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ÚLTIMAS NOTICIAS DE LA IGLESIA EN EL MUNDO

Roma: Fieles proclaman declaración de adhesión a la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio


Cardenales, obispos, sacerdotes y fieles laicos emitieron en Roma una declaración en la que
reiteran su adhesión a la doctrina inmutable de la Iglesia sobre el matrimonio, los sacramentos y
los preceptos morales absolutos. El congreso fue organizado por la asociación «Amigos del
cardenal Carlo Caffarra», ya que era uno de los últimos deseos del arzobispo emérito de Bolonia,
fallecido en septiembre pasado. En el congreso intervinieron los cardenales Walter Brandmüller,
Raymond Burke y, desde Hong Kong, Giuseppe Zen Zekiun; el obispo Athanasius Schneider; el
filósofo y ex presidente del senado italiano Marcello Pera; el canonista Valerio Gigliotti; el
bioeticista Renzo Puccetti. También se volvió a escuchar una intervención del cardenal Caffarra en
defensa de la Encíclica de Pablo VI «Humanae vitae». El tema del Congreso fue «Iglesia Católica:
¿adónde vas?» y como subtítulo una frase del propio cardenal Caffarra: «Solo un ciego puede
negar que hay una gran confusión en la Iglesia», en alusión a las interpretaciones contradictorias
de la exhortación apostólica del Papa Francisco sobre la familia, Amoris Laetitia, y la confusión
sobre la doctrina y la práctica pastoral que de ella se ha seguido.

El problema de la Iglesia en Occidente son los templos vacíos, no los adúlteros y homosexuales
El cardenal nigeriano John Onaiyekan asegura estar «asombrado» de ver a la Iglesia en Occidente
obsesionada con los divorciados «recasados» y en dar la bienvenida a los homosexuales en vez de
con el gran problema de tener sus iglesias vacías. La Iglesia no debe «demonizar» a las personas
homosexuales, agregó, pero la doctrina de la Iglesia es muy clara en este asunto, «y desviarse de
ella no es una opción». E insistió en que no es un signo de atraso el que la Iglesia Católica en África
se niega a «aprobar» la homosexualidad. La aceptación de las relaciones entre personas del mismo
sexo en Europa y el Norte de África no es «progreso», dijo. El cardenal africano también abordó el
problema de las vocaciones sacerdotales en Occidente: «Uno debe hablar sobre la pregunta de
por qué hay tan pocos hombres que desean convertirse en sacerdotes. También debería
preocuparnos el hecho de que ya no esté claro lo que significa ser cristiano».

Inconveniencias eclesiales, XVI: ethos posmoderno y nuevo paradigma


Se extiende hoy día entre los católicos, y en especial entre muchos pastores, cierto desafecto de
la ley moral, de cuyos preceptos se duda tengan efectos transformadores y benéficos para el
mundo.
1.- La ley moral es amable.— Muy digna de ser amada, porque es sabiduría divina, camino a la
bienaventuranza prometida, «pedagogía de Dios […] firme en sus preceptos y amable en sus
promesas» (Catecismo 1950); tiene en Nuestro Señor Jesucristo «su plenitud y su unidad» (Ib.,
1953); su fin es el Logos, «para justificación de todo creyente» (Rm 10, 4). Es Cristo mismo quien
advierte: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento» (Mt 5, 17)
2.- La ley moral obliga a todos, personas y sociedades.— Todas sus expresiones son benéficas,
porque apartan del mal y conducen al bien. La ley moral refleja los deberes que tanto la persona
singular, como los pueblos en general, tienen para con Dios.
3.- La ley eterna como fuente.— Santo Tomás define la ley eterna como «razón de la sabiduría
divina, que mueve todas las cosas hacia su debido fin»; de ella manan todas las “expresiones" de
la ley moral, perfectamente coordinadas entre sí: la ley natural, la ley revelada, antigua y nueva,
las leyes eclesiásticas o las leyes civiles.
Siendo la ley eterna la misma sabiduría de Dios, gran cosa será la ley natural, pues «es la misma
ley eterna, ínsita en los seres dotados de razón, que los inclina al acto y al fin que les conviene; es
la misma razón eterna del Creador y gobernador del universo» (León XIII).
4.- La ley moral es benéfica para el mundo.— Para un católico no debería haber discusión sobre
si la ley moral es necesaria para el bien de las personas y las sociedades; sobre si vivir guardando
el Decálogo es necesario y beneficioso. Tampoco debería haber discusión sobre si es bueno que
los ciudadanos cuenten con leyes justas, o los católicos, concretamente, ajusten sus vidas al
derecho de la Iglesia, sometiendo sus criterios subjetivos a la disciplina del Cuerpo de Cristo.
Tampoco debería dudarse de si es bueno o no que los derechos de Cristo sean los primeros en ser
reconocidos, y pueda reinar en todo: en el derecho, en la existencia personal o social, en las
realidades temporales, en los colegios católicos… Cuanto más se ame la ley de Cristo, cuanto más
presente se la quiera, más se amará a Cristo en todo, más fielmente se le servirá, poniendo todo
a sus pies. Son cosas que, en otro tiempo, eran evidentes.
5.- Se extiende hoy día, sin embargo, en la mentalidad católica, cierto desafecto de la ley moral,
de cuyos preceptos se duda tengan efectos transformadores y benéficos para el mundo. Por eso
las declaraciones efímeras de los pastores (en entrevistas, libros, conferencias, etc) deben ser muy
prudentes y cuidadosas en este sentido, procurando no promover la anomia, sino antes bien el
amor a la ley.
Monseñor Vincenzo Paglia, en el contexto de su justificación de Amoris laetitia frente a las voces
críticas, propone un cambio de forma mentis de la Iglesia.
6.- En la entrevista mencionada parece dar a entender que el nuevo paradigma (se comprende
que propiciado por Amoris laetitia) consiste en contar con la verdad pero no propiamente con el
derecho ni con “la norma” inmutable y universal:
 «La Iglesia debe ser una madre, no un tribunal.»
 «La Iglesia ha entendido que debe estar al lado de las familias para ayudarlas, no para
juzgarlas y mucho menos para condenarlas.»
 «que no hagan una receta abstracta o que valga para todos, porque cada situación tiene
la necesidad de “su” palabra, de “su” medicina.»
 «El papa Francisco dice: “Yo no puedo darles una norma, puedo solo decirles: ármense de
verdad más que otra cosa; corríjanse, acompáñense, no dejen solo a nadie, porque esto
es justamente lo que el Señor ha hecho, Él el primero, y que nos lo pide a nosotros”.»
7.-Amoris laetitia suele ser relacionada con el nuevo paradigma.
8.- Resulta ilustrativo, para discernir la situación actual, más allá de estos ejemplos concretos,
relacionar el desafecto hodierno por la ley moral, la proclamación de un nuevo paradigma no
propiamente católico, y las aproximaciones al ethos del siglo. Hay intentos concretos de
acercamiento de la mente eclesial a la axiología posmoderna. También se han dado, como apuntes
de cambio de la forma mentis, declaraciones que, basándose en los principios de Amoris laetitia,
relativizan la doctrina sobre la anticoncepción de la Humanae vitae.
9.- Los “valores eclesiales", de esta manera, parecen irse descatolizando, y desplazándose hacia
los valores de la modernidad. Es un hecho que este desplazamiento se está volviendo
paradigmático, lo cual fomentará la crisis y podría enquistarla.
Ilustrativa es la opinión, a este respecto, de Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la
Pontificia Academia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales: Durante su
intervención en la primera sesión del curso de verano “La pregunta de Dios en la universidad” de
la Universidad Católica de Valencia, establece una cierta identidad entre el ethos católico y el ethos
globalista, afirmando que «el empeño del Papa es erradicar la pobreza y el hambre en el mundo».
Y concluye: «por primera vez el magisterio del Papa, que responde al Evangelio, es paralelo al
magisterio de las Naciones Unidas».
y 10.- Resulta significativo, por eso, que al mismo tiempo que, en general, se difunde el desafecto
por la ley moral, considerada ya solamente mera norma no amable ni benéfica de por sí, se
invoque una nueva forma mentis, cual nueva eclesiología empática con el estado mundial.
Creemos, por eso, que es preciso y urgente corregir esta tendencia, y restaurar la razón católica
devolviéndola al pensamiento clásico y tradicional católico, de forma que el rostro de la Iglesia no
pierda identidad.

Controversias:
Siete obispos alemanes piden a Roma que se pronuncie sobre la comunión de protestantes
casados con católicos
Siete obispos alemanes, encabezados por el cardenal Rainer Woelki, han pedido a Roma,
concretamente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se pronuncie sobre la propuesta
para permitir que los protestantes casados con católicos reciban la Sagrada Comunión.
Según el proyecto de directrices aprobadas por la Conferencia Episcopal Alemana en febrero, los
cónyuges protestantes pueden recibir la Comunión después de hacer un examen serio de
conciencia, aunque también deben sostener y afirmar la fe de la Iglesia Católica sobre dicho
sacramento, desear terminar con angustia espiritual seria, y manifestar un anhelo de satisfacer el
hambre de la Eucaristía. A pesar de las declaraciones del presidente de la conferencia episcopal,
el cardenal Reinhard Marx, de que no se intenta alterar la doctrina de la Iglesia, la propuesta ha
dividido profundamente a la jerarquía alemana.
El cardenal Gerhard Müller, Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
denunció la medida como un truco retórico y dijo que las condiciones mencionadas en el borrador
del documento nunca podrían cumplirse mientras se mantuviera fiel a las enseñanzas de la Iglesia.
Ahora siete obispos han pedido a su sucesor en el dicasterio que vela por la doctrina católica, el
arzobispo Luis Ladaria, que intervenga. En una carta de tres páginas publicada en el periódio Kölner
Stadt-Anzeiger, dicen que la Conferencia Episcopal Alemana está en peligro de exceder su
competencia y solicitan la ayuda del Vaticano. La carta también está dirigida al cardenal Kurt Koch,
presidente del Pontifico consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos. Además del
cardenal Woelki, arzobispo de Colonia, la carta está firmada por Mons. Ludwig Schick, arzobispo
de Bamberg y los obispos Konrad Zdarsa (Augsburgo), Gregor Maria Hanke (Eichstätt), Wolfgang
Ipolt (Görlitz), Rudolf Voderholzer (Ratisbona) y Stefan Oster (Passau).

Mons. Stefan Oster explica el motivo de la carta enviada a Roma sobre la comunión de
protestantes: Mons. Oster dice que el cuidado del Santísimo Sacramento es lo que llevó a él y sus
seis compañeros obispos a oponerse a las nuevas directrices episcopales alemanas sobre la
intercomunión. «La Eucaristía es para nosotros, católicos, tan importante, que esencialmente
expresa toda nuestra comprensión de la Fe y de la Iglesia», dice.
Con estas palabras, el obispo bávaro responde abiertamente al cardenal Reinhard Marx quien se
mostró públicamente sorprendido por la carta de los siete obispos. El cardenal Marx insistió en
que es factible que una conferencia episcopal nacional «formule criterios que permitan la
recepción de la comunión por parte de cristianos que no están en unión con la Iglesia».
El obispo Oster señala que el borrador de las nuevas directrices de los obispos alemanes habla de
«graves situaciones de emergencia espiritual» en las que los cónyuges protestantes pueden recibir
la Sagrada Eucaristía. Estas situaciones de emergencia ahora se aplican al hecho de que la pareja
de un matrimonio mixto no puede recibir la Comunión juntos, un hecho que, a los ojos de los
obispos alemanes, puede «poner en peligro ese matrimonio». No parece una cosa «fácil compartir
completamente el entendimiento católico de la Eucaristía», mientras que al mismo tiempo se
permanece en otra denominación; y «así preservar para sí, al mismo tiempo, la propia
comprensión de esa confesión sobre de la Última Cena».
El obispo bávaro también señala otro punto débil en el borrador episcopal, a saber, que mientras
que los cónyuges protestantes pueden recibir la Sagrada Comunión, los cónyuges católicos están
explícitamente excluidos de recibir la comunión protestante. Además, el obispo plantea la
cuestión de la «conexión entre la Eucaristía y la confesión», que «aún no se ha aclarado».
Señalando el hecho de que es necesario confesarse antes de tomar la Primera Comunión «porque
existe una conexión interna» entre estos dos sacramentos, el prelado alemán advierte que «aquí
deseamos una aclaración más profunda que aún no ha llegado». El obispo también advierte sobre
el uso del enfoque de «excepción en un caso individual» en el tema de la intercomunión, diciendo
que, en general, el público menos informado entiende dicha regla como un «permiso general». Ve
aquí «peligro de una recepción superficial» del acto sacramental y también desea «evitar una
banalización de la Eucaristía».
En conclusión, el obispo Oster enfatiza que la carta de los siete obispos alemanes -que enviaron
inmediatamente también al cardenal Marx para su información- no trataba de «desacreditar a
otros obispos», sino más bien, un deseo urgente de «recibir una aclaración más profunda de
Roma».
El cardenal Cordes recuerda que la Iglesia siempre se ha opuesto a que los no católicos puedan
comulgar: El cardenal alemán Paul Cordes, presidente emérito del Pontificio Consejo Cor Unum,
ha manifestado su oposición a la comunión de protestantes casados con católicos, recordando que
tal práctica habría sido inadmisible en los primeros siglos de la Iglesia.
La Congregación para la Doctrina de la Fe detiene el proyecto de los obispos alemanes sobre la
comunión de protestantes casados con católicos.
La Conferencia Episcopal Alemana niega que Roma haya vetado su plan para dar la comunión a
protestantes: La Conferencia Episcopal de Alemania ha emitido un comunicado en el que asegura
que son falsas las informaciones sobre el veto de la Congregación para la Doctrina de la Fe a su
plan para conceder la comunión a protestantes casados con católicos. Más bien apunta a que
había diferentes «voces» en el Vaticano sobre la cuestión y que más que un rechazo absoluto a la
propuesta de comunión de protestantes, se debía buscar un remedio a la situación creada.
Una delegación de obispos alemanes discutirá con la Curia sobre la comunión de protestantes
casados con católicos.
El Papa pide a los obispos alemanes unanimidad sobre la comunión de protestantes casados con
católicos: El papa Francisco pretende que sean los propios obispos alemanes quienes decidan
«posiblemente de forma unánime» si permiten la comunión a los cónyuges protestantes de
matrimonios mixtos. Es muy grave: ni con unanimidad se puede dar la comunión a quien no
profesa la fe católica y sí la protestante.

Cardenal Burke: Lo de la entrevista de Scalfari «fue más allá de lo tolerable»


El cardenal Burke ha concedido una entrevista en la que recuerda que los fieles deben respetar el
oficio petrino, al tiempo que defiende la corrección, según el modo evangélico, cuando un Papa
no desempeñe dicho ministerio en bien de todas las almas.
Hay quienes consideran desobedientes a todos los que han expresado dudas, preguntas y críticas
de la obra del Papa, pero «la corrección de confusión o del error no es un acto de desobediencia,
sino un acto de obediencia a Cristo y de este modo, a su Vicario en la tierra». Así se expresa el
cardenal Raymond Leo Burke. Como se recordará, se trata de cinco preguntas al Papa Francisco,
en orden a obtener una declaración clara y en continuidad con el Magisterio precedente, motivada
por la confusión creada por las diferentes y a veces incluso opuestas interpretaciones de la
exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia. Estas Dubia, de las que el cardenal Burke es
signatario, nunca han sido respondidas, como tampoco se ha respondido nunca a la reiterada
petición de audiencia por los firmantes.
La confusión y división en la Iglesia sobre cuestiones fundamentales y más importantes –el
matrimonio y la familia, los sacramentos y la debida disposición para acceder a ellos, los actos
intrínsecamente malos, la vida eterna y los novísimos– se está convirtiendo en generalizada. Y el
Papa no sólo se niega a aclarar las cosas con el anuncio de la doctrina constante y de la sana
disciplina de la Iglesia, responsabilidad que es inherente a su ministerio como sucesor de San
Pedro, sino que también aumenta la confusión.
Es lo que ha pasado con la última entrevista concedida a Eugenio Scalfari durante la Semana Santa,
hecha pública el Jueves Santo, que fue más allá de lo tolerable. Que un conocido ateo pretenda
anunciar una revolución en la enseñanza de la Iglesia católica, que afirme hablar en nombre del
Papa, negando la inmortalidad del alma humana y la existencia del infierno, ha sido fuente de
profundo escándalo no sólo para muchos católicos sino también para muchos laicos que tienen
respeto por la Iglesia católica y sus enseñanzas, aunque no las compartan. Además el Jueves Santo
es uno de los días más sagrados del año, el día en que el Señor instituyó el Santísimo Sacramento
de la Eucaristía y el sacerdocio, por el cual Él puede ofrecernos siempre el fruto de su Pasión y
Muerte redentoras por nuestra salvación eterna.
Además la respuesta de la Santa Sede a las reacciones escandalizadas llegadas de todo el mundo,
ha sido muy inadecuada. En lugar de volver a enseñar claramente la verdad sobre la inmortalidad
del alma humana y sobre el infierno, en el desmentido se dice solamente que ciertas palabras
citadas no son del Papa. No se dice que las ideas erróneas, incluso heréticas, expresadas por esas
palabras no son compartidas por el Papa y que el Papa rechaza tales ideas contrarias a la fe
católica. Este jugar con la fe y la doctrina, al nivel más alto de la Iglesia, deja justamente
escandalizados a pastores y fieles. La situación se agrava aún más por el silencio de muchos obispos
y cardenales que comparten con el Romano Pontifice la preocupación por la Iglesia universal.
Algunos simplemente callan. Otros dicen que no se trata de nada grave. Otros incluso difunden
fantasías sobre una nueva Iglesia, una Iglesia que toma una dirección totalmente diversa a la del
pasado, fantaseando por ejemplo sobre un «nuevo paradigma» para la Iglesia o sobre una
conversión radical de la práctica pastoral de la Iglesia, que la haría completamente nueva. Luego
hay quienes son entusiastas promotores de la llamada revolución en la Iglesia Católica.

Cardenal Burke: ¿Francisco considera “tontos” a los cardenales de los Dubia?


Los Dubia que el papa Francisco se rehúsa a contestar son “preguntas muy fundamentales”,
explicó el cardenal Raymond Burke después de su conferencia del 27 de abril en Bratislava
(Eslovaquia). Burke comentó: "si al leer el texto de [Amoris Laetitia] hubo cardenales que se
plantearon estas preguntas graves – a menos que usted considere que los cuatro cardenales
somos tontos o estúpidos -, hay preguntas que otros también se hacen”. El cardenal rechazó el
extraño argumento del filósofo italiano Rocco Buttiglione, quien en su reciente libro afirmó que
los adúlteros podrían ser subjetivamente inocentes a causa de circunstancias inusuales. Burke
explicó que un argumento de ese tipo puede ser formulado para una acción individual, pero no
para alguien que vive en estado de pecado mortal. Señaló que si algunos divorciados pueden
ingresar a una segunda unión, “entonces el matrimonio no es realmente indisoluble”. Burke
recuerda que la enseñanza católica sobre el matrimonio ha estado bajo ataque a lo largo de la
historia de la Iglesia. Sin embargo, “la Iglesia Católica es la única Iglesia que ha permanecido fiel a
la enseñanza de Nuestro Señor y lo ha hecho correctamente”. Burke contó la historia de un
sacerdote de Nueva York, quien en el 2014 fue abordado por un ministro luterano, que le dijo:
"nosotros abandonamos esas enseñanzas hace tiempo, pero siempre hemos contado con la Iglesia
Católica para defenderlas”.
El ataque devastador sobre la Iglesia proviene incluso de “su cabeza”: Los enemigos de la Iglesia
están contentos por el “actual ataque devastador” sobre la autoridad de la Iglesia divinamente
dada, ataque que proviene del interior de su cuerpo e “incluso de su cabeza”, dijo el 27 de abril el
cardenal Raymond Burke ante una audiencia en Bratislava (Eslovaquia). Al hablar durante el
festival Bratislavské Hanusove Dni sobre matrimonio y familia, señaló que los enemigos de la
Iglesia no reconocen públicamente su alegría, para que las personas [estúpidas] de mentalidad
correcta no se den cuenta de lo que está ocurriendo “hasta que la destrucción se haya
consumado”. En consecuencia, Burke animó a los católicos a “resistir” para defender la verdad:
“no hay lugar para el silencio o para una actitud de derrota”. Señaló que “la confusión y el error”
sobre el matrimonio católico fue expresado inicialmente por el cardenal Walter Kasper. Esto “se
hizo evidente al mundo durante el primer Sínodo de los Obispos, llevado a cabo en el 2014”. Burke
confirmó que dar la Santa Comunión a los adúlteros “contradice la enseñanza y práctica
permanentes de la Iglesia respecto al santo matrimonio”.

Cardenal Schönborn dice que es posible ordenar mujeres sacerdote y obispo


El cardenal Christoph Schönborn, uno de los asesores más cercanos al Papa Francisco, ha dicho
que la ordenación de mujeres para los roles de «diáconos, sacerdotes y obispos» puede ser
decidida por la Iglesia en Concilio. Increíble e inconcebible en este Cardenal. Es un despropósito y
aberración teológica. La enseñanza constante de la Iglesia es que la ordenación de mujeres no es
posible y que la enseñanza es irreformable. En 1994, el Papa San Juan Pablo II enseñó de forma
autorizada que la cuestión de la ordenación de las mujeres no estaba abierta para discusión en la
Iglesia. En Ordinatio Sacerdotalis, el Papa escribió: «Si bien la doctrina sobre la ordenación
sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de
la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no
obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye
un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal
ordenación. Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que
atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe
a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir
la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo
por todos los fieles de la Iglesia».

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