Artículo
Carmen Santos Millán
Escribir un texto científico para una
presentación oral: El texto expositivo
RESUMEN
Está totalmente aceptado y asimilado que para hacer ciencia hay
que escribir ciencia. Sin embargo hay muchas ocasiones en que es
necesario comunicar la ciencia de forma oral, ya sea en un congreso
u otro tipo de jornadas científicas. En estos casos siempre vamos a
tener como referencia un texto escrito, pero, es también evidente,
que las características de estos textos van a ser diferentes de aque-
Introducción
La comunicación es inherente a la naturaleza y
práctica de la ciencia. El que surjan cada vez más or-
ganizaciones científicas, refleja que el continuo creci-
miento de la ciencia exige comunicación entre los que
a ella se dedican. Un proyecto de investigación cientí-
fica no se considera terminado hasta que se publican
los resultados. Por ello el objetivo de la investigación
científica es la publicación primaria, sin embargo, mu-
chas veces, antes de que la investigación concluya,
podemos sentir la inquietud de presentar un adelanto
de nuestro estudio, ya sea por una invitación expresa
o por la oportunidad de dar a conocer un anticipo de
la investigación. De este modo podemos participar en
una conferencia, congreso, simposio, seminario, etc.
adelantando algunos datos de la investigación, sin que
la publicación de las actas del evento se considere pu-
blicación primaria.1
La investigación científica a finales del siglo XX era
cada vez más de colaboración y trascendía las fron-
teras institucionales, geográficas y políticas. Esta si-
tuación condujo a los científicos a exigir modos más
frecuentes, dinámicos y flexibles de intercambio de in-
formación con sus colegas. Proliferó la comunicación
informal en las conferencias, los congresos y otras re-
uniones científicas y técnicas, lo cual testimonia de la
permanente necesidad del contacto personal.2
Cuerpo del documento
Cuando la comunicación es oral hay que tener en
cuenta que el lenguaje empleado adquiere una nueva
Enfermera. Licenciada en Lingüística por Universidad de
Cádiz.
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llos que se escriben con la intención de llegar al receptor a través de
la lectura. Es por ello por lo que se presentan en este documento una
serie de recomendaciones que orienten al autor a la hora de elaborar
un texto destinado a una presentación oral.
PALABRAS CLAVE
Comunicación científica, presentación oral, exposición, texto expositivo.
dimensión. La frialdad de la comunicación escrita se ve
templada por la interacción del ponente con los asis-
tentes que, en un proceso de retroalimentación, pue-
de sobre la marcha rectificar, cambiar o dar otro tono
a algunas partes de su discurso, según la actitud que
observe en la audiencia. Sin embargo, es posible que
las improvisaciones, tal y como decía William Shakes-
peare, sean mejores cuando se las prepara. Es por
ello por lo que la preparación concienzuda y adecuada
del texto que se va a exponer de forma oral ante un
público será garante del éxito de la presentación. De
este modo, una presentación oral se debería enfocar
como una conversación en la que el ponente lleva la
mayor parte del peso mientras que la audiencia, fun-
damentalmente, oye, pero puede expresarse al final de
la exposición.
Es evidente que un documento que va a ser ex-
puesto de forma oral en una reunión, más o menos nu-
merosa en cuanto a participantes, y con un tiempo de
exposición limitado, debe reunir algunas características
diferentes a las que presentan los documentos escritos
para su publicación. No se va a hacer referencia en
este documento a los diferentes elementos de que el
ponente dispone para apoyar el discurso, por ejemplo
mediante los cambios en la entonación o la gesticula-
ción, como parte de la comunicación no verbal que se
establece con el público receptor, sino que nos vamos
a centrar en el texto que se va a exponer. La principal
diferencia que se observa, en cuanto al contenido, es
que una presentación oral no puede contener todos
los datos y se puede obviar gran parte de la revisión
bibliográfica. En cuanto a la forma, una comunicación
oral no tiene que ajustarse a la progresión habitual de
introducción, material y método, resultados y discusión.
En su lugar se usará un método abreviado en el que se
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expone el problema, se describen brevemente los mé-
todos utilizados y se presentarán algunos de los resul-
tados que se hayan obtenido. Se puede disponer de un
tiempo final para comentar lo que pueden significar di-
chos resultados. Hay que tener en cuenta que por muy
bien organizadas que estén las ideas, un gran número
de ellas presentadas con demasiada rapidez, pueden
resultar confusas.3
Los oradores deben presentar sus materiales de
forma clara y eficaz, de forma que el público pueda
comprender la información que se comunica y apren-
der de ella. La presentación oral debe orientarse a un
nivel más general que el que tendría un trabajo escrito;
en ella el ponente, en un gesto de aproximación con la
audiencia, intentará acercar posiciones para romper la
distancia que físicamente se encuentra entre la persona
emisora y el grupo receptor.
La exposición es un modo del discurso que tiene
como objetivo ofrecer al receptor información sobre al-
gún aspecto de la realidad (científica en nuestro caso)
y facilitar su compresión al destinatario. Por ello el tipo
de texto que vamos a emplear en una presentación oral
de un documento científico es el expositivo, aunque la
mayoría de las veces se asocie con el argumentativo.
Aunque la comunicación oral no está expuesta a la
rigidez de un documento escrito, debemos ser espe-
cialmente cuidadosos con el tipo de lenguaje y estruc-
tura del discurso para poder transmitir correctamente
las ideas que hemos decidido hacer públicas. Debido
al propósito comunicativo de los textos expositivos es
necesaria la exigencia de la extremada claridad en la
construcción textual de párrafos y oraciones, y la ne-
cesidad de que los conceptos se expresen de forma
ordenada.
Se puede decir que preparar una exposición consta
de tres fases: documentación, organización de materia-
les y elaboración final.
Documentación es la recopilación de información
sobre el tema a tratar, seleccionar los datos que sean
de interés para la exposición y determinar el grado de
profundidad con que se va a tratar el objeto de la expo-
sición. En esta fase se elaboran los esquemas y borra-
dores. Sin embargo incluso antes de comenzar con la
búsqueda de los datos se deben tener en cuenta algu-
nos elementos necesarios para que la exposición sea
exitosa, ya que determinan en gran medida la forma
en que se va a realizar la exposición. Estos elementos
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son el tema que se decide comunicar, el propósito que
se persigue con la exposición y conocer el público des-
tinatario.
Organización de materiales o estructura de la ex-
posición. En esta fase se elabora el guión en el que se
recogen los pasos que se seguirán en la exposición. Ha
de realizarse de forma que los receptores puedan per-
cibir con claridad y coherencia el sentido de lo que se va
a exponer, haciendo prevalecer la idea principal sobre
las secundarias. Los textos o discursos expositivos pue-
den adoptar diferentes estructuras según el tema a tra-
tar. Se pueden distinguir las siguientes formas básicas:
Exposición de estructura narrativa o de ordenación
cronológica: trata sobre hechos o acontecimientos que
se producen en el tiempo. El desarrollo temporal es el
elemento que caracteriza este tipo de exposición, suele
adoptar una estructura secuencial en la que los hechos
se presentan ordenados atendiendo a dos criterios fun-
damentalmente: el tiempo en que se producen los he-
chos y el orden en que se suceden.
Exposición de estructura descriptiva: en ella predo-
mina la descripción, es decir la organización espacial.
Esta estructura puede ser puramente descriptiva, de
comparación/contraste o de enumeración.
Exposición de forma argumentativa: en la que se
analiza razonadamente un tema estableciendo relacio-
nes causales entre los datos obtenidos del análisis. Di-
cho de otro modo, se exponen las razones y datos obte-
nidos para defender la opinión sobre un tema con el fin
de que dicha opinión sea aceptada. La mayoría de las
exposiciones científicas pertenecen a este tipo y se cla-
sifican fundamentalmente en dos grupos: causa-efecto
y problema-situación. La estructura causa-efecto tiene
como objeto analizar las causas de un hecho determi-
nado o bien las consecuencias que de ese hecho se
derivan. La estructura problema-solución es caracte-
rística de los textos en los que se aportan soluciones
a situaciones o hechos adversos. A veces va asociada
a la estructura causa-efecto. Otro modo de presentar
una estructura argumentativa es empleando la fórmula
pregunta-respuesta.
En todo proceso comunicativo, la ordenación del
material informativo depende de qué sabemos, pero
también de lo que creemos que saben nuestros recep-
tores. De ahí la necesidad de conocer las intenciones
de los destinatarios del mensaje a quienes va dirigido
el texto. Estos factores pragmáticos dictan el orden en
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que la información nueva, como avance de lo que se
comunica, debe ocupar en el discurso en relación con
la información conocida. Por ello es necesario realizar
una progresión temática coherente y adecuada, en la
que tengamos en cuenta tanto el contenido que vamos
a desglosar como el público al que nos dirigimos.
El mantenimiento del referente asegura un grado
3. Progresión de temas derivados: a partir de un
tema general o hipertema van surgiendo diferen-
tes temas o subtemas con sus respectivos remas:
T0 (hipertema)
T1→ R1 T3 → R3
T2 → R2

de continuidad en el contenido del texto. La referencia
fundamental del texto se construye a través de elemen-
tos léxicos, pero para mantener la referencia iniciada
hay diversos mecanismos, la mayoría de ellos de reite-
ración. Algunos procedimientos para el mantenimiento
del referente son las repeticiones (exactas o parciales),
la sustitución por sinónimos, sustitución por hipónimos
(palabra cuyo significado está incluido en el de otra, por
ejemplo: bebé-niño), hiperónimos (palabra cuyo signifi-
cado incluye al de otra u otras, por ejemplo: nutrientes-
proteinas) o antónimos, sustitución por metáfora o susti-
tución por calificaciones valorativas (acción terapéutica
= progreso).
La progresión temática permite que la información
avance de una forma ordenada. Considerando el térmi-
no tema como el concepto de información conocida y
rema el de información nueva, se puede optar por tres
modos básicos de progresión temática y uno más com-
plejo dependiendo del contenido del tema a exponer.
1. Progresión de tipo lineal: se parte de un primer
tema y lo que se presenta como información nue-
va (rema) se convierte en el tema siguiente al
que se le atribuye otro rema y así sucesivamente:
T1 → R1 nistrará información relevante a los intereses y necesi-
T2 → R2…
4. Progresión tema o rema extendido o ramificado:
en este caso o bien el tema o bien el rema se
expande en diversos subtemas. El tema será el
punto de partida, el elemento que aporta el grado
menor de dinamismo comunicativo, mientras que
el rema es el que aporta un grado más elevado.4
III. Elaboración final. La exposición debe redactar-
se de forma objetiva y con un lenguaje claro, sencillo
y correcto, como debe ser en todos los documentos
científicos. En cuanto al tratamiento de la información
el emisor puede desarrollar diversas estrategias comu-
nicativas, sin embargo en el ámbito científico lo más ha-
bitual es plantear de manera objetiva los rasgos con los
que se impone la realidad, condicionada a la necesidad
de explicar adecuadamente los conceptos.
Conclusiones
La presentación de una comunicación oral en una
reunión científica es un privilegio al alcance de unos
pocos que, por lo tanto, merece la pena prepararse de
forma concienzuda. Un buen comunicador respeta su-
ficientemente a su audiencia como para preparar una
exposición organizada, concisa y clara. Además, sumi-
dades de la audiencia.5

2. Progresión de tema constante: a un mismo tema

se le van asignando remas diferentes:
T1 → R1
T1 → R2…

Bibliografía
1 y 3. Day R A. Cómo escribir y publicar
trabajos científicos. Organización Pa-
namericana de la Salud. Washington
2005. Publicación Científica y Técnica
núm. 598.
2. Russell J M. La comunicación científica
a comienzos del siglo XXI. Revista in-
ternacional de ciencias sociales, Junio
2001, 168. pp 120-134. Consultado el
12/10/2009. Disponible en: http://www.
unesco.org/issj/rics168/fulltext168spa.pdf
4. Calsamiglia Blancafort H, Tusón Valls
A. Las cosas del decir. Editorial Ariel.
Barcelona 2004. Capítulo 8. La textura
discursiva. Páginas 230-245.
5. Campos Rosa J. La comunicación
científica: ¿arte o técnica? Ars Phar-
maceutica 2000. 41:1; páginas 11-18.
Consultado el 30/06/2009. Disponi-
ble en: http://www.ugr.es/~ars/abs-
tract/41-11-00.pdf

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