrlLlpln nI I'r"pil e/le
Inltl/" rluliOlI ( 19,,'\): Chanvb o} ,)aJvaUoll: Tite Biblkal Drama vf A' ma­
arealizar cosas extraordinarias, no para llevar
gcddnll ( 1987) el éxito a la iglesia, pues eso solo I puede hacer él,
7. Douk han . 'enrtn, dd AI'0eclh/'.sl.l , RH. sino para cumplir fielmente la misión que el Señor
8. Ole q ue en r\poca li psls 9 ' ~ I ur rr rús de la q uim a lroml' ' lJ no hacen
dai'lo ,110. quc ll t!Ilefl f 15l!1I" el ' D I 5. [1" nucl'O. e lO e, probleu l llCO I-'"r:.
le haya encomendado en un tiempo y un lugar
Llltllerrrellldó n Ulusu.lmanu. pue~ no Ila)' indic ios e.n 1" hislo ria , le q ue las determinados.
fue rzas ambes o lurcas JLsunguicr:\n entre los erts Liallos no minales )' los
ve rdaderos 5e '.u.dons fiele s d e Dios .
9. lclan n,oc. ¡<n 'dalle'"
O. 11M } 1()
i 1. ,d::5U L:.:i la üni Cl \'('~
tifJCSll' Chnsl (61 cel .), 1U .

que uno de' los ;'!!l ~cks Ct m trum p 'la n con copa pal"­
G

APIA
\1 r,l en ,,1('\'('1110 qU t' In'Hlguril , por lo (¡Ul' eSlO ull:1d" L<l mb. II pode r re­ oci,,,:ión Puhliclldnl'u Internrncricnn:1
LOnll) ,1 la =<.:n~. GranL I~ Osborne. Ro',dulJcm . Bakn 'egel Ic;¡1 COIll ­ 2W- W l!7 Ave . Dorlll . Flori da 33 112 EE,UU.

mrtlwry 011 thL t' T (2002), 37R


I"UJOj) 5<./<) OO.l7 I:.~ (305) 592 11<,1<)<)

12 \\.1\\\(:11. Dios r,,,d,, dfuIU I.¡ 2. 2Sb.

lTIaillo iaJpll.llrS w,,,, .imJpa.nrg

13. L1Rondrlle. /¡"'" 111 LJ/l drr~I<l".d I}¡ l EnJ- nlllt P''Ul'hUILS. 193.
, 4 Daukhan. Snrl'IQS tld Apv,all/zru , 87
,.._ _ __ 1
1)
@Iadpa
[3 . (bId 88

~ __________________________________________________________________________________ ~~AN -f\~H ·

29
- - - - -------=:;---------=--,----~--

.-.... I

_ _ pESDE MIS 'LECTURAS ~ -


_- -_ __
_ __~~
~ -
.__
- _
~ _~~J
~. ....1. 1 - -:::-1

OMO us rED y los articulas generales de cada númc~


IIA BR,\ '10T,\[lO,

Pablo Perla
ro de !v!I'II 'fmIO Am,n.-lbT.\ se centran e n algún tema que, tenien~

do en cuerna las necesidades del cuerpo ministerial ele nueslro


lerritorio, consideramos que es relevante y provechoso. Este II Ll~
mero no es la excepción, y est:1 dedicado al lema de las siete
trompetas de Apocalipsis.
Apro\'ech~mdo la ocasión me dispuse a relrescar mis conoci~
mienlOS sobre las lrompetas en particular y so bre el libro d e Ap()~
calipsis en general. Tome un ]X1r de comentarios: SeCldos del Apo­
u¡lipsi\, de Jacques B. Doukhan, y R('vdaliol1: POll'- VICIVS A p(//(i­
l/el COI11I11Cl1tary, edilado por StC\'C Gregg, más el libro Tnllnpcl
afta trUI11[lct, de Erwin R. Gane, publicado recientemente por
Pac¡[ic Pres5.
Las horas dedicadas a esa lectura, además dc eSlimulanles y
agradables, me hicieron medilar en varias direcciones. Para empe ­
zar, los comentarios recientes de Apocalipsi s escritos por aclvcnlis­
Las varian en algunos deLalle5 de lo que mi proksor ele ApocalIpsis
me ensefió en mis afios ele estudianle en la decada de 1970. y por
supuesto, las diferencias ele interprelación se aprecia cu:lI1 dl\'I'T­
gentcs son alIcer en paralelo las exposiciones basadas en los prin­
cipales cuatro mélodos de interpreLaClón de la profecía ;\[localípti­
ca en el COl11cl1lario no advelllisla R('vc/alion: FOlU' Vicw;;.
De hecho , cnTi"lI/llpcl u(tu lnllllpcl (;"l1e admite que «pocos
COl11emariSlas concuerdan en los aspccloS mayores de la imerprc­
Lación. La confusicin es espeClalmentc notable en la il1lcrprctación
de las si.eLe trompetas. Tan grande es la elive rsidad de opiniones
DESDE MIS LECTURAS

Ef ,,11 :11l1l1i6n se'!'


Pablo Perla, •
! : ~', " ....
I
4ue clleclor meclio quecla inmerso en un pantan o cle con­ 2. \io debo dar la impresión dc que la sah-acllÍn clepende de
fusos detalles y l'lllllradicl'lol1es». Todo cse abal1lcll de in­ reso lver «e l problema ele «lela diminuto matiz» ele cacla
terprelaciones, y la confusión que pueden provocar, es con­ afirmación, profecía, símbCllo o figura ele la llibl ia,
secuc ncia , según Gane, de [os cinco acercamienlos intcr­ 3. Por último, y posibleme nte el aspecto lll;ís im[)(Wl anle de
prelaLi\'os a[ libro dc Apucalipsis: pretcrista, futuri sta, con­ la cita ele Elena G. de \Vhite. tenemos el hecho de que en
tinuo [inea l hislórico , continuo recapitular hi slórico y filo­ esos detalles y matices minuciosos «nCl lodos pueclen ver
sofía de [a hisloria (pp. 14- 15). el mismo enfoque» . Luc har para 4ue, en cada detalle y
frente a interprctaciones dikrentes, ye n ocasiones has­ cada mat iz de cada afirmación bíblica , todos creamCls
ta COIlt rapuestas. como estas del ApocalipsLs )'0 he tomado idénlicJl,n enle igual es luchar por un imposible , y por
[a siguiente cila clel don profét ico, rde renLe a[ tema de la ende un csl'unzo inüri l.
justificación y santificación , como principio normativo cn
¿Quiere decir lo amcrior que no debo yo estudiar a fondo
e[ estud io de cualquier tema biblico:
las Escrituras e intemar C' ptar los matices de sus aset10S, ele sus
«\,ludll\S COl11elen rI erro r de u'atar ele defi nir minuciosJ­ símbolos, de [as parábolas )' de las profecías? No, no, de nin­
mente los delicados mat ices de distinciClIl entre justifie<1­
gema manera. Es ruente de inrnCtlso gozo, y el mejor ejercicio
cil\n y santificac ión. Para la defini ción de esos dos térmi­
nos con Irecuencia recurren a sus pwpias ideas y CSpCLU­ mcntal, la in"esli.gación bíblica . cOlejando distintos enfoques
lacinncs. ¿Por que tratar de ser más minucioso de lo l[uc para imentar encontrar el 'OITcctO. Puede ser muy provechoso
es la Inspiració n acerca de la CUl'stilm VIl;:d de la¡ ustifiL'a­ conversar, c incluso d.isentir, con culcgas y amigos sobre nues­
ciún por la Id ¿Por q ue trata r de rcsokcr el prob lema de tros c1ilerentes cnfoqu y puntos de vista. Pero 1(\ que sí quiere
cada diminuto matiz, como si la salvac ión del alll1a depe n­ decir [a CitD de Elena G. ele \VhiLC<:$ que yo no deho hacer ele mis
die ra de que lodos tengan exactamclllC su modo de ver estc conceptos y ClVe!(/lIcs de esos «de/(/I/es y matices» el col/m de mi
asullto l ~o todos pueden vcr cl mismo enfoque." (COIJI CI1­
tw'io iJíhliw udvenUsw, l. (1, p. 1072.)
preclicución y t:lI sc ñ(II1ZCl , como si fu era al.~o que los demás dc/Jt:11
aeer si desean ser salvos,
BJsaLlo en esta c!ec[ anlei(i n me resulta evidente que: Espero que di sfrut e [eye ndu este número de ¡VII lSTrRI , '
l. \lo debo ser demasiado min ucioso al trata r de dcf1nir A\)v\: N n~T . que se sienta motivado a profunelizar, pum su
los «deli cados matices » de las verelades y declaraciones W!ZI! fltTSo/1ul en los detalle.$ y matices de cómo int erpreLar
bíblicas. \lo he de ser más meticu loso «ele [o que lo es las trompetas, y sobre todo que se sientil animado a escri­
la Insp irac ió n», pues inevirablelllt'llte cae ré en la te l1t;t­ birnos y enriquece rnos con sus ideas y conce ptus en euanLO
ci(in de recurrir a mis «prop ias ideas y especu laciones». a su inlerp reración.

Si Dios conoce muy bien cómo está nuestra relación con él

¿Por qué tiene que realizar un juicio?


lIiíiJ,n este j u¡e ¡o, ¿le toca.!2. a usted cOQ1parecer
- --

~ ante el tribunal divino?


En última instancia, la doctrina del Juicio Investigador nos habla de Dios:

que es razonable, que es justo y que está de nuestro lado,

Nos habla sobre nosotros también: quiénes somos y por qué estamos aquí.

G
APtA

MAR-ABR· ' . 31
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