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INTRODUCCIÓN.
Las fases del proceso judicial penal está muy bien señaladas en la ley. En la
fase de instrucción no hay una u otra manera de realizar los trámites
procesales. Sólo se realizarán según señala el derecho procesal penal
mediante la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Cuando algo está mal tramitado la obligación del Letrado es la de recurrir.
No es negociable la forma de realizar un trámite, ni tampoco la forma de
resolverlo. Hay instrumentos suficientes como para poder echar para atrás una
resolución judicial. De hecho, en el derecho procesal penal, bajo nuestro
punto de vista hay demasiadas resoluciones recurribles.
Todas estas resoluciones o proveídos que son recurribles en su mayoría, lo
único que hacen es paralizar los procedimientos, pasando de proteger el
derecho de defensa del investigado a demorar en el tiempo el proceso
infinitamente.
Las diferentes interpretaciones que se le pueden dar a una norma o a una
Ley afecta al modo de resolver el hecho punible o su responsabilidad civil,
pero no debe afectar al contenido del trámite judicial a realizar.
La redacción de este post, se va limitar a casos reales y que, por su reiteración,
vengo a resumir. Intentando aclarar conceptos procesales del derecho penal,
sobre todo en su fase de instrucción.
CONCLUSIONES.
A modo de ejemplo y como práctica judicial de derecho penal, creo que estas
acciones, dudas, errores, preguntas que se producen de forma habitual en un
Juzgado de Instrucción quedan, de momento resueltas.
Aunque siempre habrá alguien que tenga otra interpretación, bajo el punto de
vista de quien suscribe este artículo, creo que los argumentos son
suficientemente sólidos para disipar las dudas que hubiese sobre lo redactado.