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Índice

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

CAPÍTULO01
La protección de la infancia:
clave para el desarrollo sostenible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

02
CAPÍTULO
Niños y menores: historia de una fragmentación . . . . . . . . . . . . 17

CAPÍTULO03
De objeto de tutela a sujeto de derecho:
el niño como ciudadano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

CAPÍTULO04
Entre las declaraciones políticas y
las prácticas institucionales de protección de la infancia:
un largo camino por recorrer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

CAPÍTULO05
El derecho de los niños a la educación y
los derechos de los niños en la educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

CAPÍTULO06
Para seguir el diálogo: no menos de siete saberes . . . . . . . . . . . . . 57

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Autoras:
Graciela Frigerio (Fundación Centro de Estudios Multidisciplinarios / Universidad Nacional de Entre Ríos)
Gabriela Diker (Fundación Centro de Estudios Multidisciplinarios / Universidad Nacional de General Sarmiento)

Colaboradoras capítulos 2 y 3:
Graciela Soler (Casa del Niño, GCBA / Fundación Centro de Estudios Multidisciplinarios)
María Ana Monzani (Casa del Niño, GCBA / Fundación Centro de Estudios Multidisciplinarios)

Edición y diseño:
Luciano Amor

Fotos:
Portada: Mapa de la Tierra, NASA.
Pág. 6: Escuela rural, Florence Devouard.
Pág. 14: Túnica tupa inca, Dumbarton Oaks Library.
Pág. 24: Aula, Henry Trotter.
Pág. 34: Escuela primaria rebelde autónoma zapatista, Stian Loholt.
Pág. 39: Madre peruana, Ian Riley.
Pág. 40: Máscara azteca, Museo del Louvre.
Pág. 42: Máscara maya, Nicholas Andonie; y máscara lambayeque, Manuel González Olaechea y Franco.
Pág. 46: Aula, Ambuj Saxena.
Pág. 54: Calabaza peruana tallada, Allard Schmidt.

Se puede reproducir y traducir total y parcialmente el texto publicado siempre que se indique la fuente.
Los autores son responsables por la selección y presentación de los hechos contenidos en esta publicación,
así como de las opiniones expresadas en ella, las que no son, necesariamente, las de la UNESCO y no com-
prometen a la Organización.
Las denominaciones empleadas en esta publicación y la presentación de los datos que en ella figuran no
implican, de parte de la UNESCO, ninguna toma de posición respecto al estatuto jurídico de los países, ciu-
dades, territorios o zonas, o de sus autoridades, ni respecto al trazado de sus fronteras o límites.

Publicado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe
OREALC/UNESCO Santiago

ISBN: 978-956-8302-85-6

Impreso por Andros Ltda.


Santiago, Chile, junio, 2008

© 2007 Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe


01

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Prólogo
E n los últimos años América Latina y el
Caribe han mejorado sus indicadores
económicos, aunque a un ritmo inferior
tendientes a mejorar la calidad de vida
de las generaciones presentes y futuras,
mediante la conciliación del crecimiento
al que se necesita para alcanzar -antes de económico, el desarrollo social y la pro-
2015- las metas de desarrollo comprome- tección al medio ambiente. La educación
tidas en los Objetivos del Milenio. Persisten deviene el principal instrumento para in-
en casi todos nuestros países colectivos ducir los cambios sociales necesarios que
que se encuentran en una situación de permitan la toma de consciencia y la ad-
desigualdad en lo que se refiere al acce- hesión tanto a nivel personal como colec-
so, la continuidad de estudios y logros de tivo de los objetivos de la Educación para
aprendizaje. Esto muestra la necesidad de el desarrollo sostenible. Por ello Naciones
mejorar los diseños de las políticas públi- Unidas proclamó el Decenio de la edu-
cas y de implementar acciones específi- cación para el desarrollo sostenible, que
cas para lograr una educación de calidad da una nueva oportunidad de situar a la
para todos. La región tiene que dar un educación en el centro de la discusión y
salto desde la igualdad de oportunidades de las soluciones para viabilizar un futuro
en el acceso a la igualdad de oportunida- sostenible para todos.
des en la calidad de la oferta educativa y El libro ÒInfancia y derechos: las raíces de
los resultados de aprendizaje. la sosteniblidad. Aportes para un porvenirÓ
La educación debe habilitar efectivamen- que aquí presentamos está dirigido a do-
te a todas las personas para la toma de centes de todos los niveles educativos y
decisiones responsables y fundamenta- formadores docentes. Con él pretende-
das, en el ámbito personal y colectivo, mos aportar a la búsqueda de nuevos ca-
que les permita hacer frente a los desafíos minos que favorezcan los aprendizajes de
del presente y del futuro, comprometién- calidad para todos nuestros niños, niñas y
dose así en la construcción de un futuro jóvenes; motivar la discusión y facilitar la
común posible para todos. reflexión sobre las infancias, los derechos
La Oficina Regional de Educación de la de los niños y niñas de nuestros países y
UNESCO para América Latina y el Cari- sus aportes a la construcción de socieda-
be ha realizado un importante trabajo de des sostenibles.
sensibilización y movilización en torno a Este trabajo refleja los resultados que se
la educación para el desarrollo sosteni- obtienen cuando se unen distintas vo-
ble. Se pretende así promover cambios luntades, el trabajo de especialistas de la

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Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad

región, el trabajo de la Oficina Regional


de Educación para América Latina y el
Caribe, UNESCO Santiago, y el aporte
financiero del Gobierno de Japón, para
hacer posible la concreción de proyectos
comunes.

Rosa Blanco
Directora a. i.
Oficina Regional de Educación de la UNESCO
para América Latina y el Caribe
UNESCO Santiago
01

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Introducción
A mérica Latina y el Caribe han reali-
zado importantes avances en educa-
ción, sin embargo, debemos reconocer,
jóvenes de la región se apropien de los
conocimientos, habilidades y destrezas
necesarias para ejercer una ciudadanía
que aún persisten grandes brechas de plena, la Oficina Regional de Educación
inequidad y de injusticia en los sistemas para América Latina y el Caribe, UNESCO
educativos. En muchos casos las propues- Santiago, desarrolló el Proyecto de Pro-
tas educativas no solo no son capaces de moción de la educación para el desarrollo
revertirlas, sino que las profundizan. Su- sostenible en América Latina y el Caribe, en
perar esta situación requiere una profun- el cual se enmarca esta publicación.
da reflexión acerca de los sentidos, fines, Es entonces el libro “Infancia y derechos:
contenidos y prácticas de la educación las raíces de la sostenibilidad. Aportes para
que están recibiendo los niños, niñas, un porvenir” la concreción de un esfuer-
jóvenes y adultos, para que ésta pueda zo conjunto entre investigadoras de alto
convertirse exitosamente en una herra- nivel de nuestra región, la Oficina Regio-
mienta de cambio orientada a la cons- nal de Educación para América Latina y
trucción de un futuro sostenible. el Caribe UNESCO Santiago y la coopera-
En este marco Naciones Unidas proclamó ción financiera del Gobierno de Japón.
el “Decenio de la educación para el desarro- El libro que presentamos pretende pro-
llo sostenible (DEDS) 2005-2014” y desig- mover procesos de análisis y reflexión de
nó a la UNESCO como organismo rector los docentes, y entre ellos, sobre las infan-
de su promoción. El Decenio pretende cias y sus derechos, como insumos para
integrar los valores del desarrollo sosteni- promover la formación de ciudadanos
ble en todos los aspectos de los procesos comprometidos, concientes y capaces de
de enseñanza-aprendizaje y en todas sus incidir en la creación de un nuevo mun-
modalidades, formales, no formales e in- do, un mundo más equitativo y ambien-
formales, con el fin de promover los cam- tal, cultural y socialmente sostenible.
bios en las actitudes y comportamientos La educación para la sostenibilidad debe
de la población. Cambios que permitan potenciar el compromiso con valores,
la construcción de sociedades sostenibles principios, actitudes y comportamientos
y justas a través de acciones nacionales, y, más concretamente, con una noción
regionales y mundiales. de justicia y equidad ampliamente com-
Para alcanzar los objetivos del Decenio y prendida. Sin duda son los docentes y las
para contribuir a que los niños, niñas y comunidades de aprendizaje instancias

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Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad

claves en la difusión de la sostenibilidad


tendiente a producir los cambio de acti-
tudes necesarios.

Beatriz Macedo
Especialista Regional
Oficina Regional de Educación de la UNESCO
para América Latina y el Caribe
UNESCO Santiago

Carol Salgado
Consultora
Oficina Regional de Educación de la UNESCO
para América Latina y el Caribe
UNESCO Santiago
00

Presentación
S in políticas de protección de la infan-
cia, ningún desarrollo puede ser pen-
sado como sostenible. Si no protegemos
más hospitalario para los niños. Para ello
es necesario pensar y actuar en todas las
escalas: jurídica, política, institucional, gru-
a aquellos que recibirán en herencia el pal, comunitaria, profesional, personal. Es
mundo que les dejemos, es evidente que necesario también desnaturalizar la injus-
nada podrá sostenerse en el futuro. ticia, produciendo saber y reflexionando
Al mismo tiempo, si no comenzamos acerca de los modos en que la desigualdad
a transitar hacia modelos sostenibles de a toda escala es producida y sostenida.
desarrollo, es decir, hacia modelos de desa- Sabemos que los conceptos no son neu-
rrollo que preserven el equilibrio ecológico tros, siempre conllevan una manera de mirar
del planeta, que aseguren un acceso igua- el mundo y una manera de hacer el mundo.
litario de todos a los recursos económicos, Sabemos que las concepciones y repre-
naturales y culturales, que aseguren el des- sentaciones influyen permanentemente en
pliegue de la multiplicidad cultural e iden- las teorías y prácticas. Sabemos que existen
titaria que caracteriza el mundo social, los los cercos cognitivos, y que éstos implican
niños, niñas, adolescentes y jóvenes de una interpretación del mundo, una asigna-
este mundo seguirán formando parte del ción de sentido. En el territorio del pensar se
sector más castigado de la humanidad. sabe que para los sujetos y para el mundo
Por eso consideramos imprescindible no hay un destino inexorable si se acepta
comenzar a articular los discursos, las defi- que hay un matiz entre futuro y porvenir,
niciones jurídicas y las políticas orientadas y que ese matiz consiste ni más ni menos
por la defensa de los derechos de los niños que en la acción política.
y las niñas con la preocupación por la sos- En esta línea, este material se propone
tenibilidad del desarrollo. Porque son dos realizar un pequeño aporte. Abrir apenas
asuntos que no pueden considerarse por un diálogo sobre la infancia, sobre los
separado. Porque, como señalaremos más derechos, sobre lo sostenible y lo insoste-
adelante, proteger el mundo en que vivi- nible, en definitiva, sobre el porvenir.
mos es proteger la infancia y, a la inversa, Encontrarán aquí distintos temas, refe-
proteger la infancia es proteger el mundo. rencias disciplinarias y teóricas plurales y,
Se trata, entonces, de insistir en pensar, también, distintos tipos de textos.
en buscar alternativas, en producir cono- El capítulo 1 abre el problema de las
cimiento, en orientar la acción educativa consecuencias del sostenimiento de mode-
hacia la búsqueda de un mundo más hos- los de desarrollo insostenibles (insostenibles
pitalario para todos, pero especialmente por insoportables; insostenibles porque si se

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Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad

sigue en esa dirección no hay futuro posible) universo conceptual que sustenta las per-
y muestra apenas algunos datos que dan cepciones y expectativas sobre los niños y
cuenta de los efectos de esos modelos sobre las niñas y sus efectos sobre las prácticas
los niños, niñas y adolescentes del mundo. institucionales y las definiciones de pro-
El capítulo 2 muestra cómo histórica- gramas y políticas que les están dirigidos.
mente se ha producido una fragmen- El capítulo 5 aborda en particular el
tación del mundo de la infancia; a través tema, el ámbito que define nuestra tarea:
de qué operaciones teóricas, disciplina- el derecho de los niños y niñas a la edu-
res y políticas se ha confinado a algunos cación y los derechos de los niños y niñas
niños y niñas a territorios en los que los en la educación.
derechos no tienen lugar. El reconoci- Por último, el capítulo 6 se propone
miento del carácter social y cultural de la finalizar este material ofreciendo algunas
infancia será aquí propuesto como una reflexiones que, esperamos, den lugar a
herramienta para desnaturalizar aquella la apertura de nuevos diálogos.
fragmentación y para restituir el derecho A su vez, cada capítulo contiene:
como horizonte de igualdad de todos los • Una primera sección de desarrollo con-
niños, niñas, adolescentes y jóvenes. ceptual, donde exponemos los concep-
En el capítulo 3 les proponemos un tos y posiciones que a nosotras nos per-
análisis de las características y derivacio- miten pensar el tema.
nes políticas e institucionales de la Con- • Una sección en la que incluimos distin-
vención Internacional de los Derechos tos tipos de materiales: información,
del Niño (CIDN) que, aunque polémica, polémicas, propuestas, datos, etc., que
constituye la herramienta internacional pueden resultarles útiles para profundi-
de protección de la infancia de la que dis- zar el análisis de los problemas que son
ponemos hoy. objeto de cada capítulo.
Ahora bien, dado que, más allá de las • Una sección en la que les proponemos
leyes y decisiones macropolíticas acerca un diálogo entre colegas, es decir,
de la infancia (como la sanción de la CIDN entre nosotros y ustedes, y entre uste-
o de leyes que protegen sus derechos), des y sus colegas o compañeros de
lo que las instituciones «hacemos» con, trabajo, dado que pensar es siempre
para o sobre los niños depende, en buena con otros (presentes o ausentes).
medida, de cómo concebimos lo que los • Finalmente, encontrarán en cada capí-
niños «son» y «deben ser», nos propone- tulo una última sección con algunas
mos en el capítulo 4 poner en discusión el sugerencias para abordar estos temas
con los niños y niñas en las escuelas.
01
La protección de la
infancia: clave para el
desarrollo sostenible
P roteger el mundo en el que vivimos es
proteger la infancia. Es asegurar aquí y
ahora el derecho de todos los niños y niñas
• porque compromete la supervivencia
material y/o cultural de parte de la
humanidad;
a habitar en un medio apropiado para su • porque no genera condiciones de sos-
pleno crecimiento. Al mismo tiempo, es tenimiento en el largo plazo;
preservar para el futuro el mundo que les • porque afecta especialmente a niños,
dejaremos como herencia. niñas, adolescentes y jóvenes.
Muy lejos de toda política de protec-
ción del mundo y de la infancia, las for- En relación con este último punto, el
mas modernas de desarrollo económico informe Estado Mundial de la Infancia 2006,
han puesto al planeta al borde del desastre producido por UNICEF, ofrece una infor-
ecológico (cambio climático, deforesta- mación invalorable para dimensionar los
ción, contaminación de agua, aire y suelos, efectos infanticidas de un modelo de
extinción acelerada de especies, etc.), con- desarrollo mundial que no puede ni debe
denan a la pobreza, al hambre, a la enfer- sostenerse.
medad y a la falta de educación a buena Veamos apenas algunos datos:
parte de la humanidad, e imponen mode- • Más de mil millones de niños y niñas
los culturales cada vez más homogéneos sufren a causa de una o más formas
(desconociendo, marginando o directa- extremas de privación de necesidades,
mente avasallando la multiplicidad cultural tales como una nutrición adecuada, agua
e identitaria de innumerables pueblos). potable, instalaciones decentes de sanea-
Este modelo de desarrollo resulta sin miento, servicios de atención de la salud,
dudas insostenible en varios sentidos: vivienda, educación e información.
• porque provoca (y requiere) unos nive- • En 2004, solamente en los países
les de injusticia, desigualdad, violencia y menos adelantados murieron antes
exclusión que son ética y políticamente de cumplir cinco años 4,3 millones de
insostenibles, es decir, insoportables; niños y niñas, uno de cada seis nacidos
• porque compromete la preservación vivos. Aunque los menores de cinco
ecológica del planeta; años en los países menos adelantados
componen solamente un 19% de los

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C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

menores de cinco años en el mundo dientes a los países menos adelanta-


representan más del 40% de todas las dos en su conjunto.
muertes de menores de cinco años. • Alrededor de 15 millones de niños y
• De aquellos que sobreviven hasta niñas han perdido ya a uno o a los
alcanzar la edad escolar primaria, un dos progenitores debido al VIH-SIDA y
40% de los niños y un 45% de las niñas millones más han quedado vulnerables
no recibirán este tipo de enseñanza. a medida que el virus agrava otros pro-
De aquellos que ingresen en la escuela blemas relacionados con la salud y el
primaria, más de una tercera parte no desarrollo de las familias, las comuni-
llegará al quinto grado; y alrededor de dades, las regiones e incluso naciones
un 80% de todos los niños y niñas en enteras. De todos los niños huérfanos
edad escolar secundaria no ingresarán a causa del sida, 12,1 millones, o más
a este nivel de enseñanza. de un 80%, viven en África subsaha-
• De los 12 países donde un 20% o más riana.
de los niños y niñas mueren antes de • Todos los días, cerca de 1.800 meno-
cumplir cinco años, nueve han estado res de 15 años contraen la infección.
envueltos en un conflicto armado de Los niños y niñas menores de 15 años
cierto alcance en los últimos cinco representan un 13% de las nuevas
años y 11 de los 20 países con las tasas infecciones por VIH-SIDA en el mundo
más elevadas de mortalidad de meno- y un 17% de las muertes anuales debi-
res de cinco años han sufrido un con- das a la enfermedad.
flicto armado importante desde 1990. • Los jóvenes con edades entre los 15 y
• Los conflictos armados tienen también los 24 años representan ahora una ter-
consecuencias devastadoras sobre cera parte de las personas que viven
la matriculación y la asistencia a la con VIH-SIDA en el mundo.
escuela primaria. Por ejemplo, en los • América Latina y el Caribe es la región
nueve países afectados por conflictos de todo el mundo en desarrollo donde
donde uno de cada cinco niños muere se dan las mayores desigualdades
antes de cumplir cinco años se registra en los ingresos familiares; los países
una tasa promedio de asistencia neta de esta región presentan también las
a la escuela primaria de un 51% para mayores desigualdades en relación
los niños y un 44% para las niñas, muy con la mortalidad infantil. El país con
por debajo de los promedios de 60% la mayor desigualdad en la mortalidad
y 55%, respectivamente, correspon- de menores de cinco años es el Perú,
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C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S
donde los niños y niñas que viven en • Las enfermedades prevenibles mediante
el quintil más pobre tienen cinco veces la vacunación causan más de dos millo-
más probabilidades de morir antes de nes de muertes por año, de las cuales
cumplir cinco años que los niños y niñas aproximadamente 1,4 millones corres-
del 20% más rico de la población. ponden a menores de cinco años.
• Como promedio, un niño nacido en el • Más de 900 millones de personas
20% de los hogares más pobres tiene viven en tugurios; la mayoría carece
tres veces más probabilidades de morir de acceso al agua potable, a instala-
que un niño nacido en el quintil más rico ciones mejoradas de saneamiento y a
en la región de Asia oriental y el Pací- una vivienda de calidad decente, con
fico, dos veces y media más de morir en seguridad en la tenencia.
Oriente Medio y África del Norte, y alre- • Casi 900 millones de personas perte-
dedor del doble de probabilidades en las necen a grupos que sufren desven-
regiones de Asia meridional y ECE/CEI. tajas a causa de su identidad, de los
• Un 77% de los niños y niñas sin esco- cuales 359 millones padecen restric-
larizar a nivel primario proceden del ciones debido a su religión. En todo
60% de los hogares más pobres de los el mundo, alrededor de 334 millones
países en desarrollo; esta desigualdad sufren restricciones o discriminación
es incluso mayor en América Latina y relacionada con el uso de su idioma.
el Caribe (84%) y en África oriental y • Los niños y niñas indígenas tienen
meridional (80%). menos probabilidades de que se ins-
• Más de un 80% de todos los niños y criba su nacimiento, en parte debido
niñas que no asisten a la escuela pri- a la ausencia de información sobre la
maria viven en zonas rurales. cuestión en su lengua materna.
• Unos 10,5 millones de niños y niñas • En el mundo hay alrededor de 150
habrían muerto en 2004 antes de cum- millones de niños y niñas con disca-
plir los cinco años de edad, en la mayo- pacidades, la mayoría de los cuales
ría de los casos debido a enfermedades afrontan la realidad de la exclusión. La
que se pueden evitar. gran mayoría de los niños y niñas con
• Más de 5,5 millones de niños y niñas discapacidades en los países en desa-
menores de cinco años mueren anual- rrollo no tiene acceso a ningún tipo de
mente por causas relacionadas con la servicio de rehabilitación o apoyo, y
desnutrición. muchos no pueden recibir una educa-
ción oficial.
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• Muchas discapacidades se pueden riesgo la posibilidad misma de un futuro


atribuir directamente a las privaciones digno para todos y todas en todo lugar
de bienes y servicios esenciales, espe- del planeta y que atentan contra el pre-
cialmente durante la primera infancia. sente y el futuro de nuestros niños y
• Aproximadamente 48 millones de niñas, poniendo en riesgo, a la vez, a
niños y niñas nacidos en el 2003 no la herencia (el mundo mismo) y a los
fueron inscriptos (un 36% del total de herederos (las nuevas generaciones).
los nacidos ese año). Preservar el mundo en el que vivimos;
asegurar un acceso más justo e igualitario
Fuente: UNICEF, Estado Mundial de la Infancia 2006. de todos a los recursos naturales, cultura-
Excluidos e invisibles, www.unicef.org/spanish/sowc06/
les y económicos; hacer lugar al desplie-
gue de la multiplicidad cultural e identi-
Frente a este panorama, resulta urgente taria que caracteriza el mundo social son
atender a criterios de desarrollo sos- las claves de un desarrollo sostenible y, al
tenible, es decir, que hagan frente a lo mismo tiempo, las claves para la puesta
insostenible –lo insoportable– de las des- en práctica de políticas de protección
igualdades y violencias que ponen en de la infancia.

Como hemos indicado ya en otro documento de la UNESCO Santiago: «Aun cuando se pueda
utilizar el concepto de desarrollo sostenible en múltiples y hasta opuestos sentidos, a nosotros nos
importa destacar aquellos que no solo se relacionan con desarrollos económicos en los que la eco-
logía y la educación ambiental juegan un papel protagónico, sino también aquellos que se vinculan
con los derechos humanos, con la vida y la calidad de vida colectiva y comunitaria.
Es decir, nos importa la mirada que hace, de la noción, la puerta de entrada y de cruce a perspec-
tivas socioculturales, ambientales y económicas. La noción concierne entonces a la vida de los pue-
blos tanto como a la naturaleza, a los sujetos singulares y a las decisiones acerca de la distribución
de bienes y recursos tanto como a la noción misma de bien común» (Frigerio, Diker et al., «Una de
las claves de la educación para el desarrollo sostenible: la interculturalidad», 2008).
Siguiendo a Novo, podemos decir que: «Hablar de desarrollo sostenible significa situarse en otra
óptica; contemplar las relaciones de la humanidad con la naturaleza desde enfoques distintos; com-
prender el derecho de todos los seres humanos a participar en los beneficios del bienestar. Supone,
desde luego, una transformación radical en las relaciones entre economía, ecología y ética; significa
comenzar a pensar y actuar con una lógica diferente, tomando en cuenta los límites de la biosfera,
la redistribución social y la diversidad cultural».
La protección de la infancia: clave para el desarrollo sostenible
02
Visibilizar

página 13
es proteger

D AT O S / D O C U M E N T O S / M AT E R I A L D E T R A B A J O
En los casos más extremos, los niños y niñas estar social dirigidas a los niños y niñas
pueden volverse invisibles, desapareciendo más excluidos e invisibles.
del punto de mira de sus familias, comunida- • Ratificar y poner en vigor la legislación, tanto
des y sociedades, así como de los gobiernos, nacional como internacional, relativa a los
los donantes, la sociedad civil, los medios de derechos y a la protección de la infancia.
comunicación y otros niños y niñas. Para millo- • Llevar a juicio a los autores de crímenes
nes de niños y niñas, la causa principal de su contra la infancia, y evitar la criminaliza-
invisibilidad es la vulneración de su derecho a ción de las víctimas infantiles.
la protección. Es difícil obtener datos empíricos • Establecer un debate abierto con la socie-
sobre el alcance de la vulneración de este dere- dad civil y los medios de comunicación
cho, pero hay cuatro elementos que parecen sobre las actitudes, prejuicios, creencias y
ser fundamentales en el aumento de la invisi- prácticas que facilitan los abusos.
bilidad de estos niños y niñas: la falta o pér- • Asegurar que los niños y niñas conozcan
dida de una identidad oficial; una protección sus derechos, alentarlos a que los expresen
inadecuada por parte del Estado de aquellos y proporcionarles aptitudes para la vida
que no reciben atención en el marco familiar; práctica, así como información para que se
una situación de explotación a causa de la trata protejan contra el abuso y la explotación.
o el trabajo forzado; y la asunción prematura • Poner los servicios sociales básicos a dis-
de funciones propias de los adultos, como el posición de todos los niños y niñas sin dis-
matrimonio, el trabajo peligroso o la lucha criminación.
armada. Entre los afectados por estos factores • Realizar tareas de seguimiento, presenta-
se encuentran aquellos cuyos nacimientos no ción transparente de informes y supervi-
se inscribieron, los refugiados y desplazados, sión de los abusos y la explotación.
los huérfanos, los niños de la calle, los niños y
niñas en centros de detención, los que se casan La responsabilidad también resulta funda-
demasiado pronto, los que realizan trabajos mental para establecer un entorno protector:
peligrosos o participan en combates y los que todos los miembros de la sociedad pueden
son víctimas de la trata y el trabajo forzoso. contribuir a asegurar que los niños y las niñas
Acción: Evitar que los niños y las niñas no se vuelvan invisibles. Aunque las familias y
sean invisibles exige crear para ellos un entorno el Estado tienen que asumir la principal res-
protector. Las medidas fundamentales en este ponsabilidad en la protección de la infancia,
sentido son, entre otras: las actividades constantes y sostenidas de los
• Fortalecer la capacidad de las familias y las individuos y las organizaciones a todos los
comunidades para cuidar y proteger a sus niveles son esenciales para eliminar las ten-
niños. dencias que favorecen el abuso.
• Reforzar el compromiso del gobierno con
la protección de la infancia mediante UNICEF, Estado Mundial de la Infancia 2006:
apoyo presupuestario y políticas del bien- Excluidos e invisibles.
página 14

entre colegas
La protección de la infancia: clave para el desarrollo

Está claro que cada uno de nosotros, como lo expresa el documento reprodu-
desde nuestro lugar de educadores cido en la página anterior– la visibiliza-
y educadoras, no tenemos a nuestro ción de los niños y niñas que transitan
alcance todos los medios necesarios para situaciones complejas es el primer paso
revertir de manera directa y estructural la hacia su cuidado.
tendencia de los modelos de desarrollo Por ello los invitamos a ensayar algu-
que están produciendo, sobre nuestros nas vías –posibles y necesarias– de abor-
niños y niñas y sobre nuestro mundo, los daje del problema.
efectos devastadores que hemos apenas Por ejemplo, sería interesante que, con
ejemplificado en este capítulo. un grupo de colegas, se propusieran:
No obstante, cada uno de nosotros, • Sistematizar información sobre la
grupal e individualmente, desde las escue- situación de los niños y niñas que asis-
las, en el trabajo con los colegas y con ten a su escuela y/o que habitan en su
las familias, podemos y debemos asumir localidad (a través de los indicadores
la responsabilidad generacional que nos que a ustedes les resulten más signi-
toca en relación con la calidad de vida de ficativos: salud, situación educativa,
nuestros niños y niñas y con la herencia vivienda, uso del tiempo libre, partici-
que les estamos legando (los educadores pación en actividades laborales, etc.).
ocupamos de hecho un lugar central en • Analizar los efectos de las actividades
ese acto de pasar la herencia cultural a las económicas locales sobre el equilibrio
nuevas generaciones). ecológico de la zona y la distribución
No olvidemos que el bienestar de los de los recursos económicos y cultura-
niños y niñas y la vigencia de sus dere- les (es decir, su sostenibilidad o no).
chos son asuntos que se juegan tanto en • Buscar formas de dar difusión a la
la escala macropolítica como en la escala información relevada a distintos acto-
institucional e interpersonal y que –tal res de la comunidad.

01
página 15
actividades

La protección de la infancia: clave para el desarrollo


La sostenibilidad del desarrollo como una Para trabajar con los más grandes
meta posible, la necesidad de generar
modelos de crecimiento económico más • Relevamiento de las distintas posicio-
equitativos y más respetuosos de nuestro nes en discusión sobre el problema del
planeta, la desnaturalización de la injus- cambio climático y el calentamiento
ticia y, especialmente, las formas en que global. Organización de un debate
los modelos actuales de desarrollo afec- entre las posturas.
tan a los niños y niñas son cuestiones que • Proyección y debate: La verdad incó-
es indispensable trabajar en las escuelas. moda.
Si se quiere, a la manera de una apuesta • Proyección y debate: Niños del hombre.
a formar generaciones más responsables • Relevamiento, sistematización y aná-
y más comprometidas con el futuro. lisis de información (salud, educa-
Para ello les acercamos algunas suge- ción, distribución del ingreso, morta-
rencias que podrán sumarse al trabajo lidad infantil, desnutrición, estado de
que ya realizan sobre estos temas. vivienda, etc.) que dé cuenta de la
situación de los niños, niñas y adoles-
Para trabajar con los más chicos centes en su localidad.
• Lectura, análisis y debate: informe de
Para pensar e intercambiar: ¿qué pasa- UNICEF, 2006.
ría si...? • Relevamiento y debate: buscar cifras
• Se talaran todos los árboles del planeta. acerca de la concentración de la
• Se contaminaran todas las aguas. riqueza y del desigual acceso a recur-
• Se exterminaran especies animales cono- sos de distinto tipo en el mundo
cidas por ellos. (desde el acceso a medicamentos y
• Desapareciera la lengua que hablan. atención médica hasta acceso a inter-
• Se produjera un cambio climático radi- net o líneas telefónicas).
cal en la zona en la que habitan.

01
La protección de la infancia: clave para el desarrollo página 16

01
anotaciones
02
Niños y menores:
historia de una
fragmentación
S i se trata de la protección de la infancia,
si se trata de la infancia y sus derechos,
no podemos sino preguntarnos acerca de
de que es muy difícil encontrar respuestas
coincidentes. ¿Cuánto dura la infancia?
¿De qué edad y a qué edad se extiende
su definición. ¿Solo se trata de una cues- la adolescencia? ¿Hasta cuándo se consi-
tión de edad? ¿Es suficiente la definición dera que alguien es joven?
jurídica de menor para delimitar el universo Aunque la edad nos permite definir
de la infancia? ¿Qué tienen en común un etapas de crecimiento corporal y sicoló-
alumno de cuarto grado de primaria, de gico, que podrían corresponderse con
clase media urbana y un niño de la misma la niñez o la adolescencia, y aun cuando
edad que participa de una lucha armada? tratemos de considerar exclusivamente la
¿Qué tienen en común una niña de 12 base biológica del desarrollo (crecimiento
años que ya es madre y una que no? ¿Y los del cuerpo, desarrollo de los órganos y
niños que trabajan o cuidan a sus familias funciones sexuales, desarrollo neuronal,
con otros que utilizan su tiempo libre en etc.), la edad no constituye un indicador
instituciones de recreación o de comple- que pueda aplicarse de la misma manera
mentación de su educación escolar? a los niños, niñas, adolescentes y jóve-
Frente a estas cuestiones, podríamos nes en todo tiempo y lugar. Cuánto dure
decir «todos son niños», pero debemos la infancia o la adolescencia variará de
reconocer que no todos transitan la misma acuerdo con:
infancia. Así, una pregunta en apariencia • la cultura de origen;
simple nos sumerge en un problema más • las condiciones socioeconómicas de
que complejo, especialmente cuando en vida que, entre otras cosas, exigirán una
las escuelas encontramos cada vez con incorporación más temprana o más
mayor frecuencia niños, niñas y adoles- tardía en la vida adulta;
centes que no responden a nuestras defi- • la época histórica.
niciones tradicionales.
De hecho, aun recurriendo al indica- De acuerdo con estas variables, no solo
dor etario, que es y ha sido el indicador cambian las edades y la duración de la
más visiblemente asociado a estas defi- infancia y la adolescencia, sino también
niciones, rápidamente nos damos cuenta los modos en que se transitan estas eta-

Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad página 17


página 18
C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

pas de la vida. Más aún: hoy en día se construcción que se localiza en Occidente
sostiene que incluso los aspectos bioló- entre los siglos XVI y XVII.
gicos del desarrollo, como la pubertad o Por supuesto, esto no significa que en
el crecimiento corporal y, por supuesto, períodos anteriores no hubiera niños, niñas
el desarrollo cognitivo, están atravesados o adolescentes. Lo que quiere decir es que
por determinantes sociales y culturales. no eran considerados en su especificidad. Se
La infancia, la adolescencia y la juven- los concebía como adultos pequeños que,
tud constituyen entonces períodos de en tanto tales, compartían todos los rasgos
la vida cuya definición es resultado de y actividades propios del mundo adulto (el
un proceso de construcción social. trabajo, la recreación, la educación). No
Depende de los significados que se les existían instituciones especialmente desti-
asignen en cada cultura, en cada con- nadas a ellos (como la escuela), ni libros, ni
texto sociocultural y en cada época histó- vestimenta, ni música, etc. Tampoco exis-
rica. No designan períodos que puedan tían, claro está, profesionales dedicados
definirse por su base biológica, sino que exclusivamente a estudiar y a orientar las
designan más bien períodos vitales que problemáticas propias del mundo infantil
se definen por su base cultural. y adolescente (sicólogos educacionales,
En este sentido, diremos que la infan- pedagogos, pediatras, entre otros).
cia, la adolescencia y la juventud, como Es entre los siglos XVI y XVII que
etapas diferenciadas del recorrido vital comienza a conformarse lo que Ariès ha
de un sujeto, no son sino productos his- denominado el «sentimiento moderno
tóricos. Más específicamente, productos de infancia» y –como contracara– la infan-
históricos de la modernidad, esto es, una cia tal como la concebimos todavía hoy: el

Los historiadores de la infancia han asociado este fenómeno a procesos históricos de distinta natu-
raleza que se localizan en Occidente entre los siglos XVI y XVII. Entre otros, el proceso de urbaniza-
ción creciente, la reconfiguración de las estructuras familiares y la emergencia del ámbito de la vida
privada, las mejoras sanitarias que permiten controlar crecientemente la mortalidad infantil. Como
resultado de estos procesos, se produce la transición de la antigua a la nueva concepción de infancia
en Occidente.
Si le interesa profundizar sobre estos temas, recomendamos algunos textos ya clásicos sobre
historia de la infancia:
• Ariès, Ph., El niño y la vida familiar en el antiguo régimen, Barcelona, Taurus, 1987.
• Gélis, J., «La individualización del niño», en: Ph. Ariès y G. Duby, Historia de la vida privada,
tomo 5, Barcelona, Taurus, 1992.
• De Mause, Ll., Historia de la infancia, Madrid, Alianza, 1991.
página 19
C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S
niño comienza a ser considerado como un desarrollo se instalan como normas que
ser inacabado, carente, sin racionalidad producen un triple efecto:
ni autonomía moral, que necesita, para
llegar a la vida adulta, amor, protección 1. establecen una visión monolítica de
y orientación. Es en ese proceso que la infancia, al describir cómo los niños
dependencia personal se convierte en una son, genéricamente considerados;
característica propia de la niñez. 2. fijan unos parámetros que permiten
Se trata de un proceso largo y complejo distinguir la infancia normal de la que
que involucra: el reconocimiento de la espe- no lo es;
cificidad de la infancia, su separación del 3. orientan las pautas de educación y
mundo adulto y la configuración de unos crianza.
espacios y tiempos sociales, especialmente
destinados a la protección y a la orienta- Cuando se detectan desvíos respecto de
ción del desarrollo de los niños: la escuela estos parámetros y pautas, cuando –por
y la familia. El «encierro» de la infancia en diversas razones– la familia no asegura
estas instituciones, que reconocemos hasta una correcta orientación del desarrollo
el día de hoy como los espacios natura- infantil, cuando la escuela señala proble-
les de educación y crianza, produce un mas en los ritmos y en las características
efecto a primera vista paradójico: al mismo de los aprendizajes, se considerará que
tiempo, inscribe al niño en el territorio de un niño o adolescente se encuentra en
lo público, a través de la escuela, y en el una «situación irregular».
ámbito privado, a través de la familia. Frente a estas situaciones, y dado que
Ya para el siglo XIX se desarrollan, los niños carecen de una racionalidad y una
además, campos de saber especialmente moral propia, el Estado comienza a interve-
destinados al estudio y cuidado del desa- nir. Así, a partir del siglo XIX, se conforma lo
rrollo infantil: la pediatría, la pedagogía, que se ha dado en llamar «la doctrina de la
la sicología infantil, que contribuirán a situación irregular». Se trata de una posi-
configurar y consolidar la concepción ción que concibe al niño como objeto de
moderna de infancia, estableciendo no intervención y tutela jurídica que debe ser
solo «cómo los niños son», sino también protegido por el Estado siempre que se juz-
(y quizás principalmente) «cómo los niños gue que se encuentra en «peligro material
deben ser» (cómo debe ser su desarro- o moral». En nombre de su protección, el
llo físico y sicológico, qué puede apren- Estado podía (y todavía lo hace) privar a los
der un niño en qué períodos de tiempo, niños, niñas y adolescentes de los derechos
etc.). La fijación de estos parámetros de más elementales, incluso de su libertad.
página 20

Según Monzani y Soler1, «para darle


C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

de relación entre adultos y niños, hace


carátula a este problema público se recu- estallar el mundo infantil en dos territorios
rrió a un término extraído del saber judicial: claramente diferenciados: el de la infan-
menor. Menor es quien, desde el punto de cia, que vive con sus familias, va al médico
vista legal, no ha alcanzado la mayoría de y a la escuela y es orientada según ciertas
edad para ejercer plenamente sus dere- pautas de crianza, y el de la minoridad,
chos. Sin embargo, lejos de encuadrarse el de los niños, niñas y adolescentes que
en las precisiones del vocabulario jurídico, no responden a estos parámetros y, por
esta denominación quedó asociada a la tanto, viven en «situación irregular». Para
de menor infractor abandonado, la cual unos se reservan las escuelas, para otros
se constituye en la etiqueta que alude a las instituciones correccionales o asisten-
quienes quedan fuera de los territorios de ciales. Unos son niños, los otros menores.
la infancia y la adolescencia. Los menores, En la actualidad, la desnaturalización
transformados en un problema público, de esta concepción de infancia y el reco-
pasaron a ser –en tanto pobres y desam- nocimiento de su carácter histórico nos
parados– objetos de compasión y –en lleva a reconocer la heterogeneidad en
tanto potenciales delincuentes– objetos los modos de vivir la infancia y la adoles-
de represión y control». cencia. Por ello hablaremos de infancias
Es entonces en el marco de esta con- y adolescencias en plural.
cepción que se va a distinguir niñez de Este plural invita a romper la imagen
minoridad, quedando el término menor monolítica que se construyó acerca de la
reservado para aquellos niños que se niñez y la adolescencia a lo largo de los
encontraban en situación irregular. Para últimos siglos y que todavía sigue vigente
estos niños se constituye todo un sistema en nuestros modos de pensar y en nues-
institucional diferenciado (el sistema de tros sentimientos en relación con los niños
minoridad), encargado de ofrecer una res- y niñas. Esto nos permite abandonar la dis-
puesta pública al problema de los que, por tinción niño/menor y reconocer que, con
diversas razones, quedaban por fuera de sus particularidades culturales y sociales,
los mecanismos de control y normalización todos los niños, niñas y adolescentes tie-
de la familia y del sistema educativo. nen un horizonte común: la ciudadanía.
En síntesis: la construcción histórica
de la infancia (en singular), es decir, la Nota
definición y naturalización de una ima- 1. María Ana Monzani y Graciela Soler, «Infancias y dere-
chos: plurales (des)encontrados», clase del curso virtual
gen unívoca de infancia y la consecuente «Infancias y adolescencias. Interrogaciones sobre saberes
naturalización de un único modo correcto y prácticas», cem/Punto Seguido, Buenos Aires, 2005.
Niños y menores: historia de una fragmentación
02
Para profundizar

página 21
acerca del
tratamiento de
la «minoridad»

DATOS / DOCUMENTOS / MATERIAL DE TRABAJO


¿Qué tipo de construcciones para su desarrollo, el juez, actuando como
jurídicas se van acordando «buen padre de familia», asumía su tutela.
en torno a este problema? Los niños –convertidos en menores– son
separados de sus padres y encerrados en
En lo que respecta al marco normativo de macroinstituciones (reformatorios, institu-
la cuestión, podemos señalar que durante tos) alejadas de sus lugares de pertenencia.
un período de veinte años (que comienza Este sistema de la minoridad se constituye
en Argentina en 1919 y culmina en Vene- como una política pública focalizada, para-
zuela hacia 1939) se desarrollaron en lela al sistema educativo, generando un
América Latina las llamadas legislaciones conjunto de instituciones de control social
de menores. y sociopenal. Sobre la base de las norma-
Estos cuerpos normativos adoptan, en tér- tivas que establecen su legitimidad, este
minos generales, las líneas del movimiento sistema se organizaba –desde lo adminis-
«progresista» que se da en EE.UU. a fines del trativo– a través de consejos nacionales y
siglo XIX, basadas en una intervención «pro –desde lo jurisdiccional– a través de tribu-
salvación del niño». Se crean tribunales espe- nales de menores.
cíficos, entendiendo que los menores debían
tener un trato diferenciado respecto de los ¿Desde qué perspectiva
adultos. En 1899, en Illinois, se instituye el se pensó este problema?
primero de estos tribunales especiales.
A través de la figura legal del patronato, El enfoque predominante se orientó hacia una
el juez de menores puede disponer tutelar- concepción etiológica y preventiva. Etioló-
mente de los niños acusados o víctimas de gica, pues intentaba operar sobre lo que se
delito, preventivamente y por tiempo inde- suponía eran las causas del problema y que
terminado, hasta que alcancen su mayoría se referían alternativamente a aspectos bio-
de edad, si se evalúa que se encuentran en lógicos, sicológicos, familiares, de vivienda,
«peligro material o moral». de medio ambiente. Preventiva, pues en esa
Cuando la familia y el medio ambiente pretensión de atacar las causas se evitaría un
del niño no se consideraban adecuados daño o riesgo futuro, asociado a la crimina-
página 22
D AT O S / D O C U M E N T O S / M AT E R I A L D E T R A B A J O

lidad adulta y al desorden social. En la iden- tidad de información con un mínimo de


tificación de las causas y en la detección y coerción, Donzelot diferencia «un saber de
prevención de futuros peligros, el juez estaba investigación inquisitorial (el informe social),
acompañado por una serie de profesionales un saber clasificatorio (los exámenes médico-
de diferentes disciplinas. psiquiátricos y los tests sicológicos), unifica-
dos por un saber interpretativo de inspiración
¿Qué elementos caracterizaban sicoanalítica».
estas prácticas profesionales?
Recapitulando, podemos decir que, tanto a
Estudios diagnósticos, clasificaciones, pronós- nivel de las prácticas, de los dispositivos institu-
ticos se asociaron a estrategias de estigmati- cionales, de los marcos normativos y de los altos
zación y patologización que comenzaron a niveles de focalización y selectividad de las polí-
cristalizarse al amparo del saber científico. ticas –todos ellos orientados hacia los sectores
Estas estrategias contribuyeron profunda- social y económicamente más desfavorecidos–,
mente a la definición de los atributos de la se genera un proceso por el cual se judicializa,
categoría y ubicaron a los llamados meno- criminaliza y patologiza la pobreza.
res en una situación de mayor indefensión,
no solo en lo que respecta a sus derechos y María Ana Monzani y Graciela Soler, «Infancias
garantías, sino en cuanto a su propia signifi- y derechos: plurales (des)encontrados», clase
cación como sujetos. del curso virtual «Infancias y adolescencias.
En los distintos instrumentos y técnicas Interrogaciones sobre saberes y prácticas»,
que se aplican para obtener la mayor can- cem/Punto Seguido, Buenos Aires, 2005.
página 23
entre colegas

Niños y menores: historia de una fragmentación


Asistimos hoy a una multiplicación de los lar, lo que equivale a repensar las concep-
modos de transitar la infancia y la ado- ciones de niño, adolescente y joven sobre
lescencia, al punto tal que los discursos las cuales estas prácticas y esta institución
pedagógicos y las prácticas escolares se se constituyeron.
muestran cada vez más ineficaces para Es en esta línea, les proponemos analizar
comprender, interactuar e interpelar a y discutir acerca de las llamadas «nuevas
los niños, niñas, adolescentes y jóvenes infancias y adolescencias» en la escuela:
que asisten a las escuelas. Los sujetos • ¿Qué tienen de «nuevo» los alumnos
que habitan las instituciones escolares que asisten a la escuela?
parecen, en ocasiones, tan distancia- • ¿Qué aspectos del dispositivo escolar
dos de lo que la escuela y la pedagogía conmueven?
habían definido como «alumno» que • ¿Qué hipótesis suelen formularse
Green y Bigum han llegado a pregun- para explicar «comportamientos pro-
tarse: «¿existen alienígenas en nuestras blemáticos» de los alumnos (centra-
aulas?»1. Al mismo tiempo, esta pregunta das en aspectos individuales, sociales
nos interpela como adultos y como edu- y familiares)?
cadores, dado que la movilización de las • ¿En qué medida esas hipótesis refuer-
posiciones escolares en las que históri- zan la fragmentación de la infancia?
camente se situó a niños y adolescentes • ¿Podemos formular hipótesis alter-
conmociona también las nuestras. nativas?
Dicho de otro modo: asistimos hoy
a la emergencia de «nuevas infancias y
juventudes», pero aún tenemos las vie- Nota
jas escuelas y las viejas categorías. Urge 1. Hill Green y Chris Bigum, «Alienigenas na sala de
aula», en Tomaz Tadeu da Silva (org.), Alienigenas na
entonces encarar la tarea de repensar las sala de aula. Uma introdução aos Estudos Culturais em
prácticas educativas y la institución esco- Educação, Río de Janeiro, Vozes, 1995, p. 240.

02
página 24

actividades
Niños y menores: historia de una fragmentación

Evitar la «expulsión» de muchos niños, Para trabajar con los más grandes
niñas y adolescentes del universo de la
infancia o la adolescencia (pronunciada Les propondremos un ejercicio metafó-
en singular, a la manera de una norma) rico que permita trabajar percepciones y
exige poner en juego una operación de conceptos a partir de fotos. Es una técnica
desnaturalización de lo que asumimos llamada «fotolenguaje». Posiblemente
que es y debe ser la infancia o la ado- ustedes ya la conozcan, por eso solo con-
lescencia. La introducción del plural no sideraremos aquí algunos aspectos acerca
solo tiene un sentido teórico, sino que de cómo utilizar las fotos de manera que
puede restituir a muchos niños un lugar el resultado no sea simplemente la expre-
perdido. Por eso nos parece importante sión de sentimientos o sensaciones, sino
trabajar este tema con los niños y niñas una construcción colectiva.
en la escuela. Aquí les acercamos algunas ¿Por qué fotos? Las fotos son un exce-
sugerencias. lente medio para invitar a tomar la pala-
bra sin que los participantes se sientan
Para trabajar con los más chicos intimidados. Son una especie de ventana
abierta a representaciones que de otra
Para debatir: forma quedarían escondidas. El soporte
• ¿Cuándo empieza la infancia? ¿Cuándo visual de fotos interesantes o enigmáti-
termina? cas produce a menudo una profusión de
• ¿Qué tienen en común los niños? información y permite una discusión más
• ¿Cómo viven? rica que el hacer preguntas directamente.
• ¿Qué les gusta hacer? ¿Cómo hacer su propio fotolenguaje?
• ¿Qué hacen cuando no están en la Algunos sostienen que las fotos, de prefe-
escuela? rencia en el mismo tamaño (lo que se logra
fácilmente con una fotocopiadora), deben
(La idea es acentuar la heterogeneidad ser en blanco y negro (eso relativiza o dis-
de respuestas posibles aun tratándose de minuye el impacto que el color agrega a la
niños de la misma edad. Para ello puede imagen). Otros sostienen que es mejor en
resultar útil ofrecer a la discusión contrae- color. En cualquier caso, siempre el con-
jemplos a las respuestas de los alumnos.) junto debe ser de imágenes muy variadas,
de distintas épocas, con y sin personajes,
con distintos tipos de imágenes, porque
«dicen» muchas cosas. Siempre el fotolen-

02
página 25
Niños y menores: historia de una fragmentación
guaje es «elegido» y debe representar un e Después de unos minutos, recuerde
amplio espectro de diferentes culturas y la consigna y pida a cada participante
lugares geográficos, distintas poblaciones, que elija tres fotos que representen
elementos del patrimonio del mundo. o simbolicen sus opiniones, preocu-
En este caso, les proponemos reunir paciones, posiciones con respecto
un conjunto de fotos sobre niños (de dis- al tema. Éste suele ser un momento
tintas épocas y lugares, haciendo distin- bullicioso. Si más de uno eligió una
tas cosas, con y sin adultos, niños solos y misma foto, eso da una razón para
en grupos, en distintos escenarios, etc.). reorganizar los lugares en función de
Necesita que el número de fotos que esas afinidades momentáneas, tenga
ofrezca al grupo supere el número que en cuenta que la misma foto puede
resulte de multiplicar por tres el número evocar distintas asociaciones. Eso enri-
de participantes. Prevean el doble o triple quece el trabajo. No se esfuerce para
de las fotos que necesitan. que se pongan de acuerdo, trabaje
¿Cómo organizar la actividad? Tenga sobre lo plural y lo múltiple.
presente que la actividad podrá ir enri-
queciéndose y trabajándose a lo largo Cuando los participantes hayan hecho su
de distintas reuniones, y en distintos elección, varias técnicas de discusión son
momentos de año podrá volverse a pen- posibles:
sar sobre lo elaborado. a Pida a algunos participantes que pre-
Veamos la primera reunión: senten sus fotos, en forma individual,
a Piense una consigna. Es bueno tener al resto del grupo, dando los argu-
claro qué desea trabajar, qué nociones mentos de su elección.
se quisieran abordar y qué universos b Pida a todos que vayan tomando
representacionales pretende poner en notas (éstas serán útiles para más
evidencia. tarde buscar puntos en común, ten-
b Distribuya las fotos en el piso de dencias, contrastes). No olvide traba-
manera tal que todos puedan verlas. jar sumando los aportes, aunque éstos
c Aclare que se trata de una actividad no sean coincidencias.
metafórica. Deben elegir fotos que c Forme subgrupos en los cuales todos los
tengan para ellos algún significado. participantes tengan la oportunidad de
d Solicite a los participantes que se pon- mostrar su(s) foto(s), comentar su elec-
gan de pie y las miren en silencio, ción, decir lo que simboliza, lo que les
caminando alrededor. transmite, etc. Se pueden exponer las

02
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Niños y menores: historia de una fragmentación

fotos o hacerlas circular para que todos elijan fotos que simbolicen las infancias
las vean, y las palabras claves deben ser (o las adolescencias) o que expresen:
escritas en un tablero o pizarrón. • Rasgos actuales de las infancias
d Solicite que se haga un resumen que • ¿Qué es un niño o una niña?
se presentará al grupo completo. • ¿Qué le preocupa de las infancias?
e Una vez que se haya compartido el • ¿Qué problemáticas acechan a los
trabajo de todos los subgrupos, se niños y niñas en la actualidad?
hará una discusión general sobre el • ¿Qué derechos se ejercen o no se con-
tema con todos. cretan en la vida de los niños y niñas?
f Los aportes de los subgrupos y los 2 En un segundo momento, frente a las
comentarios de los participantes siem- fotos ya elegidas y para trabajar cons-
pre deben concernir al tema que se truyendo alternativas:
está trabajando, y todos deben conver- • ¿Qué posiciones toman los «grandes»
ger en un intercambio sobre la proble- frente a la problemática planteada?
mática (no es conveniente tomar cues- • ¿Cuáles son los desafíos de la edu-
tiones personales o que conciernan a cación?
los sentimientos de los participantes). • ¿Cuál es el papel de la escuela?
g Después del intercambio y eventual • ¿Qué podría hacerse en la clase,
debate, proponga una actividad: bus- en la comunidad, en la región, en
car los conceptos que mejor sintetiza- el mundo, para que los problemas
rían lo que se estuvo discutiendo. vayan encontrando soluciones?
h Es interesante hacer el listado de concep-
tos e invitar a definir los más complejos. Por supuesto, cada colega puede pro-
i A partir de aquí, puede sugerir que, poner muchas preguntas alternativas,
frente a la riqueza expuesta, se busquen agregar momentos, solicitar actividades
iniciativas superadoras o se esbocen complementarias grupales o singulares,
líneas de acción (siempre puede incluir como hacer una galería de fotos, escri-
que se piense en ventajas y riesgos, u bir una nota para el diario, ir a investigar
otras alternativas que permitan avanzar palabras, buscar información sobre cier-
en la profundización del tema). tos aspectos, etc.
Desde ya, éste resulta un ejercicio
Las consignas y las preguntas podrían ser: sumamente interesante para llevar ade-
1 En un primer momento, sobre la base lante también entre adultos.
de la idea más general, solicitamos que

02
03
De objeto de tutela a
sujeto de derecho: el
niño como ciudadano
R ecién en la última década del siglo XX
se reconoce a los niños, niñas y ado-
lescentes como personas con derechos. La
nes que propone la Convención, les pro-
ponemos a continuación la elaboración
que sobre estos temas han realizado dos
Convención Internacional de los Dere- colegas que reúnen un profundo conoci-
chos del Niño define a los niños como miento sobre esta temática y una amplia
ciudadanos sujetos de derechos. Por lo experiencia de trabajo con niños, niñas
tanto, no se trata ya de intervenir sobre y adolescentes en territorios particular-
ellos como si fueran objetos, sino más bien mente complejos.
de garantizar que estén dadas las condi- Les proponemos esta perspectiva, ya
ciones para que todos puedan hacer efec- que representa un intento (imprescindi-
tivos los derechos que les corresponden. ble para trabajar con las infancias y ado-
Ya no se distingue al «niño» del «menor», lescencias) de aunar saberes teóricos,
sino que se considera a todos con igua- marcos jurídicos, definiciones políticas y
les derechos, más allá de las particulares prácticas institucionales.
formas en que cada cultura, cada socie-
dad, cada familia concibe a la niñez. La
protección de la infancia y la adolescencia
debe traducirse, entonces, en la formula-
ción de políticas básicas, universales para
« La CIDN ordena y regula las
relaciones del niño, la familia y
el Estado. Como instrumento
de Derechos Humanos permite, por un
todos los niños. El cumplimiento de sus lado, poner límites a la intervención del
derechos deja de ser así objeto de caridad Estado –los límites de las garantías cons-
y pasa a ser un problema de Estado. titucionales– y, por otro, ampliar las res-
Para profundizar sobre las implicancias ponsabilidades de los sectores públicos y
políticas e institucionales de las definicio- de la sociedad civil en lo que respecta a

La Convención Internacional de los Derechos del Niño fue aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, en Nueva York, el 20 de noviembre de 1989.

Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad página 27


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C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

la satisfacción de las necesidades de los Una política pública de estas caracte-


niños, traducidas en derechos. rísticas nos habla de una sociedad y un
Los instrumentos de Derechos Huma- Estado preocupados en la distribución
nos, y en particular la CIDN, nos orien- efectiva de los derechos y no en la distri-
tan hacia el escenario de la protección bución de los cuerpos.
integral de derechos de niños y niñas. Al La protección de derechos es, en pri-
pensar en esta protección no nos esta- mer lugar, una obligación del Estado y de
mos refiriendo a las demandas a ser pre- la sociedad, y es a ellos a quienes se debe
sentadas en los tribunales por abogados, interpelar en primera instancia.
sino a la búsqueda de lo justo, a lo que La familia, reconocida como núcleo
les corresponde como personas. primordial en la vida de los niños y niñas,
Esta cuestión se proyecta, enton- no solo debe promover el disfrute de sus
ces, más allá de las intervenciones y de derechos, sino también orientarlos para su
un determinado ordenamiento jurídico, mayor y mejor ejercicio. La responsabilidad
hacia las políticas, las instituciones, las del Estado con la familia es acompañarla y
prácticas y las formas de relacionarnos fortalecerla, respetando su dinámica en el
con los niños y niñas. cumplimiento de estas obligaciones. Esto
Este escenario presenta una gran com- ubica en el plano de la ilegalidad no solo a
plejidad. Su construcción compartida nos todas aquellas políticas económicas y socia-
habla de toma de decisiones, de la nece- les que debilitan a la familia en sus funcio-
sidad de establecer consensos, de distri- nes, sino también a las intervenciones intru-
buciones, de prioridades y lugares, de sivas y de control de la vida familiar.
desarmar y volver a armar algo nuevo, de Desde esta perspectiva, la CIDN es
pensar como adultos de qué manera que- una directriz en la formulación, imple-
remos recibir a los «recién llegados». mentación y sostenimiento de políticas
En una política pública de protección públicas universales que consideran la
integral de derechos, el Estado –como efectivización de los derechos de todos
garante de los derechos de los niños y los niños y niñas.
niñas– está obligado a no violarlos, a esta- En la construcción de este nuevo esce-
blecer mecanismos de exigibilidad cuando nario de la Protección Integral de Dere-
los vulnere algún miembro de la familia, la chos deben también pensarse nuevas
sociedad o el propio Estado, a través de producciones y creaciones en lo que res-
cualquiera de sus poderes públicos. pecta a los marcos normativos.
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Bruñol puntualiza los cometidos que la CIDN como leyes nacionales (como es
las disposiciones relativas a los derechos el caso de Argentina, Chile y Uruguay),
de los niños y niñas deben contemplar en como así también intentos de adecua-
el interior de un sistema jurídico nacio- ción de la legislación interna a la CIDN
nal: atravesados por la lógica del patronato
• Reafirmar que los niños y niñas, como (Guatemala).
personas humanas, tienen iguales En el nivel de las prácticas y de los
derechos que todas las personas; dispositivos institucionales se reafirma
• Especificar estos derechos para las par- el complejo proceso de desarmar, modi-
ticularidades de la vida y madurez de ficar y construir desde la protección inte-
los niños y niñas; gral de derechos.
• Establecer derechos propios de los Un punto de inflexión es la pregunta
niños y niñas (como los derivados de sobre los sentidos que legitiman las prác-
la relación paterno-filial o los derechos ticas y dispositivos para la infancia.
de participación); ¿Qué nuevo panorama se abriría si
• Regular los conflictos jurídicos deriva- pensáramos nuestras acciones en función
dos del incumplimiento de los dere- de lo que a los niños les corresponde por
chos de los niños y niñas o de su coli- derecho y no en función de atender un
sión con los derechos de los adultos; riesgo, de curar una enfermedad o de
• Orientar y limitar las actuaciones de prevenir un daño futuro?
las autoridades públicas y las políticas Considerar a la infancia como titular
públicas en relación a la infancia. de derechos trasciende la lógica de la
carencia y nos posiciona en un escena-
A pesar de que la CIDN fue incorporada rio totalmente diferente, especialmente
como ley en la mayoría de los países en lo referido a las obligaciones y a las
de América Latina, la adecuación de la omisiones del Estado y de la sociedad
normativa interna (derogación de leyes civil referidas al respeto de las garantías
incompatibles y creación de nuevos ins- de las personas.
trumentos) implicará un profundo pro- Introduce en la relación adulto-niño
ceso en el que las transformaciones no el orden de la ley, en lugar del amor, la
serán lineales o automáticas. compasión o el disciplinamiento. Una ley
Ejemplo de esto es la vigencia de leyes idéntica para todos, basada en el respeto
inspiradas en la tutela que conviven con por la dignidad del hombre.
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¿Cómo los diferentes dispositivos Infancia ciudadana: modelo


institucionales dan lugar a esta infancia para armar
titular de derechos? ¿Cómo introducir
esta complejidad en el devenir cotidiano La consideración de la ciudadanía hoy
institucional? atraviesa por un momento de gran com-
Un camino posible es instalar metó- plejidad. Los derechos que la configuran
dicamente la problematización de esta se diversifican cada vez más, enfrentán-
categoría y las representaciones asociadas dose a desafíos tales como la redefinición
a ella, y pensar cómo invertir una lógica de su relación con el Estado Nación frente
que históricamente simplificó las defini- a los procesos de la globalización.
ciones y complejizó las intervenciones. Este complicado panorama, proble-
Decíamos, desarmar y volver a armar, matiza aún más la idea de una infancia
incorporar en nuestros análisis, en las ciudadana. Hay quienes consideran que
definiciones de los problemas y en las la infancia como edad de la espera, como
posibles estrategias de resolución no solo promesa, se disuelve. Otros aluden a la
la participación de los niños y niñas desde desintegración de las infancias locales en
su especial perspectiva, sino las responsa- pos de una infancia virtual globalizada.
bilidades de todos los actores más allá del En función de su edad, ¿qué cosas puede
niño y su familia. y qué cosas no puede el niño ciudadano?
Bokser se pregunta: «¿Cuáles son las ¿Nos referimos a un niño hiperadultizado
incidencias, pautas y condiciones para con capacidades plenas de ejercicio y sobe-
que las políticas sociales públicas, las par- rano en sus decisiones? ¿Hablamos de un
tidas presupuestarias, los resultados de niño excluido de la capacidad de obrar en
investigaciones académicas, los informes función de su inmadurez evolutiva?
socioambientales, las baterías de tests Podemos pensar que la titularidad
sicodiagnósticos, las sentencias judicia- de derechos es contraria a esta idea de
les, las resoluciones administrativas, los incapacidad, y que el punto de partida
datos de la historia clínica, la evaluación debería ser la libertad, la igualdad de
curricular y social de alumno [...] entre los niños y niñas como seres humanos,
otras prácticas sociales, participen de los presuponiendo sus potencialidades para
procesos de [...] transformación y admi- luego fijar o establecer de forma legítima
nistración de justicia?». las limitaciones.
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C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S
Hay quienes consideran que este esta- de las responsabilidades penales, y sí, por
tuto ciudadano se despliega en la posi- ejemplo, a la ampliación de los derechos
bilidad de construcción como una acti- políticos de los niños y niñas.
vidad deseable y progresiva. Plantean el Baratta nos recuerda que, para los
desarrollo de una autonomía progresiva niños, «el argumento de la diferencia ha
que conlleva el ejercicio de la mayor can- producido beneficios mínimos en térmi-
tidad de derechos de acuerdo al desarro- nos de protección, pero les ha costado
llo del niño. en términos de igualdad; mientras que el
De acuerdo con Seda, con la firma de argumento de la igualdad ha producido
la CIDN, los Estados Parte introducen a efectos negativos, [...] excepciones que
los niños y niñas de todas las edades en han permitido igualar a los adolescen-
la ciudadanía social y mantienen edades tes con los adultos en sectores delicados

»
proporcionales a la madurez de cada uno como el trabajo, el reclutamiento militar
para la respectiva introducción progre- y la edad penal».
siva a la ciudadanía civil y política.
El acceso de los niños y niñas a una
ciudadanía plena se encuentra atrave- María Ana Monzani y Graciela Soler, «Infan-
sado por las diferentes representaciones cias y derechos: plurales (des)encontrados»,
e ideas de infancia de la sociedad actual. clase del curso virtual «Infancias y adoles-
Por ejemplo, resulta interesante reflexio- cencias. Interrogaciones sobre saberes y
nar acerca de cómo estas ideas no son tan prácticas», cem/Punto Seguido, Buenos
cuestionadas en lo que respecta al ámbito Aires, 2005.
03 De objeto de tutela a sujeto de derecho: el niño como ciudadano

La Convención
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en debate
D AT O S / D O C U M E N T O S / M AT E R I A L D E T R A B A J O

Las objeciones a la Convención Internacio- su medio. Por un lado están aquellos que
nal de los Derechos del Niño atañen a varios piensan que considerando a los niños como
registros, pero todas remiten al mismo presu- quisiéramos que fuesen –conscientes, res-
puesto: el único verdadero derecho del niño ponsables, capaces de juzgar– les impedimos
es el derecho a ser educado, a recibir una convertirse en eso. Por otro lado están aque-
educación que solo adultos, educados a su llos que sostienen que no podemos preparar
vez, pueden brindarle. para la libertad a través de la coerción y que,
De este modo, se señala que la Conven- al postergar para más tarde el ejercicio de la
ción juega permanentemente con dos regis- responsabilidad, nos prohibimos formarlo.
tros, «dos exigencias difícilmente conciliables, Por un lado están aquellos que creen que la
dos exigencias sin puntos en común»1: la sumisión a una disciplina impuesta forma la
necesidad de proteger al niño, considerando voluntad necesaria para el ejercicio de la ciu-
su fragilidad particular («el niño, por su falta dadanía adulta. Por otro lado están aquellos
de madurez física e intelectual, necesita pro- que piensan que la libre implicación, desde la
tección y cuidados especiales»2) y la necesi- infancia, en una actividad colectiva permite
dad de reconocerle el derecho a la libertad de descubrir por sí mismo las reglas necesarias
expresión3, la libre elección de sus opiniones para acceder a la responsabilidad ciudadana.
y pertenencias4, de tratarlo como un ser res- Por un lado aquellos que creen posible for-
ponsable, ya capaz de pensar por sí mismo... mar para la democracia a través del rigor de
lo que, justamente, todavía no es. la instrucción. Por el otro aquellos que están
[...] convencidos de que solo es posible formar
Todos están de acuerdo en que el primer para la democracia a través de la democracia
derecho del niño es el derecho a la educa- misma.
ción, todos están de acuerdo en la necesidad [...]
de una preparación para el ejercicio de la ciu- En este debate la CIDN parece tomar par-
dadanía... pero el desacuerdo surge con res- tido. Primero, en sus artículos 5 y 6, afirma
pecto a las condiciones de esta preparación y el deber de los adultos de obrar en pos del
a la naturaleza de la educación que se le debe desarrollo del niño, luego, más adelante, en
proponer al niño. Por un lado, están aque- los artículos 28 y 29 insiste en el «derecho a
llos que afirman que, como es menor, el niño la educación» y precisa que esta educación
debe recibir una educación que le imponga debe estar encaminada a «inculcar al niño el
los principios necesarios para su desarrollo respeto de sus padres, de su identidad, de su
y los comportamientos que le permitan la lengua y de sus valores culturales, así como
emergencia de su libertad. Por otro lado están el respeto de los valores nacionales del país
aquellos que afirman que solo es posible for- en el que vive, del país de que sea origina-
mar para la libertad a través del ejercicio de rio y de las civilizaciones distintas a la suya».
la libertad y que la educación debe hacer de A continuación agrega que esta educación
esta última no solo su objetivo, sino también debe «preparar al niño para asumir las res-
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D AT O S / D O C U M E N T O S / M AT E R I A L D E T R A B A J O
ponsabilidades de la vida en una sociedad personas, con independencia de la formación
libre, con un espíritu de comprensión, paz, que reciban. En realidad, solo puede tratarse
tolerancia, igualdad entre los sexos y amis- del derecho a formar a los niños en esos dere-
tad entre todos los pueblos y grupos étnicos chos a través del ejercicio mismo.
nacionales y religiosos y personas de origen
autóctono». Entre la afirmación del derecho Philippe Meirieu, El pedagogo y los derechos
a la educación y la de la necesidad de «incul- del niño: ¿historia de un malentendido? (tra-
car» valores al niño, la Convención, en su ducción de Daniela Gutiérrez). La obra com-
artículo 12, explica que «los Estados garanti- pleta ha sido publicada en castellano bajo el
zan al niño con capacidad de discernimiento título: El maestro y los derechos del niño: ¿his-
el derecho de expresar libremente su opinión toria de un malentendido?, Barcelona, Octae-
sobre todas las cuestiones que lo afecten». dro, 2004.
Desde luego, en este punto la Convención
toma una precaución oratoria significativa, Notas
puesto que se refiere a un niño «con capa- 1. Alain Finkielkraut, «La mystification des droits de
cidad de discernimiento»; pero, además del l’enfant», en Les droits de l’enfant, Actes du colloque euro-
carácter bastante evasivo de la expresión, la péen d’Amiens, 8, 9 y 10 de noviembre de 1990, Amiens,
Convención desarrolla más adelante, y ahora CRDP, 1991, pp. 63 a 80. Cf. también Alain Finkielkraut,
«La nouvelle statue de Pavel Morozov», en Le Monde, 9
sin reserva particular, el derecho a la libertad de enero de 1991, p. 14.
de expresión, de pensamiento, de concien-
2. Preámbulo de la Convención Internacional de los
cia, de religión, de asociación, de manifesta- Derechos del Niño.
ción, así como el derecho a dar su opinión 3. «El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese
en todos los problemas que la expresión de derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir
«derechos positivos» jurídicamente reconoci- informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de
dos cualquiera sea la edad, nivel de desarro- fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en
forma artística o por cualquier otro medio elegido por el
llo, educación y condiciones de vida de los niño», artículo 13-1 de la CIDN.
niños. No puede tratarse, en ningún caso, de 4. «Los Estados Partes respetarán el derecho del niño a
derechos que demostrarían capacidades exis- la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión»,
tentes y equitativamente distribuidas entre las artículo 14-1 de la CIDN.
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entre colegas
De objeto de tutela a sujeto de derecho: el niño como ciudadano

Tal como lo expresa el texto de Mei- Si no conoce el conjunto de las normati-


rieu, hoy en día hay diversas discusiones vas internacionales que se vinculan más
acerca de los alcances y límites del esta- o menos directamente con los derechos
tus de ciudadanía adjudicado a los niños del niño, le recomendamos rastrearlas
y niñas en el marco de la CIDN. y compartirlas en diversas situaciones
¿Cuáles son los alcances y límites con sus alumnos. Entre otras, tenga en
que usted encuentra a esta concepción cuenta:
en relación con la vida escolar? ¿En qué • Declaración de los Derechos Huma-
aspectos considera que algunos de los nos.
derechos del niño colisionan con las nor- • Declaración de los Derechos Urbanos.
mas escolares? • Convención sobre la eliminación de
todas formas de discriminación sobre
la mujer.
Soler y Monzani han señalado que la • Convención sobre los Derechos Polí-
CIDN «introduce en la relación adulto- ticos de la mujer, Declaración sobre
niño el orden de la ley, en lugar del amor, la protección de la mujer y el niño en
la compasión o el disciplinamiento». estados de emergencia o de conflicto
¿Qué cree que prima en su relación armado.
con sus alumnos? • Carta de la Tierra.

03
página 35
actividades

De objeto de tutela a sujeto de derecho: el niño como ciudadano


Es imprescindible que todos los niños, Para trabajar con los más grandes
niñas, adolescentes y jóvenes conozcan
sus derechos, por lo tanto, le sugerimos A partir de la CIDN elaborar un cuadro
poner en práctica actividades que invo- comparativo en el que se establezcan:
lucren un trabajo sobre la CIDN. Aquí le • Las responsabilidades de los niños.
acercamos algunas sugerencias: • Las responsabilidades de los adultos
(en relación con el cumplimiento de
Para trabajar con los más chicos esos derechos).
• Los derechos de los “grandes” (en qué
Seleccionar algunos derechos de la CIDN. se parecen, en qué se diferencian de
Y analizar con los niños: los derechos de los más pequeños).
• ¿En qué situaciones cotidianas (esco-
lares, familiares) esos derechos están
en juego?
• ¿En qué casos se considerarían vulne-
rados?
• ¿En qué casos no?
• ¿Qué responsabilidades para los niños
constituyen la contracara de esos
derechos?

03
De objeto de tutela a sujeto de derecho: el niño como ciudadano página 36

03
anotaciones
04
Entre las declaraciones
políticas y las prácticas
institucionales de protección
de la infancia: un largo
camino por recorrer
M ás allá de las leyes y decisiones
macropolíticas acerca de la infan-
cia (como la sanción de la CIDN o de
interesa en este capítulo poner en discu-
sión el universo conceptual que sustenta
las percepciones y expectativas sobre los
leyes que protegen sus derechos), lo que niños que organizan las prácticas institu-
las instituciones «hacemos» con, para cionales y las definiciones de programas
o sobre los niños y niñas depende, en y políticas que les están dirigidos.
buena medida, de cómo concebimos lo
que los niños y niñas «son» y lo que, en ¿Cómo se constituyen nuestras
función de lo que «son», necesitan y pue- percepciones y expectativas
den hacer, aprender, desear y soñar. sobre los otros?
De hecho, las percepciones y expectati-
vas que sostenemos sobre los niños y niñas El hombre es un clasificador que se
ordenan las funciones y formas de organi- clasifica clasificando.
zación de las instituciones que trabajan con PIERRE BOURDIEU
ellos. Así tenemos instituciones asistenciales
(como comedores u hogares), penales, edu- Cada vez que interactuamos con alguien
cativas no formales, escolares, recreativas, –aun cuando se trate de alguien que no
abiertas o de encierro, etc., que definen su conocemos–, ponemos en juego un con-
identidad institucional, en buena medida, junto de expectativas acerca de las carac-
en función del modo en que definen la terísticas y los resultados de ese intercam-
identidad de los niños, niñas y adolescentes bio: en primer lugar, esperamos que el
que asisten a ellas, con relativa independen- otro se comporte de cierta manera según
cia de los marcos normativos vigentes. sea mujer u hombre, adulto, adolescente o
Dado que es un proceso mucho más niño, extranjero o compatriota, amigo de
complejo y costoso modificar nuestras toda la vida o desconocido, un niño que
prácticas y percepciones que las leyes, nos limpia los vidrios de los autos en un semá-

Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad página 37


página 38
C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

foro o un niño a la salida de una escuela. categorías de percepción y apreciación del


A la vez, suponemos que el encuentro mundo social y, a la vez, reglas de acción.
seguirá ciertas reglas de acuerdo con el Dicho de otro modo, nuestras represen-
contexto de la interacción (una fiesta, taciones sobre los demás, sobre nosotros
una entrevista laboral, una tienda, la mismos, sobre la situación social en la que
calle, la escuela, un comedor comunita- tienen lugar las interacciones, sobre las
rio, un restaurante, etc.) y el motivo de la posiciones sociales (de los otros y nuestra)
interacción (celebrar, conseguir o dar tra- y sobre la relación entre esas posiciones
bajo, comprar o vender algo, pedir o dar (de subordinación, de jerarquía, de sime-
plata en la calle, etc.). Finalmente, nues- tría, etc.) orientan no solo nuestro modo
tras expectativas acerca de cómo trans- de mirar y entender el mundo social, sino
currirá ese encuentro variarán según sea también nuestras prácticas. Así, las repre-
nuestra posición respecto del otro: jefe sentaciones constituyen una suerte de guía
o subordinado, padre o hijo, docente o que nos orienta en nuestro tránsito por el
alumno, vendedor o comprador, etc. mundo, indicándonos qué mirar, cómo
Esas expectativas operan como algo mirar, cómo nombrar y cómo actuar.
que «sabemos» acerca de los otros y
acerca de lo que se espera de uno y orien- «Serás lo que debas ser, y si no...»
tan nuestro modo de actuar en cada
intercambio social. Se trata de un cono- El modo en que miramos a los otros (y el
cimiento compartido y complejo que los modo en que somos mirados) produce
participantes de una interacción ponen en efectos «reales» sobre las formas de perci-
juego. Cuando las expectativas mutuas de birse y de actuar. Y esto por dos razones.
los sujetos que participan en una interac- En primer lugar, porque el modo en que
ción son coincidentes, es decir, cuando lo percibimos a los otros, dicho de otro modo,
que cada uno hace y dice se ajusta a lo nuestras representaciones sobre los otros,
que espera el otro, la situación transcurre determinan nuestras prácticas y comporta-
de manera más o menos previsible. mientos: nos comportamos respecto de los
A eso que sabemos sobre los otros y demás de acuerdo con lo que esperamos de
sobre las reglas de los intercambios en ellos. En segundo lugar, porque existe una
distintas situaciones sociales e incluso a lo relación entre cómo nos perciben y cómo
que sabemos acerca de las expectativas nos percibimos, siempre que aquel que nos
de los demás sobre nosotros mismos lo mira tiene alguna significación o autoridad.
llamaremos aquí representaciones socia- Estos modos de percibir a los otros se tra-
les. Estas representaciones constituyen ducen tanto en prácticas concretas como
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en modos de nombrarlos. Dicho de otro El proceso de producción de la dife-
modo, los nombres, las palabras, las eti- rencia se juega siempre, además, según
quetas producen efectos. Como ya hemos nos dice Derrida, en una oposición bina-
señalado en otro lugar1: «la imposición de ria, cuyos términos son mutuamente
un nombre (vulnerable, pobre, marginal, dependientes: negro/blanco, nativo/inmi-
incluso niño, adolescente, alumno) es un grante, pobre/rico, vulnerable/invulnera-
acto de institución de una identidad, toda ble, excluido/integrado, alumno/desertor,
vez que una sentencia descriptiva termina etc. Y uno de los términos de esa oposición
funcionando como performativa, provo- binaria opera como norma, desde la cual
cando de alguna manera que se realice el se designa la diferencia. El punto es que la
resultado que anuncia2. Al respecto, Bour- diferencia se naturaliza y se hace invisible
dieu3 ha señalado que “instituir, asignar su existencia dentro de la relación, porque
una esencia, una competencia, es impo- lo «no-diferente», el polo de la relación que
ner un derecho de ser que es un deber ser está funcionando como norma se invisibi-
(o un deber de ser). Es significar a alguien liza. Respecto de los modos de percibir las
lo que es y significarle que tiene que con- diferencias raciales en el marco del discurso
ducirse consecuentemente a como se la multiculturalista, McLaren4 señala: «Las
ha significado”». prácticas sociales de ser blanco son rara-
Ahora bien, la construcción de una iden- mente, si no nunca, nombradas. Menos
tidad no es resultado de cualquier acto de aún cuestionadas en el sonoro llamado al
nombramiento. Es un acto de nombra- aumento de la diversidad cultural». Desde
miento que designa una diferencia. En esta perspectiva y siguiendo con McLaren,
otras palabras, la identidad cultural solo «la diversidad es una manera de sumar cul-
puede ser comprendida en su conexión turas a un centro ya dominante».
con la producción de la diferencia. Este modo de entender los efectos de
Y la diferencia no es obviamente una los actos de nombramiento y de produc-
característica natural, un dato visible de ción de la diferencia nos lleva a derivar
la realidad social. Tampoco es un atributo dos conclusiones:
propio de los sujetos. La diferencia es a Los procesos de diferenciación siem-
siempre un proceso social e histórico vin- pre son dobles: cuando elegimos un
culado a la significación, es decir, es un modo de calificar, adjetivar, en fin, un
proceso social discursivo. La diferencia, modo de nombrar a un sector de la
por tanto, es arbitraria, fluctuante, muta- población de niños y jóvenes, estamos
ble, y su producción se da en conexión también calificando a su complemen-
con relaciones de poder. tario y constituyéndolo en norma.
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b Al invisibilizarse el polo que ocupa el La naturaleza infantil como norma


lugar de la norma, la designación de la
diferencia funciona descriptivamente. Por lo menos desde el siglo XVIII, las disci-
Dicho de otro modo, la designación de plinas científicas dedicadas al estudio de la
la diferencia (que, como vimos, no «es infancia han procurado describir, cada vez
del otro», sino que es resultado de un más sofisticadamente, el desarrollo infantil.
proceso de significación que toma como Desde aquel llamado de Rousseau a obser-
parámetro uno de los polos de una rela- var sistemáticamente a Emilio (el prota-
ción binaria) funciona a la manera de gonista de su famosa novela pedagógica)
una descripción de lo que el otro es. para conocer su naturaleza, la sicología, la
pediatría y la pedagogía, entre otras disci-
En relación con el problema que nos plinas, no han cesado de producir descrip-
ocupa aquí, estamos frente a un asunto ciones acerca de la naturaleza infantil.
de importancia. Nos obliga, de hecho, En capítulos anteriores ya nos hemos
a preguntarnos nuevamente: ¿qué deci- referido a la historicidad de la infancia y a
mos cuando decimos «niños y niñas vul- los efectos de la naturalización del desa-
nerables», o «en riesgo», o «pobres», o rrollo infantil. A este respecto, Baquero
«desertores», o «delincuentes»...? ¿En ha analizado con detalle los efectos nor-
relación con qué normatividad reconoce- malizadores de las pretendidas descrip-
mos y nombramos esos atributos? ¿Los ciones del «niño natural» en el marco de
utilizamos a la manera de una descrip- la sicología evolutiva, en términos de un
ción de lo que los niños «son»? Y si es así, conocimiento que, al mismo tiempo que
¿cómo estimamos sus posibilidades de describe, prescribe la orientación del desa-
«ser» otra cosa? En lo que sigue, inten- rrollo infantil «normal» y permite, a partir
taré abordar estos interrogantes. de allí, medir sus desvíos y nombrarlos. Lo

Si se detienen en las expresiones que se utilizan corrientemente en las instituciones para caracterizar
a los niños y niñas con los que trabajan, notarán este efecto de invisibilización de la norma y su con-
trapartida: la hipervisibilización del polo contrario. Así, por ejemplo, es común escuchar expresiones
como «estoy trabajando con población en riesgo», mientras que jamás escuchamos a nadie decir
«estoy trabajando con población segura». Del mismo modo, es habitual escuchar en las escuelas
decir que asisten allí mayormente «niños carenciados», mientras que es mucho más raro que se
digan cosas como «trabajo en una escuela de clase media». En este último caso, solemos referirnos
a la escuela «a secas», sin adjetivaciones.
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que funciona en el lugar de la norma a La desnaturalización, es decir, el reco-
la hora de describir/nombrar a los niños nocimiento de la producción histórica y
y niñas como en riesgo, vulnerables, etc., cultural de la infancia y de sus formas de
es la naturaleza infantil y las formas de atención desoculta el procedimiento nor-
cuidado, crianza y educación de la infan- mativo implícito en su descripción y habi-
cia que, históricamente, se han sostenido lita el reconocimiento de la pluralidad.
como las formas más adecuadas a esa El plural invita a romper la imagen mono-
naturaleza (como cierto tipo de familia, la lítica que se construyó acerca de la niñez
asistencia a la escuela, etc.). y la adolescencia a lo largo de los últimos
Así, la ficción de la naturaleza infan- siglos y que sigue vigente todavía en nues-
til y la naturalización de las políticas de tros modos de percibirlas, en nuestros senti-
cuidado, crianza y educación se postu- mientos hacia ellas y, sobre todo, en buena
lan, a la vez, como universales y singu- parte de las políticas destinadas a la infancia
lares. Funcionan como un universal toda (por ejemplo, las de «prevención»), que se
vez que describen algo del orden de lo conforman sobre lo que Núñez6 ha denomi-
«natural»; se pronuncian en singular por- nado «poblaciones estadísticamente defini-
que establecen un modelo de niño y un das como portadoras de riesgos».
modelo de intervención sobre los niños El plural permite, además, reconocer que
válido para todos. todos los niños, niñas y adolescentes tienen
Ahora bien, como señala Zizek5, «todo un horizonte de derechos comunes.
universal se funda en un acto de exclusión». Para que este reconocimiento pueda
Así, la «descripción» de la infancia natural tener lugar es necesario someter a crítica
entendida como universal termina funcio- otros dos efectos de las conceptualizacio-
nando como una norma que, a la vez que nes normativas sobre los niños y niñas: la
permite afirmar la entidad de algo, niega la esencialización de las diferencias, enten-
entidad de todo aquello que no se ajuste a didas como desvíos respecto de la norma,
ella. En otras palabras, permite situar de un y la fijación de un destino.
lado a la infancia, pronunciada en singular,
y del otro a los menores, vulnerables, delin- Cuando los nombres
cuentes, carenciados, en riesgo, etc. Estos devienen etiquetas
últimos o bien no son reconocidos en tanto
niños (como en el caso de las discusiones Cuando las operaciones de nombramiento
sobre bajar la edad de imputabilidad de se inscriben en el marco de enunciados
los menores), o bien no son reconocidos descriptivos y, como ya dijimos, ocultan
como niños «a secas». su carga normativa, parecen designar
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lisa y llanamente lo que el otro es, algo este sentido se puede decir que uno nunca
así como su esencia. Y, en ese proceso, el es algo, sino que, más bien, está siendo.
nombre deviene etiqueta. Respecto de esta cuestión, Frigerio7 ha
Los actos de etiquetamiento se sostie- dicho: «Comencemos por definir lo que
nen en un modo de concebir la identi- la identidad no es. No es imagen especu-
dad que nos interesa discutir aquí. lar, no es clonaje, no es la detención del
En primer lugar, conciben la identidad tiempo en un modelo que lo captura. Es
como fija, inmutable, que se constituye la manera de trabajar en el transcurso del
una vez y para siempre; en segundo lugar, tiempo, es el tiempo mismo, es el modo
conciben la identidad como algo dado, en que el tiempo nos trabaja. Definamos
como un atributo del sujeto, un dato con por la afirmativa: es construcción, deve-
el que el sujeto ingresa al mundo social nir, producto, búsqueda de lo que no será
(como por ejemplo la raza, el sexo, pero nunca totalmente encontrado, hallazgo,
también la pobreza); en tercer lugar, firma. Identidad es huella, es nombre, es
entienden la identidad como homogénea, lo que permite que la gramática de lo sin-
sobredeterminada por un atributo en par- gular sea inscripta y reconocida en una
ticular (posición social, cultura de origen, gramática de lo plural. Es herencia y crea-
cociente intelectual o lo que sea). ción, continuidad y ruptura. Deseo de
Así, cuando, por ejemplo, se le coloca inscripción y deseo de reconocimiento.
a un adolescente en conflicto con la ley la Identidad es el otro nombre de la alte-
etiqueta de «delincuente», ésta pasa a ser ridad».
inmutable (difícilmente –se dirá– sea en Muchas veces las instituciones defi-
la vida otra cosa), una característica que nen sus políticas (programas, proyectos,
es inherente a ese niño o niña, que define acciones) dirigidas a niños, niñas y ado-
y explica, además, todo lo que es. Así, la lescentes sobre la base de lo que es espe-
etiqueta termina fijando no solo la iden- rable según la etiqueta que éstos portan.
tidad, sino también –y este es el efecto Asimismo, muchas políticas de Estado se
más grave, sin dudas– el destino. definen de la misma manera. El efecto
En contraposición, propondremos aquí no es otro que una oferta que termina
que la identidad es siempre parcial, frag- produciendo el destino anunciado por el
mentada, incompleta, resultado de múl- mismo acto de etiquetamiento.
tiples determinaciones que derivan de las Tomemos como ejemplo las llama-
múltiples posiciones sociales que un sujeto das escuelas de recuperación. Allí asisten
ocupa, entre las cuales ninguna sobredeter- niños que no siguieron las pautas espera-
mina su identidad de manera esencial. En bles de aprendizaje escolar (y sobre todo
sus ritmos) o que, por otras razones (com-
portamiento, origen social u otras), no
encajan dentro de las definiciones esco-

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lares de niño y de alumno. Frente a niños
que portan la etiqueta de, pongamos por
caso, «retraso» o «dificultades de apren-
dizaje», la escuela enseña menos. Como
resultado, los niños aprenden menos y,
por lo tanto, nunca pueden reingresar a
la escuela común. Así, las acciones insti-
tucionales, las prácticas desplegadas en

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relación con estos niños, sujetas a unas Nombrar o no nombrar:
ciertas expectativas de aprendizaje, ter- he aquí el dilema
minan produciendo lo que anuncian.
El mismo mecanismo ordena asi- La subversión política presupone una sub-
mismo las políticas de prevención que versión cognitiva, una reconversión de la
visión del mundo [...] La subversión herética
pretenden anticiparse a los efectos pro-
[...] contribuye prácticamente a la realidad
nosticados por las etiquetas. Al respecto, de lo que enuncia por el hecho de anun-
Núñez8 ha señalado: «En una población ciarla, de preverla y de hacerla pre-ver, de
dada, cualquier diferencia que se obje- hacerla concebible y, sobre todo, creíble, y
tive como tal puede dar lugar a un perfil crear de esta forma la representación y la
poblacional. Luego viene la gestión de voluntad colectivas que, al menos en parte,
aquellos, a través de procesos de distribu- puedan contribuir a producirlas.
ción y circulación en circuitos especiales: PIERRE BOURDIEU
recorridos sociales bien definidos para
esos perfiles poblacionales previamente ¿Cómo romper la trampa que nos tienden
establecidos. [...] De esto se desprende las palabras? ¿Cómo poner palabras sin
una imputación implícita a cada uno de poner, en el mismo movimiento, una norma,
los sujetos pertenecientes a esos perfi- un parámetro? ¿Cómo trabajar con niños y
les poblacionales, sobre sus comporta- niñas que transitan situaciones de alta com-
mientos futuros, del tipo “madre soltera plejidad, que están sufriendo, que necesitan
engendra hijos con riesgos”. De manera de otras intervenciones de los adultos, sin
tal que se le atribuye (se prevé) un paso describir la situación en la que están?
al acto, resultando así justificada la inter- Éstas son preguntas que nos hacemos
vención preventiva sobre esa persona: no cotidianamente, a la hora de proponer
es necesario esperar para prevenir». una orientación y un encuadre al trabajo
Finalmente, advirtamos que, cuando que desarrollamos con niños y niñas que
los actos de etiquetamiento presentan están bajo tutela del Estado, residiendo en
«carga conceptual», cuando conceptos hogares asistenciales. También en nuestros
provenientes de disciplinas científicas intercambios con profesionales que tra-
(sicología, medicina, sociología) funcio- bajan con población infantil en otras ins-
nan a la manera de una descripción de lo tituciones. En principio, lo que podemos
que los niños y niñas son (y, por lo tanto, es acercarles algunos de los caminos que
serán), se torna más invisible el meca- estamos explorando.
nismo normativo y, sobre todo, su efecto En primer lugar, asumimos que el aná-
productivo. lisis crítico de los conceptos que ordenan
nos proponemos cuestionar permanente-
mente su proceso de producción. Hacer
visible lo invisible, que no es la «verdad»,
página 44

en el sentido clásico, sino la normatividad.


En tercer lugar, nos preocupa poner
en cuestión de manera implacable la
posición desde la cual nombramos.
Finalmente, nos preocupa analizar,
cada vez, si nuestros modos de nombrar,
de describir cada situación y de definir
nuestras acciones con los niños y niñas
C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

muchas de las prácticas institucionales con confirman un destino o habilitan la opor-


niños y niñas no es una tarea de crítica tunidad de que otra cosa tenga lugar.
ideológica. Es decir, no criticamos esos No sabemos cuánto esto es posible ni cuál
conceptos porque distorsionan, falsifican es exactamente su eficacia. Pero sí sabemos,
u ocultan la «realidad tal cual es», no bus- y no es poco, que es hora de dar, como dice
camos la «verdadera» identidad de esos Antelo, la batalla por los nombres; o, como
niños y niñas oculta detrás de los concep- ha señalado Serra, de encontrar qué poner
tos (recordemos que en su definición más dentro del tajo que abren los plurales; y para
clásica, la ideología funciona como pantalla ello es necesario cuestionar las categorías
que oculta la realidad). Antes bien, enten- disponibles y sospechar, metódicamente,
demos que no hay tal verdad por fuera de de nosotros mismos.
los discursos producidos sobre ella. En este
sentido, nos resulta más potente tratar de Notas
entender el universo conceptual que se 1. Gabriela Diker, «Palabras para nombrar», en Graciela
aplica a la infancia en términos de unas Frigerio y Gabriela Diker (comps.), «Infancias y adoles-
cencias. Teorías y experiencias en el borde», en Ensayos y
particulares relaciones de saber-poder en Experiencias, Nº 50, cem/Noveduc, 2003.
cuyo interior se producen unos discursos 2. Cf. Tomaz Tadeu Da Silva, Identidade e diferenca. A pers-
sobre la infancia que, pronunciados bajo pectiva dos Estudos Culturais, Río de Janeiro, Vozes, 2000.
condiciones de eficacia simbólica (por 3. Pierre Bourdieu, ¿Qué significa hablar? Economía de los
intercambios lingüísticos, Madrid, Akal, 1985, p. 81.
ejemplo, desde posiciones de autoridad
4. Peter McLaren, Pedagogía, identidad y poder. Los educa-
científica), no re-presentan un real, sino dores frente al multiculturalismo, Rosario, Homo Sapiens,
que lo producen, lo presentan, lo ponen 1998, p. 145.
en escena y lo reducen a singulares. De lo 5. Slavoj Zizek, «O espectro da ideologia», en Um mapa
que se trata entonces el análisis crítico de da ideologia, Río de Janeiro, Contraponto, 1994.
6. Violeta Núñez, (2003), «Infancia y menores: el lugar de
los conceptos es de comprender y someter la educación frente a la asignación social de los destinos»,
a crítica el particular entramado de saber y en Graciela Frigerio y Gabriela Diker (comps.), «Infancias
de poder que producen las concepciones y adolescencias. Teorías y experiencias en el borde», en
Ensayos y Experiencias, Nº 50, cem/Noveduc, 2003.
de infancia dominantes.
7. Graciela Frigerio, (2004), «Identidad es el otro nom-
En segundo lugar, sostenemos, frente bre de la alteridad. La habilitación de la oportunidad»,
a cada una de nuestras afirmaciones/des- en Graciela Frigerio y Gabriela Diker (comps), Una ética
cripciones/palabras sobre la infancia, una en el trabajo con niños y jóvenes. La habilitación de la opor-
tunidad, cem/Noveduc, 2004, p. 147.
«sospecha metódica» tendiente a poner 8. «Infancia y menores: el lugar de la educación frente
en cuestión los mecanismos de estableci- a la asignación social de los destinos», en Graciela Frige-
miento y naturalización de la norma; en ese rio y Gabriela Diker (comps.), «Infancias y adolescencias.
Teorías y experiencias en el borde», en Ensayos y Expe-
sentido, más que respetar la diferencia, riencias, Nº 50, cem/Noveduc, 2003, p. 95.
Entre las declaraciones políticas y las prácticas institucionales
de protección de la infancia: un largo camino por recorrer 04
Acerca de las

página 45
características de
las representaciones
sociales

DATOS / DOCUMENTOS / MATERIAL DE TRABAJO


Las representaciones sociales son, al mismo varones, ocurre que cada vez más en nues-
tiempo, sociales e individuales, objetivas y sub- tra cultura esas representaciones actúan
jetivas. Son sociales y objetivas porque se cons- sobre los aspectos biológicos, en la medida
truyen históricamente como resultado de una en que producen unas expectativas acerca
multiplicidad de operaciones de clasificación de cómo deben ser los cuerpos femeninos
de la sociedad. Esto quiere decir varias cosas: y masculinos o cómo debe vivirse la sexua-
1 Que las categorías de clasificación que lidad, la maternidad/paternidad, etc.
utilizamos y a través de las cuales nos Lo mismo ocurre con las representaciones
representamos al mundo social (mujeres/ sociales acerca de la infancia y la adoles-
hombres, blancos/negros, occidentales/ cencia. Las características que le atribui-
orientales, heterosexuales/homosexuales, mos a la infancia o a la adolescencia son
adultos/niños, pobres/ricos, empleados/ histórica y culturalmente construidas y, en
desempleados, excluidos/incluidos, o cual- tanto tales, relativamente independientes
quier otra) no son naturales ni universa- de su base biológica (edad, crecimiento
les, sino que son culturales (cambian de corporal, desarrollo). De hecho, hoy en
cultura en cultura) e históricas (cambian día se sostiene que los aspectos biológicos
a través del tiempo). Esto vale aun para el del desarrollo están también atravesados
caso de categorías que parecen tener una por determinantes sociales y culturales
base biológica inexcusable, por ejemplo, (baste como ejemplo la cuestión del ade-
mujeres/varones. En efecto, las representa- lantamiento de la menarquia en las niñas
ciones sociales acerca de las mujeres y los que residen en contextos urbanos).
varones van mucho más allá de sus dife- 2 Que las representaciones son comparti-
rencias biológicas y están cargadas de con- das en el marco de un grupo social, es
tenidos compartidos culturalmente acerca decir, no son producidas por cada uno
de cómo sienten, piensan, actúan, qué individualmente. Si fuera así, si no com-
desean, qué les gusta a unos y otros. Más partiéramos nuestras expectativas acerca
aún: lejos de constituir la biología la base de lo que es esperable en cada situación
de las representaciones acerca de mujeres y de los otros y de uno mismo, sería nece-
página 46
D AT O S / D O C U M E N T O S / M AT E R I A L D E T R A B A J O

sario establecer en cada encuentro coti- racciones entre las personas y las institu-
diano las reglas de la más mínima comu- ciones, qué permitimos y nos permitimos
nicación, incluso las reglas del lenguaje. querer, desear, hacer. Estas categorías y
Sin embargo, las representaciones com- reglas de percepción y acción a veces son
partidas y la internalización de las reglas de explícitas y asumen la forma de reglas y
funcionamiento de las instituciones por las prohibiciones, pero la mayor parte de las
que transitamos hacen posible la reproduc- veces son implícitas, y más que prohibir
ción cotidiana de la sociedad. Como señala tienen el efecto de producir lo que somos
Giddens, «la estabilidad y el significado de y hacemos. Como son implícitas (es decir,
la vida social cotidiana dependen del hecho no tenemos conciencia de ellas) se hacen
de que compartimos presupuestos cultura- invisibles y se naturalizan. Por ello resulta
les implícitos sobre lo que se dice y su por tan difícil reconocer su origen social.
qué». De allí que decimos que las repre-
sentaciones sociales tienen una dimensión Esto nos lleva a la segunda cuestión que
objetiva, exterior a cada individuo. planteamos más arriba: las representaciones
3 Que la producción social de categorías sociales también son individuales y subjeti-
de clasificación del mundo es producto vas. Y esto es así porque los criterios de clasi-
de luchas de poder por imponer un cri- ficación del mundo social construidos, como
terio de visión y división legítimo. Si las dijimos, cultural e históricamente son inter-
representaciones sociales no son naturales nalizados por los sujetos durante los procesos
ni son universales, sino que son culturales de socialización, convirtiéndose en esquemas
e históricas, entonces, ¿por qué las com- de percepción, apreciación y acción propios,
partimos? ¿De dónde salen? Frente a estas que actúan subjetivamente. De allí que las
preguntas, los sociólogos dirán que las representaciones internalizadas actúan, por lo
representaciones sociales son el resultado general, de manera inconsciente. De hecho,
de luchas simbólicas (y a veces materia- frente a cada interacción, no explicitamos
les, como en el caso de las luchas reli- todas nuestras expectativas y representaciones
giosas) entre distintos grupos por impo- sobre el otro: simplemente actuamos orienta-
ner unos esquemas de percepción, un dos por esas representaciones que son algo así
modo de mirar el mundo y un modo de como las lentes a través de las cuales miramos,
actuar, sobre otros. En estas luchas, que nombramos y actuamos en el mundo social.
son luchas de poder, se juega no solo una Ahora bien, las representaciones sociales,
concepción de la sociedad, sino sobre que configuran todo el universo de expecta-
todo un modelo de funcionamiento social tivas sobre los otros y sobre nosotros mismos,
y una estrategia de dominación cultural: no deben ser entendidas simplemente como
qué se puede y no se puede hacer o decir, un modo de concebir la realidad. Antes bien,
quiénes pueden hacer ciertas cosas y quié- sostendremos que las representaciones socia-
nes no, cómo se jerarquizan los grupos y les son productivas, en el sentido que contri-
los individuos, cómo se regulan las inte- buyen a producir la realidad que representan.
página 47
entre colegas

de protección de la infancia: un largo camino por recorrer


Entre las declaraciones políticas y las prácticas institucionales
Con el fin de trabajar sobre las propias ¿Qué columna les resultó más difícil
representaciones y expectativas acerca completar? ¿Qué columna constituye la
de los niños, les proponemos realizar con norma, lo normal, lo que «debe ser»? La
colegas el siguiente ejercicio: columna que fue identificada como «la
• Hagan un listado de los adjetivos norma», ¿contiene palabras o expresio-
que se suelen utilizar para calificar nes que suele utilizar?
a los chicos con los que trabajamos
(pobres, marginales, excluidos, de la
calle, etc.).
• Hagan en otra columna un listado de
los adjetivos opuestos.

04
página 48

actividades
Entre las declaraciones políticas y las prácticas institucionales
de protección de la infancia: un largo camino por recorrer

Les proponemos a continuación poner Intenten mantener con alguien una con-
en práctica un viejo ejercicio que per- versación bajo la regla de «sin implíci-
mite mostrar la cantidad de informa- tos». Grábenla. Luego analicen cuántas
ción, expectativas, exigencias, etc., expectativas están involucradas en cada
que todos ponemos en juego en toda intercambio cotidiano.
situación de interacción. A partir de allí, Analicen cuántos implícitos se ponen
podrá trabajarse sobre los efectos que en juego en cada una de nuestras inte-
se producen cuando esas expectativas racciones con niños y niñas. Comparen
trabajan como prejuicios. los implícitos involucrados en la interac-
Hace muchos años, Harold Garfinkel, ción que sostenemos con un niño o niña
reconocido como el fundador de la etno- que nos pide una moneda en un semá-
metodología, realizó un experimento foro, con un niño o niña con delantal
comunicacional tendiente a hacer explí- blanco que sale de la escuela acompa-
citas las expectativas que organizan los ñado por su mamá o con una adoles-
intercambios cotidianos. Éste era muy cente embarazada.
simple: se trataba de mantener una con- Traten de imaginar cuáles son las
versación sin implícitos, es decir, en la expectativas que ellos tienen respecto de
que se forzara a alguien a aclarar el sen- cuál será nuestro comportamiento en ese
tido de todos sus comentarios. Uno de intercambio.
los diálogos decía así:

—¿Qué tal estás?


—¿Cómo estoy en relación a qué? Mi
salud, mi dinero, la escuela, la tranqui-
lidad de espíritu, mi...
—(Rojo de ira y de pronto fuera de sí)
¡Mira! Solo trataba de ser cortés. Fran-
camente, me importa un bledo cómo
estás.

04
05

El derecho de los
niños a la educación
y los derechos de los
niños en la educación
E n la actualidad hay un acuerdo casi total
en torno de algunos principios que arti-
culan infancia, educación y derechos:
• ¿Es suficiente con asegurar el acceso a la
escuela para asegurar el derecho igual
de todos los niños a la educación?
• Que todos los niños gozan de igual • ¿Derecho igual a la educación significa
derecho a la educación. escuela igual para todos? o, dicho de otro
• Que los Estados son responsables de modo, ¿la igualdad de derechos supone
garantizar ese derecho. homogeneidad en la oferta escolar?
• Que la escuela es el medio privilegiado • Si se aceptan los efectos excluyentes
para asegurar educación para todos. que ha producido la escuela homogé-
• Que las instituciones educativas –esco- nea (excluyente de culturas, lenguas,
lares y no escolares– deben contem- formas de organización familiar, situa-
plar en sus prácticas el conjunto de los ciones socioeconómicas, etnias, cuer-
derechos de los niños y niñas. pos diferentes de los parámetros ins-
tituidos escolarmente como norma),
Los artículos 28 y 29 de la Convención ¿cómo resolver la tensión que supone
Internacional de los Derechos del Niño sostener que la igualdad de derechos
expresan estos principios con claridad, lo puede –y debe– asegurarse a través de
cual da cuenta del alto nivel de consenso una oferta educativa heterogénea?
que los sostienen. • ¿Cómo evitar los riesgos que políticas
No obstante, son muchos los interro- que se proponen adecuar las condi-
gantes, los problemas y las deudas que ciones de escolarización a las necesi-
permanecen abiertas a la hora de tradu- dades, deseos y elecciones de los dis-
cir esos principios en políticas, institucio- tintos grupos se transformen en una
nes y prácticas: oferta segmentada en circuitos a los
• ¿Derecho a la educación es siempre y que se atribuye diferente valor social?
solo derecho a la escuela? En otras palabras, cómo evitar lo que

Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad página 49


página 50

Serra1 denominó el «reverso» de la


C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

nuevas herramientas conceptuales (o a


equidad, «una educación para pobres, resignificar las viejas), que nos permitan
para ricos, para mujeres, para aboríge- escapar de las trampas de las modas, de
nes, para inmigrantes, para deficien- las retóricas dominantes, de los discursos
tes, para incapaces». naturalizadores de la desigualdad, de la
injusticia, del avasallamiento del derecho
Por otra parte, sabemos que, en buena de los niños y niñas a la educación y en la
parte de los países del mundo, las metas educación.
de cobertura educativa de los niveles de
enseñanza que en cada país se definie-
ron como obligatorios están aún lejos de
ser cubiertas, razón por la cual, aun en
los términos más simples del derecho a
« En nuestro tiempo, la palabra edu-
cación evoca desafíos y también
nombra lo pendiente. Los sistemas
educativos creados por la modernidad asis-
la educación como derecho al acceso a ten a las críticas que lógicamente siempre
la escuela, las políticas, los Estados y los plantean los cambios epocales y los sueños
adultos como generación tenemos una aún no realizados, es decir, los de aquellos
enorme deuda que resolver. que no han podido, por circunstancias his-
Además, sabemos también que las tóricas, políticas, regionales, familiares o
formulaciones jurídicas (internacionales y singulares, acceder a los espacios donde se
nacionales) son necesarias en la medida distribuye (o se debería distribuir) el capital
en que señalan rumbos a seguir y ofre- cultural al que no se tiene acceso cuando
cen un marco bajo el cual la injusticia el encuentro con la institución educativa
puede ser denunciada, pero no se tradu- (entendida en su sentido más amplio, no
cen necesaria ni rápidamente en prácti- como sinónimo de lo escolar) se ha visto
cas educativas concretas. De allí que la impedido o interrumpido.
vigencia de los derechos de los niños Sostener hoy la importancia de educar
en la educación constituye también un la responsabilidad de educar conlleva,
asunto que está lejos de lo deseable. para nosotros, hacer el esfuerzo de resigni-
En relación con estas deudas, con las ficar, retomar viejos sentidos, cuestionar-
preguntas aún no respondidas, que se los, interrogarlos y conservarlos cuando
suman a los desafíos que traen los nue- mantienen vigencia y pertinencia, pero
vos tiempos, Frigerio nos invita a abrir una también incluye la responsabilidad de
vez más la noción de educación, a buscar incorporar asignaciones y mandatos nue-
con obstinación su sentido, a encontrar vos sin complacencias (eventualmente
página 51
C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S
no respondiendo a ciertas demandas de nadie está obligado a recibir la herencia
la actualidad y quizás sosteniendo ofer- sin recibir al mismo tiempo la libertad
tas aun cuando, para ellas, no sea éste el para decidir sobre la misma, aceptarla,
tiempo de la demanda). rechazarla, continuarla, modificarla).
[...] La educación es entonces mandato de
emancipación que acompaña al gesto
¿Educar? Una acción política de distribución cuyo signo será el del
y una acción jurídica don, es decir, un dar que no conlleva
deuda para el destinatario (dado que
Educar está íntimamente asociado al todo receptor fue considerado desde el
verbo re-conocer, tanto como a las acti- vamos un heredero legítimo).
vidades del conocer. Cualquier neutrali- Elegimos la noción de don porque, en
dad se vuelve entonces imposibilidad o sí, viene a dar cuenta del derecho a reci-
hipocresía. bir y de la responsabilidad del reparto.
[...] Incluye (así lo entendemos) un recono-
El imperativo categórico de inscrip- cimiento sobre el cual las políticas del
ción sin el cual lo social no tiene lugar conocimiento adquirirán su sentido. Un
deviene imperativo de distribución y sentido que teme a la tecnocracia, escapa
de reconocimiento. Educar es el nom- a la burocracia, no se deja capturar por
bre de los mil modos por los cuales una el pragmatismo, detesta la demagogia
sociedad encuentra maneras de conjugar y afirma que todo hombre es capaz (o,
la responsabilidad del re-conocer. como diría el pedagogo Jacotot, que
Insistiremos en considerar a la educa- todas las inteligencias son iguales).
ción como la acción política de distri- [...]
buir la herencia (capital cultural, tesoro
común o los mil nombres que recibe el ¿Educar? Interrumpir la
quehacer de los hombres a lo largo de su reproducción de las políticas
historia), designando al colectivo como de exclusión
heredero (designación que se propone
impedir que nadie quede marginado Ciertas políticas ponen en evidencia el
de la socialización y de la distribución), derrumbe de una tradición (Hannah
habilitando a cada heredero a deci- Arendt) y/o el retroceso de una civili-
dir sobre su posicionamiento frente a zación (Jean-Luc Nancy). Ante la meta-
lo heredado2 (manera de significar que morfosis de la cultura (carga inédita de
página 52
C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S

lo real, energías no ligadas, actividad resultan descalificantes; niños y niñas tra-


desembozada de la pulsión de muerte) bajando como adultos por el precio de
se trata sin duda de poner a trabajar las un esclavo; indígenas cuyas lenguas no
palabras, reconquistar sentidos extravia- coinciden con la del conquistador; adul-
dos y conquistar nuevos sentidos para tos condenados a sobrevivir con menos
que el lenguaje vuelva a nombrar las del mínimo necesario para lograrlo; habi-
cosas, y el mundo pueda ser el territorio tantes del planeta para los cuales no hay
del oficio del vivir con dignidad. respeto; para ellos, los derechos no cons-
Actualmente, en numerosos contex- tituyen parte de la vida cotidiana.
tos, educar es el verbo que con mayor [...]
pertinencia dice del trabajo de inte- Catalogados a priori. Ya antes de
rrumpir la reproducción de la humilla- nacer se les ha adjudicado un lugar ina-
ción de la que son objeto los sin parte los movible (de no mediar educación, de no
laissez pour compte3 (es decir, los que no intermediar políticas de la justicia). Nom-
cuentan). Educar se ha vuelto, ha vuelto brados como futuros pobres, cumplirán
a ser ahora (más que nunca), interrumpir con la profecía y serán pobres. Tratados
la repetición del más de lo mismo que como marginados, sobrevivirán excluidos.
llevan a cabo las políticas de la exclusión Denominados vulnerables, sufrirán los
que eficaz y eficientemente trabajan para efectos de las políticas que los excluyen.
la producción de un resto que no debe Llamados carenciados, se verán cataloga-
ser interpretado como un efecto inde- dos entre los que no reúnen condiciones
seado, sino como su mayor logro. de educabilidad; para ellos, el origen no
Nos hemos referido a ello en otras significa una filiación, sino una condena.
ocasiones, pero importa volver a escri- Para ellos, educar solo puede ser ocasión,
bir sobre lo que es sabido, pero sigue sin posibilidad, disponibilidad a cuestionar la
estar resuelto. Para grandes sectores de la noción de destino, es decir, la posibilidad
población, analfabetos (de todas las eda- de ocupar un lugar no coincidente con el
des); pobladores de territorios alejados que otorga el nacimiento (sin tener que
o a las puertas y entornos de los gran- renegar de su origen).
des centros urbanos (tan cercanos, pero Que todos tengan parte, que todos
aparentemente invisibles a los ojos de formen parte es un reclamo de las bue-
las políticas hegemónicas) que son con- nas conciencias, una condición de las
siderados y tratados como ciudadanos democracias y la manera más justa de
de segunda; identidades de género que conjugar el verbo educar.
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C AT E G O R Í A S / C O N C E P T O S / P O S I C I O N E S
• Educar es, entonces, el modo de efec- Notas
tivizar una política de la justicia (en 1. Silvia Serra, «La pedagogía y los principios de igual-
dad, equidad y diversidad», en AAVV, La educación como
el sentido con el que Derrida trabaja derecho, módulo correspondiente a la Carrera de Espe-
la noción), es decir, un trabajo de re- cialización de Posgrado «Nuevas infancias y juventudes»,
conocimiento que permite, al decir cem/UNGS, 2006.
de Goethe (ya en 1817), que importa 2. Entendemos por transmisión (al modo en que Jacques
Hassoum lo propone) aquello que excede a toda peda-
conservar lo antiguo con fidelidad y gogía, que implica y conlleva una ética, es decir, una
recibir a lo nuevo con generosidad; posición frente a la propia vida y a la propia muerte. De
podríamos decir entonces: guardar ninguna manera significamos transmitir como un acto de
pasaje que presupone sujetos pasivos y algo inconmo-
respeto a lo antiguo y acoger la nove- vible. Transmisión es el nombre que recibe el compartir
dad con entusiasmo y hospitalidad. el relato, es lo que hace posible un acto de relectura y
asegura el pasaje de las biografías singulares a las gra-
• Educar es el verbo que da cuenta de máticas plurales propias de las sociedades. Transmitir es
una política cultural4, política simul- «pasar» el código y habilitar al otro a construir una nueva
tánea de re-conocimiento y de significación.
conocimiento. Política de la memoria 3. Al respecto, es fundamental considerar la producción de
Jacques Rancière, Patrice Vermeren y Stephan Douailler.
(política del arkhé) entendida como la
4. Tomando aquí la concepción amplia que la teoría freu-
oposición a una política de la amnesia, diana nos propone para pensar la cultura, cuando la con-
que admite la importancia de la histo- sidera el conjunto de saberes, el poder hacer y las normas
necesarias para vivir en un mundo común.
ria para la vida (Nietzsche) y el lugar
diferenciado del olvido creador.
• Acción jurídica y política, política del re-
conocimiento tanto como política del
conocimiento, el verbo educar expresa
la acción responsable, el deber de hos-
pitalidad ante los nuevos, el horizonte
de esperanza (de acción sin espera, de

»
acción sin demora), el tiempo de lo
porvenir.

Graciela Frigerio, Los sentidos del verbo


educar, publicado en el marco de la
Cátedra Jaime Torres Bodet, México,
CREFAL, 2004.
05 El derecho de los niños a la educación y
los derechos de los niños en la educación

La educación en
página 54

la Convención
Internacional de los
Derechos del Niño
DATOS / DOCUMENTOS / MATERIAL DE TRABAJO

Artículo 28: Los Estados Partes reconocen el métodos modernos de enseñanza. A este res-
derecho del niño a la educación y, a fin de que pecto, se tendrán especialmente en cuenta las
se pueda ejercer progresivamente y en con- necesidades de los países en desarrollo.
diciones de igualdad de oportunidades ese Artículo 29: Los Estados Partes convienen
derecho, deberán en particular: implantar la en que la educación del niño deberá estar
enseñanza primaria obligatoria y gratuita para encaminada a: desarrollar la personalidad, las
todos; fomentar el desarrollo, en sus distintas aptitudes y la capacidad mental y física del niño
formas, de la enseñanza secundaria, incluida hasta el máximo de sus posibilidades; inculcar
la enseñanza general y profesional, hacer que al niño el respeto de los derechos humanos y
todos los niños dispongan de ella y tengan las libertades fundamentales y de los principios
acceso a ella y adoptar medidas apropiadas, consagrados en la Carta de las Naciones Uni-
tales como la implantación de la enseñanza das; inculcar al niño el respeto de sus padres,
gratuita y la concesión de asistencia financiera de su propia identidad cultural, de su idioma
en caso de necesidad; hacer la enseñanza y sus valores, de los valores nacionales del país
superior accesible a todos, sobre la base de la en que vive, del país de que sea originario y de
capacidad, por cuantos medios sean apropia- las civilizaciones distintas de la suya; preparar
dos; hacer que todos los niños dispongan de al niño para asumir una vida responsable en
información y orientación en cuestiones edu- una sociedad libre, con espíritu de compren-
cacionales y profesionales y tengan acceso a sión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y
ellas; adoptar medidas para fomentar la asis- amistad entre todos los pueblos, grupos étni-
tencia regular a las escuelas y reducir las tasas cos, nacionales y religiosos y personas de ori-
de deserción escolar. Los Estados Partes adop- gen indígena; inculcar al niño el respeto del
tarán cuantas medidas sean adecuadas para medio ambiente natural. Nada de lo dispuesto
velar porque la disciplina escolar se administre en el presente artículo o en el Artículo 28 se
de modo compatible con la dignidad humana interpretará como una restricción de la liber-
del niño y de conformidad con la presente tad de los particulares y de las entidades para
Convención. Los Estados Partes fomentarán establecer y dirigir instituciones de enseñanza,
y alentarán la cooperación internacional en a condición de que se respeten los principios
cuestiones de educación, en particular a fin de enunciados en el párrafo uno del presente artí-
contribuir a eliminar la ignorancia y el anal- culo y de que la educación impartida en tales
fabetismo en todo el mundo y de facilitar el instituciones se ajuste a las normas mínimas
acceso a los conocimientos técnicos y a los que prescriba el Estado.
página 55
entre colegas

los derechos de los niños en la educación


El derecho de los niños a la educación y
Para analizar, discutir, traducir, reescribir, bilidad de que realicen, a su vez y en el
dialogar y completar; para seguir pensando momento preciso, su propia novedad. El
acerca del raro y maravilloso oficio de edu- primer aspecto implica que la educación
car, les acercamos este pequeño texto de debe comprender una parte esencial de
la filósofa francesa Laurence Cornu sobre la enseñanza (y no la imposición de un
la responsabilidad de educar. «arte de vivir»); esto supone también
que se pueda «responder» del mundo

« La responsabilidad educativa vela,


de este modo, por el encuentro
del mundo, necesariamente más
antiguo, con estos recién llegados: toma
y, en particular, de lo que lo constituye
como mundo común. [...] El segundo
aspecto indica que el educador debe cui-
darse de considerar al niño como medio
verdaderamente a su cargo las conse- para soñar y realizar sus propias utopías,
cuencias de su nacimiento. La responsa- o como un sustituto de sus responsabi-
bilidad es la protección de un nacimiento lidades actuales en las esferas pedagó-
y no de una falta, de un nacimiento gica y política. En consecuencia, el futuro
decisivo para la continuidad misma del acceso de los recién llegados a la respon-
mundo. Según Hannah Arendt, las con- sabilidad tiene como condición el hecho
secuencias de esta puesta en el mundo de que los adultos hayan garantizado sus
son dobles, en términos de responsabili- propias responsabilidades acerca de ellos,
dad: proteger al mundo [...] de la nove- es decir, los hayan instruido y protegido
dad que constituyen los recién llegados, a la vez, hayan entablado con ellos una

»
lo cual significa obrar de modo que solo relación de tradición e interpretación del
actúen después de haber adquirido cono- mundo, y de hospitalidad.
cimiento mediante la educación, e inver-
samente, proteger la novedad aún frágil
de los recién llegados de la dureza de la
vida, sobre todo la del mundo público. Laurence Cornu, «Responsabilidad, expe-
En consecuencia, esta responsabilidad riencia, confianza», en Graciela Frigerio
consiste, por una parte, en decirles a (comp.), Educar: rasgos filosóficos para
estos recién llegados: «He aquí nuestro una identidad, Buenos Aires, Santillana,
mundo» y, por otra, en garantizar la posi- 2002, pp. 57-58.

05
página 56

actividades
El derecho de los niños a la educación y
los derechos de los niños en la educación

Aunque la educación constituye nues- • Los materiales de trabajo,


tra profesión y nuestra tarea cotidiana; • Los reglamentos: qué se podría hacer
aunque lo que hacemos día a día con los y qué no,
niños no sea otra cosa que educar; aun- • Los uniformes de niños, niñas y
que nos la pasemos hablando, leyendo, maestros.
discutiendo sobre los niños, la enseñanza,
el aprendizaje, solemos hablar muy poco Luego comparar con las escuelas actua-
con los niños sobre la educación. les y discutir acerca de lo que les parece
En este caso, les proponemos enton- deseable (del presente y del futuro) y lo
ces hacer de la educación, la escuela, los que no.
derechos a y en la educación un tema de Esta actividad resulta muy interesante
trabajo que nos permita acercarnos a lo también con los más grandes. Las descrip-
que los niños piensan, desean, requie- ciones y debates diferirán, por supuesto,
ren de la educación y de la escuela, a en sus niveles de profundidad.
los efectos de la escolarización sobre el
modo en que piensan y se piensan en el Para trabajar con los más grandes
futuro y, por qué no, a sus exigencias y a
sus críticas. Para investigar: datos sobre la desigual-
dad educativa en su localidad, en su país,
Para trabajar con los más chicos en el mundo (seleccionar indicadores:
cobertura, repitencia, sobreedad, acceso
Para imaginar otras escuelas posibles: al nivel superior, etc.).
imaginen y describan cómo creen que Para debatir sobre los datos releva-
serán las escuelas del futuro. Podrían dos: formular hipótesis acerca de las razo-
dividirse en grupos y pensar en distintos nes de la desigualdad educativa. Analizar
aspectos de la escuela, por ejemplo: políticas destinadas explícitamente a redu-
• El aula, cir la brecha de desigualdad educativa y
• El patio de recreo, sus posibles efectos.

05
06
Para seguir el
diálogo: no menos
de siete saberes
H ace algunos años, Edgard Morin
escribió, a solicitud de la UNESCO,
un texto cuyo título y contenido causó
en internet), compartirlo, discutirlo. Sus
ideas constituyen un punto de partida
para desplegar un intercambio que sus-
un impacto: Los siete saberes que necesita tente, sin renunciar a la reflexividad y a la
la educación del futuro (UNESCO, 1999). crítica, una articulación entre educación,
En este escrito, destinado a aportar ideas derechos y desarrollo sostenible con el
para la educación, Morin pretendía desta- propósito de poner en juego el derecho
car «aquello de lo que hay que ocuparse». al porvenir, entendido como el hacer
Se trataba, para el autor, de proponer un venir un tiempo justo para todos.
conjunto de saberes que requirieran más Hacer venir otro tiempo significa pen-
de una disciplina y de una ética, y que sar y hacer cosas nuevas. Pensar supone
superaran todo dogma. una actividad que no se satisface con
Planteado al modo de un desafío, el recorrer lo ya balizado, lo ya sabido,
autor expresaba allí que la educación para mantenerse disponible a una inte-
debe: «enseñar a curar al conocimiento rrogación siempre abierta a una nueva
de su propia ceguera; enseñar los princi- pregunta. Por ello, y dado que las ideas
pios del conocimiento pertinente; ense- cuando se vuelven conceptos hegemó-
ñar la condición humana; enseñar la nicos o estelares pueden resultar tram-
identidad terrenal; enseñar a enfrentar la pas que inhiben el pensar si se abandona
incertidumbre; enseñar la comprensión toda posición crítica, invitamos a los lec-
interpersonal, intergrupal y la compren- tores de este cuadernillo a:
sión a escala planetaria; enseñar la ética • Pensar la condición humana, lo
del género humano». que conlleva repensar la relación de
Con el deseo de que el diálogo iniciado los hombres entre sí y la relación del
a través de estas páginas encuentre otras hombre con la naturaleza, y determi-
aperturas, siga otros rumbos, explore nar el papel que el hombre se autoa-
nuevos caminos (necesarios en un terri- signa singular y comunitariamente.
torio tan sinuoso como el educativo), • Pensar las modalidades de relación
quisimos invitarlos a reflexionar sobre entre los hombres y el lazo social.
el texto de Morin (puede encontrarlo Deberíamos haber aprendido una

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Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad

lección: prepotencias, guerras, fun- responsabilización acerca del mismo;


damentalismos, autoritarismos, tan c) volcados a un futuro que omite lo
propios de todos los tiempos y tan que es necesario hacer hoy para tener
fuertemente reproducidos y reitera- un porvenir. Elegir el porvenir, como
dos en las últimas décadas, no pro- un tiempo que se quiere hacer venir,
pician relaciones simétricas entre los construir, preparar, para volverlo más
hombres. Atrincheramientos identita- justo para todos y todas, supone la
rios no favorecen la posibilidad de un inscripción del pasado en la historia,
mundo común poblado de hombres hacer del presente otra cosa que un
solidarios. Dar por hecho que «siem- tiempo efímero y requiere incorporar
pre habrá pobres y ricos» no permitirá la responsabilidad más allá del pre-
cambiar el estado de cosas. Partir de la sente viviente de cada sujeto singular
noción de desigualdad no generará las y de cada comunidad en particular.
mismas acciones ni producirá los mis- • Pensar las modalidades de la activi-
mos efectos que partir del concepto de dad humana, que no serán las mismas
igualdad (remitimos al documento de según se ponga el énfasis en el estar,
la UNESCO, disponible en cd: Una de en el ser, en el hacer o en el ser en
las claves de la educación para el desarro- devenir, figura que condensa poten-
llo sostenible: la interculturalidad). cial y promesa.
• Pensar la temporalidad de la condi- • Pensar en clave de derechos, lo que
ción humana, lo que implica reflexio- exige el esfuerzo de incluir los dere-
nar acerca de las orientaciones que chos en las prácticas, único modo
se eligen (o que se nos imponen): a) de que no se vuelvan una alusión
orientados hacia el pasado, aferrados correcta, un enunciado tan tranquili-
a un ayer, nostálgicos; b) centrados zador y correcto como ineficaz.
en un presente continuo, sometidos al
consumismo o a la exclusión, encerra- Sabemos que los conceptos no son neu-
dos en nosotros mismos, en nuestras tros, siempre conllevan una manera de
cotidianeidades, la existencia dedi- mirar el mundo y una manera de hacer el
cada a vivir el momento (o a sobre- mundo. Sabemos que las concepciones
vivir) en total olvido (o menosprecio) y representaciones influyen permanen-
del pasado y en total descuido del por- temente en las teorías y prácticas. Sabe-
venir, sea porque el futuro es inimagi- mos que existen los cercos cognitivos y
nable, sea porque se instala una des- que éstos implican una interpretación del
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Infancia y derechos: las raíces de la sostenibilidad
mundo, una asignación de sentido. En el recuerda que el hecho de que las cosas
territorio del pensar se sabe que para los sean de un modo es producto de una
sujetos y para el mundo no hay un des- construcción política hecha por los
tino inexorable si se acepta que hay un hombres, por lo tanto, otra construc-
matiz entre futuro y porvenir y que ese ción puede crear otras condiciones.
matiz consiste, ni más ni menos, que en Para el sociólogo, en este «saber» reside
la acción política. la posibilidad misma de un optimismo.
Pierre Bourdieu, en un libro que acon- Las modalidades de la relación del
sejamos (La miseria del mundo, publicado hombre con los otros hombres podrán
por primera vez en francés en 1993, hay ser revisadas y, por qué no, modificadas.
distintas ediciones desde entonces), nos
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Bibliografía
Estimado colega, el siguiente listado está ——— y Gabriela Diker (comps.), Educar: figuras y efectos
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lejos de ser exhaustivo. Le agradeceremos lo ——— y Gabriela Diker (comps.), Educar: (sobre)impresiones
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