Sie sind auf Seite 1von 3

Reformas borbónicas

Las reformas borbónicas fueron unos cambios iniciados por el monarca o rey de
España Felipe V,
esto se dio entre 1760 y 1808, continuadas por Fernando VI y desarrolladas
principalmente por Carlos III, basadas en ideas ilustradas para remediar los
desastres económicos, políticos, sociales, y culturales que ocurrieron en España.

Las reformas borbónicas en la Nueva España fueron una serie de cambios


administrativos aplicados por los miembros de la monarquía absoluta borbónica,
españoles de la casa de Borbón a partir del siglo XVIII en el Virreinato de Nueva
España. Estas buscaban remodelar tanto la situación interna de la Península como
sus relaciones con las provincias ultramarinas. Ambos propósitos respondían a una
nueva concepción del Estado, que consideraba como principal tarea volver a
abrogarse todos los atributos del poder que había delegado en grupos y
corporaciones y asumir directamente la dirección del poder español que mostraba
signos de decadencia. Las constantes guerras con Inglaterra, la corrupción y la
evasión de impuestos contribuían al deterioro de las finanzas. Tiempos de la
conquista. Las pestes y las epidemias habían producido una crisis demográfica.
Ante esta situación, los monarcas fortalecieron la economía española mediante el
máximo aprovechamiento de los recursos provenientes de las colonias y unificaron
así, su administración a través de la designación de ministros más eficientes.
Estas reformas de la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración y
pretendían alcanzar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida
económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias
en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas
fue limitado; es más, el descontento generado entre las élites criollas locales aceleró
el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus
posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.
Las reformas borbónicas llegaron del exterior, concretamente de la corte imperial
de Madrid; llegaron de fuera como llegó la conquista en el siglo XVI. Afectaron a
todo el imperio. Ante la situación de crisis, tanto de España como de las colonias en
el siglo XVII. La dinastía borbónica francesa, ya dueña del trono español, a partir
del tratado de Utrecht emprendió una serie de medidas económicas y políticas para
evitar el descalabro imperial pues no eran solo para la Nueva España. El objetivo
último de los monarcas de Borbón era la sujeción de las colonias para beneficio
económico de la metrópoli: evitar la fuga de capitales fiscales y promover la
producción, para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo, se
necesitaba reformar instituciones y procedimientos viciados —a juicio de los
reformadores— que se habían enquistado en las sociedades coloniales y con los
que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los
gobernantes de la casa de Habsburgo. El Consulado de comerciantes,
algunas corporaciones religiosas como la Compañía de Jesús y la misma institución
del virreinato fueron el blanco de los golpes de los reformadores.
Las reformas borbónicas
España pasaba por una crisis económica que se había agravado con los largos
años de la guerra de sucesión. Es por ello que la nueva dinastía comenzó a
organizar una serie de reformas económicas y administrativas, que tenían entre sus
objetivos principales la centralización del poder y la recuperación económica. Las
colonias en América fueron uno de los puntos principales para lograr los objetivos
propuestos. Al conjunto de medidas implementadas por esta dinastía es lo que se
conoce como reformas borbónicas.

Reforma del clero y expulsión de los jesuitas


Una de las principales instituciones afectadas por el despotismo ilustrado español
fue la Iglesia católica, ya que la Corona pretendió afirmar el poder secular sobre el
religioso. Esto incluía la restricción de los privilegios y exoneraciones fiscales que
gozaban las órdenes religiosas. Desde los años treinta del siglo XVIII comenzaron
a expandirse los ideales de la ilustración. Hubo una difusión del racionalismo y la
nueva filosofía de la naturaleza en América, sobre todo gracias a los jesuitas. La
tarea de la educación en la Nueva España la llevaban a cabo los jesuitas,
enseñaban a indios, criollos y peninsulares. Los jesuitas constituían una amenaza
para la Corona española. Tenían una economía sólida y un gran valor en la
sociedad, para el rey esto significaba tener un estado dentro de su propio estado.
Así los jesuitas fueron los que más se opusieron al proyecto centralizador de los
borbones, por lo que fueron expulsados de España y sus posesiones ultramarinas
en 1767. En este año, Carlos III decretó la expulsión de la Compañía de Jesús por
medio de la Sanción Pragmática del 2 de abril de 1767. Se introdujeron párrocos
seculares, Misioneros Franciscanos, así como un nuevo obispo. Esto trajo como
consecuencia un problema con los indígenas; cuando comenzaron a considerarlos
como individuos (ya que eran considerados y tratados de facto como esclavos por
medio de innumerables mecanismos jurídicos, como las encomiendas y las
"naborías"), éstos aún no estaban preparados, ya que solo contaban con los jesuitas
que trataban de reducir los excesos, el maltrato y los reiterados intentos de
esclavizarlos por parte de los peninsulares. Con la expulsión de los jesuitas
quedaron desamparados.

 Uno de los puntos más importantes del reformismo borbónico era acabar con
el monopolio comercial ya que los comerciantes tenían una gran ganancia
sin tener pérdidas y esto afectaba a la corona porque no tenía ganancias. La
casa de moneda pasó a manos de la corona, de esa manera los
comerciantes se opusieron a las reformas.

http://historiaborbonica.blogspot.com/
https://es.wikipedia.org/wiki/Reformas_borb%C3%B3nicas_en_Nueva_Espa%C3
%B1a

Das könnte Ihnen auch gefallen