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BIENAVENTURADOS LOS MANSOS, PORQUE ELLOS RECIBIRÁN LA TIERRA POR

HEREDAD

Los mansos no son los cobardes. No hay nada de timidez en ellos. Moisés y Jesús eran mansos
(Núm. 12:3; Mat. 11:29).

B. Los mansos son los que están sujetos a Dios. Tienen dominio propio, porque están bajo el
control de Dios. Es lo opuesto al orgulloso y arrogante.

Ser manso no es ser frío o indiferente a los problemas familiares o sociales de su


entorno. Tampoco es sinónimo de tener un carácter débil que no puede hacer frente a un
desacuerdo o ante las malas obras de algunas personas.
Ser manso no significa estar siempre de acuerdo con la gente por miedo o culpa.

La mansedumbre que es bienaventurada no es genética ni biológica, no por temperamento. es una


virtud que produce el Espíritu Santo en aquellos que de continuo se doblegan ante la majestad del
rey de reyes, Cristo Jesús (Gá. 2:20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí.

El mundo se burla de la mansedumbre enseñada en la biblia porque la considera inútil (1 Co. 1:28).
El mundo exalta la soberbia y glorifica el choque y la violencia, por eso se burla de los mansos
(Mt. 27:39-44)

Una persona mansa es una persona que tiene mucha fuerza, es firme en sus convicciones y tiene
carácter de guerrero; pero, a la vez es sosegada, sabia, equitativa y dueña de sí misma, nunca es
víctima de su propio ego.
Es tanta la fuerza de los mansos que mueven la mano de Dios y tienen su gloria en todo cuanto
hacen porque también tienen la virtud de saber escucharlo y obedecerlo. Se someten voluntaria y
gozosamente a sus designios aunque algunos suenen ilógicos (Pr. 13:13). El que menosprecia el
precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento será recompensado.

Las personas mansas saben cómo calmar la tempestad, sin comprometer sus principios ni regalar
nada al enemigo.

La mansedumbre está muy cerca de la sabiduría y colabora para la unidad del cuerpo de Cristo.
La mansedumbre hacia Dios quiere decir sumisión a Él. Lealtad. La mansos son leales, sumisos
respetan a la autoridad puesta por Dios

La recompensa de los mansos, el ser dueños de la tierra, es lo que busca con tanto afán el mundo
a través de la fuerza del poder, de la inteligencia, de la avaricia o con dinero.
Pero para ser dueños de la tierra hay que primero ser manso.

Jesús dijo: "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad."
Esta promesa es similar a la declaración de Pablo, "La piedad para todo aprovecha, pues tiene
promesa de esta vida presente, y de la venidera." Así, primero, el hombre manso es el que recibe
la tierra por heredad, pues él es el conquistador de la tierra. Él es el conquistador del mundo
doquiera que va.
En los tiempos de los puritanos, vivió un ministro eminente y piadoso, llamado el señor Deering,
que ha dejado escritos que todavía son valiosos. Cuando estaba sentado a la mesa, un día, un tipo
malvado lo insultó arrojándole un vaso de cerveza a la cara. El buen hombre solamente sacó su
pañuelo, limpió su rostro, y continuó comiendo su comida. El hombre le provocó una segunda vez
haciendo lo mismo, e incluso llegó a hacerlo una tercera vez en medio de muchas blasfemias. El
señor Deering no respondía nada, sino solamente se limpiaba el rostro; y, en la tercera ocasión, el
hombre vino y cayó a sus pies, y comentó que su mansedumbre cristiana, y la mirada de ternura,
y de amor compasivo que el señor Deering le había mostrado, lo habían doblegado por completo.
Así el hombre bueno fue el conquistador del malo.
El hombre manso es agradecido, feliz, y está contento, y el contentamiento es el que vuelve
disfrutable a la vida.
Pero el texto significa más de lo que he dicho hasta este momento, pues la promesa, "Recibirán la
tierra por heredad," puede leerse como la tierra prometida, el Canaán celestial. Donde el orgullo
no puede entrar allí. El enojo, la ira, y la malicia no contaminarán nunca la atmósfera de la ciudad
celestial. Allí, todos se postran delante del Rey de reyes, y todos se gozan en la comunión con Él.
El texto significa todavía más que eso: recibiremos la tierra por heredad dentro de algún tiempo.
David escribió, "Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz."
Salmos 37:11.
Después de que esta tierra haya sido purificada por el fuego, después de que Dios haya incinerado
las obras de los hombres y cualquier diseño de la humanidad corrupta haya sido destruida por el
calor ardiente, entonces esta tierra será aprestada otra vez, y los ángeles descenderán con nuevos
cánticos para cantar, y la Nueva Jerusalén descenderá procedente del cielo de Dios en toda su
gloria.
Y entonces sobre esta tierra, en la que una vez hubo guerra, no habrá ni espadas ni lanzas, y los
hombres ya no aprenderán más las artes de la guerra. Entonces Los mansos poseerán la tierra, y
sonarán gritos de gozo, y de paz, y de alegría. Donde el rastro de la serpiente no será visto jamás!
Pero esto tiene que ser la obra de la gracia. Debemos nacer de nuevo, pues de lo contrario nuestros
espíritus altivos no serán mansos nunca. Y si hemos nacido de nuevo, que sea nuestro gozo, en
tanto que vivamos, mostrar que somos seguidores del manso y humilde Jesús,
Concluyo con las solemnes palabras del maestro que nos prometió la tierra por heredad cuando
dijo:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo
sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." Mateo 11:28…

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