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Traumatismo craneoencefálico
del niño
G. Orliaguet, L. Uhrig

El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la lesión más frecuente (60-70% de los casos)


en el niño que ha sufrido un accidente, pero sólo en alrededor del 10% de los casos se
trata de un TCE grave. El análisis de la evolución clínica inmediata al accidente permite
definir tres categorías de traumatismo craneoencefálico: leve, moderado y grave. Esta
simple clasificación clínica permite establecer las bases de la atención médica inicial. A
un niño que ha sufrido un TCE grave se lo debe considerar potencialmente como un
politraumatizado. La hipertensión intracraneal postraumática es más frecuente en el
niño que en el adulto, sobre todo a raíz de una menor distensibilidad cerebral. En el
niño, debido a un área de autorregulación vascular cerebral más estrecha, incluso con
poca variación de la presión arterial media, el flujo sanguíneo cerebral puede variar de
forma considerable y conducir a la isquemia cerebral o a la hiperemia con aumento de la
presión intracraneal. Todos los métodos de monitorización cerebral tienen limitaciones
y no proporcionan las mismas informaciones. Por lo tanto, es costumbre asociarlos en
el contexto de una monitorización múltiple. Aunque los datos son menos claros que en
el adulto, el objetivo que se persigue sería una presión de perfusión cerebral superior o
igual a 45-50 mmHg en los lactantes y a 55-65 mmHg en los niños de más edad. La
mayoría de los tratamientos destinados al adulto son aplicables en el niño, siempre que
se tengan en cuenta la fisiología y la farmacología propias de la infancia, adaptándolos
a éstas.
© 2016 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Traumatismo craneoencefálico; Coma; Presión intracraneal;


Hipertensión intracraneal; Politraumatismo; Niños

Plan ■ Atención hospitalaria y neurorreanimación 7


Objetivos de presión intracraneal y presión de perfusión
■ Introducción 1 cerebral 7
Medidas generales 8
■ Epidemiología 2 Tratamiento de los accesos de PIC 10
Incidencia 2 Tratamiento de la hipertensión intracraneal refractaria 10
Mecanismos lesionales 2
■ Evaluación del pronóstico después de un
Caso particular: síndrome del «bebé sacudido» 2
Principales lesiones cerebrales del traumatismo traumatismo craneal en la infancia 12
craneoencefálico 2 ■ Conclusión 12
■ Fisiopatología 2
Lesiones cerebrales primarias y secundarias 2
Distensibilidad cerebral 2
Autorregulación vascular cerebral 3
Consecuencias clínicas de los datos fisiopatológicos 4  Introducción
Concepto de plasticidad cerebral en el niño 4
■ Evaluación neurológica 4 Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son la pri-
mera causa de muerte por accidente y de discapacidad en
■ Monitorización y vigilancia 5 niños y adolescentes en los países industrializados [1, 2] .
Vigilancia clínica 5 Esta «epidemia silenciosa» también es responsable de una
Pruebas de imagen 5 morbilidad considerable y un gran consumo de recur-
Monitorización de la presión de perfusión cerebral 5 sos médicos. El cerebro del niño en desarrollo no es tan
Monitorización electrofisiológica 6 sólo un cerebro adulto de tamaño reducido. Por lo tanto,
Monitorización hemodinámica y de la oxigenación es conveniente conocer las particularidades pediátricas
cerebral 6 en términos de epidemiología, fisiopatología y atención
■ Estrategia de atención prehospitalaria 6 médica del TCE en la infancia.

EMC - Anestesia-Reanimación 1
Volume 42 > n◦ 4 > noviembre 2016
http://dx.doi.org/10.1016/S1280-4703(16)80724-0
E – 36-910-C-10  Traumatismo craneoencefálico del niño

 Epidemiología drome del «bebé sacudido», una entidad de diagnóstico a


menudo tardío y con reiteración de los traumatismos [9] .
Incidencia
Los TCE son las lesiones traumáticas más frecuentes
Principales lesiones cerebrales
en la infancia y se producen en el 60-70% de los niños del traumatismo craneoencefálico
que han sufrido un traumatismo [3] . Sin embargo, es muy
difícil valorar la incidencia real de los TCE. En las publi- Las lesiones axonales difusas y el edema cerebral difuso
caciones anglosajonas, la incidencia de los TCE en la (ECD) son las lesiones más frecuentes en el niño. Se produ-
población pediátrica es del 0,2-0,3% sin distinción de gra- cen en el 96% de los TCE graves del niño, con lo cual son
vedad [4] . La incidencia es del 1,5‰ antes de los 5 años el doble de frecuentes que en el adulto [14, 15] . En contraste,
y del 5,5‰ después de esta edad [4] . La mortalidad por los hematomas intracraneales son la mitad de frecuentes
TCE grave varía entre el 17-33% según las series [5] , y en el niño que en el adulto, es decir, se producen en el 6-
3.000 niños mueren cada año en Estados Unidos por un 10% de los casos [14] . Es posible encontrar todas las demás
TCE [6] . En un 50% de los casos, el fallecimiento se pro- lesiones, sean hematomas sub o extradurales, contusiones
duce en el lugar del accidente debido a lesiones cerebrales cerebrales o hemorragia meníngea [16] . En la infancia, un
primarias. En trabajos de larga data se señala que el 30% TCE grave es la única lesión en alrededor del 55% de los
de los fallecimientos producidos en las primeras horas se casos y forma parte de un cuadro de politraumatismos en
deben a un error diagnóstico o terapéutico [7] . La causa el 45% [3] . Por lo tanto, un TCE grave en el niño debe con-
es la agravación de las lesiones cerebrales por hipoxia, siderarse como un politraumatismo potencial hasta que
hipovolemia mal compensada o hematoma intracraneal se demuestre radiológicamente lo contrario. En particular,
no diagnosticado o de diagnóstico demasiado tardío [7] . hay que buscar una lesión asociada de la columna cervical
Un tratamiento precoz y adecuado permitiría evitar los (el 3,7% de los casos) [17] .
fallecimientos injustificados.

 Fisiopatología
Mecanismos lesionales Los datos neurofisiopatológicos de los niños, en particu-
Los mecanismos más frecuentes de los TCE son las caí- lar los recién nacidos y los lactantes, son escasos y han sido
das de poca altura [8] , las caídas de altura elevada y los ampliamente extrapolados a partir de datos obtenidos en
accidentes de tráfico [3] . Las caídas de poca y gran altura adultos.
predominan en los menores de 6 años y representan alre-
dedor del 30% de la patología traumática infantil [3] . Las Lesiones cerebrales primarias
caídas de baja altura (por ejemplo, de un cambiador para
bebé) son más comunes en los lactantes y los accidentes y secundarias
de tráfico predominan en los mayores de 6 años. Los cho- Después de un TCE se distinguen las lesiones cere-
ques con una energía cinética muy alta entre peatones brales primarias y secundarias. Las lesiones primarias,
y vehículos livianos son responsables, en medio urbano, provocadas por el impacto, aparecen de inmediato y son
de alrededor del 60% de los TCE graves en niños de 6- irreversibles e inaccesibles al tratamiento.
12 años [6] . En estos casos, las lesiones son muy graves y Las lesiones cerebrales secundarias son el resultado de
predominan por lo general en un contexto de politrau- una cascada de procesos celulares y metabólicos: lesión de
matismos. la barrera hematoencefálica (BHE), pérdida de la autorre-
gulación cerebral, mayor inadecuación entre suministro
(hipoperfusión) y requerimiento metabólico, liberación
Caso particular: síndrome del «bebé de neurotransmisores excitadores (glutamato, aspartato,
acetilcolina, etc.) [18, 19] .
sacudido» Las lesiones secundarias de origen sistémico, también
El síndrome del «bebé sacudido» predomina en el lac- denominadas agresiones cerebrales secundarias de origen
tante y el niño de corta edad. Así, más del 40% de sistémico (ACSOS), son lesiones de autoagravación que
los fallecimientos por maltrato ocurren en menores de pueden aumentar la hipertensión intracraneal (HIC) vin-
1 año [9] . Una discordancia entre las circunstancias des- culada al TCE, perturbar la perfusión cerebral y agravar
critas del accidente y las lesiones observadas, lesiones la isquemia cerebral. El resultado puede ser un aumento
cutáneas múltiples, lesiones óseas de larga data y que a del edema cerebral y, en consecuencia, la herniación cere-
menudo corresponden a épocas distintas deben alertar bral y la muerte. Las ACSOS pueden aparecer en los
al médico y conducir a la hospitalización del niño [10] . minutos siguientes al accidente [20] y son una fuente
El objetivo es proteger al niño, y a sus hermanos si los principal de mortalidad y morbilidad [20, 21] . Algunas lesio-
tuviera, y permitir una atención médica multidiscipli- nes cerebrales secundarias pueden constituir indicaciones
nar basada en datos clínicos, pruebas complementarias y quirúrgicas (hematomas intracraneales), pero la mayoría
datos sociales. necesita tratamiento médico (hipotensión arterial, hipo-
Aunque pueden encontrarse todos los tipos de lesio- xia, hipercapnia, anemia, HIC). Debido a que las ACSOS
nes cerebrales, los hematomas subdurales son las lesiones pueden prevenirse y tratarse, el objetivo principal consiste
más frecuentes y deben hacer considerar de forma siste- en evitar su aparición o reducir su intensidad y así mejorar
mática el diagnóstico de maltrato, sobre todo si además el pronóstico [22] .
del hematoma se observan hemorragias retinianas (bila-
terales) en el fondo de ojo [10, 11] . La incidencia exacta Distensibilidad cerebral
es difícil de valorar debido a las dificultades para for-
mular el diagnóstico con certeza. En el Reino Unido, la Las suturas craneales, incompletamente osificadas antes
incidencia de los hematomas subdurales en 2005 fue de de la adolescencia, pueden distenderse por efecto de una
12,5/100.000 niños menores de 2 años, y en el 57% la presión progresiva. En cambio, en caso de distensión
causa era un TCE no accidental [12] . El pronóstico de estas aguda, la duramadre y el cráneo osteofibroso oponen una
lesiones es sumamente grave, con una mortalidad cercana resistencia comparable a la de un bolso de cuero, con una
al 30% y secuelas neurológicas serias en el 50% de los distensibilidad casi nula [23] . Más en el niño que en el
niños supervivientes [13] . El médico no debe ignorar el sín- adulto, un aumento rápido del volumen de uno de los

2 EMC - Anestesia-Reanimación
Traumatismo craneoencefálico del niño  E – 36-910-C-10

PIC Figura 1. Curva de distensibilidad cerebral. Al prin-


(mmHg) cipio, los mecanismos compensadores permiten que
Niño Adulto
un fuerte aumento del volumen intracraneal eleve
muy poco la presión intracraneal (PIC). Cuando estos
mecanismos son superados, una escasa elevación del
volumen intracraneal provoca un fuerte aumento de la
PIC. La distensibilidad cerebral del niño es menor que
«Ruptura» la del adulto, lo que explica que un aumento de volu-
men intracraneal idéntico al de un adulto conlleva una
elevación más marcada de la PIC.

ΔP

ΔV
Volumen
intracraneal (ml)
Fase compensada

Autorregulación normal en Figura 2. Curva de autorregulación vascular cerebral


FSC
el niño con presión. En el cerebro sano, el flujo sanguíneo cere-
Ausencia de autorregulación bral (FSC) es independiente de las variaciones de presión
de perfusión cerebral (PPC). En caso de pérdida de la
Autorregulación normal en
el adulto
autorregulación (como después de un traumatismo cra-
neal), el FSC depende de la PPC, que hay que mantener
por el posible riesgo de una isquemia cerebral. En el
niño, los límites de autorregulación se desplazan hacia la
izquierda, y la meseta de autorregulación es más estre-
cha que en el adulto. PAM: presión arterial media; PIC:
presión intracraneal.

PPC
40 150 (mmHg)
PAM ↓ PAM ↑

PIC ↑ PIC ↓

tres sectores de la bóveda craneal (cerebro, líquido cefa- los 7 meses de vida y después aumenta de forma progre-
lorraquídeo [LCR] y sector sanguíneo) genera un aumento siva hasta alcanzar los valores del adulto (10-18 mmHg)
rápido de la presión intracraneal (PIC). La relación entre al comienzo de la adolescencia [25] .
la PIC y el volumen intracraneal (VIC) está representada
en la curva de distensibilidad cerebral (Fig. 1). Más de
allá de un cierto límite, después del agotamiento de los Autorregulación vascular cerebral
mecanismos compensadores, un leve aumento del VIC
provoca una gran elevación de la PIC, responsable de la En condiciones normales, el FSC se autorregula (Fig. 2),
reducción del flujo sanguíneo cerebral (FSC) y, por tanto, es decir, se adapta al requerimiento metabólico del cerebro
de isquemia cerebral. Por el contrario, una intervención (CMRO2 ) y se mantiene independiente de las variaciones
terapéutica que reduce el VIC puede disminuir de forma de presión de perfusión cerebral (PPC = presión arterial
considerable la PIC. Algunas particularidades fisiológicas media [PAM] – PIC) en una amplia escala de PPC. En el
hacen que el niño sea todavía más vulnerable a las varia- niño (Fig. 2), los límites de autorregulación están despla-
ciones de VIC y, en consecuencia, al TCE. Así, el VIC zados hacia la izquierda, pues su presión arterial normal
total es claramente menor en el recién nacido (335 ml) es inferior a la del adulto y el área de autorregulación
que en el adulto (1.300 ml) y también lo es la capacidad es menos amplia. Estas particularidades hacen más difícil
para compensar variaciones de volumen [3, 23] . El índice que en el adulto el mantenimiento de la PPC dentro de los
presión-volumen está en su valor más bajo en el lactante límites fisiológicos. La PPC depende de la edad: alrededor
(< 8 antes del primer año de vida), aumenta a 20 a partir de 25 mmHg en el recién nacido, 40 mmHg en el niño de
de los 2 años y llega a 26 en el adulto. Estas cifras expre- corta edad y 70-90 mmHg (valores del adulto) en la ado-
san la poca distensibilidad del cerebro del niño de corta lescencia [25] . Después de un TCE grave, en el 40% de los
edad (Fig. 1). Así, a pesar de un cráneo todavía plástico, casos hay una pérdida de la autorregulación cerebral [26]
la distensibilidad cerebral del recién nacido y del lactante y el FSC depende de forma directa de las variaciones de
es inferior a la del adulto, y el aumento de la PIC es regu- PPC (Fig. 2). Por lo tanto, mantener una PPC óptima es
larmente paralelo al de un VIC sin presentar meseta. En fundamental para preservar el FSC y evitar la isquemia
resumen, la HIC es más frecuente en el niño que en el cerebral. Sin embargo, después de un TCE en el niño, el
adulto, en particular en caso de ECD. Éste produce un FSC a menudo se eleva en la fase inicial y provocar hipe-
aumento del volumen sanguíneo del cerebro que, debido remia cerebral, mientras que en al adulto es habitual un
a la escasa distensibilidad del órgano, provoca una rápida descenso bastante precoz del FSC (isquemia) [27] . Este con-
elevación de la PIC. cepto de hiperemia cerebral preponderante tras un TCE
Durante la primera semana de vida, y a raíz de una en el niño es cuestionado en algunos estudios, en los que
reducción del volumen extracelular del orden del 10% en los autores sólo han encontrado un FSC elevado en un
la que el cerebro participa, la PIC es muy baja y hasta número reducido de casos [28, 29] . Hay que señalar también
puede alcanzar valores negativos [24] . En el lactante, el que las variaciones de PPC no siempre reflejan la adapta-
valor medio de la PIC es de 3 mmHg (0-6 mmHg) hasta ción del FSC a la CMRO2 . Esto es particularmente cierto en

EMC - Anestesia-Reanimación 3
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Cuadro 1.
Escala de Glasgow y su adaptación pediátrica. La estimulación dolorosa debe generarse aplicando presión sobre el lecho ungueal. En
algunas circunstancias, la estimulación debe ser supraorbitaria. Si las respuestas del lado derecho y del lado izquierdo son asimétricas,
debe registrarse la mejor respuesta motora.
Puntuación Abertura ocular Respuesta verbal Respuesta motora

> 2 años < 2 años


6 Adaptada a las órdenes o movimientos normales
5 Orientada Alerta, balbuceo Flexión adaptada al dolor
4 Espontánea Confusa Reducida o llanto Retirada al dolor
3 A la voz Palabras impropias Gritos inadecuados Flexión anormal
(descorticación)
2 Al dolor Sonidos incomprensibles Quejidos Extensión anormal
(descerebración)
1 Ausente Ausente Ausente Ausente

algunas zonas lesionadas del cerebro, debido a una posible de algún modo una «ventana temporal», durante la cual
inhomogeneidad de perfusión y/o de oxigenación de estas las posibilidades de neuroplasticidad son máximas [32] . El
zonas. Sin embargo, la monitorización de la PIC y la PPC seguimiento prolongado revela que las consecuencias de
para guiar la neurorreanimación es la norma que se reco- los TCE pueden manifestarse a distancia por trastornos
mienda [30] . También hay que considerar el efecto de las de atención, de conducta o de memoria al comenzar la
variaciones de presión parcial de oxígeno (PaO2 ) y, sobre escolaridad [33] .
todo, de presión parcial de dióxido de carbono (PaCO2 )
en el FSC. La hipoxemia reduce el suministro de oxígeno
al cerebro, pero también puede (PaO2 < 50 mmHg) elevar
el FSC por vasodilatación refleja y, por tanto, aumentar  Evaluación neurológica
la HIC. El CO2 es el vasodilatador cerebral más potente,
y las variaciones de PaCO2 provocan variaciones de FSC El análisis de las circunstancias precisas del accidente
casi lineales y de igual sentido. Por lo tanto, la hipercapnia permite establecer una primera clasificación de gravedad.
debe evitarse de forma constante por ser responsable de El tipo de golpe (choque peatón/vehículo liviano a gran
vasodilatación cerebral e HIC. La hiperventilación debe velocidad, caída de gran altura, etc.) y la violencia del
ser moderada, pues la hipocapnia demasiado profunda impacto deben hacer sospechar de entrada la posibilidad
puede causar una reducción peligrosa del FSC. Por último, de una lesión grave. Ya se ha señalado la importancia
conviene señalar que la reactividad vascular cerebral a las del concepto de «mecanismo lesional capaz de provocar
variaciones de PaO2 y PaCO2 cambia con la edad. Así, en un TCE grave» [34] . En este sentido, la escala de coma de
el niño menor de 3 meses de vida la vasodilatación hipó- Glasgow (GCS) inicial (Cuadro 1) puede ser falsamente
xica es intensa, pero la vasoconstricción hipocápnica es tranquilizadora y llevar a subestimar la gravedad poten-
menos marcada que en el adulto y se produce con PaCO2 cial de un TCE. Esta subestimación de la gravedad puede
muy bajas. Después de los 3 meses de vida, la reactividad acabar en el síndrome «de los pacientes que hablan y
cerebrovascular al CO2 es comparable a la del adulto [23] . mueren», inicialmente descrito en el adulto, pero que
también se observa en el niño [34] . Por esta razón, numero-
sos autores recomiendan la hospitalización y la práctica de
Consecuencias clínicas de los datos una tomografía computarizada (TC) cerebral a cualquier
fisiopatológicos niño que haya sufrido un traumatismo de alta energía,
sea cual sea el GCS inicial. Se deben reconocer de inme-
El área de autorregulación vascular cerebral es estrecha diato los signos de herniación cerebral: modificación de
y está desplazada hacia arriba, por lo que incluso una las pupilas (anisocoria, midriasis) y la tríada de Cushing
pequeña variación de PAM (5-10 mmHg) provoca una (bradicardia, hipertensión arterial y respiración lenta irre-
considerable variación del FSC. En comparación con el gular).
adulto, hace falta una hiperventilación a menudo más La evolución clínica inmediata después del accidente
acentuada para obtener el mismo grado de vasocons- permite definir tres categorías de TCE: leve, moderado y
tricción y, por tanto, una reducción de PIC debido a la grave (Cuadro 2). Esta clasificación, aún muy imperfecta,
disminución de la reactividad vascular cerebral al CO2 . permite establecer una estrategia de atención médica
Además, en caso de hipoxia el FSC aumenta más en el niño (Cuadro 3). Las formas graves (GCS ≤ 8) sólo representan
que en el adulto, lo que garantiza una protección relativa alrededor del 10% de los TCE, mientras que las formas
si la PIC es normal, pero puede provocar un acceso de HIC leves y moderadas son los principales motivos de con-
si la PIC ya se encuentra elevada. sulta hospitalaria y necesitan una evaluación exhaustiva.
La sobreestimación los convierte en una fuente principal
de hospitalización excesiva. Por el contrario, la subesti-
Concepto de plasticidad cerebral mación conduce a errores de atención responsables del
en el niño 30% de los fallecimientos precoces y en principio evi-
tables [7, 35] . La evaluación del nivel de conciencia, que
El concepto de neuroplasticidad se ha propuesto para representa el principal determinante del tipo de atención
tratar de explicar las mayores capacidades de recupera- médica, se basa esencialmente en el cálculo de la GCS
ción postraumáticas observadas en los niños. La hipótesis (Cuadro 1). Se ha propuesto una adaptación de la res-
es que el cerebro del niño, menos especializado que el del puesta verbal de la GCS a los niños menores de 2 años
adulto [31] , podría reorganizarse con más facilidad después (Cuadro 1). Fácil de usar, la GCS es la escala más cono-
de un TCE. Sin embargo, este concepto dependería de la cida y empleada a escala mundial. La escala de respuesta
edad, y las publicaciones señalan que los niños menores motora del GCS correlaciona particularmente bien con la
de 4 años tienen el peor pronóstico, mientras que en los gravedad de las lesiones y el riesgo de muerte [13] . Este
de 5-10 años el pronóstico es mejor que en los adolescen- riesgo se ha estimado en alrededor del 20-30% para los
tes y los adultos. Todo sucede entonces como si hubiera TCE graves, del 0,4-4% para los TCE moderados y del 0-2%

4 EMC - Anestesia-Reanimación
Traumatismo craneoencefálico del niño  E – 36-910-C-10

Cuadro 2.
Clasificación de gravedad de los traumatismos craneoencefálicos (TCE).
TCE leve TCE moderado TCE grave
GCS = 15 9 ≤ GCS ≤ 14 GCS ≤ 8 o descenso de 2
Impacto débil o moderado Impacto violento Agitación no coordinada
PC < 5 min PC > 5 min Signos de localización
Asintomático Somnolencia progresiva Accesos comiciales reiterados
Fractura simple Amnesia Fractura con hundimiento o lesión craneoencefálica
Cefaleas moderadas, aisladas Cefaleas de agravación progresiva Trastornos precoces de la hemostasia
Vómitos < 3/24 h Vómitos ≥ 3 o en chorro
Sospecha de síndrome del bebé sacudido
Traumatismo facial grave
Fractura de la base del cráneo o conminuta

GCS: escala de Glasgow; PC: pérdida de conocimiento.

Cuadro 3.
Conducta práctica ante un traumatismo craneoencefálico (TCE) en el niño.
TCE leve TCE moderado TCE grave
TCE cerrado sin PC ni fractura: regreso al domicilio, TC cerebral sistemática Intubación-ventilación mecánica
consignas de vigilancia a los padres TC normal: vigilancia las 24 h en TC cerebral sistemática
Otros casos: ingreso en urgencias pediátricas, servicio de pediatría Pruebas complementarias para un
pruebas complementarias en función de la TC anormal: traslado a neurocirugía politraumatismo potencial
exploración física pediátrica Hospitalización en cuidados intensivos

PC: pérdida de conocimiento; TC: tomografía computarizada.

para los TCE leves. Aunque la GCS permite una definición Pruebas de imagen
muy precisa del coma, en el sentido de una GCS inferior o
igual a 8 en un paciente con los ojos cerrados, no basta por Las pruebas de imagen, en particular mediante TC
sí sola para evaluar con precisión la profundidad del coma. cerebral, son un elemento fundamental porque permite
En este sentido, el análisis de la respuesta verbal es impo- identificar lesiones cerebrales que necesitan un trata-
sible en el paciente intubado y a menudo resulta difícil miento neuroquirúrgico de urgencia. Sin embargo, es
en los niños de corta edad. Además, no se tiene en cuenta preciso conocer sus límites: una TC demasiado precoz
el sufrimiento axial. La evaluación del estado de concien- puede ser falsamente tranquilizadora al subestimar la
cia por el GCS es también difícil, cuando no imposible, extensión de las lesiones, sobre todo el ECD o las lesio-
en circunstancias de observación frecuente en traumato- nes axonales difusas [38] . No resulta interesante repetir la
logía craneal: estado de shock (hipotensión arterial, sobre TC cerebral de forma sistemática en las primeras 24 horas.
todo), sedación o curarización. Para que la escala pueda Es preferible aplicar una estrategia de pruebas de imagen
interpretarse de manera correcta, siempre deben preci- basadas en la detección de las modificaciones de la vigi-
sarse las condiciones en las que se ha efectuado la GCS. lancia clínica y mediante pruebas complementarias, sobre
Sin embargo, cabe señalar que en un estudio reciente se todo en los aumentos de la PIC [39] . En este caso, la TC
ha demostrado que la escala motora de la GCS permite cerebral es útil porque puede revelar una lesión que nece-
por sí sola identificar a los niños con un TCE grave tan sita una intervención quirúrgica o una modificación del
bien como una GCS completa [36] . tratamiento. La resonancia magnética (RM) de urgencia,
Por último, en caso de TCE grave deben recogerse otros que es un método particularmente sensible de diagnóstico
elementos clínicos siempre que sea posible: mecanismo de estas lesiones, incluso en la fase precoz [40, 41] , no suele
del traumatismo, edad, signos neurológicos, funciones ser posible debido a las dificultades para efectuarla en un
vitales, lesiones extracraneales asociadas y tratamientos paciente intubado-ventilado y a la poca disponibilidad de
efectuados (instauración de una sedación). los equipos 24 horas. Sin embargo, en la RM cerebral a
distancia de la fase aguda se pueden detectar lesiones cere-
brales muy heterogéneas y sobre todo del cuerpo calloso,
que parecen predecir un futuro cognitivo desfavorable [42] .
 Monitorización y vigilancia
Vigilancia clínica Monitorización de la presión
de perfusión cerebral
La implementación de técnicas de vigilancia comple-
jas necesita un entorno pediátrico. La vigilancia clínica es La monitorización de la PIC se usa ampliamente en el
un elemento fundamental, sobre todo en los niños que niño afectado por un TCE grave. Las indicaciones formales
presentan un TCE moderado. En ellos, una agravación son: una GCS inferior o igual a 8, la necesidad de practicar,
neurológica debe hacer practicar una TC cerebral de con- después de un TCE moderado (9 < GCS ≤ 12), una ciru-
trol lo antes posible y solicitar una opinión especializada. gía extracraneal prolongada y/o con riesgo hemorrágico
Las escalas clínicas (sobre todo la GCS), reproducibles y y la vigilancia de los niños con insuficiencia circulatoria.
aptas para ser aplicadas por el personal paramédico, son El método de referencia consta de un sensor intraventri-
particularmente útiles. Para los pacientes que tienen los cular y permite una sustracción de LCR, pero expone a
TCE más graves, la administración frecuente de sedación los riesgos de infección, hemorragia, obstrucción y migra-
dificulta aún más esta vigilancia, aunque sigue siendo ción del catéter [43] . Estos riesgos explican el desarrollo
indispensable. Debe completarse entonces con una vigi- de otros métodos de medición de la PIC. Los sensores
lancia compleja mediante pruebas complementarias. La intraparenquimatosos proporcionan mediciones fiables,
estandarización de los protocolos de atención médica de no necesitan recalibración, pueden colocarse a la cabecera
los pacientes con TCE grave reduce la mortalidad [37] . del paciente y tienen un bajo índice de complicaciones

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Figura 3. Doppler transcraneal de dos


niños con traumatismo craneoencefálico
grave.
A. El aspecto morfológico es normal, pero
las velocidades diastólicas registradas en
las arterias silvianas (o arterias cerebra-
les medias) son un poco más lentas. Esto
A puede indicar una hipertensión intracra-
neal incipiente.
B. Las velocidades cerebrales son bajas y
el componente diastólico casi ha desapa-
recido. Se trata de un aspecto observado
en un niño con hipertensión intracraneal
postraumática grave (presión intracraneal
= 45 mmHg).

por iatrogenia [44] . La monitorización de la PIC mejoraría


la supervivencia tanto en caso de TCE grave del niño [45] Aspiración traqueal
como del adulto [46] .
Sea cual sea el método, la medición de la PIC debe
100 SaO2 (%)
acompañarse forzosamente de la determinación invasiva
de la PAM para calcular la PPC de forma continua. Sin 90
embargo, la PPC debe interpretarse con prudencia. En 80
SyO2 (%)
este sentido, la pérdida de la autorregulación del FSC en 70
las zonas lesionadas y la frecuencia de las reacciones de
60
hiperemia secundaria hacen que las variaciones de PPC PPC (mmHg)
no siempre reflejen la adaptación del FSC a la CMRO2 . 50
40
30
Monitorización electrofisiológica
20
La vigilancia continua del electroencefalograma (EEG) 10
necesita una instalación compleja y podría ser útil en PIC (mmHg)
0
el futuro. El EEG convencional conserva sus indicacio-
nes [47, 48] . En la interpretación hay que tener en cuenta los Tiempo (horas)
efectos de una sedación [49] , así como las particularidades
fisiológicas del lactante y del niño de corta edad. Figura 4. Monitorización polimodal en un niño con trauma-
tismo craneoencefálico. Durante la aspiración traqueal se eleva
la presión intracraneal (PIC), generando la caída de la presión de
Monitorización hemodinámica perfusión cerebral (PPC) y de la saturación de oxígeno en el bulbo
y de la oxigenación cerebral de la yugular (SyO2 ). Esta caída de la SyO2 expresa un episodio
de isquemia cerebral, mientras que la saturación de oxígeno en
El Doppler transcraneal (DTC) es un método no inva- la sangre arterial (SaO2 ) no se modifica.
sivo y fácilmente reproducible de evaluación de la
circulación cerebral en los niños [50] . Las alteraciones del
aspecto de la señal y de las velocidades en los grandes ejes después de un TCE grave [54] . Esta determinación también
vasculares, en particular de las arterias cerebrales medias, tiene sus límites, pues aunque una HIC grave se asocia a
son un reflejo bastante fiel de las alteraciones de FSC, un descenso de la PtiO2 , en general la PIC y la PtiO2 no
PPC y PIC (Fig. 3). Se ha señalado el valor pronóstico del siempre correlacionan bien [55] .
DTC en el momento del ingreso de un niño con TCE: Los métodos que usan determinaciones bioquímicas,
una velocidad diastólica inferior a 25 cm/s y un índice sobre todo de lactatos y del pH del LCR, al final se
de pulsatilidad superior a 1,3 se asocian a un pronóstico usan poco en la práctica clínica. De forma global, cabe
neurológico desfavorable [51] . La existencia de un flujo señalar que cada uno de los métodos de monitorización
diastólico negativo habla a favor de un cese de la perfusión presenta sus límites y sus inconvenientes, y no todos pro-
cerebral. porcionan los mismos datos. Es la razón por la cual, para
Sin embargo, estas alteraciones no expresan forzosa- paliar las limitaciones de cada uno, estos distintos méto-
mente en un momento determinado la adaptación del dos suelen asociarse en una monitorización polimodal
FSC a las necesidades metabólicas. La medición continua (Fig. 4) [43, 53, 56] .
de la saturación de oxígeno en el bulbo de la yugular
(SyO2 ), con un catéter de fibra óptica de bajo calibre (4 F)
introducido por vía retrógrada, es un método interesante
en pediatría [52] . Permite calcular la extracción cerebral de
 Estrategia de atención
oxígeno (Sa-SyO2 ) y tener una idea bastante precisa de prehospitalaria
la adaptación del FSC a las necesidades metabólicas. Es
útil en presencia de ECD [53] . Sin embargo, este método Una atención medicalizada en el lugar del accidente
tiene sus límites, como la posibilidad de deriva, la nece- (Fig. 5), comparada con una atención no medicalizada
sidad de recalibración regular o incluso la necesidad de (el 31% frente al 40%), reduciría de forma significativa la
que el niño pese más de 15-20 kg para poder introducir mortalidad por un TCE grave en los adultos con lesiones
el sensor 4 F [52] . La monitorización de la presión tisular cerebrales y una reanimación posterior comparables [57] .
de oxígeno del cerebro (PtiO2 ) podría resultar interesante, Estos resultados serían extrapolables al niño [58] . Los obje-
ya que una PtiO2 baja se asocia a trastornos cognitivos tivos principales de la atención prehospitalaria consisten

6 EMC - Anestesia-Reanimación
Traumatismo craneoencefálico del niño  E – 36-910-C-10

Figura 5. Árbol de decisiones. Atención


Traumatismo craneoencefálico grave médica prehospitalaria del niño con trau-
matismo craneoencefálico grave. NaCl:
cloruro de sodio; PAS: presión arterial sistó-
Atención médica en el lugar Estabilización de lica; PaCO2 : presión parcial de dióxido de
del accidente por un equipo las funciones carbono en la sangre arterial; GCS: escala
medicalizado vitales de Glasgow; EtCO2 : dióxido de carbono
teleespiratorio; SpO2 : saturación arterial
de oxígeno por oximetría de pulso; SAMU:
Búsqueda de lesiones asociadas Perfusión con NaCl al 0,9% servicio de asistencia médica de urgencia.
Cuidado con la columna cervical Intubación en secuencia rápida
35 < CO2Te < 38 mmHg
SpO2 > 90%

Dos vías venosas periféricas Mantenimiento de la sedación Ventilación mecánica


Mantener la normovolemia (ajuste de la dosis): Sonda gástrica
PAS > 90 mmHg o benzodiazepina + morfínico
PAS > 70 + (2 × edad en años) Vigilancia: PAS, GCS, CO2Te, SpO2

Regulación por el SAMU

Centro de traumatología pediátrica

en buscar y tratar las dificultades vitales inmediatas: res- férico, es posible recurrir a la vía venosa femoral o a
piratoria, circulatoria y neurológica, lo que contribuye a una vía intraósea. También se dispone de tablas de valo-
evitar la aparición y/o a tratar las ACSOS [21, 59] . En particu- res normales de presión arterial para la edad [62] . Existe
lar, hay que luchar de forma activa contra los dos factores una relación entre el pronóstico neurológico y la presión
principales de pronóstico desfavorable, que son la hipo- arterial sistólica apropiada para la edad (PASAE). En un
tensión arterial y la hipoxemia (PaO2 < 60-65 mmHg o estudio, una PASAE inferior al percentil 75 se asociaba
una saturación inferior al 90%), cuya asociación cuadru- a un pronóstico desfavorable en caso de TCE grave del
plica el riesgo de mortalidad [20] . En caso de TCE grave niño, incluso con una presión arterial sistólica superior o
con una escala de Glasgow inferior a 8, la intubación y la igual a 90 mmHg [63] . En ausencia de signos claros de HIC,
ventilación mecánica son sistemáticas [5, 43] . La intubación se recomienda normoventilar a los niños (CO2 teleespi-
(orotraqueal) se efectúa con sedación, excepto en caso ratorio de 35-38 mmHg). Ante signos evidentes de HIC
de paro cardíaco, inestabilidad hemodinámica mayor o y/o de herniación cerebral, es posible hiperventilar más
intubación difícil previsible. El uso de hipnóticos se deja profundamente al niño e iniciar una osmoterapia.
a criterio del médico, porque hay pocos datos pediátri-
cos [30] . Las recomendaciones francesas para la intubación
de urgencia consideran la ketamina en el niño menor de
2 años y el etomidato en el mayor de esta edad como el
 Atención hospitalaria
hipnótico de elección, asociado a la succinilcolina como y neurorreanimación
curare [60] .
Podría asociarse un morfínico de acción rápida para La atención ideal de un niño con un TCE grave debe
atenuar la elevación de la PIC inducida por la laringo- efectuarse en un centro especializado en traumatología
scopia [61] . Tras la inducción se administra una sedación pediátrica (Fig. 6). Este tipo de atención permite mejorar
continua, por lo general asociando un hipnótico y un el pronóstico [64–66] . Una neurorreanimación hospitalaria
morfínico [30] . Siempre hay que pensar en la posibilidad intensa y precoz también permite reducir la mortalidad
de una lesión de la columna cervical y tomar medidas después de un TCE grave, en comparación con un trata-
que imponen la estabilización axial durante la laringo- miento más conservador [59, 67] . Un niño afectado por un
scopia, mover al paciente manteniendo recto el eje entre TCE grave debe ser tratado como si tuviera politraumatis-
la cabeza, el cuello y el tronco e inmovilizar la columna mos y, por tanto, hay que hacer la evaluación radiológica
cervical con una minerva [30] . También se recomienda usual en estos casos. En particular, de forma sistemática
usar una sonda orogástrica para vaciar el estómago. La se sospecha una lesión de la columna cervical. Cualquier
distensión gástrica, muy frecuente en el niño, puede lesión asociada agrava el pronóstico [68] , sobre todo las
actuar sobre el diafragma y exponer al riesgo de regur- contusiones pulmonares [69] . La neurorreanimación repre-
gitaciones, vómitos y aspiración del contenido gástrico. senta el único tratamiento necesario en el 85% de los casos
En caso de hipotensión, siempre conviene buscar lesio- de TCE graves y, si se efectúa de forma precoz, permite
nes extracraneales, ya que después del primer año de vida limitar la aparición de lesiones secundarias [5, 53, 59] .
un hematoma intracraneal no suele provocar un shock
hemorrágico, salvo en caso de lesión del tronco cere-
bral o de los centros de regulación cardiovascular. Las Objetivos de presión intracraneal
heridas del cuero cabelludo deben tratarse rápido por su y presión de perfusión cerebral
potencial hemorrágico. La reanimación de la dificultad
circulatoria debe conducir a colocar al menos una vía En numerosos estudios se ha demostrado que la mor-
venosa periférica de buen calibre (20 G en el niño) con talidad aumenta en caso de PIC elevada y PPC baja [70] .
el fin de administrar expansores de volumen e incluso Se aceptaría por consenso un umbral de 20 mmHg de PIC
vasoconstrictores. El objetivo es restaurar con rapidez una para iniciar las medidas terapéuticas destinadas a comba-
PAM óptima. En caso de problema de acceso venoso peri- tir la HIC [71] . Algunos autores consideran que este umbral

EMC - Anestesia-Reanimación 7
E – 36-910-C-10  Traumatismo craneoencefálico del niño

Figura 6. Árbol de decisiones. Principios


Traumatismo craneoencefálico de atención médica del niño con TCE grave
grave al ingresar en un centro de traumatología
pediátrica. PIC: presión intracraneal; PPC:
Ingreso a un centro de
traumatología pediátrica
presión de perfusión cerebral; PVC: pre-
sión venosa central; PA: presión arterial; TC:
tomografía computarizada.
Evaluación de las funciones vitales
Monitorización invasiva de la PA
Doppler transcraneal

Estabilización de las TC cerebral + columna cervical Evaluación de un politraumatismo


funciones vitales : TC tórax y abdomen si golpe potencial:
- respiratoria violento Evaluación radiológica: radiografía
- circulatoria anteroposterior del tórax y de la
- neurológica Indicaciones quirúrgicas pelvis, ecografía FAST
(infrecuentes); evitar la
cirugía no vital

Monitorización:
PIC, PPC, PVC, diuresis
Analgesia-sedación

Neurorreanimación

debe ajustarse a la edad: 20 mmHg para los niños mayores hay que tener en cuenta las características específicas
de 8 años, 18 mmHg entre 1-8 años y 15 mmHg para los de la BHE. El gradiente de osmolalidad transcapilar es
menores de 1 año [72] . Aunque los objetivos de PPC en el una fuerza motriz para los movimientos de agua mucho
niño son controvertidos, se admite que una PPC inferior más importante que el gradiente de presión coloidoon-
a 40 mmHg se asocia a un aumento de la mortalidad [73] . cótica. Si la BHE está intacta, una pequeña reducción
Las recomendaciones consisten en mantener una PPC de de osmolalidad plasmática puede causar una elevación
40-50 mmHg para prevenir la isquemia cerebral secun- más marcada del contenido hídrico del cerebro que
daria [56] . Sin embargo, al igual que en la PIC, algunos una reducción más intensa de la presión oncótica. Los
autores prefieren considerar la edad para definir la PPC coloides se pueden usar en la fase aguda, siguiendo los
óptima: 50-60 mmHg en el adulto, superior a 50 mmHg mismos principios que para la expansión en caso de
entre 6-17 años y superior a 40 mmHg entre 0-5 años [74] . hipovolemia [75] .
El tratamiento de la HIC tiene varios aspectos. Debe adap- Las soluciones hipoosmolares (Ringer lactato, solucio-
tarse a cada paciente, así como a los objetivos fijados en nes glucosadas) están contraindicadas porque pueden
términos de PIC y de PPC. Además, debe jerarquizarse en agravar el edema cerebral [76] . Las soluciones glucosadas
función de la gravedad de la HIC y de la respuesta a los están contraindicadas con mayor razón cuando la hiper-
tratamientos anteriores (Fig. 7). En un estudio reciente glucemia inicial se asocia a un deterioro de los pronósticos
se demuestra que la monitorización de PIC hace descen- neurológico y vital [32, 76] . En este sentido, al igual que
der la mortalidad intrahospitalaria de pacientes con TCE en el adulto, después de un TCE en el niño se observa
grave [46] , pero los datos deben confirmarse. una relación directa entre hiperglucemia y mal pronós-
tico [77] . Por lo tanto, no se recomienda la administración
de glucosa en el período postraumático inmediato. Sin
Medidas generales embargo, en los niños de corta edad, las reservas glucídi-
Las técnicas clásicas de reanimación son indispensables cas son reducidas y hay que estar atento (medición regular
en la atención médica de los niños afectados por un TCE de la glucemia capilar y búsqueda de la cetonuria en ayu-
grave: reanimación hidroelectrolítica, sedación/analgesia nas) para evitar una hipoglucemia, tan deletérea como la
adecuada, ventilación con vigilancia continua del dió- hiperglucemia. Por otra parte, el tiempo de restricción de
xido de carbono teleespiratorio (EtCO2 ) y discontinua los suministros de glucosa no está claramente definido y,
de los gases de la sangre arterial con objetivo de nor- en la práctica, suelen ampliarse a partir de las 24 horas.
mocapnia, vigilancia hemodinámica y lucha contra la Además, como después de un TCE grave el metabolismo
hipertermia [56] . Resulta provechoso elevar la cabecera de está aumentado, conviene añadir un soporte nutricional
la cama 30◦ para mejorar el retorno venoso yugular y así que cubra el 130-160% del gasto energético basal referido
disminuir la PIC. La compresión yugular puede evitarse al peso. Este soporte se administra, en general, a partir
manteniendo recta la cabeza del paciente. Estas medidas de las 72 horas posteriores al TCE, de ser posible por vía
simples, asociadas a una restricción de las estimulaciones, enteral o, si no, por vía parenteral.
permiten limitar las elevaciones de la PIC.

Reanimación hidroelectrolítica Sedación


El objetivo es mantener la homeostasia cerebral, sin Una analgesia-sedación se recomienda al inicio de la
olvidar que la autorregulación cerebral y la BHE pue- atención médica de los TCE graves. Los objetivos son múl-
den estar alteradas, creando un riesgo de edema cerebral tiples [78] :
con HIC. Los TCE graves se acompañan a menudo de • facilitar la ventilación mecánica con el fin de ajustar la
hipotensión arterial por una hipovolemia debida a otras PaCO2 , mantener una hematosis óptima y limitar las
lesiones asociadas. Por lo tanto, la expansión vascular presiones intratorácicas para no elevar la PIC;
suele ser necesaria para restaurar rápidamente el volu- • reducir los trastornos neurovegetativos: hipertensión
men intravascular. Para escoger el expansor de volumen arterial, taquicardia, taquipnea, hipertermia, etc.;

8 EMC - Anestesia-Reanimación
Traumatismo craneoencefálico del niño  E – 36-910-C-10

Hipertensión intracraneal
PIC > 15 mmHg durante > 10 min

TC cerebral → Medidas
¿indicación quirúrgica? generales

PIC > 15 mmHg durante > 10 min

Optimización de la PPC : Osmoterapia: manitol al 10% o al 20%: 0,5 g/kg/6h


expansión +/– furosemida: 0,5 mg/kg/6 h o SSH al 7,5%: bolos de 2-4
vascular, ml/kg y luego perfusión en cantidad suficiente
noradrenalina PIC < 20 mmHg con osmolaridad en la sangre < 340 mOsm/l

PIC > 15 mmHg durante > 10 min

Isquemia cerebral (infrecuente) : Hiperemia cerebral


SvyO2 < 65% y/o SvyO2 > 85% y/o
Velocidades cerebrales bajas Velocidades cerebrales elevadas
Resistencias cerebrales Resistencias cerebrales disminuidas
normales/elevadas

Limitar la hiperventilación Hiperventilación


Derivación externa de LCR 30 < PaCO2 < 35 mmHg

PIC > 15 mmHg durante > 10 min

TC cerebral → Aumentar el FSC: Tiopental (concentración sérica > 50 µg/ml)


¿indicación quirúrgica? noradrenalina Normotermia, evitar la hipertermia
PaCO2 < 25-30 mmHg
Craniectomía descompresiva

Figura 7. Árbol de decisiones. Algoritmo de atención médica de la hipertensión intracraneal del niño con TCE grave. TC: tomografía com-
putarizada; PIC: presión intracraneal; DVE: derivación ventricular externa; PPC: presión de perfusión cerebral; LCR: líquido cefalorraquídeo;
SSH: solución salina hipertónica; PaCO2 : presión parcial de dióxido de carbono en la sangre arterial; SyO2 : saturación venosa de oxígeno
en el bulbo de la yugular.

• permitir que el niño tolere las intervenciones y pro- comercialización del propofol contraindica su uso para
porcionarle el bienestar necesario en el contexto de la la sedación prolongada del niño menor de 15 años. Las
reanimación; indicaciones de la curarización son reducidas: incluyen
• obtener un efecto neuroprotector, aunque de momento las dificultades de control de una HIC, debidas a una
dicho efecto ha sido señalado sólo en estudios experi- mala adaptación al ventilador a pesar de una sedación
mentales [78] . óptima, y la prevención de los escalofríos en caso de
El medicamento ideal para la sedación también debería: hipotermia.
• tener pocos efectos secundarios, sobre todo hemodiná-
micos;
• ser de acción breve para permitir una evaluación neu- Mantenimiento de la presión arterial media
rológica fiable y tener una eliminación que no dependa Todos los niños afectados por un TCE grave deben
de un órgano; recibir una monitorización invasiva de la presión arte-
• reducir la PIC y el consumo cerebral de oxígeno rial a efectos de calcular la PPC de forma continuada.
(CMRO2 ), sin afectar a la relación FSC/CMRO2 ; La hipotensión arterial es uno de los factores de pronós-
• mantener la autorregulación cerebral y la vasorreactivi- tico desfavorable que es fundamental prevenir [81] . Para la
dad al CO2 ; restauración de una PAM óptima se usan la expansión vas-
• tener un coste razonable que permita su uso a largo cular y los vasopresores. Siempre es necesario compensar
plazo. con precisión las pérdidas sanguíneas y mantener la nor-
De momento no existe un medicamento que responda movolemia. La dopamina, asociada o no a otros agentes
a todas estas condiciones. Por lo tanto, es necesario que vasoconstrictores, se usaba ampliamente para mantener
la sedación incluya una asociación medicamentosa. La una PPC óptima [43, 53, 59] . De los datos del adulto surge el
sedación continua suele asociar un morfinomimético y interés de la noradrenalina, que permitiría obtener una
una benzodiazepina. En el niño, la sedación prolongada respuesta más previsible que con la dopamina para elevar
con propofol está contraindicada debido al riesgo de la PPC [82] . Lo mismo sucedería en el niño [83] , por lo que
acidosis metabólica en relación con el síndrome de per- la noradrenalina se usa cada vez más en el TCE grave en
fusión del propofol [79, 80] . Además, la autorización de la infancia.

EMC - Anestesia-Reanimación 9
E – 36-910-C-10  Traumatismo craneoencefálico del niño

Profilaxis antiepiléptica conviene monitorizar mediante un seguimiento regular


de la natremia y la osmolaridad plasmática.
El uso con objetivo de profilaxis de un medica-
mento anticonvulsivante (por ejemplo, fenitoína) puede
considerarse una opción terapéutica para prevenir las con- Hiperventilación moderada
vulsiones postraumáticas precoces en pacientes expuestos Los efectos de la hiperventilación sobre la PIC son bien
a un alto riesgo de convulsiones, como lactantes y niños conocidos. Se estima que la disminución de 1 mmHg de
de corta edad [56] . En realidad, los menores de 2 años la PaCO2 desciende el FSC en el 2-4% [87] . Sin embargo,
presentan casi tres veces más riesgo de convulsiones pos- entre los adelantos de la neurorreanimación destaca un
traumáticas precoces que los niños de mayor edad (hasta uso más razonable de la hiperventilación [32, 43] . La hiper-
los 12 años). La mayoría de estas convulsiones postrau- ventilación moderada (PaCO2 de 30-35 mmHg) sólo se
máticas precoces se producen en las 24 horas siguientes al recomienda en caso de HIC resistente a las medidas gene-
TCE. En cambio, la prescripción de un tratamiento anti- rales, al drenaje del LCR y a la osmoterapia. En este caso,
convulsivante con objetivo de profilaxis no se recomienda es deseable asociarla a una neuromonitorización de isque-
para prevenir episodios de convulsiones postraumáticas mia cerebral [56] . Al respecto, la reducción de la PIC se
tardías [71] . obtiene a costa de un descenso del flujo sanguíneo cere-
bral con riesgo de isquemia cerebral, aun si la reducción
Lugar de los corticoides clínica de la PIC mejora la PPC [88] . Por otro lado, aunque
la hiperventilación se revela eficaz en las primeras horas,
No existen dudas sobre la ausencia de indicación de la el efecto de la hipocapnia sobre el FSC disminuiría a con-
corticoterapia durante los TCE [56] . De hecho, los corticoi- tinuación, lo que habla a favor de un uso temporal en
des no mejoran la supervivencia y aumentan el riesgo de espera del efecto de otros tratamientos.
infecciones [30] .

Tratamiento de la hipertensión
Tratamiento de los accesos de PIC intracraneal refractaria
Si aun con las medidas generales resulta difícil contro- Si a pesar de los tratamientos de primera línea no se
lar la PIC, habrá que iniciar entonces los tratamientos de consigue tratar la HIC, hay que iniciar los tratamientos de
primera línea contra la HIC. segunda línea.

Drenaje del líquido cefalorraquídeo Hiperventilación profunda (PaCO2


El drenaje del LCR es una de las primeras medidas para < 30 mmHg)
controlar la HIC en el adulto. En el niño este método se La hiperventilación profunda, debido a los considera-
usa menos, pero es totalmente válido para controlar la bles riesgos de isquemia cerebral que genera, necesita un
HIC [30, 84] . En este sentido, debido a que la principal lesión método de monitorización del FSC y/o de la oxigenación
cerebral es el ECD, usualmente se observa de forma pre- cerebral [56] . En un estudio de flujos sanguíneos regionales
coz un borramiento del sistema ventricular, e incluso su se observó el 29% de isquemia regional en normocapnia
desaparición completa, con ventrículos reducidos a sim- y el 73% cuando la PaCO2 era inferior a 25 mmHg [88] . La
ples hendiduras. Esto dificulta la práctica de la técnica de monitorización de la SyO2 permite adaptar el grado de
drenaje. hiperventilación a las necesidades metabólicas cerebra-
les, en particular si existe un ECD [52] . También podrían
Osmoterapia usarse otras determinaciones, como la monitorización de
la oxigenación cerebral por la PtiO2 . En caso de PtiO2
La osmoterapia es un elemento terapéutico mayor de reducida, el pronóstico sería desfavorable [89, 90] . En resu-
control de la PIC [85] . La elección de usar manitol o solu- men, en esta situación se recomienda la monitorización
ción salina hipertónica (SSH) le corresponde al clínico, del flujo sanguíneo cerebral, en particular mediante Dop-
pero existe la posibilidad de asociar ambos tratamien- pler transcraneal, y/o de la SyO2 y/o de la oxigenación
tos [56] . El manitol puede usarse a la dosis de 0,5-1 g/kg cada tisular cerebral, para ayudar a identificar las situaciones
4-6 horas, en 20 minutos por vía intravenosa. Sus efectos de isquemia cerebral.
no son sólo osmóticos. También disminuye la viscosidad
sanguínea por disminución del hematocrito y de la rigidez
de los eritrocitos, lo que conduce a una vasoconstricción
Barbitúricos
de los vasos cerebrales y a un descenso de la PIC. El efecto Los barbitúricos con fines preventivos no han dado
se manifiesta con rapidez (a los 2-15 minutos) y persiste pruebas definitivas de su eficacia [91] . Además, con fre-
durante 4-6 horas. El objetivo es aumentar la osmolaridad cuencia se asocian efectos secundarios, en particular
sanguínea sin superar los 320 mOsm/l, para no correr el hemodinámicos, incluso sépticos. Esto explica por qué en
riesgo de una necrosis tubular [85, 86] . Es fundamental man- el niño no se recomienda el uso preventivo de los barbi-
tener la normovolemia. A dosis elevada también hay que túricos [92] . Su acción está ligada al efecto sobre la relación
tener cuidado con los riesgos de perturbaciones iónicas CMRO2 /FSC: al descender la CMRO2 y, por tanto, el FSC,
y de sobrecarga circulatoria. La administración de bajas disminuirían el flujo sanguíneo cerebral y la PIC [93] . Sin
dosis de furosemida (0,5 mg/kg cada 6 horas) asociadas de embargo, algunos autores consideran que no son más
forma alternada a la de manitol (0,5-1 g/kg cada 6 horas) eficaces que la hiperventilación o el manitol para redu-
permite obtener con más rapidez esta hiperosmolaridad cir la PIC [94] . Sea como sea, y a pesar de una falta de
plasmática. datos específicos relativos al niño [95, 96] , los barbitúricos
La otra alternativa es la SSH, que se usa cada vez más todavía se usan en las HIC refractarias a los otros trata-
(SSH al 7,5%, dosis de carga de 2-4 ml/kg, luego admi- mientos [30] . Altas dosis de barbitúricos pueden usarse en
nistración continua de 0,1-1 ml/kg/h, o solución salina al pacientes hemodinámicamente estables con HIC refrac-
3%, dosis de carga de 6,5-10 ml/kg, luego administración taria, a pesar de un tratamiento médico y quirúrgico de
continua de 0,1-1 ml/kg/h); permite un descenso de la PIC máxima intensidad (nivel C) [56] .
y un aumento de la PPC sin producir hipovolemia [30, 43, 85] . La dosis de carga es de 5-10 mg/kg, y la de man-
El objetivo es mantener entonces una PIC baja sin superar tenimiento, de 3-5 mg/kg/h, sin dejar de vigilar las
los 360 mOsm/l de osmolaridad sanguínea. Si no produce repercusiones sobre la hemodinámica del paciente. El
insuficiencia renal, la SSH tiene una acción rápida que uso de barbitúricos debería «monitorizarse» con el fin de

10 EMC - Anestesia-Reanimación
Traumatismo craneoencefálico del niño  E – 36-910-C-10

A B

2
2

C D
Figura 8. Estudio de imagen cerebral en un traumatismo craneoencefálico (TCE) grave. La craniectomía descompresiva es necesaria
debido a una hipertensión intracraneal refractaria y a la evolución clínica hacia un estado vegetativo.
A. Tomografía computarizada (TC) cerebral 1 hora después del TCE grave. Edema cerebral difuso. Hematoma subdural frontotemporal
izquierdo. Alteración parenquimatosa (edema) en la región frontotemporal izquierda. HSD agudo (1), contusión con edema hemorrágico
(2).
B. TC cerebral a las 5 horas de una craniectomía descompresiva frontoparietal izquierda (1) por HIC refractaria.
C. TC cerebral a las 24 horas del TCE. Hematoma subdural frontoparietal derecho (9 mm) (1). Hematoma subdural frontal izquierdo y
de la hoz del cerebro. Foco de contusión con edema hemorrágico frontotemporal izquierdo. Foco de contusión con edema hemorrágico
derecho. Craniectomía frontoparietal izquierda. Contusión con edema hemorrágico (2).
D. Resonancia magnética cerebral a los 12 días del TCE grave. Secuencia axial T2. Presencia de líquido subdural en la región frontoparietal
izquierda (1) y modificaciones estructurales en la región frontotemporal izquierda. Contusión con edema hemorrágico (2).

determinar la dosis mínima eficaz para producir silen- Lugar de la cirugía


cios eléctricos intermitentes (supresión de descargas) en
el EEG. La disminución de la PIC permite guiar el Sólo el 10% de los TCE se acompaña de una lesión
tratamiento. Debido a sus efectos secundarios hemodiná- que necesita un tratamiento quirúrgico inicial. En la
micos, la mayoría de los pacientes con dosis elevadas de mayoría de los casos se trata de hematomas subdurales.
barbitúricos necesita catecolaminas para mantener una En la fase de reanimación, la cirugía es posible bási-
PPC óptima para la edad. Los otros efectos secundarios camente en dos casos: en primer lugar, cuando una
son: arritmias, depresión miocárdica, disminución de la lesión que ha sido considerada mínima en el estudio por
actividad fagocítica de los linfocitos (con el tiopental) y imagen inicial (por ejemplo, hematoma extradural, con-
riesgo de infección [71] . La retirada progresiva de los bar- tusión cerebral) ha progresado y se vuelve sintomática;
bitúricos se emprende habitualmente tras un período de en segundo lugar, cuando se discute la práctica de una
24 horas de PIC estable. craniectomía descompresiva frente a una HIC difícil de
controlar o incontrolable (Fig. 8). La utilidad de esta téc-
nica es controvertida, pero debe considerarse en caso de
Hipotermia moderada HIC incontrolable [30] . Además, un beneficio sólo sería
La hipertermia es un factor conocido de mal pronós- esperable en una población determinada: paciente con un
tico y debe ser tratada. Este efecto deletéreo pasaría por edema cerebral difuso en las primeras 48 horas del trau-
distintos mecanismos: aumento del requerimiento meta- matismo, sin fase prolongada de PPC inferior a 40 mmHg
bólico, inflamación, peroxidación lipídica, fenómenos de y sin complicación secundaria ni episodio de herniación
excitotoxicidad neuronal, convulsiones y activación del cerebral [43, 100] . En cualquier caso, la craniectomía des-
proceso de muerte celular [97] . En el niño, la hipotermia compresiva no puede sustituir a una neurorreanimación
precoz después de un TCE grave no mejora el pronóstico bien llevada, a pesar de que un estudio reciente revela que
neurológico [98, 99] ni parece reducir la mortalidad [99] . En la craniectomía descompresiva precoz aumenta la super-
cambio, es necesario controlar la temperatura. vivencia [101] .

EMC - Anestesia-Reanimación 11
E – 36-910-C-10  Traumatismo craneoencefálico del niño

 Evaluación del pronóstico


después de un traumatismo “ Puntos esenciales
craneal en la infancia
• El TCE es la primera causa de muerte accidental
La evaluación del pronóstico en la fase aguda de un TCE en la infancia.
grave en la infancia es tarea de la investigación científica • En los niños con un TCE moderado, la agrava-
y hoy en día es difícil aplicarla en la práctica. Además, ción neurológica clínica debe hacer practicar de
cabe señalar que el cerebro del niño está en desarrollo, inmediato una TC cerebral.
es decir, no ha alcanzado su madurez en el momento del • En el niño afectado por un TCE grave, la pro-
TCE. Esto hace que la evaluación del pronóstico tras un
fundidad del coma debe evaluarse con la escala
TCE sea todavía más complicada que en el adulto. Las
técnicas de neuroimagen (RM, tomografía por emisión de Glasgow pediátrica y, si es posible, deben
de positrones, EEG, magnetoencefalografía) pueden ser recogerse otros elementos clínicos: mecanismo
útiles para el estudio del cerebro tras un TCE. Las ano- del traumatismo, edad, signos neurológicos, fun-
malías de conexión del cuerpo calloso figuran entre las ciones vitales, lesiones extracraneales asociadas
lesiones axonales traumáticas que se observan con fre- y tratamientos efectuados (sedación). De forma
cuencia después de un TCE moderado o grave [102, 103] y ideal, todos estos datos y su evolución deben figu-
que producen trastornos funcionales (coordinación del rar en la hoja de vigilancia clínica.
movimiento) en el niño [104] . La RM de difusión permite • Las lesiones axonales difusas y el edema cerebral
demostrar las lesiones axonales traumáticas in vivo. El difuso son las lesiones más frecuentes en el niño
tiempo de transferencia interhemisférica de los datos (en
con TCE grave.
RM o potenciales provocados), que mide el tiempo nece-
• Un niño con TCE grave debe considerarse
sario para que la información (auditiva, motora, táctil,
visual) pase de un hemisferio al otro a través del cuerpo potencialmente como un politraumatizado y tra-
calloso, está alterado en casos de TCE moderado y grave tarse como tal hasta que se demuestre lo contrario.
en el niño [42, 105] . La presencia de anomalías del N-acetil • Un niño con TCE grave debe considerarse como
aspartato (NAA) (determinadas mediante espectroscopia afectado por una lesión de la columna cervical
por resonancia magnética [espectro-RM]) en la parte pos- hasta que la exploración radiológica demuestre lo
terior del cuerpo calloso en la fase aguda de un TCE contrario.
correlaciona con un desarrollo neurocognitivo (lenguaje, • El análisis de la evolución clínica inmediata-
función visual, función motora) mediocre en el niño [106] . mente después del accidente permite definir tres
La existencia de anomalías del NAA y de la colina (en
categorías de TCE: leve, moderado y grave. Esta
espectro-RM), en el lóbulo frontal derecho, después de
un TCE en el niño, predice un futuro neuropsicológico clasificación clínica muy simple permite establecer
desfavorable [107] . El estudio de las redes de reposo en RM las bases de la atención médica inicial.
también podría ser una pista para determinar marcadores • La hipotensión arterial, la hipoxia, la hipercap-
del estado de conciencia [108] . Sin embargo, antes de poder nia y la hipocapnia deben prevenirse desde la fase
evaluar con certeza el pronóstico en la fase clínica inicial prehospitalaria.
de un TCE moderado o grave en el niño, es necesario tener • Un niño con TCE grave debe ser intubado y
estudios multicéntricos y longitudinales que agrupen las sometido a ventilación mecánica, previa inducción
distintas modalidades de neuroimagen [109] . en secuencia rápida.
• Las soluciones de perfusión hipotónicas (por

 Conclusión ejemplo, Ringer lactato) y las soluciones glucosa-


das están contraindicadas en la fase inicial, pero
Los TCE en la infancia representan una entidad de
pueden usarse los coloides.
• Uno de los objetivos principales del tratamiento
escasa importancia en valor absoluto, pero muy impor-
tante si se tienen en cuenta las consecuencias a largo consiste en evitar la aparición o al menos reducir
plazo en términos de secuelas y de consecuencias socioe- la magnitud de las lesiones cerebrales secundarias
conómicas. La mejoría del pronóstico de los TCE depende por la reanimación o la cirugía.
ampliamente de la atención médica inicial, que debe • En un niño con TCE grave debe instaurarse una
comenzar en el lugar del accidente. Continúa en una monitorización de la presión intracraneal y de la
estructura pediátrica especializada en TCE graves, que per- presión de perfusión cerebral.
mite la instauración de procedimientos complejos, sobre • El aumento de la presión intracraneal por
todo de neuromonitorización y terapéuticos. Después de
encima de 15 mmHg en el lactante y de 20 mmHg
la fase aguda, un protocolo de rehabilitación especializada
debe ser un complemento sistemático en todos los casos.
en el niño debe tratarse.
• Uno de los principales objetivos de la neurorrea-
Esto permite una evaluación precisa y el tratamiento de
las secuelas para facilitar una reinserción social y esco- nimación es mantener una presión de perfusión
lar lo más precoz y completa posible. La reducción de la cerebral de 45-65 mmHg según la edad.
mortalidad global de los TCE sólo puede obtenerse, por • Existen pocos datos específicos sobre los tra-
una parte, mediante la aplicación de programas de preven- tamientos con objetivo cerebral en el niño, pero
ción primaria y, por otra parte, gracias a la prevención del puede usarse la mayoría de los que se emplean en
deterioro de los pacientes afectados por TCE leves y mode- el adulto, siempre que se adapten a la fisiología y
rados. Antes, los protocolos terapéuticos se extrapolaban la farmacología del niño.
a partir de trabajos efectuados en el adulto, pero ahora hay
que tener en cuenta las publicaciones pediátricas específi-
cas aparecidas en los últimos años. Sin embargo, todavía
hay muchas preguntas sin respuesta que abren un vasto
campo de investigaciones clínicas y fundamentales.

12 EMC - Anestesia-Reanimación
Traumatismo craneoencefálico del niño  E – 36-910-C-10

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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Orliaguet G, Uhrig L. Traumatismo craneoencefálico del niño.
EMC - Anestesia-Reanimación 2016;42(4):1-15 [Artículo E – 36-910-C-10].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

EMC - Anestesia-Reanimación 15

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