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Música programática: Música instrumental asociada con un tema poético, descriptivo o incluso narrativo, pero no por

medio de figuras retórico-musicales, sino mediante la sugerencia imaginativa. La música instrumental se convierte en
un vehículo para la expresión de ideas que están más allá del poder expresivo de las palabras. La música programático
tiene su punto de partida con la sinfonía Pastoral de Beethoven.

Lo sublime: (Tormenta) Diferenciado de lo bello, también es un sentido estético de belleza, pero acompañado de un
sentimiento de miedo. Se encuentra relacionado a aquella veneración a la belleza natural: la naturaleza, si bien es bella,
es desconocida y puede ser amenazante. Así, esta idea de belleza se halla acompañada de un sentimiento de miedo.

Lo desordenado: Una reacción contra la claridad formal y el racionalismo del siglo anterior. “Aflojamiento“ de la
forma, con cambios impredecibles en el desarrollo de la línea melódica y menores posibilidades de predecir el fraseo y
la cadencia.

Lo intenso: Rechazo a la moderación y una afirmación de lo exagerado como impulso artístico de importancia; grandes
clímax y formas expansivas.

Lo dinámico: Tendencia hacia el movimiento constante; énfasis incrementado en la dimensión rítmica, un elevado
sentido del movimiento armónico por medio del cromatismo y la modulación y un sentimiento general de crecimiento
en el desarrollo de la línea melódica (crescendi). Aquel movimiento perpetuo se encuentra en el Barroco y en el
Romanticismo, pero rara vez se encuentra en el Clasicismo.

Lo íntimo: Tendencia a la introspección. Se observa en su aislamiento deliberado de momentos de intensidad poética


silenciada, anticlímax que son tan tensos y poderosamente expresivos como los clímax masivos. Se puede apreciar en
momentos de delicadeza y lirismo.

La emoción: Es a la vez un medio y un fin del conocimiento. Mientras que la razón puede registrar las apariencias
exteriores, sólo la emoción puede penetrar en el corazón y en el espíritu. (Se considera la música el arte que mejor
expresa las profundidades de los sentimientos humanos).

Lo continuo: Búsqueda de lo infinito, irracional o trascendental. Se puede observar en figuras rítmicas constantes en
todo movimiento.

El color: Énfasis en el valor sónico de la sonoridad individual, color armónico aumentado por medio del cromatismo y
la yuxtaposición de claves remotas y la expansión de la orquesta en un cuerpo más grande y complejo, con mayor
variedad de timbres.

Lo exótico: Inclusión de elementos étnicos en la música, ritmos de danzas nacionales, temas nacionalistas para los
libretos de ópera, etc.

Lo ambiguo: Los significado dobles o oscuros; enarmonía, modulaciones, resoluciones acórdicas engañosas, frases y
cadencias eludidas, sonoridades largas sostenidas, pasajes de tonalidad incierta o inestable, secuencias armónicas y
melodías con fondos armónicos ambiguos.

Lo único: Enfatiza la obra individual más que el tipo; búsqueda de un estilo musical personal; tratamiento altamente
individualista de los géneros tradicionales.

Lo primitivo: La música del s. XIX evocaba el espíritu de lo primigenio (bosque y mar especialmente). Se valorizaba la
música por su capacidad para representar la voz antigua de la naturaleza (Urklang).

Lo orgánico: Un nuevo principio estructural para la música. Las obras de arte son análogas a las cosas vivas en tanto
presentan los mismos procesos naturales y se desarrollan conforme a los mismos principios naturales.

Gesamtkunstwerk: Wagner creía en la absoluta identidad de música y drama, en la que ambos son expresiones
conectadas orgánicamente de una única idea dramática. La poesía, el diseño escénico, la puesta en escena, la acción y la
música trabajan juntos para formar lo que llamó una obra de arte total.

Leitmotiv: Los dramas de Wagner están organizados en torno a numerosos temas y motivos asociados cada uno con una
persona, una cosa, una emoción o una idea concreta. El Leitmotiv es una etiqueta musical, pero se convierte en algo
más por su tratamiento sinfónico en el drama musical, acumulando significados cuando reaparece en nuevos contextos,
recordando un objeto en situaciones en las que el objeto en sí no esté presente, puede ser variado, desarrollado o
transformado a medida que evoluciona el argumento. Se caracterizan mediante instrumentos, registros, armonías o
tonalidades.
Verismo: Género operístico basado en el realismo. Prescinde de reyes, héroes o personajes famosos y busca una acción
cuyos protagonistas son seres vulgares y corrientes. Pero, para no aburrir al público, la acción no puede ser vulgar y
corriente, por lo cual el verismo está cargado en el fondo de situaciones tal melodramáticas e irreales como el
romanticismo, aunque más crudas y antiheroicas.

Diletantismo: Tradición rusa inaugurada por Mijail Ivánovich Glinka. Dicha tradición es un rasgo común de todos los
exponentes del nacionalismo musical ruso, los cuales se formaron fuera de las instituciones escolásticas y académicas,
sino que se mantuvieron lejos de ellas. Las raíces de esta tradición recide principalmente en la falta de verdaderas
escuelas de música y en el orden feudal de la sociedad. El diletantismo se revela entonces como una alternativa de
oposición a una tradición didáctica y profesional que se consideraba ajena o también hostil.

Escala exatónica: Innovación de Debussy, quien acepta el tono entero como unidad básica, tratándose de una escala
más regular, la cual logra espectaculares efectos.

Tarea 1
Grout
Los términos Clasicismo y Romanticismo presentan una incómoda antítesis entre ellos, debido a que la
continuidad entre ambos estilos es más elemental que su contraste. Sin embargo, el arte romántico se distingue del
clásico por el énfasis que otorga a lo extraño, así como lo definió Walter Pater, inspirado en la connotación que tenía el
adjetivo romántico a mediados del siglo XVII. Es decir, los romances, poemas y cuentos medievales que trataban acerca
de personajes o sucesos heroicos, lo cual se observa más tarde en las tramas de las óperas.
Un rasgo característico del Romanticismo es su infinitud, lo cual se aprecia tanto en su búsqueda por la pasión
y lo inalcanzable, como en su constante destrucción de las distinciones. Esto significó una mezcla de las artes entre sí.
De esta forma, la música instrumental es el arte romántico ideal, debido a que su material se encuentra separado del
mundo concreto de los objetos, representando la lejanía y la infinitud que empapaban el pensamiento romántico.
Aquella idealización de la música instrumental presenta una contradicción, ya que una de las formas más
características del siglo XIX fue el lied, una pieza vocal que logró una profunda unión entre música y poesía. El lied y
la melodía lírica incluso influyeron sobre la música instrumental de la mayoría de los compositores románticos, muchos
de los cuales se encontraban vinculados a la expresión literaria. Así nace la concepción de la música programática.
Esta se refiere a música instrumental asociada a un tema poético y descriptivo mediante la sugerencia imaginativa,
trascendiendo así el poder expresivo de las palabras.
Durante el siglo XIX, la población europea aumentó significativamente. Al crecer las ciudades modernas, el
hombre comenzó a idealizar la naturaleza, lo cual comenzó con Rousseau. Para el artista romántico, la naturaleza se
convirtió en una fuente de inspiración, habiendo una atracción entre la vida interior del artista y la vida de la naturaleza.
Además, contradiciendo los avances de los métodos científicos de dicha época, los músicos comenzaron a buscar más
allá de los límites de lo racional, entrando en el terreno del inconsciente e inspirándose en el sueño o el mito, lo cual
produjo extensiones en la armonía y la melodía.
Por otro lado, política presentó un conflicto entre el crecimiento del nacionalismo y el comienzo de los
movimientos socialistas supranacionales. Dicho nacionalismo influenció fuertemente la música romántica, ensalzando
la canción popular, lo cual se complementó con un deleite por el exotismo, empleando también lenguajes foráneos.
El arte romántico tuvo un aire revolucionario, percibiéndose como una rebelión contra las limitaciones del
Clasicismo y presentando un proceso de progreso y evolución. Así surge el concepto de que la música tenía una historia
que debía interpretarse como un proceso evolutivo, siendo uno de los aspectos del movimiento romántico su
preocupación por la música del pasado, manifestándose la musicología histórica.
Durante este periodo, las formas desarrolladas en el Clasicismo fueron poco satisfactorias, siendo los logros
más notables el desarrollo de la técnica armónica y el colorido instrumental. Se extendieron tanto los contornos de la
tonalidad como el colorido instrumental, descubriendo nuevas sonoridades. Así, armonía y color fueron los principales
medios para expresar musicalmente los ideales románticos.

Rowell
El siglo XIX presentó una armonización entre el estilo, los valores y el pensamiento, existiendo diversas
definiciones del término Romántico. Frederick Artz lo resume como una reacción de la emoción contra la razón, siendo
una antítesis del temperamento clásico racionalista.
Los valores románticos que más impactaron el pensamiento musical de dicho siglo fueron diversos. Hubo una
búsqueda de intensidad y un rechazo de la moderación; se apreciaba lo dinámico, con una tendencia al movimiento
constante; se valoró lo íntimo; la emoción jugó un papel importante, siendo la música considerada el arte que mejor
podía expresar los sentimientos humanos; lo continuo, o trascendental, buscaba el impulso musical; hubo un énfasis en
el color, la sonoridad individual y el color armónico; la búsqueda de lo exótico significó la inclusión de elementos
étnicos en la música; se valorizó lo ambiguo; se apreció lo único, enfatizando el estilo musical personal; se buscó lo
primitivo, valorando la música por su capacidad de representar la voz antigua de la naturaleza; por último, se valoró lo
orgánico, sosteniendo que las obras de arte siguen un proceso de formación y reformación conforme a los mismos
principios naturales de las cosas vivas. Aquel principio orgánico fue una base rectora para la estructura musical.
Además, esta época presentó un cambio drástico en la relación entre el artista y la sociedad. Al terminar el
mecenazgo, el compositor tuvo que escribir para complacer a la clase media, surgiendo la música como parte del mundo
de los negocios. Por otra parte, los roles de compositor y ejecutante se diferenciaron, convirtiéndose este último en un
intermediario entre el artista y el público.
Muchos artistas se vieron enajenados por el público inculto, retirándose de la sociedad y escribiendo obras para
la ocasión especial, o la eternidad, y no para el consumo diario. En el Romanticismo temprano, el compositor se
percibía como solitario, surgiendo la figura del “genio“.
Aquel enfoque en el rol del compositor impulsó el interés en el proceso creativo. El formalismo siguió siendo
importante, pero se vio infundido de mayor variedad tonal. Así, la estética de la música se hizo cada vez más subjetiva y
la crítica más necesaria, habiendo continuas controversias en el pensamiento musical.
Los filósofos alemanes, como Kant y Hegel, discutieron mucho acerca de la música, posicionándola en primer
lugar entre las artes subjetivas del Romanticismo. Esto se debió a su capacidad para expresar la vida interior del alma.
Arthur Schopenhauer atribuyó a la música una significación profunda, asociada a la naturaleza íntima, siendo capaz de
expresar la voluntad misma. Sin embargo, Eduard Hanslick rechazó aquellas concepciones, proponiendo una estética
del formalismo.
Tarea 2

Burkholder
Durante la segunda mitad del siglo XIX, Europa y Estados Unidos encabezaron la industrialización, surgiendo
las corporaciones modernas y siendo el consumo de masas la fuerza motriz de la economía. Hubo un creciente
movimiento en defensa de reformas políticas, el cual culminó en una serie de levantamientos populares durante 1848-
1849. Las condiciones políticas y económicas provocaron una contradicción en las artes: surgió el realismo que
criticaba la sociedad moderna al mismo tiempo que las artes ofrecían un escape de la realidad a través de la fantasía.
El nacionalismo influenció fuertemente las artes, presenciándose en la música recién durante la segunda mitad
del siglo XIX, al incorporar canciones y danzas folclóricas autóctonas. Al mismo tiempo, se generalizó el exotismo y la
alusión a un país lejano. Lo más importante era crear una composición que combinase lo extraño y lo bello.
En la ópera se dejó de enfatizar la flexibilidad vocal, requiriendo los cantantes voces intensas para ser
escuchados por sobre la orquesta que se ampliaba cada vez más. Las historias representadas en la ópera tuvieron un
equilibrio entre la leyenda y el realismo, surgiendo nuevos géneros de ópera ligera, como la opera bouffe en Francia, la
opereta en Austria, Inglaterra y Estados Unidos, y la zarzuela en España.
Una de las figuras cruciales de la cultura de dicho siglo fue Richard Wagner, quien tuvo un enorme impacto en
todas las artes. Postuló que la poesía, el diseño del escenario, la puesta en escena, la acción y la música trabajaban
juntos para formar lo que llamó una Gesamtkunstwerk (obra de arte total), argumentando que el hombre como artista
sólo puede estar plenamente satisfecho mediante aquella unión de todas las artes. Su música estuvo fuertemente
influenciada por el filósofo Arthur Schopenhauer, quien argumentó que la música encarna y transmite los sentimientos
humanos de forma concreta, sin ser necesaria la intervención de palabras. Así, en la ópera wagneriana, el hilo dramático
está en la música misma, llevada por la orquesta y no por las voces.
Wagner escribió sus dramas organizándolos en torno a temas y motivos asociados a personas, cosas,
emociones o ideas concretas. Dichos motivos se llamaron Leitmotiv (motivo conductor), el cual constituye una etiqueta
musical que se caracteriza a menudo mediante instrumentos, registros, armonías o tonalidades, sugiriendo significados o
asociaciones. Así, la música sugiere el curso futuro del drama, siendo los Leitmotiv el material temático básico de la
partitura, ya que se encuentran en íntima relación con la acción.
Los ideales de Wagner influenciaron toda ópera posterior a él. Sin embargo, su radical nacionalismo, el cual se
encontraba vinculado a una filosofía antisemita, ha sido sumamente controversial.

Comellas
Durante el siglo XIX, la ópera italiana apenas tuvo competencia, instalándose en todos los escenarios de
Europa. El éxito de dicho género radica en el conocimiento instintivo que los compositores italianos tenían de la voz
humana, sobre todo al resaltar sus recursos expresivos. Aquel efecto dramático tuvo ciertas repercusiones en la
composición. En el Romanticismo, una obra no tenía éxito si los actores no cantaban con un forzamiento espectacular y
casi antinatural de sus cuerdas vocales, generando espectaculares escenas que otorgaron una identidad a la
representación operística.
Giacomo Rossini fue el más típico y característico de los operistas italianos. Abriendo las puertas al
Romanticismo, logró hacer una misma cosa de las cuatro corrientes que se cruzaban en la ópera: la ópera seria, la ópera
cómica francesa, la ópera bufa y la ópera dramática. Rossini suprimió muchos artificios, prescindiendo de los castrati,
los rubati y prohibiendo improvisaciones y adornos que no estuvieran en la partitura. Se retiró luego del estreno de
Guillermo Tell, quizá su mejor obra, al mismo tiempo que surgía Mayerbeer.
Debido a que la ópera se hallaba arraigada en una serie de convenciones, fue sumamente complejo introducir
la tragedia romántica a géneros como la ópera seria o la ópera bufa. Fue a partir de Guillermo Tell que predominó la
ópera dramática. Mientras que Gaetano Donizetti fue un autor de transición, Vicenzo Bellini fue claramente romántico,
siendo sus óperas el origen de la melancolía y el éxtasis personal que irrumpe en la primera mitad del siglo XIX.
Por otro lado, la obra de Guiseppe Verdi es romántica por naturaleza. Su inmenso éxito se debe a que el
compositor fue muy popular, siendo muy involucrado con el pueblo italiano. Poseyó un sentido innato de la melodía,
con una tendencia a lo cantable, dominando la expresión musical de manera más perfecta que cualquiera de sus
antecesores. Verdi convierte ingeniosamente tramas y argumentos en música, dominando el dramatismo de la
“situación“.
A fines del siglo, la llegada del realismo exigió escenas de la vida ordinaria, pero esta era demasiado poco
dramática para introducirla en la ópera. Surgió así el verismo, lleno de situaciones melodramáticas, irreales y crudas,
pero cuyos personajes son vulgares y corrientes. El realismo comenzó con la ópera Carmen, de Bizet. Pagliacci, la
única ópera exitosa de Ruggiero Leoncavallo, también fue significativa, al igual que Cavalleria rusticana de Pietro
Mascagni.
Sin embargo, el representante más característico del verismo, es Giacomo Puccini, cuya obra se alejó
gradualmente del modelo italiano. El compositor es verista en el sentido antiheroico de la acción y de los personajes, los
cuales constan de ciudadanos corrientes. Lo característico de Puccini no son los personajes, sino las situaciones creadas,
cuyo dramatismo justifica algunas expresiones musicales. Sus últimas obras contienen características contemporáneas
que lo sitúan como el último compositor de ópera dramática italiana.

Tarea 3

Lang
Brahms, Bizet y Verdi se encuentran entre los músicos románticos que no concordaban con las ideologías de la
cultura dominante. Esto no era un rechazo al estilo musical en sí, sino que un choque con la orientación filosófica y
literaria de la música.
Los compositores románticos buscaban cultivar el legado de Beethoven, pero sin lograr la unión de los
elementos que caracterizaban a dicho compositor. Fue Johannes Brahms quien buscó aquel carácter universal, siendo el
único que logró acercarse al ideal de Beethoven. Brahms intentó reconstruir el arte del pasado, rechazando el progreso
musical de su época. Gracias a su sensibilidad, el compositor fue capaz de percibir lo más fino del pasado, siendo
sumamente fiel al reproducirlo.
Siendo un gran admirador de Schumann, comenzó su carrera escribiendo piezas para piano, en las cuales
confrontó y rechazó todos los elementos románticos convencionales. Luego se aproximó con cautela a los grandes
géneros del Clasicismo: la sinfonía y el cuarteto de cuerdas. Lo que lo motivó a seguir dichas formas fue la atracción al
gran arte alemán del pasado y tal vez un deseo por salvarlo. En su afán por resguardar las costumbres del pasado,
Brahms se mantuvo fiel a las estructuras formales de cada repertorio, repudiando las convenciones románticas.
Contrarió así a la escuela neogermana, quienes no lograban concebir cómo uno de sus contemporáneos podía descartar
todas las convenciones que había aportado la generación de Wagner y de Liszt.
Si bien Brahms tenía una faceta romántica, pero se hallaba consciente de su contradicción con la forma
sinfónica. Por esto, utilizó principios clásicos en sus composiciones, como la aplicación de idée fixe en forma de
estribillo, otorgando un elemento de cohesión en la construcción sinfónica.
En los primeros y los últimos movimientos de sus sinfonías, frecuentemente se encuentra la forma extendida
debido a la elaboración. Es aquí donde podemos observar todo su potencial. Sus motivos principales son
frecuentemente derivados del contrapunto de un estribillo, lo cual, si bien merecen gran mérito artístico, prescinden de
inspiración. Aún así, su técnica en el contrapunto y en las variaciones es destacable.
Brahms recuperó la esencia de la música de cámara, apareciendo, en comparación a sus contemporáneos, un
compositor clásico. En comparación a los demás compositores, Brahms no creía en la creación desde el caos, debido a
que sólo él comprendía a Beethoven.
La canción, al igual que la sinfonía, fue un género problemático para Brahms. Durante el siglo XIX, el rol del
acompañamiento instrumental de la canción adquiría cada vez más importancia. Esto fue otra característica romántica
que Brahms rechazó, siendo el acompañamiento en sus canciones siempre subordinado de la voz. Su trabajo coral
culminó en el Réquiem Alemán, el cual permanece su composición más querida.
En conclusión, Brahms resguardó la herencia de los clásicos, luchando por la forma, cultivándola y creándola.

Ruiz Tarazona
Desde el siglo XVII hasta el comienzo del siglo XIX, la historia de la música europea se trata casi
exclusivamente de la música italiana, francesa y alemana. El surgimiento del nacionalismo durante el romanticismo
repercutió en el surgimiento de centros autónomos de producción, denominados “escuelas nacionales“. El nacionalismo
musical surgió gracias a la voluntad de indagar características originales, expresadas mediante la música. Aquella
cultura nacional se volvió la idea poética central de toda composición.
Este término alude a diversos acontecimientos, como por ejemplo, el retorno de la cultura musical española en
la escena europea. Los países sometidos a potencias extranjeras, como Polonia o Hungría, tuvieron una creciente
aspiración a la independencia, teniendo una faceta nacionalista muy notoria. En aquellos países fue muy importante el
teatro de ópera.
En Rusia, la cultura musical fue alimentada por el espíritu de un nacionalismo radical, el cual buscaba la
construcción de una identidad cultural. A fines del siglo XVIII y principios del XIX predominaba la ópera italiana y la
opéra-comique. Existió así una doble corriente: por un lado, había compositores con una culturalización occidental y,
por otro, hubo una adquisición de un carácter ruso, gracias a la integración de temas y melodías populares.
Durante el siglo XIX, la ópera rusa tuvo dos orientaciones diferentes: la mágico fabulosa y la histórica, las
cuales fueron consagradas por Mijail Ivánovich Glinka, el padre de la ópera. Glinka introdujo además otra tradición: el
diletantismo, el cual se convirtió en un rasgo común entre todos los exponentes del nacionalismo musical ruso. Este
término constituye una oposición a la tradición didáctica y profesional, considerada ajena a su cultura.
Por otro lado, Serguéievich Dargomyzhshki contribuyó al problema de la entonación melódica de la lengua
rusa, teorizando una poética realista de la melodía. Sus composiciones vocales se consideran una contribución decisiva
para la fundación musical nacional de la lírica vocal de cámara.
La profundidad de la revolución social que experimentó Rusia dio lugar al populismo, el cual cultiva el
modelo autóctono de la cultura rural, dando forma a la constitución de un socialismo fundado en la comunidad agrícola.
Esto afectó la música, rivalizándose una corriente occidental y otra nacionalista. Aquella escuela nacional rusa se vio
identificada por el Grupo de los Cinco, al cual pertenecían Balakirev, Cui, Musorgski, Rimski-Korsakov y Borodin.
La dicotomía entre Occidente y Oriente fue superada con los compositores Tchaikovski y Rimski-Korsakov,
presentando un estilo homogéneo, caracterizado por un gran dominio de la escritura instrumental.
Lo que Musorgski admira de la escuela nacional rusa es su completa independencia respecto a la música del
pasado, además de su desconfianza en la educación académica. Según él, esta es una de las mayores diferencias entre la
escuela rusa y cualquier otra. Por otro lado, en ninguna nación se observa una búsqueda tan ferviente por la expresión
nacional como en Rusia, utilizando un vasto material folclórico. Otro elemento decisivo es el elemento oriental y la
predilección por la música de programa.

Tarea 4

Comellas
Los franceses buscaban una música diferente a la alemana, menos monumental y más refinada. Claude
Debussy fue el más francés de los compositores.
Durante la Tercera República, París era la capital de la cultura europea. Se comenzaba a imponer la bohemia,
impulsada por el desprecio hacia la burguesía conservadora y hacia las normas establecidas. Así, el romanticismo fue
seguido del realismo, el cual evolucionó rápidamente al impresionismo. A diferencia de su antecesor, el impresionismo
no busca representar la sustancia de las cosas, sino el accidente, lo cual es lo único que se percibe. Así, nuestra atención
se limita a lo sensorial, siendo un arte de lo efímero y momentáneo.
El término impresionismo designa una corriente estética que tiende a primar las sensaciones, las sugerencias y
las asociaciones que subconscientemente nos presentan las cosas. Aquella corriente estética, al igual que su término, fue
más tardía en la música.
El impresionismo musical fue sumamente preocupado de utilizar el colorido tímbrico y armónico, mientras
buscaba una línea melódica imprecisa. Así, esta corriente estuvo sumamente ligada a las artes pictóricas. Cabe
mencionar que el impresionismo no rompió radicalmente con las normas musicales clásicas, sino que mezcló los
elementos nuevos con las fórmulas aceptadas hace tanto tiempo.
La crisis que se generó entre los siglos XIX y XX es representada por Debussy, quien halló un balance,
encontrándose en el núcleo de aquella evolución. Su carácter rebelde y radical lo convierte en la primera expresión del
artista musical contemporáneo.
Fue influenciado por la sugerencia de color y la indefinición tonal de Wagner, desarrollando además un interés
por la música rusa. El carácter individual de su música fue causado por el impresionismo pictórico y el simbolismo
poético. Así, con su obra La siesta de un fauno, nace el impresionismo musical como lo conocemos hoy.
Una de las innovaciones más importantes de Debussy fue la de una escala que utiliza el tono entero como
unidad básica: la escala exatónica. Pero lo que más define su música es la yuxtaposición de sonidos aislados, las
pinceladas sueltas, avalando a que las sensaciones realicen una síntesis. En el impresionismo, aquel color sonoro busca
crear una atmósfera, la cual es más importante que el objeto que se describe. Debido a esto, las líneas melódicas son
difusas y los contornos confusos.
Maurice Ravel fue profundamente francés por formación, pero vinculado a España. Fue muy moderno y muy
clásico a la vez, rompiendo las normas tonales por un lado, pero cuidando la forma por otro. Su mayor capacidad fue el
predominio de lo visual sobre lo auditivo.

Burkholder
Mahler fue el compositor austro alemán de sinfonías más destacado luego de Brahms y Bruckner, y uno de los
expertos en la canción para voz y orquesta. Si bien fue un gran seguidor de Wagner, también fue muy influenciado por
Brahms. Siguió la tradición romántica y la faceta vienesa de muchos compositores.
La composición de sus sinfonías no se puede separar de la composición de sus canciones, utilizando voces en
cuatro de sus sinfonías. Por otro lado, Mahler amplió el concepto sinfónico de Beethoven, convirtiéndolas en una
declaración personal y muchas veces transmitiendo a través de ellas la narración de una historia. Siguió a Mozart, al
utilizar diversos estilos como tópicos en su narración. También utilizó estilos y ritmos folclóricos.
Tuvo mucha imaginación al combinar los instrumentos, consiguiendo efectos tanto delicados como colosales.
Vislumbró la música como un arte de sonido y no únicamente de tonos, siendo uno de los primeros en tener aquella
concepción, la cual fue usual en el siglo XX. Su Cuarta Sinfonía es un buen ejemplo de su composición. En ella
podemos observar su capacidad de fusionar las concepciones clásicas con la fantasía romántica y el estilo moderno.
Mientras tanto, en Francia, París era el centro de la vida musical. Si bien había interés por la música alemana,
los franceses buscaban cultivar su propio estilo y diversos factores ayudaron a situar su capital en una posición de
liderazgo musical.
Antes del surgimiento del impresionismo, se distinguen dos corrientes en la composición francesa: la tradición
cosmopolita y la tradición específicamente francesa. La primera fue transmitida por César Franck, quien fusionó en su
obra el contrapunto tradicional y las formas clásicas con la armonía de Wagner y otras convenciones románticas. Su
estilo de improvisación inauguró un nuevo tipo de música para órgano en Francia.
Por otro lado, la tradición francesa, encarnada por Gabriel Fauré, consideraba la música una forma y no una
expresión, siendo fundamentales el orden y la contención. La exhibición de emociones fue sustituida por música más
lírica.

Algunos rasgos Románticos:

Adoración a la naturaleza; naturaleza como fuente de belleza.


Escritura virtuosa
Búsqueda tímbrica y armónica
Nacionalismo
Irracionalidad por sobre la racionalidad.
Culto al genio
Busca lo extraño y remoto; agregado de lo extraño a la belleza.
Interés por la melodía lírica
Secciones extensas
Novedad y originalidad
Ligado a la literatura
Concentración en las emociones.

Apuntes
Se atribuía mucha importancia a la música instrumental, debido a que era la que mejor expresaba las
emociones. Los románticos se concentran en el amor, en el sentimiento y en la naturaleza: es música orgánica.
Los románticos abogaban por la idea de la novedad y originalidad, concepción que chocaba con la tradición,
representada por compositores como Bach, Haydn, Mozart y Beethoven.
Siglo XIX: época laica y materialista.
El nocturno fue un género exitoso, dirigido principalmente al público femenino.
El saltillo fue un cliché del Romanticismo, utilizado para generar intensidad. El rubato fue una metáfora a las
emociones humanas y el fuero interno. Las apoyaturas representan un suspiro.
En el Romanticismo fue común la idea de la bruma, de la niebla y lo difuso. Esto repercute en música donde
no hay tema o cadencias nítidas, como en el Clasicismo, sino que hay pura textura.
En el siglo XVIII está todo bajo control. El siglo XIX busca causar esa sensación de miedo y adrenalina, he ahí
su grandeza.
Los románticos escribieron sonatas inspirados en Beethoven. Este, si bien no era romántico, compartía muchas
características, como la concepción de genio, la concentración en la expresión del fuero interno del compositor, etc.
Beethoven enfatizaba la sección del desarrollo en sus sonatas. Esta es la sección que más capacidad de expresión tiene;
no es tan estructurada, tiene modulaciones, es más maleable, etc. Utilizó la sonata para organizar un flujo de ideas, para
estructurarlo y contenerlo, expandiéndola desde dentro, partiendo desde la forma. Schumann hace justo lo contrario.
Con el preludio de Tristán e Isolda, de Wagner, la disonancia empieza a ser la regla y la consonancia es la
excepción. A Wagner no le interesa la idea de exponer un tema y luego desarrollarlo, sino que comienza con el
desarrollo utilizando cromatismos.
Chopin logró capturar la esencia de la música popular, en vez de incorporar las melodías folclóricas de
cualquier forma.
Los románticos basaban su música en la literatura, los impresionistas la describen en términos visuales: en el
impresionismo predomina el color por sobre el dibujo. Ambos estilos comparten rasgos como la bruma, lo ambiguo, lo
difuso, etc.
Color musical: Timbre o color armónico.
Románticos: Idea de continuidad
Impresionistas: descomponen la música a diversos instrumentos, dando un aire de transparencia.
La música impresionista es contemplativa y estática, para lo cual hace mucho ostinato. Comienza una
sofisticación tímbrica.
La vehemencia de la escritura armónica de Wagner, si bien era admirada por Debussy, era demasiado
descabellada para el refinado gusto francés. El impresionismo, en vez de escribir desde el dramático fuero interno del
compositor, trata de evocar una atmósfera, como el mar, los árboles, etc. Para lograr aquello, quitaron de la escala lo
que otorga la inestabilidad y tensión (los semitonos en la escala) de dos formas: utilizando una escala pentatónica
anhemitónica o una escala exatónica.
Los acordes de 7a dominante son sustituidos por acordes de 7a mayor. La armonía impresionista va en contra
de la dirección de la armonía tonal, existiendo una yuxtaposición de sonoridades construidas a partir de escalas
contrastantes. La armonía impresionista utiliza movimiento paralelo de las voces.
En el siglo XIX se escuchaba pura música nueva, los clásicos no se representaban. Brahms vivió esto y por
ello intentó llevar al mercado las cosas clásicas.
En dicho siglo la única innovación en términos de esquema formal, es la música de programa, porque se basa
en un texto y narra una historia. Lo mismo pasa con los lied y las óperas de Wagner.
Mahler: sus sinfonías se basan en sus composiciones de lied. Además utiliza ritmos folclóricos. En su música
mezcla estilos, estratos sociales, razas, etc. Es un compositor romántico, frecuentemente comparado con Bruckner.
La primera ópera ambientada a tiempo real fue La Traviata.
Carmen, si bien está escrita en francés, el tratamiento lírico es italiano. Sus rasgos franceses son el
refinamiento en el tratamiento de la orquesta. Más tarde, en la ópera Pelleas et Melisande, de Debussy, ya no
encontramos la melodía italiana: No tiene ámbitos extremos y hay notas repetidas, imitando la acentuación del idioma.
Fue Debussy quien corrigió la musicalización del idioma francés.
Debussy rechazó la ideología y concepción dramática de Wagner, pero aún así fue una inspiración gracias a la
ambigüedad de su armonía, etc. El compositor francés rechazaba la idea romántica del discurso dramático. En cambio,
considera que lo importante es el sonido, por lo que no es necesario dirigirlo a un clímax exagerado.
Los impresionistas escriben al rededor del tritono, el cual divide simétricamente la escala, quitando la
inestabilidad que hay entre la 5a y la 4a que dividen nuestra escala tradicional. No son sonoridades que requieren
resolver, sino que se desplazan.

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