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î JOHANN
GOTTFRIED
HERDER
i r a r a a œ g w g a 'f f g i
OBRA SELECTA
DIARIO DE MI VIAJE DEL AÑO 1769
ENSAYO SOBRE EL ORIGEN DEL LENGUAJE
SHAKESPEARE
OTRA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
METACRÍTICA
OTROS ESCRITOS
EDICIONES
A LFAG ^RA
I N T R O D U C C IO N .................................................................................. X III
C R O N O L O G I A ....................................................................................... XLV
B I B L I O G R A F I A ........................................................................................ X L IX
SILVAS CRITICAS 1
EXTRACTO DE UN INTERCAMBIO DE
CARTAS SOBRE OSSIAN Y LAS CAN
CIONES DE LOS PUEBLOS ANTIGUOS. 233
SHAKESPEARE 249
I. L O S P R IM E R O S AÑOS
Pedro R ibas
mmmmi'Msmmii M M m ;
NOTAS A LA INTRODUCCION
It
XLIV NOTAS
2. Biografías
H aym, Rudolf, H erder nach seinem Leben und seinen W erken dar
gestellt, 2 vols., Berlin, 1880-1885, X IV + 864 pp. Reedición con
introducción de Wolfgang Harich, Berlín, 1954, 2 vols.
B aur, Ernst, Johann Gottfried Herder. Leben und Werk, Stuttgart,
1960, 167 pp. (Urban Bücher, 48).
B ossert , A., Un prusten libéré. Herder, sa vie et son oeuvre, Paris,
1916, IV + 207 pp.
D obbek , Wilhelm, Johann Gottfried Herder, Weimar, 1950, 170 pp.
3. Estudios
Adler , Emil, «Herders Kampf wider den geistlichen Despotismus»,
Deutsche Zeitschrift für Philosophie, V III, 1960, 820-837.
— H erder und die deutsche Aufklärung, Wien-Frankfurt a. M.-Zürich,
1968, 402 pp.
B arnard, Frederick M., H erder’s Social and Political Thought. Prom
Enlightenment to Nationalism, Oxford, 1965, X X I I I + 189 pp.
Cunow, Heinrich, «Herders Geschichts- und Staatsauffassung», Die
N eue Zeit, X X X V II , 1918-19, 348-356.
Dobbek, Wilhelm, «Herder und Shakespeare», en Shakespeare-Jahr
buch, IX C , 1955, 25-51.
— J. G. Herders Humanitätsidee als Ausdruck seines Weltbildes und
seiner Persönlichkeit, Braunschweig, 1949, 212 pp.
E ichler , Grete, D er nationale Gedanke bei Herder, Emsdetten, 1934.
E isner , Kurt, «Revolutionäre Humanität: Herder», en Eisner, Die
halbe Macht den Räten. Ausgewählte Aufsätze und Reden, Köln,
1969 (Hegner Bücherei), pp. 78-90.
F ranz, Herbert, Von H erder bis Hegel. Eine bildungsgeschichtliche
Ideenvergleichung. Frankfurt a. M., 1938, 361 pp.
G adamer, Hans Georg, Volk und Geschichte im Denken Herders,
Frankfurt a. M., 1942, 24 pp. (Wissenschaft und Gegenwart, 14).
G il l ie s , Alexander, «Herder’s Approach to the Philosophy of Histo-
ry», en Modern Language Review, X X X V , 1940, 193-206.
L BIBLIOGRAFIA
4. H erder en castellano
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directa de J. Rovira Armengol, Buenos Aires, Losada, 1959, 701 pp.
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Historias de Juan Godofredo de H erder adaptadas para los niños por
Leonardo Panizo, Barcelona, Araluce, 1956.
Una isla desierta, colección «Rubí», Madrid, 1970.
H erder y su ideal de la humanidad, traducción del alemán por Rosa
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Defensa de la religión cristiana, Madrid, Imprenta Real, 1913, 4 vols.
PRIMERA SILVA
* Laocoonte, p. 4 [Barjau, p. 4 3 ].
** Laooconte, p. 4 [Barjau, p. 43 ].
*** ’Apwpi S’iSco'E K¿kaw t\ ¿K&Xvips 36.
**** litada, E , v. 68.
***** 'H Se u eY’ tóxouffa, Iliada, E , v. 343.
****** ápXnXP'Óv, Iliada, É. v. 337.
SILVAS 13
* litada, E ., v. 859.
** Laocoonte, p. 5 [Barjau, p. 4 3 ].
*** litada, A, v. 254.
14 HERDER
* litada, S , v. 418.
** litada, A, v. 148.
*** litada, A, v. 439.
**** litada, A, v. 148.
***** llíada, E , v. 95, etc.
****** Laocoonte, p. 5 [Barjau, p. 4 3 ].
SILVAS 15
l.er grado:
historia natural viva, monográfica historia viva de todos los tiempos, catecismo: sentencias, sentimientos
monográfica poesía y lengua alemanas
2.° grado:
3.er grado
HERDER
teoría de la naturaleza de todos los pueblos
r
artes de nuestra época
DIARIO 63
Repetición
del alemán
74 HERDER
l .er grado Catecismo, etc. Abstracción Historia viva Historia natural viva
Escuela de idiomas
1.a dase de francés 2.a dase de francés 3.a clase de alemán Hebreo
1.a dase de latín 2.a dase de francés 3.a dase de francés Griego e italiano
1.a dase de griego o italiano 2.a dase de latín 3.a dase de latín Alemán y francés
76 HERDER
ic -k it
los dos buscan ante todo lo que distingue. Sólo que Voltaire
cree haberse distinguido siempre y defiende su causa con el
ingenio; Rousseau lo hace con sus insoportables novedades
y paradojas, siempre exorbitantes. Aunque este último com
bate a los filósofos, es evidente que su interés tampoco reside
en la rectitud, la bondad, la razón, la utilidad de sus pensa
mientos, sino en la grandeza, lo extraordinario, lo nuevo, lo
chocante. Cuando puede encontrarlo, se convierte en sofista
y defensor. De ahí que los franceses tengan tan pocos filóso
fos, políticos e historiadores, pues a quienes se ocupan de
estas tres disciplinas sólo tiene que importarles la verdad.
Pero ¡qué no sacrifica Voltaire a una ocurrencia, Rousseau
a una novedad y Marmontel a un giro lingüístico!
Por ello se ha desarrollado la galantería en este pue
blo más refinadamente que en otro cualquiera. Siempre in
tentando describir no la verdad, sino el aspecto agradable
de la misma; con el modo de expresarse y la capacidad de
conquistar han surgido la galantería de las novelas francesas
y la coquetería del estilo francés, que quieren poner una y
otra vez de manifiesto que se sabe vivir y conquistar. De ahí
el refinamiento de la expresión, aunque no represente nada,
simplemente para mostrar que se es capaz de formarla. De
ahí los cumplidos, con tal de que no sean bajos; de ahí sur
gen, en el primer caso, los Crébillon; en el segundo, los
Fontenelle; en el tercero, los Bossuet y Flechier, los prólo
gos y los periodistas. Si Fontenelle hubiese aplicado al conte
nido las dotes que ahora emplea en la expresión y en la
superficie de las ciencias, ¡qué gran hombre hubiese sido
en una clase! Pues ahora, en cuanto secretario de todas las
clases, no tiene por encima de él a ninguno de los que le han
precedido ni de los que le seguirán después. Igualmente los
cumplidos de los periodistas: ninguna nación sabe describir
mejor, más fina, exacta y ricamente que ésta. Pero lo que
hará tal descripción será mostrar que saben describir, que
son educados, que no son groseros como los alemanes, más
que aparecer como la lengua del ímpetu de la verdad y del
sentimiento. La galantería es lo más alejado del lenguaje del
afecto y de la ternura; es el lenguaje del trato social y una
prueba de que uno conoce el mundo.
Lo mismo puede decirse de la crítica: se trata siem
pre de una lengua que pone de manifiesto que se es lo bas
tante osado, libre e inteligente para criticar, no de una lengua
DIARIO 99
son así, ¿quién ...? ; pero hete aquí que habría que decir lo
contrario: ¡muy buen engaño!; si todos los hombres fran
ceses son tan distintos al estar con otros en la mesa de juego
y al estar en casa es como atizar el fuego para que se apague
y ofrecer llamas muertas. En ese carácter podía verse real
mente lo francés, que no es más que hipocresía y debilidad.
Su cortesía era politesse y honnêteté, con frecuencia apren
dida de memoria, y consistía en palabras; sus elogios co
menzaban así: «hablaba francés» y terminaban con: «era de
una politesse, que ...»; faltaba la oración subordinada. Su
trabajo era fácil, pero también inútil: escribir cartas en gran
des cantidades, pero también aguadas, cuyo contenido se
reducía a indicaciones meteorológicas sobre la lluvia, etc.
Su delicadeza era orden muerto, por ejemplo, simetría en
la mesa, o bien pereza; su tranquilidad era ausencia de pen
samiento; su juicio era una convicción que poseía desde los
años pasados y sobre la que ya no reflexionaba; su contra
dicción era con frecuencia la más simple oposición sin rodeos
ni fundamentos. En una palabra: en todos sus aspectos po
sitivos era el alma más gastada y dormida y bostezaba lo
suficiente para hacer dormir y bostezar a otras diez a su
alrededor. Su amiga 308, el carácter más opuesto que pueda
imaginarse, lo tenía por infeliz; no lo era sino desde el punto
de vista del sentimiento de ella; ese contraste muestra lo
opuesto de ambos caracteres, pero también al alma bella que,
en parte por amistad, en parte por compasión, ha logrado
acostumbrarse a acompañarle en su sueño y a sacrificarse 309.
Tras la dogmática debería seguir una obrita acerca
de cómo enseñar hoy la religión cristiana. Aducir muchos da
tos en los casos en que la enseñanza ordinaria ofrece debi
lidades, errores y deformaciones; en los casos en que es inútil,
en los misterios y oscuridades de abstracción; en los casos
en que dicha enseñanza parece pensar y no ofrece nada que
pensar, en toda la parte oriental; en los casos en que puede
incluso ser nociva, en no pocas obligaciones de la eternidad,
en la inutilidad de las buenas obras, etc.; en los casos en
que ha quedado anticuada e incompleta y en que, por consi
guiente, hay que hacer añadidos sobre nuestro tiempo. A este
respecto hay que citar datos tan breves y sencillos, que no
resulte ni más ni menos que un catecismo de la humanidad
para uso de nuestra época.
112 HERDER
el ciego lo posee;
es la forma sensible de lo bueno y de lo cómodo;
es, por tanto, un concepto sensible de la perfección;
explicar, a partir de ello, el arte de los animales, de la
[flor de la vida, la tranquilidad y la dulce tran
quilidad.
V o c a b u la s u n t n o ta e r e r u m . Cic. 1
PRIMERA PARTE
P rimera sección
Segunda sección
* Ibid., p. 49.
160 HERDER
T ercera s e c c ió n
Sonidos
para ver cómo los llamaba, y tal como él los llamara, así
se denominarían». Cómo decir esto de forma más clara, al
modo oriental, poético: ¡el hombre ha descubierto el len
guaje por sí mismo, basándose en los sonidos de la natura
leza, considerándolos signos de su entendimiento dominan
te! Es lo que yo estoy demostrando.
Si hubiese sido un ángel o un espíritu del cielo quien
hubiese inventado el lenguaje, ¡qué lejos estaría toda su es
tructura de constituir un reflejo del modo de pensar de ese
espíritu! En efecto, ¿en qué podría conocer la imagen de
un ángel sino en lo angélico, en lo sobrehumano de sus ras
gos? Pero ¿dónde están esos rasgos en el lenguaje humano?
Estructura y planta, más todavía, el fundamento entero de
este palacio, revelan humanidad.
¿En qué lengua se hallan en primer plano los con
ceptos celestiales, espirituales? Los conceptos que, incluso
según el orden de nuestro espíritu pensante, tienen que estar
en primer lugar, sujetos, notiones communes, las semillas
de nuestro conocimiento, los puntos en torno a los cuales
gira todo y a los cuales todo hace referencia, ¿son elementos
del lenguaje esos puntos vivos? Los sujetos deberían, natu
ralmente, preceder al predicado, y los sujetos simples, a los
compuestos; lo que actúa y obra, a lo obrado; lo esencial y
cierto, a lo accidental e incierto; ¡cuántas cosas podrían de
ducirse! Y en nuestras lenguas primitivas siempre ocurre lo
que es manifiestamente contrario. Una criatura que oye, que
escucha, es cognoscible, pero no un espíritu del cielo. En
efecto, los verbos sonantes son los primeros elementos de
poder. ¿Verbos sonantes? ¿Actos sin agente que actúe? ¿Pre
dicados sin sujeto? Puede que un espíritu divino se aver
güence de ello, pero no la criatura humana sensible, pues,
como ya hemos visto, ¿qué movía al hombre más entrañable
mente que esos actos sonantes? ¿Y qué es la estructura
entera del lenguaje sino una forma del desarrollo de su espí
ritu, una historia de sus descubrimientos? El origen divino
del lenguaje no explica nada ni permite que se explique des
de él; como dice Bacon desde otro punto de vista, es una
sacrosanta vestal, consagrada a Dios, pero estéril, piadosa,
pero inútil.
El primer diccionario se recogió, pues, a partir de
los sonidos de todo el mundo. Cada ser sonante emitía su
nombre; el alma humana imprimía su imagen sobre él, lo
ENSAYO 169
* Brown.
174 HERDER
II
* Süssmilch, § 9.
186 HERDpR
¿Es posible pasar por alto todas esas huellas del es
píritu peregrino, creador de lenguas, y buscar el origen de
éstas en las nubes? ¿Qué prueba se tiene de una única pala
bra que sólo haya podido ser creada por Dios? ¿Existe en
alguna lengua un solo concepto puro, general, que el hom
bre haya recibido del cielo? ¿En qué lugar es siquiera po
sible? * En cambio, ¡qué infinidad de razones, analogías y
pruebas de la génesis del lenguaje en el alma humana, de su
génesis conforme a los sentidos y al modo de ver humanos!
¡Qué demostraciones de una marcha acompañada por la ra
zón, de un desarrollo lingüístico a partir de ésta en todos los
pueblos, latitudes y circunstancias! ¿Qué oídos dejarán de
percibir esa voz universal de las naciones?
Sin embargo, veo con asombro que el señor Süssmilch
se cruza conmigo, una vez más, y descubre orden divino en
el camino sobre el que yo encuentro el orden más huma
no **. ¿Qué indica «el hecho de no haber hallado hasta hoy
ninguna lengua totalmente inadecuada para las artes y las
ciencias» sino que ninguna de ellas es animal, que todas son
humanas? ¿Dónde se ha encontrado un ser humano comple
tamente inhábil para las artes y las ciencias? ¿Ha sido esto
algo asombroso o precisamente la cosa más ordinaria al tra
tarse de un ser humano? «Todos los misioneros han podido
hablar con los pueblos más primitivos y convencerlos, cosa
imposible sin inferencias ni argumentos. Sus lenguas tenían
que poseer, pues, términos abstractos, etc.». Si ello es así,
¿se trata de orden divino o es precisamente la cosa más
humana el abstraer palabras cuando hace falta? ¿Y qué pue
blo ha tenido una sola abstracción en su lengua que no se
haya procurado por sí mismo? ¿Y son muy numerosas en
todos los pueblos? ¿Podían expresarse los misioneros con la
misma facilidad en todas partes o más bien hemos oído lo
contrario de todos los continentes? ¿Y cómo se expresaban
sino adaptando los nuevos conceptos por analogía con la len
gua? ¿Y ha ocurrido ello de la misma forma en todas partes?
Habría tanto, tanto que escribir sobre el hecho, pero la con
clusión afirma todo lo contrario. La razón humana no puede
SEGUNDA PARTE
Sección 3.
204 HERDER
* Rousseau.
212 HERDER
* Moisés, I, 11.
222 HERDER
* De la Condamine.
ENSAYO 229
Song
Schöne Göttin,
Himmelstochter!
Mit dem vollen
Wasserkruge,
Den dein Bruder
Jetzt zerschmettert
Dass es wettert
Ungewitter,
Blitz und Donner!
Schöne Göttin,
Königstochter!
•Und nun träufelst
Du uns Regen,
Milden Regen!
Doch oft streuest
Du auch Flocken
Und auch Schlossen!
Denn so hat dir
Er der Weltgeist!
Er der Weltgott!
Virakocha!
246 HERDER
Macht gegeben
Amt gegeben!35
y su gran Shakespeare.
Ningún pullulus Aristotelis6 sostendrá que haya ha
bido Grecia alguna en aquel lugar, en aquel tiempo y antes
de él. En consecuencia, pretender que surja ahí un drama
griego (no hablamos de imitación) es pedir que un león sea
parido por una oveja. Sólo se preguntará «cómo es la tierra,
para qué ha sido preparada, qué se ha sembrado en ella, qué
debía ser capaz de producir», y, ¡cielo santo!, ¡cuán lejos
estamos de Grecia! El lector no confundirá en ningún mo
mento, sea mucho o poco su conocimiento de ambas épocas,
cosas que carecen de toda similitud. Pues bien, si en épo
ca tan distinta hubiese alguien como los antiguos, un genio,
que de modo tan natural, grandioso y original extrajera de
su propia cosecha una creación dramática, igual que los grie
gos la extrajeron de la suya; si tal creación alcanzase por el
camino más diferente el mismo sentido, o fuese al menos en
sí una sencillez muy compleja y una complejidad muy senci
lla; es decir (ateniéndonos a todas las definiciones metafísi
cas), si fuese un todo perfecto, ¡qué insensato se.ría quien se
dedicara a comparar e incluso a reprobar basándose en que
lo segundo no era lo primero, cuando todo su ser, su virtud
y perfección, descansa precisamente en no serlo, en el hecho
de haber surgido la nueva planta del suelo de su tiempo!
Lo que menos halló Shakespeare ante sí y en torno
suyo fue aquella simplicidad de costumbres patrias, de ac
ciones, de inclinaciones y de tradiciones históricas que creó
el drama griego. Como, según el primer principio de la sa
biduría metafísica, de la nada nada se hace, no sólo no habría
habido drama griego, de atenernos a los filósofos, sino que,
al no haber nada más, tampoco habría habido, ni hubiese
podido haber, drama alguno en el mundo. Ahora bien, como
sabemos, el genio es más que la filosofía, y el creador es algo
distinto del analizador. Por ello ha existido un mortal sufi
cientemente dotado con la fuerza de los dioses para produ
cir, con una materia opuesta y mediante la más diferente
260 HERDER
•k * *
Voluit! quiescit! 26
OTRA FILOSOFIA DE LA HISTORIA
PARA LA EDUCACION
DE LA HUMANIDAD
[Auch eine Philosophie der Geschichte
zur Bildung der Menschheit]
w T K ’ñ m m m m m skes : ;
P rimera sección
cluso a los ojos de topo de este siglo ilustrado, una vida más
larga, una naturaleza activa más tranquila y coherente, en
una palabra, una época heroica de los tiempos patriarcales,
para imprimir para siempre en los padres de toda la posteri
dad las primeras formas de la especie humana, cualesquiera
que fuesen? Ahora no hacemos más que ir de paso por el
mundo; sombras sobre la tierra. Todo lo bueno y lo malo
que traemos (y traemos poco porque lo recibimos todo cuan
do llegamos aquí) estamos destinados, de ordinario, a llevár
noslo de nuevo: nuestros años, nuestro historial, nuestros
modelos, nuestras empresas, nuestras impresiones, el conjun
to de nuestra obra en la tierra, se reducen al sueño inconsis
tente de una vigilia, ¡palabrería! Tú les haces ir . . . 1 Si
tenemos en cuenta la provisión de fuerzas y habilidades que
encontramos desarrolladas de antemano; la rápida circulación
de nuestros humores y emociones; las épocas de nuestra vida
y los planes ideados, cada uno de los cuales se apresura a
perseguir y destruir al otro, como las burbujas de agua; la
relación — tan a menudo discorde— entre fuerza y reflexión,
entre capacidad y sagacidad, entre disposición y buen cora
zón, elementos que siempre caracterizan un siglo de decaden
cia; si tenemos en cuenta que en todo esto se revelan el pro
pósito y la ponderada sabiduría capaces de moderar y dar
firmeza a la gran masa de energías infantiles por medio de
una vida corta y carente de fuerza, ¿no era igualmente nece
saria aquella primera vida tranquila, aquella eterna vida ve
getal y patriarcal, como único medio de que las primeras in
clinaciones, costumbres e instituciones echaran raíces firmes?
¿Cuáles eran esas inclinaciones? ¿Cuáles iban a ser?
Las más naturales, las más fuertes, las más sencillas, el fun
damento eterno de la educación humana a través de los siglos:
sabiduría, en lugar de ciencia; temor de Dios, en lugar de
sabiduría; amor a los padres, amor entre los esposos, amor
a los hijóis, en lugar de cortesías y desenfreno moral; orden
en la vida, dominio y gobierno divino en la casa, modelo de
todo orden y organización social: en todo esto el más sencillo
gozo humano, pero, a la vez, el más profundo. ¿Cómo podría
todo ello, no diré formarse, sino simplemente prefigurarse,
desarrollarse, a no ser mediante aquel poder sereno y eterno
del modelo y de una serie de modelos que impusieran el do
minio en torno suyo? A juzgar por nuestras actuales formas
de vida, todo invento se habría perdido cien veces, se habría
OTRA FILOSOFIA 277
* * *
* * *
* * *
* * *
Segu n d a s e c c ió n
drán un día los más bellos frutos una vez que la tormenta
haya arrancado las hojas.
Tantas naciones hermanas, y no una monarquía so
bre la tierra. Cada una de esas ramas formaba hasta cierto
punto un todo y producía sus renuevos; todas crecían jun
tas, se entrelazaban, se confundían, cada una con su propia
savia. Esa multiplicidad de reinos, esa coexistencia de comu
nidades hermanas; todas ellas de origen germánico, todas
con el ideal de una misma constitución; todas creyentes de
una misma religión; cada una luchando consigo misma y
con sus miembros; casi invisible, pero muy intensamente em
pujadas y movidas por un mismo viento sagrado, el prestigio
papal. ¡Cómo se ha conmovido el árbol con las Cruzadas,
con las conversiones de los pueblos! ¿Dónde ha dejado de
echar ramas, flores, raíces? Si los romanos se habían visto
obligados a contribuir a crear entre los pueblos una especie
de «derecho de gentes y de reconocimiento de la universal
condición de romanos» — aunque no de la mejor forma, al
subyugar la tierra— , el papado, con toda su violencia, cons
tituyó en manos del destino el mecanismo de una «unión
más elevada todavía de cara a un universal reconocimiento
de quienes debían ser cristianos, hermanos, hombres». La
canción adquirió un tono indudablemente superior por las
disonancias y el afinamiento de los gritos; diversas ideas,
tendencias y estados se extendieron por el mundo tras haber
sido abstraídos y tras haber fermentado. ¡Con qué rapidez
crecieron las ramas y retoños del viejo y simple tronco de
la especie humana!
* * *
T ercera s e c c ió n
Adiciones
* * ie
* * *
4í * *
* * *
* Buffon.
OTEA FILOSOFIA 353
•k "k *
* * *
' Cuando veo los hechos, o más bien adivino los mu
dos signos de los hechos de un espíritu que es excesiva
mente grande para la envoltura de su tiempo, que anda con
demasiada serenidad y timidez para escuchar sus aplausos,
observo que siembra en la oscuridad: siembra semillas que,
como todas las obras y creaciones divinas, arrancan con un
362 HERDER
it le *
* Voltaire.
OTRA FILOSOFIA 365
☆ * *
Pero feliz aquel que, aun siendo así, no tenga que arrepen
tirse de su fragmento de vida.
\
rmmmi
ser,
existencia duración,
fuerza [... ] 9
ser
existencia duración
fuerza
1. Ser vivo
2. Existencia 3. Duración
4. Fuerza
Un acoplamiento, asociación,
mezcla, ligados. Mediante el
pensamiento y su resultado en
una organización viva.
Según leyes de causalidad.
* * *
2. Especies 3. Géneros
4. Modo
1. Existir
2. Contraactuar 3. Cooperar
4. Conseguir
* * A
1. Punto, instante
4. Fuerza inconmensurable.
•k k ie
2. Categoría de la cualidad
lo mismo (otra cosa),
especies, géneros,
modo.
4. Categoría de la medida
punto, instante,
espacio inconmensurable, tiempo inconmensurable,
fuerza inconmensurable.
1. Ontología,
perteneciente a la categoría del ser.
4. Matemáticas,
categoría de la medida.
P rimera silva
D ia r io d e m i v i a j e d e 1769
über die Triebe der Tiere, hauptsächlich über ihre Kunsttriebe (Con
sideraciones generales sobre los instintos de los animales, principal
mente sobre sus instintos artísticos), 1760.
109 Se refiere a la obra Neue Erdbeschreibung (Nueva geogra
fía), publicada por Büsching en 1754.
110 Johann Simon Lindinger (1723-1784). Historiador alemán.
Escribió Charaktere denkwürdiger Nationen (Caracteres de las nacio
nes memorables), 2 partes, 1756-1757.
111 Robert Dodsley (1703-1764). Escritor inglés polifacético. Su
obra The Preceptor (El maestro), 1748, gozó de gran popularidad. Ha
bía aparecido en alemán en 1762.
112 Bernard Picart (1673-1733). Calcógrafo francés. Ilustró el
Traité des cérémonies et coûtumes religieuses de toutes les nations,
Amsterdam, -1723.
113 Gnomònica: ciencia de la construcción de relojes solares.
114 Charles Rollin (1661-1741). Historiador francés. Autor de
Histoire ancienne des Egyptiens, des Carthaginois, des Assyriens [ . . . ] ,
13 vols., 1730-1738.
115 Humphrey Pridaux (1648-1724). Teólogo y orientalista in
glés. Es autor de The Old and New Testament connected in the Histo-
ry of the Jews and Neighbouring Nations (El Antiguo y el Nuevo
Testamento en relación con la historia de los judíos y de las naciones
vecinas),*1716.
116 François Augier de Marigny (muerto en 1762). Historiador
francés, autor de Histoire des Arabes sous le gouvernement des cali-
fes, 1750, así como de Histoire des révolutions de l’empire des Ara
bes, 1750-52.
117 Paul Henry Mallet (1730-1807). Historiador y filólogo suizo.
En 1765 efectuó Herder una recensión de su obra Introduction à l'his
toire du Dammare, 1755-56.
118 Thomas Shaw (1692-1751). Escritor inglés. Escribió Travels
or Observations Relating to Several Parts of Barbary and the Levant
(Viajes u observaciones relativas a diversas partes de Berbería y Le
vante), 1738. Herder recensionó en 1765 la traducción alemana.
119 Richard Pococke (1701-1765). Geógrafo inglés, autor de
A Description of thè East and Some Other Countries (Descripción del
Este y otros pueblos), 1743-45.
120 Jean Baptiste du Halde (1674-1743). Historiador francés, au
tor de Description géographique, historique, chronologique, politique
de l’empire de la Chine et de la Tartane chinoise, VD5.
121 Engelbert Kämpfer (1651-1716). Médico alemán que empren
dió viajes exploratorios a través de Persia, la India y Japón. Autor
de The History of Japan together with a description of the Kingdom
of Siam written in Highdutch by E. Kaempfer and transí, from his
orig. mser. never before printed by J. G. Scheuchzer (Historia del Ja
pón con una descripción del reino de Siam, escrita en alemán por
E . Kaempfer, traducida del manuscrito original, nunca editado antes,
por J. G. Scheuchzer), Londres, 1727.
122 Jean Baptiste Tavernier (1605-1689). Explorador francés que
viajó por Asia y Africa. Autor de Les six voyages [ . . . ] en Turquie,
434 NOTAS
E n sa y o s o b r e e l o r ig e n d e l l e n g u a je
E x t r a c t o d e un in t e r c a m b io d e c a r t a s s o b r e O ssia n
Y LAS CANCIONES DE LOS PUEBLOS ANTIGUOS
«.Canción
34 Trad.:
«Al cántico
Dormirás
Medianoche
Yo vendré.»
36 S V, 159-171.
37 S V, 181-183.
38 Friedrich Logau, barón de (1604-1655). Escritor satírico ale
mán, autor de epigramas que en su tiempo hallaron escasa acogida,
pero que merecieron más atención a partir de la selección que publi
caron Lessing y Ramler en 1759.
39 Andreas Scultetus. Poeta alemán del siglo xvn. Lessing des
cubrió en la biblioteca de la Universidad de Wittenberg, entre otras
poesías antiguas, un poema suyo con el título «österliche Triumphpo
saune» (Trompeta triunfal de Pascua). Estimulado por este hallazgo,
Lessing recopiló más poesías de Scultetus, editándolas en un volumen,
en 1771, bajo el título de Gedichte von Andreas Scultetus (Poesías de
Andreas Scultetus).
40 Martin Opitz (1597-1639). Escritor alemán, autor de poesías,
novelas y traducciones de clásicos. Aunque comenzó escribiendo en
latín, su creación poética fue progresivamente afirmándose en lengua
alemana, hasta el punto de ser considerado en su tiempo como el pa
dre de la poesía alemana. Entre sus obras más conocidas destacan:
Das Buch deutscher Poeterey (Libro de la poesía alemana), 1624, en
el que ofrece una reforma de la métrica, además de ensalzar el idioma
454 NOTAS
Shakespeare
1 S X X I, 12.
2 S X X I, 17-19.
3 Crítica de la razón pura, B 5. Alfaguara, p. 44.
4 En el manuscrito de Herder se halla tachado aquí el texto
siguiente: «los echa al aire como burbujas de jabón hasta que se des
hacen, recreados en su brillo, en su color. De ahí que la utilidad de
esta ciencia resida, las más de las veces, en las acepciones, convir
tiéndose la metafísica, por consiguiente, en una filosofía del lenguaje
humano. ¡Qué campo más grande! ¡Cuánto queda en él aún por ob
servar, ordenar, sembrar y cosechar! Después de la matemática, no
hay otra filosofía que ilustre tanto el entendimiento, que determine
tanto los conceptos. Esta filosofía es la verdadera crítica de la razón
pura y de la fantasía; sólo ella contiene en sí los criterios de los sen
tidos, del entendimiento».
5 Trad.: «de la nada a la nada».
6 S X X I, 21-41.
7 S X X I, 49.
8 S X X I, 57-58.
9 S X X I, 63-64.
10 S X X I, 88.
11 Es imposible reflejar en una lengua latina el paralelo al que
alude Herder: Stein (piedra) - stehen (estar); Schlange (serpiente) -
schlingen (serpear); Fluss (río) - fliessen (fluir).
12 Gattungen, Geschlechter, Art. Este último vocablo alemán,
Art, lo traduzco también, en lo que sigue, como «forma», intentando
recoger matices que, de todos modos, son intraducibies, por aludir a
derivaciones que sólo se comprenden cabalmente en el contexto de la
lengua alemana.
33 S X X I, 96-112.
14 Versos tomados de Hudibras, de Samuel Butler (1620-1680),
sátira sobre el puritanismo, aparecida en tres partes entre 1663 y 1678.
Los versos pertenecen a I, 147. Trad.:
INDICE ONOMASTICO
* Jacob Bohme
H AURORA (30)
fe Prólogo, traducción y notas
H de Agustín Andreu Rodrigo
Immanuel Kant
CRITICA DE LA RAZON PURA (18)
Pròlogo, traducción y notas de Pedro Ribas