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A. Isabel la Católica
Isabel I de Castillo, nació en Madrigal de las Altas Torres, el 22 de
abril de 1451 y murió en Medina del Campo, el 26 de noviembre de
1504. Fue reina de Castilla desde 1474 hasta 1504, reina
consorte de Sicilia desde 1469 y de Aragón desde 1479, por su
matrimonio con Fernando de Aragón.
Se la conoce también como Isabel la Católica, título que les fue
otorgado a ella y a su marido por el papa Alejandro VI el 19 de
diciembre de 1496. Es por lo que se conoce a la pareja real con el
nombre de Reyes Católicos, título que usarían en adelante
prácticamente todos los reyes de España.
Se casó con el príncipe Fernando de Aragón el 19 de octubre de
1469. Por el hecho de ser primos segundos necesitaban
una bula papal de dispensa que solo consiguieron de Sixto IV a través
de su enviado el cardenal Rodrigo Borgia en 1472.
Ella y su esposo Fernando conquistaron el reino nazarí de Granada y
participaron en una red de alianzas matrimoniales que hicieron que
su nieto, Carlos V, heredase las coronas de Castilla y de Aragón, así
como otros territorios europeos, y se convirtiese en emperador del
Sacro Imperio Romano.
Isabel reorganizó el sistema de gobierno y la administración,
centralizando competencias que antes ostentaban los nobles; reformó
el sistema de seguridad ciudadana y llevó a cabo una reforma
económica para reducir la deuda que el reino había heredado de su
hermanastro, y predecesor en el trono, Enrique IV. Tras ganar
la guerra de Granada los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de
sus reinos y, años más tarde, también a los musulmanes.
Por el otro extremo, el bajo clero, aunque privado del poder y lujos,
no estaba en mejores condiciones de servir al pueblo. Los sacerdotes
eran en su mayoría ignorantes, incapaces de responder a las más
sencillas preguntas religiosas por parte de sus feligreses, y muchos
de ellos no sabían más que decir de memoria la misa, sin entender
qué era lo que estaban diciendo. Vivían en una pobreza humillante, y
frecuentemente descuidaban sus labores pastorales. En los conventos
y monasterios, en muchos casos se descuidaba la oración, que
supuestamente era la ocupación principal de los religiosos.
Su uso del lenguaje, tanto latino como alemán, era magistral, aunque
cuando un punto le parecía ser de suma importancia lo hacía recalcar
mediante la exageración.
1. La expansión protestante
2. La guerra de Esmalcalda
Felipe de Hesse, jefe de la Liga de Esmalcalda era un hombre digno y
dedicado a la causa protestante, pero infiel con su esposa de varios
años, pero tampoco continente. Un hombre atormentado por sus
apetitos sexuales, y por el remordimiento que su satisfacción ilícita le
causaba.
Otro golpe fue la muerte de Lutero, que tuvo lugar en 1546. A pesar
del prestigio que había perdido a causa de la guerra de los
campesinos y de la bigamia de Felipe de Hesse, Lutero era el único
personaje capaz de unir a los protestantes bajo una sola bandera. Su
muerte, dejó al partido protestante sin jefe tanto política como
eclesiásticamente.
1. La predicación de la Reforma
2. Víctimas de la Predicación
Carlos V tomó fuertes medidas contra el protestantismo.
Repetidamente hizo promulgar edictos contra ese movimiento, y en
particular contra los anabaptistas, que fueron los que más
persecución sufrieron.
C. El protestantismo en Francia
D. La reforma Católica
Los impulsos reformadores que corrían por Europa eran demasiado
fuertes y amplios para que el protestantismo pudiera contenerlos
todos. Desde antes de la protesta de Lutero, había muchos que
soñaban con una reforma eclesiástica, y que tomaban medidas en ese
sentido. Particularmente en España, y gracias a la obra de Isabel la
Católica y de Jiménez de Cisneros, la corriente reformadora cobró
gran impulso, aunque sin abandonar los cauces del catolicismo
romano.
2. César Baronio
César Baronio fue el gran historiador del catolicismo. Los protestantes
de la universidad de Magdeburgo habían empezado a publicar una
gran historia de la iglesia, en la que trataban de mostrar que el
cristianismo original era muy distinto del catolicismo romano, y de
explicar cómo se habían introducido las diversas innovaciones que los
protestantes ahora trataban de eliminar.
3. El papado reformador
E. El Protestantismo Español
La historia del protestantismo en España está aún por escribirse. Hay
numerosos ensayos y monografías acerca de personajes o hechos
relacionados. Pero un movimiento que fue en su mayor parte
clandestino resulta siempre difícil de investigar, pues frecuentemente
se halla oculto en episodios que el tiempo y la falta de atención se
han encargado de borrar.